Upload
sergio-ortiz
View
45
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
DIARIO DE UN PERDEDOR.
ORTIZ DE LA FUENTE SERGIO ENRIQUE
Según la mayoría de las personas, el ser maestro o educador es de las
profesiones más nobles e importantes que existen, ya que se prepara a los
jóvenes para que sean los futuros dirigentes de un país, o del mundo entero si se
quiere ver a gran escala. Ser maestro no es fácil, se requiere de mucha vocación,
de amor, pero sobre todo de muchísima paciencia, tal vez por eso odio mi
profesión.
Sábado, 27 de Septiembre del 2014:
Me llamo Giancarlo Butron y aunque mi nombre no lo respalde soy mexicano, pero
respecto a ese tema solo diré que mi padre era un joven italiano que un día vino a
México para probar suerte en la Industria textil, tengo 45 años y actualmente soy
un hombre soltero, llevo más de 10 años trabajando como profesor de
computación en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. Mido 1.84 mts. y
peso 80 kg., uso lentes desde que tengo memoria y actualmente tengo una barriga
donde antes tenía un abdomen, no estoy diciendo que haya estado en forma o
que antes tuviera una dieta muy saludable sin embargo hasta mis 37 años mi
complexión era muy delgada, casi podría asegurar que mis huesos se asomaban
por mi piel como si pidieran a gritos un poco mas de espacio.
Estoy elaborando este escrito por el motivo siguiente: Como eh dicho anterior soy
un solterón de 45 años, que odia su trabajo y que ha perdido completamente su
vitalidad ( como si alguna vez la hubiera tenido jajá ), últimamente al darme cuenta
de que mi vida iba en picada decidí renovarme, empezar desde cero y desechar
todo lo que tengo hasta ahora, que podría asegurar que no es nada que me de
mucha pena perder, sin embargo no seré como el resto de las personas, ya que,
al mencionar que empezare desde cero y que me renovare, no me refiero para
nada en dejar mi empleo que tanto odio ni mis hábitos, que hasta ahora no me han
dejado nada bueno, yo más bien me refiero a cambiar mi perspectiva sobre el
mundo, a despertar un día y ya no tener que odiar mi trabajo, a obligarme a
pensar que amo a los chicos ignorantes que están sentados frente a mí con su
cara de estúpidos, y con sus ojos perdidos en el espacio, como si no estuvieran es
sus cuerpos, quiero despertar un día y al ponerme mi camisa de cuadros y mi
pantalón de vestir color beish, verme en el espejo y sentirme el hombre mas
atractivo que pueda existir en el universo. Cuando digo que voy a renovarme,
confió plenamente en mi criterio, ya que, sé que no es un objetivo nada fácil de
cumplir, seria estarme engañando a mi mismo por un buen tiempo hasta que mi
cerebro se canse de intentar hacerme “entrar en razón” y comience a cooperar, ya
estoy cansado de ser el perdedor de mi familia, el típico hombre que prefiere ir a
tomar un café y leer un mal libro los viernes por la noche, estoy cansado de ser
mediocre y de a verme convencido a mi mismo de que lo era, en realidad es por
eso que estoy seguro de mi, de que cumpliré mi manda y nada me lo impedirá,
después de todo, si ya pude hacerle creer a mi cerebro que era un perdedor, se
que podre hacerle creer que ahora es un ganador. Lógica.
Después de haber dicho esto ya no hay vuelta de hoja, empezare con mi “nuevo”
estilo de vida a partir del lunes.
Lunes, 29 de septiembre del 2014:
Nervios. Son las 5:30 a.m. y acabo de despertar, no sé porque mi corazón hoy
empezó a latir diferente, más rápido, más fuerte, tampoco entiendo porque miro
mis manos empiezan a temblar un poco cuando me tallo los ojos para despertar
de una vez por todas. Ayer fue un día común y corriente, desayunar solo, leer
solo, salir a comprar comida solo, comer solo, ver tv solo, cenar solo, leer otra vez
solo y como cereza del pastel, dormir una vez más, solo. Hoy es un día diferente,
lo sé, lo siento en mi interior, hoy comenzare esta batalla contra mí mismo, tal vez
hoy deje de ser ese perdedor del que todo mundo se burla, tal vez hoy por fin me
atreva a observar a alguna mujer a los ojos y dedicarle una sonrisa o algún gesto
amable, tal vez hoy sea mi primer día como un ganador; así que me visto con mi
típica camisa a cuadros azules, mi pantalón beish, mis zapatos cafés que
combinan perfecto con mi reloj con calculadora, mi lentes que aunque no me gusta
tengo que usarlos y mi típico peinado de lado, todo es normal, como siempre, el
único cambio fue que al terminar de arreglarme me contemple en el espejo y me
dije a mi mismo: “No estás tan mal galán”. Me dirijo hacia la puerta, no olvido
nada, llaves, portafolio, celular, todo está listo, hoy podría ser un gran día. Abro la
puerta y salgo a la calle.
Miércoles, 1° de Octubre del 2014:
Un Fiasco. Ayer no escribí nada porque en realidad no había nada que escribir, mi
día fue el típico día, como ya les conté el lunes, para mí un típico día es aburrido y
en soledad absoluta (sin contar a la señora que atiende el restaurante donde
compro mi comida), no conseguí sonreírle a ninguna mujer, llegue a mi trabajo con
la misma actitud amargada de siempre, en pocas palabras no logre absolutamente
nada. Al llegar a mi departamento lo único que puedo percibir es un ligero olor a
madera, sin embargo en ese momento sentía que era el olor de la decepción, de
la vergüenza, era como si el sentimiento de un hombre hecho pedazos se
plasmara en la fragancia de la madera, como si se mezclara y diera como
resultado una pestilencia que no olía mal, pero te hacía sentir mal.
No sé que haya hecho mal, salí con mucha confianza de que sería un día
fantástico, mi sonrisa estaba plasmada en mi rostro y mi caminar era tan fluido que
me sentía como si fuera un chaval, pero, con cada paso que daba, mi confianza
iba desapareciendo, mi sonrisa se difuminaba haciendo que solo me quedara un
gesto con sabor amargo en la boca y mi caminar se volvía sistemático, rígido, sin
alma, fue la peor sensación de mi vida porque sentía como si la naturaleza me
estuviera diciendo que yo no tenía derecho a nada de eso, que mi vida tenía que
ser así aunque en el fondo yo no quisiera lo mismo, fue como si yo no fuera el
dueño de mi vida.
No sé qué fallo, no sé que me paso, pero mañana volveré a intentarlo, después de
todo, que mas puedo perder.
Jueves, 2 de Octubre del 2014:
Concentración. 5:30 a.m., no estoy nervioso, ni tengo sueño, estoy decidido a que
hoy sería un buen día, tengo muchísima confianza en mí, al fin. Tomo esa camisa
a cuadros y esa pantalón beish, me peino de lado, me pongo mis anteojos, mi reloj
de calculadora y mis zapatos recién boleados, me miro en el espejo y me guiño un
ojo, estoy listo, me dirijo hacia la puerta la abro con mucho entusiasmo y salgo, el
primer paso es bueno, aun tengo mi sonrisa y mi caminar sigue siendo fluido, tal
vez hoy sea el día, tengo mucha confianza. Llevo caminando tres cuadras y todo
parecer ir saliendo de maravilla, miro mis pies y mi manera de caminar, estoy
siendo todo un joven, de hecho no falta mucho para llegar al trabajo. Estoy a tres
pasos ya de llegar a mi oficina, cuando entre al campus pude ver de reojo como
algunos alumnos me miraban, tal vez algo este cambiando, ¡funciona! .
Viernes, 3 de Octubre del 2014:
¿Otra vez? . Entre a mi oficina y todo parecía que iba bien, pero al salir de ella y
dirigirme al salón de clases no pude volver a caminar de manera fluida, ni a
sonreír y mucho menos a tenerme la confianza de levantar la cara y mirara quien
se estaba figando en mi. Cuando llegue a mi casa volví a oler esa estúpida
fragancia de madera.
Sé que mañana será un nuevo día y que corregiré los posibles errores que haya
tenido, tengo un plan y sé que todo va a salir perfecto, tal vez este sufrimiento que
trae la decepción consigo, sea una especie de pago que debo hacer para poder
ser feliz. Seré un ganador y ya lo verán.
Domingo, 12 de Abril del 2014:
Resignación. Llevo ya más de seis meses intentando ser un ganador, todos los
días, todos los días, todos los días, siempre fue la misma rutina, despertarme,
arreglarme y salir de mi departamento con una motivación envidiable para
cualquier persona, pero, siempre pasaba algo, no sé que, ni en qué momento
exacto sucedía, pero mis planes nunca salían como debían.
Mañana será el ultimo día que intentare ser un ganador, después de todo, si ya
puede vivir 45 años siendo un perdedor, creo poder aguantar lo que me queda de
vida siéndolo.
Lunes, 13 de Abril del 2014:
Cambio. Todo empieza normal, eh convertido mi motivación personal en un
especie de ritual sagrado, no puedo salir de mi departamento si no eh logrado
motivarme a tal grado de sonreír de oreja a oreja. Salgo por la puerta y camino
hasta mi trabajo, todo parece perfecto, al llegar entro a mi cubículo y vuelvo a
mirar de reojo como todos prestan atención a mi andar, tal vez hoy lo este
logrando y mi plan este saliendo de maravilla.
Al salir de mi cubículo mis pasos vuelven a perder el ritmo y mi sonrisa empieza
otra vez a difuminarse… ¡OTRA VEZ LO MISMO!, pero no, algo pasa, algo
inesperado, algo nuevo. Al salir de mi cubículo una joven de ojos cafés estatura
mediana, nariz pequeña, ojos extremadamente redondos como dos bolas de billar
y un cabello desastroso se abalanza sobre mí, me abraza y me aprieta con todas
sus fuerzas, obviamente mi reacción natural era quitarme de entre sus brazos y
alejarla pero, algo me lo impedía, no sé que era ni cómo es que había llegado
hasta el punto de estar abrazando a una estúpida estudiante, sin embargo mi boca
casi automáticamente esbozo: “¿Qué carajo estás haciendo?”, a lo que ella
respondió : “salvándolo profesor, salvándolo” en mi cabeza se formaron millones
de ideas en menos de una milésima de segundo, estaba totalmente aturdido por la
sorpresa que el abrazo de esa jovencita me provocaba, pero antes de que pudiera
seguir sorprendiéndome más la joven siguió hablando: “profesor Giancarlo, yo se
que usted tal vez no sabe ni siquiera quien soy yo, pero la verdad es que eso me
importa un comino, yo si se quién es usted y lo que usted ah significado para mí.
Verá, toda mi vida eh tenido profesores amables, atentos, cariñosos y pacientes,
pero la verdad es que nunca aprendí tanto como esperaba, no me malinterprete,
aprendí matemáticas, física, literatura, pero nunca aprendí lo esencial, lo que
realmente necesitaba, nunca aprendí a vivir y eso es lo que usted me enseño, al
verlo todos los días con sus ojos resignados, con su boca caída y su postura
desalineada no podía pensar en otra cosa más que en lo horripilante que podría
ser su vida, y por lo tanto me prometí a mi misma que nunca debería ser así, que
debía vivir la vida hasta el último instante, feliz, plena, orgullosa de mi misma y la
verdad es que hasta ahora lo eh logrado, sin embargo este es mi último semestre
en esta universidad y no podía irme sin antes hacer algo por usted, como usted
inconscientemente lo hizo por mí, vengo a rescatarlo profesor, a decirle que la vida
no es una rutina, que es una aventura diaria, que no tiene que fingir sonrisas antes
de entrar a su cubículo, ni caminar recto porque sus ojos demuestran que no lo
hace naturalmente. Enamórese de la vida profesor, abrásela y no la deje nunca
irse, porque esa dura muy poco, ame todo lo que tenga que ver con la vida, desde
el pájaro que lo molesta en las mañanas, hasta las letras de aquel libro tan gris
que siempre trae consigo. Hágame un favor y ámese profesor Giancarlo, después
de todo, el mundo no necesita que las personas se amen entre ellas, si no que se
amen individualmente hasta más no poder, porque aunque se escuche un poco
egocéntrico, el amor que se tiene uno mismo es el más puro, y eso, eso se refleja
en el exterior, así que irradie amor profesor, la confianza y el caminar vendrán
después.”
Lo joven muchachita me soltó y se fue caminando con una sonrisa de satisfacción
pintada en el rostro. Todo el día no supe qué hacer ni que decir, estaba como
muerto en vida o como en otro mundo, no sé qué está pasando.
Martes, 14 de Abril del 2014:
Desperté. 5:30 a.m. ningún ritual, ninguna sonrisa al espejo, hoy todo es natural,
me siento ligero, esbelto, hasta saludable se podría decir, hoy algo cambio y no se
que es, pero se que me gusta, no tengo planes ni quiero tenerlos, solo quiero salir
a trabajar y experimentar, quiero aprovechar mi vida, quiero vivir antes de vivir
como un ganador, me eh perdido muchos momentos hermosos en mi vida y todo
por nunca levantar la cabeza para contemplar directamente al mundo que me
rodea. Hoy estoy haciendo exactamente lo mismo, escribiendo en este estúpido
diaria, mientras que en la ventana de mi edificio puedo ver que hay mucha gente
caminando, autos con ruidos estresantes y aire un poco contaminado. Hoy por
primera vez en mi vida, tengo deseos de salir a caminar, así que por mi parte no
volveré a escribir en este diario, ya que la vida, tiene cosas mejores que hacer
conmigo.