Edward Snowden y la vigilancia en la red
Bernardo ArroyaveLaura ArteagaAlejandro Benavides
Edward Snowden es un ex-empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia por siglas
en inglés) y de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional por sus siglas en inglés), que se
hizo famoso cuando en el 2013 hizo públicos, mediante los periódicos The Guardian y The
Washington Post, documentos secretos sobre varios programas de la NSA. Pisani (2013)
afirma que hacia agosto de 2013 Snowden publicó a través de The Guardian tres
documentos en los que se autorizaba el acceso a registros de llamadas telefónicas
particulares, y que explicaba la existencia de un sistema –el XKeyscore- por medio del cual
el servicio de inteligencia norteamericano puede tener acceso ilimitado a los datos de
internet de personas de todo el mundo. Este servicio comprende unos “500 servidores
ubicados tanto en territorio nacional como en países del exterior, entre ellos, China, Rusia y
Venezuela” (Pisani, 2013). Igualmente, Snowden reveló también el uso de otro programa –
PRISM- utilizado por la NSA desde 2007 y que podría haber permitido la vigilancia de 35
líderes mundiales.
Para Altvater las revelaciones de Edward Snowden sobre el manejo de información que
ejercen la NSA de Estados Unidos y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno
(GCHQ, por sus siglas en inglés) del Reino Unido sobre ciudadanos del común en todo el
mundo constituye un grave peligro para la democracia, en tanto representa el hurto de datos
a escala planetaria para sus propios fines (2014, p. 44). Snowden publicitó el accionar de
las agencias de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, quienes
según él, espían a los ciudadanos de todo el mundo, roban datos a escala planetaria, los
almacenan y utilizan para sus propios fines. La excusa poco convincente de las agencias de
seguridad sobre el manejo de datos no deja de entenderse como método para sostener el
sistema: estas se escudan argumentando que el servicio se emplea para detectar
rápidamente las actividades terroristas y así mantener el orden y la seguridad pública (2014,
p. 44). Sin embargo, desde cualquier perspectiva la obtención de información es una
manera de mantener el poder, de sobrevivir, bien sea frente a los grupos terroristas que
amenazan el sistema –como lo afirman tales agencias-, o frente a los ciudadanos del común.
El gobierno estadounidense ha admitido que el robo de datos a escala planetaria es real,
esto es, que la amenaza es real. Tal espionaje podría servir no sólo a los intereses del
mercado, sino a afrontar los levantamientos y disturbios políticos resultantes en contra del
sistema capitalista imperante, todo en aras de mantener el sistema, de ahí que el Presidente
Obama haya dicho que Estados Unidos debe “averiguar qué piensa y qué hace la gente”
(Obama, 2014, citado por Altvater, 2014). Altvater (2014, citando a Snowden, 2013)
explica que en una entrevista concedida desde su exilio en Rusia, Snowden explicó lo
siguiente: “El mayor problema es la nueva tecnología de vigilancia masiva general, con la
cual cada día los gobiernos recogen miles y miles de millones de datos que forman parte de
la comunicación de personas inocentes”. La pregunta es, ¿por qué recoger esos datos es
algo tan peligroso?
Es peligroso en varios sentidos: El mundo occidental contemporáneo se rige por un
discurso democrático estrechamente unido al liberalismo, de modo tal que el primero
pareciese no poder existir sin el segundo y en forma que se cierra aparentemente a
cualquier totalitarismo (Bohórquez, 2007, p. 552). Sin embargo, no es correcto creer que
con ello los procesos de des-subjetivación hayan quedado desterrados en la actualidad; más
bien, podría afirmarse que estos siguen existiendo pero han mutado para adaptarse a las
nuevas dinámicas político-jurídicas. Dado que los intereses económicos son los que se
están robando el protagonismo en el juego de poder actual, a los mismos les interesa
mantener fijo el sistema, esto es, hacer cada día a las personas más dependientes de
aplicaciones y de tecnologías y renovarlas constantemente para que estas deban
consumirlas cada vez más; de ahí que al conocer lo que a la gente le interesa, lo que la
gente busca, sea más sencillo idear productos que “satisfagan” sus “necesidades”. Llegará
el momento en que incluso los reacios a adquirir productos tecnológicos inminentemente
tendrán que hacerlo, en tanto se vuelven necesario para el trabajo, el estudio e incluso –y en
mayor medida- el ocio.
A su vez, el controlar esta información da pistas sobre cómo mantener a las personas
conformes con el sistema. La ideología de un mundo moderno tecnológico y superior es
funcional para un sistema que requiere de producción constante y de un espíritu de
pertenencia a la mentalidad globalizadora. Al sistema no le interesa que las personas dejen
sus celulares y hablen con otras personas, caminen, vivan en zonas rurales y tengan vidas
tranquilas. Necesitan tenerlos ocupados todo el tiempo, con la idea de que el sistema
funciona plenamente bien, que la originalidad es algo que sigue existiendo, que la
superpoblación y los problemas económicos, ecológicos y sociales pueden solucionarse a
partir de likes en Facebook o de cadenas de correo electrónico, y que en general, la vida es
mejor ahora que antes.
El conocimiento de estos datos debería funcionar como alarma global para impedir la
utilización de estas tecnologías de robo de información, e incluso –y todavía en mayor
medida- para concientizar a la población sobre las máscaras del aclamado progreso del
mundo moderno, pero parece ser que a la población no le interesa esto en absoluto en tanto
el uso de Smartphones, computadoras y Wifi es generalizado y las personas son cada vez
más dependientes a estos dispositivos.
Igualmente, la noticia de que se hará una película sobre la vida de Snowden hace que todo
esto parezca un chiste: “The Snowden Files”, como se llama el film, está basada en el libro
“The Snowden Files: The Inside Story of the World's Most Wanted Man”, escrito por Luke
Harding y es la muestra de que el mercado es capaz de utilizar cualquier cosa como
entretenimiento, retorcerlo para que se vuelva a su favor. Entretanto, Snowden se encuentra
asilado en Rusia y en abril se encontró con la presidente de Argentina, Cristina Fernández
de Kirchner, luego de que se revelara un fuerte espionaje al país sudamericano por parte del
Reino Unido (La Nación, 2015).
Referencias
Altvater, E. (2014). El control del futuro: Edward Snowden y la nueva era. Nueva
sociedad(252), 43-54.
Bohórquez-Montoya, J. P. (2006). El poder constituyente, fundamento de la democracia:
Carl Schmitt. Papel Político, 11(2), 525-556.
La Nación. (4 de Junio de 2015). Cristina Kirchner se reunió con Edward Snowden en Rusia. Recuperado el 10 de Agosto de 2014, de La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1798728-cristina-kirchner-se-reunio-con-edward-snowden-en-rusia
Pisani, S. (1 de Agosto de 2013). EE.UU. intenta defenderse, pero aparece otra filtración. Recuperado el 10 de Agosto de 2015, de La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1606271-eeuu-intenta-defenderse-pero-aparece-otra-filtracion