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R C E 0 R E M A R C M a r c 38 LA LETRA QUE ETERNIZA LA FANTASÍA Y LA DIVERSIÓN Un viaje lleno de imágenes y sonidos permanecerá en la mente del cordial pasajero que adquirió un boleto al destino de las palabras que descansan en la estación de la literatura infantil. sxc.hu En tiempos antiguos, de lám- paras y velas, nuestros abuelos leían, algunos por im- posición, algún cuento u obra literaria para poder conciliar el sueño. La maestra de la escuela exigía aprender de memoria la historia de la Caperucita Roja o relatos más complejos que lejos estuvieron de haber sido escritos para niños. Indudablemente, las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza les obligaban a poner funcionar su coeficiente intelectual a toda máquina para en- tender la enmarañada aventura escrita ‘en chino’ y entonces sí, poner a volar la imaginación. Llegada a sus manos las historias de Julio Verne, fueron un escape al monótono ritmo de la lec- tura de aquellos días. Atrás quedaron esos tiempos que, salvo honrosas Literatura Texto: Cristhian Vera

La literatura infantil

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La Letra que et

erniza

La fantasía y La diversión

Un viaje lleno de imágenes y sonidospermanecerá en la mente del cordial pasajero que adquirióun boleto al destino de laspalabras que descansan en la estación dela literaturainfantil.

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antiguos, de lám-paras y velas, nuestros

abuelos leían, algunos por im-posición, algún cuento u obra literaria

para poder conciliar el sueño. La maestra de la escuela exigía aprender de memoria la historia de la Caperucita Roja o relatos más complejos que lejos estuvieron de haber sido escritos para niños. Indudablemente, las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza les obligaban a poner funcionar su coeficiente intelectual a toda máquina para en-tender la enmarañada aventura escrita ‘en chino’ y entonces sí, poner a volar la imaginación. Llegada

a sus manos las historias de Julio Verne, fueron un escape al monótono ritmo de la lec-

tura de aquellos días. Atrás quedaron esos

tiempos que, salvo h o n r o s a s

Literatura

Texto: Cristhian Vera

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La fantasía y La diversión

e x-cepciones,

convertían a la lectura en un ‘cuco’ capaz de crear las más

horrendas pesadillas. Según la escritora cuenca-na Juana Neira, en la última década, la literatura infantil ha dado un giro importante. Los cuentos y libros para niños actuales ponen en escena las temáticas contemporáneas, desde cuyas lecturas pueden palpar la realidad que los cobija.

Los escritores intentan llegar a los niños con te-mas que los divierten y los atrapan. Los chicos que leen encuentran, ahora, en la literatura infantil una compañía placentera. En el Ecuador, los represen-tantes de la narrativa infantil hacen valiosos y fruc-tíferos esfuerzos por llegar a los infantes, quieren tocar su corazón e incentivar su fantasía.

La violencia intrafamiliar, el abandono, la mi-gración y el ‘bulling’ son temas que también es-tán inmersos en los contenidos dirigidos a estos noveles lectores, dice Neira. Son escenas de la vida actual que están vigentes y que la literatura infantil los socava, no como mensaje o moraleja (ese no es el fin de la literatura), sino que los ex-pone de manera más sutil.

La imaginación que induce aL conocimiento

La fantasía está presente en cada palabra que el escritor eterniza. Es un instrumento para conocer la realidad. Les permite a los chicos converger entre lo que ven y lo que sienten y ¿cómo se reconstruye

esa imaginación? ¿cómo el escritor se apodera de ella y la materializa en el papel?

La escritora cuencana recurre al recuerdo para explicar

su propuesta lite-raria: “to-

dos

fuimos, alguna vez, niños. En ese pasaje,

existieron cosas que nos estorbaron y que nos inspiraron a seguir creciendo. La experien-cia vivida nos acompaña siempre, solo que cuando llegamos a la adultez, nos ponemos un montón de máscaras y cadenas que no nos permiten jugar ni fluir porque tenemos que mantener cierto rol. Cuando escribimos lo hacemos desde uno mismo, como adulto”. Si bien la intención original es escri-bir para los niños, el lenguaje, finalmente, se ade-cua para todo tipo de personas.

Al momento de escribir una historia infantil, hay que volver al pasado de uno mismo –afirma Neira-, buscar esos colores de la alegría, esas pe-sadillas de la niñez que se forman en la mente y corazón de los pequeños.

En los adultos, el miedo está presente, la alegría está presente. Tal vez solo el juego ha desaparecido un poco, al igual que la capacidad de asombro. Y cuando el escritor se conecta con algunos temas y momentos que se desarrollaron en su niñez, se con-vierten en materia prima para la creación artística.

La contemplación del lugar en donde se re-crean las travesuras y el lenguaje de los niños es otro terreno para la producción literaria in-fantil. Los escritores comparten sus días con los niños recavan información en las palabras que utilizan, las curiosidades que despiertan y las diabluras que cometen.

La presencia de un niño no solo es objeto de admiración y asombro, el menosprecio a su crea-tividad no es leve. Los chicos pueden hablar de cualquier cosa que pasa por su mente y sus ojos. Ellos no viven, como dice Neira, en una bola de cristal o en cualquier nube. Lo que necesitan es un momento de concentración para examinar lo que sucede a su alrededor.

Y el escritor se pregunta ¿qué hacer para des-pertar el interés del lector principiante y lograr que perciba al libro como un juguete, como un instrumento de vida?

Juana Neira sostiene que los primeros lectores (los más chiquititos) tienen que relacionarse sen-

sorialmente con el libro. Anticiparles un “no” es dejarlos en la nada, en un

reino donde solo hay cabi-da para la obviedad

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y se expulse la creatividad. Al contrario, un niño tiene que abrir un libro, sentirlo, ver sus imáge-nes…quererlo. Crearse una historia, a través de lo que están viendo, se convierte en un salto a lo tópico de la vida.

Esa primera relación con el libro es fundamental para los prelectores. Ellos no manejan el lenguaje. Solo se puede hacer una historia por medio de las imágenes. Luego vienen las primeras palabras, la relación de estas con las representaciones. Desde allí, se trabaja con lo lúdico en donde los padres leen una historia y el niño la continúa.

Es un juego constante donde se combina la realidad y la fantasía: el infante puede ser el hé-roe de la historia y el padre, su aliado para la aventura. Para la escritora cuencana, leer es un acto de amor al igual que el cariño que le entre-gamos a quien queremos. Esta convivencia, esa

relación de confianza con los libros les otorgará libertad y compañía en toda su vida.

eL Libro que acompaña

Cada niño es una flor diferente al resto. Nece-sita crecer y alimentarse de las ideas que hay en la biosfera. Cosas en común como el juego, las mismas ganas de aprender, de leer, están pre-sentes para descubrir y entender su mundo. Es imperativo que la metodología escolar involu-cre a la literatura infantil. Su importancia, desde lo académico y humano, remiten a la necesidad de familiarizar a los chicos con los libros.

Un buen libro debe encajar con el calendario y la problemática de su lector. Los niños, tam-bién, le apuestan a entender los temas actuales sin descuidar la aventura y la imaginación. La letra fantasiosa les da una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, les otorga rebeldía para reconstruir ese opaco mundo que les impide abrir una grieta en su interior. Esta forma de contarles una historia hará que visua-licen la realidad desde otra óptica.

Los libros ayudarán a madurar sus sueños, a convertirlos –por un instante- en lo que no son y a engrandecer su sensibilidad como se-res humanos.

Literatura

anaqueL1. James y el melocotón gigante: un niño

recorre el mundo en compañía de un me-locotón gigante.

2. La luciérnaga sabe: cuatro niños viajan a una ciudad, donde hay muchos misterios.

3. Mi amiga secreta: una amiga guarda las travesuras en su cajita de los sueños.