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LA GLOBALIZACIÓN, SUS RELACIONES E IMPACTOS AGRÍCOLAS Y AMBIENTALES EN EL DEPARTAMENTO DE NARIÑO Actividad Colaborativa Daisy Gabriela Guerrero Obando Germán Edmundo Narváez Bravo Yinna Paola Pantoja Villota Diana Melisa Silva Noguera Mg. Hector Mauricio Serna Profesor Universidad de Manizales

Globalizacion e impactos Nariño

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LA GLOBALIZACIÓN, SUS RELACIONES E IMPACTOS AGRÍCOLAS Y AMBIENTALES EN EL DEPARTAMENTO DE NARIÑO

Actividad Colaborativa

Daisy Gabriela Guerrero ObandoGermán Edmundo Narváez Bravo

Yinna Paola Pantoja VillotaDiana Melisa Silva Noguera

Mg. Hector Mauricio SernaProfesor Universidad de Manizales

UNIVERSIDAD DE MANIZALESFACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES, ECONOMICAS Y

ADMINISTRATIVASMAESTRIA EN DESARROLLO SOSTENIBLE Y MEDIO AMBIENTE

MANIZALES2015

PRESENTACIÓN

En el marco del desarrollo de la asignatura Contexto socioeconómico y político

latinoamericano que hace parte de la maestria en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente

de la Universidad de Manizales se ha construido el presente documento en el cual se

muestran algunos elementos conceptuales sobre la globalización, el capitlismo, el territorio

y el desarrollo regional, entre otros, relacionándolos e integrándolos a través de la

caracterización y análisis de las condiciones de la producción agropecuaria y el ambiente en

el departamento de Nariño. De esta manera, el documento que se ha estructurado pretende

evidenciar aquellos aspectos claves de la globalización en un caso específico de estudio,

basándose no solo en referencias documentales sino también en el conocimiento que los

autores tienen a partir de sus experiencias particulares en el departamento de Nariño.

1. MARCO CONCEPTUAL

Para abordar la temática de la globalización sus relaciones e impactos en el departamento

de Nariño, es necesario tener en cuenta los siguientes conceptos que sustentan el abordaje

de la temática planteada.

La globalización, según el Fondo Monetario Internacional (FMI, 2005) es una

interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el

aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y

servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo que la difusión

acelerada de la tecnología.

En este orden de ideas se entiende la globalización como una perspectiva económica, donde

se integran, hay libertad en los mercados y en su movilización, esto considerando también

la integración social a través del desarrollo de sistemas de comunicación y la inclusión de

las diferentes culturas. En términos generales se puede inferir que la globalización incluye

(de manera general y teórica) el desarrollo de la sociedad teniendo en cuenta todos sus

componentes (cultura, social, institucional, político, ambiental)

Para hablar de globalización resulta crucial definir cuidadosamente las distintas formas que

ésta adopta: el comercio internacional, la inversión extranjera directa (IED) y los flujos del

mercado de capitales, plantean cuestiones distintas y tienen consecuencias diferentes tales

como beneficios potenciales por un lado y costos y riesgos por el otro, los cuales demandan

valoraciones y respuestas disparejas. En general, el Banco Mundial privilegia una mayor

apertura de comercio y de IED porque los datos indican que los beneficios en materia de

desarrollo económico y reducción de la pobreza tienden a ser relativamente mayores que

los costos o riesgos potenciales (aunque también se preste atención a las políticas

específicas para mitigar o atenuar costos y riesgos). (Banco Mundial 2000).

En relación a lo anterior la globalización se puede abordarse según sus dimensiones. Así

entonces, la globalización económica consiste en la creación de un único mercado mundial

mediante la eliminación de los impedimentos que mantienen los países frente a la libre

circulación de capital y mercancías. De manera complementaria, la globalización social

aborda (teóricamente hablando) la defensa de la igualdad y la justicia para todos los seres

humanos y todas las sociedades. Un mundo socialmente globalizado sería aquel en el que

todos los seres humanos son considerados iguales, independientemente de sus creencias

religiosas y culturales. Por otro lado, desde el punto de vista de la ONU, la globalización

política "es el proceso que permite desarrollar instituciones y mecanismos a escala

planetaria para tratar los temas que afectan a todos los habitantes de La Tierra. Para

enfrentarse a problemas globales, como el cambio climático o el agotamiento de los

recursos naturales, es necesario que los países actúen conjuntamente". Sin embargo la

globalización en su dimensión política está definida, además, por un complejo sistema de

relaciones de poder entre los países, lo cual necesariamente se encuentra asociado con las

jerarquías económicas que se dan a nivel global.

Además, encontramos dentro de la globalización que para ser más competitivos en el

mercado, existen países que reducen sus estándares ambientales y empresas que para

reducir sus costos de producción reducen sus gastos en seguridad ambiental. Hoy en día, las

grandes empresas transnacionales no sólo colocan sus fábricas en países donde la mano de

obra es más barata, sino también en aquellos países cuya legislación ambiental es menos

severa y permite reducir costos en este ámbito, de modo que las empresas pueden fabricar

productos más baratos y más competitivos, que benefician al consumidor por cuanto

dispone de una oferta de productos a más bajo costo. Por lo tanto la globalización incluye la

promoción de un mercado libre, cuyo principal objetivo es el beneficio económico, razón

por la que, cualquier acuerdo ambiental realmente no contribuiría a maximizar las ventajas

de dicho mercado.

Este contexto es propio del capitalismo que según Schumpeter (1950) “es un sistema

económico que se mantiene en un vertiginoso y continuo cambio, que da paso a la

innovación de tal forma que resulta beneficioso el mantenimiento económico de las

naciones”. También se lo conoce como un régimen económico que se basa en el

predominio del capital como elemento de producción, el cual está asociado a la

globalización que, por naturaleza, va en contra de la conservación medio ambiental ya que

suscita al consumismo exagerado, con la consiguiente sobreexplotación de cualquier

recurso (comida, combustibles, materiales como el plástico, etc...). Así entonces, se está

dejando de lado al desarrollo sostenible entendiéndose como, "aquél desarrollo que es

capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de

las futuras generaciones." (Informe Brundtland, 1987) es ahí donde se ve directamente la

afectación negativa de la globalización y el medio ambiente y en general sobre las

relaciones ambientales desde el nivel local hasta el planetario.

Siguiendo con esta contextualización el neoliberalismo, (principal orientador de los

procesos arriba enunciados) es una doctrina económica y política que considera

contraproducente el intervencionismo estatal en materia social o en la economía y defiende

el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio y el crecimiento económico.

Es por esto que dentro la globalización la apertura económica es el proceso a través del

cual la economía se ajusta a las nuevas realidades del mercado y sus relaciones sociales, así

como a las transformaciones comerciales y tecnológicas mundiales. Lo anterior, implica

homologación de la economía con la de los principales centros de desarrollo económico,

para lo cual se requiere fortalecer la inversión privada e incentivar la inversión extranjera

eliminando regulaciones y controles de precios nacionales e internacionales y reduciendo

restricciones en los campos financieros, fiscales, comerciales, de inversión y monetarios

Vidales (2003)

Por otro lado, un concepto asociado a este contexto, pero significativamente diferente es el

desarrollo territorial. Para Boisier (1999), la más amplia acepción de desarrollo, incluye el

territorio dentro de su concepción, y considera que dicho desarrollo territorial se encuentra

asociado a la idea de contenedor y no a la idea de contenido. De esta manera, dentro de

territorio se encuentran las siguientes variaciones:

Territorio natural: hace referencia a un tipo de área física en la cual sólo es posible

reconocer los elementos de la naturaleza, sin que medie aún penetración ni menos,

intervención humana. Se trata de lugares vírgenes en el lenguaje habitual.

Territorio equipado o intervenido: en éste, el hombre ha instalado sistemas de

transporte, obras de equipamiento o actividades productivas extractivas.

Territorio organizado: tiene una estructura de administración y, en algunos casos,

también de gobierno. Estos territorios pasan a ser sujetos de intervenciones

promotoras del desarrollo y están asociados con el ejercicio de poder social.

Los diferentes procesos que se llevan a cabo en varios territorios pueden generar un

Desarrollo Regional el cual es un proceso localizado de cambio social sostenido que tiene

como finalidad última el progreso permanente de la región, el territorio, la localidad, la

comunidad y de cada individuo residente en ella; además de estar vinculado estrechamente

a un proceso de crecimiento económico (Boisier 1991). Por lo tanto en las poblaciones se

puede generar un desarrollo local, el cual según Vazquez Barquero (1997) se define como:

“Un proceso de crecimiento económico y de cambio estructural que conduce a una mejora

en el nivel de vida de la población local, en el que se pueden identificar tres dimensiones:

económica, sociocultural y político-administrativa, las cuales tienen como base mercados

productivos y competitivos acompañados de políticas territoriales que permiten crear un

entorno económico local favorable que logre llegar a un desarrollo local equitativo.

2. LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN NARIÑO EN EL CONTEXTO DE LA

APERTURA ECONÓMICA.

El departamento de Nariño está localizado en el extremo suroccidental de Colombia

limitando con la república del Ecuador. Posee una superficie cercana a los 33.200 km2 y

una población, que según proyecciones del DANE para el 2012 estaría cercana al 1.700.000

habitantes.

Fisiográficamente el departamento de Nariño posee varias regiones entre las que sobresalen

las vertiente andino-amazónica hacia el suroriente, la vertiente, llanura y litoral pacífico

hacia el occidente y la región de montaña andina, la cual se dispone longitudinalmente de

sur a norte dentro del territorio departamental. Sin embargo, aunque hay un gran variedad

paisajística, la mayor parte de la población se concentra en el área andina interior, región

que también da lugar a un alta producción agropecuaria donde predomina el cultivo de la

papa, el maíz, el café y la caña panelera principalmente; así como también una importante

actividad ganadera tanto de doble propósito.

En términos generales, se puede afirmar que Nariño es un departamento cuyas actividades

económicas se centran en el sector primario, siendo la agricultura, la ganadería, y

localmente la pesca y la minería los sectores más representativos. Los procesos de

transformación de materias primas son más bien incipientes, mientras que el sector de

servicios conforma un renglón importante dentro de la economía regional, debido

principalmente a inversiones de carácter gubernamental.

De esta forma, la alta dependencia de las comunidades nariñenses respecto a la producción

agropecuaria, y principalmente agrícola, es una característica de gran relevancia para

comprender las diversas relaciones que pueden establecerse entre este territorio y los

procesos de globalización, principalmente en el ámbito económico y ambiental.

Considerando lo anterior, a continuación se muestran algunas situaciones ligadas a los

efectos producidos por la política aperturista que establecieron los gobiernos de tendencia

neoliberal principalmente a finales de la década de los 80`s y comienzos de los 90`s. Dichos

efectos se han evidenciado en la reducción de las áreas de cultivos y en la producción

general de cebada, maíz, trigo, frijol, entre otros (figura 1).

Figura 1. Productos agrícolas representativos del departamento de Nariño afectados

negativamente por la política aperturista. Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo

Rural (2014)

De acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (2014), entre 1987 y

1994 se generaron las mayores caídas tanto en producción como en área sembrada para los

principales cultivos (andinos) de Nariño. En algunos casos, el descenso de dicha

producción fue rápido y consistente como en la cebada, mientras que para los cultivos de

trigo, frijol y maíz, se presentaron caídas matizadas por pequeñas etapas de recuperación.

Según Jaramillo (1998) “la reforma se inició en octubre de 1990 con la eliminación de una

Producción departamental de maízProducción departamental de frijol

Producción departamental de trigoProducción departamental de cebada

buena parte de los vistos buenos, permisos y otras barreras no arancelarias para todos los

cultivos… En 1991, se anunció un plan para reducir gradualmente el arancel promedio de

la economía de 38,6% a 11.0% en cuatro años”. Para épocas posteriores, el mismo autor

señala “se esperaba que la reforma comercial desarrollada en 1990 y 1991 favorecieran al

sector agrícola, que tradicionalmente había sido discriminado por el régimen de sustitución

de importaciones.”

La consecuencia de estas decisiones gubernamentales, auspiciadas por organismos

multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, terminaron

generando repercusiones serias en los precios de los productos agrícolas nacionales,

jalonando una disminución de los costos al consumidor, debido a la abundante entrada de

alimentos y materias primas desde el exterior, lo cual a su vez presionó a los productores e

intermediarios, quienes observaron una disminución significativa en sus ingresos netos.

Perry (2000) identifica tres fases o períodos de reformas: la primera se presentó desde el

segundo semestre de 1990 hasta finales de 1992 cuando se pusieron en marcha la mayor

parte de dichas reformas direccionadas a la liberación comercial y desregulación de la

economía. El segundo período se desarrolla entre 1993 y 1995 cuando se inicia una nueva

etapa de formulación de reformas y de políticas sectoriales. El último período establecido

por Perry corresponde al desarrollado entre 1995 y 1998, en el cual se ejecutó buena parte

de lo diseñado anteriormente.

Considerando estos ciclos, para 1998 la producción de cebada en Nariño había llegado al

piso, mientras que el descenso de los otros tres productos de referencia se mantendría en

franca caida hasta el 2008, año a partir del cual, tanto la producción como las áreas

sembradas tienden a estabilizarse, seguramente porque ese es el nivel en el cual se atienden

las demandas locales.

Así entonces y de manera contrastante, mientras la inserción de la economía nacional a las

dinámicas internacionales no habían tenido en cuenta el sector agrícola (y menos el

nariñense), las importaciones, entendiéndolas como la entrada del mercado internacional en

el ámbito nacional y regional se hacía más que evidente. Según datos del Departamento

Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2014) las importaciones de materias

primas han ido incrementándose sistemáticamente evidenciándose un aumento

significativo de las mismas a partir del 2003 (primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez), a

excepción de los años 2009 y 2010 cuando la crisis económica mundial, alcanzó a afectar la

balanza comercial colombiana.

Figura 2. Importaciones de materias primas y productos agrícolas en Colombia. Fuente:

DANE (2014)

Sin embargo, las consecuencias de la apertura económica, y más recientemente de los

tratados de libre comercio, no han sido del todo negativas, pues dos de los cultivos más

representativos de la región andina nariñense (en la parte media uno y en la parte alta el

otro) ha mostrado un comportamiento variable pero relativamente estable durante los

últimos 25 años. (figura 3).

Así entonces, es posible que el mantenimiento en la producción de la caña panelera esté

ligado a que el mercado de ésta se encuentra restringido principalmente al ámbito nacional,

pues la panela (subproducto) se comercializa hacia los mercados del eje cafetero y

Antioquia. Por lo tanto, a falta de un oferente extranjero del producto, el cultivo de caña

panelera se ha mantenido a pesar de algunos altibajos generados más bien por la

competencia generalmente de algunos ingenios azucareros del Valle del Cauca. Así mismo

la papa, producto insigne de la alta montaña nariñense, aunque presenta una tendencia

decreciente en el tiempo, realmente no se evidencia que haya sido afectada por la llegada de

productos externos a partir de la apertura económica de comienzos de los 90´s, aunque la

producción si tuvo una disminución importante en el 2007, lo cual posiblemente está

asociado con la crisis del sector agrícola en Colombia, la cual se agravó en el segundo

gobierno de Uribe (2006 – 2010).

Figura 3. Productos agrícolas representativos del departamento de Nariño con

comportamientos relativamente estables. Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo

Rural (2014)

Finalmente, la apertura de mercados, la diversificación de la producción, la entrada de

capitales extranjeros y la apuesta por productos rentables, pero generalmente asociados a

monocultivos, favorecieron el incremento en la producción y área cultivada de palma

africana y café en Nariño, durante el mismo período de referencia. (figura 4).

En el caso de la palma africana a partir de la cual se produce aceite y otros derivados, se

presenta un rápido crecimiento entre 1997 y 1998 para abastecer las demandas de sus

subproductos preferencialmente en el contexto internacional. Esto conllevó a la ampliación

de áreas dedicadas a este monocultivo en la llanura pacífica nariñense, generando a su vez

una serie de conflictos asociados con la reclamación de territorios de comunidades

afrocolombianas, el desplazamiento forzado, el ingreso de grupos ligados al

paramilitarismo, la contaminación de aguas y suelos por sobreutilización de plaguicidas y

el crecimiento acelerado y no planificado de asentamientos poblacionales. Esta situación

tuvo un giro radical entre el 2006 y el 2008 cuando toda la zona productora de palma

africana fue afectada por la invasión de una plaga que prácticamente arrasó con este cultivo

en la llanura pacífica nariñense. Esto a su vez fue uno de los factores que contribuyó para

Producción departamental de papaProducción departamental de caña panelera

que desde esa época, se incrementaran los cultivos de uso ilícito (coca) en esta misma

región.

La historia del café en Nariño tiene un contexto bastante diferente. Aunque la Federación

Nacional de Cafeteros (2015) no cuenta con cifras consolidadas anteriores al año 2002,

Jaramillo (1998) afirma que este cultivo no tuvo un comportamiento creciente durante la

década de los 90`s y mas bien fluctúo con alguna tendencia hacia el decrecimiento a nivel

nacional.

Figura 4. Productos agrícolas representativos del departamento de Nariño con tendencias

crecientes después de la apertura económica. Fuente: Ministerio de Agricultura y

Desarrollo Rural (2014) y Federación Nacional de Cafeteros (2015)

Posteriormente durante el nuevo milenio, las cifras del café han sido positivas, pero

siempre jalonadas por políticas gubernamentales a través de las cuales históricamente se ha

privilegiado y auxiliado la producción del grano en las vertientes medias de los Andes. Por

supuesto que estas determinaciones son generadas por el amplio mercado internacional que

tiene el producto, uno de los pocos que posee Colombia para competir en el ámbito del

comercio exterior.

Superficie departamental de caféProducción departamental de palma africana

3. LOS CULTIVOS DE USO ILÍCITO Y LA INTERNACIONALIZACIÓN EN EL

CONSUMO Y LA LUCHA CONTRA LAS DROGAS.

Así cómo es posible revisar el tema de la globalización, de la desterritorialización del

mercado y de la dinámica de las firmas mediante el análisis de las principales variables

macroeconómicas, de los flujos de bienes y capital, de las decisiones gubernamentales y del

comercio en general; también es posible abordar algunas facetas “oscuras” del proceso, las

cuales se materializan (entre otras cosas) en el complejo sistema tejido por el narcotráfico.

De esta manera, en lo que se refiere a cultivos de uso ilícito como la coca y la amapola, el

departamento de Nariño sobresale actualmente como el departamento con la mayor

superficie destinada a estos cultivos a nivel nacional. (Figuras 5 y 6)

Los datos de la Oficina de las Naciones Unidas con la Droga y el Delito.(UNODC, 2014)

muestran que la superficie dedicada tanto a coca como a amapola se ha reducido

significativamente, en Nariño y a nivel nacional. Dicha disminución según UNODC (2014)

se debe al aumento en las áreas asperjadas o erradicadas manualmente, actividades que son

financiadas principalmente a través de ayudas y préstamos de organismos internacionales.

De hecho podría afirmarse que la lucha contra las drogas y el narcotráfico constituye hoy

en día uno de los principales ejemplos de relacionamiento internacional, puesto que las

redes tejidas entre los sitios de producción, procesamiento, mercadeo y consumo atraviesan

totalmente el globo.

A nivel nacional, Nariño en primera instancia, seguido de Putumayo y Norte de Santander

sobresalen por un incremento significativo en las áreas dedicadas a coca, tanto así que

desde el 2008 y 2009, el departamento concentra casi la cuarta parte de las áreas dedicadas

a este cultivo. (figura 5) El fenómeno es complejo y tiene que ver con muchos aspectos

cuya escala de influencia varía desde lo local hasta lo global. Así entonces, la presión sobre

los capos del narcotráfico en el Valle del Cauca y la fuerte arremetida contra los cultivos de

coca en el Putumayo y el Caquetá a finales de los 90´s (Plan Colombia) causaron el

desplazamiento tanto de productores como de narcotraficantes hacia nuevas áreas,

sobresaliendo Nariño como zona atractiva debido a los altos niveles de pobreza de la

población, la ausencia o poca presencia estatal, la existencia de grandes áreas selváticas, el

accionar de grupos armados ilegales interesados en ampliar sus ingresos económicos y la

ubicación estratégica en la frontera colombo – ecuatoriana y en el litoral pacífico. Esto

último ha facilitado el tráfico de armas y de estupefacientes.

A esta compleja situación habría que añadirle la crisis económica regional generada por la

caída en la producción de palma africana entre el 2006 y 2008, lo cual desencadenó un

aumento en el desempleo rural y una disminución en las condiciones de vida de la

población que estaba vinculada directa o indirectamente con este sistema de producción. De

esta manera, mientras que Nariño, a principios del milenio contaba con una producción

cocalera inferior a la de los departamentos de Guaviare, Putumayo y Caquetá, (DNP 2003,

citado por Vargas 2004) para el año 2007 el departamento ya contenía la mayor superficie

destinada a este cultivo a nivel nacional. (UNODC 2004). Esto evidencia la fuerte relación

existente entre la producción agrícola, las condiciones sociales, los flujos de mercado y la

implementación de diversas políticas estatales. Así entonces la fuerte inserción y

ampliación de los cultivos de coca en Nariño fue una consecuencia de un programa

hemisférico para combatir el narcotráfico, el cual obligó a la “desterritorialización” de las

actividades ilícitas hacia nuevos lugares que contaban, y cuentan aún, con diversas ventajas

locacionales (físicas, sociales y económicas) para sostener las cadenas productivas

asociadas al tráfico de coca en la vertiente y llanura pacífica nariñense.

Figura 5. Dinámica temporal de la coca en el departamento de Nariño. Fuente: UNODC

(2014)

Por otro lado, aunque el cultivo de coca cubre grandes áreas de terreno en Nariño, una

situación similar pero con superficies significativamente más pequeñas se presenta en la

alta montaña nariñense. Antes del 2009 los principales productores de amapola (en

términos de extensión) eran los departamentos de Tolima, Huila y Cauca, sin embargo a

partir de dicho año, según datos de UNODC (2014) Nariño posee las mayores extensiones

de tierra cultivadas con amapola (figura 6) concentrando alrededor del 70% de la superficie

nacional dedicada a este cultivo de uso ilícito.

De manera similar al escenario que contextualiza el cultivo de coca, la amapola ha

encontrado en las tierras altas de Nariño unos lugares estratégicos para su implementación

debido, entre otras causas y factores, a: el bajo nivel de ingreso de los campesinos, la alta

presión demográfica sobre la tierra, el alto índice de desempleo rural, la falta o poca

presencia estatal y la influencia directa de grupos armados ilegales como la guerrilla de las

FARC y, en algunos lugares, el ELN.

Figura 6. Dinámica temporal de la amapola en el departamento de Nariño. Fuente:

UNODC (2014)

Así entonces, aunque se observan fuertes descensos en las áreas cultivadas con amapola,

los cuales están explicados por los diversos proyectos (militares y socioeconómicos)

asociados con el Plan Colombia (entre el 2004 y el 2008), la variación también obedece a

ciclos más cortos asociados a dinámicas locales de resiembra. Nuevamente, el fenómeno

del narcotráfico, que tiene bases globales trasciende de manera importante en las

estructuras socioeconómicas de una sociedad históricamente aislada.

4. LOS BIENES, SERVICIOS Y PROBLEMÁTICAS AMBIENTALES ASOCIADAS

AL TERRITORIO NARIÑENSE.

Los Servicios Ecosistémicos1 son los beneficios directos e indirectos que la humanidad

recibe de la biodiversidad y que son el resultado de la interacción entre los diferentes

componentes, estructuras y funciones que constituyen la biodiversidad. Los servicios

ecosistémicos han sido reconocidos como el puente de unión entre la biodiversidad y el ser

humano. Esto significa que las acciones que históricamente se han realizado para la

conservación de la biodiversidad (p.e. áreas protegidas, preservación de especies focales,

corredores biológicos, entre otros), no son actividades ajenas al desarrollo, sino que por el

contrario, han contribuido significativamente a la provisión de servicios ecosistémicos de

los cuales depende directa e indirectamente el desarrollo de todas las actividades humanas

de producción, extracción, asentamiento y consumo, así como el bienestar de nuestras

sociedades. En términos generales se pueden identificar cuatro tipos de servicios

ecosistémicos: Servicios de aprovisionamiento, culturales, de regulación y transporte.

En el departamento de Nariño, se presentan varios de estos servicios ecositemicos, pues

este posee una gran riqueza biológica con representaciones de prácticamente todos los

ecosistemas (alta, media y baja montaña, bosques secos, humedales, manglares, paramos,

entre otros). Además, de una posición estratégica donde confluyen características

ecológicas tanto de la franja del Choco Biogeográfico (0-1000 m) como del piedemonte

costero del pacifico (1000 – 2500 m), los Andes del norte (2500 – 4700 m) y las

estribaciones superiores de la Amazonia (2800 – 3000 m). Sumado a ello, el departamento

tiene alta población indígena (7,4 %), afrodescendiente (18,3 %) y mestiza (74,3 %). En si,

la interacción de las tres zonas biogeográficas determina la riqueza en términos hidro-

1 El concepto de servicios ecosistémicos incluye lo que tradicionalmente se conoce como bienes ambientales, ya que éstos son los mismos servicios de aprovisionamiento. De otro lado, no se utiliza el concepto de servicios ambientales pues este último se refiere en general al flujo de materiales, energía e información del capital natural, combinado con capital humano o manufacturado para el bien humano (Constanza, et al 1997). Los servicios ambientales están también relacionados con el suministro de recursos ambientales o saneamiento ambiental prestados por industrias y organizaciones sociales, como los servicios de alcantarillado, recogida y disposición de basuras, saneamiento y servicios similares, al igual que servicios de reducción de emisiones de los vehículos y servicios de reducción del ruido, entre otros, más no están necesariamente relacionados con los procesos y funciones de los ecosistemas, como sí lo están los servicios ecosistémicos

ecológicos, culturales y de biodiversidad de las tres regiones (Tabla 1), conviertiendolo en

un departamento muy diverso, multicultural y pluriétnico.

Tabla 1. Relación del número de especies por grupo taxonómico del país frente al

departamento de Nariño

Grupo No especies en Colombia

No especies en Nariño

%

Plantas 41.000 3.968 9.7Anfibios 766 80 10.7Reptiles 524 68 13,0Aves 1.865 1.050 56.3Mamíferos 471 182 37.5Mariposas 3.267 415 5.8Hormigas 900 176 19.5Escarabajos 283 94 18.4

Fuente: Asociación GAICA, 2012

Además, el departamento de Nariño, cuenta con varias estrategias, iniciativas y figuras para

la conservación y protección de su biodiversidad, entre ellas la laguna de La Cocha como

humedal Ramsar, áreas protegidas del Sistema de PNN (Santuario de Flora Isla de la

Corota, Santuarios de Flora y Fauna Galeras y Orito Ingui Ande y Parques Nacionales

Naturales Doña Juana - Cascabel y Sanquianga), áreas protegidas de carácter regional y

municipal y finalmente las iniciativas de conservación en predios de propiedad privada, que

corresponden a las Reservas Naturales de la Sociedad Civil. Las anteriores áreas

representan ecosistemas estratégicos para la conservación y para el aprovisionamiento de

bienes y servicios ecosistémicos.

Pese a tener un departamento con un alto potencial ambiental, se están desarrollando

motores de transformación que acentúan la degradación de los servicios ecosistemicos del

departamento de Nariño. Según Ministerio de ambiente y desarrollo sostenible (MADS) y

el programa de las naciones unidas para el desarrollo (PENUD) (2014) existen varios

motores para le pérdida de biodiversidad, de los cuales se retoman tres para esta actividad:

Motor uno. Cambio en el uso del suelo, por la expansión de la frontera

agropecuaria, que está avanzando hacia las áreas que tienen alguna categoría de

conservación, pues la deforestación ha conllevado a la degradación del suelo con

pérdida de nutrientes asociada al uso ganadero. Por otro lado los cultivos de uso

ilícito, están también ligados a la degradación del bosque, y tienen incidencia en la

deforestación, especialmente en la llanura pacifica caracterizada por la presencia de

selvas húmedas tropicales.

Motor dos. Disminución, pérdida o degradación de elementos de los ecosistemas

nativos y agroecosistemas. En este motor, de disminución de la biodiversidad,

encontramos la agroindustria, que esta representada por la transformación de los

ecosistemas, como por ejemplo, la siembra de palma africana en Tumaco,

catalogada como una “colonización-transformación” del territorio, ello incluye

participación de capital extranjero y la instalación de grandes empresas

agroindustriales que ha impulsado la llamada “locomotora de la agricultura”

(PNUD, 2011). Esta acción ha generado paisajes homogéneos dominados por

monocultivos. Por otro lado el apoyo gubernamental y el crecimiento de la demanda

de materias primas han propiciado una rápida expansión del sector minero en los

años recientes. Los títulos para la extracción de carbón y oro han aumentado

(Contraloría General de la República, 2008), en áreas estratégicas del departamento,

principalmente en la región Pacífica. La generación hidroeléctrica, que se da en las

cuencas de río Bobo y río Mayo tiene impacto sobre la pérdida de biodiversidad por

los cambios en el régimen hidrológico, que afectan la migración de peces e inciden

en los humedales y otros ecosistemas en los planos de inundación. En la última

década, los páramos y humedales altoandinos han comenzado a recibir especial

atención, por los servicios ecosistemicos y su alta vulnerabilidad al cambio

climático, pues son fuente principal de agua para consumo y generación de

electricidad. (MADS y PNUD, 2014)

Otro aspecto asociado a este motor es la urbanización, pues los procesos urbanos

han tenido efectos negativos sobre la región andina que es la que concentra la mayor

población. Entre las intervenciones de mayor impacto están la tala de bosques, los

agroquímicos, la erosión y la consecuente sedimentación en los cursos de agua; la

alteración del régimen fluvial por embalses y distritos de riego y el vertimiento de

efluentes tóxicos provenientes de fuentes urbanas.

Motor tres. Contaminación y toxificación del agua. La minería del carbón y oro, la

agricultura industrial y la ganadería, y los asentamientos humanos están

identificados por la Contraloría General de la Nación (2009) como causantes de

degradación de la calidad del agua. La contaminación tiene efectos severos sobre la

biodiversidad y pérdida de servicios como la provisión de agua limpia para

consumo humano y otros usos.

Es importante mencionar que los sectores productivos están estrechamente ligados con los

servicios ecositémicos, pues la degradación de estos asociados a regulación hídrica y

estabilidad de los suelos, combinada con climas extremos significo que en 2010 - 2011 se

destruyera cerca del 14% de la red vial nacional mientras que las inundaciones y

deslizamientos afectaron al 7% de la población colombiana.

El reto de alcanzar un desarrollo sostenible en el departamento de Nariño, nos enfrenta al

doble desafío de reducir o prevenir la contaminación y al mismo tiempo, mantener el

crecimiento económico, mejorando la calidad de vida de las personas. Para ello se han

diseñado varios instrumentos económicos con el fin de dar incentivos a los usuarios del

suelo, de manera que continúen ofreciendo un servicio ambiental (ecológico) que beneficia

a la sociedad como un todo. En algunos casos, estos incentivos buscan que los usuarios del

suelo adopten prácticas que garanticen la provisión de un servicio en particular. Por

ejemplo el Pago por Servicios Ambientales (PSA)2, se constituye en un incentivo a la

conservación de los ecosistemas por parte de quienes reciben esta compensación o “pago”.

Igualmente, el PSA se convierte en un incentivo económico para que quienes pagan por el

respectivo servicio, hagan un uso más eficiente del mismo. Un ejemplo de ello es la

experiencia desarrollada en el departamento de Nariño, en el Sector Cafetero, a través del

cual se generaron incentivos económicos para los productores por captura de gases efecto

invernadero (PSA carbono) con una oferta de 9.475 toneladas a 2015, de la cuales se

vendieron 7.017 toneladas; certificadas bajo el programa de gases efecto invernadero de

ICONTEC. Otro instrumento a considerar es el Certificado de Incentivo Forestal a la

Ccnservación orientado a quienes conservan bosques naturales. Esta iniciativa

2 Es un instrumento que se aplica cuando existen uno o varios “compradores” que remuneran monetariamente o con otro tipo de beneficios, a “oferentes” que destinan a la conservación áreas de su propiedad para la regulación hídrica u otro servicio ecosistémico (adaptado Ecoversa – Ecosecurities, 2007).

reglamentada por el decreto 900 de 1997, en la práctica no ha sido implementada, toda vez

que la autoridad ambiental del departamento (Corponariño) no han asignado los recursos

necesarios. Y finalmente los bonos de carbono están referidos a la conservación del medio

ambiente y en especial, para neutralizar el aumento de la contaminación global de la tierra

producto de emisiones contaminantes que realizan los países en sus procesos productivos

con el uso de combustibles fósiles, principalmente con petróleo. Pese a tener el

departamento de Nariño, varias áreas protegidas, aun no se ha explorado estas iniciativas de

financiamiento para la conservación.

De esta manera, la región tiene diversas posibilidades dentro del “mercado ambiental

global” una vez que muchos de estos instrumentos se reglamenten adecuadamente a nivel

nacional y se implementen a nivel departamental. Sin embargo, como en cualquier caso de

transacción comercial, es posible que los beneficios de derivados de los PSA (muy

prometedores dada la riquezas ecosistemíca del departamento) queden restringidos a ciertas

élites de intermediarios técnicos, mientras que las comunidades rurales encargadas

directamente de realizar los procesos de conservación recibirán apenas alguna fracción de

dichos beneficios.

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