El sillar en Arequipa
DEDICATORIA
Dedico este trabajo a las personas que día a día refuerzan
el entusiasmo por continuar mis estudios, me brindan su
apoyo incondicional, así mismo dedico el trabajo a mi
querida profesora quien cultiva mis saberes en mi
trayectoria de estudiante.
INTRODUCCION
El objetivo de realizar este trabajo de investigación es
conocer como se dio origen a este valioso elemento, de que
se produce y cual fue la importancia que tuvo en nuestra
ciudad de Arequipa.
Sabemos que este fue un elemento principal para la
construcción de diferentes casonas que hoy en día son una
gran representación monumental de nuestros
antepasados.
EL SILLAR EN AREQUIPA
Su origen se inicio por los españoles por las construcciones
que realizaron en el valle delo rio chili, pues no habían
encontrado otros restos en la zona, sin embargo, los
vestigios hallados en la Casa de la Moneda confirman que
debajo de las construcciones coloniales y Republicanas del
centro Histórico de Arequipa están los restos de
edificaciones construidas primero por los Churajones y
luego por los Incas, Esta información fue proporcionada por
los Arqueólogos Marko López y Pablo de la Vera Cruz.
Al inicio de la conquista española, los colonizadores
trajeron sus propios implementos para construir sus
edificios de acuerdo a las técnicas que conocían, como el
adobe, piedra y madera; e intentaron prohibir el uso del
sillar en las iglesias públicas. Sin embargo, el terremoto de
1582 y las dificultades encontradas por los albañiles
españoles para reconstruir la ciudad a la manera antigua
hizo que se hicieran mano del sillar para adaptarlo a sus
gustos barrocos.
Un gran ejemplo de ello es la construcción de la iglesia de
la Compañía de Jesús, hecha totalmente en sillar con estilo
barroco europeo, iniciada en 1595 y concluida en 1698.
El sillar arequipeño se le puede encontrar en varias
tonalidades que van desde el blanco radiante, utilizado
principalmente en edificios religiosos, y el gris cenizo,
utilizado en las casas antiguas. A pesar de su inicial
rechazo, pronto fue el preferido de los escultores
españoles, ya que la porosidad de su composición hizo que
fuera realmente sencillo esculpir detalles en ella.
Para proteger a la ciudad de los terremotos, los albañiles
combinaron las técnicas incaicas con sus conocimientos,
prefiriendo la construcción de fincas de un solo piso, de
paredes gruesas y techos con forma de bóveda,
desechándose la costumbre europea de los techos a dos
aguas, que no ofrecían mucha resistencia ante los
movimientos telúricos. La conocida “lluvia de tejas” del
terremoto de 1604 fue el punto de partida en el cual los
techos arequipeños comenzaron a tener un sistema de
drenajes para eliminar el agua empozada de las lluvias.
En la actualidad, la casona típica arequipeña, hecha de
este material, ha caído en desuso para darle paso a las
construcciones de material noble, pero la zona monumental
de la ciudad se ha mantenido intacta, ya que para los
arequipeños, el sillar es un factor de su identidad.
La primera construcción que se realizo a base del sillar fue
la Casona De La Moneda en 1794, esta fue diseñada por el
arquitecto Español Agustín Velarde, y su primer habitante
fue Joseph Gonzales de la Fuente y Pacheco.
El sillar arequipeño se le puede encontrar en varias
tonalidades que van desde el blanco radiante, utilizado
principalmente en edificios religiosos, y el gris cenizo,
utilizado en las casas antiguas. A pesar de su inicial
rechazo, pronto fue el preferido de los escultores
españoles, ya que la porosidad de su composición hizo que
fuera realmente sencillo esculpir detalles en ella.
Arequipa esta flanqueada por tres imponentes volcanes: el
Misti, el Chachani y el Picchu Picchu. El sillar es un material
de naturaleza volcánica, producido por el afloramiento y
petrificación de la lava en la superficie. Son numerosas las
canteras en la provincia de Arequipa y desde tiempos
inmemoriales han sido aprovechadas por los antiguos
peruanos. La función mágica y ritual del sillar durante la
etapa precolombina dio paso a la arquitectónica en la
colonia, cuando empezó a usarse para la edificación de
templos y diversos edificios administrativos. La cuantía de
la piedra la convirtió en la materia prima fundamental y
omnipresente en portales, pilares cúpulas y la pileta de la
plaza de armas, armadas en bloques unidos con firmeza
por medio de arena y cal. La Catedral y el convento de
Santa Catalina son las construcciones más hermosas y
destacadas.
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sábado, 29 de enero de 2011
mas cosas del sillar
Origen.
En Arequipa se encuentra en estado natural en zonas como Añashuayco en el distrito de Cerro
Colorado que es considerado como la cuna del sillar, las canteras de Santa Isabel de Siguas,
Yura, Uchumayo, etc.
El origen del sillar es producto de una terrible explosión en la superficie de la tierra de la cual
salieron grandes descargas de un material ígneo similar a la espuma, material que al
solidificarse se convierte en ignimbrita, que en Arequipa toma el nombre de sillar; este
fenómeno que asoló Arequipa sucedió en dos ocasiones, el primero hace 13 millones de
años aproximadamente; la otra hace 2 millones y medio de años en el pleioceno superior.
Por eso no es correcto decir que el sillar viene de la erupción de los volcanes cercanos como
el Misti o el Chachani.
Desde sus orígenes, el sillar ha sido un material muy apreciado, especialmente aquel de color
rosado, un tanto más escaso que aquel de color blanco.
El sillar fue integrado a las construcciones arquitectónicas por el hombre andino desde épocas
prehispánicas y pre incas, prueba de ello es el centro arqueológico de Pampa La Estrella en
el distrito arequipeño de Uchumayo, además de este lugar destaca nítidamente la ciudadela
de sillar de Mollorco en el valle de Pachana que se encuentra en Chuquibamba.
Es el principal material de construcción de la arquitectura arequipeña tradicional, el sillar es
el principal protagonista de la obra civil y que tiene, en sus casonas y sus principales edificios
religiosos, la representación más autentica de una arquitectónica de origen volcánico
La arquitectura de la Arequipa de antaño respondió también a las condiciones telúricas del
suelo, rodeado de volcanes y cumbres nevadas. Los muros de sillería de las edificaciones
tienen anchos entre los 50 y 90 centímetros, llegando, en algunos casos, a superar los 120
centímetros en el caso de algunas iglesias.
La técnica constructiva original incluía el uso de morteros especiales a los que se solía agregar
claras de huevo, con la finalidad de incrementar las capacidades de adherencia de las
unidades de sillares, los que se utilizaron tanto en muros como en techos, éstos últimos con
forma de bóvedas de cañón, sobre las cuales se efectuaron rellenos de carga muerta
aligerada, para dar las pendientes necesarias para facilitar la evacuación de las aguas de
lluvia, así como para contar con el peso necesario para mantener las bóvedas bajo suficiente
presión externa.
De igual manera, los arcos y las gradas de las edificaciones fueron hechos también con sillar,
demostrando que su uso era muy variado, inclusive en algunos patios se puede apreciar el
sillar como parte del piso acabado, mezclado con piedras de río, a manera de escaques de
ajedrez.
La quebrada de Añashuayco tiene una longitud de 18 kilómetros y se extiende desde Cerro
Colorado hasta el distrito de Uchumayo.de esta zona se extrajo el material que se usó en las
edificaciones del área monumental, que hoy gozan de la declaración de patrimonio cultural
por la Unesco. En ella existen tres canteras de sillar: Canterillas, La Paccha y La Grande.
En el 2008, la quebrada de Añashuayco fue integrada a un corredor turístico que
promocionaba entre los visitantes de la región el trabajo de los talladores de sillar en las
canteras.
Características
El sillar es un material de naturaleza volcánica se labra por varias de sus caras en forma de un
cubo rectangular en Arequipa hay varias canteras función mágica antes de la conquista y
función arquitectónica durante la dominación española para hacer templos edificios
portales polares cúpulas piletas armadas y unidas por medio de arena y cal en ninguna
ciudad del mundo se usa de la misma manera este sedimento
El sillar es vendido por los talladores en las mismas canteras y su venta se hace en “tareas”,
que son paquetes de 200 unidades con dimensiones aproximadas de 50 x 30 x 20
centimetros y un peso aproximado de 45 kilos por unidad. Al ser un material poroso, es
bastante absorbente de humedad, su textura es muy rica y estéticamente agradable
Proceso De Extracción Del Sillar
Desbronce: Limpieza.
Partido: División del bloque.
Corte: Trazado y corte del sillar.
Refilado: Emparejar en ángulos exactos.
Labrado: Acabado plano de las caras.
Selección y Apilado: Control de calidad y selección.
Como ha cambiado con el paso de los tiempos
En algún momento la gran mayoría de edificaciones en Arequipa tenían el blanco del sillar en
contraste con color verde del valle. Un contraste que se ha perdido con el paso del tiempo.
El empleo y la utilización del sillar no ha sido heredara de los españoles. Los antiguos
habitantes del valle del río Chili, conocían técnicas de manejo del sillar mucho antes de la
llegada de los españoles.
Los colonizadores trajeron sus propios implementos para construir sus edificios de acuerdo a
las técnicas que conocían, como el adobe, piedra y madera; e intentaron prohibir el uso del
sillar en las iglesias públicas. Sin embargo, el terremoto de 1582 y las dificultades
encontradas por los albañiles españoles para reconstruir la ciudad a la manera antigua hizo
que se hicieran mano del sillar para adaptarlo a sus gustos barrocos.
Un gran ejemplo de ello es la construcción de la iglesia de la Compañía de Jesús, hecha
totalmente en sillar con estilo barroco europeo, iniciada en 1595 y concluida en 1698.
En el Perú, son muy pocos los lugares donde la arquitectura colonial se ha fusionado con la
arquitectura nativa con el uso de materiales propios del lugar, han resultado en un
producto arquitectónico de singular valor.
Influencia social
En este aspecto hay que resaltar el trabajo de los canteros que se encargan de moldear el
sillar, esta labor es muy difícil porque se tiene que soportar el intenso calor y el reflejo de
los rayos solares. Es un trabajo peligroso, anualmente muere un promedio de cuatro
trabajadores producto de los derrumbes, además la inhalación de gases que les produce,
con el paso del tiempo, un mal conocido como silicosis.
Para proteger a la ciudad de los terremotos, los albañiles combinaron las técnicas incaicas con
sus conocimientos, prefiriendo la construcción de fincas de un solo piso, de paredes gruesas
y techos con forma de bóveda, desechándose la costumbre europea de los techos a dos
aguas, que no ofrecían mucha resistencia ante los movimientos telúricos. La conocida “lluvia
de tejas” del terremoto de 1604 fue el punto de partida en el cual los techos arequipeños
comenzaron a tener un sistema de drenajes para eliminar el agua empozada de las lluvias.
Muchos estanques y canales de regadío han sido construidos con sillar
En la actualidad, la casona típica arequipeña, hecha de este material, ha caído en desuso para
darle paso a las construcciones de material noble, pero la zona monumental de la ciudad se
ha mantenido intacta.
De ser un material exclusivo de la fina arquitectura arequipeña, en la actualidad el sillar es un
material “popular” y bastante económico, lo que ha motivado una emigración
arquitectónica, por cuanto dejo de ser utilizado por los sectores sociales pudientes para
convertirse hoy en el material más utilizado en las viviendas de los pueblos jóvenes ubicados
en la periferia de la ciudad aunque hay que añadir que incluso ahí se está optando por
preferir las construcciones de material noble
Importancia turística
En Arequipa el sillar es el principal protagonista de la obra civil las más importantes son las
construcciones coloniales del centro histórico.
Todo turista que llega a Arequipa se queda maravillado por el imponente sillar utilizado en
todas las construcciones del centro histórico.
Una de la que mas resalta es Santa Catalina, la catedral y la plaza mayor, la iglesia de la
Compañía de Jesús, el mirador de Yanahuara, los molinos de Sabandia, la mansión del
fundador también algunas casonas de gran importancia como la Casa Moral, la Casa de
Tristán del Pozo, la Casa de Iberry, la Casa del Pastor y la Casa Goyeneche.
Conclusiones
El sillar ha sido y será una atracción para los visitantes en Arequipa por lo que se debe poner
en valor y rescatar las construcciones que están en aparente abandono preservándolas y
refaccionándolas
El sillar es un recurso agotable por lo tanto se debe mejorar las técnicas de extracción en las
canteras capacitando a los canteros para evitar su desperdicio
Se deben crear talleres para capacitar a personas en el cuidado y mantenimiento de las
casonas y edificaciones que tienen al sillar como material
Para recuperar en algo la prestancia de antaño, sobretodo del centro de la ciudad se debe de
ver la forma de que por lo menos todas las construcciones en el centro histórico sean de
color blanco ya que muchos edificios multicolores han reemplazado a las antiguas casas
hechas de sillar
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El Sillar y la Arquitectura Arequipeñajun 3, 2008 by Rocotito
La arquitectura típica de la ciudad de Arequipa, tanto civil como la religiosa, la monumental o la simplemente popular, se basa en el empleo del sillar, roca volcánica blanca extraída de canteras cercanas a los volcanes Misti y Chachani. Arequipa debe al empleo generalizado del sillar el justo apelativo de "Ciudad Blanca".Por cierto, los antiguos habitantes del valle del Chili construían con sillar desde mucho antes de la llegada de los españoles. Éstos fueron renuentes a utilizarlo hasta que el terremoto de 1582 que prácticamente derrumbó todas las iglesias y casas de piedra, adobe y madera construida apenas fundada la ciudad— y el difícil acceso a los medios acostumbrados de albañilería los indujeron a adecuar el sillar a sus construcciones. El más antiguo edificio monumental arequipeño hecho de sillar es la iglesia de la Compañía de Jesús, iniciada en 1595 y concluida en 1698. Sin embargo, las crónicas de la conquista refieren que una parte del primer frontis de la iglesia matriz de Arequipa, obra del constructor Toribio de Alcaraz en 1549, fue hecha con "cantería blanca del lugar", que
suponemos fue sillar. Éste habría sido el primer caso de utilización—todavía parcial— de esta piedra volcánica por los españoles. En su estado natural, el sillar presenta distintas tonalidades entre el blanco radiante y el. gris cenizo. Incluso se presenta de color amarfilado. Obviamente, el color preferido siempre ha sido el blanco nievo, sobre todo para la arquitectura religiosa.Debe señalarse que el sillar no es una materia pétrea maciza. Es el resultado del endurecimiento milenario de una lava volcánica rica en feldespato y materias vítreas. Cumple un buen desempeño como material de construcción por su persistente dureza en lugares de clima templado, pero no es tan eficaz en el clima de puna o en la humedad costeña, ya que se torna más quebradizo. El sillar ofrece la ventaja de ser muy dúctil a la acción del cincel, pudiendo cortarse en diversas formas y tamaños durante la construcción. Su superficie vítrea —o, más bien, vitrosa— permite realizar talladura fina. Produce un buen "sellado" al unirse las piezas con argamasa de cal y arena, siendo, por tanto, muy confiable para realizar techos de bóveda. Empleado en bloques grandes y macizos en la parte baja del aparejo de los muros, cumple una buena función absorbente del peso y las vibraciones. El sillar de mayor densidad vitrea, llamado de "grano fino", es el adecuado para vanos, dinteles y portadas. El sillar más poroso, de grano grueso , se destina a los cimientos Y los muros. Según el arquitecto e historiador Héctor Velarde, las condiciones climáticas, así como la abundancia del sillar en el valle del Chili, impusieron un uso y un estilo en las edificaciones arequipeñas, estrechamente relacionado con las características de esta roca volcánica. En el caso de las iglesias y conventos, la fácil talladura del sillar permitió un acabado más imaginativo de imafrontes, bóvedas, capiteles, columnas, cúpulas y arquerías, dando lugar a una expresión muy peculiar del llamado "barroco andino" o "barroco mestizo" en el siglo XVII. Los artesanos arequipeños lograron obtener del sillar una visión mucho más plástica y luminosa de las imágenes y motivos iconográficos impuestos por la metrópoli colonial. A las figuras de santos y vírgenes, delicada y alegremente entrelazadas con ángeles, sirenas, atlantes y leones, se sumaron temas de la fauna y flora americana (pumas, cantutas, monos, papayas), junto con rosetones, cuadrifolias y otros símbolos heráldicos. Buenos ejemplos de este gracioso estilo mestizo arequipeño del siglo XVII son las arquerías talladas del claustro de la Compañía de Jesús, en la calle General Moran, y la portada de la Casa del Moral en la calle del mismo nombre. La arquitectura civil arequipeña también se adecuó a las características del sillar. Para encarar mejor el problema de los terremotos, se adoptó la construcción de fincas de un piso, con paredes de más de un metro de espesor, con vanos reducidos y techos abovedados. Estos últimos ofrecían mejor resistencia sísmica que los techos a dos aguas armados con vigas. Los frecuentes temblores —según anota un
cronista religioso— ocasionaban el desvencijado de los techos y causaban "lluvias de tejas", como ocurriera en 1604. Para afrontar con más facilidad las lluvias, se dotó a techos y fachadas de "chorros" o escurrideras, las casonas señoriales adoptaron un frontón curvado muy alto, coincidente con el perfil de la bóveda interior, con talladuras exteriores y sin balcones. Los patios interiores no solían tener galerías y se redujo al mínimo el uso de corredores o pasillos.La típica tinta civil arequipeña, con sus muros altos y gruesos y sus techos de bóveda, no se diferenció mucho de las edificaciones conventuales, y ambas tenían en común facilitar el silencio y la privacidad. De ahí que diversos estudiosos asocien el empleo del sillar con la difusión de la religiosidad entre los arequipeños. En efecto, las callejuelas y celdas de la ciudadela del convento de Santa Catalina, prodigiosa construcción de sillar de inicios del Siglo XVII, no guardan mayor diferencia con las calles y casonas más antiguas de los profanos poblados de Cayma y Yanahuara.A lo largo del siglo XIX siguió empleándose en Arequipa el sillar, aunque con mayor simpleza. La casa cural de la iglesia de Cayma, donde estuvo alojado el Libertador Bolívar en 1825, es un buen ejemplo de este uso tardío. Durante el siglo XX, frente a las nuevas necesidades urbanas, que exigían mayor ahorro del espacio y más densidad habitacional vertical, la antigua casona arequipeña de sillar devino impracticable. En las viviendas populares arequipeñas de hoy, el sillar ya no es empleado como material esencial, sino apenas, ocasionalmente, corno revestimiento decorativo. De ahí que el apelativo de "blanca ciudad" corresponda fundamentalmente a la zona monumental e histórica de la ciudad, y ya no tanto a la parte moderna. No obstante este hecho, es importante que el crecimiento de la urbe no descarte el uso del sillar como un factor de identidad, y que los nuevos estilos arquitectónicos no sean agresivamente contradictorios con la belleza tradicional de la ciudad.
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Piedras Arequipa: Sillar
Región:Arequipa - Provincia:Arequipa - Distrito:Arequipa
Distancia de Arequipa (km):
Distancia de Lima (km): 1 009 Km
Tiempo de viaje desde Lima: Vía Aérea: 45 minutos. Vía Terrestre: Aprox. 16 horas. (bus)
Forma de Acceso: Vía Panamericana Sur desde Lima, pasando por San Vicente de Cañete, Ica,
Nazca, Yauca, Chala, Camaná, pampa de Jaguay, pampa de Sihuas, tunel de Sotillo,
Uchumayo, Arequipa.
Características
El sillar es una especie de piedra producto del afloramiento del magma volcánico que brotó
hace miles de años y que quedó en gigantescas grietas que hoy conocemos como canteras.
El sillar tiene un gran significado para Arequipa, debido a su importancia arquitectónica e
histórica. Su importancia arquitectónica se debe a que la mayor parte de las principales
casonas y edificios eclesiásticos han sido construidos con esta piedra. Además, su
importancia histórica se debe a que esta piedra ha sido utilizada por los antiguos
arequipeños hasta los ciudadanos de hoy. Nos referimos a los habitantes de las culturas
preincaicas con sus petroglifos y pictogramas, a los habitantes del virreinato época en la que
se desarrolló el uso de este material hasta nuestros días. Por el uso de esta piedra en sus
construcciones, esta ciudad es conocida como la Ciudad Blanca. Las primeras canteras
utilizadas para extraer este material fueron las que se encontraban ubicadas al norte de la
ciudad, en el distrito del Alto Selva Alegre, donde hoy se registran los pueblos jóvenes de
Independencia, Primero de Enero y Villa Independiente. Actualmente el sillar, se utiliza en la
restauración de las construcciones históricas, en la producción de figuras, cofres, y
reproducciones de imágenes, así como tallado en sillar. Destacan también la producción de
mesitas, ceniceros, pisapapeles, maceteros, pies de lámparas, objetos decorativos, etc. que
se encuentran a la venta en el Fundo del Fierro. Finalmente, tanto en la construcción como
en la producción de muebles y adornos es importante tener en cuenta hacer una buena
mezcla con arena y cal para unir los sillares. Fuente: Scandell-Tur Neus / Arellano Alexandra,
1998, Todo Arequipa, Editora Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de las
Casas"-Escudo de Oro S. A., Arequipa http://www.ucsm.edu.pe/arequipa/CASON3.htm
http://www.cyt.net/expedicion95peru/19.htm (Actualmente inactiva)
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DOMINGO, 23 DE JUNIO DE 2013PERU. AREQUIPA, REINA DE LAS SIERRAS
Blanco y rocotoSegunda ciudad en importancia del país, Arequipa ofrece el radiante encanto de su arquitectura colonial en piedra sillar. Dinámica en lo industrial y comercial, reserva para el turismo el centro histórico y los barrios cercanos donde la siembra en terrazas hace escuela, mientras la gastronomía regional conquista a los visitantes.
Por Pablo Donadio y María Clara Martínez
No hay edificios con más de dos o tres pisos en todo el centro histórico de
Arequipa. Así, la ciudad deja al descubierto todo el esplendor edilicio de parques,
conventos, universidades, museos y casonas coloniales, quizás el mayor atractivo
para quien llega de visita. Esa refinada arquitectura y la creciente apertura al
turismo le otorgan una enorme similitud con Cuzco, de la que se diferencia y
distingue, sin embargo, por el brillo y la textura del sillar. Esa roca volcánica viste
las fachadas y muchos interiores, en edificios particulares o administrativos. Dicen
que por ese uso corriente del sillar Arequipa es conocida desde la llegada de los
españoles como la “Ciudad Blanca”, aunque algunos aseguran que el apodo se
debe sobre todo al hecho de que en Arequipa eran los blancos los que residían,
mientras negros e indios no eran bien recibidos. Pero la cordialidad actual de su
gente y el buen trato hacen olvidar aquellos tiempos, si es que así fue alguna vez.
Lo cierto y comprobable es que esa roca se ha extendido más allá del centro hacia
casas humildes de barrios aledaños, aunque poco a poco el ladrillo hueco y
naranja va coloreando y “afeando” su coqueta arquitectura, provocando la furia de
los nostálgicos del sillar.
Segunda ciudad a nivel nacional por su desarrollo industrial y comercial,
consolidada por su particular gastronomía y con algunos barrios agrícolas como
Yumina, donde aún se practica la siembra en terrazas, la convivencia entre lo
antiguo y lo moderno es aquí evidente, y por demás atractivo.
La Catedral arequipeña, vista desde las alturas de las galerías
de la Plaza de Armas.
BUENAS Y MALAS Bajo el influjo del gran Misti (5825 m.s.n.m.), el cerro al que
los arequipeños le confieren poderes sobre la urbe y su destino, la entrada a
Arequipa impacta: soberbia en el resplandor de sus muros volcánicos, tallados con
hermosas figuras y filigranas, la ciudad no escapa a la lógica peruana y sus calles
angostas viven al ritmo de los vendedores ambulantes y la comida humeante y al
paso. Es de extrañar aquí la ausencia de motocarros, común en gran parte del
país, aunque su servicio es reemplazado por frenéticos taxis de los que todo
peatón hará bien en cuidarse.
Los arequipeños se saben pobladores de una pujante ciudad y aman su tierra. Lo
dejan ver y lo dicen también en cada comentario: “¿Qué chévere Arequipa, no?”,
precede cualquier comentario o pregunta callejera. La singular arquitectura cautiva
de inmediato a los visitantes, que se distinguen por sus cabezas en alto frente a
columnatas, torres o campanarios. En este sentido, y si bien hay algunos espacios
para conocer gratuitamente como la Plaza de la Compañía o el Museo de
Antropología de la Universidad de San Agustín, resulta un punto flojo el alto precio
de las entradas para conocer algunas iglesias y edificios emblemáticos, como el
convento de Santa Catalina (35 soles por persona, unos $110).
Entre los espacios gratuitos, además de la Plaza de Armas y algunos patios
españoles, se encuentra la calle Puente Bolognesi, una arteria en apariencia nada
interesante: pero allí, detrás de los comercios que aparecen en las fachadas, se
abre otro mundo. Un mundo que se conecta con los tiempos en que aquí se
afincaban los viejos “tambos”, esas casas de huéspedes coloniales y chasquis con
galerías internas y patios inmensos, pero escondidos a simple vista.
A tres cuadras de ahí y metros de la plaza mayor, Joel nos recibe en el Hotel
Tierra Viva con una clave para la visita: “Deben probar el rocoto. Recién ahí
podrán decir que han estado en Arequipa”, advierte. Con la complicidad del
mediodía, no dudamos en hacerle caso, y caminamos al centro histórico donde
sobran propuestas para descubrir platos regionales en el segundo piso de las
galerías, con vista a la Plaza de Armas. Allí mismo comprobamos que los sabores
arequipeños son otro plan en sí mismo. Clásico entre clásicos, el rocoto relleno
aparece en la mayoría de las mesas de turistas o locales, que se entregan al
pimiento picantísimo, relleno con carne picada, cebolla y aceitunas, y que es
acompañado por un mil hojas de papas al que llaman “pastel”. El té de muña bien
fresco y la chicha morada, una dulce bebida de maíz, son los dos refrescos que
suelen acompañar las comidas y apagar su fuego. Aunque sea sólo el comienzo,
porque la cosa no queda ahí: abundante, barata y deliciosa, la comida arequipeña
se presenta en “primeros” (entradas), “segundos” (plato fuerte) y postres, rubro
último en el que hay una fuerte tradición, con variedad de pasteles, alfajores,
mazapanes y mazamorras.
La siembra en los andenes de Yumina, uno de los atractivos
en las afueras de la ciudad.
A LAS TERRAZAS Huayna Capac, uno de los últimos gobernantes incas, fue
quien le habría dado nombre a Arequipa, al pronunciar “Ari-qquepay”
(“quedémonos aquí”) en pleno valle del río Chili, donde estableció una comunidad.
Con ella llegarían también nuevas técnicas hídricas y el brillante manejo agrícola
de andenes en lugares sin suelo llano. De lo primero poco queda a la vista, ya que
la ciudad es hoy arquitectónicamente colonial. De lo segundo, sin embargo, aún
hay mucho.
En pleno centro un bus de doble piso con terraza ofrece la visita diaria y grupal a
cinco puntos de atracción de la ciudad y los suburbios. Pero la mejor opción, si se
cuenta con más días, es visitar uno o dos por jornada y de manera particular. A
cinco cuadras del centro, la avenida Independencia lleva a esos barrios de interés:
el bus número 6 es la clave del éxito para dos en particular, que conjugan historia
y actualidad. En apenas media hora se llega a la intersección del barrio de
Sabandía y Yumina, y ahí se elige por dónde empezar. En el primer barrio, a sólo
seis cuadras, descansa el viejo molino harinero del pueblo, impulsado aún por la
fuerza del río. Allí molían sus granos todos los chacareros de la zona, hasta la
llegada de las máquinas modernas. El predio tiene los primeros artefactos, ruedas
de piedra y carretillas del molino, pero además varios rincones verdes para
pasear, descansar y animarse al picnic. Hay una cascada y un criadero de vicuñas
que se suelen soltar y entonces se las ve beber agua del río en medio de los
visitantes que andan de paseo. Cabalgatas y visitas guiadas completan la oferta.
Hacia el otro lado comienzan los 3,6 kilómetros de camino ascendente a Yumina,
el reino de los andenes. Allí, como hace siglos, los pobladores realizan un colosal
trabajo de siembra en altura, llenando sus laderas con zanahoria, maíz, papa,
avena, quínoa y alfalfa, entre otros productos, y desviando en canales, acequias y
arroyos las aguas cercanas, que corren como venas y bajan hasta el pueblo.
Estos campos de Yumina son apenas un ejemplo de lo que ocurre en los valles
más lejanos, replicando el antiguo sistema de líneas de piedra escalonada en
cuanto cerro hay en el valle. Más allá de su uso práctico, esas terrazas parecen
obra de un pintor. Ondulantes, coloridas y fértiles, se despliegan sobre cerros con
algunas pequeñas casitas, donde las familias aparecen quitando las malezas.
La tarde, como en toda zona montañosa, llega abruptamente, y emprendemos el
regreso hasta San Camilo, la feria que nunca descansa y donde esos comestibles
llegan frescos y de a montones. Además de las pilas naranjas de zanahorias y los
mil colores de papines, en pleno mercado se prepara una versión del rocoto para
llevar a casa. Los pimientos son más grandes y los pasteles se hornean en
bandejas de panadería para que uno elija su porción y, si quiere, lo coma allí
mismo. Así, y como bien nos han dicho, uno puede sentirse plenamente en
Arequipa.
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La quebrada de Añashuayco, es una quebrada de 18 km. de largo, aproximadamente, que tiene sus origenes en las faldas del nevado Chachani que, erosionadas por las aguas, deja al descubierto una gran quebrada de piedra blanca volcanica. En la quebrada de Añashuayco se encuentran 3 canteras de sillar denominadas: "Canterillas", "La Plancha" y "La Grande", de
donde los alarifes o canteros extraen sillar para la industria de la construccion y la escultura de piezas artisticas. Un atractivo con identidad en Arequipa es el sillar, con el se construyo el centro historico de la ciudad. En las canteras de la quebrada se explota el sillar blanco y en las canteras de El Huayco el sillar rosado, que sirvió para construir el puente del Diablo. El Sillar rosado es muy cotizado y su precio dobla al sillar blanco, ambos se venden por tareas. Cada tarea esta compuesta por 200 bloques de sillar de 18 cm de espesor, 55 cm de largo y 30 cm de ancho. Estas canteras son explotadas por obreros que usan herramientas rudimentarias como barretas y palancas para mover los bloques cortados usando pólvora, que es cargada en huecos de 1 pulg de profundidad, hecho en los bloques que se cortaran y son sellados con excremento de vacunos o equinos para provocar una buena explosión. La visita a las canteras de Añashuayco es un paseo que pasa de una zona árida. En la quebrada también se encuentra a una zona de paisaje florido, donde esta el manantial llamado el "Ojo de la Virgen", con un espejo de agua de 120 m2, la poza se encuentra a dos horas de recorrido a pie desde el pueblo tradicional de Uchumayo, por un camino de herradura rodeado por la vegetación propia del valle. Este manantial provee de agua a la población del pueblo tradicional de Uchumayo.
Es un depósito natural donde el tiempo almacenó por años la lava volcánica, al que denominaron sillar, y donde se encuentra la más grandes canteras de Sillar que es explotada por el hombre de manera artesanal.
ESTADO ACTUALActualmente se encuentra es buen estado,ha sido adecuada para el uso turístico por los pobladores y la agencia Natural Paradise Tour.
La Quebrada de Añashuayco se encuentra en el distrito de Uchumayo, a 2000 metros adentro del paradero 7 (km.7) de la variante de Uchumayo.
TIPO DE VISITANTE
Tipo de Visitante Grado de AfluenciaExtranjero 3Local 4Nacional 2
ACCESO HACIA EL RECURSO
Acceso hacia el Recurso Tipo ObservaciónTerrestre Automóvil Particular Terrestre Mini Bus Turístico
RUTA DE ACCESO AL RECURSO
Recorrido Tramo AccesoMedio de Transporte
Via de Acceso
Distancia en Kms. /Tiempo
1Arequipa - Variante Uchumayo
Terrestre Bus Turístico Asfaltado17 Km / 20 min
1
Vairante de Uchumayo - Quebrada de Añashhuayco
Terrestre Bus Turístico Afirmado3 Km / 10 min
TIPO DE INGRESO
Tipo de Ingreso ObservacionesOtros (especificar tipo)
Actualmente hay un paquete turistico ofrecido por la agencia de turismo Natural Paradise Tour, el cual tiene un costo.
EPOCA PROPICIA DE VISITA AL RECURSO
Epoca propicia de visita al recurso
Hora de Visita Especificación
Especificación
Todo el Año - Todo el Año
Todo el diaPreferentemente de 8:00am a 17:00pm
INFRAESTRUCTURA DENTRO DEL RECURSO
Infraestructura ObservacionAgua Señalización
INFRAESTRUCTURA FUERA DEL RECURSO
Infraestructura ObservacionAgua Pueblo Tradicional de UchumayoDesagüe Pueblo Tradicional de UchumayoLuz Pueblo Tradicional de UchumayoTeléfono Pueblo Tradicional de Uchumayo
ACTIVIDADES DESARROLLADAS DENTRO DEL RECURSO TURISTICO
Actividad Tipo
Paseos ExcursionesNaturaleza Observación del paisajeDeportes / Aventura Caminata o TrekingOtros (especificar tipo) Toma de fotografías y filmaciones
SERVICIOS ACTUALES DENTRO DEL RECURSO
Servicio Tipo ObservaciónOtros Servicios Venta de artesanía Otros Servicios Servicios Higiénicos Otros Servicios Servicio de Guiado Alimentación Otros (Especifique tipo) PICANTERIA
SERVICIOS ACTUALES FUERA DEL RECURSO
Servicio Tipo ObservaciónAlimentación Restaurantes Pueblo Tradicional de UchumayoLugares de Esparcimiento
Otros (Especifique tipo)
Campos deportivos Pueblo Tradicional de Uchumayo
Otros Servicios Servicio de Internet Pueblo Tradicional de Uchumayo
DATOS COMPLEMENTARIOS
Uso Actual :LA EXTRACCION DE SILLAR PARA EMPLEARSE EN CONSTRUCCION Y PIEZAS ARTISTICAS, OTRA ZONA ES FRUTICOLA.
Propiedad Actual : MUNICIPALIDAD DE UCHUMAYOAdministrador Por : AGENCIA NATURAL PARADISE TOUR
Fuente Bibliográfica :PLAN DE DESARROLLO CONCERTADO - UCHUMAYOPLAN ESTRATEGICO DE DESARROLLO TURISTICO - ONG EL TALLER
Material AudioVisual : Fotografias,Institución encargada del llenado de la ficha :
GERENCIA REGIONAL DE TURISMO Y COMERCIO EXTERIOR
Persona encargada del llenado de la ficha :
EDUARDO LUNA QUIROZ - SAULO LAZO CASILLAS
Fecha : 23/10/2008*-/-*/-*/