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TEMA 1: INTRODUCCIÓN A LA GEOGRAFÍA DE ESPAÑA
El nombre de España procede de Hispania, denominación que los romanos dieron a la
península. Este término tiene un origen aún más antiguo: fueron los fenicios los que
llamaron a estas tierras Ischphanin “costa de los conejos”. Los griegos la llamaron
Iberia. Fue la constitución de los reinos de España y Portugal lo que provocó que la
península perdiera su antiguo nombre y adoptara el de P. Ibérica
La P. Ibérica contiene los estados de España, Portugal, Andorra y el enclave de
Gibraltar. Dentro de la península, los territorios de España son los integrados dentro de
dicha península, los archipiélagos de Baleares y Canarias y las ciudades de Ceuta y
Melilla al norte de África. Estos territorios suponen un total de 504.782 km cuadrados,
de los que España peninsular ocupa 492 494 km cuadrados.
Es un país de gran extensión, el segundo de la Unión Europea y cuenta con unos límites
marítimos: Atlántico, Mediterráneo y Cantábrico y unos límites terrestres: al norte con
Francia a través del istmo de los Pirineos y al oeste con Portugal.
Es un país con gran desarrollo costero ( 3904 km) que junto a los territorios insulares
hacen un total de 6000 km, de ahí su tradición marinera
SITUACIÓN Y POSICIÓN. SINGULARIDAD DE ESPAÑA
España presenta gran singularidad geográfica que es conocida desde la antigüedad
y viene dada por:
• Su carácter peninsular.
Este es el primer rasgo que sobresale del territorio español. El enorme cuadrilátero
que forma el solar hispano, semejante a una piel de toro extendida, según el geógrafo
griego Estrabón, está unido al continente europeo por un istmo de 440 Km de largo, de
gran estrechez, que se corresponde con la cordillera pirenaica, lo cual acentúa aún más
el carácter peninsular de España.
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Todo esto contribuye a que el aislamiento de la Península Ibérica sea mayor que el de
cualquier otra península europea.
• La situación y la posición geográficas de la Península Ibérica.
La P. Ibérica es la más meridional y la más occidental de Europa, la única que se
encuentra entre dos mares y la más próxima al continente africano.
Con respecto a su situación, se encuentra dentro de la zona templada del hemisferio
Norte, entre los paralelos 36ºN la isleta de Tarifa (en el sur peninsular) y 43º 47’N de la
punta de Estaca de Bares (en el norte), y entre los meridianos 7º E correspondientes al
cabo de Creus y 9º 36’ O al cabo Touriñán Esta situación le confiere los siguientes
rasgos originales, relacionados con su posición geográfica:
• España está ubicada en la parte más occidental del Mediterráneo, en el lugar
donde sus aguas se mezclan con las del océano Atlántico. Está situada entre dos
mares.
• España, por su posición avanzada hacia el mediodía es el país más próximo al
continente africano (solo 14 kilómetros la separan de las costas africanas a
través del estrecho de Gibraltar)
Como consecuencia de esta situación geográfica, la península está incluida dentro del
área del clima mediterráneo y ocupa una posición excéntrica respecto del continente
europeo.
• La configuración del relieve.
Las especiales características de la organización del relieve también singulariza a
España
• La forma maciza es consecuencia de la gran extensión en latitud y longitud de
la Península, del carácter poco articulado de sus costas, dándole un marcado
carácter continental al interior de la Península
• La elevada altitud media resultado de la existencia de la Meseta castellana
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• La disposición periférica de los sistemas montañosos que se disponen en
torno o independientes de la Meseta castellana, de manera que el interior de la
Península queda protegido como si de una fortaleza se tratara. Esta singularidad
del relieve le confiere al país un carácter continental en gran parte del territorio
y explica su red hidrográfica.
La consecuencia de esta singularidad geográfica es la posición que España tiene
dentro del planeta, particularmente :
. la situación de España como encrucijada, cruce de caminos
. el gran valor geoestratégico de nuestro país.
LA POSICION DE ESPAÑA EN EL PLANETA TIERRA Y SUS CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS. La situación de encrucijada que se atribuye a España es reconocible en las
condiciones naturales y humanas. Las influencias naturales se señalan en el clima y
en la vegetación. Los rasgos climáticos de la Península están determinados por la
influencia de las borrascas y de los anticiclones provenientes del Atlántico y por las
condiciones meteorológicas que se generan en la cuenca del Mediterráneo.
En España se dan también especies de flora y fauna características de Europa y África.
En el norte de España se encuentran formaciones arbóreas europeas, con especies como
el abeto blanco, el haya o el roble; en el sur y el levante peninsular crece de forma
espontánea el palmito, una planta típicamente africana.
En el plano humano, en España se han asentado desde la Antigüedad pueblos de
diversa procedencia ( fenicios, griegos, romanos……..), algo semejante a lo que ocurre
en la actualidad, lo cual acentúa este carácter de España como lugar de encuentro. Así lo
demuestran los flujos migratorios procedentes, en la actualidad, de África o América
Latina.
En cuanto a la posición geoestratégica de España conviene decir que ésta deriva
de de su situación y de su posición geográfica de primer orden para entablar relaciones
de todo tipo con países de dos continentes tan dispares como son África y América.
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España es el país europeo más próximo al continente africano, por lo que se ha dicho
en muchas ocasiones que el estrecho de Gibraltar, más que frontera, es un puente que
une África con Europa a través de España, así lo demuestran la multitud de
embarcaciones que intentan atravesarlo.
Por ello, en el terreno comercial y económico, la presencia de España es muy intensa en
los países norteafricanos. Se trata, pues, de relaciones humanas, económicas y políticas
que se producen en ambas direcciones.
No son menos importantes las relaciones que mantiene España con el continente
americano. Conviene destacar que España controla uno de los pasos por los que
discurre la navegación marítima en el sentido de los paralelos
Por otro lado, la posición de las islas Canarias y la situación de los puertos españoles
del litoral atlántico, próximos al circuito de las corrientes marítimas que facilitan la
navegación por este mar, son elementos que refuerzan este carácter de avanzada o
lanzadera que tiene España en las relaciones con el continente americano.
Esta situación geoestratégica y los indicadores sociales, económicos,……hacen que la
situación de España en el mundo sea la de un país reconocido como potencia
comercial, industrial y de servicios que mantiene su mayor actividad económica en el
seno de la Unión Europea a la que aporta una importante dimensión cultural, además de
su componente de mediterraneidad que equilibra sus componentes atlánticos, nórdico y
central.
Por su proyección en África y América, España tiene una gran presencia en el mundo
participando en organismos internacionales y ejerciendo influencia en el mundo con la
voluntad de ser espacio de encuentro entre pueblos y civilizaciones.
UNIDAD Y VARIEDAD
De todo lo anteriormente tratado, la singularidad de España, su situación, posición,……
que confieren unidad a la Península, derivan una serie de contrastes de todo tipo:
• Contrastes litológicos. Encontramos tres dominio diferenciados: iberia
silícea, la caliza y la arcillosa
• Contrastes geomorfológicos: la historia geológica de España ha
conformado varios tipos de relieve desde macizos antiguos, montañas
jóvenes, depresiones y llanuras litorales
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• Contrastes climáticos: vienen dados por las diferencias en el régimen
térmico y pluviométrico entre el interior y la periferia por un lado y entre las
fachadas atlánticas y cantábrica respecto al resto del país
• Contrastes biogeográficos: la diferencia entre España húmeda y España
seca condiciona la variedad de vegetación desde formaciones boscosas a
otras adaptadas a la sequedad.
De igual manera encontramos contrastes humanos:
• Contrastes en paisajes agrarios: España atlántica , España mediterránea y
España interior con distinto paisaje rural en lo que a cultivos y forma de
explotación de la tierra se refiere
• Contrastes en el sistema de asentamiento: diferencias entre España
interior y periférica o España septentrional o meridional tanto si hablamos de
poblamiento rural como urbano.
ESPAÑA EN EUROPA Y EN EL MUNDO
1. España en la Unión Europea
España se integra como miembro de pleno derecho en los órganos de la CEE el 1 de
enero de 1986. Hasta ese momento había vivido aislada desde 1936 con un gobierno
fascista y no había participado en el proceso de construcción europea.
La integración suponía acabar con el aislamiento, responsable, para algunos, del atraso
y la marginación. La vocación europeísta de España está fuera de duda, pues ha
defendido su europeidad a lo largo de su historia.
Quizá por razones de tipo geográfico, su lugar extremo, su carácter peninsular, ha hecho
que se acuñen tópicos como que “Europa termina en los Pirineos”, “España pertenece a
África” o “España es diferente”.
Con la llegada de la transición y la democracia las negociaciones toman un giro radical.
En 1977 España es admitida en el Consejo Europeo y a partir de ahí se solicita la
adhesión.
El Acta de Adhesión se firma por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán y
por el rey Juan Carlos I y el presidente de Gobierno, Felipe González el 12 de junio de
1985. el 1 de enero del 86 se produce el ingreso formal.
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Ceuta y Melilla se integraban aunque mantenían exenciones de impuestos y aranceles
anteriores. Las islas Canarias también quedaban excluidas del arancel común, la PAC y
de la obligatoriedad del IVA.
España ratificó la aprobación del Acta Única Europea en las Cortes, un avance en el
objetivo de crear un mercado único europeo para 1993. También participó en la
Cumbre de Maastricht, a favor de una completa integración económica, con la firma del
Tratado de la Unión Europea (1992). Desde 1999, para incorporarse a la Unión
Económica y Monetaria, España decidió armonizar su política financiera, monetaria y
fiscal, ajustándose a los Planes de Convergencia.
Con esto se entra en la Europa del euro, la nueva moneda europea. España se beneficia
ya de la implantación del euro. Estos beneficios se resumen en:
• Estabilidad económica
• Fomento de los intercambios comerciales
• Moneda fuerte
• Mayor transparencia en los mercados.
Desde la entrada en Europa, España forma parte de las políticas comunes que se
desarrollan para crear el mercado único y la integración total. España forma parte de la
Europa Verde, de la Europa Azul o de la pesca. También entramos en la política
común del comercio y de los transportes, para lo que hubo que adaptar su legislación a
los acuerdos y normas del a PCC. Por otro lado la política de transportes ha hecho que
se prime la red de carreteras, los puertos marítimos y los aeropuertos.
Cada vez nos sentimos más europeos, más ciudadanos de Europa, conscientes de
compartir una misma cultura, la realidad del presente y un idéntico proyecto de futuro.
2. España en un mundo globalizado
Las condicionantes geográficos y su historia política, han influido en hacer de España
un país aislado, lejos de los flujos económicos, científicos, culturales,…España ha sido
un país con poca proyección exterior (excepto durante la etapa de los descubrimientos)
y durante los cuarenta años de dictadura franquista este aspecto se acentúa.
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La situación actual ha cambiado. Con la transición democrática, se inicia un proceso de
apertura al exterior que ha modernizado el país situándolo entre los más avanzados. En
este proceso han intervenido dos circunstancias:
• El deseo de España de abrirse al exterior e intensificar las relaciones con otros
países
• El auge del proceso de globalización económica.
Entendemos por globalización la creciente integración a nivel mundial de los
mercados, de los sistemas políticos, tecnológicos, productivos,…así como de los
modos de vida, de las culturas, ideologías, etc.
De este modo España participa en organizaciones internacionales y está inmersa en
una globalización económica.
España está presente en las principales organizaciones internacionales. Esta
presencia representa el reconocimiento del avance experimentado por España en
todos los órdenes y supone un compromiso de aceptación y cumplimiento de las
normas y objetivos que se derivan de tales organizaciones.
España está presente en organizaciones de tipo económico, como la FAO
(Organización para la Agricultura y la Alimentación), el FMI (Fondo Monetario
Internacional), la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico);
en organizaciones de contenido social, la OIT (Organización Internacional del
Trabajo), la OMS (Organización Mundial de la Salud); de tipo cultural, como la
UNESCO; militares, como la OTAN, y políticas, como la ONU y la UE.
Es especialmente importante su incorporación a la Unión Europea en 1986,
inicio la modernización del país y de su presencia en el concierto internacional. Las
ayudas recibidas de la UE han facilitado la mejora de las infraestructuras básicas, el
entorno productivo y el capital humano. También supone su alineamiento en el
bloque de potencias militares occidentales, que se plasmó con su ingreso en la
OTAN.
Los cambios en la proyección exterior se ven reflejados en la incidencia que tiene
el fenómeno de la globalización, todos los aspectos de la vida nacional pasan a
estar mediatizados por organizaciones transnacionales.
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Los indicadores que demuestran la integración de España en el fenómeno de la
globalización se extraen de todos los campos:
• La evolución del PIB per capita que ha pasado de un 75% de la media
europea en 1970 a un 87% actualmente. La tasa media de crecimiento
medio anual ha sido muy alta en los últimos años aunque la actual crisis
económica la ha rebajado considerablemente.
• La balanza comercial. El comercio exterior tiene ahora mayor
protagonismo en la economía española, sobre todo en bienes de consumo no
alimentarios.
• La proyección exterior de España. Se aprecia en las inversiones directas
en otros países que representan el 10% del PIB.
• En el plano cultural. Se manifiesta en la ciencia y la tecnología, en usos y
costumbres occidentales. Buen ejemplo es la evolución de la inversión en
I+D, aunque está aún por debajo de la media europea. En el adelanto
tecnológico, España ocupa el decimonoveno lugar en el mundo.
• La internacionalización de las empresas. Solamente hay una empresa
(REPSOL YPF) que está entre las 100 primeras mundiales por ingresos y
cuatro en el ranking de empresas europeas. Es, por tanto, un país a remolque
de las grandes potencias mundiales.
El proceso de globalización ha reportado ventajas a España:
o Ayuda a incrementar su crecimiento económico
o Favorece la competencia entre sectores económicos, beneficiando al
consumidor
o Favorece el intercambio de ideas, de técnicas y conocimientos, lo
que mejorará el panorama de la ciencia y la cultura.
La globalización se ve también como un peligro que puede acabar con las señas de
identidad de un pueblo, aumentar las desigualdades sociales y económicas o mitigar el
poder de decisión. En España se ve todo esto como una amenaza por el valor que aquí
se le da a la diversidad cultural, lingüística y social como uno de los símbolos de
identidad.
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TEMA 2. EL RELIEVE ESPAÑOL.
CARACTERES GENERALES
Este conjunto tan diverso y ricamente contrastado que es España posee tres rasgos
característicos:
1. La elevada altitud media. España se encuentra a 660 metros de altura sobre
el nivel del mar, altitud sólo superada en Europa por Suiza con 1.300 m. Esta altitud no
es el resultado de la presencia de altas cimas y de la existencia de grandes y elevadas
cordilleras, sino a un conjunto central elevado, la meseta, más que a la existencia de
altas cordilleras. La península es, pues, un espacio de altiplanicies elevadas. La Meseta
es un gran bloque plano basculado en su mayor parte hacia el Atlántico, con una
pendiente media de 0.3 % hacia donde vierten las aguas la mayor parte de los cursos
fluviales.
2. La disposición periférica de los relieves peninsulares, que ha de entenderse
en relación con la Meseta y en relación con el contorno de la Península, en cuyos límites
se encuentran las principales cordilleras españolas.
Por el Norte, la C. Cantábrica con altitudes de 1.000 a 2.500 m a escasa distancia
de la costa.
Por el E., aun cuando el salto no es tan brusco, hay que salvar los escalones de la
C. Ibérica. Al Noreste, las C. Costero-Catalanas, de altitudes modestas, paralelas
al mar, que constituyen una muralla que aísla la llanura interior del Ebro.
En el S., la Béticas se yerguen junto a la costa, sobrepasando los 3.000 m en Sª
Nevada.
Todo esto supone :
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1. el aislamiento de la Meseta, el difícil acceso hacia las altiplanicies centrales,
tanto en lo que se refiere a comunicación como a influencia climática del mar
2. los ríos que nacen en estos rebordes montañosos se ven obligados a salvar
grandes desniveles en corto espacio, adquiriendo carácter torrencial y están
dotados de gran fuerza erosiva que emplean en excavar profundas gargantas.
3. La forma compacta y maciza de la península Ibérica, con estructura trapezoidal
y costas escasamente recortadas aunque está rodeada en sus 6/7 partes por mar.
En su contorno no hay grandes entalladuras que faciliten la penetración desde la
costa de la brisa marina, lo cual limita la acción termorreguladora del mar y da
lugar a que el clima interior sea continentalizado, con inviernos fríos y veranos
calurosos. Sólo Galicia, presenta pocas entalladuras.
PROCESO DE FORMACIÓN DEL RELIEVE PENINSULAR
El relieve actual de la Península es el resultado de una larga evolución
geológica en la que se han alternado fases orogénicas( la península se ve afectada por la
orogenia herciniana durante el Paleozoico y la alpina durante la era Terciaria) con
otras de calma, durante el mesozoico, en que predomina la erosión y la sedimentación.
Era Primaria o Paleozoico( hace 300 millones de años). De los mares
que cubrían la mayor parte de la Península surge el Macizo Hespérico.al
finalizar los plegamientos, en el período Carbonífero medio, la erosión
arrasa estos nuevos relieves, convirtiéndolos en penillanuras.
La Era secundaria(hace 200 millones de años) fue un periodo
tranquilo donde predomina la erosión y la sedimentación de los
materiales arrancados a los terrenos paleozoicos erosionados, pues las
tierras emergidas se organizaban en dos áreas continentales Laurasia y
Gondwana, entre ambos , el mar de Thetis. También se producen
transgresiones y regresiones marinas.
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La península Ibérica durante la Era Secundaria
La terciaria ( 65 millones de años)es una era muy compleja y activa. Se
produjo la orogénesis alpina.
1. La colisión de la placa colisión de la placa africana contra la
euroasiática, da lugar a: Pirineos, Béticas y Costero Catalana.
2. Los materiales antiguos y quebradizos del centro y oeste de la
Península, se fragmentan en bloques gigantescos (horst y graben)
levantando el Sistema Central y Montes de Toledo.
3. En los bordes , la Cantábrica, Sistema Ibérico y flexión del
zócalo que da lugar a Sierra Morena
4. Se bascula la meseta hacia Occidente, jerarquizando la red
hidrográfica.
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5. . Al pie de los macizos se forman depresiones, antiguos golfos
marinos o brazos de mar que se colmataran desde finales del
Terciario en adelante.
6. Se cierra el estrecho de Gibraltar, aislando el Mediterráneo, que
se abrirá un millón de años después, separando definitivamente
Europa y África.
7. El alpino rasga el fondo marino del Atlántico emergiendo rocas
volcánicas que originan las islas Canarias.
La Península Ibérica durante la Era Terciaria.
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En la Era Cuaternaria (uno o dos millones de años a la
actualidad)estamos ante otro periodo erosivo, por lo que domina el
modelado sobre la orogenia. Los fenómenos más destacados fueron el
glaciarismo y la formación de terrazas fluviales. El glaciarismo afectó a
las cordilleras más altas dando lugar a glaciares de circo y de valle, y
cuando se fundieron los hielos dieron lugar a pequeños lagos.
VARIEDAD LITOLÓGICA.
En la Península se distingues tres grandes zonas litológicas, que se
corresponden con áreas estructurales de formación e historia diferentes:
La Iberia silícea (España Occidental) ocupa el tercio occidental de la
Península: el zócalo de la Meseta, el Macizo Galaico, Cordillera cantábrica hasta
Asturias, el Sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena más algunos puntos
en la zona axial de los Pirineos, las altas cumbres de Sierra Nevada y núcleos aislados
del Sistema Ibérico. Estructuralmente esta zona se corresponde con la Iberia de los
macizos antiguos. Por tanto está formada por materiales paleozoico-hercinianos y
algunos precámbricos como el granito, gneis, cuarcitas, pizarras, mármoles, etc.
Este material da lugar a formas falladas, pero siempre muy erosionadas. Así nos
encontramos, penillanuras, mesetas.
La Iberia caliza esta formada por sedimentos mesozoicos que se plegaran en la
era terciaria, los terrenos calizos forman en la península una Z invertida que se
extiende por Pirineos, Montes Vascos, Sistema Ibérico, parte oriental de la Cordillera
Cantábrica, Sistema Ibérico, parte de la Cordillera Costero Catalana y las Cordilleras
Béticas. Predominan las rocas calizas, aunque también abundan conglomerados,
areniscas y margas.
Estructuralmente se corresponde con cordilleras modernas, formadas durante la
orogenia alpina. Son, por tanto, relieves caracterizados por las grandes alturas y las
acusadas pendientes y desniveles.
La topografía del área procede de las características de la roca caliza. Ésta es una roca
dura, de ahí que los ríos formen gargantas profundas, pero también es una roca
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permeable, lo que origina un típico paisaje kárstico( estalactitas, estalagmitas,
dolinas,…)
La Iberia arcillosa constituida por materiales sedimentados muy poco
resistentes a la erosión como arcillas, margas, yesos, etc. que se depositaron a finales de
la Era Terciaria y durante la Era Cuaternaria. El área arcillosa se extiende por las
cuencas sedimentarias interiores del Duero, Tajo y Guadiana, y por las depresiones
exteriores, Ebro y Guadalquivir, hoyas interiores de las Cordilleras Béticas, llanuras
de la submeseta Norte y Sur y llanuras aluviales costero-mediterráneas.
El relieve arcilloso es básicamente horizontal de llanuras y páramos ya que son
terrenos no afectados por plegamientos posteriores y se erosionan rápidamente por la
blandura de sus materiales, por eso, en los medios semiáridos la erosión puede originar
una densa red de barrancos conocidos como cárcavas y badlands.
La topografía se caracteriza por un paisaje de suaves ondulaciones. Es el paisaje
de campiña, terrenos arcillosos-arenosos, muy buenos para la agricultura, que tiene su
modelo más representativo en las provincias de Córdoba y Sevilla.
LAS COSTAS
La costa es el espacio límite entre la tierra y el mar constantemente transformado por las
corrientes marinas, oleaje, abrasión y fluctuaciones del nivel del mar.
Las costas españolas no presentan sinuosidades ni entalladuras, salvo pocas
excepciones, de ahí el carácter macizo de la Península.
Dividimos la costa en los siguientes tramos:
Costa cantábrica. Rectilínea, con acantilados y pocas playas pues la cordillera
va paralela al mar. Encontramos accidentes geográficos: cabos como
Machichaco, Ajo y Peñas y rías.
Costa gallega. Recortada por la existencia de rías o valles fluviales. Se
denominan Rías Altas, al Norte de Finisterre y Rías Bajas al sur de Finisterre.
Costa atlántica. Baja, arenosa. Desde la desembocadura del Guadiana a
Trafalgar. En esta zona se encuentran las marismas, colmatación del Lacus
Ligustinus romano.
Costa mediterránea. Se extiende desde la punta de Tarifa a Francia
distinguiéndose los siguientes sectores:
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bético: rectilíneo desde Gibraltar al cabo de Gata pues se corresponde
con la cordillera Penibética, que va paralela al mar y que se hunde a la
altura del cabo de Palos. Desde aquí a La Nao está condicionada por el
surco intrabético que forma el entrante del golfo de Alicante. Al Norte, la
Subbética con las alineaciones prebéticas han conformado los cabos de
La Nao y San Antonio.
litoral valenciano: desde La Nao al delta del Ebro. Amplia llanura que
desciende hacia el mar desde la cordillera Ibérica y en la que destaca la
Albufera de Valencia. En la costa abundan los tómbolas, islotes rocosos
unidos al continente por istmos arenosos.
litoral catalán. Diferente a lo largo de sus 552 Km. Acoge el delta del
Ebro (Tarragona), gran llanura aluvial, triangular, alargada de E a O.
abundan las lagunas y albuferas y la inestabilidad del cauce provoca
meandros abandonados y brazos antiguos. Se formó después del último
período glacial .
La costa brava gerundense es abrupta y rectilínea. Debido a la poca
dinámica de las aguas mediterráneas, en los entrantes hay pequeñas
playas rodeadas de promontorios rocosos.
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TEMA 3.
LAS GRANDES UNIDADES DE RELIEVE
Llamamos conjuntos morfoestructurales a aquellos relieves cuyas formas y evolución
están estrechamente relacionados con la estructura geológica.
Con los rasgos generales de relieve: roquedo, evolución geológica y modelado,
podemos distinguir tres grandes conjuntos morfoestructurales:
1. Macizos antiguos, integrados por las montañas de altitud media, cumbres
aplanadas y ocasionalmente reducidas a penillanuras, como corresponde a la
gran acción erosiva que han experimentado en el transcurso de los tiempos
geológicos. Los materiales constituyentes son paleozoicos, plegados por la
orogénesis herciniana y deformados por el plegamiento alpino. Integran el
zócalo del relieve peninsular y fueron objeto de un rejuvenecimiento como
consecuencia del plegamiento alpino. Ofrece ejemplos de relieve apalachense.
2. Cordilleras alpinas, surgidas tras el último gran plegamiento y formadas por
materiales jóvenes, fundamentalmente calizos. Se integran en el ámbito de las
grandes cordilleras que circundan el Mediterráneo en todas sus riberas (Alpes,
Apeninos, Cárpatos, Cáucaso, Atlas,…) y hallan sus mejores representaciones
en los Pirineos y en las cordilleras Béticas, las cuales se formaron por la
compresión de las placas sobre los materiales depositados en el mar de Thetis
3. Depresiones. Hay dos tipos:
Interiores: Fragmentos hundidos del viejo zócalo paleozoico, que han sido
rellenadas por los aportes sedimentarios, cuyos mejores ejemplos son la
cuenca del Duero y La Mancha.
Exteriores. Las situadas entre los bordes de los macizos antiguos y las
cordilleras alpinas, que ocupan antiguos golfos marinos o brazos de mar,
igualmente colmatados por los aportes sedimentarios, en este caso
procedentes de las cordilleras alpinas recién surgidas, de gran altitud,
materiales blandos y, en consecuencia, fáciles de erosionar. Son las
depresiones del Ebro y del Guadalquivir.
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MESETA Y UNIDADES INTERIORES
La Meseta.
Desde el punto de vista geológico, la Meseta constituye el núcleo primitivo y la
pieza fundamental del solar ibérico (un 45%). Ocupa el O. de la P. Ibérica y se
encuentra basculada hacia esta dirección en un 0.3%. Su altura media excede los 600
metros y se halla dividida en dos mitades por el Sistema Central. Al Norte queda la
submeseta septentrional, cuya altitud media supera los 700 metros, y que alberga la
cuenca del Duero e históricamente con los primitivos reinos de León y Castilla. Al Sur
se extiende la submeseta meridional, de altitud más moderada (sobre 600 m)y
dividida, a su vez, en dos mitades por los Montes de Toledo, que se interponen entre los
ríos Tajo y Guadiana. Estas tierras fueron incorporadas algo mas tarde a los reinos
cristianos y recibieron las denominaciones de Extremadura y Castilla la Nueva.
Presenta materiales paleozoicos, hercinianos, que fueron reducidos a penillanura en
el mesozoico por efectos de la erosión y que fue afectada por el alpino que:
a) La fractura e individualiza en bloques, algunos de los cuales se elevaron y
otros se hundieron.(Se elevan las cordilleras y se hunden las depresiones)
b) La pliega por los bordes exteriores.
c) La bascula hacia el Océano Atlántico como hemos señalado anteriormente
reestructurando la red hidrográfica, que antes llevaba dirección al Mediterráneo
y ahora lo hará al Atlántico.
Las unidades interiores.
El resultado final de la evolución orogénica analizada fue la individualización de
unidades de relieve hasta entonces inexistentes en el interior de la Meseta, las cuales se
concretaron en forma de cordilleras (Sistema Central y Montes de Toledo) o en forma
de depresiones (cuenca del Duero y La Mancha).
El Sistema Central
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Está formado por un rosario de sierras que se extiende a lo largo de 400 Km. Y 35-40
de ancho Es una alineación oeste-este que, en su parte oriental, se torna suroeste-
noreste. Destacan las sierras, Guadarrama, Gredos, Peña de Francia y, ya en Portugal,
sierra de la Estrella. Y en la parte oriental: Somosierra, Ayllón, Robledal
Las sierras se corresponden con bloques fragmentados del zócalo meseteño en un
sistema de Horst (bloques elevados) y graben (bloques hundidos originados por el
plegamiento alpino. Entre unas y otras se interponen puertos o collados que facilitan la
comunicación entre ambas submesetas.
Las rocas constituyentes son de la Era Primaria, paleozoicas, y entre ellas abundan
los granitos, las pizarras, los gneis y otras de composición silícea en su parte
occidental y materiales mesozoicos en la oriental (cuarcitas, pizarras duras)
La diversidad de formas se corresponde con el modelado producido por el glaciarismo
en aquellas sierras de más de 1.500m, que han dado lugar a circos, lagunas, como
Peñalara y navas, tierras pantanosas y dando lugar a relieves tan espectaculares como
la Pedriza de Manzanares, Peña de Gredos,…
Presenta recursos mineros escasos en: granito, pizarra, algo de plata y estaño.
Montes de Toledo
Los Montes de Toledo tienen menor entidad como cordillera pues su altura máxima
es de 1.600m. Su formación es similar a la del Sistema Central,( materiales
paleozoicos, hercinianos, afectados por el alpino) aunque su complejidad geológica
es mayor. Sus cumbres no sobrepasan los 1600 metros, destacando Guadalupe,
Montanchez, San Pedro, Chorito, Pocito, Calderina.)
Entre las rocas constitutivas abundan las pizarras y cuarcitas, duras y muy
resistentes a la erosión. Presenta un relieve apalachense , crestas de cuarcita o
materiales duros alternando con depresiones, se trata pues de una erosión
diferencial. En los piedemontes se han acumulado depósitos de materiales de
tamaño irregular, denominados rañas ( cantos de cuarcita)
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Las depresiones y llanuras del interior de la Meseta
Cuenca del Duero y la llanura manchega: surgen por el hundimiento del zócalo
paleozoico y la colmatación posterior de estas depresiones. La sedimentación tuvo lugar
a finales de la Era Terciaria, una vez finalizado el plegamiento alpino, de ahí que los
estratos conserven la disposición horizontal con la que se depositaron. Hoy son extensas
planicies en cuyos horizontes se forman los páramos, costras de caliza en la superficie
y de arcillas y margas abajo y que la erosión ha trabajado dando lugar a cuestas, cerros
testigo u oteros y campiñas..
REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA
La Meseta está rodeada, por todas partes menos por el oeste, por cadenas
montañosas que la envuelven y la aíslan de la influencia oceánica, confiriendo a las
tierras un acusado carácter continental. Los rebordes que lo integran son:
El Macizo Galaico y los Montes de León.
Primitivo zócalo de la Meseta formado por rocas graníticas y metamórficas.
Cierran la Meseta por el NO, dejando a Galicia entre la Meseta y el Océano.
La superficie de estos dos sistemas montañosos está atravesada por:
1. redes de fallas, entre las que destacan las de orientación norte-sur que van de
la costa al interior ganando altura hasta constituir la alineación de sierras
denominada dorsal gallega, cuyo punto culminante es Cabeza de Manzaneda.
2. y las transversales, que han dado lugar a las rías. El mar penetra unos 25-30
Km en ellas y se dividen en Rías Altas y Bajas a partir de Finisterre.
Respecto a los Montes de León, hay que destacar que sus cumbres se elevan por
encima de los 2000 metros.; Teleno (2200m), Segundera (2000m)……presenta un perfil
mas suave en la Meseta y está compuesto de materiales paleozoicos, hercinianos, con
depósitos del Carbonífero, por lo que se encuentran recursos mineros en El Bierzo
(León): carbón, hulla, lignito, así como oro, hierro, …….
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En cuanto al modelado diremos que las mayores altitudes conservan importantes huellas
del glaciarismo. Entre éstas destaca el lago de Sanabria, el mayor lago español de
origen glaciar, centro de un importante parque natural y lugar de referencia cultural.
Actualmente está siendo erosionado por las precipitaciones propias del clima y su densa
vegetación impide ver la roca, excepto en las grandes altitudes.
La Cordillera Cantábrica.
Constituye el borde septentrional de la Mesta y se extiende desde Galicia hasta el País
Vasco a lo largo de 480 Km de cumbres alineadas paralelamente al mar Cantábrico.
Algunas de estas cumbres alcanzan los 2.600 Km por el Oeste, mientras que en la parte
E. están en torno a los 1.500Km.
Presenta una gran disimetría siendo la cara que da a la Meseta la más suave, pues en la
vertiente que da al mar el desnivel es grande, más de 1.000m en unos 40 Km , con el
consiguiente efecto sobre los ríos y el clima pues forma una muralla que dificulta la
comunicación entre la costa y las tierras del interior, dificultando el acceso de las masas
de aire húmedo al interior de la Península y constituyendo una barrera climática que
marca la división entre la España húmeda y la seca.
Bajo su aparente unidad se oculta una gran variedad interna, distinguiéndose:
1. El sector occidental o asturiano, el cual presenta afinidad con el Macizo
Galaico, pues también surgió durante la orogénesis herciniana. Está formado
por materiales paleozoicos (cuarcitas, pizarras) y otros del periodo
Carbonífero, época en la que se formaron las capas de carbón que aflora al
fracturarse en el alpino y que todavía hoy son objeto de explotación minera.
Elevado de forma gradual hacia el este, el sector culmina con los Picos de
Europa, donde están las grandes altitudes : Naranjo de Bulmes…presenta calizas
del Carbonífero por lo que existe relieve kárstico
Las rocas más resistentes como la cuarcita forman promontorios al llegar a la
costa, se adentran en el mar, formando cabos. En las pizarras, algo más blandas
se han excavado valles prolongados por las rías.
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2. El sector central de la cordillera, que se extiende sobre Cantabria. Está
formado por materiales de la Era Secundaria plegados durante la orogenia
alpina. Se trata de los sedimentos que había en profundidades marinas. Son
calizas mesozoicas y dan lugar a formas de relieve más suaves y de menor
complejidad que las asturianas, aunque también presenta cimas que sobrepasan
los 2000 metros de altitud. Ej. Híjar, Peña Labra, Peña Prieta……….
3. Los Montes Vascos, que se extienden entre la cornisa cantábrica y los Pirineos.
Son materiales mesozoicos plegados en el alpino mucho más que en la parte
cántabra puesto que aquí los sedimentos eran más abundantes. Su poca
resistencia a la erosión ha conformado un relieve suave y ondulado. Culminan
en Aitzgorri, Aralar y Peña Gorbea, que tienen unos 1000m de altura. Llegan a
la costa formando acantilados que alternan con playas redondeadas.
Los ríos han abierto estuarios y rías.
El Sistema Ibérico.
El borde oriental de la Mesta está ocupado por el Sistema Ibérico. Entre los rasgos más
sobresalientes de esta cordillera destaca el ser el único sistema montañoso español de
importancia que se orienta de noroeste a sureste. Se extiende desde las estribaciones
meridionales de la Cordillera Cantábrica hasta el mar Mediterráneo, cerrando por el
este la cuenca del Duero y la llanura manchega.
Su origen guarda relación con la primitiva inclinación de la Meseta hacia el este, lo cual
permitió la acumulación de gran cantidad de sedimentos en esta dirección; y con la
fuerza del plegamiento alpino, que dio lugar a una cordillera en la que la cobertera de
materiales sedimentarios plegados reposa sobre el zócalo paleozoico.
En su trayectoria se distinguen dos partes delimitadas por el río Jalón, afluente del Ebro
por el que discurren las vías que comunican el valle del Ebro con la Meseta.
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La parte septentrional cuenta con importantes sierras (Demanda, Cebollera, Urbión,
Moncayo), que suman a su importancia orográfica, su condición de núcleo dispersor de
aguas hacia las cuencas hidrográficas del Duero y del Ebro.
Está formada esta parte por materiales paleozoicos y sedimentarios pues son parte de
los materiales depositados en el mar.
El glaciarismo los afectó dando lugar a circos y lagos, como la Laguna Negra.
El sector meridional de la cordillera es más ancho y de contorno y alineación menos
precisos; en él se pueden distinguir dos ramas separadas por el curso del río Jiloca:
1. una interior o meseteña, con sierras como Albarracín o Serranía de Cuenca,
donde las calizas marinas ha dado lugar a relieve kárstico: dolinas, hoces….
2. y otra exterior o aragonesa, con sierras como Javalambre, Gúdar
3. en medio la Depresión Longitudinal Ibérica o Pasillo Calatayud-Teruel, fosa
tectónica rellena.
Los terrenos son mesozoicos, básicamente calizas marinas, y pese a su estructura
plegada, están atravesados por una serie de fallas que asemejan este sector al
graderío de un anfiteatro que desciende escalonadamente hacia el sur para hundirse
por fin bajo las aguas del Mediterráneo.
Sierra Morena.
Ocupa el borde meridional de la Meseta. Sus materiales son paleozoicos, hercinianos
y acogen los filones y yacimientos metalíferos que dieron fama a su minería.
Se trata en realidad de una flexión del zócalo producido por el alpino, por lo que es una
falsa cordillera.
Su importancia como cordillera responde más a su carácter rectilíneo y a su continuidad
a lo largo de más de 400 Km de recorrido que a su escasa altitud, pues sólo alcanza los
1323 metros en sierra Madrona, aunque en su interior transmite una acusada sensación
de relieve.
Diferenciamos 3 partes: la occidental, entre Huelva y Sevilla; la central, entre Córdoba
y Jaén y la oriental, a partir de Jaén donde se encuentra en único paso natural:
Despeñaperros.
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Ofrece un caso notable de disimetría entre sus laderas norte y sur, concretado en el
escalón que ha de salvarse para acceder a ella desde la Meseta o desde el valle del
Guadalquivir, casi inapreciable en el primer caso y muy pronunciado en el segundo.
UNIDADES EXTERIORES A LA MESETA.
Fuera de la Meseta se sitúan las unidades de relieve a las que, en razón de su
posición geográfica, denominamos sistemas exteriores. Son cordilleras y depresiones
cuya formación se inició a comienzos de la Era Terciaria. Las cordilleras surgieron por
efecto de la orogenia alpina, que plegó e hizo emerger los sedimentos depositados
durante la Era Secundaria al Norte y Sur de viejos macizos. Las depresiones
corresponden a las fosas alpinas establecidas entre los sistemas en curso de formación
y el borde del zócalo paleozoico.
Se integran en dos grandes conjuntos:
1. uno septentrional, formado por los Pirineos, la Cordillera Costero-Catalana y la
depresión del Ebro;
2. y otro meridional, integrado por las Cordilleras Béticas y la depresión del
Guadalquivir.
Los Pirineos.
Ocupan el istmo peninsular desde el golfo de Vizcaya hasta el cabo de Creus. Se
extienden a lo largo de 435 Km y forman una barrera montañosa robusta y compacta
que constituye una frontera de clarísimas repercusiones geográficas. Es una cordillera
alpina por su estructura geológica y por sus formas de relieve.
En su interior se distinguen dos zonas:
1. El Pirineo axial. Es el núcleo y eje directriz de la cordillera. Compone su
armazón y se extiende longitudinalmente por una banda de materiales
paleozoicos (pizarras, granitos) que son restos de un antiguo macizo
herciniano desaparecido y cuya composición litológica justifica que la parte
central de los Pirineos integre la Iberia silícea.
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Presenta las mayores cumbres: Aneto (3400m), Encantats (2700m).
Aún no ha sido aplanado por la erosión del Plioceno y del Cuaternario.
2. El Prepirineo, que se halla adosado a su flanco meridional.(están a un lado y
otro del Pirineo axial) Está formado por rocas calizas mesozoicas y se
descompone en dos alineaciones montañosas separadas, a su vez, por una
depresión longitudinal:
Sierras interiores
Se trata de materiales calcáreos cretácicos. Los ríos han cortado las sierras
transversalmente en desfiladeros.
Presentan relieves kársticas y sus picos más altos fueron afectados por el
glaciarismo que conformó circos, valles en artesa como los de Ordesa y
Belagua
Sierras exteriores
Se extiende por el sector navarro, aragonés y leridano. Sus cumbres más
importantes son Leyre (Navarra), Loarre (Huesca) Montsec (Cataluña), ya en
contacto con el valle del Ebro.
Depresión Media Intrapirenáica o Canal de Berdún.
Depresión margosa. Son varias depresiones unidas , perpendiculares al eje
de la Cordillera. No hay puertos de montaña.
El modelado: glaciarismo cuaternario que dio lugar a que las lenguas de hielo
rellenaran valles para morir a 700-800 m de altitud, que excavó circos y valles en U,
artesa, que excavan cubetas y forman lagos, ibones y estanys ( en Cataluña).
También presenta fenómenos de vulcanismo en la parte E de la cordillera( región de
Olot).
La cordillera presenta una ausencia casi total de valles longitudinales y el predominio
de los transversales, orientados de norte a sur, y que son obra del encajamiento
profundo de la red fluvial.
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La Cordillera Costero-Catalana.
Cierra la depresión del Ebro por el sureste. Está orientada de noreste a suroeste y se
extiende a lo largo de 250 Km, entrando en contacto con los Pirineos y el Sistema
Ibérico. Pese a su modesta condición como sistema montañoso, ofrece una complejidad
notable, derivada de su fragmentación transversal y longitudinal.
Geomorfológicamente, la cordillera está partida en dos unidades a la altura de
Barcelona: La mitad norte está integrada por materiales antiguos paleozoicos (pizarras,
granitos), restos de un antiguo macizo herciniano erosionado en el mesozoico y
fracturado en el alpino. Mientras que la mitad sur lo está por calizas mesozoicas
plegadas en el alpino.
Morfoestructuralmente se descompone en tres unidades paralelas entre sí y con
respecto al mar Mediterráneo:
1. la cordillera Litoral, que es la alineación inmediata a la costa, estrecha y con
150 Km de longitud, desde Gerona al Norte de Tarragona y que contiene, entre
otras, las sierra de Tibidabo
2. la depresión Prelitoral, fosa tectónica rellena por materiales terciarios y
cuaternarios. Discurre desde Girona hasta Tarragona a través de un espacio de
gran significación geográfica por su importancia agrícola, demográfica y
económica , pues es una zona de suaves colinas y fértiles valles : Penedés,
Campo de Tarragona
3. y la cordillera Prelitoral, ( 250 Km) ya en contacto directo con las tierras del
valle del Ebro, donde se encuentran las mayores alturas de todo el conjunto
(Montserrat, etc.).
La Depresión del Ebro.
Comprende las tierras bajas del noreste peninsular, cerrada al Mediterráneo por la
cordillera Costero Catalana. Su génesis y evolución geomorfológica están asociadas a
los sistemas montañosos de su contorno. Inicialmente fue un brazo de mar cuya
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comunicación con el océano quedó interrumpida a medida que el plegamiento alpino
elevaba los relieves ibéricos y pirenaicos. Desde mediados de la Era Terciaria quedó
reducido a un lago en el que se depositaban los materiales que la erosión excavaba de
las montañas recién formadas y los ríos transportaban gracias a los desniveles.
Los materiales transportados se depositaron selectivamente según su grosor, situándose
los más finos en el centro de la depresión y los más gruesos próximos a la línea de
costa. Luego, el proceso de erosión ha dado lugar a la aparición de mesas o muelas,
como la Sierra de Alcubierre; mientras que en los bordes aparecen formas de relieve
asociadas a potentes bancos de conglomerados y, en las zonas donde el roquedo es de
naturaleza margosa o yesífera, las conocidas como malas tierras o bad lands.
En cuanto al segundo conjunto encontramos:
Los Sistemas Béticos.
Se extienden desde el estrecho de Gibraltar hasta el cabo de La Nao. Constituyen el
mayor sistema montañoso de la Península, el de menor edad , más largo y el de mayor
complejidad geológica.
Surgieron en la segunda mitad de la Era Terciaria a medida que el plegamiento alpino,
por desplazamiento de la placa africana contra el zócalo de la Meseta, comprimió los
potentes bancos de sedimentos mesozoicos depositados en el mar de Thetis. Aquí se
alcanzaron espesores grandes que alternaban calizas y margas, lo que explica los
mantos de corrimiento o pliegues alóctonos que la cordillera presenta. La orogenia
alpina plegó las Béticas y hundió la región del Guadalquivir, transformándola en fosa .
en el Plioceno se abre Gibraltar.
Se prolonga hacia las islas Baleares por el mar y por el Norte de África por el Rif.
Limita al Norte con el Sistema Ibérico, La Mancha y la Depresión del Guadalquivir.
Unidades que presenta esta cordillera:
Cordillera Penibética, litoral, cordillera interna que se levanta bruscamente
ante el litoral y contiene las sierras de mayores alturas: Ronda y Sierra Nevada,
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entre otras. En esta última están las mayores alturas del sistema: el Mulhacén
(3478m), Veleta y también las Sierras de Ronda, Almijara , Gádor, Filabres.
En Sierra Nevada se encuentra un afloramiento paleozoico o cristalino,
“ventana tectónica”. Aquí encontramos pliegues que han sido movidos hasta 80
y 90 Km de su lugar de origen y que da lugar a zonas como las Alpujarras donde
el basamento paleozoico está al descubierto,.
El glaciarismo afectó a Sierra Nevada, aunque el modelado glacial es débil. Se
encuentran lagos de origen glacial, neveros.
Cordillera Subbética, exterior, y al Norte de la Penibética. Tiene una clara
orientación suroeste-noreste y se extiende de Cádiz a Alicante por las sierras de
Grazalema, Harana, Mágina, Cabra, Cazorla, Segura y La Sagra. Continúa con
las Prebéticas que llegan a La Nao: sierras de Aitana, Mariola,..Entre sus
materiales abundan las calizas mesozoicas y las margas, al amparo de las
cuales se han formado amplias superficies acarcavadas de malas tierras y
espectaculares relieves kársticos, de los que el más representativo es el Torcal
de Antequera. Es más tardío que la Penibética, más joven ( se forma más tarde
dentro del mismo Terciario)
Entre ambos conjuntos se sitúa la depresión o surco Intrabético, una serie de
depresiones interiores que se extiende desde Antequera hasta Baza, pasando por
Loja, Granada y Guadix. Unos 250 Km de materiales blandos: arcillas, margas,
arenas, areniscas, calizas.
La Depresión del Guadalquivir.
Ocupa el espacio que se extiende entre las Cordilleras Béticas y Sierra Morena. Es una
amplia depresión en forma triangular abierta al océano Atlántico, del que recibe la
influencia marítima. Está recorrida por el río Guadalquivir, que ofrece la particularidad
de no discurrir por el centro de la depresión, sino adosado a Sierra Morena, lo cual es
indicativo de su proceso de formación.
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Inicialmente, la depresión fue un brazo de mar que recibió las aportaciones
sedimentarias de las Cordilleras Béticas y de Sierra Morena. Como quiera que ambos
sistemas montañosos tenían distintas características de altitud, edad y dureza de los
materiales, los ríos que bajaban de las montañas béticas transportaron mayor cantidad
de sedimentos que los procedentes de Sierra Morena; de esta forma se fue produciendo
el desplazamiento de la línea de máxima profundidad hacia el norte y, en ella, se
acomodó el lecho del río.
Las formas más características de la depresión del Guadalquivir son sus campiñas,
tierras llanas suavemente onduladas que han sido objeto de explotación agraria desde la
antigüedad. Asimismo, aguas debajo de Sevilla, y a escasísima altura sobre el nivel del
mar, se sitúan las marismas, cuya condición de zonas húmedas fue uno de los
principales argumentos para la declaración del Parque Nacional de Doñana.
RELIEVES INSULARES
Los archipiélagos ofrecen dos tipos de relieve claramente diferenciados. Las
islas Baleares guardan una estrecha relación con el relieve peninsular, mientras que las
Canarias son completamente independientes, tanto por su situación geográfica como por
su carácter volcánico.
LAS ISLAS BALEARES.
Son la prolongación geográfica de la Península en el mar Mediterráneo a través del
cabo de La Nao, ya que, excepto en la isla de Menoría, el archipiélago representa la
continuidad de las Cordilleras Béticas; así lo acredita su estructura geológica, la
naturaleza de sus materiales y la edad de formación.
Es en Mallorca, en razón de su tamaño, donde se hallan mejor representados los
caracteres originales del relieve. Éstos se sintetizan en la existencia de dos cadenas
montañosas y una depresión interior: al noroeste se sitúa la sierra de Tramontana, que
contiene la mayor elevación del archipiélago (Puig Major, 1445 m); al sureste se
extiende la denominada sierra de Levante y, entre ambas, la llanura central.
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La isla de Menorca se diferencia del resto del archipiélago por su vinculación con la
cordillera Costero-Catalana, hecho perceptible en la naturaleza del roquedo e, incluso,
en su particular forma y orientación.
LAS ISLAS CANARIAS
Situadas en el Océano Atlántico, tienen un carácter volcánico compartido con otras
islas del mismo océano, como Islandia o las Azores. Su origen hay que relacionarlo con
las emisiones volcánicas que tuvieron lugar a mediados de la Era Terciaria, cuando la
orogenia alpina rompe el fondo marino y emerge material magmático a través de las
fracturas existentes en esta zona de fricción entre la placa africana y la corteza oceánica
Las islas se alinean conforme a dos rumbos dominantes, noreste-suroeste y sureste-
noroeste, y ofrecen como rasgo común su carácter montañoso. Se elevan desde las
profundidades marinas hasta una altura considerable, lo que, unido a su limpia
atmósfera, ha sido aprovechado para la instalación de grandes observatorios
astronómicos. Su punto culminante es el Teide, que con 3710 metros de altitud es la
montaña más alta de España.
La naturaleza volcánica del roquedo, la abundancia de basalto, troquitas y fonolitas
y los grandes desniveles que entraña la montaña han originado formas de relieve
espectaculares. Entre éstas destacan las calderas y los cráteres volcánicos, los pitones o
roques de lava que la erosión ha puesto al descubierto o los malpaíses, resultantes de la
solidificación de las lavas.
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TEMA 4. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL CLIMA EN ESPAÑA.
Los condicionantes básicos
En ocasiones utilizamos el concepto de tiempo y clima indistintamente de manera
equivocada. Aunque guardan relación entre sí son objeto de estudio por distintas ramas
de la ciencia.
Entendemos por tiempo la situación de la atmósfera en un lugar y momento
determinado. La meteorología se ocupa de su estudio
El clima es la sucesión de estados atmosféricos, las condiciones atmosféricas que se
dan en una región en un largo período de tiempo ( al menos 30 años).la Climatología se
ocupa de analizar los climas.
Los condicionantes básicos del clima son los elementos y factores.
Los elementos determinan el clima. Entre los elementos destacamos la precipitación y
la temperatura
Las precipitaciones. Distribución espacial
Es un elemento fundamental pues de la cantidad de agua caída depende el paisaje
vegetal y la economía. Debido a la escasez de agua que hay en nuestro país, los recursos
hídricos se cuentan como parte de los desequilibrios regionales.
La pluviosidad española depende de:
La posición respecto a la circulación general atmosférica
La altitud
Los vientos húmedos
La topografía
La pluviometría española muestra valores muy desiguales y es, en general, baja. A
partir del mapa pluviométrico medio, se pueden distinguir tres grandes franjas, que
corresponden a la España húmeda, la seca y la árida.
1. La España húmeda. Es la única que recibe precipitaciones anuales abundantes,
siempre superiores a los 800 litros, aunque existen puntos que superan los 2000
litros. Comprende las vertientes noroeste y norte peninsular, desarrollándose
sobre una franja continua que va desde Galicia hasta Cataluña, incluyendo
también las zonas montañosas de esa vertiente norte: los macizos Galaico y
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Cantábrico y los Pirineos. Las causas de la elevada pluviometría de estas áreas
hay que buscarlas en su disposición septentrional, con la consiguiente influencia
de las borrascas y de los frentes atlánticos, y en el relieve.
Fuera de estas áreas, sólo algunos núcleos aislados de la Península reciben
precipitaciones totales anuales similares, conformando auténticos islotes de humedad en
medio de zonas más secas. En este caso, la altitud es la causa fundamental de las
abundantes precipitaciones, de ahí que su distribución esté estrechamente relacionada
con las áreas montañosas de la Península: sectores de la Penibética, zonas más elevadas
de la Cordillera Ibérica, las sierras de Cazorla y Segura, y puntos muy localizados de los
Montes de Toledo y Sierra Morena. Dentro de esta área merecen destacarse la sierra de
Grazalema, la más lluviosa de España, que recibe más de 2000 litros anuales, explicable
por el efecto orográfico, la distancia al mar, su posición respecto a los vientos húmedos
con diferencia entre barlovento y sotavento, y la sierra de Gredos , que supera
ampliamente los 1500 litros.
2. La España seca. Es un área muy amplia delimitada, por las isoyetas de 300 y
800 mm anuales, y abarca el 72% del territorio peninsular. Incluyendo las dos
submesetas, los valles del Ebro y del Guadalquivir, zonas de Levante y
Cataluña, y la mayor parte de los archipiélagos. Las causas de la disminución de
las precipitaciones son, por un lado, el debilitamiento de los flujos atlánticos a
medida que penetramos hacia el interior de la Península; y por otro, cuanto más
al sur, mayor es la influencia del mundo tropical.
El paso de la España húmeda a la España seca se realiza a través de una zona de
transición, delimitada por las isoyetas de 600 a 800 litros anuales, se extiende formando
una aureola por la vertiente meridional de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y el sector
occidental de ambas mesetas.
3. La España árida. Se corresponde con aquellos lugares que reciben menos de
300 litros de precipitaciones totales anuales. Se localiza en su mayor parte en el
sureste peninsular y en el flanco levantino, cuenca del segura, e incluye también
algunas comarcas dispersas del interior peninsular, Zamora como las
altiplanicies granadinas y el bajo Ebro.
La atonía de las precipitaciones se explica, en unos casos, por el efecto de pantalla que
ejercen los relieves cercanos frente a la dirección predominante de los flujos lluviosos;
en otros, por su posición interior.
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Carácter y reparto estacional de las precipitaciones
El carácter de las precipitaciones cambia también de un lugar a otro. Así, en la
España húmeda, las precipitaciones caen durante muchos días a lo largo de todo el
año- unos 150 días- y por eso son, por lo general, finas y persistentes. En cambio, en
las zonas secas y áridas, el número de días de lluvia desciende de manera considerable-
75 y 25 días al año, respectivamente-, por lo que las precipitaciones caen en forma de
violentos aguaceros.
Tan importante como el número de días de precipitación es su régimen estacional, es
decir, su reparto a lo largo de las estaciones del año. Los principales regímenes
pluviométricos son tres:
el máximo de invierno se corresponde con la franja más próxima al océano
abierto, esto es, todo el sector occidental de la Península;
el interior y la mitad oriental se caracterizan por la existencia de dos
máximos, uno en otoño y otro en primavera; por último,
en zonas muy localizadas del interior, algunas áreas presentan
precipitaciones estivales superiores a las de invierno.
También tenemos que referirnos a la nieve reserva hídrica importante. Los espacios de
ocio suponen un aprovechamiento económico importante a pesar del daño al medio
ambiente.
Disminuye de Norte a Sur. Es importante en las sierras del Norte (más de 20 días al
año). En las costas levantinas y meridionales son desconocidas.
El granizo. Se incrementa de Sur a norte y de Este a Oeste y con la altitud. Los
máximos son 10 días al año en sierras montañosas y los mínimos en las costas
levantinas y meridionales.
Las temperaturas. Distribución espacial.
Grado de calentamiento del aire por la acción de los rayos solares. Su estudio permite
caracterizar los climas. se ve condicionada por :
La latitud
La altitud., tanto por el descenso de temperaturas como por las
distintas vertientes.
La influencia marina.
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Una primera aproximación a la diversidad de las temperaturas puede venir del
estudio de las temperaturas medias anuales. Se aprecian una serie de contrastes que
hay que destacar.
La latitud es la principal responsable de que las temperaturas medias
aumenten de Norte a Sur. La costa cantábrica es la más fresca, con medias
térmicas inferiores a los 15º C. En el resto de la Península, las temperaturas
medias superan los 15º C y en el valle bajo de Guadalquivir se aproxima a los
20º C. En una situación intermedia se situarían las dos submesetas y las tierras
extremeñas. La isoterma más alta es la 18.5º correspondiente a Córdoba y
Sevilla.
La influencia marítima se aprecia en la mitad occidental de la Península, donde
las temperaturas son más frescas que en las áreas cercanas al Mediterráneo. Ésta
es también la causante de las elevadas temperaturas alcanzadas en la costa
mediterránea. El poder atemperante del mar, la acción termorreguladora que éste
provoca da lugar a la diferencia entre centro y periferia
La altitud y la disposición del relieve hacen que en el interior peninsular las
isotermas se ajusten a las curvas de nivel con bastante fidelidad, de tal modo que
los puntos más fríos coinciden con las áreas más elevadas de Península. En
cuanto a la orientación de las pendientes:
La pendiente Sur, es la solana
La pendiente Norte, la umbría.
Un punto situado a la misma altitud puede tener distinta temperatura.
En cuanto a las temperaturas extremas diremos que tienen incidencia sobre los
ecosistemas y la economía. Se trabaja con valores absolutos al hablar de estas
temperaturas que establecemos de la siguiente manera:
Máximas más elevadas: valle del Guadalquivir, valle medio del Guadiana,
Badajoz, Cáceres, C. Real, mitad sur del Ebro.
Mínimas absolutas: Meseta, La mancha, zonas del S. Ibérico (Molina de
Aragón -30º), Albacete, Ávila, león, Soria, Burgos, Teruel, Cuenca.
Cuando la temperatura mínima es igual o inferior a 0ª encontramos las heladas que se
distribuyen así:
Interior: submeseta Norte ( más de 80 días), la Mancha ( entre 60 y 80 días) y en
puntos de los Pirineos ( 100 días)
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Costa: muy raras. Excepcionalmente en costa del Norte y NO y casi nunca en
Costa del Sol.
La amplitud térmica
Diferencia entre el mes más cálida y el más frío. Presenta el contraste centro- periferia.
Más amplitud térmica en el centro y menos en la periferia.
Si analizamos el mapa con las amplitudes térmicas, podrían añadirse nuevos
matices y quedarían así patentes las modificaciones que sufren las temperaturas a causa
de la continentalidad.
Aunque las temperaturas medias anuales de la costa y las del interior no difieren en
exceso, sí lo hacen las amplitudes térmicas, que nos alejamos del litoral. Los valores
más altos se corresponden con las Submesetas Norte y Sur- de 20 a 21º C y de 17 a 21º
C, respectivamente-, seguidas del valle del Ebro y de las campiñas béticas. Las causas
habría que buscarlas en la escasa influencia marítima de estas zonas. El resultado será
un fuerte enfriamiento del aire en invierno y un notable recalentamiento en la estación
estival. Los inviernos del interior son fríos y largos. En la periferia son suaves y
cortos.
En la costa meridional y oriental la amplitud térmica anual está entre 13 y 15º; la costa
septentrional en 10º y el interior entre 17 y 18º.
Factores climáticos en España.
Los factores modifican el clima. Pueden ser: astronómicos, meteorológicos y
geográficos:
Factores astronómicos.
Vienen dados por la situación de España en el planeta.
Latitud.
Tiene incidencia en la diferencia de
1. los balances de radiación solar. A más latitud, disminuyen los valores
térmicos.
2. en la duración de días y noches
El clima de la Península no puede ser entendido sin tener en cuenta su situación
astronómica. El territorio español peninsular se extiende entre los 43º y 36º de latitud
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norte, es decir, en el borde meridional de la zona templada, una zona de transición sobre
la que actúan los mecanismos de los climas templados y tropicales.
Los movimientos de la Tierra.
Causa la sucesión de las estaciones.
Factores meteorológicos.
Son más decisivos para los climas que la latitud. Están relacionados con la circulación
general atmosférica. Es España intervienen de forma independiente:
Las masas de aire
Los centros de acción
Los frentes
Las masas de aire
A España llega aire polar, tanto marítimo como continental; aire ártico muy frío y
seco y aire tropical marítimo, cálido y húmedo. Las masas de aire forman
los centros de acción que son dos: anticiclones y borrascas.
Estos tipos de masas de aire pueden ser estables o permanentes o bien inestables o
estacionales, según su origen y su periodo de actividad.
En España no se dan las condiciones necesarias para la formación de masas de aire
por sus dimensiones, por lo tanto los climas españoles dependen de las aportaciones
de masas de aire de otras regiones
Los grandes centros de acción que afectan a la Península son dos:
la depresión semipermanente de Islandia. Se encuentra en el Atlántico Norte.
Es una baja presión permanente que empuja hacia nuestras costas vientos fríos y
húmedos del Atlántico. En invierno se desplaza hacia el Sur y se suaviza por la
influencia de la corriente marina cálida procedente del golfo de México. Provoca
numerosas precipitaciones , sobre todo, en la cornisa cantábrica.
y el anticiclón de las Azores, responsable del tiempo seco y soleado. Se trata
de aire tropical marítimo, estable y permanente. Se desplaza siguiendo el
movimiento “aparente” del Sol, así en verano está sobre la Península, aunque
también se puede provocar una baja presión de origen térmico muy localizada.
En invierno el anticiclón de las Azores se desplaza al Sur permitiendo la entrada
de borrascas atlánticas.
Los frentes
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Zonas de contacto entre masas de aire diferentes. España queda bajo la influencia del
frente polar atlántico. Este frente no es sino el reflejo del Jet Stream (o Corriente en
Chorro) correspondiente en altura. En su seno se originan borrascas que dan lugar a
intensas precipitaciones.
Al seguir el desplazamiento de las demás masas de aire, de N. a S, la península queda
bajo la influencia del aire tropical cálido en verano y la del aire polar frío en invierno.
Durante los equinoccios, los desplazamientos ondulatorios del jet stream y del frente
polar barren la Península de N a S y de O a E.
Factores geográficos
Una serie de factores geográficos matizará, a veces con cierta intensidad, los
presupuestos teóricos nacidos de la circulación atmosférica y de la localización de la
Península en la fachada occidental de las latitudes medias.
En España debemos tener en cuenta:
El relieve, en su doble vertiente de altitud media elevada y disposición
periférica, complica las características climáticas, al introducir nuevos matices
regionales e, incluso, locales.
La orientación de las montañas, en general, y de las laderas, en particular, se
traduce en regímenes térmicos o pluviométricos muy diferenciados. Así, las
cadenas dispuestas de forma paralela, represan el aire frío continental procedente
de Europa o dificultan el paso de los flujos atlánticos procedentes del norte. Las
que se disponen de manera perpendicular a los vientos dominantes provocan
diferencias entre las vertientes de solana y de umbría.
Esta disposición facilita la entrada de vientos húmedos atlánticos y evita que el
centro sea un desierto. Las barreras montañosas provocan el ascenso y descenso
de los flujos de viento. Si una masa de aire cargada de humedad, choca con la
cordillera, asciende por la ladera de barlovento y el aire al elevarse, se enfría, se
condensa y llueve, son lluvias orográficas, habituales en la cornisa cantábrica.
En la ladera de sotavento al descender, el aire se calienta dando origen a un
viento cálido y seco.
En lo relativo a la altura: a más altura, menos temperatura y más precipitación.
España tiene mucho territorio por encima de los 1.000 m, por lo que tienen 6º
menos que si estuvieran a nivel de mar (0.65º /100m).
Situación entre mares.
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La situación de la Península entre dos mares de características contrapuestas, el
Atlántico y el Mediterráneo, aporta al clima nuevos matices, como la
suavización de las temperaturas, característica de los climas marítimos.
La forma maciza del país hace que la influencia marina llegue de distinta
manera, provocando una clara diferencia entre el centro y la periferia.
En el Atlántico la temperatura está modificada por la deriva Nor-Atlántica
haciendo que el N sea menos frío de lo que sería si no existiera.
El Mediterráneo al ser cerrado y no tener corrientes marinas que modifiquen el
clima y al estar rodeado de montañas ve algo limitada su influencia en el clima.
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TEMA 5. LOS DOMINIOS CLIMÁTICOS EN ESPAÑA. Los fundamentos de la diversidad climática española
El comportamiento de los elementos del clima, modificados por los factores (
latitud, el relieve,….) junto con la situación de la península, entre mares, permite
diferenciar dos dominios climáticos esenciales de la Península: el templado-cálido o
mediterráneo y el templado-frío, siendo una barrera montañosa septentrional la que
delimita dichos dominios. La diferencia entre ellos está en los 15º C de temperatura
media anual.
También debemos considerar el clima canario y el clima de montaña.
Los principales tipos de clima y sus características. Distribución geográfica de los
climas.
I. Los climas templados-fríos
Se dan en el extremo septentrional y en el centro de España y su temperatura
media anual es inferior a 15º C. Podemos establecer dos subtipos: el clima oceánico y el
clima continental.
El clima oceánico se extiende por la zona norte, desde Galicia hasta el Pirineo
occidental, sometida a la influencia directa del jet stream y del frente polar, y
ampliamente abierta al Atlántico. Se caracteriza por sus elevadas
precipitaciones anuales, siempre superiores a los 800 mm. La temperatura
media anual oscila entre 13º y 14º C y al estar todo el año sobre la influencia de
los flujos marítimos, las oscilaciones térmicas son muy débiles, con inviernos
templados y veranos frescos.
A medida que se penetra en el interior, las precipitaciones descienden, la estación seca
se acusa y el invierno se vuelve más frío. Se desarrolla entonces
El clima continental, es decir, el clima de la España interior, que afecta a casi
dos tercios del territorio peninsular. En esta amplia zona, las precipitaciones
son débiles-siempre inferiores a 600 mm- y descienden de norte a sur y de
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oeste a este; el invierno puede ser seco, debido a la formación de anticiclones
fríos de origen térmico, y, en verano, las temperaturas pueden favorecer la
formación de lluvias de convección. Las temperaturas medias anuales oscilan
entre 10º y 14º C y la amplitud térmica es muy elevada como consecuencia del
frío invernal y del recalentamiento estival. De uno a seis meses las temperaturas
medias no superan los 6º C y las heladas son abundantes. Las causas de estos
caracteres térmicos hay que buscarlas en la atenuación de la influencia
marítima, bien por la lejanía del mar, bien por la existencia de sistemas
montañosos que obstaculizan la llegada de los flujos marítimos.
II. Los climas templados-cálidos o mediterráneos
Sus rasgos esenciales son la existencia de un verano seco y caluroso, y de una
estación húmeda que puede ser el invierno, la primavera o el otoño. Las
precipitaciones son escasa e irregulares, siempre inferiores a los 800 mm, y la
temperatura media anual es siempre superior a los 15º C. La cercanía o la lejanía del
mar y la posición respecto a las borrascas del frente polar explican la gran diversidad
de subtipos.
El clima mediterráneo oceánico se extiende por el golfo de Cádiz y las
comarcas próximas, desde Tarifa hasta la frontera portuguesa. La gran
humedad ambiental es su característica más acusada, aunque las
precipitaciones no son muy elevadas, ya que oscilan entre los 700 y los 500
mm anuales, y son de origen frontal; sin embargo, en ocasiones, la presencia
de obstáculos montañosos cercanos a la costa, como ocurre en la provincia de
Cádiz, favorece el aumento de lluvias. Las temperaturas son suaves-entre 17 y
19º C de media anual-, con inviernos cálidos y veranos no muy calurosos. Es
la zona española de mayor insolación anual, supera las 3000 horas; en el
observatorio de San Fernando (Cádiz) se alcanza las 3200 horas.
El clima mediterráneo continental se extiende desde los cursos bajo y medio
del Guadalquivir hasta el límite con la provincia de Jaén, es decir, por
Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga y Córdoba. Las precipitaciones anuales
oscilan entre los 700 y los 300 litros anuales, con máximos en primavera y en
otoño, aunque ciertos puntos bien orientados hacia las masas de aire procedentes
del Atlántico superan los 700 litros.
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Las temperaturas, más elevadas en el valle del Guadalquivir, descienden a
medida que se acentúa la continentalidad, dando lugar a una temperatura
media anual elevada, entre 17 y18 º C, y a un invierno fresco, de 9º C de media,
sin heladas. El verano es el más cálido de España, en julio y agosto se supera
la media de 30º C
Este subtipo climático se prolonga por las altiplanicies de Andalucía oriental
y el surco intrabético, pero, en este caso, la ya considerable distancia del
Océano Atlántico, de donde proceden las masas de aire húmedo, hace que las
precipitaciones sean escasas, entre 300 y 600 litros anuales. La continuidad y,
sobre todo, la considerable altura media de la zona, originan un medio
ecológico hostil, caracterizado por una baja temperatura media anual (entre 13
y 15º C), un invierno muy largo y frío con fuertes heladas, un verano cálido
y prolongado, y la tendencia a acortarse las estaciones intermedias de primavera
y otoño
El clima mediterráneo subtropical es propio de la costa mediterránea
andaluza, desde Adra (Almería) hasta Gibraltar. Las precipitaciones son
relativamente abundantes en el oeste, cercanas a los 900 mm y diminuyen
poco a poco hacia el este, donde se sitúan en torno a los 400 mm. La
influencia del Mediterráneo hace que el invierno sea cálido (12º C); además,
las Cordilleras Béticas hacen de escudo protector frente a las llamadas
“nortadas” el aire frío procedente del norte, justificando la denominación de
Costa del Sol con la que se conoce a esta región. En cambio, el verano es
caluroso, debido al fuerte recalentamiento del Mediterráneo, como
consecuencia de sus reducidas dimensiones, y a la temperatura media anual,
relativamente alta (19º C).
El clima subdesértico impera en el litoral sureste, entre Balerma
(Almería) y Torrevieja (Alicante), incluye, pues parte de las provincias de
Murcia, Almería y Alicante. La característica esencial es la escasez de
precipitaciones anuales, siempre inferiores a los 300 mm debido al efecto
de pantalla que ejerce la cordillera Penibética sobre las borrascas. Los
máximos pluviométricos se producen en otoño y en primavera, pues las
precipitaciones suelen estar ligadas a situaciones de gota fría. La
temperatura media anual es la más elevada de Andalucía y de la
Península (21º C); el invierno es templado, presentando valores entre 11 y
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13º C, y el verano muy cálido (26º C), ya que es una zona expuesta a la
llegada de masas de aire del continente africano. La insolación anual es
grande y las heladas, escasas.
El clima mediterráneo levantino-balear abarca la región valenciana,
Tarragona y Baleares. En las dos primeras regiones, las precipitaciones
oscilan entre los 400 y los 700 litros, con un máximo de otoño, pues en
invierno la cercana Cordillera Ibérica ejerce de pantalla frente a los flujos
húmedos procedentes del oeste. La temperatura media anual es suave (16º
C) y la amplitud térmica, moderada, pues oscila entre los 13 y los 15º C.
El clima mediterráneo catalán es propio de la franja costera comprendida
entre la desembocadura del Ebro y los Pirineos. Las precipitaciones son
bastante abundantes, oscilan entre los 500 y los 900 litros anuales; es más,
apenas existe sequedad estival. Las temperaturas son suaves y la amplitud
térmica, moderada o baja, situándose entre los 13 y los 18º C, hechos
explicables por la influencia dulcificadora del mar.
En los grandes dominios anteriores, el relieve introduce importantes modificaciones
al aumentar las precipitaciones de la vertiente expuesta a los vientos y disminuir
las temperaturas. Esto explica, por ejemplo, islotes aislados de elevada pluviometría
en áreas andaluzas secas, como la sierra de Grazalema, en Cádiz, que recibe 2223mm de
lluvia anuales.
III. El clima del archipiélago canario
La cercanía de Canarias a los trópicos hace que las islas se vean poco afectadas
por la circulación del oeste, situándose bajo la influencia del anticiclón de las
Azores, el aire tropical atlántico y los vientos alisios del noroeste. Además, la
corriente marina fría de Canarias y la disposición del relieve añaden nuevos
contrastes a un clima de claras influencias tropicales
Las precipitaciones totales anuales no son muy abundantes, de 250 a 500mm,
incluso hay áreas que no alcanzan aquel umbral mínimo. Su régimen es similar al
mediterráneo, con un máximo de invierno, debido al descenso latitudinal de las
borrascas o la llamada gota fría de Canarias, y con un mínimo estival.
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El relieve insular genera considerables contrastes; por una parte, como consecuencia de
la altura; por otra, por la distinta orientación de las laderas
En algunas zonas, como en las laderas de Tenerife y de Las Palmas, se produce el
llamado “mar de nubes”, una banda nubosa estratiforme que se extiende entre los 500
y los 1500 metros, y que tiene cierta importancia como forma de precipitación
invisible, al mantener mojados el suelo y la vegetación en verano.
Las temperaturas medias anuales se sitúan entre los 19 y los 21º C, y la oscilación
IV. Clima de montaña.
Hay unas características comunes a los espacios montañosos: descenso de temperatura
(6º cada 1000m ), distinta insolación sobre las vertientes de solana y umbría, la reducida
amplitud térmica de las cumbres, el fenómeno de inversión térmica, el aumento de
precipitaciones en la montaña.
En general es un clima frío, con meses por debajo de 0º C, las precipitaciones son
abundantes, superiores a 1000 mm, producidas a veces en forma de nieve que en
algunos lugares no desaparece en todo el año, acompañadas de temperaturas medias
negativas en invierno y muy frescas en verano.
TEMA 6. LAS AGUAS Y LA RED HIDROGRÁFICA
La red hidrográfica española presenta una serie de características:
1. La disimetría de la red fluvial, es decir, la falta de simetría que presenta con
relación al soporte geográfico. La hay entre la superficie peninsular que vierte sus
aguas hacia el Océano y la que las que vierte hacia el Mediterráneo, que son del 69 y del
31%, respectivamente.
2. Adecuación al relieve. Es por causa de la gran longitud de sus ríos que
discurren por las llanuras y depresiones, que oscilan en torno a los 1000 Km, y el corto
recorrido de los ríos de montaña, que no suelen sobrepasar el centenar. Los ríos de la
Meseta destacan por su escasa pendiente y lentitud de aguas, mientras que los que
drenan los rebordes montañosos o los sistemas exteriores unen a su escasa longitud la
altura de cumbres en su nacimiento, resultando un desnivel y una pendiente que
confieren a sus aguas tanta velocidad como fuerza erosiva.
3. Paralelismo. La red hidrográfica peninsular es reconocible a simple vista por
el paralelismo que, excepción del Ebro, presentan los grandes ríos entre sí, cuyos cauces
están relativamente equidistantes y regularmente distribuidos sobre el espacio.
4. Alternancia entre cursos de agua y sistemas montañosos. Está favorecido
por la disposición paralela del relieve. De hecho, nuestros grandes ríos se sitúan entre
dos sistemas montañosos y el curso fluvial es más o menos paralelo a los ejes de las
cordilleras, desde los cuales descienden los afluentes transversalmente hacia el cauce
principal. Así se explica que los ríos que discurren por zonas de pocas precipitaciones
puedan tener un caudal considerable gracias al agua procedente de las montañas.
5. Intensa relación con la ocupación del territorio. Ocurre con el
emplazamiento de las ciudades antiguas junto a importantes cursos de agua (Córdoba,
Mérida, Zaragoza, Toledo…) o la utilización de los valles fluviales para el
establecimiento de vías de comunicación, sin olvidar, incluso, la relación que pueda
existir entre los ríos peninsulares y la Reconquista, cuyos grandes avances consistieron
en la incorporación sucesiva de las cuencas hidrográficas a los reinos cristianos.
El caudal de los ríos peninsulares.
Un dato elemental para apreciar la importancia de un río es su caudal, entendido
éste como la cantidad de agua que transporta, expresada en metros cúbicos pos segundo.
Se mide en las estaciones de aforo que hay distribuidas por la geografía española y los
datos recogidos se presentan en sus doce valores mensuales, o reducidos a la cifra media
anual. Son cifras que expresan el caudal absoluto. El río más caudaloso es el Duero
(660m ³), seguido del Ebro (614m ³).
El caudal guarda relación con el tamaño de los ríos y que, en general, los más largos son
los más caudalosos. Los caudales descienden de norte a sur.
Así, los ríos de mayor caudal (Duero, Ebro) pertenecen al tercio septentrional de la
Península; el Tajo se sitúa en un nivel intermedio; y el Guadiana y el Guadalquivir que
son los menos caudalosos, ocupan la parte meridional.
Aunque los datos de caudal absoluto de los ríos son muy expresivos de su magnitud, no
informan acerca de si la cantidad de agua que transporta un río es consecuencia de la
abundancia de precipitaciones o de que drena una superficie muy grande. Por ello, la
noción de caudal absoluto ha de complementarse con la de caudal relativo, que es la
noción que realmente nos permite hablar de la caudalosidad de los cursos de agua.
Atendiendo a los datos de caudal relativo de los grandes ríos, podemos establecer una
jerarquización de los mismos de acuerdo con su importancia hidrológica y ponerla en
relación con los elementos del clima. Así quedan de manifiesto las diferencias entre ríos
muy caudalosos, como el Miño o el Nalón, que drenan cuencas reducidas de clima
atlántico, y ríos de escaso caudal, como el Guadiana y el Júcar, que avenan cuencas
mayores pero de clima mediterráneo.
En cuanto al caudal se refiere, también es obligado mencionar las extraordinarias
variaciones de nivel que acusan nuestros ríos. Éstas variaciones de nivel van asociadas a
la persistencia de precipitaciones, a precipitaciones de alta intensidad horaria, a la fusión
brusca de nieves, etc.
El régimen de los ríos peninsulares
Por régimen fluvial entendemos el comportamiento del caudal medio de un río a
lo largo del año, es decir, el modo habitual de fluencia de sus aguas. Se estudia a partir
de los datos de caudal, pero el manejo directo de estas cifras tiene ciertos
inconvenientes, como el de hacer muy difíciles las comparaciones.
Resulta por eso más conveniente sustituir la noción de caudal por la de coeficiente, que
consiste en relacionar el caudal medio anual (módulo) con los caudales medios
mensuales. Así, el coeficiente 1 equivale al valor del caudal medio.
Los coeficientes mensuales se pueden representar gráficamente con el fin de obtener
una imagen del régimen fluvial.
Los regímenes fluviales se clasifican, básicamente atendiendo a la procedencia de sus
aguas. Distinguimos un régimen pluvial, en el que el agua que llevan los ríos procede
directamente de la lluvia, y un régimen nival, en el cual las aguas fluviales procederían
de la fusión de las nieves
En el primer caso, el tiempo que media entre la caída del agua y su evacuación por los
ríos es muy escaso, siempre y cuando los suelos se hallen saturados. En el segundo caso
pueden transcurrir varios meses, pues depende de la persistencia de las bajas
temperaturas y del momento en que se alcance la fusión de las nieves. Entre unos y
otros regímenes existen situaciones intermedias según predomine en el mismo la nieve
o el agua.
La mayoría de los ríos españoles son de alimentación pluvial, por lo que se observan
regímenes diferentes de acuerdo con la variedad climática de la Península.
1. Régimen pluvial oceánico. Se caracterizan por la abundancia de aguas
durante todo el año y por no tener grandes crecidas ni estiajes, como corresponde a la
secuencia anual de las precipitaciones del clima atlántico. A este tipo pertenecen los ríos
cántabros y gallegos, cuya principal ventaja a efectos de aprovechamiento hidrológico
es la regularidad y constancia de sus caudales.
2. Régimen pluvial subtropical o mediterráneo continental. Es propio de las
tierras del interior, de la España seca, en las que la precipitación anual es reducida, está
mal distribuida en el tiempo y presenta una sequía estival muy pronunciada, que se
acrecienta por las elevadas temperaturas. Las diferencias de caudal son notables entre
períodos de máxima y mínima, apareciendo unos coeficientes mensuales tan
contrastados como para advertir la existencia de dos estaciones contrapuestas. La de
abundancia de aguas y la de estiaje.
3. Régimen pluvial mediterráneo. Se caracteriza por las inflexiones que
muestra su gráfica. Registra un máximo principal en otoño y otro secundario a finales
de invierno-primavera, destacando un mínimo estival menos acusado en duración e
intensidad que en el régimen mediterráneo continental.
4. Régimen nival. Se limita a las cumbres centrales pirenaicas. Su característica
principal es la de ofrecer un régimen muy simple, con una estación de aguas muy altas y
elevado coeficiente a finales de primavera y verano, y un prolongado estiaje, de mínimo
coeficiente, durante los meses en los que las temperaturas son lo suficientemente bajas
como para impedir la fusión de las nieves. En las zonas adyacentes a las grandes cimas
aparece el denominado nival de transición, que en realidad es el régimen nival algo
degradado
En las restantes cumbres montañosas, que tienen la altura suficiente como para recibir
precipitación en forma de nieve y retenerla durante varios meses (Sistema Central,
cordillera Ibérica, Sierra Nevada), surgen los regimenes nivo-pluvial y pluvial-nival,
cuyos caracteres son muy parecidos a los del régimen nival, sólo que atenuados en
intensidad y con crecidas levemente anticipadas en el tiempo.
Los regimenes fluviales comentados se presentan en toda su pureza en ríos cortos, pero
no así en los largos.
Los factores condicionantes del régimen fluvial
El régimen de los ríos depende de un conjunto de factores geográficos que son
externos al propio río. Unos son de índole física y otros derivados de la acción humana.
A. Factores de índole física:
1. El clima es, probablemente, el factor más influyente en el régimen fluvial. Las
aguas que transportan los ríos proceden de la escorrentía, por ello existe una relación
directa entre el total de precipitaciones que registra un clima y el caudal de sus ríos. La
secuencia estacional de las precipitaciones, igualmente, influye en el régimen fluvial,
cuyas crecidas y estiajes coinciden con las estaciones húmedas y secas.
2. El relieve, además de condicionar el trazado de los cursos de agua, afecta al
régimen fluvial de forma diversa. La topografía es responsable de la pendiente de un río
y de la velocidad de sus aguas y, consecuentemente, de su fuerza erosiva y de su
potencialidad para la producción de energía hidroeléctrica. El relieve también influye en
el clima a través de la altura, e incluso puede propiciar la aparición de regímenes
fluviales de alimentación nival.
3. El suelo o sustrato, pos su parte, afecta al régimen hidrográfico en virtud de su
grado de permeabilidad. Un sustrato impermeable apenas interfiere en el discurrir de las
aguas, mientras en un sustrato permeable, como el calizo, absorbe y retiene una cantidad
importante de agua, lo que repercute, tanto en el desfase temporal entre el momento de
la lluvia y el crecimiento del caudal como en los efectos beneficiosos que produce el
aprovechamiento de estos manantiales en los meses de sequía.
4. La existencia de vegetación evita el desplazamiento rápido de las aguas por las
laderas y ralentiza el proceso de incorporación del agua de lluvia a los cauces, y es un
excelente atenuador de las crecidas violentas, tan frecuentes en los regímenes
mediterráneos. De ahí que la reforestación de las cuencas altas fuese un anhelo de los
naturalistas, tanto para la protección medioambiental como para la regulación de
caudales.
B. Factores derivados de la acción humana:
En lo que se refiere a los factores humanos, ha de entenderse que su interferencia en los
regímenes fluviales deriva de una doble necesidad: la de regular las cuencas
hidrográficas para disminuir los riesgos de inundaciones y los efectos de las crecidas, y
la de almacenar agua para consumo humano y usos agrícolas o industriales. Ello
requiere la construcción de embalses y presas de contención.
Con independencia de la merma de caudal que suponen los antedichos usos del agua, su
retención en pantanos altera el régimen del río, cuyas aguas dejan de fluir conforme a
las secuencias marcadas por la naturaleza para hacerlo conforme a la voluntad humana,
que ha logrado domesticar a los ríos
LAS VERTIENTES HIDROGRÁFICAS ESPAÑOLAS.
Los ríos peninsulares vierten sus aguas al mar Cantábrico, al océano Atlántico y
al mar Mediterráneo. Cada una de estas vertientes recibe unos ríos que se diferencian
por sus características físicas y por su régimen fluvial.
Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos y caudalosos. Cortos por la proximidad
de la cordillera Cantábrica al mar y por tener su nacimiento a considerable altura y a
escasa distancia de su desembocadura, en su recorrido han de salvar un gran desnivel;
son caudalosos por la abundancia de precipitaciones y carecen de estiajes acusados por
la regularidad de las precipitaciones que los alimentan.
En la vertiente atlántica desembocan los grandes ríos de la Meseta, así como el Miño,
atlántico por su lugar de desembocadura, pero que no comparte rasgos con los restantes
ríos de su vertiente, pues a todos los efectos es un río de la España húmeda Adaptados a
las condiciones del relieve y a la inclinación de la Meseta, los ríos atlánticos son largos
y de pendiente muy suave. Conforme a la distribución espacial de las precipitaciones,
disminuyen de caudal a medida que se sitúan más al sur, siendo la cantidad de agua que
trasportan un reflejo de las condiciones climáticas de la España seca y de la
irregularidad del clima mediterráneo. Su régimen se ve enriquecido por los grandes
afluentes, en particular los que tienen su nacimiento en las montañas, cuyas aguas
vienen a atenuar los contrastes estacionales de caudal.
En la vertiente mediterránea desaguan ríos desiguales. El Ebro es el de mayor
longitud, caudal y regularidad, pues recibe aportes hídricos de sus afluentes pirenaicos e
ibéricos. En los restantes ríos está patente la influencia de los relieves adyacentes al
mar, que limitan la longitud de las corrientes. Se trata, en general, de ríos muy poco
caudalosos, con grandes crecidas estacionales y fortísimos estiajes. Asimismo, en esta
vertiente están presentes cursos que llevan agua sólo en ocasiones, permaneciendo secos
la mayor parte del año: son las denominadas ramblas, que tanto significado tienen en las
regiones mediterráneas, hasta el punto de que muchas han quedado incorporadas al
callejero de las ciudades con este nombre.
LAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS DE ESPAÑA.
Miño. Es el río gallego por excelencia. Nace en las montañas septentrionales de
Galicia, en la provincia de Lugo. Tiene un recorrido de norte a sur hasta unirse
con su principal afluente, el Sil. Desemboca en Tuy, tras servir en último trecho
de frontera entre España y Portugal. Tiene una longitud de 343 Km y es uno de
los ríos más caudalosos de España, pese a disponer de una superficie de cuenca
muy reducida.
Duero. Es el río de la submeseta septentrional. Su cuenca hidrográfica es la
mayor de España, aproximadamente unos 100000 Km². Nace en los Picos de
Urbión, en el Sistema Ibérico, y desemboca en Oporto, tras un recorrido de 913
Km. Su caudal es de 660 m³/s. Pasa por Soria, Aranda del Duero, Toro y
Zamora. Tiene una tupida red de afluentes que recoge aguas de la cordillera
Cantábrica, el Sistema Ibérico y el Sistema Central, y es responsable de su
elevado caudal. Los más importantes son el Pisuerga y el Esla, por el norte, y el
Adaja y el Tormes, por el sur. Su curso sirve de frontera con Portugal y en este
tramo se encaja profundamente en la zona conocida como los Arribes del Duero,
donde se construyó uno de los mayores complejos hidroeléctricos peninsulares.
Tajo. Es el río más largo de la península Ibérica (1202 Km). Nace en la sierra de
Albarracín (Teruel), y discurre entre el Sistema Central y los Montes de Toledo,
pasando por Aranjuez, Toledo, Talavera de la Reina y Alcántara. Desemboca
cerca de Lisboa, en el mar de la Paja, formando el estuario del mismo nombre.
Sus principales afluentes son el Jarama, el Guadarrama, el Alberche, EL Tiétar y
el Alagón.
Guadiana. Tradicionalmente se señalaban las lagunas de Ruidera como su lugar
de nacimiento. Hoy, éste se sitúa aguas abajo. Con una longitud de 840 Km, es
el menos caudaloso de los grandes ríos peninsulares, pues sólo desagua 79 m³/s.
Pasa por Mérida y Badajoz, y desemboca en Ayamonte, tras formar frontera
entre España y Portugal. Sus principales afluentes por la derecha son el Záncara
y el cigüela y, por la izquierda, el Jabalón y el Zújar. En su cuenca se han
construido grandes embalses para la irrigación agrícola, entre los que destaca el
de La Serena, el mayor de España y uno de los de mayor capacidad de la Europa
occidental.
Guadalquivir. Nace en la sierra de Cazorla, provincia de Jaén, y desemboca en
Sanlúcar de Barrameda tras un recorrido de 560 Km por las fértiles tierras de la
depresión bética. Pasa por Andujar, Córdoba y Sevilla. Recoge aguas de Sierra
Morena a través de los afluentes de su margen derecha, que son cortos y objeto
de intensa regulación y aprovechamiento. Los más importantes son el
Guadalimar, Jándula, Guadalmellato, Bembézar y Viar. Por la margen izquierda
recibe al Guadiana Menor y al Genil, que nace en Sierra Nevada y riega la fértil
vega de Granada.
Ebro. Es el más importante de los ríos exteriores a la Meseta. Su cuenca
hidrográfica supera los 95000 Km² y su caudal es elevado. Nace en las cercanías
de Reinosa (Cantabria), pasa por Haro, Logroño y Zaragoza, y desemboca en
Tortosa, formando el delta que lleva su nombre. Tiene una longitud superior a
los 900 Km y representa la paradoja de ser una vía muy caudalosa sobre una
zona muy seca, lo que es posible gracias a los afluentes de los Pirineos y del
Sistema Ibérico. Tiene un régimen complejo, resultante de la alineación pluvial
de su cabecera y nivo-pluvial y pluvio-nival de los afluentes montañosos. Desde
el Pirineo descienden el Aragón, el Gállego y el Segre, y desde el Sistema
Ibérico, el Jalón, con su afluente, el Jiloca.
Segura, Júcar y Turia. Son excelentes ejemplos de ríos mediterráneos, tanto
por su moderada longitud como por su caudal reducido. Su régimen es pluvial y
está determinado por el roquedo calizo de sus lugares de nacimiento. Tienen
gran importancia a efectos agrícolas, pues el primero riega las huertas murciano-
alicantinas y los otros dos, la huerta valenciana.
USOS Y APROVECHAMIENTOS DEL AGUA
El aprovechamiento de los recursos hídricos tiene larga tradición en España. Desde las
construcciones romanas (acueductos, implantación de regadíos,..) a los árabes que
implantan una cultura del agua al servicio de la agricultura.
El agua es referente de los ilustrados y regeneracionistas, símbolo de progreso social y
agrícola. Esta línea de pensamiento termina con el Plan Nacional de Obras Públicas
de 1933, que contemplaba la construcción de presas, embalses, trasvases,…muchos
realizados a partir de 1960.
El consumo de agua en España se ha incrementado considerablemente en los últimos
cuarenta años debido al aumento del nivel de vida, desarrollo industrial y urbano,
incremento del número de hectáreas dedicadas a cultivos regados, al desarrollo de áreas
turísticas, expansión de segundas residencias, consumo de agua para parques y jardines,
incremento del uso doméstico, etc. Hasta ahora el agua había sido considerada como un
bien abundante, y no escaso, como sucede actualmente.
En la actualidad, se han añadido otros usos como acuicultura, refrigeración de
instalaciones energéticas,… en algunos casos se toma el agua en unos lugares del medio
natural y se consume en otros sitios, caso de usos urbanos, riegos agrarios, etc. En otros
casos se utiliza en su mismo medio natural, como la producción de energía eléctrica,
utilización recreativo-paisajística.
La demanda de agua en España supera los 30 000hm3, distribuidos en estos usos:
Abastecimientos urbanos e industriales. En países como el nuestro se consume
por encima de 300litros/habitante/día,(según la OMC, la cantidad de agua potable
necesaria para uso doméstico es de 50 litros diarios por persona) lo que supone un
14% del total.
Casi toda el agua llega de los embalses a las casas, por diferencia de nivel pero
en algunas ocasiones se necesitan hacer estaciones de elevación.
Ha sido necesario ampliar las infraestructuras para abastecer a poblaciones como en
zonas costeras mediterráneas (provincias de Murcia, Alicante,….)o el caso de
Madrid que ha visto surgir nuevas necesidades vinculadas a la aparición de
corredores industriales, urbanizaciones en la Sierra de Guadarrama, núcleos
dormitorios, etc.
La industria consume gran cantidad de agua, en torno al 7.5% del consumo total.
Usos agrarios. Gran parte de las obras hidráulicas realizadas en España han sido
para aumentar las hectáreas de regadío. El mayor usuario del agua, en nuestro país,
es el sector agrario. La desigual distribución de precipitaciones hace necesario el
regadío en muchos cultivos. El agua que se usa para riegos procede en parte de
cursos de agua que transporta aguas residuales, usadas en núcleos urbanos e
industria y devuelta a los ríos. Este proceso se realiza después de ser tratada
adecuadamente para que no contamine. Para el uso agrario, se hace necesario, por
tanto, obras de desvíos y canalizaciones, así como construcción de canales y
acequias. No puede ocultarse el uso poco racional del agua en el agro español por el
empleo de técnicas y métodos que suponen un auténtico dispendio de agua.
También se le da al agua un uso energético, para centrales hidroeléctricas, térmicas
y nucleares. En los últimos años del siglo XIX la demanda urbana e industrial de
electricidad da lugar a la construcción de las primeras centrales hidroeléctricas.
Además, el agua se emplea también en el proceso de producción de energía
eléctrica como refrigerante en centrales térmicas convencionales y nucleares.
Uso ambiental y recreativo. Este uso es importante y ríos, embalses y lagunas
ofrecen posibilidades variadas, aunque si se abusa puede provocar consecuencias
nefastas para el resto de las utilidades del agua. Hay actividades incompatibles, no
se puede realizar actividades deportivas en embalses cuya agua se usa para beber.
Actualmente, España almacena unos 55 Km3 de agua, se ha invertido en satisfacer la
demanda de agua creciente, excesiva y necesitada de racionalización. Se han construido
embalses en el curso de los afluentes por donde desaguan las montañas pues esta
ubicación permite:
Aprovechar las condiciones que ofrecen los valles estrechos del curso
alto de los ríos para la construcción del embalse
Amortiguar las crecidas al regular los afluentes de cabecera.
construir a la mayor cota para aumentar la altura de los saltos de
producción de energía eléctrica.
Asegurar unas pendientes que permitan deslizar el agua en los canales de
riego o abastecimiento urbano.
En cuanto a las presas diremos que en el norte son más pequeñas, pues el clima
oceánico permite disponer de agua todo el año. Las cuencas del Duero, Tajo y Ebro
proporcionan recursos abundantes que sobrepasan las demandas. En cambio en la
España mediterránea serán necesarias presas grandes por las irregularidades del clima.
Estas presas se llenan de tarde en tarde y retienen agua en años lluviosos que está
disponible para los años siguientes. El déficit de agua se encuentran en las cuencas del
Guadalquivir, Sur, Segura y Baleares, donde se producen restricciones de agua en los
años secos.
En las confederaciones del Guadiana, Júcar y Pirineo Oriental los recursos están casi
equilibrados con las demandas. Canarias mantiene un equilibrio muy precario.
Una solución para estos problemas es la creación de infraestructuras y equipamientos:
1. Obras Públicas. Presas y trasvases
España tiene gran cantidad de embalses construidos, pero también somos de los
países que más agua consume. Los embalses públicos forman la base de la
política hidráulica española, los privados se orientan a la producción de
hidroelectricidad.
La irregular distribución del agua hace necesario la construcción de trasvases. La
mayoría están hechos para generar energía hidroeléctrica, cubrir abastecimiento
urbano y pocos se han realizado para riegos.
En España funcionan: trasvase Tajo-Segura, Turia-Júcar, Ebro-Tarragona y el
trasvase de Zadorra.
2. Infraestructuras para mejorar la calidad del agua: depuradoras y
potabilizadoras.
Las depuradoras tratan las aguas residuales para que no contaminen. Pueden ser
urbanas, que tratan las aguas provenientes de uso doméstico; o industriales para
las aguas provenientes de industrias.
Las potabilizadoras son plantas para tratar el agua que se va a beber, se localizan
al pie de una sierra y cerca de los ríos. Se eliminan los residuos sólidos, se
descontamina al aportarle oxígeno y se le da una tercera fase de afino. La UE
obliga a que todas las localidades tengan estas plantas potabilizadoras.
Entre los principales problemas del agua en España destacan el consumo excesivo, la
creciente demanda, su mal uso, la contaminación,…ponen de manifiesto la fragilidad
del modelo tradicional del uso y gestión del agua en España, provocando tensiones
sociales, territoriales y políticas.
El excesivo consumo se debe al uso de técnicas tradicionales de riego, a las pérdidas de
las conducciones, canales, acequias y redes de abastecimiento.
Se hace necesario racionalizar el uso del agua, utilizando técnicas de menor gasto y
sembrando cultivos que necesiten menos cantidad de agua.
El consumo humano está estimado en unos 200 litros / persona y día. Supone una
cantidad excesiva, pero este cómputo viene realzado por una creciente demanda estival
en las zonas turísticas.
La pérdida de calidad del agua se debe a la sobreexplotación de acuíferos, vertidos
urbanos e industriales, abonado de campos,…que han provocado la contaminación o
salinización de las aguas subterráneas que pueden llega a ser irreversible.
Ante esta situación, las distintas instituciones intentan tomar medidas que solucionen o
palíen las consecuencias negativas del mal uso del agua, entendiendo que como bien
renovable depende, en gran medida, de la cultura de los usuarios.
Por ello, aparecen instrumentos de gestión. De esta manera se promulga en 1985 la Ley
de Aguas; en 1993 se presenta el Plan Hidrológico Nacional aprobado en 2001 y
modificado en 2005 (ya en 1998, se había presentado el Libro Blanco del Agua).
Con estas iniciativas se pretende lograr un modelo basado en una política integral del
agua, en la planificación a escala estatal y por cuencas hidrográficas, en el uso racional
y equilibrado de los recursos hídricos,…
Considerando que el agua es un bien escaso la gestión del agua se presenta como un
problema cada vez que se proyecta un trasvase que afecta a distintas Comunidades, o la
presión urbanística que degrada los recursos hídricos y que son más alarmantes en unas
zonas que en otras. Se hace necesaria una nueva cultura del agua.
En este sentido, en el año 2000 el Parlamento Europeo aprueba la Directiva Marco del
Agua, que establece pautas para proteger las aguas continentales, las aguas de
transición, las costeras, subterráneas y establece objetivos como: proteger ecosistemas
acuáticos, promocionar usos sostenibles del agua, reducir la contaminación, intentar
paliar sequías e inundaciones.
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TEMA 7. REGIONES BIOGEOGRÁFICAS DE ESPAÑA
La Biogeografía es una rama de la Geografía que describe y explica la distribución del
mundo viviente a partir de los datos del clima, suelo y vegetación. Se ocupa de las
relaciones de los seres vivos con el medio ambiente.
En la vegetación incide, pues, el relieve, la litología y el clima con todas sus variantes.
Todos estos condicionantes generan un contraste espacial que se manifiesta en una
división zonal con modificaciones locales que constituyen las regiones biogeográficas:
eurosiberiana, mediterránea y macaronésica.
FACTORES DE LA DIVERSIDAD BIOGEOGRÁFICA DE ESPAÑA.
La Península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad en lo que a
flora y fauna se refiere. La riqueza de especies existentes, a la que hay que añadir la
propia del archipiélago canario, es consecuencia de su condición de encrucijada y lugar
de convergencia de las influencias atlántica y mediterránea, sahariana y europea.
Todo ello, está realzado a su vez por factores como:
1. El clima de la península Ibérica pertenece a los dominios atlántico y
mediterráneo, bien diferenciados por el régimen climático y por el distinto valor
de sus elementos. El clima mediterráneo es el más extendido y un
importantísimo factor de diversidad biogeográfica, tanto por los contrastes
estacionales como por las gradaciones espaciales, que permiten la aparición de
biotopos diversos.
2. La configuración de la península contrapone el interior y el litoral, y crea una
diferenciación climática de claras repercusiones en la vegetación y en la fauna.
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3. El relieve propicia la aparición de un amplísimo de hábitat, pues
independientemente de la existencia de montañas, depresiones, llanuras, etc.,
cada una con sus particulares condiciones biogeográficas, el relieve introduce
efectos derivados de la altitud y de la orientación, que influyen en las
temperaturas, en las precipitaciones, en la insolación, etc., y que vienen a
contrarrestar los efectos de la latitud con la altura.
4. Los grandes contrastes litológicos y la diversidad de los suelos repercuten en
la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, al tener que
adaptarse éstas a las condiciones del sustrato.
En consecuencia, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad y, si bien
representan en mayor medida a los ecosistemas mediterráneos, también se hallan
presentes en nuestras tierras las comunidades de la Europa atlántica. Lo mismo puede
decirse de Canarias, cuya privilegiada situación geográfica permite la existencia de un
elevado número de endemismos.
CARACTERIZACIÓN DE LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS EN ESPAÑA.
En Biogeografía, los rasgos o jerarquías que se establecen son los siguientes:
reino, provincia y sector. España forma parte del reino holártico boreal que se extiende
sobre los continentes al norte del trópico de Cáncer. Éste comprende once regiones, de
las cuales tres están presentes en España:
Región eurosiberiana. Se corresponde con la cornisa Cantábrica y
Pirineos, excepto la parte oriental de los mismos. Se caracteriza por una
vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas
suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas
condiciones, unidas a las características de un suelo pobre, permiten el
desarrollo de un bosque caducifolio que alcanza de 25 a 30 metros de
altura y cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz
solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y
herbáceo.
Se encuentra dividida en dos provincias:
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1. Provincia atlántica que comprende el norte y el noroeste
peninsular
2. Provincia submediterránea que se extiende desde la provincia
anterior hacia el este, ocupando la vertiente meridional del
Pirineo.
Región mediterránea. Comprende el resto de la Península y las islas
Baleares. El principal rasgo de la vegetación es su carácter
perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que
impone el clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy
acusada a la que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos
para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por
eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y de color cobre, y
una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato
(a este tipo de hojas se les llaman esclerófilas).
Región macaronésica. Se corresponde con el archipiélago canario.
Entre sus características: la insularidad, variedad litológica y antigüedad
de la flora. Esto hace que entre sus principales rasgos encontremos la
variedad florística y la elevada proporción de endemismos. Esta
diversidad procede de la unión en el archipiélago de las influencias del
mundo holártico y mediterráneo con las africanas, mientras que la
insularidad ha fortalecido los caracteres autóctonos.
FORMACIONES VEGETALES DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR
La vegetación es el conjunto de especies vegetales existentes en un territorio. Los
geógrafos suelen asociarlas en formaciones vegetales, agrupaciones de plantas que
tienen el mismo porte y aspecto: bosques, matorrales, praderas.
El bosque es una formación natural de árboles, al que, en consonancia con el clima, se
le une un sotobosque específico con matorral. Los bosques naturales se consideran
vegetación clímax.
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El bosque caducifolio
Es propio de la región eurosiberiana.
Localización. Ocupa la fachada atlántica, el macizo pirenaico y las cumbres de los
sistemas Central e Ibérico.
Pueden distinguirse, dentro de la región eurosiberiana, dos provincias:
1. La provincia atlántica, que comprende el norte y el noroeste peninsular y está
representada por los hayedos y los robledales. El haya es el árbol por excelencia de las
montañas fresco-húmedas. Se adapta a los suelos silíceos y calizos y se extiende desde
Galicia hasta el Pirineo. Su madera, de excelente calidad, se utilizaba antiguamente para
la obtención de carbón; hoy se dedica a la fabricación de muebles, para lo cual se corta
en turnos madereros de 80 a 100 años. A menor altitud que el haya, por lo general a
menos de 1000 metros, se sitúa el roble, que manifiesta cierta predilección por los
suelos silíceos.
La destrucción parcial de los bosques de hayas y de robles dio paso a la introducción del
castaño y, después, a su sustitución por el pino, en un claro intento de orientar el
bosque hacia la explotación maderera.
La degradación de los bosques caducifolios atlánticos origina la aparición de un
matorral muy tupido, compuesto por una amplia familia de brezos y otras especies
arbustivas, a las que denominamos landas. La eliminación de bosques y landas ha dado
lugar a los prados en las zonas mejor dotadas de suelos. Actualmente, el bosque
atlántico está reducido a una extensión equivalente al 10% de la superficie potencial.
2. La provincia submediterránea, que se extiende desde la provincia anterior
hacia el este, ocupando la vertiente meridional del Pirineo. Su orientación a solana y su
situación a resguardo de los vientos atlánticos modifican las condiciones atlánticas
propiamente dichas y permiten la aparición de unas especies vegetales que son propias
tanto de la región eurosiberiana como de la mediterránea, aunque predominan las
pertenecientes a la primera, entre las que destacan el roble, el pino y el quejigo.
Bosque esclerófilo
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Propio de la zona mediterránea.
Localización. Ocupa el resto de la Península y el archipiélago balear.
Debido a las difíciles condiciones ambientales en las que se desenvuelve la vegetación
mediterránea, su crecimiento es muy lento, alcanzando su techo al cabo de siglos.
En su fase clímax, el bosque mediterráneo tiene como especie más representativa la
encina. La gran extensión ocupada por la encina obedece a su carácter acomodaticio,
que le permite ocupar suelos y climas diversos, y alcanzar altitudes de hasta 1000
metros en la meseta septentrional y de 2000 metros en Sierra Nevada, gracias a su
capacidad para resistir las frías temperaturas invernales.
Al abrigo de la encina, aprovechando el microclima creado por ella, surgen multitud de
especies arbustivas, como el madroño, la coscoja, el lentisco, la jara, y una gran
variedad de plantas aromáticas de tanto significado en el bosque mediterráneo e
implantación en nuestra cultura.
Pese a que la encina es la especie más extendida y adaptable a los ecotopos, en
ocasiones es desplazada por otras especies. Así, es sustituida por el alcornoque, cuya
singular corteza, el corcho, es objeto de explotación industrial y antaño base de la
actividad colmenera, que aprovecha hoy como entonces el rico y variado polen de la
flora mediterránea como base de una miel de excelente calidad.
El matorral del bosque mediterráneo lo componen especies como la jara, acebuche,
olivo silvestre, el lentisco, coscoja, romero.
Dentro del matorral hay que destacar dos formaciones arbustivas:
o El maquis, rico en especies, denso y alto. Se encuentra en el área del alcornoque
con especies como la jara, la retama, el madroño y el tojo.
o La garriga, más baja y densa y considerado una etapa inferior al maquis. Se
encuentra en el área de la encina, cuyas especies más representativas son el
romero, el tomillo, espliego, la aliaga.
o En las zonas más secas, caso del sureste peninsular, se desarrolla la estepa, una
formación herbácea en la que predomina el esparto, espárrago, el palmito...
El bosque mediterráneo es el que más ha retrocedido, por su enorme extensión. El
encinar y gran parte de los alcornocales se aprovechan para dehesa.
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Bosque de coníferas.
Las coníferas son plantas de frutos cónicos y ramas de contorno también cónico.
El reparto de las especies pináceas de este bosque es desigual. La disparidad de las
coníferas no se debe al dominio climático o suelo, sino que se adaptan, según especies,
a condiciones extremas de frío, calor, humedad y aridez. Presentan una copa cónica,
pequeñas hojas o acículas y escaso sotobosque. Entre sus especies destacamos:
o Abeto. Necesita mucha agua. Lo encontramos en Pirineos, no en Cordillera
Cantábrica pues no soporta la humedad.
o Pino negro. Se encuentra en los Pirineos, resiste bien el frío y la altura.
o Pino silvestre. Se encuentra en zonas montañosas del norte, interior. Su madrea
es de gran calidad.
o Pino carrasco. Necesita menos agua, se adapta a suelos calizos y a laderas, en
torno a los 600 m.
o Pino laricio. En suelos calizos de poco agua, bueno para producir madera y
repoblar.
o Especies como el Pinsapo o los sabinares. Se encuentran entre la Cordillera
Cantábrica a las Subbéticas . Se adaptan a medios difíciles. Comparten su
espacio con el quejigo y arbustos como espliego, tomillo. Los sabinares se
asocian a los bosques de frondosas y al esclerófilo mediterráneo.
Laurisilva canaria
Propia de la región eurosiberiana.
Localización. El archipiélago canario pertenece a esta región biogeográfica diferente,
bautizada con el nombre de macaronésica.
Teniendo en cuenta la constitución volcánica de las islas y la presencia de la montaña,
particularmente el Teide, que es la montaña más elevada de España, la vegetación tiene
una clara tendencia a estratificarse por pisos altitudinales, lo cual, a su vez, se explica
por las condiciones climáticas de las islas.
El piso bajo tiene muy poca humedad y, por ello, carece de vegetación arbórea; su lugar
lo ocupa un matorral, cuyas especies más representativas son el cardón y la tabaiba. Le
sigue un piso intermedio de tránsito hacia el bosque de laurisilva, que aparece por
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encima de los 500 metros de altitud, coincidiendo con el mar de nubes donde se
condensa la humedad que transportan los vientos alisios. Por encima aparecen los
bosques de coníferas, particularmente el pino canario y algunos cedros dispersos. A
partir de aquí la degradación es muy rápida y surge un desierto rocoso en el cual todavía
perviven algunas especies florísticas endémicas.
También son propias de Canarias especies como el drago, palmeras, cardonales,
tabaibales, etc….
La vegetación de montaña
La altitud genera estratificación en pisos. Son varios los hechos que explican la
estratificación:
La vinculación de la precipitación con la altitud, así como el valor
especial de la precipitación en forma de niebla o rocío
El descenso de las temperaturas con la altitud
La orientación de las vertientes al sol según la procedencia del viento. El
barlovento recibe más precipitación por lo que tiene vegetación más
abundante
Exposición de las vertientes al sol. Las orientadas al sur, solana, más
afectadas por la acción solar y las orientadas al norte que retienen más la
humedad. La vegetación tendrá un desarrollo desigual.
Por lo general encontramos:
1. un piso basal protagonizado por el encinar
2. piso montano con hayas y robles
3. piso subalpino con pino negral y
4. después herbazales y prados.
5. las montañas más altas tendrían, también, un piso nival.
La vegetación de ribera.
Las características de la vegetación de ribera (existente en los lechos mayores de los
cursos fluviales) son:
Desarrollo condicionado por la abundante humedad
Disposición simétrica en bandas por las márgenes.
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Existe gran variedad de árboles y arbustos, como abedul, olmo, fresno, sauce,…en
posición más marginal, y más altos, los alisos, que toleran mal la inundación.
En el exterior dominan los chopos y álamos, además de fresnos y olmos, que forman la
faja más ancha y externa de la vegetación rupícola, hasta rebasar el lecho mayor.
Los arbustos de las riberas son arraclanes, laureles, majuelos, rosales silvestres,
zarzamoras, además de hiedras, madreselvas y lúpulo, junto a otras trepadoras. Hoy
se observa gran retroceso de esta vegetación espontánea reduciéndose a sendas líneas de
sauces en las márgenes.
El descenso está en relación a la potencialidad de estas tierras para el cultivo, con el
avance de las explotaciones de chopos para embalaje y con la enfermedad de la grafiosis
en los olmos.
LA INTERVENCIÓN HUMANA Y SUS CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS
La variedad de seres vivos que hay sobre la Tierra es enorme. Es grande la variedad
de genes, especies y ecosistemas. Esta variedad de seres vivos es considerada un bien,
por lo que la eliminación de elementos de un ecosistema puede tener consecuencias
negativas.
España es un país con gran diversidad biológica, tanto marina como continental, ya que
vivimos en el país europeo con mayor cantidad de especies, fauna muy numerosa y una
flora muy variada. También poseemos un número muy alto de endemismos, tanto en la
Península como en las islas.
España cuenta con unas 10.000 especies de plantas diferentes, esto supone el 80% de las
existentes en la U.E. y casi el 60% de las que hay en todo el continente. De ellas, 6.500
son autóctonas y unas 1.500 endémicas, es decir, que son únicas en el mundo.
En cuanto a la fauna, un total de 50.000 y 60.000 especies animales, representan el 50%
de las existentes en la U.E. Algunas rapaces como el águila imperial o felinos como el
lince ibérico tienen su único hábitat en España.
También encontramos algunas especies en peligro de extinción como el lagarto gigante
de la isla de El Hierro, el pato malvasía corre peligro y especies vegetales como el drago
son muy vulnerables.
Para preservar este legado que afortunadamente tenemos, el territorio español está
amparado bajo la figura jurídica de La Red Natura 2000, que engloba lugares que
deben ser protegidos según la U. E. España cuenta con más de 12 millones de
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hectáreas, el 25% del país está considerado de gran interés por Europa y se encuentra
protegido.
Los daños constantes ocasionados a la naturaleza por la actividad humana han generado
la extinción de al menos 40% de la biodiversidad en las últimas décadas, el daño
ocasionado a los ecosistemas ha dado paso a que las especies invasoras destruyan a
otras indefensas que se encuentran al borde de la extinción, además son causantes de
enfermedades, daños a los cultivos y un sinnúmero de afectaciones para la sociedad.
En la naturaleza, las formas de vida siempre se mueven de un lugar a otro, sin embargo,
dentro de ese movimiento, la influencia del ser humano ha trastornado los ecosistemas,
lo que ha provocado graves consecuencias como la extinción no sólo de animales, sino
también de flora.
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TEMA 8. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE
LA POBLACIÓN ESPAÑOLA.
El conocimiento de los efectivos y de las características de la población ha sido uno de
los objetivos perseguidos por los Estados desde la antigüedad a nuestros días, debido a
intereses militares y económicos.
La demografía hace un estudio cuantitativo de la población, de sus cambios y clasifica
a los habitantes de un área geográfica según sus características (edad, sexo, nivel de
instrucción,…).
La Geografía de la Población debe orientarse a describir y comprender la sociedad a
través del estudio de las relaciones entre población y espacio que habita.
EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN.
Para conocer la evolución de la población, su distribución, sus características
sociodemográficas y la dinámica de la población, se utilizan las fuentes demográficas,
censos y padrones, los nomenclátor, las estadísticas sobre movimiento natural y de
migraciones, los registros civiles. Éstas son elaboradas por el INE, además cada
comunidad autónoma tiene sus organismos de estadísticas, como el IEA (Instituto
Estadística de Andalucía).
Los censos son estadísticas que se hacen cada 10 años ( años terminados en 1) y permite
conocer el número de habitantes, viviendas, edificios. Se hacen conjuntamente los
censos de población y de vivienda para relacionar las características de los habitantes
con las viviendas que ocupan. Con el conocimiento que aporta el censo se toman
decisiones sobre construcción de hospitales, colegios, mejora de la natalidad.
En estos censos se diferencia entre población de hecho y población de derecho. La
población de hecho se refiere a los habitantes presentes y los transeúntes de un
municipio en el momento censal. La población de derecho recoge presentes y ausentes
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en el municipio en el momento censal (ausentes por ser funcionarios trabajando en
extranjero, militares en misiones, marinos mercantes, barcos de pesca,…)
Los datos del censo son secretos por lo que no pueden difundirse los datos que puedan
conocer la identidad del informante.
España sobrepasa los 47.000.000 de habitantes, después de haber tenido etapas de
crecimiento y otras de crecimiento más lento.
Diferenciamos dos etapas en la evolución de la población española, la preestadística y la
estadística que difieren en el ritmo y la intensidad de crecimiento, así como en la
cantidad y calidad de las fuentes de información.
o La etapa preestadística, comprende los siglos anteriores a la segunda mitad del
s. XIX. El conocimiento de los efectivos es impreciso por falta de fuentes
seguras. Desde la dominación romana al s. XIV se alternan momentos de auge y
de crisis demográfico, aunque nunca debió superar los siete millones de
habitantes.
o La etapa estadística se inicia en 1857, con el primer censo moderno. Desde ese
momento a 1900 la población crece en tres millones, lo que indica un
crecimiento débil.
En la primera mitad del s. XX aumenta el ritmo de crecimiento ganando más de nueve
millones debido a mejores condiciones sanitarias e higiénicas y a mayores recursos
alimenticios. Baja significativamente la tasa de mortalidad, aunque con momentos
excepcionales de freno al crecimiento: guerra en norte de África, gripe de 1918, Guerra
Civil, además de la emigración a Iberoamérica, Argelia, Francia., etc.
Entre las décadas de 1959 y 1970, el crecimiento alcanza altas cotas por la bajada de la
mortalidad y el mantenimiento de la natalidad, de las buenas condiciones económicas y
sanitarias. la emigración de los 60 supone una contención importante.
A partir de los años 80 cambia la tendencia y el crecimiento se hae más lento por la
fuerte caída de la natalidad.
LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL
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La distribución espacial de la población analiza la forma en que ésta se localiza sobre el
espacio. La población española presenta estas características
o Aumento generalizado de la densidad de población
o Contraste litoral, fuertemente poblado, interior, semivacío.
o Concentración en áreas urbanas frente a despoblamiento de zonas rurales.
La densidad de población ha evolucionado, a lo largo del tiempo, a valores más altos.
En la etapa preestadística, la densidad crece lentamente. Es la Corona de Castilla la
que lleva el peso de la población pues acogía las ¾ partes de la población española;
Valencia y Galicia también estaban pobladas y el resto tenía densidades bajas.
En la etapa estadística, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento es
mayor, configurándose el mapa actual; a mediados del siglo XX se observa ya una
periferia densamente poblada, destacando Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía,
Vizcaya y Guipúzcoa, en el norte y Madrid en el centro.
En el s. XX la densidad llega a los 78,5 hab/Km2 actuales. España tiene una de las
densidades más bajas del continente. Sólo tienen densidades más bajas Irlanda,
Bulgaria, Estonia, Letonia, etc.
En la distribución de la población encontramos áreas de concentración y otras de
vacío, un desequilibrio que presenta contrastes entre las comunidades autónomas.
Por comunidades autónomas el reparto de la población es la siguiente:
o Las comunidades con más porcentaje de población: Andalucía, Cataluña,
Madrid y Valencia, concentran el 57,9 % del total. Las de menos son La Rioja,
Navarra, Cantabria, Baleares, Ceuta y Melilla.
o Por densidad los resultados cambian. Los valores más altos están en Madrid,
P. Vasco y Canarias, con cifras superiores a los 200 hab/Km2. En menor
escalafón están Asturias, Baleares, Cantabria, Cataluña y Valencia.
Andalucía, Galicia y Murcia están por encima de la media pero sin llegar a 100
hab/Km2.
Las comunidades que no llegan a 50 hab/km2 son Aragón, las dos Castillas y
Extremadura.
Por provincias la densidad se distribuye así:
o Provincias de mayor densidad, superior a 100 hab/Km2. se encuentran en el
litoral, salvo Madrid y Sevilla. Pontevedra, A Coruña, Barcelona, Valencia,
Alicante, Málaga, Baleares, Cádiz, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas.,
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o Provincias que no superan los 50 hab/Km2 las de las regiones de Extremadura,
Castilla-La Mancha, Castilla-León, Aragón, interior de Galicia.
En resumen, existe un contraste entre litoral e interior aunque en ambas partes hay
áreas que rompen con la norma general de un interior semivacío y un litoral densamente
poblado.
LOS FACTORES EXPLICATIVOS DE LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN.
Las causas que explican el mapa actual son varia das:
1. factores geográficos. Especialmente clima y altitud. Un clima extremo no
facilita la habitabilidad ni el desarrollo de actividades económicas. La altitud
también es un desafío para la ocupación humana.
Estos factores no determinan, pero si condicionan muchos fenómenos
(agricultura, comunicaciones,…). Las provincias con menor densidad de
población son las que tienen climas más continentalizados o tienen sistemas
montañosos.
2. factores demográficos. Son la dinámica natural y la estructura de las diferentes
poblaciones. Este factor consolida el contraste interior-litoral. El interior tiene
menor crecimiento natural y una estructura de población envejecida, frente a un
litoral de población más joven.
3. factores socioeconómicos. Hechos o situaciones que atraen a la población hacia
determinadas áreas geográficas o las repelen de otras. Esto ha dado lugar a la
emigración. Las migraciones interiores se han originado por la concentración de
actividades económicas productivas en ciertas áreas.
Las consecuencias de los cambios demográficos que se han producido en los últimos
años están relacionados con la población rural y urbana. Últimamente han perdido
importancia los municipios de menos de 10000 habitantes frente a la significación
adquirida por ciudades grandes y medias. Por esto, la población se concentra en el
espacio y es de carácter urbano.
Los municipios de menos de 10000 habitantes ocupan las 4/5 partes de la superficie
nacional, pero sólo una cuarta parte de la población. Los municipios de más de 100 000
habitantes albergan al 39,65% de la población en un 3% del territorio.
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TEMA 9. DINÁMICA Y ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
NATURAL
Natalidad y fecundidad
Natalidad y fecundidad son conceptos que se utilizan para referirse a la
capacidad procreadora de una población; sin embargo, no significan lo mismo. La
palabra natalidad define un aspecto demográfico referido a los nacimientos habidos en
el seno de una población considerada en su conjunto; en cambio, la fecundidad es un
fenómeno relacionado con los nacidos vivos considerados desde el punto de vista de la
mujer en edad de procrear, y no en el conjunto de la población.
Evolución de la natalidad y de la fecundidad
Hasta fechas recientes, España ha sido un país con alta natalidad en el contexto
de los países europeos. A todos ha sorprendido que, en un período de tiempo muy corto,
la natalidad y la fecundidad españolas se hayan situado entre las más bajas del mundo.
Aunque el descenso de la natalidad comenzó en el siglo XIX, todavía a principios del
siglo XX era alta (33,9%0); se mantuvo con valores relativamente altos durante la
primera mitad del siglo; los descensos coyunturales más fuertes se producen a causa de
la Guerra Civil (16,6%0 en 1939). El descenso más drástico llegó a finales de la década
de 1990.
¿Por qué han diminuido tanto la natalidad y la fecundidad?
Hoy se consideran que los motivos son múltiples y complejos; junto a causas de
índole económica (coste de la crianza de los hijos, aumento del nivel de renta), existen
también razones de tipo sociológico, cultural e institucional, sin olvidar las
estrictamente demográficas. En la actualidad, destaca el desarrollo de la
industrialización, la urbanización y la secularización, junto a otros factores como:
La emancipación de la mujer y su incorporación al mercado laboral.
El coste de la educación y crianza de los hijos.
El comportamiento natalista propio de cada generación, fruto de la experiencia
ante la vida.
La marcha de la natalidad en España no puede desligarse de los diferentes
acontecimientos históricos por los que ha atravesado: Guerra Civil, emigración, crisis
económicas (autarquía), cambios en la estructura por edad, evolución de la nupcialidad,
etc.
La distribución espacial
La natalidad y la fecundidad se han reducido en todas las comunidades
autónomas, aunque sigue habiendo diferencias regionales. Tanto si usamos la tasa de
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natalidad como el índice sintético de fecundidad, las regiones meridionales e insulares
son las que poseen las mayores tasas e índices, seguidas por las regiones
económicamente más desarrolladas. Las comunidades del centro y del norte peninsular
presentan las tasas más bajas.
En 2001, las comunidades con tasas de natalidad superiores al 10% eran Andalucía,
Baleares, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia y Navarra; en
cambio, los valores más bajos, por debajo del 8%, los tenían Asturias, Castilla-León y
Galicia. En cuanto al índice sintético de fecundidad, sólo la Región de Murcia rebasaba
ligeramente la cifra de 1,5 hijos por mujer en 2001.
La mortalidad
La mortalidad es el fenómeno relacionado con el fallecimiento de los miembros
de una población. Asociado al concepto de mortalidad encontramos el de esperanza de
vida, media de la cantidad de años que vive una población en un cierto periodo de
tiempo.
Evolución de la mortalidad
Hasta finales del siglo XIX la población española se caracterizaba por las altas tasas de
mortalidad y la baja esperanza de vida. En la actualidad, la tasa bruta de mortalidad se
encuentra en torno al 8,5 por mil, un nivel a partir del cual resulta ya muy difícil seguir
bajando.
La mortalidad infantil ha seguido una trayectoria muy similar. A principios del siglo
XX, el valor de la tasa estaba en el 181 por mil y el descenso se precipitó en la década
de los 1940 y 1950; en los años 1970 se alcanzaban ya unas tasas del 24 por mil. En las
últimas décadas continuó bajando y hoy se encuentra en torno a un 6,0 por mil, un nivel
similar al de los países con tasas de mortalidad más bajas.
La esperanza de vida al nacer evolucionó también a valores muy positivos a lo largo del
siglo XX a causa del descenso de la mortalidad. A principios de ese siglo se encontraba
en torno a los 35 años y en la actualidad es de unos 78 años.
Especialmente significativo ha sido el aumento de la esperanza media de vida de la
mujer, que ha pasado de los 35 años en 1900 a los 82,4 que presenta hoy. La diferencia
con la esperanza media de vida de los hombres es de unos 7 años.
Causas del comportamiento de la mortalidad
Causas exógenas:
En el pasado, cuando dominaba la mortalidad catastrófica, las causas se debían a crisis
de subsistencia, hambrunas, epidemias, guerras, etc., que con su aparición cíclica
mantenían estancada a la población, pese a las elevadas tasas de natalidad.
Causas endógenas:
En la actualidad, las causas de muerte se relacionan con las enfermedades degenerativas
en edades avanzadas y con las enfermedades sociales o propias del modo de vida de la
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sociedad actual; destacan las enfermedades del aparato circulatorio y digestivo y las
muertes violentas (accidentes de circulación, asesinatos, suicidios, etc.). Por tanto, las
causas predominantes de mortalidad en nuestro país se pueden resumir bastante bien
con las famosas «tres ces» (corazón, cáncer y carretera). La mortalidad se concentra en
aquellos estratos de población de edades más avanzadas y más entre los hombres que
entre las mujeres.
Factores explicativos del descenso de la mortalidad
Los factores explicativos del descenso de la mortalidad son:
1. Las medidas sanitarias (avances médicos).
2. La mejora de los recursos socioeconómicos, sobre todo de la alimentación.
3. La combinación de una serie de factores de tipo social, demográfico, económico
y cultural que han repercutido positivamente en una mejora de la salud de la
población.
Distribución espacial de la mortalidad en España
Por comunidades autónomas:
En la actualidad, las comunidades con una tasa de mortalidad más alta son: Asturias,
Aragón, Baleares y Galicia; en cambio, las tasas más bajas corresponden a Canarias,
Madrid, Región de Murcia, Andalucía y Cataluña; sin embargo, utilizando el indicador
de la esperanza media de vida, las regiones del norte presentan índices más positivos
que las del sur.
Diferencias entra las áreas rurales y las áreas urbanas:
La oposición espacial se presenta también entre áreas rurales y urbanas como
consecuencia de los diferentes modos de vida, la desigualdad en el acceso a la sanidad,
la educación y el nivel de bienestar.
El crecimiento natural
El crecimiento natural o crecimiento vegetativo de la población es el mecanismo que
regula los cambios en el volumen de una población a partir del comportamiento que
experimentan la natalidad y la mortalidad.
Fases del crecimiento natural
El crecimiento natural ha tenido una tendencia positiva desde finales del siglo XIX,
debido al continuo descenso de la mortalidad y a la más lenta reducción de la natalidad.
No obstante, se pueden establecer diferentes etapas:
1. 1850-1900: Se produce una evolución irregular del crecimiento natural debido,
sobre todo, a la mortalidad epidémica.
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2. 1900-1950: Las tasas de crecimiento se mantienen más altas que en el periodo
anterior, como consecuencia del descenso de la mortalidad ordinaria y del
mantenimiento de unas tasas de natalidad altas. Los dos puntos de inflexión
vendrán marcados por la epidemia de gripe de 1918 y la mortalidad provocada
por la Guerra Civil.
3. 1950-1970: Es el periodo de mayor crecimiento natural, fruto de una mortalidad
que ha llegado a sus valores más bajos y de una natalidad que se mantiene
bastante elevada, superior al 20 por mil.
4. A partir de la década de 1970: El crecimiento natural inició su descenso en
esta época, a raíz de la caída de la fecundidad y de un incremento de las tasas de
mortalidad; esta caída ha tenido lugar de manera muy brusca. En consecuencia,
se ha producido una fuerte reducción de la tasa de crecimiento natural en un
corto periodo de tiempo, pasando del 1,1% en 1977 al 0,2% en 1999. En los
últimos años se ha iniciado una tímida recuperación.
Razones del cambio en el crecimiento natural
Para poder explicar la evolución de la natalidad y la mortalidad se ha formulado
la llamada teoría de la transición demográfica. Esta teoría describe el paso del antiguo
sistema demográfico, caracterizado por las elevadas tasas de natalidad y mortalidad, que
originaban un lento crecimiento, a un sistema demográfico moderno de nuevo
equilibrio, con un lento crecimiento, pero ahora debido a unas tasas de natalidad y
mortalidad reducidas. Entre ambos periodos tendría lugar una fase de transición de
elevada crecimiento, consecuencia de un descenso de la mortalidad anterior al de la
natalidad.
Las causas de la transición demográfica se han relacionado con los procesos de
modernización social, cultural y, sobre todo, económica.
La transición demográfica española presenta una cierta singularidad con respecto al
resto de los países europeos, que se concreta en la parición mucho más tardía de la
reducción de las tasas de mortalidad y natalidad; por ello, la época de máximo
crecimiento de la población española se retrasó casi un siglo con respecto a algunos
países europeos.
El comportamiento del movimiento natural presenta también diferencias regionales: su
rasgo más destacado es la oposición entre unas comunidades que mantienen
incrementos positivos (Canarias, Madrid, Murcia y Andalucía) frente a otras con
incrementos muy débiles o negativos.
MIGRATORIA
Los movimientos de población en el espacio se denominan migraciones y son
decisivas para conocer el crecimiento real. La salida de efectivos, o emigración, de su
lugar de origen, repercute negativamente en el crecimiento natural porque hace
descender la fecundidad y aumenta la mortalidad por envejecimiento de la población
que queda.
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La inmigración o llegada de población a un lugar de destino favorece el
crecimiento natural, ya que aumenta la natalidad y desciende la mortalidad. El balance
de emigración e inmigración se denomina saldo migratorio.
Un aspecto destacado de la población española es su movilidad hacia otros
países de África, América o Europa; en épocas más recientes, por el trasvase de
población de unas regiones a otras, o de áreas rurales a urbanas.
Las razones que mueven a las personas a desplazarse pueden ser muy diversas. Por ello,
se alude a un contexto económico-social. En general, se está de acuerdo en que existe
una motivación económica: la búsqueda de un empleo en otro lugar, que permita
mejorar la situación económica y, en consecuencia, las condiciones de calidad de vida y
bienestar social. Además, cada etapa presenta sus propias características en cuanto a
condiciones sociales, económicas o políticas que influyen en el proceso.
En la historia de España, los movimientos migratorios se pueden analizar en tres
grandes apartados:
1. Las migraciones exteriores
a) La emigración al norte de África fue importante durante el siglo XIX. El
principal país destinatario fue Argelia y los emigrantes procedían de las
provincias de Alicante, Murcia y Almería; eran agricultores y mineros que
abandonaron sus lugares de origen por las duras condiciones de vida. El empleo
de los españoles en Argelia se centró en las obras públicas y en la agricultura.
b) La emigración a Ultramar fue importante durante la primera mitad del siglo
XX. Los países de destino fueron Argentina, Cuba, Brasil, México y Uruguay y,
más tarde, Estados Unidos y Canadá. Estuvo protagonizada por campesinos
gallegos, asturianos y canarios de escasos recursos. La emigración a
Latinoamérica se prolongó hasta los años 1930, época en la que la crisis
económica obligó a esos países a poner restricciones a la entrada de extranjeros.
c) La emigración a Europa fue muy importante entre los años 1960 y 1970.
Durante la primera mitad del siglo XX, la emigración española a Europa tuvo
como país casi exclusivo a Francia. Fue una corriente de agricultores levantinos
que acudían a satisfacer las necesidades de mano de obra del campo francés y
que se incrementó con los españoles que se vieron obligados a emigrar a causa
de la Guerra Civil; así, la presencia de españoles en Francia a comienzos de la
Segunda Guerra Mundial se estima en unas 800000 personas.
La finalización de la Segunda Guerra Mundial y el período de reconstrucción
que se inicia en los países contendientes, marcará una nueva fase en la
emigración de españoles a Europa. La necesidad de mano de obra en países
como Francia, Alemania o Suiza, junto con el excedente demográfico y las
deficientes condiciones económicas y sociales reinantes en España, fueron los
factores que impulsaron las nuevas oleadas de emigrantes hacia Europa.
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La década de los años 1960-1969 conoce el mayor número de salidas, llegándose a
superar en algunos años la cifra de 100000 emigrantes. Desde 1974, la salida de
emigrantes se hace mucho más débil lo que motivará que el balance migratorio a partir
de entonces sea negativo o escasamente positivo.
En esta emigración a Europa, las comunidades que más efectivos aportaron fueron
Andalucía y Galicia.
Consecuencias de las migraciones exteriores
Entre los efectos positivos de las migraciones se cuentan:
La reducción de la presión en el mercado laboral: gracias a la emigración se
alivió el volumen de la población en paro.
El alivio de la presión demográfica: se estima que salieron unos dos millones de
personas, lo que contribuiría a aminorar las tasas de fecundidad.
La entrada de divisas.
Entre las repercusiones negativas destacan:
Los costes demográficos que supuso la pérdida de población joven en las
regiones migratorias, que provocaría el envejecimiento de la población y la caída
de la fecundidad.
Los costes sociales no fueron menores: ruptura familiar en la mayoría de los
casos por ser sólo el cabeza de familia el que emigraba, difícil adaptación en el
país de destino debido al bajo nivel cultural del emigrante, empleo en trabajos
duros y mal remunerados, con elevado nivel de peligrosidad, etc.
Los ahorros de los emigrantes no servirán para regenerar riqueza, al ser
invertidos de forma mayoritaria en bienes inmuebles o gastados en bienes de
consumo.
Los costes económicos se harán patentes en el despoblamiento de las áreas de
origen, con el consecuente abandono de las tierras y de las infraestructuras, la
disminución de las poblaciones, etc.
2. Las migraciones interiores
El desplazamiento de personas entre las distintas provincias y regiones de España, desde
las áreas rurales a las urbanas, es uno de los fenómenos geodemográficos de mayor
importancia de los últimos tiempos.
El proceso de industrialización y urbanización será el causante de las migraciones
interiores, que se desarrolla en España con toda su intensidad entre los años 1960 y
1970.
Existen varios tipos de migraciones interiores:
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Estacionales o temporales de duración limitada y carácter cíclico. Entre ellas la
trashumancia, las realizadas por agricultores para la vendimia… Definitivas o de larga duración entre las que encontramos el éxodo rural,
migraciones interurbanas (entre pequeñas y medianas ciudades)suburbanas,
traslado de ciudades a zonas rurales cercanas Movimientos habituales periódicos y habituales, motivados por trabajo, ocio,
de uno o varios días de duración. Las ligadas al trabajo se llaman movimientos pendulares .
Evolución histórica
Las migraciones interiores presentan dos etapas: la primera transcurre desde el siglo
XIX hasta 1950; la segunda, desde esa fecha hasta el presente.
a) Desde el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, la cuantía de estos
desplazamientos no fue grande; no obstante, la industrialización de Barcelona y
el País Vasco y las obras públicas iniciadas en otras grandes ciudades durante la
dictadura de Primo de Rivera intensificaron las migraciones interiores, pero la
Guerra civil y los años de posguerra hicieron disminuir los desplazamientos.
Las zonas migratorias pertenecían a Galicia, las dos Castillas, Aragón y
Andalucía oriental, mientras que las receptoras de emigrantes fueron Cataluña,
Levante, el País Vasco, Andalucía occidental (Sevilla) y Madrid.
b) En los años 1960 y 1970 se producen importantes migraciones interiores. Se
calcula que entre 1960 y 1985 unos 12 millones de personas emigraron de su
lugar de origen. Durante esos 25 años, la media fue de más de 360000
emigrantes anuales.
Las provincias más beneficiadas por la afluencia de emigrantes fueron Madrid,
Barcelona y Valencia, a las que siguieron Vizcaya, Girona, Tarragona, Alicante
y Sevilla, las regiones generadoras de emigrantes fueron Extremadura, Castilla-
La Mancha y Andalucía oriental.
Nuevas tendencias
En los últimos años, las migraciones interiores han variado en intensidad y
comportamiento geográfico. Estas son las novedades más sobresalientes:
La progresiva ampliación de las provincias con saldos migratorios positivos y la
pérdida de la polarización en los lugares de destino que presentaba
anteriormente el fenómeno migratorio.
La reconversión de áreas tradicionalmente de inmigración en áreas de
emigración, debido a la salida de antiguos emigrantes; son los llamados
«emigrantes retornados».
El éxodo rural es sustituido por desplazamientos de población entre los
diferentes centros urbanos.
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Vería también el tipo de emigrante: el actual pertenece de forma mayoritaria al
sector servicios.
Consecuencias de las migraciones interiores
Las repercusiones de las migraciones interiores se dejan sentir especialmente en los
planos demográfico, social y económico.
a) Para las zonas que actúan como focos de atracción, los emigrantes suponen un
cambio positivo sobre el crecimiento real, la estructura demográfica y la
dinámica natural. Los emigrantes se convierten en la base del crecimiento
demográfico de muchas áreas urbanas, tanto por el aporte directo que suponen
como por su repercusión sobre la fecundidad, al ser una población
mayoritariamente joven. Así, la estructura por edad se ve rejuvenecida; la
población activa, incrementada, y la natalidad y la fecundidad, revitalizadas. En
el plano social, el aporte de nuevos contingentes es considerado como un factor
que acentúa la riqueza y la diversidad cultural; en el plano económico, se
produce una mejora en la oferta de mano de obra y una mayor concentración de
recursos humanos.
Pero también las zonas de inmigración se ven obligadas a asumir nuevos costes
para satisfacer las demandas de una población en crecimiento: nuevos
equipamientos e infraestructuras, mayor número de viviendas, etcétera.
b) Las zonas de emisión de emigrantes sufren repercusiones de carácter más
negativo que positivo. Demográficamente, se produce un descenso de la
población, el envejecimiento de su estructura y la caída de la fecundidad; en el
plano económico, un empobrecimiento de los recursos humanos y una reducción
de las actividades económicas. La emigración supone una mejora de la renta
para los que permanecen.
Globalmente, las migraciones interiores han sido las causantes de fuertes desequilibrios
en la distribución de la población; en consecuencia, han propiciado la aparición de
zonas de fuerte concentración poblacional frente a la desertización demográfica de
otras.
3. Inmigración de extranjeros en España
España ha pasado a ser un país de inmigración. Se tienen datos de la inmigración
de carácter legal, pero se desconoce la inmigración irregular o ilegal en su auténtica
dimensión.
Durante los últimos treinta años, los extranjeros residentes legalmente en España han
pasado de 65000 a 400000. Entre 1989 y 1998, el crecimiento ha sido muy rápido,
aunque apenas presenta el 1% de la población total española, porcentaje inferior al de
otros países de la UE.
Composición de los inmigrantes extranjeros:
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El colectivo de extranjeros residentes en España admite una gran variedad de
situaciones:
Extranjeros nacionalizados. La evolución de peticiones de nacionalidad
española se ha paralizado de manera extraordinaria en los últimos años. Las
peticiones se deben a la recuperación de la nacionalidad por parte de antiguos
emigrantes españoles y de sus descendientes. El mayor número de inmigrantes
iberoamericanos entre los extranjeros nacionalizados se explica por el trato
preferencial que éstos tienen en nuestra legislación.
Trabajadores. En los últimos años se han registrado la salidad de muchos
efectivos que hace años vinieron a España buscando trabajo
Estudiantes. Los estudiantes extranjeros universitarios forman un colectivo de
cierta importancia en la inmigración internacional, la mayoría correspondió a
Madrid, Granada y Salamanca.
Asilados y refugiados. Entre los inmigrantes extranjeros en España, un colectivo
relevante es el de los refugiados, asilados y desplazados.
España no se ve especialmente presionada por este problema, pues mantiene un
número de refugiados que supone la mitad de los que existen en Francia, Bélgica
o el Reino Unido. Las peticiones de refugio y asilo provienen, sobre todo, de
países de la Europa del Este (Rumania, Bosnia), Asia, África (Senegal, Guinea
Ecuatorial) y América Latina (Perú, Cuba, Ecuador, Colombia).
Inmigrantes ilegales. Se define como inmigrante ilegal a todo extranjero
que no tienen en regla su situación de residencia en España. Legalmente, no
pueden trabajar, residir o recibir prestaciones sociales.
El número de extranjeros en situación irregular es difícil de precisar. Para
legalizar su situación y saber su número, se han realizado programas de
regularización desde que se aprobó la Ley de Extranjería en 1985.
Este colectivo está compuesto por personas jóvenes, de sexo
mayoritariamente masculino, que se emplean en trabajos como la
agricultura, la construcción, el servicio doméstico, la hostelería y la venta
ambulante. Proceden de países como Marruecos, Argentina, Perú y Senegal,
y se asientan en Madrid y Barcelona, principalmente.
La pobreza, la carencia de vivienda, la falta de educación y de formación, y
la marginación son algunas de las características que definen a este
colectivo.
ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN. El análisis de la estructura de la población caracteriza a ésta según peculiaridades:
Demográficas: composición por sexo y edad
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Es básico para entender la natalidad, mortalidad, fecundidad, migraciones. La diferencia
entre sexos, la sex ratio o relación de masculinidad mide la relación entre hombres y
mujeres. Actualmente se encuentra en el 96%. Las migraciones han influido en la
oscilación general y regional de la ratio entre los sexos. La diferencia entre sexos se
debe a la mayor mortalidad de hombres, la supermortalidad masculina.
La composición por edad es de gran interés por sus repercusiones demográficas,
sociales, económicas,…De la edad de la población depende la fecundidad,
equipamientos docentes y asistenciales, previsión de futuro….
España presenta tendencia al envejecimiento (más del 17% de mayores) y reducción de
la población joven. Las regiones con población más joven don Andalucía, Murcia y
Canarias; las más envejecidas Aragón, Castilla-León y La Rioja.
La composición de la estructura por sexo y edad se observa en la pirámide de edades.
La de 1900 traduce alta natalidad y baja esperanza de vida, por alta natalidad. en la de
1950 se aprecia una base más reducida porque se reducen los nacimientos durante la
Guerra Civil. Entre los 25 y 39 añosa la sobremortalidad de la guerra.
En la pirámide de 1991, la mortalidad de la guerra se refleja en las edades entre los 72-
82 años. La gripe del año 18, en las generaciones que ahora superan los 70 años, el
déficit de nacimientos de la guerra entre los 50-55 años. La reducción de la base
muestra el descenso de la fecundidad a partir de 1977.
En la pirámide de 2001 se aprecia:
disminución de efectivos entre 0-15 años por reducción de la fecundidad
engrosamiento de efectivos entre 25 a 34 años por inmigración de población
extranjera
La población española va camino al envejecimiento . El fenómeno es interesante por
las consecuencias sociales y económicas: incremento de recursos sanitarios y
hospitalarios, mejora de servicios sociales y aumento del coste de las pensiones.
Sociales: estado civil, formación
Analiza cómo se distribuye la población por estado civil, algo importante por la
influencia que tiene sobre la fecundidad y sobre la formación o ruptura de hogares y
familias.
Los datos del último censo indica descenso de población soltera, frente al crecimiento
de casados y separados y divorciados.
El descenso de la fecundidad a partir de 1970 es la causa de la menor cantidad de
población joven y por tanto de población célibe. La mayor parte de solteros está entre
los 20 y 50 años, a edades superiores, la soltería está más generalizada entre las mujeres.
Otro dato es el aumento de separados y divorciados debido al cambio social tan fuerte
experimentado en España, que evoluciona hacia una sociedad más laica y liberal.
El descenso de la tasa de nupcialidad en España es similar a la media europea. El
aumento de la población casada de los últimos años es coyuntural, consecuencia del
crecimiento poblacional y del engrosamiento de la población adulta
Económicas: profesión, actividad, paro La economía de un país y su estabilidad política y social dependen de las
condiciones de su población en condiciones para trabajar. Esta información se
recoge hoy en Encuesta de Población Activa.
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La fuerza de trabajo o población activa ha ido aumentando desde 1900 siendo
especialmente importante desde 1981 por la importancia de la población adulta y
por la incorporación de la mujer al mundo laboral. En al 2000 la tasa de población
activa estaba en 54.3%.
La distribución de población activa por edades refleja un fuerte peso entre los 25-
54 años, el 75% se consideran activos, frente al 15% del grupo de 55 años y más.
Según el sexo, la diferencia es apreciable. En el año 2000, la tasa estaba en 67.2%
para los hombres frente al 42.05% para las mujeres.
Según las comunidades autónomas, las de mayor tasa de actividad son Cataluña,
Canarias, Baleares, Murcia, Navarra y P. Vasco. Por lo bajo destacan Asturias, las
dos Castillas, Cantabria, con tasas sobre el 45% y que sufren efectos de emigración
y envejecimiento de sus poblaciones.
La tasa de actividad española es una de las más bajas de la U.E.
Por sectores económicos el país ha sufrido un profundo cambio en el s.XX . Hay
un más alto porcentaje de población dedicada al comercio y los servicios, menos a la
industria y poco a la agricultura. La característica más sobresaliente ha sido la
progresiva terciarización de la población, además de la mayor diversificación de
la actividad productiva; importancia de nuevas actividades (informática,
telecomunicaciones,…) aumento de actividades relacionadas con servicios
personales y con empresas…
LOS PROBLEMAS DEMOGRÁFICOS Nuestro país entra desde el año 1975 marca un cambio de tendencia. Se inicia una
bajada de la natalidad, siendo el descanso especialmente brusco hasta 1998. Las
causas se deben la crisis del año 73, “crisis del petróleo” y el consiguiente aumento del
paro, la muerte de Franco que provoca una etapa de incertidumbre política que se verá
unida a la pérdida de influencia de la Iglesia y la aparición de una sociedad más laica.
Los años 80 verán aparecer la Ley del Divorcio y la Ley del Aborto, que contribuirán al
descenso.
La mortalidad se mantiene baja. Las causas de la muerte en nuestro país son
enfermedades cardiovasculares y degenerativas. El país entra en un proceso de
envejecimiento, por la esperanza de vida tan elevada que tienen los españoles ( mayor
en las mujeres que en los hombres).
El crecimiento natural de la población es muy bajo. Posteriormente la llegada de
inmigrantes mejorará este crecimiento.
Desde 1960 se inician las migraciones tanto interiores, debido al éxodo rural, como
exteriores, al extranjero donde los países que se recuperan de la Segunda Guerra
Mundial dan trabajo a los españoles que decidan salir del país.
En cuanto a la estructura de la población diremos que a partir de los años 70, la crisis,
las reconversiones industriales y la incorporación de la mujer al trabajo hacen elevarse
las tasas de paro. Actualmente la tasa de paro es muy alta (26%). El fenómeno afecta
desigualmente a las comunidades autónomas, estando Andalucía entre las de más alto
porcentaje. Afecta a activos del sector agrario y de la construcción y más a mujeres que
a hombres. Resumiendo :
España es dentro de la U.E. el país de tasa más alta de desempleo.
Uno de los recursos más eficaces para el desarrollo es aumentar el nivel de
formación para adaptarse a las exigencias del mercado laboral.
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Aún queda población analfabeta en España, la mayoría mujeres de edad
avanzada concentradas en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Uno
de los logros ha sido ampliar la escolarización hasta los 16 años y ampliar la
igualdad de oportunidades para ambos sexos y diferentes estratos sociales
Es importante conocer las perspectivas de futuro de nuestra población. Son las
siguientes:
o Crecimiento moderado de la población seguido de un descenso
o Incremento de población anciana.
o La fecundidad se seguirá reduciendo.
o En mortalidad, la mujer mantiene la superioridad biológica
o En migraciones. Se amplían los flujos intraprovinciales y se reducen los
interprovinciales. La inmigración extranjera seguirá creciendo
o Progresivo envejecimiento de la población.
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TEMA 10. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN DE ESPAÑA Y EL SISTEMA
DE CIUDADES
Aproximarnos al concepto de ciudad no es fácil. Una ciudad es un espacio de distinta
extensión, habitada por un grupo de población y con gran densidad de población. Los criterios
para definir lo que es una ciudad son diversos:
Criterio numérico: en España un núcleo se considera ciudad si tiene 10.000 habitantes.
Criterios dados por, la morfología, aspectos formales o externos: edificación compacta, en altura, grandes bloques de oficinas,…
Criterio dado por las actividades a las que se dedican sus habitantes. En este sentido la ciudad se define en términos negativos, las actividades que no acogen son las agrarias.
PRINCIPALES ETAPAS DEL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA
La evolución de la ciudad española a lo largo del tiempo ha sido la siguiente:
La ciudad preindustrial
Gran parte de las ciudades más importantes del país presentan un largo pasado histórico;
cada época ha dejado su impronta, más o menos perdurable, en la configuración de la ciudad,
de tal manera que la imagen actual está determinada por las sucesivas adecuaciones de la
ciudad a cada momento histórico.
1) Tras la etapa preurbana, las primeras ciudades de la Península son de la época de la
colonización fenicia, púnica y griega (siglo VIII a. C.).
Estos pueblos de comerciantes fundaron una serie de nuevas poblaciones a lo largo del litoral
mediterráneo entre las que destaca Cádiz, la primera ciudad de Occidente.
2) La época romana representó un avance en la consolidación de la urbanización en la
Península. Los romanos utilizaron la ciudad como vehículo de romanización, por ello, al
mismo tiempo que favorecieron su difusión, crearon un modelo propio. Su legado se
concretó en el surgimiento de nuevas ciudades o colonias romanas: unas sobre
poblaciones preexistentes, como por ejemplo Corduba (Córdoba), Tarraco (Tarragona),
Cartago Nova (Cartagena, Murcia), Emporion (Ampurias, Girona), Barcino (Barcelona) o
Carteira (Cartaya, Huelva; otras creadas entonces, como Itálica (Sevilla), Caesar
Augusta (Zaragoza), Valentia (Valencia) o Emerita Augusta (Mérida, Badajoz).
Aportación romana fue la implantación de un plano o trazado urbano de carácter geométrico
configurado a partir de dos ejes que se cortaban perpendicularmente- el cardus máximo, de
orientación norte-sur y este-oeste, decumanus-; en su interior, el espacio urbano se ordenaba
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en torno a un lugar central donde se localizaban los edificios públicos: el foro, el templo, el
pretorio, etc. Este tipo de plano se puede contemplar todavía hoy en Itálica y en Caesar
Augusta.
3) Tras la caída del imperio romano, la urbanización peninsular que sufrió un retroceso
en la época medieval como consecuencia de la invasión de los pueblos bárbaros. Solo
a partir del siglo X se asiste a un resurgimiento de las ciudades propiciado por la
apertura del Camino de Santiago y a la intensificación del proceso de Reconquista y de
repoblación. Estas circunstancias dieron lugar a la creación de nuevas ciudades
(Segovia, Ávila, Salamanca, Soria, Palencia, etc.) cuya fundación obedeció a razones
militares (defensa de los territorios conquistados) o a motivos comerciales.
Entonces habitaban la Península dos pueblos con religiones, culturas y modos de vida
diferentes, lo que se traducirá en dos modelos de ciudad: la cristiana y la musulmana.
a) La población de la ciudad cristiana vivía de la ganadería y de la agricultura de secano, y
la actividad industrial y mercantil era muy escasa. Las ciudades desempeñaban una
función militar y estratégica, de ahí que el paisaje urbano se caracterizara por
pequeños recintos amurallados cuyas calles solían ser estrechas y estar bordeadas
con pórticos y soportales. En el centro se situaba la plaza y en ella se levantaba la
iglesia, utilizada también como lugar para el mercado. Las ciudades se componían de
collaciones o parroquias cuya advocación daba nombre a los barrios.
Las ciudades que surgen en esta época responden a tres tipos de planos: el radioconcéntrico,
el plano en cuadrícula y el plano irregular.
b) Gran parte de las ciudades musulmanas se fundaron sobre poblados anteriores. Solían
emplazarse en lugares estratégicos por su carácter defensivo (Loja, Antequera, Lorca,
Niebla, Toledo) o al lado de ríos y barrancos, que podían servir de defensa natural, aunque
otras ciudades se situaron en lugares llanos, caso de Valencia, Sevilla, Córdoba o Écija.
El paisaje de la ciudad islámica se caracterizaba por un conjunto apretado de edificios
rodeados y protegidos por una muralla que la separaba radicalmente del exterior. Lo más
representativo de la ciudad islámica es su plano, en el que destacaban unas cuantas calles
transversales o radiales de trazado sinuoso que enlazaban con las entradas o puertas de la
ciudad; las calles eran angostas, quebradas y torcidas; también eran frecuentes los callejones
ciegos o sin salida, llamados adarves.
4) El Renacimiento y la Ilustración significaron etapas de prosperidad, traducidas en un
aumento demográfico y en una intensificación del proceso de urbanización.
Esta creciente urbanización derivó en una mejora de las infraestructuras urbanas (puentes) y
en una remodelación de la trama viaria, de modo que los antiguos trazados islámicos se
sometieron a una mayor regularización. Como elementos significativos de la morfología
urbana de esta época destacan la introducción de la plaza mayor y la creación de
fortificaciones (murallas, ciudadelas).
Tras el paréntesis que represento el siglo XVII debido a la crisis económica, durante el XVIII la
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ciudad experimentó una nueva etapa de florecimiento. Los cambios producidos en la ciudad
reflejaban las nuevas ideas impuestas por el reformismo ilustrado y el nuevo poder político. Se
llevan a cabo importantes reformas urbanas que hacen mejorar las condiciones estéticas e
higiénico-sanitarias y se introduce la estética urbana mediante la creación de puertas
monumentales (Puerta de Alcalá, en Madrid), avenidas o bulevares, puentes e
infraestructuras urbanísticas como el alumbrado y el saneamiento. En definitiva, se produce
un revalorización del espacio público que culmina con la creación de plazas mayores
(Salamanca).
La ciudad industrial
Las reformas urbanas iniciadas en el siglo XVIII continuarán en el XIX, siglo en el que
aumenta significativamente la urbanización como consecuencia del desarrollo de obras
públicas, de la modernización de la administración territorial –motivada por la creación de las
provincias-, de la desamortización, de la creación de infraestructuras viarias (ferrocarril y
carreteras), de la ejecución de obras de saneamiento urbano y de un desarrollo industrial que
se concentró en el País Vasco (industria siderometalúrgica), Cataluña (industria textil), Asturias
y Málaga.
Para adaptarse a las nuevas circunstancias, las ciudades pusieron en marcha una serie de
operaciones de crecimiento y remodelación de su espacio interior que se concretaron en los
planes de alineaciones y reforma interior y en los de ensanche.
a) Los proyectos de reforma interior perseguían aliviar la presión social, mejoras las
condiciones de vida de la población y los servicios urbanos. Se manifestaron en la
construcción de cementerios, mataderos públicos y viviendas, acometidas de aguas,
saneamiento, pavimentación de calles, etc. Pero lo que verdaderamente caracteriza
este tipo de proyectos es la remodelación de la trama viaria o “haussmanización”, que
supuso la apertura de nuevas calles o la alineación de las ya existentes con el fin de
adaptarlas a las nuevas necesidades circulatorias.
Ejemplos sobresalientes de proyectos de reforma interior fueron la apertura de
grandes vías en ciudades como Madrid, Granada, Barcelona, Salamanca y Murcia.
b) Los planes de ensanche son una de las aportaciones más interesantes del urbanismo
español de esta época. Los ensanches consistían en la yuxtaposición de un nuevo
conjunto urbano coherente, planeado de una sola vez y unido a la ciudad consolidada,
pero con una morfología y estructuras propias. Con su creación se pretendía facilitar la
construcción de viviendas, el crecimiento de la ciudad y el aumento de las rentas del
suelo urbano.
El nuevo tejido urbano incorporado a la ciudad se caracterizó por su morfología de calles
perfectamente alineadas de trazado ortogonal que dibujaban manzanas de grandes
proporciones en las que se levantaban edificios dispuestos en torno a un gran patio central,.
Destinados a acoger la vivienda burguesa, los ensanches eran zonas de una calidad
medioambiental muy alta, por lo que terminaron favoreciendo la segregación social en la
ciudad.
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Entre las experiencias más importantes que se llevaron a cabo destacan los planes de
ensanche de Madrid (Plan de José María de Castro), de Barcelona (Plan de Ildefonso Cerdá,
aprobado en 1860), de Valencia y de San Sebastián (Plan de Ensanche de Cortázar, en 1864).
EL SISTEMA INTERURBANO: JERARQUÍA, FUNCIONES Y ZONAS DE
INFLUENCIA
Se entiende por sistema de ciudades la disposición de las ciudades sobre el territorio y las
relaciones que mantienen entre sí y en relación con su entorno, a través de flujos de
información, de capital, de tráfico de personas y mercancías, sociales,….
Las ciudades se organizan de forma jerárquica sobre el territorio, pues no todas tienen
la misma importancia ni desempeñan las mismas actividades económicas o funciones. Las
ciudades mantienen entre sí unas relaciones de interdependencia: las ciudades mayores
tienen un área de influencia que prestan servicios especializados a ciudades menores.
La primacía de una ciudad sobre otra puede medirse por diferentes criterios; se suele utilizar
como medida el volumen de población, que indica la capacidad de atracción de un núcleo
urbano y la importancia de las funciones que desempeña. En definitiva, nos informa sobre el
nivel de centralidad urbana.
En el sistema urbano español se diferencias los siguientes niveles de jerarquía:
1) Metrópolis nacionales. Forman el primer nivel jerárquico; en él se encuentran Madrid
y Barcelona, aglomeraciones que superan los tres millones de habitantes. Ejercen su
influencia sobre todo el territorio nacional y se relacionan con otras metrópolis
internacionales. La dimensión funcional básica de las metrópolis nacionales es la de ser
sedes de servicios altamente especializados.
2) Metrópolis regionales de primer orden. Este nivel lo integran ciudades como Valencia,
Sevilla, Bilbao y Zaragoza. Su población oscila entre 500.000 y 1.500.000 habitantes y
su influencia se extiende fundamentalmente al ámbito regional, pero estas metrópolis
mantienen lazos intensos con las nacionales. Como en el caso anterior, destacan por
ser sedes de servicios especializados.
3) Metrópolis regionales de segundo orden. En este nivel se encuentran ciudades como
Murcia, Alicante, Granada, Santander, etc. Con una población comprendida entre los
200.000 y los 500.000 habitantes, conjugan el ser centros de servicios especializados
con otras funciones del sector secundario y terciario menos especializadas. Su ámbito
de influencia es menor.
4) Ciudades medianas. Engloba capitales de provincia y ciudades que conocen un
dinamismo económico: Segovia, Burgos, Castellón, Avilés o Algeciras. Son centros
comerciales y de ámbito provincial.
El modelo de sistema urbano español es un modelo concentrado y polarizado, en las que
las grandes áreas metropolitanas concentran población y actividad económica, además
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de centros de decisión, investigación e innovación tecnológica.
La función de la ciudad es la actividad principal que se realiza en ella y que sirve para
relacionarla con el territorio circundante. Las personas que viven en ellas son las qu, con sus
diferentes empleos, definen la función general de la ciudad. Estas funciones son las que
justifican la existencia de una ciudad en dicho emplazamiento y situación.
Los diferentes tipos de funciones son:
Función militar: explica el origen de muchas ciudades debido a un emplazamiento en lugares estratégicos para la defensa, como en lo alto de una colina, o junto a los ríos. Hoy en día esta función militar principal, se puede observar en las localidades próximas a bases militares, en las que mucha población trabaja dando servicios a las instalaciones del ejército.
b. Función comercial: La ubicación de ferias y mercados en tiempos medievales y modernos, favoreció el surgimiento de ciudades en lugares bien comunicados, como cruces de caminos o puertos de mar. Actualmente las ciudades son el centro comercial de un amplio territorio que se abastecen de ellas. Es por tanto que en las ciudades se concentran las principales empresas comerciales, y todas aquellas que surgen entorno a ellas (seguros, bancos, transportes, etc.).
c. Función industrial: muchas ciudades buscan la localización en la ciudad, aunque no tienen porque estar localizadas en el medio urbano, debido a la necesidad de mano de obra y a la concentración de clientes y otras empresas de servicios necesarias para la producción en las ciudades.
d. Función cultural: la concentración de actividades culturales y sociales explican la supervivencia de ciudades en entornos económicos hostiles. Ejemplos de ciudades con esta función son Venecia o Toledo, Otras ciudades viven gracias a la afluencia de peregrinos a sus santuarios o iglesias, Roma, Santiago de Compostela, Lourdes, La Meca, etc. La existencia de universidades u otras instituciones educativas, también favoreció el crecimiento de las ciudades donde se localizaban, debido a la atracción durante gran parte del año de una gran cantidad de población flotante (estudiantes), por ejemplo Salamanca.
e. Función de acogida: aquellos lugares cuya principal actividad es ofrecer alojamiento y diversión a los turistas y otros visitantes. Los lugares de recreo veraniego e invernal son los que conforman este tipo de ciudades, ejemplos de las cuales son ciudades como Marbella, Benidorm.
f. Función política y de administrativa: la designación de la capitalidad de un territorio para una ciudad le supone la instalación en ella de múltiples organismos públicos, y la
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necesidad de muchos funcionarios que los atiendan. Ejemplo es Madrid y las capitales de la CC.AA.
En cuanto al área de influencia urbana diremos que entre un núcleo urbano y su territorio circundante se establecen múltiples lazos, que corresponden a las distintas formas de relación. Estos vínculos se superponen y combinan, y el conjunto representa el área de influencia, que se extiende hasta donde penetran las distintas formas de relación con la ciudad.
El área de influencia (hinterland.) se puede definir como el territorio organizado por una ciudad y que está vinculado socio-económicamente a ella. En el área de influencia juega un papel decisivo la distancia, de modo que la intensidad de los flujos de relación decae al alejarnos del núcleo urbano hacia la periferia del área. Sus límites son fluidos, ya que, sobre las márgenes, las poblaciones se reparten entre varios centros que compiten entre sí.
La teoría de los lugares centrales de Chrystaller explica las diferentes dimensiones que puede tener el área de influencia a través del alcance máximo de los servicios ofrecidos por un centro, que corresponde a un nivel en la jerarquía funcional de los centros.
PRINCIPALES ÁREAS Y EJES URBANOS
En la actualidad, el sistema de ciudades tiende a articularse, formando lo que se conoce
como ejes de desarrollo. Un eje de desarrollo se produce cuando las ciudades se articulan en
torno a un conjunto de infraestructuras de transportes terrestres, fundamentalmente
carreteras, a las que se une la concentración de actividades y de población. Los ejes que
conforman el sistema urbano español son los siguientes:
1) Eje mediterráneo o levantino. Se extiende de Girona a Murcia; es uno de los que tiene
mayor potencial de desarrollo. Está plenamente consolidado desde el punto de vista
de la red urbana, su nivel de urbanización es muy elevado y presenta una estructura
económica muy diversificada: industrial, terciaria, agrícola, etc.
2) Eje del Ebro. Discurre desde Bilbao hasta Tarragona y, aunque ofrece un gran
potencial, tiene algunos vacíos demográficos en las provincias de Huesca, Zaragoza y
Lleida.
3) Eje cantábrico. Se desarrolla desde el País Vasco a Galicia. Presenta algunas
discontinuidades y está marcado por las relaciones en sentido norte-sur; es el espacio
más debilitado porque, además del declive minero-industrial, carece de recursos
sustitutivos. Su alto nivel de urbanización, heredero de las etapas anteriores, convive
con un declive urbano, un débil crecimiento económico y una red urbana estancada y
poco integrada en las redes vecinas.
4) Eje atlántico gallego. Concentra la mayor parte del sector productivo gallego y forma
parte de un eje de mayor envergadura que se prolonga hacia Oporto (Portugal).
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5) Madrid. Su situación central dentro del sistema de infraestructuras le confiere una
posición de conexión entre varios ejes. Tiene un gran peso dentro del sistema
económico español, aunque sufre problemas de congestión; por ello, está extendiendo
su área de influencia a las provincias limítrofes.
6) Eje litoral andaluz. El litoral andaluz constituye un gran corredor de gran importancia
turística y es, además la continuación natural del eje mediterráneo y enclave de
conexión con África.
7) Eje transversal andaluz. Se articula en torno a la Autovía del 92 y pretende el
desarrollo de las ciudades situadas en el llamado surco intrabético y la conexión del
territorio andaluz con el Levante.
8) Eje Madrid-Andalucía. Además de presentar problemas orográficos, hay grandes
zonas con potenciales demográficos muy bajos a su paso por Castilla-La Mancha y
parte de Andalucía; sin embargo, los ámbitos más meridionales del eje, como la zona
de Sevilla y el área de Jerez de la Frontera y Cádiz, tienen un fuerte crecimiento
demográfico.
9) Eje oeste. Ruta de la Plata. Se extiende desde Huelva y Sevilla hasta el Principado de
Asturias; mantiene en todo el interior tasas demográficas bajas, aunque comprende
dos focos de alto potencial.
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TEMA 11.
MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA
Con el estudio de la morfología urbana analizamos el interior de la ciudad. Desde el
punto de vista físico, la ciudad se encuentra en un punto geográfico determinado que ha
influido en su forma y evolución. La relación entre ciudad y entorno geográfico
próximo o distantes ha incidido en las funciones urbanas.
Ambos hechos nos llevan al estudio de los conceptos de emplazamiento y situación.
Emplazamiento. Es el marco topográfico concreto sobre el que la ciudad se
encuentra desde su origen. El emplazamiento elegido depende de la función para
la que la ciudad se crea y de las condiciones naturales más favorables para esa
función.
Existen varios tipos de emplazamientos:
1. Ríos. Es el más frecuentemente elegido por su valor militar y comercial.
Muchas ciudades han elegido puntos concretos de un río: estuarios
(Bilbao); confluencias de ríos (Cuenca, Segovia); vados (Toledo,
Salamanca).
2. Colinas. Las ciudades aquí emplazadas buscaban una mejor defensa
militar, evitar inundaciones o zonas insalubres o pantanosas.
3. Relieves costeros. Buscan buenas condiciones para establecer
fortificaciones militares o controlar una ruta marítima. Ejemplo:
Cartagena.
No siempre el emplazamiento original es el idóneo para las necesidades
actuales, por haber desaparecido la función para la que se creó o por el
crecimiento que han experimentado.
Situación. Es la ubicación de la ciudad en relación con un espacio geográfico
más amplio del que depende y al que organiza.
Existen varios tipos de situación:
Ha ido variando a lo largo de la historia. En el pasado se subordinaba a las
facilidades de desplazamiento de hombres y mercancías.
1. Situación de encrucijada: de ríos o rutas terrestres (Zaragoza, Madrid)
2. Situación de contacto: entre regiones geográficas distintas
3. Situación de ciudades marítimas: los puntos privilegiados son aquéllos
en que el interior se abre paso hacia el mar en los estuarios, deltas. A
veces se busca un punto defensivo o de control de rutas marítimas.
En la actualidad: por los adelantos técnicos han aparecido ciudades en lugares
de explotación de recursos mineros o energéticos.
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EL PLANO DE LA CIUDAD
La situación y el emplazamiento se asocian al plano de la ciudad.
El plano nos muestra el desarrollo de la ciudad a lo largo de la historia. Las formas
básicas de planos son pocas aunque ofrecen gran número de variantes para adaptarse a
las condiciones naturales.
Los tipos de planos son:
Plano desordenado o irregular
Propio de muchas ciudades medievales, cristianas y musulmanas. No obedecen a
ningún plan preconcebido, sino a un crecimiento espontáneo. Tiene aspecto
anárquico, no tiene ninguna arteria principal que organice a las demás. Las
calles no tienen orden fijo, son sinuosas y estrechas, generando sensación de
laberinto. Constituyen los cascos históricos de muchas ciudades actuales.
Plano radiocéntrico
Este tipo de plano es el resultado de un crecimiento urbano a partir de un núcleo
central de donde parten vías radiales que enlazan el centro con la periferia.
En el centro se situaba un monasterio, un castillo, lugar de mercado, un núcleo
fortificado o encrucijada de caminos. El trazado de las grandes vías circulares en
torno al centro suele corresponderse con el trazado de las sucesivas murallas que
se fueron derribando debido al crecimiento de la ciudad.
Estas áreas son características de los centros históricos de ciudades de origen
medieval. Ciudad de este tipo es Vitoria.
Plano en cuadrícula
También llamado ortogonal, en damero. Las calles se cortan
perpendicularmente formando un damero. Es el más extendido porque se ha
usado a lo largo de la historia y por distintas civilizaciones. Obedece a una
planificación. Tiene el inconveniente de que dificulta la circulación por las
intersecciones de las calles. Para evitarlo se han trazado vías diagonales, como
se hizo en Barcelona.
El origen de este plano ordenado, racional y planificado se remonta a los
antiguos griegos. Hipódamos de Mileto lo concibió para organizar el
crecimiento de ciudades griegas de la antigüedad.
Plano lineal
Es un plano que se genera normalmente en torno a una vía de comunicación
como carreteras o a una línea de fijación como ríos. Fue el utilizado por Arturo
Soria para su Ciudad Lineal.
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PRINCIPALES RASGOS MORFOLÓGICOS DE LA CIUDAD EN ESPAÑA.
La morfología urbana es el “paisaje urbano”, la forma externa de las ciudades. Se ve
influenciado por el
Emplazamiento ( lugar concreto en que se sitúa)
Trama. Es la manera de ordenarse y agruparse las construcciones en la ciudad.
Ha evolucionado según las tendencias urbanísticas, pero lo que más ha influido
ha sido la evolución de los transportes.
Los tipos de trama son dos:
1. Orden cerrado. Las construcciones se alinean unas junto a otras de dos
formas fundamentales:
Agrupándose unas junto a otras, dejando sólo pequeños patios
interiores libres. Es propio de los barrios antiguos de la ciudad.
Construcciones en grandes manzanas en torno a un gran patio
central. Es propio de los ensanches de finales del siglo XIX.
Ejemplo: Barcelona, Madrid, Bilbao, San Sebastián.
2. Orden abierto. Las construcciones se disponen en edificios aislados,
adosados, pero dejando grandes espacios libres. Pueden formar viviendas
unifamiliares con pequeño jardín, o torres aisladas.
Usos del suelo (urbanizable, no urbanizable, espacios verdes…)
Vías de comunicación (rondas, circunvalaciones, autovías….)
Plano urbano (regular, irregular, radiocéntrico,…)
Tipología de los edificios (unifamiliares con jardín, manzanas, bloques…).El
aspecto externo de los edificios es parte importante del paisaje urbano. En
épocas pasadas daba a las ciudades un sello característico que las diferenciaba
de las demás. Actualmente las técnicas constructivas y los materiales nuevos han
dado uniformidad a las ciudades de todos los países de distintos continentes.
Los modelos de crecimiento urbano característicos de las ciudades del siglo XX y los
inicios del XXI se han basado, en buena parte, en proyectos teóricos surgidos en el siglo
XIX, como los que se fundamentaban en el concepto de ciudad jardín, y en las nuevas
propuestas de principios del siglo XX que proponían una ciudad funcional y
racionalista que respondiera a las nuevas necesidades urbanas.
En 1943 se publica la Carta de Atenas que recoge los principios básicos del
funcionalismo y racionalismo arquitectónico, inspirado por Le Corbusier: las viviendas
estarán en bloques aislados separados por zonas verdes y el suelo urbano estará
dividido en zonas de diferente utilización.
Le Corbusier es un arquitecto y urbanista que fue pionero en el estudio de la mejora de
las condiciones de vida de los habitantes de las grandes ciudades. Se priorizaba la
racionalidad y la funcionalidad en la construcción de la ciudad más que la estética. Se
utilizaron los nuevos materiales como el hormigón y el acero, y se construía con
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criterios homogéneos y estandarizados de manera que el derecho a la vivienda y a una
ciudad habitable pudiera convertirse en realidad.
En la mayoría de ciudades europeas se pueden encontrar polígonos de bloques altos
alrededor de los ensanches urbanos. Los “rascacielos” están unidos al empleo de nuevos
materiales de construcción y al elevado precio del suelo en el centro de las ciudades.
En el caso de España, se incumplió el modelo inicial de ciudad funcionalista por la
especulación y la corrupción urbanística existente en el periodo franquista. Muchos de
los barrios o polígonos residenciales de bloques altos son una concentración de
edificios sin calidad donde faltan equipamientos y zonas verdes. En el periodo
democrático, la calidad de los bloques de nueva construcción y del urbanismo mejoró
muy notablemente.
LA ESTRUCTURA URBANA: LOS USOS DEL ESPACIO EN EL INTERIOR
DE LA CIUDAD.
Las personas viven y trabajan en las ciudades. Los usos del suelo están en función de las
actividades y necesidades de la población. En el tejido urbano se distribuyen las
actividades económicas y áreas residenciales.
El Centro. (CBD)
Se trata del área comercial y de negocios de la ciudad. No siempre coincide con
el centro histórico. Sus características son:
1. Poca población residente.
2. Buena accesibilidad desde cualquier punto de la ciudad en transporte
público o privado.
3. Gran densidad de tráfico y de personas.
4. Alto valor del suelo, por lo que se construyen rascacielos.
5. Escasa actividad industrial
6. Predominio de actividades comerciales y administrativas: comercios,
almacenes, bancos….
Los límites del centro: se establecen considerando las actividades propias del
centro, comercio al por menor, servicios bancarios, concentración de oficinas.
Vamos dejando de encontrar el centro cuando va apareciendo comercio al por
mayor, industrias de distinto tipo, textil, joyería, artes gráficas.
Áreas residenciales.
Se extiende por todo el tejido urbano, disminuyendo en el CBD y en las zonas
dedicadas a almacenes y centros fabriles. En las ciudades hay una diferenciación
entre las zonas residenciales y las dedicadas a otras funciones. Cuando las
ciudades eran pequeñas no había esta diferenciación zonal.
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El aspecto de los edificios permite conocer la diferenciación social de los
habitantes que los ocupan.
En el siglo XIX se construyeron barrios fuera de la muralla, los ensanches,
ocupados por familias de clases medias. Se construyen bulevares y calles de
mayor anchura. A finales del XIX, los ferrocarriles y los transportes posibilitan
el crecimiento de núcleos urbanos más próximos a las ciudades. Junto a las vías
de comunicación surgen arrabales y suburbios.
En la segunda mitad del siglo XX, aparecen áreas residenciales en la periferia.
El automóvil y los transportes favorecen la urbanización de estas nuevas áreas.
También han surgido barrios dormitorio, monótonos, con alta densidad de
población, sin zonas verdes, poco agradable para vivir. Del mismo modo, surgen
urbanizaciones cómodas, con zonas verdes, buenos servicios, baja densidad de
población, habitadas por clases medias de elevados ingresos
Áreas comerciales
Gran parte de los habitantes de las ciudades desarrolladas se dedican a funciones
de servicios, entre las que se incluye el comercio, hoteles, bares, agencias de
viaje,… Las funciones comerciales se distribuyen por la ciudad agrupándose en
áreas concretas, en función de la facilidad para llegar a ellas. En la actualidad,
existe la tendencia a concentrar estas áreas en zonas con buenas comunicaciones
y aparcamientos, grandes cadenas de hipermercados que atraen a la población.
Estas zonas se sitúan en las afueras de la ciudad.
Áreas industriales
Las ciudades han ejercido siempre atracción para la localización industrial por
varios factores:
1. Son importantes mercados por la alta densidad de población
2. Mano de obra abundante
3. Proximidad de otras industrias que pueden ser complementarias
Actualmente solo las industrias pequeñas y que no son molestas para los
vecinos permanecen en los barrios del centro. Las que necesitan mucha materia
prima, abundante energía, contaminan,…se alejan del centro y se sitúan en la
periferia donde se han creado polígonos industriales en zonas suburbanas o
localidades públicas. La localización en estos polígonos se debe al precio del
suelo, el espacio y la red de comunicaciones pues estas zonas industriales
carecen de tráfico peatonal, salvo en horas laborales
Zonas de esparcimiento
Son aquellos espacios reservados al ocio y la cultura. Surgen para solucionar los
problemas de la vida urbana y laboral (strés, angustias, depresiones…). Lo
constituyen elementos tales como los museos, bibliotecas, paseos, recintos para
espectáculos, bares, instalaciones deportivas, etc.
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Algunos están diseminados por el centro urbano, otros están en zonas
periféricas. Su distribución es muy heterogénea dependiendo del tipo de ciudad
y de la disponibilidad de suelo que posean.
El desarrollo de zonas verdes y parques urbanos y metropolitanos se dedican a
paliar la falta de infraestructuras para el ocio y el descanso.
Zonas suburbana
Está configurada por la yuxtaposición del espacio urbano y el rural,
confundiéndose en sus límites. Actualmente tienen un gran desarrollo por la
proliferación de urbanizaciones y edificaciones unifamiliares con espacios
verdes y jardines.
La característica es que los pobladores están en contacto directo con la
naturaleza, la ausencia de contaminación atmosférica y acústica y que actúa
como redistribución de la población hacia las zonas de influencia de las ciudades
en libramiento del espacio urbano propiamente dicho.
En cuanto a los usos del espacio en el interior de la ciudad
La ciudad actual ha modificado el uso del espacio urbano debido a los siguientes
rasgos:
Avances en la legislación urbanística
El nuevo marco político, social y económico surgido en España tras la
instauración del régimen democrático exigirá una renovación de la legislación de
control y gestión del desarrollo urbano. La Ley del Suelo de 1956 será sustituida por la
Ley del Suelo de 1976; el nuevo texto pretendía conseguir un crecimiento de las
ciudades más ajustado a las necesidades reales, implicando a todos los agentes sociales
y económicos en el proceso y flexibilizando los criterios de ordenación urbanística.
Cambios en el paisaje urbano
El paisaje urbano sufrió también modificaciones importantes, que afectaron al
casco antiguo y a los ensanches.
Los cascos antiguos o centros históricos de las ciudades españolas se caracterizan por
una cierta irregularidad, por calles estrechas de trazado sinuoso y por la escasez de
espacios abiertos. Para revitalizarlos se han practicado dos tipos de operaciones
urbanísticas: las de renovación y las de rehabilitación
Las operaciones de renovación fueron importantes, sobre todo, durante la década
de los 60 del siglo XX y significaron la sustitución total de la antigua edificación, lo
que representó un grave atentado contra el patrimonio arquitectónico de muchas
ciudades y conllevó, además, la expulsión de la antigua población residente y el
cambio del adicional uso residencial por el terciario o de servicios.
Las operaciones de rehabilitación urbana son propias de los años 80 e intentan
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combatir y paliar las consecuencias de las operaciones de renovación. Por ello,
respetan y se adecuan a las tipologías del entorno y procuran conservar el elemento
social y funcional, aunque esto no siempre se consiga.
Desarrollo de las periferias urbanas
Es el resultado del deseo de las familias con ingresos medios o altos de buscar
espacios residenciales con una mejor calidad ambiental y de la necesidad de otras
muchas familias de conseguir una vivienda de precio más asequible. Partiendo de una
demanda diversificada, en las periferias urbanas se desarrollan viviendas unifamiliares o
conjuntos residenciales de pisos.
Junto al desarrollo de la función residencial, las periferias urbanas conocen la
implantación de nuevos usos como centros y áreas comerciales, zonas de
equipamientos públicos (parques periurbanos) y centros industriales (parques
tecnológicos y polígonos industriales). El desarrollo de esta área trasciende incluso los
propios límites de la ciudad principal, extendiéndose hacia los municipios limítrofes,
que se transforman en nuevos centros urbanos; éstos, junto con la ciudad central,
constituyen una nueva realidad territorial, conocida como aglomeración urbana. En
Andalucía se conciben como centros urbanos las ocho capitales de provincia.
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TEMA 12. EL ESPACIO RURAL.
CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA EN ESPAÑA.
Las actividades y el espacio agrarios están influidos por factores naturales y humanos.
Los condicionantes naturales
Entre los condicionantes naturales destacan:
1. El relieve.
La topografía facilita o dificulta la práctica agrícola, por ello se aprecia una relación
entre el mapa de aprovechamientos agrarios y el mapa de relieve.
La altitud. Modifica las condiciones de humedad y temperatura. En
España sólo el 11% de la superficie se halla a menos de 200 metros de
altitud; una gran proporción corresponde ala Meseta, cuya elevación
sobre el nivel del mar realza la continentalidad y sus efectos agrarios.
Las pendientes y desniveles. Afectan a la formación y al grado de
estabilidad de los suelos, a las condiciones y formas de laboreo, a la
vulnerabilidad ante la erosión, a la circulación del agua, a las
posibilidades de mecanización de las faenas agrícolas.
Hay que añadir la importancia el relieve y del roquedo en el origen y
evolución de los suelos, que son el soporte y la base de nutrición de los
cultivos y aprovechamientos agrarios.
2. El clima
Condiciona los tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las temperaturas,
precipitaciones y demás elementos climáticos (vientos, nubosidad,…)
El régimen climático de influencia más intensa es el mediterráneo. Su larga sequía
estival y elevadas temperaturas, exigen adaptación a las plantas y cultivos que ha
tenido como consecuencia la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos
(cereales, vid y olivo) y la implantación del regadío para contrarrestar los efectos de
la aridez estival.
Los climas españoles, sobre todo el mediterráneo, presentan mucha irregularidad de
unos años a otros, siendo frecuentes las heladas, las olas de calor, las sequías,…que
influyen negativamente sobre la agricultura y la ganadería.
3. Los suelos. Condiciona la agricultura por su distinta naturaleza, estructura,
composición, ubicación,..tal cantidad de factores explican que los paisajes
agrarios no puedan clasificarse sin recurrir al mapa de suelos.
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4. La vegetación
En ocasiones se ha eliminado para lograr la total ocupación agrícola; otras veces se
conserva con grandes rasgos de pureza, constituyendo la base de los aprovechamientos
forestales. Algunas veces se ha conservado el sustrato herbáceo, no el arbóreo, para ser
aprovechado por la ganadería; o se hace un aprovechamiento conjunto e integrado de
suelo, pastos y arbolado dando lugar a paisajes de dehesa.
Los condicionantes humanos
Estos condicionantes son los responsables de la ordenación y usos del espacio agrario,
así como de la expresión de las condiciones sociales, económicas, técnicas, políticas,
etc, en las que la actividad se desenvuelve. El espacio agrario también acusa la
influencia de los factores del pasado sobre los que se han formado y pervivido las
estructuras agrarias.
Condicionantes históricos. Roma hace la primera ordenación agraria del
territorio peninsular. Sus sistemas agrarios se basan en la trilogía mediterránea y
la gran explotación. Posteriormente, los musulmanes reordenan el espacio
agrario dando gran importancia al regadío y producción de frutas y hortalizas
para la alimentación humana. Reconquista y repoblación cristianas dan lugar a
dos procesos de claras repercusiones en el agro español:
1. uso y ordenación de la tierra basado en coexistencia de
aprovechamientos cerealista y ganaderos
2. sistema de posesión de la tierra que será el responsable de grandes
desigualdades de sociedades pasadas y base de la consideración de la
tierra como problema. Este sistema estará vigente hasta mediados del
siglo XIX.
Condicionantes sociales y económicos.
Propiedad, explotación y régimen de tenencia son elementos básicos de la estructura
agraria. Es manifiesta su influencia en la conformación del paisaje, exponente de la
ocupación y del uso del espacio por la sociedad.
1. El régimen de propiedad de la tierra.
La propiedad, consiste en el derecho a gozar, disponer libremente y aprovechar la
tierra sin más limitaciones que las contenidas en las leyes.
La propiedad dominante en España es la propiedad privada, que acusa una notable
dualidad: un número muy elevado de pequeños propietarios que posee poca tierra y, en
el otro extremo, un reducido número de grandes propietarios que concentra mucha
tierra. Así, los dueños de menos de cinco hectáreas, que representan más de la mitad de
los propietarios que existen en España, sólo poseen la décima parte del territorio,
mientras que los que tienen más de 100 hectáreas, sin llegar a representar una
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centésima parte, concentran la mitad de la superficie.
A este problema estructural se añade la extraordinaria fragmentación de la tierra en
multitud de parcelas, que es un inconveniente para la explotación.
Geográficamente existen diferencias en cuanto al tipo de propiedad. La propiedad
pequeña y muy atomizada es dominante en la mitad septentrional, en el Levante y en
la franja mediterránea; las grandes fincas tienen, en cambio, una mayor implantación
en el sur, particularmente en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía
occidental.
Estas circunstancias tienen sus antecedentes en los procesos históricos de ocupación del
territorio y en su evolución posterior. Históricamente existieron tres tipos de
propiedad bien diferenciados: colectiva, estamental y particular.
La propiedad colectiva era aquella cuya titularidad correspondía a las villas y a los
municipios. Estaba integrada por las tierras pertenecientes a la colectividad, que se
dividían en lotes o suertes para el aprovechamiento individual (bienes comunales), o se
arrendaban a particulares a cambio de una cantidad de dinero para atender las
necesidades de la villa (bienes de propios).
La superficie perteneciente a la Iglesia y a la nobleza constituía la propiedad
estamental. La mayor parte de las tierras pertenecientes a la nobleza integraban los
señoríos, cuya integridad territorial estuvo protegida durante siglos por la institución
del mayorazgo. Los bienes de la Iglesia procedían de compras y de donaciones de los
fieles.
Los titulares de ambos tipos de propiedad no tenían capacidad de enajenar o vender,
razón por la cual se decía que estos bienes estaban en manos muertas. En
consecuencia, unos y otros se encontraban apartados del mercado de la tierra y de la
partición hereditaria, lo que redundaba en la escasez de tierra para los particulares y en
su encarecimiento.
Ilustrados y reformistas clamaron contra esta situación y, finalmente, en el siglo XIX se
le puso fin mediante los procesos desamortizadores. La desamortización afectó a los
bienes propiedad del clero y de los municipios; la primera fue llevada a cabo por
Mendizábal en 1836 y supuso la incautación de numerosas fincas pertenecientes al
clero y su venta a particulares. La desamortización civil tuvo lugar más tarde, a partir de
1855, y se llevó a efecto al aplicar la Ley de Madoz, la cual dio origen a la
privatización de la tierra que formaba el patrimonio comunal de los municipios
españoles.
La influencia de estas medidas en la estructura agraria fue muy grande, pues supuso el
trasiego de una cantidad ingente de tierra de propiedad colectiva a manos de
particulares. En contra de lo que se pretendía, vino a reforzar la gran propiedad, pues,
por lo general, los compradores ya tenían la condición de propietarios. Asimismo, la
desamortización civil privó a los municipios de un amplísimo patrimonio, a base de
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sustento de los más humildes.
En lo que a los bienes de la nobleza se refiere, la abolición del mayorazgo y la supresión
del régimen señorial permitieron que, en adelante, los bienes de la nobleza se rigiesen
por las leyes sucesorias normales y entraran en un proceso de fragmentación por
herencia, aunque preservando su condición de latifundios.
El resultado de estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y, como
los vecinos habían perdido sus tierras públicas y que a finales del siglo XIX la
población iba en aumento, la proletarización del campesinado se incrementó al haber
más personas y menos tierras que labrar. La desigualdad en la distribución de la tierra o
la carencia de ella estuvieron en la base de la conflictividad social y de las demandas de
reforma agraria, que se materializaron en la Segunda República, aunque sus efectos
quedaron anulados tras la Guerra Civil.
2. El régimen de explotación de la tierra.
La noción de explotación agraria hace referencia a las condiciones técnicas. La
explotación agraria guarda relación con la propiedad y, como sucede con ésta, también
se caracteriza por la dicotomía existente entre las pequeñas explotaciones o
minifundios y las grandes explotaciones o latifundios, de tanta implantación en el sur y
en el suroeste peninsular.
Los datos extraídos del último censo agrario nos indican que más de la mitad de las
explotaciones agrarias de España son minifundios de extensión inferior a cinco
hectáreas, y que las explotaciones de extensión superior a 300 hectáreas, representan
tan sólo un 1%, aunque concentran una cantidad considerable de tierra.
En España existe hoy día 1.764.000 explotaciones agrarias. En 1962, año del Primer
Censo Agrario, había casi tres millones. Desde entonces hasta la fecha, su número ha
decrecido en un proceso paralelo al éxodo rural, que ha consistido en la desaparición de
parte de las más pequeñas y su incorporación a otras más grandes, razón por la que ha
aumentado levemente el tamaño medio de las explotaciones.
Tradicionalmente, las explotaciones se han clasificado en minifundios, latifundios o
explotaciones de tamaño medio; sin embargo, ello no está del todo justificado, pues las
características e importancia de la explotación no dependen tanto de su superficie como
de su rentabilidad económica, ya que explotaciones dimensionalmente muy grandes
pueden ser improductivas o muy poco rentables y, en cambio, explotaciones de tamaño
medio o reducido (regadío, frutales, enarenados, etc.) pueden generar grandes ingresos.
Con el fin de resolver este contrasentido y de valorar las explotaciones en términos
estrictamente económicos, estas empiezan a considerarse en términos de UDE (Unidad
de Cuenta Europea), que es la unidad de cómputo equivalente a 1000 euros de
margen o rendimiento bruto estándar.
De acuerdo con esta nueva clasificación, comprobamos que las explotaciones
españolas, bien por superficie, bien por su menor productividad, tienen un tamaño
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económico inferior a la media europea y que existen notables diferencias regionales.
3. El régimen de tenencia de la tierra.
En lo que a tenencia de la tierra se refiere, distinguimos entre régimen de explotación
directa y régimen de explotación indirecta.
El primero consiste en que el titular de la explotación agraria, con independencia de que
trabaje físicamente en ella o no, es propietario de la tierra.
La explotación indirecta resulta cuando el titular de la explotación y el propietario de la
tierra no es la misma persona. En estos casos, el propietario cede la tierra para su
explotación en régimen de arrendamiento, aparcería o bajo cualquier otra fórmula.
El arrendamiento, es de hecho, un alquiler y se establece mediante el pago de una
renta cierta, convenida de antemano, en metálico o en especie, con independencia del
resultado de la cosecha.
La aparcería es una sociedad a la que el sueño aporta la tierra y el aparcero, el trabajo;
los gastos se satisfacen a medias y los beneficios o productos de la cosecha se reparten
en la proporción establecida. Como la producción se desconoce en el momento de la
firma del contrato, la renta es variable, y propietario y aparcero comparten por igual
ganancias en los años buenos y pérdidas, si las hubiera, en los años malos.
Estos regímenes de tenencia de la tierra han tenido gran vigencia y significado en el
campo español. Hoy se tiende al incremento de la explotación directa, al mantenimiento
del arrendamiento y a la drástica reducción de la aparcería, que se agudizó con el éxodo
rural.
La sociedad española hasta casi mediados del siglo XX fue rural por cultura y
residencia de la población y agrícola pues la agricultura tendrá mucha importancia en la
producción de la economía nacional y en el autoabastecimiento de las poblaciones.
Esto hace posible la autarquía local y comarcal que terminará con la llegada del
ferrocarril y que acabó hace unas décadas con la instauración de una sociedad urbana.
En los últimos años la actividad agraria ha evolucionado: se ha orientado al mercado, se
ha especializado en las producciones y a gran escala en una economía integrada en
mercados internacionales.
Las innovaciones técnicas también favorecieron al campo, la mecanización, el uso
generalizado de abonos y fertilizantes, el empleo de semillas y razas seleccionadas,…
todo ello en una sociedad moderna que se desarrollaba progresivamente.
El ingreso de España en la U.E. ha influido en la actividad y espacio agrario, pues ha
supuesto la ampliación de los mercados agrarios, la participación en las políticas
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comunitarias y nuevas condiciones de financiación de la producción agraria.
USOS Y APROVECHAMIENTOS AGRARIOS.
Existe una relación intensa entre los mapas de cultivo y aprovechamiento con los
componentes del medio geográfico, especialmente clima y relieve.
Sobre los grupos de aprovechamientos existe coincidencia entre:
o Espacios forestales y áreas de montaña. Se debe a que las montañas no son
aptas para la agricultura, al abandono de los usos agrícolas tradicionales y a la
repoblación forestal.
o Praderas y pastizales se extienden por zonas de montaña media, de topografía
menos accidentada, y por las penillanuras del oeste peninsular. Es la Iberia
silícea. Sobre ella se asienta la ganadería tradicional que aprovecha los pastos
húmedos de las praderas atlánticas y los estacionales de la España interior,
donde ha ido unido al régimen de dehesa.
o Las tierras cultivadas se encuentran en tres grandes conjuntos agrícolas: las
cuencas interiores de la Meseta, las depresiones exteriores y el litoral
mediterráneo. Las dos submesetas tienen un intenso uso agrario (cuenca del
Duero en la Norte y área de La-Mancha en la Sur). La depresión del Ebro y
Guadalquivir son de gran aptitud agrícola, siendo la tierra bética la que presenta
mejores suelos y mayores porcentajes de superficie labrada. Las zonas del litoral
mediterráneo se caracterizan por la intensidad del laboreo sobre una estrecha
franja que presenta su mayor extensión en el golfo de Valencia.
En los espacios de aprovechamiento agrícola destacan las zonas de regadío, que son
hoy los principales soportes económicos de la agricultura española. Junto a ellos,
destacan los espacios ocupados por cultivos forzados (enarenados, bajo plásticos) y
subtropicales, modelo de aprovechamiento de las potencialidades que ofrece el clima y
un claro exponente del dinamismo de la agricultura española.
LA INFLUENCIA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN
El sector agrario español participa de Política Agraria Común (PAC) y ha cambiado
mucho desde su ingreso en la UE. Han sido importantes las ayudas y subvenciones para
mantener las producciones y las rentas de los agricultores y ganaderos, que ascienden a
6 500 millones de euros.
Con vistas al futuro, las reformas de la PAC toman en consideración las nuevas pautas
para el desarrollo rural, conscientes de que la evolución del sector agrario comunitario y
nacional está relacionado con el desarrollo equilibrado y sostenible de los espacios
rurales. Por esto se han concretado tres objetivos:
1. El fomento de la competitividad de la agricultura.
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2. La preservación ambiental, con especial atención a la biodiversidad, al fomento
de los sistemas con grandes valores ambientales, al agua y al cambio climático.
3. La diversificación y mejora de las condiciones del medio rural.
LOS NUEVOS USOS Y FUNCIONES DEL ESPACIO RURAL.
España ha sido tradicionalmente agrícola, pero a mediados del siglo XX reproduce la
transformación agrícola y pesquera.
La población agraria activa se ha reducido mucho. Actualmente está en torno al 8%.
El principal retroceso se produjo entre 1960-1970, siendo distinto en cada región: muy
acusado en Madrid, País Vasco o Cataluña y menos en Extremadura y Galicia.
Solamente un millón y cuarto de personas trabaja en el sector primario.
En su dimensión económica, el sector primario ha alcanzado un PIB de 20.000
millones de euros, consecuencia de una gran producción agraria. Sin embargo, en el
conjunto de la economía española su significado ha ido disminuyendo. Hoy significa
menos del 4%.
También ha variado el significado económico de cada subsector. Se ha llegado a una
situación en la que el valor de la situación ganadera es superior a la agrícola, lo que es
indicativo de una sociedad que demanda más productos ganaderos, carne y leche, que
productos agrícolas tradicionales como los cereales.
A partir de los años 60 el campo sufre fuertes transformaciones debido a varios factores:
el éxodo migratorio, la mecanización del campo, la ampliación del regadío y la
aparición de una nueva sociedad rural.
El éxodo rural supone el traslado de población del interior de España hacia las áreas
urbanas. Esto acaba con unas relaciones sociales basadas en la existencia de una mano
de obra abundante y barata, y de una ordenación y usos del espacio agrario sustentados
en las prácticas extensivas.
El éxodo migratorio, la evolución de la sociedad y la necesidad de incrementar la
producción agraria son causa y consecuencia del las innovaciones en el campo:
semillas, abonos…además de la difusión de cultivos industriales, reducción del
barbecho e incremento de la productividad.
La mecanización del campo fue clave en el desarrollo del sector. Paralela a la
mecanización fue la motorización del medio rural, que supone abandonar el campo
como lugar de residencia y de la explotación agraria, quedando reducido a lugar donde
trabajo donde se acudía a diario.
La ampliación de los regadíos. Al comenzar el s. XX había en España 1 250 000
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hectáreas de regadío. En 1902 se aprueba el plan de Obras públicas, Plan Gasset, que
tuvo logros modestos. En 1933 ( plena República) se aprueba el Plan Nacional de Obras
Hidráulicas de Manuel Lorenzo Pardo que pretende crear la infraestructura necesaria
para ampliar los regadíos aprovechando los recursos hídricos, la construcción de
embalses, trasvases entre cuencas, etc.
Los conflictos producidos en el campo durante la República y la posterior Guerra Civil
paralizan el Plan, que se retomará en época de Franco. Se construye entonces una red
de embalses que permite elevar la superficie de regadío hasta 3 602 500 hectáreas, el
6.6% de la superficie geográfica y casi el 20% de las tierras de cultivo. La producción
agroganadera recae sobre esta vasta extensión a costa de un desmesurado consumo de
agua.
Consecuencia de lo expuesto es que el espacio agrario español ha tomado una
orientación productiva, se han roto los vínculos entre agricultura, ganadería y
explotación forestal y ha surgido una disociación muy grande entre el mundo rural y el
urbano. Además de la influencia de las políticas comunitarias como factor de
modernización del campo.
Todos los cambios expuestos anteriormente han alterado el concepto y el uso del
espacio rural apreciándose que la influencia que sobre él ejerce lo urbano, ha atenuado
el contraste campo-ciudad al superponerse sobre un mismo espacio diversos usos del
suelo como apreciamos en las áreas periurbanas.
Si hace años el espacio rural tenía una función productiva, hoy ha adquirido el valor de
espacio de uso, acoge segundas viviendas de residentes en la ciudad, industrias,
talleres, naves de almacenamiento, etc., que están al servicio de necesidades urbanas.
También acoge usos relacionados con el ocio, turismo rural o de naturaleza, ejemplo de
ello son las áreas protegidas.
El espacio rural es hoy multifuncional y polivalente debido a las nuevas demandas y
perspectivas de futuro que se ofrece al mundo rural en las sociedades desarrolladas. Es
por ello que el mundo rural acusa la presión del mundo moderno (vías de
comunicación…) y hace necesario adoptar prácticas agrarias que favorezcan la
preservación del entorno y la conservación de la naturaleza.
También se hace necesario diversificar la economía, propiciar nuevos usos y actividades
que generen empleos duraderos fuera del sector agrario y desarrollar programas
integrados de desarrollo rural sobre la base del potencial endógeno.
Las políticas europeas procuran mantener a la población en su ámbito, apoyar la
implantación de nuevas empresas y actividades, dispensar mayor asistencia las
sociedades locales, conservar el medio natural y el patrimonio cultural como una baza
para la generación de ingresos externos, como los que aporta el turismo.
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TEMA 13. DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS EN ESPAÑA.
LOS CONDICIONANTES DEL PAISAJE AGRARIO
Además de los condicionantes de tipo físico: relieve, clima, suelo, agua,..los
condicionantes humanos son esenciales.
Demográficos. En función de la presión demográfica los cultivos son intensivos
( si hay mucha población para alimentar) o se abandonan las menos productivas
( si hay poca población) cambiando la estructura agrícola y erosionándose las
tierras abandonadas.
Técnicos. La introducción de maquinaria, abonos, fertilizantes, plaguicidas, han
modificado los paisajes y transformado los paisajes de subsistencia en otros
modernos dedicados al comercio.
Sociales. En España hay una diferencia entre un Sur con predominio de grandes
propiedades y un norte con predominio de pequeña propiedad.
Económicos. La existencia de propiedades privadas o colectivas está en
relación al sistema productivo. En España predomina la propiedad privada.
Históricos. El paisaje agrario se ha ido transformando a lo largo de la historia
con la introducción de técnicas de irrigación, nuevos cultivos, etc.
Políticos. Actualmente los factores políticos dependen de las pautas establecidas
por la U.E. y la PAC para nuestra agricultura.
DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS
La diversidad de los componentes naturales, los diferentes usos del suelo y el
distinto modo de ordenación del espacio originan dominios y paisajes agrarios
específicos.
El dominio atlántico
La España atlántica se caracteriza por su relieve montañoso y por la existencia
de un clima húmedo con temperaturas suaves que favorecen el desarrollo de la
vegetación natural. Por ello, la España atlántica es el dominio de los bosques y de los
pardos, que son el soporte de unos paisajes agrarios basados en la especialización
ganadera y forestal.
La producción ganadera aporta la principal contribución a la producción final agraria,
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aunque el significado de lo agrario en el conjunto de la sociedad y de la economía varía
desde un máximo en Galicia hasta un mínimo en el País Vasco.
Los paisajes agrarios atlánticos presentan una acusada fragmentación parcelaria con
multitud de terrenos de íntimo tamaño. Predomina la pequeña propiedad y los
regímenes de explotación directa, y constituye el ámbito de mayor implantación del
hábitat disperso, del que forman parte multitud de aldeas y caseríos.
Los aprovechamientos agrarios son variados, destacan los dedicados a la alimentación
humana (patatas, hortalizas) y animal (maíz), y los forestales. Su verdadera
especialización es la ganadería vacuna, desarrollada al amparo de la producción de
hierbas y forrajes. La cabaña autóctona se ha mejorado son la introducción de razas
extranjeras para incrementar la producción de leche, base de una potente industria.
El dominio mediterráneo interior
El interior peninsular ofrece gran diversidad paisajística sobre el denominador
común de la influencia del clima mediterráneo. Los aprovechamientos agrícolas están
dominados por los cultivos de secano, a pesar de que en los últimos lustros, ha ganado
mucha extensión el regadío.
La cuenca del Duero es asiento de pequeña y mediana propiedad sobre
un parcelario muy fragmentando que fue objeto de la concentración en el
franquismo. Su orientación tradicional ha sido hacia la explotación
loscerealista (trigo y cebada) y hacia la ganadería ovina. La superficie de
pastos y de barbechos ha disminuido de forma progresiva, lo que ha
repercutido en la ganadería, que se ha visto confinada a los espacios de
menos aptitud agrícola o ha sido objeto de estabulación. La explotación
cerealista ha alcanzado un elevado grado de mecanización, al tiempo que se
han extendido cultivos de regadío, como la remolacha, el maíz o la alfalfa.
El área castellano-manchega ofrece rasgos como distintivos el aumento
del tamaño de las explotaciones agrarias, así como un notable grado de
concentración del hábitat. Sobre la amplitud de las llanuras manchegas
destacan tres grandes grupos de aprovechamientos :
- La ganadería ovina, base de la producción lanera y quesera tradicional.
- La cerealicultura, que está en retroceso ante el avance del girasol.
- El viñedo, que confiere su fisonomía agraria a La Mancha.
El oeste peninsular toma buena parte de sus caracteres agrarios de su
pertenecía a la Iberia silícea. Los suelos silíceos son poco fértiles y producen
cosechas moderadas, incluso tras un largo período de descanso; por esta
razón, se han constituido sobre ellos las explotaciones agrarias de dehesa,
que integran, bajo un régimen extensivo, los aprovechamientos agrícolas y
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ganaderos a partir de los beneficios que rinde la encina. Predomina la gran
propiedad, herencia de la historia, que ha convertido al oeste peninsular en
uno de los grandes enclaves del latifundismo español.
En las zonas de los suelos más ricos aparecen los cultivos cerealistas y de
plantas industriales. En las extensas áreas convertidas en regadío tras la
construcción de los embalses (Plan Badajoz), surgieron numerosos cultivos
nuevos, como las hortalizas, el arroz, el tabaco, etc.
El valle del Ebro comparte rasgos agrarios con la España interior, aunque
ofrece unos caracteres especiales, que resultan visibles en una doble
gradación de paisajes: en altura, desde las montañas hasta el fondo de la
depresión, en longitud, desde el nacimiento del Ebro hasta su
desembocadura, de donde resulta una mezcla de influencias y diversidad de
paisajes mediterráneos.
En la cuenca alta alternan los caracteres propios de la España atlántica húmeda
y de la mediterránea seca, coexistiendo espacios agrícolas, ganaderos y
forestales. En las áreas de regadío se aprecia un gran aprovechamiento
agrícola, con cultivos de huerta para el consumo y para la industria, así como
amplias áreas dedicadas a la vid, que producen los afamados vinos de Rioja.
La depresión del Ebro y sus laderas estuvieron integradas funcionalmente por la
trashumancia ganadera. Hoy son espacios yuxtapuestos, de manera que la
montaña es ganadera y la depresión, agrícola. En el sistema extensivo
predomina la cebada sobre suelos de calidad mediocre y en el intensivo, los
cultivos de regadío, de gran tradición y antigüedad.
En cuanto a propiedad, coexisten diversos tamaños. Abundan los cultivos de
remolacha, forrajes y hortalizas y, en algunas comarcas, una importante
intensificación de frutales y de ganadería.
El dominio mediterráneo litoral
Tiene como elementos definidores la baja altitud sobre el nivel del mar y un régimen
térmico de veranos calurosos e inviernos templados y modelados, aunque siempre con
escasas precipitaciones. Es una franja litoral entre el mar y las montañas, y solo se
adentra hacia el interior a través de las depresiones del Guadalquivir y del Ebro.
Caracterizado en su conjunto por el dinamismo del espacio agrario, por la
coexistencia de actividades no agrarias sobre el espacio rural y por el alto grado de
intensidad de sus aprovechamientos, ofrece diferencias considerables en toda su
longitud.
Cataluña tiene un terrazgo de reducida extensión y sus paisajes agrarios
son muy intensivos, especializados y de clara orientación hacia el mercado.
En general, ha habido un fuerte retroceso de los cultivos de secano y un
notable desarrollo de la ganadería estabulada e industrial, de los cultivos
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hortofrutícolas y de la vid.
El Levante acoge un regadío de elevados rendimientos y es el asiento de la
huerta tradicional, pieza clave de la ordenación del espacio rural. Junto a
las producciones hortícolas, destacan los cítricos, los frutales y el arroz.
En estos espacios en continua mutación, se aprecia la competencia del
turismo y la industria en disputa por el suelo, de modo que la agricultura
está cediendo sus suelos tradicionales para otros usos y desplazándose hacia
tierras de peor calidad, pues los gastos de acondicionamiento de las nuevas
explotaciones son menores que las plusvalías obtenidas por la venta de las
antiguas parcelas como suelo urbanizable.
En Andalucía, compartiendo rasgos con el litoral mediterráneo,
distinguimos los siguientes paisajes orientados en franjas desde Sierra
Morena hasta el mar:
1) Cinegético-forestal de las montañas, particularmente en Sierra Morena,
que perdió su tradicional utilidad ganadera a partir de los años 60 y quedó
configurada como un espacio de cotos al amparo de la repoblación forestal y
del régimen del espacio protegido del que goza.
2) Las campiñas béticas son el espacio cerealista por antonomasia. Hoy
acogen amplias superficies de girasol y otras plantas industriales.
Intensamente humanizadas, son asiento de grandes cortijos, denominación
que se refiere tanto a la explotación como al hábitat.
3) El paisaje del olivar conforma una franja continuada sobre todo el
subbético, presentándose con caracteres de exclusividad sobre el espacio.
4) Las hoyas y las depresiones interiores son significativos enclaves
agrarios entre montañas, espacios de antigua ocupación humana que acogen
el regadío y un policultivo muy variado en el que están presentes cultivos
tradicionales, como los cereales, y las plantas industriales, como el tabaco
y la remolacha.
5) El litoral alberga, desde los cultivos subtropicales hasta los enarenados
bajo el gigantesco mar de plástico que se interpone entre el Mediterráneo y
las cordilleras
Canarias
El archipiélago canario tiene una superficie agraria muy reducida por la
naturaleza volcánica de las islas. Apenas alcanza el 20% de la superficie geográfica y se
sitúa preferentemente en las zonas bajas, así como en las laderas, donde, gracias al
esfuerzo humano, se han construido terrazas.
Muy condicionadas por la falta de agua y favorecidas por el régimen térmico, las islas
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Canarias desarrollaron una agricultura de exportación basada en el plátano, la patata
y el tomate, que acusa la competencia de la producción peninsular y la disputa del suelo
por parte de la promoción inmobiliaria y del turismo. Tradicionalmente, la agricultura
insular ha coexistido con una notable cabaña de ganado caprino.
OTROS PAISAJES AGRARIOS
Todos los paisajes agrarios comparten su espacio con otras actividades que no son las
agrarias como las turísticas y recreativas o las segundas residencias, convirtiéndose
estas zonas en rururbanas. No obstante, muchos de estos paisajes tienen un gran
dinamismo pues encontramos en ellos
zonas de agricultura competitiva,
secanos especializados en algunos cultivos,
Zonas con escasas actividades agrícolas y dedicadas a actividades recreativas,
turísticas o segundas residencias.
Por otra parte, encontramos paisajes en crisis, son aquellos que se han ido despoblando
y que se encuentran abandonados.
Muchos paisajes afectados por crisis agrarias o reestructuración productivista se han
ido deteriorando. Sin embargo, sus valores en cuanto a biodiversidad, morfología
agraria o patrimonio cultural son grandes y necesitan mantenerse. Entre estos paisajes
encontramos:
Huertas cercanas a pueblos, regadas por ríos y arroyos, que conforman el
paisaje y que tienen unos elementos a respetar como son los cultivos,
manantiales, albercas, molinos, casas,…se convierten, por tanto, en elementos
paisajísticos de gran valor que integran elementos culturales. Además, las
huertas cercanas a centros urbanos valorizan a éstos, pues con frecuencia
encontramos en ellos vertederos.
Los paisajes agrarios de montaña, de gran extensión y variables
condicionamientos, también se encuentran en crisis la mayoría de las veces
porque los productos obtenidos en ellos no tienen muchas probabilidades
económicas.
El litoral, en otro tiempo destinado a cultivos tradicionales, se ha desvastado
con las construcciones turísticas y urbanas y en algunos casos se ha reconvertido
en paisajes agrícolas intensivos.
El paisaje de olivar de montaña, propiamente andaluz. En torno a él se ha
creado una cultura importante, tanto para la economía como para la vida de los
andaluces. Sin embargo, en algunas zonas, por abandono, se han ido
adehesando, aprovechándose para la ganadería y con poca recogida de aceituna.
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La dehesa. Con la expansión agrícola del siglo XIX y XX se han ido
reduciendo. Las causas de su degradación se deben a envejecimiento del
arbolado, por falta de renovación del mismo, invasión del matorral, erosión, falta
de incorporació n tecnoló gica,…
En Andalucía es de destacar el paisaje de la dehesa (Sierra Morena, sierras gaditanas, de
forma esporádica en sierras de la Subbética) sobre la que se está elaborando un plan, el
Plan Director de la Dehesa, con participación de muchos agentes. Pues la dehesa no es
solamente un paisaje, una explotación agrícola y ganadera, sino que es una sociedad,
independientemente que se viva de los beneficios que ésta aporta y está en la base del
desarrollo rural.
No debemos olvidar que las sociedades rurales son las protagonistas del mundo rural y
éstas tienen que ser el centro de gravedad de las políticas agrarias. Es importante, por
ello, valorar los paisajes agrarios, sus problemas y potencialidades.
Caminamos, o debemos hacerlo, hacia un desarrollo rural sostenible cuyo objetivo es la
obtención de alimentos de calidad, pero respetando el medio ambiente, lo que se traduce
en no usar residuos que contaminen, en el uso racional de la tierra, el espacio y el agua
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TEMA 14. LA ACTIVIDAD PESQUERA EN ESPAÑA.
España ha sido y es una de las grandes potencias pesqueras mundiales. Así lo
indican el tamaño de la flota (tonelaje y potencia), el volumen de capturas y el valor de
la pesca desembarcada.
En la actualidad, existen unos 18.000 buques pesqueros, que capturan cada año
13.000.000 toneladas de pescado y dan empleo a 74.798 tripulantes. En su dimensión
económica, la pesca aporta el 0,5% del PIB.
Estos datos son indicativos de la importancia de la pesca española, aunque si los
comparamos con los de hace un cuarto de siglo, se aprecia un declive de la actividad,
consecuencia del agotamiento de los caladeros nacionales, de la nueva situación
internacional del mar, del ingreso de España en la UE, etc., todo ello configura un
marco bien diferente al que existía en la época dorada de la pesca, que correspondió a
los año 1970.
España tiene un amplio perímetro costero cuyo litoral se parte entre mares
diferentes. En conjunto, no puede decirse que presente unas condiciones muy favorables
para la fauna marina y, por extensión, para la pesca. En correspondencia a la diversidad
marina, la naturaleza ofrece una variada fauna piscícola.
El Océano Atlántico, con las diferencias lógicas entre latitudes tan dispares como el
mar Cantábrico o el archipiélago canario, tiene unas aguas de salinidad moderada, unas
temperaturas entre los 10 y los 18 º C en agosto y entre los 11 y los 15 º C en enero en
las costas peninsulares, corrientes marinas que facilitan la distribución del plancton y
una oscilación del nivel de las aguas de hasta cuatro metros por efecto de las mareas.
Todo ello permite la existencia de una franja costera de varios hectómetros de anchura,
alternativamente sumergida y emergida, que facilita el marisqueo sobre la arena de la
playa. Asimismo, el litoral atlántico presenta en el noroeste peninsular una articulación
que alarga el perímetro costero y favorece la instalación de bateas y cultivos marinos.
El Mediterráneo es un mar de aguas calientes. Contiene menos fitoplancton que el
océano, no tiene mareas que faciliten el vaivén de las aguas sobre la playa y la salinidad
se eleva hasta el 38%. La comunicación con el Atlántico es escasa, por lo que el
Mediterráneo es especial y frágil a efectos ecológicos.
Las diferencias marinas y litorales justifican la diversidad de la fauna y su proverbial
riqueza, tanto en especies como en calidad; entre ellas, destaca la sardina, la merluza, el
atún, el mero, etc. Las diferencias entre uno y otro mar explican también la
especialización portuaria y el distinto significado de la pesca en cada una de las regiones
costeras.
En los últimos años nuestros mares han perdido importancia pesquera debido a la
sobreexplotación; los puertos se han convertido en muelles de descarga de especies
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capturadas en aguas lejanas, al tiempo que los litorales aspiran a recibir los beneficios
de la transformación industrial de la pesca y de la distribución comercial.
SIGNIFICADO DE LA PESCA EN ESPAÑA La pesca en nuestras aguas tiene sus antecedentes en época prehistórica, ya que
alcanzó una dimensión comercial en época antigua, cuando numerosas factorías
preparaban conservas y salsas de pescado para su exportación a Roma.
En la Edad Media, la pesca continuó teniendo un marcado carácter de subsistencia. En
el Cantábrico, no obstante, los vascos capturaban ballenas y desde el siglo XIII los
barcos accedieron a Terranova, Islandia, Groenlandia, etc., descubriéndose poco
después las posibilidades que ofrecía el bacalao para su consume fresco o curado.
Siguiendo la tradición, continuó practicándose durante siglos la pesca de atunes en
almadraba, particularmente en la desembocadura del Guadalquivir.
A partir del siglo XIX la pesca adquirió una dimensión nueva por efecto de la
Revolución Industrial y de la aplicación del vapor a la navegación, lo cual favoreció el
comercio y las industrias de transformación pesquera.
En el siglo XX, los arrastreros impulsados por maquinaria a vapor se introdujeron en la
flota española por Huelva y Cádiz, y se aplicaron desde 1904 a la pesca de bacalao y,
unos años más tarde, de caballa. Su empleo incrementó notablemente las capturas en un
momento en que el ferrocarril, ya completamente extendido por la geografía española,
facilitaba el transporte del pescado y acercaba su consumo al interior. La industria textil
y la metalúrgica fabricaron aparejos y artes de pesca a gran escala, permitiendo a los
barcos el alejamiento de la costa y una pesca cada vez más eficaz.
Tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial, se emplearon en la pesca nuevos
arrastreros que, importados de Gran Bretaña y Francia, se incorporaron a nuestra flota.
Así, a partir de 1925, se inició la moderna pesca de bacalao en Terranova y, desde
Asturias, en Gran Sol. En 1930 faenaban ya 40000 barcos y las capturas rebasaban las
300000 toneladas.
La Guerra Civil paralizó la actividad pesquera en nuestro país y, tras ella, la Segunda
Guerra Mundial. Al finalizar ambas, la fauna piscícola había vuelta a incrementarse.
Este hecho, unido a la gradual incorporación de los motores de combustible líquido,
permitió el aumento de las capturas hasta niveles insospechados, que se mantuvieron
durante las décadas siguientes, coincidiendo con el desarrollo de nuevas técnicas, que
permitían la pesca de arrastre en fondos de hasta 6000 metros de profundidad
Con todo, las transformaciones más espectaculares en la pesca se produjeron, al igual
que en la agricultura, en las década de 1960. En 1961, en el contexto del I Plan de
Desarrollo Económico, se promulgó una ley que aspiraba a modernizar la flota
pesquera y a reestructurar la actividad, que tenía un excesivo componente artesanal y se
botaron los dos primeros buques congeladores de la flota española (Lemos y Andrade),
que fueron a faenar a Sudamérica y a Sudáfrica, a más de 6000 millas de sus puertos de
origen.
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A partir de este momento, subsistió la pesca de bajura, pero el grueso de las capturas
empezó a recaer en una moderna flota congeladora muy bien equipada para la pesca en
las aguas del Sahara, Angola, Mozambique y Atlántico noroccidental. Así, en los años
1970, España alcanza su record de capturas de pescado.
Pronto comenzaron a plantearse los problemas de una flota sobredimensionada, de unos
caladeros sobreexplotados y otros de difícil o imposible acceso por el nuevo Derecho
del Mar que comenzaba a surgir. En 1976, Estados Unidos declara aguas jurisdiccionales las doscientas millas mar adentro. Las declaraciones de ampliación de
dominio se generalizaron, lo que significó, que en adelante, el 90% de los recursos
pesqueros mundiales quedaban comprendidos en los límites de las zonas privativas de
aprovechamiento. Para España las consecuencias fueron inmediatas y muy
perjudiciales, al quedar cortado el acceso a los caladeros tradicionales, situados en aguas
que, hasta entonces, habían gozado de la condición de internacionales y de libre
aprovechamiento pesquero.
El sector pesquero español ha podido sobrevivir a décadas de incertidumbres,
conflictos y problemas por lo arraigado de la pesca en las regiones litorales, la
importancia social y económica del recurso, etc.
1. La flota ha experimentado una enorme transformación y hoy se halla en la
vanguardia de las tecnologías en lo que se refiere a sistemas de navegación,
adelantos náuticos, etc. Algunos buques son auténticas factorías; coexiste, no
obstante, con una flota tradicional de bajura, cuya actividad resulta cada vez
más difícil por su falta de competitividad y por lo esquilmado de nuestros mares.
2. Los lugares de pesca han variado, tanto en naturaleza como en ubicación, pues
hoy se pesca en aguas de aprovechamiento económico pertenecientes a otros
países y a distancias considerables de los puertos de partida, hasta en los
océanos Índico y Pacífico.
3. El volumen de pesca desembarcada ha decrecido, con relación al de hace 25
años, a consecuencia de las limitaciones impuestas a la flota, la reducción de la
misma y las cláusulas contenidas en los convenios internacionales.
4. El desarrollo de la investigación en el sector ha permitido la explotación de
nuevas especies y pesquerías, la localización de bancos de pesca, nuevos
conocimientos de biología marina y la protección de especies, etc. Uno de los
aspectos a destacar es el desarrollo de la acuicultura, verdadera alternativa de
futuro que ya produce una cantidad importante de peces y moluscos.
Necesidades del sector pesquero actual:
Es necesario proteger nuestros escasos recursos, evitar el consumo de
inmaduros, así como la pesca en zonas biológicamente sensibles
fomentar el progreso tecnológico para capturar nuevas especies de valor
comercial y se trata de mantener el empleo industrial y la cooperación con terceros países.
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España pertenece actualmente a la Europa comunitaria, por lo que participa de La
Política Pesquera Común que guarda gran afinidad con la PAC y contienen cuatro
puntos básicos:
1. Política de conservación de recursos: con este fin se establecen las Tarifas
Anuales de Capturas, base para la asignación de cuotas a los países miembros.
2. Política estructural: orientada a la mejora de las estructuras pesqueras, de la
industria transformadora y de los equipamientos portuarios, trata de ajustar la
flota a las disponibilidades de pesca.
3. Organización Común de Mercados (OCM): tiene una gran similitud con la
agraria y está encaminada a establecer y garantizar rentas equitativas a los
pescadores, y precios razonables a los consumidores.
4. Política de acceso a los caladeros exteriores: se realiza mediante acuerdos de
diversa naturaleza con terceros países para que los buques de los países
comunitarios puedan pescar en sus respectivos caladeros.
Desde su incorporación, España promovió numerosas iniciativas y alcanzó importantes
logros, particularmente subvenciones que permitieron la construcción de un millar de
buques nuevos y la reconversión de más de dos mil, con una inversión cercana a los
1200 millones de euros. Con todo, el logro más importante fue el acortamiento del
período transitorio, que concluyó en el año 1996, lo cual facilitaba la plena integración
en la Europa Azul, el acceso a caladeros europeos antes prohibidos y la negociación con
otros países.
REGIONES PESQUERAS DE ESPAÑA Y PRINCIPALES CALADEROS.
Con estas perspectivas, las regiones pesqueras españolas han variado su significado
tradicional, incluso los puertos, entre los que hoy destacan: Bermeo (Vizcaya), Vigo,
Huelva, Algeciras (Cádiz), etc.
Del mismo modo, ha variado el significado económico y las repercusiones sociales de la
actividad pesquera, que gravita hoy sobre el Atlántico en detrimento del Mediterráneo.
1. Galicia conserva su primacía pesquera en España, pues aporta un tercio de las
capturas y casi la mitad del empleo pesquero. Ha seguido una evolución paralela
la del resto de España, con una reducción notable de la pesca desembarcada y
numerosos conflictos. Participa, junto con la flota cantábrica, de la pesca en
aguas adyacentes (sardina, merluza), en los caladeros comunitarios del
Atlántico (atún, pez espada) y en aguas muy alejadas (fletán, bacalao, atún),
pues dispone de una excelente flota.
2. En Andalucía, la pesca de bajura tiene más importancia social que económica.
La flota se aproxima a los 3000 barcos con un fuerte componente artesanal y un
marcado carácter de actividad a tiempo parcial. Se pesca en el litoral, en aguas
de Marruecos, de Portugal y en caladeros del Atlántico suroriental. En conjunto,
ha experimentado una trayectoria descendente por la disminución de las capturas
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en un mar sobreexplotado y por la dificultad de acceso a aguas ajenas. La
provincia con mayor importancia pesquera es Huelva, seguida de Algeciras.
3. El litoral mediterráneo, en el que la pesca de especies como la bacaladilla o el
salmonete ha sido muy considerable, se ha llegado a unos niveles mínimos por
el agotamiento de las pesquerías. La flota está obsoleta, la pesca es muy
tradicional y el Mediterráneo, un mar preocupante por el estado de conservación
de sus recursos.
4. La pesca canaria tuvo su edad de oro entre los años 1961 y 1980. su
significación pesquera radicó en la explotación del banco sahariano, muy
favorecido por la corriente de Canarias. El cambio de coyuntura en el mar le
privó de los caladeros tradicionales y convirtió sus puertos en base de
operaciones de las flotas del Atlántico suroriental.
En cuanto a los caladeros españoles presentan los siguientes problemas:
Recursos hídricos en mal estado
Recursos en fase de agotamiento por sobre pesca
Excesivo equipo pesquero de la flota litoral
Para solucionarlo se han establecido normas que regulan las artes de pesca utilizadas,
los tipos de redes, las tallas mínimas de las especies y las normas de repoblación de las
mismas.
Los caladeros españoles tienen pocas posibilidades, es por esto que se hace necesario
buscar otros. Así se consolida una gran flota de altura y gran altura cuyas
operaciones se hacen en aguas libres, en los límites jurisdiccionales de los países
ribereños.
La ampliación de las zonas exclusivas de cada país hasta las 200 millas, que se hacen
efectivas en los países de la U.E. desde el 1 de enero de 1997, lo que supone la
reducción de la actividad pesquera española en una serie de áreas en las que pescaba
tradicionalmente, sobre todo en las costas del Sur y Oeste de Irlanda y en el golfo de
Vizcaya, desapareciendo las ¾ partes de la flota de arrastre que faenaban allí. Afectará
especialmente a las flotas gallega y vasca.
El nuevo régimen jurídico de aguas jurisdiccionales se convierte en definitivo con la
aprobación en 1982 por Naciones Unidas del Derecho del Mar , lo que provocó el tener
que negociar acuerdos y convenios con distintos países costeros para solucionar los
problemas de l flota española.
Se sugiere la figura de la empresa pesquera conjunta, que permite la pesca en los países
colaboradores y a España dar salida a una flota desmesurada en relación con los
recursos propios.
Los caladeros internacionales utilizados por los españoles han sido:
Islandia: la especie que se pesca es el bacalao,
El banco Atlántico nororiental (Noruega y Svalbard): bacalao, pota, calamar.
El banco Atlántico noroccidental (Terranova, Groenlandia): bacalao, fletán
negro.
Gran Sol, Atlántico Norte (frente a las costas de Bretaña y sur de Irlanda):
merluza, rape, jurel.
Agua libres del Atlántico, aguas internacionales adyacentes a las costas de
Portugal, Azores y España: bonito, pez espada, marrajo.
Mauritania y Senegal: merluza negra, atún…
En el Índico: Mozambique y Schielles: crustáceos, merluza,…
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Caladero argentino, Chile y Malvinas: merluza negra IMPORTANCIA CRECIENTE DE LA ACUICULTURA EN ESPAÑA. La alternativa para solucionar el déficit de productos pesqueros y superar la crisis del
sector hace que se desarrolle la acuicultura de forma más tecnificada a como se venía
haciendo desde hace ya algunos años.
El estado actual de la acuicultura es muy esperanzador, estando más desarrollada la
acuicultura de aguas marinas, que las de aguas dulces, aunque técnicamente presenta un
avance más destacado que la primera.
La acuicultura marina está orientada a la producción de moluscos. El mejillón presenta
un porcentaje muy importante de la producción total y está concentrada en Galicia.
También alcanza cierta importancia en la costa mediterránea.
Otras especies significativas la ostra plana, ostrión, almeja fina y almeja del Pacífico, concentradas en la región cantábrica y gallega. Cultivar la ostra supone
dificultades por la falta de suministro de semillas procedentes de Francia, aunque su
actividad es la más rentable.
Destacan las producciones de rodaballo, lubina, dorada, salmón y trucha. El
rodaballo ha tenido gran auge en los últimos años aprovechando las adecuadas
temperaturas de las costas gallegas, entre 12º y 19º C. El 70% de la producción de
rodaballo se produce en piscifactorías (gran parte de ellas ubicadas en La Coruña).
Al igual que en el caso de la acuicultura de agua dulce, las empresas dedicadas a la
acuicultura de aguas marinas también inciden indirectamente en empresas
complementarias , dedicadas a la fabricación de piensos compuestos e, incluso, en las
instalaciones dedicadas a la depuración. La producción acuícola tiene importante
repercusión sobre las fábricas de conservas, de moluscos y de pescado, que se concentra
básicamente en la región gallega.
Parece claro que el desarrollo de la acuicultura aportará en el futuro una alternativa
importante al dilema entre el crecimiento de la demanda de productos pesqueros y el
agotamiento de los recursos, que habitualmente se extraían de los caladeros interiores y
exteriores.
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TEMA 15.
LA INDUSTRIA EN ESPAÑA
EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN Y SUS HITOS MÁS RECIENTES
L a industrializ ac ión se enmarc a en el c ontex to general de la denominada R ev oluc ión
Industrial. Con relac ión a los países europeos más av anz ados, la industrializ ac ión españ ola fue
un proc eso disc ontinuo, marc h ó c on retraso y estuv o muy polariz ada en torno a los nú c leos
inic iales.
Los antecedentes de la industrialización.
Desde finales del siglo X V III, ilustrados y reformistas alz aron su v oz a fav or del
desarrollo y de la industrializ ac ión del país. Españ a reunía unas condiciones favorables para la
implantac ión de la ac tiv idad industrial moderna, pues c ontaba c on una produc c ión artesanal
div ersa y ric a, c on las R eales Fábric as, c on rec ursos minerales sufic ientes para el
abastec imiento en c antidad y c alidad de la industria nac ional, c on materias primas minerales y
de origen orgánic o, etc . Como factores negativos para la instaurac ión de los nuev os sistemas
industriales ac usaba los problemas de la insufic ienc ia energé tic a (c arbón), la esc asez de
rec ursos tec nológic os y h umanos, una ex c esiv a mentalidad rural, la ausenc ia de merc ado
interior, etc .
Con todo, y pese a q ue la nac ión v iv ió av atares tan perj udic iales para la nac iente industria
c omo la Guerra de la Independenc ia, la emanc ipac ión de las c olonias americ anas o las guerras
c arlistas, en la primera mitad del siglo X IX tuv ieron lugar algunos h ec h os importantes para la
industrializ ac ión, c omo la c onstruc c ión de los altos h ornos en 18 32 en Marbella, Málaga,
B arc elona, fábric as tex tiles de Cataluñ a.
Los inicios del despegue industrial.
En la segunda mitad del siglo X IX se c onsolidó en Europa la R ev oluc ión Industrial. En Españ a, la
industrializ ac ión av anz ó h asta alc anz ar c otas de importanc ia, pero ev idenc ió un notable
retraso c on relac ión a los países europeos y una gran dependenc ia tec nológic a y financ iera de
los mismos.
J unto a la industria siderúrgica y textil , q uiz á el logro más importante fuese el tendido de una
amplia red ferroviaria q ue en 18 65 alc anz aba y a los 4663 K ilómetros, aunq ue en su may or
parte eran ferroc arriles c onstruidos por empresas y c apital ex tranj ero e, inc luso, c on material
importado, pues nuestra industria tenía una c apac idad de produc c ión muy limitada.
L a red de ferroc arriles estuv o al serv ic io de la ex plotac ión minera de nuestro subsuelo,
tambié n protagoniz ada por empresas de nac ionalidad británic a, franc esa, belga, etc ., q ue
goz aron de las fac ilidades de ac c eso a la ex plotac ión minera q ue les c onfirió la L ey de B ases de
la Minería, promulgada en 18 68 . Como q uiera q ue esta ley permitía las c onc esiones mineras a
perpetuidad- y , además, c oinc idió en el tiempo c on la legislac ión desamortiz adora- , por
analogía esta ley se h a c alific ado c omo de desamortiz ac ión del subsuelo.
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N i q ue dec ir tiene q ue las fac ilidades c omentadas permitieron una ex plotac ión intensísima de
nuestras minas en benefic io de la industria europea. Españ a, q ue era el paraíso de los
minerales metálic os, se c onv irtió en país ex portador de materias primas minerales, q uedando
a merc ed de intereses aj enos y sin c apac idad para aprov ec h ar su riq uez a mineral en benefic io
propio.
Españ a era el primer país produc tor de h ierro, q ue se ex portaba en su may or parte a Gran
B retañ a desde el puerto de B ilbao. L os barc os q ue lo transportaban v olv ían v ac íos, pero
pronto aprov ec h aron el flete de retorno para trasladar h asta el puerto de origen el c arbón q ue
prec isaba la industria siderú rgic a v iz c aína. Esta fac ilidad para el abastec imiento de energía y la
prox imidad de los y ac imientos de h ierro h ic ieron florec er la industria siderú rgic a v asc a en
detrimento de los nú c leos siderú rgic os de otros lugares c omo el B ierz o (L eón), Málaga o
A sturias, q ue en adelante no pudieron h ac er frente a la c ompetenc ia bilbaína.
L a industrializ ac ión españ ola av anz ó baj o el signo del proteccionismo y a un ritmo lento y
plagado de disc ontinuidades. A ello c ontribuy ó el ac usado fondo rural del país, el impac to de la
desamortiz ac ión c iv il, la ausenc ia de una burguesía emprendedora, la debilidad del merc ado
interior, etc ., así c omo la inc apac idad tec nológic a y la situac ión de Españ a c omo país perifé ric o
respec to a la Europa industrial a la q ue se ex portaban materias primas y de la q ue se
importaba c apital de bienes de eq uipo.
L a produc c ión industrial españ ola estuv o muy orientada h ac ia los bienes de c onsumo y
sustentada, en gran mediad, en las industrias siderú rgic a, metalú rgic a y tex til.
El mapa industrial c omenz ó a adq uirir unos traz ados nítidos en los q ue y a se adv ertía la
polariz ac ión en torno a V iz c ay a, B arc elona y Madrid, y en otros puntos del interior peninsular
q ue desarrollaban una industria de base agraria.
El crecimiento industrial hasta la Guerra Civil.
Durante el primer tercio del siglo XX , la industria españ ola se afianz ó notablemente
grac ias a la protección arancelaria y se c onsolidaron sec tores industriales c omo el metalú rgic o,
el tex til o el q uímic o, impulsados por el c rec imiento de la demanda y la c onsolidac ión del
merc ado interior.
El proc eso de industrializ ac ión c onoc ió los efec tos positiv os de la repatriación de capitales tras
la pérdida de las colonias , de una mentalidad más emprendedora y de los benefic ios
c omerc iales deriv ados de la Primera Guerra Mundial.
A pesar de q ue c ontinuó la ex plotac ión minera por parte de las empresas europeas, la Primera
Guerra Mundial permitió el inc remento de las ex portac iones agrarias industriales a los países
c ontendientes, lo q ue reperc utió en una c apitaliz ac ión muy prov ec h osa para nuestra industria;
la produc tiv idad industrial mej oró y se dio un c onsiderable impulso a la c onstruc c ión de obras
pú blic as durante la dic tadura de Primo de R iv era, partic ularmente de c arreteras, q ue resultó
fundamental para la c onex ión de los merc ados interiores.
En este periodo, las empresas ex tranj eras abandonaron la ex plotac ión de las agotadas minas
españ olas, y pese a los indudables progresos, la industria españ ola seguía ac usando el retraso
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y la dependenc ia de Europa. El mapa industrial se c onsolidó sobre el germen de los foc os
anteriores, de modo q ue empez aron a manifestarse los deseq uilibrios territoriales q ue
alc anz arían su plenitud en las dé c adas posteriores.
La reconstrucción industrial de la posguerra.
L a Guerra Civ il trunc ó la fase ex pansiv a de la industria españ ola. A su té rmino h ubo
q ue afrontar la rec onstruc c ión, la rec uperac ión ec onómic a y la puesta en prác tic a de una
polític a industrial q ue v iniera a resolv er las grav es c arenc ias del momento, lo c ual se abordó en
un c ontex to de autarquía , es dec ir, de autosufic ienc ia ec onómic a.
En 19 41 se c reó el Instituto Nacional de Industria (IN I), c on una fuerte partic ipac ión de c apital
estatal en los sec tores básic os de la industria (siderurgia, nav al, petroq uímic a).
A partir de 19 50 la situac ión fue c ambiando y se logró una c ierta rec uperac ión en los niv eles de
renta, mej oró la situac ión en la posguerra y la ec onomía españ ola enc ontró c ierto aliv io a
partir de las negoc iac iones c on Estados U nidos y del ingreso en la O N U . Se puso fin al
aislamiento y Españ a se integró gradualmente en la ec onomía internac ional, al tiempo q ue la
falta de c apital fue suplida por las inv ersiones ex tranj eras q ue c omenz aron a llegar.
L a nuev a estruc tura industrial se c arac teriz ó por la dualidad , es dec ir, por la ex istenc ia de un
sec tor dominado por la gran empresa de capital público (Hunosa, Ensidesa, y demás empresas
pertenec ientes al IN I) y orientado a bienes de eq uipo, y otro sec tor integrado por la pequeña y
mediana empresa de capital privado , dedic ado a las industrias de transformac ión y de bienes
de c onsumo.
Desde un punto de v ista espac ial, la polític a industrial fav orec ió la consolidación de algunas
regiones industriales en detrimento de otras; así, se polariz ó c laramente h ac ia Cataluña , País
Vasco y Madrid (41, 5% del empleo) en perj uic io de otras q ue se c onfiguraban c omo áreas
subdesarrolladas, las c uales c omenz aban a padec er los efec tos negativ os de los deseq uilibrios
y del é x odo rural.
Pero el modelo industrial ac usaba grav es defic ienc ias y se mostraba inc apaz de resolv er las
c arenc ias, de ah í q ue a partir de 1959 se abordase el desarrollo industrial y ec onómic o
siguiendo las direc tric es del denominado Plan de Estabilización.
El impulso industrializador de los años 60.
El período entre 1959 y 1975 supuso un crecimiento económico sin prec edentes, al
q ue c ontribuy eron una serie de fac tores fav orables, c omo la ex pansión generaliz ada de la
ec onomía c apitalista, la llegada de c apital ex tranj ero, la instalac ión de grandes empresas
multinac ionales, etc . A l mismo tiempo, Españ a rec ibía las div isas q ue aportaban turistas y
emigrantes, c on las q ue h iz o frente a la c ompra de petróleo, a la importac ión de bienes
industriales y a la niv elac ión de la balanz a de pagos.
El estado puso en func ionamiento los planes de desarrollo y una polític a regional basada en
los polos de desarrollo y promoc ión, entre los q ue destac aron los de Huelv a, Córdoba,
Granada, B urgos.
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A pesar de q ue los planes de desarrollo no dieron los resultados prev istos, se c onsiguieron
obj etiv os muy importantes, el más notorio de los c uales, sin duda, fue q ue el PIB alc anz ó un
índic e de c rec imiento anual en torno al 7% .
L a industria españ ola mej oró notablemente y alc anz ó un alto grado de diversificación en su
produc c ión de bienes de eq uipo, de uso y de c onsumo, aunq ue siguió ac usando los efec tos
negativ os de la gran dependencia tecnológica , de las importac iones y de una inadec uada
estruc tura empresarial.
El desarrollo industrial de los añ os 19 60 se loc aliz ó en las regiones q ue tenían may or tradic ión
industrial y en sus áreas ady ac entes, lo c ual agrav ó los deseq uilibrios regionales. Se generó una
dic otomía entre los tres espacios más industrializados (Cataluña , País Vasco y Madrid), q ue
c onc entraron c asi las tres c uartas partes de las inv ersiones multinac ionales y del empleo rec ié n
c reado, y , por otra parte, la Meseta, Galic ia, Ex tremadura y A ndaluc ía, q ue ac usaron una
pé rdida de signific ac ión industrial.
El modelo industrial de la dé c ada de 19 60 h iz o q ue aumentaran las diferenc ias entre regiones
ric as y pobres, lo q ue inc idió en los proc esos demográfic os de emigrac ión y de é x odo rural q ue
v iv ió la poblac ión españ ola y q ue v inieron a inc rementar aú n más los propios deseq uilibrios.
A l final del período, la industria españ ola ex perimento una profunda c risis, al ser tributaria en
ex c eso de sus defic ienc ias estruc turales y de la dependenc ia energé tic a. El enc arec imiento de
la energía, c ausado por la gran subida de los precios del petróleo en 1973 , inc rementó los
c ostes de produc c ión.
Crisis y reestructuración de la industria española.
L a c risis de la industria q ue afec tó al mundo oc c idental a partir de 19 73 tambié n afec tó
a Españ a, donde se presentó c on c ierto retraso. L as causas de dicha crisis en lo q ue a Españ a
se refiere, pueden c atalogarse de ex ternas, es dec ir, aj enas a la industria, e internas, o
relac ionadas c on las c arac terístic as de la misma.
R espec to a las causas externas , la primera y princ ipal fue el enc arec imiento de los prec ios del
petróleo, c uy as c onsec uenc ias fueron grav ísimas para Españ a, debido a su dependenc ia
energé tic a y al inc remento ex perimentado por el c onsumo de petróleo. Igualmente,
c ontribuy eron otros fac tores, c omo la mundializ ac ión de la ec onomía, el inc remento de la
c ompetitiv idad, la emergenc ia de nuev os países industriales y el agotamiento del modelo
industrial y del c ic lo tec nológic o, q ue dio paso a una nuev a fase (la terc era rev oluc ión
industrial), c arac teriz ada por las nuev as tec nologías y por los nuev os sec tores industriales
deriv ados de ella (informátic a, elec trónic a, nuev os sistemas de produc c ión, etc .).
Entre las causas internas c abe destac ar la fragilidad resultante de la dependenc ia energé tic a y
tec nológic a, y de las dimensiones inadec uadas de las plantas industriales, el endeudamiento,
los deseq uilibrios entre sus sec tores produc tiv os y espac iales, etc . A todo ello h ay q ue añ adir el
delic ado momento en q ue se h iz o patente la c risis: el ocaso del franquismo y el c omplic ado
c amino q ue c omenz aban a rec orrer la soc iedad españ ola h ac ia la transic ión democ rátic a. L a
c risis se agrav ó ante el retraimiento de las inv ersiones industriales, a la espera de la ev oluc ión
polític a, la c aída de la produc tiv idad y la tardanz a en adoptar soluc iones.
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L a respuesta a la c risis no podía ser otra q ue la reestructuración de la industria. Con este fin se
adoptaron en 19 8 4 disposic iones en una doble direc c ión: rec onv ersión de los sec tores
industriales más afec tados por la c risis y reindustrializ ac ión, es dec ir, rec omposic ión del tej ido
industrial en las z onas donde é ste h abía resultado espec ialmente dañ ado.
L a reconversión industrial se llev ó a c abo sobre los sec tores maduros de la industria:
siderurgia, c onstruc c ión nav al, industria tex til, etc . Con ella se pretendía rac ionaliz ar la
produc c ión industrial adaptando la oferta a la demanda, sanear las finanz as adec uar el
tamañ o, moderniz ar la industria, adoptar nuev os sistemas de gestión, etc . En buena medida, la
rec onv ersión afec tó a las grandes empresas c readas en la etapa desarrollista, c uy o tamañ o no
era el apropiado para nuestras nec esidades y posibilidades de ex portac ión.
U na segunda dimensión de la rec onv ersión fue la apuesta por los sec tores más dinámic os, por
lo q ue se puso é nfasis en las industrias de automoc ión, en las q uímic as y en las
agroalimentarias, c on c apac idad para ac tiv ar otros sec tores ec onómic os, y en las ac ti v idades
de alta tec nología, de gran importanc ia para el futuro.
L os proc esos de rec onv ersión industrial resultaron efic ac es, aunq ue no en la medida q ue se
pretendió en un primer momento, pues al llev arlos a la prác tic a desaparec ieron muc h os
puestos de trabaj o a c onsec uenc ia de las reduc c iones de plantilla q ue ex igían los planes de
v iabilidad.
Paralelamente se proc edió al desarrollo de los programas de reindustrialización , para lo q ue
se c rearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (Z U R ). L os nuev os planes pretendían
rec omponer el tej ido industrial sobre las bases de la moderniz ac ión tec nológic a y de la
implantac ión de nuev as ac tiv idades de futuro. En c onj unto, puede dec irse q ue no dieron todos
los resultados esperados, pues c onc entraron la inv ersión y agrav aron los deseq uilibrios,
fosiliz ando el modelo surgido en el siglo X IX , q ue fue c onsolidado en el periodo franq uista.
A partir de 1991 asistimos a una nueva reconversión industrial , impuesta por Europa, y desde
mediados de la dé c ada de 19 9 0 se asiste a una rec uperac ión ec onómic a bien perc eptible en
todos los sec tores.
T ras el ingreso de España en la Unión Europea , la polític a industrial españ ola sigue las
directrices que emanan de la Unión , y las integra en sus propias inic iativ as y en las q ue
presentan las c omunidades autónomas. Sus obj etiv os generales están enc aminados a resolv er
los problemas estruc turales q ue presentan las industrias en un mundo en c ontinua mutac ión y
a atenuar o c orregir los deseq uilibrios regionales.
L a polític a c omunitaria inc orpora un c onj unto de medidas y de ac tuac iones q ue se rec ogen en
el V Programa Marco de la Unión Europea (1998-2002) y entre c uy as líneas de ac tuac ión
destac an el fomento de la inv estigac ión, promov iendo los programas de I+ D (inv estigac ión y
desarrollo), las inv ersiones en formac ión de mano de obra y mé todos de gestión, etc .
A simismo, se pretende el fomento de la c ooperac ión internac ional para el desarrollo de
proy ec tos e inic iativ as transnac ionales, la innov ac ión y la ay uda a peq ueñ as y medianas
empresas, el surgimiento de c entros c omunes de inv estigac ión, transferenc ias tec nológic as,
etc . T odo ello, en un c ontex to ec onómic o en el q ue se aspira a la libre c ompetenc ia c omo
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c arac terístic a de mantenimiento del sistema.
A partir de la integrac ión europea se intensific aron las reconversiones para adaptarse a las
exigencias comunitarias y c omenz aron a perc ibirse en la industria algunos efec tos de la
c onv ergenc ia, tales c omo el desarme aranc elario y la llegada de subv enc iones y ay udas para
inc entiv ar los sec tores o espac ios en c risis y las z onas desfav orec idas. L a nuev a situac ión h a
prec isado del desarrollo de programas de ay uda a las Py mes para mej orar la c ompetitiv idad y
h a dado paso a un amplio programa de priv atiz ac iones de empresas estatales.
FACTORES DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL
L os fac tores q ue c ondic ionan la ac tiv idad industrial en nuestro país son las materias primas y
las fuentes de energía.
L as materias primas
L a industria es el proc eso de transformac ión de las materias en produc tos aptos para el
c onsumo o para ser utiliz ados en nuev os proc esos industriales. El punto de partida del h ec h o
industrial es la materia prima q ue será transformada aplic ándole energía en func ión de la
tec nología disponible y las instalac iones c onstruidas para tal efec to.
L as materias primas , rec ursos naturales usados en la transformac ión, son de naturalez a
v ariada. É stas j unto c on las fuente de energía h an sido fac tor c lav e de loc aliz ac ión industrial,
sin embargo, estas fac tores h an v ariado c on respec to al pasado, dependiendo en may or
medida de otros fac tores c omo los ec onómic os, polític os, ec ológic os, etc .
L as materias primas se c lasific an: 1) de origen mineral. Se enc uentran en la superfic ie terrestre.
Se c onc entran en y ac imientos y su ex trac c ión se realiz a c anteras o minas. Enc ontramos c uatro
grandes grupos:
Minerales energé tic os: se tratan c omo fuente de energía (ej e: c arbón, uranio).
Minerales metálic os: se destinan a industrias metalú rgic as, q uímic as y de
transformación. (eje: hierro, cobre, oro, plata, cinc,….). Los yacimientos se encuentran
en el z óc alo paleoz oic o y los rebordes alpinos
Minerales no metálic os: se usan en la c onstruc c ión y la industria q uímic a. Españ a
puede ex portar al tener una produc c ión v ariada, aunq ue su prec io es menor q ue los
minerales metálicos. (eje: cuarzo, arcilla, caolín, baritina….)
R oc as industriales: se ex plotan en c anteras (arenisc as, mármol, granito, piz arra).
O frec e dispersión geográfic a q ue c oinc ide c on el mapa litológic o. Se destinan a la
c onstruc c ión y su ex trac c ión pueden suponen gran impac to ambiental.
Por otra parte tenemos 2) las de origen orgánico. Entre ellas enc ontramos:
Materias primas de origen animal o vegetal: lana, leche, lino, girasol,….algunas de
ellas h an tenido muc h a importanc ia en la industrializ ac ión c ontemporánea.
Materias primas de origen forestal: abastec en la demanda de gran c antidad de
madera, de la q ue c arec e Españ a.
Estas produc c iones agrarias siempre se h an c onsumido direc tamente, pero posteriormente se
c onsolida la separac ión entre z onas de produc c ión y las de c onsumo por el desarrollo de la
soc iedad urbana.
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L as fuentes de energía
L a energía es la fuerz a q ue se transforma en trabaj o mec ánic o. L as materias minerales q ue se
c onv ierten en energía son las fuentes de energía q ue se c lasific an en : renovables , su uso no
c ompromete su ex istenc ia, no renovables, , su uso c onllev a su desaparic ión. Segú n su
potenc ialidad, las c lasific amos en primarias , las q ue c ontienen energía q ue no puede usarse
directamente, sino que es desprendida cuando se transforma (carbón, petróleo, gas, uranio,…)
y secundarias q ue se manifiesta en forma de luz, calor, electricidad,…y procede de la
transformac ión de la primaria.
El carbón fue básic o en la R ev oluc ión Industrial. Es abundante en la naturalez a enc ontrándose
en las c uenc as sedimentarias de la Era Primaria. En Españ a se loc aliz a en N . y S. de la
c ordillera Cantábric a (A sturias, L eón, Palenc ia); SO de la Meseta (Peñ arroy a- Pueblonuev o) y
Sistema Ibé ric o (T eruel).
Durante el siglo X IX su ex trac c ión y c onsumo aumentó ay udado por el protec c ionismo q ue le
defendía de c ompetenc ia de otros c arbones. En el s. X X c omo es insufic iente, se rec urre al
petróleo. En 19 73 se reac tiv a el c arbón por la c risis del petróleo.
El petróleo es la primera fuente de energía, muy utiliz ado en automóv iles, c alefac c ión,
produc c ión de elec tric idad. Cada v ez se adq uiere más en el sistema energé tic o españ ol, se
intensific a su bú sq ueda pero fue infruc tuoso porq ue las c ondic iones geológic as de Españ a no
propic ia su formac ión. Hay algo en B urgos y T arragona, pero muy poc o.
El uranio es el mineral energé tic o más abundante en Españ a. Se enc uentra en las penillanuras
oc c identales de la meseta, B adaj oz , Salamanc a, .. se utiliz a para energía té rmic a pero nec esita
un enriq uec imiento prev io y Españ a no dispone de tec nología adec uada, por lo q ue h ay q ue
h ac erlo en EE.U U . o Franc ia, por lo q ue somos dependientes. Desde 19 8 4 el gobierno dec ide
no h ac er más c entrales nuc leares por motiv os de seguridad y el tema de los residuos.
El gas natural es una energía limpia y barata. Españ a inic ia el c onsumo de gas en 19 69 .
N uestro país produc e poc o gas (V iz c ay a, marismas de Huelv a) por lo q ue tiene q ue importarlo
de A rgelia, L ibia y E. de Europa a trav é s de una red de gasoduc tos para distribuirlo.
La energía hidráulica es una energía renov able pues su aportac ión depende de las
prec ipitac iones anuales. Se obtiene por el agua embalsada en los pantanos. El agua de c ada
c uenc a depende del c lima, por lo q ue el máx imo potenc ial energé tic o está en el N orte y el
mínimo en el Sur y Este.
Entre las demás fuentes de energía destac amos la eólica aprov ec h a la fuerz a del v iento. L os
aerogeneradores se enc uentran por la geografía españ ola. Se usa para elec tric idad o energía
mec ánic a. L a solar se aplic a a la produc c ión de c aloro elec tric idad. Energía por biomasa
obtenida por la c ombustión de residuos agrarios, forestales o industriales. L a geotérmica ,
energía c alorífic a q ue se desprende de las aguas termales subterráneas, se utiliz a para
c alefac c ión. L a energía maremotriz , utiliz a la fuerz a de las mareas.. Son todas fuentes de
energía limpias, inagotables, aunq ue aú n es reduc ida su produc c ión y algunas están en
ex perimentac ión.
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PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES EN LA ACTUALIDAD
L as ac tiv idades industriales se agrupan en torno a sec tores q ue se identific an por el
destino final de los bienes producidos o de ac uerdo c on la naturaleza u origen de las materias
primas utilizadas.
Segú n el primer c riterio, distinguimos entre industrias de base , de bienes de equipo y de
bienes de uso y consumo.
L as industrias de base oc upan el primer eslabón en la c adena industrial, pues transforman las
materias primas en produc tos semielaborados q ue, a su v ez , son empleados c omo materia
prima por otras industrias. U n buen ej emplo serían las industrias siderú rgic a y petroq uímic a.
L as industrias de bienes de eq uipo produc en bienes de eq uipo produc en bienes, máq uinas o
h erramientas, q ue son utiliz adas por otras industrias en sus proc eso fabriles. L as industrias de
bienes de uso y c onsumo transforman materias c on distinto grado de elaborac ión o produc tos
div ersos en bienes q ue son usados o c onsumidos direc tamente por la poblac ión.
A simismo, los sec tores industriales pueden establec erse c onsiderando sus c arac terístic as
generales; de este modo, distinguimos entre los sec tores industriales tradic ionales, los
sec tores dinámic os y los sec tores de v anguardia.
a) Entre los sectores tradicionales de la industria españ ola inc luimos aq uellos q ue tuv ieron una
importanc ia c apital en todo el proc eso de industrializ ac ión c ontemporánea y q ue se relac iona
c on los metales.
L a metalurgia básic a, tanto por ser la base de ac tiv idades industriales c omo por su dimensión
ec onómic a, generac ión de empleo, c onex ión de otros sec tores ec onómic os, c omo la minería,
etc ., c onstituy e uno de los princ ipales sec tores de la industria españ ola
L a industria metalúrgica más destac ada del h ierro, es dec ir, la siderurgia, en sus dos
modalidades: la siderurgia integral, q ue obtiene ac ero en los altos h ornos a partir del mineral
de h ierro, y la no integral, q ue lo obtiene en h ornos elé c tric os a partir de la refundic ión de la
c h atarra
L a industria siderúrgica se c onsolidó en el País V asc o, para luego ex tenderse al Mediterráneo
(A ltos Hornos del Mediterráneo) y a A sturias (Ensidesa). T uv o un gran impulso en las
ac tuac iones llev adas a c abo por el Instituto N ac ional de Industria, q ue c onstruy ó grandes
ac erías, ex plotadas por empresas pú blic as. Su sobredimensionamiento c on relac ión a las
nec esidades españ oles fue una de las c ausas q ue originaron su c risis, raz ón por la c ual fue
nec esaria una fuerte rec onv ersión q ue tuv o importantes reperc usiones soc iales. L a siderurgia
no integral, en c ambio, responde a una estruc tura empresarial de menor tamañ o y q ue su
ámbito de implantac ión se ex tiende tambié n a N av arra, A sturias y Cataluñ a.
Muy relac ionada c on la industria siderú rgic a está la de transformados metálicos , q ue fabric a
una gama de produc tos q ue abarc a desde la ferretería h asta la maq uinaria; v a asoc iada a la
peq ueñ a y mediana empresa y tiene una may or dispersión espac ial, aunq ue se loc aliz a
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preferentemente en los tres h ogares c lásic os de la industria españ ola: País V asc o, Cataluñ a y
Madrid.
Muc h o más rec iente en la c ronología industrial es la fabricación de electrodomésticos , q ue,
por la naturalez a de los c omponentes q ue utiliz a, tienen una c lara filiac ión c on las industrias
metalú rgic as. Ha alc anz ado una signific ac ión ex traordinaria por su c ondic ión de abastec edora
de bienes de uso a los h ogares modernos. Su ex pansión fue paralela a las transformac iones
ex perimentadas por la soc iedad en los añ os 60 , a la adopc ión de nuev as fuentes de energía
para uso domé stic o (gas butano, gas propano, gas natural) y a la generaliz ac ión de la industria
del frío. En princ ipio, fue una industria muy atomiz ada en empresas de tamañ o medio, aunq ue
despué s sería reestruc turada mediante proc esos de c onc entrac ión industrial.
L a construcción naval es otro de los sec tores más importantes de nuestra industria
tradic ional. Es h eredera de la v iej a c arpintería de riv era y , aunq ue los buq ues siguen
c onstruy é ndose en las instalac iones denominadas astilleros, el material utiliz ado en la
c onstruc c ión es el ac ero, q ue h a permitido el aumento de tonelaj e. Por inic iativ a del IN I se
c onstruy eron grandes astilleros en enc lav es signific ativ os del litoral (Ferrol, Cádiz ). Su
estruc tura empresarial era la de grandes empresas pú blic as (A stano, Empresa N ac ional B az án)
espec ializ adas en la c onstruc c ión de buq ues petroleros y graneros, y c on los c uales Españ a
oc upó un lugar de priv ilegio en la lista de países c onstruc tores. A demás de los grandes
astilleros, ex isten empresas de menor tamañ o dedic adas a la c onstruc c ión de barc os de pesc a
o de rec reo.
L a c risis del petróleo afec tó a la industria de c onstruc c ión nav al; por un lado, se ev idenc iaron
las defic ienc ias estruc turales de nuestros astilleros, por otro, el enc arec imiento del c rudo
obligó a transportarlo en barc os de tonelaj e medio. A partir de 19 9 0 desc endió la c onstruc c ión
de barc os y el sec tor c onc luy ó una dura reconversión industrial, q ue generó desempleo y
c uy os efec tos soc iales trataron de paliarse c on inc entiv os y c onc esión de z onas de urgente
reindustrializ ac ión (bah ía de Cádiz ).
L os sec tores de la industria textil , del cuero y del calzado son, igualmente muy importantes en
el tej ido industrial españ ol. L a industria tex til c atalana c onstituy ó uno de los pilares de la
industrializ ac ión, aunq ue c on el c orrer de los tiempos ex perimentó c ambios profundos, unos
relac ionados c on la sustituc ión de las fibras orgánic as (lana, lino, algodón) por fibras de origen
q uímic o, y otros relac ionados c on la reestruc turac ión de las empresas, q ue h an aumentado de
tamañ o al c onc entrarse multitud de peq ueñ as fábric as en unidades de produc c ión más
c ompetitiv as.
L a industria de la confección es una rama deriv ada de la industria tex til q ue h a surgido a
medida q ue la poblac ión demanda c onfec c iones en lugar de tej idos. Está formada por un
enj ambre de peq ueñ as industrias q ue, al igual q ue la industria del c alz ado, se enc uentra muy
dispersa, aunq ue se ex tiende, sobre todo por las regiones mediterráneas.
b) Otros sectores industriales , c omo los de automoc ión, q uímic o y agroalimentario, presentan un
may or dinamismo, q ue proc ede de su c ondic ión de abastec edores de bienes y produc tos
absolutamente impresc indibles en el func ionamiento de la propia soc iedad industrial. Por lo
general, son ac tiv idades c on un alto componente tecnológico, tributarias de grandes
inv ersiones y c apital multinac ional, y de grandes instalac iones fabriles.
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El sector del automóvil se desarrolló en Españ a en la dé c ada de 19 60 , siendo, a su v ez , uno de
los impulsores del c rec imiento ec onómic o. Prosperó baj o la protec c ión estatal y al amparo de
las inv ersiones realiz adas por grandes marc as multinac ionales y por el IN I. Constituy e un sec tor
de gran influenc ia en la ec onomía, por sus efec tos induc tores y por su c apac idad de ac tiv ar las
numerosas empresas de las q ue rec ibe c omponentes.
Españ a c uenta c on importantes plantas de fabric ac ión de automóv iles distribuida por toda la
geografía nac ional (Madrid, B arc elona, etc ) y es uno de los sec tores ex portadores de nuestra
ec onomía. L a industria automov ilístic a sufrió los efec tos de la rec onv ersión, q ue estuv o muy
c entrada en el saneamiento té c nic o y financ iero, el c ual fue posible c on el c onc urso de
inv ersiones ex tranj eras y estatales.
El sector químico se artic ula en torno a la industria petroquímica y a la industria química de
transformación. L a primera c onstituy e la q uímic a de base, q ue se llev a a c abo en grandes
c omplej os industriales, por lo general asoc iados a las refinerías de petróleo (Huelv a, A lgec iras,
Cartagena, etc .) Es tributaria de grandes c apitales, por lo c omú n ex tranj eros.
L a industria q uímic a de transformac ión obtiene produc tos div ersos, c omo pinturas,
fertiliz antes, etc ., q ue se elaboran en establec imientos fabriles de muc h o menor tamañ o.
Estos tienen un alto grado de dispersión espac ial, aunq ue su loc aliz ac ión preferente c oinc ida
c on las regiones más industrializ adas del país: País V asc o, litoral c atalán y en el área
metropolitana de Madrid.
El sector agroalimentario h a irrumpido c on fuerz a en las soc iedades modernas. Consiste en un
proc eso de transformac ión de los produc tos agrarios impuesto por la disoc iac ión entre z onas
produc toras y c onsumidoras. Es un sec tor q ue se c arac teriz a por la div ersidad en c uanto a la
naturalez a de los produc tos, los proc esos de transformac ión, la estruc tura empresarial, la
distribuc ión geográfic a de las fábric as, etc . En general, predominan las fabric as peq ueñ as y
medianas q ue c oinc iden en su may oría c on las áreas de regadío, aunq ue tambié n se h an
establec ido grandes empresas multinac ionales, c uy a presenc ia podría ser muy importante en
ramas c omo la de los deriv ados lác teos, la del ac eite, la del az ú c ar, etc .
c ) A la v anguardia de la industria y c on una c lara proy ec c ión de futuro se h allan los sectores de
tecnología punta , q ue aportan desc ubrimientos, nuev os materiales, sistemas y medios para la
mej ora de la produc c ión industrial. A partir de estos elementos, se h abla de una nuev a
rev oluc ión industrial. Su importanc ia radic a en la inusitada importanc ia q ue h a alc anz ado la
tec nología en el mundo c ontemporáneo, donde el v alor de los bienes industriales no radic a
tanto en el de sus c omponentes materiales c omo en el de sus c omponentes tec nológic os.
Se trata de un sec tor q ue integra las distintas ramas de la elec trónic a y su desarrollo h a sido
impulsado por la A dministrac ión, pues es c ompletamente impresc indible para en los restantes
sec tores industriales.
L a ac tual c risis ec onómic a y los rec ortes impuestos por el gobierno h an dado al traste c on
industrias nec esarias para c ualq uier país av anz ado al gar la financ iac ión a sec tores de
inv estigac ión impresc indibles para desarrollar industrias puntas.
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DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA INDUSTRIA EN ESPAÑA.
L a industria españ ola se artic ula hoy , en su dimensión espac ial, en torno a los c entros
industriales, q ue c onstituy en el soporte de las regiones de may or y más temprana
industrializ ac ión, a los enc lav e en el espac io rural y a los ej es industriales, q ue enlaz an las
áreas industriales aprov ec h ando las v entaj as de una situac ión priv ilegiada.
El nuev o mapa industrial de Españ a es reflej o de la tray ec toria seguida en las diferentes
é poc as y en los rec ientes proc esos de oc upac ión del espac io. En é l se adv ierten, entre otras
c osas, las siguientes c arac terístic as:
1) Consolidación de Madrid y Barcelona c omo c entros neurálgic os de la industria
Españ ola. Sus respec tiv as áreas metropolitanas h an c onsolidado una potente y
div ersific ada industria q ue en los ú ltimos añ os h a ex perimentado dos tendenc ias de
signo c ontrario: por una parte, la c risis y la rec onv ersión de importantes sec tores
industriales y , por otra, la rev italiz ac ión de sus tej idos industriales a partir de la
instalac ión de establec imientos dinámic os y de sec tores de alta tec nología.
2) Declive de los espacios tradicionales de la industria españ ola, partic ularmente los
situados en la c ornisa c antábric a, q ue se h allan en proc eso de mutac ión y retroc eso, a
c onsec uenc ia de la c risis q ue afec tó a los sec tores maduros de su industria (metalurgia,
petroq uímic a, nav al), de gran implantac ión en este espac io geográfic o y c uy a c aída h a
tenido reperc usiones muy negativ as en las peq ueñ as y medianas empresas
relac ionadas c on ellos. El dec liv e h a afec tado a A sturias, a Cantabria y , c on espec ial
intensidad, al País V asc o, q ue poc o a poc o empiez a a rec uperar las tasas de
c rec imiento industrial q ue h abía perdido. A simismo, esta situac ión h a influido en áreas
del interior, tributarias de algunos de los sec tores antes menc ionados (Puertollano, en
Ciudad R eal; Ferrol, en A Coruñ a; la bah ía de Cádiz , etc .).
3) Espacios industriales en expansión , entre los q ue destac amos las áreas periurbanas y
los ej es de desarrollo.
En numerosas c iudades españ olas se h an c onsolidado áreas periurbanas de gran
importanc ia industrial, en las c uales las industrias se h a instalado al amparo de la
prox imidad a los c entros urbanos, la ac c esibilidad a los merc ados y a los c entros de
distribuc ión, las fac ilidades de instalac ión, las dotac iones de suelo industrial, la
situac ión estraté gic a de las v ías de c omunic ac ión, etc . Estas instalac iones forman
franj as o c oronas q ue c onc entran industrias div ersas y de v ariado tamañ o y q ue
suponen un espac io de transic ión entre la c iudad y el espac io rural.
L os ejes de desarrollo son el resultado de los proc esos de difusión espac ial de la
industria a lo largo de c orredores q ue c omunic an áreas industrializ adas; los más
dinámic os son el ej e del Ebro y el ej e del Mediterráneo. El primero aprov ec h a los
benefic ios geográfic os de su situac ión entre el País V asc o y Cataluñ a, y la ac c esibilidad
a la Meseta desde el v alle del Ebro. El ej e Mediterráneo se ex tiende desde Girona
h asta Murc ia y ac oge una industria muy div ersific ada q ue se benefic ia del merc ado q ue
le proporc iona la altas densidades de poblac ión en el litoral. A demás de estos dos ej es,
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h ay otros interiores, igualmente dinámic os, c omo el del Henares, q ue se ex tiende
desde Madrid h ac ia el norte. En c uanto a los ej es regionales sec undarios, son buenos
ej emplos los de Ferrol- V igo, Palenc ia- V alladolid, del Guadalq uiv ir, etc .
A parte de estos ej es, h ay q ue destac ar c omo espac ios industriales en ex pansión
numerosos nú c leos urbanos de tamañ o peq ueñ o o medio q ue aprov ec h an los rec ursos
endógenos para su desarrollo industrial.
4) Los espacios de industrialización escasa se c orresponden c on las z onas interiores de la
Península y algunas perifé ric as. Distinguimos en primer lugar, los espac ios q ue fueron
obj eto de la industrializ ac ión induc ida y q ue dieron lugar a importantes nú c leos
industriales, c omo Z aragoz a, V alladolid, B urgos y Huelv a- Cádiz - Sev illa; en segundo
lugar destac amos una serie de espac ios, c omo Castilla- L a Manc h a o Ex tremadura de
manifiesta esc asez industrial debido a su baj a densidad de poblac ión y a la ausenc ia de
tradic ión industrial.
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TEMA 16 .EL TRANSPORTE EN ESPAÑA Y SU PAPEL EN EL TERRITORIO.
LAS REDES DE TRANSPORTE COMO ELEMENTO BÁSICO DE LA ARTICULACIÓN TERRITORIAL Y ECONÓMICA EN ESPAÑA.
Un sistema de transporte incluye viajeros, vehículos, mercancías e infraestructuras. El
transporte no experimenta grandes cambios hasta la Revolución Industrial. Las mejoras
que se introducen provocan la extensión de las ciudades en el espacio, la
diversificación de actividades en distintos espacios y una mayor accesibilidad.
Esta accesibilidad es un indicador del equilibrio territorial que posibilita la
comunicación entre distintos puntos del espacio.
El transporte es fundamental para integrar un territorio pues las infraestructuras (
carreteras, vías de ferrocarril,…) influyen en la decisión de localizar actividades
económicas.
A lo largo del territorio se crean redes de distintos tipos: cuadrangulares, lineales,
anárquicas,..En el caso de España la red es centralizada de trazado radial, propio de
países europeos con gran desarrollo económico y de larga tradición histórica.
Actualmente, el transporte cumple funciones muy importantes:
Satisfacer necesidades de la población en relación a desplazamientos
laborales, económicos, culturales y de ocio.
Sustenta otras actividades económicas al permitir el abastecimiento y la
distribución de productos elaborados con destino a distintos puntos del planeta.
Es motor de homogeneización cultural al difundir ideas y avances
tecnológicos, a la vez que refuérzala interdependencia entre países.
SISTEMAS Y MEDIOS DE TRANSPORTES EN ESPAÑA.
En las sociedades desarrolladas, los transportes tienen una importancia capital. Forman
un sistema que permite el desplazamiento de personas, bienes y mercancías, cuyos
elementos son los medios o vehículos de transporte, las infraestructuras, y los bienes y
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productos transportados.
Las infraestructuras para el transporte (carreteras, autopistas,…) componen redes
extendidas sobre el territorio e interconectadas entre sí, que comunican distintos
puntos y regiones.
Su influencia es grande sobre el territorio, porque expresan las relaciones entre distintos
ámbitos funcionales o económicos, y constituyen un capítulo importante en la
ordenación del territorio y en las políticas de corrección de los desequilibrios regionales.
Los medios de transporte han evolucionado mucho. El siglo XIX conoce el desarrollo
del ferrocarril, unido al progreso de la industria, y en el XX aparece el automóvil, se
moderniza el transporte marítimo y se generaliza el transporte aéreo.
Todo ello supone una revolución en las sociedades actuales, por la capacidad de carga,
la velocidad del desplazamiento y en la aparición de nuevas formas de transporte que
permite el flujo de capitales, ideas, información, etc…
En lo que a los bienes transportados se refiere, destacamos la gran cantidad de
mercancías que se mueven. El transporte de personas alcanza niveles sin precedentes,
reflejo de la movilidad de los ciudadanos en las sociedades contemporáneas ya sea por
razones laborales, de ocio, etc.
El sistema español de transportes presenta unas características que son, al mismo
tiempo, rasgos de arcaísmo y de modernidad, herencia de la historia y logros de la
evolución reciente de la sociedad. Entre ellas, destacan las siguientes:
a) La acusada influencia del medio natural, que se ejerce fundamentalmente a través
del relieve. Así, a la elevada altitud media de nuestras tierras, ha de añadirse una
morfología que dificulta el trazado de las vías de comunicación y obliga a la
construcción de estructuras que encarecen la ejecución y dificultan la realización
(puentes, viaductos, túneles).
b) El trazado radial que tiene como centro Madrid es muy perceptible en las redes de
carreteras y en la red ferroviaria. El transporte aéreo responde también a un modelo
radial por la importancia que tiene la capital de España como origen y destino de los
vuelos nacionales e internacionales.
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c) Los desequilibrios territoriales entre regiones, que se manifiestan, tanto por la
densidad de redes viarias e infraestructuras como en la calidad de las propias
instalaciones y vías de comunicación. En este sentido, la tendencia es que las regiones
con mayor grado de desarrollo tengan mejores comunicaciones, lo cual es, a su vez, un
factor de desequilibrio.
d) Las deficiencias en la comunicación interregional, consecuencia de factores
físicos, de la disposición radial de las redes de comunicaciones y de las desigualdades
regionales, sin que la descentralización administrativa resultante de la implantación del
Estados de las Autonomías haya resuelto la situación
e) El marcado desequilibrio hacia el transporte por carretera, que acusa los efectos
de la sobrecarga en el transporte de personas y de mercancías.
La red de carreteras y las características del transporte.
En la actualidad, los transportes por carretera son los de mayor importancia, al
tiempo que la red de calzadas ejerce gran influencia en la articulación del territorio.
Esta red de carreteras tiene su origen en la multitud de caminos formados a través de los
siglos. Las calzadas romanas –principal soporte de la ordenación del territorio en su
tiempo- y las redes trazadas por musulmanes y cristianos durante la Edad Media son
antecedentes destacados; sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando las carreteras
españolas cobraron un gran impulso y se logró una red de ámbito nacional, pues en esta
época se acometió la construcción de la red de estructura radial que unía el centro –
Madrid-con los principales puertos del litoral. El plan se desarrolló durante los siglos
XVII y XIX, y es la base del actual mapa de carreteras.
En el primer tercio del siglo XX, en 1926 se impulsó el Plan de Firmes Especiales,
que pretendía una mejora general de la red viaria para adaptarlas a las nuevas
condiciones del transporte y a los nuevos vehículos automóviles. Hacia los años 1960,
la red española de carreteras presentaba grandes carencias y resultaba insuficiente para
las necesidades del momento, caracterizado por el auge de los vehículos a motor.
Para adaptarse a la nueva realidad socioeconómica y entendiendo que las
infraestructuras eran un factor imprescindible para el pretendido desarrollo, se acometió
el Plan REDIA (Red de Itinerarios Asfálticos, 1967-1971), que incluyó entre sus
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objetivos a ampliación del ancho de calzada, la mejora de la pavimentación y de la
señalización, la corrección de trazados y la dotación de arcenes en las principales rutas
españolas. Las actuaciones se centraron en los seis grandes ejes que forman el soporte
del modelo radial (Nacionales I a VI), con lo que éste quedó definitivamente
consolidado.
En el mismo año 1967 se aprobó el Plan de Autopistas, que proyectaba un ambicioso
sistemas de autopistas de peaje que no llegó a concluirse. En cierto modo, su objetivos
fueron cubiertos a partir de los años 1980 con un proyecto de autovías a partir del
desdoblamiento de calzada de las principales carreteras nacionales y que, una vez
concluido, constituiría el soporte básico de comunicación y de la red viaria. Esta
solución no resolvió todas las necesidades, de ahí la intención de completarlo con el
Plan de Infraestructuras (1993-2007). Éste pretende asegurar las conexiones
internacionales con Francia y Portugal, completar la red de alta intensidad de tráfico,
descongestionar las vías radiales y favorecer la comunicación interregional mediante la
construcción de autovías radiales y periféricas que atenúen los efectos negativos del
plano radiocéntrico heredado de tiempos pasados.
La red española de carreteras alcanza 163557 Kilómetros, de los que 8241 son autovías
y vías de doble calzada y 2202, autopistas de peaje. El conjunto de carreteras es
gestionado por el Estado, por las comunidades autónomas y por las diputaciones
provinciales o cabildos.
La red básica del Estado depende de la Administración central y tiene 24105 Km, lo que
asegura la comunicación interregional. La red autonómica es la más extensa, está
compuesta por más de 70000 Kilómetros de calzada y en ella se integran las carreteras
de ámbito regional, cuya gestión está transferida a las comunidades autónomas. Por
último destacan las redes de ámbito local y comarcal, administradas por cabildos,
diputaciones, etc.
En conjunto, la red de carreteras presenta grandes diferencias regionales en cuanto a
densidad, naturaleza de las vías y calidad de las mismas y, aunque la densidad puede ser
una adecuación a las características geográficas menor densidad en las zonas de
montaña y espacios de hábitat concentrado que en las zonas de valle o de hábitat
disperso), en eso, las comunidades más desarrolladas tienen mejores infraestructuras, lo
cual es un factor adicional de de desarrollo.
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El transporte por carretera ha experimentado un crecimiento vertiginoso y paralelo al
incremento del parque de vehículos y de la movilidad espacial de la sociedad española.
Concentra el 90% del transporte de viajeros y más del 70% de mercancías, consecuencia
del modelo originado con el desarrollismo, que consagró al automóvil como medio de
transporte de personas y mercancías en detrimento del tren.
Los ferrocarriles. Pasado y presente
El ferrocarril y la locomotora a vapor supusieron una gran innovación en materia
de transporte y comunicaciones. Tras diversos proyectos que no llegaron a realizarse,
los primeros trayectos que se abrieron al tráfico en la Península fueron el de Barcelona
a Mataró, en 1848, y el de Madrid a Aranjuez, en 1851.
Desde el principio, fueron muchas las solicitudes que hicieron diversas compañías
extranjeras para construir y explotar líneas ferroviarias; la mayoría de ellas eran
proyectadas para servir a intereses mineros que también estaban en manos de capital
extranjero. En 1855 se promulgó una ley que regulaba las concesiones y permitía la
importación de materia ferroviario, y que la industria siderúrgica española no podía
producirlo. Pronto contó España con una excelente red ferroviaria que revolucionó el
transporte y contribuyó a romper la incomunicación entre regiones y comarcas.
Con relación a Europa, los ferrocarriles españoles presentaban la diferencia del ancho
de vía. Los demás países europeos utilizaban una separación entre raíles de 1.435 mm,
que se consideró insuficiente en España por los desniveles del terreno y el trazado
sinuoso, obligado por el relieve; con el fin de proporcionar una mayor estabilidad a los
trenes, se adoptó en 1844 la anchura de vía de seis pies castellanos, equivalentes a 1.672
mm. La medida, en la que también debieron influir razones estratégicas, ha supuesto el
aislamiento ferroviario de España con respecto al resto de Europa hasta fechas
recientes; el problema se ha resuelto mediante la instalación de intercambiadores de ejes
en las estaciones fronterizas con Francia.
A comienzos del siglo XX la red ferroviaria tenía una longitud de 10.864 Km, a los que
habría que añadir otros 1972 Km de ferrocarriles secundarios de vía estrecha. En su
mayor parte, las líneas pertenecían a compañías extranjeras, entre las que destacaban
Ferrocarriles del Norte, titular de 3672 Km, M.Z.A. (Madrid-Zaragoza-Alicante),
concesionaria de 3650 Km, y Ferrocarriles Andaluces, que explotaba 1072 Km por el
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sur de España.
En 1939, al término de la Guerra Civil española, la red ferroviaria estaba muy
deteriorada, necesitaba cuantiosas inversiones y su explotación era deficitaria, por ello
las compañías no tenían mucho interés en mantener las concesiones de las que eran
titulares. En 1941 pasó al Estado, decisión que propició la creación de RENFE.
El ferrocarril ha sido el principal medio de transporte e personas y mercancías hasta
comienzos de los años 1960, fecha en la que fue relegado a segundo término ante el
auge del transporte por carretera.
La red de ferrocarriles españoles, al igual que la de carreteras, tiene una disposición
radial con centro en Madrid y tres importantes nudos de dispersión del tráfico- Venta
de Baños (Palencia), Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Zaragoza. La longitud de la
red es de 12.700 Km de ferrocarril de vía convencional, gestionados por RENFE, y
unos 2.000 de vía estrecha. Desde 1992 el trazado ferroviario se completa con los
trenes de alta velocidad (AVE) de Madrid a Sevilla que se irán extendiendo
posteriormente a Málaga, Barcelona, et
El transporte marítimo.
Por su situación, España ofrece condiciones favorables para el tráfico marítimo
.Durante siglos se ha configurado una red de puertos mercantes, de pasajeros y pesca
que ha servido de intercambio entre tierras de ultramar y las del interior, contribuyendo
a consolidar la red radial de carreteras entre Madrid y los puertos. El transporte de
pasajeros fue importante en el siglo XIX y primeros del XX, después decayó.
Sin embargo, ha aumentado el transporte de mercancías por barco tanto de productos
voluminosos no pesados y al traslado de petróleo hasta las refinerías situadas en los
litorales.
Este transporte ha evolucionado hacia buques de gran tonelaje, que exigen mayor calado
y unas instalaciones portuarias específicas, por lo que se ha desplazado la importancia
portuaria hacia el Atlántico, cuyos puertos están mejor situados respecto a las grandes
rutas de navegación.
El transporte fluvial se reduce a Sevilla único puerto interior de significado histórico.
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El transporte aéreo.
Comienza en 1919 en España y pronto se ponen en funcionamiento líneas comerciales
entre Sevilla y Larache , y entre Madrid y Barcelona, Mallorca, Valencia y Sevilla. Más
tarde se abren las internacionales y en 1926 se cruza el Atlántico.
Con el tiempo se generalizan los aviones a reacción y empieza una nueva era marcada
por el aumento de la capacidad de carga de los aparatos, de mayor autonomía de vuelo y
velocidad de crucero…….todo repercute en los desplazamientos a larga distancia y
beneficia a España que se configuraba como destino turístico.
España cuenta con una red de aeropuertos extensa, aunque está muy jerarquizada en
Madrid-Barajas que, junto a Barcelona, tiene un tráfico muy estabilizado en cuanto a
cifras de pasajeros. Le siguen los de Mallorca, Málaga, Canarias…
LOS NUEVOS SISTEMAS DE TRANSPORTE Y COMUNICACIONES EN
ESPAÑA.
Son especiales en función del medio que utilizan o el bien que transportan: transporte
por tubería, transporte postal y telecomunicaciones.
Entre los transportes por tubería de importancia están los oleoductos que trasladan
productos petrolíferos de las refinerías a centros de distribución y consumo, o los
gasoductos que forman redes urbanas hasta los centros de distribución y consumo y
otros que atraviesan el país y son abastecidos con el gas natural que viene del Norte de
África o Siberia. También por tubería se transporta el agua.
Los sistemas postales utilizan el ferrocarril o avión para transportar una materia
especial, los productos materiales de poco peso o volumen y los transportes de
correspondencia.
Las telecomunicaciones forman un sistema de transporte novedoso. Se incluye el
telégrafo, teléfono, televisión, teletexto, correo electrónico por ordenador,….cuya
característica es la naturaleza inmaterial del bien transportado, normalmente
información, que es transmitida en tiempo real, sin que medie el tiempo entre la emisión
y la recepción del mensaje.
Podemos hablar también del transporte de capitales que se realiza mediante
movimientos derivados de las órdenes de compra, venta o transferencia cursadas por los
medios de telecomunicación.
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La telecomunicación forma parte de los llamados transportes invisibles, aunque algunas
de sus instalaciones sean perceptibles en el paisaje. La importancia que tienen
actualmente es sólo un avance de la que aguarda en el futuro.
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Tema 17 .EL TURISMO EN ESPAÑA.
EL SIGNIFICADO DEL TURISMO EN LA GEOGRAFÍA Y SOCIEDAD ESPAÑOLAS.
España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el
número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad.
La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960, aunque
cuenta con unos antecedentes dignos de mención en los viajeros ilustrados y los
románticos que nos visitaron.
Desde el siglo XVIII, pero especialmente a lo largo del siglo XIX, son numerosos los
viajeros que recorren España, entre ellos naturalistas y escritores. Unos y otros quedaron
impresionados por la diversidad que ofrece la naturaleza de España, por el exotismo de
unos paisajes que le recuerdan a África, por la pervivencia de las herencias árabe y
oriental, por las ciudades y los monumentos, por los tipos y las costumbres populares,
por el bandolerismo, por las corridas de toros, etc.
La difusión de sus conocimientos y de sus experiencias en escritos y guías de viaje
contribuyó a forjar una imagen de España plagada de escenas tópicas, pero que ha
alimentado la curiosidad y el interés de los extranjeros por España y la percepción de
ésta como destino turístico singular. A la gestación definitiva de España como potencia
turística han contribuido causas externas e internas.
Entre las causas externas habría que citar la evolución de la sociedad europea tras la
Segunda Guerra Mundial. Concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó en
estado de bonanza económica y de bienestar social sustentado en un alto nivel de vida,
amplia cobertura social, reducción de la jornada laboral, vacaciones remuneradas, etc.
Pronto crecieron las demandas de ocio, entre las que ocupó un lugar preferente el
turismo, que ahora podía disfrutarse masivamente gracias a la generalización del
automóvil y a la popularización de los viajes en avión.
Como factores propios o internos de España hemos de destacar su situación
geográfica, su conocimiento y valoración por parte de las sociedades extranjeras y las
excelentes condiciones de su oferta turística: amplio litoral, climatología favorable
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variedad paisajística, rico patrimonio cultural, etc., y todo ello a buenos precios, como
correspondía a un país con cierto atraso respecto a los países de procedencia de los
turistas.
Evolución del turismo en España
Los inicios del turismo moderno se sitúan en los años 50 del siglo XX. Puede
señalarse 1959 como año de despegue, coincidiendo con un significativo momento en la
planificación económica de España, que entendió el turismo como un importante factor
de desarrollo.
En 1960 el número de visitantes superó los 6 millones, abriéndose en este momento una
etapa de crecimiento continuo que duró hasta 1973. En este período se pusieron las
bases del modelo turístico español de masas, el cual requirió la construcción de
apartamentos y hoteles, y que dio lugar a la precipitada urbanización de los litorales,
muchas veces regida por la especulación y carente de planificación.
El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, año de una recesión, motivada por el
incremento de los precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y
los balbuceos de la transición democrática.
A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta
1989, y cuya principal característica –junto al aumento de turistas extranjeros- fue la
incorporación de los españoles al turismo de playa.
Tras una nueva recesión a comienzos de los años 1990, se ha abierto una nueva fase en
la que se han superado los 70 millones de visitantes, cifra que incluye a los viajeros en
tránsito y a los turistas propiamente dichos, que ascienden a más de 45 millones.
Si comparamos el gráfico sobre la evolución de los turistas y de los ingresos aportados
desde 1960, distinguimos tres períodos:
a) Hasta comienzos de los años 70, aumenta más rápidamente el número de
turistas que de ingresos, lo que quiere decir que se trataba de un turismo con
bajo poder adquisitivo.
b) Desde los inicios de los 70 hasta mediados de los 80, turistas e ingresos crecen
paralelamente prueba del buen adquisitivo.
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c) Desde 1985, los ingresos crecen a un ritmo muy superior al de visitantes, lo que
evidencia el encarecimiento del turismo español desde nuestro ingreso en la
Unión Europea.
A pesar de ello, el turismo español aporta al país menos ingresos que otras potencias
turísticas de rango similar, como demuestra el hecho de que España, aunque ocupe el
segundo lugar mundial por número de turistas, se sitúa en cuarto lugar por la cantidad
de ingresos.
LAS PRINCIPALES ÁREAS TURÍSTICAS EN ESPAÑA Y SU TIPOLOGÍA.
El turismo en España se dirige a distintas áreas:
Costa: Costa del Sol, Costa de Almería, Costa Cálida, Costa Blanca,….en el
Mediterráneo y también algunas del Atlántico, Costa de la Luz, Costa
Verde…nuestro país cuenta con excelentes playas y son las comunidades
autónomas del área mediterránea (Andalucía, Valencia, Cataluña y Baleares) las
que mayor oferta turística tienen. Canarias también concentra un 10%.
Zonas de turismo cultural e histórico. Son ciudades con riqueza
monumental, algunas de ellas patrimonio de la humanidad: Granada, Córdoba,
Toledo, Segovia, Santiago de Compostela…ciudades de mediano tamaño.
España cuenta con muchas ciudades con esta distinción. También destacan
zonas como Castilla-León, comunidad de Madrid,..
Estaciones de esquí en distintos sistemas montañosos, que cuentan con buenas
comunicaciones y servicios, ejemplo es Sierra Nevada, en Granada; Baqueira
Beret en los Pirineos catalanes,… hasta un total de 29 estaciones.
Áreas de turismo rural que pretende aprovechar la vivienda rural con fines
turísticos y culturales. Pretende el desarrollo económico de las zonas en
cuestión y ofrece el acercamiento a la cultura popular, contacto con actividades
agropecuarias, deportes,…
Es importante destacar la visita a espacios naturales, España cuenta con una
diversidad paisajística muy grande con Parques Naturales de alto valor natural y
cultural representativo del patrimonio natural español. Ejemplos son el Parque
Nacional del Teide, Picos de Europa, etc…
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LOS CARACTERES DE LA OFERTA TURÍSTICA Y LOS TIPOS DE TURISMO.
El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres
la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y la
demanda concreta de sol y playa.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente los integrantes de la
Unión Europea. Destaca Alemania y Reino Unido, de donde procede casi la mitad de
los turistas que nos visitan anualmente, y les siguen Francia, Benelux, Italia y los países
escandinavos.
También es importante la corriente turística procedente de Estados Unidos y de Japón, y
comienzan a emerger algunos países del Este (Rusia, Polonia, República Checa).
En general se trata de un turismo cuyo calendario de vacaciones está condicionado por
la temporada de playa y por las fechas de las vacaciones escolares y laborales, que
coinciden con el verano, de ahí la acusadísima estacionalidad del turismo, que se
manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería en los meses de
julio y agosto. Poco a poco, el turismo nacional se ha ido incorporando a este modelo,
de manera que muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y
españoles.
Asimismo, va aumentando el turismo de jubilados, nacionales y extranjeros, que
alternan su estancia en la costa con su residencia habitual. Aprovechan su disponibilidad
de tiempo para adaptarse a las mejores ofertas y contribuyen a la ocupación hotelera en
temporada baja, tan beneficiosa para la actividad del sector y para la estabilidad del
empleo.
Estas circunstancias, unidas a la tendencia cada vez más manifiesta de repartir el tiempo
de vacaciones en distintos períodos (primavera, verano, Navidad) y elegir diferentes
modalidades de turismo, ha contribuido a fijar nuevos destinos turísticos y atenuar la
estacionalidad de la demanda, que, sin embargo, todavía sigue siendo muy acusada.
De acuerdo con los caracteres de esta demanda, España dispone de una extraordinaria
infraestructura turística, que es su principal apuesta frente a posibles competidores. Ésta
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se materializa en la existencia de más de 10.000 hoteles y hostales, que ofrecen más de
1.100.00 plazas otros establecimientos. Su distribución geográfica por comunidades
autónomas es desigual, existiendo una especial concentración en los espacios insulares
y litorales.
El turismo en España tiene un significado extraordinario, siendo, a su vez, uno de
los principales factores de la terciarización experimentada por la economía y por la
sociedad española.
Su primer significado es de naturaleza económica, pues, hoy, el turismo supone,
aproximadamente, el 11% del PIB y genera unos ingresos brutos de 24.000 millones de
euros, lo que permite compensar el déficit de la balanza comercial. Su importancia
económica no se ciñe al momento presente, sino que el turismo ha estado muy ligado al
desarrollo económico de los años 1960, pues las aportaciones de divisas por parte de
turistas y emigrantes permitieron financiar las importaciones.
Las elevadas cifras de turistas y la concentración de la demanda en los litorales han
exigido la dotación de infraestructuras, que culminaron en la urbanización de amplios
espacios costeros, donde se han desarrollado multitud de ciudades y conurbaciones.
El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los
espacios turísticos de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en un lugar de
atracción demográfica y económica, razón por la cual se ha acentuado la contraposición
interior-litoral.
El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido a la redistribución de rentas y ha
desempeñado un papel muy importante en la evolución de la sociedad española. El
turismo fue elemento de intercambio cultural, de acercamiento a otros pueblos y
mentalidades, de conocimiento de otras sociedades y una ventana abierta al mundo
que favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales; pero también ha
tenido grandes costes ambientales, que se manifiestan en la agresión a los litorales y a
los ecosistemas, en la falta de planificación y en la avidez especulativa de personas
empresas y municipios.
El turismo español empieza a acusar los problemas derivados de un modelo
caduco, en el que van dejando huella los efectos de la masificación, de la
estacionalidad, de la concentración en el litoral, etc.
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Desde el punto de vista de la oferta, empieza hacer necesaria la renovación de las
instalaciones, la dotación de infraestructuras y de servicios adaptados a las nuevas
demandas, la puesta en práctica de políticas que lleven a la ordenación del sector,
además de otro conjunto de medidas encaminadas a mantener la relación calidad-precio
de los servicios prestados, procurando la independencia de los grandes tour operadores
extranjeros que controlan nuestro turismo y se lucran con él.
Se hace inevitable una apuesta por la calidad, que contrarreste la oferta de otros países
de nuestro entorno mediterráneo, algunos de los cuales (países de los norte de África,
antigua Yugoslavia, por ejemplo) nos han llegado a emerger como potencias turísticas
por razones ajenas al sector.
Asimismo, se impone ampliar la oferta turística, tanto en lo que se refiere a
actividades como espacios, para atenuar la concentración estival, captar nuevos turistas
y mercados, así como dotar a nuestro turismo de una dimensión cultural acorde con
nuestro rico patrimonio.
Entre la multitud de ofertas posibles, una buena opción es la del turismo rural y de
naturaleza, para la cual España cuenta con una red de espacios protegidos que es un
componente extraordinario de paisajes y de biodiversidad. Su utilización como recurso
turístico es compatible con la conservación de la naturaleza y fundamento del desarrollo
endógeno de las zonas más desfavorecidas del interior.
CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS DEL TURISMO EN ESPAÑA.
No es posible concebir una actividad como el turismo que no considere los objetivos
económicos, sin embargo se han olvidado los objetivos sociales y ecológicos.
Las infraestructuras de turismo impactan en el paisaje, ejemplo son las “colmenas de
apartamentos” de algunas ciudades costeras.
No siempre se ha respetado la ley de costas que obliga a dejar una distancia entre el mar
y la construcción que se va a realizar, ya que todas las playas son públicas.
La costa española es muestra de un desarrollo turístico que sólo ha tenido en cuenta el
objetivo económico. Las consecuencias negativas están apareciendo y pueden hacer
peligrar los beneficios: la contaminación del mar puede incidir en un menor número
de visitantes.
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Se ha tratado de implantar soluciones como la implantación de la ecotasa que grave la
actividad turística. En España tenemos el ejemplo de Islas Baleares que consiste en
cobrar una cantidad a cada turista o empresa turística, para invertir ese dinero en la
conservación del medio ambiente .Los detractores piensan que la ecotasa puede reducir
el número de turistas y los que la apoyan afirman el efecto beneficioso porque
selecciona el tipo de clientes a la vez que asegura la explotación turística a largo plazo.
Algunas infraestructuras relacionadas con la montaña y la nieve crean impactos y
levantan polémicas, como los telesféricos, o los cañones de nieve artificial que
proliferan en numerosas estaciones de esquí.
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TEMA 18. GEOGRAFÍA Y MEDIOAMBIENTE EN ESPAÑA.
Los problemas relacionados con el medio ambiente tienen mucha importancia, es por
esto que la relación existente entre la naturaleza y la sociedad tiene mucha actualidad.
La geografía, además de la ecología, ciencias ambientales, etc, estudia esta relación del
hombre con su medio. Pero el interés de la geografía por la relación hombre-naturaleza
ha ido cambiando pues en una primera etapa se destacaban las fuerzas naturales como
condicionantes de la acción humana y posteriormente se destaca el papel de las
actividades humanas como causantes del desequilibrio en el ecosistema ambiental.
La geografía social que trata temas de bienestar de la población, justicia social,
segregación y racismo en los espacios urbanos o la degradación medioambiental.
Estudia, por tanto, la transformación y degradación de la naturaleza o la preocupación
por preservar el patrimonio territorial.
Naturaleza y sociedad son dos conceptos complementarios y no pueden considerarse
aisladamente, pues la naturaleza ha sido intervenida y transformada por el ser humano,
de tal manera que la misma naturaleza representa un producto social.
LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA.
La biodiversidad es la variedad de seres vivos que hay sobre la Tierra. Es una medida de
la variedad de genes, especies y ecosistemas. Es la base de la estabilidad y el
funcionamiento sostenible de los sistemas naturales. Esta variedad de seres vivos es
considerada un bien, por lo que la eliminación de elementos de un ecosistema puede
tener consecuencias negativas.
España es un país con gran diversidad biológica, tanto marina como continental, ya que
vivimos en el país europeo con mayor cantidad de especies, fauna muy numerosa y una
flora muy variada. También poseemos un número muy alto de endemismos, tanto en la
Península como en las islas.
Las causas de la gran variedad de biodiversidad son:
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La situación geográfica: su situación en el extremo suroeste de Europa y el ser
puente entre Eurasia y África ha hecho que no sólo sea lugar de tránsito sino que
se haya visto favorecida por su aislamiento. La península supone una barrera,
marcada por los Pirineos y las cordilleras internas.
La última glaciación que influyó en Europa, apenas afectó a nuestro territorio,
favoreciendo la preservación de la naturaleza, por lo que el país presenta muchos
endemismos, que ocupan áreas muy localizadas como Grazalema o Canarias.
El relieve peninsular. La disposición del relieve de la Península, la variedad de
cordilleras, valles y mesetas favorecen el aislamiento.
El clima que varía desde el oceánico, bien abastecido de agua, al mediterráneo
árido, además de los climas impuestos por las variantes que introduce la altitud o
la cercanía o lejanía al mar.
La orientación de sus costas. El país está bañado por dos masas de agua bien
diferentes.
Retraso económico de España. La industrialización y desarrollo económico
español no ha sido tan rápido con en el resto de Europa, por lo que se han
mantenido grandes extensiones naturales muy bien conservadas.
España cuenta con unas 10.000 especies de plantas diferentes, esto supone el 80% de las
existentes en la U.E. y casi el 60% de las que hay en todo el continente. De ellas, 6.500
son autóctonas y unas 1.500 endémicas, es decir, que son únicas en el mundo.
En cuanto a la fauna, un total de 50.000 y 60.000 especies animales, representan el 50%
de las existentes en la U.E. Algunas rapaces como el águila imperial o felinos como el
lince ibérico tienen su único hábitat en España.
También encontramos algunas especies en peligro de extinción como el lagarto gigante
de la isla de El Hierro, el pato malvasía corre peligro y especies vegetales como el drago
son muy vulnerables.
Para preservar este legado que afortunadamente tenemos, el territorio español está
amparado bajo la figura jurídica de La Red Natura 2000, que engloba lugares que
deben ser protegidos según la U. E. España cuenta con más de 12 millones de
hectáreas, el 25% del país está considerado de gran interés por Europa y se encuentra
protegido.
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ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y MEDIOAMBIENTE.
Un problema medioambiental que afecta a España es la erosión y desertización como
consecuencia de la destrucción de cubierta vegetal y de la desaparición o degradación
de los suelos.
Ambos hechos suelen ir unidos, pues la pérdida cuantitativa o cualitativa de suelos
provoca la disminución de vida vegetal que éstos pueden soportar. Pero el problema no
afecta sólo a los componentes naturales de los ecosistemas; también influyen en los
antrópicos, pues, por ejemplo, influye en la actividad agraria.
El problema afecta a las dos terceras partes del territorio español que está en peligro,
pues gran parte de las zonas costeras mediterráneas y del interior están sufriendo
problemas de desertización y degradación del suelo por diversas razones:
Roturaciones de suelos frágiles
Producidos por la agricultura. Al estar dispersos espacialmente pasan más
inadvertidos. Deforestación, erosión por el laboreo intensivo, uso de abonos,
fertilizantes,…
Quema de rastrojos. Los rastrojos son los tallos y hojas que quedan en el
suelo una vez recogido el cultivo, protege el suelo del impacto de la
precipitación erosiva, facilita la infiltración del agua, reduce la evaporación
al mantener el suelo más frío y protegido. Su eliminación favorece, por
tanto, la erosión.
Incendios forestales. Provocan pérdidas de bosques, agresión a la fauna. Las
cifras son alarmantes pues la mitad de los incendios se deben a negligencias.
Litoral español sometido a desarrollo urbano agresivo, especulativo, carente
de ordenación, ocasionando pérdidas de sectores de playa y alterando un
medio de tanto valor.
Sobrepastoreo. Cuando las plantas se exponen al pastoreo excesivo, sin dar
tiempo a su recuperación.
Eliminación de la vegetación autóctona,…. La flora autóctona forma parte
de la cadena biológica, está adaptada al medio a lo largo de muchos siglos.
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Cualquier especie que se introduzca nueva puede alterar la cadena biológica
y producir trastornos en los ecosistemas.
La parte interior de Andalucía oriental y central, las costas mediterráneas y las islas
Canarias presentan mayor tasa de erosión, aunque éstas también se registran en algunos
puntos de la Meseta, de la depresión del Ebro, de Galicia y de la franja cantábrica, entre
otros. Las tasas se consideran altas cuando se superan las 50t/ha/año.
Más del 19% de la superficie total española presenta problemas de erosión. Andalucía
es la comunidad con tasa más alta de erosión.
Los términos desertización y desertificación hacen ambos referencia a la progresiva
adquisición de la categoría de desierto de un territorio, pero hay un matiz que los
diferencia. La desertización se asocia a causas naturales (elevadas temperaturas e
insolación, pobrezas de los suelos,…), en la desertificación las causas se deben a la
acción humana, por ejemplo, eliminación de la vegetación natural.
En España se ha generalizado la preocupación por el deterioro ambiental. Se aspira a
una relación más armónica entre la sociedad y su entorno. Todo ello es la expresión de
una filosofía de desarrollo sostenible, uso de los bienes que ofrece la naturaleza
asegurando la renovabilidad para las futuras generaciones.
Las actividades económicas generan problemas medioambientales diversos:
La ganadería: genera malos olores, problemas sanitarios e higiénicos en las
instalaciones.
L a industria tambié n genera contaminación: residuos, cenizas, el “ efecto invernadero” ,
muchos residuos que necesitan ser tratados para eliminar toxicidad, como metales
pesados, ácidos fuertes, etc… muchos de ellos sustancias cancerígenas.
Algunos residuos industriales son radiactivos. Constituyen los elementos más peligrosos
por su alta durabilidad.
CONSECUENCIAS MEDIOAMBIENTALES DE LA URBANIZACIÓN.
El crecimiento urbano ha convertido en las ciudades en organismos complejos con gran
número de problemas comunes a todas ellas, aunque también hay diferencias que se
derivan del grado de desarrollo de cada una de ellas.
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Los problemas que encontramos en las ciudades son :
Contaminación atmosférica. Combustión de calefacciones, industria y automóviles
contaminan la atmósfera urbana. Gran parte de la contaminación procede de los coches.
Los anticiclones, frecuentes en invierno, impiden que las materias contaminantes
salgan de la ciudad, afectando a la ciudad, sobre todo las enfermedades pulmonares.
T ambié n sufren las plantas, parques, j ardines,…
Se encuentran también cenizas en el ambiente de ciertas zonas que perjudican el nivel
de vida de las ciudades por la mala calidad del aire.
Los elementos que llegan a la atmósfera se combinan con el oxígeno para formar
óxidos, reaccionan químicamente con el vapor de agua de la atmósfera. Esos vapores de
agua que contienen ácidos — conocidos comúnmente como lluvia ácida — entran en el
ciclo del agua y, por tanto, pueden perjudicar la calidad biológica de bosques, suelos,
lagos y arroyos.
Las autoridades municipales están tomando medidas para reducir los efectos de la
contaminación.
Contaminación de las agua. Los vertidos urbanos e industriales de las ciudades,
convierten a las corrientes de agua donde desembocan en cloacas, esto afecta a zonas
extraurbanas por donde pasan los ríos. El problema afecta a personas, flora y fauna , por
lo que es necesario acabar con esta situación. Es por esto que se están instalando
depuradoras.
Residuos urbanos. Gran cantidad de basura doméstica. Son toneladas diarias de basura
que los servicios municipales se encargan de recoger y depositar en solares alejados de
la ciudad donde son tratados para ser aprovechados separando sus componentes. De ahí
se obtiene: vidrio, papel, chatarra,….
Contaminación acústica. Producida por ruidos de automóviles, ferrocarriles, industrias
y aviones. Afecta física y psicológicamente al organismo. Algunos países están fijando
límites a los niveles sonoros.
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LOS ESPACIOS PROTEGIDOS: FIGURAS DE PROTECCIÓN
En España la protección de la naturaleza tiene su antecedente en la Ley de Parques
Nacionales de 1916. En 1975 se promulga la Ley de Espacios Naturales Protegidos,
pero la más importante es la Ley de Conservación de Espacios Naturales de 1997. La
protección de los espacios tiene como finalidad:
Proteger áreas o elementos naturales que tengan interés singular en función de
criterios científicos, culturales, paisajísticos, estéticos y recreativos.
Favorecer la supervivencia de especies o comunidades, a través de la
conservación de sus hábitats.
Colaborar en los programas internacionales de conservación de espacios
naturales de los que España forma parte
Crear una red representativa de los principales ecosistemas españoles.
Existen 4 tipos de espacios protegidos:
1. Parques naturales. Son zonas poco transformadas por la acción
humana, con importantes valores ambientales. Existen también los
Parques nacionales que establece protección a ecosistemas primigenios.
Son zonas de montaña escasamente poblada y de interés ecológico
importante. Están gestionados por el Plan Director de la Red de
Parques Nacionales.
2. Reservas naturales. Su creación tiene como finalidad proteger
ecosistemas que por su rareza, fragilidad o singularidad merecen
valoración especial.
3. Monumentos naturales. Espacios o elementos de la naturaleza
constituidos por formaciones singulares, rareza o belleza, objeto de
protección especial.
4. Paisajes protegidos. Lugares del medio natural que por sus valores
estéticos y culturales merecen protección especial.
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TEMA 19. ESPAÑA EN SU DIVERSIDAD REGIONAL.
PROCESO DE ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA DE
ESPAÑA.
En la configuración regional de España, el factor histórico ha tenido un papel decisivo.
El país ha pasado por una serie de etapas:
Hispania romana: primera unidad política
La España primitiva, tenía una estructura territorial heterogénea y compleja. Cada
pueblo tenía sus instituciones y costumbres.
La dominación romana, desde el siglo III a. C. al siglo V, dio lugar a la primera unidad
política peninsular. La diócesis de Hispania, dependiente de Roma, se dividió en tres
provincias primero y luego en cinco, en siglo III d.C
Con los visigodos se mantuvo la organización administrativa aunque progresivamente
se fue generando otra nueva. El reino, con capital en Toledo, integró bajo su autoridad a
todos los pueblos hispano-romanos y godos.
Al-Andalus
Durante esta etapa alternan etapas de unificación territorial, como el califato de
Córdoba, y de dispersión, como Reinos de Taifas.
Con la invasión se inicia una nueva etapa histórica, política,….sólo algunos núcleos y
valles del norte quedan libres del control islámico, pero al no tener relación entre sí
fueron incapaces de ordenar política o administrativamente el conjunto de sus
territorios.
Reconquista: nacimiento de reinos medievales
Durante estos siete siglos se configuran los espacios regionales históricos que sentarán
las bases de la actual ordenación territorial. Tras las Navas de Tolosa en 1212 se inicia
la configuración de lo que serán los grandes reinos a partir del siglo XIII: Castilla y
León, Aragón, Navarra, Portugal, separado de la comunidad española y reino de
Granada.
Creación del Estado moderno
Con los Reyes Católicos se produce la unión dinástica de la Corona de Castilla y
Aragón. Cada reino mantiene sus señas de identidad y sus instituciones políticas.
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Con los Austrias hay una cierta unificación. El rey gobierna los territorios de su
Corona, pero cada uno mantiene su legislación.
Borbones: España centralista y uniforme
Las reformas borbónicas, centralistas y uniformadoras, conducen a los Decretos de
Nueva Planta que eliminan las Cortes de Aragón, Cataluña y Valencia, estableciendo la
centralización administrativa.
Organización provincial y regiones contemporáneas
En 1833 Javier de Burgos realiza una división del territorio en 49 provincias,
posteriormente 50.la delimitación se hace atendiendo a distintos criterios. En lo que se
refiere al administrativo, la distancia entre la capital y cualquier provincia no debía ser
superior a un día de viaje.
La Primera República no pudo organizar un Estado federal que algunos proponían.
La Segunda República impulsó la regionalización de España dando autonomía a
Cataluña, P. Vasco y Galicia con aprobación de sus Estatutos.
COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y REGIONES.
Un largo proceso histórico ha cimentado nuestra división política- administrativa en
Comunidades Autónomas.
La llegada de la democracia produce la división de España en CC.AA. con el objetivo
de:
Responder al deseo de autogobierno de muchas regiones que quieren recuperar
viejos derechos.
Modernizar las estructuras del Estado.
Dar estabilidad a la organización político-administrativa para emprender
políticas de desarrollo regional.
Adecuar las realidades económicas, sociales, culturales,……con su marco
territorial.
El artículo 2 de la Constitución de 1978 establecía varias vías para acceder a las
autonomías:
1. vía rápida para las regiones históricas ( Cataluña, P. Vasco y Galicia).
2. vía del 151, utilizada por Andalucía.
3. vía del 143 “vía lenta” que seguirían el resto de las regiones.
Ceuta y Melilla son ciudades autónomas.
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Queda configurado un mapa autonómico definitivo que cuenta con 17 CC.AA y dos
ciudades autónomas, cada una de ellas con su correspondiente Estatuto de Autonomía.
Las Comunidades tienen competencias otorgadas por la Constitución: políticas,
económicas, infraestructuras, urbanismo,….y además tienen sus propias instituciones:
Asamblea Legislativa o Parlamento autonómico, elegido por sufragio universal.
Gobierno autonómico, con poderes ejecutivos
Consejerías que llevan las diversas áreas de gobierno.
Existe también un delegado de gobierno para llevar la administración del Estado en casa
comunidad.
La organización administrativa de un territorio puede variar en función de cómo se
entienda que se presta un mejor servicio a la ciudadanía. España muestra un pasado
histórico común lleno de logros y el futuro exige un país cohesionado y fuerte para
hacer frente a la competitividad que supone un mundo globalizado.
Un país como España con fuerte personalidad, grandes contrastes de todo tipo exige
dividir su territorio en espacios menores para su mejor organización y administración y
también para hacerlo más accesible al conocimiento. Encontramos de esta manera el
concepto de región (espacios de la superficie delimitados), estudiado según distinto
criterios.
El concepto de región implica la división de un territorio por necesidades derivadas de
la administración y organización o bien para hacerlo más accesible al conocimiento.
Existen diversos tipos de regiones:
Región política. Viene dada por los límites de frontera de una determinada
administración. El ámbito territorial de la administración puede ser estatal,
provincial, etc.
Región histórica. La delimitación viene dada por la división territorial
administrativa de otros tiempos. En España son aquellas que tuvieron unidad
político-administrativa y rasgos culturales diferenciados ( Cataluña, Galicia, P.
Vasco o Navarra).
Región natural o fisiográfica. La delimitación la establecen criterios escogidos
del medio natural, como cuencas hidrográficas, orografía,…
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Región geográfica. Supone un concepto más elaborado que la anterior. Aquí
destaca la impronta dejada por la acción del ser humano. Intervienen criterios
propios del medio natural, pero dominan los socioeconómicos (historia,
población, actividades económicas,….)
Región funcional, nodal o polarizada. La delimitación viene dada por criterios
humanos y económicos. Se alude a un espacio que viene dado por el alcance de
las relaciones o flujos de diversa índole: humanos, económicos, culturales,….
entre una ciudad y asentamientos menores subordinados a ella.
DESEQUILIBRIOS REGIONALES.
Los desequilibrios regionales son una realidad constante en el tiempo. No siempre han
sido los mismos ni han tenido la misma intensidad.
En el siglo XV la mayor parte de la población vivía en la meseta castellana (56%),
principalmente en la parte norte, y el interior peninsular era el espacio más rentable y el
que soportaba mayores cargas fiscales. Hacia el siglo XVII se inicia un retroceso;
Castilla empieza a despoblarse y descapitalizarse, llegando en el siglo XVIII a ser la
población de las dos Castillas el 24.7% y soportar el 14.5% de la carga fiscal. Durante el
siglo XIX, la industrialización hace que la población llegue a la periferia, empezando a
configurarse el mapa de los desequilibrios regionales actuales, con regiones en
crecimiento y otras en retroceso.
Desde la segunda mitad del siglo XX la evolución del crecimiento económico de
España y su incidencia regional ha pasado por estas etapas:
1. Etapa del desarrollo: 1960-1973.
Tras la autarquía, en 1959 se aprueba el Plan de Estabilización. Las características de la
etapa son fuerte crecimiento económico, España se sitúa como la décima potencia
industrial, pero que supondrá una intensificación de los desequilibrios regionales al,
instaurar un modelo de crecimiento polarizado.
La nueva política económica hace que la población, la producción y el empleo se
concentren en el NE peninsular, generando desequilibrios regionales. Industrialización y
desarrollo del turismo concentran empleo y PIB en las regiones más especializadas en
estos sectores de actividad.
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La década de los 60 se resume en intenso éxodo rural, creciente proceso de
urbanización, caída de la participación agraria en el PIB, frente al avance industrial y de
servicios, y desarrollo del turismo.
El mapa regional de esta etapa presenta provincias pujantes como Madrid, Barcelona,
Vizcaya, Guipúzcoa o Valencia, frente a otras deprimidas del interior, Galicia y sureste.
La disparidad regional impulsará los Planes de Desarrollo Económico y Social, vigentes
entre 1964 y 1975. El Estado diseña el marco de actuación, mientras el capital privado
es estimulado mediante incentivos financieros y fiscales para lograr su implicación en el
proceso.
Las acciones para corregir los desequilibrios regionales fueron los Polos de Promoción
y Desarrollo Industrial. Pretendían promover las ciudades medias implantando
industrias que actuaran de motores del crecimiento. Durante el primer Plan de
Desarrollo(1964-67) se aprueban siete polos: La Coruña, Vigo, Sevilla , Valladolid,
Zaragoza, Burgos y Huelva. Al segundo Plan de Desarrollo se suman Granada,
Córdoba, Oviedo, Logroño y Villagarcía de Arosa (Pontevedra).
Los resultados de estas actuaciones de los polos de desarrollo fueron dispares. En el
caso de Granada, Córdoba y Logroño no respondieron a las expectativas, en otros casos
como Valladolid, Vigo o La Coruña los resultados van más allá de las previsiones
iniciales.
Los polos favorecen un desarrollo en las arreadse implantación en detrimento de las
áreas rurales circundantes.
2. Etapa de la crisis económica: 1973-1985
La incidencia de la crisis en España será desigual en las distintas regiones;
especialmente grave fue en País Vasco y Asturias y, en menor medida en Cataluña,
cuyas economías estaban ligadas a un sector industrial en retroceso. Madrid, Valencia,
Baleares y Canarias lo sobrellevaron mejor debido a su proceso de terciarización.
3. Nueva etapa de crecimiento: 1985-1990
El crecimiento económico está protagonizado por las regiones mediterráneas
(Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña), además de Navarra y Madrid
que presentan un crecimiento de su PIB por encima del 5%. A estas regiones le siguen
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Castilla-La Mancha, Aragón y La Rioja, además de los archipiélagos. Esta dinámica de
crecimiento acortó las diferencias entre regiones que estaban en los extremos de la
escala jerárquica.
La situación actual de los desequilibrios regionales
Desequilibrio demográfico.
El peso demográfico permite apreciar la población de cada comunidad en relación con
las demás y el lugar que ocupa en el ranking nacional.
En 2007 las CC.AA. con más peso demográfico en el conjunto nacional eran: Andalucía
(17.8% del total español), Cataluña (15.9%), Comunidad de Madrid (13.4%) y
Comunidad Valenciana (10.8%). Entre las cuatro suman el 58.04% de la población
española y el 29.8% del territorio.
Las CC.AA. con menos peso demográfico (exceptuando Ceuta y Melilla) son La Rioja
(0.68%), Cantabria (1.27%), Comunidad Foral de Navarra (1.34%), Islas Baleares,
Principado de Asturias, Extremadura, Aragón, Región de Murcia y las dos Castillas.
Todas representan el 25.9% de la población y el 51.3% del territorio, es decir la cuarta
parte de la población en la mitad del territorio. Esto es un indicador significativo de la
desigual distribución poblacional.
Comparando estos datos con la situación de 1991, las comunidades que han perdido
mayor peso demográfico son Castilla y León, Galicia, País Vasco, Principado de
Asturias y Extremadura; aumentan, sin embargo, su peso los dos archipiélagos,
Comunidad valenciana, Cataluña, Comunidad de Madrid y región de Murcia.
Desequilibrio productivo.
El producto interior bruto (PIB) El PIB del año 2012 fue de 1.049.525 millones de
euros, un -1.4% menos que en 2011.
Los datos del 2013 no están aún claros. Parece ser que en el último trimestre (255.299
millones de euros) ha decrecido un 0.2% respecto al trimestre anterior.
En cuanto al PIB per cápita diremos que las CC.AA con más PIB son:
P. Vasco, Madrid, Cataluña
Las CC.AA. con menos PIB per cápita son:
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Extremadura, Andalucía ( con 16.900euros) y Castilla-La Mancha (con 17000
euros).
El reparto porcentual del PIB entre las CC.AA. ha variado poco. Cuatro comunidades
concentran el 60% del PIB: Cataluña, Comunidad de Madrid, Andalucía y Comunidad
valenciana. Han ganado peso entre 1995 y 2007 Islas Baleares, Región de Murcia,
Canarias, Comunidad valenciana y Andalucía; el resto pierden.
En el periodo 2000-2007, las comunidades que presentan un crecimiento medio anual
más elevado es la Región de Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y
Madrid, todas por encima del 3%. Las de menor crecimiento son islas Baleares y
Principado de Asturias
El mayor crecimiento en 2007 lo representó Aragón (4.5%), seguido por Castilla-La
Mancha, Galicia y La Rioja. Todas por encima del 4%. En este mismo año, los
territorios con menor crecimiento real del PIB son Principado de Asturias, Comunidad
valenciana, Cataluña, Melilla y Castilla y León.
En lo que a la distribución del PIB per cápita se refiere diremos que para el año 2007
la renta por habitante era de 23.396 euros. Las comunidades con rentas por habitante
más altas eran, por orden de importancia, País Vasco, Comunidad de Madrid, C.F. de
Navarra, Cataluña y Aragón; mientras las rentas más bajas están en Extremadura,
Andalucía y Castilla-La Mancha.
Desequilibrios sociales.
La Encuesta de condiciones de vida (ECV) permite conocer el nivel de ingresos por
hogar, el nivel de personas que se encuentra por debajo del umbral de pobreza, el
número de hogares con problemas y el nivel de satisfacción con la vivienda, etc.
Según el ingreso neto anual medio (24.525 €) son diez; los lugares más bajos son
ocupados por Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha; los hogares con más poder
adquisitivo están en la Comunidad Foral de Navarra, Comunidad de Madrid, País Vasco
y Cataluña.
En cuanto a la tasa de pobreza relativa. Actualmente la tasa de pobreza española está
en 21.8% Las comunidades que presentan una tasa de pobreza más elevada son
Extremadura, Ceuta y Melilla, Andalucía , Castilla-La Mancha, Murcia y Melilla. Es
decir un sur y un oeste peninsular más deprimido, frente a un norte y noroeste, además
de Madrid, con menos población pobre.
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Especialmente significativa es la pobreza infantil que tiene en algunas CC.AA como
Canarias un 29% por lo que se están poniendo en práctica distintas políticas por parte de
los gobiernos autonómicos
España es eñl país donde más ha aumentado las diferencias entre ricos y pobres.
Con relación a la Unión Europea, España está entre los seis con mayores tasas de
pobreza: Eslovaquia, Portugal, Irlanda, España, Grecia e Italia.
Desequilibrios tecnológicos.
Las políticas regionales de los últimos años han insistido en la importancia de la
creación de los Centros de Empresas e Innovación, los Institutos Tecnológicos o los
Centros de Formación como instrumentos que favorezcan el desarrollo regional. Un
resultado de esta estrategia será la creación de tecnópolis (ciudades de tecnología
intensa) en países muy desarrollados como EE.UU. o Japón.
La diferencia entre regiones más modernas y otras más atrasadas vienen dada por
indicadores referidos al desarrollo de realidades tecnológicas. Se utilizan dos
indicadores: el gasto por CC.AA. en actividades de I+D y las personas empleadas en las
mismas.
El gasto en I+D este año ha caído un 2.8%. La comunidades que más invierten en
I+D son Navarra, Comunidad de Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía..
En cuanto al empleo en I+D diremos que los sectores de alta tecnología emplearon a
un 11.9% del total de la población , bajando un 3.1% con respecto al año anterior; el
porcentaje de mujeres fue del 40.1% trabajando en instituciones privadas primero y en
segundo lugar en Administración Pública.
Las comunidades con más ocupados en sectores de alta tecnología son Cataluña y
Comunidad de Madrid (386.100 y 291.800 respectivamente) y las que presentan mayor
porcentaje de empleo en estos sectores respecto al total de ocupados fueron País Vasco,
Comunidad Foral de Navarra, Cataluña y Aragón
POLÍTICAS REGIONALES Y DE COHESIÓN.
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Existen sobre nuestro territorio desequilibrios en cuanto a la distribución de la
población, de la riqueza o de las condiciones de bienestar y calidad de vida. Este
fenómeno está condicionado por las políticas públicas. Dichas políticas son las
responsables de la planificación y creación de las grandes infraestructuras y
equipamientos (de transporte y comunicaciones, de abastecimientos de agua, de energía,
centros educativos, hospitalarios,…), así como de la dirección en la implantación de las
actividades económicas generadoras del empleo o del control de las condiciones
medioambientales. Es por esto que aunque se busquen razones geográficas o históricas
que justifiquen el atraso de unas regiones respecto a otras, estos argumentos no se ven
hoy como determinantes de la situación de desequilibrio regional.
Los poderes públicos son conscientes de la importancia del problema y de que en un
sistema capitalista, regido por los principios de eficiencia y rentabilidad en la
localización de las inversiones, tienen que producirse medidas correctoras que
aminoren la tendencia del sistema hacia la concentración espacial de la población y del
crecimiento económico. En consecuencia, en el ordenamiento constituyente andaluz,
español y europeo está presente el principio de cohesión y equilibrio territorial.
Los instrumentos estructurales de la política regional europea son:
Los fondos estructurales de la política regional
Los fondos que desde el año 1988 intervienen en el desarrollo regional son
FEDER, FSE, FEOGA y el IFOP.
La finalidad es hacer reformas estructurales en el ámbito regional, agrario,
pesquero,…
Los fondos FEDER. creados en 1975, se destinan a ayudar en el desarrollo
económico a las regiones más deprimidas de la U.E.
El Fondo Social Europeo. Destinado a mejorar el empleo de la Comunidad.
Apoya a los estados a: adaptación de trabajadores y empresas, acceso al empleo
para personas inactivas, mujeres, emigrantes, lucha contra discriminación en el
mercado laboral.
El FEOGA. Destinado a temas agrarios, procurar el desarrollo de zonas rurales.
Fondo de Cohesión. Ayuda a los estados a estabilizar sus economías , reducir
desequilibrios económicos y sociales.
IFOP. Se aplica en zonas pesqueras. Pretende desarrollar empresas económicas
en el sector pesquero.
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La Constitución española de 1978 recoge en sus artículos la responsabilidad del
Estado en conseguir la justa distribución de la renta y en un desarrollo regional
equilibrado y armonioso.
También en nuestro Estatuto de Autonomía andaluz se recoge como objetivo evitar los
desequilibrios. Se trata de conseguir la cohesión territorial, la solidaridad y
convergencia entre los diversos territorios, como forma de superar los desequilibrios
económicos, sociales y culturales y de equiparar la riqueza y el bienestar entre todos los
ciudadanos.
La Unión Europea también viene siendo un motor de promoción del desequilibrio
regional. En el Tratado de la Unión Europea se insta a los Estados miembros para que
encaminen sus políticas económicas a reducir los desequilibrios regionales,
comprometiéndose a trabajar para conseguir este fin con la aportación de los fondos
estructurales.