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27 issn 2007-7645 Investigación y Posgrado, volumen 5, número 20 Universidad Popular de la Chontalpa Resumen El presente artículo tiene como finalidad destacar algu- nos aspectos importantes acerca de por qué la filosofía debe ser enseñada y aprehendida desde las aulas de clases, hacien- do énfasis en el nivel medio superior. Según el plan de estu- dios 2011 del bachillerato general en México, el primer acer- camiento a la filosofía se hace presente en el sexto semestre como parte del componente de formación básica; además de señalar quién debe instruir a los educandos en esta asigna- tura y cómo debe enseñar el maestro para que el alumno realmente aprehenda. Para esto, se realizó una investigación de corte cualitativo a partir de diferentes fuentes de infor- mación con el fin de desarrollar una metodología de tipo en- sayo filosófico, en el que defenderé lo elemental que es ense- ñar la filosofía a nuestros jóvenes. Palabras clave: filosofía antigua, pensamiento crítico, enseñanza filosófica, filosofía del docente, educación media superior. La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro Sandra Ivonne López Vidal 1 Euler Ferrer Córdova* 2 Universidad Popular de la Chontalpa** Abstract This article aims to highlight some important aspects about why philosophy should be taught and taken by the students from the classroom, emphasizing the upper mi- ddle level classes. is is where, according to the 2011 cu- rriculum of general secondary education in Mexico, this first approach to philosophy in the sixth semester as part of the basic training component is done. In addition, this pa- per aims at pointing out who should instruct the students in this subject and how to teach the teachers so that the stu- dents actually understand. For this, qualitative research was undertaken using different sources of information in order to develop a methodology for an essay type of philosophy, where I defend the basic premise, which is to teach philoso- phy to our young people. Keywords: ancient philosophy, critical thinking, philo- sophical teaching, philosophy of teaching, higher average education. 1 Estudiante de la Maestría en Educación con orientación en Docencia de la Universidad Popular de la Chontalpa. 2 Egresado del Doctorado en Educación por la Universidad Popular de la Chontalpa, H. Cárdenas, Tabasco; maestro en Psicopedagogía por la Universidad Central de las Villas “Marta Abreu”, Cuba; y licenciado en Filosofía por la Universidad Popular de la Chontalpa, H. Cárdenas, Tabasco, certificado en la especialidad en Competencias Docentes por ANUIES (junio 2009 a junio 2011). Ha sido docente de la Universidad Popular de la Chontalpa en la Licenciatura en Psicología. Es asesor, capacitador y orientador laboral en asuntos rela- cionados con la administración y organización de empresas. Ha impartido talleres, foros y conferencias en el área educativa, filosófica y psicológica. Autor de correspondencia: [email protected] **Universidad Popular de la Chontalpa. Carretera Cárdenas-Huimanguillo km 2, Paso y Playa s/n, 86500, Cárdenas, Tabasco, México. Teléfono: 01 937 3727050 ext. 7005 y 7008.

La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro Sandra Ivonne. Por Sandra I López Vidal y Euler Ferrer Córdova

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Investigación y Posgrado, volumen 5, número 20Universidad Popular de la Chontalpa

ResumenEl presente artículo tiene como finalidad destacar algu-

nos aspectos importantes acerca de por qué la filosofía debe ser enseñada y aprehendida desde las aulas de clases, hacien-do énfasis en el nivel medio superior. Según el plan de estu-dios 2011 del bachillerato general en México, el primer acer-camiento a la filosofía se hace presente en el sexto semestre como parte del componente de formación básica; además de señalar quién debe instruir a los educandos en esta asigna-tura y cómo debe enseñar el maestro para que el alumno realmente aprehenda. Para esto, se realizó una investigación de corte cualitativo a partir de diferentes fuentes de infor-mación con el fin de desarrollar una metodología de tipo en-sayo filosófico, en el que defenderé lo elemental que es ense-ñar la filosofía a nuestros jóvenes.

Palabras clave: filosofía antigua, pensamiento crítico, enseñanza filosófica, filosofía del docente, educación media superior.

La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro

Sandra Ivonne López Vidal1

Euler Ferrer Córdova*2

Universidad Popular de la Chontalpa**

AbstractThis article aims to highlight some important aspects

about why philosophy should be taught and taken by the students from the classroom, emphasizing the upper mi-ddle level classes. This is where, according to the 2011 cu-rriculum of general secondary education in Mexico, this first approach to philosophy in the sixth semester as part of the basic training component is done. In addition, this pa-per aims at pointing out who should instruct the students in this subject and how to teach the teachers so that the stu-dents actually understand. For this, qualitative research was undertaken using different sources of information in order to develop a methodology for an essay type of philosophy, where I defend the basic premise, which is to teach philoso-phy to our young people.

Keywords: ancient philosophy, critical thinking, philo-sophical teaching, philosophy of teaching, higher average education.

1Estudiante de la Maestría en Educación con orientación en Docencia de la Universidad Popular de la Chontalpa.2Egresado del Doctorado en Educación por la Universidad Popular de la Chontalpa, H. Cárdenas, Tabasco; maestro en Psicopedagogía por la Universidad Central de las Villas “Marta Abreu”, Cuba; y licenciado en Filosofía por la Universidad Popular de la Chontalpa, H. Cárdenas, Tabasco, certificado en la especialidad en Competencias Docentes por ANUIES (junio 2009 a junio 2011). Ha sido docente de la Universidad Popular de la Chontalpa en la Licenciatura en Psicología. Es asesor, capacitador y orientador laboral en asuntos rela-cionados con la administración y organización de empresas. Ha impartido talleres, foros y conferencias en el área educativa, filosófica y psicológica. Autor de correspondencia: [email protected]

**Universidad Popular de la Chontalpa. Carretera Cárdenas-Huimanguillo km 2, Paso y Playa s/n, 86500, Cárdenas, Tabasco, México. Teléfono: 01 937 3727050 ext. 7005 y 7008.

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IntroducciónActualmente, muchos desconocemos la profundidad

de la filosofía dentro de nuestro diario vivir, debido a que solo la referimos hacia el conocimiento del ser y es-tar del hombre. Pero su estudio va más allá de lo ima-ginable y nos podemos dar cuenta en el significado de la palabra, que proviene del griego filos (amor) y sophia (sabiduría): “amor a la sabiduría”. La misma filosofía es una pedagogía, es decir, una teoría de la educación, que debe ser difundida a todo el que desee aprender de ella.

Para enseñar filosofía se tiene que convocar a otras disciplinas para tener un conocimiento profundo del ob-jeto de estudio que en este caso es el ser humano, un ser que va más allá del género, sexo, naturaleza, sociedad, racionalidad, religión, etc. El hombre es influido por va-rios factores, entre ellos la cultura que “es elemento for-mativo, es decir, no se puede entender como un simple medio de subsistencia, sino como modos característicos y determinados que forjan el ser de los individuos” (Oso-rio A., 2006). Por ende, la filosofía ha transformado el proceso de enseñanza aprendizaje, porque busca crear un alumno que esté preparado para la vida.

La educación filosófica (actividad formadora) es una de las determinaciones esenciales del hombre, sin la cual no podría realizarse en su verdadero ser, ya que es necesario saber por qué y para qué estamos aquí y así poder tomar el lugar que nos corresponde en el mundo.

La educación basada en la filosofía antiguaEn la antigüedad, la filosofía gozaba de gran auge

para las civilizaciones greco-romanas, tanto que basa-ban su educación en la forma de enseñanza de Sócrates, Platón y Aristóteles, filósofos que tuvieron gran apogeo y fueron llamados el triunvirato de los grandes filóso-fos griegos. “Sócrates, era considerado un gran maestro y ve en la educación un método para desarrollar los do-nes naturales; Platón funda la Academia, basado más en ideal de sabiduría, de formación personal y de vida inte-rior que en la eficacia práctica de sus alumnos; y Aristó-teles un sabio irrepetible, crea El Liceo, institución for-madora en las dimensiones científica, filosófica y ética” (Osorio A., 2006). Anteriormente, se consideraba que una buena educación tenía su base en los factores que rodeaban al alumno de su nacimiento hasta la adoles-

cencia, cuando él ya era capaz de decidir el ámbito en que deseaba desarrollarse.

Para comprender lo antes dicho, considero primor-dial explicar cómo era la educación griega y romana en la antigüedad, debido a que hay factores que se deben seguir rescatando para conservar el papel del triángu-lo educativo (maestros, padres y alumnos). Por ejemplo, el objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectual-mente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. Desde temprana edad los ni-ños recibían una formación moral dada en especial por su madre, ya “a la edad de 6 ó 7 años —señala Marambio V. (2004)— se marcha a la escuela de la mano del pai-dagoogos, un esclavo de confianza. Las escuelas están a cargo de particulares y el período de escolaridad se ex-tiende hasta los 16 años. Allí se aprende la lectura, la es-critura y el cálculo con el maestro elemental, llamado gramático”. En siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.

La educación romana basada en la retórica y la ora-toria tampoco está alejada de lo que se vive hoy, debido a que se recomendaba que el aprendizaje fuera median-te juegos y recursos intuitivos, además del desarrollo de la competitividad, eliminando la sensación del fraca-so. Marco Fabio Quintiliano, hombre de letras, profesor y orador en el año 90 d. C., decía que “el adecuado entrena-miento del orador debía desarrollarse desde el estudio de la lengua, la literatura, la filosofía y las ciencias, con par-ticular atención en el carácter” (Anda C., 2004). Según lo descrito en la educación antigua, se observa que aún en el siglo XXI nuestros actos son reflejo de una primera edu-cación que se recibe en el hogar y en la familia, mediante un esfuerzo graduado que contribuye a dotar al hombre de cualidades que lo lleven a ser íntegro en su vida.

¿Por qué educar mediante la filosofía?En nuestro país la educación se encuentra consagra-

da en el artículo 3° de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que hace mención de que “Toda persona tiene derecho a recibir educación” y que la educación Básica y Media Superior serán obligatorias; además de que esta deberá contribuir a la mejor convi-

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vencia humana a fin de fortalecer la convicción del in-terés general de la sociedad, descrito en la fracción II inciso C de nuestra Constitución. Al ser legisladas por organismos gubernamentales, las instituciones educa-tivas de todos los niveles juegan un papel significativo en este proceso educativo y, por ello, tienen el compro-miso de prestar un servicio que sea compatible con lo socialmente requerido y descrito en nuestra Carta Mag-na: una enseñanza filosófica de calidad, donde las insti-tuciones educativas forjen a un ser social que aprenda a reflexionar y criticar para después transformar, y así llegar a ser funcional en cualquier ámbito.

La Secretaría de Educación desde el 2009 cuando da inicio la operación de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (EMS), siguió dando prioridad a la ense-ñanza de las ciencias exactas (Matemáticas, Español, In-glés y Química) al colocarlas en el plan de estudio 2011 desde el primero hasta el último semestre. Mientras tan-to, un máximo de dos asignaturas del área de sociales y humanidades (Ciencias Sociales, Historia, Ética y Filo-sofía) se cursan en cada semestre. Así, entre las mate-rias optativas y el campo de formación para el trabajo es baja la oferta de disciplinas morales que ayuden a nutrir de pensamientos reflexivos a los alumnos, a pesar de que existe una estrecha relación entre sociedad y educación.

Para poder tener una educación filosófica hay que verla como una actividad formadora, encargada de estu-diar el discurso pedagógico teórico-práctico; por ende, hay autores como Romeo C. y J. Fernández (2011) que explican por qué se debe enseñar filosofía en las aulas de clases, “la OEI señala que la enseñanza de la filoso-fía en la EMS mexicana es obligatoria porque: con esta asignatura se responde a la necesidad de formar estu-diantes reflexivos, críticos y conscientes de su compor-tamiento social, como seres humanos y como ciudada-nos” (OEI, 1998). Aquí podemos encontrar la respuesta al tema que nos atañe, se debe incluir como materia obligatoria la filosofía en el Nivel Medio Superior y darle seguimiento en semestres posteriores con alguna mate-ria que vaya referida a las ramas de la filosofía, como la epistemología, gnoseología u ontología, que se encargan del estudio del saber, del conocimiento o explicación ra-cional del cosmos y del estudio del ser, respectivamente. Debido a la urgente necesidad de un enfoque filosófico,

no deberá colocarse hasta el último semestre como se hace actualmente. Al no haber ramas de estudio que la antecedan, más que la asignatura de Ética y Valores es-tudiada en primero y segundo semestres, es fundamen-tal que se desarrolle una línea seriada con asignaturas precedentes y/o subsecuentes.

Además, la filosofía ha cumplido una función tan va-liosa al complementarla con la ciencia que sería ingenuo no tomar en cuenta que al realizar dichos estudios se abrirán mayores puertas del conocimiento. “El cienti-ficismo que hoy se nos presenta permite tergiversar la verdad universal de la búsqueda del conocimiento. No podemos negar que el avance de la ciencia en nuestro tiempo es incontenible, los límites parecen cada vez más amplios, la capacidad de inventiva y de exploración del hombre han sobrepasado las expectativas. Sin embargo, ese mismo desarrollo se ha ido alejando de manera pro-gresiva del aspecto ético y humano que animó al hom-bre a investigar e indagar más allá de sus propios ho-rizontes. Debemos aspirar, al igual que la filosofía, una ciencia que reconcilie al ser humano con su propia natu-raleza” (Antúnez A., 2002). Estos aspectos ayudarían al alumno y a los demás actores involucrados a llegar a un ideal moral donde se promueva la realización de cada individuo y la expansión de sus potencialidades.

Tanto para el alumno como para el profesorado, la ex-periencia de la enseñanza de la filosofía es lo suficien-temente valiosa y gratificante en sí misma como para justificar su presencia. De tal manera que, como se des-cribe en el programa de estudio del bachillerato general en México, el alumno obtendrá competencias genéricas como conocerse y valorarse a sí mismo, pensar crítica y reflexivamente, así como participar con responsabilidad en la sociedad. De igual manera, desarrollará competen-cias básicas que le permitan identificar el conocimiento social y humanista como una construcción constante de transformación.

¿Quién me puede enseñar filosofía?Comenzaré este apartado citando al autor José Villa-

nueva (2006), el cual rescata en su artículo La filosofía y la formación docente que “el estudio de la filosofía, se presenta ante el docente como un espacio natural y con-natural para el desarrollo de sus propias ideas, en la que

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se valora y redescubre la importancia de su opinión (…) el docente en formación, pasará de la teorización sobre la conciencia, a la elaboración de líneas maestras para su ac-cionar humano-profesional; arraigándose de este modo la filosofía en el devenir de su mundo como vida y proyec-to”. Así, pues, la persona que nos puede enseñar filosofía en definitiva es el maestro, sin embargo, para el estudio de cuerpo-mente-alma, el docente debe despertar su pro-pia curiosidad y la de sus pupilos, recordando las ansias que teníamos de pequeños por querer explorar y comer-nos el mundo completo; y prestar mayor atención a lo que nos rodea, aunque pensemos que caemos en obviedad.

Cuando una persona decide estudiar filosofía, se lo-gra dar cuenta de que despierta el lado humanista que muchos olvidamos por querer ser solo racionales; pero ese amor al estudio filosófico engrandece cuando deci-de compartirlo con los demás de la forma más antigua, dando cátedras en instituciones educativas, logrando que en la enseñanza de la filosofía el docente encuen-tre una “aliada segura”, la cual “le guiará y acompañará (si él la deja) en la búsqueda y conquista del ideal de per-fección humana y profesional, que se propone alcanzar para sí mismo y para los que ante sí, en cierto modo, es responsable del mundo: sus alumnos” (Savater, 1997). Por ende, para poder convertirse en un buen docente, este debe nutrir su experiencia construyendo sus pro-pios conceptos gradualmente tal como se enseñaba en la antigua Roma; reflexionando sobre sus actos y la base de los conocimientos que va adquiriendo, con el fin de “saber ser” para después “saber hacer”: “Todo lo cual le ayudará al docente a fortalecer y consolidar su perfil axiológico, intelectual y profesional, tan necesarios para enfrentar con éxito los retos que le depara la educación del siglo XXI” (Villanueva J., 2006).

En varias investigaciones podemos observar diversos puntos de vista de profesores que están a favor y en con-tra de enseñar filosofía en las aulas, debido a que su es-tudio suele despertar al individuo y lo incita a reflexio-nar sobre su conocer y hacer; y no a todos los ámbitos de la sociedad les conviene. A pesar de ello, hay profeso-res de bachillerato como Félix García que ha dado su cá-tedra de filosofía desde hace 25 años en la Universidad Autónoma de Madrid, quien busca que la sociedad reco-nozca el trabajo que se emprende al enseñar y aprehen-

der Filosofía desde jóvenes: “normalmente, los profeso-res de filosofía apelamos a una doble argumentación. Por un lado, consideramos que la filosofía ayuda a de-sarrollar una capacidad de abstracción y unas actitu-des de escucha y diálogo que son imprescindibles en un mundo en el que los procesos acelerados de globaliza-ción amenazan seriamente la estabilidad social de las sociedades. La presencia de la filosofía en la educación básica y secundaria supondría una aportación decisiva para evitar riesgos de xenofobia y exclusión, así como nacionalismos e integrismos excluyentes”.

En México existen catedráticos que se han especiali-zado en la enseñanza de la filosofía como medio de an-claje entre el ser humano lógico-moral. Entre los pione-ros que incursionaron en la educación media y superior, se encuentra Antonio Caso, escritor y filósofo mexica-no que fungió como rector de la Universidad Nacional de México entre 1920 y 1923, además defendió la liber-tad de cátedra y escribió numerosas obras sobre la exis-tencia humana siempre siguiendo una dirección de ense-ñanza filosófica. Otro filósofo mexicano es Leopoldo Zea, quien defendió la producción de ideas filosóficas en La-tinoamérica en paralelo con el trabajo de docencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la cual dirigió la Facultad de Filosofía y Letras en 1966.

Un docente instruido y con una preparación profesio-nal en el campo de la filosofía es la persona ideal para enseñar esta asignatura, solo es cuestión de tener el amor por la enseñanza y la sabiduría para saber trans-mitir los conocimientos a los estudiantes del nivel medio superior u otro nivel educativo, con el fin de desarrollar habilidades y actitudes filosóficas que le permitan al es-tudiante cuestionar aquello que se da por hecho.

¿Cómo enseñar para aprehender filosofía?Ahora el punto es saber cómo el maestro debe ense-

ñar filosofía: se deben seguir los pasos de grandes per-sonajes que dieron cátedras en la época antigua, ejemplo de ellos son los maestros Quintiliano y Plutarco, que de-jaron un gran legado en Roma y Grecia; coincidían en que se debía cultivar el conocimiento sobre el niño debido a que es tierra fértil, lo que requería de un buen agricul-tor. Para que el alumno no solo aprenda (sea un recipien-te que adquiere conocimientos) sino aprehenda (haga

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una enseñanza tradicional u obsoleta. Educar en filoso-fía no será nada fácil si el maestro solo basa su enseñan-za en la teoría, porque el alumno se tornará aburrido, sin ánimos de adquirir conocimientos y muchos menos querrá ser parte del resultado que el docente pretende obtener; esto podrá ocasionar abandono de su actual es-tudio o incluso una baja matrícula en asignaturas que estén relacionadas directamente con la filosofía.

Hay que enfatizar que los docentes que enseñan filo-sofía desde las aulas del bachillerato no preparan a sus alumnos para ser filósofos, más bien les muestran que pueden conducirse bajo ciertos principios de valor so-cial. Uno de estos profesores es Gabriel Vargas Lozano quién fue reconocido en 2012 con la Medalla al Mérito Formación Filosófica en el Bachillerato “Adolfo Sánchez Vázquez”, premio que se le otorga “por su gran trayec-toria filosófica, académica, de investigación, y principal-mente por su incansable espíritu de lucha por enarbolar al frente de la comunidad filosófica nacional e interna-cional, la defensa y reivindicación de la enseñanza de las humanidades y la filosofía en la educación media supe-rior en México, trascendiendo de esta manera a ser par-te de los filósofos ilustres de México, y convirtiéndose en un ejemplo vivo para las presentes y futuras genera-ciones” (Pérez O., 2012). Con maestros como estos pode-mos vislumbrar un panorama prometedor en las aulas de clases, siempre y cuando la asignatura de Filosofía sea tomada en cuenta en las próximas reformas curri-culares, para que sea incluida en el campo de formación básico en más de un semestre en todas las escuelas per-tenecientes al nivel medio superior mexicano.

ConclusiónDespués del análisis realizado sobre la esencia de im-

partir la asignatura de Filosofía en las aulas de clases y que el alumno aprehenda de un buen maestro, algunas consideraciones finales serían las siguientes:

1. Según nuestra Constitución Política, las institucio-nes educativas de todos los niveles tienen el compromi-so de prestar un servicio que sea compatible con lo so-cialmente requerido.

2. La presencia de la filosofía en la educación media superior en México aportaría un estudio sobre aspectos de cuerpo, mente y alma en los educandos.

suyo el conocimiento, lo construya y sea parte del resul-tado), se debe utilizar una pedagogía de esfuerzo tenden-te, donde cada uno llegue al nivel máximo de sus posibili-dades, desarrollándolas una por una sin olvidar ninguna.

Bien presentada, la filosofía es muy interesante y provocadora para los alumnos; sobre todo si primero se puntualiza el objetivo que se desea alcanzar en ellos, a través de cuáles actividades específicas y, en algunos casos (maestros en servicio), si la forma en que se ha ido trabajando la asignatura es la correcta.

Cuando el docente motive al alumno a filosofar, deberá ser equitativo con su ejercicio profesional en particular y con la práctica educativa en general, a fin de ser autén-tico instrumento en las manos del docente para la con-quista y posesión de las herramientas requeridas para la obtención “del mejoramiento de la calidad de la educa-ción”. De esta forma, el maestro correcto será quien ten-ga un extenso conocimiento teórico-práctico de la ma-teria, y que, además, con el uso correcto del material de apoyo de que disponga, despierte la curiosidad del alum-no por una búsqueda que lo lleve a forjarse una imagen correcta de sí mismo, para después formar ciudadanos que convivan y trabajen para transformar su sociedad.

Después de la enseñanza filosófica, el punto intere-sante vendrá al momento de evaluar, por tanto, deseo exponer las siguientes recomendaciones que nos da el profesor Félix García en el desarrollo de su investiga-ción ¿Para qué sirve enseñar filosofía?:

1. Una prueba clásica para evaluar es la disertación o ensayo argumentativo; es muy posible que su vali-dez esté sobradamente garantizada, el problema es que goza de poca fiabilidad porque una misma prueba pue-de obtener puntuaciones distintas según quién o cuán-do se evalúe; todo dependerá del evaluador.

2. Es necesario, además, desarrollar pruebas que ten-gan capacidad de evaluar la transferencia de lo apren-dido a ámbitos alejados de la filosofía, utilizando, por ejemplo, ejercicios de lógica para ver cómo han desarro-llado su capacidad de razonar los estudiantes.

Por lo tanto, para que el alumno se apropie de un nue-vo estilo de pensamiento es necesario que el docente utilice todas las habilidades que ha ido desarrollando durante su quehacer educativo, además de capacitarse en diversos rubros que lo preparen para no recaer en

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3. Desde el 2009 la enseñanza de la filosofía en la edu-cación media superior del país se imparte solo en el último semestre como parte del componente de formación bási-ca; dando prioridad a la enseñanza de las ciencias exactas sobre el pensamiento reflexivo-crítico del alumno.

4. Con el estudio profundo de la filosofía, el alumno del bachillerato general en México logrará obtener en su totalidad las competencias genéricas y básicas descritas en el actual plan de estudios 2011; como el conocimien-to social y humanista que se obtenga por la participa-ción con responsabilidad en la sociedad.

5. Con la filosofía se abrirán mayores puertas del co-nocimiento, porque es una ciencia que reconcilia al ser humano con su propia naturaleza.

6. El docente con una preparación profesional en el campo de la filosofía o afín es quien será el encargado ideal de enseñar la asignatura en las aulas; pasando de la teorización sobre la conciencia, a la elaboración de lí-neas maestras para su accionar humano-profesional que le permitan llegar a la práctica.

7. Para enseñar filosofía el docente deberá conducirse bajo ciertos principios como integridad, justicia y ver-dad, para desarrollar en el alumno una estrecha rela-ción entre lo lógico-moral.

8. Por último, para evaluar el nivel alcanzado de re-flexión y crítica, se deben aplicar evaluaciones de diser-tación, combinadas con ejercicios de lógica que permi-tan al alumno relacionar lo aprendido con su vida diaria.

En definitiva, enseñar filosofía es enseñar a los alum-nos a visualizar de forma diferente su adquisición de co-nocimiento, no solo como un aprendizaje mecánico, sino como parte de su transformación al hacerlo un aprendi-zaje significativo que les ayude a ser personas reflexivas y críticas, lo que siempre ha sido el objetivo de la filoso-fía. Así, un maestro que ayude al alumno a cuestionar todo lo que consideramos estable, permitirá replantear lo que sabemos para juzgar si es correcto o no; pero esto solo se logrará cuando en las aulas de clases de la ins-tituciones del nivel medio superior haya maestros pre-parados profesionalmente y actualizados en las formas de enseñanza donde el alumno es el protagonista de su aprendizaje; aunado, por supuesto, a una urgente actua-lización de la última Reforma Curricular del 2009 apli-cada al plan de estudio de las escuelas de bachiller.

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