[Escriba texto]
Universidad de la República
Facultad de Psicología - Instituto de Psicología Social
La categoría género en las producciones bibliográficas sobre motivación, liderazgo y dirección organizacional:
Estrategias que conduzcan desde la ausencia a la producción necesaria.
Trabajo Final de Grado (Artículo de Revisión Científica)
Revista arbitrada: “Psicología, Conocimiento y Sociedad”
Tutor: Prof. Tit. Luis Leopold.
Carolina Lens Quintana.
C.I.: 4.439.128-5.
Montevideo, 2 de Mayo de 2015.
1
Contenido
Resumen .................................................................................................................................. 2
Abstract .................................................................................................................................... 2
1. Introducción ......................................................................................................................... 2
2. Presentación descriptiva de las fuentes documentales ............................................... 4
3. Motivación, prácticas directivas y liderazgo en las organizaciones: estado del arte
................................................................................................................................................. 11
3.1. La constitución psicosocial de la motivación ............................................................ 15
3.2. Formas de motivar y necesidades psicológicas presentes en la motivación ...... 17
3.3. Liderazgo y dirección ................................................................................................... 21
4. Discusión ........................................................................................................................... 23
4.1. El género como concepto ............................................................................................ 24
4.2. “Techos de cristal” y “suelo pegajoso” ...................................................................... 25
5. A modo de conclusión: algunas referencias sobre los “techos de cristal” en las
organizaciones de producción de conocimiento .............................................................. 28
6. Referencias bibliográficas ............................................................................................... 32
2
Resumen
En el presente artículo se realiza una revisión bibliográfica de las categorías
motivación, liderazgo y dirección organizacional. A partir de dicha tarea se constata la
ausencia del abordaje del género como constitutivo de dichas categorías. Esto
representa un gran obstáculo para el desarrollo de las mujeres en las organizaciones y
en las comunidades humanas en general.
Se relaciona la no atención al género en la bibliografía referente a la Psicología de las
Organizaciones y el Trabajo relevada, con lo que son las cotidianas condiciones de
trabajo de las mujeres en las organizaciones, en las que la discriminación y la
ausencia de ocupación de cargos directivos por parte de las mismas, son la dolorosa
regla. Se abordan entonces las expresiones “techos de cristal” y “suelo pegajoso”.
Específicamente, se hace referencia a las organizaciones de producción de
conocimiento, en las que, pese a constatarse una creciente feminización en su
composición, esto no se expresa en los equipos de investigación ni en las principales
autoridades.
Palabras clave: bibliografía organizacional, género, organizaciones de producción de
conocimiento.
Abstract
In this paper a review of the categories motivation, leadership and management is
performed. From this task the absence of gender approach as establishing those
categories is found. This represents a major obstacle to the development of women in
organizations and human communities in general.
No attention to gender in the literature on the Psychology of Organizations and Work
relieved is related to everyday working conditions of women in the organizations, where
the discrimination and lack of occupation charges management by them, are the
painful rule. The terms "glass ceiling" and "sticky floor" is then discussed. Specifically
refer to organizations of knowledge production is done, where, despite a finding of
increasing feminization in its composition, it is not expressed in the research teams and
for the main authorities.
Keywords: organizational literature, gender, knowledge production organizations.
1. Introducción
Desde los años setenta del siglo pasado se ha intensificado el interés y los esfuerzos
por estudiar y teorizar sobre aspectos de las organizaciones desconocidos hasta el
momento (Peiró, 2001). Esto se ha dado en el marco de una realidad organizacional
3
que se caracteriza por el creciente interés en directivos acerca de temáticas como la
motivación de los colaboradores, el clima laboral, la capacidad de liderar de los
mismos, así como la salud ocupacional, entre otros. Una de las razones por las cuales
se ha trabajado e invertido capacidades humanas y recursos económicos en dichos
factores es la preocupación por el aumento de la productividad. Se ha comprobado, a
modo de ejemplo, que la motivación del personal, así como su grado de conformidad
con las tareas que desempeñan y sus competencias para su puesto de trabajo, son
determinantes en la mejora del desempeño de los mismos, conllevando este factor el
aumento de la productividad en la organización (Navarro, Ceja, Curioso y Arrieta,
2014).
Pese a los grandes avances a los que se ha llegado en este ámbito, aún son escasas
las referencias a las mujeres en las producciones bibliográficas referentes a la
temática. En el presente artículo se abordan específicamente las producciones
relacionadas a las variables motivación, liderazgo y dirección organizacional. En los
artículos y documentos que se han relevado no se realizan referencias al género ni se
lo toma como variable en las investigaciones que fueron revisadas. En la búsqueda
bibliográfica realizada, no se obtuvieron resultados que refieran al género como
constitutivo de las variables mencionadas, sino que el mismo aparece cuando se
menciona explícitamente en los criterios de búsqueda. Esta ausencia resulta
representativa de la realidad a la que se encuentran expuestas las mujeres en el
mundo del trabajo, donde la opresión y la discriminación con la que se encuentran
conllevan una limitada presencia de las mismas en puestos directivos y/o articulados
con la autoridad. Este fenómeno ha sido denominado “techo de cristal” (Burín, 2008).
A pesar de haber conseguido numerosos logros en términos jurídicos en torno a la
igualdad de derechos y equidad en las oportunidades de hombres y mujeres, no solo
en el ámbito laboral sino en numerosos contextos, no se ha conseguido la plena
puesta en práctica de los mismos, sino que estos nuevos postulados continúan en la
lista de tareas pendientes en las organizaciones, existiendo aún la exclusión de las
mujeres de los puestos directivos y la delegación a las mismas de tareas de menor
prestigio en las organizaciones (Cuadrado y Morales, 2007; Martín, 2007).
En la bibliografía relevada en el presente artículo, las categorías elegidas para la
búsqueda bibliográfica (motivación, liderazgo y dirección organizacional) aparecen
pobremente relacionadas, siendo muy importante que se logre su integración para un
abordaje complejo de las mismas. Asimismo, este modo de abordaje de las categorías
mencionadas puede ser condición necesaria para que la categoría género se
problematice en relación a las mismas y adquiera otro lugar en este campo de
4
problemas. Lograr este cometido requerirá de conocimientos propios de la Psicología y
de las Ciencias Sociales, los que podrían contribuir a denunciar la falta de referencias
a la categoría género y a viabilizar la importancia de una presencia equitativa entre los
géneros masculino y femenino en los distintos roles en las organizaciones, incluyendo
los de liderazgo y dirección.
En la elaboración del presente documento se procuró utilizar un lenguaje inclusivo,
evitándose el uso excesivo de a/o, as/os, las/los, con motivo de no recargar la lectura
del mismo. Se utilizan términos neutros en caso de ser posible, así como el masculino
y el femenino alternadamente, o en conjunto. Si bien se siguen las recomendaciones
de las normas APA (6ta Edición), la primera vez que se referencia un/a autor/a en el
texto, se incluye su nombre de pila, con motivo de contribuir al esclarecimiento de su
género.
2. Presentación descriptiva de las fuentes documentales El relevamiento bibliográfico que se realizó para este escrito partió de la búsqueda en
bases de datos durante los meses de Junio, Julio y Agosto del año 2014. Tal como se
planteó en la introducción, la búsqueda bibliográfica se centró en las variables
motivación, liderazgo y dirección organizacional. Los textos relevados refieren a
experiencias, estudios e investigaciones acerca de organizaciones empresariales en
forma casi excluyente. En las fuentes documentales que permitieron el acceso a la
bibliografía relevada existe un claro predominio de las revistas científicas, que suman
un total de treinta y tres, a las que se accedió mediante las bases de datos que se
muestran en el cuadro 1:
Cuadro 1. Cantidad de textos relevados en las distintas bases de datos
Base de datos Cantidad de textos
Ebsco Portal Timbó 11
Psicodoc 5
Science Direct 5
Scielo 5
DOAJ 2
Dialnet 2
TDR 1
Portal de Tesis Latinoamericanas 1
Es importante mencionar que del total de las revistas científicas en las que fueron
publicados los trabajos relevados, la mayoría radica su dirección editorial en países de
Europa y de América Latina. El número de antecedentes relevado fue expresamente
delimitado a partir de la definición a priori de establecer un mínimo de cuarenta
documentos para considerar como estado del arte sobre la temática. Las
5
publicaciones se clasifican en el Cuadro 2 de acuerdo al país donde se radica su
dirección editorial.
Cuadro 2. País de radicación de las direcciones edtoriales de las publicaciones relevadas
Nro. de publicaciones
País de dirección editorial
8 España
5 Colombia
3 Estados Unidos
3 Brasil
2 Inglaterra
2 Portugal
2 Chile
2 Cuba
1 Chipre
1 Rumania
1 Serbia
1 Turquía
1 Irán
1 Países Bajos
1 Venezuela
1 Perú
1 Canadá
Se priorizó la bibliografía que fue producida a partir del año 2000 (treinta y nueve
documentos), tomando como excepción el caso de tres documentos que se ubican
cronológicamente dentro de las últimas dos décadas del siglo XX y que se incluyen por
considerarlos relevantes para la temática abordada.
Es posible realizar una clasificación de los documentos relevados tomando como
criterio el contexto social donde se llevaron a cabo. Esta división, junto a la
clasificación de las producciones según el idioma que se emplea en su redacción, se
muestra en el Cuadro 3.
6
Cuadro 3. Contexto de producción e idioma empleado en la redacción de los documentos
País (contexto de producción)
Nro. de documentos Castellano Portugués Inglés
España 10 • Colombia 5 • Chile 3 • Cuba 3 • Turquía 2
•
Brasil 2
• Portugal 2
•
Pakistán 2
•
Irán 2
•
Estados Unidos 2
•
Perú 1 • Serbia 1
•
Rumania 1
•
Bélgica 1
•
Inglaterra 1
•
Venezuela 1 • Chipre 1
•
Bosnia 1
•
Rusia 1
•
El predominio de documentos en idioma español es consecuencia de las bases de
datos elegidas para la realización de la búsqueda bibliográfica.
En suma, el relevamiento y la presentación descriptiva de las fuentes documentales
analizadas expone una bibliografía publicada mayoritariamente en Europa y América
Latina, y redactada fundamentalmente en castellano y portugués por los autores
iberoamericanos y en inglés por los autores asiáticos, europeos y estadounidenses.
Son ochenta y cuatro los autores que se mencionan como partícipes de los
documentos. Resulta interesante realizar una división entre los mismos de acuerdo a
su género. En el cuadro 4 se muestra dicha clasificación.
Cuadro 4. Clasificación de los autores de acuerdo a su género
Número de autores Género
51 Masculino
33 Femenino
7
Como puede visualizarse, las autoras de género femenino configuran una minoría en
la totalidad de los autores. Si se clasifican las producciones de acuerdo al número de
autores que participan en su elaboración (si se trata de un autor, o de dos o más), es
posible mencionar que de un total de cuarenta y dos, dieciocho son de un único autor,
mientras que veinticuatro son producciones colectivas (dos o más autores). Dentro de
éstas últimas, pueden distinguirse quince documentos en los que el primer autor es de
género masculino y ocho en los que la primera autora es de género femenino. De
nuevo, se hace notoria la ausencia del género femenino en la dirección de los equipos
de trabajo donde autores de género masculino están involucrados. Este punto puede
relacionarse a la ausencia de la categoría género en las producciones sobre las
variables motivación, liderazgo y dirección organizacional. Si de un total de veinticuatro
documentos producidos colectivamente, tan solo en ocho se mencionan autoras en
primer lugar, ¿es posible esperar la integración e interrelación de la variable género
con las variables anteriormente mencionadas? ¿Cómo se relaciona este estado de
situación con la creciente feminización de las matrículas universitarias en todo el
mundo?
La bibliografía que se recopiló en las bases de datos comprende tesis doctorales con
resultados de investigaciones, tesis de grado con resultados de investigaciones,
artículos de revisión, artículos ensayísticos y artículos de relevamiento de resultados
de investigaciones. La clasificación de la misma de acuerdo al tipo de documento
puede visualizarse en el Gráfico 1.
8
Gráfico 1. Clasificación de la bibliografía de acuerdo al tipo de documento
En el Gráfico 2 se expone la clasificación de las producciones de acuerdo a los
instrumentos empleados para llevarse a cabo.
Tipo de documento
Tesis Doctorales conresultados deinvestigaciones
Tesis de Grado conresultados deinvestigaciones
Artículos de revisión
Artículos ensayísticos
Artículos de relevamientode resultados deinvestigaciones
9
Gráfico 1. Instrumentos empleados en la producción de los documentos.
Haciendo referencia a las palabras clave de la bibliografía relevada, se presentará en
el Gráfico 3 una enumeración de las mismas en orden decreciente, de acuerdo a la
cantidad de textos en los que son citadas:
17
8
9
16
6
2 1
2
1
Instrumentos empleados
Encuestas y cuestionarios
Entrevistas
Revisión bibliográfica
Análisis de produccionesanteriores
Discusión
Actividades deobservación
Dinámicas grupales
Recopilación deinformación (presencial)
Recopilación deinformación (página web)
10
Gráfico 2. Clasificación de las palabras clave de las producciones de acuerdo a su frecuencia
Nota: La subcategoría “Otros A” del Gráfico 3, comprende las siguientes palabras clave, que figuran en dos oportunidades en las respectivas producciones: Diseño de puestos, Motivación extrínseca, Capital Humano, Comunicación, Trabajo, Organizaciones sin fines de lucro y Gerencia.
La subcategoría “Otros B” agrupa las siguientes palabras clave, que son mencionadas en los documentos en una única oportunidad: Motivación no económica, Nuevas tecnologías, Planes de carrera, Dirección estratégica, Valores, Cultura organizacional, Calidad de vida, PYMEs, Perfil motivacional del trabajador, Recursos laborales, Grado de supervisión, Valor económico, Necesidades, Falta de satisfacción laboral, Autonomía laboral, Conocimiento, Competitividad, Excelencia, Formación Outdoor, Recompensa, Incentivos o Retribución, Inteligencia emocional, Habilidad directiva para motivar, Dinámica motivacional, Condiciones laborales, Comportamiento estratégico, Intereses del personal, Análisis de puestos, Ensanchamiento de puestos, Rotación del personal, Sistema de Dirección por Recompensas, Emociones, Eficiencia, Productividad y Desarrollo del personal.
Acerca de las variables que son analizadas en cada uno de los textos, se muestra en
el Gráfico 4 una clasificación de las mismas en orden decreciente, de acuerdo a la
cantidad de ocasiones en las que figuran en los textos.
0
5
10
15
20
25
30
Mo
tiva
ció
n
Org
aniz
acio
ne
s
Dir
ecc
ión
Sati
sfac
ció
n la
bo
ral
Ges
tió
n
Co
mp
rom
iso
Mo
tiva
ció
n in
trín
seca
Lid
eraz
go
Org
. Pú
blic
a
Org
. pri
vad
a
Clim
a o
rgan
izac
ion
al
Org
. de
sal
ud
Ev. d
e d
ese
mp
eño
Re
nd
imie
nto
Otr
os
A
Otr
os
B
Palabras Clave
Cantidad
11
Gráfico 4. Clasificación de las variables analizadas en las producciones de acuerdo a su frecuencia
Nota: La subcategoría “Otros” comprende las variables que se toman en consideración por un texto, entre las que
pueden encontrarse las siguientes: autonomía laboral, transferencia de conocimiento, falta de insatisfacción laboral,
calidad percibida del servicio, liderazgo transformacional, grado de supervisión, habilidad del directivo para motivar,
comunicación, crisis económica, prácticas directivas, trabajo, conducta, factor humano, desarrollo organizacional,
recursos laborales, prácticas de marketing interno, planes de carrera, productividad, ausentismo, modelos de
competencias, necesidades humanas, inteligencia emocional, organizaciones sin fines de lucro, PYMEs y motivación
extrínseca.
3. Motivación, prácticas directivas y liderazgo en las organizaciones:
estado del arte
Como fue explicitado anteriormente, las variables elegidas para realizar el
relevamiento bibliográfico al inicio del proceso de elaboración del presente artículo,
fueron motivación, liderazgo y dirección organizacional. Estas fueron elegidas por el
interés particular de la autora por las prácticas directivas y la presencia o ausencia de
competencias para el liderazgo en directivos. Una vez finalizado el relevamiento, fue
posible visualizar un predominio de la variable motivación por sobre las otras dos,
encontrándose una falta de vinculación en la mayoría de las producciones entre las
tres variables, así como, como ya fue señalado, la ausencia de la variable género,
siempre que no fuera explicitada en los criterios de búsqueda en las bases de datos
consultadas.
Veintiocho de los documentos relevados refieren a la categoría motivación. Dicha
categoría ha despertado interés en el ámbito académico por el hecho que la
motivación del personal contribuye a la adquisición de ventajas competitivas por parte
de la organización (Nasr, Mahmoudzadeh, Mousaui y Boostani, 2014). El desarrollo de
estrategias de motivación e incentivos laborales en las organizaciones que guían a sus
directores en la toma de decisiones, permite el logro de dichas ventajas para la
0
5
10
15
20
25
30
Variables analizadas
Cantidad
12
organización, basadas en los valores organizacionales, en un nivel alto de rendimiento
y en la iniciativa del personal. Complementariamente, asegurando el logro de las
metas y atrayendo y reteniendo al personal entrenado profesionalmente a través de la
motivación.
Sin estrategias funcionales claras y definidas, es difícil que las organizaciones logren
una política corporativa uniforme (Ilyina, 2013). En tanto la motivación ha sido definida
como el proceso de iniciación de actividades que está directamente relacionado a
ciertas metas, los trabajadores que no tienen objetivos claros tienden a trabajar
lentamente, y desempeñando una menor cantidad de tareas que los empleados que
tienen metas claras y desafiantes (Miljkovic, 2007).
Concomitantemente, en el relevamiento bibliográfico realizado se encontraron diversas
producciones que abordan las capacidades directivas para liderar, al mismo tiempo
que exponiendo propuestas y planes de acción a llevar a cabo por la dirección en las
organizaciones, con motivo de lograr la motivación del personal y el logro de los
objetivos organizacionales.
En un estudio realizado en Chile se propone el desarrollo de planes de carrera
organizacionales como el medio por excelencia para motivar al personal, beneficiando
de este modo a la organización y a los trabajadores. Para la organización, el desarrollo
de estos planes aportaría un medio más eficiente y eficaz de cubrir las vacantes, sin la
necesidad de realizar procesos de selección mediante el reclutamiento externo. A los
trabajadores los motivaría, proporcionándoles una meta a alcanzar y oportunidades de
formación (Maldonado y Perucca, 2008).
En la misma línea, Mamen Infante del Río (2011) explica la importancia de los planes
de carrera, argumentando que mediante dichos planes los trabajadores pueden recibir
una devolución de su desempeño y de este modo acceder a la posibilidad de elaborar
junto a su responsable un plan de mejora. Esto contribuye a motivarlos y a visualizar la
importancia de su papel en el crecimiento de la empresa.
Otro de los medios que se utiliza frecuentemente en varias organizaciones es la
rotación del personal, empleada como consecuencia del esfuerzo y la determinación
de los trabajadores, con el objetivo de disminuir la monotonía y aumentar el nivel de
conocimiento y habilidades de los mismos. Una de las investigaciones relevadas en el
presente artículo es la de Kurtulus Kaymaz (2010), que parte de la hipótesis que
sostiene que las prácticas de rotación de personal tienen un efecto positivo en la
motivación. Los resultados del estudio confirmaron dicha hipótesis.
13
Otra perspectiva es la de Ma. Dolores Moragas Freixa (2010), que en su tesis doctoral
expone la relación de la variable motivación con la comunicación en el directivo,
entendiendo a ésta última como una de las funciones primordiales en la figura del
director de una organización, posibilitando el logro de sus objetivos. En la actualidad,
en varias organizaciones, la motivación y comunicación se relacionan profundamente,
habiendo jugado la motivación un papel importante en el logro de la efectividad
comunicacional (Jorfi, Jorfi, Bin Yaccob y Mad Shah, 2011). La autora, citando a Juan
Antonio Pérez López (1993), afirma que para que una organización exista, es
necesario formular y explicitar los objetivos de la misma, que deben ser de carácter
alcanzable. Es preciso que los integrantes de la organización conozcan estos objetivos
y pretendan cumplirlos. Es en este punto donde resulta central que el directivo además
de formular y comunicar los propósitos organizacionales, motive a los trabajadores
hacia los mismos. De acuerdo a Juan Antonio Pérez López (1993), será la dimensión
de liderazgo de la función directiva la que enmarcará las tareas destinadas a la
motivación de los trabajadores.
En la misma línea, Eva Gallardo, María Espluga y Xavier Triadó (2007), explican que la
motivación de los colaboradores garantizará la no desviación del fin y la estructuración
del esfuerzo en toda la organización en su conjunto. Así, motivar, que proviene de
“movere”, significa “mover” voluntades y alinear los objetivos personales con los
organizacionales, generando de este modo un compromiso a largo plazo de los
colaboradores con la organización, lo que se fundamentará en factores intrínsecos
(propios del trabajador) y extrínsecos (de la organización hacia el trabajador). Estos
autores definen a la motivación como lo que impulsa al trabajador a intentar cumplir un
objetivo.
En un artículo de la redacción de la revista Capital Humano (2006) se introduce al
lector en un conjunto de prácticas que comienzan a expandirse en el ámbito
organizacional, las que comprenden la contratación de compañías para la realización y
organización de actividades y eventos corporativos, formación outdoor training y viajes
de incentivos. Se concibe a las actividades fuera del entorno laboral como instancias
que permiten fidelizar a los empleados y a clientes, tanto potenciales como habituales.
En el caso de ser formativas, estas actividades inducen a la integración entre
compañeros de trabajo. Este tipo de prácticas responden a la necesidad de motivar y
retener a los talentos en las organizaciones, partiendo de la creencia que conciliar la
búsqueda de resultados empresariales con el bienestar de las personas es clave para
construir un proyecto que tenga futuro (Massó, 2011).
14
Ricardo Casate Fernández (2007) introduce el concepto de dirección estratégica, su
surgimiento y evolución. En la era de la información, las organizaciones requieren de
herramientas para captar y analizar los cambios de la época actual, para desarrollar
eficientemente una dirección estratégica. El autor sostiene que el éxito de la gestión de
las organizaciones requiere de una visión integradora que unifique las decisiones que
impactan sobre el negocio. De este modo, es prioritario que los directivos cuenten con
herramientas que les permitan captar los cambios del entorno para guiar y conducir a
la organización. La sociedad exige a las organizaciones tener nuevas capacidades
para obtener éxito competitivo. Entre ellas, puede distinguirse la habilidad para
movilizar y explotar los activos intangibles o invisibles de una organización, en lugar de
invertir y gestionar sus activos tangibles. Se vuelve necesario definir estrategias que
estén acorde a un entorno dinámico y competitivo, así como efectuar su
implementación para asegurar su éxito. Esta es una carencia por parte de los
directivos, ya que tan solo un 10% de las estrategias bien definidas se introducen con
efectividad, debido a la dificultad de involucrar a toda la organización en su
implementación.
César Valecillos y Niria Quintero (2007) señalan que muchas empresas grandes,
mediante el aprendizaje de enfoques de gestión proactivos, se han visto beneficiadas
por el diseño y ejecución de proyectos de cambio planificado, lo que les ha posibilitado
incorporar adecuadamente los avances tecnológicos y los sistemas de inteligencia
empresarial. A su vez, esto ha permitido hacer frente a la globalización y a los
mercados cada vez más diversificados y competitivos, creando condiciones para la
carrera, el crecimiento y el desarrollo de su personal.
Iván Sánchez Manchola (2008) presenta un modelo de caracterización y análisis del
estilo de gestión y liderazgo de los dirigentes organizacionales. El modelo propuesto
parte de un análisis teórico-conceptual de elementos constitutivos de los modelos
predominantes de los estilos de dirección y liderazgo. La estructura del modelo se
compone por el análisis de dos dimensiones orientativas de los dirigentes: el énfasis
en los resultados y el énfasis en las personas. A partir de dicho análisis se presentan
cuatro estilos de dirección y liderazgo: el indiferente, el tecnicista, el sociable y el
sinérgico.
Indiferente- En el que prima la indiferencia en los aspectos propios de las tareas y
resultados, así como en los aspectos personales con su grupo de colaboradores y la
disposición que éstos puedan tener en el trabajo.
15
Tecnicista- En el que priman los aspectos técnicos específicos de las tareas y los
resultados.
Sociable- En el que su rol fundamental está orientado a ser un interfaz entre los
grupos de trabajo para facilitar y coordinar las relaciones intra e intergrupo, con lo que
se logra un excelente desempeño en la obtención de resultados.
Sinérgico- En el que el directivo tendrá la función de interfaz entre los grupos de
trabajo para facilitar y coordinar las relaciones intra e intergrupo, con lo cual se logra
un excelente desempeño en la obtención de los resultados preestablecidos.
Obviamente, no es posible encontrar estilos de dirección y liderazgo puros, sino
combinaciones de éstos.
Según Guillermo Pérez y Fabiola Sáenz (2010), una empresa será competitiva si
demuestra capacidad innovadora y la asienta en competencias difíciles de imitar por
parte de otras empresas, configurando competencias esenciales. Citando a James
March (1991), los autores afirman que estas competencias se reducen a dos activos
intangibles: la reputación empresarial y el know how de los empleados. Este último se
compone de sus conocimientos y habilidades, su capacidad de comunicación y su
motivación. Precisamente, se abordará a continuación la materialidad constitutiva de la
motivación.
3.1. La constitución psicosocial de la motivación
José Antonio Pérez Rubio (1997) propone en su estudio delimitar los diferentes
planteamientos acerca de la motivación y la satisfacción laboral en las últimas
décadas. En la producción bibliográfica acumulada existe un predominio de los
enfoques de tipo psicológico o microsociológico y/o de carácter subjetivo. El análisis
sociológico de las aspiraciones, motivaciones y orientaciones de los trabajadores
implica la consideración del hecho que las características de la actividad laboral diaria
dependen de las condiciones sociales donde se desarrolla la misma. Así, los
comportamientos y actitudes de los trabajadores se explican, en adición a las
condiciones de trabajo, por las motivaciones del colaborador, las que estarán
condicionadas por la estructura social en la que se encuentre inmerso (Pérez, 1997).
Alex Medina, Cecilia Gallegos y Patricio Lara (2008) analizan dos variables
relacionadas con la motivación: la satisfacción laboral y la falta de insatisfacción
laboral. Cuando se cuenta con personal motivado existe mayor probabilidad de aportar
al incremento del valor económico. A partir de diversas investigaciones, se concluye
que eliminando la característica de descontento de un puesto, no necesariamente se
16
provoca la satisfacción en el mismo. A partir de esto se supone la existencia de un
continuo dual, donde lo opuesto de satisfacción es no satisfacción y lo opuesto de
descontento, no descontento.
Los factores que conducen a la satisfacción en el trabajo son independientes a los que
conducen al descontento. Los administradores que buscan eliminar factores que crean
descontento pueden tener armonía, pero no necesariamente motivación. Para lograr
motivar al personal, debe generarse una coincidencia entre el logro de las expectativas
que ellos tienen y los resultados que obtienen con su trabajo en la empresa. Esto
obliga a las organizaciones a conocer y comprender estas expectativas para
responder adecuadamente a cada una (Medina, Gallegos y Lara, 2008). En este
marco, la distribución de valor al personal debe ser justa y equitativa, estando en
consonancia con la evaluación del personal, de forma de distinguir el aporte entregado
por cada trabajador. La retribución no debe ser mirada exclusivamente como algo
monetario, sino que es más amplia y debe responder a las expectativas del trabajador,
por lo que la empresa debe ser capaz de identificar los factores que provocan
insatisfacción laboral y aquellos que motivan y generan satisfacción en ellos. En la
medida en que el trabajador esté motivado y con una falta de insatisfacción, estará
contribuyendo con mayor eficiencia y eficacia al logro de los objetivos organizacionales
(Medina, Gallegos y Lara, 2008).
Leovany Chaparro (2006) realizó una investigación en el sector de las
telecomunicaciones en Bogotá. Dicha investigación se orienta a comparar y describir
los factores motivacionales y su relación con el clima organizacional, en empleados de
una empresa pública y una privada. Como conclusión, se aprecian más afinidades que
diferencias significativas en la comparación de empresas públicas y privadas en
cuanto a los factores motivacionales y clima organizacional. En efecto, se encuentran
diferencias no debidas exclusivamente a las variables empresa pública y privada, sino
a la interacción entre los factores motivacionales y las dimensiones del clima y algunas
variables demográficas. Los factores motivacionales y el clima laboral son propiedades
emergentes de la dinámica organizacional, porque surgen de múltiples interrelaciones
del factor humano en la organización (Chaparro, 2006).
José Navarro, Lucía Ceja, Fernando Curioso y Carlos Arrileta (2014) entienden por
motivación laboral a un comportamiento que responde a motivos adaptativos con el
que reaccionamos ante las demandas que se nos presentan en nuestro trabajo.
Explican que las crisis económicas han supuesto el cambio de las condiciones
laborales en términos de horarios, retribución por el trabajo, seguridad laboral, entre
17
otros factores, lo cual incide en un tipo de motivación que se encuentra determinada
por condiciones de carácter externo al trabajador, caracterizándose por su debilidad en
términos motivacionales. Los autores proponen una guía basada en motivaciones que
se encuentren bajo el control del trabajador, ya que entienden que trabajar en los
elementos que activan comportamientos en los trabajadores que estén determinados
por el medio, encontrándose fuera de su control, carece de valor motivacional.
3.2. Formas de motivar y necesidades psicológicas presentes en la
motivación
Numerosas producciones relevadas en el presente artículo distinguen dos variables de
la categoría motivación. Estas son la motivación intrínseca y la motivación extrínseca.
Las recompensas de carácter extrínseco son tangibles, externas al trabajador y
pueden ser monetarias, ascensos, de seguridad en el trabajo, entre otras. Las
intrínsecas son intangibles y pueden ser los desafíos, el reconocimiento, la actitud
positiva del jefe, entre otras (Hafiza, Shah, Jamsheed y Zaman, 2011; Falcón y Díaz,
2007). La mayoría de las investigaciones y los artículos aquí expuestos coinciden en la
creencia que para motivar e incrementar el compromiso de los colaboradores, los
directivos no deberían centrarse en formas extrínsecas de motivación. La misma debe
provenir de un sentido de significado y con el propósito del trabajo en sí mismo
(Morrison, Burke y Green, 2007). Este tipo de recompensas se emplean para estimular
la lealtad y mejorar el rendimiento de los empleados.
Cuando se trata de motivar a los trabajadores para obtener mejores resultados
profesionales, el dinero es la primera opción. Sin embargo, actualmente los directivos
están buscando nuevas formas de motivar a sus empleados (Ciorbagiu-Naon, 2010).
A modo de ejemplo, Natalia Castillo (2014), en su Tesis de Grado, presentó una
investigación orientada a esclarecer la relación entre el clima organizacional, la
motivación intrínseca y la satisfacción laboral. Se realizó con una muestra de
trabajadores de diferentes niveles jerárquicos de una empresa del sector privado.
Como conclusión, la autora comprobó que los trabajadores que se ubican en el grupo
de cargo elevado presentan mayor motivación de índole intrínseco y también se
encuentran satisfechos laboralmente. En este grupo, el clima laboral es percibido de
modo más favorable, por tanto la asociación directa entre estas tres variables es
consistente. En el grupo de trabajo de cargo bajo, el clima laboral está también
relacionado con la motivación intrínseca. No obstante, las condiciones laborales de
este grupo son distintas a las del grupo de cargo elevado en términos de la calidad de
su supervisión, y tal vez por ello su percepción del clima varíe, percibiéndolo como
18
menos favorable. Cuanto más elevada sea la jerarquía, más elevada o favorable es la
percepción del clima. Finalmente, el grupo de cargo medio presentó una relación
significativa entre el clima organizacional y la satisfacción laboral, pero no con la
motivación intrínseca.
Antonio Delgado (2013), en su artículo sobre la motivación de los empleados, expone
la idea de que una de las formas más eficaces de motivar implica el reconocimiento
del accionar y la labor de los mismos. Esta afirmación se sustenta en la necesidad
psicológica intrínseca de las personas de ser reconocidas por sus contribuciones.
Sobre esta variable se realizó un estudio en organizaciones bogotanas en el año 2009
(Higuita-López, 2011). En esta oportunidad, se indagó a partir de encuestas y
entrevistas si las organizaciones permitían el reconocimiento del empleado como un
ser humano íntegro. Asimismo, si se generaban o no espacios para la socialización e
interacción entre los trabajadores, así como de qué forma se daban los intercambios
verbales en las empresas y el trato de los dirigentes hacia los subordinados. En las
respuestas de los empleados, fue recurrente la explicitación de su percepción de ser
vistos por los superiores como un instrumento más de la gestión. En el estudio, el
autor concluye que la gestión de Recursos Humanos está descuidando aspectos
importantes para la administración del personal desde el punto de vista práctico y es
preciso que la misma se humanice y favorezca la realización de la persona. Este
enfoque puede relacionarse a lo expuesto por Rubén Cañedo Andalia y Julio Cristóbal
Guerrero Pupo (2007), quienes en su artículo introducen la noción de “dirección por
valores” como una alternativa y un complemento de la “dirección por objetivos”. Esta
noción refiere a un estilo de dirección cuyo centro es la persona y no anula, sino que
complementa, como se dijo anteriormente, a la dirección por objetivos, cobrando
sentido cuando es necesario generar creatividad para que la organización prospere.
En este sentido, la dirección por objetivos, de acuerdo a lo expuesto por los autores,
resultó insuficiente, ya que se olvidaron las necesidades de los trabajadores a la hora
de establecer objetivos organizacionales. De acuerdo a este modelo, se entiende a los
objetivos como fines en sí mismos y no como consecuencias aceptadas de creencias y
valores asumidos por los trabajadores. En cambio, la dirección por valores introduce la
figura del líder como un factor decisivo para el cambio en una organización, que
deberá participar y compartir el poder con los trabajadores, construyendo de este
modo los valores de aquella.
Radu Ciorbagiu-Naon (2010) propone que la solución para motivar al personal de una
organización de una forma económica podría ser la comunicación, el establecimiento
de metas, el análisis de fortalezas y debilidades, el entrenamiento, entre otras
19
opciones que promueven el sentimiento de pertenencia a un grupo. La estrategia del
directivo debería basarse en la transición desde la motivación extrínseca a la
intrínseca y se deberían tomar en consideración las preferencias de los trabajadores al
momento de elegir las modalidades de motivación (Tamayo y Paschoal, 2003). Entre
las técnicas motivacionales más eficientes se mencionan la escucha activa a los
empleados y la devolución de una opinión sobre su desempeño.
Otro estudio que problematiza la relación entre la motivación de los trabajadores y las
recompensas intrínsecas y extrínsecas es el de Nadia Sajjad Hafiza, Syed Schain
Shah, Humera Jamsheed y Khalid Zaman (2011). En esta oportunidad se obtuvo como
conclusión el hecho que existe una relación directa entre las recompensas extrínsecas
y la motivación de los empleados. Las recompensas intrínsecas tuvieron un resultado
insignificante en la motivación del personal.
En su estudio, Pinar Güngör (2011) se propone estudiar la relación entre el
reconocimiento del directivo y el desempeño de los empleados en bancos de la ciudad
de Estambul. Se analizan los resultados de la investigación realizada a 116 empleados
de 12 bancos de la ciudad. Se encontró que las recompensas económicas tienen
efectos positivos en el rendimiento de los trabajadores. En esta ocasión, la autora
comprobó que tanto la motivación intrínseca como la extrínseca, tienen un impacto en
el rendimiento de los trabajadores.
La propuesta de Marc Buelens y Herman Van den Broeck (2007) analiza las variables
intrínseca y extrínseca de la motivación en los sectores público y privado. Se
comprobó que los empleados del sector público están menos motivados
extrínsecamente. No los motivan los desafíos, el crecimiento personal y el dinero, sino
que se ven motivados por el deseo de trabajar en un ambiente de trabajo que brinde
apoyo y por mantener un balance en sus vidas. La edad también fue significativa: los
empleados mayores tienen menor tendencia a dejar las organizaciones, quieren
trabajar en un ambiente que brinde apoyo y están menos motivados por el salario. La
mayoría de las diferencias observadas pueden ser parcialmente explicadas por las
diferencias en la tarea a desempeñar, no por el sector en sí mismo.
Los investigadores Carole Jurkiewicz, Tom Massey y Roger Brown (1998) realizaron
un estudio en el que también se tomaron como variables las organizaciones públicas y
privadas, con motivo de visualizar las diferencias en las motivaciones de los
trabajadores de las mismas. Los resultados coinciden con el estudio expuesto
anteriormente en que las motivaciones de los trabajadores de ambos sectores difieren.
En esta ocasión, los empleados públicos citaron como motivador, en primer lugar, al
20
hecho de tener un “futuro estable y seguro” en la organización, mientras que los del
sector privado citaron en primer lugar un “salario alto”. Mientras que el ítem “prestigio
social y status” fue colocado en el último lugar por los empleados públicos, la “libertad
de la supervisión” fue reportada como el factor menos importante entre los del sector
privado. Otro contraste entre los empleados de los sectores público y privado se pudo
visualizar en los ítems “oportunidad de aprender” y “variedad en las tareas asignadas”
(segundo lugar vs. noveno, y sexto lugar vs. doceavo, respectivamente).
En el ámbito organizacional, la motivación representa uno de los problemas más
serios para los directivos, debido a que se encuentra determinada por numerosos
factores, como la personalidad del trabajador, las características del trabajo y la
organización en sí misma, así como el contexto en el que la misma se sitúa (Gregolin,
Patzlaff y Patzlaff, 2011).
Los recursos humanos han comenzado a ser visualizados como uno de los recursos
vitales en una organización (Azedo y Alves, 2013). Se han desarrollado numerosas
producciones en torno al accionar del directivo y sus habilidades motivadoras. Entre
ellas, puede citarse el trabajo de Zijada Rahimic, Emida Resic y Amra Kozo (2012).
Esta investigación se focaliza en los factores motivacionales de índole interno. Se
analizan las habilidades y recursos con los que cuentan los directivos en el proceso de
motivación de los empleados. Se confirmó que las competencias motivacionales en los
directivos influyen directamente en la dedicación y lealtad de los empleados. También
se ha demostrado que la motivación afecta el estilo de liderazgo y se correlaciona con
la eficiencia y creatividad en la organización. Una característica positiva en un buen
directivo sería la capacidad de motivar y la flexibilidad en el estilo de dirección (Greig,
1984). En la misma línea puede encontrarse el planteo de Gizem Güven (2013), quien
sostiene que las prácticas directivas pueden causar emociones que contribuyan a la
motivación o desmotivación de los trabajadores. En su estudio se analiza el fenómeno
en el contexto de organizaciones del área educativa, para entender cómo las prácticas
directivas influyen en la motivación de los docentes. Se concluye que cualquier tipo de
reconocimiento de la actuación de los docentes incrementa el sentido de pertenencia y
la motivación. De esta forma, si un directivo delega responsabilidad y reconoce
comportamientos positivos o negativos, el nivel de confianza y el sentido de
pertenencia aumentan.
Varna Hernández, Lázaro Quintana, Reynaldo Mederos, Ramiro Guedes y Benita
García (2009) realizaron una investigación en la que se planteó como objetivo analizar
la calidad percibida del servicio hospitalario y su relación con la motivación, la
21
satisfacción laboral y el liderazgo. En lo que refiere a la motivación, se encontró que
las necesidades de mayor fuerza motivadora en el personal son la social (el hecho de
contribuir a salvar vidas, por ejemplo), la de logro (el realizarse profesionalmente), la
de existencia (mejora de la economía de la familia, por ejemplo) y la de vocación
profesional. Las dimensiones que menos motivan al personal son: condiciones
adecuadas de trabajo y el reconocimiento de la labor desempeñada. En cuanto a la
satisfacción laboral, entre las dimensiones que más satisfacen al personal se
encontraron: relación jefe-grupo-subordinado, bienestar subjetivo y competencia.
Dentro de ellas: relación del director general con los trabajadores (relación jefe-grupo-
subordinado), dominio del trabajo a ejecutar por parte de los trabajadores
(competencia), carga de trabajo, autorrealización en los resultados, seguridad de
mantener su trabajo, compromiso con el trabajo (bienestar subjetivo). Las que menos
satisfacen son: estimulación (estimulación moral a los trabajadores, salario que recibe
acorde a la labor desempeñada, beneficios sociales, correspondencia del sistema de
estimulación moral y material), beneficio (atención a los trabajadores en situaciones
especiales), y condiciones de trabajo (disponibilidad de medios de trabajo y recursos
necesarios, disponibilidad de intranet, correo electrónico). En lo que refiere al
liderazgo, en los servicios clínicos y quirúrgicos se manifiesta un buen liderazgo
ejercido por los directivos. Se destacan los indicadores de competencia social y
personal, y control y disciplina. Finalmente, acerca de la calidad, los clientes internos
perciben con mayor calidad los indicadores de tangibilidad (estado de instrumentos y
equipos médicos, confort del área), fiabilidad y capacidad de respuesta. Los clientes
externos perciben buena calidad en los indicadores de tangibilidad (apariencia
personal de médicos, enfermeros y técnicos, puntualidad en las actividades
asistenciales del personal), empatía, fiabilidad, capacidad de respuesta.
3.3. Liderazgo y dirección
Geli Pautt Torres (2011) trabaja con los conceptos de liderazgo y dirección, enfatizando
en las diferencias entre ambos términos y sus respectivas tareas. Destaca que dentro
de una organización, tanto el liderazgo como la dirección poseen igual importancia, ya
que con mucha dirección y poco liderazgo la organización tiende a burocratizarse y, si
sucede lo contrario, se genera una anarquía interna en la organización. Las
organizaciones que logran un equilibrio entre dirección y liderazgo obtienen buenos
resultados, logrando un compromiso y entusiasmo de las personas.
Más aún, no todo directivo es líder y no todo líder es directivo (Pautt Torres, 2011). En
una organización, si un directivo es percibido por su equipo de trabajo como líder,
puede ocurrir que se genere un incremento en su influencia hacia sus seguidores,
22
contrariamente a que si no es concebido como tal. El objetivo primordial del liderazgo
será centrarse en los resultados, especialmente en los de tipo no cuantitativo, mientras
que el de la gestión será el de mantener funcionando el sistema global de la
organización, aún a expensas del bienestar de los empleados.
Henry Mintzberg (1991) explica que los buenos directivos serán los que puedan
acoplar los procesos intuitivos con los procesos efectivos de lógica, análisis y
articulación. El liderazgo es necesario entonces para conducir a la gente a que logre
los objetivos de forma comprometida, entusiasta y voluntaria, al tiempo que la
dirección para mantener funcionando el sistema a través de la planeación estratégica,
el control y la organización, entre otros (Pautt Torres, 2011).
Más holísticamente, Alejandro Cuadra y Constanza Veloso (2010) exponen los
resultados de una investigación en la que se propuso mostrar el impacto del grado de
supervisión como variable moderadora de la relación entre liderazgo, motivación,
satisfacción y clima organizacional. Se explica la elección de este tema a investigar
argumentando que en investigaciones sobre liderazgo que se han realizado, se ha
descuidado el estudio de qué tan estrecho o lejano es el ejercicio del mismo, variable
que se denomina en este estudio “grado de supervisión”. Los autores señalan que los
cimientos de un buen clima laboral se relacionan, en términos generales, con la
calidad directiva (liderazgo), entre otros factores. Desde este punto de vista, este es el
factor que más incide en el clima organizacional, el que a su vez, lo hará sobre la
creatividad y la productividad. Como resultado del estudio, se puede afirmar que el
grado de supervisión es una importante variable moderadora y se esperará que,
cuando el líder sea considerado, preocupado por los demás y utilice una supervisión
estrecha, variables como motivación y satisfacción aumenten significativamente. Al
respecto, los colaboradores autónomos, que reciben el apoyo suficiente de sus
colegas y supervisores y que cuentan con oportunidades de desarrollo profesional en
la organización, tienden a presentar niveles más elevados de compromiso en su
trabajo (Rebocho, Semedo y Santos, 2011).
Por último, Rodrigo Godoy y Edgar Bresó (2013) comprobaron empíricamente en su
estudio la influencia del Liderazgo Transformacional, el que destaca por su influencia
sobre la motivación intrínseca esperada en los trabajadores. Los líderes pueden
contribuir a fortalecer la motivación intrínseca de los colaboradores mediante la
capacitación de los mismos, el establecimiento de metas que los estimule y
contribuyendo a la existencia de un clima laboral respetuoso y armonioso.
23
4. Discusión
El relevamiento bibliográfico realizado permitió indagar en las categorías motivación,
liderazgo y dirección organizacional. A partir del mismo tomaron forma nuevas
interrogantes en relación a dichas categorías y a las producciones que las contemplan,
siendo la más notoria a la luz del interés de la autora del presente artículo la siguiente:
¿por qué el género no se analiza como constitutivo de las categorías motivación,
liderazgo y dirección organizacional?
A través de la búsqueda realizada en las bases de datos citadas al comienzo de este
escrito, se constató que al buscar las categorías elegidas, los resultados muestran la
ausencia de la variable género como una temática asociada a las mismas.
Estrictamente, esta última variable se asocia a la motivación, liderazgo y dirección
organizacional, únicamente, si se relaciona a las mismas en los criterios de búsqueda.
El género, de esta forma, resulta invisibilizado en tres capítulos de suma importancia
para la Psicología de las Organizaciones y el Trabajo, tanto para el ámbito académico
como para las prácticas diarias en las organizaciones.
Este aspecto puede relacionarse a la omisión de la identidad de género de los autores
de las distintas producciones de acuerdo a las pautas que son empleadas para
referenciarlas. Es el caso de las normas APA, que no incluyen entre sus postulados la
explicitación del género de quien produce los textos tomados en consideración. Esta
situación le generó dificultades a la autora de este artículo para discernir, en algunas
ocasiones, el género de autoras y autores de algunas producciones, invitando a
preguntarse si sería posible o conveniente la implementación de nuevas pautas de
referencia que sí tomen en consideración esta nueva variable, contribuyendo al
abordaje de las producciones desde otra perspectiva. Por lo mismo, se adoptaron las
pautas inclusivas que se mencionaron en la introducción.
A partir de esta situación, se entiende que resulta necesaria la reflexión acerca de la
opresión del género femenino en el mundo del trabajo, siendo la misma una de las
modalidades en las que se materializa esta problemática en relación a la identidad de
género. Día a día en las organizaciones, las mujeres se ven discriminadas y excluidas
de los cargos directivos por su condición. La caída de la tasa de fecundidad, la
proliferación de las familias monoparentales, el aumento de la tasa de divorcios y el
aumento de la presencia femenina en cargos y profesiones masculinizadas, son
ejemplos de comportamientos humanos que intentan romper con esta realidad. No
obstante, pese a que cada vez son más las mujeres que se atreven a transgredir los
estereotipos de género socialmente naturalizados e impuestos, no se ha conseguido
24
erradicar las relaciones de poder que continúan enmarcando la cotidianeidad de
hombres y mujeres en la sociedad occidental (Ramos, Barberá y Sarrió, 2003).
Quienes han profundizado y teorizado sobre este término acuñaron expresiones como
“techos de cristal” (glass ceiling) y “suelo pegajoso” para presentar la situación. A
continuación, precisamente, se hará énfasis en los derroteros que lleven desde
imágenes nocionales (sobre el primero de dichos conceptos) a construcciones
conceptuales. Permítase, previo a dicho trabajo, realizar una breve referencia al
concepto de género.
4.1. El género como concepto
Marta Lamas (1999), en su artículo “Usos, dificultades y posibilidades de la categoría
género” explica el proceso que comenzó en los años setenta del siglo XX, iniciado por
el feminismo académico anglosajón, que impulsó el uso de la categoría género
(gender, en inglés). El objetivo de esta promoción fue destacar que algunas
características atribuidas a las mujeres y denominadas “femeninas”, eran adquiridas
por las mismas a través de un proceso, antes que nada y solo social, desmintiendo
que sean inherentes a su sexo “individualizado”. Sin embargo, ya en los años noventa,
los conceptos de “sexo” y “género” comenzaron a confundirse, e incluso se empezó a
sustituir el hablar de las mujeres por el hablar del género. A modo de ejemplo, en
algunos libros incluso se sustituyó en sus títulos la palabra “mujeres” por la palabra
“género”, por considerar a ésta última más neutral que la primera. De esta forma, se
defendería o se debatiría sobre la discriminación a las mujeres, aunque sin la
necesidad de nombrarlas y explicitar la opresión en la que viven. Citando a Joan Scott
(1986), Marta Lamas (1999) describe cuatro elementos del género que considera
fundamentales. Ellos son los signos y símbolos culturales; los conceptos normativos
que designan los significados de los términos varón y mujer, así como del masculino y
femenino (doctrinas religiosas, científicas, educativas, entre otros); las instituciones y
organizaciones sociales de las relaciones de género (familia, organizaciones
educativas, entre otras) y, finalmente, la identidad.
Las menciones del término género por parte de investigadores de distintas disciplinas
durante los últimos veinte años del siglo XX permiten distinguir básicamente dos usos:
el de género como sinónimo de mujeres y el de género aludiendo a las relaciones
sociales de los sexos. Destaca positivamente el segundo uso del término, posibilitando
la integración del mundo de las mujeres al de los hombres, que en definitiva es el
mismo, pero que muchas veces resulta escindido en el ámbito académico (Lamas,
1999). Citando a Maurice Godelier (1986), Marta Lamas (1999) afirma que lo que
25
define al género es la acción simbólica colectiva. Dicho de otro modo, es a través de
un proceso colectivo que se construyen los postulados acerca de lo que deben y no
deben ser los hombres y las mujeres.
Otros aportes considerados pertinentes son los de Consuelo Vélez (2001), quien
explica que cada sociedad o grupo mantiene una concepción propia sobre el género,
que se basa en su propia cultura, formando parte de su historia y sus tradiciones. En
base a esta concepción y a las normas de género es que se edificará la vida cotidiana
del grupo. De esta forma, el significado de ser hombre y de ser mujer se instalará en el
mismo, al punto de ser asumido, reproducido y defendido por sus integrantes.
4.2. “Techos de cristal” y “suelo pegajoso”
Mediante la expresión “suelo pegajoso”, Mabel Burín (2008) aborda la situación de
mujeres que, en adición a sus empleos remunerados, desempeñan roles de amas de
casa, madres, esposas, cuidadoras, entre otros. Estas mujeres quedan “pegoteadas” a
esos roles, lo que dificulta su ascenso a puestos de poder en las organizaciones
(Martínez, 2005).
Beatriz Martínez García (2005), citando a Concha Revuelta y Rosana Peiró Pérez
(2002), explica que a partir de la hipótesis de “techos de cristal” se atribuye la ausencia
de mujeres en cargos directivos en las organizaciones a factores estructurales de una
sociedad donde rige el patriarcado. Así, “techos de cristal” describe una barrera
invisible con la que se encuentran las mujeres que se proponen crecer en su carrera
profesional, impidiéndoles en determinado momento y mayoritariamente a mujeres de
mediana edad, continuar desarrollándose en la vida organizacional. De acuerdo a Ana
Guil Bozal (2007), esta expresión describe a la perfección la sutileza mediante la que
se construyen dichas barreras, haciéndose muy difícil su dilucidación por parte de los
protagonistas y de la sociedad en su conjunto. Esta barrera se tipifica de cristal por su
condición transparente y naturalizadamente invisibilizada, es decir que carece de leyes
o postulados que expliciten que las mujeres no pueden avanzar a partir de
determinado momento de sus vidas hacia los puestos de mayor poder en las
organizaciones. A partir de esta situación, las mujeres se encuentran generalmente
infrarrepresentadas en los cargos directivos (Moya y De Lemus, 2004). Así, la gran
mayoría de los autores coinciden en que la cultura organizacional dominante en la
actualidad está construida en los valores propios del sistema patriarcal, lo que dificulta
la presencia del género femenino en responsabilidades de dirección (Barberá y
Ramos, 2004).
26
Otra de las hipótesis mediante la cual se ha intentado explicar esta realidad es la que
explica las dificultades que se le presentan generalmente a las mujeres a la hora de
conciliar su vida familiar con su actividad laboral, ya que conviven diariamente con los
mandatos sociales que les asignan las funciones de cuidado de hijos, por ejemplo, en
contraposición excluyente a su desarrollo profesional (Sarrió, 2002).
Pese a que las mujeres son capaces de ofrecer a los empleadores la misma
capacidad de producir que los hombres, muchas veces no se las contrata, debiendo
vencer más barreras que éstos en el mercado laboral, especialmente en puestos que
impliquen mayores responsabilidades. Explícitamente, se considera que incorporarlas
a la organización conllevará una serie de “complicaciones” a causa de su condición de
mujeres y su capacidad de procrear (Cuadrado y Morales, 2007). A modo de ejemplo,
en plena segunda década del siglo XX, es constatable la necesidad por parte de las
organizaciones de contratar directivos con experiencia a nivel internacional a causa de
la creciente importancia de la globalización de las actividades económicas. No
obstante, estos directivos son generalmente hombres, por lo que las mujeres acceden
escasamente a estas oportunidades laborales (Bastida, 2007).
Varios han sido los autores que han documentado en sus producciones el fenómeno
del “think manager-think male” (“si piensa en directivo está pensando en un hombre”).
Este término fue originalmente planteado por Virginia Schein en el año 1973, para
referirse al estereotipo instalado socialmente que asocia las funciones directivas con
características masculinas (Cuadrado y Morales, 2007). Desde esta perspectiva, los
comportamientos asociados a la masculinidad son los que serán considerados
imprescindibles a la hora de triunfar en cargos directivos, dificultando este factor la
contratación de mujeres para los mismos (Schein, 2001). De este modo, serán los
rasgos asociados a la afectividad y a lo emocional los que serán atribuidos a las
mujeres, mientras que a los hombres se los asociará con rasgos ligados a la
productividad, la autonomía, la eficacia, entre otros (Cuadrado y Morales, 2007).
Amparo Ramos, Ester Barberá y Maite Sarrió (2003) explican que, pese a que en la
mayoría de las producciones destinadas a la comparación entre directivos hombres y
mujeres se remarcan las debilidades de las directivas frente a los aspectos valorados
de los directivos, Marilyn Loden (1987) trabaja el concepto de dirección femenina
introduciendo al lector en el estilo de dirección que denomina “femenino-natural”,
caracterizado por componentes tanto racionales como emocionales. Este estilo recurre
a la cooperación para lograr los objetivos organizacionales, tomando al equipo como la
unidad fundamental en la organización y persiguiendo ante todo al logro de la calidad.
27
Las características fundamentales de este estilo de dirección son la comprensión y la
colaboración, así como los niveles altos de rendimiento. De este modo, las directivas
tendrían una mayor aptitud para el logro de relaciones personales estrechas con los
colaboradores, buscando soluciones que beneficien a todos.
Beatriz Martínez (2005) problematiza el llamado “techo de cristal”, prestando particular
atención a que “implica efectos en la salud de las mujeres, de sus familias, de las
organizaciones y, por ende, de la sociedad en su conjunto” (p. 12). De acuerdo a la
autora, esta realidad se hace presente en mujeres de alrededor de cuarenta años de
edad, con carreras laborales consolidadas antes de tener hijos. Citando una
investigación realizada por Mabel Burín (2008) en la Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales (UCES), explica que, pese a que la mayoría de las mujeres
ya no abandonan sus puestos de trabajo al convertirse en madres, sí disminuyen la
dedicación a los mismos debido al cuidado que necesitan sus hijos. En cuanto a los
hombres que se convierten en padres, la misma investigación arrojó que los mismos
no ven interrumpida su formación, ya que dedican su tiempo pos laboral a desarrollar
otras actividades laborales o a instancias de capacitación. Esta situación tiene como
consecuencia el hecho que las mujeres que eran altamente calificadas anteriormente a
convertirse en madres no sostengan dicho nivel de calificación, renunciando
posteriormente a la maternidad a puestos de trabajo de niveles superiores, dada la
dedicación que estos conllevan. No obstante, en ocasiones, estas mujeres intentan
conservar sus puestos de trabajo, mas no sin sentimientos de culpa y sin señales de
agotamiento por mantener su presencia tanto en el ámbito laboral como en sus
hogares.
Cambiar esta situación no es un asunto sencillo. Requiere tomar acciones en las
organizaciones que, si bien no pueden responsabilizarse por la totalidad del fenómeno,
sí puede decirse que posibilitan y legitiman este tipo de prácticas. Pero también se
necesita un cambio cultural, debido a que, como explica Mabel Burín (2008), los
“techos de cristal” se sustentan en rasgos característicos de la subjetividad femenina,
así como, como se dijo anteriormente, en una cultura patriarcal. Socialmente se
encuentra instituido el hecho que las mujeres son responsables por los cuidados de la
familia, lo que supone un obstáculo para sus carreras profesionales. Esta realidad
representa un conflicto de ambivalencia referido al “costo de oportunidad” que tienen
las mujeres en relación a lo que sienten en determinado momento de su vida, al no
poner en práctica las habilidades que han adquirido en sus carreras profesionales,
además de un “costo psíquico” que se manifiesta en un sentimiento de desesperanza
28
al visualizar que no recibieron las recompensas esperadas por sus esfuerzos (Burín,
2006).
En el presente siglo se ha concretado en Occidente un cambio en la dimensión
estructural del problema, con modificaciones y aprobación de leyes en torno a la
temática, logrando importantes avances en la equidad de oportunidades para hombres
y mujeres en el ámbito laboral (Martín, 2007). Pero aún quedan asuntos pendientes en
la vertiente cultural del asunto, de la que es responsable la sociedad en su conjunto
(Martínez, 2005). Hasta el momento no se ha conseguido superar las relaciones de
dominación existentes entre hombres y mujeres, para lo cual es preciso romper la
asimetría entre las obligaciones sociales de hombres y mujeres y la participación
limitada de estas últimas en el control de los recursos (Barberá y Ramos, 2004;
Heredia, Ramos y Candela, 2011). Fomentar el acceso de mujeres a posiciones de
mayor poder se ha establecido como uno de los desafíos sociales más importantes del
siglo XXI, figurando entre los acuerdos finales aprobados por la IV Conferencia
Mundial sobre las mujeres, realizada en Pekin en el año 1995 (Ramos, Barberá y
Sarrió, 2003).
5. A modo de conclusión: algunas referencias sobre los “techos de
cristal” en las organizaciones de producción de conocimiento
En tanto los ámbitos organizacionales constituyen un soporte hegemónico para la vida
cotidiana de los seres humanos, la constatación de la ausencia de consideración de la
categoría género en tres categorías abordadas hasta el hartazgo en la Psicología del
Trabajo y las Organizaciones, como lo son la motivación, el liderazgo y la dirección
organizacional, constituye un gran obstáculo para el desarrollo de las mujeres en
dichas organizaciones y de las comunidades humanas en general. En definitiva, en
este escrito se intentó exponer, como si se mirara a través de un cristal, una inequidad
sustantiva que obstaculiza el desarrollo de hombres y mujeres.
Este artículo contribuye al trabajo de integración de las tres categorías, entre otros
aspectos, poniendo a dialogar los conceptos, las investigaciones y las experiencias
empíricas en la vida de las organizaciones estudiadas. Dicho de otro modo, en el
artículo se ha mostrado la viabilidad de un abordaje de estos conceptos, quitando los
tabiques de cada uno de ellos en relación a los otros dos.
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica, así como una posterior discusión en base a
la misma, problematizando la situación de las mujeres en las organizaciones, para
abordar específicamente ahora las del ámbito académico. En consonancia con la frase
29
de León Tolstoi “pinta tu aldea y pintarás el mundo”, se remarca el poder de la
iniciativa en estos asuntos, valorando la producción de conocimiento en el proceso de
erradicación de los llamados “techos de cristal”. Se entiende que esta temática ha sido
escasamente problematizada en su materialización en organizaciones del ámbito
académico, existiendo escasas referencias a la institución universitaria en la
bibliografía clásica, por lo que, considerando en adición que este tipo de
organizaciones son las que enmarcan el proceso de producción de este artículo, se
hace notoria la necesidad de su abordaje.
Llegados a este punto, como se adelantara, se entiende que un apartado específico
merece el abordaje de esta temática en las organizaciones universitarias y
académicas en general. Si bien se constata una creciente feminización de las
universidades, lo que se expresa en el predominio de mujeres en el total de la
población inscripta en las mismas, en funcionarias y docentes, esto no se manifiesta
en los equipos de investigación financiados por estos centros de estudio.
Ana Guil Bozal (2007), autora española relevante por sus publicaciones acerca de la
historia de las mujeres en la ciencia y en las universidades, explica que pese a contar
con una presencia femenina mayoritaria en el estudiantado de las universidades de su
país, éstas cuentan aún con menor representación que los hombres en puestos de
mayor poder y de docencia. A su vez, el porcentaje de hombres que llegan a
doctorarse (PhD), así como el de los que participan en proyectos de investigación, es
mayor que el de las mujeres. En el artículo “Docentes e investigadoras en las
universidades españolas: visibilizando techos de cristal” realiza un interesante
recorrido de la historia de la ciencia, con el objetivo de demostrar lo naturalizada que
se encuentra la discriminación de las mujeres en dicho ámbito. Efectivamente, se
constata que ya en la Grecia del año 500 a.C., la presencia de las mismas en las
escuelas pitagóricas se encontraba sancionada con pena de muerte por la autoridad.
De hecho, algunas incluso se vestían de hombres para asistir a las clases que
impartían Sócrates y Platón. Pese a que se haya pretendido invisibilizar el papel de las
mujeres en la historia de la ciencia, en el recorrido histórico que realiza Ana Guil Bozal
(2008) se muestra el papel protagónico de las mismas en dicho ámbito, existiendo ya
en el año 3.000 a.C. escuelas para mujeres en Sais y Heliópolis.
Desde sus inicios en las universidades se marginó y discriminó a las mujeres, siendo
decretada por el Claustro de la Universidad de Bolonia, en el decreto 1377, la
prohibición de la entrada de las mismas en dicha organización. Dicha prohibición
continuó en los llamados países civilizados, hasta principios del siglo XX (Guil, 2008).
30
El historial de discriminación de la mujer en las universidades se mantiene hoy en día
en la enseñanza, la gestión y la investigación. Es pertinente mencionar aquí que Marie
Sklodowska, la única persona que ha ganado el Premio Nobel en dos ocasiones, es
conocida mundialmente con el apellido de su esposo, Pierre Curie (Guil, 2008).
Obdulia Torres y Bernadette Pau (2011) abordan en su artículo la situación de las
mujeres en el ámbito académico, específicamente en Alemania. Mencionan que en
este país, a pesar de ser la quinta economía mundial y la primera de Europa,
reconocida por el desarrollo de su ciencia y tecnología, se cuenta con uno de los más
bajos indicadores en torno a la equidad de género en la ciencia. En efecto, la
segregación horizontal se ha acentuado en los últimos 20 años y solamente un 12%
de los cargos directivos universitarios son ocupados por mujeres en Alemania. Las
mujeres en este país pasaron de no disponer de centros de educación superior para
cursar bachillerato, a encontrarse habilitadas para cursar en las universidades a partir
del año 1900. Tiempo después, en el año 1933, estaban matriculados en las
universidades de Alemania aproximadamente 115.000 estudiantes, de los que un
15,4% eran mujeres (Torres y Pau, 2011). Desde el año 2006 la tasa de mujeres
licenciadas supera a la de hombres, debido al incremento de la tasa de abandono de
los estudios de éstos últimos. Igualmente, este dato no se ve reflejado en los puestos
superiores en el personal docente (Torres y Pau, 2011). En cuanto a la población de
investigadores, puede mencionarse que la proporción de hombres es mayor a la de
mujeres, viéndose éstas relegadas a tareas de índole técnico, ejerciendo roles de
apoyo. Alemania es uno de los países con peores indicadores en lo que refiere a la
participación femenina en la investigación (Torres y Pau, 2011).
Enrique Díez, Eloina Terrón y Rocío Anguita (2009) profundizan en los llamados
techos de cristal en el ámbito educativo de forma genérica, abordando esta realidad en
organizaciones educativas de todos los niveles. Sostienen que el porcentaje de
directivos de género masculino es notoriamente mayor al de directivos de género
femenino. Mediante una investigación llevada a cabo en centros educativos de
España, los autores comprobaron que los hombres y las mujeres edifican sus carreras
profesionales de forma diferente. Mientras que los primeros las construyen
individualmente y en búsqueda de poder y prestigio social, las últimas lo hacen más
colectivamente y persiguiendo el logro de cambios en los respectivos centros
educativos, en un intento de contribuir al crecimiento de la organización. De acuerdo a
este estudio, las mujeres no tienen como objetivo el arribo a cargos de la parte
superior de la pirámide organizacional, no por no sentirse capaces, sino porque no lo
anhelan. En cambio, los hombres, sí. Este deseo por parte de los hombres, de
31
acuerdo a los autores citados, puede relacionarse al desarrollo por parte de los
mismos de una racionalidad de carácter competitivo, en la que el énfasis es colocado
en el logro profesional que puedan alcanzar (Díez, Terrón y Anguita, 2009).
A partir de la revisión de las producciones relacionadas a los “techos de cristal” en las
organizaciones educativas, puede concluirse que esta es una realidad que se ha
instalado, en occidente, hace por lo menos dos mil años. Pese a encontrarse todavía
vigente, como puede observarse en las universidades del mundo, así como en sus
equipos de investigación, se encuentra en camino de ser dilucidada y, en
consecuencia, erradicada. La perspectiva de género, que se ha expandido en el
ámbito académico, ha ofrecido posibilidades a un proceso de integración de las
mujeres más equitativo a los equipos de investigación, así como a los puestos de
poder en las organizaciones. Al mismo tiempo, falta mucho por hacer. Durante el
mientras tanto, el proceso de globalización ha permitido la expansión de perspectivas
que constituyen, al decir de Consuelo Vélez (2001), un valioso proceso sociocultural,
debido a su capacidad de movilizar lo ya instituido, enfrentando de esta forma la
opresión de las mujeres y produciendo un cambio de paradigma en las
organizaciones.
32
6. Referencias bibliográficas
Azêdo, D. & Alves, M. (2013). Práticas de marketing interno nas organizações de
saúde e a sua influência na motivação dos colaboradores. Revista Portuguesa de
Saúde Pública, 31(2), 181192. Recuperado de:
http://www.scielo.gpeari.mctes.pt/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0870902520130
00200007&lng=pt&tlng=pt. 10.1016/j.rpsp.2013.05.003
Barberá, E. y Ramos, A. (2004). Liderazgo y discriminación de género. Revista de
Psicología General y Aplicada, 57(2), 147-160.
Barberá, E., Ramos, A. y Candela, C. (2011). Laberinto de cristal en el liderazgo de
las mujeres. Psicothema, 23(2), 173-179.
Bastida, M. (2007). ¿Una nueva barrera de cristal? Capital Humano, (207), 68-76.
Buelens, M., Van den Broeck, H. (2007). An Analysis of Differences in Work Motivation
between Public and Private Sector Organizations. Public Administration Review, 67(1),
6574.
Burín, M. (2008). Las “fronteras de cristal” en la carrera laboral de las mujeres.
Género, subjetividad y globalización. Anuario de Psicología, 39(1), 75-86.
Cañedo, R. y Guerrero Pupo, J.C. (2007). Dirección por valores: una gestión con la
persona como centro. ACIMED, 17(2). Recuperado de:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-
94352008000200002&lng=es&nrm=iso
Capital Humano (España) (2006). Outdoor e incentivos: la inversión de la organización
en las personas. Capital Humano, (196), 78-82.
Casate Fernández, R. (2007). La dirección estratégica en la sociedad del
conocimiento: Parte I. El cuadro de mando integral como herramienta para la gestión.
ACIMED, 15(6), 0-0. Recuperado de:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-
94352007000600002&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1024-9435
Castillo, N. (2014). Clima, Motivación Intrínseca y Satisfacción Laboral en
Trabajadores de Diferentes Niveles Jerárquicos (Tesis de Grado, Universidad Católica
del Perú). Recuperado de:
http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/5431/CASTILLO_DAV
ILA_NATALIA_CLIMA_MOTIVACION.pdf?sequence=1
33
Chaparro, L. (2006). Motivación laboral y clima organizacional en empresas de
telecomunicaciones (factores diferenciadores entre las empresas pública y privada).
Innovar. Revista de Ciencias Administrativas y Sociales, 16(28), 7-32.
Ciorbagiu-Naon, R. (2010). Modalities of non-financial motivation of employees within
organizations. Annals of the University of Petroşani, Economics, 10(4), 41-54.
Cuadra, A. y Veloso, C. (2010). Grado de supervisión como variable moderadora entre
liderazgo y satisfacción, motivación y clima organizacional. Ingeniare. Revista chilena
de ingeniería, 18(1),15-25.
Cuadrado, I. y Morales, J.F. (2007). Algunas claves sobre el techo de cristal en las
organizaciones. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 16(2), 183-
202.
Delgado, A. (2013). Para ganar en tiempos de crisis, reconoce el valor de tus
empleados. Capital Humano, (275), 72-75. Recuperado de:
http://pdfs.wke.es/2/4/4/9/pd0000092449.pdf
Díez, E., Terrón, E. y Anguita, R. (2009). Percepción de las mujeres sobre el “techo de
cristal” en educación. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 23(1),
27-40. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27418821003
Eileen, E. Morrison; George C.B. (2007). Meaning in motivation: does your
organization need an inner life? Journal of Health & Human Services Administration,
30(1), 98-115.
Falcón, A. y Díaz, L. (2007). Variables que predicen la satisfacción y motivación de los
directores de organizaciones educativas. Revista de la Asociación de Inspectores de
Educación de España, (6), 527-556.
Gallardo, E., Espluga, M. y Triadó, X.M. (2007). ¿Qué debemos saber sobre la
motivación laboral?: aproximación a un modelo de proceso motivacional en las
organizaciones. En El comportamiento de la empresa ante entornos dinámicos: XIX
Congreso anual y XV Congreso Hispano Francés de AEDEM (Vol.2, p.50).
Gregolin, M., Patzlaff, A., & Patzlaff, P. (2011). Motivação para o trabalho e o
comportamento humano nas organizações (Motivation for work and human behavior in
organizations).Emancipação, 11(1), 59-71. Doi: 10.5212/Emancipacao.v.11i1.0005.
Recuperado de:
http://www.revistas2.uepg.br/index.php/emancipacao/article/view/757/2352
34
Greig, I. (1984). Basic motivation and decision style in organisation management.
Omega, 12(1), 3141. doi:10.1016/03050483(84)900082.
Godoy, R. y Bresó, E. (2013). ¿Es el liderazgo transformacional determinante en la
motivación intrínseca de los seguidores? Journal of Work and Organizational
Psychology, (29), 59-64.
Güngör, P. (2011). The Relationship between Reward Management System and
Employee Performance with the Mediating Role of Motivation: A Quantitative Study on
Global Banks. The Proceedings of 7th International Strategic Management
Conference, 24(0),15101520. doi:10.1016/j.sbspro.2011.09.029.
Guil, A. (2008). Mujeres y ciencia: techos de cristal. EccoS Revista Científica, 10(1),
213-232. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=71510111
Güven, G. Ö. (2013). Using Emotion Management for Motivation in Educational
Organisations: Construction of Meaning, Experiences and Reflections. 2nd Cyprus
International Conference on Educational Research (CYICER 2013), 89(0), 129132.
doi:10.1016/j.sbspro.2013.08.821.
Hafiza N. S., Shah S. S., Jamsheed H. y Zaman K. Relationship Between Rewards and
Employee’s Motivation in the Non-Profit Organizations of Pakistan. Business
Intelligence Journal, 4(2), 327-334.
Hassan Jorfi, Saeid Jorfi, Hashim Fauzy Bin Yaccob & Ishak Mad Shah (2011).
Relationships among Strategic Alignment, Motivation and Communication
Effectiveness. International Journal of Business and Management, 6(9), 30-37.
Hernández Junco, V. et al. (2009). Motivación, satisfacción laboral, liderazgo y su
relación con la calidad del servicio. Revista Cubana Medicina Militar, 38(1), 1-8.
Recuperado de: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-
65572009000100007&lng=es&nrm=iso
Higuita-López, D. Del manejo de personal a la dirección de personas. Innovar, 21(40),
67-79. Recuperado de:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-
50512011000200006&lng=en&nrm=iso>. ISSN 0121-5051
Ilyina, L.A. (2013). Strategy and Mechanisms of Motivation and Compensation in the
Organizations of Oil and Gas Industry. International Conference on Applied Economics
(ICOAE) 2013, 5(0), 346-354. doi: 10.1016/S2212-5671 (13) 00041-5.
35
Infante del Río, M. (2011). RACE, un ejemplo de crecimiento profesional y
organizacional. Capital Humano, (257), 42-46. Recuperado de:
http://revistas.laley.es/content/Inicio.aspx
Jurkiewicz, C.L. & Massey, T.K. (1998). Motivation in Public and Private Organizations:
A Comparative Study. Public Productivity and Management Review, 230250.
Kaymaz, K. (2010). The Effects of Job Rotation Practices on Motivation: A Research
on Managers in the Automotive Organizations. Business and Economics Research
Journal, 1(3), 69-85.
Lamas, M. (1999). Usos, dificultades y posibilidades de la categoría género. Papeles
de Población, 5(21), 147-178. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11202105
Mahmoud Samiei Nasr; Seyed Mohsen Mahmouzadeh; Seyed Shahab Mousavi;
Azadeh, B. (2014). The role of management´s tendency and personnel´s motivation in
fulfillment of brand promise. Management Science Letters, 4(6), 1077-1084.
Maldonado, P.A. y Perucca, P.P. (2008). La motivación de los Empleados en
Organizaciones con Planes de Desarrollo de Carrera (Tesis de Grado, Universidad de
Chile). Recuperado de:
http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2008/maldonado_p/html/index-frames.html
Martín, M. (2007). La mujer en la industria publicitaria. La segregación vertical en la
comunicación comercial: techo de cristal y suelo pegajoso. Zer, (22), 429-452.
Martínez, B. (2005). Los techos de cristal: construcciones cimentadas por la
subjetividad. En Psicolibros-Universidad (Ed.), Psicología y Organización del Trabajo
VI (pp.11-25). Montevideo: Psicolibros.
Massó, Ó. (2011). La motivación no se decreta, se construye. Observatorio de
Recursos Humanos y Relaciones Laborales, (59), 50-54.
Medina, A., Gallegos, C. y Lara, P. (2008). Motivación y satisfacción de los
trabajadores y su influencia en la creación de valor económico en la empresa. Revista
de Administración Pública (RAP), 42(6), 1213-1230.
Miljkovic, S. (2007). Motivation of employees and behavior modification in health care
organizations. Acta Medica Medianae, 46(2), 53-62.
36
Moragas Freixa, M. (2010). Comunicación y motivación del directivo: un modelo
antropológico (Tesis Doctoral, Universidad Internacional de Catalunya). Recuperado
de: http://hdl.handle.net/10803/9332
Moya, M. y De Lemus, S. (2004). Superando barreras: creencias y aspectos
motivacionales relacionados con el ascenso de las mujeres a puestos de poder.
Revista de Psicología General y Aplicada, 57(2), 225-242.
Navarro, J., Ceja, L., Curioso, F. y Arrieta, C. (2014). Cómo motivar y motivarse en
tiempos de crisis. Papeles del Psicólogo, 35(1), 31-39.
Pautt Torres, G. (2011). Liderazgo y Dirección: Dos conceptos distintos con resultados
diferentes. Revista Facultad de Ciencias Económicas, 19(1), 213-228.
Peiró, J.M. (2001). Perspectiva histórica y desarrollos recientes de la Psicología del
Trabajo y de las Organizaciones en España. Revista de Psicología del Trabajo y de las
Organizaciones, 17(3), 255-271. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/pdf/2313/231318273001.pdf
Pérez, G. y Sáenz, F. (2010). Autonomía laboral, transferencia de conocimiento y
motivación de los trabajadores como fuentes de ventajas competitivas. Cuadernos de
Economía, 29(52), 183-211.
Pérez, R.J.A. (1997). Motivación y satisfacción laboral: Retrospectiva sobre sus formas
de análisis. Reis, (80), 133-167.
Rahimić, Z., Resić, E., & Kožo, A. (2012). Determining the Level of Management
Competences in the Process of Employee Motivation. The First International
Conference on Leadership,Technology and Innovation Management, 41(0), 535543.
doi:10.1016/j.sbspro.2012.04.066.
Ramos, A., Barberá, E. y Sarrió, M. (2003). Mujeres directivas, espacio de poder y
relaciones de género. Anuario de Psicología, 34(2), 267-278.
Rebocho, R.F., Semedo, C.S. y Santos, N. (2011). Recursos laborais, Engagement e
desempenho dos trabalhadores: um estudo numa empresa da área da grande
distribuição. Psychologica , (55), 291313.
Sánchez Manchola, I.D. (2008). Los estilos de dirección y liderazgo Propuesta de un
modelo de caracterización y análisis. Pensamiento y Gestión (25), 1-39.
37
Sarrió, M. (2002). La Psicología de género a través del “techo de cristal” (Tesis
doctoral. Universitat de Valencia).
Schein,V. (2001). A global look at psychological barriers to women’s progress in
management. Journal of Social Issues, 57 (4), 675-688.
Tamayo, A. & Paschoal, T. (2003). A relação da motivação para o trabalho com as
metas do trabalhador. Revista de Administração Contemporânea, 7(4), 3354.
Recuperado de:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S141565552003000400003&ln
g=en&tlng=pt. 10.1590/S141565552003000400003
Torres, O. y Pau, B. (2011). “Techo de cristal” y “suelo pegajoso”. La situación de la
mujer en los sistemas alemán y español de ciencia y tecnología. Revista
Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad-CTS, 6(18), 35-59. Recuperado
de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=92422639002
Valecillos, C.A. y Quintero, N. (2007). Enfoque de las organizaciones inteligentes en la
implementación de nuevas técnicas de dirección en las pequeñas y medianas
empresas (PYMEs). Revista de Ciencias Sociales, 13(2), 278-289. Recuperado de:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
95182007000200007&lang=pt
Vélez, C. (2001). Teología de la mujer, feminismo y género. Theologica Xaveriana,
(140), 545-563. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=191018202003
Recommended