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RESISTENCIAREBELION
y CONCIENCIACAMPESINA
J EN LOS ANDESsiglos XVIII al XX
STEVE]. STERNcompilador
Stern I Morner I Trelles I Campbelll SalomonSzemiríski I Flores Galindo I Bonilla
Mallon I P)att I Dandler I Torrico I AJbó
IEP Instituto de Estudios Peruanos
Serie: Historia Andina 17
Este libro contó con el respaldo del Social Science Research Council
© Resistance, Rebellion and Conciousnessin the Andean Peasant World,18th to 20th CenturiesMadison: The University oí WisconsinPress,1987
© De la versión en castellanoIEP edicionesHorado Urteaga 694, Lima 11Telf.32-3070 / 24-4856
Traducción:Capítulo 1,Capítulo 2,Capítulo 9 eIntroduccionesCarlos Iván Degregori
Capítulo 4,, "" . Capítulo 5,
Capítulo6y
Cápítu!()l9"~',, "'.''"''Sandrá"tit¿¡W; d~ ~erté<q\o:>'~>'~1 <~ ~!~,..~_. :~.~ ~ : .~'. ~ ~ :'
ImpresO~'elEeh1;; '1\' ;~;-:J:¡i,"Agosto de 1990 _;"
2,000 ejemplares
ncil
Para mis padres yen memoria de A. Eugene Havens
CONTENIDO
Mapas 11
Prefacio, ,-.~-
13
Introducción
1. Nuevas aproximaciones fllestudio de laconciencia y las rebelioiries campesinas:las implicancias de la experiencia andinaSteve J. Stern 25
PaIte 1. De la resistencia a la insurrección:crisis del orden colonialIntroducción 45
2. La era de la insurrección andina,1742-1782: una reinterpretaciónSteve J. Stern 50
3. Un intento de calibrar las actitudeshacia la Rebelión en el Cusco durantela acción de Túpac AmaroMagnus Morner y Efraín Trelles 97
4. Ideología y faccionalismo durante lagran rebelión, 1780-1782Leon G. Campbell 118
Parte 11. Conciencia e identidad durante laera de la insurrección andinaIntroducción 143
5. Culto a los ancestros y resistencia frenteal Estado en Arequipa entre los años 1748 y 1754Frank Salomón 148
6. ¿Por qué matar a los españoles? Nuevasperspectivas sobre la ideología andinade la insurreción en el siglo XVIIIJan Szemiríski 164
7. Buscando un IncaAlberto Flores Galindo 187
Parte III. Rebeliones y la formación del Estado-Nación: perspectivas del siglo XIXIntroducción 203
8. El campesinado indígena y el Perú en elcontexto de la Guerra con ChileHeraclio Bonilla 209
9. Coaliciones nacionalistas y antiestatales en laGuerra del Pacífico: Junín y Cajamarca, 1879-1902Florencia E. Mallon 219
10. La experiencia andina de liberalismo . ,boliviano entre 1825 y 1900: raíces de la MAPASRebelión de Chayanta (Potosí) durante el
,siglo XIX 1. BolivTristan Platt 261
farte IV. Dilemas políticos y conciencia en la 2.revuelta andina moderna: estudios decasos bolivianos 3.Introducción 307
11. El Congreso Nacional Indígena de 19454.en Bolivia y la rebelión de Ayopaya(l947)
Jorge Dandler y Juan Torrieo A. 31412. De MNRistas á Kataristas a Katari
5.Xavier Albó 3576.Bibliografía 3917.
8. La
9.
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MAPAS
1. Bolivia y Perú: ciudades, pueblos y aldeas 17261
2. Bolivia y Perú: provincias coloniales hacia el S. XVIII 19
3. Regiones norte, centro y sur y la geografía
307 de la Rebelión a fines de la Colonia 57
4. Tarma-Jauja durante los años de las insurrecciones
314 indígenas: lugares protagonistas 71
357 5. La región del Cusco en 1786 107
6. Actividad guerrillera y la Guerra del Pacífico: Junín 227391
7. Actividad guerrillera y la Guerra del Pacífico: Cajamarca 239
8. La región de Chayanta en la zona norte de Potosí 263
9. Ayopaya en la región de Cochabamha 317
Prefacio
Este libro es producto de un esfuerzo colectivo iniciado por el/oint CommitteeonLalin American Studies del Social Science Research Council (SSRC) y elAmerican Council of Learned Societies (ACLS). En 1981 el Joint Committee nos instóa Brooke Larson y a mí a redactar un documento de traba,joparauna reuniónque tcndría lugar en octubre., con el propósito de diseñar un proyccto .sobrela historia andina. En esta reunión estuvieron presentes Carlos Scmpat Assadourían, ]oséMaría Caballero, Mag.nus Morner, ]ohn V. MUITa, Silvia Rivcra~Karen
Spalding, Enriquc Taridcter¡ Larson y el que escribe. Se logró esbozar un marcoreferencial para trcsconferencias interrelacionadas, que pretendían desarrollarnuevas hipótesis y conclusiones basadas en los'recientes avances ,de la historiay la etnología andinas,y plantear orientacion<..~ para investigaciones futuras.Una de las conferencias analizaría la pc~etración del mercado y la reacciónandina frente a dicha pcnetración en el transcurso de los siglos XVI alXX. Lasconclusiones alcanzadas en este simposio, realizarle en Sucre en 1983"" figuranen la obra de Olivia Harris, Brooke Larson y Enriquc Tandeter (cds.), La parlicipa-'ción ind(,?ena en los mercados surandinos. Estrategia$ y repro4ucción social, siglosXVI-XX (La Paz: CERES, 1987). Una segunda conferencia debía centI:arse enlos procesos de tipo endógeno utilizadps por las sociedades andinas paradcfenderse y reproducirse desd~ el tiempo de la conquist(i española, así como enlas transformacioncs generadas por dichascstrategias. Esta confcrencia~la másexperimental en su naturaleza-tuvo lugar en Quito en )ulio de 1986.
La tercera conferencia debía· centrarsecspecíficamentc en Ja historia de laresistencia y rebelión andinas entre los siglos XVIlty XX, poniendo énfasis en,uno, analizar las· etapas de violencia colectiva,como transiciones O rupturasdentro de una trayectoria que abarca divcrsas, formas de resistencia, y"dos,evaluar las dimensiones ideológicas y culturales ,de la dominación,·lalcgitimidad política y la rebelión. Esta conferencia tuvo lugar en, Madison en abril de1984. En ella se produjo un acervo de,matcriales,·qucluego fucronrctrabajadosy revisados hasta convertirse.en este libro. De manera intencional los temas ypcrs~tivasde caqa conferencia~oinddían.parcialmentc~o:n 'losdelasdcmás.Este factor, así corno la; presencia de los mismos participantes y:las diversasconsultas entre los coordinadores.de las cO,nfcr~ncias han con,tr;ibuiQo (¡convertir los simposios en esfuerzos relacionados.rccíprocamente y dirigidos ·haciauna agenda común. En forma individual y conjunta lasconicrcncias tuvieronun doble objetivo: 1. analizar las diversas' fOrinas en que los pueblos andinos
14 PRLI:¡\CIO PREFACIO
han participado en y respondido tl los mundos sociales, económicos, culturalesy políticos en que se desenvolvieron, y 2. buscar indagar l¡¡s motivaciones ylas dinámicas endógenas de la experiencia histórica andina.
Reconozco con profundo agradecimiento el apoyo de las numerosas personas que participaron en diseñareste proyecto global sobre los Andes y el proyectode las rebeliones en particular. Entre ellas figuran los participantes en la reuniónde octubre de 1981 mencionada líneas arriba, así como losautoresde loscapílulosque aparecen en este volumen. Las siguientes personas también han contribuidocon el fruto de sus investigaciones y con sus comentarios a la conferencia de 1984en Madison: Manuel Burga, Víctor Hugo Cárdenas, Iohn Coatsworth, MichaelGonzales, Rosalind Gow, Friedrich Katz y Scarlett ü'Phclan. Debo un agradecimiento especial a Brooke Larson por su colaboración en nuestro desempeño comocoordinadores del proyecto general y por su trabajo como miembro asociado delSSRC; también a Silvia Rivera y Karen Spalding por diseñar la agenda específicay las bases para la conferencia sobre las rebeliones.
Erk R. Wolf yunlector anónimo revisaron todo el manuscrito e hicieronnumerosas 'S\lgeren:cias que contribuyeron a perfeccionar la obra. Tambiéncontamos con la asesoría editorial de Elizabeth Steinberg, jefe de la oficinaeditorial de láUniversidad de Wisconsin. Mis colegas Rorencia MaHon y ThomasSkidmore, así como loon Dassin, miembro asociado delSSRC, nos brindaron entodo momento-una buena ascsoría, tanto general como específica. Goorge ReidAndrcws merece nuestra gratitud por ·lanzar la idea del proyecto durante sudescmpcñocomo miembro asociado del SSRC. Todas estas personas han cumpl ido un papel importante en la configuración de este libro y el lugar que ocupadentro'del proyecto más amplio dcl'que forma parte.
También quisiera agradecer a mis colegas y amigos dellnstihIto de EstudiosPeruanos OEP) por' su colaboración y apoyo al producir la edición peruana deeste libro. Marisol de la Cadena y Carlos Contreras me han proporcionado susexcelentes consejos y me han ¿¡poyado prácticamente desde el inicio, cuandola situación financiera se presentaba difícil e incierta. Carlos Iván Dcgregori seha encargado de los aspectos editoriales yde traducción con gran diligenciaypercepción, asistido pbr Sandra Patow de Derteano y Juan Dejo. En su papelde miembro del Comité Directivo del IEP, Cecilia Blondet hizo posible queencontrara un ambiente de trabajo acogedor' cuando me hacía cargo de losdetalles finales en el lEP, en julio de 1989.
Las investigaciones, las conferencias y los libros cuestan dinero. Los fondospara la conferencia de 1984 en Madison y la preparación editorial de susresultados corrieron a cargo del Joint Committee on Latin American Studies delSSRC y del ACLS,así como dd Anonymous Fund Committee y de la Cyril NaveFund Committee de la Universidad de Wisconsin, en Madison.Los ret:ursosproporCionados por el Natiohal Endowment for the Humanities y el University ofWinconsi"nGtaduate School Cdrnmittee me permitieron, por su parte, hac~r trabajosdeirtvestigación que han sido incorporados en este libro.
El· capituló~' sintetiza los lineamientos de análisis y las perspectivas queunifican'la obra en un todo mayor a la suma de sus partes, y examina latrascendencia de los estudios de caso andinos para el análisis del campesinadoen forma más general. El restodel libro se divide en cuatro secciones principales,
con sendas introdel contenido del vaandinos. En gcncrpara las palabrasqinclinado por unaexcepción a esta re.se convierte en "fupolítico analizadogenerales para est·muchos distri tos caperíodo colonial, 'resultan pertinent,
La invcstiga~
y dinámico. Desdenuevos e importac,
rrollados en cste lide este volumen,y resurrección de/os.(La Habana, 1986:;,terratenientes semIcomparativo el n~
desde una pcrs..Revolution: Rural 5..
Soy totalmcnt~y conciencia campeaunque la introdu(aplicable ampliamelamentable a causaa varias razones. Psimposio quc' motirelación al fenómcestadio de la reflEresultados de sus ifocalizaron sus crcolonial y la del sia fundamentar unde las políticas ro
Segundo, que I
listas dentro del mttos políticos y eslcontexto dentro deción complica cnerelación a Senderolos campesinos al1parte IV. Con relasiglo XIX para laslas estrategias poI
I'1~ll'ACIO15PREFACIO
con sendas introdu~cioneseditoriales que servirán para orientar al lector sobreel contenidodcl volumen. Los expertos difieren sobre la grafía de ciertos términosandinos. En general hemos utilizado a lo ¡argo de la obra una grafía, uniformepara las palabras que surgen con frecuencia en los diversos ensayos, y nos hemosinclinado por una grafía que fuera familiar al lector de habla española. Ha,y unaexcepción a esta regla, y es la que aparece en el capítulo 12, cuando "Túpac Katari"se convierte en "Tupaj Katari", por deferencia a los usos actuales del movimientopolítico analizado en dicho ensayo. Los mapas 1 y 2 servirán como mapasgenerales para este libro (el lector deberá tenef en cuenta que los nombres demuchos d istri tos coloniales identificados en el mapa 2, han persistido más allá delperíodo colonial, y en algunos casos hasta nuestros días). Ot~os mapas, queresultán pertinentes para capítulos específicos, a~recen en dkhos ensayos.
La investigación de la historia campesina y andina es unproccso continuoy dinámico. Desde la publicación de esta obra en inglés en 1987 han aparecidonuevos e importantes estud ios que contribuyen directamente a los temas desarrollados en este libro. Entre ellos destacan por su rc1evancia pa.ra los lectoresde este volumen, las obras de Manuel Burga, Nacimiento de una utopía: muertey resurrección de los Incas (Lima, 1988); Alberto F1ores-(;alindo, Buscando un Inca(La Habana, 1986; Lima, 1987); y Nelson Manrique, Yawar Mayu: sociedadesterratenientes serranas,. 1879-1910 (Lima, 1988). También resulta de gran interéscomparativo el nuevo libro ,que interpreta la historia campesina de Méxicodesde una perspectiva de largo plazo: Friedrich Katz (ed.), Riot, ·Rebellion andRevolution: Rural Social Conflict in Mexico (Princeton, 1988).
Soy totalmente consciente deque c1 estudio de este libro sobre la resistenciay conciencia campesina en el siglo XX se centra más en ~livia,qucen Perú,aunque la introdtlcción a la parte LV presentaunacontextualización históricaaplicable ilmpliamente tanto a un país como al otro. Este vacío es especialmentelamentable a causa del crecimiento de Sendero Luminoso. La ausencia 'obedecea varias razones. Primero, que en 1984, cuando sustentamos los trabajos en elsimposio que motiva el presente libro, el análisis de la política campesina enrelación al fenómeno de Sendero apenas había comenzado. En este temprano.estadio de la reflexión los· intelectuales· peruanos invitados a compartir losresultados de sus investigaciones sobre los movimientos campesinos andinos,focalizaron sus energías en mejorar nuestra comprensión de la experienciacolonial y la del siglo XIX, bajo la legítima esperanza de que ello contribuiríaa fundamentar un análisis más profundo de la ¡¡cuestión nacional" así comode las políticas étnicas y campesinas del siglo XX.
Segundo, que el crecimiento de los movimientos políticos radicales y populistas dentro del mundo criollo-mestizo transformó el contexto de los movimientos políticos y estrategias campesinas en el presente siglo, y así también elcontexto dentro del que debe analizarse la política campesina. Esta transformación complica enormemente el análisis de la moderna política campesina enrelación a Sendero Luminosu (esta transformación y los dilemas que presenta alos campesinos andinos en Perú y Bolivia es discutida en la Introducción a laparte IV. Con relación al diferente, aunque igualmente relevante, contexto delsiglo XiX para las políticas y alianzas campesinas, y la tensión histórica entrelas estrategias políticas "multiétnicas" y Unativistas", véase asimismo la parte
>
s perspectivas quertes, y examina la. del campesinadociones principales,
conómicos, culturalesar las motivaciones yina.las numerosas persoos Andes y el proyectocipantes en la reuniónutores de los capítu losnbién han contribuidola conferencia dc 1984Coatsworth, Michaelm. Debo un agradeci-~strodesempeño comomicmbro asociado delIr la agenda específica
Instituto de Estudiosedición peruana deproporcionado sus
de el inicio, cuandoS Iván Degregori sccon gran diligencian Dejo. En su papelet hizo posible quehacía cargo de los
dinero. Los fondos'n editorial de susmerican Studies del
e y de la Cyril Naveison. Los recursos
. y el University ofarte, hacer trabajos
nanuscrito e hicieron¡ar la 'obra. También¡rgl jefe de la oficina~iaMallon y Thomase, nos brindaron en
ífica. George Reídproyecto durante su
rsanas han cumpliel lugar quc ocupa
m, especialmente los ca'pítulos de Mallon yPlatO. El rcsultado es que de tiempoen tiempo los campc'sinosdc los Andes han d<;bido decidir si construir unaaHa'nia, o no, con los movimicntos políticos radica lcs y populistas cuyas basessodalcs'y'desarrol1o inida1 nose ásicntan en elsectoi' campesino propiamente,pero' Cuyas idcolo'gíaity'programas 'Polfticos reclaman su emancipació'n. Loscampesinos ¿Indinos han debido Considerar también, bajo qué condiciones, unaalianza con la' iiqu'icrda podría, o no, hacerlos víctimas, a mediano plazo sinoiiuriediatamentc,dc nucvas formas aesuhordinación, control y v:olencia. Desdemi punto de vista, esta transformación de las 'dinámicas políticas del mundocri6lio y mestizo y el dil~rna y la oportunidad que implican para los campesinos,es el contcxto dcn.tro del cual podemos anaUzar más profundamente los movimientos políticos;-la cóncie'rkia y las decisiones de lOs campesinos andinosfrente a Sendero Luminoso: No creo que loS orígenes y Hi'exHosa expansión deeste 'movimiento en la sierra puedan ser mejor entendidos como la cxpresión,directa de urt "movimiento campesino" o como la manifestación modemadeideas y utopías andinas heredadasdcl pasado colonial y ncocolonial. La comprensiÓn de Sendero y el rol de los campesinos andinos requiere, desde mipunto de vista, el análisis dcla"dialéctica" entre una creciente y radicalizadaintelectualidad provinciana, de un lado, y el desarrollo de las adapta-ciones,resistencias y;políticas campesinas -(incluyendo la de la utopía), del otro; Esta"dialéctica" ha incluido, tanto un terreno para alianzas' y fusiones genuinas,como para procesos de violencia y represiÓn: 'En cl momento que este libroestaba preparándose niguno de los autores era capaz todavía de escribir unestudio convli1cente y profundodedicha dialéctica (ni estaba tampoco preparado para analizar en profundidad la expansión y dinámica de la presencia deSendero en las grandes ciudades del interior y en Lima en el segundo lustrode la década de 1980).
Afortunadamente, los cimientos para un estudio de tal naturaleza estáncomenzando ahora a aparecer. Desde varias y a veccs conflictivas perspectivas,intelectuales como Alberto Rores-Calindo (Buscando un Inca), Carlos lván Degrcgori (Elsurgimiento de Sendero Luminoso; en prensa) y Nelson Manrique ("Ladécada de la violencia",por aparcccren un número especial de Márgenes,acompañado de otros importantes ensayos) han producido seriosanalisis y~flexiones que podrían ser fmctíferamcnte comparados con la perspectivadesarrollada en la introducción y los estudios, del case boliviano presentadosen la parte IV de este libro, y con los comentarios líneas arriba. También scríapertinente mencionar el próximo estudio de Rodrigo Montoya (Lucha por latierra, reformas' agrarias y capitalismo en el Perú del siglo XX).
Me he tomado la libertad de dedicar esta obra a mis padres, quienes a sumodo fueron verdaderos maestros en el arte dc la sobrevivencia y ejemplosde la complejidad de la conciencia humana, así como a la memoria de A.Eugene Havens, un colega y amigo que tenía mucho que decir acerca de laresistencia, rebelión y conciencia en el mundo campesino de los Andes.
16
Lima, PerúMadison, WinconsinJulio-agosto 1989
...
PREFACIO
SJS
BOLIVIA
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ESCALA.C~
100 OCIO! !
CMI_~T",_lTlIfWISClllSl"'-
Mapa 1. Bolivia YPerú: ciudades, pueblos y aldeas
e tal naturaleza estánflictivas perspectivas,
Inca), Carlos Iván Dcelson Manrique ("La
especial de Márgenes,ido serios, análisis ys con la perspectiva'liviano presentados
arriba. También seriaontoya (Lucha por la).
padres, quienes a suvivencia y ejemplos
a la memoria de A.e decir acerca de lade los Andes.
I'I<I:I'I\CIO
ultadoes que de tiempodecidir si construir una
populistas cuyas basesampcsino propiamente,
n su emancipación. Losjo qué cond iciones, una
s, a mediano plazo sinontrol y violencia. Desdeas políticas del mundoan para los cam pesinos,
fundamente los movis campesinos andinos
lá':exitosa expansión deidos como la expresión,ifestación moderna dey neocolonial La cornos requiere, desde mi
iente y radica lizadao de las adaptaciones,utopía), del otro. Esta
S' y fusiones genuinas,omento que este librotodavía de escribir untaba tampoco prepara'ka de la presencia deen el segundo lustro
5}5
-
1N
ESCAlAk. o lOO 600
I I I
Mapa 2. Bolivia YPerú: provincias coloniales hacia el S. XVIII.
51) Moquegua52) CllUcuito53) Paucarcolla54) OmasuyoSS) Laraceja56) Arica57) Pacajes58) La Paz59) Sicasica60) Cochabamba61) Tarapacá62) Carangas63) Oruro64) Paria65) Chayanta66) Misque67) Atacama68) Lipes69) Porco70) Potosí71) La Plata72) Yamparaez73) tomina74) Tarija y Chichas75) Pilaya y Paspaya
Lista Numérica
26) Angaraes27) I-Iuamanga28) Huanta29) Vilcashuaman30) Lucanas31) Andahuaylas32) Urubamba33) Calca y Lares34) Paucartambo35) Camaná36) Parinacochas37) Ayrnaraes38) Abancay39) Cotabambas40) Cuzco41) Chílquez y Mázquez42) Quispicanchis43) Condcsuyos44) Chumbivilcas45) Tinta46) Carabaya47) Arequi pa48) Caylloma49) LampaSO) Azángaro
Distritos Coloniales Tardíos
1) Piura2) Lambayeque3) Cajamarca4) Luya y Chillaos5) Chachapoyas6) Trujillo7) Huamachuco8) Cajamarquílla9) Santa
10) I-Iuaylas11) Conchucos12) Chancay13) Caja tambo14) Huamalíes15) Huánuco16) Urna/Cercado17) Canta18) I Iuarochirí19) Tarma20) Cañete21) Yauyos22) Jauja23) lea24) Castrovirreyna25) Huancavelica
INTRODUCCION
1Nuevas aproximaciones al estudio de
la conciencia y las rebeliones campesinas:las implicaciones de la experiencia andina
STEVE J. STERN
University o[ Wisconsin - Madison
L UEGO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL el Tercer Mundo entró en erupciónpolítica y los efectos combinados de revolución, descolonización y Guerra
Fría, provocaron un torrente de estudios sobre agitación agraria y movilizaciónpolítica1
• La nueva preocupación ~n cierta medida un "redescubrimiento"resultó especialmente evidente entre científicos sociales de los Estados Unidos2
.
Después de todo, fueron los EEUU los que asumieron el liderazgo del mundooccidental en la Guerra Fría, financiaron un sistema universitario enorme yexpansivo, y se angustiaron a raíz de fracasos políticos en China, Cuba y Vietnam.
Ya en la década de 1960, mientras los intelectuales enfrentaban al reto decomprender las turbulencias del mundo no-europco y luchaban con sus propiasconciencias políticas, la cuestión agraria negó a ocupar un lugar cada vez másdestacado en nuestra comprensión de la historia moderna mundial. Normalmente irrelevantes o secundarias dentro de la vida política contemporánea desociedades industrializadas como EEUU, Inglaterra y (en menor medida) Fran-
1. Esta afirmación resulta casi obvia para cualquiera que ha estudiado la literatura sobrecampesinos, revolución agraria o movilización politica. Véase, por ejemplo, las fechas de la biblit>grafía sobre campesinos y sobre revolución, revisadas por Clark y Donnelly (1983) y por Skocpol(1979:3-33),0 los trabajos citados en las notas 3-5. Un análisis de contenido de los artículos publicadosen las principales revistas académicas y de las áreas temáticas de las nuevas revistas (tales comoel fouP7UJI o{ PeaStlnt Studies o PtQStlnt Studíes), apoyaría casi con seguridad la misma afirmación.
2. El término "redescubrimiento" lo tomo de Shanin (1971a:11). Tal como señala Shanin, seriaequivocado pensar que hacia fines de la década de 1950 y durante la década de 1960 presenciamosel surgimiento del primer interés académico o político significativo sobre los campesinos y lostemas agrarios. El debate en Alemania y Rusia hada fines del S.XIX y principios del S.xx, porejemplo, produjo los trabajos clásicos de Chayanov 0986; original 1923), Kautsky (1974; original1899) y Lenin 0964; original 1899). Más aún, el peso de los temas agrarios en la historia y laspolémicas políticas de países específicos tales corno Francia, Inglaterra o México, produjo importantes bibliografías históricas sobre asuntos agrarios mucho antes de la década de 1960, aún cuandoestas bibliografías tendieron a no generalizar o teorizar más allá de la experiencia del país específico.YI por supuesto, la gran innovación política de Mao Zed.ong fue colocar a los campesinos y alconflicto agrario en el corazón mismo de la teoría y la práctica de la revolución china.
Sin embargo, fue hacia fines de los años 50 y durante los 60 que, en el mundo aqdémicooccidental, especialmente en los EEUU, se observó un resurgimiento del interés en los campesinosy la movilización política., y un énfasis en perspectivas teóricas y co!'Jlparativas que facilitaba lageneralización amplia. No es accidental que fuera precisamente durante las décadas de 1960 y1970 que los "viejos" clásicos fueran redescubiertos y republicados en ediciones occidentales.
3. Para ejemplos de alguna fonna variados de la bibliograffa sobre modernización y movilización política, véase Black 1960, 1976; Deutsch 1961; Eisenstadt 1966; Huntington 1968; C. Johnson1964, 1966; J. Johnsot\' 1958; Lambert 1967; Landsberger 1969; Lipset 1967; Rogers 1969; Shanin1971b. Trabajos influyentes de Parsons (1951) y Smc1ser (1963), tuvieron un importante impactoen mucha de la literatura que acabamos de citar, Para una aguda revisión crítica de las teorías dela revolución ~iteratura que parcialmente se traslapa con la de modernización y movilizaciónpolltica- véase Aya 1979.
4. Para trabajos influyentes, crítioos del occidente industrializado, y que contienen significativas semejanzas ron las perspectivas de Moore (1966) y Wolf (1969), véase Hobsbawm 1959; Polanyi1957; Scolt 1976; SkocpoI1979; Stavenhagen 1975; Thompson 1971; Wal1erstein 1974; Worsley 1968.
5. La caractcrizacjla literatura citada enAmérica Latina, y en 1clAdas 1979; Alroy 1~C. Johnson 1962; Migd1966. A aquellos lectorlatinoamericano, se lesAmtrialn Puspulir1rs, I
Duncan y Rutlcdge 19:hagen 1970.
En la décadase había convertidacadémica. Elcamcomo para produtes. Temas comotransición al capiagrarias y su padiferenciación inte:mico e inclinaciondos5. Dentro de.continúa llamainteresantes de g.cia, implícita oprimera lista de(1966), y Wolf 0%1Paige (1975), Ti11y(te trabajos que asen estudios de á¡ .de esfuerzos pion
El estudio delcomplejo, diversota uniformidad. Simás adelante), semente difundidoslos "rebeldes agroahora de acuerdo,cam pcsinos dcntto destructivo enque ven la "modcJahora inclinados apor ejemplo Clar~
tradicionales rcsu~
proporcionaban ciingresos se vuelveeficaces para enmobsoletas. El rcsulty provoca agitaciótienden a estar.dE
STEVE STERN26
cia, las clases agrarias "tradicionales" -terratenientes y campesinos- volvieronsúbitamente a desempeñar papeles fundamentales en los discursos sobre lahistoria contemporánea. Los estudiosos dela modernización y la movilizaciónpolítica, por ejemplo, viorOn 'en el Tercer Mundo los estertores finales de clasessociales y valores arcaicos, conforme sociedades antes tradicionales despertabandolorosamente a las.expectativas·y valores urbanos contemporáneos. El sectoragrario alimentaba las reladones sociales, tradiciones y valores históricos queimpedían a las sociedades no-occidentales una modernización más rápida desus economías e institudones políticas, y que hacían más difícil y políticamenteexplosiva la transición a la vida modernaJ
. Aquellos que adoptaban una posturamás crítica frente at'occidente industrializado, descubrían que la cuestión agraria resultaba central para la comprensión tanto del mundo occidental como delno-occidental. Barrington Moore (1966) demostró que las culturas políticascontemporáneas, fueran democráticas o autoritarias, reposan sobre cimientoshistóricos de violencia y transformación agraria. Fue en un mundo previo deseñores, camPeSinos Yestratos de burguesía naciente, y en los senderos políticosque sus sociedades tomaron para reordenar el sector agrario, que Moore encontró las claves de los rasgos "democráticos" o "autoritarios" de la vida políticaen Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos, China y Japón contemporánoos. Eric R. Wo1f(1969) se concentró más específicamente en el "TercerMundo"y sostuvo que las grandes revoluciones del S.XX fueron fundamentalmente"guerras camPeSinas". En diversas partes del mundo~el campesinado -conjuntode productores agrícolas orientados a la subsistencia y sujetos a la autoridadya las exacciones económicas de un Estado, o de una clase de señores terratenientes, o de ambos- enfrentó el avance destructivo de las relaciones y valorescapitalistas:El avance del capitalismo socavó el acceso camPeSino a tierras,recursos y mecanismos sociopolíticos que normalmente necesitaban para mantener su modo de vida. En México, Rusia, China, Vietnam, Argelia y Cuba, elcampesinado se levantó en grandes movilizaciones defensivas que convirtieronla revolución en algo tanto necesario como posible. (Para ser justos con Wolf,su magnífico análisis de estudios de casos específicos iluminó los límites yvariaciones que matizaban la interpretación general. Véase por ejemplo sutratamiento de las idiosincraciasdel caso cubano). Loirónico fueque,al demolerel viejo orden, los campesinos facilitaron el ascenso al poder de grupos revolucionarios, partidos políticos y Estados cuyo interés en la transformación socialpodría, a final de cuentas, acelerar la propia destrucción o sojuzgamiento delcampcsinad04
•
5. La caracterización de la bibliografía en este yen los siguientes cuatro párrafos, se basa enla literatura citada en las notas la 4, en mi propia familiaridad ron la extensa literatura sobreAmérica Latina, yen los siguientes trabajos importantes que no ponen el énfasis en América Latina:Adas 1979; Alroy 1966; Blum 1961, 1978; Chcsncaux 1973; Cohn 1970; Cooper 1980; Dunn 1972;C. Johnson 1962; Migdal 1974; Paige 1975; Shanin 1966, 1972; Stinchcombe 1961; TilIy 1978; Wolf1966. A aquellos lectores que deseen mayor orientación sobre la'literatura acerca del campesinadolatinoamericano, se les aconseja que consulten revistas romo Utí,. AmuÍC4m .R6UTclt Rtt1ÍtW y LatínAmenam Persptetit1es, o que revisen los siguientes trabajos recientes: Rauer 1979;4e Janvry 1982;Duncan y Rutledge 1978; Mallon 1983; y Roscbcrry 1983. Véase también Landsberger 1969; Stanve-hagen 1970. .
27NUEVAS AP~OX[MAClOl\:FS
En la década de 1970, el estudio del campesinado y los conflictos agrariosse había convertido en un campo vital y bien establecido de la investigaciónacadémica. El campo se encuentra ahora lo suficientemente maduro y autónomocomo para producir en el futuro trabajos teórica 'y empíricamente interesantes. Temas como el impacto de la "modernización" en el campesinado, latransición al capitalismo en el campo, las causas estructurales de las rebelionesagrarias y su papel en la destrucción de regímenes y en la revolución, o ladiferenciación interna del campesinado en estratos de diverso bienestar económico e inclinaciones políticas, indican ahora un conjunto de estudios espccializados5
. Dentro de los estudios campesinos, el tema de las rebeliones agrariascontinúa llamando la atención de talentosos intelectuales, y los intentos másinteresantes de generalizar acerca de los "campesinos" se centran con frecuencia, implícita o explícitamente, en los conflictos y rebeliones agrarias. A laprimera lista de estudios clásicos producidos por Hobsbawm (1959), Moore(1%6), y Wo1f(1969), podemos añadir ahora hitos más recientes deScott (1976),Paige (1975), Tilly (1978), Popkin (1979) y Skocpol (1979). y estos son simplemente trabajos que aspiran a un alto nivel de generalización. Cualquier esPCCialistaen estudios de áreas (:Ulturales específicas podría nombrar fácilmente una listade esfuerzos pioneros realizados en su área~
Elestudio del campesinado y los conflictos agrarios es un campo demasiadocomplejo, diverso y políticamente cargado como para ser rebajado a una simplista uniformidad. Sin embargo, a pesar de notables disidencias (que se discutiránmás adelante), se pueden identificar varios supuestos y afirmaciones ampliamente difundidos que moldean nuestra imagen general de los campesinos ylos "rebeldes agrarios". En primer lugar, la mayoría de investigadores estánahora de acuerdo en que la incorporación de territorios predominantementecampesinos dentro de la moderna economía capitalista mundial tuvo un impacto destructivo en la vida campesina, al menos en el mediano plazo. Aún aquellosque ven la l/modernización" como benéfica en última instancia, se mostraría,nahora inclinados a aceptar que ella cobra primero un precio muy alto (véasepor ejemplo Clark y Donnelly 1983:11). Los valores y las relaciones socialestradicionales resultan cuestionados y atacados; instituciones locales que antañoproporcionaban cierta medida de seguridad económica y redistribución deingresos se vuelven cada vez más precarias; estrategias políticas largo tiempoeficaces para enfrentar a los señores o al Estado, se, revelan crecientementeobsoletas. El resultado neto quiebra la viabilidad de un modo de vida anterior,y provoca agitación y movilización política. En segundo lugar, los especialistastienden a estar de acuerdo en que la penetración del capitalismo acentúa la
contienen significatibsbawm 1959; Polanyi'n 1974; Worsley 1968.
STEVE STERN
ernización y movilizagton 1968; C. Johnson; Rogers 1969; Shanin
importante impactotica de las teorías de
'zación y movilización
lmpcsinos- volvieronos discursos sobre laión y la movilizacióntores finales de clasesicionales despertaban~mporáneos. El sectorralores históricos que~ación más rápida deiificil y políticamentetoptaban una postura!que la cuestión agra~ occidental como del
~s culturas políticas
.san sobre cimientosn mundo previo de
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nel "Tercer Mundo"fundamentalmentepesinado -<:onjuntojetos a la autoridadde señores terra te
relaciones y va loresampesino a tierras,
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as que convirtieronr justos con Wolf,
minó los límites yse por ejemplo sufue que,al demolerde grupos revolu
nsformadón socialsojuzgamiento del
difercnciadón interna de la sociedad campesina en estratos ricos y pobres. Másprecisamente, el capitalismo rompe los diques institucionales que presionabana loscampcsinos y aldeanos ricos a canalizar sus recursos por caminos "redistributivos" u otorgadores de prestigio que bloqueaban la libre conversión de lariqueza en capital de inversión: En los casos más extremos, tal proceso polarizala sociedad campesina convirtiendo a los campesinos en burgueses agrarios ypobres proletarizados, y sometiendo a los restantes "campesinos medios" a unfuturo inseguro y problemático. El análisis político de los movimientos agrariosrequiere que se de atención explícita a la diferenciación interna del campesinado. En tercer lugar, se considera que la resolución política de los conflictos ycrisis agrarias ha tenido un impacto fuerte, a veces decisiv{), en la modernahistoria política de los países con una importante tradición campesina. En lahistoria de esos países, la "cuestión agraria" tiene un papel significativo en laquiebra estructural de Estados de tipo colonial y anden régime. En general, losensayos que componen este volumen no cuestionan fundamentalmente las tres'afirmaciones hasta aquí mencionadas, aunque complejizan el panorama al ofrecer evidencias de una mayor capacidad campesina para resistir, mitigar osobrevivir a los efectos desttuctivos del capitalismo, que la que podía desprenderse de la literatura sobre campesinado.
En cuarto lugar, y lo que resulta mas cuestionable a partir de los ensayosde este libro, son los supuestos sobre el campesinado como actor polílico. Loscampesinos son descritos frecuentemente como "reactores" defensivos y estrechos de miras, ante fuerzas externas. Según esta visión, su conducta políticatendería a reflejar su posidón "estructural" objetiva en la sociedad. Los rebeldesagrarios "reaccionan" ante cambios introducidos por fuerzas externas al propiosector campesino por ejemplo: dclos de prcdos en el mercado mundial, expansión de plantaciones capitalistas, dcdsiones políticas de terratenientes o delEstado, etc. Su base económica y sus relaciones sociales fragmentan al campesinado en "pequeños universos" separados y altamente localizados: el estrechomundo de una comunidad o una hacienda, y frecuentemente los enfrenta entreellos como clientes en competencia por el patronazgo de los señores o el Estado.Limitados en sus horizontes políticos, estructuralmente divididos entre ellos,incapaces de entender la política nacional y menos de forjar esrra tegias políticasefectivas más allá de lo local inmediato, cuando buscan los medios para transformar la sociedad en su conjunto los campesinos sucumben a la seducción deuna redención milenarista. Cuando los campesinos desarrollan o se beneficiande iniciativas políticas eficaces a nivel nacional, tales logros no reflejan lacapacidad histórica de los campesinos para analizar y responder a la políticanacional, pero sí a cambios recientes: la modernización política del campesinado; el liderazgo e influencia de grupos urbanos, de migrantes rurales a lasciudades y de intelectuales aliados con los campesinos; la habilidad de losrevolucionarios para convertir la movilización rural contra invasores extranjeros en un movimiento político nacional.
En síntesis, se supone que cuando los campesinos se rebelan, se ven impelidos a hacerlo en .reacción a cambios determinados por fuerzas o "sistemas"externos todopoderosos. Sus modos de concienda, incluso cuando están enrebelión, son cOnsiderados generalmente bastante limitados y predecibles y
28 STF.VE sn,RN
lógicamente derivapuestos sobre los caintelectuales. Existedel "reactor localis·'una tendencia podincluídos en el padelante en esta inmuchos casos neutendencia que reppolítica campesina.
Los cuatro con:'no constituyen exarebelión campesinaliteratura incluye avista. Popkin (1979:enfatizan el impasupuesta movilizac'da a un modo de viMadarlane (1978) ,la era moderna en lrial calculador, audesafiar nuestras"peculiaridades" qcampesinas del mvitales al analizarque suscita cierta d'(1986) y Lenin (1
sobre las "formasd. Coopcr 19~, 1a reconsiderar nuc5Estas nuevas invcsti~
pa tibies con los enen este libro. Sin .Triente, y los nuesupuestos e interpdas en páginas antque éste da a la digra n im pacto de lade miras y defensiconstituyendo un rtla teoría general
La experiencia·'Bolivia resulta alta liones agrarias. HisPerú y Bolivia, hasiglos, las poblado:mías noratlánticas
29f\:lJEVAS APROXI~ACIONES
lógicamente derivados de su posición "estructural" en la sociedad. Estos presupuestos sobre los campesinos corno actores políticos no son simples entelequiasintelectuales. Existen suficientes evidencias para demostrar que el fenómenodel "reactor localista" no es sólo real sino que también representa por lo menosuna tendencia poderosa en la vida política campesina. A la luz de los ensayosincIuídos en el presente volumen y de la discusión que desarrollarnos másadelante en esta introducción, el problema es que una tendencia parcial y enmuchos casos neutralizada (compensada) pqr otras, ha sido tomada corno latendencia que representaría el carácter esencial de la conducta y la concienciapolítica campesina.
Los cuatro conjuntos de supuestos y afirmaciones que hemos mencionadono constituyen exactamente una teoría unificada del conflicto agrario y larebelión campesina, ni concitan consenso general entre los especialistas. Laliteratura incluye autores que discrepan explícitamente de estos puntos devista. Popkin (1979), por ejemplo, desafía globalmente las afirmaciones queenfatizan el impacto destructivo del capitalismo entre el campesinado y susupuesta movilización para defender la tambaleante "economía moral" asociada a un modo de vida prccapitalista. Del mismo modo, la descripción que haceMadarlane (1978) de las poblaciones rurales en el medioevo y los inicios dela era moderna en Inglaterra, enfatiza su individualismoy su carácter empresarial calculador, aunque su preocupación, típicamente británica, no es tantodesafiar nuestras nociones teóricas sobre los "campesinos", sino establecer las"pcculia ridades" que separan a Ingla terra de las regiones verdaderamentecampesinas del mundo. El peso de las tendencias demográficas y de los ciclosvitales al analizar las Causas y límites de la diferenciación interna "es un ternaque suscita cierta disputa, enraizada en las diferentes perspectivas de Chayanov(1986) y Lenin (1964) (d. Shanin 1972). Investigaciones más recientes yen cursosobre las "formas cotidianas de resistencia campesina" (Scott 1985, JPSJ986;d. Coopcr 1980, Isaacman et al. 1980, lsaacman, 1985), nos llevarán sin dudaa reconsiderar nuestras concepciones sobre el campesinado corno actor político.Estas nuevas investigaciones resultan, además, por lo menos parcialmente compatibles con los enfoques sobre resistencia y conciencia campesinas asumidosen este libro. Sin embargo, los disidentes navegan contra una formidable corriente, y los nuevos campos de investigación recién comienzan a redefinirsupuestos e interpretaciones profundamente enraizados. Las imágenes delineadas en páginas anteriores -el impacto destructivo del capitalismo, el impulsoque éste da a la diferenciación interna del campesinado en ricos y pobres, elgran impacto de la cuestión agraria en la política nacional, y el carácter estrechode miras y defensivo de los campesinos corno actores políticos- continúanconstituyendo un núcleo común de "sabiduría imperante", que impregna tantola teoría general como los estudios de caso particulares.
Lacxpcriencia de las poblaciones andinas nativas en la sierra de Perú yBolivia resulta altamente relevante para la literatura sobre campesinado y rebeliones agrarias. Históricamente, amplias mayorías ,de la población serrana dePerú y Bolivia, han ganado su sustento como agricultores campesinos. Porsiglos, las poblaciones andinas han sido afectadas intensamente por las economiasnoratlánticas ubicadas a la vanguardia de la transición y el desarrollo
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STEVE 5TER.\J
6. Véase Murra 1975: esp. 23-115, 193-223; d. Murra 1956. Para una consideración extensivay reciente de las ideas de Murra y la propia retrospectiva de MUlla, véase Masuda y otros 1985.
capitalista mundial. La división étnica entre "indios" andinos y "nacionales"criollos, ha hecho que la idea deun supuesto localismo e ignorancia campesinossea difundida e intensa. Más aún, rebeliones andinas de alcance y ambiciónvariables han estallado con frecuencia desde el S.XVIII, primero en relación alderrumbe del orden colonial español hacia fines del siglo XVIII y principiosdel XIX, luego en relación a los intentos criollos de construcción nacional haciafines del S.xIX y durante el S.xX. Estas rebeliones andinas proporcionan undenso conjunto de materiales históricos que permiten reconsiderar los paradigmas y métodos que usamos para comprender de manera más general la agita-ción agraria y campesina. .
Sin embargo, a pesar de la pertinencia de la experiencia andina, ésta noha jugado un papel importante en el desarrollo o la evaluación de la teoríageneral sobre el campesinado y las rebeliones campesinas. Aunque en décadasrecientes la investigación en historia y antropología andinas se ha mostradobullente de innovación y entusiasmo intelectual, el sentido de las implicanciasderivadas de tales investigaciones ha estado en gran parte restringida a lapropia área cultural andina. (Para importantes excepciones véase Orlove yCustrcd 1980). Por lo menos tres factores explican esta suerte de actitud insular.Primero, dentro del campo de las investigaciones andinas, los especialistas hanpugnado por liberar la experiencia andina de la sombra de otras áreas culturalesy discursos políticos. En un período anterior, e incluso hoy, algunos autoreshan visto a los antiguos incas y a sus descendientes contemporáneos comoejemplos de las virtudes o defectos del socialismo, el estado benefactor o eltotalitarismo, o como meras variaciones de un tema tan general como el de las"civilizaciones hidráulicas". Para descubrir el carácter real de las civilizacionesandinas y sus logros, ha sido necesario reaccionar contra antiguas manipulaciones y superficialidades enfatizando los aspectos singulares de la experienciaandina, que no fueran fácilmente subsumibles dentro de categorías generales.Las interpretacioncspionerase importantes de John V.Murra sobre la "verticalidad" andina y las relaciones políticas entre incas y campesinos, pueden serentendidas en estos términos6
• En segundo lugar, fuera del campo de estudiosandinos, los acontecimientos políticos en Perú y Bolivia no han generado eltipo de obsesiones políticas prolongadas, que provocaron los conflictos políticosen China, Cuba, Vietnam y Chile. Tanto la revolución boliviana de 1952 comola revolución peruana de 1968 provocaron interés intelectual y estudios valiosos,pero ambas desafiaban las categorías comunes de la Guerra Fría, además desuceder en momentos en los cuales otras revoluciones y trastornos socialespesaban más en el debate político (China y Corea a principios de la década de1950, Vietnam y Chile a fines de la década de 1960 y principios de la de 1970),y ambas también desembocaron en oscuros y ambiguos desenlaces que disminuyeron el interés político. Finalmente, el tema étnico resulta inevitable en laexperiencia agraria andina e introduce complejidades delicadas y difíciles enla discusión general sobre el "campesinado". La incertidumbre sobre el papelque los temas indígenas, étnicos y raciales deben tener en los debates teóricos
30 STEVE STERN
31NUEV AS APKOXIM ACIO;-':E..';
sobre el "campesinado" -categoría usualmente definida y t~rízada en té~inos
que excluyen la dimensión étnica- probablemente ha· dlflc:ultado el dlalog~
intelectual explícito entre los especialistas andinos y los estudIosos del campesI-nado en general. . . . _, .
En gran parte, los artículos del presente vol~meneVItan m~rslO.~ar e~p~ICl
tamente en la teoría, ya que constituyen algo mas que una contnbuclOn ongmala la historia y los estudios andinos. Por supuesto, el mundo andino es un objetode estudio valioso de por sí. Más aún, cualquier intento serio de analizar laexperiencia andina debe referirse a sus rasgos singulares, incluso idiosincráticos.· Los ensayos de este libro contribuyen con reevaluacion~s y hallazgossugerentes sobre problemas referidos a la historia de las rebeliones y la conciencia andinas. Al hacerlo, profundizan y revisan sustancialmente, a veces demanera radical, la historiografía referida a la población andina. Esta contribución justifica por sí sola la. publicaci?n ~e la p~esente colección ?e ~rtículos.Cada una de las cuatro seccIOnes del lIbro mdulTa breves comentanos Introduc-torios que destacarán el significado específico de cada e~sayo par~,la historiade las rebeliones y resistencia andinas. El resto de esta mtroducclOn generalno se concentrará en las contribuciones del libro a la historiografía andina comotal, sino en sus implicancias para el estudio de los "campesinos" y la agitaciónagraria en general.
Tomados en conjunto, los ensayos aquí presentados reclaman repensarsupuestos y paradigmas en cuatro áreas: a. El papel de los campesinos comoiniciadores continuos de relaciones políticas; b. La selección de marcos temporales apropiados como unidades de análisis en el estudio de rebeliones; c. Ladiversidad de la conciencia y los horizontes políticos campesinos; d. El significado de los factores étnicos para explicar la conciencia y las revueltas "campesinas". En cada una de estas cuatro áreas, destacaré ensayos y hallazgos que, eneste libro, replantean nucstrasperspectivas en tres diferentescoyunturas históricas andinas: la crisis del S.XVIII en las postrimerías de la colonia, conflictospolíticos y guerras de las repúblicas decimonónicas, y los conflict?s, agrar!?sy movilizaciones políticas en Bolivia desde la década de 1940. Sugenre tamblenpor qué los enfoques de cstosensayos son aplicables no sólo a los casos andinossino también en un amplio espectro. Finalmente, en cada una de las cuatroáreas reseñadas, concluiré con sugerencias metodológicas que ilustran las implicancias prácticas de estos ensayos para los estudiosos de las rebeliones campesinas en general.
Comencemos con los campesinos como iniciadores continuos de relacionespolíticas entre ellos y los sectores no campesinos. A pesar de-todos los avancesrealizados en el campo de los estudios agrarios, apenas estamos comenzandoa comprender las múltiples formas a través de las cuales los campesinos hanvinculado continuamente sus universos políticos: tanto en tiempos aparentemente tranquilos como de malestar; sea iniciando cambios, o bien reaccionandoante ellos; como poblaciones dispuestas simultáneamente a "adaptarse" a fuerzas objetivas ubicadas fuera de su control y a "resistirse" a la Pérdida de logrosy derechos difícilmente conquistados. La acción política campesina tiende todavía a ser reducida a sus momentos más dramáticos y anormales: fenómenosde ruptura, de movilización defensiva contra ca mbios perjudicia les, de violencia
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STEVE STERN
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32 STEVE STER/\ 1':VEVAS A!'ROXl\1AClONf:
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colectiva contra autoridades. Aunque la bibliografía reconoce que los campesinos han dejado su huella en la historia política de sus regiones y países, reducesu impacto a momentos de crisis que desembocan en rebeliones. Durante tiempos más "normales", los campesinos sereplicgan del escenario político. Políticamente hablando, son una fuerza inerte: adormecida, tradicional o ineficaz. Estereduccionismo encaja a la perfección la imagen de los rebeldes campesinoscomo "reactores" localistas ante fuerzas externas, y con la suposición de queuna tal conducta política defensiva y limitada es en gran parte inherente a lacondición objetiva "estructural" de los campesinos.
El problema con este enfoque no es sólo que fracasa en comprender lapolítica campesina durante tiempos "normales" o tranquilos, sino que conducea explicaciones superficiales de las causas de las rebeliones. Tal es el caso, almenos, en la historia andina. Para el período colonial tardío, por ejemplo, miensayo y el de Morner y Trelles muestran el peligro de tratar de deducir laconducta insurreccional a partir de variables "estructurales", o de explicar loslevantamientos como reacciones defensivas ante fuerzas externas destructoras.Significa tivamente, el intento que realizo en mi ensayo de proponer una explicación alternativa respecto a la insurrección en el período colonial tardío, requiereque observemos seriamente la evolución de los patrones preexistentes de "adaptación en resistencia" {resistant adaptation}, que implicaban una acción políticainnovadora de los campesinos para tratar de comprometer al Estado. En estaperspectiva, la pregunta relevante no es por qué una masa campesina políticamente adormecida y tradicionalista se vuelve súbitamente rebelde, sino porqué, en un momento determinado, la resistencia y la autodefensa campesinaen curso, toma crecientemente la forma de violencia colectiva contra la autoridad establecida. En este contexto~ la vívida discusión de Campbcll sobre lasescisiones y decisiones políticas andinas durante las guerras de la década de1780, no analiza un súbito esfuerzo campesino para fOfJélr eficaces relacionesy estrategias políticas sino más bien la continuación de tales esfuerzos en uncontexto nuevo e insurrecto.
De modo similar, los ensayos sobre historia republicana que presentamos,destacan la importancia de la eficaz y a veces innovadora participación políticade los campesinos. Los análisis de Platt y Mallon sobre la política decimonónicatrastocan nuestra comprensión tradicional de las relaciones campesino-Estado.Para Bolivia, Platt muestra cómo los campesinos trataban, con resultados variados, de imponer su concepción de relaciones campesino-Estado a los funcionarios estatales, y explica las rebeliones en términos de la historia de estas iniciativas campesinas. Para el caso peruano, Mallon muestra cómo un grupo específicode campesinos desarrolló un "proyecto nacional" propio, lo suficientementevital como para sustentar la creación de una "república campesina" independiente y lo suficientemente amenazante para el proceso de construcción estataloligárquico como para invitar ala represión. Desde la perspectiva de estosensayos, los dilemas y las decisiones políticas encaradas por los campesinosrebeldes bolivianos desde la década de 1940, adquieren nuevo significado. Lasestrategias y evaluaciones políticas andinas estudiadas por AlOO y por DandlerYTorrico para el período contemporáneo, no representan un súbito "despertar"de la conciencia política, sino la continua experimentación y acumulació)l de
experiencia por partey con los sectorcsnb
Tanto en el perí'lograr una aprcciaciólcampesinos se orienprevia de "resistenciados aparentementede participación policlaramente porqué I'tos: si estudiamos 1,autoridad; si tomarñ,protección incorporaguar las diferentes .resistencia" convirtilmos en consideracitbajo los acomodos'
Los trabajos d~~
como actores, sujpto:sus sociedades, a V~ .
res, y ejerciendo rosuperiores locales yva, sirve como preagitación política ..etodavía un impacl~estudios de área o dide esta perspectiva,
Nuestra primér,'perspectiva: el an4J¡'cía" es un prereql4Í$i..rebeliones CilmpesinJ15maneras los patrocompatibles y "adavez incluso a suculminó algunas 'V'
(En algunos casos;ocasionales de .estud io de las transouna pura y simple.resistencia.) El aná"al estallido de lacampesinos comocon otros eampesi
7. Para los casos de1976; Stem 1981. Para el1985. Para el sur de loeScott 1985; JPS 1986.
r
STEVE STERf\.: NUEVAS APROXIM AClONES 33
7. Para los casos de América Latina yel Caribe, véaseLarsQn 1983; Mintz 1977;~tzy Price1976; Stem 1981. Para el Africa véase lsaacman y Isaaanan 1977; lsaacman y otros 1980; lsaacman1985. Para el sur de los EEUU véase Genovese 1914; Háhn ·t983. Para el sudeste asiático, véaseScott 1985; Jps 1986.
experiencia por parte de los campesinos en sus relaciones políticascon elEstadoy con los sectores nO campesinos.
Tanto en el·· período moderno, como en el colonial, seremos capaces delograr una apreciación más profunda de aquellos momentos en los ~ales loscampesinos s~orientanhacia larcbeliónabierta, si reconocemos una historiaprevia de "resistencia" y autodefensa campesina: una historia que abarca períodos aparentemente tranquilos y que coloca a los ,campesinos en una posiciónde participación política ~ctiva, a veces innovadora. Podremos discernir másclaramente por qué lós campesinossc convierten a veces en rebcldeso insurrec- ,/tos: si esfudiamos los fundamentos de las adaptaciones aparentes y reales a laautoridad; si tomamosén cuenta los patrones de afirmación resistente y autoprotección incorporados en tales adaptadoncs; si nos preocupamos por averiguar las diferentes maiterasa través de las q¡ales dichas "adaptaciones enresistencia" convirtieron los aéomodos en algo¡)arcial y contingente; y si tomamos en c~nsideraci6nlos valores y las evalúadones políticas que subyacenb,ajo los acmIlodos parciales:, ,
Los trabajos deLpresentevolumen estudian a los pueblos andinos nativoscomo actores, sujetos de la historia, continuamente comprometidos en moldearsussocicdades, a veces como forjadores de relaciones políticas, no meros reactores' y ejercien~ocon frecuencia un importante impacto limitante sobre sussuperiores locales y sobre actores o sistem'as "externos". A su vez esta perspectiva, sirve como. prerequisito para comprender .las causas y el carácter de laagitación política. e~ los Andes. ,Aunque .. tal aP:foximación no ha producidotodavía un impacto. sig~ificativo en la teoría,. una ~eciente bibliografía conestudios de área o de caso sobre campesinos y esclavos, sugiere la aplicabilidadde esta .. perspectiva.en áreas Cl,llturales rurales m~saUá de la, región andina7.
Nuestra primera sugerencia metodolqgicase deri~a .directamente de estaperspectiva: el análisis explícito de patronespreexist~nt~ de "adaptación en resisten- y
cía" es un prerequisilo. esenci41 para. cualquier teoría () explicación adecuada de lasrebeliones campesinas. SólQ pregurúando~os. por qué, en qué. período y de qJ.lémaneras los patrones previos de "resistencia" y defensa probaron ser máscompatibles y "adaptablcs"alacstlUCturade dominación más amplia, y talvez inclusO a su legitimación. parcial, podemos entender por qué la' resistenciaculminó .,lgunasveccscn .violentos estalljdos'colectivoscontra la autoridad.(En algunos casos,-la "adaptación en resistencia" puede haber induídoactosocasionales· de violencia, y seria necesario, por tanto, incluir en el análisis, elestudio de las transformaciones en los usos de la violencia, más que suponeruna pura y simple transición de formas no violentas a formas violentas deresistencia.) El análisis exitoso de la Uadaptaciónen resistencia" que precedióal estallido de la rebelión O insurrección requiere, a su vez, que se vea a ·loscampesinos como continua y. activamente implicados en relaciones políticascon otros campesinos y con llQ-eampesinos.
onoce que los campcsiiones y países, reduce
beHones. Durante tiemnario político. Política
dicional o ineficaz. Estes rebeldes campesinosn la suposición de quen parte inherente a la
ana que presentamos,participación política
política decimonónicaes campesino-Estado.
n, con resultados variaEstado a los funciona-istoriade estas iniciatimo un grupo específicopio, lo suficientemente
campesina" independe construcción estatal
perspectiva de estoslas por los campesinoslnuevo significado. Laspor Albó y por DandlerIn un súbito "despertar"lción y acumulació)l de
casa en comprender lauilos, sino que conduceiones. Tal es el caso, altardío, por ejemplo, mie tratar de deducir la
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ban una acción políticacter al Estado. En estasa campesina política-ente rebelde, sino por
autodefcnsa campesinalectiva contra la autoride Campbcll sobre laserras de la década de
I')3r eficaces relaciones. tales esfuerzos en un
. Este enfoque ve la rebelión como una· variante de corto plazo dentro (feun proceso de larga duración de resistencia y adaptación a la autoridad y, pprconsiguiente, abre un segun<iocampo de replanteamiento: la selección de ~ar
cos temporales como unidades de'jm!Ílisis~_~en el estudio de upa rebelión1Qcal o de una insurrección de .propordcmesregionales 0., s\,1prarregionalcs,¿.cuánto necesit(1 .-etI"O(:C(ie:r ~nel tieU}po el investigador para discernir acertada-mente)as causas y la dipámica;in~ma de la rebE;lió.n? ; .' ". ,Un~ Y,otra vez, los estudi()s d,ecasoq\,1e aparecen~ este volUII1e!' sugierenque debemos observar~últiplesmarcos.temporales simultáneamente: períodosrelativamente cortos ("coyunt;qralef.Y "epi~6di~s")para ~ptenderlos cambíosrectentes que .hacen más probable y posible la, re~lión oinsuiT~ón,y.paraapreciar: los camb~osdinámicos que ~en:én lugardur~~tee~.~rso de conffictosviolentos, Por otro lado debem~tambienobservar perjodos má~ largos, queabarcan siglos, para entender Jás injusticias, memorias y estrategiashistóricasquedan !orma a los objetivos, éonci:encia y tácticas de los rebeldes. Los en~ayosde Salomón ySzemiñski y las mvestigaciones recientes.de Manuel Burga(discutidas en la introducción a la Parte 11), demu~tI:an q\,1e si querernos aprenderlas Categorías y c0ltcepros' de los rébeldes del periodo 'cOlonial tardío, resultaesencialuna profunda familiaridad con la historia culturalyla memoria popularanteriores al S.XVIII. La' eSpcéUla~tón qUe -désa+rollo en mi ensayo sobre laniptuia de la "adaptacióri'en resistencia", convierte la historia delSXVII enun fundamento indíspensable/nouÍ\ nlero"telóri de !ondo", para la explicaciónde lagi.terracivil de la década de 1780. De modo seméjante, a pesar de notablesdiferencias entre ellos, Bonilla, Plan :Y Mallan invocan todos continuidades ylegados de lejanas épOcas c6loniáles para explicar, en párte, el Carácter de lasrebeliones dedmonóniCas: Y para Boliv'ia rorttemporánea, Álb6deínUcstra quelas poblaciones ayrnaras póliticamente comprometídas, así corno sus adversarios, piensan en términos demem~riascolectivas que abatéan dos siglOs. Encada uno de estos casos, limitarla unidad histórica de análisis relevailfea unpenodO' de cuarenta () cincuenta años resultapeligrosatnente miope y viola lamemoria histórica y la conciencia de los propios rebeldes. . ,
, Obviamente, la necesitad de incorporar marcos de larga duración dentrode las unidades de'análisis relevantes no implica que los eventos yeambiosde corto' plazo sean irrelevantes. El relato de Cámpbell Sobre las relacionestupamarista8-kataristas durante la guerra civil de la década de 1780, el estudiode Ma1l0n sobre el nacionalismO'campesino que florece en medio de la guerrayla ocupación extranjera; y la <ietalladadescripción de Dartdler y Torrico sobreel coJ:l\promiso establecido entre el presidente Vi1larroel y los campesinos deCochabamba, son pruebaelocuente y convincente de que los eventosdenomirtados episódicos importan enormemente, sobre todo en coyunturas flufdas decrisis y rebelión. El desafio que enfrentan los investigadores no es el de reempla1Jlr unidades de análisis de corto o mediano plazo por la lcmgútdurú, con 10cual se correría el riesgo de sepultar los cambios reales; los mom1mfus de fluidezy ruptura, y sus causas, tras un panorama de continuidades duraderas y cambiosocurridos a la velocidad de las glaciaciones. El desafio es, más bien, desarrollarun análisis que incorpore eXl~samente~últiples-eScalas temporales dentro deuna visión de la rebelión y sus ,caUsas.' ,. "
/ :7.',
34 STEVESTERN
STEVESTERN NUEV AS APROXlM ACIONES 35
8. El incidente fue reseñado y explicado por primera vez por Sotelo Indán 0943:20J-3) y fuesubsecu~ntemente o~jeto de más di~ónnUJl)inadoraporWomack (1969:371-72) y Fuentes(1969). Fsióy muy· a-gtaded.do i Etk R. Wolf"P& llamat" gTadosamenté lni atención sobre la"genealogía academia' de este hecho: . . .. .
Desafortunadamente, los .científicos sociales y ·los-teóricos se encuentrande alguna manera predispuestos a observar sólo los marcos temporales máscortos y a restringirla "historia!' a décadas más que a siglos. Sise mencionanfenómenos de largo plazo, pueden -ser presentados como mero ~telónde fondo"histórico para oriéntar:al lector, mas ·no como una fuente de herramientasexplicatorias incorporadas explícttaménte·dentro del análisis. Sea que la visiónde largo plazo se omita'lutalincntc, o se incluyapro":forma, la miopía resultarttepuede conducir a conclusioneS erróneas, inc1usoabsurdas. Tal como ThedaSkocpol (1979:41) ha advertido para los estudios de la revolución china: "entérminos hiStóricos parece notablemente ¡alto de perspicacia cansiderarlil como una delas revoluciones. que· fórjaron 'nuevas' nliCicmes lneiv-nafíon-building revolutionsJ amediados del siglo veinte. China lenía un Antiguo Régimen imperial con una historiacultural ypolítica de muchos 'Sigll1s":' Cá-~i por definición, los campesinos interactúan con esttucturas cstatalcsy sefiores, yen muchas áreas culturales estaherenciapoliticaabarea siglos y define parcialmente los problemas en ·cuestiónen las rebeliónes. Cuando al revólucionario mexiCano Emilianú Zapata le preguntaron porqué peleaban él; y. sus ejércitóscampesinos, señaló una caja deyicjos títulos éoloniales de tierras8 • Para· fos campesinos revoluCionarios deMorelos, los logros re1evantés de aquellostiempós inc1uían'no.sólo los cambiosintroducidos dUTante el feeientc gobremo dePorfirio~Díaz(1876-1910), olaspolítiCas·inmediátasdé sus contemporáneos constituclonalistas ~ue traiciémaron la versión campesina de la revolución;;:", sino también una lucha secularpor la' tierra .que definía las aspiradOnesiY la comprensión campesina de susjustos derechós y obligaciones ·frenlé al Estado.
Por tanto, nuestra segunda ,sugerencia práctica es· que el método utilizado ~
para estudiar la rebelión campesina.debe incorporar explícitamente en el análisis, marcosde referencia de larga duración. La definici6n precisa del marco de larga duraciónrelevante dependerá 'del caso: especüko, pero debe incluir por lo menos elperíodo;consideradore1evante por la,memoria histórica de los propios'rebeldes,y el período,durante el ,cual se desarrolló la más reciente estrategia prolongadade 11adaptación. en resistencia'~. Es difícil imaginar .un periodo m~or de unsiglo que cumpla estos, requisitos. Un método que estudie múltiples·escalastempor~les)jncluyendolas de larga duración, no sólo explicará mejor las causasy. características i<ieológicas .d~ rebeliones e insurrecciones específicas, sino quepermi~rátambién ~l estu4ioso d.istinguir más claramente entre patT()nes genuin~_me-n~e nuevos de violencia· y protesta colectiva, y repeticiones de cicloshistórico~ d~ resiste~cia y.adaptacjón que incluyeron ocasionalmente algunasformas de violencia colectiva.,· . " '.' .' ." .. Ya he~ rec~nocido' la importancia, de, la memoria histórica .campesina,pero:e~la$5910 una tajada de la lorta másamplia llamadaconciencia campesina.1;'.a~l!'~I\.:~n ~~. éÍ~ este,lib.ro llama a .-eevaluar losstlpuestosteóricos comunes. r~a_;~LcaS() al1djn9,las~~tativas de encontrar un provincianismoideo1ógico.~uypredecible·nQ sOportan un severo escrutinio. Las formas de
de"corto plazo dentroqeJeión a la autoridad y, poriento: la selección de mar
e! estudio de una rebéliónonales o. s~prarregionalcs,arpara discernir acertada-, ?an.en este volumen sugieren
simu1táneamente: pcóodos)para entender los cambioslión o insurrección, y. paraaIlteel curso de conillctos
: períodos más largos, que. s y estrategias históricas~los rebeldes. Los ensayos, de ~anuelBurga(discu~ ue SI queremos aprender- o colonial tardío, resultat1lral'yla memoria popularlo"en mi ensayo sobre la
la historia del S.XVII enfondo", para la explicaciónejante, a pesar de notablesan todos continuidad~ y
parte, el carácter de las~i\ca, AlOO demuestra que; s, así como sus adversaue abarcan dos siglos. Ende análisis relevante a un
mente miope y viola laldes. "
-de larga duración dentrouc los eventos y cambiospbell sobre las relacionesdécada de 1780, el estudio
en medio de la·guerrae Dandler y Tarrico sobre
. 1Ylos campesinos dee los eventos denomina
en coyunturas fluídas de.dores no es el de reempla-
r la longue durée, con lo¡los momentos de fluidezdes duraderas y cambiases, más bien, desarrollar
las t~mporales dentro de
conciencia y la amplitud de los horizontes políticos quedescubrcn los ensayosde este libro resultan demasiado diversas y flexibles para -encajar dentro deuna estrecha categoría de ,"!=Onciencia campesina", descrita anteriormente eneste ensayo. Las aspiraciones y compromisos ideológicos-ca~pcsinos van másallá ,de las o1>scsiones con tierras locale" la,s garantías de sQbsistencia, o laautonomía (entendida comoel simple deseo de ser dejados en. paz). Ni podemosafirnlar que la experiencia material, las conexiot'\es sociales y la comprensiónpolítica de los campesinos.estuvieran en gr~n parte. Confinadas a los"pcqueñosuniversos" de las comunidades y haci~ndas. Para el pcríodocolonial tardío,tanto directame"te como a través de intermediaqos, los campesino~ giraronen órbitas sociales, económicas e idcológicasque se extendían <:onsiderablemen~
te más allá de sus lugares principales de residencia y trabajo. la movilizaciónpara entroniza, un nuevo orden social "neo-Inca", no reflejaba un simple anhelode autonomía y subsistencia local, sino un esfuerzo por forjar una t'\l1ev:a políticaa nivel ma~ro, que combinara más ~itosamentelas necesidades <;ampesinaslocales con las aspiraciones a un nuevo orden político suprarregional. Es verdadque se puede qescartar ,la.lucha.por un renacimiento andino neo-Inca comoun ejemplo de milenarismo "pre~lítico" al cual serían propensos los campesinos desesperados ,porsuperar su fragmentación. Pero en este caso, uno tendríaque confrontar la inversión que hace AI,berto Florcs-Galindode n~tros supuestos usuales. Flores-e;alindo muestra que la búsqueda de un libcJ,'tador Incano fu~ una ,aspiración confinada sóloaOJ,lll~inos o indios. El sueño de unresurgimiento,neo-Inca fue unaidea JlQlítica de'un. atractivo tan irresistiblemente "universal" en el mundo andino colonial tardío, que encendió la imaginaciónde individuos más "cosmopolitas" e hizo posible que los eampesinos andinosimaginaran un orden social que los aliase con poblaciones no campesinas y noindígenas bajo los auspicios de un. Inca.
De modo similar, nuestros materiales deJos..siglos XIX y XX, revelan unaconcienda de los mundos políticos ubicados más alla de la localidad inmediata,~ voluntad de tratar con los Estados y una flexibilidad de conciencia muchomás compleja que las predecibles obsesiones localistas en función de tierras,subsistencia o autonomía. Platt introduce la noci6ndc reciprocidad campesinos-
1 Estado; Mallon argumenta en favor dé la existencia de un nacionalismo campesino desde la base antes de que una burguesía imponga el "nacionalismo" sobreuna ciudadanía integrada por un mercado intemo;'Dandler y Torrico propordonan elocuentes testimonios del interés y el comprontiso campesino en pactospolíticos populistas; Albó explora las dolorosas reevaluaciones que llevaron éllos campesinos, particularmente ayrnaras, a rechazar pactos políticos patemdislas y a buscar nuevas formas de acción política a niveh1luional. En todas'CStasdescripciones, los campesinos andinos no aparecen más inherentemente localistas que otros actores políticos; su conciencia no se adecúa a supuestosapriorlstiros; su conducta política aparece alimentada por una largaexperienciahist6ñcade trato con Estados y fuerzas políticas de nivel macro; y su historia ideológicaresulta ser, por derecho propio, una variable importante para explicar la actividad rebelde.
Los particulares valores, memorias y visiones del mundo quedefineñ elcontenido de la conciencia rebelde andina pueden .ser, en importantes aspect~,
36 STEVESTERN !'<UEV I\S I\PI{OXIMI\CJO"1'
específicamente andide encuadrar la corte
debe recordar queexperiencia frente amayoría de cam .(Mesoamérica, Eurona, etc.) con corop}, .identidad Y aspirad"dad y cambio, y sihistoria configuradaportante: la expansililas elites no<aropesivariaciones parciales'"estructurales" de..k,cia resulta irrcmedia:1que los campesinosno hace sino añadirgadorcs perspicacesy la complejidad de s'supondrían. El anáel paisaje vietnaroipor ejemplo, es UIl
valores históricos esmentos para una CON
tas de revolución y judo, Arturo Warmanintentos estatales poien la década de 1mqueiosintel~les
9. Por ejemplo, sé'·sacrificio humano a 101.élite yse hallaba m's pIj!por ejemplo, el cargo ~e Icomo parte de su estrMrelación entre los homtilantes difundidas el! las'incluso si ellos no siem¡los efectos de prácticas'noción cultural de que):celestial" puede haber sicompartir tales nadan'campesinas y, en ciértOI-Para citar otro ejemplo.valores patemalistas ir'orjar lazos especiales (
C1es campesinas, que eicampesina o la ausená:'por no-campesinos taI1
Uticas campesinas n'comunero vs. sien
e hacienda vs. trabaj
SfEVESfERN 37NUEV AS APROXIMACIONFS
9. Por ejemplo, sepuede argüir qUe en las culturas mesoamerlcartas, la noción de que elsacrificio humano'a los dioses era necesario para' mantener el cosmos,' servfa a los intereses de laélite y se hallaba más pl~menteelaborada por los sacerdotes e intelectuales gobernantes. Nótese,por ejemplo, el cargo de Padden (1967), de que losaztecas!omentaban y manipul"ban f:S8S. creenciascomo parte de su ~trategia imperial. Sin embargo, es también claro que tates- nocioneS sobre larelación entre loS hombre, los dioses y la· continuidad de la vida 'séballában desde mucho tiempoantes difundidas en las cul~s-me!K>ameria~,Y'quelos cam~inoscompartían tales nodones,incluso si ellos no siemprellega'ban,a las-mismas oonclusion~qu&laselitessobrela necesidad Ylos efectos de prácticas einstituciories sacrifidales especificas. De mooo,simila'r, éiI V~am, lanodÓllcultural de que la auténtica transfoonación social podía ocurrir sólo apattlf de un umanda tocelestial" puede.J)aber sidoelahorada pot las ~tesvi~amitasipero los campesinos podSan taulbiéBcompartir tales, nociones, podí;ln tOrcerlas para, que sirvan a las necesidades y COlJolprensionesClUnpesinas y, en ciertos casos, resislir o atacar a iaseUtes bajo los auspicios de Un mandato celestial.Para citar otro ejemplo, en la Europa mediterr~nea; tos Campesinos podían absorber mucho de losvalores patcma1istas inculcados por la Iglesia Católica, peropodlan ~r su Hreligi~ad"·paraforjar lazos especiales ron los santos patrones, tal' exclusivamente responsables ante las comunidades cimpesinas, que esos santos parecían opaCar a Jesw..En cada uno de estos ejemplos, la rebeldíacampesina o la ausencia de rebeldía podían ser afectadas por valores y entendimientos configuradospor no-campesinos tanto como por campesinos, y la naturaleza de la conciencia y las proclividadespolíticas campesinéls nopodían ser derivadas exclusivamente de variables "estructurales'" (campesino, ~omunero vs. siervo de hacienda, agricultor independiente vs.. aparcero o arrendatario, pe6nde'hacienda YS. trabajador de plantación" y asO.
específicamente andinos, pero 10 mismo no puede decirse de la imposibilidadde encuadrar la conciencia campesina andina dentro de categorías t2 priori. Sedebe recordar que la mayoría de los sectores cam-pesinos han tenido largaexperiencia frente a los' Estados ya los sectores no-campesinos.· Más aún, lamayoría de campesinados han residido en bien definidas "areas culturales"(Mesoamérica, Europa mediterránea, Africa del Norte islámica, China, Indochina, etc.) con complejas historias internas que definían nociones culturales deidentidad y aspiración social, orden y desorden, justicia y venganza, continuidad y cambio, y similares. Estas nociones culturales son el producto de unahistoria configurada tanto por campesinos como por no-eampesipos. Más importante: la expansión deesasnO(:iones culturales no se ha restringido sólo alas elites no-eampesinas, aún cuando los campesinos hanimpuesto sus propiasvariaciones parcial~s9.Bajo estas circunst~ncias,deducirde los rasgos generales"estlVcturales" dejos campesinados, su(s) fo;rma(s)aracteristica(s)de,conciencía resulta irremediablemente unidimensional y ahistórico. Deducir, además,que los campesinos son característicamente localistas, atrasados y defensivos,no hace sino añadir un in~o a la injuria. Resulta muy instructivo que investigadoresperspicaces de sectores campesinos particulares encuentren la historiay la complejidad de su conciencia más ricas de lo que nuestras posturas teóricassupondrían. El análsis de FrancesFitzgerald sobre el "Marxismo-Ieninismo enel paisaje vietnamita" (1973:284-304; basado en gran medida en Mus; 1952),por ejem-plo, es un asombroso ejemplo 'de la manera en la que tradiciones yvalores históricos especificos de ,'la" cultura vietnamita proporcionaron funda~
mentosPara una conciencia campesina rebelde compatible con nocionesmarxistas de revolución y justicia. 'Para-tomar un ejemplo más minuciosamente definido, ArturoWarman encontró que la resistencia campesina mexicana a losintentos estatales por "colectivizar" el manejo de sus tierras comunales (ejidos)en la década de 1970, no reflejaba la' ignorancia, el localismo y tradicionalismoque Íos intelectuales utilizaban comúnmente para explicar la posición campesi-
descubren los ensayospara encajar dentro decrita anteriormente en
os"campesinos van másde subsistencia, o la
oseI\paz).,Ni podemos:ales y la comprensión·nadas a los "pequeñosríodocolonial tardío, ,
os campesinos giraronpían considerablemen9ajo. La movilización
cjaba un simple anhelorjaruna nueva política~idades campesinas
rarregionaI. Es verdadndino neo-Inca como
pensos los campesieste caso, uno tendríaliooo de nuestros su-de un libertador Inca.ios. El sueño de un
O tan irrcsistiblemen..cendió la imaginaciónmmpesinos andinosno campesinas y no
IX y XX, revelan una·localidad inmediatade conciencia much~
función de tierrasocidad campesino~
cionalismo campesinadona lismo" sobrey Torrico proporéio,mpesino en pactos,PIes que llevaron apolíticos patemelis.na'. En todas ;estaserent~ente localis.-puestos apriorísti-
periencia históricahistoria ideológica
,ra explicar la activi-
...
10. Véase la interpretación notablemente compleja y sensitiva de fa conciencia campesina enMéxico, en Meyer 1973. El reoeílte libro de Scott (1985) es tambl.&1 exttemadamente estimulanteen este aspecto.
NUEVAS AI'ROXIMAOON
las lealtades de cam(propiedad de hadlos ingresos proven~
de los campesinOS'. ,coinciden con aqqerebeliones campes·la dimensión étnica~
la explicación yanásión, los patrones'aspiraciones camcialmente important'estudiadas por Sal,discutida en la inde la conciencia camlos hallazgos de Maal cual considera,de otras áreas, sostihecho imposible el
Indiscutiblemensión amplia sobreárea andina, esto'"las fronteras étnicasera así. Los hallazglCárdenas se discuimportancia de lala facilidad con la q!conflictos clasistasvisión.
Pero, ¿es pccU"historia campesina'.revueltas campesin.equivocada. La CUI
historia y probableén el Tercer MundO,mente asociada a Vi
. formal, guerra y; pilares materiales didivisiones de lény la conciencia étrri€componente étnieo.;
.conciencia campesiC!ión en vez de laIrlanda Británica oencontrar ana10gíasr:; Además, aúnZádo, los problemasilUier análisis serio.
SfEVESfERN38
na~'reacci<nlaria". POI" cl<:ontrario, los .campesinos roconodan astutamente quedetrás,de 1a5'má~rasretóricaS.de progrcsoy.recompensa matcrial~ escondíaun· intento cstatal de organizar y controlarempresas-agtícolas modernas deformas que hubierandestruídolas opciones económicas que los campesinosnecesitaban para sobrevivir (Warman 1980:61-83)10. Los campesinos no eranignorantes a 'nivelmaéropol1tico, ni intrínsecamente opuestos al ,"progreso" oa'formas colectivas de organización económica.
Nuestra tercera sugcrendametodológica es, por tanto, que los estudios delasrobeliones campesinas deben tratar la conciencia campesina romo una cuestión
")J problemática:en vez de predecilJle,debendart~CÍIlI'at~nciQn;a la "historia cultural") del área estudiada y descartar 1fociones sobruhnherente loallismo y c;'flr4cter defensivo
delosaimpesiños. Desdé esta petspecth;a, ellocalísmoy las obsesiones defensivasen relación aJos derechoslocalespuedcI\ en r~alidad ptcvalccerentre cam~inosrebeldesespeeífitos en épocas y'lugares específkos~'peroestos patronesno pueden -ser asumidos como un fenómeno cuasi universal, inherente a lacondición del~ampesinoamenazado por factores externos talescotno señoresfeudales, aútoridades esta tales o mercados. Esta perspectiva: le permite tambiénal analista evaluar más dinámicamente la influencia mutua entre las va~blesmateriales:e ideológicas (en tanto.las últimas no siempre "reflcjan"alas prime,ras de modo simple'odirecto)¡.. yconsiderarde'qué modos la,atención explícitaa la conciencia campesina cambia<nuestro ~nwndimiQnlo:de las causas y losproblemas en juego durante unarebclión.~Nosanimará,adcmás,a·dcsarrollarlas nuevas herramientas toóricasnecesarias para explicar los múltiples contor...nos que puede adquirir la- conciencia campesina. La explicación'teórica deMallon sobre el desarrollo de una conciencia nacionalista antes de la consolidación de una·burguesía dominante y un meroadointerno es un ejeroplo instructi-vo y a~~ionante. . _ ; ¡.
Si5e toma seriamcntela conciencia campesina en los Andes, se debe sopesarinmediatamente el significado de la etnicidad en' la conciencia y la revUelta"campesina". Aquí, también, la experiencia andina provoca un replanteamientode supucStm¡,y paradigmas. Poretnicldad entiendo el proceso de~,rsupuestosatributos culturales y físicos que se consideran luertementeadheridos a laspersonas implicadas y, por tanto, no fácilmente renunciables, adaptables otransferibles(i'aza()color~ ancestros 'bi~íó~cos o étiltural~s~ :tetigión, lenguaje,~itosdetrabajo, vestimenta, etc.) AtributQS que sitvenpara·trazar las fronterassociales que ubican a las personas en agrupaciones diferenciadas dentro del
, mundom~s ~mplio delaiilferacción.sódal. En.la medida enque las fronJerasJ ..•.• ., ..' '. .
étnIcas no coil)cüfen con las fronteras de clase, las~laciones e identificacionesétrikas pueden 5elVírpara' articular las quejas' y las visiones del mundo decam}:>esirios y no-campes~nos. Tal fue el c~So.. pdféje't'plo,en las movilizaci.<;lJ)esinsurreccionales que,trataxon de instaurar un orden incaico enlos Andes durante las postrimerias de lacolonta. Un sentido compartido de identificación yagravios étnicos sirVió de puerite,por 16 D\enos 'en algunas zonas, para ~ificar
f • .' •
SfEVE SfERN 39NUEVAS APROXlMACIONF5
las lealtades de campesinos andinos y elites andinas cuyos privilegios de clase(propiedad de haciendas, inversión en empresas mercantiles, participación enlos ingtesos provenientes de los tributoS, etc:), los diferenciaban noto~~entc:
de los campesinos.PoTotro lado, en la medIda en que las fronteras étnIcas St
coinciden con aquellas de clase;'el lenguaje;la ideología y las causas de lasrebeliones campesinas resultan difíciles de comprender si no se tiene en cuentala dimensión étnica. Un componente étnico que adquiere gran importahciaenla explicación y análisis de lasrevucltas,·se encuentra incorporado en laopresión, lo~; patrones de adaptación y resistencia, .el sentido de agravio Y' lasaspiraciones campesinas; Tales ~damentosétnicos de las rebeliones son 'especialmente importantes, por ejemplo, en las rebeliones de los siglosKVIU y XIXestudiadas por Salomon y Platt. (Véase también la invcstigació.n de Gonzales,discutida en la 'introducción a la Parte UI). Es precisamente la dimensión étnicade la conciencia campesina andina en<eIPerú, lo que lleva a Bonilla a descartarlos hallazgos deMallo~ sobre el nacionalismo campesino en la sierra écntral¡al cual considera, en el mejor de los casos, como algo atípico~ En la mayoríade otras áreas, sostiene Bonilla, elpeso de Ja·cuestión étnica era mayor y hubierahechoimposible el nacionalismo campesino.- .
Indiscutiblemente, b dimensión étnica resulta inevitable en cualquier discusión amplia sobre rebelión y concicncia'cntreloscarnpesinos andinos; En elárea andina, esto ha proba:doser cierto- en regiones y-períodos en los ctlalesla-s fronteras ·étnkas y:dasistas virtualmente coincidían, y también cuando noera asiLos hallazgos de DandIer y Torrico, Albó)' Cárdenas (la~ te~is deCárdenas se discuten en· la introducción a la ·Parte ·IV) welven mstalma laimportancia de la.-etnicidad en la política ~campesina-conremporánea,así comola facilidad con la qucha cogido' desprevenidos a aquellos que, al tratar losconflictos clasistas bolivianos deja.nla dimens-ión étnica fuera de su campo devisión. ". ,;' .
. Pero, ¿es peculiar yatípittl-el pesc:hlelos probl~masétnico-ractales'enla
historia campesina andina ? ~i así fuera; la tendencia a teorizar y exp~icar laS'revueltas campesinas sin teneren cuenta)élditriérisión étnica no está Senamenteequivocada. La cuestión étnica) sin embargoi'ha afectado profundamente lahistoria y probablemenlcla¿oncienéia de mucftoscantpesinado~.~spcdalmenteen el Tercer MundO, la difuSi6n~délcapitálismonoratlántico haes~ado'íntima
mente asociada a·varias.tOrmasd~dotnina<:ióO'·coIDniaJ: gobierno colonial v'
formal,guerra;y gobiem.o- infotrtla'l;réligión mi5ióncráí y'otras. El asalto a lospilares materiales de la vida éampesina''há tmdO inéVi,tableinente~nsigólas
divisiones de lengua; ~ligiólt~"culturay raza; que aliinentaron;las 'relaCionesy la conciencia étnica. Bajocstascondidónes, deberíamos sorprenderri'ossi uncomponenteétnko-Jlacionál no pesara significtiVamente en las rebeliones ylaconciencia campesiná.Los campesinoseuropebspodrían muy bien serIa e~eep
ción en vez de la regla en-este caso, mri roai\d~basta dirigir la mirada a laIrlanda Británica o a:la'''reconquista'' criS~na de: la Espafia Islántica, paraencontrar ana10gías en la eXpériettcia'ellropea-.. -, - - -. "."'.. Además,aún cúando se deje de'lado ladivisiórientre colonizador y <:olorii
zado, los problemas étnicos internos pueden result~\r indispensables para cualquieranálisis serio. de la política, .Ja, conciencia o la rebelión campesina. La
nto, que los estudios de. como U7IIl cuestWn
ia la "historia cultural"iBmo ycarácter defensivoS-obSC6iones defensivas
-alccerentre campesi-· ; pero estos patroncsiversal, inherente a laos tales corno señores.va le pennite también
entre las variables" ti,.;.." 1 .,. re....}"'n a as pnme-
as la.atención explícitalo:de las causas y losadcmás,a desarrollar
r, los múltiples contor- licación· teórica de-antes de la consolida,.Ul'tejemplo instmcti-
_ocían astutamente quesa matcrial se escondía
~grícolas modcrnas dec;as quc los campesinos
campesinos no eran-uestos al "progreso" o
-des, sedebe sopesarciencia y la revueltaa un replanteamiento
de usar supuestosnte adheridos a las. bies, adaptables o
': A religiÓn, lenguaje,ra·trazar las fronteras
nciadas dentro delen que las fronteras
pes e identificaciones· es del mundo deen las movilizaciones
-, en los Andes duran-·-de identificación y
S ZonáS, para unificar
NUEVAS APRüXlMACIO:
de este ensayo intrcia de la experienpresentan a continde los temas esenc'conjunto, ofrecencampesinos andinaspiraciones, inelnos sumergimos a
STEVESTERN40
discusión de Campbell sobre la insurrección en el periodo colonial tardío,muestra claramente que los insurree;:tos a-odinos se encontraban divididos internamente; y que las fronteras étnicas intraandinas ocupaban un lugar significatio.vo en tales divisiones. Cualquiera que esté remotamente familiarizado con lacuestión religiosa en Irlanda, o los estereotipos históricos; que los-vietnamitasdel norte y del sur han usado para caracterizarsus diferencias (véase Fitzgcrald1973:64"'(6), O la tendencia. de muchas comunidades campesinas a replegarse"haciaadentro" y reclamar una identidad y un interés distinguiblesde, aquellosde lasromunidades rivales tanto romo de los no-campesinos (Wolf 1957; Stem1983), apreciará el significado potencial de los-conflictos-y la conciencia étnicaentre lOs campesinos.
Finalmente, aún cuando no aparezcan obvias divisiones étnicas, los protagonistas del conflicto de clasespucden tender a atribuir suertes más sutiles deatributos étnicos a otras clases sociales o a ellos mismos. (Este pt'OCCSóe5descrito a veces como "clasismo"). Los campesinos zapatistas de Morelos, porejemplo, eran principalmente mestizos, y no indios, y eran en cualquier casorelativamente "aculturados"encomparación a campesinos de otras partes deMéxico. Sin embargo, los terratenientes y las elites urbanas no podían dejar deendilgar un cliché étnico despectivo a sus enemigos de clase, y considerabana los zapatistas como "indios" bárbaros enzarzados en una salvaje y destructivaguerra racial. Incluso los obreros urbanos estuvieron influidos por la tendenciaa atribuir características étnicas a otras clases sociales. Cuando los zapatistasocuparon Ciudad de México~ los trabajadores se mostraron asombrados y encierta medida extrañados por el estilo social respetuoso y la evidentereligiosidad de los campesinos. ·Las particularidadcscampesinas, vistas como-símbolosde que el campesinado constituía, de manera innata, un tipo diferen.u de genteintrodujeron un elemento étnico en la controvertida decisión de los trabajadoresde rechazar una coalición obrero-campesina con los zapatistas, y de aliarse encambiocon sus enemigosConstitucionalistas (Hart 1978:131-133). Sería ingenuocreer que la tendencia de los,no<ampesinos a descartar a los campesinos comobárbélros, ignorantes y supersticiows no tuvo un lugar importante en el propiosenti1llienlo de agravio y aspiración de los campcshlos.
Sí, tal como he argumentado, el significado de lo~ factores étnicos en laconcienciayla rebelión campesina no es pccu1iar~de los Andes, estamos encond~cionesde hacer una cuartasl,lge~ncia.metodo16gica.En estudios teóricos,así como en estudios es~íficos de rebeliones _campesinas, aún cuando losproblemas étnicos no seall obvíarnenterelevantes (como lo son; digamos, enIrlanda o Perú), un análisis que no incluya la dimensión itnica debe ser justificado
I en vez de ser tomado como pumo ,de partida. En algunos casos y para ciertospropósitos, las variables étnic¡ls pueden no ser importantes para la comprensiónde la rebelión. Pero esto necesita ser:demostrado explícitamente. Las categoríasque dejan la dimensiQn étnica fuera de su campo de visión son probablemente
Este ensayo ha tratado de modificar la tendencia de los historiadores yantropólogos andinos a restringir la envergadura de las impHcancias derivadasde los estudios de casO andinos. Lanza, además, un desafio a los teóricos y alos estudiosos de otros campesinados, para que incorporen la experiencia andina en sus paradigmas y metodologías. Sin embargo, los objetivos específicos
41NUEVAS APROXIMACIONfS
de este ensayo introductorio no deben ser útilizados para disminuir la importancia de la experiencia andina por sí misma. Cada uno de los ensayos que sepresentan a continuación ofrece uli giro original y significativo en uno u otrode los temas esenciales para la historia de las rebeliones andinas. Tomados enconjunto, ofrecen elocuente testimonio de los varios modos en los cuales loscampesinos andinos han luchado para mejorar su suerte.. hacer realidad susaspiraciones, incluso tomar su destino en sus propias manos. En esa historianos sumergimos ahora.
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STEVE STERN