Upload
normalista
View
131
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
EL PAPEL DEL MAESTRO
A lo largo de este libro he dado evidencia acerca de la
naturaleza del lenguaje y acerca de las capacidades y limitaciones
del cerebro humano a partir de los experimentos, observaciones y
análisis de los científicos en varios campos de la lingüística y la
psicología.
He llegado a las conclusiones prácticas de que la lectura no
se puede enseñar formalmente, que en los niños únicamente
aprenden a leer leyendo, pero que a condición de que los niños
tengan la oportunidad adecuada para explorar y comprobar sus
hipótesis en un mundo de materiales impresos significativos, ellos
pueden y tienen éxito en aprender a leer.
Mi objetivo final será afirmar que los maestros desempeñan
una función crítica en ayudar a los niños a aprender a leer, y que
debemos de tener más confianza en ellos debido a que los sistemas
de instrucción formal-materiales y programas preparados de
antemano – no merecen demasiada confianza.
El punto de vista de la lectura que he presentado no considera
el maestro como un promotor de habilidades escolares ni como un
dispensador de rutinas instruccionales, sino como un facilitador y
guía. Únicamente los maestros pueden desarrollar la intuición,
comprensión y conocimiento que se requiere para ayudar a los
niños aprendan a leer.
No solo deben de comprender la naturaleza de la lectura
fluida y de la manera general como los niños aprenden, sino que
deben de tener una conciencia simpatizante de los niños
particulares de quienes son responsables y una sensibilidad para
detectar sus sentimientos, intereses y habilidades individuales en
cualquier momento particular.
LA PRÁCTICA DE LA LECTURA
La función más importante de los maestros de la lectura se
puede asumir en unas cuantas palabras: asegurar que los niños
tengan la oportunidad de leer. Cuando los niños aprecien poca
relevancia en la lectura, entonces los maestros deben de
proporcionar un modelo. Y en cuando los niños tengan dificultad en
la lectura los maestros deben asegurarse de que se les ayude.
Tal lectura en pro del niño puede ser proporcionada por el
maestro, un ayudante, por otros niños o por grabaciones. Los
maestros siempre deben esforzarse por asegurar que la lectura sea
fácil, permitiendo que los niños juzguen si los materiales o las
actividades son demasiado difíciles, muy incomprensibles o
bastante insípidas.
La preferencia de un niño es un criterio mucho mejor que
cualquier formula de amenidad, y los niveles escolares no tienen
realidad en la mente de u niño. Los maestros no necesitan temer
que los niños se empeñaran tanto por leer que no habrá nada mas
por aprender; eso seria aburrido. Los niños aprenden cosas acerca
de la lectura en la medida en que leen, pero nunca pueden
aprender a leer si no leen.
Los estudiantes no pueden aprender dos cosas al mismo
tiempo; no pueden aprender simultáneamente a leer y a conocer
algún tema desconocido como la historia y la geografía. Los
maestros algunas veces tratan de resolver los problemas de
manera difícil, por ejemplo, esperando que los lectores deficientes
mejoren mientras que, de hecho, están leyendo menos que los
lectores más habituales.
Cuando los niños tienen problema para comprender el texto,
se les pueden proporcionar tareas con palabras aisladas, mientras
que los problemas con la identificación de palabras pueden
provocar que la atención a la identificación de letras y el sonido se
mezclan.