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SALUD PÚBLICA BENEFACTORA De la filantropía caritativa al estado médico asistencial A medida que el país se internó en un proceso de urbanización e industrialización algunos problemas sociales comenzaron a sentirse cada vez con mayor intensidad, especialmente en lo que respecta a la salud de la población. La falta de una vivienda y de un entorno urbano adecuado afectó directamente las condiciones de vida y por añadidura, aumentó la mortalidad de la población. En forma creciente, la enfermedad y la muerte se convirtieron en un grave problema para las elites dirigentes del país. Además de los cuestionamientos morales, la inhabilidad de los trabajadores por enfermedad o muerte implicaba una menor fuerza de trabajo y pérdida de producción económica. La filantropía, expresada a través de la caridad cristiana, seguía siendo hasta las primeras décadas del siglo XX uno de los pilares fundamentales de la idea de salud pública en la sociedad chilena. Los católicos sentían el deber moral de ayudar al prójimo en desgracia, lo cual se expresaba en donaciones por medio de las cuales se financiaban los establecimientos hospitalarios, donde también se recibían a huérfanos, ancianos e inválidos. En este sentido, legados y donaciones de tierras, dinero y edificios eran la base financiera de los hospitales tradicionales e históricos de Chile como el San Juan de Dios y el San Borja. Paulatinamente, el Estado comenzó a intervenir en los problemas de salud pública pues en nuestro país se observaban altísimos niveles de mortalidad en relación a otros países latinoamericanos y 1 Desinfectario Público 1910 Dersinfectadores trabajado

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SALUD PÚBLICA BENEFACTORA

De la filantropía caritativa al estado médico asistencial

A medida que el país se internó en un proceso de urbanización e industrialización algunos problemas sociales comenzaron a sentirse cada vez con mayor intensidad, especialmente en lo que respecta a la salud de la población. La falta de una vivienda y de un entorno urbano adecuado afectó directamente las condiciones de vida y por añadidura, aumentó la mortalidad de la población. En forma creciente, la enfermedad y la muerte se convirtieron en un grave problema para las elites dirigentes del país. Además de los cuestionamientos morales, la inhabilidad de los trabajadores por enfermedad o muerte implicaba una menor fuerza de trabajo y pérdida de producción económica.

La filantropía, expresada a través de la caridad cristiana, seguía siendo hasta las primeras décadas del siglo XX uno de los pilares fundamentales de la idea de salud pública en la sociedad chilena. Los católicos sentían el deber moral de ayudar al prójimo en desgracia, lo cual se expresaba en donaciones por medio de las cuales se financiaban los establecimientos hospitalarios, donde también se recibían a huérfanos, ancianos e inválidos. En este sentido, legados y donaciones de tierras, dinero y edificios eran la base financiera de los hospitales tradicionales e históricos de Chile como el San

Juan de Dios y el San Borja.

Paulatinamente, el Estado comenzó a intervenir en los problemas de salud pública pues en nuestro país se observaban altísimos niveles de mortalidad en relación a otros países latinoamericanos y europeos. De esta manera, la caridad perdió terreno y comenzó a ser desplazada por una nueva visión de la salud pública que se expresaba en la acción del Estado Benefactor y la Asistencia Social. Así, la alta mortalidad nacional forzó la transformación de un régimen caritativo e individual de salud a un régimen público y colectivo, donde el Estado se hizo progresivamente cargo de los problemas de enfermedad y muerte. En este sentido, en 1924 se decretó la creación del Ministerio de Higiene, Asistencia, Trabajo y Previsión Social, que implicó consolidar y proyectar el carácter estatal que había adquirido la dirección de la salud pública.

Respecto de los avances médicos, hasta mediados del siglo XIX, el desarrollo de la medicina en Chile era escaso. Con la creación de la Universidad de Chile se produjo un creciente aumento de

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Desinfectario Público 1910

Dersinfectadores trabajado

Bocio

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los médicos en el país y de su prestigio, además de la modernización de esa profesión al asumir y practicar los postulados científicos y positivistas provenientes de Europa. Con la valoración del ejercicio profesional de la medicina, se formó un estamento del cual el Estado obtendría la capacidad humana que necesitaba para llevar a cabo las reformas que requería el sistema de salud.

Sin embargo, las condiciones ambientales de los asentamientos humanos en Chile hicieron prácticamente imposible la disminución de los indicadores de salud, a pesar de los enormes esfuerzos realizados por el Estado, a partir de la formación de profesionales en el ámbito de la medicina y la construcción de un sistema de salud pública basado en hospitales. El tiempo demostró que era más efectivo atacar las causas de las enfermedades más que sanar sus consecuencias, por lo tanto, se hizo evidente la necesidad de invertir en obras

de saneamiento urbano e higiene pública que, hasta mediados del siglo XX, eran deplorables.

MUTUALES Y ORGANIZACIONES DE SOCORRO MUTUOLas primeras sociedades de socorros mutuos surgieron hace más de cien años. En la actualidad, muchas de ellas siguen existiendo.

Desde 1840, a lo largo de todo Chile, se organizaron agrupaciones de trabajadores y trabajadoras destinadas a brindar protección ante accidentes, enfermedad o muerte a sus afiliados. De forma solidaria, las mutuales y sociedades de socorro mutuo reunían sumas de dinero -a partir de la cotización directa de sus miembros, por lo general agrupados por tipo de oficio o lugar de trabajo- que les permitía cubrir los gastos de enfermedad, invalidez o fallecimiento de sus cotizantes.

Estas asociaciones se vincularon desde sus inicios, a las distintas formas de organización política del movimiento popular chileno, desde la Sociedad de la Igualdad hasta la formación de los primeros partidos políticos obreros. A su alero florecieron las tertulias y filarmónicas, instancias de desarrollo de la vida cultural y la educación auto gestionada por los trabajadores y trabajadoras organizados.

A partir de la década de 1910 estas organizaciones experimentaron diferencias con los sindicatos y los partidos políticos de orientación socialista, en tanto que fueron vistas por estos, como simples remedios que eximían a los patrones y al Estado de sus efectivas responsabilidades y deberes en relación al bienestar de la población.

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Asistencia Pública

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Sociedad de Carpinteros Empleados Fábrica Nacional de Órganos

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