1
SUFRIMIENTO PSIQUICO DE MILITARES FRENTE AL RETIRO LABORAL 1
Sandra Milena Sanabria Arévalo2
Docente Asesor
Manuel Alejandro Moreno Camacho3
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
SANTIAGO DE CALI
2016
1 Este artículo se deriva del estudio realizado como trabajo de grado para optar el título de Especialista en Psicología Clínica con
orientación Psicoanalítica. Inicio Julio 2015, finalización Julio 2016 2 Estudiante de la facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura seccional Cali, Colombia [email protected] 3 Psicólogo, Magíster en Sociología. Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali
2
RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre el sufrimiento psíquico de Militares al llegar su
retiro laboral por pensión; retiro que se da a una edad relativamente joven debido a un régimen
pensional especial para los militares; ley 1214 de 1990. El trabajo constituye algo fundamental
en la vida del ser humano, gran parte de la vida de las personas se invierte en él, es fuente de
satisfacción, posición social y perfeccionamiento, favoreciendo la creación de vínculos sociales y
dando un lugar de reconocimiento; La actividad Militar obedece a la satisfacción de la pulsión, al
investimento libidinal y a una posición narcisista del sujeto, ya que un sujeto necesita del otro
para constituirse. La carrera Militar se caracteriza por el entrenamiento diario, la subordinación,
la disciplina, el respeto y la disponibilidad permanente; es claro que la Institución y esta dinámica
ejerce una gran influencia en el ser humano para su desarrollo subjetivo. Al llegar el retiro laboral
estos vínculos se rompen y es allí donde el sujeto empieza a padecer una serie de síntomas que lo
conllevan a un sufrimiento psíquico, proceso en la que también afecta su entorno familiar. Es
indispensable que el Militar retirado trabaje todas las etapas del duelo por el objeto perdido,
fortaleciendo las funciones yoicas ligadas a la autoestima, reinventando nuevos roles en nuevos
espacios, entendiendo el retiro de las fuerzas Armadas como una oportunidad para desarrollar
habilidades y competencias no exploradas y como una oportunidad para disfrutar las experiencias
familiares no vividas.
ABSTRACT
This paper aims to reflect on the psychological military suffering to get their labor retirement
pension; retreat given at a relatively young age due to a special pension system for the military;
Law 1214 of 1990. Work is something fundamental in human life, much of the life of people
invested in it, is a source of satisfaction, social position and development, fostering the creation
of social ties and giving a place recognition; Military activity due to the satisfaction of the drive,
the libidinal investment and a narcissistic position of the subject, as a subject needs the other to
become. Military career is characterized by daily training, subordination, discipline, respect and
permanent availability; it is clear that the institution and this dynamic has a great influence on
human beings for subjective development. By the labor retirement these links are broken and
there is where the subject starts to suffer a range of symptoms that lead him to a mental suffering,
a process which also affects their family environment. It is essential that the retired military
working all stages of mourning for the lost object, strengthening the ego functions linked to self-
esteem, reinventing new roles in new spaces, understanding the withdrawal of the armed forces
as an opportunity to develop skills and competencies unexplored and an opportunity to enjoy
family experiences unlived.
PALABRAS CLAVES: Militar, Trabajo, Retiro, Sufrimiento, Psiquis, Pulsión, Libido.
3
SUFRIMIENTO PSIQUICO DE MILITARES FRENTE AL RETIRO LABORAL
Los seres humanos han buscado diferentes formas de satisfacer y saciar sus necesidades tanto
físicas, psíquicas y económicas; es así como por medio del trabajo todo sujeto busca satisfacer
dichas necesidades con diferentes actividades de acuerdo a su perfil y habilidades; en el
desarrollo de este artículo se evidenciará como el trabajo es el pilar ontológico de la vida,
específicamente el trabajo Militar, el cual se convierte para las personas que realizan esta labor en
objeto de satisfacción de la pulsión, debido a las diversas experiencias que se viven a diario en la
actividad Militar y cómo afecta psíquicamente el retiro laboral por pensión a estos Militares.
La ley 1214 de 1990, dispone de un régimen especial de pensión para los Militares. Este
indica que “El empleado público del Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional que acredite
veinte años de servicio continuo a éstas, incluido el servicio militar obligatorio, hasta por
veinticuatro meses, prestado en cualquier tiempo, tendrá derecho a partir de la fecha de su retiro a
que se le reconozca su pensión”.
De acuerdo con esta ley el personal Militar adquiere la pensión a una edad promedio de
38 a 43 años de edad. Se puede decir que es una edad relativamente joven para continuar
laborando, pero en la mayoría de los casos esto no es posible debido a la falta de preparación para
la vida civil y la falta de preparación profesional para desempeñarse fuera de la Institución
Militar. La experiencia como psicóloga de las fuerzas Armadas desde hace 10 años, me ha
permitido observar que al momento de presentarse el retiro de la Institución y pasar a ser un
pensionado joven, sin un trabajo por realizar, se presentan situaciones que desestabilizan
psíquicamente al sujeto.
Este trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre el sufrimiento psíquico de militares
pertenecientes a las Fuerzas Armadas al llegar su retiro laboral por pensión. Parte de la hipótesis
de que la actividad laboral militar responde a una forma de satisfacción pulsional, que ha tenido
prelación durante gran parte de la historia de vida de los sujetos. Como toda satisfacción
pulsional, compromete algo de la satisfacción narcisista en la que el yo es investido como objeto
de la pulsión, a partir de la construcción de ideales y la configuración de identificaciones. De esta
manera, al momento del retiro, la renuncia a las insignias que han cobrado valor en cada historia
de vida, constituye una fuente de sufrimiento que demanda un esfuerzo psíquico del sujeto,
deviniendo con ello diferentes formas de respuesta.
En este orden de ideas, esta reflexión está orientada por la pregunta: ¿Cuál es y por qué el
sufrimiento psíquico de Militares en el proceso de adaptación a la vida civil después del retiro
laboral? Para ello se abordarán tres temas: se presentarán argumentos que proponen el trabajo
como pilar ontológico de la vida; se desarrollará el concepto del trabajo Militar como objeto para
la satisfacción de la pulsión; y se presentarán algunas viñetas clínicas en las que se evidencian
4
diferentes formas de respuesta que aparecen en los casos de Militares en el proceso del retiro
laboral.
El trabajo como pilar ontológico de la vida
A lo largo de la historia de la humanidad el trabajo ha evolucionado notablemente por efecto del
desarrollo de las necesidades personales y sociales. Comenzando como una actividad sin
distinción del resto, luego como una actividad realizada solo por esclavos, quienes dependían
completamente de sus amos y no tenían una remuneración, y finalizando como una actividad
realizada por todos los seres humanos adultos, el trabajo está reglamentado como un derecho y
socialmente como un deber, pudiéndolo realizar cualquier persona de cualquier estrato social,
etnia o religión, debido a la necesidad de sobrevivir y subsistir con los recursos que la naturaleza
le ofrece al hombre.
Marx y Engels en su Manifiesto comunista de 1848, realizaron una denuncia al trabajo de
la sociedad capitalista, que producía la alienación del trabajador. La revolución rusa de 1918
dictó la Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado. Así mismo, la Primera
Guerra Mundial exigió la presencia de trabajadores en las fábricas de armamento y de maquinaria
militar, donde se les otorgó ciertos privilegios por su labor. En 1919 cuando se firmó el tratado
de Versalles se creó la O.I.T (Organización Internacional del Trabajo), lo que representó un paso
importante en la evolución del trabajo y las injusticias que existían. Es así como las condiciones
laborales de los trabajadores fueron mejorando paulatinamente en el trascurso de la historia
humana.
El trabajo constituye algo fundamental en la vida del ser humano, gran parte de la vida de
las personas se invierte en él, es fuente de satisfacción, posición social y perfeccionamiento. La
ocupación laboral es importante y necesaria para el individuo y su progreso; favorece la creación
de lazos sociales, en psicoanálisis el lazo social se describe como discurso y no diferencia entre
lo individual y lo social, por consiguiente el discurso es el ordenador del goce en un lazo social
donde está incorporado un sujeto; obteniendo con esto una posición en el conjunto de relaciones
de las que participa.
Desde su existencia el ser humano se ha visto evocado a trabajar, debido a que su razón lo
ha llevado a competir en la carrera de la evolución para no quedarse relegado y así transformar su
entorno para proporcionar un bienestar personal, familiar y social, llenando el trabajo de
significado para la humanidad. Cabe resaltar que esta es una labor que es llevada a cabo de
manera consciente y motivada por el deseo de una buena calidad de vida.
El trabajo juega un rol central en la cotidianidad de las personas debido a la cantidad de
tiempo que se dedica a él, porque esto permite la satisfacción de necesidades psicosociales. Las
5
decisiones que se toman en cuanto a la escogencia de profesión marcan el futuro del sujeto en alta
medida, el cual va ligado a los ideales y metas que cada quien se proponga.
Diversos estudios han demostrado que el trabajo ayuda a conseguir un bienestar
psicológico y social dado que impone una estructura de tiempo, implica tener contacto
permanente con personas ajenas al núcleo familiar y compartir con ellas diferentes experiencias
diariamente, esto proporciona en los sujetos un estatus social y crea hábitos y rutinas que lo
adhieren más a ese entorno. El trabajo permite sentirse útil tanto a nivel personal como familiar,
alcanzar un nivel socioeconómico que motiva, además de tener una posición diferente hacia las
demás personas.
Parafraseando a Dejours (1993), uno de los autores que más ha desarrollado una
concepción psicodinámica del trabajo, se puede decir que el trabajo hace sentir útil al sujeto,
creando una posición e identificación ante los demás. Es por eso que un sujeto que esté en
condición de desempleado o pensionado se siente excluido de ese entorno y esto produce en él
sentimientos de soledad. El trabajo da orden y equilibrio a la vida diaria del sujeto, la vida de éste
está organizada en un horario, un régimen y unos vínculos sociales.
El trabajo militar: un objeto para la satisfacción de la pulsión
Para hablar de pulsión es importante conocer e interpretar su significado freudiano. Freud define
la pulsión como “un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante
psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una
medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón
con lo corporal” (Freud, 1915, p. 117). A partir de aquí es posible colegir la pulsión como las
diferentes formas de búsqueda de la satisfacción y la relación con el objeto, su naturaleza es una
fuerza constante de origen somático que representa una excitación para lo psíquico. Los seres
humanos son seres de conflicto pulsional, y es de la posibilidad de un ordenamiento de éste que
dependerá la emergencia como sujetos de deseo.
En Tres ensayos sobre teoría sexual (1920) y Pulsiones y destinos de pulsión (1915)
Freud también nos habla de las cuatro características de la pulsión: La Fuente, que hace
referencia a lo corporal y que tiene su procedencia en la excitación de un órgano; el Fin de la
pulsión, que se entiende como la descarga de energía en un objeto, se puede decir que es la
satisfacción temporal; el Objeto, que hace referencia al representante que permite la descarga que
favorece la satisfacción pulsional; y la Fuerza que es el empuje y la intensidad de la aspiración de
satisfacción de la pulsión.
De igual manera, Freud instruye sobre los destinos de la pulsión: por una parte presenta la
represión que es la responsable de la formación de los sistemas y es utilizada como defensa, “Su
esencia consiste únicamente en el hecho de separar y mantener a distancia del consciente”
6
(Imbriano, 2000, p. 163). Por otro lado propone la sublimación, que “evoca a la vez la palabra
sublime, utilizada […] para designar una producción que sugiere grandeza, elevación” (Imbriano,
2000, p. 314), es muy propia de las pulsiones sexuales y es producida por la mediación del yo.
También describe la vuelta contra sí mismo, en este destino de la pulsión lo esencial es el cambio
de objeto manteniéndose la meta intacta sin alteraciones. Y finalmente, indica la conversión en lo
contrario, donde lo esencial es el cambio de meta.
En este orden de ideas y relacionando la actividad Militar como objeto de la pulsión, Freud
dice algo importante que afirma lo que se expone en este trabajo:
El yo se comporta pasivamente hacia el mundo exterior en la medida en que recibe
estímulos de él, y activamente cuando reacciona frente a estos: sus pulsiones lo
compelen sobre manera a una actividad hacia el mundo exterior […] el yo sujeto es
pasivo hacia los estímulos exteriores, y activo por sus pulsiones propias (Freud, 1915,
p. 129).
Así, se puede decir que la pulsión es activa y el yo pasivo, la pulsión es endógena y constante;
la represión no la detiene, no la sofoca, pero sí actúa sobre el representante psíquico, que por
cuenta del displacer cobra mayor poder que el placer de la satisfacción.
Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior es posible comprender el trabajo Militar como
objeto de la pulsión. La carrera Militar como opción laboral, más que un trabajo es un estilo de
vida. Se caracteriza por el ritmo con el que se vive cotidianamente la carrera de las armas, la
intensidad, la subordinación, el respeto por los superiores y la disponibilidad permanente. Todo
esto hace parte de una disciplina y un régimen interno estricto y de entrega total a la institución,
ya que desde las escuelas de formación Militar se enseña que existe una figura de autoridad que
cada sujeto ocupa, se aprende que el valor de la lealtad con la Institución y los superiores es un
valor muy importante e indispensable. Esto hace que el sujeto pierda en buena parte del contacto
con la vida civil, encerrándose en un medio rodeado de armas, órdenes Militares, formaciones y
operaciones Militares. Pasando fechas especiales y eventos familiares lejos de sus seres queridos,
convirtiéndose esto en algo normal, entregando sus mejores años de vida a esta elección laboral.
Ello crea un vínculo con esta dinámica de vida. Para hablar de estos vínculos es importante traer
a colación lo que propone Freud en el texto de psicología de las masas. Él habla de vínculos
afectivos con padre, madre, hermanos y otros, pero en el caso de la relación con el objeto se
distingue:
Como objeto de la indagación la influencia simultanea ejercida sobre el
individuo por un gran número de personas con quienes está ligado por algo, al par
que en muchos aspectos pueden serle ajenas. Por tanto, la psicología de las masas
trata del individuo como un miembro de un linaje, de un pueblo, de una casta, de
7
un estamento, de una institución, o como integrante de una multitud organizada en
forma de masa durante cierto lapso y para determinado fin (Freud, 1921, p. 68).
Así, es claro que la Institución y esta dinámica ejercen una gran influencia en el sujeto
para su desarrollo subjetivo.
Las experiencias en la vida Militar afianzan en los sujetos costumbres que no solo hacen
parte de la Institución, sino que también sus integrantes llevan consigo esas costumbres y
experiencias a cada espacio a donde van, viéndose esto reflejado cuando llegan a sus hogares o al
reencontrarse con sus familiares y su círculo de viejos amigos de la niñez y la adolescencia. Es
común escuchar que son abordados por ellos para que relaten sus vivencias y experiencias dentro
de la carrera de las armas, ya que el Militar se convierte en una especie de objeto de admiración
por las actividades que realizan y que un civil no imaginaria hacer, enorgulleciendo esto al
Militar y llevándolo a aferrarse cada día más a su convicción de ser Militar.
También es común ver como algunos Militares llegan a sus hogares tratando de imponerse
Militarmente ante su familia, muchas veces exigiendo respeto y cortesía como se lo exigen a sus
subalternos. Más aún, se observa que el padre o madre Militar muchas veces aplican lo estricto de
la disciplina a sus hijos, tratándolos como si fuera pequeños alumnos en formación Militar.
Debido a esto es muy importante que desde sus inicios las Instituciones Militares formen a sus
candidatos marcando diferencias entre los escenarios en los que se desenvuelvan, y así moderar
sus comportamientos, adaptándose a las exigencias de cada medio.
Teniendo en cuenta lo anterior, se analiza que la actividad Militar es un trabajo con carga
libidinal y pulsional. Lacan entiende por carga libidinal a “aquello por lo cual un objeto deviene
deseable, es decir, aquello por lo cual se confunde con esa imagen que llevamos en nosotros, de
diversos modos, y en forma más o menos estructurada” (Lacan, 1954, p. 214). Al investirse
libidinalmente al objeto se produce una satisfacción en el sujeto. Freudianamente se puede decir
“que una pulsión ama al objeto al cual aspira para su satisfacción” (Freud, 1915, p. 131).
Ahora, si bien es cierto que el trabajo Militar obedece a la satisfacción de la pulsión y al
investimento libidinal, también obedece a la posición narcisista del sujeto. Dentro de la
institución se crea una posición donde se es reconocido como “mi coronel, mi capitán, mi
sargento”, teniendo siempre personal subalterno bajo su mando, al cual puede dar órdenes que
deben ser cumplidas inmediatamente. Esto corrobora una posición de mando, autoridad y
reconocimiento por parte de los demás. La palabra “mí” funciona como un “enganche al otro [...]
un elemento esencial de la realización del otro, es que la palabra puede unirnos a él” (Lacan,
1954, p. 82).
El sujeto necesita del otro para constituirse, es decir hay una relación de dependencia ya
que sin el otro no se puede constituir el yo “el yo se constituye en relación al otro. Le es
8
correlativo” (Lacan, 1954, p. 85). Los otros con los cuales el yo se constituye, son ellos, los
compañeros de trabajo, superiores y subalternos que conforman la Institución Militar.
Así mismo, el hecho de ser reconocido por la población civil como Militar también tiene
un tinte narcisista; está relacionado con una posición de valentía y coraje por las actividades de
riesgo que en momentos tienen que asumir, se puede decir que se catalogan como valientes, esto
se evidencia en Militares retirados en palabras como:
“Cuando uno se retira; todo cambia, ya los militares activos no me copian, ya uno pasa
hacer un civil más, no es lo mismo estar activo en la fuerza que estar pensionado; como si
los años de servicio no valieran”.
“Yo merezco respeto por los años de servicio a la patria, una doctora que me atendió, no
me presto la atención que yo merezco, y le tuve que recordar que estuve en el campo de
batalla y era un sobreviviente de la guerra; que era el sargento x y que me prestara la
atención que merecía”.
En estas palabras se puede evidenciar el sufrimiento psíquico del sujeto al verse afectada
su posición narcisista. Freud (1914), define el narcisismo como “el complemento libidinoso del
egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación” (p. 71-72). Así, se puede decir que en el
inconsciente de estos sujetos hace parte su deseo y su goce y del cual nada conocen, pero todo en
cuanto realizan en ese entorno Militar esta delineado por ese deseo y por su satisfacción
pulsional.
Cuando llega el momento del retiro de la Institución Militar por tiempo de servicio, es la
hora de dar el paso a la vida civil, lo cual implica dejar la carrera de las armas y la intensidad con
la que se vive en ese entorno, se ocasiona un cambio drástico en la vida de estos sujetos; el lazo
social, si bien no es estático, empuja al sujeto hacia una posición donde no es semblante del Otro
para el otro; he ahí la herida narcisista, que acarrea desde un punto psicológico y social
problemas de adaptación a la vida civil. Presentan síntomas como sentimientos de soledad,
tristeza y exclusión de ese entorno, en el cual tenían una posición jerárquica, de reconocimiento y
de identificación con los otros, convirtiéndolos en “objeto de la angustia” (Dunker, 2013, p. 46).
Los síntomas son una forma de demanda, del reconocimiento de malestar, hacen referencia a las
experiencias de sufrimiento transitorio y de bajo nivel, los cuales pueden ser manejados por el
sujeto.
Es por esto que cuando llega el retiro laboral los sujetos evidencian su malestar y sufrimiento con
palabras como:
“No duermo bien; me levanto a las 5 am a trotar, después de trotar no encuentro que más
hacer, me desespero; en el ejército mantenía ocupado, me hacía falta tiempo para hacer
el trabajo”.
9
A su vez, es importante resaltar que las relaciones familiares se ven altamente implicadas
en este tránsito. La familia es el escenario en el que más se incrementa la crisis, pues es allí donde
el sujeto reposa después del retiro laboral y vive su sufrimiento psíquico. Es interesante observar
los desdoblamientos del goce, dado, que durante el tiempo de servicio activo, no poder estar
mucho tiempo con la familia era fuente de displacer; ahora que cuentan con el tiempo disponible,
lo sigue siendo. Al culminar la carrera Militar, el sujeto se propone recuperar su autoridad en el
hogar. En estas familias es común que la esposa haya sido quien estuvo en las etapas de
crecimiento de los hijos, en la enfermedad, en las crisis, en los problemas, en los logros y metas.
Regularmente, las mujeres han sido las figuras de autoridad y permanencia en el hogar, mientras
que los Militares lo han sido en la Institución. Esto impacta al Militar retirado ya que los hijos
siempre lo vieron como padre proveedor, autoritario, pero ausente. En la escucha clínica de estos
sujetos es común encontrar un reclamo dirigido a la recuperación de la autoridad que como
cabeza de hogar suponen que deberían tener. Esto hace que se incremente su sufrimiento y se
encuentren puntos lacerantes en el proceso, que se presentan como rasgos de desmotivación. A
estas cuestiones se suma el afán por obtener otros recursos económicos a través de otras opciones
de trabajo, y con ello la búsqueda de una posición ante los demás. Ello ocasiona una serie de
vicisitudes que alteran su entorno familiar; Por ejemplo, en las palabras de la esposa de un militar
retirado se puede evidenciar el tipo de situaciones a las que se ven expuesto:
“está insoportable, no sé qué hacer con él, aún no se hace a la idea que ya no es militar y
que no debe tratar a las personas como militares subalternos. […], además tenemos
problemas de pareja, cosa que no se había presentado antes”.
De acuerdo con Buendía (2010), “el desempleo suele aumentar las tensiones y conflictos
familiares, por lo que representa también una amenaza a la principal fuente de apoyo social y de
relaciones estables de que dispone el individuo en nuestra sociedad” (p. 32). Es evidente que el
retiro laboral no solo afecta al Militar, sino también a su familia. Esto se refleja en los diferentes
casos tratados, por ejemplo en la dificultad para asumir que ya no es un comandante sino un
padre de familia. A los militares retirados les resulta difícil comprender que ejercer un liderazgo
familiar no es igual que dirigir una operación Militar. Así mismo, para muchos de ellos es difícil
aceptar que el problema no está en el entorno que los rodea, sino en ellos mismos. Por lo general
para estos sujetos los del problema son los demás, es así como poco a poco el conflicto familiar
aumenta, hasta llegar a un punto de no retorno, en ocasiones desatándose episodios de
agresividad y maltrato, lo que en muchos casos hace que los hogares se desintegren. Uno de los
sujetos ilustra este tipo de situaciones con su relato:
“Mi esposa me abandonó, me volví agresivo con ella y por eso se fue para Buenaventura
y se llevó los niños, ella no me entiende, no sé qué hacer con tanto tiempo libre, y no he
conseguido otro trabajo”.
En este orden de ideas, se llama sufrimiento psíquico aquello que se presenta como
inasimilable en la experiencia de los sujetos. El periodo de adaptación a la vida civil después de
su retiro de la institución por pensión, es una adaptación a un nuevo entorno que implica lidiar
10
con situaciones en las que se ven enfrentados con lo más íntimo de su constitución subjetiva. El
rehusarse a abandonar la posición en su relación con los otros, con lo cual se obtenía un nivel de
superioridad e importancia, se ve contrariado por el desempeño en la vida civil en el que deben
participar de actividades cotidianas en las que sus insignias de identificación no representan un
signo de distinción. Las instituciones castrenses están conformadas jerárquicamente y fomentan
obediencia y respeto a los superiores, por lo que es difícil pasar de ser personas que ordenaban y
obtenían un resultado rápido sobre sus subalternos, a tener que esperar en la fila como cualquier
persona del común.
Al momento de notificárseles el retiro de la Institución y ser llamados a calificar servicios,
algunos sujetos se rehúsan a aceptar lo que el mando superior dispone. Para ellos esta noticia
representa el peligro de la interrupción de su programa de satisfacción pulsional. Dejar esa
posición jerárquica y ceder en la identificación dentro de la fuerza ocasiona una serie de
reacciones en el sujeto que lo afectan psíquicamente, ante las cuales el sujeto se resiste. Por
ejemplo, una militar retirada expresa:
“Me llego el retiro, pero ya entutelé para que me reintegren; así ya me haya ganado la
pensión por los 20 años de servicio, tengo las capacidades para continuar laborando en
la Fuerza […] estoy esperando la respuesta de la tutela para el reintegro”.
En este tipo de expresiones podemos evidenciar la resistencia a la idea de un ciclo
cumplido y el malestar que se presenta ante esta situación, al desligarse de su objeto de
satisfacción; este malestar es el insumo básico para la probabilidad del sufrimiento psíquico, el
cual ocurre de la incompatibilidad entre la demanda adaptativa del orden social y el deseo del
sujeto.
De este modo vemos como entre diversas artes, el militar, como su nombre lo indica uno
entre mil, tiene un perfil diferente al de otros sujetos. Desde los inicios de su formación
experimenta situaciones extremas que configuran su subjetividad, adaptándose a sortear las
vicisitudes que esta vida presenta, poniendo a prueba no solo el cuerpo si no también la psique de
un sujeto.
Adiós a la vida militar ¿hacia dónde dirigir la libido?
Después de 20 o 25 años de trabajo, con una edad que oscila entre los 38 y 45 años de edad, el
Militar se despide de las fuerzas Armadas, Institución a la cual entrego sus años de “temprana
juventud”; desde un punto de vista socio-laboral se puede entender esta expresión de la siguiente
manera: el Militar ingresa a la Institución a sus 16 o 18 años de edad, cuando se encuentra en
plena adolescencia, etapa en la cual un sujeto posee mucha energía física y empieza a vivir su
adultez joven y experiencias inolvidables dentro del entorno Militar, entorno que se convierte en
su familia y en lo prioritario e importante para su vida, ya que entrega sus “mejores años” al
11
servicio de un País, tiempo en el cual deja de compartir momentos de felicidad y tristeza con su
núcleo familiar; pero los vive con su “familia Militar”, ha dejado de ver crecer a sus hijos y
envejecer a sus padres; pero si ha visto crecer a quienes llegan nuevos a la Institución y envejecer
a sus comandantes.
El Militar le dice adiós con mohína a lo que fue por más de 20 años su objeto de goce y
satisfacción. Al desprenderse de ese objeto, se presentan una serie de eventos emocionales en el
sujeto, algunos de ellos le conducen al sufrimiento. Este sufrimiento puede ser concebido como
un exceso de gasto de energía libidinal que se presenta como una “demanda inarticulada”
(Dunker, 2013, p. 54), es decir, se produce cuando la pulsión insiste desde su esfuerzo, pero el
objeto al que se dirige ha sido destituido de su lugar, como ocurre en el caso del retiro de la vida
Militar.
Cuando este vínculo tan fuerte con la institución se rompe, solo quedan los recuerdos de
lo que fue su vida como Militar y es allí donde se presenta este sufrimiento psíquico manifestado
por sentimientos de soledad, aislamiento social, desorganización, dificultad para manejar tanto
tiempo libre, falta de objetivos y metas a lograr, pérdida de su autoestima y sentido de
autoeficacia. Con estos síntomas, se podría decir que el sujeto se enfrenta a un proceso de duelo y
como tal ha de enfrentar las etapas que cualquier pérdida implica.
Según Freud, el duelo es “la reacción frente a la perdida de una persona amada o una
abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal etc. (1917, p. 241). Esta
reacción se caracteriza en lo anímico por una “desazón profundamente dolida, una cancelación
del interés por el mundo exterior, la perdida de la capacidad de amar y la inhibición de toda
productividad” (1917, p. 242). Ocurre una perdida en la realidad, pero “la existencia del objeto
perdido continúa en lo psíquico” (Freud, 1917, p. 243). Es decir, el sujeto es consciente de que el
trabajo Militar ya no está para él y como tal asume esta realidad, pero este vínculo, el objeto
trabajo Militar continúa en lo psíquico.
En este contexto, vale la pena retomar la conceptualización sobre el proceso del duelo.
Para ello rescato la versión de Alouch:
Como dirá lacan, su versión del duelo no se limita a otorgarle una existencia al objeto,
llega a indicar que, precisamente cuando dicha existencia hallaría su término, en ese
mismo momento interviene el objeto sustitutivo. Pero este se nos ofrece como si fuera el
mismo objeto que el objeto perdido, en todo caso en el sentido de que le traería a quien
está de duelo los mismos goces que obtenía del objeto perdido (Alouch, 2011, p. 128).
En duelo y melancolía “el nuevo objeto de amor” es planteado como reemplazo. Su
dinámica consiste en “la exhortación de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto” (Freud,
1917, p. 242), desplazando esa libido a un nuevo objeto, lo que es planteado por Alouch como
como una “sustitución”. Hasta que esto no se dé “el objeto existe en lo psíquico; cuando ocurre el
objeto re-existe en la realidad” (Alouch, 2011, p. 143).
12
Un ejemplo que ilustra esta situación es el de un retirado de la Fuerzas Armadas quien
después del retiro se dedicó a escribir un libro titulado “cómo prepararse para el retiro”, en el que
retoma su experiencia y la de algunos de sus compañeros retirados. Después de la publicación de
su libro se dedicó a dar conferencias sobre lo escrito en el texto a Militares activos de las fuerzas
Armadas. Este sujeto deposito su libido en esta nueva actividad, es decir, apareció un objeto el
cual ofrece un goce equivalente al que obtenía del objeto que perdió, no de la misma manera pero
si supliendo cierta parte de la satisfacción pulsional que se obtenía con el trabajo Militar.
Es claro que el duelo es un trabajo doloroso, como diría Freud, pieza por pieza, “y
mientras persiste absorbe de igual modo todas las energías del yo” (Freud, 1917, p. 252). Cuando
el sujeto logra superar este proceso, desligando su libido del objeto trabajo y depositándola en un
nuevo objeto de satisfacción, se puede afirmar que “la única prueba del duelo efectuado sigue
siendo la reinvestidura de un nuevo objeto” (Freud, 1917, p. 144). Entonces es veraz que “una
vez cumplido el trabajo del duelo el yo se vuelve otra vez libre y desinhibido” (Freud, 1917, p.
243), “el duelo normal vence sin duda la pérdida del objeto” (Freud, 1917, p. 252) y el sujeto
continua con su vida normal. Algunas viñetas clínicas que se describen a continuación pueden
orientar la comprensión de estos conceptos a partir de su observación en casos concretos.
Caso 1: Paciente de 43 años de edad quien fue retirado de la Institución en septiembre
2015, después de 23 años de servicio; además en la misma época se separa de su esposa
por infidelidad de ella; inicialmente el paciente se rehúsa al retiro, luego de aceptarlo
forzosamente empieza a presentar una serie de comportamientos como agresividad con su
familia, habla todo el tiempo de cómo fue su vida militar y lo cuenta con emoción.
También ha manifestado que la infidelidad de su esposa fue por su culpa, que no le dedicó
el tiempo suficiente, que ella se aburrió por eso. Actualmente vive con su hermana menor
y decoró su habitación con Insignias Militares, fotos de su vida militar con compañeros
que aún están vivos y otros que murieron por actos del servicio. Manifiesta no dormir
bien, se levanta a las 5:00 a.m. a trotar y luego dice que no encuentra que hacer.
Actualmente compró dos carros para ventas de frappé los cuales son administrados por
dos empleados pero con la constante presencia y supervisión de él. Dice que esto lo hizo
para poder adelantar “labores de inteligencia” para la fuerza; que los ubicó en puntos
estratégicos para obtener información del enemigo. De igual manera, obtuvo una cicla de
ciclo montañismo y se unió a un grupo de personas que los sábados y domingos hacen
largos recorridos por las afueras de la ciudad, a los cuales les cuenta sus aventuras vividas
en la vida Militar.
Como se puede comprender, este sujeto presentó un sufrimiento psíquico al momento de
la notificación de su retiro de las Fuerzas Militares. Este sufrimiento se incrementó ya que su
proceso se asoció con la separación de su pareja por infidelidad. Tiempo después logra depositar
su libido en un nuevo objeto; se puede evidenciar cómo este militar acorta sus expectativas a algo
que surgió de repente, no tanto como opción para incrementar sus ingresos económicos, sino más
13
bien como una opción de trabajo para sentirse útil. Es por eso que manifiesta hacer trabajos de
“inteligencia” para el ejército; aun su psique no se articula a su estado actual y se remite a otros
objetos de satisfacción muy parecidos al que perdió.
Caso 2: paciente de 47 años de edad quien ha dedicado 27 años a la Institución Militar;
hace dos meses por voluntad propia solicitó el retiro, (por motivos de problemas con su
comandante); manifiesta querer continuar pero que no acepta cosas que su jefe le está
imponiendo y manifiesta que como “las ordenes se hicieron para cumplirlas; o si no se
acaba la milicia”, por tal motivo solicita su retiro por tiempo de servicio, antes de su
notificación formal, hace un préstamo al Banco, con el fin de comprar una finca a las
afueras de la ciudad, esto con el fin de construir dos cabañas y alquilarlas los fines de
semana para descanso; está muy motivado con su nuevo proyecto pero no deja de pensar
en lo difícil que será dejar la vida Militar. Cuando llega su notificación de retiro con
nostalgia la enseña; agacha su cabeza y hace un gesto de tristeza. Han pasado tres meses
desde su retiro y he tenido comunicación telefónica con él; manifiesta que está
comprometido personal y familiarmente con su nuevo proyecto, que mantiene ocupado y
dedicado a él. Así mismo manifiesta que es quien actualmente lleva y trae sus hijas al
colegio y a la universidad; que ha sido difícil el retiro pero la ocupación que adquirió
estando próximo al retiro le ha ayudado a sobrepasar ese momento.
Pues bien, como se puede ver este sujeto inmediatamente al retiro laboral de la
Institución, proyectó su tiempo libre y condujo su libido a un nuevo objeto sustitutivo, el cual le
ha servido como soporte para hacer de este proceso algo menos doloroso.
Para un militar después de 20 años de servicio, es difícil asumir un nuevo roll en la vida civil,
teniendo en cuenta que dentro de las Fuerzas Armadas se vive a un ritmo diferente. En la vida
civil se presentan retos, quizás no más extremos pero si más peligrosos, ya que no se cuenta con
un uniforme y un grado que garantice autoridad, respeto o una especie de inmunidad que se da
por el investimiento de una legitimidad otorgada por el estado y por la sociedad.
Caso 3: paciente de 46 años de edad quien ingreso a la vida militar hace 26 años; fue
retirado del servicio militar por cumplimiento de tiempo en el servicio activo; recién se
dio su retiro el inicio clases de teología, para “ocupar el tiempo”; a los 4 meses dejo los
estudios; manifiesta ansiedad, su esposa quien ha estado en el proceso a su lado es quien
más habla del comportamiento de su esposo, la señora dice que esta “insoportable” que no
sabe qué hacer con él; que el aún no se hace a la idea que ya no es militar y que no debe
tratar a las personas como militares subalternos. Además manifiesta que tienen problemas
de pareja, cosa que no se había presentado antes cuando estaba activo.
14
Es claro, que el área familiar es la más afectada en este proceso, como se expuso
anteriormente, es donde el militar reposa al terminar su vida Militar y es donde se incrementa este
sufrimiento psíquico; como se puede evidenciar este sujeto al retirarse de la Institución intento
dirigir su libido a un nuevo objeto “el estudio de teología”, fue algo que no funciono ya que al
poco tiempo se retiró. Aun en su inconsciente esta la “marca” de Militar, esto se refleja en las
actitudes que manifiesta al hablarle militarmente a personal civil y ofuscarse al ver que esas
órdenes emitidas no son cumplidas inmediatamente, como sucedía cuando estaba en servicio
activo.
Caso 4: paciente de 39 años de edad, quien estuvo vinculado a la Institución durante 20
años, la Institución un año antes del retiro, lo capacito con una tecnología en el SENA;
construyendo así un proyecto de vida; hace un año esta desvinculado de la Institución.
Manifiesta no saber qué hacer con tanto tiempo libre, presenta insomnio, que no ha
conseguido otro trabajo, dice que su actitud alejo a su esposa, manifiesta que es agresivo
con ella y por eso se marchó de su lado y se llevó los hijos; no he tenido la oportunidad de
entrevistarme con ella. Manifiesta ideas de suicidio (tiene arma de fuego), con frase como
“cuando cojo la pistola, la toco, y pienso que es solo cargarla y halar el gatillo y acabar
con todo esto”; posterior a esto, se remite a psiquiatría, actualmente está consumiendo
medicamentos formulados por psiquiatra con un Diagnostico psiquiátrico de F333.
Elaborar el duelo por la pérdida de un objeto es normal, pero este proceso normal de
duelo, es un proceso transicional. El conflicto psíquico se presenta cuando esto deja de ser duelo
y se convierte en melancolía, como lo es el caso No 4; que según la definición freudiana
Se singulariza en lo anímico por una desazón profundamente dolida, una cancelación del
interés por el mundo exterior, la perdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda
productividad y una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autoreproches y
autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo (Freud, 1917, p.
242).
Trayendo esto consigo las psicopatologías desencadenadas por este evento; la libido del
objeto se devuelve al yo; el melancólico nos muestra una gran rebaja en su sentimiento yoico, un
enorme empobrecimiento del yo. En el duelo el mundo se ha hecho pobre y vacío; en la
melancolía es el yo el que esta pobre y vacío. A eso también se le suma el insomnio la
inapetencia y esto está relacionado con un desfallecimiento de la pulsión que obliga a todos los
seres vivos aferrarse a la vida.
En la melancolía, a diferencia del duelo, la cantidad de carga libidinal resignada por la
pérdida de objeto de amor, no es destinada a nuevos objetos, la libido sustraída del objeto vuelve
al yo, el yo no cede el objeto, se niega y no quiere resignarlo aunque el objeto este
15
definitivamente perdido; esto ya se catalogaría como una psicosis, Parafraseando a Freud
podríamos decir que en ellos la sombra del trabajo ha caído sobre el yo.
Como todo proceso de cambio, la adaptación a una nueva vida es en muchos casos
traumático, si no se está preparado para aceptar que ya no se es Militar y que se deben buscar
nuevos rumbos en otros ámbitos profesionales que hagan crecer a la persona y a quienes de ella
dependen. El retiro no debe crear barreras mentales, por el contrario es la posibilidad de explotar
toda la experiencia y la madurez adquirida en la vida Militar pero aplicada en otro campo, que
quizás pueda brindar mayores satisfacciones al sujeto.
Conclusiones
En conclusión tenemos que el ser humano está ligado al trabajo, a una actividad con la cual crea
vínculos sociales con los demás, se sumerge dentro de un grupo o masa, dando esto una posición
social y familiar al sujeto. Lo anterior se va forjando desde la niñez, en la cual se busca varios
métodos de exploración para conocernos y conocer el mundo, a medida que el sujeto se va
desarrollando, encuentra en él diversas cualidades y habilidades que le permiten escoger el
campo o el objeto en el cual van a depositar su deseos, motivaciones y metas. Así mismo el
trabajo es una actividad ejecutada por seres hablantes, seres de lenguaje. “Lenguaje, deseo y
trabajo son formas de relación” (Dunker, 2013, p. 46) por esto está relacionado con la
subjetividad.
El trabajo disfruta de una representación positiva y de una centralidad subjetiva y social,
que es evidente en los trabajadores. La posibilidad de observar en el trabajo un campo de
autorrealización y autoexpresión subjetiva considera el inmenso valor que tienen las dimensiones
intrínsecas en el trabajo y las experiencias de satisfacción vividas, esto da pie a un desafío para la
investigación de la subjetividad en el contexto del trabajo Militar.
El Militar Retirado debe realizar un proceso el cual implica una reacomodación de
valores, roles y un resignificado de la propia historia Militar, trabajando el miedo al cambio y
romper esa asociación entre oficio y profesión. Se puede decir, que mientras las escuelas de
formación de las Instituciones castrenses no se den a la tarea de entrenar desde sus inicios a sus
miembros para que estén preparados psicológica y profesionalmente para una vida después de la
carrera de las Armas, el proceso será más complicado debido al arraigo y la dependencia que se
crea a una zona de confort como es la vida Militar. Como plan de choque podríamos sugerir la
inclusión de una materia en su formación académica que les pueda ampliar el espectro mental
sobre las diferentes áreas en las cuales ellos podrían proyectarse a explotar su experiencia,
aplicándola a una carrera en la cual puedan depositar sus deseos y manejar las diferentes
situaciones que se presentan al llegar el retiro y de esta manera prepararse para una vida después
de terminada su carrera Militar.
16
Así mismo, considero importante y viable que el mando superior exija a los señores
Oficiales y Suboficiales de línea de las fuerzas Armadas, una carrera profesional culminada como
requisito indispensable para acceder a grados superiores que se obtienen a los 18 años de
servicio, teniendo en cuenta que solo quedarían dos años para el retiro, y de esta manera
prepararlos para asumir nuevos retos en la vida civil, retos diferentes a las practicas o costumbres
Milicianas, aliviando y apaciguando el malestar y sufrimiento psíquico que se presenta en estos
Militares de la patria que han dedicado consagradamente los mejores años de su vida a las
Fuerzas Armadas de Colombia, defendiendo la soberanía del País, trabajando por la comunidad y
por el respeto de los derechos humanos.
Es indispensable que el Militar retirado trabaje todas las etapas del duelo por el objeto
perdido, fortaleciendo las funciones yoicas ligadas a la autoestima, reinventando nuevos roles en
nuevos espacios, entendiendo el retiro de las fuerzas Armadas como una oportunidad para
desarrollar habilidades y competencias no exploradas y como una oportunidad para disfrutar las
experiencias no vividas con su familia.
17
Referencias
Alouch, J. (2011). Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca, Buenos aires, 1 edición, el
cuenco de plata.
Buendía, J. (2010). El Impacto Psicológico del Desempleo. Ed. Editum, España, Universidad de
Murcia.
Caja de retiro de las Fuerzas Militares. Recuperado el 30 septiembre 2015 de
http://www.cremil.gov.co/
Decreto 1214 1990, ministerio de defensa nacional. Recuperado de
http://www.sanidadfuerzasmilitares.mil.co/?idcategoria=26668
Dejours, C. (1993). Recuperado de http://es.slideshare.net/luchopal45/psicodinmica-del-trabajo-
y-vnculo-socia-luciano
Dejours, C. (2000). Psicodinámica del trabajo y vínculo social. Revista Actualidad Psicológica
Freud, S. (1905). Duelo y Melancolía. En: Obras completas, Tomo XIV. Buenos Aires:
Amorrortu Editores.
Freud, S. (1914). Introducción del narcisismo. En obras completas. Tomo XIV. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu Editores.
Freud, S (1915). Pulsiones y destinos de pulsión, obras completas, tomo XIV Buenos
Aires/Madrid: Amorrortu Editores.
Freud, S. (1917). Tres ensayos de teoría sexual, y otras obras. En: Obras completas, Tomo VII.
Buenos Aires: Amorrortu.
Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. En obras completas. Tomo XVIII. Buenos
Aires, Argentina: Amorrortu Editores.
Imbriano, A. (2000). Donde ello era, conceptos freudianos, Buenos Aires: fundación praxis
freudiana
Lacan, J. (1954). Seminario 1. Los escritos técnicos de Freud: ideal del yo y yo ideal - Buenos
Aires: Paidós
Dunker. C. (2013). Malestar, sufrimiento y síntoma: En: Orejuela, J. & Moreno, A (2013).
Abordajes Psicoanalíticos a inquietudes sobre la Subjetividad. Cali: editorial
Bonaventuriana.
Orejuela, J. (2016). Malestar, sufrimiento y síntoma: sus cualidades subjetivas y su comprensión
en el mundo del trabajo. Inédito.