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Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”
Área Ciencias De la Salud
Medicina – A.D.I – Carirubana
Morfofisiopatología III
Hiper e Hipotiroidismo
TU Tiroideos
Estudiantes:
Anarbelis Dodero
Marianny Vargas
Yoanny Hoyer
Tyany Urbina
Héctor Rodríguez
Franyeli Catarí
Vimairis Valera
Marlyn Goitia
Eryanny Suarez
Lisbeth Blanchard
Prof.: Dra. Betty Cabaña
Sección: 04
Punto Fijo; Abril de 2016.
Glándula Tiroides: Es una glándula neuroendocrina, situada justo debajo de la nuez
de Adán, junto al cartílago tiroides sobre la tráquea. Pesa entre 15 y 30 gramos en
el adulto, y está formada por dos lóbulos en forma de mariposa a ambos lados de la
tráquea, ambos lóbulos unidos por el istmo. La glándula tiroides regula el metabolismo
del cuerpo, es productora de proteínas y regula la sensibilidad del cuerpo a
otras hormonas. La tiroides participa en la producción de hormonas,
especialmente tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). También puede producir (T3) inversa.
Estas hormonas regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y grado de
funcionalidad de otros sistemas del organismo. El yodo es un componente esencial
tanto para T3 como para T4. La tiroides es controlada por el hipotálamo y la glándula
pituitaria (o hipófisis). Esta glándula se desarrolla en el embrión entre la semana 3 y 5
del embarazo y aparece como una proliferación de epitelio proveniente
del endodermo sobre el piso faríngeo en la base de la lengua.
Tiroxina: (T4) Es La hormona más importante que produce la tiroides
contiene yodo y se llama tiroxina.
Ésta tiene dos efectos en el cuerpo:
Control de la producción de energía en el cuerpo: la tiroxina es necesaria para
mantener la tasa metabólica basal a un nivel normal.
Durante los años de crecimiento: mientras la hormona del crecimiento estimula
el aumento de tamaño, la tiroxina hace que los tejidos vayan tomando la forma
apropiada a medida que van creciendo adecuadas.
Triyodotironina: También conocida como T3, es una hormona tiroidea. Afecta a
casi todos los procesos fisiológicos en el cuerpo, incluyendo crecimiento y
desarrollo, metabolismo, temperatura corporal y ritmo cardíaco. Su función es
estimular el metabolismo de los hidratos de carbono y grasas, activando el
consumo de oxígeno, así como la degradación de proteínas dentro de las
células.
Tirotropina (TSH): Denominada también hormona estimulante de la
tiroides u hormona tirotrópica es una hormona producida por la hipófisis que
regula la producción de hormonas tiroideas (T4 y T3).
HIPERTIROIDISMO
Es una afección en la cual la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea.
La afección a menudo se denomina "tiroides hiperactiva". Como consecuencia
aparecen síntomas tales como taquicardia, pérdida de peso, nerviosismo y temblores.
En los seres humanos, las principales causas de este padecimiento son la enfermedad
de Graves o bocio tóxico difuso.
Fisiopatología:
El exceso de hormonas tiroideas (HT) induce un aumento global del
metabolismo, con una elevación del gasto energético, de la producción de calor y
consumo de oxígeno. Aumenta la síntesis proteica, pero en conjunto predomina
el catabolismo sobre el anabolismo, por lo que se produce un balance nitrogenado
negativo.
Debido al efecto catabólico se produce adelgazamiento (poco notable en
la polifagia). La piel se hace fina, aumenta la caída del cabello, las uñas se vuelven
frágiles y tienden a separarse del lecho ungueal
El exceso de hormonas tiroideas produce un aumento de la motilidad intestinal
por lo que aumentan el número de evacuaciones. Se sobrecarga el aparato
cardiovascular debido al aumento de las necesidades tisulares de nutrientes de
oxígeno, a la necesidad de disipar el exceso de calor producido y la hipersensibilidad
cardíaca a las catecolaminas. Aumenta la frecuencia cardiaca y pueden
aparecer arritmias.
Clasificación:
Hipertiroidismo primario:
El exceso de HT se debe a una enfermedad primaria del tiroides, con lo que estas
se elevan en sangre y suprimen la producción de TSH. Las enfermedades pueden ser:
1. Enfermedad de Graves-Basedow: se trata de una enfermedad de etiología
autoinmunitaria en la que se producen inmunoglobulinas contra el receptor de la
TSH que estimula la producción de HT y el crecimiento difuso del tiroides. La
gammagrafía tiroidea demuestra la existencia de un bocio con captación difusa.
Se desconoce qué desencadena la aparición de estos anticuerpos, aunque
existe una propensión familiar. La enfermedad se manifiesta con exoftalmos,
dermopatía infiltrante o mixedema pretibial.
2. Adenoma tiroideo tóxico: Es un tumor benigno del tiroides que se manifiesta
como un nódulo único que produce HT en exceso. El resto de la tiroides se
atrofia al suprimirse la producción de TSH, la gammagrafía tiroidea muestra la
presencia de un nódulo mientras que el resto de la tiroides no capta yodo.
3. Bocio multinodular tóxico o enfermedad de Plummer: se debe a un
crecimiento policlonal de células tiroideas que se manifiesta con múltiples
nódulos de diferente tamaño, consistencia y actividad. La gammagrafía tiroidea
muestra numerosas áreas con captación variable
4. Tiroiditis: se puede producir una tirotoxicosis por una brusca destrucción de la
tiroides con la salida de las HT almacenada a la sangre, el tiroides inflamado no
capta yodo radioactivo o lo capta escasamente.
5. Hipertiroidismo inducido por yodo: enfermedad de Jod-Basedow. Aparece al
administrar yodo a pacientes con bocio multinodular cuya producción de HT era
baja precisamente por la falta de yodo
Hipertiroidismo secundario:
El hipertiroidismo secundario se produce por el exceso de TSH por adenomas
hipofisiarios productores de TSH (muy infrecuente).
El Hipertiroidismo por gonadotropina coriónica aparecen por tumores trofoblásticos,
como el coriocarcinoma, y producen enormes cantidades de esta hormona,
molecularmente emparentada con la TSH, que puede activar el receptor tiroideo
normal de la TSH.
Tirotoxicosis por secreción ectópica de hormonas tiroideas, puede verse en el
rarísimo estruma ovárico (teratoma ovárico que tiene tejido tiroideo funcional).
Tirotoxicosis por ingestión de hormonas tiroideas en exceso, por lo general, un
efecto buscado por el profesional de salud, aunque puede deberse a error en la
dosis o a la ingestión de hormonas tiroideas con fines manipulativos.
Cuadro clínico:
Pérdida de peso,
Hiperfagia (aumento desmesurado del apetito),
Dolor y/o calambres intestinales,
Náuseas,
Vómitos.
Taquicardia,
Palpitaciones,
Hipertensión Sistólica,
Disnea de esfuerzo.
Exoftalmos,
Retracción del párpado superior
Edema periorbitario
Diagnostico:
Se realiza a través de un análisis de sangre, midiendo los niveles de T4. Un alto
nivel de esta hormona indica la presencia de hipertiroidismo (valores normales de T4:
4.5 - 11.2 μg/dl;4 y T4 libre: 0.8 - 1.9 ng/dl). Si el índice de sospecha es bajo, muchos
doctores prefieren medir hormona estimulante de la tiroides (TSH). Si la TSH se
suprime, puede haber una producción descontrolada de T4, mientras que una TSH
normal generalmente descarta una enfermedad tiroidea. La medición de anticuerpos,
como el anti-receptor TSH, contribuye al diagnóstico. El hipertiroidismo por lo general
es curable y sólo rara vez es potencialmente mortal. Algunas de sus causas pueden
desaparecer sin tratamiento.
Tratamiento:
Cirugía:
La tiroidectomía (extirpar la glándula en su totalidad o parcialmente) es un
tratamiento muy común para tratar el hipertiroidismo. Se basa en la extirpación de la
fuente de producción de hormonas tiroideas con la finalidad de restablecer los valores
plasmáticos normales de éstas.
Yodo radiactivo:
El yodo radiactivo se administra oralmente (líquido o en pastillas), en una sola
toma, para eliminar la glándula hiperactiva. El yodo administrado es distinto al que se
usa para el examen radiológico.
Medicamentos:
Los fármacos no son utilizados para su tratamiento y en su contra son los denominados
fármacos antitiroideos, los cuales bloquean la acción de la glándula tiroides y, por
consiguiente, impiden la producción de hormonas tiroideas.
HIPOTIROIDISMO
El hipotiroidismo es un trastorno endocrino producido por un déficit de hormonas
tiroideas, en la mayor parte de los casos debido a una alteración de la glándula
tiroides (hipotiroidismo primario). En las zonas donde la ingesta de yodo es suficiente,
la tiroiditis crónica autoinmune (enfermedad de Hashimoto) es la causa más común del
hipotiroidismo.
Clasificación:
Se pueden realizar distintas clasificaciones del hipotiroidismo:
Según el nivel anatómico donde se produzca la disfunción:
Hipotiroidismo primario (si se localiza en la glándula tiroides).
Hipotiroidismo secundario o central (si se sitúa en la región hipofisaria o a nivel
hipotalámico).
Hipotiroidismo periférico (por resistencia periférica hormonal).
Atendiendo a su inicio:
Hipotiroidismo congénito (se presenta en el momento de nacer, o incluso antes) o
hipotiroidismo adquirido.
De acuerdo a su severidad:
Hipotiroidismo subclínico (niveles de TSH elevados, con hormonas tiroideas libres
dentro de rangos normales ) o hipotiroidismo clínico (baja concentración de T4 libre en
suero con TSH elevada).
Etiología:
Según el nivel anatómico donde se produzca la disfunción:
Hipotiroidismo primario
Está causado por la incapacidad de la glándula tiroides para producir suficiente
cantidad de hormona.
Hipotiroidismo secundario o central
Es debido a una estimulación inadecuada de una glándula
tiroidea intrínsecamente normal, o por un defecto a nivel hipofisario o hipotalámico. En
la práctica clínica, suele resultar difícil diferenciar el hipotiroidismo hipofisiario del
hipotalámico, por lo que se denomina simplemente hipotiroidismo secundario o central.
Hipotiroidismo periférico
En situaciones muy raras, las manifestaciones clínicas del hipotiroidismo son
provocadas por una incapacidad de los tejidos blandos para responder a la hormona
tiroidea (resistencia a la hormona tiroidea), o por la inactivación periférica de
las hormonas tiroideas. Por esta razón, se le conoce como hipotiroidismo periférico.
De acuerdo a su severidad:
Hipotiroidismo subclínico
El hipotiroidismo subclínico se produce cuando hay un nivel persistentemente
alto de TSH, mientras que los niveles circulantes de hormonas tiroideas libres (T4 y T3)
están dentro de rangos de normalidad. El riesgo de progresión a hipotiroidismo clínico o
manifiesto aumenta con la presencia de autoanticuerpos, los antecedentes familiares y
la presencia de bocio. El papel del yodo es controvertido, si bien parece haber mayor
incidencia de hipotiroidismo subclínico en zonas con ingesta de yodo insuficiente.
Hipotiroidismo clínico o manifiesto
El hipotiroidismo clínico o manifiesto se produce cuando existen niveles
elevados de TSH, junto con niveles por debajo del rango de normalidad de
las hormonas tiroideas libres.
Cuadro clínico:
Heces duras o estreñimiento
Aumento de la sensibilidad a la temperatura fría
Fatiga o letargo
Hipermenorrea
Artralgias o mialgias
Palidez o piel reseca
Tristeza o depresión
Cabello o uñas quebradizas y débiles
Debilidad
Aumento de peso
Diagnostico:
La única prueba validada para diagnosticar el hipotiroidismo primario es la
medida de la hormona estimulante del tiroides (TSH) y de la tiroxina libre (T4-L). Sin
embargo, sus niveles pueden verse afectados por enfermedades no tiroideas. Los
valores normales de TSH de 5 uUI/mL
Tratamiento:
El hipotiroidismo se trata con Levotiroxina la dosis puede variar de acuerdo a los
resultados de laboratorio.
.
NODULOS TIROIDEOS
Es una neoplasia (protuberancia) en la glándula tiroides, la cual está localizada
en el cuello, exactamente por encima de donde se encuentran las clavículas en el
centro.
Causas:
Los nódulos tiroideos son neoplasias de células en la glándula tiroidea y pueden:
Ser benignos o malignos.
Estar llenos de líquidos (quistes).
Ser un nódulo o un grupo de nódulos pequeños.
Estar produciendo hormonas tiroideas (calientes) o no produciéndolas (fríos).
Los nódulos tiroideos son más comunes en las mujeres que en los hombres y la
posibilidad de se desarrollen incrementa con la edad.
Sólo unos pocos nódulos tiroideos se deben a cáncer de tiroides. Un nódulo
tiroideo tiene más probabilidades de ser canceroso si usted:
Tiene un nódulo duro.
Tiene un nódulo adherido a estructuras cercanas.
Tiene antecedentes familiares de cáncer de tiroides.
Ha notado un cambio en la voz.
Es menor de 20 años o mayor de 70.
Tiene antecedentes de exposición a la radiación en cabeza y cuello.
Es de género masculino.
No siempre se encuentran las causas de los nódulos tiroideos, pero pueden
abarcar:
Enfermedad de Hashimoto
Deficiencia de yodo en la alimentación
Síntomas:
La mayoría de los nódulos tiroideos son asintomáticos.
Los nódulos grandes pueden ejercer presión contra otras estructuras en el
cuello, lo que provoca síntomas como:
Bocio o una glándula tiroides agrandada o tumoraciones en el cuello.
Ronquera o cambio de la voz.
Dolor en el cuello.
Problemas respiratorios, especialmente al estar acostado.
Dificultad para deglutir alimentos.
Los nódulos que producen hormonas tiroideas probablemente provocarán
síntomas de hipertiroidismo, como:
Piel pegajosa y fría.
Pulso acelerado
Aumento del apetito
Nerviosismo
Inquietud
Rubor o sofoco de la piel
Pérdida de peso
Periodos menstruales irregulares
Los nódulos tiroideos se encuentran algunas veces en personas que padecen
la enfermedad de Hashimoto, la cual puede causar síntomas de hipotiroidismo como:
Piel seca.
Hinchazón facial.
Fatiga.
Pérdida del cabello.
Sentir frío cuando otras personas no lo sienten.
Aumento de peso.
Periodos menstruales irregulares.
Pruebas y exámenes:
Con mucha frecuencia, los nódulos son asintomáticos. Los médicos encuentran
nódulos tiroideos sólo durante un examen físico de rutina o exámenes imagenológicos
que se realizan por otra razón. Unas pocas personas tienen nódulos tiroideos que son
tan grandes que los notan por sí solos y llevan a que el médico les examine el cuello.
Si el médico encuentra un nódulo o usted tiene síntomas de tener uno, se
pueden hacer los siguientes exámenes:
Nivel de la hormona estimulante de la tiroides (HET) y otros exámenes de sangre para
la tiroides.
Ecografía de tiroides.
Gammagrafía de la tiroides.
Biopsia por aspiración con aguja fina.
Tratamiento:
El médico puede recomendar la cirugía para extraer parte o toda la glándula
tiroides si el nódulo:
Se debe a un cáncer de tiroides.
Está causando síntomas como problemas para deglutir o respirar.
No se puede diagnosticar como cáncer o no cáncer.
Se cree que está produciendo demasiada hormona tiroidea.
Los pacientes con nódulos que estén produciendo demasiada hormona
tiroidea se pueden tratar con yodo radiactivo. Este tratamiento reduce su tamaño y
actividad. A las mujeres embarazadas no se les administra este tratamiento.
Tanto la cirugía para extirpar el tejido de la glándula tiroides como el tratamiento
con yodo radiactivo pueden causar hipotiroidismo (tiroides hipoactiva) de por vida, lo
cual necesita tratamiento con reemplazo de hormona tiroidea.
Para los nódulos benignos que no causan síntomas y no están creciendo, el
mejor tratamiento puede ser:
Control cuidadoso con un examen físico y ecografía.
Una biopsia de la tiroides repetida de 6 a 12 meses después del diagnóstico,
especialmente si el nódulo ha crecido.
Otro posible tratamiento es una inyección de etanol (alcohol) en el nódulo para
reducirlo de tamaño.
CANCER TIROIDEO
Es el cáncer que comienza en la glándula tiroides, la cual está localizada en el
interior y al frente de la parte baja del cuello.
Causas:
El cáncer tiroideo puede ocurrir en todos los grupos de edades.
La radiación incrementa el riesgo de padecer cáncer de tiroides. La exposición
puede ocurrir a raíz de:
Radioterapia en el cuello (especialmente en la niñez).
Exposición a la radiación por desastres en plantas nucleares.
Otros factores de riesgo son antecedentes familiares de cáncer tiroideo y
de bocio crónico.
Existen varios tipos de cáncer tiroideo:
Carcinoma anaplásico de tiroides: (también llamado cáncer de células gigantes y
fusiformes) es la forma más peligrosa de cáncer tiroideo; es poco común y se disemina
rápidamente. Es el subtipo más raro y se asocia a mal pronóstico y rápida evolución.
Es el más agresivo de todos los tumores tiroideos. Ocurre con una frecuencia del 5-
10% de todas las neoplasias tiroideas y menos del 10% de los pacientes tratados
sobreviven a largo plazo. Aparece entre la séptima y la octava década de la vida y es
extremadamente raro en menores de veinte años. Es más frecuente en mujeres con
una proporción 3:1. Clínicamente se caracteriza por una masa en la región anterior del
cuello de rápido crecimiento acompañado de síntomas de compresión de las vías
digestivas y aéreas superiores produciendo dolor cervical, disfonía y disfagia por
invasión tumoral difusa de estas estructuras. Esta invasión limita el papel de la cirugía
que suele ser paliativa, reductora de masa y casi nunca radical. Se considera estadio
IV desde el diagnostico basado en su histología y comportamiento biológico. Poseen
capacidad de diseminación por todas las vías, estando presentes metástasis
ganglionares cervicales y metástasis a distancia entre el 18 y 50% de los casos al
diagnóstico. Las localizaciones metastásicas más frecuentes son los pulmones (90%),
el hueso (15%) y el cerebro (15%). Son características las metástasis cutáneas,
apareciendo frecuentemente en el cuero cabelludo. Es un tumor con nula o escasa
respuesta al tratamiento, pero en aquellos pacientes en los que sea posible la
resección quirúrgica se debe realizar (tiroidectomía total y linfadenectomía).
Carcinoma folicular de tiroides: representa entre el 5 y el 10% de los tumores de
tiroides, su comportamiento es más agresivo que el del carcinoma papilar, pudiendo
metastatizar hasta en el 30% de los casos. El carcinoma folicular tiene una mayor
probabilidad de reaparecer y diseminarse.
Es también más frecuente en mujeres (2-3:1). La edad de aparición es un poco más
alta siendo típico de lugares donde existe bocio endémico. Con frecuencia es difícil de
distinguir del tiroides normal y una vez que se ha extirpado la mitad del tiroides y se ha
analizado, se puede saber con certeza que es un tumor maligno y en ocasiones es
necesario reintervenir para quitar todo el tiroides. Clínicamente se presenta de forma
similar al papilar como un nódulo tiroideo indoloro sobre una glándula sana o sobre un
bocio multinodular.
Carcinoma medular de tiroides: supone alrededor del 5% de los tumores de tiroides.
Es un tumor neuroendocrino que deriva de las células C, productoras de calcitonina.
Esta hormona se encarga de la regulación de los niveles de calcio en sangre. El 80%
son esporádicos, sin embargo, un 20% de los tumores de este tipo se asocian a un
síndrome hereditario que se asocia a otros tumores endocrinos (Neoplasia Endocrina
Múltiple o MEN 2). Los casos esporádicos suelen presentarse en la quinta-sexta
década de la vida con un discreto predominio femenino. Su forma de presentación más
común es como nódulo solitario tiroideo. En la mayoría de los pacientes con CMT, la
enfermedad ya se ha diseminado en el momento del diagnóstico. El 50% de los casos
presenta signos clínicos de afectación linfática cervical y el 5% presenta enfermedad
diseminada multifocal. Los síntomas son causados por la secreción de calcitonina y
otras sustancias. Esto puede provocar diarrea, flushing (enrojecimiento facial) y en
ocasiones puede producir un cuadro endocrino más complejo denominado síndrome de
Cushing.
Carcinoma papilar de tiroides: es el tipo más frecuente, representa entre el 80 y el
90% de los casos. Se origina a partir de las células foliculares del tiroides. Se presenta
como un nódulo tiroideo solitario, aunque en 35-45 % de los casos se puede asociar a
metástasis de los ganglios linfáticos. Su incidencia es mayor en la mujer y en pacientes
con antecedentes de irradiación cervical. Generalmente afecta a mujeres en edad
reproductiva. Se disemina lentamente y es el tipo de cáncer tiroideo menos peligroso
Sólo en fases avanzadas, después de años de evolución, suele producirse invasión de
estructuras vecinas y metástasis a distancia, siendo muy rara su diseminación por la
sangre (a los pulmones).
Síntomas:
Los síntomas varían dependiendo del tipo de cáncer tiroideo, pero pueden
abarcar:
Tos.
Disfagia.
Agrandamiento de la glándula tiroides.
Disfonía.
Hinchazón en el cuello.
Tumor (nódulo) tiroideo.
Pruebas y exámenes:
El médico llevará a cabo un examen físico. Esto puede revelar una
protuberancia en la tiroides o inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello.
Se pueden realizar los siguientes exámenes:
Examen de calcitonina en la sangre para buscar cáncer medular de tiroides.
Laringoscopia (mirar dentro de la garganta con un espejo o una sonda flexible llamada
laringoscopio puesta a través de la boca).
Biopsia de tiroides.
Gammagrafía de la tiroides.
TSH, T4 libre (exámenes de sangre para la función tiroidea).
Ecografía de la tiroides.
Tratamiento:
El tratamiento depende del tipo de cáncer tiroideo.
Casi siempre se lleva a cabo una cirugía. Por lo general se extirpa toda la
glándula tiroides. Si el médico sospecha que el cáncer se ha diseminado a los ganglios
linfáticos en el cuello, éstos también se extirparán.
Se puede realizar radioterapia con o sin cirugía. Ésta se puede llevar a cabo:
Apuntando la radiación de haz externo (rayos X) a la tiroides.
Tomando yodo radiactivo por vía oral.
Después del tratamiento para cáncer de tiroides, usted debe tomar pastillas de
hormona tiroidea por el resto de su vida. La dosis generalmente es un poco mayor de lo
que necesita el cuerpo, lo que ayuda a impedir que el cáncer reaparezca. Las pastillas
también reemplazan la hormona tiroidea que su cuerpo necesita para funcionar de
manera normal.
Si el cáncer no responde a la cirugía ni a la radioterapia y se ha diseminado a
otras partes del cuerpo, se puede utilizar la quimioterapia. Esto sólo es efectivo para un
pequeño número de pacientes.