Simplemente
Acaso eso fui:un cementerio a los pies del convento,un perro vagabundoladrándole al giro interminable de las ruedas.
Quizás un álamo en la huertahabitadapor los insectos de mediodía;
o tal vez,
el humo que se abre paso entre el puebloy el sueño:
ese constante latir de la vidaque simplemente desaparece.