Reconocer y valorar las diversas identidades de nuestro pueblo es una forma de respetar, de comprender y de cumplir con los derechos humanos. Las mujeres, las personas con capacidades especiales, los hijos e hijas de los desaparecidos, entre otros, son grupos sociales e históricos que construyen sus identidades, configurando a la vez la de un pueblo que intenta fortalecer la democracia y participar en la construcción de un país más libre y justo.La desvinculación del Estado de los intereses y necesidades de los ciudadanos en función del modelo neoliberal, instalado en los años 90, produjo el surgimiento de movimientos que buscaron su autonomía (desocupados, fábricas recuperadas, asociaciones comunitarias). La lucha por los derechos humanos es producto de estas construcciones colectivas. En las manifestaciones, en las expresiones gremiales, en las actividades barriales, se recuperan, se sostienen, se reconstruyen y se garantizan los derechos humanos. Identidades y derechos humanos I y II. www.educ.ar y otros