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La Falacia de los Dos Libros (Lisle, J. 2013. The Two-Book Fallacy. Acts & Facts. 42 (1): 9) Jason Lisle, Ph.D. (Es el Director de investigación, en el Instituto para la Investigación de La Creación, quien recibió su Ph.D. en astrofísica, de la Universidad de Colorado, USA) Traducido por [email protected] Francis Bacon, el fundador del método científico, enseñaba que Dios ha escrito dos libros: Las Sagradas Escrituras de la Biblia, y el Libro de La Creación (o La Naturaleza). ( Bacon, F. 1828. Of the proficience and advancement of learning, Divine and Human. London: J. F. Dove, 53). Actualmente, muchos que profesan ser cristianos, apoyan tal punto de vista. Después de todo, las Escrituras afirman que los atributos de Dios, son claramente evidentes en la naturaleza (Romanos 1:20); por lo que, según ellos, podemos aprender de Dios, tanto a través de las Escrituras, como a través de la ciencia, que es el estudio sistematizado de la naturaleza. Pero ¿Puede la naturaleza ser realmente considerada como un libro? Y ¿qué hay que hacer cuando surge una aparente discrepancia entre lo que la Biblia enseña, y lo que la naturaleza ‘registra’? Los que sostienen el punto de vista de ‘los dos libros,’ dicen que cualquier aparente conflicto entre la ciencia y la Biblia, es consecuencia de una deficiente interpretación de uno de los dos. Por lo que finalmente, nuestra interpretación de la Biblia debe coincidir con nuestra interpretación de la ciencia. Además, llegan a proclamar que ambas, la Biblia y la naturaleza, son infalibles, dado que ambas fueron ‘escritas’ por Dios; pero lo cierto es que nuestra interpretación tanto de una como de la otra, por ser humana, puede ser imperfecta, susceptible de perfeccionamiento y de caer en error. ¿Es este punto de vista bíblico? ¿Es lógico? (Además, la historia ha comprobado que los conocimientos científicos generalmente deben ser considerados como “verdades a medias” sujetas a correcciones y modificaciones, de acuerdo con los nuevos hallazgos que actualmente, casi a diario, se descubren: Nota del traductor). El punto de vista de los dos libros, ha sido usado para justificar todo tipo de enseñanzas no bíblicas. Por ejemplo, algunas personas dicen que el libro de la naturaleza claramente revela que toda vida es producto de la evolución a partir de un ancestro común, y que por lo tanto debemos considerar el libro del Génesis, como una metáfora. Otros, aunque niegan la evolución, insisten en que el libro de la naturaleza enseña que la tierra tiene billones de años de antigüedad, por lo que debemos interpretar los días de la creación mencionados en Génesis, como largas eras o etapas, y no como días comunes como los actuales. Tales interpretaciones son peligrosas, pues interpretar la biblia a la luz de algún otro “libro de Dios” es una característica distintiva de los cultos y sectas. En la realidad, el punto de vista de los dos libros es una falacia, por una simple razón: La naturaleza no es un libro. No es algo que este compuesto de argumentos escritos en algún lenguaje humano. No es algo que una persona pueda leer literalmente, o interpretar de la misma manera que interpretamos un párrafo escrito. Esto no quiere decir que no podemos aprender algo de la naturaleza; sino que la naturaleza no es un libro o registro escrito de alguna propuesta o verdad. La ventaja de un verdadero libro es que está formado por declaraciones escritas en un lenguaje humano, que tiene el propósito de ser entendido por el lector. El significado de un libro, refleja la intención del autor, y ésta, no es el caso de la naturaleza. ¿Qué significa una roca o un fósil? Literalmente, no significan nada, dado que no son declaraciones hechas por un autor que pretende comunicarnos una idea específica. Algunos de los promotores del punto de vista de los dos libros, se refieren a las cosas, como las rocas o fósiles, diciendo que son “el registro hecho por la naturaleza.” Pero un registro es necesariamente un relato dejado por escrito que preserva el conocimiento de hechos o eventos. Las rocas y los fósiles, no son formas de escritura, y por lo tanto no son un libro (registro escrito).

El Evangelista Mexicano - La falacia de los dos libros

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La Falacia de los Dos Libros(Lisle, J. 2013. The Two-Book Fallacy. Acts & Facts. 42 (1): 9)

Jason Lisle, Ph.D. (Es el Director de investigación, en el Instituto para la Investigación de La Creación, quien recibió su Ph.D. en astrofísica, de la Universidad de Colorado, USA)

Traducido por [email protected]

Francis Bacon, el fundador del método científico, enseñaba que Dios ha escrito dos libros: Las Sagradas Escrituras de la Biblia, y el Libro de La Creación (o La Naturaleza). (Bacon, F. 1828. Of the proficience and advancement of learning, Divine and Human. London: J. F. Dove, 53).

Actualmente, muchos que profesan ser cristianos, apoyan tal punto de vista. Después de todo, las Escrituras afirman que los atributos de Dios, son claramente evidentes en la naturaleza (Romanos 1:20); por lo que, según ellos, podemos aprender de Dios, tanto a través de las Escrituras, como a través de la ciencia, que es el estudio sistematizado de la naturaleza.

Pero ¿Puede la naturaleza ser realmente considerada como un libro? Y ¿qué hay que hacer cuando surge una aparente discrepancia entre lo que la Biblia enseña, y lo que la naturaleza ‘registra’?

Los que sostienen el punto de vista de ‘los dos libros,’ dicen que cualquier aparente conflicto entre la ciencia y la Biblia, es consecuencia de una deficiente interpretación de uno de los dos. Por lo que finalmente, nuestra interpretación de la Biblia debe coincidir con nuestra interpretación de la ciencia.

Además, llegan a proclamar que ambas, la Biblia y la naturaleza, son infalibles, dado que ambas fueron ‘escritas’ por Dios; pero lo cierto es que nuestra interpretación tanto de una como de la otra, por ser humana, puede ser imperfecta, susceptible de perfeccionamiento y de caer en error. ¿Es este punto de vista bíblico? ¿Es lógico?

(Además, la historia ha comprobado que los conocimientos científicos generalmente deben ser considerados como “verdades a medias” sujetas a correcciones y modificaciones, de acuerdo con los nuevos hallazgos que actualmente, casi a diario, se descubren: Nota del traductor).

El punto de vista de los dos libros, ha sido usado para justificar todo tipo de enseñanzas no bíblicas. Por ejemplo, algunas personas dicen que el libro de la naturaleza claramente revela que toda vida es producto de la evolución a partir de un ancestro común, y que por lo tanto debemos considerar el libro del Génesis, como una metáfora. Otros, aunque niegan la evolución, insisten en que el libro de la naturaleza enseña que la tierra tiene billones de años de antigüedad, por lo que debemos interpretar los días de la creación mencionados en Génesis, como largas eras o etapas, y no como días comunes como los actuales.

Tales interpretaciones son peligrosas, pues interpretar la biblia a la luz de algún otro “libro de Dios” es una característica distintiva de los cultos y sectas.

En la realidad, el punto de vista de los dos libros es una falacia, por una simple razón: La naturaleza no es un libro. No es algo que este compuesto de argumentos escritos en algún lenguaje humano. No es algo que una persona pueda leer literalmente, o interpretar de la misma manera que interpretamos un párrafo escrito. Esto no quiere decir que no podemos aprender algo de la naturaleza; sino que la naturaleza no es un libro o registro escrito de alguna propuesta o verdad.

La ventaja de un verdadero libro es que está formado por declaraciones escritas en un lenguaje humano, que tiene el propósito de ser entendido por el lector. El significado de un libro, refleja la intención del autor, y ésta, no es el caso de la naturaleza. ¿Qué significa una roca o un fósil? Literalmente, no significan nada, dado que no son declaraciones hechas por un autor que pretende comunicarnos una idea específica.

Algunos de los promotores del punto de vista de los dos libros, se refieren a las cosas, como las rocas o fósiles, diciendo que son “el registro hecho por la naturaleza.” Pero un registro es necesariamente un relato dejado por escrito que preserva el conocimiento de hechos o eventos. Las rocas y los fósiles, no son formas de escritura, y por lo tanto no son un libro (registro escrito).

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Por el contrario, la Biblia, registra por escrito los principales eventos de la historia del mundo natural, y no puede estar en conflicto con lo preservado en la naturaleza, porque ¡la Biblia es el registro escrito de la naturaleza!

Dios sabía que los humanos no podrían comprender adecuadamente el mundo a su alrededor, sin unas claras instrucciones. Después de todo, el propósito principal de la naturaleza no es el de enseñarnos algo, sino de funcionar eficientemente.

Por consecuencia, la naturaleza no está formada por declaraciones fáciles de entender. Es más, actualmente, la naturaleza ha sido deformada y está bajo la maldición del pecado.

Por todo ello, Dios decidió dejarnos por escrito, una declaración explícita e infalible de los principales eventos de la historia (la versión oficial de los hechos, que corrigiera las versiones humanas distorsionadas por la transmisión oral desde la creación hasta 1,500 a.C. en que Moisés, por inspiración del Espíritu Santo, escribió el Pentateuco: Nota del traductor), con el fin de que pudiéramos empezar a entender adecuada y correctamente a la naturaleza.

Por lo tanto, si la ciencia ha de dar resultados confiables, la investigación científica debe conducirse a la luz de las claras enseñanzas de las Sagradas Escrituras. (La realidad es que siempre, los verdaderos conocimientos científicos, terminan diciendo: “La Biblia tenía razón”: Nota del Traductor). Concluimos que Dios sólo escribió un libro: La Biblia.