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TALLER DE DANZA Y JUEGO CORPORAL CAPOEIRA, MACULELE Y DANZA
AFRO COMO ESCENARIO DE INTERVENCIN PSICOLGICA, CON NIOS QUE
SE ENCUENTRAN EN SITUACIN DE RIESGO PSICOSOCIAL.
ANDRS FELIPE ROJAS JIMNEZ.
Trabajo de grado para optar al ttulo de Psiclogo.
Direccin:
MARIA EUGENIA VILLALOBOS
Profesora titular del instituto de Psicologa
Directora de la lnea de investigacin Desarrollo y Simbolizacin.
UNIVERSIDAD DEL VALLE
INSTITUTO DE PSICOLOGIA
SANTIAGO DE CALI
2015
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CONTENIDO
1. Introduccin.
2. justificacin.
3. Marco conceptual
3.1 elementos conceptuales del CEIC.
3.1.1 El sujeto como ser de consciencia.
3.1.2 El sujeto como ser simblico.
3.1.3 Trabajo psicoteraputico en CEIC.
3.2 Psicologa y esttica: las artes temporales en las experiencias
tempranas como va de comprensin del desarrollo psicolgico.
3.3 Demarcacin del concepto de estesis.
3.4 Imagen del cuerpo y esquema corporal.
3.5 Capoeira, Macull, danza afro.
4. Problema.
5. Objetivos.
6. Aspectos Metodolgicos.
6.1 Acerca de la intervencin.
6.2 Tipo de investigacin.
6.3 Instrumentos de recoleccin de informacin.
6.4 Metodologa de anlisis.
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6.5 Categoras de anlisis.
6.6 Poblacin.
6.7 Actividades.
7. Aproximaciones comprensivas que se obtienen del anlisis del movimiento.
8. Descripcin de las actividades, registros y anlisis sesin tras sesin.
8.1. Taller#1 introduccin y promocin del taller de capoeira.
8.2 Taller #2- Origen y sentido de la capoeira.
8.3 Taller #4- Taller de danza afro.
8.4 Taller #5 Y 6- Experiencia de danza Macull.
8.5 Taller #7 Dinmica del juego de capoeira.
9. Conclusiones y discusiones.
10. Referencias.
11. Anexos.
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1. INTRODUCCIN
Al avanzar en el proceso de formacin en Psicologa, se emprende la tarea de
investigar en torno a la las artes del movimiento corporal como posibles recursos para
el trabajo clnico psicolgico con poblaciones de adolescentes y nios que por distintas
condiciones podran considerarse en riesgo. Tales pretensiones me dirigen por un
camino de indagacin terica en torno a la relacin subjetividad - vivido corporal, del
cual se podra reunir como sntesis comprensiva, que en el sujeto los procesos de
constitucin de la subjetividad estn estrechamente vinculados a la vivencia corporal
desde los primeros meses de vida; estos no pueden disociarse si pretendemos tener
una lectura aproximada de las formas como se ha organizado la persona en relacin
consigo mismo, con los otros y con el mundo.
El inters por indagar en torno a las artes del movimiento en la Psicologa, se remonta
desde que inicio la trayectoria como practicante y profesor de Capoeira, experiencia de
10 aos de trabajo que me permiti observar transformaciones significativas desde mi
experiencia personal y en las personas que emprendan el aprendizaje de este tipo de
juego de movimiento en los talleres que les ofreca. Capoeira es una prctica ritual de
juego de agilidad corporal que se realiza de forma grupal, en la cual dos practicantes
desarrollan libremente secuencias de movimiento para atacar y esquivar, desplazarse,
expresar con el cuerpo, engaar, pasar a una acrobacia; todos estos movimientos de
acuerdo a su funcin envuelven el juego en una dinmica constante de comunicacin
cuerpo a cuerpo, donde se ingresa a la sintona con el otro al compartir los ritmos y a
partir de ah se toma ventaja para desequilibrar, marcar una lnea de ataque, esquivar
rpidamente y toda la gama de posibilidades que emergen; mientras un grupo de
practicantes agrupados en un circulo marcan el ritmo con instrumentos musicales,
batiendo palmas y siguiendo cantos tradicionales. Habra algo de esta prctica que en
el escenario de aprendizaje en comunidad de prctica resultaba catrtico en el ritual
cargado de energa, expresin, poesa, msica y canto; como si descubrirse
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constantemente en el propio cuerpo de alguna manera consegua virar el semblante y
las actitudes hacia el encuentro con el otro.
Con este interrogante se emprende el proyecto de prctica profesional, pensado desde
una orientacin y dirigido a un grupo de Adolescentes con problemticas de adiccin al
consumo de sustancias psicoactivas e y que se han visto implicados en situaciones de
infraccin de la ley internos del programa Nueva Luz de la Fundacin Hogares Claret.
A lo largo de este proceso se tuvo la oportunidad de ir descubriendo la forma de dirigir
los talleres, de tal manera que pude reconocer los aspectos del escenario en torno al
taller de Capoeira donde podra poner la mirada, y de esta manera, ir depurando
aspectos del ofrecimiento a fin de organizar un espacio que resultara significativo en el
trabajo teraputico de los adolescentes.
El inters de trabajar con poblaciones de nios y adolescentes en riesgo surge en los
primeros aos de formacin acadmica al escuchar en los cursos de desarrollo las
experiencias de trabajo del CEIC1 y del grupo de investigacin de desarrollo y
simbolizacin de la lnea Clnica del instituto de psicologa de la Universidad del Valle.
Estos grupos de profesionales consiguen construir diferentes escenarios de
intervencin psicoteraputica con nios y jvenes fuertemente perturbados, perfilando
una clnica psicolgica que toma recursos culturales como los cuentos, el juego
espontneo y simblico, las creaciones artsticas, la potica, el aprendizaje de un saber
y todo aquello que resulte significativo en la vida del sujeto para intervenir. Desde la
lnea de investigacin se perfila una clnica psicolgica que crea y recrea
constantemente desde la cotidianidad una gama de posibilidades para establecer un
encuentro con el sujeto. Se concibe que el ser humano a partir de sus recursos de
consciencia de s, la cognicin y su condicin de estesis como apertura sensible a la
vida se constituye como sujeto simblico, condicin que lo inscribe en el orden de la
cultura.
1 El Centro Internacional de Investigacin Clnico Psicolgica Mara Eugenia Colmenares, CEIC, es una asociacin
de psiclogos, creada en Cali en 1984, que ofrece psicoterapia a nios que presentan trastornos graves del desarrollo, en particular autismo. Este trabajo clnico ha permitido a CEIC desarrollar un sistema conceptual propio sobre los modos de organizacin psicolgica del ser humano, cmo stos se construyen y desarrollan, al igual que construir un modelo de evaluacin y de atencin psicolgica original. Tomado de Balegno y delgado (2009).
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En el presente trabajo de grado pretendo darle continuidad a dicha empresa
investigativa en torno a al movimiento corporal; partiendo del supuesto que de la
observacin y anlisis de las formas como el nio desenvuelve su movimiento en el
escenario de danza y juego de corporal de la Capoeira se pueden obtener elementos
que contribuyan al tejido comprensivo de su organizacin psicolgica. Dicha tarea trae
la exigencia de encaminar un tipo de anlisis de los elementos de la vitalidad del
movimiento corporal, a partir del cual se pueda develar las formas como se han
constituido los recursos psicolgicos de referencia de consciencia de s, estesis y
simbolizacin y las posibilidades de transformacin de los mismos en el transcurrir de
estas experiencias. La propuesta se inscribe en el proyecto de investigacin El juego
simblico como propuesta de actividad ldica con nios en riesgo psicosocial
desarrollado por la Lnea Desarrollo y Simbolizacin del Grupo de Investigacin
Clnica en Psicologa, Neuropsicologa y Neuropsiquiatra de la Universidad del Valle,
el cual es est dirigido a nios en situacin de riesgo que son acogidos por el proyecto
DUO de la Fundacin Monseor Isaas Duarte Cansino.
2. JUSTIFICACIN
En nuestro pas podemos ver un grave deterioro en diversas parcelas de la vida, en los
entornos familiares, en los barrios, poblaciones rurales, en las instituciones educativas,
en los escenarios polticos, en las formas como se dirime la justicia, en el deterioro de
los ecosistemas, etc. Todo esto ligado a la decadencia de valores culturales que
orienten la bsqueda de preservacin de la dignidad, de la vida y el bienestar propio,
del otro y de la comunidad que nos acoge.
En la prctica profesional se tiene la oportunidad de trabajar con grupos de
adolescentes afectados por el consumo de sustancias psicoactivas y que han incurrido
en delitos, razn por la cual deciden internarse o son enviados por sus familias o por un
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juez, como alternativa para afrontar estas problemticas. De este encuentro con los
jvenes se identifica que sus experiencias de vida han sido marcadas por graves
rupturas en las estructuras familiares donde padres y madres confundidos en la
ambivalencia del autoritarismo y la permisividad o peor an dejndolos en abandono,
no consiguen colocarse en sus lugares como referentes de autoridad, orientacin y de
proteccin para sus hijos.
Al asumir el trabajo como practicante de psicologa con los adolescentes me encuentro
con la necesidad de hacerme a recursos que me permitan fortalecer el ofrecimiento de
atencin psicolgica que hasta ese momento se haba podido brindar. Del impacto y la
riqueza de oportunidades que se visualizan tras el desarrollo del taller de Capoeira con
este grupo, se puede pensar en articular propuestas que involucren a nios y
adolescentes en el tejido social, tomando como motor la energa cultural que se
moviliza a travs de diversas formas de produccin artstica que envuelvan al cuerpo
en todas sus posibilidades de movimiento. De La experiencia de trabajo del CEIC
obtengo como enseanza que la prctica clnica psicolgica no se puede quedar en
una relacin centrada en la palabra, y que es preciso crear los escenarios clnicos
valindonos de recursos simblicos del tejido de la cultura. En estos espacios los nios
podrn participar en actividades atractivas, ricas en significado, vivificadoras, donde la
sensibilidad al movimiento, al ritmo y a las historias de sus ancestros podr servir como
escenario para armar un encuentro.
Con el desarrollo de este trabajo se espera avanzar en la comprensin de las
experiencias de movimiento corporal tratando de organizar la orientacin del anlisis
del movimiento, partiendo de la descripcin y comprensin de la totalidad del
movimiento en el escenario de juego, a partir del cual se espera ir trayendo indicadores
clnicos que apunten a una comprensin de las formas como se han organizado los
recursos psicolgicos. De esta manera, se podra fortalecer el ofrecimiento en los
escenarios de movimiento corporal en la medida en que se refine la mirada de la
observacin y a partir de la comprensin de la impronta psicolgica del moverse con el
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otro, se puedan pensar formas de intervenir con el fin de propiciar movilizaciones en el
encuentro con el nio.
Por ltimo, del anlisis del movimiento y los resultados que se obtengan de su valor
clnico en el trabajo de intervencin, se espera traer elementos para pensar las
discusiones en torno al cuerpo que en la actualidad se colocan como paradigma
prometedor en la psicologa. De la riqueza del juego simblico como escenario de
intervencin se podrn aportar elementos comprensivos en torno a la prctica
psicoteraputica, adems, como proceso de formacin profesional, volver sobre la
conceptualizacin en torno a la concepcin de sujeto y de los recursos psicolgicos que
sustentan su constitucin subjetiva.
3. MARCO CONCEPTUAL
Pensar en el juego de Capoeira como recurso para el trabajo psicolgico con esta
poblacin, implica de entrada abordar la pregunta por el cuerpo y su relacin con la
subjetividad; al iniciar esta bsqueda la fenomenologa brinda elementos para ir
tejiendo una comprensin de la relacin mente cuerpo divergente de la propuesta
filosfica cartesiana, para dar un salto hacia la integracin del sujeto como unidad
donde mente y cuerpo coexisten de manera simbitica: uno es producto y a su vez
sustenta el funcionamiento del otro2. Ponty (1945, p. 95) desde la Filosofa nos brinda
un marco que podra guiar el desarrollo de esta idea:
el organismo y sus dialcticas montonas no son extraos a la historia e
inasimilables para ella. El hombre, concretamente tomado, no es un
psiquismo unido a un organismo, sino este vaivn de la existencia que en
2La capacidad recursiva (reflexiva) de la mente expuesta por Perinat (1995), podra servir para comprender este ir y
venir constante de un lugar a otro (de lo psquico a lo corpreo) donde las barreras entre uno y otro se hacen invisibles.
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un momento se deja corporizar y en otro va hacia actos personales. Los
motivos psicolgicos y las ocasiones corporales pueden entrelazarse,
porque no hay un solo movimiento en un cuerpo vivo que sea un azar
absoluto con relacin a las intenciones psquicas, ni un solo acto psquico
que no encuentre cuando menos su germen o su trazado general en las
disposiciones fisiolgicas. No se trata nunca del encuentro
incomprensible de dos causalidades, ni de una colisin entre el orden de
las causas y el orden de los fines; sino que, en un revolverse insensible,
un proceso orgnico desemboca en un comportamiento humano, un acto
instintivo vira y se hace sentimiento, inversamente, un acto humano cae
en sueo y prosigue distradamente como reflejo. Entre lo psquico y lo
fisiolgico pueden darse relaciones de intercambio que impiden casi
siempre definir un trastorno mental como psquico o como somtico.
El autor sugiere que es imposible disociar lo fisiolgico de lo psicolgico. El cuerpo
entonces se puede entender como lugar donde emerge y se organiza la vitalidad; este
no es tan solo un organismo dispuesto a morir lentamente, en el convergen
experiencias sensoriales y subjetivas en unsono, en la experiencia de mundo que
envuelve al sujeto. El cuerpo en movimiento, lleva consigo la impronta de nuestra
subjetividad en el mundo es preciso, o bien renunciar a la explicacin fisiolgica, o
admitir que es total o negar la conciencia o admitir que es total, no se pueden referir
ciertos movimientos a la mecnica corporal y otros a la conciencia, el cuerpo y la
conciencia no se limitan uno a la otra, no pueden ser sino paralelos (Ponty, 1945,
p.134).
Francisco Varela con base a su experiencia de investigacin en neurociencias y
ciencias cognitivas plantea que Uno de los ms importante avances en la ciencia en
los ltimos aos es la conviccin de que no podemos tener nada que se asemeje a una
mente o a una capacidad mental sin que est totalmente encarnada o inscrita
corporalmente, envuelta en el mundo. Surge como una evidencia inmediata,
inextricablemente ligada a un cuerpo que es activo, que se mueve y que interacta con
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el mundo (Varela, 2000, p. 2). Su propuesta es contingente al rebatir la metfora
computacional que comprende la mente humana como un software y el cuerpo como
un hardware. En otras palabras, el organismo como una red de elementos totalmente
co-determinados determina que nuestra mente, sea, literalmente, inseparable, no slo
del ambiente externo, sino tambin de aquello que Claude Bernard denomin el milieu
intrieur, el hecho de que no slo estamos dotados de un cerebro sino de todo un
cuerpo(Varela, 2000, p. 4).
Sin haber profundizado en la postura fenomenolgica y de las ciencias cognitivas, sus
ideas servirn de base para ir construyendo un tejido comprensivo en torno al lugar del
cuerpo en el trabajo clnico-psicolgico. Al pensar esta propuesta como un trabajo de
investigacin Clnica en psicologa se toma como referente esencial los trabajos del
CEIC. Es Villalobos quien siguiendo y ampliando desde su experiencia clnica las
elaboraciones conceptuales de Mara Eugenia Colmenares, nos brinda una mirada
esencial del desarrollo del ser humano, el cual emerge de una organizacin
biopsicolgica heredada para ir constituyendo un polo psicolgico como sujeto de
simbolizacin. En estas construcciones tendr un lugar fundamental la cognicin, la
tica, la estesis, la esttica y en especial la consciencia como vector que orienta el
desarrollo. De esta conceptualizacin del sujeto emerge una prctica psicoteraputica
de la cual se toman los elementos centrales para dirigir esta propuesta.
El contexto de intervencin pensado en esta propuesta toma como instrumento el juego
simblico (dramatizado) y la musicalidad corporal del juego y danza del Capoeira,
macull y danza afro. En este contexto, la experiencia implica ritmos que se
comparten con los otros o con el otro con quien se juega o se danza, por tanto, implica
una musicalidad la cual est marcada por la msica de los instrumentos, las palmas y
los cantos que le acompaan. La prctica en su totalidad como experiencia de
movimiento y musicalidad corporal est atravesada por una esttica que se anuda en la
sensibilidad al compartir el movimiento con otro.
En esta lnea de ideas, tratar de comprender las implicaciones psicolgicas de la
experiencia de movimiento en el escenario de danza y juego corporal como instrumento
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en el trabajo clnico psicolgico, me lleva al trabajo de Silvia Espaol y su equipo,
quienes se han apoyado en las investigaciones en msica, psicologa de la msica, la
danza y la esttica para tratar de darle una mirada al desarrollo Psicolgico del nio
desde el primer semestre de vida. Sus estudios ponen la mirada en situaciones de
dialogo corporal entre adulto y bebe tomando como instrumento de anlisis las artes
temporales de la danza y la msica, como va de comprensin de conquistas
esenciales en los procesos de constitucin subjetiva e intersubjetiva, como esbozos de
las futuras posibilidades de ingresar al juego simblico y al lenguaje.
Se traen algunos elementos del trabajo de psicoanalistas como Sanglade (1983), y de
la experiencia de Franois Dolto quienes han documentado del trabajo clnico lo que el
nio simboliza a travs de su cuerpo en tanto comprensin de sus angustias y sus
conflictos.
3.1 ELEMENTOS CONCEPTUALES DEL CEIC.
En este primer apartado, se toman los referentes conceptuales y aportes a la psicologa
realizados por el Centro internacional de Investigaciones Clnico Psicolgicas CEIC y el
grupo de investigacin en desarrollo y simbolizacin del instituto de Psicologa de la
Universidad del Valle. Las producciones de estas dos instituciones sirven de referentes
aportando una concepcin de sujeto psicolgico como ser de consciencia, la
comprensin del ser humano como ser simblico y la prctica clnico-psicoteraputica
que subyace a estas concepciones.
Estos referentes conceptuales animan las bsquedas a lo largo de la formacin, y
nutren la apuesta de trabajo psicolgico ofrecido en la prctica profesional. Por qu
tomar esta propuesta como referente? Son varias las razones: en primer lugar, la forma
como esta escuela ha construido una concepcin de sujeto no es excluyente a los
aportes de otros trabajos realizados por otras disciplinas u orientaciones en psicologa.
Por otro lado se encuentra la riqueza del trabajo de intervencin e investigacin en
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problemticas de abandono, violencia, maltrato, infraccin de la ley y dems
situaciones que colocan en riesgo el desarrollo de ni@s y jvenes del pas; esto en
sintona con los intereses de trabajo que han guiado mi formacin profesional. Por
ltimo, la forma creativa y verstil como construyen los escenarios clnicos que invita a
la psicologa a escurrirse de sus escritorios y contemplar la riqueza de la vida humana,
y as pensar diversas formas de propiciar encuentros significativos con el sujeto.
3.1.1 El sujeto como ser de consciencia
Entender al ser humano como sujeto de consciencia est en los cimientos
conceptuales elaborados en CEIC, ya que desde esta postura se da el matiz a la
comprensin de la organizacin del sujeto psicolgico, de la comprensin de distintas
psicopatologas y del sentido que tienen las intervenciones. Villalobos (sin fecha, p.1)
trae una explicacin sobre la consciencia hecha por Mara Eugenia Colmenares:
La observacin de los bebes desde su vida en tero y sus modos de
comportarse ante las diferentes situaciones nos permite pensar que en el
ser humano, la fuente de su cognicin es la consciencia, esta le permite
reconocer en el organismo cuando se produce un desequilibrio y
movilizarse en la bsqueda del equilibrio, es la que le permite reconocer
que debe mantenerlo para poder sobrevivir, pues de lo contrario muere.
Ese organismo establece el funcionamiento en funcin del equilibrio, pero
debe saber cul es el equilibrio, y es all donde se arma el conocimiento,
all se da significacin a la experiencia y se constituyen los comienzos de
la tica pues se liga a valores de referencia biolgica de supervivencia,
sobrevivencia (conservar la vida) -: referida en base al bienestar
malestar, se constituye un querer vivir. Esta base primaria preserva al
individuo y su identidad, dirige los valores de la vida y son ellos los que
fundan las sociedades.
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Hay un programa gentico que dirige la vida, pero la organizacin
humana se dirige porque en esta organizacin hay una ruptura con el pre-
programa vital, la condicin humana ofrece una posibilidad de
organizacin, es decir que se conduce por un auto programa, la vida aqu
tiene una respuesta nueva, y se estructura de manera diferente. No nace
de la biologa es una constitucin nueva. Es decir, el hombre por su
funcionamiento es un organismo psicolgico, con estructuras no
materiales que le permiten dirigir el funcionamiento biolgico (Colmenares
2006)
En CEIC a partir de sus investigaciones y experiencia clnica se postula que la
consciencia la cual es producto de la inteligencia vital- le permite al bebe construir
significaciones de sentido desde las experiencias intrauterinas, a partir de las cuales se
reconoce a s mismo gracias a su organizacin sensorial biopsiocologica. Desde esta
postura, se comienza a reconocer el lugar que tiene el cuerpo en tanto organizacin
biolgica: Neuro-sensorial y perceptiva, que le permite al bebe tener los primeros
esbozos de sentido en relacin con los cambios que provienen de su interior y del
exterior. Es en La corporalidad en tanto organizacin biopsicolgica del bebe, donde
se constituyen los primeros esbozos de una consciencia. Gracias a estos recursos de
origen filogentico l bebe paulatinamente ir construyendo relaciones de sentido
hacia su constitucin como ser simblico.
En palabras de Villalobos (sin fecha, p.5) la organizacin de la actividad espontanea
que el neonato desarrolla no puede comprenderse como producto de acciones reflejas,
sino, como actividad de sentido en funcin de su experiencia relativa a valores de
bienestar- malestar. Este hecho lo corroboran los perfiles comportamentales propios a
cada beb, que se han podido identificar desde la vida intrauterina, lo que muestra que
es el beb mismo quien da sentido a la experiencia. l es agente de s y quien dirige la
bsqueda, reconoce, aprende, significa, y diferencia, con lo cual progresivamente
subordina los procesos de adaptacin biofisiolgica a procesos psicolgicos, pues no
establece sus acciones indiscriminadamente sino que sus actos los realiza en funcin
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de aquello que reconoce le ofrece satisfaccin a su sensacin, son esas experiencias
las que le facilitan una consciencia de significados y una consciencia de s y de actuar.
Es la consciencia la que le permite reconocerse en su condicin humana y constituirse
como sujeto a partir de sus propios procesos de diferenciacin individuacin.
En estas organizaciones que se despliegan al inicio de la vida, la cognicin jugara un
papel estructurante ligada a la consciencia. La cognicin se entiende como el modo
personal desde donde el sujeto agencia, da sentido y organiza su experiencia con el
mundo, en relacin con su inteligencia y su consciencia, situndose como referente de
sus acciones y de sus relaciones con lo externo. El entramado entre consciencia y
cognicin desde los inicios de la actividad del nio es mediado por la capacidad que
posee ste de significar su experiencia. (Villalobos & Arango, 2010, p. 156).
Se entiende que es el sujeto quien a partir de sus recursos psicolgicos que le
permiten significar su experiencia- organiza un s mismo diferenciado que no estara
determinado por las estructuras de significacin que constituyen el entramado de su
cultura. Si bien el bebe viene al mundo a formar parte de un partido que ya se ha
jugado desde antes de su nacimiento (la cultura misma) lo psicolgico en cada ser
humano no nace por la significacin que otro da, sino por el sentido que cada uno
organiza de esa experiencia de relacin con otro. Podemos decir que el beb organiza
lo psicolgico en funcin de lo que pasa en l como sujeto su sentir, su experiencia
y en relacin con lo que el otro, su semejante, siente, experimenta, significa y le
refleja.(Villalobos, 2001, p.184).
Desde su organizacin biopsicolgica la consciencia corporal en tanto esquemas
sensorio-motores y senso-perceptivos le permiten al bebe significar las experiencias
dentro del vientre. Esto significa que el beb organiza conductas distintas, acordes a
cada una de las sensaciones que le llegan: la voz de la madre, su movimiento, un
masaje en el vientre, el sueo; estas primeras totalidades de conducta surgen en el
beb, de manera similar, cuando la experiencia se repite, dando cuenta de una
memoria primigenia sensorial que va quedando impregnada en su cuerpo y le permitir
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construir un funcionamiento adaptativo con formas de bsqueda orientadas, que
sobrepasan la satisfaccin de la necesidad fisiolgica(Villalobos, 2006, p 62). Luego
contina Villalobos ampliando la comprensin de lo que sucede a nivel corporal en este
proceso de organizacin psicolgica, Es decir que al finalizar la vida intrauterina, como
lo ha expresado Colmenares (2001), el beb est en posesin de una memoria viva de
su cuerpo, ha construido una organizacin de sentido de s mismo, un cuerpo
significado a partir de la experiencia de s.(Villalobos, 2006, p. 62).
En esta lnea de ideas, se puede comprender un cuerpo vivido por el beb donde
transcurren las primeras experiencias que le permitirn ir organizando y reorganizando
un conocimiento de si mismo en su vivido, en relacin con el otro y con el mundo. Estas
comprensiones comienzan a dar luz al lugar que tiene lo corporal en el desarrollo del
nio, al ser el mediador entre las primeras experiencias de reconocimiento desde lo
biopsicolgico hasta las organizaciones paulatinas que le permitirn constituirse como
ser psicolgico. Un cuerpo como referente de sus estados y en cual se referencia la
bsqueda de bienestar, el inicio de una tica vital. El cuerpo se organiza en la totalidad
de la experiencia; el cerebro y la vida psquica no estn separados, hacen parte de la
unidad del ser humano lo corporal hace parte de la totalidad vivida, no slo se
desarrolla con el funcionamiento; las coordinaciones motoras son actividades de
sentido y se organizan en la medida en que el nio va comprendiendo su realidad
exterior, la objetiva, establece relaciones y acta con una intencionalidad ldica.
Villalobos (2001, P.203-204).
3.1.2 EL sujeto como ser simblico.
Para emprender la difcil tarea de demarcar lo simblico, se toman elementos que se
vienen relacionando de los aportes hechos en psicologa del desarrollo por CEIC y
comprensiones que se traen de la psicologa cognitiva.
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Para Villalobos (sin fecha, p. 2) el ser humano se constituye como sujeto simblico, es
decir toma consciencia de su posicin de sujeto, se hace referente de si, puede pensar
las relaciones, generar hiptesis, anticipar, construir y utilizar herramientas para
resolver problemas, utilizar sus conocimientos con formas metafricas y analgicas
como instrumentos del pensamiento, de esa manera atraviesa las fronteras del
espacio-tiempo y de las diferentes reas de conocimiento. Constituirnos como sujetos
de simbolizacin es la condicin que nos hace humanos y diferentes del
funcionamiento animal, con todas las conquistas que la humanidad ha alcanzado a
partir de su constitucin, tendr un lugar importante en la comprensin de la
organizacin psicolgica del sujeto. Villalobos (2009, p. 275) dice que La
Simbolizacin se puede ver como una construccin unificada de las vivencias, sentidos
y significaciones del sujeto constituida al unsono por la consciencia (Colmenares,
2001), la cognicin y la tica en sus principios axiolgicos (valores de vida como el
respeto, la responsabilidad y la esttica).
En el itinerario de constitucin de la simbolizacin, un esbozo de tal capacidad se
puede observar cuando el nio a travs de gestos logra dar cuenta de un objeto que se
encuentra ausente (Moro y Rodrguez, 2002, 1998; Rodrguez 2006). Los autores
reconocen que desde muy temprano el bebe va organizando ritmos en los
ofrecimientos regulares de los adultos y en especial en los contextos de interaccin que
se han denominado protoconversaciones; el nio reconoce cuando es su momento de
intervenir (con balbuceos) y se detiene a escuchar el habla del adulto con quien
interacta. Al inicio dirige su mirada hacia donde est mirando el adulto, luego
comienza a utiliza recursos semiticos pre lingsticos para obtener su atencin para
mostrar, pedir o preguntar por los objetos presentes (protoimperativos,
protodeclarativos, protointerrogativos). La entrada en el smbolo, representa un jaln en
el desarrollo del nio, ya que en sus operaciones mentales habr niveles ms
avanzados de funcionamiento; retomando elementos del aporte de Perinat (1995, p.
203), poder operar con smbolos hace que su pensamiento sea cada vez ms dinmico
y creciente.
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Estas conquistas dan cuenta de cmo el nio va avanzando en sus construcciones y en
la agencia de s mismo en relacin con los otros y con el mundo. Comienza a
categorizar el mundo y es el adulto quien le asiste a los interrogantes en torno a los
nuevos objetos y los diferentes contextos en donde tienen un uso. El adulto acompaa
al nio en el descubrimiento y significacin del tejido simblico cultural, es quien lo
hace partcipe de los rituales, le acompaa en los juegos, y dems actividades que lo
envuelven en el tejido relacional con las personas y los objetos.
Perinat (1995, p. 202), apunta que estas conquistas son posibles cuando el nio puede
colocarse como observador al despertar su capacidad de hacer *reflexiones y bucles
recursivos, esto desemboca en trazar marcos lo que le permite incursionar en el juego
y en el smbolo. En este momento del desarrollo el juego tiene un lugar fundamental
en la vida psicolgica del infante. cuando el nio no logra constituirse como jugador y
creador del juego sujeto simblico, evidencia una gran pobreza intuitiva y no puede
ser sensible al mundo. Su universo mental queda rgido, desprovisto de matices, sin
flexibilidad y fluidez, encapsulado en formas repetitivas del pensamiento, sin
elaboraciones propias; sus modos de actuar se instalan escuetamente como un mtodo
que sigue instrucciones, sin la lgica de sentido del creador (Villalobos, 2009, p.273).
En CEIC el juego es un recurso de una riqueza inagotable en el trabajo
psicoteraputico con nios, ya que al jugar, el jugador actualiza las significaciones
conferidas a su mundo familiar, social, cultural y se otorga el derecho de re-elaborar
sus luchas afectivas. Esto significa que re-descubre sus sentimientos para
comprenderlos, los diferencia de sus emociones y explora modos de liberarse de los
apegos parentales que lo invaden y encadenan (Villalobos, 2009, p. 270). Al jugar el
sujeto se manifiesta los sentidos que ha organizado en su vivido, La dinmica del
juego favorece la expresin de significaciones de un vivido subjetivo e ntimo ubicado
en un mundo externo, lo que propicia una nueva representacin de s y de su lugar
relacional (Villalobos, 2009b, p. 20).
Las experiencias de vida tempranas como corroboran las experiencias de trabajo con
nios bajo proteccin, dan cuenta cmo se organiza y estructura el nio en entornos
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poco favorecedores para sus construcciones simblicas: estos nios no logran
establecer un reconocimiento, no han constituido una conciencia de s, solo estn sus
acciones, son nios muy reactivos, maltratantes de objetos (Villalobos en clase). Tras
las ausencias, falta de solidez y consistencia, y la sensacin de dolor o malestar que
dej como huella la relacin fracturada con ese otro, el nio no consigue situarse en un
sentido solido de s. Algo en la experiencia con el otro fall, de ah que no consiga
estar seguro de s mismo y sus experiencias de vaco le hagan buscar constantemente
algo que los compense (Villalobos en asesora).
3.1.3 Trabajo psicoteraputico en CEIC.
A partir de las propuestas de intervencin que se desarrollan en CEIC hemos podido
constatar la forma verstil e idnea como se pueden construir los contextos de trabajo
psicoteraputico. En estos contextos el clnico de forma sutil consigue colocarse como
instrumento de apoyo en el desarrollo psicolgico del sujeto y ayudarle en las
reorganizaciones necesarias para afrontar sus realidades, tomar consciencia de s y
reorganizar sus recursos psicolgicos. Estas movilizaciones en el sujeto son posibles
gracias a la consciencia, la estesis, la cognicin y la capacidad de simbolizacin que se
conquista a partir de ellas. En esto es enftico el equipo clnico de CEIC Procesos
como la consciencia, la cognicin, la tica y la simbolizacin que se identifican como
recursos psicolgicos fundamentales, estn tambin presentes en el desarrollo de un
proceso resiliente (Villalobos & Arango, 2010, p. 156).
El lugar del trabajo psicoteraputico que se perfila en esta propuesta, busca propiciar
un reencuentro del nio con su cuerpo como totalidad, en tanto experiencia subjetiva
vivida con un otro quien lo acompaa en su desarrollo. La danza y el juego corporal,
como espacio de juego y ritual de encuentro con el otro, trae consigo la posibilidad de
tejer una relacin con el ni@ o adolescente donde podrn participar de una
experiencia donde ellos mismos podrn ser agentes en tanto puedan sumergirse en el
19
escenario de movimiento con un otro. Es el mismo sujeto psicolgico quien deja ver
algo de s al recibir los ofrecimientos del trabajo psicoteraputico, al tomar el
movimiento corporal como instrumento, se podr develar el sentido que ha construido
de s mismo, de la relacin con los otros y con el mundo en el que se desenvuelve.
El contexto de intervencin sirve como mediador de sentidos, ah el sujeto acta y
significa lo vivido de acuerdo a la forma como se ha organizado. El psicoterapeuta
como representante de la cultura hace posible a travs de cada situacin una relacin
con el sujeto, y es en esta relacin, como interlocutor, que podr propiciar algo:
CEIC ofrece la atencin clnica creando un sistema relacional y contextual
complejo que combina talleres psicoteraputicos estructurados por los
psicoterapeutas, con sesiones de actividad espontnea organizada por los
nios, en un ir y venir entre el trabajo individualizado y el trabajo en
grupoCualquiera que sea el Taller, siempre ste ser un instrumento con
el mismo objetivo: que el nio se construya como sujeto psicolgico
asumiendo su responsabilidad frente a s mismo y asumiendo su capacidad
de situarse en la realizacin de una tarea (Delgado & Balegno, 2009, p.
132).
Este grupo de investigadores en uno de sus trabajos, utiliz como instrumento el
psicodrama del cuento de Hansel y Gretel con nios en condicin de adoptabilidad o
bajo proteccin en instituciones de la ciudad de Cali. En este trabajo, invitan al nio a
participar de toda una experiencia simblica que involucr el enfrentar situaciones con
elementos problemticos, frente a los cuales fue necesario resignificar su experiencia,
Uno de los objetivos de esta investigacin era comprender los procesos de
consciencia y cognicin que subyacan a los modos de relacin que los nios
establecan consigo mismo, con los otros, con los objetos, con el espacio y con la
propuesta de intervencin (Villalobos & Arango, 2010, p.153). Las investigadoras
indican que se utiliz la re-creacin psicodramtica (situacin ficcional) como un
20
contexto favorable para la construccin de recursos resilientes que pusieron en accin
elementos de consciencia, cognicin y tica (Villalobos & Arango, 2010, p. 154).
En esta propuesta, las psicoterapeutas encontraron que los nios pudieron tomar
consciencia acerca del sentido de la experiencia; ellos fueron quienes descubrieron los
valores ofrecidos en la propuesta psicodramtica. Esta experiencia de trabajo deja
entrevisto el valor y la riqueza que trae para el trabajo psicolgico pensar en contextos
que favorezcan la comprensin de la organizacin psicolgica del sujeto y as mismo ir
posibilitando movilizaciones tras cada intervencin.
El proceso teraputico llevado a cabo con los nios y nias favoreci
su vinculacin con referentes que les permitieron re-encuentros
estables. Se busc que ellos anudaran en sus experiencias de vida la
confianza en otro y en ellos mismos. As mismo, se moviliz en los
nios la construccin de una consciencia de s, que les permiti
descubrir el sentido del respeto de s mismos y de las relaciones con
los otros; ello propici el descubrimiento del sentido de la
responsabilidad y de la esttica, transitando, durante el tiempo de la
propuesta, desde la no pertenencia, desde ser nadie o connotados por
el sentido tergiversado de nio abandonado hacia el encuentro con
valores psicolgicos de existencia, liberndose de las ataduras de la
desconfianza (Villalobos, 2009b, p.21).
Una vez integrada la concepcin del sujeto psicolgico como ser simblico; un sujeto
que se toma como referente de s y que es capaz de verse a s mismo de forma
reflexiva en sus acciones y formas de significar el mundo y las situaciones que lo
envuelven, es posible avanzar y comprender como los contextos creados por el
psicoterapeuta podrn servir para comprender al sujeto que interacta con l y
participa de una actividad especfica. El contexto que se piensa ofrecer, en tanto
prctica cultural de juego y ritual, integra elementos de la corporalidad y la msica que
21
tendrn un lugar central en esta propuesta de trabajo clnico, por tanto, ser necesario
hacerse a un marco conceptual que permita vislumbrar la riqueza de estos recursos.
Por tal razn resulta pertinente y de gran riqueza el aporte del trabajo de Espaol y el
grupo de investigadores que han inspirado sus ideas; en su propuesta, las artes del
tiempo: la danza y la msica, son las herramientas a partir de la cual se puede
comprender la organizacin de la corporalidad en el encuentro con el otro; una va
para pensar una intersubjetividad que emerge de una corporalidad en movimiento
desde los primeros aos de vida hasta la conquista del lenguaje y que permanece a lo
largo de la vida.
3.2 Psicologa y Esttica: Las artes temporales en las experiencias tempranas
como va de comprensin del desarrollo psicolgico.
La psicloga Argentina Silvia Espaol se ha propuesto avanzar en la comprensin del
desarrollo psicolgico colocando su mirada en la musicalidad, en el movimiento y la
temporalidad de las interacciones tempranas entre adulto y bebe. A partir de su
propuesta se puede vislumbrar la forma como los sonidos y el movimiento en la
dialogicidad de la relacin madre-bebe se van organizando paulatinamente en torno a
formas de interaccin que le permiten al nio significar su encuentro con los adultos,
abrindose espacio en su universo relacional hacia formas cambiantes de
intersubjetividad.
Espaol se propone indagar en torno a las experiencias tempranas del bebe que
anteceden a la adquisicin del lenguaje. Con respecto a estos primeros meses del
desarrollo sugiere que las experiencias musicales estn en el origen de diversas
formas de estar con el otro. La autora sostiene siguiendo las ideas de Trevarthen, de
Dissanayake y de Stern, que la gnesis de los modos de estar con los otros est ms
cerca de la percepcin del tiempo que de la formacin de conceptos. Y como del
tiempo del sonido y del tiempo del movimiento estn hechas las artes de la msica y de
22
la danza, me servir de ellas para proponer una forma de abordaje de las interacciones
tempranas entre el adulto y el beb (Espaol, 2008, p.2).
En su propuesta se concibe a un bebe que en su corporalidad cuenta con recursos
sensibles a los ofrecimientos del adulto, y formas de exteriorizar sus estados internos a
partir de movimientos y sonidos de tal manera que puede establecer un encuentro
especial con el otro que se transforma y a su vez perdura a lo largo de su vida. En sus
palabras lo expone de la siguiente forma: que experiencias sensorio-motoras,
corporales, no verbales, temporales, traman desde el nacimiento modos sensibles de
estar con los otros que no se pierden, ni siquiera cuando adquirimos el lenguaje. Que
esas experiencias, las ms tempranas, estn favorecidas por el diseo de especie a la
par que baadas de cultura. Y que son ms cercanas a la msica y a la danza que al
lenguaje (Espaol, 2008, p. 2).
Uno de los puntos principales de su propuesta, es que el beb no solo recibe estmulos
de la voz de los padres, - siguiendo a Disnayake (2001)- indica que tales ofrecimientos
de la madre se asemejan a un performance multimedia donde convergen estmulos
visuales, auditivos, tctiles y kinestsicos que se organizan dinmica, rtmica y
transmodalmente (Espaol, 2006, p.12). Estos ofrecimientos son vividos de forma
contingente a las respuesta del bebe quien responde con movimientos sonrisas y
expresiones faciales que invitan a los padres a continuar con la interaccin entrando en
lo que se denomina reacciones circulares sociales (Espaol, 2006, p. 12).
Los intercambios del beb con el adulto estn marcados por la temporalidad; en lo que
se ha denominado protoconversaciones se puede ver como en estos intercambios de
sentidos hay una alternancia de turnos entre ambos. En esta lnea de ideas, siguiendo
a Stern (2000) apunta que desde pequeos los bebes pueden identificar rasgos
temporales como la duracin, los intervalos temporales, los ritmos simples de la
estimulacin que reciben as como a sus contornos temporales, es decir, los cambios
en el tiempo de la intensidad de la sensacin (Espaol, 2006, p. 13).
Una forma de temporalidad caracterstica en la interaccin madre- bebe que destaca la
autora es la forma repeticin-variacin, que consiste en la repeticin de diferentes
23
estmulos con diferentes variaciones de intensidad, ritmo, duracin; Repiten frases,
movimientos, sonidos, expresiones faciales exagerando sus contornos meldicos, su
amplitud, duracin y las pausas entre ellos, pero no siempre de manera idntica sino
realizando variaciones en la intensidad, el ritmo, el tono de forma tal que la
estimulacin es, al mismo tiempo, conocida pero nueva (Espaol, 2006, p. 13).
Otra de los elementos de su propuesta es la transmodalidad como rasgo temporal en
los intercambios bebe-adulto; esta consiste en el trnsito de informacin de una
modalidad sensorial a otra y poder establecer equivalencias entre estas, como por
ejemplo, vivenciar el sonido en la corporalidad, estableciendo equivalencias entre los
estmulos auditivos y el ritmo del movimiento corporal. Los bebs pueden establecer
equivalencias transmodales de rasgos muy globales de forma, de tiempo y de
intensidad de las estimulaciones que reciben provenientes de diversas modalidades
sensoriales (Stern, 1985 y 2000) (Espaol, 2008, p. 12).
Un elemento central dentro del trabajo de espaol, es el desarrollo conceptual de los
sentimientos temporales, que en esta propuesta va a ofrecernos la posibilidad de
integrar una subjetividad encarnada en el movimiento corporal y una intersubjetividad
que le subyace; a partir de estos elementos que entraman el encuentro corporal con el
otro se podr tener una mirada comprensiva de los modos de sentir y de relacionarse
de los nios. En los primeros meses de vida entre madre y bebe se hace posible una
intersubjetividad primaria en la cual se despliegan modos de sentir temporales
(Espaol, 2006, p. 15). Las experiencias de intersubjetividad primaria son un modo de
contacto que no tiene la sofisticacin del pensamiento ni est mediada por conceptos.
Se trata slo de percepcin y accin, y de accin en el sentido bsico de realizacin de
movimientos y contacto de miradas (Espaol, 2008, p. 6).
Los sentimientos temporales o afectos de la vitalidad son, de acuerdo
con Stern (1985/1991, 2000), perfiles de activacin en el tiempo. Cambios
pautados de la intensidad de la sensacin y del tono hednico en el
tiempo que inciden constantemente en el organismo ya que estn
24
involucrados en todos los procesos vitales (en el respirar, sentir hambre,
caer dormido y salir del sueo) en cualquier evento percibido (en el timbre
de un telfono que irrumpe en el silencio, en el ir y venir de emociones y
de pensamientos) en cualquier accin o movimiento (en llevarse el dedo
a la boca, en aplaudir, huir, sentarse, caminar o tocar el brazo de un
amigo, o de un enemigo). Los sentimientos temporales son
esencialmente una experiencia en la que se ana la diversidad de
sensaciones provenientes de diferentes modalidades en funcin de su
perfil de activacin. No son emociones en el sentido de las emociones
bsicas (Espaol, 2008, p. 7).
Con base a estas ideas, es posible entender la corporalidad del bebe humano como
una totalidad sensorial que se ve envuelta en una dinmica de ida y vuelta de lecturas y
producciones sgnicas integradas de imagen, movimiento, sonido y ritmos que resultan
de la actividad expresiva entre madre y bebe.
El entonamiento, es otro elemento en la comprensin de la temporalidad de los
intercambios tempranos con el adulto. Una vez avanzado en la comprensin de los
ofrecimientos de la madre como performances multimodales contingentes a las
respuestas del bebe, y de la transmodalidad como la posibilidad de trnsito entre estas
modalidades de estmulos recibidos, el entonamiento implica que el bebe recibe de su
madre una y otra vez los estmulos de imagen, sonido y movimiento bajo la misma
informacin temporal de duracin, ritmo, y el mismo perfil de activacin. Se trata de
alguna forma de apareamiento, frecuentemente transmodal, de la intensidad, la pauta
temporal o la pauta espacial de alguna conducta del beb. No se trata de una imitacin,
de la traduccin fiel de la conducta abierta, sino que la madre toma algo de una
expresin del beb y lo transforma en otra cosa, cambindole la modalidad En
palabras de Imberty (2002) la madre intenta encontrar aquel color o tonalidad,
percibidos y compartidos, utilizando toda la capacidad de transposicin transmodal que
el beb posee. Y al hacerlo lleva el foco de atencin a lo que est detrs de la
25
conducta, al carcter del sentimiento que se est compartiendo, refundiendo la
experiencia emocional en otra forma de expresin (Espaol, 2006, p. 17). Este
apareamiento le permite al bebe poner en juego su capacidad de reconocimiento
transmodal, con lo cual la madre transforma en metforas no verbales los
comportamientos del bebe al reproducirlos de una cosa a otra.
En esta lnea de ideas Espaol propone que los rasgos de entonamiento desplazan las
regularidades que se venan organizando en la relacin madre-bebe hacia a un espacio
exterior. El nio comienza a tener un contacto con el mundo externo mucho ms
dinmico, y las artes del tiempo van a acompaar el desarrollo de funciones
psicolgicas cruciales en el proceso de humanizacin. En este sentido apunta que la
forma repeticin-variacin, el entonamiento y los juegos temporales- participan en la
gestacin del representante prototpico de la cognicin desacoplada: el juego de ficcin
infantil (Espaol, 2006, p. 21).
Paulatinamente los nios dan el salto hacia funcionamientos simblicos ms complejos,
al utilizar los objetos como si fueran otras cosas; comienzan a utilizarlos en pequeas
escenas de actuacin, con personajes, historias. En este momento del desarrollo tiene
un lugar importante los sentimientos temporales, la entonacin-desentonacin, el
acoplamiento, y la repeticin-variacin, en los juegos musicales, juego simblico y en
las combinaciones juego musical-juego simblico-juego musical. Ya que en ellos se
despliega el manejo que el nio hace de los tiempos, los ritmos en el habla y los
movimientos corporales.
Luego de este itinerario, la autora nos deja un panorama prometedor para pensar la
importancia de las artes del tiempo (la msica y el baile) en la gnesis de la
subjetividad y el lugar que tendran los sentimientos temporales en la vida afectiva del
sujeto en tanto formas de vivir y significar las experiencias. Los sentimientos
temporales difcilmente pueden ponerse en palabras. Forman parte del tipo de
experiencias globales y transmodales que el lenguaje ordinario socava pero que,
paradjicamente, el lenguaje potico logra expresar. Ellos inundan el mundo social del
infante pero se expresan con maestra en el otro extremo de la vida, en la adultez y
26
plenitud de las artes temporales que se configuran en la dinmica del sonido o del
movimiento en el tiempo. Las artes temporales (la msica y la danza) reflejan modos de
sentir ms que un sentimiento en particular (Espaol, 2006, p.16).
En sintona con los trabajos de Villalobos (2001, 2006), en la propuesta de Espaol se
puede comprender la experiencia de un bebe, que recorre por este entramado de
intercambios sgnicos que va desde un reconocimiento de la totalidad expresiva del
otro, hasta la produccin y adaptacin de la propia expresin dentro de las formas
cambiantes de relacin; el sujeto se va construyendo a s mismo en la medida que
significa estas experiencias y las connota de sentido. Espaol brinda elementos de la
temporalidad que estn presentes en estos primeros meses de vida, a partir de los
cuales se puede enriquecer la comprensin de lo que ocurre en la construccin del
sujeto psicolgico desde s mismo y en la diferenciacin con el otro.
Las ideas de espaol y los autores que han estimulado su trabajo, conducen a pensar
una subjetividad que se construye desde las primeras experiencias en la riqueza de
intercambios corporales, y una intersubjetividad que implica la totalidad del sujeto quien
adems de adquirir el poderoso instrumento del lenguaje cuenta con toda la carga
expresiva de los gestos y movimientos que le complementan en su fin. Estas
experiencias son vividas por el sujeto en la particularidad de su cuerpo; un s mismo
que se construye desde la cualidad de las experiencias corpreas, una corporalidad
como totalidad que envuelve lo sentido de las experiencias afectivas que perduran en
la memoria como referencia relacional a lo largo de la vida.
3.2.1 Demarcacin del concepto de estesis
Desde las propuestas de Villalobos M.E. y Espaol S. se comprende una corporalidad
abierta al mundo relacional y de los objetos gracias a una sensibilidad de la cual el
sujeto es heredero y trae en su carga gentica. Una sensibilidad que le permite abrirse
al mundo y darle sentido a cada experiencia. Ospina en el documento La experiencia
27
esttica como camino de exploracin de la constitucin psicolgica del sujeto. Algunas
consideraciones filosficas, filogenticas y ontogenticas elaborado en el marco de su
investigacin para el trabajo de maestra, hace un recorrido por las discusiones
filosficas en torno a la esttica que se han centrado en la relacin sujeto-objeto.
Desde Kant rescata el lugar que le da este autor al sujeto en tanto su facultad para el
conocimiento sensible. Luego aborda aspectos de la filosofa de Dewey de quien
destaca la importancia que tiene el lugar donde se vive la experiencia esttica: Dewey
(1934/2008, p 15- 16) sita la experiencia esttica en el marco general de la disposicin
que tienen las criaturas vivientes a interactuar con sus circunstancias, en la necesidad
que tienen de realizar intercambios activos con su medio para desarrollarse y
constituirse en tanto criaturas vivientes. (Ospina, 2002, p. 5).
La autora, siguiendo a Dewey logra tejer relaciones que ligan la experiencia a la vida
psicolgica del sujeto, la esttica en primera instancia, en trminos que parecieran
poco aprehensibles al situarla como una cualidad que redondea una experiencia hasta
completarla y darle unidad en trminos emocionales. De esta manera alude al nivel
emocional que constituye, como llama l, en fuerza mvil y cimentadora, puesto que
para Dewey las emociones estn unidas a los acontecimientos y a los objetos en su
movimiento. De Dewey trae la posibilidad de establecer una autntica experiencia
esttica que no se desvincule de la cotidianidad del ser humano y que no
necesariamente debe ser una experiencia artstica.
Para una comprensin del sujeto psicolgico, la autora trae elementos esenciales del
trabajo de Mandoki (2006, p 23): Lo esttico designa al sujeto en su disposicin o
susceptibilidad a percibir, disfrutar, y padecer Antes de la percepcin, el objeto no
existe como tal pero al ser percibido estticamente, el objeto antes no valorado en esa
dimensin adquiere un nuevo carcter que lo altera cualitativamente (en Ospina 2002,
p. 8). Se perfila al sujeto en la vivencia de la experiencia, por lo tanto es el quien se
encuentra con las cualidades del objeto, y no este quien se las impone; la experiencia
con el objeto es nica y est determinada por la sensibilidad y la carga emocional que
la envuelve.
28
Desde Mandoki (2006), Ospina rescata una comprensin de la experiencia esttica al
abordar la estesis, como su condicin de abertura, permeabilidad, o porosidad al
contexto en el cual est inmerso en tanto se encuentra expuesto a la vida. La estesis
estara entonces relacionada con la disposicin del sujeto al mundo circundante y las
posibilidades sensoriales que le permitiran tener un encuentro con el mismo y con el
otro desde su corporalidad. Como opuesto de la estesis, Mandoki propone el
prendamiento, como un fenmeno experiencial que implica que el sujeto se vincule
afectivamente con el objeto estableciendo un vnculo de adherencia al mismo.
Siguiendo a Ospina Se remite entonces a una corporalidad que no se sita en el
paradigma cartesiano mente-cuerpo, sino a un paradigma de ser humano y de la
esttica particularmente, que admite que en la experiencia esttica puede haber lo que
ella denomina, elementos intelectuales que no reducen la experiencia claro est, a
juicio intelectual alguno (Ospina, 2002, p.10).
3.3 Imagen del cuerpo y esquema corporal
En este apartado, se traen algunos elementos que subyacen a la propuesta
psicoanaltica, a partir de los cuales se puede pensar en lugar del cuerpo en la clnica
desde esta perspectiva. Dolto (1984) traza un recorrido por el desarrollo tratando de
mostrar desde su experiencia clnica, las formas como el nio va organizando una
imagen inconsciente del cuerpo en los modos de contacto corporal que se propician
desde la madre. Hace una elaboracin conceptual de las castraciones las cuales le van
a permitir al nio ir organizando una imagen inconsciente del cuerpo a partir de las
regulaciones y formas de contacto corporal que propicia la madre. Las formas de
satisfaccin y encuentro con el bebe que tiene lugar cuerpo a cuerpo se va
transformando desde la oralidad, pasando por el estadio anal y la resolucin edpica;
de tal manera que el ms pequeo podr organizar sus pulsiones arcaicas en la
medida en que los adultos van propiciando las castraciones (oral, anal, edpica) que
29
corresponden a cada momento del desarrollo libidinal (experiencias organizadores
donde convergen la palabra y el contacto corporal).
En los casos clnicos presentados por Dolto, la vivencia de experiencias y situaciones
en la relacin con las figuras parentales generaron en los nios imgenes patgenas
del cuerpo que no tenan relacin con alguna afeccin orgnica. Su esquema corporal
se encuentra intacto, se ve afectada la funcionalidad con sntomas de inhibicin y
descontrol. La autora indica que la utilizacin adecuada de su esquema corporal se
hallaba anulada, obturada por una libido que se haba enlazado a una imagen del
cuerpo inapropiada, arcaica o incestuosa. Libido borrada debido a la falta de
castraciones que los adultos hubiesen debido dar a sus pulsiones arcaicas, y las
sublimaciones que los adultos responsables de su humanizacin (educacin) debieron
permitirle adquirir (Dolto, 1984, p. 17).
La imagen del cuerpo es la sntesis viva de nuestras experiencias emocionales:
interhumanas, repetitivamente vividas a travs de las sensaciones ergenas electivas,
arcaicas o actuales es a cada momento memoria inconsciente de toda la vivencia
relacional, y al mismo tiempo es actual, viva, se halla en situacin dinmica, a la vez
narcisistica e interrelacional: camuflable o actualizable en la relacin aqu y ahora,
mediante cualquier expresin fundada en el lenguaje, dibujo, modelado, invencin
musical, plstica, como igualmente mmica y gestual (Dolto, 1984, pg. 21). Sanglade
(1983, p.3) considera que la imagen del cuerpo se trata de una representacin mental
de s, aunque inconsciente, en su contorno, su espesor, su solidez o su fragilidad. El
cuerpo est all designado como un principio unificador, que contiene, que delimita los
mundos externo e interno, cuerpo que es a la vez membrana que separa y que pone en
contacto, que funda la unidad de si al mismo tiempo que instaura la diferencia con el
otro, factor de aislamiento y comunicacin, que puede asegurar la diferencia de
potencial como la smosis.
30
Ante la confusin de diferentes autores al tratar de hablar de imagen corporal,
Sanglade (1983, p. 1) considera diferenciar la permanencia de s en el espacio
(esquema corporal), en el tiempo (imagen del cuerpo), en la relacin con el mundo
(representacin de s); estos tres elementos configuran ese sentimiento vital de estar
entero (no fragmentado), de ser el mismo (no disociado), de ser si mismo (con un
espesor y una delimitacin corporales y psquicos) diferenciado de los objetos externos.
En cuanto al esquema corporal Sanglade (1984, p.3) indica que esta estrechamente
ligado a la sensacin muscular y cenestsica, es un esquema postural que da cuenta
de la adquisicin de una estructura interna estable, organizadora de la relacin con el
mundo.. Dolto apunta que este es una realidad de hecho, en cierto modo es nuestro
vivir carnal al contacto del mundo fsico. Nuestras experiencias de la realidad dependen
de la integridad del organismo, o de sus lesiones transitorias o indelebles, neurolgicas,
musculares, seas y tambin de nuestras sensaciones fisiolgicas viscerales,
circulatorias, todava llamada cenestsicas (Dolto, 1984, pg. 18).
En esta lnea de ideas, se perfila una organizacin del cuerpo orgnica en tanto
estructura nerviosa, sensorial, motora que sustenta su funcionamiento vital y una
imagen del cuerpo que se construye en el devenir relacional del sujeto; de ah se puede
entender una organizacin de las pulsiones y la erotizacin del cuerpo como resultado
del encuentro humanizante con el adulto que regula y acompaa desde la palabra. La
Imagen corporal y esquema corporal son indisociables, ya que Este esquema corporal
ser el intrprete activo o pasivo de la imagen del cuerpo, en el sentido que permite la
objetivacin de una intersubjetividad, de una relacin libidinal fundada en el lenguaje,
relacin con los otros y que, sin l sin el soporte que l representa, sera, para siempre
un fantasma no comunicable (Dolto, 1984, pg. 21)
la imagen del cuerpo es la huella estructural de la historia emocional
de un ser humano. Ella es el lugar inconsciente (y presente dnde?)
en el cual se elabora toda expresin del sujeto; lugar de emisin y de
31
recepcin de las emociones interhumanas fundadas en el lenguaje.
Ella extrae lo duradero de su cohesin de la atencin y el estilo de
amor prodigados al nio. Es obvio, por consiguiente, que depende del
comercio afectivo con la madre y los familiares. Es una estructura que
emana de un proceso intuitivo de organizaciones de los fantasmas, de
las relaciones afectivas y erticas pre genital. (Dolto, 1984, pg. 42).
De la experiencia clnica psicoanaltica brevemente esbozada en estas lneas
se pueden traer hilos a la comprensin del vivido corporal y su lugar en los
procesos de constitucin subjetiva. Si bien, en esta propuesta no se profundiza
en la experiencia de movimiento, aporta al tejido comprensivo de la estrecha
relacin que se traza entre el vivido psquico y sus mltiples formas de
expresin en el cuerpo.
3.4 Capoeira, y Macull.
La Capoeira es una prctica ritual de juego de agilidad corporal que se realiza de
forma grupal, en la cual dos practicantes desarrollan libremente secuencias de
movimiento para desplazarse, expresin corporal, engao, acrobacia, ataques y
esquivas, en una dinmica constante de comunicacin cuerpo a cuerpo; mientras un
grupo de practicantes agrupados en un crculo marcan el ritmo con instrumentos
musicales, batiendo palmas y siguiendo cantos tradicionales. A pesar de que en la
dinmica de comunicacin corporal de la capoeira los jugadores expresen con sus
cuerpos balancendose constantemente, no se trata de una danza. Tal expresin
corporal se hace funcional en tanto expectativa constante, en la dinmica de juego. Los
jugadores requieren hacer una lectura constante del cuerpo del otro a fin de modificar
su movimiento en relacin con el movimiento del otro, segn exija la dialgica del
juego. Se trata de anticipar y moldear el movimiento del otro, seducirlo, seguirlo,
sorprenderlo. Todo un ritual donde la lucha a pesar de tener momentos de tensin en el
32
debate por controlar el juego, el dialogo de los cuerpos fluye sin que haya
necesariamente un vencedor o perdedor.
El juego de capoeira nace de del entrelazamiento de prcticas culturales de los
diferentes grupos trasladados desde frica a los puertos brasileros; es por esto que
contiene elementos del movimiento corporal que se asemeja a una danza, a la lucha y
a un juego. Hace ya ms de un siglo que los esclavos desplazados a amrica crearon
esta forma de ritual de lucha que se asemeja a un danzar con el otro, lo cual ayudaba a
ocultar sus entrenamientos de la vigilancia de los opresores. Luego de la abolicin de la
esclavitud, la Capoeira en Brasil tuvo manifestaciones violentas al ser tomada por
delincuentes como instrumento para hacer dao, aprovechando la fortaleza que de esta
prctica desarrollaban. Por fortuna, esta imagen de la prctica se logra transformar en
las ltimas dcadas, tras la inversin de maestros y practicantes brasileros y de
diversas escuelas alrededor del mundo, quienes han logrado rescatar los elementos
esenciales del ritual de juego, la lucha simbolizada en la armona de los movimientos y
el disfrute de la prctica grupal.
Macull, una leyenda de resiliencia: macull es un tipo de danza folclrica creada por
los esclavos negros africanos y los indgenas brasileros. La leyenda que relata la
historia de macull da cuenta de cmo este nio no consegua tomar un lugar en la
comunidad que lo acoga y permanece recluido en una choza luego de haber sido
curado por un paj Aimor quien se lo encontr en el bosque, ya que Macull habra
escapado de su tribu al no sentirse bien consigo mismo por la grave afeccin que tena
en su piel; macull se integra a la vida de su comunidad, luego de verse obligado a
tomar fuerza para salir y proteger a los suyos del invasor, haciendo uso de la lucha con
los palos aprendida con sus ancestros. Esta danza se hace con palos, simulando un
combate donde solo se golpean los palos en el aire de forma sincronizada; el baile es
guiado por el ritmo de los tambores y acompaado por cantos.
33
4. PROBLEMA
La pregunta por el lugar del cuerpo en movimiento en la experiencia humana ha llevado
por distintos terrenos conceptuales, los cuales en definitiva han resultado
complementarios. De su riqueza se rescatan e integran elementos al tejido
comprensivo del vivido psicolgico, que han permitido ir ampliando una mirada de la
clnica psicolgica a la cual se intenta aproximar en este ejercicio acadmico. La
psicologa clnica que se perfila este trabajo es la propuesta por el equipo de
profesionales de CEIC, que se pregunta por la organizacin del sujeto (en las diversas
formas que podra tomar) y por los recursos psicolgicos que ha logrado construir a lo
largo de su vivido. En ella se postula que gracias a su inteligencia vital y a su estesis
condicin de apertura sensible al mundo- el ser humano se constituye como ser de
consciencia, la cual como recurso fundamental en el desarrollo atraviesa el desarrollo
paralelo de otros recursos como la simbolizacin, la tica y la esttica los cuales se
entraman en la construccin subjetiva a lo largo del vivido.
Esta propuesta apunta a una mirada clnica que estima la totalidad del vivido
psicolgico del sujeto en sus diversas formas de expresin y se centra en la vitalidad
del movimiento corporal. La vivencia corporal pone en juego la estesis en tanto
apertura sensorial y perceptiva de s mismo, de los otros y del mundo circundante; una
corporalidad sensible que le permite al sujeto (incluso desde la vida in-tero) significar
las experiencias, reconocer y reorganizar constantemente un conocimiento de s
mismo, del otro y del entorno que habita. De esta manera, se podra postular una
nocin de consciencia corporal la cual a pesar de no ser necesariamente reflexiva
podra llevar a poner en marcha procesos de esta naturaleza3; y podra indicarse
tambin, que gracias a procesos reflexivos del pensamiento se podran constituir
modos de tal consciencia corporal. El sujeto se desarrolla con su cuerpo, la vivencia
subjetiva esta encarnada4; cada uno de sus actos en tanto acciones y movimiento
3 Asesora con Mara Eugenia Villalobos
4 Esta idea se organiza tomando como referente la propuesta de Varela (2000).
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expresivo que lo involucran en su cuerpo denotan sus formas de ser en el mundo, sus
modos de relacionarse y los diversos significados que ha tejido con la vida; Es a partir
de su corporalidad que el sujeto reconoce un espacio-tiempo y consigue constituir un
sentido de s mismo Unificado.
En el presente trabajo de grado se tomar el anlisis de la experiencia de movimiento
corporal con un otro, como recurso que pueda brindar elementos comprensivos en
torno a la organizacin psicolgica del sujeto. Se espera poder ir develando la forma
como se manifiestan los recursos psicolgicos de consciencia, estesis y simbolizacin,
en tanto se organice un anlisis de las formas de moverse en el espacio, de la vivencia
temporal, de sus posturas, gestos, la formas como emerge la energa y la gama de
posibilidades de encuentro que se pueden tejer en la experiencia de movimiento con un
otro.
Se tomar como situaciones de anlisis las experiencias de movimiento corporal del
taller de Capoeira, danza afro y macull; el cual se inscribe en una propuesta de
intervencin psicolgica a partir del juego simblico dramatizado en la cual se propone
a un grupo de 50 nios del proyecto DUO la fundacin de un pueblo; esta propuesta se
piensa con el objetivo de posibilitar la constitucin de recursos psicolgicos y propiciar
a partir de la ldica del juego la construccin de valores de referencia ligados a la
identidad cultural y de vida personal; en vista de que estos nios se encuentran en
riesgo ante la inminente presencia de actos delictivos, situaciones de violencia,
maltrato, consumo de drogas y dems situaciones que se identifican en los barrios que
han sido construidos como invasiones, sin planeacin alguna, y donde vemos crecer
generaciones en entornos familiares frgiles y desprovistos de recursos para favorecer
un desarrollo saludable en los ms pequeos.
Teniendo en mente esta perspectiva, este trabajo se guiar por el siguiente
interrogante: Qu aspectos de la reorganizacin psicolgica se pueden propiciar en
nios que se encuentran en riesgo psicosocial al participar de un taller de juego
corporal y danza: capoeira, danza afro y maculel, el cual se desarrolla en el marco de
una intervencin psicolgica mediada a travs del juego de roles dramatizado?
35
5. OBJETIVOS
5.1 Objetivo general:
Explorar las formas como se manifiestan los recursos psicolgicos de consciencia de
si, estesis y simbolizacin como elementos comprensivos de la organizacin
psicolgica y sus posibles transformaciones, de un grupo de nios considerados en
riesgo psicosocial al participar de las actividades de movimiento y juego corporal del
taller de Capoeira Danza Afro Macull ofrecido en el marco de la experiencia de
juego dramatizado de fundacin del pueblo La esperanza.
5.2 Objetivos especficos:
1. Identificar los elementos de la corporalidad en movimiento que consiguen dar
cuenta de los modos como el nio ha constituido los recursos psicolgicos
consciencia de s, estesis y simbolizacin- y las posibilidades de reorganizacin
que se observen.
2. Explorar los aspectos de la dinmica de dialogicidad y sincrona del movimiento
corporal con un otro que den cuenta de la constitucin de s mismo en relacin
con el otro y las posibles reorganizaciones que se vehiculen en la experiencia de
danza y juego corporal.
3. Explorar en las formas de participacin de los nios las posibilidades de
constituir un escenario simblico de juego corporal con el otro en el marco del
taller de Capoeira como ofrecimiento en la experiencia de juego dramatizado de
fundacin del pueblo La Esperanza.
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6. ASPECTOS METODOLOGICOS.
6.1 Acerca de la intervencin: Este trabajo se inscribe en una propuesta de
investigacin desarrollada en la Lnea de Desarrollo y Simbolizacin del grupo de
Clnica en Psicologa, Neuropsicologa, y Neuropsiquiatra de la Universidad del Valle,
llevada a cabo como apoyo a los procesos de asistencia a la primera infancia que lleva
a cabo el Proyecto DUO de la fundacin Monseor Isaas Duarte Cansino. En esta
experiencia, se toma el juego dramatizado como recurso para construir el contexto de
intervencin psicolgica, en va de favorecer la constitucin de recursos psicolgicos
como la consciencia, la simbolizacin, la estesis, la tica, y la esttica ligados a valores
de vida personales y culturales en los nios.
En su primera fase (en el periodo enero-agosto de 2014) los nios fueron convocados
para la fundacin de un pueblo el cual llamaron LA ESPERANZA; en estos 4 meses
construyeron sus smbolos: la bandera, el escudo, el himno y las casas donde se ha
venido constituyendo un vivido del juego. Durante este tiempo, en el contexto de juego
se generaron formas vitales de relacin entre los participantes, concernientes a las
distintas dinmicas propias de la vida de un pueblo que comienza a gestarse. Aqu se
propici que los nios tomaran un lugar como adultos, y as -en la medida que el juego
fue permitiendo- fueran agentes de la experiencia de fundar un pueblo.
En la segunda fase del proceso, se ofrecen talleres con los cuales se espera que los
nios en su condicin de fundadores y habitantes participen de la vitalidad del pueblo
en actividades como la danza, la escritura y lectura de cuentos y poemas, el juego de la
capoeira, las artes plsticas, la construccin de artesanas y la msica. La participacin
en alguno de los talleres representa el trabajo que cada uno de los fundadores habr
escogido en el pueblo, de igual manera habr espacio para las vivencias familiares,
celebraciones, eventos pblicos y dems acontecimientos de la cotidianidad del pueblo.
37
Para el presente trabajo se tomaron las sesiones 1,2 y 7en las cuales se trabaja con
Capoeira; se toma el ofrecimiento de danza afro en la sesin 4 y del macull en las
sesiones 5 y 6.
6.2 Tipo de investigacin: Este es un trabajo de investigacin clnico-psicolgica de
corte cualitativo. Siguiendo los lineamientos de investigacin en psicologa propuestos
por la profesora Floraba Cano (1988, p. 97) en la intervencin que se propone realizar
prevalece un modo de investigacin-accin (donde el juego simblico es el mediador
principal) ya que se tiene un contacto directo con los sujetos implicados, los
investigadores se sumergen en la situacin de intervencin y se busca generar
cambios.
6.3 Instrumentos de recoleccin de informacin: Se toma la Observacin
participacin como principal recurso para la obtencin de la informacin, se grabaran
las sesiones en video y se lleva a cabo la escritura de diarios de campo sesin tras
sesin.
6.4 Anlisis de la informacin: Se hacen descripciones rigurosas de las situaciones
de despliegue del movimiento del nio en relacin con un otro adulto-referente o
compaero al que trata de seguir en una actividad grupal o quien le acompaa en una
situacin dialgica de juego corporal. A partir del anlisis de cada uno de los elementos
constitutivos de la experiencia de movimiento corporal, se intenta ir develando los
modos como se manifiestan los recursos psicolgicos y las transformaciones que se
puedan identificar en el desarrollo las situaciones. Del anlisis de cada elemento del
movimiento sesin tras sesin, se traen descripciones especficas de diferentes
situaciones que permitan dar cuenta del valor clnico que podra tomar cada uno de
estos elementos; se hace un seguimiento de la forma como se manifiesta cada
elemento a lo largo de las sesiones a fin de encontrar posibles transformaciones en la
experiencia propia de movimiento y la forma como incide dichos cambios en la
experiencia de moverse con el otro.
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6.5 Categoras de anlisis
A. Relacin consigo mismo - Corporalidad en movimiento: se parte de la
perspectiva propuesta por Stern (2010, p. 14), al indicar que la vitalidad es un todo. Es
una Gestalt que emerge de experiencias tericamente distintas del movimiento, la
fuerza, del tiempo, del espacio y de la intencin. En esta categora se trata de explorar
la forma como se manifiestan algunos de los elementos que componen la vitalidad del
movimiento, los cuales servirn como indicadores con valor clnico en la empresa de
tejer una aproximacin comprensiva de expresin de los recursos psicolgicos y sus
posibles transformaciones en el desarrollo de las actividades de movimiento corporal.
Espacio: En esta categora se observa la forma como el espacio es habitado en el
marco del juego (Calmels, 2011). Se identifica las formas como este se ha constituido
en tanto lugar de referencia, como un lugar fijo, circular, abierto, estrecho o inestable. A
partir de la forma como se ha constituido el espacio como lugar de referencia, se
observa cmo se despliega el movimiento en el espacio propio para lo cual se hace uso
de la propuesta de Rudolf von Laban quien indica que este podra ser Si es directo,
consiste en una lnea recta de direccin y de una sensacin de movimiento como de
hilo o filiforme en su extensin en el espacio, o un sentir de estrechezo Tambin
puede ser flexible, consiste de una lnea ondulante de direccin y de una sensacin
de movimiento manejable o dcil en su extensin en el espacio, y un sentir de donde
quiera. (Laban, 1984, p. 138).
Tiempo: Daniel Stern indica que el tiempo es uno de los eventos dinmicos que se
integra en las formas de vitalidad Un movimiento se desarrolla durante un cierto lapso
de tiempo, incluso si es breve. Hay un perfil temporal con un comienzo, un curso y un
fin (2010, p.12). De acuerdo a la propuesta de Laban, Este puede ser sbito, y
consiste de una velocidad rpida y de una sensacin de movimiento de corto espacio
de tiempo, o un sentir de momentaneidad. Y tambin puede ser sostenido, que
consiste de una velocidad lenta, y de una sensacin de movimiento de un espacio largo
de tiempo, o un sentir interminable (Laban, 1984, p.138). En cuanto al tempo- ritmo,
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se observar la forma como se despliega el movimiento en tanto posibilidades de
establecer combinaciones de duraciones iguales o de diferentes unidades de tiempo al
compartir la experiencia de movimiento con un otro.
Energa: siguiendo a Laban (1984, p.77) utilizamos energa muscular cuando
cambiamos de postura corporal el despliegue de la fuerza, y sus grados se halla en
proporcin al peso que se transporta, o a la resistencia que se le ofrece.. La energa
se coloca como el elemento principal al tratar de emprender una lectura de la
experiencia de movimiento, debido a que sus formas de manifestarse denotan la
vitalidad de quien se mueve, por tanto permite hacer una lectura de los afectos de la
vitalidad, sentimientos temporales o modos de sentir en el tiempo5. De acuerdo a la
fuerza usada en la resistencia al peso la energa puede ser Firme-fuerte o suave-
delicado (Laban, 1984, p. 137). Del trabajo de Stern (2010, p. 17)6 se obtiene un listado
de palabras que traducen formas de la vitalidad, los cuales podrn tener lugar para
enriquecer las descripciones de la expresin de la energa y darle precisin a los
elementos de las formas de vitalidad dinmica: espacio, tiempo, energa que se
integran en una totalidad de la experiencia de movimiento.
Tabla 1.1
Exploser
Explotar
Pulsatile
pulstil
Gonfler
Inflar
Tirer
Halar.
tirer
Estirarse
Langoureux
lnguido
Vigoureux
Vigoroso
Pnible
doloroso, penoso
5 Esta relacin surge de una sugerencia de la profesora Vivian Ospina al sustentar el proyecto al iniciar el proceso.
6 La traduccin de estas palabras trata de aproximarse a las formas de la vitalidad expuestas por Stern.
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Culminant
Culminante
Doux
suave
Se prcipiter
Precipitarse
limit
Cerrado, limitado.
Dcontractant
Des-contraer descomprimir
Se balancer
balancearse
Papillonnant
Aleteo
Lchement
flojo, dbil, holgado -
suelto
Tendu
Tensionado
Acclrer
acelerar
Planer
Planear
Dcliner
debilitarse, declinar
Immobile
Inmvil
Ephmre
efmero
Monter en flche
Elevarse
Flottant
flotante
clater
Estallar
Hsitant:
Indeciso, dudoso.
Disparaitre
Desaparecer
Pousser
Empujar.
Puissant
Potente - emerge que
surge.
Faible
Dbil.
Facile
Fcil
Obstru
obstruido
Serr
Apretado, ceido.
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B. Relacin con el otro - Formas de encuentro con el otro al compartir la
experiencia de movimiento:
En esta categora de anlisis se incluye la forma como se desarrolla la dinmica del
movimiento del nio al participar de experiencias de movimiento con otro al tratar de
entrar en sintona con la forma y el ritmo de un movimiento o secuencia propuesto por
el adulto-referente que orienta una actividad. Tambin se observa la forma como se
desarrolla la dinmica del movimiento del nio al entrar en sintona con el otro en una
situacin dialgica que le exija comunicarse con su cuerpo, sostener la mirada y fluir
en la dinmica del juego en relacin con el movimiento del otro. Se tendr en cuenta la
forma como se dispone corporalmente, y en la mirada, que adems de permitirle al
jugador tener una ubicacin del cuerpo en movimiento del otro, da cuenta de las
posibilidades de agencia en el encuentro.
C. Relacin con la propuesta de juego.
Participacin en el juego: En esta categora se observa las formas como el nio
participa de las propuestas de danza y juego corporal que incluyen sesiones de trabajo
narrativo, dramatizado, de juego simblico y musical. Considerando la impronta
simblica de encontrarse con el otro en la experiencia de movimiento corporal, se trata
de comprender las posibilidades de sumergirse en la dinmica dialgica del juego y
desplegar distintas posibilidades de participar ldicamente. Se observa el lugar que
asume al ingresar al espacio, cmo permanece, como es su disposicin en el trabajo
con sus compaeros y adultos y la forma como se involucra.
6.6 Caracterizacin de la poblacin
Participantes: Los nios que asisten al taller de Capoeira lo hicieron por decisin
propia, en las actividades de danza afro y macull se rescatan los registros de video
de aquellos nios que venan participando de los talleres de Capoeira. El grupo con el
que se trabaja sesin tras sesin vara de acuerdo a la decisin del nio de participar
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en diferentes talleres y por las faltas a las sesiones. Por lo tanto, se escogieron los
nios que tuvieron una mayor participacin en los talleres, de quienes se obtuvo
mejores registros de video y de los cuales ya se vena organizando una comprensin a
partir de la experiencia de trabajo en la fundacin del pueblo la esperanza que nos
involucr con todos los habitantes.
FUNDADOR
EDAD
Participacin
X= con registro. 0 = participa pero no se tiene registro de video.
1 2 4 5 6 7
Macarena MC 8 x x x x
Jos Daniel JD 8 x x 0 x
Lucas LC 7 x x 0 x
Diana Marcela DM 6 x x 0 x x
6.7 Actividades desarrolladas en el taller.
Sesin
#
Descripcin general
1 Taller capoeira #1 de promocin:
Este taller da apertura a la segunda fase del trabajo de intervencin,
con una muestra a los fundadores de lo que ser del ofrecimiento en
los espacios de los talleres de danza, Capoeira, artesanas y de la casa
de la palabra; en estos lugares cada fundador se podr integrar a la
43
vida del pueblo.
2 Taller de capoeira #2 Origen de la Capoeira:
Esta actividad se propone con el objetivo de construir con los
fundadores del pueblo la esperanza el sentido de la prctica del juego
de la Capoeira a travs de la narracin y dramatizacin conjunta con
los nios de la historia; se utilizan canciones acompaadas con
instrumentos musicales y se introducen algunos movimientos de
Capoeira en el entramado de la dramatizacin.
4 Taller de danza afro:
En esta sesin se contina con la preparacin de los vestuarios tejidos
a mano que sern utilizados para representar y celebrar la leyenda de
macull el da 31 de octubre. La actividad de danza afro como
expresin artstica de movimiento de la cultura africana se integra a la
preparacin de la celebracin musical y dancstica del macull; esta
actividad se articula con aquellos elementos que ya se venan
constituyendo desde la narracin oral, la dramatizacin y el trabajo
artstico manual que giraron en torno a la leyenda que relata el vivido
del personaje principal: macull.
5 - 6 Celebracin de Maculel:
En el marco de las celebraciones del pueblo la esperanza, se prepara
para el da 31 de octubre de 2014 la fiesta de macull Esta
celebracin enmarca en el sentido de una leyenda de la tradicin oral
Afro-latinoamericana que d