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2da edición Boletín La Voz del Heraldo, febrero 2009
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El Sellamiento. Por: Samuel Saldaña Puntos de interés especial
¿Qué es el sello de Dios?
¿Qué es el sellamiento?
El pueblo de Dios
Los 144 mil escogidos
La gran multitud
Las vestiduras blancas
Aplicación a un singular
pueblo
El ángel Gabriel y la obra
del sellamiento
Contenido:
El Sello del Dios Vivo 1
Las 12 tribus de Israel 2
Los 144 mil 3
La Gran Multitud 4
¿Quiénes son los 144 mil? 5
Todas las tribus 6
¿Quiénes son? 8
La gran tribulación 8
El ángel Gabriel y los 144 mil 10
Receta licuado frutas 12
¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!
febrero, 2009
Volumen 1, nº 2
La Voz del Heraldo
¿Qué es el Sello de Dios?
El Sello del Dios Vivo
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie
sobre los cuatro ángulos de la tierra, que de-
tenían los cuatro vientos de la tierra, para que
no soplase viento alguno sobre la tierra, ni
sobre ningún árbol”. Ap. 7.1.
Como indiqué en el capítulo anterior, éste es
un paréntesis entre los versos 13 y 14 del capítulo 6. Los vientos que detienen los ánge-
les significan guerras, plagas, conflic-
tos. Veamos el texto de Jeremías 49:36 y
37: “Y traeré sobre Elam vientos de los cuatro
puntos del cielo, y los aventaré a todos estos
vientos;…Y haré que Elam se intimide delan-
te de sus enemigos... y enviaré sobre ellos
espada hasta que los acabe.” Estos vientos
tienen un significado especial y lo veremos en
los textos siguientes.
El Ángel con el Sello de Dios
Vi también a otro ángel que subía de donde
nace el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y
clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quie-
nes se les había dado el poder de hacer daño a
la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a
la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios
en sus frentes (7:2, 3).
Ahora podemos ver claramente el significado
pleno de los vientos. Representan las calami-
dades que sucederán en la tierra en ocasión de
las 7 plagas postreras que son descritas en el
capítulo 16 de Apocalipsis.
En momentos de juicios especiales, como
en el diluvio, las plagas de Egipto y la des-
trucción de Sodoma y Gomorra, Dios siempre ha liberado a los justos. Antes que las 7 co-
pas de la ira de Dios sean derramadas sobre
nuestro planeta, Dios hará una obra similar
para salvar a los santos. Este ángel representa
un movimiento de origen divino que se
apresta para sellar a los que habrán de ser
salvados de las plagas.
Nadie piense que este sello es literal. Al
igual que “la marca de la bestia”, el “sello del
Dios vivo” es una señal simbólica. Hemos
de rastrear en la Biblia para hallar qué es el
sello o señal de Dios.
En Génesis 17:11, el Señor dice que la cir-
cuncisión sería “la señal del pacto” entre
Dios y la descendencia de Abraham. Hacien-
do referencia a esto, Pablo dice en Romanos
4:11 que Abraham “recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la
fe”. Luego de repetir los diez mandamientos
que Dios promulgó desde la cumbre del
Monte Sinaí en el capítulo 5 del libro de
Deuteronomio, Moisés dice, en el capítulo 6
y los versos 6 al 8: “Y estas palabras que yo
te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino,
y al acostarte, y cuando te levantes: Y has
de atarlas por señal en tu mano y en la fren-
te, entre tus ojos”.
Los judíos tomaron las palabras de Moisés en
el verso 4 de Deuteronomio 6 en forma lite-
ral. Como comienza con la palabra “oye”,
que en hebreo es “Shemá”, ellos llaman así a
estos versos y los escribían en unas tiras que
ponían en su mano derecha o sobre sus fren-
tes, las cuales eran llamadas
“filacterias” (Mateo 23). Pero no era eso el
mensaje de Dios, sino que estuvieran siempre
conscientes de que eran pueblo especial de Dios y que debían comportarse como
tal. Tener la ley de Dios en la frente es señal
de lealtad al Todopoderoso, ya que en la fren-
te está el asiento de la inteligencia y la me-
moria. Tener el sello en la mano derecha
indica que en nuestro trabajo diario hemos de
tener en cuenta el hacer la voluntad del Se-
ñor.
El cristiano hoy debe comprender que ha sido
rescatado por Cristo del Egipto espiritual
www.alaluzdelabiblia.org
Debe ser un pueblo sellado, marcado. El
mundo ha de ver en el un pueblo diferente,
guardador de la ley de Jehová. Su conducta
será tal que el mundo materialista y pecador que le rodea verá en él un pueblo especial,
portador de un mensaje salvador.
sello o señal de Dios.
En Génesis 17:11, el Señor dice que la cir-
cuncisión sería “la señal del pacto” entre
Dios y la descendencia de Abraham. Hacien-
do referencia a esto, Pablo dice en Romanos
4:11 que Abraham “recibió la circuncisión
por señal, por sello de la justicia de la
fe”. Luego de repetir los diez mandamientos que Dios promulgó desde la cumbre del
Monte Sinaí en el capítulo 5 del libro de
Deuteronomio, Moisés dice, en el capítulo 6
y los versos 6 al 8: “Y estas palabras que yo
te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino,
y al acostarte, y cuando te levantes: Y has
de atarlas por señal en tu mano y en la fren-
te, entre tus ojos”.
Los judíos tomaron las palabras de Moisés en el verso 4 de Deuteronomio 6 en forma lite-
ral. Como comienza con la palabra “oye”,
que en hebreo es “Shemá”, ellos llaman así a
estos versos y los escribían en unas tiras que
ponían en su mano derecha o sobre sus fren-
tes, las cuales eran llamadas
“filacterias” (Mateo 23). Pero no era eso el
mensaje de Dios, sino que estuvieran siempre
conscientes de que eran pueblo especial de
Dios y que debían comportarse como
tal. Tener la ley de Dios en la frente es señal de lealtad al Todopoderoso, ya que en la fren-
te está el asiento de la inteligencia y la me-
moria. Tener el sello en la mano derecha
indica que en nuestro trabajo diario hemos de
tener en cuenta el hacer la voluntad del Se-
ñor.
El cristiano hoy debe comprender que ha sido
rescatado por Cristo del Egipto espiri-
tual. Debe ser un pueblo sellado, marca-
do. El mundo ha de ver en el un pueblo dife-
rente, guardador de la ley de Jehová. Su con-ducta será tal que el mundo materialista y
pecador que le rodea verá en él un pueblo
especial, portador de un mensaje salvador. El mundo cristiano de hoy, dividido en miles
de sectas y denominaciones, tiene, en su ma-yoría, un concepto falso de los diez manda-
mientos. Algunos dicen que la ley no tiene
que ser obedecida por aquellos que están
“bajo la gracia” y que viven bajo “el nuevo
Pacto”. Que ese nuevo pacto trajo una “nueva ley”. Y, ¿de dónde han sacado esa
inconsistencia teológica?
En Jeremías 31 Dios nos habla del pacto nue-
vo. Se llama nuevo, porque es hecho con la
misma entidad: Israel. Notemos que dice que
Dios hará un nuevo pacto “con la casa de
Israel y con la casa de Judá” (Jeremías
31:31). En el verso 33, Dios dice: “Daré mi
ley en sus entrañas y la escribiré en sus cora-
zones”. Note que Dios dice “mi ley”. No está hablando de otra ley, sino la misma ley
que Él proclamó desde el Sinaí.
Otra doctrina, no menos errada, es la que
afirma que Cristo ya guardó la ley y que no-
sotros no estamos obligados a ella. Pero, ¿es
posible que Dios nos ordene algo que noso-
tros, por su gracia, no podamos obser-
var? Imposible. Nadie puede, con poder
inherente en él, guardar la ley de Dios. Es
necesario que dependamos continuamente en
Cristo para poder ser obedientes a los precep-tos divinos. Jesús dijo: “Sin mí nada podéis
hacer” (Juan 15:5). Si no fuera necesario
guardar los mandamientos, ¿por qué el mis-
mo Jesús dijo al joven rico que para “entrar
en la vida” tenía que observar “los manda-
mientos”? A la pregunta del joven: ¿Cuáles?,
Jesús le mencionó algunos de ellos (Mateo
19:16-19).
Dios cuenta con un pueblo que tiene su ley
en su corazón (Isaías 51:13). ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia la ley del cielo? “A La
ley y al testimonio; si no dijeren conforme a
esto es porque no les ha amanecido” (Isaías
8:20). Al describir a los verdaderos adorado-
res de los últimos días, el Señor dice: “Aquí
están los que guardan los mandamientos de
Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).
Pero, ¿será posible que haya ministros o pre-
dicadores que se llamen cristianos que digan
que la introducción de la gracia conceda li-
cencia para quebrantar los mandamientos de Dios? ¿Es entonces posible que Dios acepte
que sus seguidores sean blasfemos, idólatras,
fornicarios, ladrones, mentirosos y asesi-
nos? Claro que no. Pero hay un manda-
miento que molesta a los modernos predica-
dores: el cuarto, el que ordena observar el
santo Sábado. Dios sabía que habría, en los
... Continuación del artículo anterior
“Vi a otro ángel que
subía donde nace el sol,
tenía el sello del Dios
vivo clamando a gran
voz a los cuatro ángeles
quienes tenían la orden
de hacer daño a la
tierra y el mar y les
dijo: “No hagáis daño a
la tierra, ni el mar...
hasta que hayamos
sellado a los siervos de
nuestro Dios”. Ap. 7.2,3
Página 2 La Voz del Heraldo
últimos días, gente que se atrevería a contradecir sus pala-
bras y a menospreciar su ley. Por eso hizo del Sábado una
señal especial.
Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados; porque es
señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que
sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guar-
daréis el sábado, porque santo es a vosotros: El que lo
profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere
obra alguna en él, aquella alma será cortada de en medio
de sus pueblos. Seis días se hará obra, mas el séptimo día
es sábado de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que
hiciere obra el día del sábado morirá ciertamente. Guar-
darán, pues, el sábado los hijos de Israel; porque en seis
días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó (Éxodo 31:13-17)”.
Hay quien diga que ese pasaje va dirigido a “los hijos de
Israel” y no a nosotros. Pero es que una vez la nación
judía rechazó al Mesías, ya dejó de ser pueblo de
Dios. Veamos lo que dice Pedro: “Mas vosotros sois lina-
je escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquiri-
do por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (2 Pedro
2:9). Pedro se está dirigiendo a todos los creyentes sin
importar nacionalidad (Efesios 2 y Gálatas 3 y 4).
No sólo en los dos textos que vimos de Éxodo 31 dice
Dios que su Sábado es una señal, sino que en Ezequiel 20:
12 y 20 vuelve a mencionar que el Sábado es la señal entre
Él y su pueblo. En Isaías 56:1-6, el Señor escoge el cuarto
de sus diez mandamientos como una prueba a los extranje-
ros que quieran unirse a su pueblo. Hoy el Sábado sigue
siendo la señal profética. En medio de un cristianismo
confundido por los falsos profetas, Dios tiene un pueblo
señalado. Cada Sábado, mientras el llamado mundo cris-
tiano colma los centros comerciales y de diversión, hay un
pueblo que, Biblia en mano, camina a sus centros de ado-ración.
La observancia del Sábado es, según la Santa Palabra de Dios, el
“sello del Dios Vivo”. Esta institución sagrada ha de ser la que
distinga a la verdadera iglesia de Cristo en estos últimos días y la
que nos protegerá de las plagas postreras.
Habrá quien objete esta interpretación, alegando que el sello es el
Espíritu Santo, ya que Pablo lo dice así: “Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de
la redención (Efesios 4:30)”.
El Espíritu Santo es el agente sellador. Es Él el que imprime los
principios de la ley de Dios en los corazones de los que aceptan a
Cristo. Él es el sello en el sentido del instrumento que se-
lla. Pero también se llama sello a la huella o marca que el instru-
mento deja. En ese sentido, no hay contradicción al decir que los principios de la ley de Dios, sobre todo el mandamiento del
Sábado, constituyen, juntamente con el Espíritu Santo, el sello
del Dios Viviente.
Ezequiel 36:27 presenta esta armonía divina en estas palabras de
Dios: “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis
en mis mandamientos…”.
Dilucidado lo que es el sello de Dios, continuemos con Apocalip-
sis 7: Los 144 mil, un pueblo singular.
Los 144,000
“Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de Israel. De la tribu de Judá, doce
mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tri-
bu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil se-
llados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de
Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de
Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sella-
dos. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Ben-
jamín, doce mil sellados” (7:4-8).
Especialmente los Semitas eran celosos con los números que podemos ver en las Santas Escrituras. Esa es la razón por lo cual
aparecen tantos diversos números en la Biblia. En el caso de los números 7, 12, 40, 120, y sus significados de Dios para trans-
mitir algún mensaje e interpretación a Su pueblo. En el caso del pasaje de Apocalipsis 7, que estamos considerando, el número
12 se acentúa, cuando se multiplica 12 mil X 12.
Siendo que Jacob adoptó los dos hijos de José, Manasés y Efraim, Moisés se encontró con un dilema: tenía 13 tribus en lugar
de doce. Lo resolvió separando a la tribu de Leví para el ministerio. Lo mismo pasó con los apóstoles de Cristo. Al morir
Judas, luego de su traición, quedaron sólo 11 apóstoles. Y ¿por qué no quedarse con los 11? Pedro convocó una reunión don-
de buscaron un substituto para Judas. La suerte cayó en Matías. Pero, ¿fue correcta esa elección? Creo que no. Si alguien
habría de ocupar ese puesto fue Pablo. Él mismo se llama apóstol. Creo que en los nombres que aparecerán en los fundamen-
tos de la Santa Jerusalén, el nombre de Matías no aparecerá, sino el de Pablo.
Hay divergencia en cuanto quienes son los 144,000. Algunos dicen, por la lista de tribus que da Juan, que tienen que ser judíos
literales. Esto no es posible si entendemos lo que Pablo habla en Gálatas y Efesios sobre quienes forman el Nuevo Israel, cosa
que ya hemos visto. Además, ya eso de doce tribus no existe. Todas las tribus se han mezclado entre ellas. Otros afirman que son un grupo especial entre los salvados de la última generación. Pero, ¿cómo Dios va a escoger entre los que sean trasladados
... Continuación del artículo anterior
Página 3 Volumen 1, nº 2
a ese grupo especial? Obviamente hay algo
que los distingue, pero eso será la misma
señal para todos los que vivan en el último
tiempo. ¿O es que pensaremos que sólo se salvarán literalmente 144,000 entre todos los
vivientes? Piense: ¿cuántos cristianos hay
hoy en el mundo entre los que están en la
iglesia remanente? Son más de 10 millo-
nes. ¿Si tan sólo se salvaran el 10% de ellos
¿Si razonamos que muchos millones se
unirán en el tiempo del “Fuerte Pregón” de
Apocalipsis 18 ¿Separará Dios entre ellos a
144,000? ¿Y qué pasará con el resto de la
multitud? Todo está revelado en su lugar y el
tiempo exacto.
Creo sinceramente que no es tan difícil des-
cifrar el misterio. El apóstol Santiago, al
iniciar su epístola, la dirige “a las doce tribus
esparcidas” (Santiago 1:1). Cierto que había
en su tiempo lo que se conoce como “la Diás-
pora”, la cual la componían todos los judíos
en las diferentes naciones. Pero al usted leer
la carta, verá que está dirigida a todas las
comunidades cristianas, las cuales eran com-
puestas, en su mayoría por cristianos venidos
de los gentiles o no judíos.
Vamos a la lista de los hijos de Israel que
nos da el pasaje. Notemos que los nombres
no están en el orden debido. Vemos que no
se encuentra la tribu de Dan, sin embargo se
halla José, que, aunque era uno de los hijos
de Jacob, el patriarca adoptó los dos hijos de
este y se eliminó a José. De los dos hijos de
José aparece Manasés, y no Efraín. Además
aparece Leví, tribu que Moisés separó de los
doce para que sirvieran en el ministerio del Santuario, sus fiestas y sus sacrificios. Lo
importante para el autor no son los nombres,
sino la cantidad: doce; sin embargo, también
es importante el carácter de obediencia que
manifestaba la simiente.
Sólo hay una forma de ver esto: los 144,000
representan a todos los santos que estén vivos
cuando Jesús venga por segunda vez. Pero,
¿habrá sólo 144,000? No. Habrá millo-
nes. Pero el número es más bien el nombre
de este grupo. Cada cristiano vivo en aquella memorable ocasión formará parte de un gru-
po muy especial y serán los primeros que se
levantarán a recibir al Señor en los aires.
La Gran Multitud
Después de esto miré, y he aquí una gran
multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos, y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a nuestro
Dios que está sentado en el trono, y al Corde-
ro.
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor
del trono, y de los ancianos Y de los cuatro
seres vivientes; y se postraron sobre sus ros-
tros delante del trono, y adoraban a Dios,
diciendo: Amén. La bendición y la gloria y
la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos. Amén. (7:9-12).
Esta “gran multitud” es el cumplimiento de la
promesa de Dios a Abraham, que sus simien-
te sería “como las estrellas del cielo” y
“como la arena del mar”. He aquí todos los
salvados de todas las edades, fruto de la obra
del Cordero en la cruz del Calvario. Ante el
agradecimiento de los redimidos y sus ala-
banzas a Dios, el Padre y a Jesucristo, los
ángeles y los seres celestiales unen sus voces en cantos al Todopoderoso.
Los salvados forman dos grupos: los
144,000, que pueden ser contados, y estarán
vivos cuando regrese el Señor, y la gran mul-
titud, que no puede ser contada, la cual la
componen los que han de ser resucitados en
ese momento. Todos formarán una inmensa
nube de seres vivientes que se levantará de la
tierra e irá “a recibir al Señor en el aire (1
Tesalonicenses 4:17)”.
Entonces uno de los ancianos habló, dicién-
dome: Estos que están vestidos de ropas
blancas, ¿quienes son y de dónde han veni-
do? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me
dijo: Estos son los que han salido de la Gran
tribulación, y han lavado sus ropas y las han
emblanquecido en la sangre del Cordero. Por
esto están delante del trono de Dios, y le sir-
ven día y noche en su templo; y el que está
sentado sobre el trono extenderá su taberná-
culo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor
alguno; porque el Cordero que está en medio
del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes
de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágri-
ma de los ojos de ellos (7:13-17). Estos ver-
sos finales del capítulo 7 hay que entenderlos
en su debido marco. Pareciera, a primera
... Continuación del artículo anterior
“Y oí el número de
los sellados: ciento
cuarenta y cuatro
mil sellados de
todas las tribus de
Israel”. Apoc. 7.4-8.
Página 4 La Voz del Heraldo
vista, que se refieren a la gran multitud por el hecho de
que están vestidos de blanco. Pero al hacer claro que pa-
sarán por la “gran tribulación” y que el sol no los casti-
gará, lo cual pasará en la cuarta plaga, nos hace creer que se refiere a los 144,000. Este grupo especial estará siem-
pre más cerca de Cristo y habrá de compartir con Él el
gobierno de la tierra. Las ropas blancas, las cuales vestirán
todos los salvados, representan la justicia de Cristo. Este
ropaje de tejido celestial, será el pasaporte para entrar a las
mansiones eternas.
¿Quiénes reciben el Sello?
“En sus bocas no fue hallada mentira pues son sin mancha
delante del trono de Dios. (Apoc. 14:5).
El sello del Dios vivo será puesto únicamente sobre los
que tienen en su carácter la semejanza de Cristo. Así
como la cera recibe la impresión del sello, así también el
alma debe recibir la impronta del Espíritu de Dios y con-
servar la imagen de Cristo. Muchos no recibirán el sello
de Dios porque no guardan sus mandamientos, es decir,
no producen frutos de justicia.
La gran masa de cristianos profesos sufrirá una amarga
desilusión en el día del Señor. No tienen en sus frentes el
sello del Dios vivo. Por ser tibios e indiferentes deshon-
ran a Dios mucho más que el incrédulo declarado. Se mueven a tientas, en tinieblas, cuando podrían andar en la
claridad meridiana de la Palabra, guiados por Aquel que
jamás se equivoca.
Aquellos a quienes el Cordero conducirá hacia fuentes de
agua viva, y de cuyos ojos enjugará toda lágrima, son los
que ahora están recibiendo el conocimiento y la sabiduría
revelados en la Biblia, la Palabra de Dios...
No hemos de imitar a ningún ser humano. No existe
ningún hombre suficientemente sabio que pueda servirnos de ejemplo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús,
en quien habita plenamente la perfección de la justicia y la
santidad. El es el Autor y el Consumador de nuestra fe. El
es el Hombre modelo. Su experiencia es la medida de la
experiencia que nosotros debemos obtener. Su carácter es
nuestro modelo. Por lo tanto, apartemos nuestra mente de
las perplejidades y las dificultades de esta vida, y fijémos-
la en él, para que mediante la contemplación podamos ser
transformados a su semejanza. Podemos contemplar a
Cristo con un fin elevado. Podemos volvernos a él con
seguridad pues es omnisapiente. A medida que lo contem-
plemos y pensemos en él, se formará en nosotros él, la esperanza de gloria.
Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado
para hallarnos entre los ciento cuarenta y cuatro mil. Úni-
camente los que reciban el sello del Dios vivo obtendrán el
salvoconducto para entrar por las puertas de la Santa Ciudad”.
240
“Así Presento Cristo a sus discípulos, en el monte de las Olivas, la escena del gran día de juicio. Explicó que su decisión girará en
derredor de un punto”.
“El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. San-
tiago 4:17.
“Entonces dirá a los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus
ángeles”. Mateo 25:41.
“Los que están a la izquierda de Cristo, los que han descuidado en la persona de los pobres y dolientes, fueron inconscientes de
su culpabilidad. Satanás los cegó; no percibieron lo que debían a
sus hermanos. Estuvieron absorto en sí mismo, y no se preocupa-
ron por las necesidades de los demás”.
“En el gran día del juicio, los que no hayan trabajado para Cristo,
que hayan ido a la deriva pensando en sí mismo y cuidando de sí
mismo; serán puestos por el Juez de toda la tierra con aquellos
que hicieron lo malo. Reciben la misma condenación”.
DTG.594.
“Declaró [Cristo] que el que peca abiertamente es menos culpa-ble que el que profesa servir a Dios pero no lleva frutos para su
gloria”. DTG.537.
“La regla de vida de Cristo, por la cual cada uno de nosotros
habrá de subsistir o caer en el juicio, es: “Todas las cosas que
quisieran que los hombres hicieran con vosotros, así también
haced vosotros con ellos”. “Así Presento Cristo a sus discípulos,
en el monte de las Olivas, la escena del gran día de juicio. Ex-
plicó que su decisión girará en derredor de un punto. Cuando las
naciones estén reunidas delante de él, habrá tan sólo dos clases; y
su destino eterno quedará determinado por lo que hayamos hecho o dejado de hacer por él en la persona de los pobres y dolientes”.
En aquel día, Cristo no presenta a los hombres la gran obra que
él hizo para ellos al dar su vida por su redención. Presenta la obra
fiel que hayan hechos ellos para él”. DTG.592-597.
¿Quiénes son los 144 mil?
Éste punto es controversial, porque existen según el Comentario
Bíblico Adventista, varias posiciones aunque mencionen que dos
particularmente, pero que éstas son creencias tradicionales dentro
de nuestra iglesia, aunque podemos comprenderla, ya he visto
posiciones adicionales en cuanto al número de los 144 mil, y sin embargo no me asombra el hecho de que puedan surgir otras
sugerencias más.
Veamos qué comprensión y explicación particular se propone.
... Continuación del artículo anterior
Página 5 Volumen 1, nº 2
Respecto a este número se han sostenido dos puntos de vista:
1. Que es literal;
2. Que es simbólico.
Algunos de los que sostienen que es literal, destacan que el cómputo puede hacerse mediante un sistema como el que se empleó
para el cálculo de los 5.000 que fueron alimentados milagrosamente, donde sólo se contó a los hombres, pero no a las mujeres ni
a los niños (Mat. 14:21). Los que sostienen que el número es simbólico, destacan que la visión es claramente simbólica, y que
como los otros símbolos no se interpretan literalmente, éste tampoco debe entenderse así. Muchos estudiantes de las Escrituras
consideran que doce es un número que tiene significado en la Biblia, sin duda porque hubo 12 tribus en Israel (Éxodo 24:4;
28:21; Lev 24:5; Núm. 13; 17:2; Jos. 4:9; 1Rey. 4:7; 18:31; Mat. 10:1; Apoc. 12:1; 21:12, 14, 16, 21; 22:2).
La multiplicación de 12000 por 12 (Apoc. 7:5-8) puede sugerir que el propósito principal de este pasaje no es el de revelar el
número preciso de los sellados, sino mostrar la distribución de los sellados entre las tribus del Israel espiritual.
De los 144000 se dice que podrán "sostenerse en pie" en medio de los terribles acontecimientos descritos en el cap. 6:17 (ver
comentario respectivo). Tienen "el sello del Dios vivo" (cap. 7:2) y son protegidos en un tiempo de destrucción universal, como
lo fueron los que tenían la marca en la visión de Ezequiel (Eze. 9:6). Cuentan con la aprobación del cielo, pues Juan los ve más
tarde con el Cordero en el monte de Sión (Apoc. 14:1). Se declara que son sin engaño y sin mácula (Apoc. 14:5). Juan los oye
cantar un canto que "nadie podía aprender" (Apoc. 14:3). Se los llama "primicias para Dios y para el Cordero" (Apoc. 14:4).
Hay diferencias de opinión en cuanto a quiénes de la última generación de los santos constituirán precisamente los 144000. La
falta de una información más definida, como la que se necesita para llegar a conclusiones dogmáticas sobre ciertos puntos, ha
llevado a muchos a destacar, no quiénes son los 144000 sino qué son, es decir, la clase de carácter que Dios espera que posean y
la importancia de prepararse para pertenecer a esa multitud intachable. Viene muy al caso el siguiente consejo: "No es su volun-
tad [la de Dios] que se entabla discusiones por cuestiones que nobles ayudarán espiritualmente, tales como quiénes han de com-
poner los ciento cuarenta y cuatro mil. Esto lo sabrán sin lugar a dudas dentro de poco tiempo los que son elegidos por Dios". EGW, Material Suplementario com. cap. 14:1-4; cf. PR 141.
Todas las tribus
Aquí se presenta una lista de doce tribus (vers. 5-8), pero que no es enteramente idéntica con las enumeraciones que hay en el
AT (Núm. 1:5-15; Deut. 27:12-13; cf. Gén. 35:22-26; 49:3-28; 1Crón. 2:12). Las listas del AT generalmente comienzan con
Rubén, mientras que esta enumeración empieza con Judá, quizá porque Cristo era de la tribu de Judá (Apoc. 5:5). Leví no se
incluye a veces como tribu en el NT, aunque, por supuesto, se lo pone en la lista de los hijos de Jacob. Se debe sin duda a que
Leví no recibió heredad entre las tribus (ver com. Jos. 13:14). En Apoc. 7:5-8 se cuenta a la tribu de Leví, pero no a la de Dan.
Para incluir a Leví y mantener a la vez el número 12, era necesario omitir una de las tribus, pues José era contado como dos tri-
bus, es decir, Efraín (quizá llamado "José" en Apoc. 7:8) y Manasés. Dan fue excluido debido quizá a la reputación que tenía esa tribu de ser idólatra (Juec. 18:30-31).
El orden en el cual se enumeran aquí las tribus es diferente de cualquier lista del AT. Algunos han hecho notar que si los vers. 7
y 8 se colocan entre los vers. 5 y 6, las tribus siguen el orden de los hijos de Lea, los de Raquel, los de la sierva de Lea y los de la
sierva de Raquel, excepto Dan, en cuyo lugar aparece Manasés; sin embargo, no se gana nada con este cambio.
Israel
Los que insisten en que los 144.000 son judíos literales, sostienen que la aplicación a cristianos que constituyen el Israel espiri-
tual no concuerda con la división en 12 tribus específicas; sin embargo, si hay que tomar literalmente "hijos de Israel", ¿qué
razón se opone para no tomar literalmente también los vers. 5-8 y cap. 14:1-5? Además de que los judíos perdieron hace mucho
sus distinciones tribales, la probabilidad sumamente remota de que en realidad haya un número igual de redimidos de cada tribu -pero ni uno de Dan-, y el requisito de que todos sean célibes (cap. 14:4), pondría a prueba la credulidad de cualquiera. Sin em-
bargo, si los 144.000 no son judíos literales sino israelitas simbólicos el Israel espiritual, la iglesia cristiana-, entonces las divi-
siones de las tribus y otros detalles son también figurados, y desaparecen las dificultades.
Debe, pues, entenderse que estos israelitas que son sellados pertenecen al Israel espiritual, la iglesia cristiana (Rom. 2:28-29; 9:6
-7; Gál. 3:28-29; 6:16; cf. Gál. 4:28; 1Ped. 1:1; ver com. Fil. 3:3). El Israel espiritual se representa en el símbolo como dividido
en 12 tribus, porque las 12 puertas de la nueva Jerusalén tienen grabados los nombres de las 12 tribus de Israel (Apoc. 21:12)”.
... Continuación del artículo anterior
Página 6 La Voz del Heraldo
CBA.799. Pero, ahora podemos comprender acerca de la diferencia particular entre los 144 mil, y la Gran Multitud.
La gran multitud
Los comentadores no han estado de acuerdo desde los comienzos del cristianismo en cuanto a la relación de esta multitud con los
144000. Se han sostenido tres principales puntos de vista.
Según una opinión, los 144000 y la "gran multitud" componen el mismo grupo, pero bajo diferentes condiciones, y los vers. 9-17
revelan la verdadera identidad de los 144.000.
De acuerdo con este punto de vista, los vers. 1-8 describen el sellamiento de los 144000 a fin de prepararlos para permanecer
firmes en medio de los terrores que acompañan la venida del Mesías, mientras que los vers. 9-17 los muestran después regociján-
dose en paz y triunfo alrededor del trono de Dios.
Los que opinan de esta manera creen que las aparentes diferencias entre la descripción de la "gran multitud" y de los 144000 no son diferencias sino explicaciones. De modo que el hecho de que la "gran multitud" no pueda contarse, lo entienden como que
implica que el número 144000 es simbólico y no literal.
El hecho de que la "gran multitud" provenga de todas las naciones, y no sólo de Israel como es el caso del origen de los 144000, lo interpretan como que el Israel al cual pertenecen los 144000 no es el Israel literal sino el espiritual, que abarca a todas las na-
ciones de los gentiles.
Un segundo punto de vista destaca las diferencias entre los 144000 y la "gran multitud". Los primeros pueden contarse; la otra,
no. Aquellos representan un grupo especial, las "primicias para Dios y para el Cordero", los que "siguen al Cordero por donde-
quiera que va" (cap. 14:4); la multitud son los demás santos triunfantes de todas las épocas.
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Página 7 Volumen 1, nº 2
El tercer punto de vista identifica a la, "gran multitud" como el grupo total de los redimidos, lo que incluye a los 144000. Los
adventistas del séptimo día generalmente se han inclinado por el segundo punto de vista.
Del trono. Ver com. cap. 4:2.
Del Cordero. Ver com. cap. 5:6.
Ropas blancas. Ver com. cap. 6: 11; cf. cap. 7:13.
Palmas. Eran símbolos de regocijo y victoria (ver Mar. 13;51; 2 Mac. 10:7; Juan 12:13).
La salvación pertenece a nuestro Dios
La compañía innumerable reconoce que Dios y el Cordero la ha redimido. El sentido original del pasaje se expresa con exactitud
en la RVR. El atribuir la salvación tanto a Dios como al Cordero, es una evidencia significativa de su igualdad (ver com. cap.
5:13).
Que está sentado. Ver com. cap. 4:2.
Uno de los ancianos. Ver com. cap. 4:4.
Habló, diciéndome.
El anciano expresa la pregunta que sin duda ya estaba en la mente de Juan.
¿Quiénes son?
Puede surgir la pregunta respecto a cuál grupo se refiere el anciano, si al de los 144000 (vers. 4), o a la "gran multitud" (vers. 9).
Hay dos opiniones respecto a este punto:
(1) Que se refiere a los 144000.
Los que sostienen esta opinión argumentan que Juan ya conocía la identidad de la "gran multitud" porque había declarado que
provenía de "todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas"; por lo tanto alegan que para que la pregunta del anciano sea razo-
nable debe referirse a los 144000.
(2) Que se refiere a la "gran multitud".
Los que sostienen esta opinión hacen notar que a partir del vers. 9 comienza una escena enteramente nueva de la visión, y que
una referencia a una escena previa difícilmente sería de esperar a menos que se la indicase específicamente. Argumentan además
que la "gran multitud" no ha sido identificada más claramente que los 144000. Finalmente llaman la atención al hecho de que el
anciano habla específicamente de los que están "vestidos de ropas blancas", o sea la "gran multitud" que se describe con esas
vestiduras en el vers. 9. Esta opinión puede sostenerse ya sea que se piense que la "gran multitud" comprende a todos los redimi-
dos, incluso a los 144000, o a los redimidos excluyendo este grupo. Ver Hap. p. 481; GS. p. 707; MC. p. 406”. CBA.800.
Gran tribulación
Literalmente "la gran tribulación". Los que sostienen que los vers. 13-17 se aplican a los 144000 (ver com. vers. 13) entienden
que la tribulación es el tiempo de angustia mencionado en Dan. 12: 1, que precederá al segundo advenimiento de Cristo. Los que sostienen que los vers. 13-17 se refieren a la gran multitud, aplican la "gran tribulación" en forma más general a los diferentes
períodos de tribulación que han experimentado los santos a través de los siglos o, más específicamente, a la tribulación descrita
por los símbolos de Apoc. 6 (cf. Mat. 24:21). Cf com. Apoc. 3:10.
Han lavado sus ropas
Se explica por qué sus ropas son puras. Los santos han triunfado no por sus propios medios, sino a causa de la victoria ganada
por Cristo en el Calvario (cf. com. cap. 6:11). Aquí se demuestra la estrecha relación entre la justicia y la victoria, ambas simbo-
lizadas por las ropas blancas (cf com. cap. 3:4; cf cap. 1:5). La batalla es contra el pecado; Injusticia es la victoria; la justicia de
Cristo ha ganado la victoria; los pecadores llegan a ser justos y victoriosos al aceptar la justicia de Cristo.
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Tienen la Justicia de Cristo
La justicia y la victoria de estos bienaventurados hacen posible que los que componen el grupo estén continuamente en la pre-
sencia de Dios. Si sus ropas no fuesen blancas, no podrían soportar la presencia divina”. CBA.801. Cap. 7.
Primeros Escritos versiones español e inglés: ¿qué dicen acerca de los 144 mil?
Pero, ¿qué ha de suceder cuando apreciamos que la versión en inglés del libro Primeros Escritos sugiere que este número es lite-
ral?
Debajo aparecerán dos citas, español e inglés que merecen especial atención y comprensión del Evangelio de Dios.
1. “Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste
adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios
quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso.
Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los
144,000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terre-
moto.
Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente
con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí”. PE.15.
“Then Jesus would encourage them by raising His glorious right arm, and from His arm came a light which waved over the Ad-
vent band, and they shouted, "Alleluia!" Others rashly denied the light behind them and said that it was not God that had led
them out so far. The light behind them went out, leaving their feet in perfect darkness, and they stumbled and lost sight of the mark and of Jesus, and fell off the path down into the dark and wicked world below. Soon we heard the voice of God like many
waters, which gave us the day and hour of Jesus' coming. The living saints, 144,000 in number, knew and understood the
voice, while the wicked thought it was thunder and an earthquake. When God spoke the time, He poured upon us the Holy
Ghost, and our faces began to light up and shine with the glory of God, as Moses' did when he came down from Mount Sinai.
Early Writing.15.
2. “Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ezequiel 9) regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su
encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.
“An angel with a writer’s inkhorn by his side returned from the earth and reported to Jesus that his work was done, and the saints
were numbered and sealed”. Early Writings.279.
Sin embargo, una cita que debe captar nuestra atención se refiere a la necesidad de conformarnos en este grupo, y que debemos
luchar por ser parte del pueblo de Dios.
Esforzaos por estar entre los 144000
Aquellos a quienes el Cordero guiará a las fuentes de aguas vivas y de cuyos ojos borre toda lágrima, serán los que ahora reciban
el conocimiento y la comprensión que se revelan en la Biblia, la Palabra de Dios... [Se cita Apoc. 7:9-l7].
No debemos imitar a ningún ser humano. No hay ningún ser humano suficientemente sabio para ser nuestro modelo. Debemos
contemplar al Hombre Cristo Jesús, que es completo en la perfección de justicia y santidad. El es el Autor y Consumador de
nuestra fe. Es el Hombre modelo. Su vida es la medida de la vida que debemos alcanzar. Su carácter es nuestro modelo, por lo tanto, despejemos nuestra mente de perplejidades y de las dificultades de esta vida y fijémosla en él, para que contemplándolo
podamos ser cambiados a su semejanza.
Podemos contemplar a Cristo con un buen propósito. Podemos estar seguros mirándolo porque es omnisapiente. Al contemplarlo
y al pensar en él, él se formará en nuestro interior, la esperanza de gloria. Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado
para estar entre los ciento cuarenta y cuatro mil”. Review and Herald. 9-3-1905.
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El ángel Gabriel y los 144000 sellados
“Yo oí el numero de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados.” (Apocalipsis 7:4).
“Este sellamiento de los siervos de Dios es el mismo que se le mostró a Ezequiel en visión. Juan también fue testigo de esta
notable revelación”. TM.445.
“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ez. 9) regresó
de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.
“Los ángeles de Dios obedecen su mandato al retener los vientos de la tierra para que no soplen sobre ésta, ni sobre el mar,
ni sobre ningún árbol hasta que los siervos de Dios sean “sellados en sus frentes” (Apoc.7:3). Al ángel poderoso se lo ve
subiendo del este (o de donde sale el sol) El más poderoso de los ángeles tiene en su mano el sello del Dios vivo,…Es la voz
de este ángel encumbrado la que tiene autoridad para ordenar a los cuatro ángeles que mantengan en jaque a los cuatro vien-
tos hasta que esa obra sea realizada, y hasta que él (El ángel) ordene que sean soltados”. TM.444,445.
Pregunta: ¿Quien es el ángel que cumple el encargo de Jesús de sellar a los 144.00?
Respuesta: Este ángel “es el mismo que se le mostró a Ezequiel en visión.” “Es el ángel con un tintero de escribano en la
cintura.” “Ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones”. (Eze. 9:4).
Pregunta: ¿Cuánto poder tiene este ángel?
Respuesta: “El más poderoso de los ángeles tiene en su mano el sello del Dios vivo”. “Diciendo: No hagáis daño a la tierra,
ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. (Ap. 7:3)
Pregunta: ¿Quién es el ángel más poderoso en los atrios celestiales?
Respuesta: “Las palabras del ángel “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios”, demuestra que ocupa un puesto de honor
en los atrios celestiales”. DTG.73.
“El poderoso ángel que está en la presencia de Dios ocupando el lugar del cual cayó Satanás”. DTG.643.
“Fue Gabriel el ángel que sigue en jerarquía al Hijo de Dios, quien trajo el mensaje a Daniel.
Fue Gabriel, su ángel, a quien envió Cristo para revelar el futuro al amado Juan; y se pronuncia una bendición sobre aque-
llos que leen y oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas en ellas escritas”. DTG.201.
¡Admirable pensamiento, que el ángel que sigue en honor al Hijo de Dios es el escogido para revelar los propósitos de Dios
a los hombres pecaminosos”. DTG.74.
Pregunta: ¿Cuál es el nombre del poderoso ángel con el tintero de escribano en la cintura y tiene en su mano el sello del
Dios vivo y también es el encargado de sellar y numerar a los santos?
Respuesta: El ángel Gabriel
“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ez. 9) regresó
de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.
GABRIEL
GABRIEL. Gr. Gabriel, del Heb. Gabri’el, que significa “varón de Dios”. La palabra hebrea traducida como “varón” es
géber que significa “hombre fuerte”.
Gabriel ocupa la posición de la cual cayo Lucifer (DTG.642; CS.547), y sigue a Cristo en categoría y honor (DTG.72-73,
201; Dan. 10:21). Fue Gabriel quien se le apareció a Daniel (Dan. 8:16; 9:21) para anunciar la venida del “Mesías Prínci-
pe” (Dan. 9.25) y en los días del NT se le apareció al [sacerdote] Zacarías (Luc. 1.19) y a María (vers. 26-27), y probable-
mente fue Gabriel quien se le apareció a José (ver com. Mat. 1:20). Gabriel también fortaleció a Jesús en el Getsemaní
DTG.642); se interpuso entre Jesús y la multitud (DTG.643), y abrió la tumba y llamo a Jesús para que saliera (DTG.725-
726). Gabriel fue, además, uno de los ángeles que acompañaron a Jesús durante su vida en la tierra (DTG.735), los cuales se
les aparecieron a los discípulos
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en el monte de los Olivos cuando Jesús ascendió at cielo (DTG.771; cf. 725). Fue Gabriel quien se le apareció a Juan en la isla
de Patmos (DTG.73 ver com. Apoc. 1:1). y le dijo que era consiervo suyo y de los profetas (Apoc. 22: 9). 5CBA, pp.661-662.
Los 144000
“Después mire, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el
nombre de él y de su Padre escrito en la frente”. (Apocalipsis 14:1).
“En el cap.7:3 (Apoc.) Se dice que los 144000 son sellados “en sus frentes”, por lo tanto, hay una estrecha relación entre el
sello y el nombre divino. En esta visión de Juan el sello evidentemente tenía el nombre del Padre y del Hijo. En los sellos anti-
guos se grababan el nombre de la persona, lo que les daba validez. Los nombres, aplicados a los 144000, representan (1) El
dueño: los 144000 pertenecen a Dios (El Padre); (2) El carácter: los 144.000 reflejan plenamente la imagen de Jesús (El Hijo),
“El Cordero estaba en pie sobre el monte de Sión”. 7CBA.839.
Aunque existen detalles de consideración, podemos hacer algunas preguntas justas. En visión Juan identificó unos nombres que los 144000 tenían escritos en su frente.
Pregunta: ¿Qué cantidad de nombres de personas tenían escritos los 144.000 en sus frenes? ¿Un nombre? ¿Dos o tres nombres?
Respuesta: Juan solamente vio DOS nombres escritos en sus frentes.
Pregunta: ¿Cuáles eran esos DOS nombres? ¿De quienes eran?
Respuesta: Los nombres eran del Cordero y del Padre. Los nombres son: Del Hijo de Dios (Jesucristo) y de Dios (El Padre).
Señal sobre los 144 mil
"Sobre el mar de vidrio delante del trono, ese mar de vidrio como si estuviera mezclado con fuego, -- tan resplandeciente con la
gloria de Dios -- está reunida la compañía [1] de los que han 'obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre'. Con el Cordero en el monte Sión, 'teniendo las arpas de Dios', permanecen de pie los
ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; y se oye, como el sonido de muchas aguas, y como el
sonido de un gran trueno, 'la voz de los arpistas que tocaban sus arpas'. Y cantan 'un cántico nuevo' delante del trono, un cánti-
co que nadie puede cantar salvo los ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero -- un cántico de libera-
ción. Nadie sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender ese cántico; porque es el cántico de su experiencia -- una
experiencia como no la ha tenido ninguna otra compañía. 'Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va'. Éstos,
habiendo [2] sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados como 'las primicias para Dios y el Cordero'. Apoca-
lipsis 15:2, 3; 14:1-5. [3] 'Estos son los que salieron de gran tribulación'; han pasado por el tiempo de angustia cual nunca fue
desde que hubo nación; [4] han soportado el tiempo de la angustia de Jacob; [5] han permanecido sin intercesor durante el de-
rramamiento de los juicios de Dios. ... [6] Han visto la tierra devastada por hambruna y la pestilencia, teniendo el sol poder
para abrasar a los hombres con gran calor, y ellos mismos han soportado sufrimiento, hambre, y sed". (4)
Por lo que antecede, los 144,000 son identificados por lo siguiente:
1. Obtuvieron la victoria sobre la "marca de la bestia"
2. Estaban vivos y fueron trasladados al regreso de Jesús
3. Pasaron por la gran tribulación
4. Pasaron por la "angustia de Jacob"
5. Permanecieron sin un mediador
6. Vivieron durante los juicios finales de Dios sobre la tierra
"Los ángeles están conteniendo los vientos. Es Dios el que restringe los poderes. Los ángeles no han soltado, porque no todos
los santos están sellados. La tribulación ha comenzado. Ha comenzado. La razón de que los cuatro vientos no hayan sido solta-dos es que no todos los santos están sellados. La tribulación está aumentando más y más; esa tribulación nunca terminará sino
hasta que la tierra se deshaga de los impíos. Ellos [los vientos] están listos para soplar. Hay una restricción puesta porque no
todos los santos están sellados". Ellen White as quoted by Joseph Bates in A Seal of the Living God, pp. 25, 26.
"El tiempo del sellamiento es muy corto, y pronto terminará. Ahora es el momento de asegurar nuestro llamado y nuestra elec-
ción, mientras los cuatro ángeles están conteniendo los cuatro vientos". Ellen White, "To Those who are Receiving the Seal of
the Living God", January 31, 1849.
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Licuados de frutas: Contra
la Candidiasis
De Zanahoria, Apio y Ajo
2 Porciones
Ingredientes
6 zanahorias
2 tallos de apio
2 dientes de ajo
3 hojas de col rizada
1 manojo pequeño de perejil
Agua necesaria
Preparación
Licuar los ingredientes perfectamente a alta velo-
cidad y beberlo en el momento.
Función
Fortalece las defensas en caso de candidiasis, in-
fección producida por el hongo oportunista, can-
didiasis.
Puede presentarse en la piel, en el área gastroin-
testinal, sistema respiratorio y los genitales.
Tomar un vaso diario durante una semana.
Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos
Página 12 La Voz del Heraldo
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El Ministerio A la Luz de la Biblia, tiene como propósi-
to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del
Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-
gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-
dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como
si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-
da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-
ce en tinieblas.
Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-
to!
¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para
la eternidad!
Nos complacemos en poder servirle.
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