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Tema 1. Los orígenes literarios LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 3º E.S.O.
LA HERENCI A DE LA CULTURA
ANDALU ZA
LA ANDALUCÍA ROMANA
Roma fue una de las civilizaciones más importantes que se asentaron en Andalucía. Las fértiles
tierras a orilla del Guadalquivir permitieron a los romanos el cultivo de cereales, de aceite y de
vino. De hecho, fue tan importante la colonización romana en Andalucía que dio varios
emperadores como Trajano y Adriano, ambos nacidos en la ciudad romana de Itálica en Sevilla.
El debilitamiento militar propició la entrada de los vándalos, pueblo que si bien permaneció
poco tiempo en su paso hacia el norte de África dejaron el nombre, Vandalusia, que derivaría,
gracias a la invasión Árabe, en su actual nombre. La invasión musulmana en el 711, considerada por Ignacio Olagüe como la revolución islámica en Occidente, produjo un impacto
arquitectónico, cultural y social de grandísimo alcance. Sevilla, Córdoba y Granada fueron las
ciudades que experimentaron el poder omeya, siendo Córdoba el eje del poder musulmán. A
todos estos estados se les denominó Al-Ándalus. Pasados los primeros años,
empezaron a surgir los conflictos entre
clanes, desfragmentándose en miles de pequeños reinos. Este debilitamiento y vacío
de poder consiguiente, fue aprovechado por
los cristianos de mano de San Fernando y
Alfonso X. La fácil conquista de la zona árabe o también conocida como la
Reconquista, finalizada en 1492, abrió paso
al Siglo de Oro español con el
descubrimiento de América.
EL ISLAM Y AL-ÁNDALUS
En plena pugna entre Rodrigo y los sucesores de Witiza, en el 711, se produjo la caída del poder
visigodo y la Invasión musulmana de la Península Ibérica. A partir de entonces y hasta la Toma de Granada en 1492, los territorios peninsulares islámicos se denominaron Al-Ándalus, cuya
historia se basó en diversos estados musulmanes.
El Emirato de Córdoba, que inicialmente dependió en política y religión del califa omeya de
Damasco, en el 756 con Abderramán I se independizó, pasando a ser un centro de decisión
política. Pero el máximo poder omeya en al-Ándalus se produjo con la proclamación en el 912 del Califato de Córdoba por parte de Abderramán III, quien se proclamó califa consumando la
ruptura de la dependencia religiosa con respecto a Oriente.