UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARITÁrea de Ciencias Sociales y Humanidades
Ciencia Política
SOCIEDAD CIVIL EN NAYARITActualidad y perspectiva
José Salvador Zepeda LópezEnedina Heredia QuevedoJosé Luis Pacheco ReyesAlejandro Orozco Morales
Pedro Orozco Espinosa
Presentación
En una entidad como Nayarit, que para nuestro gusto ha sido una de las que se
han constituido en uno de los sitios en que el arribo a situaciones de cambio se
ha dado en forma tardía, lo cual indica que, persisten gran parte de las
prácticas añejas de lo que caracteriza al sistema político mexicano.
Nayarit ha sido, hasta hace pocos años, en el plano político, considerada como
uno de los reductos del priísmo, no obstante que en los años setenta
experimentó una afluencia importante de eventos que le situaron en la mira de
analistas y no mucho de estudiosos, por el hecho de haberse constituido en un
interesante caso de precocidad política en que por primera vez la izquierda,
encarnada en un grupo político con arraigo local, adscrito al Partido Popular
Socialista (PPS) se situó en la antesala de la gubernatura del estado y fue
impedido de ello por la fuerza de la trampa electoral y las negociaciones
copulares mediante lo cual se confinó el caso al olvido.
Hablar de la sociedad civil, para el caso de Nayarit, nos pone ante el reto de
lanzarnos en una búsqueda incesante en distintos momentos de su historia,
toda vez, creemos, que ésta ha estado marcada en mayor medida por una
amplia presencia partidista que copa de manera importante distintos espacios
de la sociedad.
Para el caso que nos ocupa, consideramos que el decantamiento de la
sociedad civil en los distintos campos, desde nuestro punto de vista, está
mediado por la presencia importante de instituciones como la Universidad
pública como ente autónomo y crítico, comprometido en la transformación de la
realidad y su entorno y la presencia además de una opinión pública construida
en un marco de tolerancia y respeto a las diferencias, pero sobre todo el
respeto irrestricto al derecho de información por un lado y por el otro la libertad
de expresión.
En las próximas páginas, nos disponemos a presentar un repaso rápido, como
una primera aproximación que nos permita dar cuenta mínimamente, de
algunas pistas en torno en qué se ocupa la sociedad civil en Nayarit y los
distintos campos en que se ha venido manifestando, así como las
articulaciones que ésta tiene con la sociedad política. Para ello hemos
considerado necesario echar la mirada en retrospectiva hasta la década de los
setentas con la intención de identificar algunos de los momentos y procesos en
que ésta ha aparecido, la trascendencia que ha tenido su presencia y el tipo de
relación entablado con el ámbito de la política, tratando de ubicar los resultados
de tal interacción.
Antecedentes
En un trazo del recorrido, en una mirada en retrospectiva, Nayarit experimentó
algunos acontecimientos que, sin duda, marcaron el rumbo político pero al
mismo tiempo ayudan a explicar en parte lo que ocurre en el ámbito de la
sociedad civil, que como hemos dicho históricamente ha estado acotada y
agobiada por la política. La presencia un poco tardía de la Universidad pública,
que además de adoptar el modelo napoleónico se estructuró bajo el modelo
corporativo característico del sistema político mexicano. Aun cuando ocurría tal
cosa, la Universidad se convirtió en un lugar propicio para la emergencia de
una serie de articulaciones desde el ámbito estudiantil y sindical con distintos
actores sociales, el incipiente movimiento popular urbano emergente a
principios de los años setenta El Comité de Defensa Popular (CDP) y su
influencia sobre el movimiento popular urbano en Tepic; el CDP y sus
acercamientos con los núcleos electorales de la izquierda; el sindicalismo
independiente y los acercamientos al proyecto “Universidad Pueblo” que en
aquellos años vivía sus momento de auge universidades como la Autónoma de
Guerrero; el experimento del Instituto de Investigaciones Económicas; las; el
movimiento estudiantil, la resistencia al Estado autoritario y la confrontación
con el porrismo en el medio universitario; la crisis que sobrevino a las
elecciones de 1975 que motivó la emergencia de núcleos de resistencia tanto
en el campo como en la ciudad, en un momento en que Nayarit, si lo podemos
llamar de esa manera, vivió su propia guerra sucia, padeciendo las presiones y
las dificultades de un gobierno cuestionado que ante la dificultad de la
legitimación optó por la vía de la fuerza y el acotamiento de los espacios de
expresión de la ciudadanía que no fueran los partidos, inmersos en un
esquema electoral de baja competitividad; de ahí que, aunque hubiese un
movimiento campesino, los maiceros y tabaqueros, las rupturas al interior de
las organizaciones del PRI, la emergencia de expresiones alternativas, la Unión
de Ejidos Lázaro Cárdenas, del sur de Nayarit.
La sociedad civil en los años ochenta
La consolidación del modelo urbano en la organización territorial de Nayarit, de
los años ochenta, los rezagos sociales, la lucha por suelo para vivienda y el
surgimiento del Movimiento Urbano Popular en Nayarit, con sus bastiones en
Tepic, las experiencia de la Organización de Colonos e Inquilinos
Independientes Cuauhtémoc (OCIIC) y la Organización Tierra y Libertad
(OTyL), nuevas formas de organización y acción, la lucha en las calles, los
proyectos populares en busca de mejor calidad de vida en la ciudad; las
comunidades eclesiales de base, el acompañamiento necesario; la debacle del
sindicalismo democrático en la universidad, la lucha social alrededor de la
ciudad; continuidades en el campo, la lucha de los maiceros, la Unión de ejidos
Lázaro Cárdenas, en el sur de la entidad, la debacle y captación del
movimiento, la presencia de línea proletaria y su participación con el salinismo;
la coyuntura electoral del 88 y su contacto con el movimiento popular, la caída,
la partidización de la lucha.
La sociedad civil en los noventa
La década de los noventa es particularmente importante por la cadena de
definiciones que se vinieron dando a nivel nacional, teniendo, sin lugar a dudas,
serias repercusiones en el plano local. Los reajustes en el modelo económico,
la crisis política que afectó seriamente al sistema electoral, continúo después
del 6 de julio de 1988, no sin marcar pautas importantes tal como ocurrió con la
Reforma Electoral, que si bien, abrió cauces para las expresiones ciudadanas
marcó también derroteros de incertidumbre en lo que toca a la sociedad civil.
Ciertamente, en el marco de un modelo partidocrático y con grandes resabios
corporativos, los espacios propicios para el decantamiento y la acción de la
sociedad civil se encuentran acotados.
Hablando concretamente de las redefiniciones que se vinieron sucediendo, en
lo relacionado con la política económica, en nuestra entidad, como se ha dicho,
eso ha tenido importantes repercusiones. Con la retirada del Estado como
gestor del desarrollo, se vinieron en cascada una serie de situaciones que
cambiaron radicalmente el panorama, principalmente en la parte norte,
afectando a un importantísimo sector de la sociedad como fueron los
productores de tabaco, a través de la reprivatización de la industria cigarrera y
el beneficio del tabaco, con la consecuente desaparición de empresas
paraestatales como TABAMEX, EXTAMEX y Tabacos Azteca; los cambios
ocurridos en el plano internacional en lo relacionado con la producción y
comercialización de café y el cierre en consecuencia del Instituto Mexicano del
Café; la retirada de SEPESCA de la producción acuícola y pesquera, que
afecta en mayor medida a las familias de pescadores de la zona estuarina de
San Blas, Santiago, Rosamorada, Tuxpan y Tecuala, con lo que se abrió paso
en forma posterior a la llegada de nuevas empresas transnacionales, tal como
sucede con “Aquanova”, una empresa que operaba con capital español y
estaba enfocada a la producción de camarón en granjas a un costo muy alto,
sobre todo si lo vemos a partir de las acciones realizadas para su instalación
que fueron sumamente agresivas para el medio ambiente, toda vez que
arrasaron indiscriminadamente con importantes reservas de manglares en el
municipio de San Blas; los estragos del Niño, aquel trágico 1992 y la crisis que
se agrava en el campo nayarita.
Aunque venía operando desde los años setentas, el fideicomiso Bahía de
Banderas, afamado por sus pasajes fraudulentos, además de los grandes
estragos provocados en la naturaleza y sus estragos en el ámbito social tras la
puesta en operación de agresivos planes mediante enfocados a atraer
inversiones a la región, dando como resultado una tendencia gradual a la
expropiación de suelo ejidal y su incorporación a manos privadas,
principalmente a los inversionistas de la rama turística, con lo que además se
ejerce un control centralizado por parte del gobierno federal, que da carta
abierta para las acciones deliberadas de saqueo y desplazamiento de
ejidatarios de la región sur.
La crisis del campo, que se agudiza a partir, entre otras cosas, de los
elementos enunciados y aun más en la coyuntura de 1992, con el fenómeno
del niño, provocó una situación de quiebra casi generalizada entre los
productores agrícolas de las distintas regiones del estado. Esto último con la
crisis derivada del famoso error de diciembre, se convierten en un factor de
presión y en una seria amenaza al patrimonio familiar.
Lo anterior fue el marco para la aparición de algunos signos que presagiaban
cambios en el escenario político social; emergían nuevos actores, entre ellos se
percibía un cierto ánimo de resistencia y una gran determinación en defensa de
sus intereses. Habremos de señalar algunos ejemplos al respecto. Ante la
situación imperante en la costa sur no se hizo esperar la presencia de un
movimiento de resistencia, en torno al cual se estuvieron nucleando grupos de
ejidatarios y sus familias, ante lo cual se echó manos de recursos de fuerza por
parte del gobierno en turno, y aquí sobresale el caso de Corral del Risco, en el
municipio de Bahía de Banderas, una comunidad que fue objeto de represión,
mediante lo cual fue desalojada, alrededor a principios de la década.
Por otra parte, en relación a la presencia de Aquanova en la zona estuarina, y
frente a la amenaza que se cernía sobre la región surgieron focos de
resistencia, principalmente en el municipio de San Blas, con la creación del
Grupo Manglar, el cuál ha estado enfocado en la defensa de la naturaleza,
planteándose inclusive acciones alternativas en lo relacionado con el fomento
a la actividad turística. El ejemplo del grupo Manglar prende y se van
decantando nuevos escenarios propicios para ello, con el surgimiento de otros
núcleos, ahora en el medio urbano, a través de una organización identificada
como la Sociedad Ecológica de Nayarit que se enfocaría en primera instancia a
la defensa de la ciudad y por un mejor nivel de vida urbano, libre de
contaminación ambiental y de las aguas, particularmente con la preocupación
central sobre el Río Mololoa, una pequeña corriente de origen local que corre
por la ciudad de Tepic y desemboca en el Río Santiago ya muy cerca de la
desembocadura de éste hacia el Océano Pacífico.
La crisis política y los cambios en las relaciones entre sociedad y gobierno, que
cabe decir, comienza a aplicar políticas “de mano dura”, da la pauta también
para que desde distintas trincheras se fuera decantando un campo más de
actuación, el de los derechos humanos. En este aspecto vemos aparecer
desde organizaciones promovidas por grupos de iglesia, como sucede en el
caso del organismo Pro Derechos Humanos A.C. (PRODHAC), proyecto
impulsado en forma directa por parte del Obispo de la Diócesis de Tepic, al
cual se incorporan en su momento personas de distintas procedencia,
fundamentalmente líderes de opinión, profesionales de distintos campos, entre
ellos un grupo de abogados y líderes naturales de organizaciones y
movimientos sindicales, colonos, comerciantes y empresarios pertenecientes a
las distintos organismos patronales de Nayarit. Como se ve, PRODHAC abrió
un frente al que confluyeron personalidades de distinto origen, cuan distinta su
condición política, lo que, sin embargo no logró prevalecer, toda vez que en su
interior comenzaron a aflorar líneas partidistas, situación que dio al traste con el
proyecto.
En el medio cultural no se dejaron esperar cosas, aparecen algunos colectivos
enfocados sobre aspectos como la cultura y las artes, y aquí cabría destacar
casos como el de la Comunidad de Artistas e Intelectuales de Nayarit A.C.
(CAIN), la Fundación Alica A.C., que es algo así como la contribución cultural
de el principal núcleo empresarial de Nayarit, nos referimos al Grupo
Empresarial Alica que encabeza Antonio Echevarría Domínguez quien fuera
gobernador de la entidad en el periodo 1999-2005.
Ahora bien, en este breve repaso, conviene señalar que en distintos momentos,
el espectro partidista y la dinámica electoral han inhibido en buena medida la
posibilidad de que emerjan distintas manifestaciones desde la llamada
sociedad civil. Con PRI o sin PRI, la avasalladora, pero además, intensa
presencia de la actividad electoral, y si a eso le agregamos la persistencia de
prácticas clientelares y formas de control corporativo la sociedad civil ha estado
sumamente acotada, con un muy escaso margen de acción.
Ante la crisis del campo, surge, como parte de un movimiento nacional el
movimiento de damnificados por el fenómeno de “El Niño”, a lo que luego se
agregarían los deudores de la banca, para dar lugar a la emergencia del
Barzón Nayarita como una reacción de parte de los productores del campo,
pero que más tarde se va expandiendo hacia el medio urbano para incorporar
algunas secciones en una faceta novedosa, entre las que figurarían una
agrupación de artistas locales (Barzón artístico), las sexoservidoras (Barzón del
Tacón Dorado) y los pequeños empresarios, agroindustriales, ganaderos y
comerciantes en pequeño, agobiados por la presión de los bancos y de los
agiotistas privados, además de las elevadas tasas de interés de algunas firmas
comerciales nacionales y locales con las que venían contrayendo deudas.
En esta década, hay un momento en que los productores del campo se
sublevan, e intentan romper con el monopolio de la representación que ha
caracterizado el modelo de organización política, intentan pues romper con las
organizaciones nucleadas en la CNC, sin embargo, aun cuando hay rupturas y
reposicionamientos, estas organizaciones continuaron inmersas en el ámbito
partidista, dieron el salto del PRI hacia el PRD, manteniendo una línea de
acción en primer lugar centrada en la lógica partidaria, en la que las elecciones
se presentaban como el momento propicio para ajustar cuentas con sus
antiguos opresores, los priístas de la CNC y los gobiernos emanados de este
partido y el cálculo y la propia apuesta política, enfocan en la perspectiva del
costo beneficio en el plano electoral como paso previo o necesario para
continuar en la lucha por resolver sus demandas.
En realidad, década tras década, la presencia avasallante de los partidos
políticos y la actividad electoral, que para Nayarit ha sido intensa1, se han
convertido en factores que inhiben la posibilidad de emergencias en el plano de
la sociedad civil, aunque, habrá de reconocerse que, en los últimos años, como
consecuencia, precisamente de la crisis política de la presente década, en la
cual los principales afectados son la clase política, inmersa en los partidos y las
instituciones de la esfera electoral, particularmente el Instituto Federal Electoral
y su homólogo, el Instituto Electoral del Estado de Nayarit, han marcado ciertas
pautas a la sociedad que comienza a decantarse tanto en las dimensiones
1 En un lapso de seis años, cuatro se dedican a la actividad electoral, de manera que los otros dos, si nos centramos en la lógica, son igual parte de la misma, porque, aun cuando las reformas electorales se han enfocado a reducir los tiempos de campaña, estableciendo un momento previo, la precampaña, la actividad de los partidos rebasa los tiempos y con ello atrae a la sociedad a la dinámica.
cívica como ciudadana, lo que se observa a través de distintas
manifestaciones, entre grupos sociales determinados.
La sociedad civil en la actualidad
La crisis de la política, y particularmente de los partidos, que se agudiza en los
años noventa, nos muestra signos de acotamiento de los espacios civiles y
ciudadanos; la toma de decisiones en torno a los grandes temas de la agenda
nacional y local, por encima del descrédito del sistema electoral, sigue siendo
monopolizada por los partidos gracias a las bondades que representa para
éstos el marco legal. Por lo tanto, esta crisis severa nos muestra una gran falta
de correspondencia entre las acciones y de los distintos actores políticos y los
intereses de la sociedad civil, en ese sentido, la mayor parte de la sociedad ha
estado ajena al debate en torno a la Reforma del Estado, como lo estuvo de la
Reforma Energética y otros temas de interés nacional, somos, en pocas
palabras una sociedad acotada, a merced de los partidos y de los gobiernos
emanados de procesos cada vez más desatendidos y menos creíbles por la
cantidad de vicios que se vienen reproduciendo, pero además desprovistos de
toda propuestas objetiva, creíble, realizable. En estas condiciones, frente a un
margen estrecho de participación, los gobiernos toman decisiones en forma
unilateral, la gran mayoría de espaldas a la sociedad, de modo que sólo
observamos impávidos, acontecimientos como los grandes proyectos de
construcción de presas sobre el Río Santiago (Aguamilpa, El Cajón, La Yesca),
al mismo tiempo que nos enteramos que en Guerrero rechazaron la
construcción de la obra en La Parota. Ahora, a propósito de esto,
Ante esta situación, la sociedad parece estarse desmarcando y empieza
partidos embozados, que por consecuencia del modelo de dominación
característico del sistema político mexicano, han mantenido acotada y
controlada a la sociedad civil y han avasallado los movimientos ciudadanos.
En la ; los movimientos emergentes, Orgullo Gay, Jóvenes desde distintas
trincheras, la cultura, el arte, la música y algo de política; los derechos
humanos, en defensa de la tierra. La participación acotada, los partidos como
agencias de colocaciones, la disputa por los espacios ciudadanos, en busca de
la legitimidad perdida.
El movimiento urbano popular en Nayarit en la década de los noventa no dista
de los planos que se articularon en el plano nacional, así como la comprensión
del mismo por los mismos investigadores de este fenómeno: paso de ser un
movimiento marginal en la década de los 70´s , que nació y creció derivado de
la configuración de un modelo de producción capitalista, cuya esencia es la
exclusión y la marginación que se presentaron en las ciudades, por ejemplo el
crecimiento desmedido de solicitantes de vivienda y de la periferia de la capital,
Tepic desde finales de las décadas de los setenta; a un movimiento cada vez
más reconocido como una fuerza cívica y cuyas dos expresiones máximas
estás asociadas tanto a la solidaridad que se presentaron durante los sismos
del año 1985 en la Ciudad de México y de la bifurcación que se presentó ante
el proceso electoral del año 1988, en que se decidió la participación en el
proceso electoral y la conformación del PT.
Para la década de los 90`s en Nayarit, como en el plano nacional, los
movimientos urbanos se mostraron cada vez más heterogéneos, derivados no
solo de la ofensiva estatal contra los planos que articulaban a los movimientos
sociales, sino producto a su vez de dinámicas sociales muy particulares y
especificas que fueron definiendo el rumbo que tomarían los movimientos
urbanos.
En Nayarit se mostró con mayor fuerza en la década de los noventa una
política que en plano nacional estaba presente desde el sexenio de Miguel de
la Madrid, el retiro del estado benefactor y la emergencia del llamado
neoliberalismo que no solo se expresaban en la aplicación directa de políticas
públicas focalizadas, dejando de lado el carácter universalista que llego a
representar desde la década de los 40`s y hasta los 80`s. Ya bajo la
administración de Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo, en este periodo en
Nayarit se fueron acumulando diversos planes locales/nacionales que no solo
transformaron el rostro en la entidad sino que fueron definiendo el rumbo de lo
que a la postre sería un movimiento urbano y popular cada vez menos orgánico
y menos coordinado pero presente con diferente rostro, no obstante las
demandas de la población se han venido diversificando, así como las
denuncias y movimientos que surgieron.
Baste recordar que al menos pueden ubicarse tres fenómenos que a nuestro
juicio trasformaron el contexto de manera drástica en la entidad y que de
alguna manera impactaron a los llamados movimientos urbanos en Nayarit. Un
fenómeno poco analizados es la institucionalización del conflicto social y su
politización-partidización, es decir el PRI, partido que dominó a la entidad hasta
1999 —cuya pausa fue representada por el ascenso del empresario Antonio
Echavarría Domínguez— supo mediatizar el conflicto social a partir de sus
llamados sectores que dominaron la entidad, en otros términos el llamado
corporativismo no solo encontró auge sino un desarrollo poco visto en el plano
nacional, pero en el plano local fue evidente su uso y abuso por parte de la
estructura partidista, indudablemente también esta forma de cooptación estuvo
presente en los partidos de izquierda en la entidad, pues la adhesión de
demandantes sociales a las estructuras de los partidos fue evidente.
Tres botones de muestra en Nayarit están representados por el transporte, los
comerciantes en pequeño y los llamados Comités de Acción Ciudadana, las
dos primeras organizaciones aglutinadas mayoritariamente en el ACASPEN
(desagregar) y la CNOP (Desagregar) respectivamente, muestran la fortaleza
en la partidización de las demandas sociales, y el caso de los llamados
Comités de Acción Ciudadana que siendo una de las formas de organización
vecinal y cuyas máximas expresiones de autonomía y de viabilidad vecinal bajo
la administración local del municipio de Tepic de Tino Ávila (1999-2002), fueron
mutando hacia formas poco claras de participación social, hasta derivar en
meros mecanismos de transmisión de directrices municipales más adelante,
sobre todo en las administraciones que le precedieron, la de los señores Ney
González (200-2005)y Humberto Cota (2005-2008), respectivamente.
El segundo fenómeno está asociado a la reconfiguración espacial del estado.
La emergencia de un polo turístico que se venía perfilando desde la década de
los 80’s representado por la creación del municipio de Bahía de Banderas, que
a la postre sería la apuesta de la actual administración, conocida como la
Riviera Nayarita (2005-2011), este hecho no solo vino a transformar el sur de la
entidad, sino a reconfigurar una serie de problemas que han potenciado el
estar nucleando fenómenos latentes y manifiestos que pueden representar en
el mediano y largo plazo un caldo interesante de cultivo para los movimientos
sociales. Aunque habría que señalar que faltan estudios del impacto en
términos sociales de este fenómeno, (Real, 1999) lo cierto es que es posible
reconocer que ha generado un movimiento incipiente que demanda servicios
básico urbanos, sin que tenga aun el protagonismo registrado en la entidad de
fines de los 80´s, aunado a la configuración de nuevos movimientos sociales
que se están anclando entre la defensa de los recursos naturales, la defensa
de sus tierras, la oposición constante a los planes de convertir esta zona del
estado en una simple “zona turística”.
El otro elemento que ha estado presente y a la vez resulta una paradoja en la
entidad es la sobreexposición al espacio de la política electoral, lo cual lejos de
alentar la participación social ha limitado la capacidad de organización social,
pues de entrada supondría que somos un estado donde se esperaría la
participación copiosa de la población en los procesos electorales, sin embargo
esto no es así. Durante un ciclo electoral de 6ª años en la entidad solo dos
años se está libre de procesos electorales. Sin tener aun evidencias de esta
situación, lo cierto es que la gente sufre una especie de hartazgo de la política
electoral, al igual que en plano nacional solo los procesos electorales donde se
renueva la Presidencia de la República son los que presentan niveles altos de
participación electoral (62%, confirmar), los demás procesos electorales se
presentan casi siempre de manera desangelada y esto cada vez más aleja a la
población a ensayar formas de rendición de cuentas hacia sus representantes
populares, aunado al ejercicio profesionsalizante de cooptación a través de las
“gestiones” que se realizan a partir de las oficinas de los representantes
populares.
Estos elementos reseñados son la pauta que no solo configuro la década de
los 90´s sino la actual. Desde el año 2000, fue evidente que la alternancia
política que se expreso en el plano local primero (1999) y nacional después
(2000) lejos de dar carta de defunción a las prácticas corporativas fueron
refuncionalizadas, hasta conformar nuevas versiones de una especie de
corporativismo azul, el caso paradigmático en la entidad fue el sector
transporte, pues si bien formalmente la ACASPEN seguía perteneciendo al PRI
de manera estatutaria, fue emergiendo nuevas agrupaciones que nunca
lograron disputarle el control real a esta organización de transportistas, pero fue
posible la convivencia entre un gobierno que llego de coalición,
PRD_PAN_PRS pero que en pa práctica fue evidente su cariz hacia Acción
Nacional.
Esto es lo que se está visualizando ante la crisis institucional, donde no se
responde y se van creando nuevos procesos de reconstrucción, pues estos no
son los escaparates necesarios, pues hay una búsqueda.
La importancia de tener la consideración: en Nayarit prevalece una situación
donde la sociedad civil ha estado acotada por tal situación. Por lo que existe un
enunciado, es decir, solo en el papel y que da señales en algún momento que
es a través de movimientos emergentes. Hay algunos frentes que se están
abriendo desde la Rivera Nayarit.
Movimiento Popular Urbano con relación al rescate de la ciudad, por un
proyecto de una ciudad alternativa UPIN Unión Popular Independiente de
Nayarit y CODUC Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y
Campesinas (surge como iniciativa de partido para insertarse en ámbitos
específicos de la problemática urbana: suelo, vivienda, servicios, como
momentos de un proceso), Organización Popular de Colonos Emiliano Zapata,
antiguos OTyL, con proyectos que convocan a la participación centrados en
torno al mejoramiento de la calidad de vida: Tiendas de abasto comunitario,
guarderías para las madres trabajadoras, etc.
Presas.
OCIIC queda solo como una reivindicación y como un dato histórico.
Los jóvenes desde los espacios que se vienen abriendo:
Ideas en torno al tema jóvenes y participación política
El alto porcentaje de población joven a nivel nacional y estatal,
fundamentalmente población de entre los 15 y los 25 años.
Una multiplicidad de planos de presencia y participación juveniles.
Los espacios institucionales
a) El ámbito partidista.
b) El ámbito gubernamental y los espacios derivados de la acción pública
c) El ámbito educativo y los espacios derivados de la organización y
estructura oficializada
Los espacios extrainstitucionales
a) Los espacios alternativos, el movimiento musical emergente
b) Las tendencias socializadoras de las nuevas tecnologías
c) Los clubes y los foros msn
d) Los espacios de los espectáculos
Las perspectivas para la participación política de los jóvenes
a) Pasa por el escaso desarrollo intelectual local.
b) Por la inexistencia hasta hace poco de disciplinas del campo de las
Ciencias Sociales.
c) Por lo acotado de los espacios de expresión y participación a nivel local,
comenzando por la Universidad.
d) La ausencia de una cultura cívica en un ambiente en que se ha carecido
de la reflexión necesaria en torno a la historia y los valores nacionales así
como la construcción de alternativas más allá de la ideología dominante y
las estructuras de poder prevalecientes.
Notas sobre la condición juvenil:
“La juventud es un concepto vacío de contenido fuera de su contexto histórico y
sociocultural. La condición de ser joven ha sufrido variaciones fundamentales en
el tiempo” (Valenzuela, 1997: 51).
“…el concepto de juventud se inscribe en las características fundamentales de la
clase social de pertenencia. Esta información puede parecer anacrónica para
quienes se adscriben…la realidad de nuestros países muestra grandes
diferencias en los procesos de envejecimiento a partir de la adscripción de clase”
(Ibíd.)
“En gran parte de las áreas campesinas o indígenas, e incluso en muchas zonas
populares, los niños se involucran en procesos de prematuro adultecimiento
donde su vida se define desde los marcos del trabajo y no a partir de las ofertas
de consumo” (Ibíd.)
“Al igual que otros segmentos de la población, lo jóvenes en México y en el
mundo constituyen grupalidades diferenciales, adscripciones identitarias que se
definen y organizan en torno a banderas, objetos, creencias, estéticas y
consumos culturales que varían de acuerdo al nivel socioeconómico, a las
regiones, al grado de escolaridad, entre otros factores que la investigación
empírica apenas empieza a desentrañar” (Reguillo, 1997: 210)
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