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MARTES, 20 ABRIL 2010 C on más flexibilidad, Espa- ña tendría menos paro? Para saberlo, mire EE.UU.: flexibilidad laboral la tene- mos toda, pero uno de cada seis americanos aún no en- cuentra empleo a tiempo completo. Pero, tal vez, cuando empiece la recupe- ración creen más empleo y más rápido. Hay dos tipos de flexibilidad: la salarial, o sea, que los sueldos bajen con las crisis; y la contractual, que facilita que los trabajado- res abandonen empresas en pérdidas y va- yan a otros sectores donde son necesarios. ¿Por eso Paul Krugman dijo que a los españoles deberían bajarnos el sueldo? Krugman seguía una vieja teoría: cuando un país en crisis no puede devaluar –como a ustedes les pasa con el euro–, entonces debe bajar todos sus salarios y precios al mismo tiempo, para así volver a ser competitivo y poder volver a vender sus exportaciones y su oferta turística e inmobiliaria. ¿Y usted no está de acuerdo? Es impracticable, porque hay contratos que impiden bajar sueldos, pero además es con- traproducente porque, con salarios más ba- jos, los empleados aún gastarían menos, de forma que la demanda agregada disminui- ría y eso, al final, provocaría más paro. ¿El problema es que el despido es dema- siado caro en España? En América es muy barato despedir trabaja- dores y eso ahora mismo no crea empleo. Esa es una obsesión fijada en el debate eco- nómico español, pero no es lo esencial... ¿Qué es esencial? Que la demanda agregada tire y que vuelva a crear expectativa de beneficios, de forma que el empresario esté convencido de que, al crear empleos, ganará más dinero. Que España vuelva a ser negocio. Después, todo lo demás ayuda. Por ejemplo, mejorar la movilidad laboral, pero incenti- vando –no imponiendo–, como hacen las propuestas de flexisecurity danesas, que per- miten a los trabajadores reciclarse y apren- der mientras les reservan empleo... O la austriaca, con la que el trabajador se lleva su fondo allá donde le empleen... Son buenas, porque socializan el riesgo de emplear. Con ellas todos asumen, y el traba- jador primero, que si su empresa falla, es problema suyo en primer lugar, y debe reci- clarse y estudiar. De ese modo, el peso y el riesgo de emplear y despedir no recae sólo sobre empresario y empresa, sino que toda la sociedad se corresponsabiliza. Pero... Pero si la demanda no crea empleos, no se puede mover nadie a ocuparlos; o puede que existan pero que el mercado inmobilia- rio esté tan hundido que el empleado no pueda vender su casa y mudarse a donde tie- ne otro empleo, como pasa ahora en EE.UU. ¿Es necesario retrasar la edad de jubila- ción para asegurar las pensiones? Pues depende de a quién se jubile. La edad de jubilación debe negociarse caso por ca- so, partiendo de salvaguardar el derecho a seguir o a retirarse. Por ejemplo... Paul Volcker tiene 82 años y es más útil que muchos economistas de 40 a los que podría- mos jubilar sin perjuicio para la economía. ¿Qué piensa hacer usted? Si tienes un trabajo con sentido y creas va- lor al hacerlo, es absurdo para ti y un derro- che para tu país jubilarte por la mera cifra de tu edad. Si sigues, aumentas tu calidad de vida y beneficias al sistema de pensiones. Usted fue jefe de asesores económicos de Clinton, época de dorada prosperidad. Gracias, sí, fue magnífico. ¿Por qué? Clinton supo reclutar a asesores desde la iz- quierda, como Robert Reich, hasta el cen- tro, como Robert Rubin o yo mismo. Y en- tre todos convertimos las discusiones en medidas efectivas que crearon prosperidad. ¿Obama no sabe? Obama es excelente asumiendo él mismo ángulos muy diferentes del mismo proble- ma, pero ha elegido a su equipo antirrece- sión sin la distancia necesaria respecto a los que han causado esta recesión. ¿Qué le enorgullece de su trabajo junto al presidente Clinton? Creé los fondos de ahorro indiciados con la inflación, porque los ahorradores no tenían protección contra la inflación. Intenté con- vencer a bancos y mercados y se resistieron. Pero usted ganó. Hoy son realidad, aunque entonces se nega- ran los mercados. A menudo, los mercados son mucho menos inteligentes e innovado- res de lo que nos quieren hacer creer. Y, sí, el mercado necesita que le guíen. Sonó usted para la Reserva Federal... ... ¿Qué tres cosas haría al presidirla? Si lee mi libro, Free fall (Caída libre, Ed. Tau- rus), podrá deducirlas. Primero, transparen- cia: cambiar las reglas para que el responsa- ble de la Reserva Federal en Nueva York no sea nombrado –como pasa hoy– por los pro- pios bancos a los que tendría que meter en vereda. ¿Qué más? Proteger al consumidor. Ahora mismo, los bancos están haciendo usura y abusan de las comisiones y las tarjetas de crédito. ¿Y tercero? Sacar la banca del casino de los productos derivativos y devolverla a la banca del día a día y el crédito cotidiano. Que no especulen con dinero que, cuando ellos pierden, tene- mos que reponer entre todos. LLUÍS AMIGUET LA CONTRA XAVIER GÓMEZ “La edad de jubilación debe negociarse caso por caso” VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET Tengo la experiencia en gestionar crisis que no dan los libros de texto. Nací en Gary (India- na). Tengo cuatro hijos... ¡y un nieto hace una semana! Soy judío de ética, pero no de práctica. ¿Flexibilidad laboral? En EE.UU. la tenemos toda, pero uno de cada seis no consigue trabajo La única cifra relaciona- da directamente con la creación de empleo es la de beneficios empresa- riales: “Los beneficios de hoy –decía Willy Brandt– son los empleos de mañana”. Así que la mejor manera de comba- tir el paro es devolver a los mercados la percep- ción de que, como resu- me Stiglitz, España es un buen negocio. Este No- bel lo predica con simpa- tía, buen humor y opti- mismo ante el atribula- do Auditori de Cornellà. Tiene tiempo para to- dos: tanto para radios y empresarios locales co- mo para sus vecinos de la Costa Brava. Por unos momentos encarna ante nosotros el dorado espí- ritu del Camelot de Bill Clinton, cuyo equipo eco- nómico dirigió Stiglitz hacia una prosperidad que aún está por repetir. Ser buen negocio HOY VALE DESCUENTO DE “besos y confidencias” Martes 20 Vale descuento RECORTA ESTE VALE DESCUENTO Joseph Stiglitz, Nobel de Economía; fue coordinador económico del presidente Clinton 46164

2010.04.20 joseph stiglitz...free fall

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Page 1: 2010.04.20 joseph stiglitz...free fall

MARTES, 20 ABRIL 2010

C on más flexibilidad, Espa-ña tendría menos paro?Para saberlo, mire EE.UU.:flexibilidad laboral la tene-mos toda, pero uno de cadaseis americanos aún no en-

cuentra empleo a tiempo completo.Pero, tal vez, cuando empiece la recupe-

ración creen más empleo y más rápido.Hay dos tipos de flexibilidad: la salarial, osea, que los sueldos bajen con las crisis; y lacontractual, que facilita que los trabajado-res abandonen empresas en pérdidas y va-yan a otros sectores donde son necesarios.

¿Por eso Paul Krugman dijo que a losespañoles deberían bajarnos el sueldo?Krugman seguía una vieja teoría: cuando unpaís en crisis no puede devaluar –como austedes les pasa con el euro–, entonces debebajar todos sus salarios y precios al mismotiempo, para así volver a ser competitivo ypoder volver a vender sus exportacionesy su oferta turística e inmobiliaria.

¿Y usted no está de acuerdo?Es impracticable, porque hay contratos queimpiden bajar sueldos, pero además es con-traproducente porque, con salarios más ba-jos, los empleados aún gastarían menos, deforma que la demanda agregada disminui-ría y eso, al final, provocaría más paro.

¿El problema es que el despido es dema-siado caro en España?EnAmérica esmuy barato despedir trabaja-dores y eso ahora mismo no crea empleo.Esa es una obsesión fijada en el debate eco-nómico español, pero no es lo esencial...

¿Qué es esencial?Que la demanda agregada tire y que vuelvaa crear expectativa de beneficios, de formaque el empresario esté convencido de que,al crear empleos, ganará más dinero.

Que España vuelva a ser negocio.Después, todo lo demás ayuda. Por ejemplo,mejorar la movilidad laboral, pero incenti-vando –no imponiendo–, como hacen laspropuestas de flexisecurity danesas, que per-miten a los trabajadores reciclarse y apren-der mientras les reservan empleo...

O la austriaca, con la que el trabajadorse lleva su fondo allá donde le empleen...Son buenas, porque socializan el riesgo deemplear. Con ellas todos asumen, y el traba-jador primero, que si su empresa falla, esproblema suyo en primer lugar, y debe reci-clarse y estudiar. De ese modo, el peso y elriesgo de emplear y despedir no recae sólosobre empresario y empresa, sino que todala sociedad se corresponsabiliza.

Pero...Pero si la demanda no crea empleos, no se

puede mover nadie a ocuparlos; o puedeque existan pero que el mercado inmobilia-rio esté tan hundido que el empleado nopueda vender su casa ymudarse a donde tie-ne otro empleo, como pasa ahora en EE.UU.

¿Esnecesario retrasar la edadde jubila-ción para asegurar las pensiones?Pues depende de a quién se jubile. La edadde jubilación debe negociarse caso por ca-so, partiendo de salvaguardar el derecho aseguir o a retirarse.

Por ejemplo...Paul Volcker tiene 82 años y es más útil quemuchos economistas de 40 a los que podría-mos jubilar sin perjuicio para la economía.

¿Qué piensa hacer usted?Si tienes un trabajo con sentido y creas va-lor al hacerlo, es absurdo para ti y un derro-che para tu país jubilarte por la mera cifrade tu edad. Si sigues, aumentas tu calidadde vida y beneficias al sistema de pensiones.

Usted fue jefe de asesores económicosde Clinton, época de dorada prosperidad.Gracias, sí, fue magnífico.

¿Por qué?Clinton supo reclutar a asesores desde la iz-quierda, como Robert Reich, hasta el cen-tro, como Robert Rubin o yo mismo. Y en-tre todos convertimos las discusiones enmedidas efectivas que crearon prosperidad.

¿Obama no sabe?Obama es excelente asumiendo él mismoángulos muy diferentes del mismo proble-ma, pero ha elegido a su equipo antirrece-sión sin la distancia necesaria respecto a losque han causado esta recesión.

¿Qué le enorgullece de su trabajo juntoal presidente Clinton?Creé los fondos de ahorro indiciados con lainflación, porque los ahorradores no teníanprotección contra la inflación. Intenté con-vencer a bancos ymercados y se resistieron.

Pero usted ganó.Hoy son realidad, aunque entonces se nega-ran los mercados. A menudo, los mercadosson mucho menos inteligentes e innovado-res de lo que nos quieren hacer creer. Y, sí,el mercado necesita que le guíen.

Sonó usted para la Reserva Federal......

¿Qué tres cosas haría al presidirla?Si leemi libro,Free fall (Caída libre, Ed. Tau-rus), podrá deducirlas. Primero, transparen-cia: cambiar las reglas para que el responsa-ble de la Reserva Federal en Nueva York nosea nombrado –comopasa hoy– por los pro-pios bancos a los que tendría que meter envereda.

¿Qué más?Proteger al consumidor. Ahora mismo, losbancos están haciendo usura y abusan delas comisiones y las tarjetas de crédito.

¿Y tercero?Sacar la banca del casino de los productosderivativos y devolverla a la banca del día adía y el crédito cotidiano. Que no especulencon dinero que, cuando ellos pierden, tene-mos que reponer entre todos.

LLUÍS AMIGUET

LA CONTRA

XAVIER GÓMEZ

“Laedadde jubilacióndebenegociarsecasoporcaso”

VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo la experiencia en gestionar crisis que no dan los libros de texto. Nací en Gary (India-na). Tengo cuatro hijos... ¡y un nieto hace una semana! Soy judío de ética, pero no de práctica.¿Flexibilidad laboral? En EE.UU. la tenemos toda, pero uno de cada seis no consigue trabajo

La única cifra relaciona-da directamente con lacreación de empleo es lade beneficios empresa-riales: “Los beneficiosde hoy –decía WillyBrandt– son los empleosde mañana”. Así que lamejor manera de comba-tir el paro es devolver alos mercados la percep-ción de que, como resu-me Stiglitz, España es unbuen negocio. Este No-bel lo predica con simpa-tía, buen humor y opti-mismo ante el atribula-do Auditori de Cornellà.Tiene tiempo para to-dos: tanto para radios yempresarios locales co-mo para sus vecinos dela Costa Brava. Por unosmomentos encarna antenosotros el dorado espí-ritu del Camelot de BillClinton, cuyo equipo eco-nómico dirigió Stiglitzhacia una prosperidadque aún está por repetir.

Ser buen negocio

HOY VALE DESCUENTODE“besos y confidencias”

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JosephStiglitz,Nobel de Economía; fue coordinador económico del presidente Clinton

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