Quien hace de
Jesús su amigo, se
convierte en un
amigo de esperanza
y en una bendición
para las personas
con las cuales
convive.
Era un hombre
religioso, un
profesional exitoso.
Aparentemente tenía
todo lo que
necesitaba para ser
feliz.
Jesús fue con
Jairo.
Imagino que Jairo
estaba con
urgencia.
Cuando salió de su
casa su hija había
entrado en coma.
Sin embargo,
parecía que Jesús
no tenía prisa.
Mientras caminaba
atendía las
necesidades de los
que encontraba en
su camino.
“Estaba hablando
aún, cuando vino
uno de casa del
principal de la
sinagoga a decirle:
Tu hija ha muerto;
no molestes más al
Maestro…
Jairo iba delante
de Jesús diciendo:
–Por aquí, Señor, a
mi manera, como
yo quiero, por aquí
Señor es más
rápido.
Ser cristiano no es
tomar a Jesús y
llevarlo por donde
la gente quiere. Si
para aprender esta
gran lección,
tenemos que llorar,
Jesús va a permitir
que lloremos.
“Y a Aquel que es
poderoso para hacer
todas las cosas
mucho más
abundantemente de
lo que pedimos o
entendemos, según
el poder que actúa en
nosotros”.Efesios 3:20
Jesús entró en la casa de
Jairo, y donde Jesús entra,
entra el poder y la victoria.
Abra su corazón.
“Estoy a la puerta y llamo, si
alguien oye mi voz y abre la
puerta entraré a su casa” (Apocalipsis 3:20).