TEORÍAS SOCIOLÓGICAS CONTEMPORÁNEAS
Omar Salazar Herrera
¡Oh maravilla!
¡Cuántas criaturas hermosas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad! Oh mundo feliz,
en el que vive gente así.
Miranda
La tempestad, acto V, de William Shakespeare
¿Un mundo feliz?
En su libro “Un mundo feliz” (Brave New World, 1932), el escritor británico Aldous
Huxley refleja lo que podría llegar a ser una sociedad “perfecta”. En este mundo
futurista, existe un Estado Mundial que controla todo, en el que se imponen las
nuevas tecnologías; se mantiene a la humanidad saludable; no se enseña historia
a las personas para que el pasado no influya a cambiar el presente; también es
esencial que carezcan de emociones, por lo que mediante una droga permanecen
felices y enamorarse se considera algo ilegal; se fomenta el consumismo; se
censura todo aquello que afecte al mantenimiento del Estado: museos cerrados,
monumentos destruidos, eliminando la diversidad cultural, la familia, el arte, la
literatura, el avance de la ciencia, la religión y la filosofía.
Este mundo en realidad se considera una crítica a una sociedad en la que las
personas son felices, aunque permanecen esclavas, sin libertad, prisioneras de su
propia mente y de su “felicidad” manipulada. Es una sociedad ficticia, indeseable
en sí misma, aunque ¿qué tan lejana puede estar esta sociedad en la actualidad?
Lic. En Derecho y Ciencias Sociales, estudiante de la Maestría en Sociología, en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
Hoy podemos ver un mundo en el que se busca una homogeneidad, el uso de la
ciencia y la tecnología como medio de control sobre las personas y la naturaleza,
en el que se empuja el consumismo, manteniendo al mercado por sobre todo y
presentando a la globalización como la nueva felicidad.
Para poder entender estos hechos, como hechos sociales, es decir como
fenómenos producidos por los seres humanos en un determinado contexto (tiempo
y lugar), tenemos a la sociología, como ciencia social que estudia dichos hechos.
La sociología realiza el estudio de las relaciones sociales de los seres humanos,
las que son muy variadas, por lo que para intentar explicarlas se han producido
muchas corrientes o perspectivas teóricas durante el desarrollo de la sociología,
incluso existen corrientes que son opuestas entre sí, lo que ha permitido
enriquecer a la disciplina.
Las teoría sociológicas nos ayudan a entender el mundo real, lo que hacen es
abstraer a partir de los datos particulares de un tiempo y un lugar determinados,
así “La teoría es una generalización separada de los particulares, una abstracción
separada de un caso concreto” (Alexander, 1989). Las teorías son las que
estructuran la realidad (los datos o “hechos”) que se estudia.
Las vetas principales de la teoría sociológica se encuentran en Karl Marx, Émile
Durkheim y Max Weber, estas tradiciones sociológicas definieron el llamado
período “clásico” de la sociología, ubicado entre los años de 1850 y 1920.
Durante el periodo de entreguerras (periodo entre la primera y segunda guerra
mundial, de 1918 a 1939), se atentó contra la sociología europea, las esperanzas
de los fundadores de la sociología se frustraron: Durkheim y Weber murieron a
edad relativamente temprana, los principales miembros de la escuela de Durkheim
murieron en la Primera Guerra Mundial, las esperanzas del marxismo, sufrieron un
serio revés con el estallido de la guerra, los obreros europeos abrazaron el
patriotismo militante de sus respectivas luchas nacionales, hubo una crisis de la
civilización europea. Mientras en Estados Unidos la situación era diferente, la
sociología ocupaba un lugar diferente intelectual e institucionalmente. La vida
intelectual norteamericana, conservaba el optimismo de reconstruir el mundo
occidental. La sociología norteamericana de entreguerra, aunque más afianzada
que la europea, también sufrió perturbaciones, pues en general la sociología y en
particular la sociología de Chicago, eran peligrosamente ateóricas y
profundamente empiristas. Esta situación permitió el surgimiento de Talcott
Parsons (Alexander, 1989).
Tradiciones positiva e interpretativa
Antes de continuar, cabe mencionar que existen dos perspectivas teóricas clásicas
que marcan el trabajo de los científicos sociales, representadas por Émile
Durkheim en Francia y Max Weber en Alemania, de cuyas ideas no han podido
prescindir las ciencias sociales contemporáneas (Tarrés, 2004).
a).- La primera se ubica en el paradigma de origen en las ciencias naturales, en el
positivismo, se postula un modelo único de ciencia. Para este modelo, la ciencia
es una tarea racional y objetiva, orientada a la formulación de leyes y principios
generales, fundada en la lógica deductiva. A quien se identifica con esta corriente
es a Durkheim (David Émile Durkheim, 1858-1917), cuyas ideas influyeron en la
sociología funcionalista y el estructuralismo. Concibe a los hechos sociales como
las formas de actuar, pensar y sentir, exteriores al individuo, dotados de un poder
de coerción, gracias al cual se le imponen. De esta forma el hecho social nos
remite a un mundo colectivo, exterior y superior al individuo, son las fuerzas,
estructuras sociales, normas y valores culturales que actúan sobre la persona de
manera externa y coercitiva.
b).- La segunda tradición clásica es la interpretativa, en ella se postulan modelos
distintos al de las ciencias naturales, argumentando la dificultad de identificar al
ser humano o a la sociedad con la naturaleza. Plantea que el objeto de las
ciencias sociales es el sujeto que crea significados sociales y culturales en su
relación con otros, se deben comprender los significados de la acción y de las
relaciones sociales en sociedad. Su objeto de estudio está en los sentidos
subjetivos de los actores sociales y la forma estructural e institucional de la vida
social. Critica al positivismo, pues propone que los seres humanos a pesar de la
influencia de las estructuras, poseen espacios de libertad y son sujetos portadores
y productores de significados culturales o sociales.
En esta corriente se identifica a Max Weber (Karl Emil Maximilian Weber, 1864-
1920), para quien el fin de la sociología es lograr una comprensión de los
significados subjetivos de la acción social, lo que permite identificar los motivos del
actor y explicar las causas de la acción. Los individuos que actúan en relación
constituyen la realidad social. Weber se opone a la idea de que las ciencias
sociales descubran leyes en la forma como lo hacen las ciencias naturales.
Aunque se pueden establecer tendencias, ya que el comportamiento social se
inclina a presentar regularidades, a seguir patrones que se repiten.
Es pertinente aclarar que las diversas corrientes que critican al positivismo no
forman un paradigma único como un modelo alternativo, pues se unen y
diferencian, por ello se caracterizan por la gran diversidad de perspectivas que
existen, entre ellas están: hermenéutica, interpretativa, interaccionismo simbólico,
fenomenología, etnometodología, teoría de la acción comunicativa, teoría de la
acción, etc. de manera generalizada y para su comprensión se consideran
“interpretativas”, las cuales no han sido capaces de reemplazar al positivismo
como paradigma dominante. Por ello y ante esta diversidad no se puede asegurar
que sólo existan dos tradiciones: la positiva e interpretativa, si se reconoce esta
diversidad de corrientes, el camino lógico conduce a la pluralidad en la sociología
y en las ciencias sociales.
Teoría del sistema social
Talcott Parsons en sociología es un exponente del funcionalismo estructuralista,
esta teoría social está centrada en la sociedad en su conjunto, se basa en que las
sociedades se autorregulan y en la interrelación de sus diversos elementos. El
autor prefiere el término acción en lugar de conducta (Parsons, 1984).
Realiza un análisis teórico de los sistemas sociales de acción, donde los actores
individuales interactúan entre sí, a esta interacción se le considera un sistema,
sistema que puede ser analizado teóricamente.
Para Parsons el sistema social es un modo de organización de los elementos de la
acción relativo a la persistencia o procesos ordenados de cambio de las pautas
interactivas de una pluralidad de actores individuales.
Establece que dentro de los términos de la acción existen 3 clases de objetos:
Sociales, culturales y físicos. Un objeto social es un actor, si es cualquier otro
actor individual es “alter”; cuando se toma al actor en sí mismo es “ego”, o una
colectividad que se considera como una unidad. Los objetos físicos son entidades
empíricas, son medios y condiciones de la acción del ego. Los objetos culturales
son elementos simbólicos de la tradición cultural: ideas o creencias, símbolos
expresivos o pautas de valor.
Un sistema total concreto de acción social, cuenta con tres aspectos que son
indispensables entre sí: A).- Sistema social; B).- Sistema de la personalidad de los
actores individuales; y, C).- Sistema cultural que se establece en sus acciones
(Parsons, 1983).
Aunque la preeminencia de Parsons duró hasta mediados de la década de 1960,
las semillas de la rebelión contra las teorías parsonianas o “funcionalistas” ya
estaban sembradas a fines de la década anterior (Alexander, 1989).
La ciencia social que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial o
sociología contemporánea, se dirigió a dos grandes campos, a dos corrientes
teóricas antagónicas: macrosociológica (estructural-funcionalismo, marxismo,
teorías del conflicto, teoría crítica, etc.) y microsociológica (interaccionismo
simbólico, etnometodología, dramaturgia social, fenomenología, teoría del
intercambio, etc.).
Interaccionismo simbólico, Fenomenología y Etnometodología
Dentro de las corrientes posparsonianas que critican al positivismo tenemos, entre
otras, el interaccionismo simbólico, la fenomenología y la etnometodología, de las
que a continuación se realiza un panorama breve de ellas.
a).- Interaccionismo simbólico.- Trata de comprender el proceso de asignación de
símbolos con significado al lenguaje hablado o escrito y al comportamiento en la
interacción social. Se atribuye este enfoque al filósofo y psicólogo social
estadounidense, George Herbert Mead (1863-1931), para quien el
comportamiento social es de tipo simbólico: la palabra, el lenguaje corporal
(gestos, posturas) que se usan en la comunicación tienen significados
convencionales y particulares, porque son signos originados por la cultura. Así en
una determinada situación social, mentalmente el actor se ubica en la posición de
su interlocutor, de esta manera puede predecir cómo actuará y conducirse en
consecuencia, se trata entonces de "leer" el comportamiento del otro para
adaptarse a él.
Mead realiza la propuesta de que el desarrollo, la evolución tanto de la mente
como de las instituciones, es una evolución social.
Para demostrar lo anterior parte de que la ciencia ha avanzado, con ella la
humanidad logra controlar su entorno. Es un medio de control que interviene en
todos los aspectos de la vida, por lo que la sociedad siente una dependencia hacia
el método científico. El control social consciente se traduce en que la ley debe ser
obedecida, es necesario un orden para la sociedad, aunque se desea una
sociedad que avance, no un orden fijo como el propuesto en la solución religiosa
de que el orden es dado por Dios y por ello debe ser preservado. Es necesario
conseguir un método para planificar el progreso. Los problemas presentan
inhibiciones, controlan la conducta, la solución del problema detiene el proceso de
control, lo libera para seguir adelante. De esta forma el método científico es el
proceso evolutivo que ha llegado a ser autoconsciente, esto se demuestra en sus
pasos: plantear el problema de manera definida; esto estimula a la imaginación
para formar una hipótesis para su posible solución; luego dedicarse a la prueba de
la solución. Este método permite mantener el orden social y aún así cambiar ese
orden dentro del propio proceso (Mead, 1990).
Para Mead las ciencias sociales se han agrupado en torno de la teoría más o
menos dogmática de ciertas instituciones, la teoría temprana establecía que estas
instituciones habían sido establecidas directamente por Dios (la solución religiosa).
Como respuesta a esto se desarrolló la teoría evolutiva en el campo de la biología,
esta teoría evolutiva se trasladó a las instituciones humanas. Parte del estímulo
que condujo a este pensamiento fue del movimiento hegeliano, ya que los
pensadores de esta corriente se avocaron al estudio de las instituciones humanas
desde lo económico y lo social. Toma al delito como ejemplo del desarrollo de un
proceso social con un verdadero método científico, con la evolución de una
institución: a partir de la actitud de venganza, surgió el tribunal y luego de la
operación de una institución como esta, puede abordarse la reinserción del
individuo a la sociedad.
Trata de conectar este proceso evolutivo con la organización social en su
expresión más compleja, ya que evolución es adaptación que se expresa como
control sobre el entorno, así la organización humana, como organización social
ejerce verdaderamente un control. El estudio de las funciones de las diversas
partes del organismo social está a cargo de la “ciencia social”, más
específicamente de la sociología, la que nace con Comte y luego es enriquecida
por Spencer con la idea de la evolución, desde entonces el comprender la
sociedad humana como organismo ha sido de interés en el mundo occidental. El
ser humano ha tratado de ver los hábitos a partir de los cuales ha surgido la
sociedad, esto implica ver las instituciones humanas como hábitos sociales.
Además del estudio de la organización social, también existe un interés por la
experiencia del individuo, debido a la experiencia única del científico que presenta
el problema y es en la mente del científico que surge la hipótesis, está haciendo
de la inteligencia humana una técnica. El aspecto emocional de esta experiencia
se expresa en la poesía, en la expresión lírica del sí mismo (self, capacidad de
considerarse a uno mismo). Si bien la observación científica ha existido, su
presentación precisa es a partir del Renacimiento, se tiene un interés en aquello
que es peculiar en el individuo. Se recibe experiencias de otros individuos que
despiertan el interés (periódico, radio, novelas, etc.), este interés tiene relevancia
porque la conciencia humana de sí surge por su habilidad de adoptar la actitud del
grupo al que pertenece, en la medida de que adopte el papel de otros, puede
adoptar la actitud habitual de la comunidad frente a situaciones sociales. Tomar la
actitud de otros, hablar con otro y responder en su lenguaje, es lo que constituye
el pensar. Mediante el uso del lenguaje, mediante el uso del símbolo significante,
el individuo adopta de hecho la actitud de otros, esto origina el principio de control
social. De esta manera actuará respecto de sí mismo como los otros actúan
respecto de él, reconocerá cuáles son sus derechos y deberes. Este método de
organización se puede estudiar desde el punto de vista de una psicología
conductista (Mead, 1990).
Un individuo que se afecta a sí mismo como afecta a otros en tanto usa el “habla
inteligible”, pues sabe lo que está diciendo cuando dirige sus indicaciones a otros
mediante esos símbolos significantes, reconociendo que tienen el mismo
significado para ellos y para él, dicho individuo es una fase del desarrollo de la
forma social.
La habilidad de controlar el entorno es lo que se llama “mente”, lo que en ella
sucede es la experiencia del individuo, le pertenece en su privacidad, puede
hacerlo público al hablar de ello. Aunque hay algo que nunca se publica, son las
experiencias que se tienen para sí mismo (dolor, placer), que transcurren dentro
del organismo y nadie puede experimentar lo mismo. El organismo no se da
cuenta que es una experiencia propia, hasta que ha surgido un sí mismo.
Un sí mismo sólo puede surgir cuando hay un proceso social dentro del cual se
inicia el sí mismo. El individuo está en un proceso social del cual es parte, donde
influye verdaderamente sobre sí mismo como lo hace sobre los demás, ahí surge
el sí mismo.
b).- Fenomenología.- Lo fenomenología estudia o describir los fenómenos
morales, históricos, religiosos, sociales, etc. para determinar su esencia sin
deducirla de postulados previos. El movimiento fenomenológico es muy amplio y
diverso. Alfred Schutz (1899-1959), sociólogo y filósofo austriaco, es el introductor
de la fenomenología en las ciencias sociales. En la fenomenología el mundo se
percibe sólo a través de nuestra conciencia, el objeto sólo existe con el ser
humano que lo contempla.
Schutz critica que se trate de usar el mismo método de las ciencias naturales en
las ciencias sociales, pues llevado el método de las ciencias naturales a las
ciencias sociales nos lleva al conductismo, en el cual la mente del Otro es
inaccesible y hasta es imposible verificar su inteligencia. No se toma en cuenta lo
que el mundo significa para quienes actúan dentro de él, sólo es válido para los
especialistas sociales (Schutz, 2012).
El observador científico puede estudiar el mundo social desde un marco de
referencia objetivo o subjetivo. Objetivo si se aplica exclusivamente a la esfera de
los fenómenos objetivos, y subjetivo cuando se refiere a la actividad humana y los
motivos que la originaron.
Las cosas sociales sólo son comprensibles si pueden ser reducidas a actividades
humanas. Para comprender los actos de otras personas necesito conocer los
motivos “para” (por los cuales actúan como lo hacen) o “porque” (sobre los que
basan tal actuación) de tales actos. Si “A” proyecta un acto, “B” comprende el acto
y reacciona, los motivos “para” de “A” de su actuación se convertirán en motivos
“porque” de “B” y viceversa, toda relación social es una conexión intersubjetiva de
motivos. Como el ser humano actúa y reacciona dentro del mundo social, es por
ello que el punto de vista subjetivo debe ser aceptado también por las ciencias
sociales (Schutz, 2012).
Para que el observador se vuelva especialista en las ciencias sociales, debe salir
del mundo social. La moderna ciencia social describe el procedimiento,
consistente en reemplazar los seres humanos que el científico social observa
como actores en la escena social, por tipos ideales de actores que él mismo crea.
Así llega a una reconstrucción del mundo social, con un modelo que concuerda
perfectamente con el postulado del punto de vista subjetivo. Para la creación de
tipos ideales, formula los siguientes postulados (Schutz, 2012):
1.- Postulado de significavidad. El problema crea un esquema de referencia y
establece los límites del ámbito dentro del cual se podrán formar tipos ideales
significativos.
2.- Postulado de adecuación.- Cada término empleado en un sistema científico
que se refiera a la acción humana, debe ser construido en forma tal que un acto
humano efectuado dentro del mundo de la vida por un actor individual de la
manera indicada por la construcción típica sea razonable y comprensible para el
actor mismo y para sus semejantes.
3.- Postulado de coherencia lógica.- El sistema de tipos ideales debe ser un todo
compatible con los principios de la lógica formal.
4.- Postulado de compatibilidad.- El sistema de tipos ideales sólo debe contener
supuestos científicamente verificables, que deben ser absolutamente compatibles
con la totalidad del conocimiento científico.
Siguiendo estos postulados se garantiza que las ciencias sociales aborden el
mundo social real, de la vida cotidiana. De esta forma una teoría de la acción debe
estudiar a fondo los detalles del método tipificador.
El mundo de la vida es compartido, entre personas. La relación es cara a cara, la
relación nosotros pura es cuando “A” interpreta las palabras en un contexto
objetivo, con una intención subjetiva de “B”, esta relación se da en el aquí y ahora.
La relación social concreta se da cuando “B” reacciona a “A”, es cuando se realiza
la intersubjetividad.
En relación con la historia, Schutz considera que no puede existir una ley histórica
que explique no sólo el pasado y el presente, sino también el futuro previsto,
referente a la realidad social.
El término racionalidad cumple el papel de un concepto fundamental, un acto
racional presupone una elección entre dos o más medios tendientes al mismo fin,
o entre dos fines diferentes, y una elección del más apropiado. La racionalidad no
es una característica del pensamiento cotidiano, por lo que no puede ser un
principio metodológico de la interpretación de los actos humanos en la vida
cotidiana.
De esta manera Schutz sienta las bases que toman como objetivo principal la
subjetividad del actor. El actor no reacciona, actúa en el marco social.
c).- Etnometodología.- Nace como crítica al positivismo, bajo la idea de que la
realidad social es construida, producida y vivida por sus integrantes, que viven
unidos en un etnos.
La etnometodología se centra en el cómo de las realidades humanas cotidianas,
en cómo la realidad es aprehendida, entendida, organizada y llevada a la vida
cotidiana. Con la etnometodología se sostiene que en las ciencias sociales todo es
interpretación, es buscar el sentido o los sentidos que puedan tener.
John C. Heritage es sociólogo, es una de las figuras clave en el enfoque conocido
como análisis de la conversación. En 1984 publica su libro sobre la
etnometodología, corriente sociológica iniciada por Harold Garfinkel.
El término “etnometodología” fue acuñado en 1950 por el sociólogo
norteamericano Harold Garfinkel. Aparece como una ruptura contra el Estructural-
funcionalismo de Talcott Parsons (Heritage, 1990).
La etnometodología junto con otras perspectivas como el interaccionismo
simbólico de Mead y Blumer, la teoría dramatúrgica de Goffman, y la
fenomenología social de Berger y Luckmann, forman parte de un movimiento de
reflexión sociológica posparsoniana por regresar al mundo social en su
cotidianidad.
Los esfuerzos teóricos que Garfinkel realizó se centraron en el estudio de los
modos (métodos) en que, conscientemente o no, los actores sociales utilizan sus
conocimientos para reconocer, producir y reproducir las acciones sociales y las
estructuras sociales, la etnometodología.
La etnometodología está interesada en la acción social, la intersubjetividad y la
comunicación lingüística.
Debido a lo denso de su texto, la etnometodología ha adquirido y mantenido la
posición de una sociología marginada y mal entendida.
Al desarrollar una alternativa al análisis parsoniano de la acción social, Garfinkel
utilizó extensamente la obra de Alfred Schutz. Garfinkel abrió un nuevo terreno al
análisis sociológico: el estudio de las propiedades del razonamiento práctico
propio del sentido común en las situaciones de acción ordinarias. Además, la
propuesta conllevaba un rechazo al uso de la racionalidad científica como punto
de referencia para el análisis del razonamiento ordinario (Heritage, 1990).
Garfinkel realizó experimentos con un contexto de interacción establecido, para
observar qué puede hacerse para interrumpirlo, son experimentos de ruptura
donde se quebrantan intencionalmente determinadas reglas de comportamiento
cotidiano, observándose cómo se producen y mantienen ordinaria y rutinariamente
las estructuras de las actividades cotidianas.
Palabras finales
De esta forma durante el siglo XX, las grandes teorías de la sociología son
básicamente de carácter estructural, donde el actor individual aparece como un
sujeto que está dotado de muy poca autonomía, las actuaciones de los individuos
están determinadas por restricciones estructurales y/o condicionamientos
culturales. Esto se considera que fue el problema del estructural funcionalismo,
que con Parsons fue un intento de desarrollar una teoría voluntarista de la acción,
aunque terminó por ser una teoría estructuralista, contextualista, determinista,
basada en el contexto social y cultural. Algo similar sucedió con el marxismo que
pretendía tomar el papel activo del sujeto en la historia, pero al igual que el
estructural funcionalismo, aunque con otros argumentos pues se basaba en el
contexto económico, terminó por sobredimensionar las restricciones del contexto.
En cambio, en los enfoques micros, una característica común, es la idea de que
los fenómenos deben ser captados como realizaciones inteligentes, de seres
humanos que son activos e intencionales, por lo tanto la sociedad en la medida
que puede ser explicada, en la medida que sea significativa e inteligible, es decir
que tenga sentido, depende del lenguaje como medio de expresión, es el medio
de concreción del propio fenómeno, el lenguaje no sólo como sistema de
símbolos, sino como un medio de actividad práctica intencional de la gente. El
lenguaje usado comúnmente, de manera coloquial en el mundo de vida de la
gente, produce algo más que descripciones del mundo, sino forma la base de la
constitución de ese mundo, es el medio a través del cual se interpreta y se
transmite. El lenguaje común tiene capacidad explicativa (Contreras, 2013).
Con lo visto podemos entender que el ser humano es sumamente curioso, busca
una respuesta a lo que observa, siente y piensa, intenta responder las
interrogantes que le surgen respecto a un tema, en nuestro caso en torno a la
sociología, desea conocer sobre la formación, el desarrollo y las características de
las sociedades humanas. De esta manera han surgido diversas corrientes que
intentan responder a esta interrogante, con el fin, que espero y deseo que así sea,
de conocernos mejor como sociedad y llegar a un desarrollo en el que seamos
felices, pero no en el sentido que plantea Aldous Huxley en su obra “Un mundo
feliz”, sino uno incluyente, donde exista un respeto a la diversidad cultural, es
decir, un mundo donde quepan muchos mundos.
BIBLIOGRAFÍA:
Alexander, Jeffrey (1989). Las teorías sociológicas desde la segunda guerra
mundial. Barcelona: Gedisa.
Contreras, Oscar. (2013). Teoría sociológica II. Instituto de Investigaciones
Sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca. 14 de
agosto de 2013.
Heritage, John C. (1990). Etnometodología. En Anthony Giddens, Jonathan Turner
y otros. La teoría social hoy. Madrid: Alianza Universidad. (pp. 290-350).
Mead, George H. (2009). El problema de la sociedad. Cómo llegamos a ser
nosotros mismos. En Escritos políticos y filosóficos. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
Parsons, Talcott. (1983). La sociedad. Perspectivas evolutivas y comparativas.
México: Editorial Trillas.
Parsons, Talcott. (1984). El sistema social. Madrid: Alianza Universidad.
Schutz, Alfred (2012). Estudios sobre teoría social. Escritos II. Buenos Aires: Amorrortu.
Tarrés, María Luisa. (2004). Observar, escuchar y comprender. Sobre la tradición
cualitativa en la investigación social. México: COLMEX-FLACSO.