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1 “2013 –Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” Ministerio de Educación Para leer con todo Propuesta para el plurigrado de la escuela rural LA BELLA DURMIENTE EN EL AULA DEL PLURIGRADO La be La be La be La bella durmiente lla durmiente lla durmiente lla durmiente 1 Los cuentos tradicionales constituyen una oferta inagotable de lectura para los niños pequeños y los no tan pequeños. Se trata de narraciones que se vienen repitiendo a lo largo de los siglos: los niños disfrutan del relato leído, pasan las páginas de los cuentos buscando reencontrarse con las imágenes de los protagonistas y con las escenas recordadas, temidas o esperadas. Buscan en el texto la frase de la malvada bruja, la escena del encuentro entre la niña y el príncipe, el momento de la fiesta… Muchas generaciones repiten estos relatos y, seguramente, los chicos volverán a encontrarlos en cientos de versiones distintas e iguales a la vez, donde confirmarán quiénes son los que requieren y merecen la ayuda de algún hada o duende, quiénes los malvados que desean dañarlos, quiénes los que acudirán a salvarlos como los guardabosques o el propio príncipe. Estas viejas historias, junto con otras muchas de carácter local que llegan a oídos de los niños a través del relato familiar y escolar y junto, también, con otros cuentos que les acercan historias más cercanas a la vida cotidiana –los amigos, los juegos, la escuela; los encuentros, las penas, el dolor y la risa- enriquecen a los chicos, ponen en sus manos un repertorio de situaciones que los ayudan a ampliar sus posibilidades de interpretar nuevos relatos y a hacerse lectores. El aula del plurigrado rural reúne alumnos de edades, intereses y saberes diversos; cada chico del aula puede encontrar en el cuento un aspecto diverso o un punto de 1 Al final de la secuencia se puede encontrar una versión de La Bella Durmiente, versión on line: http://www.ebicentenario.org.ar/documentos/mat_lengua/Sec_de_lectura_La_Bella_Durmiente.pdf

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“2013 –Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813”

Ministerio de Educación

Para leer con todo

Propuesta para el plurigrado de la escuela rural

LA BELLA DURMIENTE EN EL AULA DEL PLURIGRADO

La beLa beLa beLa bella durmientella durmientella durmientella durmiente1111

Los cuentos tradicionales constituyen una oferta inagotable de lectura para los niños

pequeños y los no tan pequeños. Se trata de narraciones que se vienen repitiendo a lo

largo de los siglos: los niños disfrutan del relato leído, pasan las páginas de los cuentos

buscando reencontrarse con las imágenes de los protagonistas y con las escenas

recordadas, temidas o esperadas. Buscan en el texto la frase de la malvada bruja, la

escena del encuentro entre la niña y el príncipe, el momento de la fiesta…

Muchas generaciones repiten estos relatos y, seguramente, los chicos volverán a

encontrarlos en cientos de versiones distintas e iguales a la vez, donde confirmarán

quiénes son los que requieren y merecen la ayuda de algún hada o duende, quiénes los

malvados que desean dañarlos, quiénes los que acudirán a salvarlos como los

guardabosques o el propio príncipe.

Estas viejas historias, junto con otras muchas de carácter local que llegan a oídos de

los niños a través del relato familiar y escolar y junto, también, con otros cuentos que

les acercan historias más cercanas a la vida cotidiana –los amigos, los juegos, la

escuela; los encuentros, las penas, el dolor y la risa- enriquecen a los chicos, ponen en

sus manos un repertorio de situaciones que los ayudan a ampliar sus posibilidades de

interpretar nuevos relatos y a hacerse lectores.

El aula del plurigrado rural reúne alumnos de edades, intereses y saberes diversos;

cada chico del aula puede encontrar en el cuento un aspecto diverso o un punto de

1 Al final de la secuencia se puede encontrar una versión de La Bella Durmiente, versión on line: http://www.ebicentenario.org.ar/documentos/mat_lengua/Sec_de_lectura_La_Bella_Durmiente.pdf

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partida particular para profundizar su acercamiento a la lectura y su formación como

lector: el docente abre las propuestas para que todos progresen a partir de participar

en un situación inicial compartida de lectura de cuentos tradicionales.

Secuencia didáctica

En primer lugar, se enumeran las situaciones en las que predominan las propuestas de

lectura; en segundo lugar, las situaciones en las que predominan las propuestas de

escritura. Unas y otras se alternan en el desarrollo de las clases. La lectura y la

escritura constituyen procesos independientes que se fortalecen uno a otro.

Situaciones de lectura

• El maestro lee para todos La Bella Durmiente

- Ambientación y presentación

El docente crea un clima que predisponga a los chicos a disfrutar de la lectura. Esta

predisposición se va generando en el grupo poco a poco cuando confluyen algunas

variables: la convicción del maestro –su gusto personal por la lectura, el saber que

“escuchar leer” forma parte de “enseñar a leer”-, la frecuencia sostenida de las

instancias de lectura en voz alta2, el intercambio acerca de lo leído una vez concluida la

lectura, el libre acceso de los chicos a los textos que el maestro lee, leyó o leerá para

que todos tengan la oportunidad de reencontrarse en algún momento con lo que

saben que dice porque ya conocen la historia.

Para introducir a los chicos en el mundo del cuento, antes de comenzar a leer, el

maestro presenta a los autores de la obra, en este caso, los Hermanos Grimm. Es

probable que los niños conozcan otros títulos de estos autores: Caperucita Roja,

Blancanieves, La hija del Molinero y otros. La primera presentación de los autores es

breve, el maestro reserva para días posteriores la profundización del acercamiento a

ellos (ver próximas actividades).

2 Una vez por semana, por lo menos, en día y hora fijos para generar expectativa entre los chicos y provocarlos para que ellos mismos reclamen el tiempo de la lectura. En lo posible, el docente organiza con participación de los alumnos un listado de títulos seleccionados entre todos y un plan de lectura literaria a cargo del maestro o de los chicos más grandes que –antes del día fijado- ensayan la lectura junto con el maestro, en un espacio privado.

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- Lectura por parte del maestro “propiamente dicha”

La composición del grupo del plurigrado orienta diversos aspectos de esta secuencia; si en el aula se

encuentra un chico o más de uno que cursa los últimos grados de la escuela o que en años anteriores ha

participado de la lectura del mismo cuento o de otros de los mismos autores, el docente prevé para ellos

una propuesta diferente en las instancias de lectura por parte del maestro:

- Un cambio de voces: Dos o tres días antes prepara con ellos esta instancia; “revisan” el cuento,

lo hojean y lo recuerdan. Dice el maestro: “Busquemos fragmentos donde Uds. me ayuden con

la lectura”. La descripción de la princesita, la aparición del hada malvada, el diálogo entre la niña

y la vieja que tejía con el huso, la descripción del castillo después de que entrara en vigencia el

hechizo (todos duermen por cien años). La selección de los fragmentos resulta para los alumnos

mayores un verdadero desafío lector -¿por qué una descripción o un diálogo muy significativo

constituyen momentos diferenciados a lo largo de una narración relativamente extensa?- y a la

localización efectiva de los mismos en el o los ejemplares que necesitan tener en sus manos o

ante su vista si el maestro lo presenta en pantalla. La localización de los fragmentos lleva

también a tomar una decisión respecto a los alcances de cada fragmento: desde dónde hasta

dónde y por qué. Los alumnos necesitarán realizar en sus ejemplares marcas de algún tipo y

trabajar sobre los fragmentos durante un día dedicado al ensayo de la lectura. Al momento de la

lectura, cada uno estará pendiente de su entrada o momento de lectura y el maestro acordará

con ellos un guiño – descenso de la voz, pausa, mirada- que les asegure cuál es el momento

justo. Los ensayos, por otra parte, constituyen una oportunidad interesante de “práctica de la

lectura para otros”, es decir, en voz alta (Ver más abajo Contenidos específicos del 2° ciclo).

- Alumnos –lectores: La preparación de la lectura del próximo cuento previsto en la “agenda de

lectura” también favorece el mejoramiento de las posibilidades lectoras de los chicos que están

en el último tramo de la primaria. Se trata de una situación que no puede transformarse en

situación habitual; los chicos del segundo ciclo tienen que alcanzar sus propias metas de

aprendizaje y no asumir un rol de colaboradores de sus compañeros más pequeños. Por otra

parte, también ellos disfrutan de escuchar leer al maestro y aprenden a ser mejores lectores al

hacerlo. Sin embargo, en alguna ocasión pueden preparar la lectura de uno de los cuentos

previstos en la “agenda de lectura”. Esta situación exige preparación: conocimiento del cuento,

ensayo en pequeño grupo si los chicos son al menos dos, ensayo con el maestro, decisiones

según la extensión del cuento (¿lee un solo alumno?, ¿reparten entre varios la lectura?, y en ese

caso, ¿en qué momentos conviene cambiar de lector?, ¿cómo preparan la presentación del

cuento que harán a sus compañeros? (Ver más abajo Contenidos específicos del 2° ciclo)

- El docente lee el cuento

Durante la lectura el maestro no saltea párrafos ni sustituye palabras para facilitar la

comprensión. Es necesario permitir que los niños puedan acceder a los cuentos tal como

fueron escritos. La comprensión global del cuento (la historia de una princesita que resulta

víctima del enojo del hada-bruja que vaticina su muerte y a quien salva un hada buena a través

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de un hechizo) da sentido a las palabras desconocidas y no al revés. El conocimiento de los

cuentos permite que los niños empleen en sus momentos de juego palabras como hechizo,

lecho, dones o rueca y que no se sorprendan ante usos lingüísticos como las formas verbales

del vosotros que no se utilizan en el lenguaje corriente de nuestra región. Si un niño pregunta,

por ejemplo, “qué es una rueca”, el maestro responde “un instrumento que se usa para tejer y

tiene una especie de aguja”, pero continúa la lectura. La lectura literaria es una fuente

privilegiada para ampliar las posibilidades de expresión de los lectores.

Veamos una serie de expresiones que pueden hallarse en la versión sugerida de La Bella

Durmiente3. El maestro puede retomar algunas de ellas (¡solo algunas!) si teme que puedan

resultar poco claras para los chicos. Las retoma en el contexto de su aparición en el cuento y

las explica muy brevemente confiando en que el conocimiento de la historia les permitirá

comprender el sentido de muchas expresiones que los niños no podrían explicar si las

escucharan o leyeran aisladamente.

“He ahí que la joven hada se adelantó para tomar la palabra.”

“Más he aquí que cierto día, cuando la princesa cumplió quince años...”

“¿Qué estáis haciendo?”

“...y la cocinera seguía con el ave en su regazo dispuesta a desplumarla...”

“La princesa se pinchó el dedo con el huso y, en ese mismo momento, cayó sobre el lecho...”

- El maestro abre un espacio de intercambio sobre lo escuchado

Después de la lectura, el maestro promueve los comentarios para reflexionar acerca de la

historia y cómo está contada. En estos espacios, los niños tienen oportunidad de intercambiar

acerca del impacto personal que el relato les produjo, al mismo tiempo que profundizan su

interpretación de la historia.

Una vez concluida la lectura, el maestro deja unos minutos de silencio: da lugar a que los

chicos permanezcan en el ambiente de la historia. Después de este breve tiempo, si alguno de

ellos hace un comentario (“Ya conocía el cuento”, “yo vi la película”) el maestro puede

retomarlo y orientar el diálogo hacia la comparación de versiones: ¿Había también en la

película (o en el cuento que vos conocías) un hada que le hacía un hechizo para que la

princesita muriera? De este modo, retoma las palabras de alguno de los chicos sin apartarse de

su propósito de “abrir un intercambio sobre lo leído”.

No se trata de re-narrar oralmente la historia sino de comentar aspectos que hayan podido

impactar a los chicos. De allí que sus preguntas sean invitaciones al intercambio entre los

3 http://www.ebicentenario.org.ar/documentos/mat_lengua/La%20bella%20durmiente.pdf

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niños y con el mismo docente pero no guarden necesariamente un orden cronológico en

relación con los momentos del cuento.

- ¿Por qué creen que el rey invitó a las hadas a la fiesta? ¿Qué regalos esperaba el rey

que las hadas trajeran para la niña?

Es interesante dialogar con los chicos acerca de los dones.

La fiesta fue verdaderamente espléndida y, al final del banquete, las hada ofrecieron sus dones a la

recién nacida.

La primera le dio la bondad; la segunda, la belleza; la tercera le otorgó la inteligencia y la siguiente, la

riqueza. Y así sucesivamente, le otorgaron todo aquello que en el mundo pueda desearse.

El maestro puede dejar abierta la pregunta -¿se cumplieron los dones?, ¿dice el narrador si se

cumplieron los dones?- para fundamentar su propuesta del día siguiente: releer todo el cuento

con los niños de primer ciclo y ayudarlos a localizar en el texto si efectivamente la niña recibe

estos dones o regalos de las hadas. Esta postergación también puede dar lugar a una

profundización en la propuesta que se hace a los alumnos del segundo ciclo, como se verá

luego.

- ¿Qué les pareció a Uds. el hada vieja? ¿A qué otro personaje de cuentos se parece el

hada?

La comparación entre las otras hadas y esta deja al hada envidiosa en un lugar muy cercano al

personaje de la bruja de los cuentos. Como la relectura es una situación que da lugar a que los

chicos –los de primero y los de segundo ciclo- accedan a un conocimiento más profundo del

texto, el maestro puede releer el episodio de la entrada del hada para que –entre todos-

recuperen cuáles son las características de este personaje que les pueden hacer pensar que es

una bruja.

- ¿Uds. creen que el hada vieja le ofreció “un don” a la princesa? ¿Qué hizo, qué don le

otorgó?

- ¿Se acuerdan de la viejecita que hilaba con su rueca?, ¿qué les parece? ¿Era tan buena

como parecía (porque algunos chicos dicen que esta viejecita es el hada vieja

disfrazada)? ¿Uds. qué piensan?

- A mí me causaron gracia algunas escenas del cuento que ocurren justo cuando la

princesa cae dormida en el lecho, ¿se acuerdan de alguna?

En el transcurso de este momento de intercambio a partir de lo leído, el maestro del plurigrado

da la palabra a todos los niños que deseen participar, regula la intervención de los más

pequeños y de los más grandes, retoma algunas intervenciones –“¿Escucharon a Silvina? Ella

piensa que la viejecita que hilaba en su rueca era una pobre viejecita que no había escuchado

la orden del rey?, ¿Uds. qué piensan? Voy a leer de nuevo este fragmento a ver qué les parece”

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Mas he aquí que cierto día, cuando la princesita cumplió los quince años, el rey y la reina se hallaban ausentes del palacio. Entonces, la joven se quedó sola y quiso conocer todos los rincones del castillo. Entró y salió de todas las habitaciones que se le antojaban, hasta que llegó a una torre. Subió por una estrecha escalera escondida y llegó a una puertecita que nunca había visto. En la cerradura estaba puesta una llave enmohecida. La princesa la hizo girar y la puerta se abrió. En la pequeña habitación, una viejecita, con un huso en la mano, hilaba laboriosamente lino blanco como la nieve. – Buenos días, buena mujer – saludó la princesa –. ¿Qué estáis haciendo? – Estoy hilando – contestó la vieja moviendo la cabeza al compás de la rueca. – ¿Qué es esa cosa tan bonita, cuyas ruedas giran tan alegremente? – preguntó la princesa, y tomando la rueca quiso hilar también. Mas apenas hubo tocado la rueca, el destino se cumplió fatalmente. La princesa se pinchó el dedo con el huso, y en ese mismo momento, cayó sobre el lecho que estaba en la habitación y se quedó dormida con un profundo sueño que pronto se propagó por todo el castillo.

El diálogo entre los niños –orientado por el maestro- permite profundizar la comprensión de lo

leído. Cuando se suscitan diferentes opiniones -y aun cuando el mismo maestro plantea

intencionalmente posibles contradicciones- entre lo que unos dicen y otros creen, el docente

recurre a la relectura de los fragmentos correspondientes.

Al releer fragmentos, el texto mismo pasa a participar del intercambio; se escuchan las voces

de los chicos, del maestro y del cuento. En el ejemplo, el lector puede sospechar que la

viejecita es la misma bruja disfrazada o pensar que es una inocente anciana. La relectura del

fragmento no termina de aclarar las dudas pero ofrece argumentos para ambos bandos: todos

los chicos están convocados a escuchar con atención para identificar argumentos que

corroboren su postura, de ese modo se acercan un poco más a la comprensión de la historia y

se familiarizan con el contexto verbal4: la estrecha escalera escondida, la puertecita, la llave

enmohecida… Esta familiaridad se logra progresivamente a medida que los chicos escuchan y

leen el cuento y lo vuelven a leer.

El intercambio entre los chicos de los diversos grados y el maestro es libre: el maestro no

necesita preocuparse porque los chicos “recuerden” la historia y la renarren ordenadamente.

Se trata de comentar impresiones y, en lo posible, de dar lugar a que el maestro relea algunos

fragmentos para dilucidar dudas o contradicciones que puedan manifestar los niños.

4 Los chicos acceden rápidamente a la historia; la relectura de fragmentos significativos en el momento del intercambio entre lectores y la relectura en otros momentos los acerca al contexto verbal propiamente dicho, al relato, a las expresiones o modos de decir.

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• Los niños leen

- Los ejemplares ante los ojos de los niños

Mientras los niños de primer ciclo y alguno de los que cursa cuarto grado, por ejemplo, sin haber logrado

un buen desempeño como lector autónomo, participan de este momento de lectura, los chicos más

grandes desarrollan una tarea específica: indagan sobre la vida de los Hermanos Grimm con el propósito

–en principio- de hacer que todo el grupo de compañeros del plurigrado conozca datos de los autores. El

maestro provee los materiales y les indica que averigüen sobre vida y obra de los autores de La Bella

Durmiente; los deja por el momento: volverá con ellos al cabo después de un cuarto de hora5.

Cuando, como en esta propuesta, se intenta profundizar en la lectura de determinado cuento,

es necesario que varios ejemplares circulen en el aula de plurigrado (fotocopiados o en

pantalla, si es que no se cuenta con ejemplares suficientes) para que los chicos de primer ciclo

o los que aun no lograron una lectura autónoma y convencional puedan seguir la lectura del

maestro.

Seguir la lectura del maestro con el texto a la vista es una estrategia para enseñar a leer.

Cuando el maestro advierte que alguno de los niños pequeños está perdido -sin interrumpir su

lectura- le indica con el dedo por dónde va. También puede advertirles “damos vuelta la hoja”

o “vamos por aquí” mostrando la página correspondiente.

No se espera que los niños que están aprendiendo a leer sigan puntualmente la lectura; se

trata, en cambio, de que empiecen a localizar en el libro fragmentos significativos apoyándose

en las imágenes, en el conocimiento que tienen de la historia después de sucesivas lecturas del

maestro, en la ubicación del fragmento al principio o al final de la historia: si el docente pide

que busquen la escena de la boda del príncipe y la Bella Durmiente se espera que cada vez se

orienten con mayor seguridad hacia el final del libro. Todos los lectores recurren a estas

estrategias cuando necesitan localizar determinado fragmento de un libro, los niños necesitan

apropiarse de ellas.

- Relectura del cuento

La lectura con el texto a la vista puede reiterarse con el propósito de buscar algunos datos

específicos del relato (cómo son las hadas en este cuento, qué características tienen, son todas

iguales las hadas de este cuento; qué ocurre en las escenas que siguen después de que la

princesa cae dormida); los niños que todavía no leen convencionalmente recurren a diferentes

indicadores para localizar determinados fragmentos cuando tienen el texto en sus manos y

pueden dar cuenta de dichos recursos a pedido del maestro. Veamos este ejemplo:

5 Algunos de los textos –con propuestas para trabajar con alumnos del segundo ciclo- se encuentran al final del documento.

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Dice la maestra: ¡Menos mal que faltaba el hada N° 12 para otorgar sus dones a la

princesita! ¿Encontraron qué dice el narrador del hada número 12?, ¿qué dice?

- Escuchen a la compañera, propone la maestra y la ayuda a leer porque sabe que un niño

que localiza un fragmento específico de manera puntual o aproximada no siempre está aún

en condiciones de leer convencionalmente. Lee, entonces, junto a la niña, a coro en la

primera parte que es muy compleja y “soplándole” las palabras del hada porque sabe que

la niña las recuerda casi de memoria.

He ahí que la joven hada se adelantó para tomar la palabra. No tenía el poder para cambiar el destino fijado por la anterior, pero sí para atenuarlo, y mirando a la niña y a sus padres, así dijo con voz dulce: – La princesita no caerá muerta. Se sumirá en un profundo sueño que durará cien años.

- Qué bien, ¿lo encontraron todos?, indaga mientras ayuda a los demás a localizar el

fragmento. Pero el momento no termina allí.

- - ¿Cómo hiciste para encontrar qué dice el narrador del hada N° 12?, pregunta la

maestra. –Escuchen, la compañerita va a explicar cómo hizo para encontrar cómo era el

hada N° 12. La niña explica en voz muy baja y la maestra reformula su explicación para

que, efectivamente, sea comprendida por los otros cuatro chicos de primer ciclo:- Ana

dice que ella buscó en la página que venía después de la página donde está el hada mala…

¡Tuvo razón, si el hada N° 12 arregló el desastre que había hecho antes la otra!

Al explicitar, con ayuda del maestro, cómo localizaron cierta parte del cuento, los chicos toman

conciencia de sus estrategias; la estrategia de la niña es propia también de los lectores

expertos que recuerdan que cierta parte viene después de… Cuando en el aula se comparten

las estrategias utilizadas para localizar fragmentos determinados también se está enseñando a

leer.

La maestra de nuestro ejemplo, sin embargo, retoma la tarea y –antes de cerrar el momento

de relectura- abre un nuevo espacio para la reflexión. Llama la atención de los niños sobre

otros indicadores que ayudan al lector a localizar información y por los que ella está muy

preocupada: las letras, el texto verbal propiamente dicho.

- Entonces, ¿todos encontraron el fragmentito que estamos leyendo?, pregunta. Les leo

desde un poquito antes. No se pierdan, ¿eh?

La maestra relee y recalca las frases la vieja hada y la joven hada.

Estaba por anunciar su ofrenda la número doce cuando un silencio de muerte invadió el salón del palacio. Las

puertas se abrieron de par en par y dejaron pasar a la vieja hada que no había sido invitada […] He ahí que la

joven hada se adelantó para tomar la palabra. No tenía el poder para cambiar el destino fijado por la anterior, pero

sí para atenuarlo, y mirando a la niña y a sus padres, así dijo con voz dulce: - La princesita no […]

- Aparecen las dos juntitas, una después de la otra. A ver, ¿qué hada aparece primero, la

joven o la vieja?

La maestra anota según le dicen los chicos: LA VIEJA HADA

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Relee lo que anotó al tiempo que señala la frase en el pizarrón. –¿Y luego?, pregunta, anota y relee señalando. Queda así:

LA VIEJA HADA

LA JOVEN HADA

-¿Quién pasa a leer con el dedito lo que anoté en el pizarrón? Los chicos de 1° pasan uno después de otro. La maestra amplía este momento de reflexión sobre la escritura. -¿Dónde dice HADA,

entonces?

-¿En qué se fijan para saber dónde dice LA JOVEN HADA o LA VIEJA HADA? En este momento de reflexión los chicos tienen que atender esencialmente a indicadores como “la de viernes, la de jueves, termina con A”.

- Los niños leen por sí mismos

Los niños leen por sí mismos a lo largo de toda la secuencia. En diversas ocasiones, el docente

plantea preguntas u orienta la búsqueda de algunos datos específicos con el propósito de

elaborar repertorios con las diversas características de ciertos personajes o realizar una lista de

escenas que se observan en el castillo. Los chicos de 1° y 2° conocen muy bien el cuento:

localizan los datos solicitados o se orientan para hacerlo y lo logran con o sin ayuda del

docente, leen entre dos compañeros de su ciclo y dictan luego para que el maestro elabore el

repertorio. Veamos, por ejemplo:

a- Presentación de personajes: la Bella, y el hada mala

Si el docente pregunta, por ejemplo, “dónde encontraron en el cuento algunas características

del hada vieja que nos puedan hacer pensar que es una bruja; si encuentran dónde el narrador

dice cómo es el hada vieja, me lo van a dictar y lo anotamos para después explicar bien clarito

porque piensan que es una bruja”

Al releer, en busca de esta información específica, los chicos de 1° o 2° pueden trabajar entre

dos compañeros e intentar localizar el fragmento guiándose por las imágenes (la aparición del

hada vieja en la fiesta es una escena que produce impacto); una vez localizada la página

alguno de los compañeros de 2° ciclo puede participar como lector; se trata de leerles

lentamente pidiendo a los chicos que les hagan detener la lectura cuando escuchen la

información que están buscando.

El maestro ensaya con los más grandes qué indicación sutil en la lectura podría ayudar la

identificación del fragmento por parte de los más chicos. La llegada del hada a la fiesta puede

dar lugar a que los chicos ensayen un tono sombrío, propio de un cuento de terror. Acerca del

hada vieja el texto dice:

… un silencio de muerte invadió el salón del palacio. Las puertas se abrieron de par en par y dejaron pasar a la vieja hada que no había sido invitada. Quería vengarse por el desaire sufrido y, sin saludar ni mirar a nadie, extendió la huesuda mano de largas uñas y exclamó con voz ronca: – La princesa se pinchará con el huso de una rueca al cumplir los quince años y caerá muerta.

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Cuando los más pequeños consiguen localizar el fragmento, tienen la oportunidad de explicitar

lo que sabían pero probablemente les costaba verbalizar: esta vieja hada parece una bruja

porque el narrador dice que tenía huesuda mano de largas uñas y voz ronca. Es ese el

momento en el que, efectivamente, llegan a detenerse literalmente en el texto y encontrar

“huesuda mano”, “largas uñas”, “voz ronca”, es decir, focalizar su atención en las letras a partir

de saber de antemano qué dice el texto. (Ver más abajo “situación de escritura”).

El maestro puede solicitar también la búsqueda de los fragmentos donde se presenta o

describe, por ejemplo, a la princesa cuando está a punto de cumplir 15 años. Todos los niños

de primer ciclo tratan de localizar los datos –hermosa, modesta, amable, inteligente-; pueden

incluso ensayar con el maestro la lectura e, incluso, llevan el libro o una copia del fragmento

para ensayar en casa y hacer la presentación de la princesa a todo el grupo, en voz alta.

Mientras iba creciendo la niña, se notaba que las predicciones de las hadas se iban cumpliendo. En ella iban apareciendo todos los dones que le habían concedido. La princesita creció tan hermosa, modesta, amable e inteligente, que nadie podía verla sin amarla.

Leer para otros es un verdadero desafío: es necesario hacerse oír, hacerse entender y encantar

a los oyentes. La lectura en voz alta tiene un secreto que, algunas veces, se desconoce en la

escuela: debe ensayarse. El maestro acompaña a los niños en los primeros ensayos y le

encarga que vuelvan a ensayar en casa. Recién cuando el pequeño lector y el maestro

reconocen que la lectura recibirá un aplauso de parte de los oyentes, el maestro propone la

situación de leer para los compañeros. De este modo, los oyentes no se ven obligados a

soportar un deletreo incomprensible y los pequeños lectores habrán logrado leer con éxito el

párrafo previamente estudiado.

En el aula del plurigrado, en algunas ocasiones –como se ve aquí abajo- los chicos de segundo

ciclo acompañan el ensayo de los más pequeños; en otras, el maestro acompaña el ensayo y se

continúa en casa; en otras, finalmente, los alumnos mayores también ensayan con ayuda del

maestro, así como el maestro ha preparado su lectura antes de leer el cuento a los chicos.

b- Lectura de escenas dramatizadas

La relectura del cuento puede incluir, en alguna ocasión, a los chicos de ambos ciclos. El

maestro puede proponer localizar algunos momentos dramáticos para que los más pequeños –

con apoyo de los mayores- representen ante el resto de los compañeros. El propósito para

unos y otros es diferente:

El momento en que las hadas ofrecen sus dones y llega la más vieja es muy dramático. El docente puede proponer a los chicos más grandes que acompañen a los de 1° y 2° a encontrar esa escena para poder representarla.

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Primer ciclo

- Localizar el fragmento donde las hadas ofrecen sus dones.

-Tratar de contar cuántos lectores se necesitan para “representar” la escena.

-Decidir qué parte se lee (las palabras de los personajes) y qué parte no se lee (las palabras del narrador).

-Ensayar la lectura.

- Quienes hagan de hada vieja y de hada joven deben tener el cuento en la mano para decir las palabras justas de los dos hechizos. Es necesario ensayar antes… Todos los compañeros ayudan a los lectores que participan: ¿Qué ayudas pueden necesitar? ¿Qué tenía que leer cada uno?

Segundo ciclo

La colaboración de los alumnos mayores exige una reflexión anterior y una reflexión posterior orientada por el maestro.

Antes

- Buscar en el texto qué debe leer cada una de “las hadas”: ¿Cómo se dan cuenta? Llamar la atención sobre los indicadores gráficos (signos de puntuación, por ejemplo).

- Pensar bien qué debe leerse en voz alta de lo que cada uno localizó como su parte.

- La princesa se pinchará con el huso de una rueca al cumplir quince años y caerá muerta (se lee)-, exclamó con voz ronca. (No se lee, pero se tiene en cuenta porque dice cómo es la voz).

- Reflexionar sobre los niveles de la narración (voz del narrador, voz de los personajes) y sobre la puntuación.

- Ensayar la lectura.

Después

- ¿Cómo hicieron para encontrar justamente lo que tenía que leer cada uno?, ¿cómo decidieron desde dónde hasta dónde leer?

- ¿Qué se puede anotar para no olvidarse?

- ¿Por qué un lector leyó “con voz dulce” y otro leyó “con voz ronca”?

- Signos de puntuación: dos puntos, guión de diálogo, signos de admiración e interrogación.

- ¿Qué verbos emplea el narrador para dar la voz a los personajes? ¿Qué otros podría

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haber utilizado?6

- ¿Qué expresiones del texto orientan al lector respecto al estado de ánimo o las características del personaje?

- Situaciones de escritura

Todos los chicos -aun del segundo ciclo- necesitan ver escribir, ensayar la producción de

escrituras, preocuparse por el sentido de las escrituras, tener presente para qué se escribe en

cada situación. Las situaciones de escritura, por lo tanto, deben proponerse diariamente en el

aula de la escuela rural. Se tratará, en cada caso, de situaciones diversas pero habituales a

través de las cuales todos los alumnos tendrán ocasión de hacerse practicantes de la escritura.

Ofrecer situaciones diversas y diarias de escritura es una de las condiciones didácticas

imprescindibles para la formación de los chicos como escritores.

Los que aún no escriben convencionalmente se preguntarán –junto a su maestro- “con qué

letra va”, “qué letra me falta”, “me sirve el nombre de VALERIA para escribir VARITA MÁGICA”,

“cuántas letras pongo”; los mayores podrán detenerse en la ortografía, en aspectos

morfosintácticas o en la puntuación o querrán saber “por qué conviene poner punto en cierto

lugar del texto y en cambio es conveniente repetir ´y´ en otro lugar”.

Pero es indiscutible que todos niños –y los adultos- necesitan enfrentar la escritura sabiendo

qué poner. El docente puede pedir a sus alumnos que escriban el epígrafe que corresponde a

una imagen de La Bella durmiente porque sabe que conocen muy bien el cuento.

Algunas situaciones de escritura que pueden proponerse a lo largo de esta secuencia:

1° y 2° ciclo

1. Elaborar repertorios sobre papel afiche para que permanezcan en el aula (repertorio

de características del hada mala; repertorio o listado de escenas que se observan en el

palacio cuando la princesa se duerme; otros repertorios o listados)

2. describir o presentar al personaje para incluir luego el texto ya producido en la re-

narración del cuento;

1er ciclo

3. dibujar brujas teniendo en cuenta las características anotadas y escribir los epígrafes

para las imágenes que cada niño dibuja;

4. re-narrar el cuento dictándoselo al maestro;

5. re-narrar el cuento por parejas de compañeros;

6 Ver más adelante: Los verbos, reflexión para los alumnos del 2° Ciclo.

Page 13: La bella-durmiente-en-el-aula-de-plurigrado

13

2° ciclo

6. elaborar cuadros comparativos sobre la versión del cuento de los Hnos. Grimm y la de

Perrault (y explicar las coincidencias y diferencias a todos los compañeros);

7. elaborar por escrito una biografía de los Hnos. Grimm, recurriendo a los datos

obtenidos de distintas fuentes (y darla a conocer a los compañeros);

8. elaborar un breve informe para publicar en la cartelera de la escuela: ¿Qué son los

cuentos tradicionales?”

- Elaborar repertorios sobre papel afiche

Como culminación de la situación de lectura planteada más arriba (por qué podríamos creer

que el hada vieja es en realidad una bruja), los chicos de 2° ciclo también pueden colaborar con

el registro escrito de las características del hada vieja -o de otros personajes que el docente

sugiera-. Acompañados por el maestro- pueden reformular el fragmentito para que los más

pequeños puedan aislar los datos que hacen suponer que esta hada es una bruja.

… un silencio de muerte invadió el salón del palacio. Las puertas se abrieron de par en par y dejaron pasar a la vieja hada que no había sido invitada. Quería vengarse por el desaire sufrido y, sin saludar ni mirar a nadie, extendió la huesuda mano de largas uñas y exclamó con voz ronca: – La princesa se pinchará con el huso de una rueca al cumplir los quince años y caerá muerta.

Se trata de completar un cuadro como el siguiente:

El hada número 13

¿Por qué parece una bruja?

la vieja hada

quería vengarse

la huesuda mano

largas uñas

voz ronca

Los registros de escritura que quedan a la vista de los niños necesitan ser re-leídos más de una

vez para confirmar si falta agregar algún dato, si se les ocurre anotar algo más; de ese modo,

todos los niños –aun los que no leen convencionalmente- “saben” qué dice en cada anotación

del cuadro y las anotaciones pasan a ser una referencia para proponerle a los chicos de ambos

ciclos que recurran a ellas al momento de renarrar el cuento o de elaborar el epígrafe para la

galería de brujas.

Page 14: La bella-durmiente-en-el-aula-de-plurigrado

14

9. describir o presentar al personaje si el docente les pide que re-narren el cuento;

10. dibujar brujas teniendo en cuenta las características anotadas;

11. escribir epígrafes para las imágenes de las brujas que cada niño dibuja.

Este cuento en particular permite pensar otros repertorios: los niños pueden localizar los

fragmentos que relatan qué pasó en el palacio y sus alrededores a partir del momento en que

la niña cae en un profundo sueño; este fragmento da la posibilidad de que los chicos

continúen enumerando la situación en que quedaron, por ejemplo, el jardinero, el vigía de la

torre del palacio, los caballos del rey, lo cual es una buena situación de escritura para grandes

y chicos, según sus posibilidades. Los más pequeños podrán revisar el texto, localizar a algunos

de los personajes que enumera el narrador e inventar otros; los mayores tienen la posibilidad

de expandir la simple enumeración de personajes inventados ofreciendo –como pueden

analizar en La bella durmiente, de los Hnos. Grimm.

La princesa se pinchó el dedo con el huso, y en ese mismo momento, cayó sobre el lecho que

estaba en la habitación y se quedó dormida con un profundo sueño que pronto se propagó

por todo el castillo.

¿Qué escenas cuenta el narrador?

El rey y la reina se quedaron dormidos en el

vestíbulo

Se durmieron los caballos en el establo de

palacio

Se durmieron las palomas en el palomar

Se durmieron los perros en el patio

La cocinera se durmió despellejando una

gallina

¿Quiénes otros se quedaron dormidos? “El rey dejó caer su cabeza sobre el respaldo

de su trono y la corona quedó inclinada sobre

su nariz”

“El jefe de la guardia…”

“La peluda perrita de la princesa…”

Page 15: La bella-durmiente-en-el-aula-de-plurigrado

15

La Bella Durmiente Hermanos Grimm

En un lugar remoto, hace mucho tiempo atrás, vivían un rey y una reina que todos los días exclamaban: “¡Ah, qué felicidad si tuviéramos un hijo!”; pero pasaron varios años sin que tuvieran ninguno. Hasta que cierto día en que la reina se estaba bañando en el río, una rana saltó del agua a la tierra y le dijo: – Tus deseos serán cumplidos; antes de un año darás a luz a una hija. Y tal como lo vaticinara la rana, antes de un año la reina tuvo una niña tan pero tan hermosa, que el rey no podía contener su alegría y quiso celebrar el nacimiento con una gran fiesta. Invitó a los reyes de otros países, a los amigos, nobles y conocidos, y también a las hadas del reino. Quería disponerlas favorablemente para el porvenir de la niña. Las hadas de aquel reino eran trece, pero como el rey solo poseía doce platos de oro y quería ponerles a todas cubiertos iguales –pues las hadas son muy susceptibles–, invitó al banquete solo a doce.

La fiesta fue verdaderamente espléndida y, al final del banquete, las hadas ofrecieron sus dones a la recién nacida. La primera le dio la virtud; la segunda, la belleza; la tercera, la riqueza; y, así sucesivamente, le otorgaron todo aquello que en el mundo pueda desearse. Estaba por anunciar su ofrenda la número doce cuando un silencio de muerte invadió el salón del palacio. Las puertas se abrieron de par en par y dejaron pasar a la vieja hada que no había sido invitada. Quería vengarse por el desaire sufrido y, sin saludar ni mirar a nadie, extendió la huesuda mano de largas uñas y exclamó con voz ronca: – La princesa se pinchará con el huso de una rueca al cumplir los quince años y caerá muerta. Sin decir una palabra más, dio media vuelta y dejó el salón. He ahí que la joven hada se adelantó para tomar la palabra. No tenía el poder para cambiar el destino fijado por la anterior, pero sí para atenuarlo, y mirando a la niña y a sus padres, así dijo con voz dulce: – La princesita no caerá muerta. Se sumirá en un profundo sueño que durará cien años.

El rey, que estaba ansioso por proteger a su amada hija de la desdicha, ordenó que todas las ruecas del reino fueran quemadas. Mientras iba creciendo la niña, se notaba que las predicciones de las hadas se iban cumpliendo. En ella iban apareciendo todos los dones que le habían concedido. La princesita creció tan hermosa, modesta, amable e inteligente, que nadie podía verla sin amarla. Mas he aquí que cierto día, cuando la princesita cumplió los quince años, el rey y la reina se hallaban ausentes del palacio. Entonces, la joven se quedó sola y quiso conocer todos los rincones del castillo. Entró y salió de todas las habitaciones que se le antojaban, hasta que llegó a una torre. Subió por una estrecha escalera escondida y llegó a una puertecita que nunca había visto. En la cerradura estaba puesta una llave enmohecida. La princesa la hizo girar y la puerta se abrió. En la pequeña habitación, una viejecita, con un huso en la mano, hilaba laboriosamente lino blanco como la nieve. – Buenos días, buena mujer – saludó la princesa –. ¿Qué estáis haciendo?

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16

– Estoy hilando – contestó la vieja moviendo la cabeza al compás de la rueca. – ¿Qué es esa cosa tan bonita, cuyas ruedas giran tan alegremente? – preguntó la princesa, y tomando la rueca quiso hilar también. Mas apenas hubo tocado la rueca, el destino se cumplió fatalmente. La princesa se pinchó el dedo con el huso, y en ese mismo momento, cayó sobre el lecho que estaba en la habitación y se quedó dormida con un profundo sueño que pronto se propagó por todo el castillo. El rey y la reina, que acababan de llegar, y estaban en el vestíbulo de palacio, se quedaron dormidos allí mismo y, con ellos, toda la corte. Se durmieron los caballos en el establo, los perros en el patio, las palomas en el palomar, las moscas en las paredes. La llama del fuego del hogar quedó inmóvil y dormida; y en la cocina los manjares quedaron a medio asar. El cocinero, que en aquel momento levantaba el brazo para pegarle al ayudante, que le había hecho una jugarreta, se quedó dormido con el brazo en alto. La cocinera se durmió despellejando una gallina. Hasta el viento se detuvo y ya no se movió ni una hojita en los árboles que había en los jardines del castillo.

Entonces, alrededor del castillo comenzó a crecer un seto de rosales silvestres; cada año las rosas crecían y se enredaban hacia arriba, siempre más y más altas, hasta que al fin cubrieron el castillo por completo. Tanto que, al cabo de un tiempo, ya no se veía nada de él, ni siquiera el tejado o la punta de la torre. Al cabo del tiempo, se extendió por las comarcas vecinas la leyenda de la Bella Durmiente del Bosque, pues así llamaron desde entonces a la hija del rey. A lo largo de muchos años, incontables príncipes trataron de atravesar el seto de rosas para entrar en el castillo. Pero varios tuvieron que retroceder, a causa de las espinas de las rosas, que eran tan grandes y fuertes, que les herían las manos y el rostro, y otros allí murieron sujetados por las ramas espinosas que no les permitían el paso. Tras largos y largos años, un príncipe de otro reino llegó al país. Era el hijo de un rey y estaba en busca de aventuras. Entonces, oyó relatar a un anciano la leyenda del castillo oculto en el seto de rosas silvestres y la historia de la doncella más hermosa del mundo llamada Rosa Silvestre que dormía desde hacía cien años en sus habitaciones, junto con el rey, la reina y los cortesanos. El joven supo, además, por el relato del anciano, que muchos príncipes habían pretendido atravesar la muralla de rosas, pero que habían perecido de cruel muerte, atrapados entre las espinas. Entonces el joven príncipe anunció: – Yo no temo a las espinas. Quiero ver a la bella durmiente. Y por mucho que el buen viejo intentó disuadirlo, el príncipe no quiso escuchar sus palabras. Pero habían transcurrido los cien años justos fijados por el hada duodécima y llegado el día en que Rosa Silvestre debía despertar. Cuando el hijo del rey se aproximó a la muralla de rosales silvestres, encontró que estaba totalmente florecida y cubierta de grandes rosas fragantes. Las flores y las ramas lo dejaban pasar sin causarle ningún daño, y volvían a cerrarse detrás de él como un vallado. En el patio del palacio y en las cuadras vio a los caballos y a los perros todavía dormidos; en el tejado dormían las palomas con la cabeza bajo el ala, y cuando entró en el palacio, las moscas en las paredes dormían también; lo mismo que el Rey y la Reina, cerca del trono junto con su Corte. En la cocina, el cocinero seguía con la mano levantada como para pegarle a su ayudante y la cocinera seguía con el ave en su regazo dispuesta a desplumarla.

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17

El joven siguió andando en un ambiente tan quieto y silencioso, que podía oír su propia respiración. Al fin, llegó a la escalerilla de la torre, la subió y abrió la puerta de la pequeñísima habitación en que Rosa Silvestre se había dormido. Allí seguía la princesa tendida sobre el lecho. Estaba tan hermosa, que el príncipe no podía apartar de ella sus ojos; y, como encantado, se inclinó y la besó. Apenas la tocaron sus labios, Rosa Silvestre abrió los ojos y le dirigió una mirada llena de amor. Bajaron juntos, tomados de las manos, a los salones del palacio donde todo el mundo se iba levantando. El rey se despertó, lo mismo que la reina y todos los cortesanos, que se contemplaban unos a otros con los ojos llenos de asombro. Los caballos en el establo se pusieron en pie y relincharon de alegría; los perros empezaron a brincar, meneando la cola; las palomas, en el tejado, levantaron las cabezas de bajo las alas, miraron alrededor y volaron hacia los campos; las moscas continuaron su aleteo por las salas, y el fuego, tanto en la chimenea como en la cocina, se levantó y avivó sus llamas. Las marmitas comenzaron a hervir y el cocinero dejó caer la mano sobre el ayudante y lo hizo proferir un chillido, mientras la cocinera terminaba de desplumar el ave. En poco tiempo, con mucho esplendor y pompa se celebró la boda del Príncipe con Rosa Silvestre. La fiesta fue magnífica, y el rey y la reina, el príncipe y la princesa vivieron felices hasta el fin de sus días.

Versión de Escuelas del Bicentenario, Ediciones propias

Propuestas específicas para el trabajo con los chicos de 2° Ciclo

La propuesta del “cambio de voces” plantea también contenidos específicos del segundo ciclo

que el maestro no debe perder de vist,a sino retomarlos como contenidos de reflexión al día

siguiente de la situación de lectura: reflexiones a partir del conocimiento del cuento

(compartidas con el maestro) respecto a las descripciones leídas y su función en la narración.

-¿Qué o a quiénes describe el narrador? ¿Con qué propósito el narrador incluye descripciones

en el relato? Lentificar la acción, generar suspenso, crear miedo.

-¿Cómo reconoce el lector que se halla frente a una descripción incluida en el texto narrativo?,

¿cuáles son sus características? Los alumnos necesitan advertir en los fragmentos descriptivos

la aparición de adjetivos y construcciones nominales como “un silencio de muerte invadió el salón del

palacio”, “la vieja hada que no había sido invitada”, “la huesuda mano de largas uñas”, advertir que tanto los

adjetivos como las construcciones amplían el conocimiento que el lector tiene del personaje o el

lugar descripto; ensayar la lectura de las construcciones nominales más extensas como “una

estrecha escalera escondida” o “una puertecita que nunca había visto”, que no aceptan que el lector realice pausas

internas; buscar nuevos adjetivos para transformar al hada mala en una verdadera “hada

madrina” de la princesita y sorprender más adelante a los compañeros de primer ciclo con

estas transformaciones; indagar y ensayar nuevas construcciones nominales y reflexionar sobre

las variaciones de su estructura interna.

Page 18: La bella-durmiente-en-el-aula-de-plurigrado

18

El maestro volverá a trabajar con los más grandes: ¿dónde dice que el hada vieja es casi una

bruja?, ¿en qué punto exactamente el narrador nos hace entender que el hada es mala? Los

alumnos de 6° -en otro momento- reflexionarán sobre la carga valorativa de algunos adjetivos

en el marco de los relatos infantiles y sobre algunas expresiones que hacen evidente el valor

negativo de la presentación del hada.

- Conocer al/los autor/es: Secuencia breve

Los hermanos Grimm

Jacob Grimm y Wilhelm Grimm

Jacob Grimm (1785-1863) y su hermano Wilhelm (1786-1859) nacieron en Alemania. A

los 20 años de edad, Jacob trabajaba como bibliotecario y Wilhelm como secretario de la

biblioteca. El mundo entero los conoce por su gran colección de cuentos populares.

Entre 1812 y 1822, los hermanos Grimm publicaron los Cuentos infantiles y del hogar ,

una colección de cuentos recogidos de diferentes tradiciones. El gran mérito de Wilhelm

Grimm fue el de mantener en esta publicación el carácter original de los relatos. Siguió luego

otra colección titulada Leyendas alemanas (1816-1818).

La colección de sus cuentos se conoce popularmente como Cuentos de hadas de los

hermanos Grimm. Su extraordinaria difusión ha contribuido a divulgar cuentos

como Blancanieves, La Cenicienta, Hänsel y Gretel o Juan sin miedo. A lo largo de los años,

algunos cuentos se fueron transformando para abandonar la extrema dureza con que los

habían creado los hermanos Jacob y Wilhelm. Por eso se tuvieron que cambiar varios

detalles de los originales. Por ejemplo, la madre de Hansel y Gretel pasó a ser una

madrastra, porque el público no aceptaba el hecho de que una madre abandonara a sus

niños en el bosque.

Además de sus cuentos de hadas, los Grimm también son conocidos como impulsores

del Diccionario de la Lengua Alemana, un diccionario en 33 tomos. Fueron también

profesores en importantes universidades de Alemania.

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19

En 1803 los hermanos Grimm se desempeñaban como profesores en la Universidad de

Marburgo. Fue allí donde se empezaron a interesar por los cuentos tradicionales e iniciaron

una intensa labor de recopilación y elaboración escrita de los cuentos de la tradición oral de

Alemania.

Jacob y Wilhem se relacionaron con distintas personas de su país y les solicitaron que les

relataran las historias que conocían desde su infancia. Una señora de Marburgo, donde ellos

trabajaban, fue quien les narró gran parte de las historias recogidas en el libro Cuentos para la

infancia y el hogar. Esta obra tuvo dos volúmenes, el primero fue publicado en 1812 y el

segundo en 1815. Esta colección fue ampliada en 1857 y se conoce popularmente como

Cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Su extraordinaria difusión ha contribuido

decisivamente a divulgar cuentos como Blancanieves, La Cenicienta, Hänsel y Gretel, La Bella

Durmiente, La fuente de las hadas, Juan sin miedo y Pulgarcito. Los textos de los Hermanos

Grimm se fueron adornando y, a veces, censurando de edición en edición debido a su extrema

dureza. Los Grimm se defendían de las críticas argumentando que sus cuentos no estaban

dirigidos a los niños. Pero, para satisfacer las exigencias del público burgués, tuvieron que

cambiar varios detalles de los originales. Por ejemplo, la madre de Hansel y Gretel pasó a ser

una madrastra, porque el hecho de abandonar a los niños en el bosque (cuyo significado

simbólico no se reconoció) no coincidía con la imagen tradicional de la madre de la época.

Los chicos pueden recurrir a diccionarios y a Internet para conseguir otras biografías y ampliar

o completar los datos que ofrece la que presenta el maestro. A partir de la lectura de diversas

biografías, pueden completar FICHAS BIOGRÁFICAS, seleccionando los datos necesarios y

completar la ficha del libro que se ha estado leyendo a partir de indagar en el ejemplar

correspondiente.

LA BELLA DURMIENTE DEL BOSQUE

Secuencia de trabajo. Aula Plurigrado

La lectura es el eje de esta secuencia, pero se alternan propuestas de escritura que contri-

buyen a ampliar las posibilidades lectoras de los chicos y que permiten mantener la frecuencia

diaria y la alternancia entre LECTUTURA- ESCRITURA

Propósitos del maestro

-Ampliar la formación lectora de todos los alumnos a partir de

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20

• Escuchar leer, hablar sobre lo leído, seguir la lectura del maestro, leer por sí mismo en la medida de sus posibilidades, releer, ensayar la lectura de fragmentos significativos (1er. Ciclo) y de otros cuentos de los mismos autores (2° Ciclo)

• Conocer cuentos tradicionales, establecer comparaciones entre los cuentos, conocer diversos autores. Reflexionar sobre características de los protagonistas, sus ayudantes y oponentes.

• Reflexionar sobre estrategias del lector para localizar determinados fragmentos (1er ciclo)

• Reflexionar sobre aspectos específicos del relato: la introducción por parte del narrador de la voz de los personajes, sobre la presentación de los personajes, sobre la valoración que de alguno de ellos hace el narrador

-Avanzar en el logro de la autonomía como lectores de los chicos de 1° y 2° (que empiecen a leer solos fragmentos muy conocidos del cuento; que localicen fragmentos y expresiones significativos en el cuento).