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EL NATURALISMO
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Como para el naturalismo, la
naturaleza o lo natural en sí misma es
el único referencial para obtener
conocimiento válido, toca preguntarse
cuan natural serán algunas
situaciones como la política, ética,
estética y todos los derivados de la
cultura como la misma tecnología y sus productos
COL. AUSTRIA PROF. Claudia Mariana Arispe
Elaborada por Erika Osinaga A.
Resumen
Con el presente artículo se reflexiona sobre la pretendida capacidad del
naturalismo, en su acepción tanto cuantitativa como cualitativa, como vía única e
infalible para abordar la porción de la verdad que es vislumbrada en la actividad
investigativa. Desde una perspectiva hermenéutica se interpretan diferentes
autores, para arribar por medio del análisis a sus ventajas y desventajas. Este
trabajo no se podría hacer sin tocar los conceptos de verdad, realidad y naturaleza,
por lo tanto son abordados. También contempla la inconveniencia de la discusión,
heredera de la crítica al naturalismo positivista entre metodología cualitativa y
cuantitativa. Se concluye que el naturalismo es usado tanto por “cualitativistas” y
“cuantitativistas” de una manera reduccionista, al limitar la realidad (sensorial,
espiritual y material) como expresión única de la materia, situación conveniente de
evitar en un mundo donde convergen distintos discursos del saber configurando la
transdisciplinaridad y transversalidad. Para obviar el reduccionismo se propone
ampliar el término de lo empírico al abordaje no solo de lo experimental, sino de lo
experiencial, por medio del cual se pueden lograr de igual forma la transmisión,
reproducibilidad y verificabilidad provenientes de otras fuentes de realidades distintas a la material como son la mental y la espiritual.
Palabras clave: Naturalismo, antinaturalismo, investigación, cualitativa, cuantitativa.
Introducción
El Homo Sapiens es la especie que existencialmente y casi en términos de angustia
se preocupa por la verdad de lo que piensa, expresa y escucha, es así como desde
tiempos inmemoriales, pero en especial desde los griegos, el ser humano ha
emprendido de manera sistemática, la búsqueda de la mejor manera de validar las
respuestas encontradas a las formulaciones hechas en torno a su mundo exterior e
interior. Esta forma de existir permite derivar que verdad y humanidad, para
expresarlo en el lenguaje de la estadística, son dos dimensiones correlacionadas, la
cual es percibida plenamente por Juan Pablo II (2003) quien expresa: “Se puede definir al hombre como aquel que busca la verdad.
De igual manera, Savater (2003) relaciona la búsqueda de la verdad con otra
característica exclusivamente humana: la libertad, al manifestar: “Tan absurdo
resulta creer en la omnipotencia de nuestra razón como en la de nuestra
ignorancia: absurdo y peligroso. Entre las elecciones de nuestra libertad, ninguna
tan imprescindible y llena de sentido como la que opta por preferir y buscar la verdad”.
Por lo tanto, el ser de la humanidad en la libertad están asociadas a la posibilidad
de la verdad. Ahora bien, dentro de la lógica cuestionadora que busca la validez de
las respuestas, inmediatamente surgen dos preguntas tan antiguas como actuales: 1) ¿Qué es la verdad? 2) ¿Cómo llegamos a ella?.
En cuanto a la primera existen muchas respuestas. Una pudiera ser la clásica
ofrecida por Brugger (1995): “verdad es la adecuación del entendimiento con la
cosa”. Otra, puede ser la ofrecida por Jesús de Nazareth: “Yo soy la verdad”. En
cuanto a la segunda pregunta, sólo hay una respuesta: Llegamos a la verdad por
medio del conocimiento. Pero... (Se continúa cuestionando las respuestas como
forma de validarlas): ¿Qué es el conocimiento?, ¿Hay diferentes conocimientos?
Al respecto, Locke (1690) planteaba que el conocimiento “es la percepción de la
conexión y conveniencia... de nuestras ideas” (Hirschberger, 1981) y en relación
con éstas últimas, el filósofo hebreo Spinoza (1989) expresa la existencia cuatro
tipos de ideas:
Artificiales: Surgen de la Imaginación del sujeto.
Dudosas: Tienen un carácter confuso y sin claridad.
Falsas: Son ficticias, fingidas.
Verdaderas: Tienen claridad, distinción y objetividad (Rios, 1997).
Por lo tanto pueden existir conocimientos falsos, porque provienen de ideas falsas.
La humanidad se ha esforzado en protegerse de este tipo de conocimiento y es allí
donde surge la epistemología, como aquella parte de la filosofía que tiene por
objeto juzgar la validez de nuestros conocimientos, de manera que, por medio de la
cautela epistemológica, se debe pasar de un conocimiento menos verdadero a un
conocimiento más verdadero, más aproximado o mejor construido, en otras
palabras el conocimiento es progresivo, acumulativo y aproximativo de la realidad,
y se da por pasos ubicados en una espiral ascendente de verdad, pero ... ¿ Qué es
la realidad?.
Para algunos, explícita o implícitamente, es concebida como material
(Materialismo), para otros, se sostiene que está más próxima a la mente que a la
materia (Idealismo) y un resto declara que es desconocida e incognoscible
(Agnosticismo). Para nosotros, se percibe en la medida que se da la dialéctica
contrastante entre la realidad y el conocimiento de donde se espera la emergencia sintética de la verdad y con ello la posibilidad humanidad y la libertad.
Históricamente existen muchas maneras cuyo objetivo terminal es la de facilitar la
eclosión de la verdad implícita en una determinada realidad, es a nuestro modo de
ver lo que se ha denominado paradigma o formas de responder a las dimensiones
estructurantes de la realidad cuestionada. Estas dimensiones son según Lincoln
(1990) la Ontológica con la cual se indaga sobre la naturaleza de lo cognoscible, la
Epistemológica: se pregunta sobre la naturaleza de la relación entre el cognoscente
y lo conocido, y la metodológica que responde a cómo proceder para descubrir lo cognoscible.
Sandin (2003), pone de manifiesto, que de una manera tradicional y simple, los
paradigmas se han clasificado en: el prevaleciente o racionalista o cuantitativo
como opuesto al: emergente, alternativo, cualitativo, naturalista. En esta
separación paradigmática aparece la palabra naturalismo o naturalista como
exclusiva de cualitativismo (dimensionalismo metodológico que descarta o por lo
menos evita las matemáticas y a una de sus hijas la estadística). Sea dicho de
paso, que no estamos de acuerdo con esta asociación exclusivista de la palabra con
lo no empírico, como veremos más adelante, para muchos autores pareciera lo contrario. Incluso para otros es la única manera de acceder a la realidad.
En todo caso, el propósito de este artículo es reflexionar sobre la pretendida
capacidad del naturalismo (en lo cualitativo y/o cuantitativo) como vía única e
infalible para abordar la porción de la verdad que es vislumbrada en la actividad investigativa.
1. Naturalismo
Múltiples, son los enfoque que sobre este término se hacen desde la literatura,
Guba (1989), considera que el naturalismo es un paradigma, más que un método
de investigación donde, al decir de Bisquerra (1996) se tiene preferencia por los
métodos cualitativos, donde el investigador para construir el conocimiento trata de interferir lo menos posible con la situación de investigación.
Silverman (2000) la ubica en una no conveniente dualidad excluyente con el
positivismo. Inadecuación a la cual se refiere Ibañez, (1985) al expresar “... ni la
vía inductiva –empírica– ni la vía deductiva –teórica–, ni ninguna conjunción o articulación entre ambas permiten alcanzar la verdad....”.
Para efectos de este trabajo se entiende el naturalismo, más que en términos de
paradigma y/o método de investigación como la postura que esencialmente
considerar la naturaleza material como la única fuente original y fundamental de
todo lo existente, todo lo quiere explicar en términos de naturaleza. Ante la
pregunta ¿Qué es la realidad?, señala que ésta, solo puede llegar hasta donde
llegan los límites de la naturaleza, derivándose la inutilidad de cualquier
especulación metafísica que no tenga como referencia a la realidad natural o en todo caso sólo es posible una metafísica que se base en la naturaleza.
Por lo tanto la naturaleza se restringe a lo físico – material, el naturalismo es una
propuesta, desde esta perspectiva, epistemológica que busca validar el
conocimiento si y solamente si se obtiene desde los datos aportados por la
naturaleza física, expresada en sus fenómenos, reduciendo todas las leyes a
uniformidades mecánicas y llega a negar el dualismo de espíritu y materia (Brugger, 1995).
Como consecuencia de lo anterior, se deriva que hasta la psique y lo moral son
expresiones abstractas de una materia gobernada por sus propias leyes. Por lo cual
la dualidad mente y materia es admisible como expresiones de la misma sustancia
idéntica. La naturaleza incluye múltiples fenómenos y un sustrato común de los
fenómenos, pero para su desarrollo actual y para su explicación última, no requiere
ningún principio distinto de sí misma. En este supuesto, el naturalismo niega la
existencia de una causa trascendente del mundo y se esfuerza en explicar todos los
procesos mediante la revelación de potencias esenciales al universo bajo leyes que
son necesarias y eternas (Enciclopedia Católica, 1999).
Del naturalismo, surge lo que se conoce como cientificismo o cientismo, términos
que se usan para calificar la visión del mundo que pretende dar una explicación
omnicomprensiva de la realidad con base exclusiva en las ciencias naturales
(Rosas, 1998). En este sentido, se deslinda de la conceptualizacion que ubica el
término en las Ciencias Sociales.
Es por lo tanto, un intento presente en la historia del conocimiento, desde la
Ilustración, mostrado como el único intento razonado, libre de todo
apasionamiento, enteramente independiente de ideologías o convicciones morales o compromisos religiosos o teológicos, procurando deducir la verdad.
De tal concepción se entiende que la ciencia naturalista capacita a los seres
humanos para tener una visión coherente del mundo, superadora de viejas
herencias metafísicas y teológicas, y está vinculada a un conjunto de prescripciones
metodológicas.(naturalismo metodológico) donde todas las hipótesis y teorías
deben ser comprobadas experimentalmente con referencia explícita a causas y
sucesos naturales resultando inadmisible introducir causas ocultas o explicaciones
trascendentales a la realidad.
Si se considera a la investigación científica (entendida naturalistamente) como la
forma más expedita y válida para acceder al conocimiento, se deduce que no deben
existir ningún tipo de limitación a la misma bien sea por razones ni morales,
políticas, ideológica o religiosa a la investigación, obedeciendo a la perdida de
posibles beneficios para la humanidad y de la oportunidad de aumentar el
conocimiento. Desde este punto de vista, la limitación a la investigación, por la
razón que fuera, no compensa la pérdida de los posibles beneficios. Basta con ver
los avances en términos de la tecnología que tal concepción ha generado.
2. Lo natural
Como para el naturalismo, la naturaleza o lo natural en sí misma es el único
referencial para obtener conocimiento válido, toca preguntarse cuan natural serán
algunas situaciones como la política, ética, estética y todos los derivados de la cultura como la misma tecnología y sus productos.
Por lo anterior, cabe aquí un paréntesis, para responder a una pregunta obligatoria:
¿Si se toma lo natural como base para el conocimiento desde la perspectiva naturalista: Qué es lo natural?
Múltiples son las acepciones hechas del término, Savater (1999) expone algunas perspectivas:
En un sentido aristotélico se refiere con este término a todo lo que existe en el
mundo sin intervención humana. Se distinguen natural de lo artificial porque, lo
primero brota de una espontaneidad creadora llamada naturaleza y los segundos
son producto de la actividad creadora de la humanidad. Esta posición nos enfrenta
con otra pregunta ¿Es el hombre, como producto cultural: natural o artificial?.
Pregunta que debería ser respondida, para evaluar si el naturalismo estaría en
capacidad de discernir plenamente sobre toda la naturaleza humana. Porque si la
cultura es un producto de la acción creadora que a la vez moldea a las personas, se pone en duda su “naturalidad”.
La de Stuart Mill (1974) insiste en señalarla como un “nombre para todos los
hechos… para el modo en parte conocido y en parte desconocido para nosotros en
que las cosas acontecen”; este punto de vista parece más amplio y permite incluir
en lo natural al hombre mismo y su quehacer desde este punto de vista existe una
continuidad de lo natural en las transformaciones de los sustratos primigenios. En
consecuencia, la ciencia como elaboración más acabada del ser humano también
constituye, en cualquiera de sus manifestaciones, un acto natural simplemente por pertenecer a la esfera de la realidad del hombre.
3. El naturalismo como fuente inobjetable del conocimiento
Vista la posibilidad de no reducir lo natural solamente al sustrato primario del
mundo físico, sino que es más amplio, retomando el tema sobre el naturalismo
como fuente inobjetable de conocimiento “únicamente verdadero” es el momento de destacar como tal abordaje de la realidad no deja de tener sus críticos.
Al decir de Artigas (1999), el cientificismo naturalista es la creencia dogmática de
que el modo de conocer llamado ciencia es el único merecedor del título de
conocimiento, y su forma vulgarizada: la creencia de que eventualmente resolverá
todos nuestros problemas o, cuando menos, aquellos problemas ‘significativos’, es
una creencia basada sobre una imagen falsa de la ciencia. Según el citado autor,
importantes filósofos, desde Nietzsche a Husserl, Apel, Gadamer, Habermas,
Heelan, Kisiel, Kockelmans y otros, han considerado el cientismo como la falsa conciencia fundamental de nuestra era.
Para Popper (1992), el naturalismo y cientificismo metodológico del positivismo
está equivocado, por lo menos en términos de las ciencias sociales, la cual tiene
una línea diferente. Los científicos naturalistas, se creen más objetivos, por
practicar una neutralidad valorativa, de la cual carecerían los científicos sociales,
este autor dice que la cientificidad de las ciencias sociales, no depende de la
parcialidad valorativa de éstos, sino por el proceso social, donde, con la crítica de
las teorías, es posible establecer un consenso; así mismo dice que el Positivismo no
permite variaciones metodológicas y afirma que las Ciencias Sociales deben tener
sus propios métodos, a pesar … que algunos también caigan en lamentación de
validarlo al llamarlos también naturalista.
a) Por su parte, la revista electrónica Filósofos (2004) presenta una síntesis de los
pro y contra del naturalismo, de allí se extracta un conjunto de buenas
consideraciones como son: a) hace hincapié en las diferencias entre naturaleza y
sociedad; b) valora la importancia de la creencia, la intención y la acción
deliberada; c) los estudiosos de la sociedad deben interpretar lo que sus
informantes son capaces de hacer o creen ser capaces de hacer; d) las cualidades o
factores imponderables han desempeñado un papel mucho más grande en los
estudios que las ciencias naturales.
Pero a pesar de estos argumentos justificados, existe el anti naturalismo el cual
tiene la tentación de: a) negar la continuidad entre naturaleza y sociedad y sus
elementos comunes; b) ignorar la existencia de ciencias mixtas o socionaturales
(demografía, geografía, psicología, lingüística); c) negar que las creencias e
intenciones pueden ser estudiadas por las ciencias naturales como procesos
cerebrales; d) subestimar la importancia de los factores materiales; e) considerar la
interpretación como alternativa de explicación causal y no como su complemento;
f) exagerar la posibilidad de reconstruir la experiencia de otros; g) omitir verificar
las hipótesis; h) eludir los macroproblemas, sobre sistemas sociales; i) negar la
existencia de regularidades sociales; j) rechazar los rasgos valederos del
positivismo y el naturalismo junto con los negativos; k) oponerse también
dogmáticamente al cientificismo y a la posibilidad de construir ciencias objetivas.
Como se puede observar, existen críticas explícitas al cientificismo, a las cuales se
suma la consideración que ha conllevado a pasar de un cientificismo optimista a
uno pesimista, al considerar que ni siquiera en las ciencias experimentales como
máximo exponente de esta racionalidad, se puede alcanzar la verdad con certeza,
mucho menos es posible lograrla en otros entornos donde la rigurosidad del
experimento no existe. Es frecuente afirmar que la ciencia experimental posee un valor simplemente instrumental, en este sentido Artigas (1989) expresa que:
“el cientificismo se apoya en la confiabilidad de la ciencia experimental…El
empirismo sensorial fundamentado en la experiencia es uno de los rasgos del
enfoque naturalista, sin embargo afirmar que solo los conocimientos obtenidos de
esta manera son validos, dejan por fuera realidades tan ciertas como el análisis
vectorial, la lógica, el álgebra boleana, los números imaginarios. No se puede
afirmar que tales aspectos no sean científicos a pesar que no son esencialmente
empírico-sensoriales… Por lo demás, el materialismo naturalista debe afrontar
serias dificultades cuando se intenta explicar la realidad de los fenómenos
humanos, entre los cuales se incluye la actividad científica. En efecto, la existencia
misma de la ciencia supone, como condición de su posibilidad, admitir que la
persona humana tiene una capacidad de auto-reflexión que le permite plantearse
los problemas relacionados con la verdad, y esa capacidad se sitúa en un contexto
de una subjetividad que supera los condicionamientos materiales. Puede decirse
que el progreso científico es un hecho cuya explicación exige superar las ideas
materialistas.
Por lo tanto la limitación más fuerte del naturalismo, consiste en limitar la verdad,
al origen fáctico, empírico, experimental de la evidencia. Un posible intento de
superación del problema consiste en considerar el termino empírico como
“demanda de evidencia experiencial” (se entiende en términos de la experiencia
vital para distinguirla de la experiencia experimental), lo que permitiría reconocer
un empirismo sensorial propio de las ciencias naturales, la ingeniería, la química,
un empirismo mental (incluye la lógica, las matemáticas, la semiótica, la
fenomenología, la hermenéutica, la filosofía), incluso un empirismo espiritual
incluyente de las experiencias místicas y espirituales.
Siguiendo a Wilber (1998), la evidencia experiencial de cada una de estas
modalidades se ajusta a los requisitos generales de la ciencia: es completamente
pública y compartida, puede ser adiestrada, constituyendo una demostración de su
reproducibilidad, siendo por lo tanto elementos de validación de cada uno de los
ámbitos generadores de conocimiento verdadero. De la crítica a la veracidad
absoluta naturalista, se desprenden dos prejuicios uno opuesto al otro, precisos de
eliminar en cualquier tipo de análisis: Uno el “cientificista” y el otro el “alejado de la
práctica” (Villoro, 1982): El “cientificista” sostiene que los únicos conceptos
analizables son los llamados científicos. Esta es una forma de positivismo puesto
que existen otros conocimientos como el “conocimiento natural” intuitivo y recibido
por la experiencia llamado sentido común, la moral, el arte, la literatura y la poesía,
donde es aplicable también la teoría del conocimiento.
El segundo prejuicio tiende a reducir el conocimiento a una actividad teórica
desligada de la práctica, hacer lo otro modo es evadir que el conocimiento tiene un
interés práctico porque los seres humanos somos individuos reales, miembros de
comunidades de conocimiento socialmente condicionadas. El análisis de los
conceptos no se entiende sin su relación con los fines humanos, es decir sin una ética.
4. El enfrentamiento entre la investigación cualitativa y la cuantitativa como herencia del reduccionismo naturalista
Cabe señalar una controversia ya superada, pero sigue rondando aún en las mentes
de algunos investigadores y asesores metodológicos. Todavía se palpa en muchos
ambientes académicos un reduccionismo que a nuestro modo de ver, ocurre
paradójicamente entre quienes quieren evitar las limitaciones del naturalismo, y sin
saberlo caen en la misma tónica de segmentar las vías del conocimiento y niegan
en la práctica, la posibilidad múltiple y válida de alcanzarlo con fuertes indicios de
verosimilitud por diferentes caminos. Nos referimos a la situación, en la cual se
pretende colocar a la investigación cualitativa frente a la investigación cuantitativa.
De alguna manera se quiere presentar a la investigación cuantitativa como reflejo
del cientificismo naturalista y a la cualitativa como la respuesta neo paradigmática
al caduco naturalismo, a pesar que ciertas posiciones cualitativistas se apropian del
término, tal y como ya se ha indicado y se basan del mismo modo, en la premisa
de la validez del conocimiento, únicamente si se manejan datos proveniente de una
realidad llamada sensorial. Nada más alejado de la realidad, en términos
wilberianos: sensorial, mental o espiritual. La investigación cuantitativa supone la
recogida, análisis e interpretación de datos objetivamente mensurables y la
cualitativa basada en datos que no pueden sintetizarse, estrictamente, en forma de
números, pero finalmente en datos provenientes de la realidad.
El enfrentamiento, visto de este modo, es un craso error ya que una investigación
cuantitativa puede estar fuera de la concepción naturalista, dependiendo del objeto
de estudio. Perfectamente, se puede elaborar un instrumento para medir
numéricamente la permeabilidad a la sectas (Montoya, 2000), la religiosidad, o el
amor según san Pablo, aspectos éstos muy reales pero obviamente no vinculados,
estrictamente hablando, al naturalismo o hacer una investigación cualitativa para
establecer los gustos por determinado producto del mercado, o desarrollar la teoría
fundamentada del proceso de aprendizaje en niños con discapacidad, aspectos tan naturalistas como la temperatura, la humedad o la presión sanguínea.
Por lo tanto, ambas deben considerarse complementarias y es responsabilidad del
investigador cuando y como aplicar cada una. Straus y Corbin (2003), lo expresan
de una manera muy metafórica cuando dicen que ambos son las caras de una
misma moneda donde aún no se ha impreso nada.
5. Conclusión
El título lo colocamos como una interrogante, porque concluir tajantemente en
términos de la ciencia y la filosofía pudiera significar que se cierra el debate
presumiendo el alcance de la verdad, cuando por el contrario toda investigación o
reflexión con pretensiones de validez siempre debe estar abierta a la crítica e
incluso dispuesta a ir al martirio para que nuevas emerjan. Haciendo analogía con
el dicho “Sangre de mártir semilla de cristiano”, sostenemos que “destrucción de una teoría nacimiento de otras”, renovadas y actualizadas.
Para finalizar, podemos decir que el naturalismo como enfoque para encontrar la
verdad basado en la realidad tangible bien sea desde un óptica cualitativa o
cuantitativa, no puede pretender la exclusividad del conocimiento válido. Como se
ha plasmado en el transcurso de este trabajo, varía desde la concepción de lo
natural hasta la definición de la realidad. Esta diferencia en la óptica de abordaje
del problema indica que la naturaleza de la realidad y la realidad misma es múltiple y por lo tanto múltiples deben ser los enfoques para abordarla.
Hemos encontrado cómo la crítica más fuerte al naturalismo es su postura
reduccionista al sostener que: siendo la materia la única realidad, cualquier cosa
que tenga lugar en el mundo es el resultado de causas materiales y debe ser
explicado por antecedentes físicos. Ya se vio como esto no es así, existen
realidades subjetivas interiores y trascendentales también sujetas a lo experiencial
y la reproductibilidad por lo tanto portadoras de conocimiento válido. Pero
reconocer esto, no significa dejar de mostrarse de acuerdo con las bondades del
método científico naturalista para indagar las realidades sensoriales, lo contrario
sería caer de nuevo en el reduccionismo y negar su paternidad en la gestación y desarrollo de la tecnología.
Estas afirmaciones obedecen a que el ser humano y la vida son algo más que un
complejo problema de física y química; la conciencia es más que una propiedad de
la materia; el pensamiento racional no se reduce a la sensación, y la voluntad al
instinto. La mente no es un acompañamiento impotente o epifenómeno de ciertas
formas o agrupaciones de la materia. El hombre es más que un autómata
consciente cuya entera actividad mental tanto como fisiológica, está determinada
por antecedentes materiales, definitivamente la realidad existe si existe la humanidad, sin ser humano solo tendríamos pura materia.
Es opinión de los autores que, como humanidad, debemos seguir avanzando en la
creación de nuevas formas que nos permitan responder a preguntas no contestadas
aún por la ciencia naturalista y las cuales, quizás, nunca podrá responder: ¿Quiénes
somos, y qué debemos ser? ¿De dónde vine? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué se supone
que debo hacer? ¿Hacia dónde voy? ¿Soy significativo en un universo que me ve
como sólo una partícula de polvo cósmico más? ¿Tiene algún significado intrínseco
mi existencia? o, ¿debo determinar por mí mismo cuál es mi lugar y cuál será mi
papel? ¿Es posible relacionarme con lo trascendente: Dios? ¿Cómo se expresa su
presencia?
OBRAS NATURALISTAS
Primera mitad del siglo XIX: El Romanticismo
La estética y temática del romanticismo literario giran en torno a dos centros de una
misma elipse: a) individualismo y subjetivismo y b) exaltación de la libertad
Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas
Rimas I-XIX
Rimas XX-XXXIX
Rimas XL-LIX
G. A. Bécquer: Leyendas
La corza blanca
La cueva de la mora
El gnomo
Maese Pérez el organista
El monte de las ánimas
Los ojos verdes
El rayo de luna
El miserere
Creed en Dios
El beso
El caudillo de las manos rojas
Mariano José de Larra El castellano viejo
Vuelva usted mañana
El dia de difuntos de 1836
La nochebuena de 1836
A cada paso un acaso o El Caballero
Don Quijote de la Mancha en Sierra
Morena
Don Timoteo o el Literato
La Poesía en el siglo XIX José de Espronceda - Canción del Pirata
Rimas LX-LXXIX
Rimas LXXX-XCVII
El cristo de la calavera
Es raro
La ajorca de oro
La arquitectura árabe en Toledo
La creación
La cruz del diablo
La mujer de piedra
La promesa
La rosa de pasión
Las hojas secas
Tres fechas
El casarse pronto y mal
Empeños y desempeños
La educación de entonces
Filología
Literatura
Las casas nuevas
El Duque de Rivas
Una antigualla de Sevilla
Sonetos Seleccionados
Segunda mitad del siglo XIX: El Realismo y el
Naturalismo:
El Realismo desarrolla ciertas facetas del Romanticismo,
intensifica algunos de sus aspectos, prescinde de otros e innova. A
partir de la década de los 80 aparece una nueva corriente
novelística, procedente de Francia, que se llamó Naturalismo.
José Zorrilla - Don Juan Tenorio
Primera Parte: Acto I, Acto II, Acto III, Acto IV
Segunda Parte: Acto I, Acto II, Acto III
José Zorrilla
La mujer negra o una antigua capilla de templario
Leopoldo Alas Clarín
Adiós Cordera
Angelicus
Benedictino
Boroña
Cambio de luz
Cristales
Cuesta abajo
De la comisión
Doble vía
Doña Berta
Emilia Pardo Bazán
Banquete de boda
Al buen callar...
Casualidad
La centenaria
Las cerezas
Clave
Comedia
La madrina
Fernán Caballero
La zorra y la vejeta
Bella Flor
El galleguito
La hormiguita
Juan Valera El caballero del Azor
El duende-beso
Dos Sabios
El cura de Vericueto
El dúo de la tos
El entierro de la sardina
El gallo de Sócrates
En el tren
En la droguería
La yernocracia
Tirso de Molina
Un voto
Desde allí
Entrada de año
La gota de cera
La moneda del mundo
La operación
La paloma
El alma de sirena
La sed de Cristo
El lobo bobo y la zorra astuta
El pájaro de la verdad
Los caballeros del pez
La niña de los tres maridos
Callar en vida y perdonar en muerte
Benito Pérez Galdós El don Juan
El doble sacrificio
El cautivo de Doña Mencía
El espejo de Matsuyama
El hechicero
El maestro Raimundico
El pescadorcito Urashima
El San Vicent de talla
El último pecado
La cordobesa
La muñequita
Los cordobeses en Creta
Rompecabezas
Dónde está mi cabeza
La sombra: Cap. I | II | III
Torquemada en la Hoguera
POEMAS
Naturalismo Poema publicado el 27 de Marzo de 2006 Molidos de la jornada
Y con hambre, aunque risueños,
Dos estudiantes rondeños
Llegaron a una posada.
Comenzaba a anochecer
Y entrambos, sin vacilar,
Acercáronse al hogar
Decididos a comer.
Ligera cual una ardilla
Rubia moza les previno,
Con un buen jarro de vino,
Salchichón, pan y tortilla;
Que devoraron los dos
Sin tener que repetir,
Yéndose luego a dormir
En paz y en gracia de Dios.
A la mañana siguiente,
Rayando apenas el día,
Del ventero en compañía
Tomaron el aguardiente;
Y a seguida de pagar
Los caballos dispusieron,
Y alegres como vinieron
Se volvieron a marchar.
No será el cuento profundo
Ni por él pido mercedes;
Pero ¿no lo hallan ustedes
Lo más natural del mundo?
PENSAMIENTOS
Frases de Ansel Adams
En la sabiduría recolectada con los años he encontrado que cada experiencia es una
forma de exploración.
Exploración
La fotografía es más que un medio para la comunicación efectiva de ideas. Es un arte
creativo.
Fotografía
No hay nada peor que una imagen brillante de un concepto borroso.
Peor
Hay siempre dos personas en cada cuadro: el fotógrafo y el espectador.
Fotógrafo
No tomas una fotografía, tú la haces.
Fotografía
Los mitos y los credos son luchas heroicas para comprender la verdad en el
mundo.
Comprender
Una fotografía no es un accidente, es un concepto.
Fotografía
Una buena fotografía se obtiene sabiendo dónde pararse.
Fotografía
La fotografía del paisaje es la prueba suprema del fotógrafo, y a menudo la
decepción suprema.
Fotógrafo
En el ojo de mi mente, visualizo un detalle. La vista y la sensación aparecerán en
una impresión. Si me excita, hay una buena ocasión que hará una buena
fotografía. Es un sentido intuitivo, una capacidad que viene de mucha práctica.
Fotografía
La fotografía, como medio de gran alcance de la expresión y de comunicaciones,
ofrece una variedad infinita de opiniones, de interpretaciones y de ejecuciones.
Fotografía
Doce fotografías significativas en un año cualquier son una buena cosecha.
Frases de Antón Pávlovich Chéjov
Antón Pávlovich Chéjov
El amor es un escándalo de tipo personal.
Escándalo
Encontraremos paz. Escucharemos ángeles. Veremos el cielo centelleando con
diamantes.
Ángeles
Confieso que enterrar a algunas gentes constituye un gran placer.
Placer
No puede ser hermoso lo que es grave.
Hermoso
Los hombre inteligentes quieren aprender. Los demás, enseñar.
Enseñar
La obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan.
No conozco ningún otro criterio.
Criterio
La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz.
Felicidad
La brevedad es hermana del talento.
Talento
Cuando pienso en mi vocación no temo a la vida.
Vocación
Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede
curar.
Mal
El mar no tiene ni sentido ni piedad.
Mar
La pena capital mata de inmediato, mientras que la cadena perpetua lo hace lentamente.
¿Quién es más verdugo? ¿El que te mata en pocos minutos o el que tarda toda una vida?
Frases de Axel Munthe
La cruel bestia feroz no está detrás de los barrotes de la jaula, sino ante ellos.
Bestia
El hombre fue creado para llevar su cruz; por eso fue provisto de fuertes espaldas.
Espalda
¿No fue tu voz la que habló en mis Diez Mandamientos? ¿Quién temerá el fulgor de tu
rayo, ¡Oh Señor! , si el trueno de tu cólera puede ser aplacado por el gorjeo de un
pájaro?
Mandamientos
El amor mismo es de corta duración, como una flor. En el hombre muere de muerte
natural con el matrimonio; en la mujer sobrevive a menudo hasta el fin, transformado en
puro cariño materno por el caído héroe de sus sueños.
Matrimonio
Un hombre puede soportar su suerte mientras puede soportarse a sí mismo. Puede vivir
sin esperanza, sin amigos, sin libros, hasta sin música, mientras pueda escuchar sus
propios pensamientos y oír el canto de un pájaro fuera de la ventana y la voz lejana del
mar.
Suerte
Iré lejos, muy lejos de esta vida humillante de charlatanería y de engaño. Muy lejos de
toda esa gente artificial; iré a la isla encantadora, a la vieja Maria Portalettere, a mastro
Vincenzo y a Gioconda, a purificarme el alma en la casita blanca, encima del
acantilado.
Isla
Es mejor que guarde para sí cuanto ha visto de la vida y de la muerte. Es mejor que no
escriba ninguna Memoria y que deje a los muertos en paz y a los vivos con sus
ilusiones. Alguien ha llamado a La historia de San Michele una historia de la muerte.
Quizá tenga razón, porque rara vez la muerte abandona mi pensamiento.
Muerte
Siempre has dicho que no puedes vivir sin música: ¿Quién cantará para ti, quién tocará
para ti? —Los pájaros, en el jardín; el mar, en torno mío. ¡Escucha! Oye ese maravilloso
mezzo-soprano: es la oropéndola. ¿No es más bella su voz que la de nuestra célebre
compatriota Cristina Nilson o la de la misma Patti? Oye el solemne andante de las
ondas: ¿No es más bello que el de la Novena Sinfonía?
Sinfonía
El amor es para una mujer mucho más que para un hombre; lo es todo. Y menos
cuestión de los sentidos de lo que el hombre suele creer. Una mujer puede enamorarse
de un hombre feo y aun de un viejo que sepa despertar su imaginación. Un hombre no
puede enamorarse de una mujer si ésta no despierta su instinto sexual, que,
contrariamente a la intención de la Naturaleza, en el hombre moderno sobrevive a su
virilidad. Por eso no tiene límite alguno de edad para enamorarse.
Sexual
Con frecuencia me he preguntado quién sería aquel hombre y si era de verdad médico.
Una vez le vi amputar un brazo con rapidez sorprendente; sabía, sin duda, algo de
anatomía, pero parecía saber muy poco de vendar y desinfectar una herida, y sus
instrumentos eran increíblemente primitivos. El farmacéutico inglés me dijo que
escribía siempre las mismas recetas, a menudo con faltas de ortografía y dosis
equivocadas. Yo creo que no era médico, sino un ex matarife o quizá el servidor de una
ambulancia, y que había tenido buenos motivos para dejar el propio país.
Herida
Era un caso grave, un caso desesperado, según mis dos colegas ingleses, que estaban al
lado del lecho, mirándome con caras tristes mientras reconocía a su enferma. Su
pesimismo había infectado toda la casa; la voluntad de curarse de la enferma estaba
paralizada por el desaliento y el temor de morir. Es muy probable que mis dos colegas
conocieran su patología bastante mejor que yo, pero yo sabía algo que, indudablemente,
ignoraban ellos: que ninguna droga hay tan poderosa como la esperanza, y que la más
mínima huella de pesimismo en el rostro o en las palabras de un doctor puede costar la
vida a su enfermo.
Pesimismo
Si os encontráis con un doctor de moda, observadlo atentamente, desde una prudente
distancia, antes de confiaros a él. Quizá sea un buen médico, pero en muchísimos casos
no lo es. En primer lugar, porque invariablemente está demasiado ocupado para
escuchar con paciencia vuestra larga historia. En segundo lugar, porque está
inevitablemente destinado a convertirse en un snob si no lo es ya; a dejar pasar a la
condesa antes que a vosotros, a examinar el hígado del conde con más atención que el
de su criado, a ir a la Garden Party de la Embajada británica en vez de visitar a vuestro
hijo menor, cuya tos ferina se agrava. Y en tercer lugar, porque, a menos que tenga muy
sano el corazón, pronto demostrará indudables señales de un endurecimiento precoz de
aquel órgano y se volverá indiferente e insensible a los padecimientos ajenos, como la
gente ávida de placeres que le rodea. Sin piedad no se puede ser buen médico.
Frases de Emile Armand
Emile Armand » últimas frases
Lo provisorio amenaza continuamente con transformarse en definitivo, y lo definitivo
amenaza no dejar de ser más que algo provisorio.
Amenaza
Prácticamente, se puede considerar anarquista a todo individuo que, a causa de su
temperamento o de una reflexión seria y consciente, repudia toda autoridad o coerción
externa, sea de orden gubernamental, ético, intelectual o económico.
Anarquista
Dale vueltas al comunismo, en todos sentidos, y llegarás al punto que, de grado o por
fuerza, el individuo deberá sacrificase a la colectividad o a la democracia comunista.
Mientras una sociedad no me permita comer, vestir, morar, difundir mis ideas a mi
manera y sin control alguno -a condición de que no domine ni explote a nadie-
consideraré su fundamento como autoritario.
Autoritario
Puesto que el anarquismo no es únicamente una filosofía, un sistema, un método, una
actitud, sino que es además ante todo una vida y una actividad, el anarquista se
encuentra inmediatamente en contradicción violenta e inevitable con el medio social.
Anarquista
No debemos olvidar, que el anarquismo no es para los ineptos del esfuerzo. No se nace
anarquista, si no que se hace tal por razonamiento, por observación, por análisis y por
sensibilidad, siempre es necesario el esfuerzo.
Anarquista
¿Quién eres tú, muchachita sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto? Soy
la anarquía.
Anarquía
Vivir por vivir, para gozar ásperamente, profundamente de todo aquello que ofrece la
vida, para saborear hasta la última gota la copa de delicias y sorpresas que la vida tiende
a quien toma conciencia de su propio ser.
Gozar
Sueño un país que ignore el sufrimiento, en el cual nadie de soledad padezca y los
corazones se atrevan a la esperanza sin que un manto oscuro sus deseos ennegrezca.
País
Es entre los cansados de demoras y enredos, entre los decididos a actuar aquí y ahora
que brillará, radiante, el sol de nuestros sueños siempre que nuestra voluntad se funda
en una sola.
Voluntad
Yo prefiero cantar a la tierra fértil y fragante. No creo que nunca la áspera voz de los
motores valdrá la más tímida canción del trovador, ni el pacífico refrán de fuentes
cristalinas, ni el sonido de la siega cuando abate los meses.
Trovador
Nuestra propaganda busca en definitiva, a los seres que forzados a vivir en sociedad no
se sienten ligados a ella ni por la más ligera fibra del corazón, y por célula alguna del
cerebro.
Propaganda
La vida es bella para cualquiera que supere las fronteras de la existencia convencional,
evada el infierno del industrialismo y del comercialismo, rechace el hedor de la calleja y
la taberna
Bibliografía citada
1. Artigas, M. (1999). La mente del universo, Eunsa, Pamplona
2. Bisquerra, R. (1996). Métodos de investigación educativa educativa. Guía
práctica (2ª edición). Barcelona: CEAC
3. Brugger, W. (1995). Diccionario de Filosofía Trad. de JM Vélez Cantarell.
13ed. Barcelona (Esp.): Herder, 1995.
4. Juan Pablo II (2003). Fides et Ratio, Editorial Trípode. Caracas.
5. Guba, E. (1989). Criterios de Credibilidad en la investigación Naturalista.
AKAL. Madrid.
6. Hirschberger, J. (1981). Historia de la Filosofía. Herder. Barcelona,
1981.