LA EDUCACIÓN COMUNITARIA:
FUNDAMENTO TEÓRICO DEL PROGRAMA ARTEMISA 2.0
.
La Importancia de la Educación Comunitaria.
La Educación Popular promueve un cambio a través del tener, el saber y el
poder; tiene la convicción de que son los sujetos los que deben utilizar sus
propias prácticas socioculturales para reforzando su sentido de pertenencia e
identidad social. “Me impresionaba, ya cuando me informaban en las reuniones de
evaluación, ya cuando presenciaba cómo se entregaban los campesinos al
análisis de su realidad local y nacional. El tiempo sin límites que parecían requerir
para amainar la necesidad de decir su palabra. (Freire, 1993, p. 59).
Han existido dos posiciones extremas de concebir la Educación Popular, una
la ha visto como un medio metodológico al servicio de acciones políticas y
movimientos sociales y la otra como un fin en sí mismo, una práctica educativa
que debe hacer énfasis en su propia práctica pedagógica, en constante
renovación y construcción, según el contexto social y geográfico donde sea
concebida (Torres, 2011, p. 63). En el 2000 la CEAAL (Consejo de Educación
Popular de América Latina y el Caribe) señala que la Educación Popular es una
acción cultural, política y pedagógica participativa, que tiene como principios:
1.- La comprensión crítica de la realidad para su transformación.
2.- El diálogo de saberes.
3.- Ser practicada por educadores populares.
4.- Ser una opción ética para los sectores empobrecidos.
5.- El énfasis de la autoconstrucción de los sujetos.
1.1 Antecedentes de la Educación Comunitaria.
Son cuatro las fases que distinguen la Educación Popular: 1.- Los precursores,
2.- La educación liberadora de Paulo Freire, 3.- El discurso fundacional y 4.- Las
nuevas búsquedas y redefiniciones:
1.- Precursores de la Educación Popular
La Educación Popular se definió como tal en la década de los sesenta, sin
embargo, desde la colonia se utilizó el término “Educación Popular” con los
sectores pobres y dominados de América Latina, con el propósito de capacitarlos
como objetos útiles de la “civilización”, pero sin posibilidades de transformación de
su propia historia.
En el siglo XIX hubo dirigentes y políticos como José Martí (La Habana, Cuba,
28 de enero de 1853 – Dos Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895) que contribuyeron
con los ideales de emancipación del pueblo latinoamericano. Luego en el siglo XX
la educación se concibió por la clase trabajadora como una posibilidad de
escalafón social, lo que convirtió sus ideales en propaganda de lucha política que
promulgaba un discurso pedagógico de transformación social. La obra “¿Qué
hacer?” de Lenin, 1902, y la propuesta de Carlos Mariategui, 1923, sobre una
pedagogía nacional, popular y latinoamericana para reivindicar lo indígena y lo
cultural fueron filosofías fundamentales para que el gobierno ruso bolchevique
apoyara una educación que satisficiera las necesidades reales de las clases
explotadas.
Entre las décadas de los 40' y los 50' los movimientos de izquierda le dieron a
la educación un carácter nacionalista y democrático, gobernadores como
Domingo Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México y Eliécer Gaitán en
Colombia apoyaron propuestas educativas y culturales dirigidas a los movimientos
populares, mientras que Paulo Freire en Brasil puso en práctica su teoría de
educación liberadora.
2.- La Educación Liberadora de Paulo Freire a mediados de los años cuarenta (los
inicios):
Después de la Segunda Guerra Mundial muchos gobiernos buscaron romper
con las estructuras sociales tradicionales que eran un obstáculo para la
estabilidad y el desarrollo político, por lo que organismos como la Organización de
Naciones Unidas para la Educación UNESCO y la Organización de Estados
Americanos OEA fomentaron programas de Educación para Adultos, sobre todo
durante las décadas de los 50´ y los 60´; impulsaron campañas de alfabetización,
como en Brasil por el Movimiento de Educación Base (MEB) con orientación
humanista cristiana y reformista. Las experiencias y reflexiones de Paulo Freire
(Universidad de Recife) sobre la educación “bancaria” o “domesticadora”
constituyeron la primera propuesta pedagógica sobre Educación Popular,
proponiendo un método de alfabetización en la que los adultos son conscientes
de su propia realidad al crear relaciones entre sus vivencias y lo aprendido para
liberarse de un pensamiento oprimido. Dicha propuesta educativa liberadora
cambió las relaciones dialécticas entre educador y educando “Freire formula sus
famosas sentencias: Nadie educa a nadie; nadie se educa solo; los hombres se
educan entre sí, mediados por el mundo” (Torres, 2011, p. 30). De este modo, la
metodología educativa popular comenzó a tener un carácter problematizador,
dialógico y crítico. En Chile en 1970, tras el golpe militar en Brasil al presidente
Goulart, Freire escribe la Pedagogía del Oprimido, 1970, una de las obras que
más han impulsaron las pedagogías y críticas que fueron aceptadas por la iglesia
gracias a su militancia cristiana.
En 1970 Paulo Freire describe la educación oficial como opresora y “bancaria”
porque en ella:
1.- El educador educa mientras que el educando es educado.
2.- El educador es el que disciplina mientras que el educando es disciplinado.
3.- El educador es quien habla mientras que el educando escucha.
4.- El educador ordena mientras que el educando obedece.
5.- El educador sabe mientras que el educando no sabe.
6.- El educador es el sujeto del proceso mientras que el educando es su objeto.
Los conceptos fundamentales promovidos en la obra de Paulo Freire han
sido:
1.- Educar es conocer críticamente la realidad: Todo acto de conocimiento implica
tomar conciencia de la realidad ya que debe de haber una investigación previa, a
través del diálogo, tanto de la realidad de los educandos como de la lectura que
ellos hacen de esta. El conocimiento de la realidad debe ser un proceso colectivo
inacabado a través de una pedagogía de la pregunta, donde intervienen deseos,
reflexiones, valores, voluntades, etc.
2.- Educar es una práctica política: Se involucran valores que buscan la
transformación de las relaciones de poder que prevalecen en la sociedad. Para
Freire la educación no puede ser neutra, está a favor de la dominación o de la
emancipación a través de prácticas conservadora o prácticas progresistas, esta
última en la búsqueda de un mundo más justo donde se realicen los seres
humanos.
3.- Educar es un diálogo que nos hace sujetos: El conocimiento y la
transformación del mundo se hace en grupo con comunicación y diálogo. A través
de la educación y de los otros nos reconocemos como seres humanos en
permanente construcción desarrollando una “Pedagogía de la Esperanza” por
medio de la acción y la reflexión colectiva.
3.- El Discurso Fundacional
En la década de los 60 se dio una confluencia entre las ideologías cristianas y
marxistas en la búsqueda de una educación liberadora, por un lado, se politiza la
educación al asociarla con acciones políticas, pero por la política se acerca a
métodos pedagógicos al considerarla como una práctica de aprendizaje (Torres,
2011, p. 37). Las luchas sociales a comienzos de la década de los 70 y las
insurrecciones populares en América Central buscaban que el pueblo accediera al
poder mediante la revolucionaria armada; el marxismo ortodoxo influyó
directamente en la práctica de la educación popular, relacionándola con la toma
de conciencia en la lucha de clases influenciada por el materialismo histórico y la
dialéctica entre teoría/práctica, educador/educando, proceso/producto,
sujeto/sociedad, etc. Su discurso también giraba en torno al rescate de la “cultura
popular” como expresión propia del pueblo campesino e indígena, la cual había
sido marginada por la industria cultural y los medios masivos de comunicación.
Se comenzaron a crear técnicas participativas, juegos y materiales didácticos
que fortalecieran la base dialéctica y participativa de la educación, dos de los
libros más utilizados, desde entonces, han sido Métodos y técnicas para la
educación de Trudy Schulze en 1976 y Técnicas participativas para la Educación
Popular de Laura Vargas y Graciela Bustillos en 1981.
4.- Las Nuevas Búsquedas
En la década de los 80 con la caída del bloque soviético y la derrota de la
Revolución Sandinista, los educadores populares comienzan a cuestionar su labor
para mejorar la práctica. Los académicos de la CEAAL (Consejo de Educación
Popular de América Latina y el Caribe) observaron que dicha práctica debía
fortalecerse con una propuesta pedagógica que respondiera a los cambios
históricos y sociales de la región, por lo que era necesaria la Investigación-Acción-
Participación (Torres, 2011, p. 43). Comenzaron a surgir propuestas que
satisficieran las necesidades de cada región en función del tipo de población y
problemáticas específicas a resolver, por ejemplo, Perú y Bolivia se centraron en
la población indígena.
Surgieron nuevos discursos ideológicos e intelectuales mundiales, los efectos
negativos de la expresión extrema del neoliberalismo se hicieron evidentes en
Latinoamérica dando lugar a nuevos movimientos sociales de acción colectiva
que buscaban respuestas a las problemáticas urgentes a través de una lucha
política que debía ser atendida por la educación popular, no sólo por obreros y
campesinos, sino también con las familias, los vecinos, los adultos mayores, las
mujeres, los ambientalistas, en los centros de salud, las escuelas, etc. Los
educadores populares comenzaron a tener una visión más amplia de las teorías
marxistas en las que los conceptos de revolución y lucha dejaron de figurar para
hablar de ciudadanía, público y democracia; desarrollando una actitud más
autocrítica de su trabajo y dando lugar a encuentros, seminarios y publicaciones
nacionales e internacionales para el intercambio de experiencias, lo que llevó al
surgimiento de Centros de Promoción Popular e Investigación.
Los cambios sociales dejaron de pensarse solo en función de una
transformación drástica de lucha revolucionaria para verse como parte de un
proceso paulatino en el que deberían tomar parte activa diferentes sectores de la
sociedad civil, como son las redes sociales y las organizaciones no
gubernamentales, en las que debería participar la Educación Popular para
desarrollar en los ciudadanos una cultura política participativa con un compromiso
civil permanente, sin la forzosa necesidad de pertenencia a un partido político. Sin
dejar de buscar un cambio social de lucha armada, los educadores populares
proponían avanzar en otros aspectos como:
1.- El fortalecer la autonomía de las organizaciones civiles.
2.- Fortalecer una democracia desde la base social ejerciendo los derechos
individuales y colectivos para prácticas del poder público.
3.- La autogestión de los sectores populares coordinados con el conjunto de la
sociedad.
A finales del siglo XX surgieron nuevas propuestas para la formación de
ciudadanía en la que prevalecía la subjetividad de los educandos y de los
educadores a través del diálogo cultural en la relación interpersonal y social,
donde se involucran sentimientos, voluntades, miedos, simpatías y odios para
lograr una sociedad más democrática. Educadores como Carlos Núñez buscaron
flexibilizar la metodología y fortalecer una educación popular con valores para la
vida: amor, justicia y solidaridad entre otros. La educación tradicional tan
desprestigiada comenzó a retomar experiencias de la educación popular con el
propósito de llevarla a la práctica dentro del aula, por ejemplo, la Escuela Popular
Claretiena Filo de Hambre en Neiva y otras pertenecientes al Movimiento de
Educación Popular Integral Fe y Alegría en algunos países de la región.
En los encuentros de educadores populares comienza a hablarse de los retos
que se deben enfrentar en el siglo XXI, como son: la adecuación de cada contexto
educativo, los procesos de investigación pedagógica, el diálogo interdisciplinario y
transversal, la recuperación de la memoria histórica, de las culturas y las
identidades populares, así como la resignificación de saberes.
1.2 Metodología de la Educación Comunitaria.
La crítica constante de la educación popular hacia las prácticas educativas
tradicionales ha llevado a sus defensores a proponer metodologías congruentes
con los valores democráticos, la construcción colectiva del conocimiento y el
diálogo; así como la relación dialéctica entre práctica y teoría, entre sujeto y
sociedad, entre proceso y producto.
En la lucha por la construcción de sujetos e identidades en espacios de
socialización reflexiva la Educación Popular está presente en la escuela y la
familia, así como en los movimientos y procesos de organización, los medios de
comunicación y los centros laborales.
La base teórica de la propuesta educativa popular ha sido el materialismo
histórico enfocado a obreros y campesinos, sin embargo, desde la década de los
90 han surgido nuevas identidades sociales con demandas diferentes de lucha y
de aprendizaje que han replanteado su discurso y reforzado su estrategia
pedagógica. En 1970, en su libro La Pedagogía de la Esperanza Paulo Freire
afirmó “En las idas y venidas del habla, en la sintaxis obrera, en la prosodia, en
los movimientos del cuerpo, en las manos del orador, en las metáforas tan
comunes en el discurso popular, estaba llamando la atención del educador allí
presente, sentado, callado, hundiéndose en su silla, sobre la necesidad de que el
educador, cuando hace su discurso al pueblo, esté al tanto de la comprensión del
mundo que el pueblo tiene. Comprensión del mundo que, condicionada por la
realidad concreta que en parte la explica, puede empezar a cambiar a través del
cambio de lo concreto. Más aún, comprensión del mundo que puede empezar a
cambiar en el momento mismo en que el desvelamiento de la realidad concreta va
dejando a la vista las razones de ser de la propia comprensión que se tenía hasta
ahí” (Freire, 1999, p.45).
La esencia de la estrategia metodológica de la Educación Popular responde a
problemáticas concretas de los grupos sociales y sus individuos, y aunque no es
una propuesta rígida es necesario realizar los siguientes pasos: 1.- El Diagnóstico
Participativo Comunitario, 2.- La Planeación Estratégica y 3.- La Planificación de
Proyectos.
1.2.1 El Diagnóstico Participativo Comunitario.
El diagnóstico es un proceso que ayuda a conocer la realidad económica,
social y cultural de un grupo o comunidad; muestra el porqué de las cosas, sus
efectos y resultados; sirve para hacer un inventario de problemas, analizarlos y
buscar alternativas.
Sus objetivos e importancia radican en que permite:
a.- Conocer para mejorar la historia y la realidad de la comunidad y las acciones
que realiza.
b.- Analizar y profundizar en los problemas principales, causas y consecuencias;
también ayuda a revalorar los elementos positivos de la experiencia.
c.- Informar de forma actualizada sobre la realidad de la comunidad.
d.- Participar a los miembros de la comunidad en la toma de decisiones en cuanto
al camino a seguir en la solución de problemas.
Las etapas de un Diagnóstico Participativo Comunitario son:
Primera Etapa: Triple Diagnóstico:
Parte del conocimiento integral de los distintos elementos que están presentes
en la realidad, tanto en su práctica como en su concepción. Permite conocer la
realidad material, incluye datos sobre la población, servicios, ingresos, datos de
las instituciones, etc. También busca conocer a los grupos, organizaciones y
asociaciones que tienen relación directa o indirecta con la comunidad, así como
los obstáculos o beneficios para su desarrollo. Tiene como objetivo analizar la
práctica y su historia, o sea lo que han hecho las personas para cambiar la
realidad y sus problemas, permite recoger lo más importante sobre cómo se han
organizado. Para conocer la práctica de la realidad se deben hacer las siguientes
preguntas:
1.- ¿Qué hemos hecho y hacemos en nuestra comunidad?
2.- ¿Cómo lo hemos hecho?
3.- ¿Qué resultados hemos tenido?
4.- ¿Cómo participa la comunidad?
5.- ¿Qué efectos positivos y negativos ha provocado en la comunidad?
Es importante compartir lo que todos piensan, ideas y conceptos
fundamentales que definen las acciones, saber por qué se actuó de tal forma,
cómo se quiere que sea la comunidad, cómo se piensa que hay que trabajar
(costumbres, creencias, valores, deseos, perspectivas, etc); por lo que es
importante trabajar con la siguiente pregunta:
¿Cuáles son los motivos, razones u objetivos del trabajo que realiza en su
comunidad, es decir, por qué hace lo que hace?
“La realidad tiene vida y por eso va cambiando conforme va pasando el
tiempo. Es una realidad donde hay ideas, cada día conocemos un poco más de la
situación de los miembros de la comunidad” (Asociación de Pedagogos de Cuba,
2002. p. 84). Para encauzar la mejora es importante reflexionar lo siguiente:
1.- ¿Qué relación hay entre lo que hacemos y lo que pensamos?
2.- ¿Qué relación hay entre lo que hacemos y la realidad en qué lo hacemos?
3.- ¿Qué relación hay entre lo que pensamos con la realidad del contexto?
Estas preguntas ayudan a tomar conciencia de lo que concuerda o no con lo
que pensamos y lo que hacemos.
Segunda Etapa: Análisis de problemas:
El análisis de problemas ayuda a tomar decisiones acertadas, se usa un mapa
que representa el contexto de la población por medio de los siguientes pasos:
a.- Descripción del problema: un problema se plantea como una situación no
deseada que hay que cambiar; debe ser claro, concreto y entendible.
b.- Clasificación de los problemas: agrupar la información recopilada por bloques
afines (organización, económicos, necesidades básicas, etc).
c.- Priorizar el problema central: por lo general las problemáticas son amplias y los
recursos para solucionarlos limitados, por lo que hay que utilizar criterios para
priorizarlos (gravedad y urgencia, disponibilidad de recursos para resolverlo,
número de personas afectadas, solucionarlo dentro de un margen de acción, que
ya no tenga muchos otros causantes). Se tiene que elaborar un cuadro que
permita a cada uno de los miembros de la comunidad hacer la valoración según
sus criterios para determinar el problema central.
d.- Realizar un historial del problema central: Es necesario conocer a profundidad
el problema analizado preguntando ¿Cómo el problema planteado afecta a los
integrantes de la comunidad?, ¿cuándo se originó?, ¿qué síntomas hay que
muestren que el problema existe?, ¿cuánto afecta el problema y a quienes? y ¿se
necesita una solución inmediata?
e.- Construir el mapa o árbol de problemas: Su construcción parte del historial del
problema, auxiliándose de tarjetas de colores, se construye de la siguiente
manera:
1.- Se elige el problema central.
2.- Las causas del problema central se anotan en las tarjetas, colocándose debe
bajo de él, como si fueran las raíces.
3.- Los efectos se colocan encima del él, como si fueran las ramas.
Tercera Etapa: Mapa de Objetivos:
Con la construcción del mapa o árbol se hace una propuesta de objetivos; se
debe cambiar la formulación de los problemas en objetivos asegurándose que las
relación causa – efecto se convierte en relación medio – fin.
Cuarta Etapa: Identificación y priorización de alternativas de solución:
Las soluciones se definen partiendo del mapa de objetivos a través de los
siguientes pasos:
a.- Hacer un listado de las posibles alternativas que se plantean en el mapa de
objetivos para alcanzar el objetivo central.
b.- Buscar y plantear otras posibles soluciones.
c.- Seleccionar las soluciones viables en función a:
1.- Condiciones específicas locales
2.- Disponibilidad de recursos
3.- Análisis costo beneficio
4.- Urgencia de la solución
5.- Sencillez de la ejecución
6.- Efectos positivos en otros problemas
7.- De interés para los beneficiados
8.- Que utilicen recursos locales y tecnología tradicional
9.- Que no involucre a muchas instituciones distintas
10.- Que no requiera gestiones a muy alto nivel
11.- Que genere beneficios en plazos cortos
1.2.2 La Planeación Estratégica.
La planeación estratégica permite a los comunitarios tomar decisiones sobre
los asuntos de ésta, teniendo en cuenta:
a.- Los cambios del contexto.
b.- La capacidad de la organización.
c.- Los valores de los dirigentes.
Actualiza y define los objetivos generales, líneas de acción o programas de la
organización, ayuda en el desarrollo de nuevos procedimientos para determinar el
camino a seguir tanto a corto como a largo plazo. Consiste en identificar la
situación actual en cuanto a las orientaciones de la organización, analizando su
evolución en los tres o cinco años desde la última planificación estratégica.
La planificación estratégica ayuda a escoger el camino con más posibilidades
de éxito, permite efectuar un proceso interno de reflexión que contribuye a:
a.- Identificar los cambios de contexto.
b.- Identificar los problemas futuros.
c.- Buscar respuestas posibles de la organización.
d.- Definir las orientaciones de la organización.
e.- Definir las prioridades y las mejores acciones.
f.- Promover la información y la comprensión.
Las dos razones para que una organización inicie una planificación estratégica
son:
a.- La comunidad está en una etapa de declinación en su ciclo de vida.
b.- La necesidad de adaptarse a los cambios rápidos e imprevistos del contexto.
El “Proceso de Planeación Estratégica” es parte del plan de acciones a seguir,
para facilitar un proceso es necesario plantear las siguientes preguntas:
a.- ¿Cuáles son nuestros objetivos?
b.- ¿Cuál será el procedimiento a seguir?
c.- ¿Cuáles son los recursos?
d.- ¿En qué fechas se realizará?
e.- ¿Quién será el responsable?
El “Planeamiento Comunitario” es parte esencial de la “Planeación
Estratégica”, planear es anticipar, ello será más efectivo si la población
involucrada es la que identifica y jerarquiza los problemas, además de plantear las
soluciones.
Los elementos necesarios para un “Planeamiento Comunitario” adecuado son:
A.- “Participación Comunitaria”: Con profundo compromiso de parte de todos los
involucrados en la problemática.
B.- “Preparación del Planeamiento”: Los pasos que se van a dar en este procesos
son:
1.- “Determinación del alcance”: Se deciden los integrantes que van a trabajar en
el proyecto, la temporalidad y el territorio donde van a trabajar.
2.- “Desarrollo de la participación comunitaria”: Involucrar a la población
beneficiada para que aporte sus habilidades para resolver los problemas.
C.- “Asignación de responsabilidades”: Establecer las responsabilidades para la
realización de las tareas.
D.- “Estimación del tiempo y los presupuestos”: Duración de la tarea y de los
gastos que será necesario utilizar.
F.- “Identificación de la calidad y de la disponibilidad de la información a utilizar”:
Información específica como pueden ser las estadísticas, los registros e
inventarios, levantamientos y encuestas.
1.2.3 Matriz de Planificación de Proyectos. Se necesita un conjunto de elementos entrelazados para ser usados juntos y
de forma dinámica. La Matriz de Planificación facilita la comunicación entre los
participantes del proyecto, organiza la información para que puedan formular
preguntas e identificar fallas con un conocimiento más profundo; resalta la
información entre los logros, las actividades planificadas y los recursos
disponibles.
Los pasos para la elaboración de planes y proyectos son:
1.- Planteamiento de objetivos: un objetivo es el resultado de lo que queremos
lograr, refleja el para qué de nuestra acción, debe llevar a solucionar y superar el
problema. La formulación de objetivos reúne las siguientes características:
a.- Describen la calidad, cantidad y tiempo de cumplimiento.
b.- Expresan una solución, un logro o un resultado.
c.- Son lo fundamental para resolver un problema o mejorar una situación.
d.- Contribuyen al cumplimiento de la misión.
f.- Deben ser claros para que cualquier persona pueda entender de qué se trata.
g.- Deben ser concretos y responder a las problemáticas reales de los grupos.
h.- Deben ser realizables.
Existen diferentes niveles de objetivos:
a.- Objetivo superior o de desarrollo: Un proyecto no debe ser un fin en sí mismo,
debe ser concebido como un medio para lograr un objetivo más amplio, es un
objetivo a largo plazo cuyo éxito depende en mucho de factores externos.
b.- Objetivo General o Propósito del Proyecto: Describe el efecto que el proyecto
espera tener como resultado de su acción en un grupo de beneficiarios directos
situados en un espacio y tiempo determinados.
c.- Objetivos Específicos: Es un desglosamiento de los objetivos generales,
permiten la operación del objetivo general, siendo directamente operativos. El
logro de los objetivos específicos permite alcanzar el objetivo general.
d.- Los Resultados Directos – productos o logros: Son los cambios que el
proyecto garantiza producir y que se compromete a obtener a través de las
actividades.
f.- Las actividades o tareas: Son las acciones necesarias para transformar los
recursos utilizados en logros esperados, en un periodo específico de tiempo. En
un plan no deben anotarse demasiadas actividades, es importante numerarlas por
prioridad.
g.- Los recursos e insumos: Son materias primas, capital, recursos humanos y
técnicos para llevar a cabo la acción.
h.- Metas: Indican la cantidad y tiempo que tendrán los objetivos.
2.- Determinación de Supuestos: Son factores o condiciones que van más allá de
control de los participantes y que permiten o no el éxito de los objetivos, se deben
anticipar sus efectos en el proyecto; es importante analizar los efectos que
puedan analizar su ejecución.
3.- Formulación de Indicadores: Ayudan a establecer cuáles condiciones indicarán
el éxito de los objetivos del proyecto. A diferencia de los supuestos, los
indicadores demuestran resultados y no son condiciones necesarias para lograr
esos resultados. Los indicadores deben ser: válidos, confiables, accesibles,
pertinentes. Algunos tipos de indicadores son: cifras absolutas, porcentajes,
tasas, escala, valorativos, magnitud y binarios.
4.- Descripción de las fuentes de verificación: Algunos indicadores requieren su
verificación en el registro del proyecto, otros deben ser recolectados y con un
análisis más completo.
La siguiente es una Matriz de Planificación de Proyecto:
Figura 2 Elaboración propia
1.2.4 Comunicación y Educación Comunitaria. Existen dos formas de entender la “Comunicación”, una como acto de
transmitir y emitir información y la otra como diálogo; la más antigua es la
segunda ya que “Comunicación” deriva del latín COMMUNIS: poner en común
algo con el otro, la misma raíz de comunidad y comunión. Debido a la influencia
de los medios masivos de comunicación en lugar de partir de las relaciones
humanas ha sido cada vez más entendida como un modelo de la transmisión de
mensajes y señales de una sociedad autoritaria, creando sujetos pasivos y
ejecutores de órdenes.
Cuando la sociedad es concebida como una relación de poderes donde unos
pocos emisores se imponen a una mayoría de receptores la comunicación es
dominadora (vertical, unidireccional, monopolizada y concentrada en minorías),
cuando la sociedad es una sociedad justa y equilibrada la comunicación es
democrática (horizontal, participativa y al servicio de la mayoría). La verdadera
comunicación no debe basarse en un emisor que habla y un receptor que
escucha, sino por comunidades humanas que intercambian y comparten
experiencias, conocimientos y sentimientos, estableciendo relaciones entre sí,
pasando de la existencia individual a la social comunitaria. “En comunicación
educativa estamos condicionados por el grado de percepción social de nuestros
destinatarios...El propio sujeto es el que tiene que hacer su proceso de cambio;
nosotros, en cuanto educadores - comunicadores, sólo podemos estimularlo y
acompañarlo en él” (Kaplún, 2002, p. 136).
Cuando se habla de educación en las organizaciones populares se habla
principalmente de comunicación, pero de una concepción dialógica de la
comunicación en la que la relación entre emisor y receptor está en reciprocidad y
el comunicador es solo un facilitador, entendiendo la comunicación como una
construcción colectiva de aprendizaje. Vivimos en un mundo de culturas híbridas,
de relación dominación / poder donde el mercado controla todo. Las personas
solo tienen actitudes de contemplación y no de diálogo o empatía, renunciando a
la propia responsabilidad, lo que genera falta de identidad cultural. La creación de
códigos culturales propios es imprescindible como elemento de identificación “La
comunidad debe ser un espacio organizativo como espacio de cultura, y cultura
que no se comunica, muere” (Kaplún, 2001, p. 35).
La comunicación es el factor esencial para lograr coherencia entre la teoría y la
práctica de toda propuesta educativa democrática. La falta de una estrategia de
comunicación fracasa en la construcción de un mundo respetuoso de la alteridad.
Toda comunidad educativa que propicia la conversación e interacción entre sus
integrantes tiene mayores posibilidades de éxito como instrumento de crecimiento
humano ya que en dicho entorno el individuo encuentra con mayor posibilidad su
identidad durante el aprendizaje, desarrollando la capacidad de aprender de los
otros.
En el entorno de aprendizaje popular se deben trabajar de manera concreta y
cotidiana las competencias comunicativas a través del sentido de pertenencia y la
participación colectiva. Ambas competencias, la individual y la colectiva, son
indispensables dentro de una educación de calidad, ya que se toma en cuenta al
ser y su experiencia social. Además de propiciar espacios adecuados para la
participación es importante formar ciudadanos capaces de ejercer su autonomía,
libertad y responsabilidad, logrando una conversación constructiva donde las
personas pueden expresar sus puntos de vista sin miedos, facilitando la
negociación de conflictos y opinión sobre temas de interés común. Cuando la
gente se comunica, se conoce y conoce su historia, encontrando elementos de
identificación. Si no conoce el nombre de su comunidad difícilmente podrá luchar
por ella, por lo que, lo primero que se debe hacer para generar comunicación en
una comunidad es asignar un nombre entre todos sus integrantes, estableciendo
relaciones de igualdad y horizontalidad, donde el poder se distribuya
equitativamente.
Podemos afirmar que las habilidades comunicativas están relacionadas con las
competencias cognitivas, emocionales e integradoras, con el respeto por el otro y
la empatía, donde la participación sea libre y tenga validez lo acordado por todos.
Entre las más importantes habilidades comunicativas se encuentran:
1.- La capacidad de recibir, interpretar y producir información: es fundamental
saber interpretar la información, aprendiendo a utilizarla, de igual forma es
importante aprender a producirla como un bien común.
2.- La capacidad de consultar y ser consultado: saber asesorarse y asesorar, pero
sin que los demás tomen decisiones por cada uno o por otros.
3.- La capacidad de liberar: saber defender los argumentos de forma abierta y
firme, pero negociando y sin imponer opiniones.
4.- La capacidad de concretar: no imponer los propios intereses, por lo que los
intereses colectivos son resultado de una negociación en la cual se llega a
renunciar para conceder, defendiendo un interés colectivo que beneficie a todos
por igual.
5.- La capacidad de asumir la corresponsabilidad: se debe aprender a ceder
gobernabilidad asumiendo la responsabilidad de las decisiones y sus
consecuencias.
El papel de los comunicadores en las organizaciones populares debe contribuir
y propiciar el diálogo de saberes mediante la creatividad y la expresión humana,
para la creación de códigos culturales propios, la construcción de identidades
colectivas y la transformación de la realidad.
1.2.5 El Material Didáctico de la Educación Comunitaria.
El material didáctico debe tener una forma pedagógica – comunicacional que
pueda llegar fácilmente a los destinatarios, para lo cual es importante conocer
bien sus condiciones sociales, económicas y organizativas; mediando en un
proceso educativo de interacción grupal para la construcción del conocimiento. Un
material educativo es un objeto concreto para brindar una experiencia de
aprendizaje, habiendo materiales educativos intencionales y no intencionales en
los que la utilidad de aprendizaje debe ser aprovechada por quien los utiliza y no
por quien los produjo. Una actividad de aprendizaje informal muchas veces llega a
ser más educativa que una formal. Quienes producen materiales educativos
tienen mucho que aprender de los materiales no creados específicamente para
ello ya que pueden servir, tanto o más, si se sabe utilizarlos... “¿Necesitamos
realmente de un material educativo? La vieja moda de la Tecnología Educativa
que hace unas décadas invadió el continente ha incumplido sus promesas de
democratizar la educación dejando enormes cementerios tecnológico –
educativos. Una tecnología que pocas veces resultó apropiada, sin darle
importancia a la comunicación interpersonal… no detuvo el deterioro de la
relación escolar” (Kaplún, 2001, p. 46).
Un buen material educativo debe ubicarse en un contexto local y temporal
concreto, por lo que un material que sirve para un contexto puede no servir en
otro. Es importante saber cuáles son los contextos educativos en los que será
utilizado y tener claro que esperamos de los procesos educativos, qué tipo de
reacción tendrá sobre el problema que se pretende enfrentar y quienes son los
involucrados de la comunidad con quien se va a participar en la elaboración del
material.
Para conocer a los destinatarios del material es importante conocer su cultura,
su universo, sus códigos, su lenguaje, etc. Un material puede cumplir varias
funciones a la vez y ser utilizado en diferentes contextos, pero siempre es
necesario realizar preguntas aclaratorias ¿Qué funciones cumplirá y cómo será
utilizado?, ¿Será un instrumento para informar sobre el tema, para motivar una
discusión o una reflexión, para organizar un proceso de aprendizaje?, ¿Será
utilizado en contextos educativos formales o en situaciones educativas
informales?, ¿En forma grupal o individual?, ¿Será autosuficiente o necesitará de
la presencia del educador?. El material didáctico debe ser un facilitador del
autoaprendizaje metacognitivo del educando “…el educando precisa asumirse
como tal, pero asumirse como educando significa reconocerse como sujeto que
es capaz de conocer y que quiere conocer en relación con otro sujeto igualmente
capaz de conocer, el educador, y entre los dos, posibilitando la tarea de ambos, el
objeto del conocimiento. (Freire, 1999, p.67).
Los educadores populares latinoamericanos han insistido en la importancia de
realizar metodologías de participación productiva aplicando el principio educativo:
comunicar es conocer. Freinet puso énfasis en la importancia de crear emisores
desde lo pedagógico en la educación formal, no formal e informal, reforzando el
vínculo entre educación - comunicación ya que un proceso de producción puede
ser tan o más educativo que el producto obtenido, siempre y cuando sea un
proceso participativo democrático donde todos puedan aportar sus conocimientos
de forma interdisciplinaria “Producir un material educativo es producir un
conocimiento sobre el tema y no simplemente transmitir un conocimiento ya
existente. No enseña quien no aprende. No formulará buenas preguntas quien ya
sabe o cree saber todas las respuestas... Finalmente el que produce tiene una
fuerte relación con lo que se produce” (Kaplún, 2001, p. 53).
En las organizaciones populares la producción es colectiva, se pueden realizar
talleres de discusión, entrevistas, búsqueda documental en las casas, las
organizaciones, con los vecinos, la comunidad etc., obteniendo información
adecuada para la producción de un material donde todos se sientan identificados.
Recordemos que una buena metodología puede ayudar a utilizar materiales no
educativos mucho mejor que los que fueron diseñados para eso; tampoco hay
que perder de vista que todo material educativo tiene que estar sometido a
constante actualizaciones.
1.2.6 La Educación Comunitaria con Niños y Adolescentes.
En 1990 se constituyó la Convención sobre los Derechos del Niño, teniendo
como principio la protección integral de la niñez en el mundo. Sin embargo, los
Estados Unidos de Norte América decidieron no adherirse a dicho esfuerzo
internacional fruto de casi 70 años de gestión durante el siglo XX.
A finales del siglo XX, según los indicadores publicados por Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia UNICEF, la población menor de 18 años en
América Latina y el Caribe era de 190 millones y la población menor de 5 años de
56 millones, con una población indígena de unos 40 millones de personas
pertenecientes a unos 400 grupos étnicos, lo que la caracteriza como una región
multicultural y multilingüe. Al mismo tiempo el Proyecto sobre Superación de la
Pobreza de la Organización de las Naciones Unidas ONU, estimó que 2000 niños
mueren a diario a consecuencia de ella, como el 50% de ellos en la región son
pobres se transmite la inequidad social de una generación a otra, arrastrando
problemas de salud, desnutrición, aprendizaje, escolaridad, etc.
A pesar de que en 1991 México participó en la celebración de la Cumbre
Mundial en favor de la Infancia, donde fue ratificada la Convención de los
Derechos del Niño previamente adoptada en las Naciones Unidas, no hubo
cambios significativos en la mejora de la calidad de vida de los niños mexicanos,
siendo su participación solo un trámite de asistencia por parte del gobierno en
turno. Organizaciones no gubernamentales por los Derechos de la Infancia de
todo el mundo, exigen la incorporación de la infancia callejera en el proyecto de
Ley General para la Protección de los Derechos de la Niñez, así como el apoyo y
la participación de organismos internacionales.
Uno de los principios de la Educación Popular es que nadie debe ser excluido
de ésta, sin embargo, existen serios cuestionamientos al creer que sólo se enfoca
a los adultos y su alfabetización. Para acabar con dichos estereotipos es
necesario replantear el concepto social que tenemos con respecto a la infancia y
su educación, preguntando: ¿Es posible hacer una Educación Popular con niños
cuando se les niega cualquier protagonismo social, colectivo, histórico,
económico, político? ¿Es posible hacer Educación Popular con niños de la calle,
niños trabajadores o niños pobres si se sigue pensando en ellos como víctimas
pasivas, asociales, violentos, agresivos, oprimidos y miserables? Se ha hecho
necesario que la Educación Popular contribuya con una relectura de lo que
supone debe ser el niño y su identidad social, debe buscar su reivindicación en un
mundo mercantilista que lo objetualiza, reafirmando su dignidad como ser social y
político involucrado en los procesos de transformación y liberación de
Latinoamérica a través de una educación político – pedagógica.
La Educación Popular debe trabajar con niños en un concepto revolucionario
que implica replantear teorías y metodologías que redefinan el rol que juegan en
la sociedad a través de:
1.- Construir una autoestima, autocrítica y autónoma dentro de un contexto de
aprecio – respeto y exigencia – desafío de su rol social en el desarrollo histórico
de su pueblo.
2.- Desarrollar un trato de respeto por parte de sus familiares, los cuales muchas
veces participan activamente en los cambios sociales de su comunidad, pero no
de su familia.
3.- Ser revalorados como individuos y como miembros de una comunidad sin ser
estigmatizado.
4.- Crear procesos de afirmación e identidad como sujetos sociales a través de
diferentes niveles de conciencia y expresión.
5.- Lograr un equilibrio dialéctico entre su condición de persona y su ser social.
6.- Construir espacios sociales de referencia donde el niño se sienta identificado y
respetado.
7.- Desarrollar propuestas que lo impulsen como un ciudadano con derechos
políticos, sociales y culturales.
Es necesario luchar contra una educación burocrática y deshumanizada, para
que el niño sea visto como un ser activo y no un objeto inerte, donde la praxis
pedagógica construya un espacio auto-educativo, autogestivo, auto-direccional,
con autodisciplina, de autonomía y democratización tanto en la teoría como en la
práctica, ya que si no se va constituyendo como un sujeto en la sociedad no podrá
ser sujeto en la educación.
La gran mayoría de los niños del pueblo tiene carencias, privaciones,
problemas e insatisfacciones elementales, no solo físicas sino también psíquicas
y afectivas, y aunque el niño tenga familia y casa suele sufrir situaciones precarias
de agresividad y autoritarismo. La Educación Popular con niños se está
enfocando en redescubrir su potencial de “auto-educabilidad” con acciones y
propuestas donde ellos mismos sean sujetos del espacio pedagógico y político,
donde aprendan, jueguen, trabajen y reaccionen al ir construyendo sus ideas, sus
prácticas, su autoestima, su universo afectivo y su identidad como ser social.
Son cinco los ejes de todo proyecto educativo popular que luche por la
reconstrucción del niño:
1.- El eje de “La resistencia”: se debe pensar una propuesta pedagógica que no
solo resuelva las necesidades secundarias del niño sino también atender las
necesidades mínimas de sobrevivencia física y psíquica como podrían ser los
comedores infantiles.
2.- El eje de “La identidad”: los niños de contextos populares necesitan reforzar su
auto-conciencia, auto-valoración, autoestima, identidad individual e identidad
grupal, ya que el deterioro de vida no solo afecta en lo físico sino también en las
subjetividades de las personas, además de que las etiquetas empleadas casi
siempre hacen referencia a connotaciones negativas y de desvaloración:
criminales, delincuentes, adictos, prostitutas, etc.
Existen diferentes procesos de construcción de las identidades tanto
individuales como sociales en los que puede y debe trabajar la educación popular:
a.- La “Identidad cenestésica” o identidad del ser físico, referente a la conciencia
del cuerpo, sin embargo, muchos niños no han logrado construir una relación
positiva con su yo corporal.
b.- La “Identidad convencional” que hace referencia a la relación que los sujetos
hacen con el mundo exterior. El niño que no haya reconstruido su identidad
difícilmente dejará de concebirse como objeto para ser agente social de
transformación a través de su autodeterminación. La Educación Popular debe
ayudar a los niños a cuestionar y romper con los estereotipos externos que le son
impuestos.
c.- La “Identidad ética” referente al proceso de valorización del yo, como son la
autoestima, la autovaloración y la construcción de actitudes éticas.
d.- La “Identidad expansiva” concerniente a todo lo que una persona percibe como
“suyo” no solo con respecto a los objetos sino también a los sentimientos.
e.- La “Identidad del reflejo o real” referente al concepto de potencialidad que
cada uno tenga sobre sí mismo en relación a las competencias afectivas y de
acción.
f.- La “Identidad del deseo o proyectual” referente a los deseos, las aspiraciones y
los proyectos.
3.- El eje de “La participación”: Es la participación democrática de los niños en los
grupos y la sociedad. El ejercicio de la participación debe superar sus prejuicios
contra la edad, es importante tener conciencia de que las acciones participativas
de los niños son diferentes a las de los adultos; por ejemplo, a través de códigos
no verbalizados como puede ser la creación de dibujos o dramatizaciones. A
través de la participación activa los niños aprenden a organizarse y
autogestionarse.
4.- El eje de “La modernización o la capacitación”: Es la adquisición de nuevos
conocimientos, habilidades y competencias para enfrentarse a problemas con
eficacia. Se deben de romper los prejuicios que dicen que los niños de bajos
recursos no necesitan capacitación de técnicas modernas como son la
computación, el cine, la radio, etc.
5.- El eje del “Cambio social”: Se deben crear espacios de discusión, de
aprendizaje y de confrontación para lograr el cambio social.
Hacer del niño un sujeto educativo no significa promover propuestas didácticas
espontáneas y anarquistas, se trata de recuperar un sentido educativo en función
de su contexto socio-histórico y subjetivo para lograr una formación integral de su
personalidad a través de un humanismo pedagógico que promueva valores como
la vida, la equidad, la justicia, la honestidad y el respeto entre otros.
1.2.7 La Educación Comunitaria en la Actualidad.
En el 2002 el Consejo Latinoamericano de Educación Popular, CEAAL
(Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe), estaba
conformado por 118 instituciones en la región Latinoamericana que afirmaron que
no puede existir un criterio generalizado de lo que debe y tiene que ser la
Educación Popular “La Educación Popular no es una, sido diversidad de
prácticas, procesos y concepciones” que se deben atender desde lo pedagógico,
lo cultural y lo social (Torres, 2011, p. 61).
En este siglo se necesita luchar por reivindicar y fortalecer la educación
popular para democratizar las relaciones humanas y lograr el fortalecimiento de la
sociedad civil, alcanzando mayor justicia y equidad a través de un pensamiento
crítico.
En los movimientos sociales se dan procesos de conciencia colectiva donde se
vinculan gentes para crear redes donde surjan nuevas redes. Dichas acciones
colectivas tienen características como:
1.- La necesidad de la existencia de un conflicto en torno al cual emerge.
2.- La concientización de dicha problemática de los protagonistas en su vida
cotidiana.
3.- Referentes de valores e ideologías propias y colectivas.
4.- La definición de actores y roles dentro del movimiento.
5.-La construcción de una identidad colectiva.
6.- La construcción de vínculos de solidaridad.
7.- Mecanismos de coordinación que permiten una organización colectiva.
8.- La historicidad del movimiento y sus acciones a corto, mediano y largo plazo.
9.- Expresiones de difusión que hacen visible al movimiento.
10.- La transgresión de los límites y su relación con la política.
En el I Foro Mundial Social, en Porto Alegre, 2001, durante el Taller
“Educación Popular y Construcción Ciudadana” Jorge Osorio, ex secretario del
CEAAL, afirmó que son seis las contribuciones que ha hecho la Educación
Popular a la construcción de la ciudadanía:
1.- Promoción, defensa y exigibilidad de los derechos humanos y la paz.
2.- EL entendimiento de la ciudadanía como un proceso de comunicación e
identidad con memoria colectiva.
3.- Reconstrucción de nuevos sentidos de vida.
4.- Reconocimiento de las diferencias y la diversidad a través de la
interculturalidad y el diálogo de saberes.
5.-Construcción pedagógica de una política democrática.
6.- La construcción de la democracia a través de la alteridad formal, no formal e
informal.
A pesar de que la revolución de la tecnología y de la información, junto con
otros procesos económicos y políticos, desencadenaron y crearon una nueva
estructura social en red, hace falta reforzar su uso en los procesos de facilitación
del aprendizaje popular, utilizando sus herramientas de comunicación para
fomentar diálogo de saberes a distancia. A partir del reconocimiento que hacen
los pedagogos entre educación y comunicación, sobre todo desde la década de
los 80, debe trabajarse en una propuesta de educación popular apoyada en
prácticas formales, no formales e informales a través de las Nuevas Tecnologías.
Es poco usual que los educadores motiven a los educandos a que desarrollen
una actitud y comunicación crítica y productiva a través de ellas, fortaleciendo la
interacción e interdisciplinariedad; por lo tanto, se necesita urgentemente
incrementar los cursos de formación docente enfocados a la utilización
pedagógica de dicha herramienta.
En el año 2004, durante el Encuentro Internacional: Presencia de Paulo Freire,
Patricia Cortés de Cervantes en su conferencia “La educación popular frente a las
TIC: Una primera aproximación a los postulados de Paulo Freire” afirmó que éste
consideraba los siguientes aspectos para desarrollar una educación para los
medios:
1.- La importancia del sujeto.
2.- La construcción y el refuerzo de la ciudadanía.
3.- La urgencia de establecer o consolidar el espíritu crítico.
4.- La instauración del diálogo y de alianzas.
5.- Saberes formales e informales.
6.- La educación en valores.
7.- Aprender haciendo.
8.- La cultura.
Dicha postura busca fortalecer los procesos comunicativos del hombre para
preservar su libertad y dignidad como ser crítico. Es importante que la Educación
Popular las incorpore en su práctica educativa para motivar una comunicación
más democrática y horizontal entre ciudadanos e instituciones, sin barreras
temporales y espaciales, así como para la investigación y sistematización de sus
prácticas con un análisis pedagógico que explique y fortalezca las prácticas de
aprendizaje del pueblo, generando nuevas opciones que contribuyan con la
inclusión social y que respondan a las verdades necesidades de transformación
de las sociedades contemporáneas. Paulo Freire afirmaba “La ciencia y la
tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación
permanente y de la HUMANIZACIÓN del hombre”.
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