Todorov, Tzvetan. La conquista e América. El problema del otro. Siglo XXI. Editores.
Buenos Aires. 2008. (selección de páginas).
OBJETIVOS DE TODOROV: Que se recuerde que es lo que podría producirse si no se logra
descubrir al otro y cómo el descubrimiento del otro tiene varios grados desde el otro como
objeto hasta el otro como sujeto.
Bien podemos pasarnos la vida sin terminar nunca el descubrimiento pleno del otro (suponiendo que
se pueda dar)
PROPUESTA DE TODOROV: Buscar la verdad y hacerla conocer.
ALTERIDAD: El objetivo de Europa es asimilar al otro (a través de la superioridad)
El libro de Tzvetan Todorov “La conquista de América: el problema del otro ” (1997),
aborda la visión que los europeos, particularmente los españoles, tuvieron acerca de aquellos que
"descubrieron" en las tierras que ellos mismos llamaran ”América”, en honor a Américo Vespuccio;
y aunque se trate de la visión del europeo acerca del otro, esta visión, no es tal, única, sino
múltiples miradas. No es la misma mirada la de Colón , el "descubridor" de las tierras, más no de
la gente que las habitaba; a la mirada de los conquistadores como Hernán Cortés , conquistador
de México; a las miradas de los misioneros , como Bartolomé de Las Casas, o la de Duran, un
"mestizo cultural"; o a la de Sahagún , que podría parecer más cercana al trabajo que realizaría un
etnógrafo contemporáneo.
Cada uno de estos personajes europeos hace una construcción distinta del otro;
particularmente porque en esta sociedad europea del siglo XVI nace la noción de “individuo”,
en donde un individuo puede desempeñar un papel más importante que el colectivo. Un
ejemplo de ello es Colón, con su descubrimiento; aunque él es un personaje bastante particular, ya
que representa la "transición" entre el Medioevo y la modernidad. En cierta forma lo serían todos los
personajes europeos del siglo XVI, a los que nos remitiremos, aunque posiblemente Colón se
encuentre orientado hacia las concepciones medievales, sobre todo, en lo que respecta al mundo
religioso.
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Todorov nos presenta una historia mitificada, en sus palabras:
"He elegido contra una historia más cercana al mito que a la argumentación, se distingue de
ellos en dos planos: primero porque es una historia verdadera (cosa que el mito podía pero no debía
ser), y luego porque mi interés principal es más el de un moralista que el de un historiador; el
presente me importa más que el pasado
Aquí se ve la intención doble de Todorov: está consciente de que su historia personal, y
su contexto social y cultural, pueden afectar su concepción del pasado; también de que no
puede cambiar el presente por medio del pasado; es decir, conocer el pasado no implica con
ello que sepamos como afrontar nuestro presente o nuestro futuro.
"No pienso, que el relato de la conquista de América sea ejemplar en el sentido de que podría
representar una imagen fiel de nuestra relación con el otro; no solo Cortés no es igual a Colón,
sino que nosotros ya no somos iguales a Cortés. Dice el dicho que si se ignora la historia se
corre el riesgo de repetirla; pero no por conocerla se sabe que es lo que se debe hacer" (Ibíd.: 264).
Debemos saber que esta historia es contada siempre por el vencedor, tal vez todas las
historias son contadas por los ganadores; desde que Colón pisó tierra americana ya la guerra
daba por ganador a un bando, el de los europeos, porque no sólo fueron ellos los que llegaron sino
principalmente por cómo eran. Por lo tanto, y lamentablemente, aquí no tenemos la visión de los
indígenas sobre ellos mismos, o su concepción sobre //sus// otros, llámense europeos u otros indios;
siempre veremos esta historia a través de los ojos y de las palabras de los occidentales, por lo que la
historia que estamos rememorando es la historia de la sociedad europea en América: América como
extensión de Europa, quedando muchas veces sus nativos en calidad de seres inferiores
(animales), o inclusive en simples objetos.
En el principio los europeos serán los españoles y portugueses; luego se les incorporarán los
holandeses, ingleses, franceses. Sin embargo, si ha de existir en la actualidad un sentido de culpa
(“la leyenda negra”), este siempre recaerá en los españoles; después de todo, fueron “ellos” los
que encontraron estas tierras.
Todorov se concentra en la historia del descubrimiento de América, la conquista de
México y los misioneros que llegan posteriormente; el marco temporal de esta historia es el
siglo XVI ; y un marco espacial, que aunque no excluya otros lugares, se va a concentrar en la región
de México y el Caribe. El objeto siempre será el estudio del "otro ", entendiendo al otro como
los indígenas percibidos y explicados por los europeos , pero a la vez es objeto el europeo,
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como otro observado e interpretado por Todorov. Tal vez en este resumen se pueda encontrar
también un cuarto nivel, el Todorov visto e interpretado por nosotros, después de más de veinte años
de publicado su libro. Por lo tanto, al ser nuestro contexto histórico distinto, al ser nuestra concepción
de la historia (de América) diferente, ya que nosotros somos parte y resultado de este proceso que
se "iniciaría" con Colón hace más de quinientos años. Todorov entiende la concepción europea
actual, sin querer decir esto que los europeos no puedan conocer a profundidad, o hacer
suya, la "historia" de la conquista de América: Todorov es europeo nacido en Bulgaria y educado
bajo la tradición francesa.
Todorov posee una gran ventaja en lo referente a su investigación, y es que pudo
consultar las fuentes originales. Nosotros nos vemos limitados en este aspecto. Sin embargo, su
libro se encuentra lleno de este tipo referencias, que sin tratarse de los documentos originales, nos
puede dar idea de ellos, aunque esto puede ser un arma muy peligrosa, puesto que no querría
simplificar la historia, verla desde un solo punto de vista.
Sería necesario empezar hablando de Colón, no sólo porque fue el primer europeo en
pisar tierras americanas (aunque exista debate sobre esto), sino que además es el primero en
llevar esta información a Europa. Aunque Colón no sepa a lo que se está enfrentado, el año 1492
puede ser considerado el año en que se inició el proyecto de la modernidad, según Todorov:
"El descubrimiento de América es lo que anuncia y funda nuestra identidad presente;
aun si, toda fecha que permite separar dos épocas es arbitraria, no hay ninguna que convenga
más para marcar el comienzo de la era moderna que el año 1492, en que Colón atraviesa el
océano Atlántico"
Así que, aunque muchos quieran negarlo, "todos somos descendiente de Colón, con el
comienza nuestra genealogía" Es a partir de él que se instaura la época moderna, fecha cuando
nace “el individuo”: este ser individual nace en Europa no con el descubrimiento de América,
sino que este descubrimiento reforzaría la imagen europea de superioridad, produciendo la
reafirmación de la figura del individuo.
Todorov tiene entre sus explicaciones que Colón era un hombre muy religioso (posiblemente
todos los hombres europeos de su época lo eran igualmente), queriendo éste retomar el proyecto de
las cruzadas, siendo éste una empresa muy medieval, que de hecho para los tiempos de Colón
habría sido descartada. Es "la victoria universal del cristianismo… el móvil que anima a Colón"
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a realizar su travesía. "Así pues, paradójicamente, es un rasgo de la mentalidad medieval de
Colón el que lo hace descubrir América e inaugurar la era moderna"
Colón siempre va a realizar sus interpretaciones, en tres enfoques o esferas como las
llama Todorov "una es natural, la otra divina y la tercera, humana. Así pues, quizás no sea
casual el que hayamos encontrado tres móviles para la conquista: el primero humano (la
riqueza), el segundo divino, y el tercero relacionado con el disfrute de la naturaleza" Sin
embargo, "solo hay dos intercambios reales, el que se produce con la naturaleza y el que se produce
con los hombres" .
Colón tendría varias visiones de los pobladores nativos de las tierras descubiertas y de
las mismas tierras, sin embargo todas demuestran su poco o ningún conocimiento del otro.
La primera de las visiones, es la del paraíso terrenal y la de sus pobladores siendo buenos e
inocentes; la otra es la de la maldad que profesan los indios; realmente nunca va a conocer a
esos otros, realmente nunca va a querer comunicarse con ellos. "La única comunicación
verdaderamente eficaz que establece con los indígenas se efectúa sobre la base de su ciencia
de las estrellas" . Se debe recordar que Colón posee amplios conocimientos de astronomía y de
hecho es uno de los primeros que la utiliza para la navegación .
Colón realmente no quiere conocer al otro, él lo que ve es la imagen "retorcida" de sí
mismo en los otros, cuando la encuentra. Cuando ésta no puede ser vista, los otros son vistos
como figuras negativas (caníbales, salvajes). A Colón solo le importa lo que ve, o mejor lo que
él interpreta que ve; no lo que los otros ven, ni siquiera quiere ver lo que sus otros
compañeros de expedición (otros europeos) observan: Colón es una especie de coleccionista, tal
vez una especie de turista, donde lo exótico se tiene que llevar al hogar, en este caso el hogar
es Europa; por lo que lleva muestras de fauna, objetos y por supuesto, indios, que además
serán la prueba de que estuvo en esas tierras. El otro no ha de interesar; por lo cual a Colón no
le interesa la cultura, o para dar un ejemplo más concreto, la lengua del otro, ya que la lengua
es necesaria para establecer una identidad; por lo tanto son los indígenas los que deben
aprender la lengua de Colón, y no al contrario. Colón lleva a estas tierras "paganas" la palabra
de Dios; es decir, el cristianismo.
Los españoles se creen seres superiores, por lo menos más que los indígenas (tal vez
en cierta manera es verdad); así que son los indígenas para los españoles "seres inferiores",
sean estos buenos o malos. Son estos indios los que deben asimilar la cultura española y no
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al contrario, aunque pueden existir algunos casos en los que suceda lo opuesto, como fue para
Guerrero. La gran contradicción de Colón es "si tantos países han buscado el honor de ser su patria,
es porque no tenía ninguna" ; es decir, Colón mismo fue un extranjero en su propio continente.
El siguiente punto, o historia, a tratar por Todorov es aún la conquista, pero esta vez la
conquista de uno de los más grandes imperios de América: la conquista de México . Será la
expedición de Hernán Cortés, en el año 1519, la que logra dominar este territorio, si bien "es la
tercera expedición que toca costas mexicanas" . Las anteriores no llegan a tener el éxito de ésta.
Cortés no es el típico conquistador; él no quiere riquezas temporales, él quiere vencer al otro,
y la mejor forma de vencerlo es conocerlo. Aquí se confrontan dos personajes distintos, con
dos culturas y visiones totalmente distintas. Uno será Cortés, el conquistador, y el otro será el
conquistado, Moctezuma; cada uno representante de su sociedad.
Las razones, por la cual Cortés y los españoles ganan la guerra son varias.
1. La primera se refiere a las distintas formas de comunicarse de ambas sociedades. La
comunicación de los Aztecas era ritual, no daba cabida a la improvisación; sin embargo "los indios
dedican gran parte de su tiempo y fuerzas a la interpretación de los mensajes, y que esta
interpretación tiene formas notablemente elaboradas, relacionadas con diferentes especies de
adivinación" .
Los aztecas se comunican con el mundo, no con los hombres; y aquí es donde
perderán contra los españoles. "Toda la historia de los Aztecas está llena de profecías
cumplidas, como si el hecho no pudiera suceder si no ha sido anunciado previamente" . La
ventaja que tienen los españoles sobre los Aztecas es que aquellos son impredecibles para éstos:
"La identidad de los españoles es tan diferente, su comportamiento a tal punto
impredecible, que sacude todo el sistema de comunicación, y los aztecas ya no tienen éxito
en lo que antes eran excelentes: la recolección de la información"
Éste principalmente es el problema de las profecías, ya que se ve el mundo a través del
pasado. Esto puede deberse también a la concepción cíclica del tiempo que poseen los indígenas
(los Aztecas, los Mayas), donde después de cierto momento el tiempo vuelve a empezar.
Asimismo los acontecimientos se repiten, es una noción muy distinta a la percepción lineal del
tiempo que tendría el mundo occidental. Por lo que no es de extrañar que muchas profecías se
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hayan realizado después de ocurrido el hecho; tal vez pasaba como pasa con el mito, el cual se
reestructura y se construye en el presente; aunque hable del pasado explica el presente, por lo que si
las antiguas profecías no podían explicar el presente por sí mismas (la llegada de los españoles), se
debía encontrar la forma en que si lo hiciera. "
2. Otra de las razones, por la cual la victoria estuvo de favor de Cortés, fueron las
mismas relaciones internas de los indígenas mexicanos: "El México de aquel entonces no es
un Estado homogéneo, sino un conglomerado de poblaciones, sometidas por los Aztecas,
quienes ocupan la cumbre de la pirámide". Así Cortés ya tiene dos vías para apoderarse de
México, sólo tiene que saber cómo utilizarlas y él lo sabe, está consciente de que mientras más sepa
sobre el otro, más posibilidades tiene de derrotarlos.
"La falta de escritura es un elemento importante de la situación, quizás el más
importante… es reveladora del comportamiento simbólico en general, y al propio tiempo de la
capacidad de percibir al otro" Entonces la escritura se ve como "indicio de las estructuras
mentales" . El mundo de los aztecas, es un mundo donde el pasado y la tradición son las cosas más
importantes.
Cortés y su grupo de conquistadores, aunque en algún momento sintieron admiración
por aquella sociedad azteca, la destruyeron. Pero, ¿por qué la destruyeron? Una de las
respuestas más sencillas, es porque no eran ellos; aunque conocían la sociedad nativa, no se
sentían identificados con ella. Eran sólo un objeto más a explotar; los indígenas no conocían el
cristianismo y lo que él implicaba, por lo que había que enseñárselos, les gustara a los indios
o no.
Otro personaje muy interesante para analizar, es la traductora de Cortés, la Malinche; ella es
uno de los ejemplos más tempranos del mestizaje cultural. Siempre la recordaremos como india,
pero se asimila, tanto que pudo jugar también al papel del español, ya que si no hubiese existido
alguien que jugara su papel tal vez a Cortés se le hubiese dificultado mucho más la victoria. La
Malinche, aunque es la traductora de grupo nominalmente, es simbólicamente mucho más que
eso, es la indígena asimilada. Además, es mujer en una sociedad donde ser mujer y además
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indígena sería un delito, en donde no existes si lo eres. La Malinche nunca más podrá ser
indígena, y tampoco será considerada española.
Podemos concluir para este capítulo de la historia que "La conquista de la información lleva
a la conquista del reino" ; en este caso de la conquista de México, "el objetivo de la conquista es
extender la religión cristiana, en la practica, el objetivo religioso es uno de los medios que
asegura el éxito de la conquista"
Debemos mencionar que existen diferencias fundamentales, entre conocer, querer y
comprender; no necesariamente el que conoce, comprende, este muy seguramente fue el
caso de Cortés, como explica Todorov "Los autores españoles hablan bien de los indios; pero
salvo casos excepcionales, nunca hablan a los indios" . Pero esto no sólo se limita al caso de los
españoles, podríamos hablar de los europeos en general, o de la humanidad en general; realmente
son muy pocos los casos en los que se llega a comprender y dejar ser al otro, sin imponer ninguna
condición. Por lo tanto no puede existir dialogo sin igualdad, el otro debe ser visto como un ser
igual al yo. El diálogo sólo puede existir entre iguales.
Los indios, vistos como seres inferiores, perdieron su identidad "la destrucción de los
indios en el siglo XVI (se ve) desde dos puntos de vista el cualitativo y el cuantitativo" (Ídem.). El
primero se refiere al número de vidas indígenas perdidas; en menos de cien años se aniquila a casi
el 90% de la población nativa, y estamos hablando de una población estimada para el momento del
contacto de más de 80 millones de personas, sólo en América. Las causas son varias, y en todas
los europeos tienen responsabilidad tanto directa como indirectamente. Entre ellas podemos
señalar: las matanzas de indios; los malos tratos, es decir "las condiciones de trabajo
impuestas por los españoles" , las enfermedades traídas por los europeos fueron otras de las
causas de la reducción increíble de las sociedades indígenas. Las causas cualitativas se refieren
más a como los españoles atacaron sistemáticamente a los indígenas para asimilarlos,
algunas veces con ayuda de la violencia, otras veces con ayuda de los misioneros.
Pero, por qué los europeos le hacían la guerra a los indígenas, por una parte esta el discurso
de la diferencia de identidades; pero por otro esta la acción de enriquecimiento rápido, y de
ansias de poder, que anhelan muchos europeos, y si el fin justifica los medios, entonces, no
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es contradictorio, el usar a los indios como instrumentos para lograr riquezas inmediatas .
Aquí podríamos entonces diferenciar las muertes producidas por las sociedades indígenas y las
producidas por los europeos; es decir, los sacrificios y las matanzas, respectivamente.
"La matanza, revela la debilidad del tejido social, la forma en que han caído en desuso los
principios morales que solían asegurar la cohesión del grupo. Se realiza de preferencia lejos, ahí
donde la ley le cuesta trabajo hacerse respetar… La matanza está, entonces, íntimamente
relacionada con las guerras coloniales que se libran lejos de la metrópoli. Mientras más
lejanas y extrañas sus víctimas mejor será: se las extermina sin remordimiento,
equiparándolas, más o menos con los animales"
En cambio, el sacrificio, también llamado por Todorov homicidio religioso, resulta una
práctica totalmente contraría a la matanza; esta fortalece el tejido social, y asegura la cohesión del
grupo, además es un acto público, que tiene una explicación religiosa, sus víctimas deben ser
relativamente cercanas a la cultura que realiza el sacrificio.
Este problema del otro siempre nos llevara al debate entre la igualdad y la desigualdad, tal
vez el mejor ejemplo que tenemos de esto es la llamada "controversia de Valladolid"; en la cual se
encuentran dos figuras europeas notorias, que defienden cada uno, una posición en particular. Estos
dos personajes son Bartolomé de las Casas, y Sepúlveda, el primero a favor del trato igualitario
para los indígenas, y el segundo, a favor de la desigualdad, traducida en inferioridad del otro.
"Sepúlveda, apoya su argumentación en una tradición ideológica, de la que también sacan sus
argumentos los demás defensores de la tesis de la desigualdad" uno de los autores en el que se
basa Sepúlveda es Aristóteles, que establece la diferencia natural entre amos y esclavos
"Sepúlveda cree que el estado natural de la sociedad humana es la jerarquía, no la igualdad. Pero la
única relación jerárquica que conoce es la de superioridad/ inferioridad" . Además las relaciones de
inferioridad, de los indios se establecen en cierta medida de la carencia que tienen de algunos
bienes materiales, como el vestido, o el dinero, o incluso la ausencia de animales de carga, es
para Sepúlveda una excusa, para hablar de inferioridad; también lo son las diferencias culturales,
más evidentes, como el canibalismo, o el sacrificio, son para Sepúlveda sinónimos de
inferioridad, sin embargo, éste siempre va a tomar en cuenta las diferencias del otro como razones
de inferioridad.
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Por otro lado se encuentra la percepción de Las Casas, que surge de las enseñanzas de
Cristo, más que del propio cristianismo: "cualquiera puede volverse cristiano: a las
diferencias de hecho no corresponden diferencias de naturaleza" , y explicándolo de otra forma,
Todorov continua "Dios creó al hombre a su imagen; ofender al hombre es ofender a Dios
mismo" . Las Casas "incluso da un paso más, que consiste no sólo en afirmar la igualdad
abstracta, sino en precisar que se trata efectivamente de una igualdad entre nosotros y los
otros" Pero acaso se puede pensar en otro tipo de igualdad.
Sin embargo, en ésta época Las Casas no llega a conocer a esos otros, los ve
simplemente como extensiones de la identidad europea, no puede percibir, que los otros
tienen su propia identidad, y que ésta identidad es muy diferente, a la cristiana, o a la europea.
Por lo que "Hay que admitir que el retrato de los indios que se puede sacar de las obras de Las
Casas es netamente menor que el que dejó Sepúlveda: en realidad no aprendemos nada de
los indios" Los indios son simplemente un yo o un "ideal del yo" Pero la visión de Las Casas
va a cambiar drásticamente al final de su vida, ya que empieza a reconocer a ese otro y por lo
tanto a acercase a ellos, ya no se concentra en su lucha para la cristianización de las
poblaciones americanas, sino en la comprensión de estas.
Al final de su vida, Las Casas escribe en su testamento: …Dios ha de derramar sobre
España su furor e ira, porque toda ella ha comunicado y participado poco que mucho en las
sangrientas riquezas robadas y tan usurpadas y mal habidas, y con tantos estragos e
acabamientos de aquellas gentes…"
Estas palabras, a medias entre la profecía y la maldición, estable cen la responsabilidad
colectiva de los españoles, y no sólo de los conquistadores: para los tiempos futuros, no sólo
para el presente . Y anuncian que el crimen será castigado, que el pecado será expiado.
Numerosos acontecimientos de la historia reciente pare cen dar razón a Las Casas.
1) La esclavitud fue abolida hace unos cíen años, y el colonialismo a la antigua (a la
española) hace unos veinte.
2) Se han ejercido, y siguen ejerciéndose, numerosas venganzas contra ciudadanos
de las antiguas potencias coloniales, cuyo único crimen personal es a menudo su pertenencia a la
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nación en cuestión. Pienso que dos reacciones se imponen a aquel que ha tomado
conocimiento de la historia ejemplar de la conquista de América:
a) primero, que actos como ésos nunca lograrán equilibrar la balanza de los
crímenes perpetra dos por los europeos (y que en ese sentido son excusables);
b) luego, que esos actos sólo llegan a reproducir lo más condenable de lo que hicieron los
europeos, y nada es más triste que ver repetirse la historia —justamente cuando se trata de la
historia de una destrucción.
Vivir la diferencia en la igualdad: se dice más fácilmente de lo que se hace. Sm embargo,
varios personajes de mi historia ejemplar se acercan a esa meta, de diferentes maneras. En el plano
axiológico, Las Casas logra, en la vejez, amar y estimar a los indios no en fun ción de su propio
ideal, sino del de ellos: es un amor no unificador, podríamos decir que "neutro", . En el plano
de la acción, de la asimilación del otro o de la identificación con él, Cabeza de Vaca también
alcanza un pun to neutro, no porque fuera indiferente a las dos culturas, sino por que las había
vivido ambas desde el interior : de repente, a su alrede dor ya no había más que "ellos"; sin
volverse indio .
Por último, en el plano del conocimiento, un Durán y un Saha gún anuncian, sin realizarlo
plenamente, el diálogo de culturas que caracteriza a nuestro tiempo, y que encarna a nuestros ojos la
etnología, a la vez hija del colonialismo y prueba de su agonía: un diálo go en que nadie tiene la
última palabra, en que ninguna de las voces reduce a la otra al estado de simple objeto, y en
que uno saca venta jas de su exterioridad respecto al otro ; Durán y Sahagún, símbolos
ambiguos, por ser espíritus medievales; quizás esa misma exterioridad respecto a la cultura de su
tiempo sea la responsable de su modernidad, A través de estos diferentes ejemplos se afirma
una misma propiedad: una nueva exotopía , una afirmación de la exterioridad del otro que
corre pareja con su reconocimiento en tanto sujeto. Quizás haya en eso no sólo una nueva
manera de vivir la alteridad, sino también un rasgo característico de nuestro tiempo, como lo
eran el individualismo o el autotelismo para la épo ca cuyo fin empezamos a vislumbrar .
Solo puedo dar testimonio de mis intenciones, no del efecto que producen. He querido evitar
dos extremos.
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a) El primero es la tentación de hacer oír la voz de esos personajes tal como es en sí;
de tratar de desaparecer yo para servir mejor al otro.
b) El segundo es someter a los otros a uno mismo, convertirlos en marionetas cuyos
hilos están entera mente bajo nuestro control . No busqué entre los dos un terreno de compromiso,
sino la vía del diálogo. Interpelo esos textos, los tras pongo, los interpreto, pero también los
dejo hablar (de ahí la cantidad de citas), y defenderse. Esos personajes, de Colón a Sahagún, no
hablaban mi lenguaje, pero dejar al otro intacto no es hacerlo vivir, como tampoco lo es el
obliterar enteramente su voz. Cercanos y lejanos al mismo tiempo he querido verlos como uno de
los interlocutores de nuestro diálogo.
El amor "neutro", la justicia "distributiva" de Las Casas son parodiados, vaciados de sentido,
en un relativismo generalizado, donde todo vale lo mismo, con tal de elegir el punto de vista
apropiado; el perspectivismo lleva a la indiferencia y a la renuncia a todo valor. El descubrimiento por
parte del "yo" de los "ellos" que lo habitan va acompañado por la afirmación mucho más
aterra dora d e la desaparición del "yo" en el "nosotros", característica de los regímenes
totalitarios.
La historia ejemplar de la conquista de América nos enseña que la civilización
Occidental ha vencido, entre otras cosas, gracias a su superioridad en la comunicación
humana, pero también que esa superioridad se ha afirmado a expensas de la comunicación con el
mundo.
Al relatar y analizar la historia de la conquista de América, me he visto llevado a dos
conclusiones aparentemente contradictorias Para hablar de las fomas y de las especies de
comunicación, me coloqué primero en una perspectiva tipológica:
Los indios favorecen el intercambio con el mundo, los europeos, el intercambio con los
seres humanos; ninguno de los dos es intrínsecamente superior al otro, y siempre necesitamos los
dos a la vez: si ganamos en un plano, perdemos necesariamente en el otro.
Para mí, la solución de esta aporía no consiste en abandonar una de las dos afirmaciones,
sino más bien en reconocer, para cada even to, múltiples determinaciones, que condenan al
fracaso toda tentati va de sistematizar la historia. Esto es lo que explica que el progreso
tecnológico, cosa que sabemos demasiado bien hoy en día, no impli que superioridad en el
plano de los valores morales v sociales (ni tampoco una inferioridad). Las sociedades con
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escritura son más avan zadas que las sociedades sin escritura: pero se puede dudar si hay
que escoger entre sociedades con sacrificio y sociedades con matanza.
En otro plano, la experiencia reciente es desalentadora: el deseo de superar el
individualismo de la sociedad igualitaria y de llegar a la socialidad propia de las sociedades
jerárquicas se encuentra, entre otros, en los estados totalitarios..
La forma de discurso que se impuso a mí para este libro, la historia ejemplar, resulta también
del deseo de trascender los límites de la escritura sistemática sin "regresar" por ello al mito puro. Al
com parar a Colón con Cortés, a Cortés con Moctezuma, tomo concien cia de que las formas de
la comunicación, tanto producción como interpretación, aun si son universales y eternas, no
se ofrecen a la libre elección del escritor, sino que están correlacionadas con las ideo logías
en vigor, y por eso mismo pueden volverse su signo .
Yo no podía separarme de la visión de los "vencedores" sin renunciar al mismo tiempo a la
forma discursiva de la que éstos se habían apropiado. Siento la necesidad de quedarme con el relato
que más bien propone que impone; de volver a encontrar, en el interior de un solo texto, la
complementariedad del discurso narrativo y del discurso sistemático: de tal manera que mi "historia"
quizás se parezca más, en cuanto al género, y haciendo abstracción de toda consideración de valor,
a la de Herodoto que al ideal de muchos historiadores contemporáneos.
. No pienso que el relato de la conquista de América sea ejemplar en el sentido de que podría
representar una imagen fiel de nuestra relación con el otro; no sólo Cortés no es igual a Colón, sino
que nosotros ya no somos iguales a Cortés. Dice el dicho que si se ignora la historia se corre el
riesgo de repetirla; pero no por conocerla se sabe qué es lo que se debe hacer. Nos parecemos a
los conquistadores y somos diferentes de ellos. Pero su historia puede ser ejemplar para
nosotros porque nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, descubrir tanto las
semejanzas como las diferencias: una vez más, el conocimiento de uno mismo pasa por el
conocimiento del otro.
Para Cortés, la conquista del saber lleva a la del poder . Conservo de él la conquista del
saber, aun si es para resistir al poder. Hay cier ta ligereza en conformarse con condenar a los
conquistadores malos y añorar a los indios buenos, como si bastara con identificar al mal
para combatirlo. Reconocer la superioridad de los conquistadores en tal o cual punto no
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significa que se les elogie; es necesario analizar las armas de la conquista si queremos poder
detenerla algún día. Por que las conquistas no pertenecen sólo al pasado.
No creo que la historia obedezca a un sistema, ni que sus supues tas "leyes" permitan
deducir las formas sociales futuras, o siquiera presentes. Creo más bien que el hacerse
consciente de la relatividad, y por lo tanto de lo arbitrario, de un rasgo de nuestra cultura ya
es desplazarlo un poco, y que la historia {no la ciencia, sino su objeto) no es más que una serie
de esos desplazamientos imperceptibles
Ejemplos de las percepciones de los europeos hacia los otros, existen muchos, pero la
estructura subyacente entre ellos no cambia mucho, aunque si cambian las opiniones; vamos a tener
en cuenta siempre las nociones de igualdad/desigualdad, inferioridad/superioridad, el nosotros
y los otros. Como bien lo explica Todorov
"el descubrimiento del otro tiene varios grados, desde el otro como objeto, confundido
con el mundo que lo rodea, hasta el otro como sujeto, igual que yo, pero diferente de él, con
un infinito de número de matices intermedios, bien podemos pasarnos la vida sin terminar
nunca el descubrimiento pleno del otro"
Tal vez no es esto lo importante, sino el tratar de comprender y aceptar al otro.
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