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Cuando el problema no es la falta de planeación sino de ejecución Por: Iván Villamizar En 1992 y 1993 el fenómeno del niño motivó racionamientos de energía en Colombia, porque la generación de energía dependía de las centrales hidráulicas. Dicho racionamiento le costó a la economía entre el 2 y el 2,5% del PIB. (16 y 20 billones del 2015). En ese entonces, la situación motivó a establecer un plan de acción, con el objeto de transformar la dependencia del sistema eléctrico en centrales hidráulicas, construyendo nuevas centrales termoeléctricas y el mantenimiento de las existentes. Adicionalmente se previeron obras complementarias, para garantizar el abastecimiento de materia prima menos costosa a dichas centrales, por ello se contemplaron entre otras, las siguientes: Construcción de plantas de regasificación Construcción de puerto para recibir combustibles líquidos importados Crear un cargo de confiabilidad Iniciar la exploración de gas Iniciar la explotación de gas Iniciar la distribución de gas Definir las tarifas de gas La ejecución de las obras previstas demandaba sumas importantes, de tal manera que se definieron las fuentes de los recursos: En 1994 se creó el cargo de respaldo y se definieron US$5.73 por Kw/mes, que cubriría los costos de inversión en las nuevas centrales y los de mantenimiento de las existentes. Esto a cargo del usuario.

Cuando el problema no es la falta de planeación sino de ejecución

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Page 1: Cuando el problema no es la falta de planeación sino de ejecución

Cuando el problema no es la falta de planeación sino de ejecución

Por: Iván Villamizar

En 1992 y 1993 el fenómeno del niño motivó racionamientos de energía

en Colombia, porque la generación de energía dependía de las centrales

hidráulicas.

Dicho racionamiento le costó a la economía entre el 2 y el 2,5% del PIB.

(16 y 20 billones del 2015).

En ese entonces, la situación motivó a establecer un plan de acción, con

el objeto de transformar la dependencia del sistema eléctrico en centrales

hidráulicas, construyendo nuevas centrales termoeléctricas y el

mantenimiento de las existentes.

Adicionalmente se previeron obras complementarias, para garantizar el

abastecimiento de materia prima menos costosa a dichas centrales, por ello

se contemplaron entre otras, las siguientes:

Construcción de plantas de regasificación

Construcción de puerto para recibir combustibles líquidos importados

Crear un cargo de confiabilidad

Iniciar la exploración de gas

Iniciar la explotación de gas

Iniciar la distribución de gas

Definir las tarifas de gas

La ejecución de las obras previstas demandaba sumas importantes, de

tal manera que se definieron las fuentes de los recursos:

En 1994 se creó el cargo de respaldo y se definieron US$5.73 por

Kw/mes, que cubriría los costos de inversión en las nuevas centrales

y los de mantenimiento de las existentes. Esto a cargo del usuario.

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En 1996 se le cambió el nombre y se le denominó cargo de capacidad.

Igualmente se varió la distribución de estos recursos, se le extendió a

las centrales hidráulicas con embalses grandes y en menor cuantía a

otras plantas.

En 2006 la CREG adoptó otro cargo, el cual denominó, por

confiabilidad.

Las anteriores definiciones, previeron la fuente de recursos, los cuales

permitirían adelantar las obras necesarias para adecuar el sistema eléctrico.

En la actualidad, Noviembre de 2015, y con el objeto de prever la no

ocurrencia de otro racionamiento de energía, como consecuencia del

fenómeno del niño, sale a la palestra nuevamente el tema de las centrales

termoeléctricas.

Se encontró que las decisiones previstas en 1993, en relación con la

ejecución de obras complementarias, las que le permitirían a las centrales

térmicas acceder a materia prima menos costosa, no se han ejecutado. Lo

anterior, muy a pesar de que los recursos sí han fluido. Unos 14 billones de

pesos en nueve años, es lo que se estima se ha recaudado, solamente con el

cargo de confiabilidad.

Hoy noviembre de 2015, las centrales termoeléctricas están generando

energía con combustible más caro y contaminante como el diésel, y no con

gas como se previó en 1993.

La asociación de generadores de energía, ya estimaron las pérdidas en las

que están incurriendo, situación que hace a las plantas térmicas inviables

financieramente. Las tarifas no alcanzan a cubrir los costos de generar

energía con materia prima tan costosa como el diésel.

Ni corto ni perezoso, el gobierno ya autorizó nuevos incrementos a la

tarifa de energía, la cual estará a cargo de los usuarios, a partir del mes de

Diciembre de 2015.

Se abre el debate administrativo.