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LA PEDAGOGÍA INSTITUCIONAL Y SUS DOS PRINCIPALES VERTIENTES Dra. Adriana Fernández Reiris http://pedagogosensintesis.blogspot.com.ar/search/label/PEDAGOG%C3%8DA%20INSTI TUCIONAL La corriente de la Pedagogía Institucional surge de una ruptura dentro del Movimiento de la Escuela Moderna fundado por Freinet que se materializó en el Grupo de Técnicas Educativas (GTE) el cual, años más tarde, sufriría nuevas divisiones. Las quejas de los integrantes que se escindieron residían en que consideraban que la negativa a incorporar algunos hallazgos de las ciencias humanas esclerosaban los métodos y limitaban el desarrollo de las propuestas. Tiene su epicentro en Francia en la década de los años sesenta del siglo XX y se distinguen dos orientaciones principales: una

La pedagogía institucional y sus dos principales vertientes

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LA PEDAGOGÍA INSTITUCIONAL Y SUS DOS PRINCIPALES VERTIENTES Dra. Adriana Fernández Reiris

http://pedagogosensintesis.blogspot.com.ar/search/label/PEDAGOG%C3%8DA%20INSTI

TUCIONAL

La corriente de la Pedagogía Institucional surge de una ruptura dentro del

Movimiento de la Escuela Moderna fundado por Freinet que se materializó en el Grupo de

Técnicas Educativas (GTE) el cual, años más tarde, sufriría nuevas divisiones. Las quejas

de los integrantes que se escindieron residían en que consideraban que la negativa a

incorporar algunos hallazgos de las ciencias humanas esclerosaban los métodos y

limitaban el desarrollo de las propuestas. Tiene su epicentro en Francia en la década de

los años sesenta del siglo XX y se distinguen dos orientaciones principales: una

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representada por Michel Lobrot (n 1924) más afín a la psicosociología y a la no

directividad rogeriana y la otra liderada por Fernand Oury (1920-1999) y Aïda Vásquez

más orientada por el psicoanálisis freudiano y la psicoterapia institucional que se ha

estructurado desde el inicio a través de las técnicas pedagógicas freinetianas. A pesar de

que ambas vertientes no tienen intercambios ni debates entre sí sino que corren

paralelas, tienen más puntos en común que diferencias. El desacuerdo fundamental

radica en que Lobrot tiene una adhesión mayor hacia la no directividad mientras que Oury

y Vásquez postulan utilizarla mesuradamente como un remedio para ciertas ocasiones en

forma temporal y controlada.

Se ha identificado como Pedagogía Institucional a una corriente antiautoritaria

basada en la institución autogestionada que ataca al verticalismo de las instituciones

vigentes porque demanda que la autogestión social y pedagógica es imprescindible para

transformar profundamente a la sociedad. En esta perspectiva subsiste un entramado

interdependiente de las dimensiones política, terapéutica y pedagógica. En contraste con

el incentivo del individualismo, la pasividad, la rivalidad, el conformismo y el sometimiento

de la pedagogía tradicional se propone la promoción de la cooperación, la comunicación,

la toma de decisiones y las iniciativas por parte de los integrantes del grupo escolar. En

este sentido, los fines de la educación residen en hacer autónomos, independientes y

creativos a los miembros del grupo. Introduciendo la autogestión se prepara eficazmente

el advenimiento de una sociedad no burocrática. Es fundamental el análisis y la

humanización de las relaciones educativas en el aula y la escuela. Se requiere trabajar la

grupalidad de la clase ya que la autonomía permite una experiencia existencial que

profundiza las relaciones interpersonales a diferencia del simple trabajo en equipo clásico

que implica una simple concordancia o una complementariedad de actividades.

Para ello, el maestro abdica de su función de representante del

poder proponiéndose como un colaborador, una ayuda o auxilio para remover los

obstáculos para el aprendizaje y la comunicación grupal, un consejero o asesor a petición

del grupo de estudiantes que es el genuino eje de la vida del aula. Renuncia a la palabra

para que los alumnos puedan expresar sus voces y ofrece sus servicios, su capacidad y

conocimiento al grupo-clase. Su tarea es liberar las fuerzas creativas del grupo, reconocer

a los estudiantes su derecho a hacerse cargo de su vida, su presente y su porvenir. De

esta manera, las actividades y la organización del trabajo están sujetos a las discusiones

y acuerdos grupales. El enseñante es un consultor en cuestiones de método, organización

o contenido y un catalizador de la vida afectiva grupal.

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Los seguidores a la pedagogía institucional, cuya primera reunión tuvo lugar en

Francia en 1965, no comparten que toda acción educativa sea ineficaz en una sociedad

alienada sino que es posible que se formen seres libres capaces de oponerse no sólo a la

burocracia de la institución educativa sino también de toda la sociedad. No se tiende a

formar rebeldes que adopten actitudes de simple revuelta oratoria sino personas realistas

y activas que participando en la sociedad sean capaces de transformarla eficazmente. La

posibilidad del cambio social se vislumbra a través de la irradiación desde la base, desde

adentro del grupo-clase hacia la institución y de ésta hacia la sociedad. Aunque

comparten las mismas críticas hacia la escuela planteadas por la corriente de la

desescolarización conservan su confianza en que la institución escolar puede ser

transformada y, con ella, las mentalidades existentes y las estructuras sociales.

Si bien la autogestión pedagógica es un punto de partida y de llegada para el

cambio social no puede realizarse sin un mínimo de autogestión política. No obstante, la

escuela es un lugar privilegiado para efectuar cambios pues tiene como fin la educación.

El hecho de que hasta ahora haya sido utilizada para perpetuar el orden social existente

no implica que no pueda servir en sentido contrario. Desde nuestro punto de vista, existen

bastantes evidencias de que Pedagogía institucional, a través de sus críticas a la

pedagogía tradicional y sus análisis a la institución educativa, ha facilitado substanciales

derivaciones en reformas del sistema educativo tanto en Francia como en otros países.

Sin embargo, a partir de las transformaciones sociales de los últimos años, la crisis de

autoridad y la emergencia de nuevos conflictos o contrastes generacionales se ha puesto

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GEORGES LAPASSADE

“La escuela-cuartel se inicia en las grandes ciudades, a través de los nuevos

centros escolares construidos para atender a la cada vez más masificada población

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escolar, fruto de las corrientes migratorias del campo a la ciudad. Es lo que se ha

denominado el paso de la “escuela-tugurio”, o escuela pobre, miserable,

generalmente unitaria, a la “escuela-cuartel” (Fernand Oury citado en

Colom;2001:139)

“¿Qué entendemos por instituciones? La simple regla que permite servirse del

jabón sin reñir es ya una institución. Y el conjunto de reglas que determinan aquello

que se hace y aquello que no se hace en tal o cual lugar o en tal o cual momento,

esto es, aquello que designamos las leyes de la clase, también es una institución.

Pero llamamos además institución aquello que nosotros instituimos, esto es, la

definición de los lugares, de los momentos, de los estatutos de cada uno según sus

posibilidades, las funciones (servicios, cargos, responsabilidades), los papeles

(presidencia, secretariado), las diversas reuniones (jefes de equipo, clases de

nivel), los ritos que aseguran su eficacia, etc.

Cuando en 1957 los maestros aceptaron la posición del Dr. Oury de designar como

pedagogía institucional el conjunto de técnicas educativas (diario,

correspondencia, consejo, etc.)que transforman la clase primaria, reconocieron la

analogía con las técnicas de renovación y transformación de los hospitales

psiquiátricos, técnicas de psicoterapia institucional (...). En 1965 definíamos

provisionalmente la pedagogía institucional como un conjunto de técnicas, de

organización, de métodos de trabajo y de instituciones internas nacidas de la

práctica de clases activas, que coloca a niños y adultos en situaciones nuevas y

variadas que requieren de cada uno compromiso personal, iniciativa, acción y

perseverancia (...) En forma muy simple, los niños y el maestro hablan de su vida

escolar cotidiana y se esfuerzan por mejorarla. Tal vez esto sea lo primordial: el

hecho de hacerse cargo de su propia administración, de tomar en sus manos su

presente y su porvenir.

Las actividades motivadas, la apertura hacia el mundo, la organización precisa del

trabajo, de los grupos, y la diferenciación de los lugares y de los momentos, todo

esto crea un universo de trabajo racional, eficaz, eminentemente formativo”

(Vasquez y Ouri;1979:71-72)

“La pedagogía institucional se define, pues, por una parte por la ausencia de poder

en un grupo dado y, por otra, por la posibilidad dada al grupo de encontrar para sí

instituciones satisfactorias, gracias a las iniciativas divergentes de los

participantes” (Lobrot;1971:280)

“es un sistema que consiste en la abolición de todo poder en el seno de la clase”

(Lobrot;1971:198)

“No reducimos la autogestión a la ‘gestión’ en el sentido administrativo del término.

Esta palabra nos parece útil porque va más allá de los términos no-directividad o

cooperación (...) Creemos que tales conceptos son insuficientes. Es necesario, en

efecto, que la clase, y que el grupo escolar llegue a una conducta unificada que

permita el trabajo en común, una organización, un plan y la utilización del monitor

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que se pone a su disposición.

Esto va más lejos y llega, en efecto, al surgimiento de nuevas instituciones que

llamaremos ‘instituciones-clase’. De ahí llegamos a las instituciones. Lo que nos

distingue de los partidarios de la dinámica de grupo es que pretendemos ir más allá

del ‘grupo de diagnóstico’ e introducir la no directividad en los grupos naturales,

incluidos en una ‘institución externa’, entregados a un trabajo social. Esto cambia

un tanto las cosas. El alumno no puede entregarse a cualquier actividad, padece

todavía las presiones de la jerarquía externa. Sin embargo como el docente no hace

nada para reflejar, por su parte, esas obligaciones, el alumno queda liberado a su

propia responsabilidad, y si prepara el examen, es porque así lo quiere. En este

marco que se podría llamar ‘límite’, todas las interacciones, las iniciativas, las

confrontaciones, y las experiencias se vuelven posibles. En él se reintroducen la

vida y la actividad” (Lobrot;1971:40-41)

“Para que la humanidad tome al fin conciencia de las virtualidades prodigiosas que

posee en sí misma es necesario que revise enteramente su sistema educativo y que

se reestructure sobre nuevas bases. A la desconfianza es necesario que oponga

confianza; a la opresión, la libertad; a la burocracia, un auténtico espíritu

democrático; a la separación de los individuos, las relaciones humanas”

“Por esto pensamos que hoy los más importante no es crear otros sindicatos, otros

partidos políticos, otros grupos de presión, sino introducir dondequiera que sea

posible la autogestión pedagógica con el objetivo de educar al conjunto de la

población y formar individuos autónomos, inventar nuevos modelos de

funcionamiento de los grupos, adecuados al ser humano y suscitar una opinión que

favorezca un nuevo humanismo” (Lobrot;1971:229)

“El beneficio esencial de la autogestión reside en el hecho de que cada uno de los

participantes parte de sí mismo y se apoya en otro. Partiendo de sí mismo, está sin

cesar implicado, y apoyándose en otro, está sin cesar ayudando. La dialéctica entre

el yo y el otro se realiza al máximo”.(Lobrot;1971:287)

“ La autogestión pedagógica no es sino una preparación para la autogestión social.

Esta constituye el propósito final” (Lobrot; 1971:329)

-Colom, Antoni J. La pedagogía institucional. Síntesis. Madrid. 2000.

-Lobrot, Michel Teoría de la educación. Fontanella. Barcelona. 1976.

-Lobrot, Michel Pedagogía Institucional. La escuela hacia la autogestión.

Humanitas. Buenos Aires, 1971.

-Vasquez, Aïda y Oury, Fernand. Hacia una pedagogía del siglo XX. Siglo XXI.

México.1979

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AUDIO CORTO SOBRE LA PEDAGOGÍA INSTITUCIONAL

CONFERENCIA DE MICHEL LOBROT SOBRE LA NO DIRECTIVIDAD INTERVINIENTE

(NDI)