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EL SILBON Versión 1 Cuenta la leyenda, que hace ya mucho tiempo en un pueblo de Venezuela un hombre muy joven vivía en compañía de su esposa, cuidando del ganado y de la tierra, se la pasaba silbando tonadas a toda hora muy ajeno a lo que hacía su progenitor y su mujer: desde que se casó, el padre se iba entendiendo con su nuera, quien se sentía halagada por las atenciones del viejo. Pero al pasar el tiempo, la mujer ya no aceptaba ver más al viejo, ya que cada día crecía más el amor hacia su marido. El orgullo del viejo al verse continuamente rechazado fué generando sentimientos de ira hacia la mujer. Fue un día gris, cuando el viejo se dejo llevar por sus más bajos instintos, la hizo objeto de una violación de la manera más violenta y humillante, dejándola desmayada fue así como la encontró su marido quien desesperado intentó hacerla reaccionar en vano. Nadie vio nada. Pero no importaba, ¡¡con ayuda de su padre él vengaría la desgracia de su mujer!! Tomó de inmediato su caballo y a galope se dirigió al pueblo, donde encontró a su padre apostando a las cartas, con la expresión del hombre triunfante. -¡Papá! ¡Alguien desgració a mi mujer! -¿A esa regalada...!? Esto último fue dicho con el mayor de los desdenes. El hijo tembló, sin saber si por rabia o por miedo, ante la respuesta que tan clara se veía venir. - ¿Usted sabe algo papá...? - Ella se lo buscó por regalada. Y sí fui yo! Lo siguiente fue un grito furioso, seguido de un fuerte golpe que el joven lleno de ira asestó con un palo a la cabeza del viejo, quien cayó al piso donde su mismo hijo, preso de la furia acabó con su vida ahorcándolo. El hombre, ido de toda realidad regreso a su casa, donde

El silbon

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LEYENDA DE VENEZUELA

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Page 1: El silbon

EL SILBON

Versión 1

Cuenta la leyenda, que hace ya mucho tiempo en un pueblo de

Venezuela un hombre muy joven vivía en compañía de su esposa,

cuidando del ganado y de la tierra, se la pasaba silbando tonadas a

toda hora muy ajeno a lo que hacía su progenitor y su mujer: desde

que se casó, el padre se iba entendiendo con su nuera, quien se sentía

halagada por las atenciones del viejo. Pero al pasar el tiempo, la mujer

ya no aceptaba ver más al viejo, ya que cada día crecía más el amor

hacia su marido. El orgullo del viejo al verse continuamente rechazado

fué generando sentimientos de ira hacia la mujer. Fue un día gris,

cuando el viejo se dejo llevar por sus más bajos instintos, la hizo

objeto de una violación de la manera más violenta y humillante,

dejándola desmayada fue así como la encontró su marido quien

desesperado intentó hacerla reaccionar en vano. Nadie vio nada. Pero

no importaba, ¡¡con ayuda de su padre él vengaría la desgracia de su

mujer!! Tomó de inmediato su caballo y a galope se dirigió al pueblo,

donde encontró a su padre apostando a las cartas, con la expresión

del hombre triunfante.

-¡Papá! ¡Alguien desgració a mi mujer! -¿A esa regalada...!? Esto último fue dicho con el mayor de los desdenes. El hijo tembló, sin saber si por rabia o por miedo, ante la respuesta que tan clara se veía venir. - ¿Usted sabe algo papá...? - Ella se lo buscó por regalada. Y sí fui yo!

Lo siguiente fue un grito furioso, seguido de un fuerte golpe que el

joven lleno de ira asestó con un palo a la cabeza del viejo, quien cayó

al piso donde su mismo hijo, preso de la furia acabó con su vida

ahorcándolo. El hombre, ido de toda realidad regreso a su casa, donde

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se encontró con su mujer, a quien la zozobra de no saber qué estaba

sucediendo le había hecho reaccionar.

- ¿Qué le hiciste? - Lo maté, porque eso no se le hace a una dama. Cuando su abuelo se entera de lo sucedido, de inmediato envió a sus

peones a casa del asesino, tarde reaccionó el hombre cuando le

tomaron y amarraron, llevándole al sitio donde a su padre había

ultimado. El abuelo le pegó latigazos en la espalda mientras le decía:

“¡¡eso no se le hace al padre de uno!! ¡¡¡Aprende!!!”- en las marcas

que le iban pegando quedaron marcas en las que le echaron ají

picante, para luego soltarlo y verlo correr. Soltaron a un perro

amarrado con mucha hambre y con mal de rabia, que le alcanzó y lo

mordió hasta dejarlo agonizando. Segundos antes de morir el abuelo

le maldijo: - Maldita tu alma, que lleva a cuestas la muerte de su padre

y que no dejará de vagar eternamente sin conseguir el perdón!, ¡que tu

pecado sea tu condena!!”

- El hombre quien ahora es el Silbón anda penando y mata a aquellos

hombres que son mujeriegos con el saco en el cual lleva los huesos

de su padre y de sus otras víctimas. Quienes le han visto y han

sobrevivido para contarlo aseguran que es un ser muy delgado que

mide más de tres metros y el tono de su piel es rojizo.

Versión 2

Dicen que El Silbón era un muchacho mimado, un joven que había

crecido con tales excesos de libertad que, en su adolescencia, se

fuede casa simplemente porque le apetecía “ver mundo” y hacer “lo

que le diera la gana”.

Fuera de casa, El Silbón llevó una vida libertina en la que las fiestas,

los excesos de alcohol y el sexo desenfrenado y promiscuo estaban a

la orden del día. Como era violento, cuentan que mató a

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variaspersonas y que por ello estuvo muchas veces en prisión (no se

sabe cómo salía tan rápido). Pero finalmente El Silbón se cansó de

todos los golpes y maltratos que le costaban los excesos de su vida

pendenciera y libertina, por lo cual un buen día volvió al rancho de sus

padres y allí, pese a todas sus atroces proezas, fue recibido con

alegría y afecto.

Ya pasados algunos días, El Silbón invitó a su padre de cacería; y,

cuando estaban algo adentrados en el bosque después de que el

muchacho guiara al padre por un buen rato, encontraron un árbol

delgado y torcido que les obstaculizaba el paso. Surgió entonces el

siguiente diálogo entre el hijo y su padre:

- Papá, ¿por qué no enderezas ese palo? Está atravesando el

camino. ¿Por qué no lo enderezas?

- ¡Ay, hijo!, ese ya no se puede enderezar, debía hacerse cuando

estaba tierno, cuando estaba chiquito, ya está muy formado y

crecido, ya no se puede.

- ¡Ah! Si usted sabía que las cosas torcidas se enderezan cuando

están pequeñas: ¡¿por qué entonces no me enderezó cuando podía,

cuando estaba a tiempo?! Usted me dejó crecer malo, torcido y

caprichoso… No sabe cuánto he sufrido por eso. He tenido que

matar tanta gente y sufrir tantos golpes para estar vivo ahora…

Llegado el momento, el hijo le confesó al padre que pensaba matarlo,

que tenía que vengarse por todo lo que había sufrido por culpa de él.

Así y sin darle tiempo de huir, lo agarró del cuello, lo apuñaló y le sacó

las partes (hígado, corazón y pulmón) con que se hace el asado.

Después dejó el cuerpo tirado y fue a casa con las partes de su padre

para que la madre hiciera un asado…

No obstante la madre se dio cuenta del crimen, entró en ira, lo maldijo

y, junto al hermano y el abuelo, lo ataron, le arrancaron la piel de la

espalda a latigazos, le frotaron ají, lo exiliaron para siempre de casa y

mandaron al perro Tureco para que lo persiga, lanzándole la

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maldiciónde que sería errante y no tendría descanso pues oiría los

ladridos del perrocada vez que se detuviera a descansar…