UNA COMPUTADORA POR UNA COMPUTADORA POR ALUMNOALUMNO
En los primeros años del Siglo XXI, Nicolas
Negroponte, del MIT (Instituto Tecnológico de
Massachussets) diseñó junto a su equipo un proyecto
que propiciaba un salto en la educación a nivel mundial,
y que aportaría soluciones tecnológicas a muchos
problemas socioeducativos. La entrega de una laptop
por niño (One Laptop Per Child, OLPC) facilitaría la
creación de nuevos entornos de aprendizaje en los
ámbitos académicos. Se conoció a este iniciativa como
"modelo 1:1"
En educación, el modelo 1:1 consiste en la distribución de computadoras portátiles a docentes y alumnos en forma individual, de modo que estudiantes y maestros tienen acceso personalizado, directo, ilimitado y ubicuo a la tecnología de la información, al mismo tiempo y vinculados entre sí. Así, este modelo facilita la interacción, el trabajo colaborativo, la formación de una red de trabajo en el aula y fuera de ella. Se pretende educar para la sociedad del conocimiento, creando y propiciando nuevas formas de construcción del conocimiento, educar por competencias; etc.
El Proyecto “Una Computadora por chico”, tiene como objetivo primero mejorar la calidad de la educación en su conjunto, crea una conjunción de potencialidades, posibilidades y muchas expectativas tanto en el ámbito educativo como social. Con la finalidad de lograr desarrollar capacidades, habilidades y destrezas de los estudiantes e instruir a los docentes en la utilización pedagógica de la computadora, no solo como una herramienta de apoyo para llevar a cabo estrategias metodológicas del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino además para la producción del propio de material educativo, desarrollado por los aportes del docente y alumnos.
Es una oportunidad para logar una integración educativa, en equidad, tanto en sectores públicos como privados, como en zonas urbanas y rurales, buscando una calidad educativa no solo en conocimientos, en contenido, sino también en valores.
Es así que las introducción de estas nuevas tecnologías a la vida escolar deben ser pensadas como una oportunidad de aprendizaje, a través de soportes diferentes a los tradicionales. Pero teniendo presente que el equipamiento no lo es todo, que se precisa básicamente de docentes capacitados y actualizados, despojados de "tecnofobias", y capaces de cambiar rutinas de enseñanza en pos de la premisa: "enseñar a aprender a aprehender". En primera instancia, esa sería una manera de calificar al programa como "acertado" y "coherente".
El modelo Uno a uno es "sólo el punto de partida" - una buena oportunidad para construir un nuevo escenario educativo. En este nuevo escenario, como dice Scolari, "el docente abandona el rol central junto con el libro, de transmisores y depositarios del saber, para asumir otras responsabilidades, y los alumnos trabajar más. Hay que pasar de la enunciación individual a la colectiva, de manera que produzcamos todos.”