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¿Dónde estás Señor? Por Erna A. de Gómez

Dónde estás señor

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Page 1: Dónde estás señor

¿Dónde estás Señor?Por Erna A. de Gómez

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Cuando la soledad de mi corazón súplica por tu compañía.Cuando mis ojos cansados de llorar piden colirio celestial.Cuando todos los jardines se llenan de primavera y el mío permanece seco.Cuando el labio inicuo me golpea con el látigo de la mentira.Cuando el grito sin eco de mi espíritu se pierde en la noche silenciosa.Cuando la senda recta que orienta mi andar se vuelve abrupta y llena de amenazas.Cuando te busco en la barca de mi vida y la encuentro vacía.Cuando la sombra de tu presencia trae curación a todos y mi llaga no sana.Cuando el manantial de tu gracia pasa por mi vida y de pronto deja de fluir.Cuando la aurora despunta el horizonte y no puede ver el sol de tu justicia.

Page 3: Dónde estás señor

Cuando de tu fuente fluye leche y miel y mi alimento es un mendrugo.Cuando la noche se hace eterna en mi almohada mojada de tristezas.Cuando mi pequeño sarmiento verde se adhiere a la vid y nunca brota.Cuando los ecos de tu gloria resuenan en el firmamento y mi oído está sordo.Cuando la risa pinta las paredes del alma y la mía se tapiza de congoja.Cuando la brisa de la mañana se transforma en feroz huracán frente a mi ventana.Cuando la marea perezosa borra tus huellas en la arena y me siento perdida.

Page 4: Dónde estás señor

Cuando en la mesa hay abundancia de pan y tengo hambre.Cuando en la ciudad hay fiesta y mi contentamiento está de luto.Cuando corto la rosa de la vida y la espina del fracaso me hiere.¿Dónde estás? te vuelvo a preguntar… extiendo las manos temblorosas de mi fe desfalleciente, toco algo húmedo que corre suavemente por mi afiebrada frente; son gotas de amor que fluyen generosas desde el Gólgota hasta mi vida quejumbrosa y te veo levantado en la cruz… ocupando mi lugar en el madero, recibiendo en el costado la punzada de mi vil pecado, bebiendo la hiel de mi amargo destino, mientras tus labios musitan en un susurro:¡Aquí estoy hijo (a)… justo a tu lado!