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Biblia Infantil realizada por los alumnos/as del C.E.I.P "Carazony" de Coín (Málaga).
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LA ANUNCIACIÓN LA ANUNCIACIÓN DE JESÚSDE JESÚS
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamadaNazaret, a una virgen llamada María desposada con un varón llamado José. El ángel dijo: - Dios te salve, llena de gracia. El Señor es contigo. - No temas nada María; tendrás un hijo de Dios y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo, Hijo de Dios.María dijo entonces: - He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel desapareció como había llegado.
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María se dirigió hacia la montaña para visitar en una ciudad de Judá a suprima Isabel, esposa de Zacarías. Al escuchar Isabel el saludo de María,se sintió llena del Espíritu Santo y clamó con fuerte voz: - Bendita seas entre todas las mujeres y bendito sea tu hijo. ¿Cómo así que la madre de mi Señor venga a mí? Y dijo María. “Mi alma alaba al Señor (…)”
Unos tres meses permaneció María con Isabel. Luego regresó a su casa.
EL NACIMIENTO DE JUAN BAUTISTAEL NACIMIENTO DE JUAN BAUTISTA
Pasaron los días y llegó el tiempo en que debía nacer el hijo de Isabel yZacarías.Al octavo día del nacimiento del niño fueron a circuncidarle, diciendo sumadre que se llamaría Juan, y no Zacarías como su padre. - ¡No puede llamarse así! – le contestaron-. No hay ningún Juan entre tus parientes.Zacarías solicitó unas tablillas y escribió en ellas:“Su nombre es Juan” En el mismo instante su boca se abrió y habló bendiciendo a Dios. Todolo ocurrido era obra del Señor.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu. Y habitó en los desiertosHasta el día de manifestarse ante Israel.
NACIMIENTO NACIMIENTO
DE JESÚSDE JESÚS
Todos tenían obligación de empadronarse en su ciudad natal y José dejóLa ciudad de Nazaret, en Galilea, para dirigirse hacia Belén.Hizo el penoso viaje con María a lomos de un asno. Estando en Belén, se cumplió el tiempo para el nacimiento de Jesús.No había sitio en el mesón y María y José tuvieron que albergarse en unestablo. Allí nació el hijo de Dios, y María le envolvió en pañales, y lo acostó sobre un pesebre.
¡No temáis! ¡Os traigo una Buena Nueva! ¡El Hijo de Dios ha nacido! Lo encontraréis en un
pesebre.
Pedro estaba limpiando sus redes cuando Jesús le dijo: -¡Vamos a pescar! Pedro era un buen pescador y en toda la noche no había conseguido pescar nada. Pero como Jesús se lo había pedido, fue. Esta vez, Pedro y sus amigos cogieron tantos peces que las redes empezaron a romperse y tuvo que venir otra barca a ayudarles. Tanto cargaron las barcas, que éstas empezaron a hundirse. Pedro estaba muy asustado.-No temas –dijo Jesús-. ¡Ven y sígueme, te haré pescadores de hombres! Pedro y sus amigos lo dejaron todo y siguieron a Jesús.
Un día, los amigos de Jesús navegaban por un lago cuando estalló una tormenta. Todos se asustaron. Más aún cuando vieron un hombre que caminaba… ¡sobre las aguas! -¡Es un fantasma! –gritaban. Pero Jesús le dijo: -¡Soy yo, no temáis!-Señor, si eres tú –dijo Pedro-, mándame ir sobre las aguas.-Ven –le dijo Jesús. Pedro se bajó de la barca y caminó…¡por el agua! Entonces vio las olas, se asustó y empezó a hundirse.-Hombre de poca fe –le dijo-, ¿por qué has dudado?Jesús es tan poderoso que a veces nos asusta.
Jesús hablaba a la multitud. Era casi la hora de cenar, así que los amigos de Jesús le pidieron que mandara a casa a todo el mundo. -¡No tenemos dinero para comprar comida para todos! –le dijeron. Jesús contestó: -No es necesario que se vayan. En ese momento, llegó un niño y le dio a Jesús su merienda: cinco panes y dos peces. -¡No es suficiente! –dijeron los amigos de Jesús.
Pero Jesús sabía que sí lo era. Cogió la merienda del niño y dio gracias a Dios. Los amigos de Jesús empezaron a repartir la comida entre la gente ¡y todos comieron hasta llenarse! Incluso sobró comida… ¡12 cestas llenas!
EL HOMBRE
QUE NO
PODÍA
COMINAR
Jesús podía hacer milagros… como convertir el agua en vino o hacer ver a los ciegos. La gente venía a Jesús pidiéndole ayuda.
Una vez, cuatro hombres llevaron a su amigo ante Jesús. El amigo no podía caminar y querían que Jesús lo curara. No pudieron entrar en la casa donde estaba Jesús porque había mucha gente, así que se subieron al tejado y, haciendo un agujero, bajaron a su amigo hasta donde estaba Jesús.
Jesús vio al hombre y dijo: -¡Levántate y anda!
El hombre se levantó, salió de allí… ¡y se fue andando a su casa!
A Jesús le gustaba contar historias con un significado especial, como la del hijo pródigo. Un día el hijo dijo a su padre: -Dame mi parte de la hacienda. Y el padre le dio lo que le pedía.
El hijo cogió el dinero y se fue lejos a gastarlo. Poco después el dinero se acabó y tuvo que trabajar dando de comer a los cerdos. -¿Qué estoy haciendo? –pensó-. ¡Volveré a casa! Pero, ¿y si su padre ya no le quería? Cuando el padre vio que su hijo volvía, corrió hacia él, lo abrazó y lo llenó de besos. -¡Comamos y alegrémonos, porque este es mi hijo, que había muerto y ha vuelto a la vida! –dijo el padre. Dios es como este padre. Nunca dejará de querernos.
LA
MARAVILLOSA
SORPRESA
DE DIOS
Jesús sabía que no todo el mundo le quería. Los reyes y gobernadores tenía envidia y algunos querían matarlo. No creía que fuera el hijo de Dios. Por eso le mataron en una cruz, lo enterraron y colocaron una gran piedra sobre su tumba. Cuando María Magdalena, una amiga de Jesús, fue a la tumba, encontró allí al ángel. –Jesús no está aquí –le dijo-. ¡Ha resucitado! ¡Jesús no estaba muerto! Y María corrió a contárselo a sus amigos.
¡No busquéis entre los
muertos al que vive!
Una noche, los amigos de Jesús salieron a pescar, pero no cogieron nada. Un hombre les gritó desde la orilla: -¡Echad la red a la derecha de la barca! Y esta vez pescaron más peces de los que podía coger. Se acordaron de aquel otro día de pesca y, de repente, supieron quién estaba en la orilla. ¡Era Jesús! Pedro saltó de la barca y nadó hasta la orilla. Jesús estaba asando pescado en una hoguera. Se pusieron muy contentos de estar de nuevo con su mejor amigo. Más tarde, Jesús volvió al cielo y sus amigos no le volvieron a ver. Pero nunca olvidaron todo lo que Jesús les había dicho.