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FACULTAD DE
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LA ENVIDIA EN EL CU Tflofc.;,bA, 't *
DE JOSE EMILIO PACHECO
TRABAJO DE TESINA
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE:
LICENCIATURA EN
LENGUA Y LITERATURA HISPANICA
PRESENTA
VELlA L SALAS GUTIERREZ
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UNAM – Dirección General de Bibliotecas
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,~
" INDICE
l. Introducción ............................................ 2
11. La envidia. Definiciones ............................... 10
1 La envidia desde el punto de vista de la religión .... 12
2 La envidia desde el punto vista de la filosofia ...... 16
3 La envidia en la literatura .......................... 19
111. Entorno al concepto de envidia ........................ 26
IV. "La zarpa" Análisis ................................... 29
V. Conclusiones ........................................... 44
,-'
I. Introducción
E l objetivo principal de esta
cuento del prolífico escritor
tesina
José
es analizar un
Emilio Pacheco,
ti tulado "La zarpa". En éste se subrayará el sentimiento
de la envidia como tema central de la historia.
Elegí este asunto por ser representativo de las
debilidades humanas. Del mismo modo creo que es importante
investigar los puntos de vista que sobre la materia tienen
las distintas disciplinas, como son: la religión, la
filosofía, y la literatura.
En principio, reseñaremos brevemente el tema de
la envidia a la luz de la religión y la filosofía, vistos
corno sentimiento de carácter universal. Posteriormente, el
análisis se ajustará primordialmente a la forma como la
literatura ha abordado el problema de la envidia.
Antes de emprender nuestro propósito, y para mayor
conocimiento sobre el autor del texto a trabajar, se hará
una breve semblanza de este gran escritor.
José Emilio Pacheco cuenta con una variada e
imprescindible obra. Nació en la ciudad de México el 30 de
junio de 1939. Ha escrito poesía, narración (cuento y
novela); divulgación cultural (investigación histórica,
2
Introducción
literaria, redacción editorial y periodismo); así como
otras formas literarias (traducciones y adaptaciones
teatrales y cinematográficas) .
La labor de divulgación cultural de Pacheco, a la cual
dedica gran parte de su producción literaria, comienza en
plena adolescencia: publicaciones estudiantiles, trabajo
de redacción editorial y la escritura de notas culturales.
Su talento fue reconocido cuando era muy joven, pues
apenas contaba con 20 años y ya figuraba en antologías al
lado de grandes poetas y escritores latinoamericanos.
Entre sus obras de poesía destacan: Los elementos de
la noche (1963); El reposo del fuego (1966); No me
preguntes cómo pasa el tiempo (1969); Irás y no volverás
(1973); Islas a la deriva (1976); Tarde o temprano, Desde
entonces y Trabajos en el mar (1980); Alta traición,
antología poética (1985); Miro la tierra (1986); Ciudad de
la memoria (1989).
En su obra narrativa muestra el mundo de la niñez, la
adolescencia y el apocalíptico deterioro de la ciudad de
México -excepto en Morirás lejos, ya que en este texto
considera diversos esquemas de persecución, como el racismo
y la guerra romana contra los jUdíos-, muestra de eso son
las siguientes obras: Morirás lejos (1967); Viento distante
(1969); El principio del placer (1972); Las batallas en el
desierto (1981); La sangre de Medusa (1990).
3
1"
Introducci6n
Cabe precisar que algunas de las obras narrativas no
llevan la fecha correcta de su primera publicación, puesto
que José Emilio Pacheco revisa Su trabajo de tiempo en
tiempo y las nuevas publicaciones aparecen corregidas y
aumentadas.
La obra de José Emilio Pacheco ha sido motivo de
reflexión y estudio constante por parte de la crítica.
Algunas de estas opiniones han sido elegidas y reunidas
por Hugo Verani en el libro La hoguera y el viento. Verani
señala que el trabajo de divulgación cultural de Pacheco
inicia precozmente, en 1957, en plena mocedad.
Publicaciones colegiales acopian su albor literario.
Elena Poniatowska comenta que José Emilio Pacheco a
los 23 años era ya un traductor excepcional del inglés, del
francés y del italiano. Son dignas de mencionar sus
traducciones de Mallarmé, de Rimbaud, de Montale, de
Beckett, sus aproximaciones a Alastair Reid, a Robert
Lowell, entre otros. Certifica de igual modo que es un
gran humanista, un erudito asombrosamente bien instruido y
un excelente lector.
Rosario Castellanos, al referirse a Los elementos de
la noche, muestra admiración de cómo José Emilio Pacheco
puede despojar la realidad y descubrir la poesía, la juzga
tan bien lograda que equipara esta poesía con la de Octavio
Paz y Jorge Guillén. Rosario Castellanos determina que:
4
'"
Introducción
José Emilio experimenta con las formas consagradas por la
tradición: el soneto, la lira, la casida, sin
estereotiparse y sólo para mostrar dominio. Con el mismo
decoro, utiliza el verso blanco y aun hace ejercicios de
traducción del inglés, el francés y el italiano. l
Algunos, críticos, como: Mario Vargas Llosa, José
Miguel Oviedo, Barbara Pockus Aponte y Jorge Ruffinelli
entre otros, coinciden en señalar a José Emilio Pacheco
como un gran poeta. No obstante que inicia muy joven su
labor poética, esta estaba muy lejos de ser inmadura; ya
que era muy difícil localizar fallas en ella, aun esperando
encontrarlas, asumiendo que por haber iniciado joven debía
tenerlas. También en la opinión de estos críticos, José
Emilio Pacheco debe figurar por mérito propio entre los más
grandes poetas como Xavier Villaurrutia, José Gorostiza,
Alfonso reyes y Octavio Paz.
La atinada observación apologista a la labor poética
de Pacheco, en el dictamen emitido por Mario Benedetti,
en relación con lo que proyecta su poesia, coincide con la
de Thomas Hoeksema. Benedetti expresa que los poemas de
Pacheco no transmi ten serenidad o quietud como la de un
lago, "sino más bien la tumultuosa búsqueda de una
identidad y la torrencial discordancia frente a un destino
1 Hugo J. Verani, La hoguera y el viento: José Emilio Pacheco ante la critica, p. 36.
----------------------
5
'.,
Introducción
inapelable" . 2 Esto contraviene las observaciones de Octavio
Paz, quien expresa que la poesía de Pacheco da la imagen
je un lago en reposo.
Asímisrno debemos añadir la opinión de Jorge Ruffinelli.
3egún él, no halla los términos apropiados para estimar la
?rosa de José Emilio Pacheco, ya que sus textos producen
vaguedad genérica:
[ ... ) no en vano el autor mismo se resiste a nombrar
cuentos a todos sus textos, y en cada oportunidad se
produce la ambigüedad genérica -narraciones,
pseudo apócrifos, micro cuento, texto, etcétera-. 3
cuentos,
Por último, hay que tomar en cuenta la impresión de
4aría del Carmen Millán, quien, en su Antología de cuentos
~exicanos, dice de Pacheco:
Desde muy joven José Emilio Pacheco dio muestras de sus
aptitudes para ejercer el oficio de las letras, en varias
direcciones, con seriedad y creciente maestría. Sus viajes
de estudio al extranjero, su constante ejercicio en diarios
y revistas literarias, presentan a un investigador
informado y riguroso, y a un narrador que elige sus
recursos estilísticos lo mismo entre los de la más pura
tradición
avanzadas. 4
Ibid., p. 127. Ibid., p. 177.
literaria que entre las corrientes
Maria del Carmen Hillán, Antologia de cuentos mexicanos, 111, p. 157.
más
6
Introducci6n
Hablar sobre la variadísirna obra de José Emilio
Pacheco sería muy pretencioso. Por lo tanto, sólo me
referiré a la obra narrativa, El principio del placer ya
que dentro de ésta se encuentra incluido el cuento "La
zarpa".
El principio del placer reúne cinco cuentos y una
novela corta (o cuento largo, en opinión de algunos
críticos), la cual da título al libro.
La novela corta está organizada a manera de diario.
En ella no hay una segmentación cronológica por días,
como podría esperarse que cumpliera un diario, sino que
está ordenada por pequeños asteriscos, que son los que
dividen el paso del tiempo. En ella se advierte la
inclusión de elementos realistas: la nostalgia del
doloroso proceso que involucra el crecer, la madurez, el
despertar sexual de los adolescentes. Así el lector se va
informando paulatinamente de la problemática de Jorge,
personaje principal de la historia.
Los cuentos de El principio del placer incluyen temas
reales y fantásticos (que tienen elementos no verosímiles
como el desfasamiento o sobreposición del tiempo y
contacto con personas que vivieron en otra época o
desaparecieron de la Tierra sin dejar huella) .
Entre los llamados cuentos fantásticos encontramos
los sobrenaturales y los maravillosos, de los primeros
7
.>
"
"
Introducci6n
podemos mencionar "Langerhaus", "Cuando salí de la
Habana, válgame Dios" y tenga para que se entretenga;
como maravilloso, "La fiesta brava".
"Langerhaus" es una narración con un tema de doble
personalidad. Gerardo, narrador y personaje principal,
imagina la muerte de un compañero de escuela, quien a su
vez, es él mismo.
"La fiesta brava" es una historia que muestra una
sangrienta parodia de dos culturas extinguidas en dos
cuentos paralelos, el del personaje principal y el que
éste a su vez va narrando.
"Tenga para que se entretenga" inicia con un informe
detallado de una investigación sobre un niño desaparecido
de manera misteriosa en el Bosque de Chapultepec.
"Cuando salí de la Habana, válgame Dios" es el más
fantasioso de los cuentos. En él, un viaje de tres días
se convierte en un viaje de un siglo.
El cuento llamado "La zarpa" lo comentaré de manera
particular en el capítulo respectivo al análisis. Por
ahora sólo mencionaré que "La zarpa" se presta para hacer
diferentes interpretaciones. Aunque algunos críticos han
señalado este cuento como fantástico, es notorio que
tiene mucho de realidad y actualidad, porque se trata de
investigar la envidia, un sentimiento que no pasa de
moda. No se constriñe al paso del tiempo o lugar,
8
,0'
;,
Introducci6n
sobrevive a todas las épocas, y solamente se acaba cuando
los involucrados también lo hacen. Cuando dejan de
existir.
No he localizado en la crítica o el análisis trabajos
que se hayan dedicado exclusivamente a la tarea de
indagar los componentes que integran esta narración,
sobre todo si se toman en cuenta referencias
significativas de la psicología.
En suma, el punto fundamental de esta tesina es
examinar el cuento "La zarpa", tomando en consideración
la pasión e la envidia.
Al seleccionar este cuento me ha parecido muy
importante considerar los puntos de vista que asumen
ante esta temática algunas disciplinas, como la religión,
la filosofía y, sobre todo, la literatura.
Para trabajar el cuento he elegido un
francesco Alberoni, el cual lleva por
ensayo
título
de
Los
envidiosos. También una compilación hecha por carlos
Castilla del Pino, titulada La envidia. Al mismo tiempo,
indagaré y confrontaré el obj eto a estudiar, el
sentimiento de la envidia, puesto que éste es el tema
primordial de la historia mencionada.
9
"
/,
Ir La envidia. Definiciones
La envidia entra por los ojos. Dante Alighieri
El cristianismo la contempla corno la raiz del pecado. Para la filosofla es el origen del drama. La literatura, al presentarla, combina lo anterior.
Desde tiempos inmemoriales el hombre se ha dejado
llevar por sus pasiones, el amor y el odio dependen
de sus ambiciones. Virtudes y pecados. Hemos de
preguntarnos, ¿son intrínsecos al hombre?
A continuación citaré algunas definiciones sobre la
envidia encontradas en diferentes textos.
El Diccionario Enciclopédico Salvat define: Envidia
(Del lato Invidia). f. Tristeza o pesar del bien ajeno.
Sentimiento de animadversión contra el que posee una cosa
que nosotros no poseemos o no podemos conseguir. Deseo
ardiente de poseer algo igual a lo que tiene otro.
La envidia es uno de los siete pecados capitales,
como lo es la avaricia, la codicia, pereza, gula, ira y
la soberbia.
En Perspicacia para comprender las escrituras leernos
la siguiente definición: "Envidia. Pesar o padecimiento
10
,.
Envidia
por razón de las pertenencias, prosperidad, ventajas,
posición o reputación ajenas. Las personas envidiosas
desean lo que tienen los demás, y suelen pensar que los
que poseen el objeto de su deseo no se lo merecen".5
Más adelante, en el mismo texto, leemos:
La palabra hebrea qin'ah puede referirse, según el
contexto, a celo, ardor, insistencia en la devoción
exclusiva, o bien a los celos y la envidia, a diferencia
del término griego fth6 nos, que siempre tiene una
connotación negativa y significa envidia. 6
En pocas palabras, la envidia, según las definiciones
presentadas. Es un sentimiento que destruye a quien lo
padece.
Jperspicacia para comprender las escrituras, Broklin, New York Watchtower Bible and Track Siciety of New York, Inc., p.B23. " Ibld.
11
"
Envidia
II.l La env~dia desde el punto de v~sta de la re1~g~6n
Algunas de las primeras manifestaciones de la envidia
las encontramos en la Biblia, concretamente en el
Antiguo Testamento.
En La Sagrada Biblia que consultamos, edición 1992,
se localiza a modo de epígrafe en el capítulo 4 lo
siguiente: "Nacen Caín y Abel, Caín lleno de envidia mata
a su hermano; su obstinación, castigo y descendencia".
(Gen 4)
Hallamos expresado lo que aconteció con los hijos de
la primera pareja creada por Dios, quien provoca la
envidia de Caín, dando preferencia a los ofrecimientos de
Abel y desdeñando el tributo del primero:
y aconteció al cabo de mucho tiempo que Caín presentó al
Señor ofrendas de los frutos de la tierra. Ofreció
asimismo Abel de los primerizos, y de lo mejor de ellos;
y el Señor miró con agrado a Abel y a sus ofrendas. Pero
de Caín y de las ofrendas suyas no hizo caso; por lo que
Caín se irritó sobremanera, y decayó su semblante. [ ... ]
Dijo después Caín a su hermano Abel: Salgamos fuera. Y
estando los dos en el campo, Caín acometió a su hermano
y le mató. (Gen 4,3-5,8)
12
.'
"
Envidia
Otro pasaj e bíblico que tiene como elemento importante
la envidia es la historia de José y sus hennanos. Jacob
tenía doce hijos, nacidos de cuatro mujeres distintas.
Jacob, después llamado Israel, amaba profundamente a su
hijo José, por haberlo procreado en la senectud y además
por ser hijo de Raquel, su segunda esposa, a la que más
quería. Al ser José el preferido de su padre de entre
doce hermanos, y al recibir frecuentes muestras de
cariño por parte de éste, sus hermanos no lo querían,
envidiaban la situación de José y tenían pretensiones de
deshacerse de él. Primero lo encierran en un pozo y
después lo venden a un grupo de comerciantes que se
dirigían a Egipto.
José tuvo dos sueños: en el primero ve que su garba
se levanta más grande y derecha que las de sus hermanos
y que puestas alrededor adoraban la suya; en el segundo
mira cómo el sol, la luna y once estrellas lo
reverenciaban. A lo que su padre, interpretando los
sueños, comentó: "[ ... ] ¿por ventura yo y tu madre y tus
hermanos postrados por tierra te habremos de adorar? De
aquí que sus hermanos le miraban con envidia; mas el
padre consideraba estas cosas". (Gen 37 10-11)
El Catecismo de la Iglesia Católica contempla la
envidia como uno de los siete pecados capitales: "Según
San Juan Casiano y San Gregorio Magno los pecados son
13
¡,
• l
Envidia
llamados capitales porque generan otros pecados, otros
vicios: son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira,
la lujuria, la gula y la pereza" .. 7
En otro apartado del mismo catecismo se expone:
La envidia es un pecado capital, manifiesta la tristeza
experimentada ante el bien del prójimo y el deseo
desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida.
Cuando desea el prójimo un mal grave es un pecado
mortal; según San Gregario Magno de la envidia nacen el
odio, la maledicencia, la calumnia, la alegría causada
por el mal del prój imo y la tristeza causada por la
prosperidad. 8
Posteriormente encontramos la siguiente información
acerca de este pecado:
La envidia representa una de las formas de la tristeza
y, por tanto, un rechazo de la caridad; el bautizado
debe luchar contra ella mediante la benevolencia. La
envidia procede con frecuencia del orgullo, el bautizado
ha de esforzarse por vivir con humildad. 9
En resumen, diremos que el décimo mandamiento:
Catecismo de la Iglesia Católica, p. 427. Ibid., p. 558 . Ibid., p. 559.
14
.,
"
Envidia
No desearás los bienes ajenos. Exige que se destierre
del corazón humano la envidia. El profeta Natán, cuando
quiso provocar la contrición del rey David, le contó la
historia del pobre que s6lo poseía una oveja, a la que
trataba como una hija; y del rico que, a pesar de tener
numerosos rebaños, envidiaba al primero y acabó por
robarle la cordera. (Sam 2 12,2-4)
Por último, vale la pena enfatizar lo que el Catecismo de
la Iglesia Católica puntualiza sobre la envidia:
La envidia es una de las obras despreciables de la carne
que se interpone en el camino hacia el Reino de Dios
(Gal 5,19-21). Todos los que persistan en ella son
merecedores de la muerte (Rom 1,29-32). Sin embargo, con
la ayuda del espíritu de Dios es posible evitar la
envidia (Gal 5,22-26), (Tit 3,3-5) (lPe 2:1.)".
Asimismo, se remarca que la envidia fue una de las causas
de la muerte de Jesús:
La respuesta favorable de la gente al mensaje de Jesús
susci tó la envidia de los sacerdotes principales y de
muchos ancianos judios. Su envidia alcanzó cotas
insospechadas cuando entregaron Hijo de Dios a Pilatos
para que éste dictara su sentencia de muerte. 10
10 Perspicacia pdra comprender las escri turas, p. 823.
15
Envidia
II.2 La envidia desde el punto de vista de la fi1osofia
La filosofía es la disciplina que más se ha ocupado de
la envidia como pasión, como el principio del drama
humano.
La correspondencia que hallamos entre la filosofía y
la envidia la expresan los mismos filósofos a través de
abundantes disertaciones. En ellas han plasmado
cuantiosas opiniones. Esto ha sucedido en el trascurso de
todos los tiempos, desde los filósofos más antiguos hasta
los coetáneos.
Por lo cual, citaremos primero lo que dice
Aristóteles acerca de las emociones, circunscribiendo en
ellas por supuesto la envidia: "Llamo pasiones, al deseo,
la cólera, el temor, la audacia, la envidia, la alegría,
el sentimiento amistoso, el odio,
emulación, y la piedad [ ... ]".11
y continúa líneas más abajo:
la añoranza, la
El celo por la justicia es el término medio
entre la envidia y la alegría del mal ajeno.
Estas disposiciones tienen por materia el gusto
11 Arist6teles. ttica Nicornaquea. POlítica. p. 21.
16
"
Envidia
° pesar motivados por las fortunas de nuestros prójimos.
El justiciero se aflige de que prosperen quienes no lo
merecen, mientras que el envidioso, exagerando en esto,
de todo se contrista. 12
Spinoza, otro reconocido filósofo, distingue dos
tipos de pasiones: la envidia y el odio. Para él la
envidia se reconcentra en el odio; es decir, para éste
autor la envidia tiene su origen en el odio y la sola
presencia del envidiado recuerda al envidioso cuánto le
falta a él. "Esas afecciones del Odio y las que se le
asemej an, se reconcentran en la Envidia, que no es otra
cosa que el Odio mismo en cuanto se le considera como
disponiendo a un hombre a alegrarse del mal del otro, y a
contristarse con su bien". 13 Pero, parafraseando un poco
al mismo autor, es un Odio lleno de amor¡ dicho de otra
manera, el otro desea tener las cualidades que aquél
tiene, lo cual es la raíz de su envidia, muy en el fondo,
según René Descartes, "es el mal que causa el bien": el
envidioso siente admiración por el envidiado, pero no lo
reconoce.
Por otro lado, Descartes en el Tratado de las
Pasiones del Alma, artículo CLXXXIl, amplía el concepto
de envidia:
12 Ibid. p. 25. lJ Baruch Spinoza, ttica, p. 143.
17
.,
Envidia
Lo que se llama comúnmente envidia es un vicio que
consiste en una perversión de naturaleza, que hace que
algunos se disgusten por el bien que ven que les ocurre
a los demás. Pero yo amplio aqui esta palabra para
designar una pasión que no es siempre viciosa. La
envidia, pues, considerándola como una pasión, es una
especie de tristeza mezclada de odio, que viene de que
se ve cómo le sobreviene un bien a quienes se considera
que son indignos de él. 14
La opinión de Thomas Hobbes concerniente a la envidia
es muy similar a la expresada por la mayoría de los
filósofos. El hombre encuentra placer en las desventuras
de los demás. La riqueza del antagonista, honor u otros
bienes lacera y hace sentir mal físicamente al envidioso.
Finalmente, Carlos Gurméndez, en Tratado de las
Pasiones, opina sobre el terna dilucidado: "La envidia es
una pasión atormentada por la dualidad: odia con
violencia, desea suprimir al otro y al mismo tiempo se
preocupa, vela por él, no puede vivir sin su presencia".lS
Considero útil, hace notar lo trascendente que
resulta el terna y como fue y es motivo de preocupación
para los filósofos.
14 René Descartes, Discurso del método. Tratado de las pasiones del alma, p. 187. IS Carlos Gurméndez., Tratado de las Pasiones, p. 73.
18
.,
. '
- --- -----------------
Envidia
II.3 La envidia en la literatura
en todos sus géneros, donde E n la literatura,
centraremos nuestra atención, por la importancia que
tiene para nuestro trabajo.
Tradicionalmente, la envidia la vamos a encontrar en
los primeros cuentos populares, trasmitidos en forma oral
y con carácter didáctico.
Ejemplo de éstos son los cuentos árabes, persas,
indios I egipcios I etc. Las narraciones de las diversas
mitologías: griega, china, rusa y muchas más. De los
cuentos más divulgados tenemos "Blanca Nieves y los siete
enanos", "La Bella Durmiente", "La Cenicienta", "Alí Baba
y los cuarenta ladrones" I "Aladino y la lámpara
maravillosa", "El visir Yunán y el médico Ruyán", "La
tiznada" I "El espejito mágico" y muchos, que representan
un enorme muestrario sobre el tema señalado.
El tema también ha sido tratado en diferentes obras
anónimas de la Edad Media, de tradición oral popular.
Como ejemplo tenemos los cantares de gesta. Recuérdese
únicamente el Poema de Mío Cid, en el cual la expulsión
de Rodrigo Díaz de Vivar es ocasionada por la envidia que
García Ordóñez siente por los privilegios, y
consideraciones que el rey Alfonso le otorga .
19
-,
,l
Envidia
Varios siglos después en Italia hallamos a un gran
escrito. Dante Alighieri, poeta iniciador del
Renacimiento, que ahondó igualmente en el pecado de la
envidia. Él afirma que ésta es originada en el
interior, pero se nos presenta en el exterior: entra por
los ojos y trabaja sutilmente. Así lo advierte en La
Divina Comedia.
Dante nos muestra que la envidia se limpia en el
Purgatorio. En uno de los cantos de su obra fundamental,
Dante y su guía, Virgilio, se encuentran con "las almas
de los envidiosos, a quienes oyen recitar la letanía de
los Santos. Los envidiosos están cubiertos de un cilicio,
y sus párpados cocidos con alambre". 16
Los poetas se lamentan de esa situación tan ingrata
que pesa sobre las almas envidiosas,
recorren
Virgilio:
parte de la montaña.
al mismo tiempo que
Dante interroga a
-¡Oh!- dije yOI Padre: ¿qué voces son éstas?-. Y según
lo estaba preguntando, se oyó 1 [una voz] que decia: Amad
a aquellos de quien hayáis recibido mal. Y contestó el
buen Maestro: -En este circulo se castiga el pecado de
la envidia, y los instrumentos de castigo son palabras
16 Dante Alighieri, La Divina Comedia, p. 238.
20
.,
"
Envidia
llenas de amor. El freno para los envidiosos debe
significar todo lo contrario. l1
Reiteradamente, Dante interroga, dirigiéndose a los
espíritus que lo rodean, si espectro alguno se halla
dispuesto a relatarle el porqué se encuentra en el
Purgatorio y cuál es la condena atribuida para purificar
su alma. Y obtiene la siguiente respuesta:
No llegué a ser sabia, aunque tuviera nombre de tal,
porque me complacía en el mal ajeno, que en mi propia
dicha¡ y para que no creas que te engaño, oye si fui
insensata, como te digo. La mitad de mi vida había ya
traspuesto, cuando mis conciudadanos salieron al campo
contra sus enemigos, cerca de Cale, y yo pedía a Dios lo
que él ya había resuelto. Fueron allí destrozados y
puestos en el amargo trance de la fuga¡ y viendo yo su
desgracia, experimenté una alegria, que nunca la sentí
igual, tanto que levante mi frente procaz al cielo,
gritando a Dios: "Ahora ya no te temo" .16
Posteriormente, en el siglo XVI un poeta, fray Luis
de León sufrió en carne propia las consecuencias de la
envidia. La erudición y sabiduría que acumuló mediante
el estudio le dieron infinidad de triunfos. Éstos
avivaron una
11 /bid., p. 239. 'l/bid., p.241.
terrible envidia en algunos de sus
21
.,
"
Envidia
coetáneos, que lo culparon de ascendencia judía y otras
ignominias. La siguiente cita de Joaquín Antonio
Peñalosa, ilustra perfectamente lo que fue
vida:
parte de su
Tantos éxitos en la cátedra, suscitaron envidiosos
rivales que lo acusaron ante la Inquisición de supuestas
ascendencias j udlas; de menospreciar la Vulgata o
traducción latina de la Biblia realizada por San Jerónimo
[ ..• ] y de haber compuesto y difundido sin la necesaria
licencia eclesiástica, una versión española del Cantar de
los Cantares. 19
Durante los cinco años que estuvo prisionero trabajó
admirablemente. En los antiguos muros de la prisión en
donde permaneció"
décima:
sin luz tanto tiempo se lee esta
Aqui la envidia y la mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa, y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso. 2o
19 Fray Luis de León, La perfecta casada, p. XII. zo Ibid., p. XIII.
22
.,
Envidia
Otro gran escritor que no se puede dejar de nombrar,
ya que algunos de los temas que lo ocupan están
íntimamente relacionados con la envidia, es
Shakespeare.
William
Una muestra de este tópico lo tenemos en el
drama Julio César, uno de cuyos ejes argumentales es la
envidia. Casio le propone a Bruto aniquilar a César,
antes de que lo coronen rey. También deben matar a Marco
Antonio para protegerse de riesgos futuros. Después de
haber sido sacrificado César por los conspiradores en el
Capitolio. Antonio solicita a los homicidas lo dejen
expresar las postreras palabras para honrar la muerte de
su fiel compañero. La petición es permitida. Y Antonio se
dispone a informar a los ciudadanos romanos sobre el
asesinato de su gran amigo: "Ved; por aquí penetró el
puñal de Casio. Mirad qué rasgadura hizo el envidioso
Casca. Por esta otra hirió Bruto, el bien amado [sic1". 21
En Conclusión, queda enfatizado en esta tragedia que
la envidia por obtener el poder fue uno de los elementos
primordiales que llevaron a determinados patricios a
concebir y ejecutar el crimen de Julio César.
Otelo, otra obra dramática de Shakespeare, igualmente
vamos a descubrir el tópico de la envidia.
ZI Ibid., p. 221.
23
.,
. ,
Envi.dia
No podemos de dejar de mencionar a Miguel de Unamuno y
su novela Abel Sánchez, obra concebida para demostrar lo
que es la envidia. Joaquín Manero, personaje principal
del texto mencionado, reflexiona sobre lo que escucha de
boca de sus pacientes, cuando no encuentran explicación a
lo que ocurre a su alrededor:
Estas gentes del pueblo todo lo atribuyen a bebedizo o a
las envidias ... ¿Que no encuentran trabajo? .. ¿Qué les
sale algo mal? Envidias. El que todos sus fracasos los
atribuye a ajenas envidias es un envidioso. ¿Y no lo
seremos todos? ¿No me habrán dado un bebedizo?22
Abel Sánchez, personaje antagónico en la novela
homónima, es el blanco de las envidias sufridas por
Joaquín Manero. Así lo manifiesta en su momento a su
confesor:
-Le odio, padre, le odio con toda mi alma, y a no creer
como creo, a no querer creer como quiero creer, le
mataría ...
-Pero eso, hijo mío, eso no es odio; eso es más bien
envidia.
-Todo odio es envidia, padre; todo odio es envidia. 23
n Miguel de Unamuno, Abel Sánchez, pp. 45 Y 46 . 23 Ibid., p. 73.
24
..
..
. '
Envidia
Asimismo Monero antes de morir confiesa a su hija
Joaquina, que toda la vida le tuvo envidia a Abel, su
hija le suplica que calle, porque es un pecado terrible,
pero él quiere descargar su conciencia:
-¡Padre, padre! Suplicó la hija.
-¿Por qué he sido tan envidioso, tan malo?
¿Qué hice para ser as1? ¿Qué leche mamé? ¿Era
un bebedizo de odio?z4
Para finalizar, y también dentro del teatro, en
~ersi6n modernizada, el tema de la envidia es tratado por
el dramaturgo Emilio Carballido Medusa. Medusa revela a
Perseo el origen de su cabello de serpientes. En el
pasado ella poseía la cabellera más hermosa. En un
concurso fue elegida ganadora, entre veinte jóvenes,
todas hermosas. Atenea la castigo por pavonearse
haciéndole surgir serpientes en vez de cabello.
-Atenea vio el concurso; me oyó pavonearme. [ ... ] Los
dioses tienen envidia, Perseo. Los dioses no tienen limites,
lo saben todo, la eternidad es suya, por eso envidian esa
fiebre mortal de los mortales. 25
24 Ibid., p. 150.
25 Emilio Carballido, Teatro, p. 111 .
25
Envidia
III. Entorno al concepto de envidia
Hasta este momento, he hablado de manera general de lo
que significa la envidia. Establezco que la envidia
como pasión daña más al envidioso que al envidiado.
El análisis que hago en el capítulo siguiente quedará
aún mas clara esta afirmación.
En primer lugar se comentarán algunas disquisiciones
respecto a la envidia señaladas por Francesco Alberoni.
Después, lo que puntualiza sobre el mismo tema
castilla del Pino.
Carlos
Francesco Alberoni sugiere que la "envidia es un
sentimiento afásico. Y es un sentimiento vergonzoso. Es
algo que no le decimos a nadie y que nos cuesta admitir
incluso frente a nosotros mismos". 26 A este tenor define:
"La envidia es perversidad hacia los demás cuando
pensamos que la sociedad, el mundo, no son
suficientemente buenos para con nosotros. Es un veneno
que esparcimos y con el cual intoxicamos el ambiente". 27
Resalta este mismo crítico que existen dos raíces
fundamentales de la envidia. En la primera, se desea ser
y tener lo que tienen los otros, y cuando no se tiene, se
rechaza y se desvaloriza al sujeto u objeto deseado. y la
~ Francesco Alberoni, Los envidiosos, p. 30. 21 Ibid., p. 15.
26
Envidia
segunda nace de la comparación con otro u otros. Esto
sucede desde temprana edad, cuando surge la confrontación
con el hermano, con el primo, los amigos, el vecino. Se
siente envidia del próximo y semejante, por edad o
reputación, pues cada cual se cree merecedor de lo que
tienen sus iguales.
Para Carlos Castilla del Pino:
La envidia es una conducta ( ... 1 pero que deviene una
forma de vida, la del envidioso. Forma de vida que a su
vez da lugar a nuevas conductas envidiosas, más
sofisticadas, más complejas, por cuanto el sujeto trata
de ocultarla ante los demás por su carácter inmoral. 28
Castilla del Pino apunta que una de las
características esenciales de la envidia es la negación:
Una de las peculiaridades de la actuación envidiosa es
que necesariamente se disfraza o se oculta, y no sólo
ante terceros, sino también ante si mismo. La forma de
ocultación más usual es la negación: se niega ante los
demás y ante uno mismo sentir envidia. 29
Castilla del Pino cita a Alibert para subrayar el
oprobio que invariablemente arrastra la envidia: "La
28 Carlos Castilla Del Pino, La envidia, p. 14. 29 Ibid., p. 25.
27
,-------------------------
Bnvic1ia
envidia es una aflicción vergonzosa que procuramos
disimular con cuidado porque nos degrada y humilla a
nuestros propios ojos".'o De acuerdo a Castilla del Pino,
toda interacción envidiosa implica también odio: "La
envidia es fundamentalmente una relación de odio, pero de
carácter diádico. El envidioso odia al envidiado, por no
poder ser como él; pero también se odia a si mismo por
ser quien es o como es".31
Para cerrar este capítulo diré, que la a relación
entre el envidiosos y el envidiado es considerablemente
complicada y se puede dar exclusivamente en una sola
dirección, es decir,
no a la inversa,
del envidioso hacia el envidiado,
entre otras razones porque con
frecuencia este último ignora la envidia que despierta
en otro u otros.
30 Alibert. Citado por. Carlos, Castilla del Pino, en: La envidí,g, p. 26. 31 Ibíd., p. 36.
28
IV. "La zarpa". Análisis
Para facilitar el estudio de "La zarpa"
paralelamente el resumen y el análisis del
haremos
cuento.
(En lo sucesivo se tomarán las citas del texto El
principio del placer, de José Emilio Pacheco cuarta
reimpresión: 1998 ediciones Era) .
La narradora-protagonista se llama Zenobia, una mujer
de aproximadamente setenta años. Toda la narración ocurre
en una iglesia y a través de las palabras que dirige al
sacerdote conocemos la historia completa de su vida.
El elemento central de la confesión es la envidia que
ha acumulado Zenobia hacia Rosalba.
Al inicio de la historia, Zenobia da rodeos para
llegar al fondo de lo que a ella le interesa decir, no
sabe cómo dar principio a su confesión, ni en qué tono
dirigirse al sacerdote. Teme la censura que consiga
despertar en el ánimo de éste. Ella ha reconocido que su
vida ha estado marcada por un grave pecado capital: la
envidia.
Después de estar ocultando y alimentando durante
muchos años este sentimiento, por fin ese día se atreve a
revelarlo a alguien que no va a reprobar o juzgar su
conducta, pues la obligación de un sacerdote es guardar
el secreto de confesión. Por lo tanto, el sacerdote es la
29
Anál.isis
persona indicada para revelarle lo que ha procurado
esconder día a día a lo largo de su existencia. Zenobia
sabe que el aceptar abiertamente los sentimientos
negativos que ha guardado hacia Rosalba la hará sentirse
disminuida, avergonzada y humillada ante la presencia,
real o virtual, de Rosalba. Pero está decidida y, con
suma tranquilidad, va exponiendo detalladamente el motivo
de su visita al confesionario.
La opinión de Francesco Alberoni en Los envidiosos
se ajusta a la conducta, actitud y ánimo en que se
encuentra Zenobia cuando resuelve hablar de sus malas
pasiones:
f ••• 1 estamos dispuestos a hablar de nuestra envidia en
situaciones en las cuales suponemos que podremos
desembarazarnos de ella [ ... 1 . Hablar de nuestra
envidia significa hablar de nuestras esperanzas más
secretas, de nuestros sueños más íntimos y de nuestros
fracasos, de nuestra incapacidad, de los limites
insuperables que
mismos. 32
encontramos dentro de nosotros
Zenobia abre la confesión sin ir al fondo del
problema, parlotea sobre el lugar en el que vive, hace
hincapié en la tranquilidad y comodidad que era el vivir
en espacios pequeños y en donde todos se conocían.
n Francesco Alberoni, Los envidiosos, p. 30,31.
30
•
Análisis
Compara las situaciones ya perdidas y la manera de cómo
se ha ido transformando todo al paso del tiempo. Luego,
se justifica con el eclesiástico porque divaga sin entrar
en materia. Le explica que está sola, y no tiene la
costumbre de hablar: "Ay, padre, qué vergüenza, si
supiera, jamás me había atrevido a contarle esto a nadie,
ni a usted". 33 La narradora tiene conciencia del pecado
que va a confesar y previamente solicita disculpas al
sacerdote, razonando sobre lo que ha hecho durante casi
toda su vida: compararse con Rosalba y sentir una
espantosa y terrible envidia hacia ella.
Alberoni comenta al respecto: "La punzada de la
envidia es una envidia completa. Es confrontación,
descubrimiento de la propia nulidad y de la propia
impotencia, es rabia y agresividad contra el otro, es
conciencia de la envidia y vergüenza de experimentarla". 34
Zenobia, examinando su pasado, descarga su
conciencia. Rememora los paseos que ella y Rosalba hacían
en compañía de sus madres: "Nos llevaban juntas a la
Alameda, y a Chapultepec. Juntas nOs enseñaron a hablar y
a caminar". 35 Se conocieron desde niñas. Nacieron en la
misma colonia y durante muchos años fueron vecinas.
,3,3 Pacheco, p. 59. 34 Francesco Alberoni, Los envidiosos, p. 43. 3~, Pacheco, p. 59.
31
"
Anál.isis
Frecuentaron las mismas escuelas, desde la de párvulos
hasta la preparatoria.
Después, entre desahogos, lamentos y quejas, Zenobia
interroga al sacerdote, sin esperar respuesta: "Ay,
padre, ¿por qué las cosas están tan mal repartidas? ¿Por
qué a Rosalba le tocó lo bueno y a mí lo rnalo?,,36 Zenobia
se cree desagradable y poco atractiva, por eso se
subestima, y como dice Alberoni: "El envidioso admira al
envidiado, quisiera ser como él, encontrarse en su
situación. Siente la fascinación del envidiado". 37
Rosalba era físicamente muy hermosa y poseía, además,
otras cualidades, corno la inteligencia y la nobleza de
corazón. Mientras tanto, se nos dice que Zenobia era
díscola, mezquina y envidiosa. Por lo tanto, todo el que
conocía a Rosalba deseaba estar con ella y en la escuela
los muchachos se enamoraban con facilidad de ella.
Zenobia sólo guarda malas remembranzas de su paso por
la escuela. Los recuerdos se agolpan en su mente y todos
ellos le resultan doloros~s. Aun en el momento actual de
la narración, pues la historia de los sucesos se remonta
a medio siglo atras, porque enseguida agrega:
En un periodiqui to estudiantil publicaron: I Dicen las
malas lenguas que Rosalba anda por todas partes con
Jt; Pacheco, p. 60. 17 Francesco Alberoni, Los envidiosos, p. 55.
32
0,
Anál..is.is
Zenobia para que el contraste haga resplandecer aún más
su belleza única, extraordinaria, incomparable'. Desde
luego la nota no estaba firmada. Pero sé quién la
escribió. No lo perdono aunque haya pasado más de medio
siglo y hoy sea muy importante. 38
Ella insiste en que la vida le debe algo y se
pregunta por qué no hay justicia en el mundo: ItQué
injusticia ¿no cree? Nadie escoge su cara. Si alguien
nace fea por fuera la gente se las arregla para que
también se vaya haciendo horrible por dentro lt• 39 Zenobia
describe su físico comparándose continuamente con
Rosalba, devaluándose, descalificándose. Y al compararse,
ella resulta totalmente disminuida.
En la compilación La envidia, realizada por Carlos
Castilla del Pino, en el artículo que le corresponde a
Victoria Camps, encontrarnos lo siguiente: "El que reclama
justicia, [ ... J se contempla en el otro y se indigna con
su inferioridad respecto a él". 40 La narradora hace un
recuento de su vida. En ella hay un enfrentamiento de
emociones: por un lado, la invaden los celos, el odio y
la envidia hacia Rosalba; por el otro, se siente culpable
de ese sentimiento causado por la presencia de su amiga,
puesto que Zenobia reconoce que intencionalmente jamás
18 Pacheco, p. 60. J9 Ibid. 10 Carlos Castilla del Pino, La envidi.!J, p. 109.
33
•.
.,
Análisis
puesto que Zenobia reconoce que intencionalmente jamás
fue agredida:
Usted me preguntará, padre, qué me hizo Rosalba. Nada,
lo que se llama nada. Eso era lo peor y lo que más furia
me daba. Insisto, padre: siempre fue buena y cariñosa
conmigo. Pero me hundió, me arruinó la vida, sólo por
existir, por ser tan bella, tan inteligente, tan rica,
tan todo. u
Se podría decir que ésta es la definición más exacta
de envidia: la conciencia y la exteriorización. Rosalba
es la imagen que está dentro de Zenobia, torturándola
s610 por existir.
En este tenor, es interesante lo que Reyes Mate
explica: "Hasta ahora el envidiado se ha limitado a estar
presente, a existir como objeto. Él no ha hecho nada". 42 Y
en esta misma línea, Castilla del Pino opina: "la mera
presencia, real o virtual del envidiado en el mundo,
empírico o imaginario, del envidioso, le depara a éste
efectos deletéreos". 43 Y finalmente, Alberoni apunta: "La
persona envidiosa no puede reprocharle a la persona
41 Pacheco, p. 63,64. 42 Castilla del pino, L.a envidia, p. 7I. H Ibid. p. 21.
34
.,
.,
.,
Análisis
envidiada el hecho de haberla humillado con su presencia
[ ... ]. Quien lo hace se vuelve patético y ridículo". 44
En otro apartado del mismo ensayo, Alberoni enfatiza.
Cuando alguien nos acusa de ser envidiosos, es la
sociedad la que nos habla y nos recuerda que queremos el
mal de una persona que esa sociedad aprecia [ ... ] Se
abren paso, entonces, en nosotros sentimientos nuevos:
el sentimiento de culpa por haber experimentado envidia
y la vergüenza por haber sido descubiertos. [ ••• J
Nuestra derrota, nuestra catástrofe interna, no fue
determinada por una acción, por una violencia, sino pura
y sencillamente por la comparación que nosotros mismos
hemos realizado. { ... ] no hemos sido agredidos por
nadie. Vivimos la experiencia devastadora de resultar
destruidos por otro, sin poder siquiera acusarlo. [ ... ]
Si la otras es más hermosa, ¿por qué te sientes mal?
[ ... ] Ella no te ha quitado nada, [ ... J ¿por qué le
deseas mal si ves que no tiene ninguna culpa. 4s
Con base en lo anterior, podemos decir que el
sentimiento envidioso siempre estuvo presente en la vida
je Zenobia, pero ella no lo había exteriorizado de ese
1\odo, ya que hacerlo implicaba su falta de moral, de
§tica.
Francesco Alberoni, p. 33. 5 Idid., p. 22.
35
.,
Análisis
El pasado fue para ambas amigas muy parecido. La
cotidianidad, la convi vencía y la proximidad que en el
pasado cultivaron Rosalba y Zenobia provocaron que en
ésta surgiera todo tipo de comparaciones con relación a
la primera.
Alberoni plantea que a partir de un mayor
conocimiento del sujeto envidiado surge la comparación.
Esto lo podemos observar en el caso de Zenobia, pues su
mayor inquietud durante toda la vida fue qué era y qué
hacía Rosalba. Alberoni nos plantea un ejemplo que se
puede aplicar a la perfección al cuento de José Emilio
Pacheco:
Son amigas desde la infancia, han jugado siempre juntas.
Pero, llegado el momento de la madurez, una se
desarrolla primero, de manera notable. Se hace hermosa,
de una belleza deslumbrante. Los muchachos comienzan a
admirarla, a cortejarla, sobre todo los más grandes, los
más guapos e interesantes. La otra muchacha -y aquí
podemos sustituir con el nombre de Zenobia- "se siente
desigual, inferior, disminuida. Sufre, llora y se confia
a su compañera que la consuela".46
En el cuento de Pacheco ocurre algo muy semejante. Y
cuando esto sucede, Rosalba animaba a Zenobia: "Qué tonta
eres. Cómo puedes creerte fea con esos ojos y esa sonrisa
46 Idíd., p. la.
36
•
Análi.si.s
tan bonita que tienes". 47 Pero ella se lamenta y cree que
la vida ha sido injusta y se abandona a la autocompasión:
¿por qué la vida le había dado todo a Rosalba y a ella
nada?
La madre de Zenobia, advirtiendo esas diferencias, le
aconsejaba que se resignara, que las mujeres bonitas se
perdían muy fácilmente y no eran felices.
En la confrontación que llevó a cabo Zenobia,
experimentó impotencia, empobrecimiento de autoestima, y
la reacción hacia Rosalba fue de rabia y odio: "A los
quince años, padre, ya estaba amargada. Odiaba a mi mejor
amiga" . 48 Efectivamente, la envidia que Rosalba había
despertado en Zenobia tenía origen en la infancia; ella
era su modelo, quería ser corno su amiga, poseer lo mismo:
belleza, popularidad, dinero e inteligencia.
Al terminar la preparatoria, cada una sigue su
camino. Rosalba se casa con un muchacho de excelente
nivel económico; invita a Zenobia a su boda, pero ella no
quiso asistir, disculpándose y argumentando que no tenía
qué ponerse para tal ocasión, y además sus invitados
pensarían que había llevado a su sirvienta.
Zenobia soñaba con ser abogada, pero tenía una imagen
negativa de sí misma. Su amiga se casó y por eso no se
animó a entrar sola a la universidad. Tiempo después
7 Pacheco, p. 60. B Ibid., p.60 .
37
Análisis
murió su madre y se vio en la necesidad de trabajar como
empleada en una tienda departamental y después en una
oficina de gobierno. La relación con su padre y hermano
era muy difícil, no había comunicación entre ellos,
incluso cuando vivía su madre. Posteriormente ellos
también murieron.
Pasaron años de no verse, y por azares del destino se
volvieron a encontrar en la tienda departamental. En la
que trabajaba Zenobia. Rosalba iba de compras y saludó a
Zenobia como si no hubiera transcurrido el tiempo. Le
contó que se había vuelto a casar. Rosalba estaba igual:
seguía siendo encantadora, afectuosa, elegante y hermosa
como antes. O tal vez más que cuando estaban en la
preparatoria. Este encuentro resultó doloroso para
Zenobia, ya que Rosalba representaba todo aquello que
ella no poseía. En aquel momento, Zenobia deseó verla
caer muerta a sus pies.
Nuevamente perdieron contacto. Pero tiempo más tarde
se reencontraron. Era un día lluvioso. Zenobia aguardaba
el camión en una parada del transporte público. Durante
el alto de un semáforo, el lujoso automóvil de Rosalba se
detiene. En ese momento, ésta descubre a Zenobia. Rosalba
la invita a subir al automóvil y ofrece llevarla a su
casa. Durante el viaje, Rosalba le reclama que no la haya
38
"
ESTA TESIS NO SALE DE LA BIBLIOTECA
Análisis
buscado. Cuando llegan, Zenobia se ve forzada a invitarla
a pasar a su sórdido departamento:
Cuando legamos, por cortesía la invite a pasar. Y
aceptó, padre, padre, imagínese aceptó: Ya se figurará
la pena que me dio mostrarle el departamento a ella que
vivía entre tantos lujos y comodidades. Aunque limpio y
arreglado, aquello era el mismo cuchitril que conoció
Rosalba cuando andaba también de pobretona. Todo tan
viejo y miserable que por poco me suelto a llorar de
rabia y de vergüenza. 49
Mientras conversan, Rosalba hace algunas
confidencias. Ella no ha logrado tener hijos y se siente
infeliz porque no conseguirá realizar su mayor ilusión en
la vida. Zenobia finge pesar, pero esta revelación llenó
de alegría a Zenobia, pues se enteró de algo que su amiga
jamás iba a tener. Rosalba no lo tenía todo, corno ella
persistentemente había imaginado, algo faltaba en su
vida.
Zenobia quedó afectada después de esa visita. Temía
volver a encontrarse con su amiga, quería olvidarla,
pensar que no existía. Pero de todas maneras ella siempre
estaba presente en su vida, siempre creía verla en el
cine, en las revistas, en la televisión, porque todas las
19 Pacheco, p. 62,63.
39
Análisis
mujeres hermosas que veía en estos medios se parecían a
Rosalba. Y si por casualidad en su trabajo trataba con
mujeres que le recordaran la presencia de Rosalba, eran
víctimas de sus abusos, se portaba grosera con ellas y
las maltrataba creyendo que así se vengaba de Rosalba.
Todas las etapas de la vida de Zenobia están regidas
por el fracaso, en contraste con el éxito continuo de
Rosalba, que todo le había salido bien en la vida, casi
perfecto.
Esta situación provocó un profundo abismo entre
ellas, difícil de zanjar, para que pudieran tener una
amistad verdadera, sin rencores, sin celos, ni envidias.
Zenobia tendría que madurar y aceptarse a sí misma. En
este sentido, Castilla del Pino afirma: "la envidia dura
toda la vida del envidioso, que, para su tormento, vive
en y para la envidia". 50
Cuando se encontraron en el departamento, las mujeres
convinieron continuar sus encuentros. Sin embargo,
Zenobia los evade a toda costa. Luego, habrían de pasar
muchos años más. Casi un cuarto de siglo.
La decisión de Zenobia de contarle al padre esa
mañana su pecado, oculto por más de 50 años, fue porque
ese día había visto a su amiga después de muchos años.
Estaba gratamente sorprendida por el enorme cambio
~ Carlos Castilla del Pino, p. 44.
40
.'
'~ .J
Anál.isis
operado en ella: ahora lucía muy diferente. Ya no era
aquella belleza de mujer que la torturó con su presencia
toda la vida. Su cuerpo esbelto, bien formado, su cara,
sus dientes perfectos, su pelo rubio, sedoso, brillante,
ya no existía: todo había terminado. Ahora Rosalba
estaba gorda, envejecida, lucía con canas, con dientes
postizos, bolsas en los ojos, etc. Castilla del Pino
comenta que "más que la muerte del envidiado, lo que
realmente satisface, cuando menos en parte, es su caída
en desgracia, porque ello puede significar la pérdida de
los atributos por los que antes se le envidiaba. Era ése
el objeto de la envidia". 51
Cuando Zenobia terminó el relato se dio cuenta que
la envidia que había regido toda su vida, por fin se
había desvanecido: el tiempo las había hecho iguales.
Ahora las dos estaban viejas y feas, ya no había
diferencias entre ellas. El objeto envidiado (la belleza,
elegancia, la riqueza, gracia, etc.), el motivo del odio,
los celos y la envidia guardados por tantos años, había
desaparecido. El tiempo se encargó de ello, la vengó de
tanto sufrimiento acumulado desde que tuvo conciencia de
las diferencias tan marcadas que siempre existieron entre
ella y Rosalba. Ahora ya podían ser amigas como cuando
eran pequeñas. La vejez, la humillación y la degradación
SI Ibid., p. 42
41
.,
Análisis
En cuanto a las secuencias, "La zarpa" se divide en
tres unidades: la amistad, el odio-envidia y la
reconciliación, desde un punto de vista unidireccional. O
La información que obtenemos a través de la
protagonista sirve para situar en tiempo y espacio la
narración. El cuento no corresponde a ningún momento
histórico; el autor, José Emilio Pacheco, excita la
imaginación del lector y lo conduce a la más penetrante
realidad de las cosas. Cada lector pone los rasgos que
prefiera a Zenobia y a Rosalba: las ubica en la época que
quiera y en el espacio que más le guste.
Zenobia relata cronológicamente la vida de Rosalba,
desde la niñez, hasta la tercera edad, pero no el
contexto familiar o histórico que la rodea, sino la vida
de su envidia. De cualquier perspectiva, la
característica del cuento aparece como pasión en toda su
magnitud literaria.
La primera vez que leí "La zarpa" me llamó
intensamente la atención el tema, por las características
que desplegaba, se trataba de un tópico que da material
para trabajarse en varias disciplinas.
Por último, como se ha demostrado en el trabajo
expuesto, la envidia está presente en diferentes géneros
literarios.
43
- --------------
V. conclusión
de Alberoni, Zenobia tiene baja S egún el ensayo
autoestima, pero ella no lo sabe, no tiene una amiga,
o algún pariente cercano que la ayude a superar su
patología. Las constantes comparaciones, que ella hace
respecto a Rosalba, la lleva a ser amargada y envidiosa
toda su vida, se concibe a si misma, como se ha descrito
en todo el relato, no se imagina que pueda despertar
interés en otras personas, que puedan quererla y
admirarla por otras cualidades, que ella no se ha
descubierto y no concentrarse solamente en el aspecto
físico. No se le ocurre que pueda llamar la atención de
los demás, que haya una aceptación del ser, pues según su
descripción, ella es tonta, gorda, antipática etc.
La forma en que Zenobia ve la vida es neurótica, así
lo entendernos, pues dentro de la historia han pasado 50
años y la presencia de Rosalba todavía rige su
comportamiento; Alberoni concibe que, quien tiene una
autoestirna alta y sana no debe depender del espejo o
imagen de otros para normar su vida, se le debe dar
importancia a la opinión ajena sólo para reflexionar,
pero no para regular la vida de cada individuo.
Los padres tienen fundamental importancia en la
adquisición de la autoestirna de sus hijos: si los padres
44
Conclusi6n
están señalando, velada o abiertamente los defectos de
los hijos, esta acentuación queda fija en la mente, el
concepto que los padres tienen de él o de ella. "mi
madre se había dado cuenta del problema. Para consolarme
hablaba de cuanto sufren las mujeres hermosas y que
fácilmente se pierden". 53
La madre de Zenobia fue incapaz de ayudarla,
enfatiza los pocos atributos físicos de su hija, porque
le recordaba y subrayaba, que efectivamente era fea, pero
que tal vez podría llegar a ser feliz, ya que las mujeres
bonitas sufrían demasiado, y ella no lo era y no lo
sería jamás. La madre de Zenobia no tuvo la habilidad de
aconsejar con madurez a su hija, sacar provecho de sus
cualidades. Ya que ella a su vez, también estaba dañada.
Pues los vicios que su esposo había tenido en su juventud
lo llevaron prematuramente a la muerte.
Se califica al individuo negativamente, por ejemplo,
en el trauma que presenta Zenobia, la existencia de
Rosalba la ha marcado durante toda su vida, puesto que a
los 15 años Zenobia era una adolescente amargada y
envidiosa y no trato de superarlo. Siempre estuvo en
acecho, cuidando, vigilando las acciones de su "amiga".
El único mecanismo de defensa que encontró para
soportar su frustración fue desquitarse de otras mujeres
" pacheco. Op. Cit p. 60.
45
•
- -- -------------
Conclusión
que le recordaran la presencia constante de Rosalba
maltratándolas, humillándolas. Ella, quedó atrapada por
la belleza y fascinación de Rosalba.
Durante los primeros años de vida la socialización es
importante. En Zenobia se desarrolla el concepto de sí
misma, pero la relación afectuosa entre sus padres y
hermano no se dio. No hubo respeto y consideración que se
recibe de las personas significativas en la vida, como
son los padres. El sujeto se valora como es valuado, si
se siente rechazado por la sociedad, la imagen que
proyecta será defectuosa.
Por ejemplo, Zenobia recibe un doble mensaje, la
madre le dice que ella es fea y por esta razón no es
digna de que alguien se fije en ella, y por el otro lado
la consuela descalificando al otro, que en este caso es
Rosalba.
En cuanto a la estructura del cuento, no sabemos nada
del presente de ninguna de las dos, ninguna de ellas
tiene apellido o familia extensiva, como son los abuelos,
primos, tíos o sencillamente, si Rosalba tenía padre o
hermanos. Por medio del narrador sabemos únicamente lo
que el autor quiere que sepamos; probablemente porque no
es necesario saber más, ya que lo único que quiere
resaltar es hasta dónde puede llegar una pasión o
sentimiento mal llevado.
46
•
Conclusi6n
La historia del cuento es breve dura el tiempo que
una persona emplea para confesar sus pecados.
Por último comentaremos que la envidia, que refleja
el personaje de Zenobia en la narración pertenece a las
pasiones humanas en toda su crudeza. José Emilio Pacheco
lanza su personaje a la crítica, al ruedo, probablemente
con la intención de despertar la imaginación del lector
y conducirlo a la reflexión.
Para concluir, debo añadir que la envidia es eterna,
nace con el hombre y muere con él, dicho de otra manera,
el hombre es por naturaleza generador de envidia.
47
•
. ,
--------------------------------------~--------
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