UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO
DIVISIÓN ACADÉMICA DE CIENCIAS BIOLÓGICAS
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN BIOLOGÍA
PRESENTA
MAURICIO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
ASESORES:
DRA. SILVIA CAPPELLO GARCÍA DR. MIGUEL ÁNGEL PINKUS RENDÓN
VILLAHERMOSA, TABASCO. AGOSTO DE 2007
PERCEPCIONES LOCALES DE LOS CAMBIOS EN LA
VEGETACIÓN Y DE LOS HONGOS MACROSCÓPICOS
COMO RECURSO EN LA REGIÓN USUMACINTA, TABASCO
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
I
DEDICATORIA
Este trabajo representa para mí un gran logro, uno de esos sueños que uno confía fielmente que se pueden realizar y lucha por llevarlo a efecto. Representa también tantos y tantos obstáculos vencidos, el principal, quizá, mantener el entusiasmo por el trabajo. De la manera más humilde se lo dedico a quienes amo profundamente, como muestra de agradecimiento por todo lo que han hecho por mí:
Sra. María de Lourdes Sánchez Gerónimo
Mamita querida, GRACIAS por todo lo que has hecho por mí, por luchar por mí, por orar ante Dios por mí. GRACIAS por todo: por traerme al mundo, por enseñarme a escribir y leer… hoy que ya puedo hacerlo por mí mismo te dedico de todo corazón este trabajo. TE AMO mamita querida.
Sr. Aquiles Hernández Sánchez Papi, mil GRACIAS por tu ejemplo de trabajo, por enseñarme a trabajar con detalle, bien hecho, como deben hacerse las cosas. Gracias por los consejos, por el abrazo de siempre, por decirme te quiero. Yo también TE AMO papi. Gracias papi.
Mario Cruz Peralta†
Amigo querido te nos adelantaste, pero desde donde quiera que estés mantente contento, como fuiste siempre; éste también es tu logro Mario.
Ignacio Colmenero Artalejo
¡GRACIAS! Por el ejemplo de integridad y de lucha, por los consejos, por los perdones, por las risas y por las lágrimas. Por luchar día a día, por compartir conmigo tu amor hacia dios. ¡Dios te bendiga!
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
II
AGRADECIMIENTOS El primer paso hacia una meta siempre se da con gran entusiasmo, el resto requiere disciplina, perseverancia, paciencia y mucho trabajo. La investigación que tienen en sus manos es una meta lograda, sin embargo, solo no la hubiese alcanzado, por ello expreso mi más sincero agradecimiento a aquellas personas cuyo apoyo permitió su realización: Dra. Silvia Cappello García: muchísimas gracias maestra por todo lo que me enseñó, por las oportunas correcciones no sólo a mi vida profesional sino a la personal, por creer en mí, por la paciencia brindada y por ejemplo de tolerancia y respeto a las ideas y creencias que difieren de las propias. Dr. Miguel Ángel Pinkus Rendón: muchas gracias Miguel porque sin conocerme me diste la oportunidad de participar en este proyecto del cual me siento profundamente orgulloso en haber colaborado. Gracias por los consejos, por los regaños, por la confianza, por exigirme más sabiendo que podía darlo. ¡Gracias! M.C. Juan Felipe Ruán-Soto: don Jelipe, cómo no agradecerle a usted si ha sido mi maestro y ejemplo de que las cosas se pueden hacer y bien. Gracias Felipe por adentrarme al mundo de los conocimientos tradicionales sobre hongos, ¡es maravilloso! Gracias por la ayuda desinteresada brindada siempre y en todo momento, tú bien sabes que si aprendí algo de etnomicología es gracias a ti. Al comité de sinodales que tuvo a bien revisar mi manuscrito: Dr. Eduardo Salvador López Hernández: gracias por dirigir este comité de revisores, por el apoyo y las precisas correcciones que enriquecieron mi trabajo. M.C. Ángeles Guadarrama: muchas gracias maestra, por la confianza que ha depositado en mí, por la amistad que hemos logrado entablar, por permitirme usar la biblioteca del herbario, por los valiosos comentarios a la tesis y por supuesto por los aventones después del inglés, jajá!! M.C Coral J. Pacheco Figueroa: maistra querida ¡Gracias por tanto y tanto apoyo! Por la eterna sonrisa que tantas veces me reconfortó (y me seguirá reconfortando) cuando no sabía ni que hacía. Gracias por exigirme, gracias por hacer sufrir con esas preguntas… y valla si soy masoquista ¿no? M.C. Francisco Maldonado Mares: gracias maestro por revisar mi trabajo, por el interés mostrado hacia mi tesis y por ejemplo de trabajo etnobotánico en Tabasco.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
III
M.C. Miguel Magaña: muchas gracias maestro por las oportunas correcciones a mi anteproyecto y a mi tesis y porque en cualquier momento y circunstancia donde hemos coincidido usted ha olvidado, como pocos, la distancia alumno-maestro. Del mismo modo agradezco al CONACYT el apoyo brindado a la realización de esta tesis mediante una beca a través del proyecto de investigación “Comunidades ribereñas del Usumacinta y desarrollo ecoturístico” TAB-2004-C05-09. Al Dr. Mario Humberto Ruz, director del proyecto antes mencionado, por su ejemplo de trabajo y dedicación, por su impresionante labor como investigador social, por los trámites realizados para la asignación de la beca de tesis y por los consejos brindados en las salidas a campo. También agradezco a aquellos investigadores que conociera en las salidas a campo y que compartieran tantas experiencias y conocimiento conmigo, en especial a la Dra. Josefa Ponce de León, quien además proporcionó algunas fotografías empleadas en este trabajo, y al Dr. Manuel Pinkus. Reconozco, del mismo modo, a todos y cada uno de los habitantes de las comunidades donde se realizó este trabajo cuyos conocimientos y creencias son el pilar de esta investigación. Doy las gracias al Dr. Wilfrido Miguel Contreras Sánchez, director de la División Académica de Ciencias Biológicas, por toda la ayuda brindada para mi superación profesional; de igual modo, al Pas. Biól. Santos Zúñiga, presidente de la Sociedad de Alumnos de la misma división, por facilitarme los trámites de mi titulación y por la confianza como amigo. Agradezco a toda mi familia que ha confiado plenamente en mí, no sólo en las cuestiones profesionales sino en las personales, a todos los quiero, por ustedes lucho día con día. A mis amigas Beatriz Tejero, Fátima Ramírez y Paquita Córdova, a sus familias y en especial a sus madres, pues en aquellas largas horas de trabajo o cuando no había ni para comer siempre me apoyaron incondicionalmente. Puercas: gracias por la amistad, por las risas, por el llanto, por la sonseras, jijiji… Finalmente agradezco al Creador Universal, por permitirme estar aquí, en este momento y en este espacio, por todo el amor derramado hacia mi persona, por acomodar en mi camino a todas y cada una de estas personas que han dejado huella en mi existir, ¡Gracias por no desampararme, por luchar día a día a mi lado! ¡Gracias Señor por todo lo que me has dado!
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
IV
RESUMEN Se describen las percepciones sobre los cambios en la vegetación y sobre los
hongos macroscópicos que manifiestan los pobladores de ocho comunidades de los
municipios de Centla y Tenosique, Tabasco. Los datos se obtuvieron de una
investigación cualitativa mediante 26 entrevistas no estructuradas y 25
semiestructuradas realizadas a 51 informantes claves y extraordinarios. Las
principales transformaciones indicadas fueron: reducción de las áreas de vegetación,
escasez de árboles maderables y pérdida de la fauna asociada. De acuerdo con la
visión local, estas modificaciones fueron originadas por incendios, elaboración de
carbón y la industria petroquímica, en Centla; y por la agricultura, ganadería,
incendios, aserraderos, extracción de madera y construcción de carreteras, en
Tenosique. En ambos municipios la medicina tradicional se ha ido abandonando y los
materiales naturales con los que se elaboran las casas y los cayucos se sustituyeron
por materiales sintéticos, esto último, de acuerdo a la visión de los pobladores,
representa un mejor nivel social. Por otro lado, sólo se halló conocimiento micológico
en Tenosique, debido a la influencia de los grupos indígenas chiapanecos. Allí, los
macromicetes son concebidos como frutos, diferentes de las plantas, y clasificados
de dos maneras: como hongos y como hongos y orejas; para la segunda
clasificación, la más extendida, los hongos se refieren a las formas pileo-estipitadas,
globosas, clavariodes y de copa, terrícolas y fimícolas, mientras que las orejas
corresponden a las especies lignícolas en forma de repisa. Se consumen dos
macromicetes: Schizophyllum commune y Auricularia delicata; la primera especie es
la más consumida. Finalmente, los pobladores consideran a los hongos como tóxicos
y muestran rechazo a los macromicetes alucinógenos.
Palabras claves: percepciones locales, cambios en la vegetación, etnomicología.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
V
ABSTRACT The local perceptions about vegetational changes and macroscopic mushrooms from
inhabitants of eight communities in municipios Centla and Tenosique in Tabasco
State were studied. Data were obtained from a qualitative research through 26 non-
structured interviews and 25 semi-structured interviews applied to 51 informants.
Most important changes indicated were the reduction of vegetation areas, the wood
scarcity and the associated fauna loss. According to the Centla people these
transformations were originated by fires, charcoal elaboration and petrochemical
industry. On the other hand, Tenosique inhabitants mentioned agriculture, livestock,
fires, sawmills, wood extraction and road construction as principal factors of
landscape change. In both municipalities houses and typical boat (Cayucos) are no
longer made with natural materials, which have now been substituded by synthetic
ones. From local point of view, the last one change represents a superior social
stratus. Likewise, traditional medicine has been abandoned. In relation with
mushrooms, traditional mycological knowledge was only found in Tenosique because
of the influence of Chiapas ethnic groups. There, mushrooms are regarded as fruits,
different from plants, and were classified in two forms: mushrooms and mushrooms
and ears. In the second, the most common classification, mushrooms refers to
pileated-stipitate, round, cup-shaped and clavariod forms and the ears correspond to
lignicolous shelf-like. Two fungi are eaten: Schizophyllum commune and Auricularia
delicata, the first one is the most consumed. Finally, Tenosique people perceives
mushrooms as poisonous and showing rejection toward hallucinogenic mushrooms,
therefore they are not consumed them.
Key words: Local perceptions, vegetational changes, ethnomycology.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
VI
TABLA DE CONTENIDO
Página DEDICATORIA……………………………………………................................... I
AGRADECIMIENTOS……………………………………................................... II
RESUMEN………………………………………………………………………….. IV
ABSTRACT………………………………………………………………………… V
TABLA DE CONTENIDO…………………………………………………………. VI
ÍNDICE DE FIGURAS …………………………………..................................... VIII
ÍNDICE DE TABLAS………………………………………………………………. IX
ÍNDICE DE ANEXOS…………...……..………………………………………….. IX
1. INTRODUCCIÓN……………………………………….................................. 1
1.1 Algunas herramientas metodológicas de la investigación cualitativa… 3
2. OBJETIVOS……………………………………………………………………... 5
2.1 Objetivo general……………………………………………………………. 5
2.2 Objetivos particulares……………………………………………………… 5
3. JUSTIFICACIÓN………………………………………………………………... 6
4. ANTECEDENTES………………………………………………………………. 7
4.1 Percepciones del espacio y del ambiente……….................................. 7
4.2 Percepciones de los elementos del ambiente: la vegetación y los hongos………………………………………………………………………. 8 4.3 Percepciones de los cambios ambientales………………………………. 9
4.4 Percepciones y conocimiento de los hongos en la región tropical de México………………………………………………………………………... 10
5. METODOLOGÍA………………………………………………………………… 12 5.1 Importancia del Usumacinta….…………………………………………… 12
5.2 Descripción del área Usumacinta………………………………………… 13
5.2.1 Localización………………………………………………………...... 13
5.2.2 Hidrología superficial………………………………………………... 13
5.2.3 Fisiografía y Geomorfología………………………………………... 14
5.2.4 Clima………………………………………………………………...... 14
5.2.5 Vegetación y suelos…………………………………………………. 15
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
VII
Página 5.3 Comunidades de estudio………………………………………………...... 15
5.4 Procedimiento metodológico……………………………………………… 20
6. RESULTADOS Y DISCUSIÓN………………………………………………... 24
6.1 Percepción de los cambios en la vegetación……………………………. 24
6.1.1 Reducción de la vegetación. “Antes todo era selva cerrada”…... 24
6.1.2 Reducción de especies vegetales particulares…………………... 27
6.1.3 Motivos que propiciaron cambios en la cobertura vegetal……… 28
6.1.3.1 En Centla……………………………………....................... 28
6.1.3.2 En Tenosique……………………………………………….. 33
6.1.4 Reducción de especies animales asociadas a la vegetación...... 37
6.1.5 Cambios en la elaboración de las casas y los cayucos…………. 38
6.1.6 Abandono de la medicina tradicional……………………………… 40
6.2 Percepción de los hongos macroscópicos………………………………. 42
6.2.1 Concepción de los macromicetes. “Son frutos de la madera podrida, diferentes de las plantas”………..…………………......... 49 6.2.2 Clasificación tradicional de los macromicetes. “Los hongos son los que tienen pie, las orejas son las que se dan en los palos”... 49 6.2.3 Conocimiento ecológico sobre los macromicetes. “Salen donde se pudre la madera, donde hay humedad”.……….….................. 50 6.2.4 Comestibilidad………………………………………………............. 51
6.2.4.1 Schyzophyllum commune. “La orejita de bojón se parece a carne salada”.……………………………………. 52 6.2.4.2 Auricularia delicata. “Se come en salpicón”. …………... 55 6.2.5 Criterios para identificar a las orejas comestibles y toxicidad de los macromicetes. “venenosos quizá porque nacen de palos malos”…………………………………………………………………. 56 6.2.6 Macromicetes alucinógenos. “Hay hongos que se comen con miel, pero eso lo hace la gente idiota”. …………………………… 57 6.2.7 ¿Se comen hongos en Tabasco?................................................ 58 7. CONCLUSIONES…………………………………………………………….… 59
8. RECOMENDACIONES………………………………………………………… 62
9. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………. 64
ANEXOS………………………………………………………………………… -
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
VIII
ÍNDICE DE FIGURAS Página
Figura 1: Recorrido del río Usumacinta a través de Tabasco…………… 14 Figura 2: Ubicación de las comunidades de estudio en Centla y
Tenosique…………………………………………………………...
18
Figura 3: Cambios relacionados con la vegetación percibidos en la región Usumacinta de Tabasco…………………………………..
25
Figura 4: Causas de la reducción de la cobertura vegetal de acuerdo con los pobladores del área Usumacinta………………………..
26
Figura 5: Carbonera en Arroyo Polo 3ra sección…………………………. 29 Figura 6: Carbón vegetal empaquetado para su venta en Arroyo Polo
3ra sección………………………………………………………….
29 Figura 7: Contingencias ambientales ocasionadas por la industria
petrolera en Centla de 1993 a 2001……………………………..
30 Figura 8: Presencia de PEMEX en Tabasco………………………………. 31 Figura 9: Cerro quemado para el pastoreo en Tenosique, Tabasco.…… 34 Figura 10: Parte del tren con el cual se bajaban las maderas de los
cerros hacia el río. Los rieles de San José, Tenosique……......
35 Figura 11: Trozas de maderas preciosas transportadas a través de los
ríos de Tabasco a principios del siglo XX ...…………………….
35 Figura 12: Restos de un puente de madera de chicle a la entrada del
poblado Niños Héroes, Tenosique. ……………………………...
36
Figura 13: Casa indígena tradicional de Tabasco a orillas del Usumacinta…………………………………………………………
38
Figura 14: Cayucos de madera y de fibra de vidrio………………………… 41 Figura 15: Sustratos donde crecen los macromicetes que se desarrollan
en Centla y Tenosique……………………………………………. 48
Figura 16: Importancia de los macromicetes que se desarrollan en Centla y Tenosique………………………………………………...
48
Figura 17: Schyzophyllum commune………………………………………… 52 Figura 18: Preparación de orejita de palo (Schizophyllum commune) en
Niños Héroes, Tenosique...……………………………………….
54 Figura 19: Auricularia delicata…………………………………………………
55
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
IX
ÍNDICE DE TABLAS
Página
ÍNDICE DE ANEXOS
Tabla 1: Descripción de las comunidades de estudio…………..................
19
Tabla 2: Tasas de deforestación entre 1950 y 1991 en Tabasco, Centla y Tenosique………………………………………………... ………..
27
Tabla 3: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en Centla………………………………………………...
43
Tabla 4: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en Tenosique……………………………………………
46
Anexo 1: Guía de preguntas para las entrevistas no estructuradas relacionadas con las percepciones de los cambios en la vegetación.
Anexo 2: Guía de preguntas para las entrevistas no estructuradas relacionadas con las percepciones de los hongos macroscópicos.
Anexo 3: Algunas plantas medicinales usadas en la región Usumacinta.
Anexo 4: Nombres asignados a Schizophyllum commune Fr. en diversas regiones tropicales del mundo.
Anexo 5: Nombres asignados a varias especies de Auricularia Bull. ex Juss. en diversas regiones tropicales del mundo.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
1
1. INTRODUCCIÓN
Durante el transcurrir del tiempo y en diversos espacios, los grupos humanos han
construido ideas propias del universo, de ellos mismos y del ambiente que los rodea
(Martin 1995), a la par, han empleado los recursos que el medio les provee para
satisfacer sus necesidades y los han adoptado como parte de su cultura (Ruán-Soto
et al. 2004). Las ideas así desarrolladas, conocidas con el nombre de percepciones,
resultan de la interacción cotidiana del hombre con la naturaleza, que le permite
captar, a través de sus sentidos, los estímulos provenientes del exterior, y
posteriormente, organizarlos y comprenderlos en su mente para actuar de un modo
determinado sobre el entorno inmediato (Lazos y Paré 2000).
Sin embargo, el proceso de percibir no es homogéneo y varía de un actor
(individuo) a otro, pues interviene el nivel cultural, educativo, socioeconómico, la
edad y hasta la filiación política. También depende de la experiencia personal y
grupal, es decir, que en las percepciones se entrelaza la dimensión individual con la
colectiva. Por esta razón existen diferentes ideas de una misma realidad y lo que
para un actor es importante puede no serlo para otro (Gerritsen 2004, Gerritsen et al.
2003).
Cuando nos referimos a la percepción del ambiente, son varios los actores que
entran en juego y, por consiguiente, varias las concepciones; así, para los
investigadores la naturaleza es una entidad biológica o un conjunto de éstas,
mientras que para los pobladores locales es el espacio donde viven y se desarrollan,
que le proporciona los bienes y servicios que sustentan su vida (Kaus 1993). En
general, percibir al ambiente significa que el individuo toma conciencia y comprende
su medio (MAB-UNESCO 1978) mediante el uso que le da a los recursos naturales
(Lazos y Paré 2000), esto es, que de acuerdo a cómo sean vistos tales recursos van
a ser usados o no. Tal sería el caso de los hongos, que presentan percepciones
divergentes: por un lado han sido vistos como flores de la tierra y forman parte de la
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
2
dieta de gran número de comunidades indígenas mexicanas desde tiempos
precolombinos (Guzmán 1984), y por otro, se les ha asociado con brujos y
hechicería. Del mismo modo, las plantas y los animales están presentes en las
cosmovisiones de diversas culturas, como puede observarse en el Popol Vuh, libro
sagrado de los mayas. Es pues a partir del conocimiento, uso y manejo de los
recursos naturales que se constituye un conocimiento ambiental que pertenece a
tradiciones concretas y que sólo es válido en el contexto de las mismas (Ruán-Soto
2005).
No obstante, los bienes naturales con los que México cuenta se han afectado en
las últimas décadas por diversos procesos de cambio ambiental que han ocasionado
que el 80% del territorio nacional esté erosionado (Landa et al. 1997) y tan sólo el
10% presente vegetación original. De acuerdo con Primack et al. (1998) un cambio
ambiental se refiere a la transición entre dos situaciones cuyo resultado puede ser de
menor o mayor grado que el inicial. Estas transformaciones no sólo representan una
amenaza a la biodiversidad del País, sino también a la diversidad étnica y cultural
pues con la desaparición de los recursos biológicos también se destruye la memoria
tradicional de los pueblos (Toledo 2005).
Un gran ejemplo de alteraciones ambientales de gran magnitud es Tabasco,
donde cerca del 90% de las selvas se perdió a causa de la agricultura y la ganadería
(Hernández-Daumás 2005), la extracción maderera, la construcción de líneas
ferroviarias, la expansión de la red carretera, la instalación de hidroeléctricas y la
llegada de Petróleos Mexicanos (PEMEX) (Tudela 1989).
Hasta ahora, estas modificaciones han sido descritas sin tomar en cuenta la
opinión de los pobladores locales, por ello este trabajo pretende describir la
percepción que tienen los habitantes de ocho comunidades en Centla y Tenosique
sobre los cambios en la vegetación y a la vez proporcionar datos del conocimiento de
los hongos que existe en el área.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
3
1.1 Algunas herramientas metodológicas de la investigación cualitativa
El presente trabajo se circunscribe dentro de la investigación social cualitativa, la
cual, de acuerdo con la OPS (2005), permite una mejor comprensión de las
dimensiones subjetivas y simbólicas del comportamiento humano y es fuente para
obtener ricas descripciones y explicaciones sobre los procesos en contextos locales,
narradas en las propias palabras de los actores sociales. Con ello se entienden los
fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor.
Esta investigación rechaza las posiciones del paradigma científico tradicional que
establece separaciones entre los sujetos y los objetos de la investigación, o que
considera que las experiencias personales y los saberes populares no tienen validez
científica. Asimismo establece una relación igualitaria y horizontal entre el
investigador y los participantes de la investigación (Ibidem).
Dado que el objetivo central de este tipo de investigación no es la generalización
estadística, sino la comprensión de las particularidades y significados de los casos
dentro de sus contextos, la selección de muestras por medio de técnicas aleatorias
no es apropiada por no contarse con el marco muestral adecuado (Ibidem).
Desde esta perspectiva, una de las técnicas de muestreo más apropiada para
este tipo de investigación es la “bola de nieve” la cual, según Linares y Cravioto
(2003) es una cadena de entrevistas abiertas que empieza con una muestra inicial de
individuos (fase cero) a los cuales se les solicita que mencionen algunos de sus
conocidos, quienes constituirán la segunda ola de personas entrevistadas, a estos
nuevamente se les solicita lo mismo, para constituir la tercera ola y así
sucesivamente.
Con este tipo de muestreo, denominado muestreo teórico, el número de personas
a entrevistar no se define de antemano, sino que se aplica el criterio de “saturación”,
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
4
es decir, se deja de entrevistar cuando ya nadie hace referencia a nuevas personas,
o cuando después de cierto número de entrevistas, el investigador concluye que ya
no está aprendiendo nada nuevo en relación a su problema de investigación.
Algunas de las entrevistas que se utilizan en la investigación cualitativa son:
Entrevista informal: se caracteriza por una carencia total de estructura y de control
sobre las respuestas del informante mientras que el investigador se familiariza con el
contexto de éste, también ayuda a descubrir nuevos temas que no se tuviesen
contemplados. En este tipo de entrevistas el investigador trata de recordar las
conversaciones con los informantes que se susciten a lo largo del día y vaciar el
contenido de esas pláticas en un diario de campo (Bernard 1995).
Entrevista no estructurada: tanto investigador como informante saben que se
desarrolla una entrevista. Este tipo de entrevista se basa en un plan básico que el
investigador retiene en mente, sin embargo se mantiene un mínimo control sobre
respuestas del informante para que éste pueda expresar sus ideas de la mejor
manera, en sus términos y en su lógica (Idem.).
Entrevista semiestructurada: está basada en el uso de una guía para la entrevista
donde se incluyan una lista de preguntas y temáticas que deben cubrirse en orden al
esquema. No obstante, se mantiene la fluidez del tipo de entrevista no estructurada
sin limitar tanto las preguntas del informante. La entrevista semiestructurada es la
mejor opción cuando el investigador sólo cuenta con una oportunidad para
entrevistar al informante (Idem.).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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2. OBJETIVOS
2.1 Objetivo general
• Describir las percepciones locales de los cambios en la vegetación y sobre los
hongos macroscópicos como recurso presentes entre los pobladores de
comunidades de Centla y Tenosique.
2.2 Objetivos particulares
• Describir, desde una perspectiva histórica, los cambios ambientales que se
han suscitado en Centla y Tenosique.
• Comparar las percepciones de los cambios en la vegetación y de los
macromicetes que prevalecen entre los habitantes de Centla y Tenosique.
• Describir algunos aspectos del conocimiento micológico tradicional presente
en el área, principalmente la nomenclatura y clasificación tradicional y los usos
dados a los hongos macroscópicos.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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3. JUSTIFICACIÓN Desde finales del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX, el estado de Tabasco
experimentó cambios ambientales drásticos propiciados, entre otras causas, por la
extracción de maderas preciosas, el arribo del ferrocarril, la construcción de
carreteras e hidroeléctricas, la llegada de PEMEX y la expansión de la agricultura y la
ganadería durante el denominado periodo de modernización del campo mexicano
(1971-1986) que en la entidad operó con proyectos agroproductivos de gran
magnitud como fueron los Planes Chontalpa y el Balancán-Tenosique.
Sin embargo, tales cambios han sido descritos sin tomar en cuenta a los
pobladores locales, y sus opiniones, que son prácticamente desconocidos, no han
recibido la importancia debida considerando que ellos son los afectados directos.
Aunado a las transformaciones ambientales se halla un fuerte proceso de
aculturación entre los grupos étnicos del País que ha ocasionado la pérdida de la
memoria tradicional de los pueblos. En esta memoria tradicional, los hongos juegan
un papel importante, no obstante, la creencia errónea de que en los trópicos no se
conocen ni aprovechan especies fúngicas, originó que las investigaciones tendientes
a describir el conocimiento micológico de zonas tropicales sean escasas.
Así surge el interés de investigar este conocimiento y las percepciones locales de
los cambios ambientales suscitados en la región Usumacinta de Tabasco pues a
partir de ellos se pueden plantear modelos de desarrollo que incluyan las prácticas
tradicionales de uso, manejo y aprovechamiento de los recursos naturales
combinadas con los adelantos tecnológicos y conocimientos occidentales, que estén
orientados a la conservación, protección biológica y cultural para generar mejores
condiciones de vida.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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4. ANTECEDENTES
Entre los estudios que tratan sobre percepciones están aquellos que se refieren a
las concepciones del tiempo y del espacio, al modo en cómo son vistas las
enfermedades que atacan a plantas y animales útiles al humano (Alemán et al. 2001,
Ortiz et al. 1998-1999) o los que examinan la opinión de algún servicio público como
la salud (Ramírez-Sánchez et al. 1998, Gattinara et al. 1995). En el presente estudio,
nos competen los que aluden a representaciones del ambiente y de las alteraciones
que éste sufre.
4.1 Percepciones del espacio y del ambiente Las relaciones sociedad-naturaleza y naturaleza-naturaleza se encuentran
presentes en las formas de apreciar el entorno natural y dan origen a
representaciones sociales del mismo (Goebel 2005). Entre éstas tenemos las
cosmovisiones, es decir, las ideas relacionadas con el modo de ver y entender el
universo; como ejemplo tenemos la de los Chontales de Tabasco.
Para este grupo indígena, denominados a sí mismos como yoko yinikob,
“hombres verdaderos”, el universo está integrado por tres niveles o planos en una
dimensión vertical: 1) en medio se encuentra el territorio chontal, donde además de
hombres habitan plantas, animales y seres sobrenaturales; 2) arriba, en forma de
media esfera, se halla el cielo por donde transita el sol durante el día y la luna y las
estrellas por la noche; y 3) abajo se encuentra el inframundo o mundo subterráneo.
Además, las áreas de vegetación espesa son el sitio de transición entre el plano de
los hombres y el inframundo, y las cuevas son la entrada a éste. De manera similar,
el humano tiene tres componentes: el cuerpo, el alma y la sombra, mientras que los
animales poseen poderes y son protegidos por seres sobrenaturales (Vásquez-
Dávila e Hipólito 1994).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
8
También, podemos encontrar percepciones del entorno en los relatos históricos,
tal es el caso del análisis efectuado por Goebel (2005) a las descripciones del
cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo sobre el ambiente centroamericano
en el siglo XVI. Este estudio reportó que el Nuevo Mundo era visto como poseedor
de una naturaleza prístina, exuberante, paradisíaca y, prácticamente, inagotable y
que, además, debería ser dominada. El autor resaltó la admiración que el cronista
presentaba hacia la fauna y la flora locales por la novedad de sus formas y colores,
así como la aversión hacia ciertos animales, especialmente insectos y víboras.
Finalmente concluyó que Fernández de Oviedo emitió sus criterios de encanto o
repudio mediante la comparación del medio centroamericano con el español, pues el
entorno natural idóneo del cronista era aquel que más se asemejase con la España
de la época (Idem.).
4.2 Percepciones de los elementos del ambiente: la vegetación y los hongos Los recursos que componen al ambiente, tales como el agua, el suelo, los
animales, la vegetación y los hongos, son apreciados de maneras particulares. En
este sentido es importante mencionar la clasificación maya de los diversos
componentes de la vegetación. De acuerdo con Salvador y Ucan (1983), quienes
trabajaron en la Península de Yucatán, este ancestral grupo étnico cataloga a la flora
en 11 grupos, entre los más significativos destacan: che’ (árbol), xiw (hierba), ak’
(bejucos y lianas), su’uk (pastos o gramíneas) y pak’am o tsakam (cactáceas).
Asimismo agrupan a las asociaciones vegetales, terrestres y acuáticas, de manera
similar a cómo lo hace la ciencia occidental, es decir, basados en sus características
físicas. Ejemplos de esta clasificación son los términos ukool k’aax o kool che, que
literalmente significa “monte que tumba las hojas” y cuyo equivalente científico es la
selva baja caducifolia; y k’aak’che’il o kanche’il, que quiere decir “árboles salados o
amargos” y que corresponden al manglar. Este estudio llevó a los autores a deducir
que los mayas de Yucatán poseen casi todos los conocimientos actuales sobre
vegetación.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
9
Por otro lado, para el caso de los hongos, sobresale la percepción que tienen los
Purépecha de Michoacán sobre este grupo de organismos, pues los consideran
independientes de las plantas y animales y afirman que “los hogos no son plantas,
son flor de la tierra, porque no dan hojas” y los definen como echeri uetsikuaro
enganakam que significa “nacido de la tierra”. Del mismo modo explican que están
formados por tres partes: 1) Pechu, la espalda o kájtsikua, el sombrero; 2)Juri katan,
lo de abajo o Tsiríni, las costillas; y 3) Jantsiri, la patita. Esta terminología
corresponde a lo que científicamente se conoce como pileo, himenio y estípite,
respectivamente (Mapes et al. 1981).
Por su parte, los lacandones conciben a los hongos poliporoides o wah kisin como
tortillas del diablo pues relatan que “[…] Dios les dijo: les voy a dar tortillas para
comer, ésa (el wah kisin) no se puede comer, es una tortilla del diablo…”. Esta parte
de la cosmovisión lacandona deja claro por qué este grupo indígena no consume
ningún hongo de este tipo (Ruán-Soto 2005).
4.3 Percepciones de los cambios ambientales Como se mencionó anteriormente, los cambios efectuados en el medio conllevan
modificaciones en el modo de percibirlo (Toledo 2005). Un ejemplo de esto lo
reseñan Gerritsen et al. (2003) quienes mediante el análisis de 18 estudios de caso,
determinaron las impresiones sobre los cambios ambientales que tienen los diversos
actores que intervienen en El Saúz, comunidad situada dentro de la Reserva de la
Biosfera Sierra de Manantlán, en Jalisco. De este modo, los agentes externos
(personal de la reserva, académicos, investigadores y el párroco) indicaron que los
principales problemas son los incendios, la pérdida de biodiversidad y la erosión,
mientras que los campesinos apuntaron que son la falta de agua, la reducción del
otate (Otatea spp., planta básica en la vida de la comunidad pues constituye la
materia prima para realizar artesanías y, por lo tanto, es una fuente de ingresos a la
familia), el aumento de plagas y la disminución de la fertilidad del suelo.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
10
En otro sentido, Sáenz-Arroyo et al. (2005), investigaron qué tanto y con qué
rapidez cambiaron las referencias ambientales del tamaño y abundancia de peces
comerciales en 11 comunidades pesqueras de Baja California. Mediante encuestas a
108 pescadores, extrajeron información sobre el tamaño y el largo del mejor animal
que éstos hubiesen capturado. Los autores concluyeron que los valores
considerados actualmente como normales son menores que antaño, lo cual reveló un
rápido deslizamiento intergeneracional acerca de cómo lucía el ambiente marino en
el pasado y cómo lucía al momento de la investigación.
4.4 Percepciones y conocimiento de los hongos en la región tropical de México En México los estudios etnomicológicos, es decir, aquellos enfocados al saber
tradicional y las manifestaciones de la relación hombre-hongo, se han realizado
mayormente en zonas templadas y son escasos en los trópicos (Garibay-Orijel 2000,
Guzmán 2003). En la parte tropical del País destaca el trabajo efectuado por Mata (1987) con los
mayas de Pixoy, Valladolid en Yucatán. Sus resultados indicaron que este grupo
reconoce a los hongos como organismos independientes de las plantas y los
animales; que los nombran aludiendo al sustrato, a la forma o a alguna propiedad del
hongo y que los clasifican en tres niveles, a saber: a) el que incluye a los
macromicetes en general, b) el que incluye a los hongos que crecen en la madera y
en el suelo y c) los que tienen nombre maya, pero no fueron identificados en su
hábitat. Igualmente el autor mencionó que los mayas no consumen ningún
macromicete, sin embargo, tres especies son empleadas en la medicina tradicional.
En 1988, Chacón investigó el uso tradicional de 31 hongos en la comunidad de
Plan de Palmar, en Papantla, Veracruz. Para los habitantes de esta comunidad los
macromicetes son organismos ajenos a las plantas y los animales y los clasificaron
en cuatro grandes grupos de acuerdo al sustrato donde crecen: hongos de los palos,
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
11
hongos del suelo, hongos del estiércol y hongos parásitos. El autor indicó que los
pobladores poseen conocimiento fenológico y ecológico de varias especies, por
ejemplo de Ustilago maydis, Panus crinitus, Ramaria stricta, Fomes feei y
Rigidoporus sp., además indicó que la milpa es el lugar donde se encuentran las
especies más apreciadas y que los ancianos son quienes reconocen un mayor
número de especies.
Ruán-Soto (2005) realizó un estudio sobre la percepción, uso y manejo de los
hongos en dos comunidades de la Selva Lacandona: Lacanjá-Chansayab y Playón
de La Gloria. Los habitantes de la primera comunidad reconocieron 41 tipos de
hongos, mientras que los de la segunda, sólo 13, y los nombres que les asignaron
corresponden en su mayoría a formas de objetos de la vida cotidiana. En cuanto a la
clasificación, en Playón de Gloria se presentaron tres variantes: a) el grupo
denominado “hongos”, que a su vez se divide en otros grupos y cuyos nombres
derivan de alguna característica morfológica distintiva; b) los “hongos del sol” y los
“hongos de la sombra” y, c) “los hongos de la tierra” y “los hongos de palo”. Por su
parte en Lacanjá-Chansayab los habitantes reconocieron un gran grupo denominado
kuxum que incluye a todas las especies de hongos conocidas, y se divide en 21 taxa
de rangos genéricos, de los que seis se subdividen en taxa específicos. En ambas
comunidades los hongos son recolectados por los hombres en milpas y terrenos
donde se removió la cobertura vegetal y sólo participan las mujeres cuando los
hongos se encuentran en terrenos cercanos a la casa.
En Tabasco sólo se ha realizado un estudio etnomicológico, el de Ruán-Soto et al.
(2004) quiénes basados en un análisis regional de los mercados de Villahermosa,
Teapa, Macuspana y Huimanguillo describieron parte del conocimiento micológico
tradicional entre los vendedores de hongos. Los autores reportaron que las especies
consumidas son Schizophyllum commune, Pleurotus djamour, Auricularia delicada y
A. polytricha.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
12
5. METODOLOGÍA
5.1 Importancia del Usumacinta
El Usumacinta, o río de monos en nahua, el más grande de la ancestral
Mesoamérica, nace de la confluencia de los ríos Chixoy y La Pasión en Guatemala y
a lo largo de sus 825 km riega al Petén Guatemalteco y los estados mexicanos de
Chiapas, Tabasco y Campeche. Esta zona es una de las más biodiversas del mundo
pues alberga la mayor reserva de plantas acuáticas de Mesoamérica (Lot y Novelo
1988) y a la Selva Lacandona, además es fundamental en el mantenimiento de aves
migratorias y de fauna en extinción (Ogden et al. 1988, Castillo 1981).
A la par, jugó un papel decisivo en el desarrollo de la cultura maya pues en el
delta del Grijalva-Usumacinta floreció uno de los puertos comerciales más poderosos
del postclásico: Potonchán (Vargas 1988). De igual manera, muchas de las grandes
ciudades mayas se edificaron en sus riberas, como ejemplo: Yaxchilán, en México y
Piedras Negras, en Guatemala. En la actualidad diversos grupos étnicos continúan
interactuando con el río, entre estos están los Lacandones, los Tzeltales, los
Tojolabales y los Tzotziles en Chiapas y los Chontales en Tabasco (Ruz y Pinkus
2005).
Debido a esta importancia biológica, histórica y etnográfica presente en la zona,
surge el proyecto multidisciplinario de investigación “Comunidades ribereñas del
Usumacinta y desarrollo ecoturístico” financiado por Fondos Mixtos del CCyTET-
Tabasco y la Subsecretaría de Turismo y Finanzas del Estado de Tabasco y del cual
forma parte la presente tesis.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
13
5.2 Descripción del área del Usumacinta
5.2.1 Localización
La zona de estudio abarca la cuenca baja del Usumacinta, en la porción oriental
del estado de Tabasco y se localiza a partir de Boca de Cerro, en Tenosique en
donde el río Usumacinta entra a la Planicie Costera del Golfo.
5.2.2 Hidrología superficial
El sistema fluvial del río Usumacinta desagua un área de 63 804 km2, que
incluyen la zona oriental de Tabasco, el norte de Chiapas y las partes adyacentes de
Guatemala (West et al. 1987). Entra a tierras tabasqueñas cerca de Boca del Cerro
en Tenosique y 40 km al norte se le une el río San Pedro (Figura1). En su dirección
hacia el oeste, cerca de Emiliano Zapata, une su curso al del río Chacamax, desde
donde se dirige al noroeste, hacia el sur de Jonuta, y de allí proyecta su primer
distribuidor, el río Palizada, que sigue una dirección noreste desaguando en la
Laguna de Términos, Campeche.
Al norte de Jonuta se bifurca, proyectando a su segundo distribuidor: el río San
Pedro y San Pablo, que corre hacia norte hasta el Golfo de México y sirve de límite
natural entre Campeche y Tabasco. Sin embargo, la mayor parte del volumen del
Usumacinta sigue al noroeste y se une al río Grijalva en la región de Tres Brazos, y
juntos desembocan en el Golfo de México, en Frontera (Zamudio y Guadarrama
1985). A lo largo de su recorrido, el Usumacinta presenta desbordamientos que
ocasionan la formación de numerosas lagunas, cuerpos de agua y planicies de
inundación.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
14
5.2.3 Fisiografía y Geomorfología
La cuenca baja del Usumacinta se encuentra en dos regiones fisiográficas: la
Planicie Costera del Golfo y la Sierra Norte de Chiapas, sin embargo, la mayor parte
se ubica dentro de la primera, que se caracteriza por ser una llanura aluvial de
regularidad topográfica, generalmente entre los 10 m.s.n.m. y sujeta a inundaciones.
Hacia el sur del Estado se observan lomeríos de poca importancia formados por
sedimentos del Pleistoceno; en Macuspana y Tenosique se presentan algunos cerros
de rocas calizas del terciario con altitudes de 400 y 600 m.s.n.m., respectivamente
(Zamudio y Guadarrama 1985).
5.2.4 Clima
De acuerdo con la clasificación de Köeppen, el clima dominante en la cuenca del
río Usumacinta varía de cálido húmedo con lluvias abundantes en verano a cálido
subhúmedo. La temperatura anual en promedio es de 25°C y presenta ligeros
Figura 1: Recorrido del río Usumacinta a través de Tabasco
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
15
descensos en la parte sur. En contraste, la precipitación media anual aumenta
gradualmente de la costa hacia el sur, por lo que varía de 1 150 a 2 133 mm (Idem.).
5.2.5 Vegetación y suelos
La vegetación primaria de la zona corresponde a selva baja subperennifolia y
selva mediana y alta perennifolia en la serranía, de las que actualmente sólo quedan
algunos manchones. Hasta 1992 el área pertenecía, en su mayor parte, a pastizales
cultivados, así como a agricultura de temporal, con pequeñas porciones de sabana y
vegetación hidrófila, como tulares y popales (CNA 1992).
Los suelos son de origen aluvial, aunque también hay conglomerados y areniscas.
Edafológicamente, de acuerdo con la clasificación de la FAO UNESCO, dominan los
gleysoles, que son suelos profundos con alto contenido de materia orgánica, y los
vertisoles, caracterizados por ser de color negro, arcillosos y pobres en materia
orgánica. En menor grado se hallan los acrisoles, suelos profundos, rojos, amarillos o
pardos por la presencia de óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio; los luvisoles, que
son suelos ácidos, pobres en fósforo y nitrógeno y poco fértiles y finalmente, los
cambisoles, que se diferencian de los anteriores por ser pedregosos y poco
desarrollados (Idem.).
5.3 Comunidades de estudio (Figura 2 y Tabla 1)
CENTLA
• Arroyo Polo, tercera sección
Comunidad ubicada a aproximadamente a 6 km de Frontera. Sus 80 habitantes
se dedican mayormente a la actividad pesquera. El tipo de vegetación dominante en
la región es el tular-lirio y el manglar, aunque existen pequeños manchones de selva.
(INEGI 2000, SEDESPA 1997)
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
16
• Salsipuedes
Se localiza a 32 kilómetros del Centro de Interpretación de la Reserva de la
Biosfera Pantanos de Centla (RBPC). Cuenta con aproximadamente 162 habitantes
dedicados, principalmente, a la pesca; sin embargo recientemente se brindan
servicios de atención a los turistas. Predominan en la comunidad los cultivos
agrícolas, el tular-lirio y el pantano (Idem.).
• Quintín Arauz
Se localiza a 48 km de la cabecera municipal y habitan poco más de 1500
personas, en su mayoría indígenas chontales o descendientes de éstos. La principal
actividad es la agricultura, y en menor escala, la pesca. Los cultivos agrícolas y los
pastizales y sabanas son los tipos de vegetación predominantes (Idem.).
• Chichicastle, primera sección
Se encuentra aproximadamente a 46 km de Frontera. Sus 1301 habitantes
están abocados primordialmente a la agricultura. Prevalecen en esta comunidad el
tular-lirio, el pantano y los espacios destinados a la agricultura (Idem.).
TENOSIQUE
• Corregidora Ortiz de Domínguez
Comunidad ubicada al sur del municipio, casi en los límites con la República de
Guatemala. Allí viven aproximadamente 246 personas que están dedicadas a la
actividad agrícola. Esta comunidad presenta uno de los últimos reductos de selva
alta perennifolia del estado (Idem.).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
17
• Niños Héroes de Chapultepec
Con 167 habitantes, esta población se halla en la franja fronteriza entre México y
Guatemala, y al igual que la comunidad anterior posee los últimos espacios de selva
alta perennifolia que quedan en Tabasco. Sus 167 pobladores se dedican
mayormente a la agricultura (Idem.).
• Santo Tomás
Poblado con 236 habitantes cuya actividad principal es la agricultura. Se ubica
a 18.75 kilómetros al sureste de la cabecera municipal de Tenosique y se encuentra
rodeado por espacios destinados a la agricultura y por pastizales-sabanas (Idem.).
• Boca del Cerro
A 10 km al suroeste de Tenosique, es la comunidad que cuenta con más servicios
públicos. Tiene una población de 826 habitantes dedicados a la agricultura, la pesca
y los servicios turísticos. La selva y los cultivos son los principales tipos de
vegetación de la comunidad (Idem.).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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Figura 2: Ubicación de las comunidades de estudio en Centla y Tenosique
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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Tabla 1: Descripción de las comunidades de estudio
COMUNIDAD
LOCALIZACIÓN1
NÚMERO DE HABITANTES1
ACTIVIDAD1
TIPO DE VEGETACIÓN2
CENTLA
Arroyo Polo 3ra. sección
18°29’39” N 92°38’38” O 10 m.s.n.m.
80 Pesca • Tular-lirio • Manglar • Selva
Salsipuedes 18°21’29” N 92°29’30” O 10 m.s.n.m.
162 Pesca Actividades turísticas (recientemente)
• Cultivos agrícolas
• Tular-lirio • Pantano
Quintín Arauz 18°19’24” N 92°34’00” O 10 m.s.n.m.
1526; 67.77% son indígenas Chontales.
Agricultura Pesca (menor grado)
• Tular-lirio • Cultivos
agrícolas • Pastizal-
sabana Chichicastle 1ra. sección
18°18’32” N 92°27’02” O 10 m.s.n.m.
131 Agricultura • Tular-lirio • Pantano • Agricultura
TENOSIQUE
Corregidora Ortiz de Domínguez
17°15’22” N 91°21’40” O 160 m.s.n.m.
246 Agricultura • Selva • Agricultura
Niños Héroes de Chapultepec
17°16’21” N 91°23’54” O 210 m.s.n.m.
167 Agricultura
• Selva • Agricultura
Santo Tomás 17°18’16” N 91°21’15” O 60 m.s.n.m.
222 Agricultura • Agricultura • Pastizal-
sabana Boca del Cerro 17°26’58” N
91°29’37” O 40 m.s.n.m.
413 Agricultura Actividades turísticas (recientemente)
• Pastizal-sabana
• Selva • Agricultura
1 INEGI 2000 2 SEDESPA 1997
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
20
5.4 Procedimiento metodológico
Esta investigación, de tipo cualitativa, inició con una revisión bibliográfica del área
Usumacinta para reconocer las poblaciones asentadas a orillas del río y los trabajos
efectuados en ésta. De manera similar se revisó la colección de hongos del herbario
UJAT, la base de datos de hongos de Tabasco y los artículos científicos y tesis
relacionadas, con la finalidad de conocer las especies fúngicas que han sido
recolectadas en la zona. Una vez que se localizaron las comunidades, se visitaron y
se eligieron dos áreas, cada una con un tipo de vegetación dominante distinto, con la
finalidad de realizar contrastes entre las percepciones que tienen sus habitantes
sobre los cambios en la vegetación y acerca de los hongos macroscópicos como
recurso.
La primera zona se ubica en el municipio de Centla, comprende parte de la
Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla (RBPC) y se seleccionó por ser un área
natural protegida y por la influencia que PEMEX ejerce mediante la explotación de
petróleo y gas. Por otro lado, la segunda se localiza en el municipio de Tenosique,
fue elegida por el impacto que la ganadería y la agricultura tuvieron en la zona y
porque contiene relictos de selva alta perennifolia en su serranía.
Dentro de cada zona se designaron cuatro comunidades de estudio que
obedecieron a que sus pobladores fuesen testigos del cambio en la cobertura
vegetal, a que tuvieran conocimiento sobre macromicetes y a la accesibilidad hacia
los investigadores. De esta manera, en Centla se trabajó en Arroyo Polo tercera
sección, Salsipuedes, Quintín Arauz y Chichicastle primera sección; mientras que en
Tenosique, la investigación transcurrió en Corregidora Ortiz de Domínguez, Niños
Héroes de Chapultepec, Santo Tomás y Boca del Cerro (Figura 2 y Tabla 1).
En cada una de las comunidades seleccionadas, los primeros acercamientos se
tuvieron con las autoridades de los poblados a quienes se les presentó el proyecto y
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
21
pidió autorización para llevarlo a efecto. Con ellos se inició la fase cero de la técnica
bola de nieve (Linares y Cravioto 2003) para localizar a los informantes claves,
quienes fueron escogidos por su experiencia con el medio, particularmente con la
vegetación y los hongos, y por su edad (más de 60 años) o por el tiempo de radicar
en el pueblo, pues son ellos los testigos de los cambios ambientales que se han
presentado en el mismo. De este modo, se eligieron amas de casa y padres de
familia como informantes claves, pues las primeras poseen conocimiento sobre la
preparación de los alimentos y de medicina tradicional, mientras que los segundos
son los responsables de cultivar la tierra y de extraer las plantas y hongos que se
encuentran en sitios alejados o peligrosos.
Con ellos se realizaron dos entrevistas durante marzo de 2006 a enero de 2007.
Las primeras fueron del tipo no estructuradas y su análisis permitió planear las
siguientes, que obedecieron a entrevistas semiestructuradas cuyo objetivo fue
profundizar en algún tema particular. Los contenidos que en ellas se trataron se
muestran en los anexos 1 y 2. En total se realizaron 26 entrevistas no estructuradas
y 25 semiestructuradas a un total de 51 informantes claves. De igual modo, se contó
con informantes extraordinarios, es decir, aquellos habitantes que radican en
comunidades diferentes a las que trató este estudio pero dada la cercanía a las
mismas y a lo valioso de sus opiniones se decidió incluir sus comentarios. Para
diferenciar a los informantes claves de los extraordinarios éstos últimos han sido
señalados con un asterisco (*). Con la finalidad de proteger los derechos de
propiedad intelectual de los entrevistados optamos por indicar únicamente el nombre
o el apellido de los mismos.
Particularmente para los hongos, se empleó un catálogo fotográfico que fue
elaborado a partir de la investigación previamente señalada sobre los hongos
recolectados en el área Usumacinta. Éste fue mostrado a todos los informantes en el
mismo orden durante el desarrollo de las entrevistas con la finalidad de obtener datos
sobre taxonomía y ecología de las especies mostradas. Las fotografías se tomaron
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
22
de Cappello (2006) y todas pertenecen a especies recolectadas en Tabasco. Las
imágenes corresponden a los géneros Auricularia, Clathrus, Cookeina, Cyathus,
Dictyophora, Ganoderma, Geastrum, Hexagonia, Hydnopolyporus, Hypoxylon,
Lycoperdon, Marasmius, Meripilus, Mutinus, Panaeolus, Panus, Pleurotus, Ramaria,
Schizophyllum, Tremella y Xylaria. De igual modo, a los entrevistados se les
presentaron ejemplares secos de los macromicetes que previamente se colectaron
en la zona.
Algunas veces las entrevistas se realizaron durante recorridos en el campo que a
la par permitieron recolectar plantas y hongos de interés, siguiendo las técnicas
recomendadas en Lot y Chiang (1986). El material se determinó en el Herbario UJAT
y fue depositado en la colección de plantas y hongos del mismo. Sin embargo, en
aquellas plantas de las que sólo se obtuvo el nombre común que corresponde a más
de una especie taxonómica de acuerdo con Magaña (1995), se optó por no
mencionar su equivalente científico para evitar errores en la identificación.
Al término de cada entrevista, la información se registró en un diario de campo,
aunque en ocasiones se anotó en el momento y en presencia de los entrevistados.
También se agregaron notas y observaciones personales.
El análisis de la información se realizó de acuerdo con Sandoval (2002) y
consistió en agrupar los datos proporcionados por los informantes en fichas
temáticas. Los contenidos de éstas fueron: cambios en la vegetación, causas de los
cambios en la vegetación, escasez de especies vegetales, escasez de especies
animales asociadas a la vegetación, cambios en los materiales con los que se
elaboran las casas y los cayucos, uso de plantas, medicina tradicional, percepción de
la RBPC, concepto de hongo, comestibilidad de hongos, ecología de macromicetes y
hongos alucinógenos.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
23
La comparación constante de los datos sistemáticamente capturados y analizados
en las fichas temáticas permitió relacionar conceptos, buscar categorías que
permitieran agrupar la información e identificar patrones de similitud o diferencia
entre las percepciones de los cambios en la vegetación y de los macromicetes como
recurso. Cada una de las razones atribuidas a estos cambios fue completada con
una investigación bibliográfica.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
24
6. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 6.1 Percepciones de los cambios en la vegetación Las figuras 3 y 4 resumen los cambios en la vegetación que perciben los
pobladores de Centla y Tenosique y las causas asignadas a éstos, respectivamente.
A continuación explico cuáles son las modificaciones percibidas.
6.1.1 Reducción de la vegetación. “Antes todo era selva cerrada”.
La principal transformación en la cobertura vegetal que los habitantes de la zona
de estudio aprecian es la reducción de las áreas de vegetación. Sin embargo, tal
reducción no es vista con igual intensidad en los dos municipios, pues al entrevistar a
los habitantes de Centla sobre cómo era la vegetación en el pasado éstos refieren
que siempre han sido lagunas y pantanos y que no se han presentado cambios
drásticos en la vegetación, aunque sí mencionan la reducción de algunos recursos
vegetales en particular.
Al realizar la misma pregunta a los pobladores de Tenosique éstos contestan
categóricamente que ha habido una disminución de gran magnitud en la superficie
ocupada por la selva, en este sentido don C. Díaz, fundador del Ejido Corregidora
Ortiz, de 68 años de edad, comenta: “antes todo era selva cerrada, era pura montaña
virgen”.
Estas percepciones divergentes en intensidad pueden ser explicadas por las
tasas de deforestación que han sufrido ambos municipios. Los cálculos realizados a
partir de Sánchez-Munguía (2005) indican que de 1950 a 1991 éstas han sido de
181.3 Ha/año en Centla y 3 695.3 Ha/año para Tenosique (Tabla 2), debido a los
amplios espacios que fueron destinados a la agricultura y la ganadería y que en
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
25
Centla no eran propicios por ser terrenos bajos sujetos a inundación (López-
Mendoza 1980).
Figura 2: Cambios relacionados con la vegetación percibidos en la región Usumacinta
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
26
Hoy en día la selva sólo persiste en los cerros de más difícil acceso en donde las
actividades agrícolas y pecuarias no se desarrollan, no obstante, tal ecosistema es
visto de manera diferente que antes, ya que la presencia de bejucales espinosos les
confiere una calidad de “no limpios”. Lo anterior hace suponer que estos sitios, pese
a estar recientemente protegidos, presentan un grado de perturbación, pues dichas
especies son indicadoras de sucesión ecológica. Una situación similar fue reportada
por Zamudio y Guadarrama (1985) para los relictos de bosques riparios en Jonuta y
Emiliano Zapata.
Figura 4: Causas de la reducción de la cobertura vegetal de acuerdo con los pobladores del área
Usumacinta
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
27
Tabla 2: Tasas de deforestación entre 1950 y 1991 en Tabasco, Centla y Tenosique
Sitio Bosques maderables y
no maderables
1950 Ha
Bosques, selvas y otras asociaciones
vegetales 1991 Ha
Diferencia de
hectáreas 1950-1991
Tasa promedio anual de
deforestación Ha/año
Tabasco 538,861 41,079.4 497,781.6 12,444.5 Centla 9,021 1,769 7,252 181.3 Tenosique 152,135 4,323 147,812 3,695.3
Fuente: Sánchez-Munguía (2005)
Esta percepción de la reducción del “monte” o “montaña”, términos con los que
localmente se conoce a la vegetación, coincide con lo expuesto por Ellison (2001)
entre los totonacas de Puebla que determinaron que existía la sustitución casi total
del monte por el cafetal.
6.1.2 Reducción de especies vegetales particulares
Aunada a esta idea de pérdida de las áreas ocupadas por la vegetación se
encuentra la percepción de ciertas maderas que son escasas, difíciles de encontrar o
de menor tamaño que antaño. Entre estas destacan, en Centla, el pucté (Bucida
buceras L.), el tucuy (Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth. y P. lancelatum (Humb. &
Bompl.) Benth.), el guano redondo (Sabal mexicana Mart.) y el mangle rojo
(Rhizophora mangle L.). Por su parte, en Tenosique las especies más referidas
fueron la caoba (Swietenia macrophylla King.), el cedro (Cedrella odorata (L.) Gaert.),
el palo gusano (Lonchocarpus guatemalensis Benth. y L. hondurensis Benth.), el barí
(Calophyllum brasiliense Camb.), el canshán (Terminalia amazonia (Gmel) Exel.), el
ramón (Brosimun alicastrum Sw.), el bayo (Ormosia schippi Pierce) y el chicle o
chicozapote (Manilkara sapota L.) (Figura 3).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
28
6.1.3 Motivos que propiciaron cambios en la cobertura vegetal
Las razones atribuidas a los cambios en la vegetación varían en ambos
municipios. De acuerdo con la visión local, en Tenosique han actuado un mayor
número de factores que en Centla (Figura 4).
6.1.3.1 En Centla
En opinión de los pobladores de este municipio, las quemas ha sido la principal
causa de pérdida de los recursos vegetales. Estas quemas se originan
principalmente para fines agropecuarios y para la caza de tortugas, sin embargo, por
no estar controladas afectan grandes superficies, como los incendios registrados en
2000 y 2002 que en conjunto acabaron con más de 14,700 hectáreas de la Reserva
(López 2001 y Sánchez 2002, citados en Cárdenas 2006).
Otro motivo mencionado fue la existencia de carboneras, hornos dedicados a la
fabricación de carbón vegetal, cuya materia prima es la leña del lugar. De acuerdo
con West et al. (1987) la elaboración del carbón en las tierras bajas de Tabasco
podría datar del siglo XVI ya que su uso como combustible en la cocina es una
tradición española. Por esta razón el horno donde se elabora es de tipo común,
semejante a una colmena de abejas, como en la Europa medieval (Ibidem) (Figura
5).
En la actualidad, el carbón es elaborado principalmente con mangle blanco y rojo,
sin embargo, se prefiere el primero por lo apretado del grano de la madera, por su
alta generación de calor y su lenta combustión (Adams y Castillo 1997-1998). Sin
embargo, al cuestionar a los habitantes sobre las maderas usadas para tal actividad,
destacan tres especies que no figuran entre aquellas cuyo número se ha reducido, a
saber: sasafrán (Bursera graveolens Tr. et Planch.), guácimo (Guazuma ulmifolia
Lam.) y palo mulato (Bursera simaruba (L.) Sarg.). Por otro lado, a decir de las
autoridades de la reserva y de los pobladores, ha disminuido el uso de las
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
29
carboneras o se ha hecho clandestinamente a raíz del decreto de la reserva, ya que
se tiene una vigilancia por parte de PROFEPA.
La explotación del mangle blanco para la elaboración de carbón vegetal es una
causa latente de pérdida de recursos vegetales, pues no sólo se elabora para
autoconsumo sino que existe un comercio del mismo, tal como pudimos constatar
durante el transcurso de esta investigación (Figura 6). De hecho, el mismo Plan de
Manejo de la RBPC (INE-SEMARNAP 2000) menciona que en Arroyo Polo operan
varias manufactureras de carbón. Pese a ello, aún no existe alternativa alguna de
aprovechamiento racional de este recurso que, además, es utilizado de manera
cotidiana como leña (INEGI 2000), para el cercado de potreros y en la construcción
(INE-SEMARNAP 2000).
− PEMEX
El arribo de PEMEX a Centla fue otro de los factores mencionados como
causante de cambios en el paisaje. Entre las transformaciones que la paraestatal
trajo a suelo tabasqueño, a la par del desarrollo productivo, se encuentran la
modificación de los cursos de los cauces y las variaciones del nivel del agua en los
Figura 5: Carbonera en Arroyo Polo 3ra. sección, Centla. (Cortesía de la Dra. Josefa
Ponce de León)
Figura 6: Carbón vegetal empaquetado para su venta en Arroyo Polo 3ra. sección.
(Cortesía de la Dra. Josefa Ponce de León)
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
30
mismos. A guisa de ejemplo don Horacio N. poblador de Salsipuedes, de 62 años,
nos comentó que el nombre de la comunidad se debía a la dificultad para acceder a
la laguna y que con la entrada de PEMEX se agrandó y profundizó el canal, mientras
que en Chichicastle se observa que los mantos acuíferos se han ido secando. A
estas transformaciones hay que sumarle la retención de agua, la salinización de
áreas pantanosas y el derrame de hidrocarburos que tan sólo de 1993 a 2001
provocaron casi 100 contingencias ambientales en el municipio (CIMADES 2001)
(Figura 7). Asimismo, junto con otros factores, PEMEX ha desequilibrado los
sistemas lagunares por medio de apertura de bocas, rectificación de ríos, sistemas
de drenaje, canales de acceso y dragados de lagunas (López y Zavala 1988) (Figura
8).
De igual modo arribaron cambios en el modo de vida de los pobladores, pues con
el estableciendo de los pozos petroleros las áreas de pesca fueron reducidas
generando un impacto negativo a la economía de la comunidad, por esta razón
particular se percibe entre los pescadores un sentimiento de enojo y frustración pues
“sus tierras” fueron ocupadas en detrimento de ellos. Al respecto don L. Ramírez,
0
5
10
15
20
25
30
35
NÚM
ERO
DE
CONT
ING
ENCI
AS
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
AÑOS
Figura 7: Contingencias ambientales ocasionadas por la industria petrolera en Centla de 1993 a 2001 (Fuente: CIMADES 2001)
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
31
vecino de Arroyo Polo, de 39 años, opinó: “Tiene que andar uno robando como si no
fueran nuestras tierras”.
La llegada de PEMEX también ocasionó que muchos pobladores de la zona
abandonaran sus métodos tradicionales de subsistencia (la pesca, principalmente) y
se enlistaran como trabajadores de la paraestatal en aras de superación familiar.
− Percepción de la RBPC
Sin ser el propósito de esta tesis, a continuación se describen las dos principales
percepciones que los pobladores manifiestan al hablar de la reserva, dado el número
de veces que la expresaron. Por un lado, los habitantes de las comunidades están
conscientes que a raíz de la instauración de la Reserva se empezó a proteger el
pantano y las especies de flora y fauna asociadas a éste, pero por otro, muestran
cierto descontento porque no se les avisó, ni mucho menos consultó, de su decreto
ni de los cambios que esto traería en su vida cotidiana. En varias ocasiones fue
recurrente el comentario que de la noche a la mañana ya no se les permitió cortar
leña, ni cazar, pues estaba prohibido ya que el área estaba sujeta a protección. De
igual manera afirmaron que se vieron obligados a disminuir sus volúmenes de pesca
Figura 8: Presencia de PEMEX en Tabasco: a) en tierra firme y b) en la costa
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
32
y que las alternativas de producción que han propuesto a las autoridades de la
Reserva, como camellones y viveros, han sido rechazadas. También indicaron
sentirse acorralados porque no pueden pescar, ni cortar el mangle para la leña, ni
cazar tortugas, ni hacer camellones, ni viveros.
Como estrategia alternativa, el turismo está siendo la actividad a la que se están
abocando últimamente, no obstante, conciben a éste como la actividad que traerá
mucha derrama económica por la gran cantidad de turistas, sobre todo extranjeros,
que arribaran a la Reserva. Para tal fin, ya hay agrupaciones de lancheros que
ofrecen recorridos por la zona, sin embargo, esto ha acarreado problemas entre unas
asociaciones y otras por los espacios de trabajo que deben ocupar; una de estas
diferencias la pudimos notar entre los lancheros de Arroyo Polo I y III, el 19 de marzo
de 2006. En este sentido, Halffter apuntó:
“Si queremos plantear una estrategia de conservación de la biodiversidad
tropical con posibilidades a mediano plazo, hay que evitar que la creación de
áreas protegidas sea un motivo más de confrontación social” (Halffter 1994)
Por otro lado, no se está considerando la capacidad de carga del ambiente, esto
es, el número de recorridos que los pantanos y las lagunas pueden soportar, lo que
podría desencadenar, a futuro, otros problemas de índole ambiental.
Esta percepción se completa con la descrita por Reyes (2006) en la que los
funcionarios e investigadores que laboran en la RBPC indican que no existe un
manejo integral para el agua, que el uso de la fauna silvestre se centra sólo en la
extracción incontrolada de especies y que el aprovechamiento de la flora es una
actividad complementaria y de poca importancia extractiva.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
33
6.1.3.2 En Tenosique
En Tenosique los pobladores apuntaron a la agricultura como el principal hecho
que llevó al exterminio de las selvas e indicaron que con el establecimiento de los
cultivos de maíz y plátano, desde tiempos de Tomás Garrido, y la introducción de la
caña de azúcar a fines de los años 70’s, se talaron amplias zonas selváticas. Al
respecto, comentó don E. Durán M., habitante del poblado San Marcos, de 68 años:
“para sembrar caña se tiró mucho tinto”, mientras que don Carmen Vidal, vecino de
71 años del Ejido Niños Héroes afirmó: “la agricultura acabó con la montaña”.
El segundo factor al que hicieron referencia fue la ganadería, promovida, al igual
que la agricultura, durante el Garridismo. Relacionado a esto don S. Sánchez*,
residente de 85 años del pueblo Usumacinta, nos dio su opinión: “Tomás Garrido
impulsó la ganadería porque la gente se mantenía en el monte, no trabajaba la
tierra”.
La importancia que este gobierno tuvo sobre los impactos al medio radicó en su
política de modernización cultural del Estado, inspirada en la sociedad
estadounidense, pues fue el primero en promover a gran escala la ganadería y la
agroproducción diversificada con los cultivos de cacao, caña de azúcar, coco y hule
(Tudela 1989), pero las repercusiones de tales actividades fueron menores que las
de décadas venideras.
A mediados de los años 40’s un ambicioso proyecto agrícola hizo ver a Tabasco
como el granero del País y como abastecedor de gran cantidad de energía. Este
proceso de modernización continuó en la década de los 60’s con el Plan Chontalpa y,
veinte años después, con el Plan Balancán-Tenosique. Dichos macroproyectos
incluían paquetes tecnológicos que fueron promovidos sin tomar en cuenta que las
características ecológicas y sociales del Estado eran totalmente diferentes a las de
las zonas donde habían sido aplicados con éxito (Tudela 1989). De esta manera, la
agricultura y la ganadería fueron vistas como la panacea que salvaría a Tabasco de
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
34
la situación de pobreza en que estaba sumido, y las selvas, tan abundantes en la
entidad, fueron consideradas como espacios ociosos que únicamente serían
productivos si se convertían en tierras de cultivo y de pastoreo. Esta idea se
completó con el supuesto de que los suelos tropicales poseían una fertilidad
extraordinaria debida a la exuberancia de la selva alta. Todo ello originó que la
superficie selvática del estado se redujera de un 53% del total del territorio
tabasqueño en 1940 a 8.2% al 2001 (Sánchez-Munguía 2005, Vásquez-Dávila 1994).
Las quemas realizadas para el
desmonte de las selvas en busca de los
sitios idóneos para tan prometedoras
actividades, son otra de las causas
aludidas para la pérdida de los recursos
vegetales. Los informantes aseveraron
que en la actualidad éstas se realizan en
los potreros y pastizales, pero que con la
implementación de guardarrayas ya no
se salen de control.
Sin embargo, coincidimos con Zamudio y Guadarrama (1985) en que esto pone
en riesgo a los relictos de selva alta que aún existen, inclusive en los recorridos en
campo observamos quemas realizadas en los cerros (Figura 9), lo que nos hace
suponer que la expansión de la frontera agrícola y ganadera no ha cesado, en
detrimento de estos ecosistemas.
Otro motivo señalado como causante de la merma de la selva fue la presencia
durante la década de los 60’s de aserraderos en el área. La explotación de maderas
en Tabasco, principalmente cedro y caoba, ha sido un proceso histórico, que
comenzó con la extracción del palo de tinto (Haematoxylon campechianum L.) a
partir del siglo XVII y que se intensificó en el XIX al grado de superar las
Figura 9: Cerro quemado para el pastoreo en Tenosique, Tabasco.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
35
exportaciones de otros recursos forestales (West et al. 1987). Fue tal la demanda de
este producto, cuyos destinos finales eran España, Estados Unidos y Francia, que la
mayor parte de los tintales de Tabasco y Campeche quedaron destruidos por exceso
de corte (Acevedo 1910 citado en West et al., cit. op.)
A la postre, se asentaron las monterías, que eran campamentos madereros
situados dentro de la selva a la orilla de un río o cause de agua, que se dedicaban a
la extracción, principalmente de cedro y caoba (Vásquez 2005). Si bien las monterías
estaban situadas al inicio en Huimanguillo poco después de desplazaron tierra
adentro en busca de las especies de interés por el exterminio de que fueron objeto.
En estos lugares el trabajo se realizaba de manera manual, los grandes árboles se
cortaban con machete o hacha, eran acarreados por bueyes o mulas, o a través de
un trencito (Figura 10) como pasaba en Los Rieles de San José, de allí eran
trasladados vía fluvial hacia los puertos de distribución (Figura 11). Sin embargo, el
decreto de la prohibición de maderas de rollo, hecho por el presidente Miguel Alemán
en 1949 (de Vos 1996), lejos de representar el fin de la explotación de maderas
preciosas, originó el cambio en el uso de las herramientas con lo que no sólo se
desplazó el trabajo de los hombres por grandes máquinas sino que también se
agilizó la deforestación al establecerse los aserraderos.
Figura 11: Trozas de maderas preciosas transportadas a través de los ríos de Tabasco a principios del siglo XX (Tomado de Torres 2000)
Figura 10: Parte del tren con el cual se bajaban las maderas de los cerros al río. Los Rieles de San José, Tenosique.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
36
Los propios ejidos hicieron uso de
los recursos maderables, ya que en la
década de los 60 s, se establecieron
las uniones de ejidos, en las cuales
recaía la administración y uso de sus
recursos. Como se ha comentado ya,
existía una explotación de maderas
principalmente del cedro, como
medida de ingresos económicos para
el poblado, pero ahora era a manos de
los ejidatarios. Además del cedro y la
caoba, el chicozapote o chicle fue otro recurso de relevancia que se explotó en
Tenosique. Los fundadores de los ejidos Niños Héroes y Corregidora Ortiz comentan
que antes del establecimiento de los pueblos había campamentos de chicleros en
esas zonas. Si bien la explotación a la cual estuvieron sometidos estos árboles no
fue tan intensa como en los estados de Campeche y Quintana Roo (Dzib 2000)
porque su resina, materia prima para la elaboración de la goma de mascar, era
considerada de menor calidad, la producción chiclera del Estado fue de las seis más
importantes a nivel nacional entre 1900 y 1950 (Ponce 1990). Este recurso también
se empleó para cubrir las necesidades de construcción de la zona, como ejemplo, el
puente hecho con troncos de este árbol que aún persiste a la entrada del poblado
Niños Héroes, y que actualmente está en desuso por la construcción del puente de
fierro que es visto como un símbolo de modernización (Figura 12).
El uso intensivo, o la extracción selectiva en términos técnicos, de un recurso
particular es otra de las razones mencionadas por los pobladores como causa del
deterioro ambiental, en este sentido sobresalen los casos del guano redondo,
empleado en la elaboración de casas; el icaco (Chrysobalanus icaco L.) que fue
empleado para hacer postes y el guatapil (Chamaedorea liebmannii), una especie de
palma comestible.
Figura 12: Restos de un puente de madera de chicle a la entrada del poblado Niños Héroes, Tenosique. En segundo plano se observa el puente de fierro.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
37
Otra de las razones mencionadas fue la construcción de la red carretera. Al
respecto resulta importante el caso de Boca del Cerro pues allí se construyó en 1950
un gran puente a través del Usumacinta que hizo posible la comunicación carretera
con la cabecera municipal de Tenosique. Don J. May B., vecino del lugar de 72 años,
nos mencionó: “había mucho [guano], se empezó a acabar cuando abrieron la
carretera”. La edificación de la red carretera inició en la década de los cincuentas y
con ello Tabasco se insertó de manera definitiva al mercado económico nacional, a la
vez que los medios tradicionales de transporte fluvial se vieron relegados (Tudela
1989).
Finalmente, la presión demográfica no es percibida como factor relevante para la
destrucción de las selvas pues sólo fue mencionada por dos entrevistados, lo cual
contrasta con la opinión científica (por ejemplo Zamudio y Guadarrama 1985) que
resalta a ésta como una de las causas principales de deforestación ambiental.
6.1.4 Reducción de especies animales asociadas a la vegetación
En Tenosique junto con la reducción de las selvas se observa la disminución de la
fauna asociada a ella (Figura 3). De acuerdo con los pobladores los animales que
anteriormente habitan en mayor número y ahora son escasos son: el tigre (Felis onca
(L.), el león (Felis concolor), el venado (Odocoileus virginianus Boddaest), el jabalí
(Tayassu pecari Fisch), la guacamaya (Ara macao (L.), la cojolita (Penelope
purpurascens Wagler), el armadillo o jueche (Dasypus novemcinctus (L.) y la danta
(Tapirella bairdii Gill). También han reducido sus poblaciones, aunque no tanto como
las anteriores, las siguientes especies: mico de noche (Potos flavus), brazo fuerte u
oso hormiguero (Tamandua tetradáctila (L.), perdiz (Tinamus major Gmelin o
Crypturellus spp.) y chachalaca (Ortalis vetula intermedia Peters). Por último, los
habitantes nombran aquellos animales que aún son abundantes: tepezcuintle
(Cuniculus paca (L.), puerco de monte (Pecari tajacu (L.), mono saraguato (Alouatta
palliata Gray), mono araña (Ateles geofroyi vellerosus), tlacuache (Didelphys
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
38
marsupiales (L.), mapache (Procyan lotor (L.), tejón (Nasua narica (L.) y coyote
(Canis latrans). Esta percepción de que no todos los animales han reducido sus
poblaciones a consecuencia de la pérdida de selvas y que inclusive algunos son tan
abundantes como en el pasado concuerda con el estudio realizado por Ochoa (2000)
sobre la diversidad de mamíferos pequeños en bosques de tierras bajas de la
Guayana Venezolana perturbados por la extracción de la madera. El autor resaltó a
aquellas especies cuyas abundancias relativas son superiores en las áreas
explotadas que en los bosques primarios.
Por otro lado, en Centla los pobladores notan disminución en las poblaciones de
tortugas, especialmente de la tortuga blanca (Dermatemys mawii) y del guao
(Staurotypus triporcatus), así como de las mojarras castarrica (Cichlasoma
urophthalmus) y tenhuayaca (Petenia splendida) que ya no son tan abundantes como
eran en el pasado. También mencionaron que el tamaño de los pejelagartos
(Atractosteus tropicus) ha cambiado, pues anteriormente eran comunes los
ejemplares de más de un metro de longitud (Figura 3). Esta reducción fue atribuida
en primer término, a los cambios en las artes de pesca, pues anteriormente no se
ocupaban redes de luz de malla tan pequeña como ahora y, en segundo lugar, a las
modificaciones que PEMEX causó en el ambiente que fueron anteriormente
discutidas.
6.1.5 Cambios en la elaboración de las
casas y los cayucos
Otro de los grandes cambios
percibidos en toda el área es la
sustitución de los materiales vegetales
con los que se fabricaban las casas y los
cayucos por productos sintéticos. Los
informantes de mayor edad dan cuenta Figura 13: Casa indígena tradicional de Tabasco a orillas del Usumacinta.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
39
de que en el pasado las casas eran construidas en su totalidad con madera, entre
ellas caoba, cedro, macuilís (Tabebuia rosea (Berth.) DC.), barí (Calophyllum
brasiliense Camb.), bayo (Ormosia schippi Pierce), botoncillo (Casearia nitida Jacq.),
tinto, caracolillo (Ormosia macrocalyx Duck.), chacahuanté (Sickingia salvadorensis
Standl.), anonillo (Cymbopetalum penduliflorum (Dunal) Baill..) y mangle blanco
(Laguncularia racemosa (L.) Gaertn.). También mencionan que eran techadas con
guano redondo, palma real (Roystonea sp.) o guatapil, que eran cercadas con cañita
o caña brava (Gynerium sagittatum (Aubl.) Beauv.) y que los bejucos hacían las
veces de clavos para sujetar las vigas (Figura 13).
De acuerdo con West et al. (1987) los hogares en Tabasco consistían en una
planta rectangular irregular con una o dos habitaciones, de piso de tierra apisonada y
una puerta al frente y otra atrás y, en ocasiones, una o dos ventanas. No obstante,
este modelo tradicional de construcción se abandonó y las paredes de madera dieron
paso al concreto y los techos de guano redondo, a la lámina de zinc. Este cambio fue
promovido por las instancias gubernamentales, por ejemplo, por el desaparecido
Instituto Nacional Indigenista (Vásquez-Dávila 1994), que veían en las tradicionales
casas tabasqueñas una amenaza para la salud pues sus paredes no ofrecían
protección contra los insectos transmisores de enfermedades; amén de esto, el
proceso de modernización inculcó en los habitantes la idea de que tales
construcciones eran signo de pobreza y baja condición social (West et al. 1987,
Inchaustegui 1985), tal como lo expresó don C. Sánchez*, delegado del poblado
Usumacinta, de 35 años de edad al referirse que las casas de material eran signo de
progreso.
A decir de Vásquez-Dávila et al. (1988) los materiales con los que se construían
estas casas eran los apropiados para las condiciones del trópico, sin embargo, la
comodidad que podían ofrecer se sacrificó en aras de adquirir un estrato social más
elevado. Además, los pobladores refieren tal modificación a que los materiales
sintéticos son más duraderos que los naturales, como ejemplo, el comentario hecho
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
40
por doña Edilia Moreno, de Niños Héroes, de 64 años: “el guano se tenía que
renovar”.
Caso similar es el ocurrido con los cayucos. Entre las crónicas referidas a estas
embarcaciones destaca la hecha por don J. May B., de Boca del Cerro, acerca del
cayuco “El Carmelita”: “Estaba hecho de barí, medía 15 m de largo y era capaz de
transportar a 40 personas o 12 cajas de cal, hasta tenía sillas pa’ la gente”.
Inchaustegui (1985) registró un relato similar entre los Chontales de Centla.
En las comunidades de Centla se nota con claridad la diferencia entre las
maderas empleadas en su elaboración: en Arroyo Polo se hacían de mangle blanco,
en Quintín Arauz de caoba y en Chichicastle de ceiba (Ceiba pentandra (L.) Gaert).
Por su parte en Tenosique eran hechos con caoba, cedro, ceiba, macayo (Andira
galeottiana Standl.), piché (Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Grises.), cantemó y
caracolillo. En todas las localidades estudiadas el remo del cayuco se fabricaba con
madera de macuilís por su ligereza. Aunque en el área de estudio se pueden
observar cayucos de madera su número es menor que los de fibra de vidrio (Figura
14), pues estos fueron adoptados por la escasez de los grandes árboles con los que
se fabricaban y por su relativa facilidad de mantenimiento, pero principalmente por
las concesiones otorgadas por diversas instancias del gobierno del Estado. Al igual
que las casas de concreto, una embarcación de fibra de vidrio es vista como símbolo
de un estrato social superior que el que representa tener un cayuco de madera.
6.1.6 Abandono de la medicina tradicional
Otro de los cambios que se percibe en el área es el abandono de la medicina
tradicional, pues los informantes indicaron que la llegada de los centros de salud y de
los médicos sustituyó el trabajo de los curanderos y yerberos. Expresiones como “la
gente se curaba con la vegetación, había curanderos” y “ya casi no ocupan las
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
41
plantas” son ejemplos de lo dicho. Esto se nota principalmente en Tenosique y se
acentúa en las comunidades que están más cercanas a la cabecera municipal.
Por su parte en Centla, hacia 1964, pese a la llegada de las primeras Brigadas
médicas a la zona Chontal los remedios tradicionales a base de hierbas y el
tratamiento por medio de masajes aplicados por curanderos seguían siendo los
recursos terapéuticos más extendidos (Villa 1964). Sin embargo, éstos han sido
abandonados y los habitantes sólo acuden a los terapeutas tradicionales para
curarse de enfermedades de origen sobrenatural tales como el mal del ojo y la
pérdida de la sombra, o cuando los medicamentos suministrados por los médicos
institucionales no surten efecto, tal como sucede en Quintín Arauz, la única
comunidad de todas las estudiadas que cuenta con un curandero.
Pese a esta pérdida de la medicina tradicional por la institucional, pudimos
recabar algunos nombres comunes de plantas usados en la medicina tradicional que
se muestran en el anexo 3 y que corresponden, en su mayoría, a plantas que se
mantienen en los huertos familiares o que se localizan cerca de la casa.
Figura 14: Cayucos de madera (a) y de fibra de vidrio (b)
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
42
6.2 Percepción de los hongos macroscópicos Como producto de la investigación efectuada sobre los hongos que se desarrollan
en los municipios de Centla y Tenosique y de las recolectadas efectuadas en éstos
se obtuvieron las listas que se muestra en las tablas 3 y 4, respectivamente, cuyo
arreglo taxonómico obedece a Hawsksworth (1995). En Tenosique se registraron un
total de 59 especies, mientras que otras 17 sólo fueron determinadas a nivel
genérico. Las familias mejor representadas son la Polyporaceae con nueve géneros
y 19 especies, la Tricholomataceae con cuatro géneros y 14 especies, y la
Coriolaceae con tres géneros y ocho especies. En cuanto al sustrato donde se
desarrollan destaca la madera, pues 76% de las especies son lignícolas; respecto a
la importancia, el 42.5% son degradadoras de madera, el 13.75% son alucinógenas,
el 11.25% comestibles, el 5% medicinales y el resto no poseen importancia aparente
para el hombre.
Por otro lado, en Centla se tienen reportados hasta la fecha 76 especies y seis
especies identificadas a nivel genérico. Por número de especies destacan las
familias Polyporaceae con nueve géneros y 14 especies, la Strophariaceae con tres
géneros y nueve especies y las familias Tricholomataceae y Coprinaceae con tres
géneros y ocho especies cada una. En relación al sustrato, la mayoría de las
especies, es decir, el 95.65% del total, son lignícolas. La principal importancia de
estas especies es como degradadotas de madera pues el 51.42% cumple esta
función, mientras que el 27.14% resto no poseen importancia aparente para el
hombre y el 21.42% son comestibles.
Aunque en los resultados anteriores mostramos que en ambos municipios existen
macromicetes comestibles y medicinales los resultados que a continuación se
describen son, en su mayoría, los aportados por los informantes de las comunidades
en Tenosique, pues en Centla manifestaron saber poco o nada sobre los
macromicetes. Esto puede explicarse, como lo señaló Ruán-Soto et al. (2004) para
Teapa y Macuspana, por la influencia que los grupos indígenas chiapanecos ejercen
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
43
en la región por las constantes migraciones de sus lugares de origen hacia el Estado.
En las visitas a las comunidades se pudo constatar la presencia de habitantes de
filiación indígena, principalmente Tzeltales y Choles, en las dos comunidades más
alejadas y limítrofes con Guatemala, es decir, Corregidora Ortiz y Niños Héroes. De
manera semejante algunos de los entrevistados indicaron que parte de su vida
transcurrió en una comunidad étnica o que tienen familiares indígenas.
Tabla 3: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Centla.
Sustrato Importancia ASCOMYCOTA
XYLARIALES Xylariaceae Daldinia concentrica (Bolt.) Ces y De Not. L M Xylaria fuckei (Mig.) Cooke L DM X. multiplex (Kunze) Fries. L DM X. polymorpha (Kunze) Fries. L DM
BASIDIOMYCOTA AGARICALES Agaricaceae Agaricus spp. (2) T - Leucoagaricus mexicanus Guzmán L - Bolbitaceae Conocybe lactea (J.E. Lange) Métrod T - C. sp. T - Coprinaceae Coprinus lagopus (Fr.) Fr. L - C. plicatilis (Curt. ex. Fr.) Fr. L - Psathyrella sepulchralis Singer, A.H. Sm. & Guzmán T A Cortinariaceae Gymnopilus subdryophilus Murrill L - Hygrophoraceae Hygrophorus sp. T - Pluteaceae Pluteus salicinus (Pers. ex Fr.) Kummer L A
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
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Tabla 3: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Centla (Continuación).
Sustrato Importancia Strophariaceae Panaeolus antillarum sensu Watling & Gregory F A P. cyanescens (Berck. y Br.) Sacc. F A P. foenisecii (Pers.) J. Schröt., T A P. sphinctrinus (Fr.) Quél. F A P. subbalteatus (Berk. & Broome) Sacc. F A Psilocybe aff. argentina (Speg.) Sing. F - P. aff. caerulipes Peck. L - P. coprophila (Bull. ex Fr.) Quél. F - P. aff. coprophila (Bull. ex Fr.) Quél. F - P. aff. cordispora Heim. T A P. cubensis (Earle) Singer F A P. aff. cubensis (Earle) Singer F A P. aff. mexicana Héim. T A P. sp. Tricholomataceae Marasmius ramealis Bull. Fr. VI. L - M. berteroi (Lév.) Murrill L - M. pulcherripes Peck L - M. sp. L - Nothopanus hygrophanus (Mont.) Sing. L C Xerulina chrysopepla (Berkeley & Curtis) Sing L - BOLETALES Boletaceae Boletus calvinii Smith y Thiers T - GANODERMATALES Ganodermataceae Ganoderma applanatum (Pers, ex Wallr.) Pat. L M, DM G. colossus (Fr.) C.F. Baker L DM G. lobatum (Schw.) Atk. L DM G. lucidum (Leyss. ex Fr.) Karst. L M, DM Humphreya coffeata (Berk.) Steyaert L DM HYMENOCHAETALES Hymenochaetaceae Coltricia montagnei (Fr.) Murr L DM Phellinus fastuosus (Lév.) Ryvarden L DM P. gilvus (Sch.) Pat. L DM P. merrilli (Murrill) Ryvarden L DM P. robustus (Karst.) Bourd & Galz. L DM Hymenochaete badio-ferrugineae (Mont.) Lev. L DM
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
45
Tabla 3: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Centla (Continuación).
Sustrato Importancia PORIALES Coriolaceae Antrodia albida (Fr.) Donk. L DM Coriolopsis polyzona (Pers.) Ryvarden L DM Datronia caperata (Berk.) Ryvarden L DM Earliella scabrosa (Pers.) Gilbn. y Ryv. L DM Fomes fastuosus (Lev.) Ryv. L DM F. robustus P. Karst. L DM Hexagonia hydnoides (Sw.:Fr.) Murr. L DM H. tenuis Fr. L DM Microporellus obovatus (Jungh.) Ryvarden L - Pachykytospora tuberculosa (Fr.) Kolt & Pouzar L - Phaeolus schweinitzii (Fr.) Pat. L DM Pycnoporus sanguineus Murr. L M, DM Rigidoporus lineatus (Pers.) Ryvarden L DM R. ulmarius (Sowerby) Imazeki L DM Trametes maxima (Mont.) David & Rachenberg L DM T. hirsuta (Wulf.:Fr.) Pilát L DM Trichaptum biformis (Fr.) Ryv. L C, DM T. byssogenum (Jungh.) Ryvarden L DM T. sector (Ehrenb.) Kreisel L DM Lentinaceae Lentinus crinitus (L. ex Fr.) Sing. L C L. rudis Fr. L DM Pleurotus djamour (Rumph. ex Fr.) Boedijn L C P. hirtus (Fr.) Sing. L C P. levis (B. & C.) Sing. L C Polyporaceae Jahnoporus hirtus (Quél.) Nuss L DM Polyporus tenuiculus (Beauv.) Fr. L C Pseudofavolus cucullatus (Mont.) Pat. L - SCHIZOPHYLLALES Schizophyllaceae Schizophyllum commune Fr. L C STERALES Meruliaceae Phanerochaete cremea (Bres.) Parm. L - Phlebia gigantea (Fr.) Donk L C, DM
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
46
Tabla 4: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Tenosique.
Sustrato Importancia ASCOMYCOTA
PEZIZALES Sacorscyphaceae Cookeina sulcipes (Mont.) Berk. L C C. tricholoma (Mont.) Kuntze L C XYLARIALES Xylariaceae Hypoxylon rubiginosum (Pers. Fr.) Fr. L DM Xylaria multiplex (Kunze) Fries. L DM
BASIDIOMYCOTA AGARICALES Strophariaceae Panaeolus sp. F - Tricholomataceae Dictyopanus pusillus (Pers. ex Lév.) Singer L - Filoboletus spp. (2) L - Marasmius pulcherripes Peck L - M. spp. (5) L - Mycena spp. (2) L - AURICULARIALES Auriculariaceae Auricularia delicata (Fr.) Henn. L C A. mesenterica (Dicks.) Pers. L C A. polytricha (Mont.) Sacc. L C DACRYMYCETALES Dacrymycetaceae Dacryopinax spathularia (Sehwein.) G.W. Martin L C GANODERMATALES Ganodermataceae Ganoderma applanatum (Pers, ex Wallr.) Pat. L C, DM G. lobatum (Schw.) Atk. L DM Humphreya coffeata (Berk.) Steyaert L DM GOMPHALES Ramariaceae Ramaria spp. (3) T - HYMENOCHAETALES Phellinus gilvoides (Petch) Ryvarden L DM P. gilvus (Sch.) Pat. L DM P. merrilli (Murrill) Ryvarden L DM P. spp. (3) L DM
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
47
Tabla 4: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Tenosique (Continuación).
Sustrato Importancia NIDULARIALES Nidulariaceae Cyathus rudis Pat. L - C. striatus (Huds.) Willd. L - PORIALES Coriolaceae Coriolopsis byrsina (Mont.) Ryvarden L DM C. brunneoleuca (Berk.) Ryvarden L DM C. polyzona (Pers.) Ryvarden L DM Datronia caperata (Berk.) Ryvarden L DM D. scutellata (Schwein.) Gilb. & Ryvarden L DM D. sp. L - Earliella cubensis Murrill L DM E. scabrosa (Pers.) Gilbn. y Ryv. L DM Fomes fasciatus (Sw.) Cooke L DM F. feei (Fr.) J. Lowe L DM Fomitopsis cupreorosea (Berk.) J. Carranza & Gilb. L DM F. feei (Fr.) Kreisel L DM F. rosea (Alb. & Schwein.) P. Karst. L DM F. sp. L - Gloeophyllum striatum (Sw.) Murrill, L DM Hexagonia hydnoides (Sw.:Fr.) Murr. L DM Phaeolus schweinitzii (Fr.) Pat. L DM Pycnoporus sanguineus Murr. L DM Rigidoporus lineatus (Pers.) Ryvarden L DM R. microporus (Sw.) Overeem L DM Trametes elegans (Spreng.) Fr. L DM T. maxima (Mont.) David & Rachenberg L DM T. scabrosa (Pers.) G. Cunn. L DM T. hirsuta (Wulf.:Fr.) Pilát L DM T. villosa (Sw.) Kreisel L DM Trichaptum byssogenum (Jungh.) Ryvarden L DM Lentinaceae Lentinus badius (Berk.) Berk. L C L. crinitus (L. ex Fr.) Sing. L C L. rudis Fr. L DM Pleurotus djamour (Rumph. ex Fr.) Boedijn L C P. hirtus (Fr.) Sing. L C P. levis (B. & C.) Sing. L C P. ostreatus (Jacq.) P. Kumm. L C Polyporaceae Polyporus tricholoma Mont. L C P. varius (Pers.) Fr. L -
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
48
Tabla 4: Lista taxonómica de las especies de macromicetes que se desarrollan en
Tenosique (Continuación).
Sustrato Importancia SCHIZOPHYLLALES Schizophyllaceae Schizophyllum commune Fr. L C STEREALES Podoscyphaceae Cotylidia aurantiaca (Pers.) A.L. Welden L DM C. diaphana (Schwein.) Lentz L DM SCLERODERMATALES Sclerodermataceae Scleroderma areolatum Ehrenb. T - THELEPHORALES Thelephoraceae Thelephora sp. L -
Lignícola TerrícolaFimícola
CentlaTenosique
95,65
2,89 1,44
76
12120
20
40
60
80
100
POR
CEN
TAJE
SUSTRATO
Figura 15: Sustratos
donde crecen los
macromicetes que se
desarrollan en Centla
y Tenosique.
Figura 16:
Importancia de los
macromicetes que
se desarrollan en
Centla y
Tenosique.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
49
6.2.1 Concepción de los macromicetes. “Son frutos de la madera podrida,
diferentes de las plantas”.
En Tenosique los macromicetes son concebidos como frutos o como un producto
de los palos que es diferente de las plantas, al respecto comentó doña Mercedes
Alcázar, vecina del Ejido Corregidora Ortiz, de 71 años: “No son plantas, los echa el
palo seco, que lo tumben”. En el mismo sentido apuntó don José N., residente de 52
años de Santo Tomás: “Son frutos de la madera podrida, diferentes de las plantas
porque no tienen hojas, vienen de la madera podrida, si se desprenden se secan,
son suaves”. Esta percepción de diferencia entre los hongos y las plantas ha sido
registrada en varios grupos indígenas americanos como los Höti de la Amazonia
Venezolana (Zent et al. 2004) y mexicanos como los Purépecha de Michoacán
(Mapes et al. 1981), los Totonacas de Veracruz (Chacón 1988) y los mayas de
Yucatán (Mata 1987), por mencionar algunos.
6.2.2 Clasificación tradicional de los macromicetes. “Los hongos son los que tienen
pie, las orejas son las que se dan en los palos”
En el municipio se presentan dos clasificaciones de los macromicetes que se
lograron establecer por el apoyo de estímulos fotográficos, por los ejemplares en
seco mostrados a los informantes y por los recorridos de campo efectuados en
compañía de éstos. En la primera clasificación, que es la más extendida, las
especies fúngicas son separadas en dos grupos: orejas y hongos. “Los hongos son
los que tienen pie, las orejas son las que se dan en los palos” explicó don A. López
Martínez, lanchero de 61 años de Boca del Cerro; de esta manera por oreja se
reconoce a los cuerpos fructíferos en forma de repisa, correosos y lignícolas cuyo
nombre alude a la forma que presentan, mientras que por hongo se concibe a los
macromicetes de forma pileo-estipitada, globosas, clavariodes y de copa, que crecen
sobre tierra y en excremento. Esta misma categorización fue advertida por Ruán-
Soto et al. (2004) para Teapa y Macuspana.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
50
La segunda clasificación sólo se presentó en Boca de Cerro y fue proporcionada
por don E. Durán M. y don J. May B., de 68 y 72 años, respectivamente, quienes
identificaron a todas las fotografías como hongos, es decir, no mencionaron ninguna
división entre estos. El hecho que esta clasificación sólo se haya encontrado en una
comunidad puede deberse a que ésta es la que presenta más signos de
transculturación ya que es la que cuenta con más servicios públicos, además que es
la más cercana a la cabecera municipal y porque en ella opera un proyecto de
desarrollo ecoturístico. Aunado a ello los entrevistados manifestaron no tener filiación
indígena alguna.
6.2.3 Conocimiento ecológico sobre los macromicetes. “Salen donde se pudre la
madera, donde hay humedad”.
La mayoría de los informantes señalaron que las orejas crecen cuando hay palos
tirados y humedad, mientras que los hongos pueden desarrollarse en la tierra y en
estiércol de ganado. Al respecto se encuentra el comentario de don José N.: “Los
hongos salen donde se pudre la madera, donde hay humedad”.
Es precisamente este informante, habitante de Santo Tomás, quién más datos
ecológicos proporcionó de las especies mostradas en las fotografías, a saber:
Tremella fusiformis: “Es un musgo, diferente de los hongos, está baboso, no se
come. Se despega del palo, se empieza a descomponer y suelta un olor fétido”.
Cookenia sp.: indicó que es la primera en aparecer cuando un palo se está
pudriendo, “Sale en los palos de madera suave”. Al apotecio lo llamó cuerpo y al
estípite, tallo.
Marasmius sp.: “Sale en madera verde, que se le está secando una parte, por
decir, que se le chamusque una parte, el árbol puede estar vivo”.
Hypoxylon sp.: “Son pudriciones; el mulato cuando se está pudriendo cambia a
rojo”.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
51
Cyathus striatus: “Es un hongo, aquí está la cachuchita”.
Geastrum sp.: “Es otro hongo, sale en madera en estado de descomposición”.
Mencionó haberlo visto en “madera gruesa” y que “se da en tierra, donde se ha
podrido mucha vegetación, sale en tiempo de agua”.
Schizophyllum commune: al pileo lo nombró como la parte donde le da el sol, al
himenio como la parte donde no le da [el sol] y al estípite como patita.
Lycoperdon sp.: “Es otro hongo, producido por la basura en descomposición, en
acahuales y montañas”. Refirió que se da en potreros.
Mutinus caninus: indicó que no era un hongo sino la flor de la caña agria, que era
medicinal usada como jarabe para el alivio de la tos ferina o chichimeca; sin
embargo, cabe mencionar que la propiedad medicinal no es atribuible al macromicete
sino a la flor de la caña agria, especie con la cual lo confundió.
Dyctiophora indusiata: “No sale en palos, sino en basura en pudrición, en
acahuales. Se agarra y se rompe”
Hydnopolyporus palmatus: “Sale en palos en descomposición, es como una flor
suavecita, y si se toca se desbarata”
Otro dato interesante recopilado fue el aportado por don C. Luna*, habitante de 94
años de Estapilla, quien indicó que el color de las orejas depende del color de la
madera donde crezcan, de esta manera, de maderas blancas crecerán orejas
blancas y de maderas oscuras, orejas negras.
6.2.4 Comestibilidad
Hasta el momento se tiene reportado el consumo de cuatro especies de hongos
en Tabasco, particularmente en los municipios de Teapa, Tacotalpa, Macuspana y
Huimanguillo. Estas especies son: Schizophyllum commune, Auricularia polytricha,
Pleurotus djamour y A. delicata. (Centurión et al. 2004, Ruán-Soto et al. 2004). En
esta investigación reportamos el consumo de las dos primeras para el municipio de
Tenosique.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
52
6.2.4.1 Schyzophyllum commune. “La orejita de bojón se
parece a carne salada”.
S. commune Fr. (Figura 17) es la especie más
consumida en el municipio y es nombrada como orejita,
orejitas de palo, oreja de mulato, oreja de cornezuelo y
oreja de bojón. Estos nombres, como se mencionó con
antelación, aluden a la forma del cuerpo fructífero, pero
también indican el sustrato sobre el que se desarrollan: palo
mulato (Bursera simaruba (L.) Sarg), cornezuelo (Acacia
cornígera (L.) Willd), bojón (Cordia alliodora (Ruiz & Pavón)
Champ.) y jobo (Spondias bombin L.). También crece sobre ramón (Brosimun
alicastrum Sw.), palo gusano (Lonchocarpus guatemalensis Benth. y L. hondurensis
Benth.) y majahua (Hampea macrocarpa Lundl.). Este modo de nombrar a los
hongos haciendo referencia al árbol donde crecen también se puede notar entre los
indígenas Yoruba de Nigeria (Oso 1975). Otros nombres que recibe esta especie en
el estado son cusuche, casuche, muca y orejita criolla (Centurión et al. 2004, Ruán-
Soto 2002)
Por otro lado, existen dos formas de cocinar a esta especie: la primera, conocida
localmente como mone, la proporcionó doña M. Aguilar*, vecina del poblado
Usumacinta, de 82 años e indicó que las orejas “se cortaban del palo, las ponían a
cocer, las picaban y las cocinaban con manteca, sal, chile dulce, envuelto en hoja de
to (Calathea lutea (Aubl.) G.F.W. Meyer)”. En Macuspana y Teapa este platillo es
preparado, además de S. commune, con Auricularia delicata, A. polytricha y
Pleurotus djamour, pero a diferencia de lo encontrado en Tenosique, en estos
municipios se le adiciona carne de res o puerco (Ruán-Soto et al. 2004). La
informante indicó que las comía cuando era niña, porque su madrastra, que era
chiapaneca, se las daba y porque no tenían recursos para adquirir otros alimentos.
Asimismo mencionó que dejó de consumirlas desde hace mucho tiempo debido a
Figura 17: Schyzophyllum commune
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
53
que se separó de su familia y porque ahora ya hay otras cosas para comer. En este
comentario podemos notar cómo en determinadas ocasiones, en las zonas
tropicales, el consumo de hongos está asociado a una representación social de la
pobreza, como ocurre entre los grupos Bantú y Bagyeli del sur de Camerún (van Dijk
et al. 2003) y como recientemente lo reportó Ruán-Soto (2005) entre los Lacandones
de Chiapas.
La otra forma en que las orejas son guisadas se ilustra en la figura 18 y consiste
en que, una vez desprendidas del palo (a), se lavan, se cuecen con sal (con la
finalidad de ablandarlas) (b) y se pican (c). Mientras tanto, en una sartén se sofríe
cebolla morada con manteca (d), se adicionan huevos (e), posteriormente los
macromicetes para finalmente revolver todo (f). Algunos informantes indicaron que el
sabor de la orejita de bojón es parecido al de la carne salada.
De manera análoga a lo registrado por Ruán-Soto et al. (2004) para Oaxaca y
Teapa y Macuspana, en Tabasco, S. commune es recolectado en acahuales y cerca
de las milpas como actividad complementaria a la agricultura, es decir, que si camino
a la milpa o a la casa son hallados, serán recolectados, llevados a casa y cocinados.
Sin embargo, a diferencia de los mismos autores, los informantes de Tenosique no
refirieron que esta especie se venda o compre, sino que sólo es recolectada para
autoconsumo.
S. commune es un hongo de gran importancia etnomicológica en las zonas
tropicales del mundo entero. Su consumo se ha registrado entre los Yoruba de
Nigeria (Oso 1975), entre los Naga del noroeste de la India (Longvah y Deosthale
1998 citado en Ruán-Soto 2002) y los Inganos del Putumayo en la Amazonia
colombiana (Sanjuán 1999 citado en Vasco-Palacios 2002). Se sabe además que es
consumido en Filipinas en sopas (Mendoza 1938 citado en Olivo-Aranda y Herrera
1994) mientras que en Madagascar se come crudo (Singer 1949 citado en Olivo-
Aranda y Herrera 1994).
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
54
En nuestro País su ingesta se ha registrado en la región Mazateca de Oaxaca, en
Quintana Roo (Olivo-Aranda y Herrera 1994), en Veracruz (Chacón 1988), en
Oaxaca, en Tabasco (Ruán-Soto et al. 2004) y entre los lacandones de Chiapas
(Ruán-Soto 2005). Pese a que este hongo es de consistencia cueruda, es decir,
duro, es tal su aceptación que es comercializado en los mercados locales de estas
zonas e inclusive en los de Guatemala y El Salvador (Sommerkamp 1990 citado en
Ruán-Soto 2002, Guzmán 1987). Particularmente en Tabasco S. commune se vende
en los mercados de Teapa, Macuspana y Villahermosa y se prepara en mone, un
platillo típico de la región. El anexo 4 muestra los diferentes nombres dados a esta
especie en las zonas tropicales.
a b
c d
e f Figura 18: Preparación de orejita de palo (Schizophyllum commune) en Niños Héroes, Tenosique. a) Recolecta b) Cocción c) Picado d) Se sofríe cebolla e) Se le adicionan huevos y manteca f) Platillo final.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
55
6.2.4.2 Auricularia delicata. “Se come en salpicón”.
La otra oreja que es objeto de consumo es Auricularia
delicata (Fr) Henn. (Figura 19), aunque este dato se obtuvo
solamente en Boca del Cerro y fue proporcionado por don
A. López quien mencionó que la manera cómo se prepara
es la que sigue: “Se come en salpicón; la pican, la sofríen,
la cuecen; el sabor es igual al de la carne”. El informante
refirió que aprendió a cocinarla porque un compañero le
enseñó y que la persona que la coma sin saber que es una
oreja no podrá identificarla como tal pues su sabor es muy
parecido al de la carne.
Para esta especie sólo se registró el nombre de orejita, sin embargo, en el anexo
5 se presentan los nombres que está especie recibe en las diversas zonas donde es
consumida.
A igual que S. commune, A. delicata, y en general la mayoría de las especies del
género Auricularia, son objeto de consumo en los trópicos por diversos grupos
indígenas, como ejemplo destacan los Yoruba de Nigeria (Oso 1975) y los Bantú y
Bagyeli de Camerún (van Djik 2003) en el continente africano, y los Yekuana
(Delascio Chitty 1992 citado en Zent et al. 2004), los Piroa y los Höti, en la Amazonia
Venezolana (Zent et al. 2004) y los Txicao y Txucarramae en la Amazonia Brasileña
(Fidalgo e Hirata 1974 citado en Prance 1984), en América tropical. En México, los
totonacas de Veracruz (Chacón 1988) y los Lacandones de Chiapas (Ruán-Soto
2005) hacen uso de este hongo en su cocina tradicional.
Figura 19: Auricularia delicata
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
56
6.2.5 Criterios para identificar a las orejas comestibles y toxicidad de los
macromicetes. “Venenosos quizá porque nacen de palos malos”.
El consumo de las dos orejas se ve restringido por el palo o madera donde se
desarrollen, es decir, por sustrato. Esto se debe a que en la concepción de los
habitantes de Tenosique existen árboles buenos y árboles malos, los buenos son
aquellos que no causan daño alguno al humano y entre ellos se encuentran el ábalo
(Sideroxylon persimile), el osh o ramón (Brosimun alicastrum Sw.), el jobo (Spondias
bombin L.), el guácimo (Guazuma ulmifolia Lam.), el palo mulato o mulato (Bursera
simaruba (L.) Sarg.), la majahua (Hampea macrocarpa Lundl.) y el bojón (Cordia
alliodora (Ruiz & Pavón) Champ.). Por otro lado, los palos malos son los que sí
causan afección como el chechén negro (Metopium brownei (Jacq.) Urban) cuyo
nombre fue constante al referir este tipo de árboles pues su resina es urticante. Lo
anterior indica, desde la perspectiva de los pobladores de Tenosique, que si una
oreja de las comestibles crece sobre palos buenos podrá ingerirse, mientras que si
prospera en chechén negro no deberá hacerse porque causará daño. Al respecto se
encuentra la opinión de doña A. M. de los Santos, residente de 52 años de Niños
Héroes: “venenosos quizá porque nacen de palos malos”.
En otras regiones del mundo se han registrado ideas similares en relación a que
el sustrato, particularmente la madera, altera las propiedades de los hongos que en
ella se desarrollan. Por ejemplo, entre los indígenas Uitoto de la Amazonia
Colombiana persiste la idea de que lo “fuerte” de la carne del árbol Jodina (Goupia
glabra) es trasmitido al hongo Jodigi (Lentinus scleropus), por esta razón es
necesario hervirlo antes de comerlo (Vasco-Palacios 2002). Sin embargo, en la
Huasteca Hidalguense, donde Pycnoporus sanguineus, especie localmente conocida
como chichiltik o chiquinti, es usada para erradicar ciertos problemas dérmicos,
Bautista-Nava et al. (2006) efectuaron un estudio para determinar si existía variación
morfológica de acuerdo al sustrato y sus resultados arrojaron que no existen
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
57
diferencias significativas pues independiente de la madera donde se desarrollen el
hongo presenta las mismas características macro y micromorfológicas.
Por otra parte, los hongos, es decir, las formas pileo-estipitadas, son
considerados venenosos, principalmente los que crecen en estiércol: “No se comen
porque son venenosos” dijo doña M. Alcázar. Esta es la razón por la que ningún
hongo es consumido. Solo dos informantes indicaron saber que algunos sí se comen
pero precisaron que ellos no lo han hecho.
Uno de los pocos datos recabados en Centla hizo referencia a que todos los
hongos son venenosos, por ello no se comen, asimismo se notó cierta aversión y
desconocimiento hacia estos organismos. Estas características podrían ubicar a este
pueblo como micófobo, es decir, que sus pobladores desconocen de hongos y
muestran cierto repudio hacia los mismos, sin embargo, consideramos que estos no
son elementos suficientes para asegurar tal idea y que una investigación más
profunda podría aportar más elementos sobre el conocimiento micológico que hay en
la zona.
6.2.6 Macromicetes alucinógenos. “Hay hongos que se comen con miel, pero eso lo
hace la gente idiota”
No se reportó el uso o la ingesta de algún macromicete alucinógeno entre los
pobladores de Tenosique, quienes sí saben de su existencia y muestran rechazo al
hablar del tema. Así, por mencionar dos ejemplos, se encuentran las siguientes
frases: “Hay hongos que se comen con miel, pero eso lo hace la gente idiota” y “Hay
hongos alucinógenos, hay gente que los consume, pero nosotros no nos metemos en
esas drogadicciones” dichas por don J. May y don José N., respectivamente.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
58
6.2.7 ¿Se comen hongos en Tabasco?
Finalmente terminamos este apartado contestando directamente una pregunta
que ha sido recurrente desde el momento mismo de plantear esta investigación: ¿se
comen hongos en Tabasco?
Es innegable que la respuesta es sí, pues los trabajos de Ruán-Soto (2002),
Ruán-Soto et al. (2004) y el presente avalan su consumo en las regiones adyacentes
a Chiapas y Guatemala. Sin embargo, tal respuesta debe ir acompañada de la
siguiente explicación, que en general, aplica a las regiones tropicales donde
recientemente se han efectuado estudios etnomicológicos y que son el fundamento
de lo que a continuación se lee: sí se comen, pero no son las mismas especies ni se
consumen en la misma cantidad a como ocurre en las zonas templadas del País.
Esto se explica por las condiciones ambientales que prevalecen entre estas zonas.
En las regiones templadas, donde se desarrollan bosques de pinos, encinos y
oyameles, prosperan hongos de gran tamaño, carnosos, terrícolas y generalmente
micorrizógenos, es decir, que se desarrollan en asociación con las raíces de los
árboles. Esto los hace más llamativos a la vista humana en relación a los hongos
tropicales caracterizados por su tamaño pequeño, su consistencia dura y el sustrato
lignícola. Ello, aunado a la abundancia de alimento presente en los trópicos (de
acuerdo con Guzmán-Dávalos y Guzmán 1979) explica porque en las zonas
templadas existe mayor consumo de especies fúngicas.
No obstante es necesario dejar claro que el conocimiento micológico que existe
en los trópicos no es inexistente ni escaso, sino diferente en cantidad de especies
conocidas, utilizadas y consumidas en comparación con las regiones templadas.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
59
7. CONCLUSIONES
Este trabajo presenta un primer acercamiento a las formas de pensar y sentir que
los pobladores de la región Usumacinta de Tabasco, particularmente los de Centla y
Tenosique, manifiestan sobre los cambios en la vegetación suscitados en la zona y
acerca de los hongos macroscópicos como recurso. De los datos obtenidos y
discutidos podemos concluir los siguientes aspectos:
• Los cambios percibidos por los habitantes son: reducción de la cobertura vegetal,
escasez de especies maderables, disminución de la fauna asociada a la
vegetación, cambio de productos naturales por sintéticos para elaborar las casas
y los cayucos y el abandono de la medicina tradicional.
• De acuerdo con la percepción local, en Tenosique actuaron más factores en
detrimento de la vegetación que en Centla. Esto se explica principalmente porque
la expansión de la agricultura y la ganadería fue mayor en el primer municipio que
en el segundo, dado que las tierras de éste último son bajas y sujetas a
inundaciones.
• Las especies vegetales que fueron referidas como escasas corresponden a
aquellas que dominaban los ecosistemas propios de cada municipio (selvas y
manglares) y que eran usadas por los habitantes. Aunque junto con la reducción
de la flora se percibe disminución de la fauna asociada a ésta, los pobladores
mencionan que no todos los animales han sufrido este efecto, lo cual nos indica
que, de acuerdo con la visión local, las transformaciones ambientales actúan de
maneras diferentes en las poblaciones animales.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
60
• En toda la región de estudio el cambio de materiales naturales por sintéticos para
elaborar las casas y los cayucos es visto como una mejoría en el nivel de vida de
la población.
• El uso de plantas como medicina tradicional se limita, en su mayoría, a especies
propias de los huertos familiares o que están cerca de la casa. Por su parte, los
médicos tradicionales sólo se visitan cuando se tiene una enfermedad
sobrenatural o cuando los medicamentos suministrados por los médicos
institucionales no surten efecto.
• Por otro lado, el conocimiento sobre hongos sólo se halló en Tenosique y es más
vasto en las comunidades que limitan con Guatemala. Esto puede ser explicado
por la influencia que los grupos indígenas chiapanecos ejercen sobre el sur de
Tabasco. En el mismo sentido, este estudio corrobora in situ lo hallado por Ruán-
Soto et al. (2004) entre los vendedores de hongos de la Planicie Costera del
Golfo de México.
• En Tenosique los macromicetes son concebidos como frutos, diferentes de las
plantas y son clasificados de dos maneras: como hongos y como hongos y orejas.
• Se consumen dos especies fúngicas Schizophyllum commune y Auricularia
delicata, lo cual representa nuevos aportes de localidades donde se consumen
hongos en Tabasco. La primera especie destaca por ser la más consumida en el
municipio, por su preferencia de consumo y porque es comercializada en muchas
regiones tropicales.
• El criterio usado para determinar la toxicidad de los macromicetes es el sustrato.
De esta manera, los que crecen sobre el suelo son considerados tóxicos, los que
prosperan en estiércol como tóxicos mientras que los que se desarrollan en
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
61
madera lo serán dependiendo del palo donde estén, ya que, desde la perspectiva
de los habitantes de Tenosique, existen árboles buenos y malos.
• Finalmente, los pobladores de la misma municipalidad muestran rechazo al hablar
de los hongos alucinógenos.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
62
8. RECOMENDACIONES
A continuación propongo una serie de sugerencias encaminadas a mejorar los
trabajos posteriores que de esta investigación pudieran desprenderse o aquellos de
corte similar.
• Recomiendo que para que se tenga una información de campo participativa, los
investigadores radiquen más tiempo en las comunidades de estudio con la
finalidad de recabar información de mayor profundidad.
• Puesto que no todas las personas de mayor edad fueron entrevistadas ya fuese
porque no se encontraban en el momento de la visita a la comunidad o por
cuestiones de tiempo, convendría ubicarlas y entrevistarlas a fin de ampliar la
información.
• Es importante que cuando el investigador no cuente con experiencia suficiente
para realizar por sí solo los acercamientos y entrevistas a los pobladores se haga
acompañar de un investigador experimentado y que aprenda de éste las técnicas
usadas para obtener la información. También es preferible ir junto con una
persona de sexo opuesto para que el entrevistado tenga la confianza de hablar
sobre aquellos temas propios de cada género y que pudieran ser de interés.
• Los recorridos en el campo a la vez que permiten obtener ejemplares de
importancia sirven para conseguir información valiosa sobre diversos aspectos de
los mismos, por lo que es recomendable llevarlos a efecto. Para el caso de los
hongos, se obtendrían mejores resultados si éstos se realizan en temporadas de
lluvias o en la época de fructificación de determinadas especies.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
63
• Un muestrario con ejemplares en seco junto con un catálogo fotográfico podrían
suministrar buena información.
Asimismo propongo las siguientes líneas de investigación derivadas de este
trabajo:
• Conocer las percepciones de los cambios en la vegetación presentes en la región
oriental de Tabasco y compararlas con las aquí descritas conllevaría a tener una
visión global acerca de las estas transformaciones en todo el Estado.
• Dado que no existen publicaciones específicas de la extracción de maderas
preciosas y de chicle en Tabasco y que aún se cuenta con personas que se
dedicaron a dichos oficios, realizar una investigación en esta línea resulta de
suma importancia histórica para el Estado.
• Dado a que este estudio in situ corroboró lo hallado por Ruán-Soto et al. (2004)
en los mercados de la zona del Golfo de México sería interesante determinar si
ocurre lo mismo en Teapa y Huimanguillo.
• Puesto que el conocimiento micológico tradicional se presenta en sur de Tabasco
convendría determinar hasta qué punto se extiende.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
64
9. BIBLIOGRAFÍA
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Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Anexo 1: Guía de preguntas para las entrevistas no estructuradas relacionadas con
las percepciones de los cambios en la vegetación.
¿Cómo se llama usted? ¿Cuantos años tiene? ¿Dónde nació usted?
Cambios en la vegetación:
¿Qué tiempo tiene de radicar en el pueblo?
¿Cuántos años tiene de fundado el pueblo? ¿Quiénes lo fundaron?
¿Cómo era este lugar cuando fundaron el pueblo o cuando usted llegó?
¿Cómo era la vegetación? ¿En qué ha cambiado?
Causas de los cambios ¿A qué se debieron estos cambios?
¿A qué se dedicaba la gente entonces? ¿A qué se dedican ahora?
¿Cuáles palos se ocupaban para hacer carbón?
Escasez de árboles ¿Cuales árboles eran abundantes?
¿Cuáles usaban? ¿Para qué?
¿Cuáles se acabaron? ¿Por qué?
¿Cuáles árboles son difíciles de encontrar ahora?
¿Cuáles son los árboles que todavía quedan? ¿Son iguales a los que había
antes? ¿En qué se diferencian?
Cambios en la elaboración de casas y los cayucos ¿De qué se hacían antes las casas? ¿Cuáles árboles se ocupaban para
construir las casas?
¿De qué se hacían antes los cayucos? ¿Cuáles árboles se empleaban para
los cayucos?
¿Se siguen haciendo las casas y los cayucos de madera? ¿Sí, no? ¿Por qué?
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Escasez de fauna ¿Cuáles animales eran abundantes en el pasado?
¿Cuáles ocupaban? ¿Para qué? ¿Cuáles se comían?
¿Cuáles animales ya no se encuentran o son difíciles de encontrar?
¿Por qué se acabaron?
Abandono de la medicina tradicional ¿Hace cuanto tiempo llegó la asistencia médica al poblado?
¿Cómo se curaba la gente cuando no había médico? ¿Ahora con qué se
curan?
¿Cuáles enfermedades se curaban con plantas?
¿Donde las conseguían? ¿Quién las conseguía?
¿Cómo se ocupaban?
¿Había curanderos? ¿Ahora los hay? ¿Por qué se dejó de ir con los
curanderos?
Percepción de la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla ¿Qué piensa de la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla?
¿Cuándo instauraron la Reserva?
¿Qué cambios ha traído su institución?
PEMEX ¿Cuándo llegó PEMEX?
¿Qué cambios ha traído su llegada?
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Anexo 2: Guía de preguntas para las entrevistas no estructuradas relacionadas con
las percepciones de los hongos macroscópicos.
¿Cómo se llama usted? ¿Cuantos años tiene? ¿Dónde nació usted?
Concepción de los macromicetes De acuerdo a estas fotos, dígame usted ¿Qué son? ¿Son plantas? ¿Sí, no?
¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
¿Qué son los hongos? ¿Qué son las orejas?
¿Son lo mismo hongos y orejas? ¿Cuál es la diferencia?
Fenología y ecología ¿Dónde salen las orejas? ¿Cuándo? ¿Por qué salen?
¿Dónde salen los hongos? ¿Cuándo? ¿Por qué salen?
Usos ¿Algún hongo se usa? ¿Para qué?
¿Alguna oreja se usa? ¿Para qué?
¿Quiénes las usan?
Comestibilidad ¿Los hongos se comen? ¿Sí, no? ¿Por qué?
¿Las orejas se comen? ¿Sí, no? ¿Por qué?
¿Cuáles hongos u orejas se comen? ¿Cómo se llaman?
¿Aquí en el pueblo la gente las consume?
¿Cómo se preparan?
¿Desde hace cuánto que los come?
¿Dónde los consigue? ¿Cuándo?
¿En donde se dan las orejas/hongos que se comen?
¿Qué tan frecuentemente las come?
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
¿Antes comía más o menos hongos/orejas?
¿Por qué dejó de comerlas?
Criterios para identificar la toxicidad ¿Cómo sé cuál hongo/oreja se come?
¿Hay hongos/orejas tóxicos (as)?
¿Cómo diferencía una hongo/oreja comestible de uno tóxico (a)?
Hongos alucinógenos ¿Ha oído hablar de los hongos alucinógenos?
¿Aquí hay alguien que los consuma?
¿Dónde se dan?
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Anexo 3: Algunas plantas medicinales usadas en la región Usumacinta*
Nombre común Nombre científico Padecimiento que cura
Modo de empleo
Aguacate Persea americana Mill. Diarrea La cáscara se cuece Curar golpes Las hojas se cuecen y
el agua se toma Albahaca Ocimum basilicum L. Bajar el
calentamiento de cabeza
Con alcohol, en ensalmos
Bejuco Picadura de nauyaca Se toma cocido Berenjena Solanum sp. Inflamación - Cana fístula Senna fistula L. Calentura - Cebolla Allium fistulosum L. Dolor de oído Curtida con cebolla, una
gota en el oído Chicozapote Manilkara sapota L. Diarrea Las cáscara se cuecen Colesterol Se ponen a hervir dos o
tres “cojollitos” en 1 litro de agua
Chilpate - Nube del ojo - Chimón Ficus goldmanii Standl. Desparasitar - Cocoíte Gliricidia sepium (Jacq.)
Steud. Calentura Salpullido Conjuntivitis
-
Contrahierba Acalypha arvensis Poep. Picadura de serpientes
Se toma cocida
Cornezuelo Bayo Muco negro Cedro Guarumo
Acacia cornigera (L.) Willd. Ormosia schippi Pierce - Cedrela odorata (L.) Gaert. Cecropia obtusifolia Bertol
Piquete de nauyaca Se cuecen y se beben
Corrimiento - Diarrea Las hojas se cuecen y se ingiere el agua
Frijolillo Desmanthus virgatus (L.) Willd. Phaseolus lathyroides L.
Tos
-
Guayacán Tabebuia guayacan L. Fortalecer la sangre - Hoja de cucaracha (Matalí)
Tradescantia zebrina Purpusii
Disentería Las hojas se hierven y se toma el agua
Jengibre - Cólicos - Jícaro Crescentia cujete L. Dolor de oído Se coloca un trocito de
la pulpa del fruto en el oído
Llanté Plantago major L. Desinflamar
-
Maguey Tradescantia spathacea Sw. Dolor del vientre Las hojas se colocan en el vientre
Majahua Hampea macrocarpa Lundl. Hinchazón inflamación
Se coloca una hoja con vaporut en la parte afectada
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Nombre común Nombre científico Padecimiento que cura
Modo de empleo
Malvarisco Corchorus siliquosus L. Malvastrum coromandelianum (L.) Garch. Sida acuta Burm.
Calentura La raíz se hierve y el agua se toma
Mangle rojo Macuilís Palo mulato
Rhizophora mangle L. Tabebuia rosea (Berth.) DC. Bursera simaruba (L.) Rose
Azúcar (Diabetes)
En infusión
Nabá o bálsamo - Nerviosismo Cocido y tomado Orégano Origanum vulgare L. Tos - Palo mulato Macuilís Guayacán
Bursera simaruba (L.) Rose Tabebuia rosea (Berth.) DC. Tabebuia guayacan L.
Fríos de calentura Paludismo
Las cáscaras de estos tres árboles se cuecen y el agua se bebe
Romero Manzanilla
Rosmarinus officinalis L. Miconia argentea (Sw.) DC. Bunchosia lanceolata Turcz.
Dolor de espalda En infusión
Ruda Hierbabuena
Ruta chalepensis L. Mentha sp.
Dolor -
Sábila Aloe sp. Resipela - Sanalotodo o bejuco loco
Cissus sicyoides L. Disentería Vómito Dolor de oído Diarrea
-
Sauce llorón Salix chilensis Molina Calentura Se cuecen las hojas y se bebe
Tamarindo Tamarindus indica L. Estreñimiento - Zapote de agua Pachira aquatica Aubl. Diarrea Las semillas se cuecen
y se toma
Fuente: Diario de campo 2006-2007
∗ Los nombres científicos de estas plantas fueron tomados de Magaña (1995) y en aquellos casos
en que un nombre común correspondía a más de una especie taxonómica se decidió incluir todas por no tener la certeza de cual era la correcta.
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Anexo 4: Nombres asignados a Schizophyllum commune Fr. en diversas regiones
tropicales del mundo
En el mundo
Nombre Grupo o etnia Región Fuente Ese-adie = pies de pollo Yoruba Nigeria Oso 1975 Asam Siquinché Xiquinché = oreja de árbol
El Petén y Cd. de Guatemala
Olivo-Aranda y Herrera 1994
Xikin che Xikin kuk
Kaqchikel Guatemala Morales-Esquivel citado en Ruán-Soto 2005
Signo de águila Colombia Pérez y Piragauta 2006
En México
Nombre Grupo o etnia Región Fuente Pajarito Hongo de palo mulato Tainisé
Mazatecos Región Mazateca de Oaxaca
Guzmán 1987, Olivo-Aranda y Herrera 1994
Hongo blanco Mazatecos Costa Chica de Oaxaca
Guzmán 1987
Txiko = Hongo bueno Totonacas Veracruz Chacón 1988 Oreja de palo Siquinché
Quintana Roo Olivo-Aranda y Herrera 1994
Mano de lagartija Oaxaca Olivo-Aranda y Herrera 1994
Malacasil Hongo que crece sobre el cojón de gato Chiquinté
Puebla Olivo-Aranda y Herrera 1994
Hongo de poste Hongo guía Ala de mariposa
Jalisco Olivo-Aranda y Herrera 1994
Hongo de chaca
Veracruz Olivo-Aranda y Herrera 1994
Hongo de jobo Veracruz Olivo-Aranda y Herrera 1994
Hongo de madera Kuxum-ché
Yucatán Olivo-Aranda y Herrera 1994
Oreja de palo Toda América Latina Guzmán 1997 Orejita de palo
Planicie costera del Golfo de México (Oaxaca, Tabasco y Veracruz)
Ruán-Soto 2002, Ruán-Soto et al. 2004,
M´na Chinantecos Oaxaca Ruán-Soto 2002
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Chí M´na Cusuche Muca Orejita criolla
Tabasco Ruán-Soto 2002
Hongo café Orejita cafecita Orejita de rata Orejita de ratón Orejita de tejón Cresta de gallo Sulumut Uz Uziam Xikinche Xikin = oreja de palo Much
Lacandones Chiapas Ruán-Soto 2005
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
Anexo 5: Nombres asignados a varias especies de Auricularia Bull. ex Juss. en
diversas regiones tropicales del mundo
En el mundo
Especie Nombre Grupo o etnia Región Fuente
Auricularia auricula A. polytricha
Oreja de gato Yoruba Nigeria Oso 1975
A. fuscosuccinea Txicao Amazonia brasileña
Hidalgo y Hirata 1979 citado en Prance 1984
A. fuscosuccinea Txucarramae Amazonia brasileña
Prance 1984
A. mesenterica Yekuana Orinoco Superior, Venezuela
Delascio Chitty 1992 citado en Zent et al. 2004
Todas las especies (menos A. mesenterica)
Oreja de mono Venezuela Guzmán 1997
A. auricula Oreja de perro Oreja de viejo
Guatemala Guzmán 1997
A. auricula, A. delicata, A. fuscusuccinea y A. polytricha
Oreja de Judas América Latina Guzmán 1997
A. delicata A. fuscosuccinea
Tedoro’go Uitoto Amazonia colombiana
Vasco-Palacios 2002
A. polytricha Biyae’ Bantú Camerún Van Dijk et al. 2003
A. polytricha Majiamdzum Bagyeli Camerún Van Dijk et al. 2003
A. delicata Piaroa Venezuela Zent et al. 2004 A. polytricha A. delicata
Höti Amazonia venezolana
Zent et al. 2004
En México
Especie
Nombre Grupo o etnia Región Fuente
A. fuscusuccinea A. mesenterica
Istaken chat = oreja de abuela
Totonacas Veracruz Chacón 1988
A. auricula Colosh = chole Tza an = oreja chiclosa
Tzeltales Chiapas Guzmán 1997
Hernández-Sánchez Percepción de los cambios en la vegetación y de los hongos macroscópicos en la región del Usumacinta, Tabasco
A. delicata Chho’ chhe’ Matlatzincas Estado de México Guzmán 1997 Todas las especies (menos A. mesenterica)
Oreja de ratón Puebla y Veracruz Guzmán 1997
A. spp. Oreja de viejita Puebla Guzmán 1997 A. auricula, A. delicata, A. fuscusuccinea y A. polytricha
Oreja chiclosa Veracruz Guzmán 1997
A. delicata y A. fuscosuccinea
Coroch Oreja de cochi Oreja de palo Trompa de cochi Chicarroncito Tsa’an (Tzeltal)
Lacandones Playón de Gloria, Chiapas
Ruán-Soto 2005
A. polytricha Ko’oloch (Tzeltal) Ruán-Soto 2005 Auricularia sp. Sak’re lo’ro =
lo’ro blanco Lacandones Lacanjá-
Chansayab, Chiapas
Ruán-Soto 2005
A. polytricha, A. delicata y A. fuscosuccinea
Lo’ro Choch e Yuyo lo’ro Wakax lo’ro = lor’ro de panza animal
Lacandones Lacanjá-Chansayab, Chiapas
Ruán-Soto 2005