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EDUCAR EN LAS EMOCIONES CON EL JUEGO DEMUNDUS Por Rosa Membrado y Bruno Ketels Os presentamos un juego cooperativo pensado para jugar con niños a partir de entre 8-10 años que representa un mundo simbólico, con elementos básicos para el desarrollo del auto-conocimiento, la propia expresión y la posibilidad de relacionarse desde nuevos lugares. En estos tiempos en que muchos padres, educadores y psicoterapeutas hablan de cambio de paradigma, la creación de una herramienta lúdica y pedagógica de desarrollo personal tiene como objetivo introducir nuevas dinámicas de relación en los entornos habituales de niños, jóvenes y adultos, para facilitar que éstos se expresen y escuchen a sus compañeros, amigos, hijos y padres, de forma fácil y divertida.

Educar en las emociones con el juego Demundus

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EDUCAR EN LAS EMOCIONES CON EL JUEGO DEMUNDUS

Por Rosa Membrado y Bruno Ketels

Os presentamos un juego cooperativo pensado para jugar con niños a partir de entre 8-10 años que representa un mundo simbólico, con elementos básicos para el desarrollo del auto-conocimiento, la propia expresión y la posibilidad de relacionarse desde nuevos lugares.

En estos tiempos en que muchos padres, educadores y psicoterapeutas hablan de cambio de paradigma, la creación de una herramienta lúdica y pedagógica de desarrollo personal tiene como objetivo introducir nuevas dinámicas de relación en los entornos habituales de niños, jóvenes y adultos, para facilitar que éstos se expresen y escuchen a sus compañeros, amigos, hijos y padres, de forma fácil y divertida.

Detalle de las cartas del Juego Demundus.

De acuerdo con Francisco Mora1, Doctor en Medicina y Neurociencia, las emociones están en la base de los procesos que conocemos como curiosidad y atención. Y la curiosidad es el mecanismo emocional que abre las ventanas de la atención por las que entra la información capaz de producir aprendizaje, memoria y conocimiento.

La memoria de cualquier acontecimiento está facilitada por el contexto o el componente emocional, sea de placer o de dolor. Por esto, el placer, a través del juego, es el mecanismo que empuja al niño y al joven a aprender.

Así pues, el juego es el mecanismo que la naturaleza nos proporciona para que niños y adolescentes adquieran habilidades y capacidades de una manera eficiente,y que éstas les hagan más aptos en el mundo.

Por esto, Demundus reúne los principios y experiencias de las psicoterapias humanistas, entre ellas la Gestalt, en un juego que facilita adentrarse y darse cuenta de aspectos emocionales, corporales y cognitivos, y así posibilita que las personas implicadas en el acto educativo la utilicen como herramienta para la educación emocional, las dinámicas grupales, la gestión de los conflictos, la mediación entre iguales y, en general, para movilizar la comunicación y la interacción entre las personas.

El resultado es que los participantes en el juego pueden explorar y conocer con más amplitud su mundo emocional propio, y al mismo tiempo se conocen mejor con los demás, aprendiendo con el feedback de las personas de su confianza, en el aula, con el grupo de amigos, en el contexto de la familia. Todo ello contribuye al desarrollo del vínculo, la confianza, y el sentido de tribu.

Entre los valores del juego como herramienta pedagógica, encontramos que éste permite el acceso directo a la experiencia, algo que es siempre bien recibido por los niños, adolescentes y jóvenes. La reflexión de lo vivido, el necesario análisis conceptual, imprescindible para apropiarse de la experiencia, llegan como consecuencia.

Además, Demundus como juego cooperativo es una experiencia grupal de impacto individual, ya que la dinámica grupal que hace avanzar el juego favorece el feedback entre los participantes que permite ver a cada uno una instantánea de cuáles son sus puntos fuertes y cuáles sus puntos a desarrollar, en qué momento está en lo que se refiere a las cuatro habilidades sociales básicas que propone Demundus.

Talentos

El juego se apoya, también, en un mundo simbólico, arquetípico, que trae consigo cuestiones de la experiencia humana, y que propone una respuesta no convencional, por ejemplo, dejar de lado el hablar “acerca de” ante temas, entre otros, como el nacimiento, el amor, la sexualidad, la muerte, los conflictos, la autoridad, la familia, el instinto, el placer, el bienestar corporal, el malestar físico y emocional, el futuro... para utilizar los experimentos donde intervienen el movimiento, el sonido, la voz, la dramatización, el propio cuerpo, la asociación libre, la ayuda mutua, los compañeros, el grupo… en exploraciones que recorren aspectos corporales, emocionales, del pensamiento y las fantasías.

En todo caso, jugar en familia con Demundus permite acercarse al mundo emocional, escucharse unos a otros de manera activa, experimentar comportamientos y alternativas mediante las interacciones con los compañeros de juego, así como desarrollar la función de líder, al actuar en el rol de animador y evaluador.

El demonio os desafía

Los jóvenes, los niños y las niñas juegan los roles de líderes y de participantes, lo que facilita que empiecen a responsabilizarse de la aplicación de las normas. así como del compromiso que significa la entrega de Talentos, estos elementos del juego que simbolizan las habilidades sociales.

Nuestras hijas e hijos están preparados para este tipo de actividades lúdicas que les dan permiso para sacar a la luz emociones que no mostrarían en situaciones cotidianas. Los niños y jóvenes se hacen así conscientes de sus emociones. La atmósfera en el grupo y la relación entre ellos mejora, reforzando la alegría y el sentimiento de familia.

El feedback que los padres recogen de sus hijos e hijas es muy positivo. Éstos se quedan con la sensación de participar en una actividad muy especial que les hace sentirse más maduros después del juego. Valoran mejor la autenticidad de los compañeros de juego, y se dan cuenta de cómo cada uno se expresa y desempeña a su ritmo.

Es la gran sorpresa del juego. En la pareja o en familia, las dinámicas creadas en Demundus abren espacios novedosos de encuentro: “Ya no veo a mis familiares de la misma manera“.

Otros testimonios que nos han dejado los participantes:

“Me ha gustado que todos juegan por igual, grandes y pequeños, padres e hijos. Nadie es más que nadie. ¡Todos nos mojamos!“

“Estamos tan acostumbrados en un particular modo de relacionarnos en nuestra familia y círculo de amigos, que nos olvidamos de los muchos aspectos de las personas de nuestro entorno.”

Una pareja nos contó después de haber jugado a DEMUNDUS: “Nunca imaginé que podría hablar de cómo me siento con este tema delante mi pareja”.

“El juego toca muchas teclas: hay jugadas físicas donde los participantes bailan o hacen posturas de bioenergética, o se inician a la meditación. En otras pruebas se juega con la fantasía y la expresión libre. También se hace teatro… Desde la diversión y las risas, es un juego para explorar nuevos modos de ser. ¡Nos permite a todos experimentar!”

“He descubierto cosas sobre los demás que no sabía, y sobre mí, que puedo ser mejor en relación con las personas.”

Lo que es seguro es que Demundus sirve para unir más a la familia, ya que es inspirador para decir las cosas tal cual son, desde una expresión más completa que reduce la necesidad de andar con reservas.

Presentación de Demundus:

El juego se presenta en un estuche del tamaño de un libro, ligero y fácil para llevárselo de viaje y jugar en cualquier ocasión.

Más información y compras en www.demundusthegame.com

1Francisco Mora, Doctor en Medicina y Neurociencia, Catedrático de Fisiología Humana de la Universidad Complutense de Madrid y

Catedrático adscrito del Departamento de Fisiología Molecular y Biofísica de la University of Iowa. Informe Faros Hospital Sant Joan de Déu, 2011. Com educar les emocions? La intel.ligència emocional en la infància i l’adolescència. www.faroshsjd.net