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El Aparato Respiratorio

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Trabajo del aparato respiratorio realizado por alumnos de 6º EP

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Es el conjunto de órganos necesarios para poder respirar, por el introducimos oxigeno en nuestro cuerpo y expulsamos dióxido de carbono.

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Este aparato está formado por los pulmones, que se encuentra en el interior de la caja toráxica, y por las vías respiratorias, que se comunican los pulmones con la nariz y la boca.

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Las vías respiratorias.

Las vías respiratorias están formadas por las fosas nasales, la faringe, la tráquea, y los bronquios.

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Los pulmones

Los pulmones son dos órganos muy esponjosos ,formados por millones de saquitos microscópicos, denominados alvéolos pulmonares. Los alvéolos pulmonares se comunican con el aire procedente del exterior por medio de las últimas ramificaciones de los bronquios, llamados bronquiolos.

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Los movimientos pulmonares La renovación del aire de los alvéolos

pulmonares se consigue por los movimientos de inspiración y espiración.

Los pulmones se mueven gracias a un músculo en forma de membrana, llamado diafragma, y a los músculos intercostales. El diafragma se encuentra debajo de los pulmones, unido a la caja torácica y a la columna vertebral. Los músculos intercostales se encuentran entre las costillas.

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Cuando inspiramos, el diafragma se contrae y en consecuencia desciende, y los músculos intercostales elevan a la caja torácica. El resultado es que la cavidad que rodea los pulmones se hacen más grande y los pulmones se hinchan, entrando aire en ellos.

Cuando espiramos, el diafragma y los músculos intercostales se relajan, de modo que la cavidad se hace más pequeña. Los pulmones se encojen y expulsan el aire, con más dióxido de carbono y menos oxígeno.

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Como entra el oxígeno en nuestro cuerpo

El intercambio de gases entre nuestro cuerpo y el aire exterior se lleva a cabo en los alvéolos pulmonares. Cada alvéolo está rodeado por una red de capilares, unos vasos sanguíneos muy finos.

El oxígeno pasa del aire a la sangre atravesando la pared de alvéolo y la del capilar. Simultáneamente, el dióxido de carbono pasa de la sangre al aire siguiendo el camino inverso.

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La respiración celular. La sangre con oxígeno, que parte los pulmones, pasa por

el corazón y se distribuye por todo el cuerpo gracias a una extensa red de vasos sanguíneos.

El oxígeno de la sangre atraviesa los vasos sanguíneos y entra en cada una de las células de nuestro cuerpo. Allí se combina con los nutrientes que provienen de los alimentos, de este modo se produce la energía que las células necesitan para realizar sus actividades. Este proceso se denomina respiración celular.

Como consecuencia de este proceso se produce dióxido de carbono, que, al ser perjudicial para las células, es expulsado hacia la sangre, que lo devolverá a los pulmones.

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Higiene de la respiración. El aire que respiramos ha de llegar a los pulmones

limpios y en buenas condiciones. Si la concentración de oxígeno en el aire que

respiramos disminuye, tendremos más dificultades para obtener el que nuestro cuerpo necesita. Por eso debemos evitar los espacios cerrados o mal ventilados. También hay que evitar el aire contaminado por gases o perjudiciales para la salud, como los que proceden e los tubos de escape de automóviles o de algunas fábricas.

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Fumar, un hábito muy perjudicial.

Un contaminante del aire muy nocivo es el humo del tabaco. Este humo contiene gases tóxicos, como el monóxido de carbono, y sustancias que provocan cáncer, como el alquitrán.

Pero además contiene una droga, la nicotina, que crea adicción, es decir, que cuando nuestro cuerpo se acostumbra a ella no nos encontramos bien si nos falta.

El humo de tabaco no sólo perjudica a quien lo fuma, si no también a aquellos que se encuentran cerca del fumador.