Trabajo epostural
Universidad de Las Palmas de GPrevención
Autor: Alba María Peña Nuez Tutor: Valentín Iglesias GonzálezLas Palmas de Gran Canaria, Feb
en quirófano: hy posturas for
Gran Canaria; Estructura de Teleformación; Másn de Riesgos Laborales y Trabajo Fin de Máster.
z brero 2019
higiene zadasster Universitario en
Trabajo Fin de Máster Alba María Peña Nuez
Máster en Prevención de Riesgos Laborales
Trabajo en quirófano: higiene postural y posturas forzadas
Tutor Alumna
Valentín Iglesias González Alba María Peña Nuez
Alba María Peña Nuez
Firmado digitalmente por Alba María Peña Nuez
Fecha: 2019.06.04 10:29:54 +01'00'
IGLESIAS GONZALEZ VALENTIN
Firmado digitalmente por IGLESIAS GONZALEZ VALENTIN Fecha: 2019.06.05 12:39:40 +01'00'
Trabajo Fin de Máster Alba María Peña Nuez
Máster en Prevención de Riesgos Laborales
Trabajo en quirófano: higiene postural y posturas forzadas
Tribunal
Calificación
Trabajo Fin de Máster Alba María Peña Nuez
ÍNDICE
1. Introducción .................................................................................................................................................. 7
2. Contenido del Trabajo ................................................................................................................................... 9
3. Presentación de la empresa ......................................................................................................................... 10
3.1. Sala de operaciones (quirófano) ............................................................................................................ 11
3.2 Recursos humanos ................................................................................................................................. 13
3.3 Funciones del personal de enfermería en quirófano .............................................................................. 13
3.4 Organigrama .......................................................................................................................................... 15
3.5 Análisis de accidentes y bajas en el hospital Insular.............................................................................. 16
4. Riesgos derivados de la actividad en el área quirúrgica ............................................................................ 18
4.1Clasificación de los riesgos ..................................................................................................................... 18
5. Riesgos ergonómicos ................................................................................................................................... 22
5.1. Trastornos musculoesqueléticos y factores laborales asociados ........................................................... 23
5.2 Relación entre los trastornos musculoesuqeléticos y los factores laborales .......................................... 24
5.3. Lesiones asociadas con la actividad en el servicio de quirófano .......................................................... 29
6. Métodos y técnicas empleados en el registro y evaluación de los factores asociados a los TME .............. 30
6.1 Métodos para el registro de las posturas de trabajo mediante la observación ........................................ 30
6.2 El método OWAS .................................................................................................................................. 31
6.2.1. Fundamentos del método ............................................................................................................... 31
6.2.2. Aplicación del método ................................................................................................................... 32
6.2.3 Evaluación de las posturas registradas ............................................................................................ 33
6.3 Método REBA ....................................................................................................................................... 34
6.3.1 Procedimiento de aplicación ........................................................................................................... 34
6.3.2 Nivel de actuación ........................................................................................................................... 35
6.4 Método RULA ....................................................................................................................................... 35
6.4.1 Evaluación del método .................................................................................................................... 36
6.4.2 Nivel de actuación ........................................................................................................................... 36
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6.5 Método elegido para llevar a cabo el estudio ergonómico de las enfermeras del quirófano de
traumatología del hospital Insular ................................................................................................................ 37
7. Recomendaciones higiene postural ............................................................................................................. 42
7.1 Posiciones básicas de seguridad ............................................................................................................. 43
8. Equipos de Protección Individual en el área quirúrgica ............................................................................ 47
8.1 Propuesta: medias de compresión como EPI ........................................................................................ 48
Conclusión ....................................................................................................................................................... 50
Recomendaciones ............................................................................................................................................ 51
Bibliografía...................................................................................................................................................... 52
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ÍNDICE DE FIGURAS
1. Figura 1………………………………………………………………………………………………39
2. Figura 2………………………………………………………………………………………………40
3. Figura 3………………………………………………………………………………………………40
4. Figura 4……………………………………………………………………………………………....41
5. Posición banqueta…………………………………………………………………………………....43
6. Gesto finta…………………………………………………………………………………………....44
7. Movilización por contrapeso………………………………………………………………………...45
8. Posición bandeja……………………………………………………………………………………..45
9. Posición consola…………………………………………………………………………………..…46
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1. Introducción La ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales, publicada en el B.O.E. de 10 de
noviembre de 1995 y reformada por la ley 54/2003 de 12 de diciembre establece en su art. 18 la obligación
del empresario de informar a sus trabajadores sobre los riesgos que puedan afectar a su salud y las medidas
preventivas que deben aplicar para evitarlos. A los centros sanitarios le son de aplicación las disposiciones previstas en el Real Decreto 486/1997, de 14
de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
En cualquier caso, los lugares de trabajo deberán cumplir las disposiciones mínimas establecidas en el citado
Real Decreto en cuanto a sus condiciones constructivas, orden, limpieza y mantenimiento, señalización,
instalaciones de servicio o protección, condiciones ambientales, iluminación, servicios higiénicos y locales
de descanso, y material y locales de primeros auxilios.
El sector sanitario es un servicio esencial para la sociedad. En dicho sector, se dan gran parte de los peligros
que pueden aparecer en un entorno laboral, ya que está formado por diferentes lugares de trabajo como
pueden ser: laboratorios, lavanderías, depósitos de gases, consultas, hospitalización, quirófanos, centrales de
esterilización, radiología, urgencias, cocinas, archivos, centrales de transformación eléctrica, almacenes,
departamentos administrativos…
Respecto a la salud laboral los conceptos de accidente laboral, accidente de trabajo y el concepto de los
accidentes no laborales y de las enfermedades comunes, se encuentra definida en el Real Decreto Legislativo
1/1994, (LGSS), de 20 de junio, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad
Social.
El concepto de accidente de trabajo se recoge en el art. 115 de la LGSS, y se entiende por accidente de
trabajo, toda lesión que sufra el trabajador con ocasión o por consecuencia del trabajo que se ejecute por
cuenta ajena.
La enfermedad profesional se define en el art.116 de la LGSS como aquella enfermedad contraída como
consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena y que estén provocados por la acción o sustancias en el
cuadro de enfermedades profesionales.
Los accidentes no laborales y las enfermedades no profesionales se especifican en el art. 117, y se denomina
accidente no laboral el que conforme a lo establecido en el art.115, no tenga el carácter de accidente de
trabajo. La enfermedad común se considera aquella que no tenga la condición de accidente de trabajo ni
enfermedad profesional según establece el artículo 116 de dicha ley. La prevención de riesgos laborales pasa por una buena mecánica para la movilización de pacientes, actitudes
de prevención con material quirúrgico contaminado, actuaciones de enfermería por accidente, falta de orden
y limpieza, etc.
Durante el desarrollo de la actividad laboral existen diversos riesgos que pueden provocar accidentes de
trabajo debidos a múltiples causas como: caídas, golpes, incendios, explosiones, agresiones, sobreesfuerzos,
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cortes, pinchazos… Por otro lado, también podrían ser causantes de la aparición de enfermedades
profesionales, ya sean producidas por agentes físicos (ruidos, vibraciones, radiaciones), agentes biológicos,
agentes químicos, o enfermedades relacionadas con la ergonomía y psicosociología: la carga física, la carga
mental, la insatisfacción, la nocturnidad, los elevados ritmos de trabajo, la precariedad laboral, la
mercantilización de la sanidad…
Una vez citado todo lo anterior, cabe destacar la importancia que tiene el Plan de Prevención de Riesgos en
el sector sanitario, ya que es un ambiente laboral donde sus trabajadores están expuestos diariamente a los
accidentes o enfermedades profesionales. Concretamente, nos centraremos en el área de quirófano donde los
profesionales de enfermería, entre otros, se encuentran sometidos a grandes cargas de trabajo, tanto mental
como física, donde la ergonomía y la psicosociología juegan un papel fundamental a la hora de prevenir
accidentes laborales y enfermedades profesionales derivadas de dichas cargas. Además de estos, se
encuentran sometidos a los riesgos propios del sector, como pueden ser los agentes químicos y biológicos.
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2. Contenido del Trabajo El presente documento tiene como objetivo la elaboración de una guía funcional con la que poder determinar
los riesgos ergonómicos a los que están sometidos los enfermeros de quirófano del Hospital Insular de Las
Palmas de Gran Canaria.
El trabajo recoge datos acerca del funcionamiento de quirófano, los riesgos a los que están sometidos los
trabajadores, las medidas de prevención, los métodos de evaluación para determinar con mayor exactitud el
riesgo ergonómico etc.
El objetivo que persigue este trabajo es la creación de un documento donde los profesionales de prevención
de riesgos puedan apoyarse y ayudar a evitar los riesgos ergonómicos y las enfermedades derivadas de los
mismo en el personal de enfermería del área quirúrgica.
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3. Presentación de la empresa El 13 de febrero de 1971 fue inaugurado el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria (HUIGC) situado
en La Avenida Marítima del Sur en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Este hospital cuenta con una
superficie de 89.162 m² y 718 camas, ofreciendo sus servicios sanitarios al Área de Salud Sur de Gran
Canaria, abarcando una población de 360.000 personas, en esta isla, además de los usuarios de la isla de
Fuerteventura. La estructura del hospital se encuentra distribuida en dos alas, Ala Norte y Ala Sur, y 11 plantas. Entre estas,
encontramos el Bloque Quirúrgico que es un área de trabajo restringida considerada Z1 y se encuentra
situada en la 2ª planta Ala Norte del HUIGC.
Los quirófanos se encuentran distribuidos de la siguiente manera:
- 8 quirófanos del 201 al 218 de diseño rectangular, disponen de ante-quirófano, lavado quirúrgico, zona
común entre 2 quirófanos, además se pueden comunicar con la zona centro por la ventana y armario exclusa.
- 3 quirófanos el 209, 213 y 214 circulares, disponen de ante-quirófano, lavabo quirúrgico y zona común
entre dos quirófanos. También se comunican con la zona centro a través de la ventana.
- 2 quirófanos periféricos 215 y 216 disponen de lavado quirúrgico y son empleados para procedimientos de
cirugía menor ambulatoria.
La estructura del Bloque Quirúrgico (BQ) está distribuida en 4 zonas de acceso delimitado por ser un área de
trabajo Z1 en la que se intenta evitar la propagación de microorganismos:
Zonas de acceso general: no tiene restricciones para las personas admitidas al BQ (áreas administrativas de
la unidad, sala de reuniones de enfermería y anestesia, vestuario masculino y femenino y aseos de personal
sanitario y sala de descanso de personal. Al salir de esta zona, el personal debe ir debidamente uniformado,
con pijama verde, gorro cubriendo todo el cabello y mascarilla.
Zonas de acceso limitado: sólo se admiten a las personas que necesitan llegar a locales adyacentes a las
zonas de acceso restringido o a las zonas operatorias (zona de recepción
de pacientes, almacenes, Unidad de Despertar y Reanimación).
Zonas de acceso restringido: sólo se admiten a las personas que necesitan llegar a la zona operatoria.
Deben estar adecuadamente autorizados (zona de lavado quirúrgico; ante-quirófano).
Zonas operatorias: quirófano.
Unidad de recuperación postanestésica (URPA). Está situada fuera del BQ.
Vestuarios y salas de espera masculinos y femeninos. Equipados con taquillas para cambiarse de ropa de
calle por una vestimenta adecuada antes de entrar en el área quirúrgica.
Áreas periféricas de apoyo. Se trata de un espacio adecuado a las necesidades del personal y de las tareas
de apoyo del quirófano.
Sala de conferencias/aula. Se encuentra dentro del área semirrestringida. Esta sala se utiliza por el personal
quirúrgico para la enseñanza.
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Servicios de apoyo. El tamaño del BQ y los tipos de servicios proporcionados determinan si los equipos de
radiología o el laboratorio son necesarios dentro del área quirúrgica.
Laboratorio. Se trata de un pequeño laboratorio donde se puede examinar las muestras de tejidos y
realizar secciones congeladas facilita las decisiones que los cirujanos deben tomar durante el
procedimiento quirúrgico. Un refrigerador capaz de almacenar sangre para transfusiones también puede
ubicarse en este cuarto. La muestra de tejido puede analizarse aquí en cortes congelados antes de que
sean enviados al departamento de anatomía patología para su estudio definitivo.
Servicios de radiología. Determinadas salas pueden equiparse con equipos de rayos X y otros equipos de
diagnóstico por imágenes para la realización de procedimientos, diagnósticos y de intervenciones
invasivas con control radiológico o introducción de catéteres, marcapasos y otros dispositivos.
Áreas de trabajo y depósito. Los suministros estériles deben estar separados de los artículos no estériles y
de los desechos. Las áreas de trabajo y depósito sirven para manejar todos los tipos de suministros y equipos
tanto limpios como contaminados.
Área de depósito de mantenimiento. Los suministros de limpieza y el equipamiento requieren un espacio
donde almacenarse; el equipo empleado dentro del área restringida debería guardarse separado del utilizado
para limpiar las otras áreas.
Área de lavado quirúrgico. Se trata de un área contigua a cada quirófano para el lavado quirúrgico de
manos y brazos. Este espacio está incluido en el área restringida del BQ, y debería contar con dispensadores
de jabón antiséptico y/o cepillos quirúrgicos impregnados de detergente antiséptico, toallas de papel y
espejos. El uso de cubos de basura está limitado a aquellos artículos utilizados dentro del área y son
cambiados varias veces al día.
3.1. Sala de operaciones (quirófano)
Cada quirófano es un área restringida debido a la necesidad de mantener un ambiente controlado para la
realización de técnicas estériles y asépticas.
Tamaño: el tamaño es variable dependiendo de la cirugía a realizar.
Puertas: las puertas miden 1,22 metros de ancho, y son de corredera.
Ventilación: el aire es expulsado desde el quirófano hacia las distintas zonas no estériles, extrayendo las
partículas flotantes; esto se consigue gracias a la instalación de aire acondicionado de tal manera que se
encuentre calculada para obtener la mayor presión en el quirófano.
o El sistema de aire acondicionado controla la humedad. La humedad relativa del aire ha de
situarse y mantenerse entre el 30 y el 60%, aunque se recomienda que no sea menor del 50-55%.
o La temperatura del quirófano. Se mantiene entre 20 y 23ºC un termostato para controlar la
temperatura dentro de la sala puede ser conveniente a fin de regular a las necesidades del
paciente.
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Suelos. Está recubiertos de cloruro de polivinilo. Soldado sin costuras en todo el piso y hasta 15cm a
cada lado de la pared. Son suelos no porosos, pero sí lo suficientemente rígidos para permitir su limpieza
con agua o mediante aspiración húmeda.
Paredes y techos. Los materiales por los que están compuestos son rígidos, sin poros, resistentes al
fuego, impermeables, antimanchas, duraderos, sin costuras, con poco reflejo de la luz y fáciles de
limpiar. El techo tiene una altura mínima de 3 metros y sin uniones.
Circuitos de gases, líneas de informática y sistema eléctrico. El quirófano cuenta con un sistema de
aspiración para vacío, evacuación de gases anestésicos, aire comprimido, oxigeno y/u óxido nitroso, que
puede ser localizado en la pared o suspendido del techo con un sistema fijo o retráctil.
Iluminación. Los sistemas de iluminación en general están colocados en el techo. La mayor parte de las
luces de la sala son fluorescentes blancas, pero pueden ser incandescentes. Para minimizar la fatiga del
ojo, la proporción de la intensidad de luz de una sala general con la del quirófano no debería exceder 1:5,
preferiblemente 1:3.
Relojes. Cada quirófano dispone de dos relojes. Uno es visible desde el campo y el otro sería útil como
cronómetro, con señal de advertencia para usar durante procedimientos quirúrgicos en los que es
necesario controlar determinados períodos.
Muebles y equipamiento. El mobiliario fabricado en acero inoxidable es liso, duradero y de fácil
limpieza. Cada quirófano está equipado con los siguiente:
- Cama de operaciones con una colchoneta cubierta con material impermeable, accesorios para
colocar al paciente y soportes para lo brazos.
- Mesas de instrumental.
- Mesa de Mayo. La mesa de mayo consiste en un soporte marco con una bandeja que se puede
quitar de forma rectangular de acero inoxidable. El marco se desliza sobre el campo estéril y
sirve para tener carca del campo quirúrgico algunos elementos que se emplean con frecuencia
durante el procedimiento quirúrgico.
- Pequeñas mesas para batas y guantes.
- Equipo de anestesia y mesa para el anestesista.
- Taburetes y plataformas
- Soportes para soluciones intravenosas
- Equipos de aspiración, preferentemente portátiles y con base de ruedas
- Soportes para bolsas de lavandería
- Papelera
Ordenadores. Permiten el acceso a la información y la introducción de datos en la historia clínica del
paciente.
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Equipos de monitorización. Los monitores permiten al equipo quirúrgico conocer el estado de las
funciones fisiológicas del paciente durante el procedimiento quirúrgico y documentar esos datos.
3.2 Recursos humanos
El equipo básico de trabajo es el conjunto de profesionales sanitarios y no sanitarios que forman parte del
BQ. Por tanto, se trata de un equipo multidisciplinar compuesto por auxiliares de enfermería, profesionales
de enfermería, anestesiólogos, celadores, administrativos, cirujanos de distintas especialidades, servicio de
limpieza y servicio técnico.
3.3 Funciones del personal de enfermería en quirófano
En el servicio de quirófano, a diferencia de otras áreas asistenciales, existen 3 tipos diferentes de cometidos
que debe ser llevado a cabo por el personal de enfermería.
- Enfermera asistencial de anestesia: realiza la preparación quirúrgica del paciente antes de la cirugía y al
final de la misma gestiona el traslado a reanimación (REA) o Despertar. Encarga de la preparación y
administración de la anestesia pautada por el anestesista.
Funciones específicas:
Preparación y conocimeitno de la medicación anestésica y no anestésica, tanto la administrada por vía
intravenosa, como por vía inhalatoria.
Conocer las técnicas que se van a realizar en los diferentes tipos de anestesia (raquídea, epidural,
bloqueos de nervios, anestesia regional intravenosa y general), así como el material necesario.
Obtención de accesos vasculares periféricos y/o arteriales.
Monitorización básica y/o avanzada.
Ayuda y colaboración en la anestesia regional con la preparación de material y campos, y en la
realización de la técnica.
ayuda y colaboración durante la inducción de la anestesia general, en la preparación de la medicación,
del material (laringoscopio, tubo endotraqueal o mascarilla laríngea y aspiradores), y en la
preoxigenación e intubación del paciente.
Ayuda y colaboración durante el mantenimiento de la anestesia general, en la preparación de los
transductores, del sistema de infusión de líquidos, en las transfusiones y en la verificación de las mismas,
en el control de la diuresis y en las complicaciones que se produzcan durante la anestesia.
Ayuda y colaboración en el momento de despertar de la anestesia general, en la preparación de la
medicación necesaria, en la preparación y utilización de los aspiradores en el control y la atención ante
posibles complicaciones.
Colaboración en las maniobras de traslado del paciente a la unidad de reanimación.
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- Enfermera asistencial instrumentista: se encarga de la asistencia quirúrgica y de controlar las infecciones
durante las cirugías. Al terminar, separa los objetos punzantes y cortantes, deposita el material en los
contenedores adecuados para ello, coloca el instrumental fijo etc.
Funciones específicas:
Abrir la caja de instrumental que se va a utilizar y el equipo textil-desechable.
Vestirse quirúrgicamente con bata y guantes estériles, y vestir a los miembros del equipo quirúrgico.
Mantener en orden el campo quirúrgico para poder utilizar rápidamente el instrumental quirúrgico en
caso necesario.
Preservar la integridad física del paciente, evitando cualquier daño con el instrumental quirúrgico.
Recuento ordenado de instrumental, agujas, compresas, gasas, etc., antes, durante y después de la
intervención quirúrgica.
Mantener la asepsia del campo quirúrgico, limpiando el instrumental y evitando la contaminación.
Solicitar a la enfermera circulante el instrumental, soluciones y medicaciones que necesite durante la
intervención quirúrgica.
Transferir a la enfermera circulante las muestras que se obtienen en el campo quirúrgico, para su
preparación y envío al servicio correspondiente.
Anticiparse a los requerimientos del cirujano observando el curso de la intervención y conociendo los
distintos pasos del procedimiento.
Desinfectar la herida quirúrgica y colocar los apósitos necesarios.
Preparar el material e instrumental, junto con la enfermera circulante para su esterilización.
Reponer el quirófano y revisarlo, quedando preparado para la próxima intervención quirúrgica.
- Enfermera asistencial circulante o coordinadora: toma las precauciones para garantizar la seguridad en
el quirófano, se encarga de la preparación quirúrgica y de proporcionarle comodidad para el paciente.
Funciones específicas:
Comprobar todos los aparatos eléctricos y reponer el quirófano junto con la enfermera instrumentista.
Verificar la identidad del paciente, su nivel de conciencia, la historia clínica y el procedimientos
quirúrgico a realizar.
Informar brevemente al paciente de las fases del proceso quirúrgico y responder preguntas o dudas del
paciente.
Comentar con el cirujano cualquier variación en el proceso quirúrgico.
Colaborar en el traslado y la colocación del paciente en la mesa quirúrgica en la posición adecuada,
protegiendo las zonas que pueden estar sometidas a mayor función, para evitar lesiones.
Asegurar la comodidad del paciente y ofrecer apoyo emocional antes y durante la inducción a la
anestesia.
Realizar técnicas invasivas de la forma más aséptica posible.
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Colocar la placa de bisturí eléctrico, la manta de calor, el maguito de isquemia…
Ayudar a vestir a los miembros del equipo estéril.
Contar compresas, gasas e instrumental quirúrgico, al inicio, durante y al final de la intervención.
Servir de nexo de comunicación entre los miembros del equipo quirúrgico estéril y otros miembros que
no se encuentran en quirófano pero que son necesarios para la realización adecuada de la intervención
quirúrgica.
Suministrar material y medicación necesaria a la enfermera instrumentista y al campo quirúrgico.
Finalizar el registro de enfermería de quirófano.
Informar a la enfermera de la unidad de destino sobre el estado y la evolución del paciente.
3.4 Organigrama
En el servicio de quirófano se distribuyen 2 enfermeras y 1 auxiliar de enfermería por cada quirófano. En
caso de intervenciones con pacientes de alto riesgo anestésico se intenta reforzar, con una enfermera más
todo el tiempo que sea necesario.
La distribución del personal se realiza teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales:
Nº de Quirófanos disponibles para cirugía programada (8:00 a 15:00 h. y de 15.00 a 22.00 horas):
10 quirófanos para cirugía programada con anestesia y 2 de cirugía ambulatoria en turno de mañana.
2 quirófanos de cirugía programada con anestesia en turno de tarde.
Nº de Quirófanos de urgencias disponibles en el resto de los turnos:
1 quirófano de cirugía de urgencia en turno de mañana.
2 quirófanos de cirugía de urgencia en turno de tarde y noche.
Entre el personal que trabaja en este servicio podemos encontrar: secretarias, anestesia, técnicos de rayos X,
celadores y limpiadoras. En cuanto al personal de enfermería y auxiliares de enfermería, tiene la siguiente
distribución:
Turno fijo de mañana:
1 supervisora 25 enfermeras
18 auxiliares enfermería
Turno fijo de tarde:
4 enfermeras 3 auxiliares Enfermería
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Turno rotatorio:
15 enfermeras
5 enfermeras
15 auxiliares de Enfermería
3.5 Análisis de accidentes y bajas en el hospital Insular
Para llevar a cabo la recaudación de datos estadísticos del Hospital Insular de Gran Canaria nos hemos
puesto en contacto con el coordinador del departamento de Prevención de Riesgos Laborales del hospital,
quien nos ha facilitado la siguiente información respecto a la actividad de hace tres años.
No se ha podido acceder a los datos referentes a los accidentes y bajas laborales del área de quirófano puesto
que no se posee esa información tan específica.
Accidentes declarados con baja:
- Año 2016: 183
- Año 2017:173
-Año 2018: 14
Accidentes sin baja:
- Año 2016: 362
- Año 2017: 383
- Año 2018: 383
En el año 2018 encontramos los siguientes datos estadísticos respecto a:
- Categorías profesionales:
Médico
Personal de enfermería y partería: 23
Auxiliares de enfermería: 37
Por sobreesfuerzo físico sobre el sistema musculoesquelético:
-Esguinces y torceduras: 49
-Otros tipos de dislocaciones esguinces y torceduras: 43
Zona del cuerpo afectada:
-Cuello incluida columna y vértebras del cuello: 5
-Cuello, otras partes no mencionadas anteriormente: 13
-Espalda, incluidas vértebras de la espalda:13
-Espalda, otras partes no mencionadas anteriormente: 15
-Hombro y otras articulaciones del húmero: 11
Una vez realiza la recopilación de datos de accidentes y siniestralidad en el ámbito hospitalario
del año 2018 se llega al resultado de que: la causa más común de la siniestralidad y las bajas
médica más comunes son producidas por el sobreesfuerzo físico (45%).
4. Riesgos derivados de la actividad en el área quirúrgica
El quirófano, es uno de los servicios hospitalarios que presenta mayor dificultad para los
profesionales, tanto por la complejidad de las tareas que se realizan como por los riesgos
laborales a los que están expuestos. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales en su art. 16
expone que el empresario deberá realizar una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad
y salud de los trabajadores, teniendo en cuenta, con carácter general, la naturaleza de la
actividad, las características de los puestos de trabajo existentes y de los trabajadores que deban
desempeñarlos. En el texto siguiente, se pretende analizar los principales riesgos, relacionados
intrínsecamente con la actividad de los profesionales sanitarios en quirófano.
El entorno perioperatorio presenta muchos riesgos. Siempre está presente la posibilidad de una
lesión física provocada por un shock eléctrico, quemaduras, fuego, explosión, contacto con
gérmenes transmitidos por la sangre e inhalación de sustancias tóxicas.
4.1Clasificación de los riesgos
Los principales riesgos en el entorno de quirófano se pueden clasificar como sigue:
-Riesgos asociados a agentes mecánicos:
a) Cortes: el manejo de material cortante y muy afilado (bisturís, tijeras, lancetas, material de
vidrio, etc.)
Los guantes pueden carecer de la resistencia mecánica suficiente frente a los cortes, sobre todo
en los casos en los que el trabajador necesite una completa sensibilidad en sus dedos.
b) Caídas: se presentan con gran frecuencia en los centros hospitalarios, principalmente debido a
resbalones, que suelen originar lesiones osteomusculares.
c) Golpes, choques y atrapamientos: en puertas batientes: se producen al pasar con las manos
ocupadas, ser abiertas por el otro lado, o por falta de visibilidad.
• Por caída de objetos: se originan por un inadecuado transporte y sujeción del material
(bandejas, carritos, bombonas de gases, etc.).
• En el traslado de pacientes y transporte de material: pueden producirse golpes, atrapamiento de
manos y atropellos en zonas estrechas o con falta de visibilidad.
d) Manipulación de cargas: el manejo y el levantamiento de cargas es una de las principales
causas de lumbalgia. Esta puede aparecer por sobreesfuerzo o como resultado de esfuerzos
repetitivos.5
- Riesgos químicos: se derivan directamente de las propiedades y peligrosidad que presentan la
gran cantidad de sustancias a las que están expuestos los trabajadores. a) Gases anestésicos: son agentes químicos depresores del sistema nervioso central, que
producen pérdida de consciencia, de sensibilidad, de motilidad y de la actividad refleja, motivo
por el que se utilizan en la inducción y mantenimiento de la anestesia general. Se absorben por
vía inhalatoria y los más utilizados son el Óxido de dinitrógeno, el Isoflurano, el enflurano, el
halotano, el metoxiflurano y el desflurano.
Por su peligrosidad, pueden producir, entre otros, los siguientes efectos sobre la salud:
infertilidad, problemas hepáticos, renales y neurológicos, malformaciones, etc. En el caso del
paciente, al ser la exposición muy breve, no suele afectarse, pero el personal de quirófanos, al
estar sometido a exposiciones prolongadas, puede sufrir los efectos tóxicos de estas sustancias,
siendo mayor el riesgo cuanto mayor sea el número de horas diarias de exposición y cuanto más
próxima al aparato de anestesia es la posición que se ocupe en el quirófano. b) Gases esterilizantes: la esterilización persigue la completa destrucción de todos los
microorganismos (incluyendo las esporas y otras formas resistentes a métodos de limpieza y
desinfección). El más empleado es el óxido de etileno, un producto utilizado para esterilizar
instrumental médico y quirúrgico, sobre todo el material sensible al calor (plástico, caucho o
ciertos metales). El óxido de etileno es un gas irritante y altamente tóxico, pudiendo causar cáncer y alteraciones
genéticas hereditarias. Al ser extremadamente reactivo e inflamable, puede reaccionar
fácilmente con otras sustancias y producir explosiones. c) Compuestos citostáticos: son sustancias químicas inhibidoras del crecimiento de las células,
tanto normales como enfermas, que se emplean para el tratamiento de tumores. d) Desinfectantes: son compuestos cuya finalidad es la reducción de los microorganismos
potencialmente patógenos. El más utilizado es el formaldehído (es un elemento inflamable,
incoloro, con olor penetrante y fácilmente detectable al olfato). Se utiliza en forma de gas,
aerosol o líquido. La disolución se denomina Formol. Se emplea para la esterilización de
instrumentos endoscópicos, en hemodiálisis y conservación de tejidos en laboratorios de
anatomía patológica. Por su peligrosidad puede causar los siguientes efectos sobre la salud:
• Toxicidad por inhalación, por ingestión y en contacto con la piel.
• Provoca quemaduras.
• Posibles efectos cancerígenos.
• Posibilidad de sensibilización en contacto con la piel.
- Riesgos físicos: el diseño arquitectónico del ambiente perioperatorio afecta a una eficiencia y
productividad total. La instalación física se diseña para controlar los patrones de tráfico, reducir
la contaminación, facilitar la manipulación del equipo y los suministros, y proporcionar un
ambiente de trabajo agradable.
La radiación es una forma de transmisión de la energía que no necesita soporte material y tiene
como origen los elementos constitutivos de la materia, es decir, las moléculas y los átomos. Las
radiaciones se pueden clasificar atendiendo a su origen (atómicas o moleculares) o bien a su
capacidad de ionizar (ionizantes o no ionizantes).
- Radiaciones ionizantes: una radiación se entiende como ionizante cuando al interaccionar con
la materia produce la ionización de los átomos de la misma, es decir, su nivel de energía es
suficiente para arrancar electrones de la corteza de los átomos, originando partículas con carga
(iones). En la materia viva esta ionización puede afectar a las células y derivar en efectos
biológicos nocivos para la salud; a altos niveles es, por tanto, peligrosa, lo que hace necesario
un control estricto de su exposición.
- Radiaciones no ionizantes: las radiaciones no ionizantes (infrarrojas, ultravioletas, láser,
radiofrecuencias, microondas y campos magnéticos estáticos) no tienen la energía necesaria
para arrancar electrones del átomo y por lo tanto no pueden ionizar la materia. Sin embargo, son
factores de riesgos que pueden producir efectos para la salud de tipo térmico, fisiológico o
incluso genético.
Ruido: en el medio sanitario no suele existir exposición a niveles elevados de ruido (excepto en
lugares definidos, como lavandería o personal de mantenimiento, al estar expuestos durante
períodos prolongados de tiempo), y lo que generalmente se produce es una sensación de
disconfort. Los efectos producidos por el ruido son irritabilidad, dificultad de concentración,
estrés, fatiga, falta de memoria inmediata, insomnio y sobre todo hipoacusia.
Calor ambiental: es el resultante de la combinación de temperatura, humedad, velocidad del aire
y actividad física a la que está sometido un individuo en su ambiente de trabajo.5
- Riesgos biológicos: para la prevención y el control de los riesgos derivados de la exposición a
agentes biológicos, existe una normativa específica constituidas por el Real Decreto 664/1997,
de 12 de mayo, sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición de los agentes biológicos durante el trabajo. Dicha normativa define a los agentes
biológicos como los microorganismos (incluyendo los genéticamente modificados, cultivos
celulares y endoparásitos humanos) capaces de originar cualquier tipo de infección, alergia o
toxicidad.
En el área de quirófano, concretamente el riesgo biológico, viene dado por la posible
manipulación de pacientes o muestras contaminadas, contacto con sangre y otros fluidos
orgánicos, formación de aerosoles y gotículas, riesgo de pinchazos o cortes.
Los riesgos más frecuentes, consecuencia de las exposiciones a agentes biológicos, son las
enfermedades infecciosas. Una infección es el resultado del establecimiento e interacción de un
parásito en un organismo que actúa como huésped del mismo. Las principales fuentes de
agentes infecciosos en actividad sanitaria pueden ser:
• Los pacientes, así como los materiales biológicos procedentes de las mismas.
• Los equipos e instrumentación contaminados.
• Los residuos generados.
• Las diversas instalaciones del hospital en las que pueden existir reservorios de agentes
biológicos (instalaciones de aire acondicionado, etc.)
-Riesgos psicosociales: los riesgos de la fatiga mental en el personal sanitario se producen
debido a altos grados de responsabilidad, alto grado de atención en el trabajo, etc. La fatiga
mental puede manifestarse por dolores de cabeza, ansiedad, irritabilidad, insatisfacción,
absentismo, etc. El estrés por sobre-estimulación genera tensión nerviosa, irritabilidad, fatiga,
ansiedad, confusión, embotamiento, desconcentración, etc. La alteración de los ritmos
biológicos requiere un alto esfuerzo adaptativo, provocando irritabilidad, disminución de la
concentración, fatiga, trastornos del sueño, ansiedad, fatiga, además de modificaciones en la
vida social y familiar.
5. Riesgos ergonómicos
Se entiende por ergonomía al conjunto de conocimientos de carácter multidisciplinar aplicados
para la adecuación de los productos, sistemas y entornos artificiales a las necesidades,
limitaciones y características de sus usuarios, optimizando la eficacia, seguridad y bienestar.
En un estudio realizado por Palacios en el 2012, se describe que la ergonomía es una ciencia
multidisciplinaria, cuyos principios están basados en las capacidades físicas y psíquicas de los
trabajadores para diseñar los puestos de trabajo y equipos de empresa, con la meta de optimizar
la relación entre el trabajador y sus actividades laborales. Lo antes mencionado permite inferir
que la ergonomía incorpora una serie de soluciones destinadas a mejorar las condiciones de
trabajo, a fin de eliminar o reducir la presencia de fatiga o alteraciones producidas por
sobrecarga física, disminuir las bajas laborales o el absentismo y contribuir a aumentar la
satisfacción y el rendimiento en el lugar de trabajo.
La ergonomía, principalmente se centra en el diseño de los puestos de trabajo de forma que
estos se adapten a las capacidades y limitaciones de las personas que los ocupan, y de esta forma
poder prevenir los daños a la salud, sobre todo, los trastornos musculoesqueléticos.
Existe una elevada incidencia de este tipo de trastornos en aquellos trabajadores que se dedican
al cuidado de pacientes o que desarrollan su actividad laboral en centros sanitarios.
A este grupo pertenecen todos los factores de riesgo que se producen por un esfuerzo físico
excesivo, ya sea por una incorrecta postura en el lugar de trabajo, un incorrecto diseño del
mismo o en actividades que suponen el traslado y manejo de enfermos. Estas acciones
constituyen una de las principales causas de accidente en centros sanitarios por la frecuente
aparición de lesiones lumbares. Otros trastornos pueden ser: microtraumatismos en dedos y/o
muñecas, fatiga visual, física y mental.
Si analizamos los diferentes tipos de sobreesfuerzos (manipulación manual de cargas,
movilización de pacientes, malos gestos o posturas y movimientos repetitivos) observamos que,
un 60% del total de accidentes ocasionados por sobreesfuerzos se deben a la movilización de
enfermos.
Por esta razón es necesario formar a este colectivo sobre las medidas preventivas que deben
adoptar en estos casos para prevenir los trastornos musculoesqueléticos asociados a este tipo de
accidentes.
En el sector sanitario se consideran riesgos ergonómicos:
- La manipulación de cargas: destaca en este grupo la movilización de pacientes.
- La higiene postural: importante en el desarrollo de cualquier actividad y sobre todo en la
manipulación de cargas.
- Los movimientos forzados: pueden provocar contracturas y lesiones musculares, ya sean
realizados con o sin carga.
- El sedentarismo: la falta de actividad hace que la musculatura esté débil, siendo más
susceptible a sufrir lesiones.
Los movimientos imprevistos: suele ocurrir cuando el paciente realiza un movimiento
inesperado. En este caso el profesional sanitario suele reaccionar de manera imprevista y puede
realizar movimientos bruscos que le pueden ocasionar lesiones.
5.1. Trastornos musculoesqueléticos y factores laborales asociados
Muchos son los factores que intervienen en la generación de los trastornos musculoesqueléticos.
Estos factores han sido estudiados desde diversos puntos de vista: fisiológicos, biomecánicos y
epidemiológicos, sin que hasta la fecha haya un total acuerdo sobre los factores de trabajo
asociados a estos trastornos, ni la relación entre ellos.
De acuerdo con Westgaard y Winkel, existen factores de exposición externa ligados al entorno
físico de trabajo (tales como, la altura del plano de trabajo, el peso de los objetos o la duración
de la tarea) que se asocian con factores de exposición interna como la carga electromiográfica,
la presión intramuscular o la flexión/abducción del brazo.
Estos factores internos (en el individuo) darían lugar a una respuesta a corto plazo (aguda) que
podría ser de diferente tipo: fisiológica (por ejemplo, una fatiga muscular medida por
electromiografía o por la reducción de la resistencia, o la presencia de lactato en sangre, etc.) o
bien psicológica (percepción de fatiga, disconfort o dolor). Esta respuesta aguda podría llevar
con el tiempo, en diversos trastornos musculoesqueléticos.
Existen diversos estudios que han analizado la relación de los factores externos con los factores
de exposición interna, o con la respuesta aguda, pero hay una ausencia, casi total, de estudios
que hayan visto como se reflejan estas relaciones en la incidencia de traumatismos
musculoesqueléticos.
Además, de diversos factores modificadores del efecto, como la edad o el género, podrían ser,
en muchos casos, factores de confusión por lo que deben ser controlados durante el estudio,
control que pocas veces se realiza.
Otro aspecto importante, reflejo de la situación anteriormente descrita, es la falta de un método
adecuado y de criterios de evaluación que permitan registrar y evaluar la totalidad de los
factores asociados con los traumatismos musculoesqueléticos. Son innumerables los métodos
propuestos para el registro y evaluación de ciertos factores concretos, como las posturas de
trabajo, la manipulación manual de cargas, o de factores asociados al riesgo de traumatismos
musculoesqueléticos de la extremidad superior, pero solo son aplicables para el estudio de
ciertas situaciones y no pueden ser generalizables a la evaluación de la carga física total
asociada con los traumatismos musculoesqueléticos.
5.2 Relación entre los trastornos musculoesuqeléticos y los factores laborales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido que los trastornos
musculoesqueléticos, o más correctamente de la enfermedades óseo-musculares, que son
multifactoriales para indicar que hay un gran número de factores de riesgo que contribuyen a
causarlas: factores del entorno físico, de la organización del trabajo, psicosociales, individuales
y socioculturales. Esta naturaleza multifactorial es la razón más importante de la controversia
existente en torno a la relación de estos trastornos con el trabajo, y a su importancia en el
desarrollo de la enfermedad.
Por trastornos musculoesqueléticos se entienden los problemas de salud del aparato locomotor,
es decir, de músculos, tendones, óseos, cartílagos, ligamentos y nervios, que se localizan más
frecuentemente en el cuello, espalda, hombros, codos, muñecas y manos. Esto abarca todo tipo
de dolencias, desde las molestias leves y pasajeras hasta las lesiones irreversibles y
discapacitantes.
El síntoma predominante es el dolor, asociado a inflamación, pérdida de fuerza y dificultad o
imposibilidad para realizar algunos movimientos. Este grupo de enfermedades se da con gran
frecuencia en trabajos que requieren una actividad física importante, movilización de pesos,
movimientos repetidos o aplicación de fuerzas y también aparece en otros trabajos como
consecuencia de malas posturas sostenidas durante largos periodos de tiempo.
Se considera que los trastornos musculoesqueléticos son la primera causa de baja relacionada
con las condiciones de trabajo, aunque no siempre se reconozca su origen laboral. Según
algunas estimaciones en España se producirían cada año más de 30.000 casos nuevos de
lesiones osteomusculares por exposiciones en el lugar de trabajo, y cerca de un millón de
trabajadores estarían afectados por este tipo de dolencias.
Los trastornos musculoesqueléticos en España, en su conjunto, se sitúan entre las primeras
causas de baja laboral, en aumento continuo, en la última década en cuanto al número de bajas
laborales, y ya situado en el primer puesto del ranking de duración media de los procesos por
incapacidad temporal.
Estas lesiones son muy frecuentes. En los países industrializados, en torno a un tercio de las
bajas laborales por razones de salud, se deben a dolencias del aparato locomotor. Las afecciones
de la espalda son proporcionadamente las más numerosas (un 60% aproximadamente). En
segundo lugar, están las dolencias cervicales y de las extremidades superiores, seguidos de las
lesiones de rodilla.
Los TME tienen importantes consecuencias sobre el individuo. Entre otras, ver merada su
calidad de vida considerablemente debido al dolor y sufrimiento que provocan, así como la
pérdida de ingresos económicos derivada de la necesidad del trabajador de acogerse a una baja
laboral. Sin embargo, los efectos negativos de los TME no solo se reducen al trabajador, sino
que también afectan a las empresas e instituciones en las que estas personas trabajan y, como
consecuencia, a las economías de los distintos estados. Los TME son la principal causa de
absentismo laboral en prácticamente todos los estados miembros de la Unión Europea, reducen
la rentabilidad de las empresas y aumentan además los costes sociales públicos (el 40% de los
costes económicos que tiene las enfermedades y os accidentes de trabajo se deben precisamente
a los TME).
Dentro de estas alteraciones el dolor de espalda es una de las causas más frecuentes de patología
laboral, en el medio hospitalario según estudio de caracterización de patología del trabajo.
Estudios realizados en Europa y América del Norte muestran que el personal de enfermería es
un colectivo, particularmente, afectado por el dolor de espalda si se compara la prevalencia del
dolor de espalda entre los profesionales que trabajan en hospitales, el personal de enfermería es
el grupo más afectado.
En el caso de lumbalgias, se ha descrito una prevalecía anual de un 40,6% en enfermeros.
Estudios indican que este colectivo profesional tiene seis veces más probabilidad de tener
patología musculoesquelética como dolor lumbar y más factores de riesgo de hernias discales.
Respecto a la distribución por sexo, en casi todos los estudios revisados el género femenino
presenta más síntomas relacionados con trastornos musculoesqueléticos, lo que tiene un mayor
interés debido a que además la mayoría de la población sanitaria son mujeres.
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) relacionados con el trabajo han sido definidos de
diferentes modos en distintos estudios: algunos investigadores los restringen solo a su patología
clínica, otros a la presencia de síntomas; otros a procesos demostrables "objetivamente"; y otros
a la incapacidad laboral que originan (tales como baja laboral).
Existen diversos estudios epidemiológicos que han investigado la relación causal con diferentes
factores de exposición, tanto físicos como la postura de trabajo, como organizativos o
psicosociales. De ellos, me merece una especial mención la revisión sistemática realizada por el
NIOSH, pues, aunque data de algunos años, ha sido referente para el desarrollo de muchas
investigaciones posteriores.
Para esta revisión analizaron las evidencias epidemiológicas aparecidas en la literatura hasta esa
fecha sobre la asociación entre los TME del cuello, de la extremidad superior y de la zona
lumbar con la exposición a factores físicos del trabajo. Se revisaron cerca de 600 artículos
publicados en todo el mundo.
-TME del cuello y factores laborales asociados
De los estudios epidemiológicos revisados por el NIOSH, cerca de 40 examinaban la relación
existente entre los TME de cuello, y del cuello/hombro, con ciertos factores físicos del lugar de
trabajo.
Se concluyó que existe una fuerte evidencia de que los trabajos como enfermería con posturas
de trabajo estáticas, que implican a los músculos del cuello, o del y cuello y hombros, teniendo
un riesgo mayor de TME en esta zona.
Hay evidencia de una relación causal entre un trabajo altamente repetitivo o para la aplicación
de fuerzas y los TME del cuello.
-TMA del hombro y factores laborales asociados
De los cerca de 20 estudios revisados, algunos muestran evidencia positiva de asociación entre
el trabajo muy repetitivo y los TME del hombro. Sin embargo, esta evidencia presenta
limitaciones importantes, pues en estos estudios la repetitividad estaba combinada con una
postura forzada o con cargas estáticas en el hombro.
Hay evidencia de una relación causal entre posturas adoptadas o mantenidas con una flexión o
abducción del hombro de más de 60º y TME en esta zona, tanto para la flexión o abducción del
hombro de más de 60º y TME en esta zona, tanto para la tendinitis del hombro como para el
dolor no específico. La evidencia resulta más fuerte cuando las posturas del hombro se
combinan con ciertos factores físicos, como el sostener una herramienta por encima de la
cabeza.
Los estudios epidemiológicos no han podido mostrar con suficiente evidencia una asociación
positiva entre la fuerza o la vibración y los TME de los hombros.
-TME del codo (epicondilitis) y factores laborales asociados
De los cerca de 20 estudios que examinaban los factores físicos del lugar de trabajo y su
relación con la epicondilitis, se puede concluir que hay una evidencia insuficiente para asociar
el trabajo repetitivo con los TME del codo. Tampoco se ha hallado suficiente evidencia sobre la
relación de los factores, considerados por separado, y la epicondilitis.
En cambio, sí hay evidencia de asociación entre un trabajo de fuerza y la epicondilitis.
Hay una evidencia de la relación entre la combinación de factores de riesgo y la epicondilitis;
esto es especialmente evidente cuando la exposición a esta combinación de factores es elevada.
Esta fuerte evidencia para la combinación de factores es consistente con los resultados hallados
en estudios hechos a deportistas, por ejemplo, en tenistas, y en estudios biomecánicos. Estos
estudios también sugieren que la fuerza y la contracción repetida de los flexores y extensores
del codo incrementan el riesgo de epicondilitis.
Tanto los registros de enfermedades americanos como los internacionales han señalado que la
mayor incidencia de epicondilitis ocurre en tareas manualmente intensas y con elevadas
demandas de realización de gestos.
-TME de la mano/muñeca y factores laborales asociados
El síndrome del túnel carpiano (STC)
Los resultados de unos 30 estudios permiten decir que existe evidencia de una asociación
positiva entre el STC y el trabajo repetitivo, solo o en combinación con otros factores, y el
trabajo de fuerza. También la hay para la vibración mano-brazo.
Sin embargo, hay evidencia insuficiente para las posturas de trabajo externas. La variabilidad
individual en los métodos de trabajo, en los trabajadores que realizan el mismo trabajo, y la
insuficiencia de las diferencias antropométricas sobre la postura, son algunas de las dificultades
citadas para medir las características posturales en los estudios de campo. En cambio, los
resultados de los estudios de laboratorio, sobre la postura extrema, confirman la asociación con
el STC.
Hay una fuerte evidencia de la asociación entre la exposición a una combinación de factores de
riesgo y el STC. Hay una clara evidencia de que la exposición a una combinación de estos
factores laborales incrementa el riesgo del STC. Esto es coherente con los resultados de otros
estudios biomecánicos, fisiológicos y psicosociales. Los registros epidemiológicos americanos y
de otros países, también han indicado que las mayores tasas de STC se dan en trabajos con
elevadas demandas de esfuerzos manuales intensos.
-Tendinitis de la mano o muñeca
Hay evidencia de una asociación entre algunos factores por separado (repetición, fuerza y
postura) y la tendinitis de la mano/muñeca. Existe una fuerte evidencia de que las tareas que
requieren una combinación de factores incrementan el riesgo de tendinitis en este segmento
corporal.
-Síndrome de la vibración mano/brazo
En general. los estudios muestran una fuerte evidencia entre un elevado nivel de exposición a la
vibración mano/brazo y los síntomas vasculares del síndrome de vibración mano/brazo. Estos
estudios se han realizado entre trabajadores con elevadas exposiciones, como trabajadores
forestales, picadores de rocas…
También existe evidencia de que, a medida que aumenta la intensidad y duración de la
exposición a herramientas que vibran aumenta el riesgo a desarrollar el síndrome de vibración
mano/brazo.
- TME en la zona lumbar y factores laborales asociados
Unos 40 artículos analizaban la relación entre el TME e la zona lumbar y cinco factores del
lugar de trabajo: el trabajo físico pesado, el levantamiento de cargas y otros esfuerzos, el giro y
la inclinación, la vibración del cuerpo completo y las posturas de trabajo estáticas.
Hay evidencia entre el trastorno de espalda y el trabajo físico pesado, si bien, el riesgo estimado
es más moderado que para el levantamiento de cargas y los esfuerzos, las posturas forzadas, y la
vibración de cuerpo completo. La relación dosis-respuesta es ambigua pata dicho factor de
riesgo.
Hay una fuerte evidencia que los TME de la parte inferior de la espalda se asocian con el
levantamiento de cargas y la realización de movimientos de fuerza. Las asociaciones observadas
son coherentes con estudios biomecánicos y de laboratorio sobre los efectos del levantamiento
de cargas sobre los tejidos de la espalda.
Existe evidencia de la asociación entre estos TME y las posturas forzadas. Algunos de los
estudios sugieren que tanto el levantamiento de cargas como as posturas forzadas son factores
que contribuyen de manera importante al riesgo de estos TME.
Existe también una fuerte evidencia de que la exposición a la vibración de cuerpo completo se
asocia con el trastorno de la zona inferior a la vibración de cuerpo completo se asocia con el
trastorno de la zona inferior de la espalda. Las evidencias epidemiológicas y experimentales
sugieren que la vibración de cuerpo completo puede actuar en combinación con otros factores
de trabajo, tales como la posición "sentado" prolongada, el levantamiento de cargas, y las
posturas forzadas, causando un incremento del riesgo. Es posible que los efectos de la vibración
puedan depender de la fuente de la exposición.
En cuanto a las posiciones de trabajo estáticas y el trastorno de la zona inferior de la espalda, los
estudios proporcionan una evidencia insuficiente de que exista asociación.
-Los trastornos musculoesqueléticos y los factores psicosociales
Cada vez hay mayor evidencia de que los factores psicosociales relacionados con el puesto
ocupado y el entorno de trabajo juegan un papel en el desarrollo de los TME de las
extremidades superiores y de la espalda. Aunque los resultados de los estudios no son
totalmente concluyentes, sugieren que la percepción de la intensidad de la carga de trabajo, el
trabajo monótono, un limitado control sobre el trabajo, poca claridad de las funciones y un
apoyo social están asociados con varios de los TME derivados del trabajo.
5.3. Lesiones asociadas con la actividad en el servicio de quirófano
Los factores de riesgo vinculados a la carga física, tanto estática como dinámica, son relevantes
dentro del personal auxiliar y de enfermería en el área quirúrgica. Siendo determinado por el
levantamiento de pesos en posiciones incómodas, por ejemplo movilización de pacientes y
posturas de pie prolongadas entre otros aspectos. Esto último es explicativo de la elevada
frecuencia de trastornos ósteo - articulares y musculares, en particular de la columna vertebral,
en el personal sanitario. El dolor bajo de espalda, la hernia discal y la escoliosis son las causas
más frecuentes de molestia y absentismo entre el personal auxiliar y de enfermería.
Se observa además que las posturas desfavorables que desencadenan estas lesiones tienen
relación directa con la carga física, a causa del trabajo y movimientos repetitivos de extensión y
torsión de brazos-muñeca, brazos levantados por encima del nivel del hombro etc.
Esto se da porque el trabajador no puede modificar el ritmo de trabajo, el que está condicionado
a realizar siempre los mismos movimientos, tampoco puede abandonar o delegar su puesto, sin
alterar el ritmo de atención al paciente.
Además de las deficiencias biomecánicas, puede existir una predisposición a este tipo de
lesiones en virtud de la fatiga, de la debilidad muscular (especialmente de los músculos
abdominales, los radiales externos y los cuádriceps), la pérdida de flexibilidad de los tendones y
ligamentos, y las diversas modalidades de artritis. Además, estas tareas se realizan en un
contexto organizativo dominado por la prisa y las múltiples tareas que aguardan, por lo que en
muchas ocasiones se realizan sin atender a los mínimos requisitos de prevención. Por ello, las
situaciones de estrés pueden multiplicar el riesgo dorso-lumbar, de dos formas: una, provocando
una tensión muscular inconsciente y prolongada y, otra, haciendo que el trabajador se sienta
presionado para realizar la tarea sin ayudarse de los medios técnicos auxiliares o del apoyo de
otra compañero.
La alta demanda cognoscitiva, nivel de atención y concentración que conlleva la actividad de
enfermería, genera en el personal una carga nerviosa y/o mental que se ve agravada por tratarse
de trabajo por turnos (a veces de noche), y periodos cortos de descanso y pausas.
6. Métodos y técnicas empleados en el registro y evaluación de los factores asociados a los TME
Los métodos existentes para la medición de los factores de la carga física de trabajo pueden
categorizarse en un espectro que va desde mediciones directas, a observaciones, entrevistas,
diarios y cuestionarios. La elección de un método específico depende de los recursos
disponibles y de la exactitud de los datos.
Las mediciones directas incluyen registro electromiográficos, y el registro de la postura y el
movimiento mediante goniómetros, inclinómetros, acelerómtros y dispositivos optoelectrónicos.
Estos métodos son cuantitativos y altamente exactos, pero nosotros debido a la necesidad de
equipos sofisticados y al tiempo consumido en su calibración, registro y análisis. Debido a estas
limitaciones, solo pueden valorarse cierto número de sujetos y de segmentos del cuerpo.
Además, los dispositivos de registro acoplados al trabajador pueden molestar y, por tanto,
influir en los métodos de trabajo. Los registradores optoelectrónicos, solo pueden usarse para
los movimientos del tronco y de las extremidades, y además, en un trabajador inmóvil; por otra
parte el equipo de registro requiere una iluminación uniforme y un espacio relativamente
grande.
En el otro extremo del espectro tenemos los cuestionarios, los cuales han sido frecuentemente
usados en la valoración de la exposición debido a su bajo coste. El uso de cuestionarios, diarios
y técnicas de entrevista ofrece la posibilidad de estudiar la exposición acumulada a lo largo del
tiempo, la cual es un parámetro importante, no incluida normalmente en las mediciones directas.
Sin embargo, la relativamente baja exactitud y validez de los cuestionarios elaborados hasta
ahora, hacen su uso debatible, especialmente para estudios retrospectivos.
Recientemente, se ha demostrado que los diarios y las entrevistas poseen una validez
considerablemente mayor a las de los cuestionario. No obstante, la experiencia es. hasta ahora,
limitada y no debe pasarse por alto la naturaleza subjetiva de la información. Por tanto, los
métodos de observación pueden ser un compromiso entre el alto coste de las mediciones
directas y la baja validez y subjetividad de cuestionarios, diarios y entrevistas.
6.1 Métodos para el registro de las posturas de trabajo mediante la observación
La mayoría de los métodos propuestos se basan en el registro de la posición adoptada en el
momento de la observación, los distintos segmentos articulares. Ellos exigen analizar
previamente las tereas y operaciones realizadas por la persona objeto del estudio, a fin de
determinar el número total de observaciones a hacer y el momento del registro, de forma que se
recojan de la manera más exacta posible las diversas posturas adoptadas por el trabajador.
Cuanto más variada sea la actividad, más complicado será el análisis, exigiendo un mayor
número de observaciones.
6.2 El método OWAS
El método finlandés OWAS (Ovako Work Posture Analyzing System) fue desarrollado entre
1974 y 1978 por la empresa Ovako Oy junto al Instituto Finlandés de Salud Laboral para la
Industria Siderúrgica, y aplicado posteriormente a otras industrias y a Construcción.
Este método, permite la valoración de la carga física derivada de las posturas adoptadas durante
el trabajo. A diferencia de otros métodos de evaluación postural como Rula o Reba, que valoran
posturas individuales, Owas se caracteriza por su capacidad de valorar de forma global todas las
posturas adoptadas durante el desempeño de la tarea. Como contrapartida, Owas proporciona
valoraciones menos precisas que los anteriores.
6.2.1. Fundamentos del método
El método Owas es un método observacional, es decir, parte de la observación de las diferentes
posturas adoptadas por el trabajador durante el desarrollo de la tarea a intervalos regulares. Las
posturas observadas son clasificadas en 252 posibles combinaciones según la posición de
la espalda, los brazos, y las piernas del trabajador, además de la magnitud de la carga que
manipula mientras adopta la postura.
Cada postura observada es clasificada asignándole un código de postura. A partir del código de
cada postura se obtiene una valoración del riesgo o incomodidad que supone su adopción
asignándole una categoría de riesgo (Owas distingue cuatro Niveles o Categorías de riesgo para
cada postura).
Así pues, realizada la codificación de las posturas, el método determina la categoría de riesgo de
cada una de ellas individualmente. Posteriormente se evalúa el riesgo o incomodidad para cada
parte del cuerpo (espalda, brazos y piernas) de forma global, es decir, considerando todas las
posturas adoptadas. Para ello se asigna una categoría de riesgo a cada parte del cuerpo en
función de la frecuencia relativa de las diversas posiciones que adoptan en las diferentes
posturas observadas.
Finalmente, el análisis de las categorías de riesgo calculadas para cada postura observada, así
como para las distintas partes del cuerpo de forma global, permitirá identificar las posturas y
posiciones más críticas, así como las acciones correctivas necesarias para mejorar el puesto.
6.2.2. Aplicación del método La aplicación del método comienza con la observación de la tarea desarrollada por el trabajador.
Si existen diferentes actividades a lo largo del periodo observado se establecerá una división en
diferentes fases de trabajo. Esta división es conveniente cuando las actividades desarrolladas por
el trabajador son muy diferentes en diversos momentos de su trabajo. Así pues, si la tarea
realizada por el trabajador es homogénea y la actividad desarrollada es constante la evaluación
será simple, si la tarea realizada por el trabajador no es homogénea y puede ser descompuesta en
diversas actividades o fases la evaluación será multifase. Si se han establecido fases la
evaluación se realizará separadamente para cada fase.
Además, se establecerá el periodo de observación necesario para el registro de posturas
considerando que la muestra de posturas recogidas debe ser representativa del total de posturas
adoptadas por el trabajador. Esto implica que en puestos de ciclo de trabajo corto, en los que las
actividades se repiten un periodos breves, será necesario un tiempo de observación menor que
en puestos de tareas muy diversas y sin ciclos definidos. En general serán necesarios entre 20 y
40 minutos de observación.
Se determinará la frecuencia de muestreo, es decir, la frecuencia con la que se anotarán las
posturas adoptadas. Las posturas deben recogerse a intervalos regulares de tiempo,
habitualmente entre 30 y 60 segundos. La frecuencia de observación dependerá de la frecuencia
con la que el trabajador cambia de postura y de la variedad de posturas adoptadas. En general, a
mayor frecuencia de cambio y diversidad de posturas será necesaria una mayor frecuencia de
muestreo y registro de posturas. En cualquier caso debe considerarse que el número de
observaciones realizadas debe ser suficiente e influirá en la precisión de la valoración obtenida.
Debe considerarse que la verdadera proporción de tiempo en cada postura se estima a partir de
las posturas observadas, por lo tanto, el error de estimación aumenta a medida que el número
total de observaciones disminuye. Estudios previos han encontrado que el límite superior de este
error (con 95 % de probabilidad) cuando se realizan 100 observaciones es del 10 %. El límite de
error basado en 200, 300 y 400 observaciones son 7 %, 6 % y 5 % respectivamente.
Definidas las fases, el periodo de observación y la frecuencia de muestreo se observará la tarea
durante el periodo de observación definido y se registraran las posturas a la frecuencia de
muestreo. Esto puede realizarse mediante la observación in situ del trabajador, el análisis de
fotografías, o la visualización de videos de la actividad tomados con anterioridad.
El procedimiento para aplicar el método Owas puede resumirse en los siguientes pasos:
1. Determinar si la tarea debe ser dividida en varias fases (evaluación simple o multi-fase).
2. Establecer el tiempo total de observación de la tarea dependiendo del número y frecuencia de
las posturas adoptadas (entre 20 y 30 minutos).
3. Determinar la frecuencia de observación o muestreo. (Indicar cada cuanto tiempo se
registrará la postura del trabajador. Habitualmente oscilará entre 30 y 60 segundos).
4. Observación y registro de posturas. Observación de la tarea durante el proceso de observación
definido y registro las posturas a la frecuencia de muestreo establecida. Pueden tomarse
fotografías o vídeos desde los puntos de vista adecuados para realizar las observaciones. Para
cada postura se anotará la posición de la espalda, los brazos y las piernas, así como la carga
manipulada y la fase a la que pertenece si la evaluación es multifase.
5. Codificación de las posturas observadas. A cada postura observada se le asignará un Código
de postura que dependerá de la posición de cada miembro y la carga. Se emplearán para ello las
tablas correspondientes a cada miembro.
6. Cálculo de la categoría de riesgo de cada postura. A partir de su categoría de riesgo se
identificarán aquellas críticas o de mayor nivel de riesgo para el trabajador.
7. Cálculo del porcentaje de repeticiones o frecuencia relativa de cada posición de cada
miembro. Se calculará el porcentaje de cada posición de cada miembro (espalda, brazos y
piernas) respecto al total de posturas adoptadas.
8. Cálculo de la categoría de riesgo para cada miembro en función de la frecuencia relativa. Se
conocerá así que miembros soportan un mayor riesgo y la necesidad de rediseño de la tarea.
9. Determinar, en función de los resultados obtenidos, las acciones correctivas y de rediseño
necesarias.
10. En caso de haber introducido cambios, evaluar de nuevo con el método Owas para
comprobar la efectividad de la mejora.
6.2.3 Evaluación de las posturas registradas
La evaluación se realiza mediante la hoja de registro, la cual permite la evaluación de la carga
de trabajo probable, correspondiente a la combinación de la postura de la espalda, brazos y
piernas.
El valor obtenido nos da la categoría de acción para cada una de las posturas registradas. Estas
categorías son:
-Categoría de acción 1: No se requieren medidas correctoras
-Categoría de acción 2: Se requieren medidas correctoras en un futuro cercano
-Categoría de acción 3: Se requieren medidas correctoras tan pronto como sea posible
-Categoría de acción 4: Se requieren medidas correctoras inmediatas
Una vez hayamos concluido la evaluación de todas las posturas, podremos agruparlas en estas
cuatro categorías, y elaborar así el plan de intervención en función de las prioridades obtenidas,
corrigiendo las posturas más forzadas, o actuando sobre aquellas otras situaciones que se repitan
mucho a lo largo de la jornada.
6.3 Método REBA
El método REBA (Rapid Entire Body Assessment) fue propuesto por Sue Hignett y Lynn
McAtamney y publicado por la revista especializada Applied Ergonomics en el año 2000. El
método es el resultado del trabajo conjunto de un equipo de ergónomos, fisioterapeutas,
terapeutas ocupacionales y enfermeras, que identificaron alrededor de 600 posturas para su
elaboración.
El método permite el análisis conjunto de las posiciones adoptadas por los miembros superiores
del cuerpo (brazo, antebrazo, muñeca), del tronco, del cuello y de las piernas. Además, define
otros factores que considera determinantes para la valoración final de la postura, como la carga
o fuerza manejada, el tipo de agarre o el tipo de actividad muscular desarrollada por el
trabajador. Permite evaluar tanto posturas estáticas como dinámicas, e incorpora como novedad
la posibilidad de señalar la existencia de cambios bruscos de postura o posturas inestables.
Cabe destacar la inclusión en el método de un nuevo factor que valora si la postura de los
miembros superiores del cuerpo es adoptada a favor o en contra de la gravedad.
Se considera que dicha circunstancia acentúa o atenúa, según sea una postura a favor o en contra
de la gravedad, el riesgo asociado a la postura.
Este método es una herramienta de análisis postural especialmente sensible con las tareas que
conllevan cambios inesperados de postura como consecuencia, normalmente, de la
manipulación de cargas inestables o impredecibles. Su aplicación previene al evaluador sobre el
riesgo de lesiones asociadas a una postura, principalmente de tipo músculoesquelético,
indicando en cada caso la urgencia con que se deberían aplicar acciones correctivas.
6.3.1 Procedimiento de aplicación Para la aplicación del método puede reunirse los siguientes pasos:
- División del cuerpo en dos grupos, siendo el Grupo A el correspondiente al tronco, cuello y
piernas y el Grupo B el formado por los miembros superiores (brazo, antebrazo y muñeca).
Obtención de la puntuación individual de los miembros de cada grupo a partir de sus
correspondientes tablas.
- Consulta de la Tabla A para la obtención de la puntuación inicial del Grupo A, a partir de las
puntuaciones individuales del tronco, cuello y piernas.
- Valoración del Grupo B a partir de las puntuaciones del brazo, antebrazo y muñeca mediante
la Tabla B.
- Modificación de la puntuación asignada al Grupo A en función de la carga o fuerza aplicadas,
en adelante "Puntuación A".
- Corrección de la puntuación asignada al Grupo B según el tipo de agarre de la carga,
manejada, en lo sucesivo "Puntuación B".
- A partir de la "Puntuación A" y la "Puntuación B", y mediante la consulta de la Tabla C, se
obtiene una nueva puntuación final del método.
- Modificación de la "Puntuación C", según el tipo de actividad muscular desarrollada, para la
obtención de la puntuación final del método.
- Consulta del nivel de acción, riesgo y urgencia de la actuación correspondientes al valor final
calculado.
6.3.2 Nivel de actuación
Obtenida la puntuación final, se proponen diferentes niveles de actuación sobre el puesto. El
valor de la puntuación obtenida será mayor cuanto mayor sea el riesgo para el trabajador; el
valor 1 indica un riesgo inapreciable mientras que el valor máximo, 15, indica riesgo muy
elevado por lo que se debería actuar de inmediato. Se clasifican las puntuaciones en 5 rangos de
valores teniendo cada uno de ellos asociado un nivel de actuación. Cada nivel establece un nivel
de riesgo y recomienda una actuación sobre la postura evaluada, señalando en cada caso la
urgencia de la intervención.
6.4 Método RULA
El método RULA evalúa posturas individuales y no conjuntos o secuencias de posturas, por
ello, es necesario seleccionar aquellas posturas que serán evaluadas de entre las que adopta el
trabajador en el puesto. Se seleccionarán aquellas que, a priori, supongan una mayor carga
postural bien por su duración, bien por su frecuencia o porque presentan mayor desviación
respecto a la posición neutra.
Para ello, el primer paso consiste en la observación de las tareas que desempeña el trabajador.
Se observarán varios ciclos de trabajo y se determinarán las posturas que se evaluarán. Si el
ciclo es muy largo o no existen ciclos, se pueden realizar evaluaciones a intervalos regulares. En
este caso se considerará, además, el tiempo que pasa el trabajador en cada postura.
Las mediciones a realizar sobre las posturas adoptadas por el trabajador son fundamentalmente
angulares (los ángulos que forman los diferentes miembros del cuerpo respecto a determinadas
referencias). Estas mediciones pueden realizarse directamente sobre el trabajador mediante
transportadores de ángulos, electrogoniómetros, o cualquier dispositivo que permita la toma de
datos angulares. También es posible emplear fotografías del trabajador adoptando la postura
estudiada y medir los ángulos sobre éstas.
El método debe ser aplicado al lado derecho y al lado izquierdo del cuerpo por separado. El
evaluador experto puede elegir a priori el lado que aparentemente esté sometido a mayor carga
postural, pero en caso de duda es preferible analizar los dos lados.
6.4.1 Evaluación del método
1. Determinar los ciclos de trabajo y observar al trabajador durante varios de estos ciclos. Si el
ciclo es muy largo o no existen ciclos, se pueden realizar evaluaciones a intervalos regulares.
2. Seleccionar las posturas que se evaluarán. Se seleccionarán aquellas que, a priori, supongan
una mayor carga postural bien por su frecuencia o porque presentan mayor desviación respecto
a la posición neutra.
3. Determinar si se evaluará el lado izquierdo del cuerpo derecho. En caso de duda se analizarán
los dos.
4. Tomar los datos angulares requeridos. Pueden tomarse fotografías desde los puntos
adecuados para realizar las menciones.
5. Determinar las puntuaciones para cada parte del cuerpo.
6. Obtener las puntuaciones parciales y finales del método para determinar la existencia de
riesgos y establecer el nivel de actuación
7. Si se requieren, determinar qué tipo de medidas deben adoptarse.
8. Rediseñar el puesto o introducir cambios para mejorar la postura si es necesario
9. En caso de haber introducido cambios, evaluar de nuevo la postura con el método RULA para
comprobar la efectividad de la mejora.
6.4.2 Nivel de actuación
Obtenida la puntuación final se exponen diferentes niveles de actuación sobre el puesto.
Puntuaciones entre 1 y 2 indican que el riesgo de la tarea resulta aceptable y que no son
precisos cambios. Puntuaciones entre 3 y 4 indican que es necesario un estudio en profundidad
del puesto porque pueden requerirse cambios. Puntuaciones entre 5 y 6 indican que los cambios
son necesarios y 7 indica que los cambios son urgentes. Las puntuaciones de cada miembro y
grupo, así como las puntuaciones de fuerza y actividad muscular, indicarán al evaluador los
aspectos en los que actuar para mejorar el puesto.
6.5 Método elegido para llevar a cabo el estudio ergonómico de las enfermeras del quirófano de traumatología del hospital Insular
Dentro de las profesiones sanitarias, una de las más afectadas por los trastornos
musculoesqueléticos es la enfermería. El trabajo continuado de pie o en posturas no anatómicas,
la movilización y levantamiento de cargas así como la manipulación manual de personas,
generalmente dependientes, hace que este colectivo sea especialmente vulnerable en cuanto a
riesgos ergonómicos en el trabajo.
Los principales riesgos ergonómicos presentes en el desarrollo de la profesión enfermera en el
área de quirófano son los sobreesfuerzos generados por la movilización manual de personas,
manipulación de cargas y la carga física generada en los desplazamientos, esfuerzos y posturas
mantenidas durante el desarrollo de las tareas.
Los riesgos serán estudiados mediante el análisis del puesto de trabajo de las actividades propias
de enfermería debido a la carga postural que puede conllevar el trato con estos pacientes, ya sea
en la cura de heridas, instrumentación o en la realización de otros procedimientos. Para ello, se
evaluarán posturas específicas que presentan riesgo de producir trastornos musculoesqueléticos
a través del método RULA.
La adopción continuada o repetida de malas posturas observadas en las enfermeras de quirófano
durante su jornada de trabajo genera fatiga, y a la larga puede ocasionar trastornos en el sistema
músculoesquelético. Esta carga estática o postural es uno de los factores a tener en cuenta en la
evaluación de las condiciones de trabajo, y su reducción es una de las medidas fundamentales a
adoptar en la mejora de puestos.
RULA evalúa posturas concretas; es importante evaluar aquellas que supongan una carga
postural más elevada. La aplicación del método comienza con la observación de la actividad del
trabajador durante varios ciclos de trabajo. A partir de esta observación se deben seleccionar las
tareas y posturas más significativas, bien por su duración, bien por presentar, a priori, una
mayor carga postural, que serán las que se evaluarán. En este caso concreto evaluaremos las
posturas estáticas a la hora de la intervención, rotaciones de miembros superiores a la hora de
utilizar instrumental, manejo de cargas antes de comenzar la intervención y por último el
manejo y soporte de cargas durante la intervención .
Si el ciclo de trabajo es largo se pueden realizar evaluaciones a intervalos regulares. En este
caso se considerará, además, el tiempo que pasa el trabajador en cada postura.
Estas mediciones se realizarán directamente sobre el trabajador mediante transportadores de
ángulos, electrogoniómetros, o cualquier dispositivo que permita la toma de datos angulares. No
obstante, es posible emplear fotografías del trabajador adoptando la postura estudiada y medir
los ángulos sobre éstas. La forma de evaluar los diferentes ítems será:
Grupo A: Puntuaciones de los miembros superiores.
Grupo B: Puntuaciones para las piernas, el tronco y el cuello.
Dentro de las actividades a evaluar que lleva a cabo el personal de enfermería se encuentran las
siguientes:
Traslado de paciente
Preparación del traslado
Preparación del material necesario para el traslado
Introducción de la cama
Movilización del paciente a la cama
Colocación y control de material
Movilización del paciente a la cama
Colocación de material en la cama
Acomodar al paciente en la cama
Salida de quirófano
Material para asistencia urgente durante el traslado
Documentación de procedimiento realizado en quirófano
Traslado desde el quirófano a la unidad de reanimación
Ingreso a unidad de reanimación
Colocación cama
Monitorización del paciente
Conexión a respirador
Intercambio de bombas de infusión
Transmisión de información
Inspección del paciente
En las siguientes fotografías podremos apreciar algunas de las posturas forzadas más frecuentes
durante la jornada de la enfermera instrumental en quirófano a las que se les aplicaría este
método de evaluación. Se trata de fotos pertenecientes al equipo de enfermería en el área de
quirófano con las cuales se va a representar una breve simulación de análisis de las posturas
forzadas y brevemente se mostrará alguno de los criterios del método RULA.
Figura 1.
En la figura número 1 podemos identificar en primer plano a la enfermera instrumentista
colocando el material necesario para la intervención. Observamos una postura un poco forzada
hacia adelante y el adelantamiento de uno de los brazos sobre la mesa de Mayo con la que
pretende alcanzar los instrumentos que están más lejanos sobre la misma. El juego de brazos,
hombros y espalda es el afectado en este caso, por lo que se incluiría en el grupo A del método
Rula para su posterior puntuación y evaluación.
Figura 2.
En esta figura identificamos como existe un sobreesfuerzo cervical e incluso puede que exista sobrecarga de algunos músculos del tren superior como podría ser el trapecio, por lo tanto son incluidos dentro del grupo B.
Figura 3.
En esta figura observamos sin dificultad que el técnico de rayos lleva un mandil plomado de aproximadamente 3,5 kgr. El resto del personal del quirófano tiene ese mandil puesto durante toda la intervención quirúrgica bajo la bata estéril. Con esta imagen queremos dar importancia a
las posturas estáticas y carga mantenida estática, por lo que se evaluará haciendo uso del grupo B.
Figura 4. En esta figura identificamos la postura forzada del hombro y brazo ya que el codo se encuentra casi a la misma altura del hombro provocando así tensión muscular mantenida durante un periodo de tiempo medianamente largo, 15 min, por lo que se realizará la evaluación mediante el grupo
7. Recomendaciones higiene postural
Las posturas de trabajo deben ser lo más cómodas posible, promoviendo, de este modo, unos
movimientos de trabajo fáciles y que no den efectos perjudiciales para el individuo.
Una postura correcta se define como la alineación simétrica y proporcional de los segmentos
corporales alrededor del eje de la gravedad. La postura ideal de una persona es la que no se
exagera o aumenta la curva lumbar, dorsal o cervical; es decir, cuando se mantienen las curvas
fisiológicas de la columna vertebral. Se logra manteniendo la cabeza erguida en posición de
equilibrio, sin torcer el tronco, la pelvis en posición neutral y las extremidades inferiores
alineadas, de forma que el peso del cuerpo se reparta adecuadamente.
La postura corporal es inherente al ser humano, puesto que le acompaña las 24 horas del día y
durante toda su vida. La postura es "la composición de las posiciones de todas las articulaciones
del cuerpo humano en todo momento".
Recomendaciones de una buena postura corporal y manejo de cargas:
-Mantener el cuerpo tan cerca como sea posible de la persona o máquina que haya que levantar
o mover mientras se mantiene la espalda recta.
-Se debe levantar con los grandes grupos musculares de las piernas y los músculos abdominales,
no con la espalda.
-Doblar las rodillas para que el peso del cuerpo descienda por debajo de la carga, y después
estire las piernas para levantarlo con los talones bien apoyados en el suelo.
-Levantar con un movimiento suave y uniforme, sin presionar la zona lumbar (zona baja de la
espalda).
-Empujar, no tirar, de extensiones, mesas y maquinaria pesada sobre ruedas o rodillos.
-Utilizar los grandes grupos de músculos del cuerpo para manejar la base de cualquier equipo
portátil, como un láser o un microscopio.
-Sentarse con la espalda recta desde las caderas hasta el cuello, e inclinarse hacia delante por las
caderas.
-Cuando esté de pie o sentado, alinear la cabeza y el cuello con el cuerpo manteniendo la
curvatura lumbar.
-Cambiar de posición, estirarse o dar un paseo corto si puede.
-Gire todo el cuerpo para no doblar la cintura.
-Al inclinarse hacia delante flexionar las caderas y apoyarse con las manos.
-No coger nada que esté más alto de su cabeza ni estirarse demasiado, mantener los objetos
entre el pecho y las rodillas si puede; usar escaleras o banquetas si es necesario. Cuando hay que
mover pacientes inconscientes u obesos es bueno utilizar un elevador o una camilla Davis con
ruedas. Permanencia de pie
El estar de pie es una postura humana natural y por sí misma no representa ningún riesgo
particular para la salud. Sin embargo, trabajar de manera estática regularmente puede provocar
dolor en los pies, hinchazón de las piernas, venas varicosas, fatiga muscular general, dolor en la
parte baja de la espalda, rigidez en el cuello y los hombros y otros problemas de salud.
El hecho de apoyar el peso en un solo pie provoca una tensión mayor. Cuando se mantienen los
dos pies juntos estando de pie, la musculatura de los muslos debe estar continuamente en
tensión para mantener la postura erecta. Por el contrario, cuando los pies están separados, los
ligamentos de las caderas y de las rodillas soportan el peso del cuerpo con menos esfuerzo. Por
eso cuando se está mucho rato de pie junto a la mesa de quirófano es bueno adoptar una postura
de pies separados, pues será menos cansado para el personal de quirófano.
A veces se necesita algún tipo de plataforma (escalones o banqueta) para que la enfermera
pueda trabajar a una altura adecuada. Estas plataformas deben ser lo bastante anchas y largas
para permitir estar sobre ellas con los pies separados. Si el cirujano es bajo puede estar sobre
uno de estos escalones, para permitir que el resto del equipo tenga la mesa de operaciones a una
altura cómoda para trabajar.
7.1 Posiciones básicas de seguridad
Posición de banqueta: es el punto de inicio más seguro para proceder ante cualquier técnica de
movilización. Consiste en :
Abrir a la anchura de las caderas y flexionar ambos miembros inferiores repartiendo el peso
del cuerpo de manera equivalente entre los dos pies. Se aconseja una flexión aproximada de 90º
entre la cadera y la rodilla (nunca sobrepasar en la flexión la línea de las rodillas). Mantener los
pies rectos bien apoyados y en paralelo al objeto evitando así bloqueos de la rodilla y el tobillo.
Bascular la pelvis levemente hacia delante y mantener la espalda recta y erguida con un
ángulo anterior máximo de 25º, alargar ligeramente los hombros y los brazos para favorecer el
equilibrio.
Esta posición no causa fatiga muscular y se mantiene de manera pasiva centrando la mirada al
frente en horizontal
5 .Posición de banqueta
El gesto de finta: Este movimiento se utiliza cuando es necesario realizar un desplazamiento
lateral del cuerpo, es usado en los enderezamientos y en los levantamientos de la cama a la silla.
Para su desarrollo es imprescindible que el movimiento se ejecute desde las caderas sin elevar la
extremidad inferior:
Flexionar ligeramente el miembro inferior que soporte el peso del cuerpo y sobre el que se
asienta el eje de gravedad, la punta del pie homolateral se debe posicionar mirando hacia
delante. El miembro inferior contrario recibirá el eje de gravedad quedando en extensión con la
punta del pie en la dirección del movimiento.
La pelvis y los hombros se deben de desplazar conjuntamente en horizontal y paralelos al
suelo, para lo cual es necesario que el miembro superior del que parte el eje de gravedad se
mantenga en semi-flexión con los dedos juntos formando una “cuchara”, el lado
contralateral colocará el codo en dirección al movimiento y la palma de la mano plana para
evitar luxaciones de muñeca durante el movimiento.
La espalda se mantendrá recta y erguida con la mirada centrada en la dirección del
movimiento para lograr que este sea pasivo.
6. Gesto de finta
Movilización por contrapeso: Este gesto pretende utilizar el propio peso del cuidador para
desplazar la carga evitando posiciones de riesgo en el miembro superior. Es necesario:
Colocar ambas piernas abiertas a la altura de la cadera y flexionadas manteniendo siempre la
línea de las caderas por encima de las rodillas.
Mantener los pies en paralelo, firmes y apoyados completamente en el suelo, situar
posteriormente los pies del paciente entre medias de los del cuidador. Alcanzada esta posición
se usará la propia masa corporal para realizar un movimiento de balanceo que ocasionará la
fusión de ambos centros de gravedad en uno solo que caerá sobre la base de sustentación.
7 .Movilización por contrapeso
La posición de bandeja: Esta posición se combina generalmente con la posición de banqueta,
para lograr un correcto posicionamiento el miembro superior ha de quedar flexionado 90º con el
codo pegado al tronco manteniendo la palma en extensión con los dedos en supinación.
Esta posición se puede combinar con el contrapeso teniendo en cuenta que la palma de la
mano gira hacia prono para favorecer el desplazamiento y evitar bloqueos en la musculatura del
brazo y del antebrazo.
8. Posición en bandeja
La posición de consola: una de las ventajas de esta posición es que trata de proteger a la
columna vertebral dejándola bloqueada y es de especial interés en aquellos casos donde los
codos puedan apoyarse sobre una cama o mesa. Para lograrla:
La posición adoptar es similar a la posición de banqueta, ambos miembros inferiores se
colocarán abiertos a la anchura de las caderas y flexionados.
Los codos han de quedar apoyados sobre la cadera, el muslo o las rodillas, de esta manera la
carga se dirige inmediatamente hacia ambos pies.
Para lograr mantener esta postura de manera eficaz es necesario que el eje de gravedad quede
lo más centrado posible y sobre la base de sustentación formada con los pies.
9. Posición de consola
8. Equipos de Protección Individual en el área quirúrgica
La norma que describe las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización
por los trabajadores de equipos de protección individual es el RD 773/1997, de 30 de mayo.
La protección de los trabajadores frente a los riesgos relacionados con la exposición a agentes
biológicos es un imperativo para garantizar la seguridad y la salud de los mismos.
En aquellos casos en que no es posible la adopción de medidas de protección colectivas, es
cuando debe recurrirse a los equipos de protección individual (EPI).
Tal como se indica en el artículo 17 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cuando los
riesgos no se puedan evitar o no puedan limitarse suficientemente por medios técnicos de
protección colectiva o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del
trabajo, tal como ocurre con frecuencia en los centros sanitarios frente al riesgo biológico, el
empresario deberá proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual adecuados
para el desempeño de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mimos.
Antes de la implantación de una prenda de protección individual frente a una determinada
situación de riesgo, deben tenerse en cuenta una serie de aspectos para que la utilización de
dicha protección sea lo más acertada posible.
Los equipos de protección individual recomendados por el Instituto Nacional de Seguridad e
Higiene en el Trabajo en el área de quirófano para hacer frente a los agentes biológicos son:
- Mascarilla quirúrgica de alta filtración (95%) cubriendo nariz y boca.
- Guantes de un solo uso quirúrgico (según la norma UNE EN 455-2, son guantes médicos
estériles y de forma anatómica, con el pulgar colocado hacia la superficie de la palma de la
mano del dedo índice, en lugar de ocupar una posición desplegada, y destinados para ser
utilizados en cirugía invasiva).
- Delantal impermeable cuando sea necesario:
- Delantal de descontaminación puesto sobre un pijama quirúrgico protege contra los
líquidos y productos de limpieza durante los procesos de lavado.
- Delantales de plomo puestos bajo las batas estériles protegen contra el riesgo de
radiación durante las intervenciones realizadas con fluoroscopia o intensificación de
imagen, o cuando el personal se va a exponer a implantes radiactivos.
- Gafas protectoras, herméticas y mascarilla o pantalla de seguridad.
- Bata quirúrgica: sobre el pijama quirúrgico se pone una bata estéril para poder entrar en el
campo estéril. Impide la contaminación cruzada entre el portador y el campo, y sirve para
distinguir a los miembros del equipo estéril, del no estéril. La bata constituye una barrera
protectora ante cualquier migración (es decir, la emigración de microorganismos desde la piel y
el pijama quirúrgico del portador hacia el campo estéril y el paciente, y penetración de sangre y
líquidos corporales desde el paciente hacia el pijama quirúrgico y la piel del portador).
- Vestimenta quirúrgica (no es un EPI): debe estar fabricada con materiales antiestáticos que
cumplan las reglas de la Asociación Nacional de Protección Contra Incendios y además se
lavará diariamente en una lavandería especializada, dentro del hospital. Esta vestimenta está
formada por un pijama verde, zuecos y gorro.
En cuanto a los EPIs empleados empleados para evitar los riesgos ergonómicos, podemos
encontrar el uso de fajas lumbares, las cuales no deben ser utilizadas habitualmente según los
responsables de vigilancia de la salud a menos que el trabajador padezca una patología y la
precise siempre. Se desaconseja su uso diario puesto que provoca un trabajo inadecuado de la
musculatura lumbar, por lo que debe ser usada en casos concretos y tras la indicación médica.
Para evitar el riesgo de lesiones lumbares, por consecuencia, el uso de fajas lumbares, lo que se
hace es poner medios a disposición del personal de quirófano como grúas de transporte de
pacientes o sistemas roll-on que favorecen el manejo de cargas y traslados evitando lesiones
musculoesqueléticas.
8.1 Propuesta: medias de compresión como EPI
Las medias de compresión elástica tienen como objetivo ejercer una compresión externa que es
más fuerte a nivel de tobillo y que va decreciendo a medida que se asciende hasta el muslo. Esta
diferencia de presión favorece el retorno venoso de sangre al corazón, por lo que permite
prevenir la aparición de varices y edemas y disminuye el riesgo de trombosis venosa.
Profesionales sanitarios como enfermeros y auxiliares, y no sanitarios como peluqueros,
recepcionistas, camareros… requieren una medida de prevención primaria que, sin duda alguna,
minimizará los riesgos de que aparezcan problemas venosos.
Por ello, es esencial que los departamentos de prevención de riesgos laborales, encargados de
valorar estas cuestiones, tomen conciencia de la importancia y los beneficios de las medias de
compresión elástica. Es preciso considerar que la mayor parte de las personas que refieren
molestias en las piernas en el desempeño de su jornada laboral mejoran con el uso de una media
elástica de compresión hasta la rodilla. Asimismo, es aconsejable que los chequeos periódicos a
los que son sometidos los trabajadores valoren esta cuestión.
Estas prendas terapéuticas constituyen una medida esencial de prevención primaria. El primer
paso que ha de darse, desde el punto de vista clínico, es el de descartar la existencia de cualquier
patología grave que lleve asociado este síntoma. Una vez eliminada la sospecha, las medidas
preventivas son el remedio más eficaz para corregir estas molestias.
Lo mejor para la salud del trabajador, y la opción con una mejor ratio entre coste y efectividad,
es adelantarse desde el punto de vista de la prevención.
Aunque se carece de datos científicos que establezcan el porcentaje de uso en el ámbito laboral,
se puede considerar que las medias de compresión elástica están infrautilizadas en España.
El desgaste de la calidad de vida del trabajador (con la consiguiente merma en la calidad de su
rendimiento) y el coste medido en horas laborales perdidas (bajas, disminución en la
producción, etc.) obligan a considerar, de manera firme, la presencia de esta prenda en el
uniforme laboral.
Conclusión El proyecto refleja la importancia de la higiene postural y la ergonomía en un puesto de trabajo
donde las lesiones músculo-esqueléticas son muy frecuentes. Los profesionales sanitarios,
concretamente, las enfermeras del área quirúrgica, son un sector de riesgo ergonómico afectado
por esta problemática.
El trabajo ha sido enfocado como proyecto específico dirigido a las enfermeras del bloque
quirúrgico del Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria que tras la recopilación de
información acerca de cómo se trabaja en esta área tan específica del hospital y haber obtenido
las estadísticas de accidentes y bajas médicas de años anteriores, podemos afirmar que es vital
trabajar con estos profesionales en la importancia que tiene una buena higiene postural para el
correcto desarrollo de sus tareas diarias. Además, consideramos de gran importancia el trabajo
de una buena prevención ante los diversos riesgos a los que están expuestos las enfermeras de
quirófano como pueden ser (riesgos físicos, químicos, psicológicos, biológicos…) además de
una evaluación de los mismos para que puedan ser tomadas las medidas preventivas necesarias.
Tras el estudio realizado en cuanto a las lesiones músculo-esqueléticas más frecuentes en las
enfermeras de quirófanos podemos encontrar que las afecciones dorso-lumbares y cervicales
son las más comunes dado que estos profesionales pasan muchas horas en posiciones estáticas o
forzadas. Por otro lado, cabe resaltar las lesiones que se producen en cuanto a la manipulación
de cargas se refiere, concretamente, en la movilización de pacientes y cajas de instrumental
quirúrgico.
Este documento ofrece recursos y herramientas para una correcta evaluación de riesgos
ergonómicos, ya que se exponen distintos métodos con la que se podría llevar a cabo, además de
aportar recomendaciones e indicaciones de cuáles deben de ser los EPIs a utilizar por el equipo
de enfermería en quirófano para una adecuada prevención de riesgos.
Recomendaciones
Tras el estudio y exposición de los riesgos ergonómicos asociados con la actividad en quirófano
desempañada por las enfermeras, consideramos adecuado sugerir las siguientes
recomendaciones para que el desarrollo de las actividades de estos profesionales sean llevadas a
cabo de la manera más ergonómica posible y siempre intentando evitar las lesiones músculo-
esqueléticas más frecuentes asociadas a este sector.
La Unidad de Riesgos Laborales del Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria
realizará talleres informativos sobre higiene postural y ergonomía centralizado en el
personal de quirófano.
Se creará una guía técnica de higiene postural donde queden recogidas todas las posturas
más comunes que se adoptan durante una jornada en quirófano, además de incluir
recomendaciones de ejercicio físico para fortalecer las zonas que presentan más riesgo a
deteriorarse.
Se deberá llevar a cabo un seguimiento de la correcta realización de todas estas actividades
por parte de la Unidad de Prevención de Riesgos.
Se recomendará a las enfermeras y demás personal de quirófano la utilización de medias de
compresión aunque no sean consideras como un EPI puesto que existen evidencias de que
favorecen la circulación sanguínea y disminuyen la fatiga.
Por parte la Unidad de Prevención de Riesgos del Hospital Insular deberá de realizarse un
estudio ergonómico en las enfermeras de quirófano aplicando uno de los métodos descritos
para la obtención de datos estadísticos y para la evaluación de las posturas forzadas.
Para evitar otros tipos de riesgos (no ergonómicos) relacionados con la actividad de
quirófano los trabajadores deberán de utilizar correctamente los EPIs y hacer uso de las
normas de utilización de material quirúrgico y esterilización del mismo.
La Unidad de Prevención de Riesgos del Hospital será la encargada de suministrar los EPIs
y todo el material necesario referente a la prevención de riesgos. Aquí podemos incluir el
sumisito de fajas lumbares para aquellos trabajadores que por criterio médico las precisan.
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