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GENERACIÓN DEL 80 Bajo la denominación de la Generación del 80 se conoce a la élite gobernante de la República Argentina durante el crucial período de la República Conservadora (1880–1916), que ubicó al país entre los más ricos del mundo. Procedente de familias aristocráticas de las provincias y de la capital, se nucleó primero en la Liga de Gobernadores y luego en el Partido Autonomista Nacional, fusión de las fuerzas dominantes en el período precedente, el Partido Autonomista y el Partido Nacional, ambos sucesores de la disgregación del antiguo Partido Unitario. En 1880, lanzó la candidatura a la presidencia del general Julio Argentino Roca, que había dirigido la Conquista del Desierto un año antes, y que fue el artífice de la generación y del modelo de país que ésta representó. Los miembros de los Generación del 80 tuvieron a su cargo las más importantes funciones políticas, económicas, militares y religiosas, manteniéndose en el poder mediante el fraude electoral. Pese a la creciente oposición, nucleada en lo político en torno a la Unión Cívica Radical y a las agrupaciones anarquistas y socialistas formadas por los obreros inmigrantes, la Generación del 80 ejerció el gobierno durante más de tres décadas, hasta la Revolución del Parque y la sanción de la Ley Sáenz Peña, promulgada a instancia de sus propios representantes, de sufragio universal, obligatorio y secreto, que marcaría la transición a la Argentina contemporánea. El concepto de Generación del 80 El término apareció por primera vez a lo largo de la década de 1920, y se refería a una generación de literatos. En su Historia de la Literatura Argentina, Ricardo Rojas le dio ese nombre de forma marginal, ya que el grupo que más tarde llevaría el nombre de Generación del 80 es llamado "Los modernos". El primer autor que agrupó a los autores del período con ese nombre fue Arturo Giménez Pastor, con un trabajo titulado Los del 80; si bien utiliza ese nombre especialmente para escritores, también menciona intelectuales y científicos. Simultáneamente, el historiador Rómulo Carbia, en su Historia crítica de la historiografía argentina, agrupaba a los historiadores del período como "Los ensayistas". Por último, en dos artículos aparecidos en el diario La Nación a fines de los años 30, Manuel Mujica Lainez menciona a la "Generación del 80" con su significado actual, pero circunscripto al mundo literario. La particularidad de que la mayoría de los escritores del período fueron también políticos de mucha figuración permitió extender el término a los políticos, pero ese proceso no se dio con claridad

Generación del 80 Argentina

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GENERACIÓN DEL 80Bajo la denominación de la Generación del 80 se conoce a la élite gobernante de la República Argentina durante el crucial período de la República Conservadora (1880–1916), que ubicó al país entre los más ricos del mundo. Procedente de familias aristocráticas de las provincias y de la capital, se nucleó primero en la Liga de Gobernadores y luego en el Partido Autonomista Nacional, fusión de las fuerzas dominantes en el período precedente, el Partido Autonomista y el Partido Nacional, ambos sucesores de la disgregación del antiguo Partido Unitario. En 1880, lanzó la candidatura a la presidencia del general Julio Argentino Roca, que había dirigido la Conquista del Desierto un año antes, y que fue el artífice de la generación y del modelo de país que ésta representó.Los miembros de los Generación del 80 tuvieron a su cargo las más importantes funciones políticas, económicas, militares y religiosas, manteniéndose en el poder mediante el fraude electoral. Pese a la creciente oposición, nucleada en lo político en torno a la Unión Cívica Radical y a las agrupaciones anarquistas y socialistas formadas por los obreros inmigrantes, la Generación del 80 ejerció el gobierno durante más de tres décadas, hasta la Revolución del Parque y la sanción de la Ley Sáenz Peña, promulgada a instancia de sus propios representantes, de sufragio universal, obligatorio y secreto, que marcaría la transición a la Argentina contemporánea.

El concepto de Generación del 80

El término apareció por primera vez a lo largo de la década de 1920, y se refería a una generación de literatos. En su Historia de la Literatura Argentina, Ricardo Rojas le dio ese nombre de forma marginal, ya que el grupo que más tarde llevaría el nombre de Generación del 80 es llamado "Los modernos". El primer autor que agrupó a los autores del período con ese nombre fue Arturo Giménez Pastor, con un trabajo titulado Los del 80; si bien utiliza ese nombre especialmente para escritores, también menciona intelectuales y científicos. Simultáneamente, el historiador Rómulo Carbia, en su Historia crítica de la historiografía argentina, agrupaba a los historiadores del período como "Los ensayistas". Por último, en dos artículos aparecidos en el diario La Nación a fines de los años 30, Manuel Mujica Lainez menciona a la "Generación del 80" con su significado actual, pero circunscripto al mundo literario.

La particularidad de que la mayoría de los escritores del período fueron también políticos de mucha figuración permitió extender el término a los políticos, pero ese proceso no se dio con claridad hasta mediados de los años 1950, cuando Carlos Ibarguren se refirió al conjunto de los intelectuales y políticos del período con ese nombre. El término fue utilizado también por un historiador de izquierda como Jorge Abelardo Ramos en Revolución y contrarrevolución en la Argentina (1957), y por Enrique Barba en un artículo de 1959, en que declaraba que esta generación era descendiente directa de la Generación del 37 por sus ideales y filosofía. La delimitación más exacta del término "Generación del 80", como un conjunto de dirigentes intelectualizados, herederos conscientes de la del 37, oligárquicos y ligados a la producción ganadera, llegó de la mano de David Viñas, en Literatura argentina y realidad política: Apogeo de la oligarquía (1964). Ya en El desarrollo de las ideas en la Argentina del siglo XX, José Luis Romero hablaba de la Generación del 80 como un concepto enteramente conocido por el lector.

Desde 1970 en adelante, el término se usaría en el sentido que le dio Viñas, con matices más o menos favorables o desfavorables según el punto de vista del autor. Pero a partir de este período aparecieron ciertas ambigüedades en cuanto a los límites que permiten definir quién perteneció a esa generación y quién no. Identificada la Generación del 80 con el amplio período transcurrido entre 1880 y 1916, se ha tendido a dejar de lado las particularidades de los dirigentes e intelectuales más jóvenes aparecidos en los primeros años del siglo XX, que mostraron una orientación claramente diferenciada de la anterior, por lo que no cabría incluirlos

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en la del 80; por ejemplo, los intelectuales y científicos no tuvieron, casi sin excepción, aspiraciones políticas.

Ideología

La Generación del 80 fue la continuadora de las Presidencias históricas que supo aprovechar la conclusión de las crisis políticas y la superación de los avatares de la economía dominados por el tercer y último presidente de ese período, Nicolás Avellaneda.Esta superación dio paso a que en la sociedad fuera dominada por el optimismo y el convencimiento de un futuro generoso que esperaba a Argentina para los años venideros.Los políticos de la Generación del 80 defendían posturas positivistas, simbolizando su actuación con el lema de Auguste Comte, de Orden y progreso. Los dirigentes de esta generación creían ciegamente en el progreso, identificando tal concepto con el crecimiento económico y modernización; el orden era considerado una condición necesaria de tal progreso, ya que fijaba las condiciones de tranquilidad en las cuales debía encontrarse el pueblo para permitir la proyección del progreso. Con similar contenido, las dos presidencias de Julio Argentino Roca se fundaron en el lema "Paz y administración", que sintetiza el pensamiento liberal conservador.A lo largo de casi toda su existencia, los hombres de la Generación del 80 creyeron en un destino de progreso indefinido para su país y para la humanidad. Se esperaba ver un crecimiento del país en todos los aspectos, tanto económicos, como sociales, culturales y materiales. En cierto sentido, no creyeron necesario hacer mucho más que crear las condiciones para ese crecimiento, ya que daban por sentado que el progreso respondía más bien a la naturaleza de las cosas. El único período que cuestionó esa esperanza fue la crisis económica de 1890, pero el optimismo general retornó al poco tiempo.Ideológicamente, esta generación se consideraba tributaria de la Generación del 37, a la cual habían pertenecido sus padres o abuelos —aunque muchos dirigentes eran descendientes de personajes destacados del Juan Manuel de Rosas— y sostenían como dogmas los principios enumerados por muchos de los miembros de esa generación; en particular, el de gobernar es poblar de Juan Bautista Alberdi, del cual heredaron solamente una parte de sus prejuicios culturales y raciales, el rechazo de las tradiciones retrógadas que nos subordinan al antiguo régimen de Esteban Echeverría y el enfrentamiento entre civilización y barbarie de Domingo Faustino Sarmiento.Las ideas positivistas de esta generación estaban notablemente influidas por el pensamiento de Herbert Spencer, que adaptó los principios evolucionistas de Charles Darwin a las sociedades modernas. Así, de acuerdo al modelo sarmientino, gauchos e indios eran bárbaros, personas incultas incapaces de apreciar las ventajas de una vida social fundada sobre los principios liberales que garantizaban el camino hacia el progreso. Sostenían por ello la necesidad de eliminar la barbarie mediante el orden y afianzar la civilización, trayendo población europea para entrar en las vías del progreso. No encontraban contradicciones morales en la eliminación cultural y hasta física de la población nativa, ya que el destino de las razas y culturas europeas —consideradas más "aptas" para vivir en el mundo moderno— era prevalecer sobre ellas, y tarde o temprano desplazarían a las "menos aptas".Anticlericales, aunque por lo general deístas y masones, enfrentaron las posiciones tradicionales de la Iglesia Católica como un resabio indeseable del pasado, y bajo su impulso se trató de definir la separación entre la Iglesia y el Estado con la sanción de las leyes de Matrimonio Civil, Registro Civil y Educación Común, la última de las cuales estableció la enseñanza primaria pública, obligatoria, gratuita y laica. De todos modos, nunca se intentó seriamente separar completamente la Iglesia del Estado, sino solamente de minimizar la influencia institucional de la misma.

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Estas últimas medidas llevaron a un enfrentamiento constante con la Iglesia, que intentó ser defendida por una fracción ideológicamente marginal de la Generación del 80: los líderes católicos, como Estrada, Emilio Lamarca o Pedro Goyena, cuestionaban las posturas anticlericales del grupo dirigente, pero compartía sus ideas liberales.

Expansión poblacional y económica

La generación del 80 llevó adelante un proceso de inmigración europea sin precedentes y la economía del país vivió un proceso de expansión de alto índices.El fundamento de la política economía liberal fue la aplicación de un exitoso modelo agroexportador, afín a la clásica división de los términos de intercambio mundiales. La economía nacional se basaba en la producción y provisión de materias primas para Europa, continente que estaba atravesando la segunda revolución industrial al que proveía a Argentina manufacturas industriales.La producción de bienes que Argentina exportó al mundo provino del campo. Fueron los estancieros los que, identificados con los sectores gobernantes, generaron su propia riqueza y aumentaron la riqueza nacional.Sin embargo, la utilización de estas políticas económicas librecambistas propiciadas desde el gobierno fueron complementadas por el grupo gobernante con un claro refuerzo de la acción del estado en aquellas áreas que se consideraban esenciales al contrato social como la educación, la justicia, la obra pública y la expansión de dicha acción estatal a todo el amplio territorio del país.Los diversos tratados con los países vecinos pusieron fin a las principales cuestiones de límites, afianzando el control del territorio nacional y trayendo paz a la población, a diferencia del permanente estado de beligerancia que experimentaba la Europa de entonces.La generosa y amplia política basada en las ideas liberales permitió el adecuado fomento de la inmigración, cumpliendo las prescripciones contenidas en la Constitución Argentina; empero este amplísimo régimen de promoción de la inmigración fue parcialmente limitado con leyes represivas como la "Ley de residencia" de 1902 y la "Ley de defensa social" de 1910, a fin de controlar la expansión del socialismo y del anarquismo.La sobrepoblación de las zonas urbanas llevó a la desocupación con sus posteriores huelgas.La inmigración dio paso, gracias a las políticas públicas implementadas por la Generación del 80, a que en el lapso de un cuarto de siglo, se produjera un fenomenal movimiento social ascendente que dio paso a la poderosa clase media argentina, que llegó al poder con el radicalismo.Derrumbe de la Generación del 80Durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca se sancionó la Ley 4.144 de Residencia, que permitía la expulsión inmediata de extranjeros activistas contrarios al régimen. Su concuñado, Miguel Juárez Celman, se había enfrentado en 1890 a la Revolución del Parque, y en 1905 el radicalismo volvería a las armas en un alzamiento coordinado en varias provincias. En 1910 y ante la proximidad de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo, se sancionó la Ley de Defensa Social, instaurando así el arresto preventivo de sospechosos de anarquismo. En el gobierno hubo también tibios avances para intentar calmar los reclamos obreros al crear el Departamento Nacional de Trabajo en 1907. Así el conservadurismo dictó las primeras leyes laborales de la época, que resultaron insuficientes frente al gran desarrollo del sector obrero, producto de la masiva inmigración y el crecimiento económico registrados para entonces.Ante la constante de los nuevos sectores medios de la sociedad, las huelgas constantes, las críticas en la prensa y el Congreso, la Generación del 80 ya encabezada por la línea modernista del Partido Autonomista Nacional se vio en la necesidad de dar respuestas a la nueva realidad y amplió la participación política a partir de la sanción de la Ley Sáenz Peña de 1912, de sufragio secreto, universal y obligatorio. En 1916, en las primeras elecciones en que se aplicó, el régimen

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conservador perdía por primera vez las elecciones presidenciales en manos del radical Hipólito Yrigoyen, quien asumió su primera presidencia con el respaldo mayoritario de los sectores medios del pueblo argentino.

MODELO AGROEXPORTADOR Y LA INCORPORACION A LA DIVISION DE TRABAJODivisión internacional del trabajo y modelo agro exportadorA partir del desarrollo del capitalismo y la incorporación de nuevos países al mundo industrializado, se estableció la División Internacional del trabajo, donde se destacaba los países centrales y por otro lado los países periféricos. Entre los primeros países se destacaban las grandes potencias económicas que competían entre si para asegurarse el mercado mediante el control eolítico o la inmersión de capitales. Por su lado, los países periféricos se destacaron por su gran exportación de materias primas, como la argentina que tubo un notable crecimiento económico al principio del siglo xx, a los diferentes países centrales que le intercambiaban manufacturas.

El modelo agroexportador producía gran cantidad de materias primas y alimentos debido a la gran demanda internacional. Es por eso que la argentina se inserto en el mercado mundial como uno de los principales productores y exportadores de bienes primarios y receptor de capitales e manufacturas e inmigrantes, junto a los demás países de clima templado que pudieron aprovechar esta situación, para llevar a cabo este modelo económico se necesitaron obras de infraestructuras lo cual, se sustentaban con capitales extranjeros. Finalmente cuando la demanda de alimentos se hizo mas notoria en 1880, la argentina aprovechó para exportar carnes y cereales, además de la lana, afirmándose así l modelo agroexportador.A su vez también aparecieron las estancias mixtas que ocuparon un lugar importante dentro del desarrollo económico argentino ya que dedicaron una parte de su superficie al cultivo y otra a la cría de ganados. Esta forma de organización fue efectiva ya que la cantidad de tierra dedicada a una y otra variaba en función de los precios internacionales.

SOCIEDAD LA POBLACION E INMIGRACIÓNLA GRAN INMIGRACIÓN

Cuando Alberdi y Sarmiento la caracterizaron como importante factor de progreso- idea recogida por la Constitución de 1853- empezaron a llegar los primeros contingentes organizados, para poblar nuestro territorio.

Durante el gobierno de Avellaneda se sancionó la “Ley de Inmigración” (1876). Dicha ley aseguraba a los inmigrantes una serie de derechos, tales como alojamiento gratuito a su llegada al país durante 5 días, seguridad de trabajar en el oficio que fuera de su grado y pasaje gratuito hasta el lugar donde deseaban radicarse. La política inmigratoria dio resultados: durante la presidencia de Roca entraron en el país medio millón de personas. En las dos últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, la argentina experimento un notable crecimiento de su población.

A la vez, las características de este aumento modificaron la composición de la población y su distribución en el territorio.

LA AFLUENCIA MIGRATORIA

La llegada de inmigrantes europeos a la Argentina fue aumentando paulatinamente, pero se transformó en masiva entre 1180 y 1914. En este periodo ingresaron al país más de tres millones

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de extranjeros, de los cuales dos tercios se quedaron en nuestro territorio. Esto produjo un enorme impacto demográfico, ya que la población del país se duplicó en solo 20 años.

Entre los integrantes que arribaron al país predominaron los italianos y españoles, aunque también vinieron franceses, alemanes, ingleses, suizos, rusos, polacos y sirio- libaneses, entre otras nacionalidades.

En muchos casos, estas personas dejaban su lugar de origen por falta de empleo y por las dificultades que enfrentaban para sobrevivir. Pero, en general, la decisión de migrar estuvo relacionada con las expectativas de mejorar el nivel de ingresos y lograr así una mejor posición social en el nuevo país de residencia o en el de origen. Otro factor que favorecieron las migraciones fue la disminución en los costos de los fletes marítimos.

DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LOS INMIGRANTES

El 80% y casi el 70% de la población total del país se concentraban en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, sobre todo en las grandes ciudades. Tucumán y Mendoza también recibieron el aporte de inmigrantes y crecieron en población. No ocurrió lo mismo con el resto de las provincias de noreste e incluso algunas disminuyeron su población.

El estado Argentina otorgaba a los inmigrantes aportes como anticipos de pasajes, alojamiento en hoteles, asilos, o concesión de tierras.

Buenos Aires y Rosario principalmente, brindaban a los inmigrantes mejores posibilidades al ser baratos, estos lugares se llamaron conventillos. Eran grades casas con cuantiosas habitaciones comunicadas por un patio central. Estas casas eran familias porteñas ricas. En esas viviendas dañadas y añejas por el abandono se alojaron los inmigrantes, que debieron vivir en la precariedad y aglomeración.

LOS CAMBIOS SOCIALES

Los extranjeros se ubicaron en su mayoría en aquellos rubros ocupacionales desarrollados por el proceso de expansión, es decir, en lugares de trabajo no ocupados. En un primer momento se dedicaron a la agricultura, puesto que la región pampeana carecía de una población asentada estable. No fueron, en cambio, empleados en la producción vacuna, ya q estos inmigrantes no eran hombres “de a caballo”. En esta actividad continuaron predominando los nativos, que se dedicaban tradicionalmente a ella.

EL INMIGRANTE Y LA PROPIEDAD DE LA TIERRA

Sarmiento apostaba no solo al trabajo de los extranjeros sino también a su ascenso social, el cual se lograría por dos canales:

Accediendo a la tierra y

A la educación gratuita y obligatoria 1884

Pero las cosas sucedieron en forma diferente.

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El acceso de los inmigrantes a la propiedad rural fue muy limitado: grandes estancias con poderosos terratenientes ofrecían la rentabilidad avícola-ganadera. Sólo se organizaban productivas con contrato de arrendamiento para los inmigrantes.

Esta política económica rural no favoreció el establecimiento de dicha población.

Los inmigrantes que no pudieron trabajar en el campo fueron trabajadores salariados que conformaban la clase urbana. Estos con algún recurso, o con un oficio, formaron la clase media. Hijos de inmigrantes obreros lograron ascender, por una carrera profesional, o por un cargo de administración pública. Entre esos dos sectores había una cercanía. Una franja de la sociedad, que compusieron los sectores populares urbanos. Los llegados podían trabajar en talleres industriales en Buenos Aires, a fines de siglo. Pero muchos quedaron sin trabajo, o no eran mano de obra calificada, y se empezaban a haber mendigos en las calles en condiciones insalubres.

Muchas personas y medios, a pesar de que eran pocos, se dirigían así ante el pueblo:

“...La hospitalidad es generosa, pero ¡guay con los que pretender ser superiores y privilegiados sobre los ciudadanos! La bondad no iría jamás a conceder privilegios al extranjero que los haga superiores al hijo del país”.

IDEALES DE ALBERDI SOBRE LA INMIGRACIÓN

Alberdi tenía enfoques muy diferentes hacia el rol que cumplirían los inmigrantes en nuestro país. Principalmente, tenía el claro que el Estado debe estar manejado por la elite y a ella pertenece exclusivamente la acción política.

¿Cual es el rol de los inmigrantes extranjeros entonces?

Es un gajo vivo de civilización, posee hábitos de trabajo y costumbres de obediencia pasiva.

No interesa su grado de cultura, pues Alberdi tenía sus ojos puestos en el modelo agro exportador y tampoco- mucho menos- por la participación ciudadana. Venían a trabajar, a agradecer la Argentina, y por eso contarían con amplísimos derechos civiles. Pero siempre remarca que el control del Estado no es asunto de ellos y que para esos fines no se los había convocado.

II. LA ORGANIZACION DE LA ECONOMIA PRIMARIO EXPORTADORA

El año 1880 marca el inicio de un periodo de acelerado crecimiento económico y de modernización del país tanto en el campo como en las ciudades. Las transformaciones sociales y económicas se hicieron muy notables, tanto que se conoce a este periodo como el de la Argentina moderna.

Durante esta etapa la Argentina se integro plenamente en el mercado mundial como proveedoras de productos agropecuarios y como importadoras de artículos industriales, capitales y tecnologías provenientes de Europa Occidental, especialmente de Inglaterra.

Dentro de esta inserción dependiente de la Argentina en el comercio internacional pueden reconocerse las siguientes etapas:

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LA EXPANCION DEL SALADERO. A partir de la década de 1820, la relativa paz de la región pampeana permitió la instalación de saladeros que tenían cono actividad básica la preparación de cueros y de carne salada para su exportación. El latifundio, favorecido por las distintas administraciones provinciales, es el medio en el que se desenvuelve una clase terrateniente caracterizada por su versatilidad y capacidad de lobby sobre el poder político.

LA ERA DEL OVINO. A partir de 1850 la cría del ganado de ovino desplaza al bovino, debido a la demanda creciente de la industria textil europea. Loa beneficios obtenidos con la exportación de lana permiten la modernización de la estancia como unidad productiva. Se difunde el uso del alambrado, se instalan molinos y bebederos, se refinan las razas- tanto las ovinas como las ganaderas- mediante la importación de ejemplares europeos. Se funda la Sociedad Rural Argentina

EL PREDOMINIO DE LA CARNE CONGELADA Y DE LOS CEREALES. Las nuevas tierras, alejadas del puerto, fueron puestas en valor por la extensión de vías férreas que cubrían la mayor parte de la región pampeana. Desde las últimas décadas del siglo, la carne congelada tuvo acceso a los mercados europeos, cambiando las características de la actividad ganadera. La necesidad de producir carne de calidad llevo a la cría y selección de los animales, incorporando diferentes razas. Se extiende la actividad de invernada, especialmente en las zonas más ricas de Buenos Aires. El engorde de los animales se combinaba con la práctica de la agricultura, favorecida con la disminución de los fletes internos- por el ferrocarril- e internacionales- por la utilización de los navíos impulsados a vapor-. Esta combinación entre ganadería y agricultura recibe el nombre de “estancia mixta” y es propia de la campaña bonaerense. Hacia finales del siglo xix, los cereales y la carne vacuna congelada ocupaban los primeros lugares en las exportaciones argentinas. Le seguían en importancia los derivados del ovino- lana y carne-. La carne salada y los cueros tenían u lugar completamente marginal.

LAS COLONIAS AGRICOLAS

En los comienzos de la expansión agrícola, muchos extranjeros fueron atraídos a la Argentina por la abundancia de tierras fértiles y el sueño de convertirse en colonos, es decir, propietarios de una parcela para cultivar, pero los beneficiados fueron los capitalistas agrarios (terratenientes y comerciantes exportadores).

La fundación de las primeras colonias agrícolas fue alentada por las autoridades, en especial la de la provincia de Santa Fe, que facilitaron el asentamiento por los inmigrantes y su acceso a la propiedad de la tierra. Posteriormente, la rápida expansión del ferrocarril y la valorización de las tierras que recorría fueron creando condiciones favorables para la extensión de la colonización privada. Esta consistía en la subdivisión de los terrenos en parcelas que propietarios de tierras, comerciantes y compañías vendían a los inmigrantes europeos mediante el otorgamiento de créditos hipotecarios.

“En la provincia de Buenos Aires, en cambio, en una primera etapa, la expansión de la agricultura de cereales fue provocada por el aumento de exportaciones de carnes.

Para obtener pasturas artificiales, en un primer momento, los terratenientes bonaerenses utilizan dos sistemas:

SISTEMA DE APARCERIA O MEDIERIA. Los estancieros dividían sus latifundios y entregaban parcelas de una extensión variable, según la disponibilidad del capital con que contaran los interesados en trabajar la tierra, que en su mayoría eran extranjeros según este sistema, el

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terrateniente aportaba el capital fijo y el capital variable necesario para la producción y el productor directo aportaba su trabajo y el de su familia más algunas herramientas. En compensación, el agricultor recibía la mitad del producto de la cosecha, que era considerada propiedad del terrateniente, dueño de la tierra.

SISTEMA DE ARRIENDO. El mismo constaba en pagar al terrateniente un arriendo o canon en dinero y disponía del capital suficiente para, además, poner en marcha la producción. Los contratos obligaban tanto a los medieros como a los arrendatarios a realizar una rotación Trienal (cada tres años) de cultivos y sembrar primero lino, luego trigo y por último alfalfa. Fue así como el hecho de trabajar la tierra virgen podía llegar a tener consecuencias en la producción, la misma recaía en los productores directos. “

III. EL CAPITAL EXTRANJERO

Estos llegaron principalmente desde Gran Bretaña: en los primeros años del siglo XX, los capitales ingleses representaban el 81% del total de las inversiones extranjeras del país.

Entre 1185 y 1890, le periodo en el que se registro el ingreso del mayor flujo de capitales británicos, los principales destinos de estos capitales eran préstamos:

Gobierno (35%)

Ferrocarriles (32%)

Compañías colonizadoras de tierras (24%)

Luego de 1890 se noto una disminución del flujo de capitales hasta los primeros años del siglo XX. A partir de entonces y hasta 1914, entre las nuevas inversiones disminuyeron los prestamos al Estado, se mantuvieron las colocaciones en ferrocarriles y en compañías de tierras y se registro un notable incremento de las inversiones en el sector bancario y en frigoríficos.

La participación de capitales extranjeros se invirtió en obras que facilitaban el transporte y la comercialización de los productos argentinos en el mercado internacional, como en el caso de Gran Bretaña, que en 1880 su inversión fue de 25 millones de libras esterlinas, y en 1885 de 45 millones, los cuales fueron utilizados para pagar deudas contraídas con empréstitos anteriores, la creación de bancos y la extensión de vías ferroviarias.

LA EXTENSIÓN DE VÍAS FERROVIARIAS

El ferrocarril configuró el sistema de transporte de la Argentina.

Cumplió un papel muy importante en el desarrollo de la agricultura ya que permitió acortar las distancias, haciendo accesibles el transporte de persona y de productos de zonas que estaban muy alejadas de los puertos y de las grandes ciudades. Con el optimismo propio de la época Julio A. Roca destacaba:

“…donde el ferrocarril se presenta […] brotan como por encanto los productos de la tierra, el comercio y la población”.

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IV. LAS TRANSFORMACIONES DE LA SOCIEDAD

Durante el periodo comprendido entre 1880 y 1914 se produjo una acelerada urbanización asociada al cambio económico y social. Esto significa que las sociedades aumentaron su tamaño y que también creció la cantidad de la población que vivía en ellas; en especial Buenos Aires y Rosario, por ser ciudades portuarias, puertos y cabeceras de la red ferroviaria, y otras como Córdoba, vinculadas a la nueva economía agro- exportadora. De ellas, la ciudad de Buenos Aires, sede del gobierno y de la administración nacional, fue la que más creció en población, actividad económica, construcciones y servicios. En Buenos Aires, Córdoba y Rosario también se desarrollan las pequeñas propiedades agrícolas, talleres y comercios dedicados al abastecimiento de sus necesidades básicas.

Miles de inmigrantes recién llegados al país se quedaron en Buenos Aires para trabajar, la mayoría, asalariados y algunos por cuenta propia. En 1895, dos de cada tres habitantes de esta ciudad eran extranjeros. El desarrollo del comercio exterior e interior, de los transportes y de las comunicaciones, de la industria de la alimentación, la construcción edilicia, y de obras de infraestructura, como la del puerto, fomentaron el crecimiento urbano y la modernización.

Sin embargo, los contrastes eran notables. En Buenos Aires, en las suntuosas mansiones y residencias del Barrio Norte y La Recoleta convivían los basurales de Parque de Los Patricios y Nueva Pompeya, y con los ranchos y conventillos que albergaban a buena parte de la población.

La extensión del empleo asalariado fue conformada un numeroso sector de trabajadores urbanos y rurales, integrado por extranjeros y argentinos La posibilidad de ascenso social, por ejemplo mediante la explotación de pequeños talleres, comercios o chacras contribuyo a la formación de sectores medios tanto en las ciudades como en el campo.

El crecimiento económico y la modernización afectaron a todos, pero beneficiaron especialmente a los más ricos, que aumentaron sus fortunas y refinaron sus gustos.

La clase obrera de principio de siglo fue creciendo que al fin se integraron a esta clase obrera los trabajadores de las actividades económicas y de las industrias relacionadas con la expansión de las exportaciones agropecuarias y también las integraban los trabajadores, de talleres manufactureros y gremios de la construcción.

La cuestión social en esos tiempos fue bien remarcada: los obreros reclamaban por sus derechos, por ser reconocidos, tener mejores condiciones de vida, mejores trabajos o por lo menos tener un sueldo fijo. Su mayor anhelo era que se aplique la democracia.

IDEOLOGÍAS OBRERAS: Anarquistas, Socialistas y Sindicalistas

Tres tendencias políticas e ideológicas reclamaban el apoyo de los trabajadores; dos de ellos estuvieron presentes desde los comienzos del movimiento obrero y popular; la tercera, más tardía, habría de tener una presencia mucho más perdurable en el Sindicalismo argentino. Anarquistas, socialistas y sindicalistas diferían en sus ideologías, en los fines que proponían a los trabajadores, en sus estrategias y tácticas. Pero también era diferente el segmento de esa masa de trabajadores al que apelaban; de allí sus diversa eficacia, que fue variando a medida que la sociedad popular evolucionaba y se estructuraba.

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Los Anarquistas básicamente eran artesanos y trabajadores de pequeños talleres, y sobre todo el anarquismo fue aceptado por la masa de trabajadores extranjeros no calificados, analfabetos en su mayoría. Planteaban la acción colectiva a través de sindicatos, la acción directa (huelgas generales), el rechazo a la democracia parlamentaria, la oposición a los partidos políticos, el internacionalismo y el deseo de hacer la revolución. Los anarquistas fueron mayoritarios entre los obreros hasta 1910, y fueron forzosamente perseguidos y marginados.

Los Socialistas quienes confiaban en mejorar las condiciones de vida de los obreros a través del parlamento y el voto. Solo en segundo plano se llamaban a las huelgas. El Socialismo apelaba a otro sector del mundo del trabajo, y particularmente a los obreros mas calificados, con un empleo estable. Pero además recluto reclutó simpatizantes en otros sectores de las sociedades urbanas: pequeños comerciantes, rentistas entre otros.

Los Sindicalistas que se basaban en el papel revolucionario del sindicato y en la huelga pero, sin descartar la acción parlamentaria. Estos apelaban a los trabajadores incluidos en los gremios numerosos y calificados, como los ferroviarios y los marítimos, también los portuarios. En ellos predominaban los trabajadores que empezaban a ascender socialmente, en casos se trataba de inmigrantes o hijos de ellos radicados.

El primer manifiesto socialista promulgaba:

”...La situación de la clase obrera en la republica Argentina es tan mísera como la de nuestros hermanos en Europa, y ya que ellos nos dan ejemplo de entereza de carácter y de amor a la emancipación, sin reparar en los miles obstáculos que tienen que vencer y en la guerra obstinada que les hace la burguesía, no debemos pasar nosotros ese día sin lanzar una protesta unánime contra la clase capitalista que detenta la riqueza que nosotros creamos...”

CONFLICTOS SOCIALES Y POLITICOS

Algunas de las leyes sancionadas por el Estado durante el gobierno de Roca tuvieron como objetivo enfrentar las protestas de los trabajadores, que reclamaban mejores condiciones laborales. En 1903, el gobierno sanciono la Ley de Residencia que permitía a al Estado expulsar a los extranjeros sospechosos de promover la realización de huelgas o atentados. Las dificultades para mantener el orden social generaron también conflictos entre los dirigentes del partido gobernante, que terminaron con la división del Partido Autonomista Nacional.

El Centenario marco el momento más alto de la movilización obrera impulsada por los anarquistas. La de 1910 fue la más importante de las huelgas generales, pero también la ultima por muchos años. Estos grupos dirigentes intentaron mostrar a los visitantes de todo el mundo la modernización que había experimentado el país. Para asegurar la paz social el gobierno suspendió las garantías constitucionales, limito el derecho de reunión y sanciono la Ley de Defensa Social, que agravaba las penas a los agitadores. Valiéndose de esta ley, el gobierno pudo encarcelar a los principales dirigentes obreros y cerrar sus diarios. De esta manera los festejos del Centenario se desarrollaron sin agitaciones políticas o sociales

En este periodo las mujeres y niños también trabajaban en la misma cantidad de horas que cualquier obrero pero su salario era muchísimo menor al de un hombre adulto trabajando en la misma industria y trabajo.

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El proceso la educación impartida por el Estado tenía su función que era apuntar a la enseñanza de la historia argentina ya que creían que era lo conveniente. Y también apuntaron hacia las celebraciones de las fechas patrias como por ejemplo del 21 al 25 de mayo y del 5 al 9 de julio propusieron que se suspendieran las actividades habituales y éstas fueran remplazadas por lecturas, recitaciones y cantos patrióticos relacionados con las fechas.

La enseñanza tradicional en Argentina había sido siempre de corte cristiano; era la que había recibido los primeros colonizadores de estas tierras, la que habían aprendido sus hijos, la que habían estudiado nuestros próceres de Mayo y Julio.

Toda la enseñanza primaria, secundaria, espacial y universitaria había sido obra de la Iglesia Católica durante 300 años.

LA LEY

En 1882 se reunió en Buenos Aries un Congreso Pedagógico cuyas resoluciones sirvieron de antecedente a la Ley que se aprobó el 8 de Julio de 1884 y que lleva en número de 1420.

Dicha ley, llamada Enseñanza Común, estableció la enseñanza laica, gratuita y obligatoria para los niños de seis a catorce años.

Creó también un Consejo Nacional de Educación, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública, para el control de la enseñanza y de los fondos escolares.

Por su laicismo, que aventaba de cuajo todo carácter religioso en la enseñanza, la ley 1420 suscitó apasionadas polémica, no sólo dentro del Parlamento sino también en la prensa.

V. EL REGIMEN OLIGARQUICO DE GOBIERNO

Entre 1980 y 1916 la dirección política de la Argentina estuvo en manos de un grupo minoritario de personas, que pensaban que el país debía ser gobernado sin la participación de la mayoría de los ciudadanos en la vida política.

Por estas razones se hablaba de “gobiernos conservadores” para referirse a los gobiernos que se sucedieron en el poder entre dichas fechas.

Esta minoría, que ejercía la dirección de la política y la economía del país, era conocida con el nombre de OLIGARQUIA, palabra de origen griego que significa “el gobierno de unos pocos”.

El fundamento ideológico del régimen oligárquico fue: El orden y el progreso; basado en el POSITIVISMO.

EL FRAUDE

La continuidad de este sistema político restrictivo durante 36 años fue posible porque los conservadores controlaban las elecciones, y porque los ciudadanos tenían escasas participación en los comicios y en la vida política en general.

Los conservadores se basaban en las ideas de muchos pensadores del siglo XIX- como el tucumano Juan Bautista Alberdi-, que creían que solo algunos ciudadanos estaban capacitados para elegir sus gobernantes y para ser elegidos como tales. Estos pensadores consideraban que

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la mayoría de la población, que carecía de riqueza, educación y prestigio social, no tenía la capacidad suficiente para participar en las elecciones.

Por esta razón pensaban que el sufragio universal significaba el “TRIUNFO DE LA IGNORANCIA UNIVERSAL”.

El control de las elecciones se realizaba a través de varios mecanismos ilegales que permitían garantizar el resultado deseado.

Uno de esos mecanismos consistía en vigilar el empadronamiento de los ciudadanos. Para poder votar, era necesario anotarse en un registro electoral, o padrón, y las comisiones empadronadoras podían decidir quienes reunían las condiciones para ser inscriptos en el padrón, y así, habilitar o impedir el voto e de determinadas personas.

Además de no ser obligatorio, el voto era “cantado” o publico, lo que permitía a los partidarios del gobierno presionar a los ciudadanos comunes, tanto para que votaran por determinados candidatos como para que dejaran de hacerlo.

También era frecuente que durante las elecciones se enfrentaran grupos armados, que se amenazaran a los opositores para impedirles votar, que se robaran documentos de identidad o se compraran votos; asimismo era habitual que una misma persona votara varias veces el mismo día, que se usara documentación de personas muertas y que se modificaran los resultados.

Estos mecanismos bloqueaban la posibilidad de los opositores de acceder a los cargos gubernamentales a través de la competencia electoral. También limitaba los derechos de los votantes y atentaba contra las expectativas de los ciudadanos de incidir en los resultados. Por esas circunstancias, la mayoría de los ciudadanos prefería no ir a votar los días de elecciones.

Por otra parte, quienes votaban no elegían directamente a todos sus representantes, como sucede en la actualidad. En ese entonces se elegían electores, que integraban juntas electorales en cada provincia y un Colegio Electoral nacional. Estos electores eran libres de elegir a su candidato y, en la práctica, el apoyo de los electores a un candidato dependía de las negociaciones entre los gobernadores de las provincias y otros dirigentes conservadores.

LA ELITE TRADICIONAL

El sector de mayor poder económico y social estaba integrado por familias criollas tradicionalmente vinculadas con el comercio de exportación de cereales y carnes.

Dicho grupo no era homogéneo, ya que el poder político y la riqueza no estaban distribuidos de igual forma entre sus miembros. El núcleo principal de la elite estaba formado por unas 400 familias, fuertemente ligadas entre si por sus intereses económicos, por pautas culturales comunes y por relaciones establecidas en ámbitos sociales exclusivos, como clubes o asociaciones privadas.

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En 1880, con la expansión económica esta se amplió. Aparecieron nuevos sectores de comercio de exportación comerciantes, financieros y banquitas.

POSITIVISMO: GARANTÍA DEL PROGRESOEl Positivismo Argentino se inspiró en el Darwinismo. El Positivismo ofreció respuestas a los Problemas planteados por los que se dio en llamar la irrupción de las multitudes en la historia Argentina. El concepto que se tenía de multitudes era el de una fuerza fenomenal, pero carente de inteligencia y raciocinio. Esto se dio en toda A. Latina; Donde la ciencia logró constituirse como la forma dominante de conocimiento, y sus avances intentaron explicar las desigualdades Sociales. Llego a implementarse la frase: "El Gobierno de los Aptos". Donde se consideraba apto a los ricos o grandes terratenientes.

“LA GENERACION DEL 80 ERA LIBERAL Y CONSERVADORA”

Era una de las formas de nombrar al conjunto de hombres

Que tuvieron a su cargo la dirección económica, política y cultural del país entre 1880- 1890. Dicha generación formaba parte de la clase social más elevada que por entonces era llamada elite y por supuesto del gobierno en las presidencias de Roca y Juárez. A la generación del 80 se la conocía como un grupo determinante ya que aunque no compartían siempre las mismas opiniones sobre algún asunto en particular, podíamos identificarlos por sus coherentes principios e ideas fundamentales.

Su proyecto con respecto a la economía causo el desarrollo y organización de la misma, desde 1880 así como también influyo en el desarrollo de la Argentina.

VI. LA CRISIS DEL REGIMEN OLIGARQUICO Y EL SURGIMINETO DE LOS PARTIDOS POLITICOS MODERNOS

En junio de 1890, el gobierno anuncio que dejaría de pagar los intereses de la deuda externa y, como consecuencia de este anuncio, se desató una profunda crisis económica: algunos bancos cerraron sus puertas, se paralizaron las obras públicas, los salarios de los trabajadores bajaron y aumento la desocupación y la pobreza.

Debido a esta situación muchos inmigrantes decidieron retornar a sus países de origen.

Unos meses antes, a fines de 1889, se había formado en Buenos Aires una nueva agrupación política, la Unión Cívica de la Juventud, que dirigía Leandro N. Alem, Bartolomé Mitre y José Manuel Estrada. La Unión Cívica- tal como se la conoció desde 1890- se oponía a la política de Juárez Celman y a la manera en que los conservadores restringían la participación de los ciudadanos en la vida política.

En junio de 1890 aprovechando la crisis económica y además que el régimen gobernante no encontró una solución política adecuada a las transformaciones económicas y sociales, este grupo unidos a otros disconformes y apoyados por algunos militares, llevo adelante una revolución armada contra el gobierno, conocida como la Revolución del Parque o también llamada Revolución del ´90.

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Aunque la revuelta fue aplastada, Juárez Celman renuncio a la presidencia y el vicepresidente Carlos Pellegrini se hizo cargo del gobierno.

LOS PARTIDOS POLITICOS MODERNOS

Durante la década de 1890 comenzaron a formarse dos partidos que aun existen en la actualidad: la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista. Estas agrupaciones fueron las primeras en tener una organización interna, que aspiraban a perdurar más allá de un acto eleccionario y que tenían un programa prestablecido, sobre el que confiaban su acción.

Hasta ese momento no había partidos de este tipo en la política argentina. Los conservadores eran solo una alianza entre distintos grupos sin una estructura organizativa fija.

LA UNION CIVICA RADICAL

Liderada por Alem, la Unión Cívica Radical (UCR) fue creada en 1891, cuando se separo la Unión Cívica porque algunos de sus dirigentes se habían aliado con el gobierno que encabezaba Pellegrini. El resto de la Unión Cívica, conducida por Mitre, paso a denominarse Unión Cívica Nacional (UCN).

El radicalismo se organizo por medio de clubes partidarios denominados comités, los cuales se instalaron en diferentes lugares del país. En las ciudades recibió el apoyo de profesionales, universitarios, artesanos y comerciantes, los cuales eran nietos o hijos de inmigrantes. En el campo eran apoyados por chacareros y algunos terratenientes.

En el año de 1893, durante la presidencia de Luis Sáenz Peña (1892-1895) el radicalismo encabezo varios levantamientos revolucionarios que no lograron tener éxito. Luego del suicidio de Alem, en 1896, el partido quedo bajo la dirección de su sobrino, Hipólito Irigoyen

La conformación y objetivo de la Unión Cívica Radical eran entre otros:

En sus orígenes. La dirigencia radical estaba integrada por miembro de la elite

Sus principales demandase se referían a la eliminación del fraude y no se proponían reformas significativas del orden socioeconómico o una redistribución importante del ingreso

Esta unión adopto como base de organización institucional el sistema de convenciones, que era la estructura institucional de los partidos políticos de los Estados Unidos. Según dicho sistema, los candidatos a ocupar los cargos electivos eran elegidos por los delegados del partido, que representaban a las diferentes regiones del país, reunidos en una convención. Además buscaron nuevas formas de comunicarse con la sociedad y así lograron q se adhieran un sector bastante importante: los centros urbanos.

Desde los principios la base social de la UCR se mantuvo una coalición que incluía tanto a los sectores medios como a miembros del grupo de los terratenientes, de por si con mucho poder.

LA UCR Y LA UCN

Las principales diferencias que podemos encontrar entre ambas ideologías van a ser que la Unión Cívica Nacional, dirigida por Mitre, propuso una especie de “acuerdo” con el gobierno y

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luego de unos años sus dirigentes y partidarios formaron parte de los gabinetes y se ocuparon como legislativos y en la administración del Estado.

En cambio la Unión Cívica Radical, dirigida por Alem, se oriento hacia la “intransigencia”.

Sus dirigentes legitimidad al acuerdo y a los comicios que lo legislaban y decidieron mantenerse ligados a la resistencia. Y es así como para concluir que la Unión Cívica Radical va a de alguna manera va a buscar que la sociedad mantenga una relación de abstencionista con el gobierno y la Unión cívica Nacional va a preferir una relación entre la sociedad y el Estado de concurrencia.

EL PARTIDO SOCIALISTA

El partido socialista fue fundado en el año de 1896, y se lo considera como la unión de varios grupos de obreros que ya participando desde algunos años atrás.

Liderados por Juan B. Justo, los socialistas que proponían llegar al congreso para poder sancionar leyes que mejoraran la situación laboral y social de los trabajadores con este objetivo se preocuparon por organizar a los trabajadores en sindicatos y comienzos del siglo XX empezaron a participar con sus propios candidatos en las elecciones a diputados y a tratar de convencer a los extranjeros de que obtuvieran la ciudadanía argentina para poder votar.

A pesar de su capacidad para poder organizarse el socialismo no obtuvo mucho apoyo por parte de la sociedad. Su mayor influencia la ejerció en la ciudad de Buenos Aires. El poder electoral del partido socialista residía fundamental en los obreros, pero sus dirigentes provenían de sectores medios urbanos y en su mayoría eran profesionales. El PS apoyo desde el punto de vista económico a la consolidación y expansión del modelo agrario exportador, haciendo así que la llamada “abstinencia” consuma por medio de la estrategia o patrón de distribución de la riqueza a favor de los sectores populares urbanos. De este modo los socialistas buscaron conformar una alianza urbana entre los obreros y los sectores medios que obtuvieran ingresos bajos como por ejemplo los empleados del transporte, el comercio y la industria. Cuando nos referimos a su plataforma política hablamos de que el partido propuso nuevas normas obreras tales como la jornada de ocho horas para el trabajador, aumento de salarios, reconocimiento sobre el derecho de huelga y un régimen especial sobre el trabajo ejercido por mujeres y niños.

Los principales pensadores de dicho partido en al argentina fueron: Juan B. Justo y

Alfredo Palacios.

VII. LA LEY SÁENZ PEÑA (1912)

Roque Sáenz Peña ni bien asumió la presidencia, en su primer mensaje ante el Congreso Nacional, manifestó sus ideas sobre el sufragio libre, obra que se proponía concretar.La Reforma Electoral proyectada por el Ministro del Interior, Dr. Indalecio Gómez, requería una Ley de Enrolamiento General de los ciudadanos nativos y naturalizados y la confección de un nuevo padrón electoral.Con estas medidas el Poder Ejecutivo perdía la posibilidad de preparar los padrones electorales, como lo venía haciendo, a su beneficio. El enrolamiento estaba a cargo ahora del Ministerio de

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Guerra y el Poder Judicial tendría que indicar quienes organizarían las elecciones y quienes estarían en condiciones de votar.El proyecto de Ley electoral estuvo listo a fines de 1910 y fue aprobado luego de arduos debates. La Ley Sáenz Peña, puesta en vigencia en 1912, establecía:

Voto secreto, libre, individual, obligatorio.

Sistema de lista incompleta: la mayoría obtenía 2/3 de los cargos y el tercio restante lo ocuparía la primera minoría.

El radicalismo abandonó su actitud abstencionista y triunfó en las elecciones de Santa Fe de 1912 y en las elecciones para diputados nacionales de ese mismo año, por la capital.Los partidos políticos, como consecuencia de la Ley Sáenz Peña, tuvieron que reorganizarse: revisar sus Cartas Orgánicas, crear centros seccionales o comités, convocar a convenciones o congresos y elaborar plataformas electorales.DATOS EXTRASPrimera:El grupo dirigente del ’80 adhiere al liberalismo económico pero practica un claro conservadurismo político reservándose el manejo de los mecanismos del poder al considerarse los únicos aptos para detentarlo. El uso del fraude electoral es moneda corriente y está facilitado por el sistema de voto cantado, la inexistencia de padrones oficiales y el ejercicio de la intimidación y la violencia.

En Argentina los partidos políticos o grupos políticos y sus títulos son un poco confusos en términos de la historia europea. Se usa el término liberal y conservador, por ejemplo en la historia inglesa para designar partidos claros. En Argentina esa diferencia no existe porque normalmente el liberal es lo que entendemos ahora por conservador.

Gobernaba un solo bloque y dentro de ese bloque convivía el temperamento conservador, si por temperamento conservador se entiende conservar las posiciones de poder adquiridas, con el temperamento liberal, si por temperamento liberal se entiende la apertura a un horizonte de reformas que en aquella época era muy importante. http://www.elhistoriador.com.ar/articulo…

Segunda:Para las elecciones de 1886, Roca logró imponer la candidatura de su concuñado Miguel Juárez Celman, ex gobernador de Córdoba, quien, elecciones fraudulentas mediante asume la presidencia de la Nación.

A poco de asumir, Celman declara: "No creo en el sufragio universal. Consultar al pueblo siempre es errar pues éste únicamente tiene opiniones turbias. El hecho del fraude, si es que existe, será obra de los partidos en lucha; pero no vemos qué intervención pueda haber tenido en el Poder Ejecutivo Nacional".

El nuevo presidente asume también la conducción del Partido Autonomista Nacional (PAN), transformándose así en el jefe único.

A este régimen se lo conoce como "El Unicato". A través de él, Juárez Celman y sus socios controlan todos los resortes del poder.

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De esta forma, los negocios públicos y los privados se complementan. Ricos empresarios incursionan en la política; funcionarios y políticos lo hacen en los negocios. Esto da lugar a grandes negociados y generaliza la corrupción en la administración estatal.

http://www.elhistoriador.com.ar/biografi…

Tercera:A fines de 1889, con el descontento de la población a su favor, la Unión Cívica (UC) -el primer partido orgánico argentino- se propuso derrocar al presidente Miguel Juárez Celman. La Revolución fracasó, pero el titular del Poder Ejecutivo renunció. Asumió el vicepresidente Carlos Pellegrini. En 1891 la UC se partió en la Unión Cívica Nacional (UCN) liderada por Bartolomé Mitre, y la Unión Cívica Radical (UCR) bajo Leandro N. Alem. A tres años de la Revolución llamada del Parque, el movimiento revolucionario no se había calmado del todo. Esta vez, Alem quería derrocar a Luis Sáenz Peña. Los estallidos fueron contestados con una fuerte represión hasta que en el 95 el presidente renunció. En 1905 el líder radical, Hipólito Yrigoyen, intentó evitar la segunda presidencia de Julio A. Roca. Pero la revolución fracasó. http://www.clarin.com/diario/especiales/…

1880-1886Situación Política de Salta 1880 – 1886 Paula Alonso Salta ha sido repetidamente signada en la historiografía como una de las provincias que mejor se acomodó a la nueva política nacional inaugurada en el ochenta. La fuerte presencia de ministros salteños en los sucesivos gabinetes nacionales y el hecho de que entre 1880 y 1916 no experimentara ninguna intervención federal, llevó a concluir que la provincia disfrutó de la protección del gobierno nacional y que la oligarquía salteña componía un grupo excepcionalmente homogéneo, sin fisuras internas, que le permitía adaptarse mejor que otras provincias a las reglas del juego. Estas premisas, sin embargo, han sido recientemente revisadas. En el primer quinquenio del ochenta, la llamada homogeneidad salteña comprendía una realidad mucho más compleja y la llamada protección del gobierno nacional, con su implicancia de docilidad y subordinación, esconde la autonomía política de la que gozó la provincia durante estos años para manejar sus asuntos e ignora el abierto enfrentamiento que tuvo lugar entre el gobernador y el presidente con motivo de las elecciones presidenciales de 1886. La autonomía de la política salteña responde en parte a la consolidación del Club de la Juventud durante la década anterior el cual agrupó a los antiguos constitucionalistas, federales o autonomistas y llevó a Juan Manuel Solá a la gobernación inaugurando un período del dominio de dicha agrupación sobre la política provincial que se extendería hasta 1885 cuando el mismo Solá vuelve a ser gobernador de la provincia. Para las elecciones presidenciales de 1880 el Club de la Juventud sostuvo la candidatura de Roca. El Club de la Juventud se mantuvo posicionado confortablemente en el gobierno de la provincia, distribuyéndose entre sus miembros los cargos electivos y los de la administración pública y, aunque no pudo evitar cierta heterogeneidad y disputas internas por los cargos, su relativa cohesión y la ausencia de alternancia en el gobierno de partidos opositores hacía incluso innecesaria la injerencia del presidente como mediador al mismo tiempo que dificultaba la imposición de sus preferencias. Como en la mayoría de las provincias, la política provincial se vio sacudida por la política nacional. Las primeras inserciones del rochismo comenzaron a sentirse a mediados de 1882 pero sin grandes efectos hasta mediados de 1885 cuando los lineamientos entre rochistas, irigoyenistas y juaristas se perfilaron más abiertamente tanto en la política nacional como en la

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provincial. Mientras los grupos juaristas se mantenían inertes, los irigoyenistas lanzaron su organización bajo el liderazgo de José María Solá (sobrino del gobernador), y los rochistas contaron con el decidido apoyo del mismo gobernador Solá. La situación en Salta se complicaba por un calendario electoral cuya secuencia hacía necesario acordar varias cosas de una vez: las elecciones para gobernador estaban fijadas para el 31 de enero, las de diputados nacionales para el 7 de febrero, y para electores de presidente y vice el 17 de abril. Luego de intensas negociaciones en enero de 1886 juaristas, rochistas e irigoyenistas se pusieron de acuerdo: Martín Miguel Güemes (nieto del caudillo provincial y ministro de gobierno de Solá hasta que fue forzado a renunciar una vez que se declaró abiertamente juarista) sería elegido gobernador y, a cambio, los irigoyenistas obtendrían una diputación nacional para José María Solá, y los rochistas se quedarían con la otra diputación (para Delfín Leguizamón), el ministerio de gobierno y todos los electores a presidente y vice.3 El acuerdo era ampliamente favorable a los rochistas y así fue entendido desde Buenos Aires: mientras que Dardo Rocha le daba su apoyo decidido Roca acusaba de traición al gobernador Solá. grado de incertidumbre sobre si el pacto sería cumplido en su totalidad. En las elecciones de diputados del 7 de febrero, a través de una trampa, los rechistas cambiaron la candidatura de J.M. Solá por uno de los suyos aumenta n d o su poder en la provincia y las sospechas de que no permitirían que Güemes asuma la gobernación. Las tensiones provocan renuncias ministeriales, cambios en jefaturas del ejército apostado en la zona, un intenso tráfico de armamentos (muchos de ellos enviados a Güemes por Juárez Celman y por Carlos Pellegrini), y rumores constantes de revolución en la provincia.5 En dicha atmósfera tuvieron lugar las elecciones para electores de presidente y vice. Temiendo su resultado, los juaristas apelaron a una última y desesperada táctica decidiendo evitar la elección en ocho o diez departamentos de los 21 en que se dividía la provincia, ya que la ley indicaba que de no efectuarse elecciones en al menos dos tercios de los distritos, las elecciones se declaraban nulas. El plan tuvo éxito: un informe enviado por la Junta Electoral al Congreso Nacional, comunicó que las elecciones presidenciales de la provincia debieron ser declaradas nulas por no contar con el mínimo suficiente de actas electorales.7 Los votos de Salta, por lo tanto, no fueron computados en las elecciones presidenciales de 1886. ¿Qué podemos concluir de la experiencia salteña? En primer lugar, puede confirmarse la autonomía de la política provincial de la injerencia de Roca durante su administración. Dicha autonomía se evidencia en la ausencia de intromisiones directas del presidente para candidaturas provinciales o nacionales (salvo tímidas y poco exitosas insinuaciones); en que una vez definidas las ligas nacionales, en Salta no se organiza una facción roquista; en la forma en que el gobernador Solá insiste en continuar apoyando al rochismo aunque esto significara un enfrentamiento directo con el presidente; en la forma en que los rochistas triunfan en las elecciones a diputados nacionales; y, finalmente, en el último truco arriesgado y desesperado al que los juaristas recurren para evitar que los votos de Salta se computen para los Partidos Unidos, un plan que se organiza desde la provincia, sin injerencia directa del gobierno nacional. El presidente permitió el desarrollo de los sucesos sin intervenir ni personal ni institucionalmente. Naturalmente, se enviaron armas a los juaristas y se realizaron movimientos en el ejército, tanto de oficiales como de distribución geográfica de batallones. Pero estas

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operaciones no fueron lo suficientemente amenazadoras como para que los rochistas, o el mismo gobernador Solá dieran marcha atrás en sus planes. Salta quedó en manos de Güemes a nivel provincial y de Juárez a nivel nacional, aunque la victoria fue al principio parcial ya que Güemes debió compartir el poder con sus opositoresEn Salta, así como en el País también competían las conducciones nacionales del Autonomismo y del Liberalismo, el establishment político local se había bifurcado peligrosamente. El Gobernador Benedicto Fresco había apoyado la candidatura del Inspector General de Armas Cnel. Juan Solá, y el Comandante Napoleón Uriburu la del Dr. Andrés Ugarriza, produciéndose una suerte de empate electoral que dió lugar a multas, suspensiones e intimidaciones entre los poderes ejecutivo y legislativo, lo cual movió a la oposición a reclamar la intervención federal. Este pedido de intervención desató en Buenos Aires una intensa división interna que se trasladó del gabinete nacional al parlamento, a la justicia, e incluso al seno de los partidos políticos. En efecto, el Ministro del Interior Simón de Iriondo y el de Instrucción Pública Enésimo Leguizamón se manifestaron a favor de la intervención federal; y el de Guerra, Adolfo Alsina, el de Relaciones Exteriores, Dr. Bernardo de Irigoyen, y el de Hacienda Dr. Victorino de la Plaza, en contra, por sostener que un conflicto de poderes interno a una provincia no era susceptible de ser sometido a la consideración del Congreso sino al Poder Judicial.

En el Congreso Nacional, mientras el Senado, con el voto de Aristóbulo del Valle y de Sarmiento, se declaraba partidario de la intervención; la Cámara de Diputados se opuso, con el voto y la opinión fundada de Luis Lagos García, Miguel Cané, Guillermo San Román y Carlos Pellegrini; y contra el parecer de Vicente Fidel López, Eduardo Wilde, Pedro Uriburu y Delfín Gallo, favorables a la intervención. Y en el seno del Autonomismo, la postura de Del Valle --opuesta a la de Alsina-- provocó la fractura de dicho partido dando orígen al Partido Republicano.

Desechada la intervención, se realizaron nuevos comicios y resultó Solá triunfador, a quien el Presidente Avellaneda le comunicó que esperaba hiciera un gobierno de conciliación.

Al salir elegido Solá y derrotado Ugarriza (el candidato del Comandante Uriburu), la situación se volcó a favor de la candidatura presidencial Autonomista, partidaria de Alsina, pero al reformarse la Constitución de Salta y entrar a regir el Colegio Electoral, como única fuente en la designación de los futuros Gobernadores, se acentuaron las tensiones del Autonomismo con el Mitrismo, hasta llegar al borde de la intervención federal. En la nueva contienda electoral por la Gobernación se perfilaba como ganador al candidato Francisco J. Ortiz. Fué entonces que la oposición a Ortiz se trató de hacer con la candidatura Olegario Ojeda. Pero un inesperado telegrama de Luis del Carril hizo desistir a este último. El deseo de Ojeda era que en la futura cuestión presidencial, Salta se alineara con Córdoba, San Luis y Mendoza, a favor de Roca, para de esa manera poder "...haber dicho que tenés en tu mano [la de Roca] la solución del problema".

Efectivamente, si Roca hubiera tenido en 1877 el voto de Salta en sus manos, ya sea por haber sido aceptada la candidatura de Ojeda, o por haber triunfado en la Cámara de Diputados de la Nación la tesis intervencionista, promovida por el Senado, con el apoyo de los Senadores Aristóbulo del Valle y Domingo F. Sarmiento, y haber sido el propio Roca designado Interventor, "...podríamos haber contado en tu poder con la mitad de los votos, pues Salta habría arrastrado a Jujuy y Mendoza a San Juan".

Al año siguiente, en 1878, si los que gobernaban a Salta, decía el ex-Gobernador Delfín Leguizamón, "...ven que la candidatura Tejedor tiene probabilidades de triunfo arrearán, con uno de los que puedan pasar por autonomistas, como sería [Moisés] Oliva, o algún otro". Pero si la candidatura de Oliva fracasara, y fueren los Mitristas los favorecidos por la fortuna, "...ellos

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seguirán como están y será [Francisco J.] Ortiz quien manejará estos negocios, como lo hace ahora, y lo hará también en caso contrario, aún cuando [Ortiz] no aparezca como principal actor".

Pero el verdadero factor desequilibrador en Salta lo constituía el clan de los Uriburu, partidarios del Liberalismo Mitrista. Lo peor de esta experiencia política era, para el candidato a Gobernador Olegario Ojeda, amigo y camarada del Coronel Julio A. Roca, que "...[los Uriburu] nos han embromado al embromarse, pues si Solá sale de Gobernador, la provincia pertenecería a [la candidatura de] Alsina en la próxima lucha electoral, y si sale [Francisco] Ortiz, a Mitre".

Los Uriburu, "...hubieran podido hacer aceptar por los adversarios [Autonomistas] un candidato que les ganara en 1879, el primero le manifestaba que "...más hoy o más mañana tenía que suceder un enfriamiento y tal vez una ruptura en política, puesto que somos elementos eterogéneos en la política nacional. El [Francisco J. Ortiz] es Mitrista y toda mi familia Roquista, mal podemos conservar solidaridad en ideas cuando somos los polos opuestos".

Tres meses después, Figueroa le informaba a Plaza que en la elección que la Legislatura debía hacer del Senador Nacional, como cada día que pasaba la facción pro-Plaza iba ganando terreno, los seguidores de Ortiz precipitaron la elección de Juan Martín Leguizamón para antes que arribara el Veedor Dr. Uladislao Frías. Para peor, habiendo llegado las actas de Orán con el voto de tres Diputados de la familia Figueroa a favor de Victorino de la Plaza, la Junta Electoral, al influjo de los Ortices, no quizo recibir dichos votos. El motivo de la derrota de Plaza frente a la candidatura de Leguizamón, se debería según Ortiz a "...que sus trabajos fueron tardíos". No obstante este primer fracaso, Figueroa no se arredró, y dos meses mas tarde le escribe a Plaza manifestándole su satisfacción porque "...he podido mover a toda mi familia, que como un solo hombre se ha puesto de pié a trabajar por Ud. eliminando compromisos de antemano". Lo que más le satisfizo fué que su sobrino Abrahám Echazú, "...deseoso de complacerme ha renunciado su candidatura para que no se pierda en la Provincia un sólo voto de los que pudieran a Vd. perjudicarlo".

Por cierto este apoyo no era gratuito, por cuanto al final de la extensa carta Figueroa le recordaba a Plaza "...la recomendación que le hice de las pagas de las mensualidades de la proveeduría [del Regimiento 12 de Línea] de mi hermano Dn. Octavio Figueroa".

Dueños los Ortices de la situación de Salta, logran finalmente imponer como Gobernador, la candidatura de Miguel S. Ortiz, la cual "...ni los mismos Uriburus cuyo odio es de raza, le harán oposición". Para consumar sus propósitos, los Ortices llevaban a la rastra al Gobernador Moisés Oliva, para lo cual les fué preciso poner de Ministro de Gobierno a Miguel Tedín "...siendo fácil hacerlo sin estos recursos pues Oliva es peor que Solá, que es cuanto se puede decir".

Pareciera ser que en 1890 el Río de la Plata volvió a experimentar un enfrentamiento militar, para posteriormente, luego del Acuerdo Roca-Mitre, entre 1891 y 1897, registrar una nueva lucha eminentemente política.

Las causas de la acentuación regresiva, practicada con la represión militar, en 1890, la atribuyen algunos autores a la pérdida --por parte de la burguesía mercantil-- de hegemonía intelectual a manos de una nueva burguesía terrateniente; y al temor de la burguesía mercantil a una movilidad política y social descendente, provocada por la emergencia de una nueva elite política de origen provinciano y una nueva burguesía terrateniente, derivada de la Conquista del Desierto y de la llamada entrega de la tierra pública.

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Como es sabido entre las causales que desataron la crisis del 90, se destacó también la debacle financiera y la corrupción bancaria.

La crisis del 90 marcó la reversión del segundo ciclo del primer período de expansión, registrado por Di Tella y Zymelman (1885-1892). Sin embargo, Suter (1995) aclaró que las crisis financieras en Argentina fueron breves debido a la presteza con que se superaron las fases de contracción económica.

Es también sabido históricamente que los intensos y prolongados procesos inflacionarios, al generar abruptos cambios en la estructura del poder económico y enriquecer a algunos para empobrecer a otros, aceleran ficticiamente la movilidad social trasladando sus efectos nocivos en forma inmediata a la esfera política.

Por el contrario, los procesos deflacionarios, al cristalizar los cambios en la estructura del poder económico, frenan la movilidad social.

Las rebeliones contra los gobiernos Juaristas, contra los gobiernos del Acuerdo Roca-Mitre y contra el nepotismo, fueron el común denominador que vinculó las inquietudes opositoras o revolucionarias producidas en todo el país y en cada una de las provincias. Sin embargo, el impacto de la Revolución del 90 no fue inmediato y no pudo en la mayoría de las provincias desplazar del poder a los gobernantes del P.A.N. En muchas de las provincias del Norte (Salta y Jujuy), del Noroeste (Catamarca y La Rioja), del Oeste (Cuyo) y del Litoral (Santa Fé, Corrientes y Entre Ríos), los gobiernos surgidos en tiempos de Juárez Celman lograron perpetuarse. Sin embargo, meses o años después aquel impacto se hizo sentir con retrasos diversos y con intensidad diferenciada. Esta realidad nos ha llevado a formular una serie de preguntas específicas:

¿que factores intervinieron para que las rupturas y crisis políticas provinciales --La Rioja en 1891 y 1898; Catamarca en 1898 y 1899; Tucumán en 1893; Santiago del Estero en 1890, 1892 y 1908; San Luis en 1893, 1896, 1904 y 1906; San Juan en 1907; y Corrientes en 1893 y 1907 (Cuadro I)-- padecieran de una arritmia tan marcada?¿la coalición autoritaria en el poder, que reprimió la revuelta, obedeció a sentimientos paranoicos de una elite político-cultural atemorizada por una movilidad política y social descendente?;¿guardó una relación de contagio directo la Revolución del Parque (1890) con las sublevaciones Radicales de Catamarca, La Rioja y San Luis y la rebeliones Liberales de Corrientes?;d) ¿arrastraban estas provincias agravios anteriores que se ligaran con las reminiscencias de la dictadura Rosista y de la modernidad colonial-absolutista aún subsistentes en ellas?;¿ cuánto debían pesar en esta política los torniquetes económico (irrigación), bancario, periodístico, telegráfico y educativo?.La resistencia al Acuerdo en la Provincia de Salta

En Salta --perteneciente al subsistema político del Norte-- la hegemonía la disputaban en esta etapa pos-revolucionaria el Autonomismo Roquista y los Cívicos. El Gobernador Pedro José Frías (h), al igual que la mayoría de los Gobernadores, pudo a duras penas sortear el vendaval producido por la Revolución del Parque. Al mes de ocurrida la misma, en agosto de 1890, la opinión pública de Salta exigía

Pedro José Frías

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"...el cambio de Ministerio, y no está lejos el día que exija la renuncia del Gobernador Pedro José Frías, teniendo en consideración su procedencia Güemista o arcanista,...pues la repulsión a la influencia del Senador [Martín Gabriel] Güemes se acentúa por hora".

También la oposición, constituida por los Cívicos, se dividió en Salta en dos facciones, por un lado los llamados disidentes, encabezados por Delfín Leguizamón Cobo, entregado políticamente al Dr. Ángel M. Ovejero, y por el otro los güemistas, encabezados por los Dres. Domingo Güemes Castro y Aniceto Latorre, ligados al Modernismo, facción política de orden nacional que respondía al liderazgo de Roque Sáenz Peña y que estaba nutrida por el Carcanismo (seguidores de Ramón J. Cárcano).

La división fue acentuada por las elecciones de Senador en Rosario de Lerma y las elecciones municipales de la ciudad de Salta del 7 de diciembre de 1890 "...a tal punto que me parece muy difícil una aproximación entre los unos y los otros, [pues] hubieron balazos, cuchilladas, y pedradas y el consiguiente cortejo de una media docena de víctimas, siendo grande la irritación".

Al comienzo, la facción dirigida por Leguizamón se sirvió del Güemismo "...con el cual a podido vencer en las dos elecciones mencionadas, y es probable que continúe en esta alianza, lo que sin duda sería un peligro para esta Provincia".

Delfín Leguizamón

Si Leguizamón se descuidaba y seguía confiado en dicha coalición, manteniéndose en el gobierno el Dr. Frías, "...habría de temerse la vuelta del gauchito [Martín Gabriel] Güemes y de su influencia".

En cuanto a las verdaderas motivaciones que movilizaban a los líderes de la oposición las opiniones diferían. Ángel Quirós le aseguraba a Roca que Delfín Leguizamón y el Gerente del Banco Nacional Pío Uriburu Castro, eran una suerte de arribistas u oportunistas, pues "...no son Mitristas ni Roquistas, y solo buscan apoderarse y asegurarse del Gobierno de la Provincia para restablecer su fortuna particular".

Leguizamón no hacía otra cosa que preparar elementos para suceder a Frías, "...importándole muy poco que los Roquistas o los Cívicos ganen la jornada".

Leguizamón era para Quirós "...un traficante político en toda la estención de la palabra: está arruinado y quiere hacer su fortuna por medios políticos buenos o malos".

Quirós le aconsejaba a Roca que viviera "...prevenido con esta clase de gente, entre la cual puedes contar al muy conocido Dr. Angel M. Ovejero, capaz de todas las claudicaciones posibles, y aquí nadie le tiene fé en esta ciudad".

Para sortear la descomposición que la aparición de Martín Gabriel Güemes, (a) "El Caballero de los Trapos Sucios", produjo en las filas del Partido Nacional, Uriburu y Leguizamón elaboraron una estrategia combinada. Para ello convinieron "...en aparentar cierta frialdad en nuestras relaciones". Habiendo creído Güemes en el rompimiento entre Uriburu y Leguizamón, creció en audacia y mostró todo su juego, pues a juicio de Uriburu, Güemes pertenecía al mencionado

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Modernismo, ya que "...no es Acuerdista ni responde, de ninguna manera a la política del Gobierno. Está con la fracción radical del partido nacional [PAN], de la cual es jefe el Dr. Roque Sáenz Peña".

Dos años después, en carta de febrero de 1892, el ex-Canciller Francisco J. Ortiz le informaba a Roca que "...aquí impera lisa y llanamente el Carcanismo puro con Güemes y Frías a la cabeza y les garanto que siguiendo esto así los electores para Presidente serán todos Sáenz-Peñistas".

Frías sigue, a juzgar por una carta del periodista Ricardo López, "...más las impresiones del corazón que las de la política puesto que en ningún caso puede llamársele a Frías un hombre político. Jamás ambicionó la gobernación ni puesto alguno; aceptó el gobierno porque se lo exigió Güemes, y en él no se ha cuidado nunca de hacer círculo ni crear prestigios para ulterioridades. Es un hombre bueno, moderado, pasivo, en otras circunstancias nacionales sería un buen patricio".

El peligro que significaba la renuncia de Delfín Leguizamón al Ministerio de Gobierno, era que Frías, dada su bondad y su ninguna aspiración política quedara obediente a las inspiraciones de Güemes. Si Frías llegaba a nombrar un Ministro de Gobierno de filiación Güemista, a juzgar por lo que Ricardo López le transmitió a Roca, "...Leguizamón en ocho días estaba perdido". Sin embargo, al año siguiente, Leguizamón sorteó la situación y alcanzó la gobernación. La transitoria coalición de Güemes con el Gobernador Leguizamón, al contar con "...la impunidad altamente anti-política del Gobernador, tratan a capa y espada de hacer triunfar las candidaturas [a Ministros de Gobierno y Hacienda] de [Pedro José] Frías y [Carlos] Grande".

En cuanto a Carlos Grande, aparentemente representaba a las clases más bajas de la población salteña, por cuanto Ángel M. Ovejero le confesaba a Roca, que la candidatura de Grande, su primo segundo, "...todos la repudian como una vergüenza...pero es bueno que Vd. sepa para que juzgue lo que pasa en esta sociedad, que hasta hace ocho años su profesión era comediante en las aldeas de Chile".

El eventual triunfo en su designación como Ministros de Frías y de Grande sería, en opinión de Francisco F. Cornejo Usandivaras, un triunfo del Modernismo, "...con el cual Güemes pretendería justificar su influencia en esta provincia".

Ovejero contaba, a juicio de su aliado Francisco F. Cornejo, "...con todas las simpatías de la gente decente, y tiene a su favor todos los elementos sanos del partido Nacional tanto de aquí como de la campaña". Por el contrario, para López, los Modernistas, o sea Güemes, "...se creen aquí lo que realmente son: nulos, desalojados, mejor dicho vendidos. Conocedores de que por sí solos son impotentes para reconquistar esta posición, no es pues extraño se valgan de los radicales, seguros de quedarse con toda la ganancia".

A comienzos de 1895, el partido Nacional continuaba dividido en dos facciones, la Güemista, coaligada con Delfín Leguizamón, y la llamada facción disidente, ex-Juarizta, que fueran miembros de la Sociedad "El Edén".En cuanto a Delfín Leguizamón, este era para Pío Uriburu "...hombre de espíritu versátil, sin ideas ni propósitos serios de gobierno, únicamente obedece al temor de una liga de mis amigos con los Ortiz y los radicales, y sólo por este temor puedo hacerlo entrar en vereda".

En cuanto a la Sociedad "El Edén", sus miembros eran los que --apenas Roca había dejado el poder-- "...no trepidaron en desconocerlo como Jefe del Partido Nacional", y que cuando Roca

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volvió de Europa no quisieron firmar el telegrama que Francisco F. Cornejo y otros le dirigían "...felicitándolo por su regreso feliz a la patria, de temor a disgustar a Juárez y Güemes".

Eran también los que representaban "...la política desastrosa de la época pasada, estos que vendieron sus edificios públicos y dejaron exhaustas las Cajas del Banco Provincial".

No obstante estos estigmas, era indudable, para Francisco J. Ortiz, que la facción disidente representaba "...la mayoría en cantidad y calidad del partido Nacional, no obstante que hay entre ellos muchos elementos de Güemes que están hoy retirados pero que volverán cuando su gente suba".

Entre estos últimos, el caso del Senador José Antonio Chavarría, era el más ostensible por estar sospechado de haber incurrido en peculado, por cuanto estaba "...especialmente vinculado a [Martín Gabriel] Güemes por el negocio de los $118.000 que se hizo pagar por apoyar en el Senado el contrato sobre el Banco y que la Legislatura declaró pago ilegal".

Leguizamón buscó en un momento por medio de la designación de su tío político Antonino Díaz Ibarguren, como Ministro de Hacienda e interinamente de Gobierno, la estabilidad en el cargo como Gerente del Banco Nacional de Pío Uriburu.

Asimismo, Leguizamón se había propuesto dejar como sucesor a su Ministro Antonino Díaz, pese a la oposición de Pedro J. López Cornejo y Juan Cornejo, y con el apoyo de aquellos que se habían retirado del Partido Nacional "...cuando los Juariztas (hoy del grupo disidente) impusieron el nombramiento de Jefe único del P.N. al Dr. Juárez y al Dr. Güemes en lo provincial,...para volver a él cuando [Francisco F. Cornejo] lo reorganizó después del 90".

Para el Senador Francisco J. Ortiz, Díaz era "...un imbécil completo, pero que le garante su senaturía próxima a [Delfín] Leguizamón y a Pío Uriburu, que también está en el complot".

Fuera de Pío Uriburu, no tenía Leguizamón, según Ortiz, "...un sólo hombre que represente algo, y su circulillo es de los dos Grandes y algunos empleados, y Pedro López [Cornejo], que se pasa [de bando] cada cinco minutos".

Los que decían que la candidatura Díaz era impuesta por su sobrino Leguizamón faltaban, según Cornejo, a la verdad, por cuanto "...somos los hombres de la situación, sus amigos los que hemos prestigiado esta candidatura consultando la opinión de la Provincia".

Por el contrario, la facción disidente del Partido Nacional (ex-miembros de la Sociedad "El Edén"), viendo "...la imposibilidad de que tengan el apoyo de la opinión algún miembro de su diminuto grupo", procuraban según Francisco F. Cornejo, "...por todos los medios de conseguir introducir la división en el Partido Nacional".

La estrategia adoptada por este grupo minoritario consistía en proponer un día "...apoyar la candidatura de [Rafael] Usandivaras, otro día la de Pedro López [Cornejo], otro la de Juan Cornejo, otro la de Arturo Dávalos Isasmendi, siempre con el propósito de introducir la discordia y desquicio en el seno del partido".

A todo esto, el Gobernador Leguizamón seguía "...hecho una esfinge impenetrable", y en Diciembre de 1895 dudaba de los candidatos a Diputados Nacionales, por cuanto le escribía a Roca inquiriendo acerca de cuatro candidaturas en danza: la de Arturo Dávalos, la de Indalecio Gómez, la de Francisco F. Cornejo, y la de Carlos Grande.

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Gómez le decía a Delfín Leguizamón que Roca consideraba que Díaz "...no podía exigirme que apoyara la elección de su cuñado [Francisco F. Cornejo]". Dicha opinión de Roca, le había causado a Leguizamón "...viva satisfacción, porque me sería muy violento apoyar en febrero la elección de Díaz para gobernador y para marzo la elección de su cuñado para Diputado”.

PROYECTO DE FERROCARRIL HACIA EL PACIFICO En este trabajo se analizará el proceso de configuración de la obra de infraestructura más significativa en la historia del Territorio de Los Andes: el ferrocarril que conectó a las ciudades de Salta y Antofagasta. A este ramal se lo suele conocer con diferentes nombres: Huaytiquina (y también Guaytiquina o Huitiquina), ferrocarril a Socompa, ferrocarril Salta-Antofagasta o Antofagasta-Salta, trasandino del Norte, Ramal C-14 y, actualmente, Tren a las Nubes. La historiografía que se ocupó de este ferrocarril en general resaltó los aspectos que tienen que ver con la ingeniería, siempre con un tono épico. Si bien este no deja de ser un aspecto a destacar, poco se estudió sobre los efectos territoriales generados por el mismo. Como pregonaban quienes impulsaban la realización de esta obra: ¿activó el comercio entre Salta y Antofagasta? ¿Impulsó la explotación minera de la Puna de Atacama? ¿Alentó el proceso de poblamiento de las zonas atravesadas? En síntesis, ¿llevó el 'progreso' al Territorio de Los Andes y a las tierras altas la provincia de Salta? Aquí sólo se presentará una primera aproximación al tema planteado. En este sentido, se trata de un gran estado de la cuestión, donde se revisa buena parte de lo publicado a lo largo del siglo XX en relación a este ferrocarril. Asimismo, se analizan algunas fuentes documentales que remiten más directamente al caso del Territorio de Los Andes. Estas consideraciones se inscriben en un trabajo más amplio sobre geografía historia del Territorio de Los Andes en el período de su existencia, 1900 a 1943. Paradójicamente, la inauguración del ferrocarril que fuera pensado como instrumento de "fomento" para ese territorio se produjo en 1948, cinco años después de su desaparición institucional y división territorial. Este artículo se divide en cuatro secciones. En la primera sección se presentará un bosquejo del proceso de organización del sistema ferroviario nacional con el objetivo de contextualizar el caso "Huaytiquina". En la segunda sección, en forma cronológica, se describirá el progreso de las obras del ferrocarril, desde su primera proyección, en la década de 1880, hasta su inauguración en 1948. En la tercera sección se analizarán las principales imágenes construidas en la literatura que, por distintas vías, se aproximó al análisis de este ferrocarril. Finalmente, se plantearán, en forma preliminar, algunas consideraciones sobre los efectos territoriales generados por la construcción del ferrocarril Huaytiquina.

Expansión del ferrocarril y organización territorial en el noroeste argentino

Entre 1857 y 1914 el ferrocarril se expandió por todo el territorio argentino. Si bien la máxima extensión la alcanzó en 1952, ya a fines de la década de 1920 el ritmo de crecimiento era lento (ver cuadro 1). En los años sucesivos se establecieron conexiones entre puntos ya abastecidos por el servicio ferroviario, mientras que se mantenía la acción de fomento de los Territorios Nacionales por parte de la empresa estatal. En ese proceso de expansión, se produjo una total reorganización del territorio argentino, por lo que se puede hablar de una revolución de los medios de transporte, cuestión que es ampliamente conocida.

Para las provincias del norte argentino, al igual que en otras regiones del país, la llegada de las vías del ferrocarril trajo consigo algunos efectos socio-territoriales. En primer lugar se puede señalar que, en términos generales, la expansión de la red dio origen e impulso a las actividades productivas que le permitieron a la Argentina insertarse en la división internacional del trabajo de la segunda mitad del siglo XIX, como proveedora de

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materias primas de clima templado para las potencias europeas (principalmente Gran Bretaña), por lo menos durante las décadas de 1880 a 1920. En la región pampeana incentivó la producción de granos, carne, cueros y lana para su exportación, a través del puerto de Buenos Aires y otros puertos marítimos y fluviales. Concomitantemente, posibilitó la puesta en valor de tierras vacantes o utilizadas hasta entonces por las sociedades indígenas para la producción agrícola. Para ello se fundaron numerosas colonias agrícolas, que se poblaron con inmigrantes europeos. El ferrocarril también favoreció el desarrollo de otras economías regionales, cuya producción se orientaba básicamente al mercado de Buenos Aires, como la vitivinicultura en Mendoza y San Juan, el azúcar en Tucumán, Salta y Jujuy, como ejemplos emblemáticos 1 . Con el tiempo, todo el sistema económico fue incentivado por esa nueva oferta de transporte. Al hacerlo, alteró definitivamente los circuitos de comercialización heredados de la etapa colonial. La llegada del ferrocarril al Interior, a su vez, significó la llegada de productos industriales, importados de Europa, que compitieron con la producción artesanal tradicional. También se puede destacar el acortamiento de los tiempos de traslado hacia la ciudad de Buenos Aires. El ferrocarril creó una vía de comunicación regular, rápida y eficiente en comparación con las existentes hasta entonces, cuando transportar mercadería desde Jujuy hasta Buenos Aires podía demorar hasta 45 días 2 . Con el ferrocarril el tiempo se acortó a poco más de dos días. El corredor ferroviario Buenos Aires-Córdoba-Tucumán-Salta-Jujuy, compitió ventajosamente con las empresas de carretas y mulas y, al hacerlo, favoreció el proceso de desestructuración y reorientación centrífuga de algunos circuitos de comercialización del espacio andino 3 . Finalmente, la expansión del ferrocarril permitió mejorar la integración física entre las capitales de provincias y Territorios Nacionales. Antes de finalizar el siglo XIX, la Capital Federal se conectó con la mayoría de las capitales provinciales y territorios, proceso que se completa en 1930 con la conexión ferroviaria de San Antonio de los Cobres, a través del Huaytiquina. Sólo las capitales de los tres Territorios Nacionales más australes, Rawson, Río Gallegos y Ushuaia permanecieron desconectadas del sistema ferroviario nacional, como puede observarse en el cuadro 2.

La construcción de estos ferrocarriles respondía al interés del gobierno nacional de llevar "progreso" a distintas regiones del país. Pero, por sobre todo, facilitaba el control territorial del Estado nacional sobre las provincias, a la vez que permitía cimentar las alianzas políticas del gobierno central con las elites provinciales 4 . La prolongación de los ramales de ferrocarril satisfacía las aspiraciones que tenían esos grupos de conectar a sus provincias con Buenos Aires, que ya por entonces constituía el principal mercado consumidor del país. No obstante, esto convivía con poderosos intereses provinciales de establecer conexiones más eficientes con mercados ubicados en países limítrofes. Claramente, este es el caso de Salta, con intereses orientados al mercado pacífico. Otras provincias del norte, como Catamarca, también buscaban en esos mercados una alternativa comercial, y el ferrocarril era visto como algo imprescindible. Sólo en Salta y en Mendoza se concretó una conexión ferroviaria con el Pacífico. Sobre lo anterior mucho se ha investigado en las provincias de la porción noroeste del territorio argentino, aunque probablemente no lo suficiente. Las vinculaciones entre la construcción de ramales y el despegue de la agroindustria azucarera es un tema revisitado 5 . En cambio, poco se sabe, al menos en los casos de Jujuy y Salta, cómo afectó el ferrocarril a las economías campesinas que igualmente se siguieron desarrollando en los valles, punas y quebradas. Aun cuando existía el ferrocarril a Bolivia, el comercio hacia la feria de Huari (al sur de Oruro), por ejemplo, seguía utilizando el mismo sistema tecnológico del siglo XIX: el tráfico

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tropero y arriero, o caravanero. Pero no se ha investigado sistemáticamente que grados de complementación existía entre ferrocarril y tráfico a tracción a sangre. Existen ideas generales sobre el desplazamiento de los corredores de circulación de bienes y personas, o del reposicionamiento de los centros poblados como consecuencia del emplazamiento de las estaciones de ferrocarril, especialmente en la Quebrada de Humahuaca 6 . Existen ideas generales, también, sobre la competencia de los bienes industriales con las industrias tradicionales. Pero estos temas todavía no se han investigado en forma sistemática. Es necesario aclarar que el estado de la investigación que sostiene este artículo no permitirá dar respuesta a este problema, aunque si proponer una primera aproximación.

El ferrocarril Huaytiquina, seis décadas de historia

El ferrocarril Huaytiquina es un caso particular dentro de la historia ferroviaria argentina, principalmente por dos razones: por lo tardío de su construcción y por la gran distancia temporal que existe entre el momento de sus primeras proyecciones y el de habilitación del tramo completo. Entre las décadas de 1880 y 1910 se sucedieron diferentes debates y propuestas, e inicio de algunas obras. Sin embargo fue recién en la 1920 cuando esas propuestas comenzaron concretarse. La construcción de los diferentes tramos tuvo ritmos y velocidades de trabajo fluctuantes, e interrupciones varias. Las obras se paralizaron en 1924 y se reiniciaron algunos años después. El primer tramo de esta obra de infraestructura, entre Salta y San Antonio de los Cobres, quedó lista en julio de 1929. Se trata de la obra más importante que tuvo el Territorio de Los Andes, ya que permitió una conexión rápida entre la capital territoriana y Salta. Pero debieron pasar casi dos décadas más para que la conexión internacional concluyera 7 . Esto ocurrió en 1948, cinco años después de haberse dividido el Territorio de Los Andes 8 . La historia del ferrocarril que aquí se denominará con el genérico "Huaytiquina", desde sus primeras proyecciones hasta su concreción supera largamente la cincuentena ¿En qué contexto se formuló y concretó este proyecto? Para ello es propicio presentar, en forma sucinta, una periodización del proceso de conformación del servicio ferroviario argentino. En la historia de este servicio se pueden diferenciar tres grandes períodos 9 . Durante el primer período, que va desde 1857 a 1945, se produjo la total configuración de la red ferroviaria, como parte esencial en los procesos de expansión y organización territorial argentino. En este período la infraestructura fue construida y gerenciada por capitales y empresas británicas y, en menor medida francesas y belgas, y por capitales y empresas estatales. En este extenso período se pueden reconocer, asimismo, cuatro sub-períodos: 1) los inicios del servicio, entre 1857 y 1886, donde la red creció con cierta lentitud, expandiéndose fundamentalmente por la región pampeana, aunque ya en este período se había establecido la conexión de Rosario con Tucumán; 2) de gran expansión, el boom o fiebre del ferrocarril, desde 1886 hasta 1914, donde la red se extendió a casi todo el territorio nacional, conectando a todas las capitales provinciales y a varios Territorios Nacionales con la Capital Federal, y donde el estado empresario fue tomando forma; 3) de consolidación del sistema, de 1914 a 1934, cuando se detiene la expansión de las redes troncales, aunque aumenta sensiblemente la densidad de vías en servicio, a la vez que comienza la expansión de la red vial que competirá desde entonces con el modo ferroviario; 4) de decadencia, desde 1934 hasta 1945, con una importante descapitalización del sistema por falta de mantenimiento. El segundo período está marcado por la intervención directa del Estado en la economía, el Estado empresario, por la creciente intromisión de empresas públicas en la economía nacional. En ese contexto se produjo la nacionalización del sistema ferroviario. En este caso se pueden diferenciarse tres sub-períodos: 1) de conservación de la red heredada, entre 1945 y 1958. El Estado nacional adquiere de las compañías británicas y francesas la infraestructura ferroviaria y desde entonces se establecen tarifas altamente subsidiadas, con un sentido social; 2) de gran retracción de la red férrea, que abarca las décadas de 1960 y 1970, donde se ensayaron

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diferentes políticas de racionalización del servicio, lo que llevó a la clausura y levantamiento de numerosos tramos, ramales y estaciones; 3) período de abandono de la red de ferrocarril, durante la década de 1980, abonando a la opinión de que era necesaria su privatización. El tercer período, finalmente, está marcado por el proceso de privatización por concesión y nueva retracción del tamaño de la red en servicio, donde se transfiere a grandes empresas nacionales y transnacionales la operación del sistema, conservando el Estado la propiedad de la infraestructura y del parque rodante. La historia del Huaytiquina, como se desarrollará con más detalle en los próximos acápites, se engarza con varios de los sub-períodos considerados precedentemente. Los inicios de este ferrocarril, cuando era sólo un proyecto, se produce en el contexto de la gran expansión posterior a 1886, donde el Estado nacional impulsaba la construcción de nuevos ramales en las regiones extra-pampeanas. En ese contexto comienzan a formularse los primeros proyectos de construcción de un ramal que saliera desde Salta y se dirigiera hacia la puna, por la Quebrada del Toro, aunque originalmente para avanzar hacia Bolivia. Ese ferrocarril, finalmente, fue trazado por la Quebrada de Humahuaca. También por entonces comenzó a proyectarse un ferrocarril que uniera a Salta con Antofagasta, en Chile, pero por diferentes razones se vio postergado por algún tiempo. La inauguración de la primera parte del ferrocarril Salta-Antofagasta, el tramo hasta San Antonio de los Cobres, después de dos décadas de proyectos, debates y obras inconclusas, se produjo durante el período de consolidación del servicio ferroviario, como consecuencia de la política ferroviaria impulsada por los gobiernos radicales, especialmente del primero de Hipólito Yrigoyen. Esta política buscaba revertir los desequilibrios regionales que favorecían a la región pampeana. Este tramo se completó en 1930 y luego se paralizó por algunos años. La reanudación de las tareas coincide con el período de decadencia experimentado por el servicio ferroviario argentino que se inició a mediados de la década de 1930. Con gran lentitud, finalmente, las obras culminan cuando los ferrocarriles ya habían sido nacionalizados, bajo el gobierno de Juan Perón, y el automóvil comenzaba a desplazar a la locomotora como modo de transporte. Como cuestión ulterior, puede indicarse que este ferrocarril se mantuvo en funcionamiento hasta el inicio del gobierno de Carlos Menem y que fue bajo esa gestión cuando se privatizó y convirtió en un atractivo y excluyente tren para el turismo internacional. En sus orígenes, para entender el sentido o alguna de las justificaciones por las cuales desde Salta se impulsaba la construcción de este ferrocarril, debe tenerse en cuenta la estructura económica de Salta de principios del siglo XX. Como es sabido, desde la pos-guerra del Pacífico, comerciantes de la provincia de Salta se dedicaron a abastecer al gran mercado de consumo del Desierto de Atacama, proveyendo animales en pie 10 . Las argumentaciones sobre la utilidad de este ferrocarril giraban en torno a la necesidad de sacar a la provincia del aislamiento y mejorar la conexión con el Pacífico. La prolongación del ferrocarril trasandino del norte, además, permitiría colocar a Salta y su área de influencia, en la situación de gran puerto seco del norte, ya que hacia allí confluirían tres ferrocarriles internacionales. Además del ferrocarril a La Paz por La Quiaca, obra tardíamente completada en 1924, avanzaba otro emprendimiento. Se trata del ferrocarril al oriente boliviano, que conectaría a Santa Cruz de la Sierra con el norte argentino. El tramo a Ledesma y Orán ya tenía una gran importancia en el desarrollo de la economía azucarera, pero también para el comercio ganadero 11 . Al mismo tiempo, la proyección de este ferrocarril se articulaba con el discurso sobre "fomento del Territorio de Los Andes". Este factor, con seguridad, fue comparativamente menos decisivo. Buena parte de la literatura de viajeros al Territorio de Los Andes coincidía en señalar la falta de transporte, y en particular el ferroviario, como la principal causa del atraso en el que se encontraba ese Territorio Nacional 12 . A través de lo próximos acápites se recorrerán las seis décadas de historia de esta obra de infraestructura, desde sus primeras formulaciones hasta su concreción. Para ello, como se indicó en la introducción, se consultaron, centralmente, diferentes notas periodísticas, informes

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técnicos y obras de análisis que fueron publicadas a lo largo del siglo XX. La mayor parte de este corpus fue producido por observadores que acompañaron, de diferentes formas, el proceso de creación del ferrocarril Huaytiquina. Esta reconstrucción, necesariamente, debe considerarse una primera aproximación, que se ajustará en el futuro.

Los primeros esbozos de una conexión Antofagasta-Salta

La primera iniciativa de un trazado ferroviario que uniera a las provincias del norte argentino con los puertos del Pacífico en el norte chileno data de 1888. Se trataba de un ferrocarril Antofagasta-Salta, donde los estudios estuvieron a cargo del Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB) que por entonces tenía una gran injerencia en la estructuración de la red ferrovial en el Desierto de Atacama y en su conexión con Bolivia. La raíz de ese interés tenía que ver con el gran crecimiento de la explotación del salitre y el concomitante crecimiento de la demanda de alimentos para la población que migraba hacia esa región. El norte argentino podía convertirse, y en parte ya lo era, en el gran almacén del desierto. En esa ocasión, la empresa FCAB encargó estudios al ingeniero Abel El Khader, quien propuso un trazado por la ruta: Antofagasta, Caracoles, San Pedro de Atacama, Huaytiquina, Chorrillos, El Moreno, Rosario de Lerma, Cerrillos, Salta. Las mayores dificultades se encontraban en Huaytiquina con 4.275 msnm y en Chorrillos, con 4.800 msnm. La distancia a recorrer sería de 754 km 13 . Además de este, durante la segunda mitad del siglo XIX se habían barajado otras alternativas de conexión entre lo que por entonces era el norte chileno, Caldera o Copiapó, y las que ya por entonces eran provincias del noroeste argentino, como Salta y Catamarca, en virtud de las importantes conexiones comerciales que existían 14 . Otro estudio, anticipador, estuvo a cargo del ingeniero José Rauch, realizado entre 1895 y 1897, en virtud de un tratado celebrado entre Argentina y Bolivia en 1894, para construir un ferrocarril internacional entre ambos países. Se proyectaron dos trazados: por la Quebrada de Humahuaca y por la Quebrada del Toro. Los representantes salteños ante el Congreso argentino apoyaban la segunda opción. El ferrocarril ascendería desde Rosario de Lerma por la Quebrada del Toro hasta El Moreno y luego seguiría hacia el norte, para alcanzar el paraje de Abra Pampa y de allí a La Quiaca. El primero de los trazados propuestos, alentado por los representantes jujeños, partía de San Salvador de Jujuy y ascendía por la Quebrada de Humahuaca hasta alcanzar Abra Pampa y luego La Quiaca 15 . Finalmente, en el Congreso de la Nación se decidió, mediante una ley, la concreción de la segunda opción. De la línea por la Quebrada del Toro se aprobó la realización del tramo Salta-Cerrillos-Río Blanco, pero las obras llegaron, en 1909, hasta Rosario de Lerma 16 . Fue a principios del siglo XX cuando la idea de construir una unión ferroviaria entre Salta y el Pacífico, a través de la cordillera, empezó a tomar fuerza en el ámbito salteño. Esa idea ya había sido formulada y difundida por el ingeniero salteño Manuel Solá desde fines del siglo XIX y en 1905 publicó un artículo en el Boletín del Ministerio de Agricultura sobre el tema. Según Solá la justificación para realizar esa obra era, básicamente, la posición relativa que las provincias del norte tenían con respecto a las cuencas del Pacífico y del Atlántico: "más cercanas al Pacífico que al Atlántico, señala como sus puertos naturales los de la costa occidental: Antofagasta o Mejillones" 17 Antofagasta y Mejillones, próximo uno del otro, fueron los dos puertos que se promovieron desde Salta como terminal para el ramal en cuestión. Este ferrocarril, según la opinión de Solá, permitiría balancear el desequilibrio provocado en el norte del país por el Ferrocarril Central Norte Argentino. Según sus cálculos, la carga despachada en Salta debía recorrer 1.276 kilómetros hasta alcanzar el puerto de Rosario de Santa Fe, o 1.560 kilómetros en el caso del puerto de Buenos Aires. De Salta a Mejillones, en cambio, la distancia a recorrer sería de 665 kilómetros. Los sectores comerciantes de Salta, muy interesados en este proyecto, no hacían más que procurar recuperar la histórica función de esta ciudad como puerto seco en el noroeste del país 18 . En 1905 estaba en plena ejecución el ferrocarril a Bolivia por La Quiaca y el

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ferrocarril al oriente boliviano ya llegaba a Ledesma. El eje Perico-Güemes-Salta se transformaría en un nudo para los tres ferrocarriles internacionales. Lo cierto es que con la ley 4.693 del 25 de septiembre de 1905, el Congreso de la Nación autorizaba al Poder Ejecutivo Nacional (en adelante PEN) a practicar estudios de una línea de ferrocarril trasandina en el norte del país. El proyecto fue presentado por los Senadores salteños Francisco Uriburu y Antonio Díaz. La misma partiría del Valle de Lerma y terminaría en el paso cordillerano de Huaytiquina, que era el más utilizado para el trasporte de arreos, u otro que se determinase como mejor. En el artículo segundo se disponía que fueran aprovechados los estudios que se habían realizado para la construcción de la línea a Bolivia. El 8 de julio de 1907 Miguel Tedín, Ministro de Obras Públicas durante la gestión de Figueroa Alcorta, remitió un mensaje al Congreso de la Nación donde se afirmaba que los estudios se habían iniciado ese mismo año y que en julio de 1907 todavía se encontraban en la etapa de laboratorio. Además, anticipaba que la línea tendría, en la parte argentina, 369 kilómetros de extensión, y que recorrería la Quebrada del Toro. La comisión creada para estudiar el trazado del ferrocarril a Chile, según lo que disponía la Ley 4.693, estuvo a cargo del ingeniero Jorge Cassafousth. Esta comisión propuso dos opciones que se aproximaban al proyecto de Rauch, presentado una década atrás. Ambos ascendían por la Quebrada del Toro, hasta el paraje Lagunillas. Desde allí se encontraban las variantes. La primera se aproximaba a El Moreno y desde allí continuaba hacia Huaytiquina, con pendientes de 5,5% y una longitud de 379 kilómetros. La segunda variante, por Abra Blanca, tenía una pendiente de 8,4% y una longitud de 285 Km. En ambos casos era necesaria la utilización de cremallera 19 . En el informe del 8 de julio de 1907 antes mencionado, Miguel Tedín también informaba acerca de una solicitud hecha por Emilio A. Carrasco, empresario que procedía de Chile y representaba a un grupo de industriales de aquel país. El ingeniero Carrasco solicitaba que se le concediera la realización de dicha obra. El PEN consideró ventajosa su propuesta, razón por la cual envió un proyecto de ley al Congreso. Unos meses antes Carrasco había obtenido, por traspaso, una concesión en Chile, por lo que también sería el responsable de la construcción del tramo chileno 20 . Allí el punto de partida sería el puerto de Antofagasta y el paso fronterizo elegido seguía siendo Huaytiquina. El proyecto pasó a la Comisión de Obras Públicas de la Cámara de Diputados, integrada por Emilio Mitre, Méndez Casariego, Francisco Seguí, entre otros. Esta comisión remitió un nuevo proyecto, donde se señalaba que la trocha debía ser de un metro, compatible con la red del Ferrocarril Central Norte, y que el plazo para que se termine la construcción y se libere al público era de cuatro años. En ese proyecto también se preveían cargas impositivas ante la posibilidad de extracción de minerales por parte de la empresa ferroviaria. Con este impuesto el Estado recuperaría la prima que se comprometía entregar al concesionario. El 29 de mayo de 1907, concomitantemente, había ingresado a la Cámara de Diputados otro proyecto de ley subscripto por Aniceto Latorre, Ignacio Ortiz, Abraham Cornejo, Santiago Fleming, Javier Castro, Pedro Méndez, Julio Terán y Pedro Huidobro, por el cual se disponía autorizar al PEN a contratar con una empresa particular la construcción de un ferrocarril de trocha angosta, entre el Valle de Lerma y la costa del Pacífico. Finalmente, mediante la Ley 5.141 del 30 de septiembre de 1907 la concesión fue otorgada al ingeniero Emilio Carrasco. Al parecer, este proyecto despertaba interés a ambos lados de la cordillera. En un artículo publicado en el diario "El Heraldo" de Santiago de Chile, el 21 de enero de 1907, se hace referencia a estudios para construir un: "ferrocarril trasandino que puede unir el puerto de Mejillones con la ciudad argentina de Salta, pasando por San Pedro de Atacama" 21 La ventaja que ofrecía esta conexión, según se propone en este artículo, era que prácticamente en ningún momento del año se cortaría el tránsito, por las escasas nevadas que se producen en ese sector de la cordillera. La longitud de la línea férrea fue calculada en 745,5 kilómetros. En este caso, se vislumbraba el interés de los comerciantes del norte chileno:

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construir un hinterland en torno a los puertos del Pacífico, como Antofagasta o Mejillones, que abarcara las provincias del noroeste argentino y sur boliviano. "La construcción de esta vía internacional… [ beneficiará a] seis grandes provincias argentinas, una boliviana y dos chilenas, que por sí solas formarían un gran Estado" 22 Lo cierto era que por entonces el norte chileno se había transformado en un mercado consumidor de grandes proporciones, para el cual Salta ofrecía algunas ventajas: se encontraba relativamente cerca, existían personas con excelentes conocimientos de las rutas que se debían atravesar y producía parte de lo que se necesitaba en las oficinas salitreras. En 1906 Arturo S. Torino publicó un artículo en "El Diario", de Buenos Aires, donde presentaba un listado de todos los productos que Salta podría colocar en aquellas plazas, siempre y cuando contara con un medio de transporte como el ferrocarril: Harina, que por entonces era introducida desde California; Azúcar, que provenía del sur de Perú; Carne, que en gran medida era provista por Salta, pero dado que los animales debían trasladarse a pie, perdían peso y por lo tanto se deterioraba la calidad del producto; Maderas, que llegaba del sur de Chile y de California; Tejidos; Alimentos, procedentes del sur de Chile o del Perú 23 . Así, Torino, quien después fuera gobernador de Salta, y sus contemporáneos, aspiraban a que esa provincia se convirtiera en la "despensa del norte chileno": "El ferrocarril proyectado tendrá una grandísima importancia para el norte de la República. La población de toda la costa chilena tiene alrededor de cien mil operarios que trabajan en las minas. Este territorio es absolutamente estéril. Sería, pues, de gran beneficio para las provincias del norte el convertirse en la despensa obligada de aquél, proveyéndolo de carne, harina, alcoholes, cereales y frutas" 24 . Aniceto Latorre, uno de los diputados salteños que dio impulso en el ámbito parlamentario a este proyecto, afirmaba: "La línea del Lerma al Pacífico, por Huaytiquina, hará del Norte de nuestra república, un emporio de abundancia y prosperidad que habilitará a los pueblos de [ las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca] para hacer verdadero el gobierno autónomo… El porvenir del norte de nuestra república, está en su comunicación rápida con el Pacífico" 25 Una vez obtenida la concesión, la empresa constructora de Carrasco inició algunas obras menores e inmediatamente realizó nuevos estudios, demorándose el inicio de la construcción. El 30 de septiembre de 1910 el Congreso de la Nación sancionó la ley 7.502 otorgándole una prórroga de un año para dar comienzo a las obras y tres años para terminarlas. Finalmente, en 1910 se realizaron algunas obras menores que pronto se detuvieron ante las dificultades que se fueron encontrando. Fue entonces cuando Carrasco inició negociaciones con la compañía francesa Régie Générale des Chemise de Fer et Travaux Publics. Los ingenieros de esta compañía llegaron a la conclusión, en 1913, que esta vía sólo sería comercialmente explotable si mantenía una pendiente no superior a 2,5% y si los radios de las curvas no fueran menores a los 120 metros. El ferrocarril tendría el siguiente trazado: Cerrillos-Puerta de Tastil-Chorrillos-Tocomar-Huaytiquina. Para lograr una pendiente no superior a 2,5% se necesitaba construir más túneles y puentes metálicos de los que se había proyectado originalmente. Ante estas dificultades, por los costos que suponía, la obra no se iniciaba. Carrasco enfrentaba serias dificultades financieras para encararla, razón por la cual solicitó al gobierno argentino apoyo financiero del Tesoro público. Esto le fue concedido por el Congreso, mediante la ley 8.852 del 30 de enero de 1912, que autorizaba al PEN a emitir acciones. De esta forma, el Estado argentino se asociaba a la empresa como un accionista ordinario, por una suma equivalente a dos millones de pesos oro. Pero este apoyo no fue suficiente. Carrasco gestionó sin éxito capitales en Europa. Asimismo, el gobierno de Chile finalmente no le otorgó la concesión de la línea hasta Antofagasta 26 . Todo terminó con un decreto del 27 de abril de 1914, donde el PEN acordó la caducidad de la concesión que se había otorgado a Carrasco. Con esto fracasaba el proyecto del ferrocarril Antofagasta-Salta 27 . En 1909 las vías, que partían desde Salta, habían llegaron hasta Rosario de

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Lerma y ahí permanecieron por más de una década. El proyecto Huaytiquina quedó momentáneamente trunco.

El Huaytiquina durante el proyecto yrigoyenista

La Ley Nº 11.106 de 1919 creó la "Compañía de Ferrocarriles Nacionales", donde se enumeraban las diversas líneas que esta compañía debía construir, en las que se encontraba la del Valle de Lerma a Huaytiquina, de conformidad con las disposiciones de las leyes 4.693 y 5.141. Finalmente, por razones que no vienen al caso, esta ley fue vetada por el PEN. Al año siguiente, en el mensaje presidencial al Congreso del 3 de marzo de 1920, Hipólito Yrigoyen instaba a los miembros de ambas Cámaras a tratar el tema de la construcción del Ferrocarril Huaytiquina a la mayor brevedad posible. Ante la oposición del Congreso para aprobar la iniciación de esta obra, Yrigoyen firmó un decreto, el 12 de marzo de 1921, por el que se autorizaba a la Administración de los Ferrocarriles del Estado a invertir en la construcción de la sección Rosario de Lerma a El Gólgota. La Contaduría de la Nación observó ese decreto, frente a lo cual Yrigoyen volvió a firmar un nuevo decreto, en acuerdo de ministros, el 14 de julio 1921 28 . Mientras tanto, las cancillerías de Argentina y Chile avanzaban en negociaciones en materia ferroviaria que dieron como resultado, el 25 de abril de 1922, al Protocolo Barros Jarpa-Noel, conocido también como Convenio de los Trasandinos 29 . Firmado por Ernesto Barros Jarpa, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, y por Carlos Noel, Ministro Plenipotenciario de Argentina en Chile, este convenio tenía como objetivo establecer algunas indicaciones sobre las tarifas internacionales entre ambos países 30 . A la vez, se proyectó la construcción de dos nuevos ferrocarriles trasandinos, al sur y al norte del ya existente entre Mendoza y Santiago: el trasandino de Zapala a Lonquimay y el trasandino de Antofagasta a Salta 31 . Este convenio hubiera permitido avanzar con más celeridad con las obras de los trasandinos del norte y del sur. En la medida que el trasandino del norte contaba con el lobby de grupos de poder de la sociedad salteña, el avance de las obras, aunque frecuentemente demoradas, dio como resultado una tardía unión ferroviaria entre Salta y Antofagasta. En el trasandino del sur, donde sólo restaban tender 210 kilómetros entre las puntas de rieles, finalmente nunca fue completado 32 . Con el inicio de las obras, confirmado por un decreto del 14 de marzo de 1921, se realizaron nuevos estudios a partir de los cuales se determinó aceptar las recomendaciones dadas por la compañía francesa que eran, básicamente, adoptar la pendiente determinante de 2,5% y construir curvas que tuvieran un radio mínimo de 120 metros. La comisión técnica del caso decidió optar por un trazado que evitara el rodeo por El Moreno. Estas exigencias obligaban a proyectar "retrocesos" y nuevos puentes y túneles, desarrollos en rulo y en forma de "S" 33 . De esta forma, además, se garantizaba que el ferrocarril atravesara San Antonio de los Cobres. Al frente de las obras, del lado argentino, se encontraba el Ingeniero Richard Fontaine Maury, quien debió resolver técnicamente las exigencias que impuso la empresa estatal de ferrocarril, de forma tal de evitar el uso de cremalleras, como ocurría en el tramo de la Quebrada de Humahuaca. Además se debían usar materiales resistentes y el trazado debía contemplar la obtención de fuentes de agua para las locomotoras a vapor que se pensaba utilizar. Estas y otras medidas, estaban orientadas a reducir los futuros costos operativos 34 . Además de los cambios en el trazado del tramo Rosario de Lerma-San Antonio de los Cobres, se introdujo otro cambio importante. En lugar de atravesar el límite internacional por el paso de Huaytiquina, se determinó que el ferrocarril debía pasar por el de Socompa. Este cambio surgió a partir de la iniciativa de la Comisión Técnica chilena, a cargo del ingeniero Gabriel Quirós, que recorrió el trayecto San Pedro de Atacama a Huaytiquina, y determinó que este tramo ofrecía importantes dificultades. Por esa razón propuso desplazarlo hacia el sur, entre Augusta Victoria y Socompa. La comisión técnica argentina, encabezada por el Ingeniero Maury, hizo lo propio del

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lado argentino, concluyendo que este cambio en el trazado ofrecía algunas ventajas, entre ellas que el paso de Socompa era más bajo que el de Huaytiquina. Este último con frecuencia se obstruía por la nieve. Además, con el nuevo trazado el ferrocarril atravesaría zonas con las reservas borateras más ricas del Territorio de Los Andes. Otra ventaja era que el nuevo trazado reducía en aproximadamente 80 kilómetros la distancia entre los extremos Salta y Antofagasta. No obstante, se extendía en la parte argentina y disminuía en la chilena. Además, permitía una reducción de las obras requeridas en la sección chilena y un incremento en la sección argentina, lo que beneficiaba principalmente a Chile. En la sección chilena, en comparación al trazado original, se pasaba de 486 a 331 kilómetros de vías y se evitaban altitudes de 4650 en las proximidades del paso de Huaytiquina, frente a los 3900 del paso de Socompa 35 . De todas formas, esta variante fue aceptada por ambas partes, y desde entonces el "ferrocarril por Huaytiquina" se transformó en el "ferrocarril por Socompa", aunque recién en 1929 se decidió definitivamente ese cambio 36 . Igualmente, al ferrocarril se lo siguió conociendo por el primero de los topónimos. La primera etapa de la construcción quedó terminada hacia fines de 1923 e inicios de 1924, llegando el riel hasta la zona de El Gólgota, donde se emplazó la estación Gob. Manuel Solá. Desde entonces y hasta 1928 las obras prácticamente se paralizaron.

Intereses salteños y antofagastinos.

Si bien existían intereses argentinos y chilenos comprometidos con esta obra de infraestructura, en las negociaciones entre la Argentina y Chile puede advertirse una mayor voluntad por avanzar con las obras del lado argentino. El primero proyecto había sido formulado desde Chile. Sin embargo en ese país era importante la oposición que ofrecieron algunos sectores que se veían perjudicados, especialmente los agrícolas y ganaderos del sur, ya que la apertura de ese corredor significaba facilitar la competencia de los comerciantes y productores salteños en el norte de aquel país. Esta resistencia comienza a disminuir a mediados de la década de 1920, cuando la economía basada en la explotación salitrera comienza a mostrar signos de debilitamiento. De esta forma el Norte Grande chileno dejó de ser un mercado de gran interés para los productores del centro y sur del país. Fue en esa coyuntura cuando comienzan a surgir propuestas formuladas por comerciantes e industriales de Antofagasta e Iquique de construir ferrocarriles hacia Argentina y Bolivia, en vistas de las limitaciones que se veían en un futuro próximo a la explotación salitrera. De todas formas sólo se concretó, aunque con una gran demora, el ferrocarril a Salta 37 . En Salta el inicio de las obras del Huaytiquina se vivió con gran entusiasmo. En febrero de 1921 aparecieron en los diarios de esa ciudad los primeros avisos solicitando operarios para las empresas constructoras, y ese mismo mes comenzaron los trabajos en Rosario de Lerma 38 . Por entonces se acuño la frase "Huaytiquina paga", por el importante flujo de dinero que requirió la realización de esta costosa obra 39 : "Es difícil ahora dar una idea de la enorme convulsión provocada en la ciudad de Salta por la iniciación del ferrocarril a Chile, llamado entonces Huaytiquina. El pueblo tranquilo y tradicional se convirtió en un foco que atraía a todos los aventureros del país. Corría la voz que los contratistas se hacían millonarios con los grandes contratos de movimiento de tierra" 40 Por entonces, además, en Salta se creó la "Comisión pro-ferrocarril al Pacífico", cuyo primer presidente fue Luis de los Ríos. Esta comisión expresaba tanto el interés del gobierno salteño como de diferentes grupos influyentes dentro de la sociedad salteña 41 . Esta asociación de intereses pro-construcción de una "salida al Pacífico" desplegó una serie de acciones de promoción en Salta, Buenos Aires y Antofagasta. Entre otras actividades, este comité organizó un raid de Salta a Antofagasta. Esta caravana partió de Salta el 8 de diciembre de 1920, formada por siete vehículos. El camino siguió por Rosario de Lerma y luego por la Quebrada del Toro hasta el Abra de Chorrillos, ya en el Territorio de Los Andes. Los siguientes lugares fueron

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Olacapato, Catúa y Huaytiquina, en la frontera. Después de diferentes dificultades, la comitiva llegó a San Pedro de Atacama el 24 de diciembre y el 30 a Antofagasta, el destino final. Para el viaje de ida emplearon 22 días y para el de regreso 11. Un relato de este viaje fue publicado por Juan Carlos Dávalos en 1928 con el título "Por las montañas. De Salta a Antofagasta", donde no hace otra cosa de describir la proeza que significó atravesar la región, con una infraestructura que no estaba preparada para la circulación de vehículos automotores 42 .

Un ferrocarril para San Antonio de los Cobres

Después del impulso inicial, gracias al cual se construyó el primer tramo hasta las cercanías de Tastil, los trabajos se detuvieron en 1924. Entre 1925 y 1928, las obras estuvieron casi totalmente paralizadas. Fue durante la segunda presidencia de Yrigoyen cuando las obras tuvieron un nuevo impulso. El 25 de marzo de 1929 el PEN decretó la prosecución de las obras, destinando para tal fin veinte millones de pesos en cuotas mensuales de un millón. Con la nueva inversión, el riel pronto alcanzó al pueblo de San Antonio de los Cobres. En julio de 1929 se terminó el enrielado e inmediatamente se libró el servició entre Salta y San Antonio de los Cobres. El Territorio de Los Andes, después de tres décadas de su creación, finalmente estaba integrado al sistema ferroviario nacional 43 . La crisis económica y política de 1930 fue un cuello de botella en el avance de la obra. Con la destitución del presidente Yrigoyen por el gobierno de facto de José Félix Uriburu, las obras de este ferrocarril nuevamente se frenaron. De todas formas, en torno al año 1930 ocurrieron tres acontecimientos simbólicos en la historia de este ferrocarril. En primer lugar, se señalaba recién, a San Antonio de los Cobres se podía llegar en pocas horas, poniendo un punto de inflexión en el histórico aislamiento en el que se encontraba hasta entonces. En segundo lugar, el ingeniero Maury, el "hombre" de esta "ciclópea obra" fue apartado de su cargo. En tercer lugar, finalmente, con la casi total paralización general de las obras, se construyó el viaducto La Polvorilla. Con una longitud de 224 metros en forma de curva y una altura de 73 metros, esta obra fue construida entre los años 1930 y 1932 por la Compañía Industrial Cosulich Argentina Sociedad Anónima, a cargo del ingeniero Tillius Daniel Hannecke 44 . Este viaducto, puede afirmarse, es el icono por excelencia del Huaytiquina, como así también de la construcción paisajística de Salta. Después de esto, el 28 de septiembre de 1933, la ley 11.736 autorizó al PEN a invertir una nueva suma de dinero para terminar esta obra, lo que permitió reiniciar lentamente la construcción. Fue recién por entonces, también, cuando las obras del lado chileno tomaron impulso. En junio de 1933 se iniciaron algunas construcciones en Augusta Victoria, estación final de un ramal construido y administrado por la FCAB 45 . En Argentina, en 1934 el "Comité Pro-ferrocarril a Chile", esta vez presidido por David Michel Torino, había sido revitalizado. Este comité envió al Presidente Agustín Justo un petitorio que habrían levantado entre los vecinos de la ciudad de Salta para la prosecución de las obras. Además elaboraron un "Memorial" sobre las riquezas de la provincia de Salta, resaltando la necesidad de abrir esta salida al Pacífico a través de Socompa 46 . Cuando se iniciaron las obras del lado chileno, el ciclo salitrero iniciaba su fase terminal. Por entonces, tanto en Antofagasta como en Tarapacá comenzaron a delinearse con mayor claridad alternativas a la economía centrada exclusivamente en la minería, estimulando la posibilidad de construir nuevos ferrocarriles hacia Bolivia y el norte de la Argentina. De esta forma se construiría una red comercial que garantizaría a los puertos de Iquique y Antofagasta el control de las ciudades mediterráneas del espacio trasandino, el ferrocarril Antofagasta-Salta 47 . En Chile, las obras se fueron realizando en forma progresiva llegando hasta Monturaqui en 1938. En diciembre de 1947 los rieles llegaron a Socompa y en febrero de 1948 se unieron a las vías argentinas 48 . Del lado argentino, el último documento vinculado a este ferrocarril, fue un

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decreto del 23 de julio de 1941 que autorizaba a la empresa de ferrocarriles del Estado a invertir 5 cuotas anuales de 6,5 millones de pesos (m/n). De esta forma, en 1941 se reiniciaron las obras, extendiéndose hasta el paraje Olacapato y en 1946 hasta Taca Taca. Ya por entonces, el Territorio de Los Andes se había dividido, y sólo la porción central, con el nombre de Departamento Los Andes, quedaba dentro de la provincia de Salta, mientras que el departamento de Susques, al norte, había pasado a Jujuy, y el de Antofagasta de la Sierra, al sur, a Catamarca. El ferrocarril trasandino, a poco tiempo de terminarse, atravesaba solamente el departamento salteño de Los Andes.

El fin de una "epopeya"

La inauguración oficial del ferrocarril trasandino del norte, según desde donde se lo mire, tiene dos fechas: 17 de enero de 1948 (para Chile) y 20 de febrero de 1948 (para Argentina) 49 . Si bien el proyecto, por el lado argentino, fue inspirado durante los gobiernos conservadores, iniciado durante el de Yrigoyen, reiniciado en el segundo de Yrigoyen y vuelto a reiniciar en el de Justo, fue en el de Perón cuando se terminó. La historiografía del ferrocarril Huaytiquina está asociada a la figura de Yrigoyen, quien suele ser considerado como el "padre" de esta obra 50 . Pero para muchos argentinos esta fue una verdadera "obra peronista". Esto es así porque, cuando Juan Domingo Perón asumió el gobierno, las obras que llevaban algunos años detenidas, fueron incorporadas al Primer Plan Quinquenal. El 20 de febrero de 1948, finalmente, se inauguran las obras de este ferrocarril y en una fotografía de la época tomada en la Estación Socompa, por ejemplo, se muestra a pobladores de la Puna de Atacama con pancartas que llevaban la imagen de Perón 51 . Como se señalaba en un folleto de la época:

"Perón realiza un sueño de Yrigoyen: el ferrocarril Salta-Antofagasta" 52

A la ceremonia asistieron funcionarios argentinos y chilenos. Por Argentina se contaba con la presencia del ministro de Obras Públicas, el General Juan Pistarini, y el Gobernador de Salta, Lucio Cornejo. Por Chile se encontraba presente el alcalde de Antofagasta, Juan de Dios Carmona 53 . Ese año el Huaytiquina, administrado por el Estado, pasaba a integrar la red circumpuneña de ferrocarriles. Por entonces el servicio ferroviario argentino se encontraba en plena reorganización, inclusive de su denominación. Con el decreto 32.574 del 21 de octubre de 1948 los ramales de trocha angosta, como el trasandino del norte, pasaron a recibir la denominación de General Belgrano 54 . El ferrocarril Huaytiquina era, dentro de este bloque, el ramal C 14 (ver mapas 1 y 2)LA INDUSTRIA AZUCARERA EN SALTAEL INGENIO SAN ISIDRO DE SALTA

Antecedentes del Primer Ingenio Azucarero en la Argentina

Por Diego Cornejo Castellanos“El estudio de la Historia tropieza a veces con serios inconvenientes, deslizándose los acontecimientos a través del tiempo, los cubre el olvido con su polvo, ocultando cuestiones, hechos y personajes interesantes”

Dr.Atilio Cornejo

Resulta significativo verificar tanto en la bibliografía existente sobre este tema como por la existencia de innumerables antecedentes documentales, que al indagar los orígenes de la industria azucarera puedan encontrarse opiniones tan disímiles entre los historiadores e

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investigadores, quienes con gran empeño intentaron dilucidar cuándo tuvo lugar el nacimiento de la explotación y producción de la caña de azúcar, y que pese a ello, no lograron en su época consensuar un juicio definitivo al respecto. Este hecho lo pude constatar, al momento de cotejar los diferentes criterios, a partir de los cuales emitieron sus juicios los investigadores, especialmente aquellos cuyas obras salieron a la luz con anterioridad al siglo XX. Pero lo que sí estimo como verdad incontrastable y evidente, que en gran medida motivó esta sucinta relación de los hechos: es mi convicción de que el verdadero artífice de aquella incipiente y próspera industria nacional, fue el coronel de milicias don Juan Adrián Fernández Cornejo y Rendón, y esta afirmación trataré de fundamentarla sustentándome en fuentes documentales reconocidas por las diversas corrientes historiográficas.

Nacido en Locumba, Corregimiento de Arica, Perú, el 12 de marzo de 1738, se arraigó en Salta, e introdujo la caña de azúcar al tiempo que fundó el primer ingenio azucarero argentino en el actual Departamento de Campo Santo, llamado antiguamente valle de Siancas. Dicha heredad la obtuvo Cornejo por merced real a la que denominó La Viña, por cuanto allí se consagró también al cultivo de la vid, y comprendía por el sur, el río de Siancas, por el norte El Potrero del Paraíso; por el Naciente, el camino real que pasa por Cobos, línea recta hasta El Bordo para la parte del Poniente hasta el camino que viene de Las Lanzas a cuatro cuadras más arriba sobre otro Bordo.

Firma de Dn. Juan Adrián Fernández Cornejo y Rendón

Con el transcurso del tiempo, investigadores y profanos en la materia aseveraron que el verdadero creador e impulsor de la industria azucarera en nuestro país, fue el insigne obispo y doctor don José Eusebio Colombres, quien en la provincia de Tucumán con denodado ímpetu y visión progresista alentó el desarrollo industrial del azúcar en la región, cuando en 1821 instaló su primer trapiche para la molienda de ese cultivo.

Estudiosos como Emilio J.Schelh, en sus dos publicaciones fruto de sus indagaciones sobre esta materia: “La caña de azúcar en Tucumán. Memoria de su introducción y propagación” y “La industria azucarera argentina”, afirmaba: “…En Salta se conoció la caña desde algunos siglos atrás. Ruy Díaz de Guzmán en la Argentina, de 1612, se refiere que los españoles la encontraron indígena en los bosques orientales del Tucumán, aunque la mayor parte de los historiadores antiguos están contestes en que la caña, no es originaria de América”, acotando:

“…pero sea de esto lo que fuere, es sabido que ella existió a principios del siglo XVI, siendo más tarde su propagador en Salta D.Antonino Fernández Cornejo, que inició los cultivos en 1760, cultivos que en seguida se propagaron, alcanzando considerable desarrollo durante el gobierno de don Andrés Mestre, en el departamento de Orán”. Por último el referido escritor consignó: “En ese entonces se utilizaban los jugos para hacer miel y tabletas, comenzándose algo después la confección de pilones de azúcar, que los jesuitas fabricaban ya desde hace tiempo atrás en la reducción de Lules (Tucumán)”.

El historiador Schehl erróneamente confunde a don Juan Adrían con su hijo don José Antonino Fernández Cornejo, pues se remonta a 1760, es decir al año en que don Juan Adrián iniciaba su acción productiva en Salta.

Por su parte el Dr.Arsenio Granillo en su obra “Descripción de la Provincia de Tucumán” manifestó:

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“…el Presbítero don José Eusebio Colombres, diputado al Congreso Constituyente de 1810, es el que introdujo (el azúcar) del Perú en 1821. Pero documentos existentes en el archivo de la Tesorería General de la Provincia demuestran que cuando tuvo lugar la expulsión de los Jesuitas, poseían éstos en su estancia de Lules un retacillo de cañaveral y un trapiche para moler caña, pasaje textual sacado del Inventario de las existencias de dicha estancia, practicada el 13 de de agosto de 1767, que prueba no sólo que se cultivaba, sino que también se beneficiaba la caña”. Ahora bien, si los jesuitas contaban con estos cultivos antes de 1760 y luego por Real Cédula de la Corona de España son expulsados en 1767, de “todos los dominios pertenecientes a los reyes de España”, nos encontramos que en los diferentes círculos dedicados a la investigación se produjo una auténtica “laguna histórica”, como acertadamente la definió el doctor Atilio Cornejo. Paradójicamente, es a don Juan Adrián Fernández Cornejo a quien le cupo dar cumplimiento a la disposición emanada de la Corona, expulsando del territorio salteño a los jesuitas. Pero a partir de ese hecho, advertimos que en ningún momento, autor alguno supo aportar respuesta a algunos interrogantes de gran significación: ¿durante el lapso comprendido entre 1767 hasta 1821 qué destino corrió el cultivo del azúcar?, ¿existieron establecimientos destinados a la producción azucarera?, o ¿quién propagó y consolidó las bases de la industria azucarera en ese período de casi 54 años?. Pese a los antecedentes que hacían referencia a la existencia de dicho cultivo en el transcurso de los siglos XVI y XVII en determinadas regiones tucumanas, como lo atestiguaron Paul Groussac y por los relatos del Padre Lozano, ambos autores coincidieron en manifestar: “…

Queda comprobado que la caña de azúcar se cultivaba en distintos puntos del Tucumán, a principios del siglo XVII y tal vez a fines del XVI, utilizándosela únicamente como fruta, pues no existe noticia de que se le diese utilidad industrial hasta mediados del siglo XVII.

Estas referencias consolidaron la tesis de autores como los doctores Bernardo Frías, Adrián F.Cornejo Lascano y Atilio Cornejo, quienes fundamentaron sus juicios, en virtud de las pruebas documentales y testimonios recogidos en el seno de sus hogares, por cuanto en ellos se conservaban todavía pruebas dignas de credibilidad sobre tema, por ello en estos autores encontramos que sus posiciones son convergentes en cuanto al justo y merecido reconocimiento que manifiestan hacia la figura de don Juan Adrián Fernández Cornejo, por ser él quien introdujo la caña de azúcar proveniente del Perú y constituirse en el fundador del primer ingenio azucarero argentino. En un pasaje de sus Tradiciones Históricas (segunda serie) el Dr. Frías consignaba refiriéndose a Cornejo lo siguiente:

“…importó de Tacna (Perú) las primeras cañas dulces a la tierra argentina. Las introdujo cargadas sobre las mulas, frescas y verdes, como correspondía a quienes iban a desempeñar la misión de semillas, envueltas se comprende, con infinitos cuidados que requería un viaje tan largo, tan penoso y tan expuesto como aquél. La planta se produjo, y creció, dando el fruto como el dulce del Perú, según la expresión del poeta Chocano".

Otro contribución sustancial sobre el tema, es el opúsculo inédito que escribiera el doctor Adrián F.Cornejo Lascano, a quien cita reiteradamente el doctor Atilio Cornejo, llevaba por título: “Contribución a la Historia de Salta y de sus próceres”, en uno de sus párrafos atestiguaba:

“…los cultivos y su elaboración se practicaron de 1760 a 1766, con mucha imperfección y se hacían con negros esclavos, traídos ex profeso del Perú” , revelando que: “la primera caña de azúcar que se introdujo, se distingue hoy con el nombre de criolla , y aunque da un jugo de excelente calidad, se ha abandonado porque crece muy poco, por cuya razón se preocuparon de introducir variedad de plantas” .

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A modo de conclusión y con el objeto de esclarecer antiguas controversias, hago mías las expresiones de doctor Atilio Cornejo al expresar categóricamente:

“…confirmando lo expuesto, vale decir, don Juan Adrián Fernández Cornejo y Rendón fue el fundador de la industria azucarera argentina , dado que todos los investigadores han asignado a la obra de los jesuitas en Lules, el carácter de mero ensayo que por lo demás, fue interrumpido y, en cambio, la obra de aquél, ha sido el punto de arranque de la industria azucarera, que implantada en Salta, se propagó luego hasta llegar a su sede principal en Tucumán, con el tiempo; confirmando, digo, tal afirmación, ofrezco como prueba irrebatible las constancias del juicio sucesorio de don Juan Adrián Cornejo, existentes en el Archivo de Salta”.

Don Juan Adrían Fernández Cornejo falleció viudo de doña Clara de la Corte y Rosas en su hacienda de Campo Santo el 10 de diciembre de 1797, dejando una prolífica descendencia. Efectuados los actos sucesorios correspondientes. El Ingenio San Isidro pasó a manos de su hijo el coronel mayor don José Antonino Fernández Cornejo, ateniéndome a lógicas razones de espacio, me limitaré a destacar su importante trayectoria en el Ingenio de su propiedad.

José Antonino Fernández Cornejo

En 1798, Cornejo emprendió una intensa labor tendiente a acondicionar las tierras y adquirir nuevos elementos para su establecimiento industrial. De Lima (Perú), transportó herramientas indispensables para un mejor desarrollo de las actividades en San Isidro.

En 1813 le proporcionó al ejército patriota al mando del General Manuel Belgrano un sitio donde acampar y puso sus cañaverales para alimento de los animales con los que se movilizaban las tropas libertadoras. La producción de caña de azúcar se incrementó notablemente desde Campo Santo hasta Orán, cabe recordar que don Vicente Uriburu había adquirido en 1832 las tierras ubicadas en la Misión de Zenta (Orán). Atento a estos resultados, es que puede conferirse veracidad a las afirmaciones de Groussac, en el sentido de que el obispo Colombres había llevado a Tucumán elementos provenientes de Campo Santo; con el tiempo, el Ingenio dirigido por Colombres llegó a superar al salteño, tanto en su producción de azúcar como cualitativamente en materia de infraestructura y maquinarias. Con el apoyo de su familia, don José Antonino Fernández Cornejo logró sentar las bases para proyectar al Ingenio San Isidro a una posición destacada dentro de la industria azucarera argentina.

Falleció el 8 de agosto de 1850 en Campo Santo, y sus restos reposan actualmente en el Panteón de las Glorias del Norte, erigido en la Catedral de Salta, junto a los del General Dn.Martín Miguel de Güemes y a otros próceres que a lo largo de sus vidas honraron a nuestra provincia.

Tiempo antes de su muerte, en 1844 uno de sus hijos don Juan Nepomuceno decidió trasladarse a San Pedro de Jujuy dedicado al trabajo azucarero, allí permaneció unos años, pero razones de salud, determinaron su regreso a Salta y a partir del fallecimiento de su padre, a quien había secundado en sus labores don Juan Nepomuceno volcó todas sus energías con el propósito de transformar al Ingenio San Isidro en una verdadera empresa acorde con los requerimientos de la época, alentado por la competencia que se estaba generando a raíz de la instalación de nuevos establecimientos azucareros en el norte, como el de don Miguel F.Aráoz, el de los señores Sixto y Querubín Ovejero, el Ingenio Ledesma que primitivamente perteneciera a la familia Ovejero, posteriormente la Sociedad Ovejero, Zerda y Usandivaras, que despues se transformaría en un centro azucarero de avanzada.

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Don Juan N. Cornejo y Usandivaras adoptó iniciativas realmente innovadoras para San Isidro, importando del Perú nuevas clases de caña de azúcar, la primera máquina para blanquear el azúcar proveniente de Inglaterra, como también instauró una serie de medidas de contenido social para beneficio de los indios que allí trabajaban.

A principios del mes de julio de 1880 encontrándose trabajando con la centrífuga vieja, don Juan Nepomuceno se resbaló, precipitándose en ella, inutilizándose sus dos piernas. Trasladado desde Campo Santo a su hogar aún existente, en la calle Alvarado 577 de esta ciudad, a causa del deterioro físico que le produjo ese fatal accidente, muere el 11 de agosto de 1880.

“Bien puede decirse de él – afirmó Atilio Cornejo – que fue el innovador y el mártir de la industria azucarera argentina”.

Con posterioridad el Ingenio San Isidro pasó a manos de Ugarriza, Uriburu, Dorado y otros propietarios. En los albores del siglo XX nuevamente, aquél el histórico emporio azucarero regresó a manos de la familia Cornejo, en virtud de la compra que efectuara don Pedro F.Cornejo Ceballos, continuando su obra sus sucesores el doctor Julio Cornejo y doña Mercedes Cornejo de Figueroa, y sus hijos, nietos y demás descendientes procuraron incrementar el rol productivo del Ingenio, dotándolo de nuevos adelantos tecnológicos, al tiempo que se sumaron a la búsqueda de nuevos destinos para el intercambio comercial con el exterior de nuestro país, hasta que el año 1992, por razones de diversa índole, determinaron el cierre del ciclo iniciado doscientos años atrás en que el Ingenio San Isidro perteneció a la familia Cornejo. Sirvan estas líneas para testimoniar mi admiración y gratitud a la memoria de cada uno de nuestros antepasados, quienes mediante su esfuerzo y patriotismo, legaron una página de gloria a la industria azucarera argentina.-

SALTA

CREACION DE YPF

Un grupo de empleados de YPF trabajan en el pozo 128 de provincia de Chubut, año 1923.Los primeros yacimientos de petróleo fueron descubiertos en el entonces pueblo de Comodoro Rivadavia. El primero apareció el 13 de diciembre de 1907, cuando una perforadora estaba realizando un pozo para encontrarlo14 a tres kilómetros del Cerro Chenque. La máquina llegó a los ciento setenta metros de profundidad, pero los obreros decidieron abandonar el trabajo ya que el equipo de que disponían no les permitía llegar más hondo. Más tarde se adquirieron nuevos equipos para perforación, preparados para poder hacer un pozo mucho más profundo. Estos equipos fueron comprados en Europa, se emplearon los del tipo del sistema Fauck. Fue el ingeniero Julio Krause, jefe de la sección Hidrología y Perforaciones quien realizó esa compra.5

Primer pozo petrolero en Comodoro Rivadavia, foto circa de 1907.

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Después de nueve meses de trabajo, y llegando a perforar un total de quinientos m, comenzó a brotar del suelo un líquido viscoso, aceitoso y con olor a nafta. Las oficinas de Minas en Buenos Aires recibieron un comunicado desde Comodoro Rivadavia que decía: "Se cree haber dado con una napa de kerosene". Krause ordenó suspender la perforación y verificar el hallazgo. Y fue el día 13 de diciembre que llegó un nuevo telegrama que confirmó la existencia de hidrocarburos a casi quinientos cuarenta metros de profundidad, por lo que se comunicó oficialmente el descubrimiento de un yacimiento de petróleo en el pueblo de Comodoro Rivadavia. Se había descubierto por primera vez petróleo en suelo argentino.5 Cuando se descubrió el petróleo se formaron dos grandes interrogantes: por un lado el tema de quien sería el propietario del petróleo, y la otra era con respecto a que empresa o emprendedor debería explotar el recurso.2

Antes del hallazgo en Comodoro Rivadavia, en 1865 en la provincia de Jujuy se realizó una exploración para intentar hallar petróleo; para ello en aquel año se formó la Compañía Jujeña de Kerosén S.A.15 Leonardo Villa fue el primer empresario que intentó encontrar petróleo para su comercialización, pensando en el abastecimiento de kerosén destinado al alumbrado público. Pero existía un contratiempo: para poder realizar la exploración, Villa tenía que pedir autorización a las autoridades jujeñas, y después al Poder Legislativo nacional. Todos esto produjo diversas idas y venidas que, al final, hicieron abortar el proyecto. A fines del siglo XIX, varios emprendedores sufrieron el mismo inconveniente.2

[editar]El petróleo y el Estado: Yrigoyen y Mosconi

Hipólito Yrigoyen fundó YPF, una de las empresas más históricas.4Para 1914, las estaciones surtidoras de combustibles se repartían mayoritariamente entre las compañías Energina y Wico, inglesa y estadounidense respectivamente, precisamente en el citado año se instaló el primer surtidor en plaza Lorea. La instalación de estas empresas extranjeras fue habilitada mediante una ordenanza de diciembre de 1915, la cual prohibía que dos surtidores se coloquen a menos de cuatrocientos metros.16 Sin embargo, hacia 1917 existía un monopolio de la empresa estadounidense West India Oil Company (WICO), el 95 % de querosén y el 80 % de la nafta era vendido por la empresa, además tenía el monopolio del abastecimiento de los surtidores en la ciudad de Buenos Aires.17

Cuando en 1918 terminó la Primera Guerra Mundial, se inició un período expansivo para la naciente industria petrolera argentina. La paz permitió normalizar las relaciones comerciales y financieras internacionales; así se pudo lograr mayor disponibilidad de materiales, equipos, fletes y capitales. En esa época apareció el motor de combustión interna, que ocasionó una segunda revolución industrial y aumentó la demanda de combustibles. La expansión de los automóviles como medio de transporte auguraba una demanda sostenida de productos derivados del petróleo, principalmente combustibles, aceites y grasas. En el periodo citado las empresas estadounidenses y europeas también empezaron a expandirse en busca de reservas; estas acciones estaban avaladas por el gobierno, preocupado por contar con el tan requerido mineral estratégico.18

El general Enrique Mosconi.El gobierno de Hipólito Yrigoyen anunció el Plan de Tierra y Petróleo, por el cual se trató que el Estado se reservara un papel de intervención decisivo. Durante su gobierno, se creó en 1922 la empresa más grande destinada a explotar y comercializar el petróleo: YPF (Yacimientos

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Petrolíferos Fiscales), el recién electo presidente Marcelo T. de Alvear le ofreció la conducción de esta nueva empresa al general e ingeniero Enrique Mosconi, quien ocupó la dirección de YPF entre 1922 y 1930, e impulsó la idea de: "La propiedad del subsuelo es un derecho inalienable del país".16 Mosconi se propuso romper con los trusts cuando ejerciendo la Dirección del Servicio de Aeronáutica del Ejército en 1922, la West India Oil (subempresa de la Standard Oil de Nueva Jersey) le pidió pagar por adelantado la nafta para aviones.19 20 Algunas ciudades como Comodoro Rivadavia, en Chubut, Plaza Huincul, en Neuquén, Las Heras, Cañadón Seco y Caleta Olivia, en Santa Cruz se asentaron debido a la proximidad de los yacimientos.21

Durante sus ocho años de gestión, el General logró casi triplicar la producción de petróleo, de 348 888 metros cúbicos en 1922, a 872 171 metros cúbicos en 1929.22 3 Además gracias a los grandes avances, Mosconi rebajó los precios del combustible para competir con los precios de las petroleras extranjeras. Emprendió una gira por Sudamérica para incentivar a las naciones a que emprendan su propia independencia petrolera, algunos países efectuaron el hecho como: Getúlio Vargas de Brasil fundó Petrobrás, Bolivia hizo Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, y el general Lázaro Cárdenas del Río, jefe de Estado de México creó la actual petrolera pública paraestatal PEMEX, nacionalizando sus recursos energéticos.20

Monumento en la "capital del petróleo" a Enrique Mosconi, fue el primer presidente de YPF, además se lograron grandes avances durante su gestión.Mosconi dijo sobre la autonomía energética:

"Así como la emancipación política del continente se selló con las corrientes libertadoras de [Simón] Bolívar y de [José de] San Martín, realicemos nuestra independencia económica (...) sólo entonces habremos dado término integral al mandato de nuestros libertadores, asegurando la felicidad y el bienestar de nuestros pueblos".

Enrique Mosconi.20La petrolera estatal YPF inauguró el primer surtidor de querosén el 22 de febrero de 1923 en Buenos Aires, tres meses más tarde se instalaron seis más. El 20 de junio en Mitre y la Avenida Rosales se construyó el primer surtidor de nafta para vehículos. El industrial Torcuato Di Tella fue quién se encargo de su fabricación, no sin antes consultárselo a su amigo, el general Mosconi.16

En el año 1925 se finalizó la construcción de la destilería de La Plata (todavía en funcionamiento), para producir nafta, kerosene y fuel oil, y a tan solo unos meses de su habilitación, también producía combustible para aviones. Esta destilería llegó a ser la décima destilería más grande del mundo.23 YPF llegó a tener cincuenta mil empleados. Tanto el petróleo como la cuestión de lograr el autoabastecimiento, se convirtieron en temas de campaña durante el año 1928,4 cuando comenzó la explotación del petróleo en la provincia de Salta. En 1933 se descubrió petróleo en Tranquitas.22

El periodo de 1920 a 1937 las empresas privadas tenían el 49 % de la producción de petróleo, mientras que la estatal YPF tenía el 51 % restante. Las empresas privadas -subsidiadas por los truts petroleros- tenían una destacable tarea en la refinación, importación y comercialización de los combustibles. Pero los conflictos entre las productoras privadas, las provincias y el Estado eran permanentes, a fines de los años 1930 se suspendió las concesiones, se pusieron controles sobre los precios de combustibles y sus derivados.24

[editar]Petróleo durante la década infame

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El 6 de septiembre de 1930 se produce el primer golpe de estado en Argentina, cuando José Félix Uriburu derrocó a Hipólito Yrigoyen, el país pasó a ser gobernado por presidentes elegidos bajo elecciones fraudulentas. A este periodo histórico se lo conoció como década infame, en este marco de inconstitucionalidad, el 10 de septiembre de 1930 Enrique Mosconi renunció al directorio de YPF -cuatro días después de producido el golpe- negándose a trabajar con un gobierno de facto,19 Enrique Zimmerman fue quien ocupó la dirección de YPF.17

Durante el gobierno de Uriburu, las empresas petroleras privadas, prácticamente duplicaron la producción, pero en cambio YPF creció menos del 10 %. Se creó la reserva fiscal de Tierra del Fuego.17

En el año 1931 se empezaron a construir dos destilerías privadas, una en Dock Sud, y se construyó una planta de aceites lubricantes, grasas, parafinas y asfaltos de la destilería de La Plata. Se importaron surtidores de nafta para los vehículos, cuando en el periodo de Enrique Mosconi se producían en Argentina.EL POSITIVISMOIntroducción:

Entre 1880 y la Primera guerra Mundial, la Argentina experimento un periodo de progreso sin igual. Y comenzo con la Presidencia de Julio Argentino Roca. Y nacio lo que se dio a llamar la "Argentina Moderna". La generación del 80´ plasmó un modelo de país agro – exportador, liberal y posotivista. Este crecimiento vertiginoso del pais fue la consecuencia de su incorporación al mercado internacional como productor de materias primas, pero en especial estaba vinculado al comercio ingles. En tanto que el alud inmigratorio "que venia a hacer la America" fue integrándose paulatinamente a todas las clases sociales. La mayoría se fundió con los estratos más bajos de la sociedad donde comenzaba a despuntar el naciente proletariado Industrial. Otros, inclinados a las actividades agropecuarias, terminaron por configurar las alternativas de la "pampa gringa", en tanto que una minoría de enriquecidos integró una Oligarquía de nuevo cuño, menos elitista que la tradicional, llamada a tener influencia en los futuros acontecimientos politicos.La incorporación al proceso social de un sector de obreros, producto de la incipiente industrialización, hacian oir sus reclamos. Esta "cuestion social", en consonancia con el impacto producido por la ideas traidas por los inmigrantes, se reflejaba en los periodicos (algunos de inspiración socialista y anarquista) y en intentos de organización sindical cuyas bases eran todavía demasiado endebles como para conmover la estructura del gobierno.Pero además el Regimen conservador impidió la participación democratica. Esta situación abrió una brecha entre la sociedad y el sistema político. Finalmente el conflicto entre el Oficialismo y la oposición culmino con la Ley de Sufragio Universal en 1912.

Entonces como se puede ver esta etapa fue muy importante en la historia Argentina, y la iniciadora de todo lo que vendría. Por eso vale la pena hacer una pausa en ella y analizar sus puntos más resaltantes. En este Trabajo lo que se quizo lograr fue una especie de resumen de esta etapa, separándola en tres grandes grupos: La Sociedad, La Economia, y la Política.

DESARROLLO

1. ECONOMIA

El modelo agrario exportador

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El propósito era asegurar la juridicidad y el progreso.A partir de 1880 impusieron el modelo de desarrollo económico para el país basado en las exportaciones crecientes de la producción agropecuaria de las praderas templadas de La Pampa. Se produjo una transformación de la sociedad argentina. A su ves se fue organizando un régimen político oligárquico.La economía comenzó a organizarse como complemento de la economía industrial europea, y particularmente inglesa. Esto formaba parte del auge de la economía capitalista mundial. La economía mundial produjo cambios en la organización de producción, en la sociedad y en la política. Se lo denomina asi por que el sector productivo más importante fue el agrícola-ganadero. Las Carnes, fueron el factor dinámico del desarrollo. Pero los motores del crecimiento economico fueron los ferrocarriles y los frigoríficos.

Características:* La dependencia económica del mercado externo: centros industrializados europeos tuvieron poder de decisión sobre la organización de la producción Argentina.* El latifundio como unidad de producción agropecuaria: Casi toda la producción destinada a la exportación, se obtenía en grandes propiedades rurales de la región pampeana.

* La intervención del Estado tuvo un papel decisivo para el funcionamiento del modelo. Lo más importante era, garantizar la libre circulación de bienes capitales, favorecer la expansión de la red de transportes y otras obras, facilitar la puesta en producción de las nuevas tierras de frontera, estimular la inmigración extranjera para obtener fuerza de trabajo, y organizar un sistema jurídico y monetario.* La participación de capitales extranjeros: Obras que facilitaban el transporte y la comercialización de los productos argentinos en el mercado internacional.La inmigración extranjera: Entre 1857 y 1914, del saldo inmigratorio neto de 3.300.000 personas, se radicó en la región pampeana, pero solo 1/4 (800 mil) quedaron en las zonas rurales.* Desequilibrio regional: Las regiones del país, las economías extrapampeanas, cuyas producciones no se destinaban al mercado internacional, comenzaron a depender de la economía pampeana. Este fue el caso de la producción de azúcar en Tucumán y de vinos en Mendoza, destinada al abastecimiento del mercado interno.Los terratenientes exportadores, se fueron constituyendo en el grupo de capitalistas agrarios, y actuaron asociados con capitalistas extranjeros.

Producción agropecuaria:En 1874, Argentina importaba trigo, en 1880, las colonias agrícolas abastecían totalmente el mercado nacional, y a fines de siglo hubo un excedente de trigo.La expansión de producción de cereales comenzó con la expansión de la línea de la frontera y el avance del FF.CC. incorporaron más tierras para cultivo. Mano de obra por inmigrantes que llegaban.El gobierno, tomó medidas para favorecer el desarrollo agrícola. En 1890, técnicas para que mejorarlo. Las empresas comercializadoras de cereales, tendieron a la concentración y llegaron a formar monopolios. Después de 1890 se expandió. Tuvo lugar en un período en que los precios internacionales de los productos agrícolas tendían a bajar. Pero, el volumen físico de las exportaciones aumentó y compensó la tendencia descendente de los precios.

Crisis de 1890:Sus causas son: La caida del precio de los productos que se exportaban, el endeudamiento por creidots externos, las emisiones continuas del papel moneda y la perdida de valor del signo monetario. El historiador "Jose Panettri afirmaba que el país compraba más de lo que vendia y delo que podia pagar. Ademas vendia barato y compraba caro. La crisis afecto el crecimiento

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economico general y la capacidad de consumo.Numerosos comercios y empresas fueron a quiebra. Comenzaron importantes movimientos de huelgas ante el aumento del desempleo.Luego el sistema Bancario se declaro en Bancarrota y cayeron vertiginosamente las acciones en la Bolsa.

La introducción de técnicas y maquinaria agrícola:Nueva tecnología para las exportaciones, debido a la escasez de mano de obra, a fines de siglo se avanzó la tecnificación de esta labor agrícola.

La ganadería impulsa a la agricultura:La exportación de vacunos a Gran Bretaña -1895- tuvo importantes efectos en la producción agrícola. Bs. As. , comenzó a extenderse en un sistema de cultivos combinados.Terratenientes - sistema de arriendo. Poner en producción tierra virgen, recaían sobre los arrendatarios.

La cuestión agraria:No habían tierras para explotación. Los terratenientes aumentan los precios. En esos años, los arrendatarios tenían dificultades para lograr su subsistencia y cumplir con el contrato. Hay una crisis para ellos y para los comerciantes de la campaña. Y en 1912, entran en huelga. También pedían demandas. Los terratenientes piden al gobierno que arregle esta situacion, y termina. Conciliación = fracasa

Los cambios en la ganadería:A mediados de siglo la producción de ganado vacuno sufrio una disminución de la demanda, y los productores invertían menos en el mejoramiento.

La producción vacuna para el mercado internacional:En 1895, comenzó la exportación a Inglaterra. Y en los primeros años del siglo, se cambió por carne congelada mediante el frigorífico, favirecio al aumento del volumen de carnes, devido a que hizo disminuir el porcentaje de carne que se echaba a perder en los cargamentos. La demanda aumenta. Mejoran a los animales. Esto produjo enfrentamientos entre productores ganaderos y empresas industrializadoras, por el precio de venta del ganado.

Transformaciones de la producción industrial:La expansión de las exportaciones de productos agropecuarios tuvo un fuerte impacto sobre la producción industrial del país. Hizo posible la instalación de las primeras plantas fabriles modernas, pero acentuó la decadencia de las industrias artesanales de las regiones extrapampeanas.

Expansión agropecuaria y nuevas industrias:Instalación de industrias que procesaban materias primas destinadas a la exportación. También se desarrollaron industrias dedicadas a producir los insumos requeridos por la producción agropecuaria o por los sistemas de transporte.La gran expansión agroexportadora produjo un aumento general de los ingresos de la población, y esto tradujo en un aumento de la demanda de diferentes bienes de consumo durables y no durables.

2. SOCIEDAD

Los sectores populares y la elite tradicionalLa inmigración extranjera:

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Ultimas décadas del siglo, hubo transformaciones en la sociedad argentina. Crecimiento de población, por llegada de inmigrantes de Europa, para mejorar sus condiciones de vida(venian a hacerse la America). 1869 12.1%, 1914 30.3%La localización de los inmigrantes: Los obstáculos para acceder a la tierraEntre 1870 y 1929, llegada de 6 millones, y radicación de 3. La producción agropecuaria estaba muy bien, pero los inmigrantes no lograron transformarse en propietarios de tierras en zonas rurales, porque las mejores tierras para la producción ya estaban ocupadas y eran de terratenientes. Llegaban con capital escaso. Pero la demanda de trabajadores para tareas agrícolas tenían un carácter estacional. Esto después de 1880, fue distinto a antes, los primeros colonos se convirtieron en propietarios de colonias agrícolas.

Bs.As. y Rosario, ofrecían mejores posibilidades para inmigrantes. Podían trabajar en talleres industriales en Bs.As. , a fines de siglo. Pero muchos quedaron sin trabajo, o no eran mano de obra calificada, y se empezaban a ver mendigos en las calles en condiciones insalubres.La Población urbana superó a la rural. No por industrialización, sino por desarrollo de comercio de exportación y la llegada de inmigrantes. Generalmente: Litoral y provincia de Bs. As. Provenían, en un 80% de lugares pobres (España e Italia).

Sectores populares urbanos:En la Capital, residían familias de mayor poder económico y político - la elite -, dueñas de las mejores tierras y enriquecidas por el auge agroexportador. También, un n° de profesionales, de empleados administrativos y de trabajadores del sector de servicio - comercio, educación, transportes-, cuya expansión también se debió al negocio de la exportación, formaban los sectores medios urbanos. Sus posibilidades de mejoría económica y progreso social estaban ligados a la marcha exitosa del modelo agroexportador. Desde fines de siglo, crecía una masa de trabajadores, de talleres manufactureros y gremios de la construcción. También los trabajadores de las nuevas actividades económicas y de las industrias relacionadas con la expansión de las exportaciones agropecuarias. Era la clase obrera argentina. Los inmigrantes que no pudieron trabajar en el campo fueron trabajadores asalariados que conformaban la clase obrera urbana. Los inmigrantes con algún recurso, o con un oficio, formaron la clase media. Hijos de inmigrantes obreros lograron ascender, por una carrera profesional, o por un cargo de administración pública. Entre esos dos sectores había una cercanía. Una franja de la sociedad, que compusieron los sectores populares urbanos.

El conventillo:Eran lugares baratos, donde vivían los inmigrantes. Y fue un negocio para comerciantes que compraban el lugar y lo vendían. Hubo un aumento de estos "albergues", entonces se van del centro, y se ponen a edificar en lotes en zonas más alejadas.

Ley 1420:Los Hijos de los inmigrantes pudieron mejorar la suerte de sus padres gracias a la enseñanza primaria que se convirtió en la llave del ascenso social. En 1884 fue sancionada la Ley 1420, de educación laica, gratuita y obligatoria, que contó con el apoyo de la oposición liberal.

La elite tradicional:400 familias. Se identificaban diferentes del resto de la gente prestándose como representantes de la nacionalidad. En 1880, con la expansión económica esta se amplió.Aparecieron nuevos sectores de comercio de exportación comerciantes, financieros y banquistas.

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3. POLÍTICA

La organización del régimen oligárquicoLa democracia restringida:A partir de 1880, orden político: Régimen oligárquico. La oligarquía era la clase gobernante. Democracia oligárquica restringida. No participaba la sociedad.El fundamento ideológico del regimen oligárquico fue: El orden y el progreso; basado en el POSITIVISMO.

El funcionamiento del sistema de gobierno Oligárquico:Control de acceso a los cargos de gobierno y a la administración: La clase gobernante elegía a las personas más aptas para ocupar los cargos. El presidente elegía al nuevo presidente.

El fraude electoral:A partir de 1880, la clase gobernante mantuvo las reglas de la democracia política. El Sufragio era Voto voluntario y no secreto. Si elegian a la oposicion se podia llegar hasta morir. Habia Voto colectivo (concurrencia de un gran nº de votantes de un mismo partido), repetición del voto y compra de sufragios, y para completar cada partido echaba mano de los nombres de ausentes y muertos.Estaba en el padrón gente de acuerdo con el gobierno.

El unicato:Desde 1880, se profundizó el proceso de concentración del Poder político, alrededor del partido oficialista. El presidente buscaba remover a gobernadores no leales. Se llamó unicato a esa fuerte concentración del Poder politico, en el presidente. Después de Celman, en 1890, aunque Roca asumió a la jefatura del PAN, los presidentes que se sucedieron acentuaron la tendencia centralizadora de la autoridad en su persona.

La consolidación del régimen oligárquico: El liberalismo conservadorFue un régimen liberal y conservador. La clase gobernante propuso leyes e impulso obras con ideas liberales.El avance de la secularización en las políticas del gobierno originó enfrentamientos con la Iglesia Católica y con los católicos que asumieron a su defensa.Sin embargo, la clase gobernante mantenía la restricción de los derechos políticos de los ciudadanos. El sistema de gobierno impuesto por la oligarquía fue conservador porque mantuvo cerrados los canales de participación política a sectores muy amplios de la población, porque compartía la idea de que el sufragio universal significaba el triunfo de la ignorancia universal.

La generación del 80:Conjunto de hombres que tuvieron a su cargo la dirección económica, política y cultural del país entre el 80 y 90.Era un grupo porque compartieron un conjunto coherente de principios e ideas fundamentales que convirtieron en objetivos de las acciones de gobierno que llevaron a la práctica. Se caracterizó por la organización de la economía y la sociedad. Se diferenciaban dos aspectos:Político: legalizar el poder y paz duradera.Económico: Se hizo a partir de lo político. Promover el desarrollo de recursos materiales: libre cambio, que puso el acento en la atracción de los inmigrantes y los capitales extranjeros, para integración de mercados mundiales y la producción de zonas cultivables.

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Expansión y perfeccionamiento de la producción agropecuaria y su integración en el mercado nacional. Intensificaron y aceleraron las líneas de la política ya trazada: más inmigración, nuevas líneas férreas y nuevas inversiones de capital extranjero.

Positivismo: garantía del progreso.El Positivismo Argentino se inspiró en el Darwinismo. El Positivismo ofreció respuestas a los Problemas planteados por los que se dio en llamar la irrupción de las multitudes en la historia Argentina. El concepto que se tenia de multitudes era el de una fuerza fenomenal, pero carente de inteligencia y raciocinio. Esto se dio en toda A. Latina; Donde la ciencia logró constituirse como la forma dominante de conocimiento, y sus avances intentaron explicar las desigualdades Sociales. Llego a implementarse la frase: "El Gobierno de los Aptos". Donde se consideraba aptos a los ricos o grandes terratenientes.

Las Consecuencias políticas de la crisis económica de 1890:El sistema oligárquico se basaba en la pasividad política de la gente. Dependía de la continuidad de la expansión económica.Los problemas financieros afectaron niveles de ingreso, pusieron en crisis la estabilidad del gobierno y favorecieron la organización de la oposición política sobre nuevas bases. Conformación de la Union Cívica, formada por quienes estaban excluidos del gobierno (Jóvenes universitarios, hijos de comerciantes o de propietarios de tierras. En 1885, hubo una inflación que resulto beneficiosa para los del negocio de exportación, como los terratenientes, también colonos, comerciantes y transportistas; pero perjudicial para los que dependían de ingresos fijos. De 1887 a 1889 hubo huelgas. Entonces, la oposición política ganó confianza e inició una revolución con el objetivo de derrocar al gobierno.

La Revolución del 90:La aguda crisis economica (antes nombrada en la Parte Economica) que sufrio argentina, afecto al pais y desencadeno los conflictos políticos latentes.Unión Cívica, en oposición. Convencía a la gente, y la situación del gobierno se agravó, porque algunos grupos del Partido Autonomista Nacional se retiraron consideraban que el poder había caido en manos de "niños irresponsables", como calificaban a los sotenedores del presidente. El Presidente de gobierno era Celman. La Union Cívica y El PAN comprendían que la inflación favorecía a los productos agropecuarios, creaba condiciones negativas para las inversiones de capitales extranjeros, que eran necesarios para el desarrollo de la actividad rural. Pero, no estaban de acuerdo con los objetivos políticos que debía tener el movimiento contra el gobierno.Hubo enfrentamientos muy importantes, y el 26 de julio de 1890 los grupos políticos desidentes integraron la Union Cívica y protagonizaron la Revolucion del Parque donde murieron alrededor de 250 personas y hubo mil heridos. Esto provoco la renuncia de Juárez Celman, y asciende su vicepresidente Pellegrini con el objetivo de restablecer el poder de la clase gobernante. Se prolongó hasta el 95.

La crisis del régimen oligárquico:Luego del 90, bienestar económico. Plano político no había cambiado. Roca y Mitre para definir sucesiones = personalismo. Partidos políticos. Entre 1890 y la 1°Guerra Mundial el grupo gobernante no encontró una solución política adecuada a las transformaciones económicas y sociales. 1912, nuevo sistema electoral, la oligarquía conservadora, comprobó que la adhesión era minorista.

La nueva oposición política: la Unión Cívica Radical

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1890: la Union Cívica se fundo como una nueva organización política. En 1892 por algunas diferencias: se dividió en dos líneas opuestas: Union Cívica Nacional y Union Cívica Radical.La primera propuso un acuerdo con el gobierno. La segunda se orientó a la intransigencia.En el interior de la UCR se debatieron dos tendencias: la obstencionista - no participar en las elecciones, y lo contrario, la concurrencista. 1891 a 94 algunas victorias. 1893, movimientos revolucionarios. Enfrentamientos entre radicales, hasta 1904, que asume Yrigoyen e impuso la línea de la abstención y la impugnación revolucionaria.Rev. Radical, no triunfó. Advirtió los riesgos de mantener por mucho más tiempo la restricción del sistema político y de que la oposición social se uniera a la oposición política. Participación política de sectores excluidos. Un poco de temor.

La UCR: el primer partido político moderno:Estructura institucional de los partidos políticos norteamericanos = los candidatos a elecciones eran elegidos por los delegados del partido = permitió la incorporación de actividad política a un sector de la población que hasta entonces nopodia participar en ella. Durante muchos años los cargos de dirección de la UCR era ocupado por personas que por su origen pertenecían a familias oligarquicas. Entonces, en su oposición, construyeron una organización partidaria más abierta que la de adversarios. Logró la adhesión de mucha gente.Doctrina e ideología se trataba de un ataque moralista a la oligarquía y a la demanda de un gobierno representativo. 1905 en adelante, no hacía cambios en la organización del país. Este dato fue tenido en cuenta por los reformadores de 1912.

La organización política de los sectores populares:Habitantes no participaban en vida política, después de 1890 aparecieron muchas organizaciones y asociaciones integradas por los sectores obreros y populares de la población de los principales centros urbanos.

La asociación de inmigrantes:

Estas asociaciones se multiplicaron a fines del siglo XIX, reunian extranjeros de la misma nacionalidad, se definieron como socorros mutuos, y su objetivo era brindar ayuda al inmigrante. Y ademas tenian como funcion mantener vigentes costumbres y tradiciones del pais de origen (dialectos, bailes tipicos,etc). Estas organizaciones funcionaron como espacios de Negociación política. Se adherían a partidos políticos como el PS en capital federal, y la Liga del Sur en Santa Fe.Las organizaciones de trabajadores y la fundación del partido socialista

El trabajo de obreros fracasó, hasta que en 1901 se forma la Federación Obrera Regional Argentina y fundaron la Unión General de Trabajadores. En 1896, sobre la base de diversas organizaciones obreras de la capital Federal y del Interior, Justo fundó el Partido Socialista. Defensor de los intereses de los proletarios, de acuerdo con los principios fundamentales de la doctrina marxista. Por esto, se enfrenta con la UCR. Este y la oligarquía querían llegar y carecían de capacidad para afrontar los problemas económicos y sociales.

Anarquismo, socialismo y sindicalismo en los orígenes del movimiento obrero argentinoPS, considerado como partido obrero. Economía: apoyo el modelo agrario exportador, pero querian cambiar la distribución de riqueza. Política: reivindicaciones obreras obtenidas.Socialismo: apoyo de obreros más antiguos o especializados, pero no logró el apoyo masivo de sindicatos, nuevas organizaciones obreras que se multiplicaron en los primeros años del siglo XX, integrado por numerosos obreros extranjeros.

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Anarquismo: Se enfrentaron a PS denunciando que las reformas graduales eran una traición a los intereses de la clase obrera. Proponían la acción directa y revolución para mejoras y beneficios inmediatos/as. Movimiento importante.Sindicalismo: concentró sus esfuerzos en lograr objetivos específicamente económicos. Propusieron utilización más efectiva del arma de huelga acentuando la necesidad de coordinación, planificación y oportunidad, y exigieron a los diputados socialistas un mayor compromiso con los obreros. Importante apoyo. Como estos gremios estaban en el comercio de exportación, tuvieron un poder de negociación mayor que la de los anarquistas.

La respuesta a la oposición política: una apertura parcial:1902. Funcionamiento de una minoría opositora = ampliar la participación política, sin poner en riesgo el mantenimiento del sistema de gobierno oligárquico. Ley, representó ventajas sobre el sistema electoral anterior. Se hizo por los distritos electorales. Modificación consistió en dividir cada uno de ellos en tantas regiones, como diputados por elegir. Fueron elegidos algunos hombres de la oposición.

La respuesta a la oposición social: reforma legislativa y represión:1910 pico de huelga de obreros. Represión del gobierno. Soluciones medias. Entonces propone Roca la ley de reforma laboral. Mejor ley. A partir de 1904, se fue aceptando. Pero la huelga siguió.

Ley Sáenz Peña: hacia la democracia ampliada:Hecha por la UCR. Consistía en el voto secreto y obligatorio y un nuevo sistema de sufragio; y la confección de un nuevo padrón electoral. Se sancionó en 1912. 1916 asciende Yrigoyen. Primer gobierno no conservador.

CONCLUSIÓN:Como se pudo ver a lo largo del informe este periodo en la Argentina fue de grandes transformaciones en la dimension política, economica social y cultural del país. Donde resalata la incorporación de la economia argentina al mercado mundial, el aporte inmigratorio europeo y el fortalecimiento del estado. Sin duda esta monumental transformación marco el inicio de la Argentina Moderna