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Desembarco 156,000 Total de Soldados que participaron en el desembarco. 132,000 Número de soldados aliados desembarcados el día D. 73,000 Número de soldados británicos desembarcados el día D. 59,000 - Número de soldados americanos desembarcados el día D. 34,250 - Número de soldados americanos desembarcados el día D en Playa Omaha. 28,845 - Número de soldados británicos desembarcados el día D en Playa Sword 24,970 - Número de soldados británicos desembarcados el día D en Playa Gold 23,250 - Número de soldados americanos desembarcados el día D en Playa Utah. 21,400 - Número de soldados canadienses desembarcados el día D en Playa Juno. 10,500 Número de bajas de soldados aliados el Día D (muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros) 10,000 Número estimado de bajas alemanas durante el día D. 117 Número de soldados francese del comando Kieffer que desembarcaron el día D en Playa Sword.

Dia d operacion Overlord apoyo logistico

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Desembarco

156,000 – Total de Soldados que participaron en el desembarco.

132,000 – Número de soldados aliados desembarcados el día D.

73,000 – Número de soldados británicos desembarcados el día D.

59,000 - Número de soldados americanos desembarcados el día D.

34,250 - Número de soldados americanos desembarcados el día D en Playa Omaha.

28,845 - Número de soldados británicos desembarcados el día D en Playa Sword

24,970 - Número de soldados británicos desembarcados el día D en Playa Gold

23,250 - Número de soldados americanos desembarcados el día D en Playa Utah.

21,400 - Número de soldados canadienses desembarcados el día D en Playa Juno.

10,500 – Número de bajas de soldados aliados el Día D (muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros)

10,000 – Número estimado de bajas alemanas durante el día D.

117 – Número de soldados francese del comando Kieffer que desembarcaron el día D en Playa Sword.

La Conferencia de Teherán

Otra cosa que se vio necesaria fue que el ataque comenzaría desde Inglaterra por

razones logísticas

cuando el Primer Ministro de Gran Bretaña, Winston Chuchill, junto con el Presidente

de Estados Unidos, Franklin Delano Roseevelt, prometieron un abrir un segundo

frente al líder de la Unión Soviética, Iósif Stalin, con el fin de aliviar la presión del Eje

sobre el Frente Oriental.

eográficamente el avance de las fuerzas aliadas fue una verdadera pesadilla logística

Esta batalla se distinguió por la inmensa cantidad de ingenios utilizados. Tanques que flotaban,

camiones transformados en lanchones de desembarco, tanques que tendían puentes o un camino

para transitar sobre la arena, o que abrían brechas en campos minados, muelles prefabricados

“Mulberry” y el sistema “Pluto”(Pipe Under The Ocean) o sistema de tuberías de combustible que

traía combustible bajo el agua directamente de Inglaterra a Cherburgo y de ahí hacia el interior de

Francia, son quizás los más notables ejemplos del ingenio para resolver problemas en este tipo de

operaciones.

Dwight D. Eisenhower al mando de la operación, como comandante supremo de las Fuerzas

Aliadas Expedicionarias (SHAEF).

Finalmente, ¿por qué los aliados fueron exitosos? Por la conformación de un “sistema de sistemas”

que incluía mando único y conjunto, junto a un acertado liderazgo, el buen uso de la inteligencia,

medios de apoyo terrestres, aéreos y marítimos en cantidad y calidad suficientes, una logística

nunca antes vista, ingenio y, lo más importante, soldados que, superando los temores la fatiga y

los horrores propios de la guerra, pudieron mantener el ímpetu necesario para lograr los objetivos

previstos para la primera parte de la conquista de Europa. Ello permitió, pese a las diferencias de

doctrina, idioma, especialidad y otros factores, conformar la fuerza conjunta y combinada que sería

decisiva en la derrota de las fuerzas alemanas y, de paso, sentar un modelo de conducción que

hoy es el adoptado por casi todas las fuerzas armadas del mundo: la conducción conjunta, que

bajo un mando único permite usar la capacidades centrales de cada institución (ejército, armada,

fuerza aérea) y aprovechar su sinergia para lograr el éxito en cualquier empresa estratégica.

Gracias a que toda la industria de Estados Unidos y Canadá se puso al servicio de la

invasión, se construyeron ingenios de todo tipo para albergar las casi 2 millones de

toneladas de suministro. Por ejemplo estaban los puertos artificiales “Mulberries” que

se colocarían cerca de Arromanches y Saint-Laurent para repostar barcos. Se

fabricaron rompeolas móviles que pudiesen ser transportados por mar. Pero lo más

novedoso era un ingenioso cable flexible acuático por el que se bombearía petróleo

desde Inglaterra a Francia, curiosamente la estación de bombeo de este oleoducto se

camuflaba como una fábrica de helados. Tal cantidad de material acumulado en

Inglaterra hizo que Churchill llegará a decir: “Si Ias Islas Británicas no se hunden por

el peso es gracias a los globos cautivos”. Para suplir los problemas de

almacenamiento venidos por aire se hubieron de construir 133 aeropuertos ideados

por los mejores expertos en logística procedentes de Texas, California y Arkansas.

Los puertos para guardar el material y también el factor humano fueron principalmente

los de Dover, Plymouth, Portsmouth y Southampton, aunque en menor medida

también Harwich, Liverpool, Eastbourne, Falmouth, Cornualles, Belfast, Clyde y Scapa

Flow en las Islas Orcadas. Los acuartelamientos y campos de entrenamiento, a veces

muy parecidos a la orografía francesa, se ubicaban básicamente en Oxford, Reading,

Exeter, Wiltsh, Sussex, Dorset, Devon, Birmingham y Nottingham, recintos en los

cuales los soldados no podían salir más que a los restaurantes, bares o pubs más

cercanos.

Por qué se necesitaban puertos artificiales?

Desde el primer momento de la invasión, la

zona tomada por los aliados debía ser

reforzada a toda costa por una gran cantidad

de armas, municiones, comubstible, comida,

material sanitario, equipo, etc. Para llevar a

tierra esa cantidad de material era necesario

contar con un puerto con suficiente

profunidad como para anclar grandes buques

sin tener problemas con la marea.

Sin embargo, solo había dos puertos con

esas características en Normandía, Le Havre

y Cherbourg, ambos muy alejados de la

zona de desembarco, y el segundo de ellos

de acuerdo al plan inicial no estaría en

manos aliadas sino hasta 8 días después del

Día D.

Durante este periodo la zona de desembarco

debía ser consolidada a toda costa.

Mountbatten, un Lord inglés y prestigiado

marino tuva la idea de crear los puertos

artificiales y tomó sobre sí la

responsabilidad de crear dos puertos móviles

que pudieran ser ensamblados rápidamente

en la zona de invasión. El nombre clave de

esta operación fue “Mulberry”.

Mountbatten formó un equipo de ingenieros

ingleses y americanos y se propuso una

fecha límite para estudiar el problema.

Posteriormente mando producir 230 bloques

gigantes de concreto bautizados

como“Phoenix”, los cuales debían ser

ensamblados uno a uno para formar un

semicírculo de 7 km de largo. El objetivo de

estos bloques era formar un dique que

protegiera de las corrientes y tormentas.

Dentro de esta Barrera semicircular debía

generarse una superficie de agua tan

calmada como la de un lago, donde los

buques podrían descargar el material de

manera continua en otras plataformas

Se fabricó todo el equipo necesario para

construir dos “Mulberries”, uno localizado

en los Arromanches y otro en Saint-

Laurent-sur-Mer. Por este motivo, la ciudad

de los Arromanches no sería bombardeada

por la artillería naval aliada el día D, ni se

planearon labores de desembarco en la zona

donde estaría el puerto para facilitar los

trabajos de instalación a los ingenieros.

Instalación de los Puertos Artificiales

Los bloques Phoenix, las Ballenas y los

puentes flotantes serían remolcados uno a

uno por el Canal de la Mancha. Los

remocadores recibieron una serie de

informaciones imprecisas de las

comunicaciones de radio de los soldados en

Omaha, así que durante barias horas, los

encargados del traslado creyeron que el

desembarco había sido un fracaso.

Por la tarde del Día D, los Arromanches

fueron rodeados de fuego de infantería y

artillería, y los primeros botes cargados

para ser hundidos (conocidos como

“Gooseberries”) y generar una zona

protegida del flujo llegaron a su posición y

se comenzaron a construir los dos puertos

artificiales de los Arromanches y Saint-

Laurent-sur-Mer.

conocidas como“ballenas”, de 60 por 18

metros, las cuales estaban diseñadas para

subir y bajar uniformemente con la marea

mediante un mecanismo, lo cual permitiría

un flujo continuo de desembarco de material

a toda hora.

Los bloques

Phoenix

, de tamaño variable, de los cuales el más

largo era de 60 metros de largo y 20 de

altura, estaban equipados con torretas de

cañones antiaéreos para repelear ataques

aéreos alemanes. El material descargado en

las ballenas sería trasladado con vehículos

por medio de puentes flotantes. Tres

plataformas fueron proyectas, dos de las

cuales sólo permitían flujo de vehículos en

un sentido.

ENSEÑANZAS

Como en toda operación conjunta, se reunieron fuerzas de distintos componentes (aéreas, navales

y terrestres) bajo un mando único, conformándose las Fuerzas Aliadas Expedicionarias, con el

mando concentrado en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria (SHAEF), del cual

el general Dwight D. Eisenhower era el comandante en jefe. En resumen, se contó con un total de

12 divisiones acorazadas, 23 divisiones de infantería, 8 brigadas acorazadas y 3 divisiones

aerotransportadas, apoyadas por 188 escuadrones de caza, 42 escuadrones de bombarderos

medianos, 7 escuadrones de cooperación, 56 escuadrones de transporte y 233 escuadrones de

bombarderos pesados, y la fuerza naval, que contaba con cerca de 76 buques de guerra y una

fuerza de transporte y apoyo de 5000 barcos y 4000 embarcaciones de desembarco de varios

tipos. En total eran cerca de 3.500.000 efectivos.

El frente oeste alemán estaba defendido por el Grupo de Ejércitos del Oeste, al mando del general

mariscal de campo Gerd von Rundsted. El Grupo de Ejércitos B estaba en el frente de Normandía,

al mando del general mariscal de campo Erwin Rommel, con 12 cuerpos de ejército. Entre sus

fuerzas destacaban 12 divisiones acorazadas Panzer, 5 batallones acorazados pesados, 23

divisiones de infantería, de las cuales 10 estaban asignadas al “Muro del Atlántico”. La Luftwaffe

tuvo una escasa, sino nula, participación en la batalla.

La inteligencia

La capacidad aliada de descifrar los códigos alemanes le permitió conocer el despliegue de las

fuerzas en el frente oeste. Por otra parte, los aliados realizaron una gigantesca operación de

diversión, creando un ejército fantasma dirigido a Calais, o sea, a la parte más angosta del Canal,

con campamentos imaginarios y otros medios de engaño, como tráfico de telecomunicaciones y

modelos de caucho inflables de vehículos y tanques. Lo anterior mantuvo a los alemanes, hasta el

último momento, indecisos sobre el real lugar del desembarco.

El terreno

En el norte de Francia, entre la península de Cotentin y el puerto de Calais, se definieron las playas

para el asalto anfibio. Todas ellas eran de acceso fácil, salvo la playa designada como Omaha, con

acantilados y fuertemente defendida. El terreno inmediatamente al interior de las playas estaba

constituido por ciénagas y pantanos, como especialmente en el Merderet (sector oeste). Los

alemanes se preocuparon de anegarlas para dificultar el avance de las fuerzas aliadas y evitar que

fueran usadas como zonas de lanzamiento de paracaidistas y de aterrizaje de planeadores.

Además, toda esta zona de la campiña francesa, conocida como el “bocage” por sus grandes

setos, arbustos y árboles que servían como cercos divisores de potreros y caminos, constituían un

obstáculo formidable para la movilidad, tiro y maniobra de las fuerzas.

El tiempo atmosférico

El clima también jugó en contra. La decisión final se tomó pocas horas antes del 6 de junio cuando,

finalmente, se abrió una ventana de buen tiempo dentro de la peor tormenta que había azotado a

las islas británicas y al Canal de la Mancha en muchos años.

Los aliados sabían del creciente riesgo de que se supieran los detalles del desembarco, así que prepararon la Operación Fortaleza, encargada de engañar a los alemanes. En esta operación se creó una “armada fantasma” equipada de “vehículos blindados” inflables y armas de madera entre otras cosas. Estos señuelos se colocaron a gran escala en las costas cercanas al Pas-de-Calais, cerca de Dover. Los aviones de reconocimiento alemán observaron este incremento de armamento falso, y los analistas de inteligencia llegaron a la conclusión de que eran divisiones reales dirigidas por el general Patton.

Por este motivo, el 15 ejército fue estacionado cerca del Pas-de-Calais, preparado para una invasión. De esta manera la Operación Fortaleza fue un éxito completo, pues al mismo tiempo engañó a los alemanes sobre el punto de ataque, y mantuve alejadas a las mejores guarniciones alemanas.

Durante la primera mitad de 1944 el espionaje americano e inglés estuvo intentando

hacer creer a Adolf Hitler que la invasión sería en el Paso de Calais. Entre los

divagadores de la noticia estaba el espía español Juan Puyol, apodado “Garbo” que

hablando con el mismo Hitler le convenció en parte. Otro hábil movimiento a destacar

fue el del general estadounidense George Patton que colocó fuerzas no destinadas a

la invasión en el sur de Gran Bretaña para despistar al enemigo, entre las cuales

incluyó tanques hinchables que confundieron a los espías del Eje haciéndoles creer

que eran divisiones blindadas. Algo parecido se simuló con una falsa actividad

radiofónica muy intensa en el condado de Kent. También los continuos bombardeos

sobre objetivos alejados de Normandía hicieron creer a los alemanes que ese lugar no

interesaba a los Aliados, pero lo cierto es que los ataque aéreos tenían esa misma

intención de bajarles la guardia y de paso dañar seriamente nudos ferroviarios que

enlazaban con la costa normanda como los de Le Mans, Angers, Saumur, Tours,

Vierzon, Orlènas, Arpajon, Trappes, París, Pontoise, Rouen, Amiens, Creils, Meaux,

Fargniers, Laon, Reims, Mézières, Hirson, Le Cateau, Leval, Mons, Cambrai, Lille,

Arras, Boulogne, Metz, Chaumont, Belfort, Epinal, Estrasburgo, Sarreguemines,

Courtrai, Brujas, Gante, Malines, Bruselas, Charleroi, Lieja, Lovaina, Hasselt,

Amberes, Luxemburgo, Colonia, Aquisgrán, Bitburg y Treveris.

Así es como el primer ministro británico propuso la creación de las primeras unidades

especializadas de asalto (llamadas ahora comúnmente “comandos”), que comenzaron a

operar desde julio de 1940. Las primeras operaciones exitosas de estas unidades se

efectuaron en la isla de Guernesey.