25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 1/7
Serie: La Narratología (I)
La obra de Prince:
El narratario, lo narrante y lo narrado
J. Guillermo Renart
Una definición corriente de la narratología es estudio de "lo que todas las narraciones, y sólo ellas, tienen en
común […], así como lo que genera las diferencias entre ellas".
La definición es inobjetable, pero se interpreta a veces reductivamente; lo atestigua su contexto apropiado, la
obra narratológica de su propio autor, que nos enfrenta a la vastedad y la relevancia vital de la narratología
La definición pertenece al Diccionario de narratología de Prince, el destacado profesor de la Universidad de
Pennsylvania (Prince 1987: "Narratology"; todas las traducciones del inglés son de J.G.R.). Pocos han
contribuido como Gerald Prince al progreso de la narratología desde que Todorov propuso este término en1969. Señalaba Todorov en esa ocasión la necesidad de reconocer la autonomía que la disciplina así designada
tenía con respecto a la poética literaria. Porque era dentro de la poética literaria como se venía cultivando la
narratología desde los tiempos de Platón, pero ese espacio se estaba volviendo demasiado reducido para la
narratología, una disciplina cuyo desarrollo empezaba a expandirse notablemente.
¿Merece cultivarse la narratología, tiene relevancia vital? La respuesta ha de ser, sin duda, afirmativa, si
convenimos en que el narrar —o, si se prefiere, la narratividad— "es el medio primario de conocer el mundo y,por tanto, de explicárnoslo a nosotros mismos y a los otros", como sostiene Paul Ricoeur (en palabras de
Valdés 1994: "Ricoeur"). Y para tomar conciencia de ese medio primario de conocer el mundo, la obra
narratológica de Prince es una guía luminosa. Pienso que esta obra se halla hoy, a más de un cuarto de siglo de
elaboración, en el punto de madurez que hace pertinente y productivo su examen de conjunto: ¿Qué ha
aportado Prince a la narratología, qué nos dice hoy su reflexión?
Para responder (en parte) a esta pregunta, he de concentrarme, ante todo, en dos textos de Prince, quizá sus
dos publicaciones fundamentales —el artículo "Introduction a l’étude du narrataire" ("Introducción al estudio del
narratario"), de 1973, y el libro Narratology (Narratología), de 1982—, y desde allí me referiré al resto de su
obra. Lo mismo haré luego con un artículo de 1993, también titulado "Narratology", especie de compendio
condensado de la disciplina y de sus vicisitudes en el mundo académico.
A la reseña de la obra de Prince, he de agregar, cuando lo considero pertinente, mi propia aplicación práctica delas ideas en cuestión a textos literarios; para esta tarea he de usar sucesivamente textos de Mario Benedetti,
Cervantes, Bécquer, y Horacio Quiroga —y también otros textos en referencias más breves. He de agregar
también, en otras instancias, mi propia reflexión teórica sobre dichas ideas, para lo cual deberé servirme
ocasionalmente de la referencia a algunas publicaciones mías, en particular Renart 1987, 1992a, 1992b, y 1994.
Nótese que la obra narratológica de Prince no es breve, pues consta de numerosas contribuciones a la
expansión de la disciplina pero lo que verdaderamente la distingue es el valor y la resonancia de sus aportes. Así,
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 2/7
ya en 1973, su A Grammar of Stories abrió ancho camino en la investigación estructuralista, generando una vía
complementaria de las de Propp, Greimas, y Todorov. A Grammar of Stories puede traducirse
aproximadamente como Gramática de los relatos —trátese, destacaríamos hoy, de relatos ficcionales como
también de relatos históricos. El objetivo último de tal "gramática" es hacer para la narrativa lo que la gramática
hace para la lengua: Una explicación de la estructura y el funcionamiento de todos los relatos que se han hecho y
que se puedan hacer, y una organización integral de los mismos.
Pero Prince no detiene su aportación a la gramática narrativa en el libro de 1973; en publicaciones ulteriores vamodificando y desarrollando su concepción, y aunque este proceso no se ha detenido, tiene una culminación
notoria en el mencionado Narratology de 1982. Dejaré, pues, para tratar de la gramática narrativa en un
segundo artículo, continuación del presente, al referirme a ese libro. En un tercer artículo, finalmente, he de
ocuparme de la polémica en torno a la narratología, a saber, las objeciones mayores que se le han hecho, y la
respuesta de Prince a las mismas.
El narrador y el narratario
Si atendemos a la evolución del pensamiento de Prince a través de los años, reclama nuestra atención
primeramente un trabajo publicado con anterioridad. No sólo tiene este trabajo una gran importancia intrínseca;
es, además, el texto de Prince que tal vez más se le ha asociado, durante años, en los estudios sobre la narrativa.Se trata de un artículo tan breve cuanto marcador de rumbos: la mencionada "Introduction à l’étude du
narrataire".
Este artículo, publicado en la revista Poétique de París en 1973, vino a ser la fuente básica para numerosasinvestigaciones del "narratario". El artículo marcó rumbos porque estimuló y guió la exploración de esa dimensión
antes descuidada del texto narrativo: El narratario, en efecto, es el personaje o personajes a los que el narradorde un texto se dirige al narrar, y aunque ningún narrador puede decir siquiera una palabra sin narratario —sin
algún destinatario: sin dirigirse a alguien—, los estudios sobre la narrativa no solían tenerlo en cuenta.
Tal negligencia pudo deberse en parte a que pocos cuentos y novelas hacen presente al narratario en la historiarelatada, o aun le dan un nombre, o siquiera un apelativo menos identificador que un nombre (como el "Vuesa
Merced" del Lazarillo de Tormes, la preciosa novelita anónima del S. XVI que inaugura la tradición picarescamoderna en el Occidente). Esa borradura del narratario ocurre en textos como "Los asesinos" o "Colinas como
elefantes blancos", los clásicos cuentos de nuestro contemporáneo Hemingway, el norteamericano famoso por ladifícil economía narrativa de sus relatos. Pero podría argüirse que de alguna manera también ocurre (aunque sinduda parcialmente y en un grado muy distinto que en los textos recién mencionados) en, por ejemplo, algunas
novelas clásicas del realismo decimonónico como Crimen y castigo de Dostoiewski.
Si bien, pues, el narratario es siempre —al igual que el narrador— un personaje, el detectarlo como tal exige enmuchos casos un esfuerzo deliberado, una actitud de escrutinio. El artículo de Prince estimuló con eficiencia esa
actitud de escrutinio del narratario. ¡En buena hora!: La narratología empezó a darse cuenta de que, cuando elnarrador habla, procesa su discurso de igual manera que todo hablante consciente: Procura condicionar lo que
dice, cuanto dice, como lo dice… por aquel o aquellos para quienes habla.
Pero si no lo hace, si el narrador no es lúcidamente consciente de las consecuencias reales o pretendidas de suhablar, estaremos ante un síntoma de indudable interés. Posiblemente indicará el distanciamiento ideológico del
narrador con respecto a sus personajes o a la historia que relata. O tal vez será efecto de una anomalía psíquica:piénsese, por ejemplo, en ciertos narradores-personajes caracterizados por limitaciones manifiestas —así,
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 3/7
Benjy, el primero de los tres narradores-personajes que alternan en el relato de The Sound and the Fury (El
ruido y la furia), la obra maestra de Faulkner, publicada en 1929.
El trabajo de Prince fue, por tanto, una guía valiosa y fermental para la toma de conciencia de los efectos de laatención al narratario, sobre todo en la interpretación de la obra en general y del narrador en particular.
El narratario y la interpretación del narrador
Con respecto a la interpretación del narrador, piénsese sobre todo en los narradores —tanto narradores-
personajes como narradores externos a la historia— que se desviven para responder a las posibles objecionesde sus destinatarios, o para convencerlos de algo sin lugar a dudas. Otra vez el prolífico Balzac nos ofrece un
ejemplo proverbial, ahora en su obra tal vez más leída, Papa Goriot, cuyo narrador encarna como pocos esasactitudes. Al mismo tiempo que van así delineando la imagen real o supuesta de sus narratarios, tales narradores
van perfilando metonímicamente (desde el efecto manifiesto a la causa implícita) sus deseos de agradar, o demanipular, o de dominar: sus debilidades, necesidades, motivaciones. La atención a los narratarios, pues,
produce una luz que ilumina a ambos: narratarios y narradores juntamente.
La manera de (auto)delinearse la imagen del narrador mediante su relación con el narratario, recorre una gamaque va desde la sutileza a la evidencia. Es, naturalmente, en el polo de la evidencia donde se encuentran loscasos más ejemplares de autodelineamiento. Acabamos de citar un caso obvio, el del narrador de Papa Goriot.
Pero quizá sea aun más famoso otro caso, publicado más de ochenta años antes del libro de Balzac. Se trata dela obra cumbre del primer período áureo de la novela inglesa, esas tres o cuatro décadas que empiezan hacia
1740; me refiero al Tom Jones de Fielding, o más bien a su locuaz narrador, todo un personaje inolvidable.
Recordemos también otro caso notable, éste del género cuentístico, "Corazonada" de Mario Benedetti(recogido en el libro Montevideanos en 1959). Aquí el contacto manifiesto del narrador —o narradora, en este
caso— con el narratario traiciona ostensiblemente sus intenciones. En efecto, los repetidos esfuerzos de esanarradora-personaje por convencer a sus destinatarios de la espontaneidad de sus acciones (repite y repite que
ella obra sólo por "corazonadas"), van volviendo progresivamente manifiesto su flagrante calculismo.
En el otro polo, los casos de autodelineamiento sutil del narrador mediante su relación con el narratario, han deencontrarse principalmente entre los relatos de narrador heterodiegético —i. e., narrador no personaje—, sobre
todo si éste trata de ser "objetivo" e invisible. Prince cita dos casos ejemplares, uno de pleno naturalismo de findel siglo pasado, Germinal de Zola; el otro, de la primera mitad de nuestro siglo, una de las dos o tres mejores
novelas sobre la guerra civil española, publicada en medio de esa contienda (en 1937), L’espoir (La esperanza)de Malraux. Pero no faltan casos entre los relatos de narrador homodiegético —i. e., narrador-personaje.Prince señala el de Meursault, el solitario, aislado, alienado, personaje narrador de la novela El extranjero deCamus, publicado en 1942 (coincidiendo, pues, con la de Malraux en aparecer en medio de una devastadora
contienda, ahora la segunda guerra mundial).
Narratario, contenido y expresión
Pero el narratario puede tener otras funciones importantes en la obra a más de la caracterización del narrador.
Entre ellas se destaca la de constituir un factor clave en la elección del contenido y la plasmación de la expresión
de innumerables narraciones. Recuerda Prince un caso paradigmático, ese clásico temprano de la prosa italiana,el Decamerón de Boccaccio, escrito en el siglo XIV. Siete mujeres y tres hombres deciden alejarse de
Florencia, asolada por una terrible peste, y residir durante diez días en lugares placenteros. Para entretener su
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 4/7
ocio forzado, convienen en que cada uno habrá de contar por turno —asumiendo, pues, sucesivamente, el papel
de narrador— una historia que entretenga a sus compañeros —que serán, pues, los narratarios.
Para conseguir tal efecto, la temática de las historias, su extensión, su estilo, y numerosos rasgos más, estarán
obviamente determinados, en cada caso, por los intereses de los presentes —es decir, los narratarios. Y bien
sabemos cuáles son los resultados, esa abundancia de historias picantes tan sabrosas que llenan el
Decamerón… Se trata de un obvio ejemplo, pues, de que el componente narratorial puede alcanzar unafunción narrativa —es decir, relevante a la narración entera— de decisiva importancia: desde los aspectos
centrales hasta los detalles del contenido y la expresión, numerosos elementos de la narración pueden ser
determinados por la figura del narratario.
Anotemos, finalmente, las otras funciones del narratario que examina Prince: Servir de mediador entre el
narrador y el lector; ilustrar, o destacar, o desmentir, un tema; naturalizar el relato, es decir, contribuir a la
verosimilitud de la historia relatada; servir de móvil de la historia misma, motivando o catalizando su avance; enfin, verbalizar las conclusiones (filosóficas, morales) de la historia.
Lo narrante y lo narrado
Los nueve años siguientes de la carrera académica de Prince condujeron al tratado maduro: Narratology: The
Form and Functionning of Narrative (Narratología: La forma y el funcionamiento de la narrativa) de
1982. Toda la narrativa queda allí articulada en torno a un claro sistema centrado en dos conceptos de
larguísima raigambre semiótica: lo narrante y lo narrado. (Como resulta obvio, se trata de conceptos paralelosa los saussurianos de significante y significado, que, bien se sabe, arrancan a su vez de una tradición milenaria
de reflexión sobre la significación). No podremos considerar todos los aspectos que desarrolla Prince; sólo me
detendré en los que considero centrales. Pero no dejaré de señalar cómo se integran coherentemente en su
sistema algunos conceptos, no examinados por Prince en esta obra, que considero de capital importancia para lanarratología actual, en especial el autor implícito y el lector implícito.
Lo narrante engloba sin forzamientos tanto el discurso mismo de la narración (de toda narración: así, novela,
cuento, pero también relato histórico), como el origen y el destino de la misma.
En el origen se sitúa el narrador, detrás del narrador el autor real de la narración, y entre ambos el autor
implícito o inferido. Este último (introducido por Booth en su fundamental The Rhetoric of fiction / La retóricade la ficción de 1961) puede requerir alguna aclaración. Voy a proponer uno de los conceptos del mismo que
se discuten hoy: Consiste en la imagen del autor (o, en ciertos textos, autores) que el lector infiere del conjunto
de indicios autoriales que emite el texto —o también que el lector transfiere al texto.
Nótese que tales indicios autoriales del texto pueden pertenecer verdaderamente al autor real o a su cultura (por
ej., ciertas ideas sobre la sociedad o sobre el cosmos), o pueden ser puramente imaginarios (por ej., una lucidez
o una magnanimidad para juzgar al ser humano que el autor real no practica en su vida cotidiana). Y entre todo
ello, como sugerí antes, puede haber no sólo indicios que constituyan propiedades objetivas del texto, sinopuede también haber elementos que el lector transfiere al texto desde su propia cultura o desde su propio,
relativo, repertorio de datos sobre la cultura en cuestión (por ej., atribuyendo al autor o autores implícitos de la
Ilíada ideas o sentimientos sobre la esclavitud que no son propios de la cultura griega de la época de
producción de esa epopeya). Todo ello, pues, interviene en la gestación de la imagen del autor o autoresimplícitos por el lector concreto.
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 5/7
En el destino se sitúa el narratario, detrás de él el lector real de la narración, y entre los dos el lector implícito o
inferido. Este último corresponde simétricamente al autor implícito o inferido: es su receptor; por ello propondré
un concepto del mismo correspondiente al que he sugerido sobre el autor implícito. Consiste en la imagen dellector al cual se dirige el autor implícito, que el lector real infiere del texto —nuevamente, desde su propia cultura
y a partir de su información sobre los factores de producción del texto (incluyendo la cultura en que éste se
generó), lo cual, por tanto, lo puede llevar a hacer transferencias al texto de elementos no presentes
objetivamente en el mismo.
Lo narrado es la historia relatada, con sus personajes, sucesos, tiempos, lugares, relaciones temporales,
espaciales, causales…
un ejemplo: el quijote
Esquematizando lo dicho, tendríamos este sumario diagrámatico: autor real > autor implícito o inferido >narrador > historia < narratario < lector implícito inferido < lector real. El discurso empieza con el autor implícito
y termina con el lector implícito. Para ilustración de este sistema, pensemos en cualquier novela, por ejemplo el
Quijote.
Empecemos desde el lado de lo narrante. El autor real del Quijote es Cervantes. El autor implícito o inferido
es la imagen autorial que el lector se hace a partir principalmente del texto, pero no sin la ayuda de sus
conocimientos del autor real y la cultura del mismo, ni sin transferir posiblemente al texto ingredientes de su
propia cultura y experiencia de la vida. Quizá la imagen autorial así resultante sea la un ser bueno y bondadoso,que contempla la diversidad del mundo con una sonrisa infinitamente comprensiva; quizá también la de un
hombre golpeado por la vida, que adopta una visión perspectivista, de un relativismo algo escéptico, pero
siempre tolerante y humanista; quizás…
El narrador es la persona que nos cuenta la historia, ese personaje heterodiegético que emite el discurso que
comienza "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme . . ." Pero son también narradores —
cuando el narrador lo decide y por sus propias razones: subordinados, pues, a los efectos de expresión que élprocura— los personajes a quienes cede frecuentemente la narración.
El narratario es la persona a quien el narrador apela al contar la historia de Don Quijote y Sancho y tantas
otras figuras. Pero no olvidemos que cuando ese narrador básico cede la narración de la historia a lospersonajes —a veces, a Don Quijote, a veces, al propio Sancho, pero también a tantos otros—, éstos, a su vez,
se dirigen a sus propios narratarios, o sea a otros personajes —Sancho, por ejemplo, suele contar sus historias a
Don Quijote.
Detrás de todos ellos, no obstante, percibimos por inferencia al mencionado autor implícito (o, potencialmente,
más de uno: ello ocurriría si nos pareciera que no todos los signos autoriales fueran compatibles entre sí, y, por
tanto, remitieran a personas diferentes). Y también percibimos —inferimos— un lector implícito al que dicho
autor apela, capaz de descodificar plenamente todos los signos, todos los mensajes, que el autor implícito ledirige (en el caso de varios autores implícitos, tendríamos otros tantos lectores implícitos).
Qué es una narración
Y es aquí donde reencontramos aquella subdisciplina que nos salía al encuentro al principio de este trabajo: la
gramática de los relatos o, más genéricamente, la gramática narrativa. En efecto, una vez que tenemos un texto
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 6/7
cualquiera (oral, escrito, visual, etc.) donde se encuentran todos estos factores y componentes, ¿cómo se
estructura y cómo funciona ese texto? O, si se prefiere, ¿qué propiedades tiene y qué reglas cumple para poder
llamarse "narración", o poder decirse que tiene una estructura y un funcionamiento narrativos? Porque muchosde los factores y componentes que acabamos de señalar se encuentran también en textos no narrativos, como,
por ejemplo, en la poesía lírica. Así, el autor real, el autor implícito o inferido, el lector real, el lector implícito o
inferido, personajes, el tiempo, el espacio…
Pensemos en cualquier poema, por ejemplo, la popular "rima" de Bécquer "¿Qué es poesía?, dices mientras
clavas / en mi pupila tu pupila azul; / ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía… eres tú." (Bécquer
1963: 44). El autor real de este poema es Bécquer. El autor implícito o inferido es la imagen autorial construidapor el lector a partir, principalmente, del texto: quizás un joven romántico atormentado que procura proyectarse
en un hombre ficcional que fuera sereno, lúcido y amante. Este ser ficcional, emisor del discurso, es el
equivalente del narrador en las obras narrativas. Y la equivalente del narratario, es esa mujer a quien el emisor se
dirige.
Ambos —emisor y destinatario— son también personajes de la pequeña historia que se nos cuenta o, más bien,
fragmento de historia: lo que de ella pueden informarnos tres o cuatro breves frases, cada vez más breves, de
uno solo de los interlocutores, que parecen extraerse de un diálogo entre los dos; más que relatarse, la historiase insinúa. Pero aun este fragmento de historia presupone un tiempo concreto: un tiempo durante el cual el
hombre habla y la mujer escucha. Y un espacio donde los dos se han encontrado. El lector implícito, en fin, es la
imagen que nos forjamos de quien entendiera apropiadamente los mensajes del autor implícito o inferidocodificados en el texto.
Narrativa y lírica, pues, comparten numerosos elementos —y más elementos aun comparten la narrativa y el
teatro—; la narratología estudia todos esos elementos en cuanto conciernen a la narrativa. Pero la gramáticanarrativa se concentra en lo estrictamente narrativo, en la narratividad misma. La completa identificación de la
narratividad supondría un análisis detenido de cada una de las (cinco) partes de la gramática narrativa. No
podemos pretender que quepa en este trabajo. Podemos, sin embargo, columbrar las ventajas de dicha
gramática respondiéndonos a las preguntas siguientes:
¿En qué consiste la gramática narrativa? ¿Cuáles son sus partes o componentes? Los términos —los vocablostécnicos— que emplea, ¿qué relación tienen con los de la lingüística? ¿Qué beneficios nos obtiene la gramática
narrativa hacia adentro y hacia afuera de la narración: en el plano disciplinar y en el interdisciplinar? Como
anuncié al principio, ese será el tema del próximo artículo: "Prince y la narratología: II. La gramática narrativa".
Referencias
n.b.: Para los datos bibliográficos de las obras de teoría, crítica y literatura que cita Prince, remito a las
respectivas publicaciones de éste (cuyos datos bibliográficos figuran en esta lista); constan en esta lista otras
obras aquí citadas, que uso en mi reflexión adicional aquí incorporada; constan también obras citadas por
Prince pero representativas de una reflexión narratológica específica a la que aquí aludo).
Bécquer, G. A. 1963 [1871]. Rimas. Ed. José Pedro Díaz. Madrid: Espasa-Calpe.Benedetti, Mario. 1959. Montevideanos. Montevideo: Alfa.
Booth, E. 1961. The Rhetoric of Fiction. Chicago: Chicago University Press.
Cervantes, Miguel de. 1971 [1605 y 1615]. Don Quijote de la Mancha, 2 tomos. Barcelona: Juventud.
25/5/2014 Serie: La Narratologia (I)- El narratario, lo narrante y lo narrado
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/9909/narratologia.htm 7/7
Bremond, C. 1973. Logic du récit. Paris: Seuil.Encyclopedia of Contemporary Literary Theory. 1993. Ed. I. Makaryk. Toronto, etc.: University of Toronto
Press.
Genette, G. 1972. "Discours du récit". En Figures III: 65-282. Paris: Seuil.
The Johns Hopkins Guide to Literary Theory and Criticism. 1993. Eds. M. Groden, y M. Kreiswirth.
Baltimore y Londres: The Johns Hopkins University Press.
Lanser, S. S. 1986. "Towards a Feminist Narratology". Style 20.
Nöth, W. 1995 [1990]. Handbook of Semiotics. Bloomington e Indianápolis: Indiana University Press.Pavel, T. 1985. The Poetics of Plot: The Case of English Renaissance Drama. Minneapolis: University of
Minessota Press.
Prince, G. 1973a. A Grammar of Stories. La Haya: Mouton.
-----. 1973b. "Introduction à l étude du narrataire". Poétique, no. 14: 178-196.
-----. 1982. Narratology: The Form and Function of Narrative. Berlin, etc.: Mouton.-----. 1983. "Narrative Pragmatics, Message, Point". Poetics 12: 527-536.
-----. 1987. A Dictionary of Narratology. Lincoln y Londres: University of Nebraska Press.
-----. 1993. "Narratology". En The Johns Hopkins Guide to Literary Theory and Criticism.
Propp, V. 1928. Morfologiia skazki. Leningrado. Trad. 1974. Morfología del cuento. Madrid:
Fundamentos.
Quiroga, Horacio. 1993. Todos los cuentos. Coordinadores N. Baccino Ponce de León, y J. Lafforgue.
Nanterre: ALLCA.
Renart, J. Guillermo. 1987. "Problemas semióticos de la narrativa ideológica de personaje: Tulio Montalbán
y Julio Macedo de Unamuno". Revista Canadiense de Estudios Hispánicos 11, no. 2 (Invierno): 377-402.
-----. 1992a. "Escena arquetípica y discurso narrativo". Estudios de Ciencias y Letras, no. 21 (febrero): 24-
28.-----. 1992b. "Bases narratológicas para una nueva lectura de ‘El infierno tan temido’ de Onetti". Revista
Iberoamericana, nos. 160-161 (julio-diciembre).
-----. 1994. "Ilusión de realidad y superación de la paralepsis en ‘El infierno tan temido de Onetti’". Deslindes:
Revista de la Biblioteca Nacional, nos. 4-5: 137-181.
Ricoeur, P. 1983-1986. Temps et récit, tomos I-II. Paris: Seuil.
Ryan, M.-L. 1986. "Embedded Narratives and Tellability". Style 20.
-----. 1991. Possible Worlds: Artificial Intelligence and Narrative Theory. Bloomington: Indiana University
Press.
Ryan, M.-L., y E. Van Alphen. 1993. "Narratology". En Encyclopedia of Contemporary Literary Theory.
Todorov, T. 1969. Grammaire du Décaméron. La Haya: Mouton.
-----. 1971 [1968]. La poétique de la prose. Paris: Seuil.Valdés, M. 1994. "Ricoeur". En The Johns Hopkins Guide to Literary Theory and Criticism.
Volvamos al comienzo del texto
Portada
© relacionesRevista al tema del hombre