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LA ÚLTIMA TULE. Alfonso Reyes integra en su disertación “El Presagio de América” el sentido del descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón. En el descubrimiento de América uno no puede más que seguir asombrándose como si fuéramos con Colón en la Carabela “Santa María” y avistáramos a la oropéndola y al herreruelo, aves migrantes que vio Colón días antes de avistar la isla de Guanahaní entre las islas del Caribe bautizándola como San Salvador. Alfonso Reyes hace el mismo viaje con su imaginación y nosotros con él, no sólo de los 4 viajes de Colón que realiza entre 1492 y 1504 sino de los Noruegos e Irlandeses que llegaron a Islandia en el siglo VIII de allí navegaron hasta Groenlandia colonizándola 2 siglos después permaneciendo durante 3 siglos aunque para el tiempo del descubrimiento ya estaba aislada aunque de allí hubieran partido 2 grandes expediciones a la costa del noreste de Norteamérica. Con Américo Vespucio, Álvarez Cabral, Vicente Yáñez Pinzón nos vamos a navegar el litoral mexicano desde el Golfo de Honduras hasta la Florida, y luego por el litoral de Sudamérica vamos buscando en el mapa San Roque para conocer Venezuela, Brasil, una tierra antártica y luego torcer al sur hacia Guinea en la Costa Occidental de África. Retrocedemos un poco en el tiempo para conocer los mapas de Herodoto del año 450 a. de C y el de Ptolomeo del año 150 de nuestra Era e imaginar junto con ellos la tierra de India que invadió Alejandro Magno en el año 331 a. de c. Esto de navegar por primera vez una inmensidad de mar que si bien tenían la certeza existía Asia y deseaban llegar a ella se habían equivocado en calcular la distancia pareciéndoles a los expertos imposible de alcanzarla, no al menos con los exiguos recursos y las Carabelas por lo cual se negaron en un principio a financiar el viaje. Es por ello que cuando milagrosamente para Don Cristóbal se le presentó la primera Antilia le llamó San Salvador santo que había ayudado a parar la

La última tule

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LA ÚLTIMA TULE.

Alfonso Reyes integra en su disertación “El Presagio de América” el sentido

del descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón.

En el descubrimiento de América uno no puede más que seguir asombrándose

como si fuéramos con Colón en la Carabela “Santa María” y avistáramos a

la oropéndola y al herreruelo, aves migrantes que vio Colón días antes de

avistar la isla de Guanahaní entre las islas del Caribe bautizándola como

San Salvador.

Alfonso Reyes hace el mismo viaje con su imaginación y nosotros con él, no

sólo de los 4 viajes de Colón que realiza entre 1492 y 1504 sino de los

Noruegos e Irlandeses que llegaron a Islandia en el siglo VIII de allí

navegaron hasta Groenlandia colonizándola 2 siglos después permaneciendo

durante 3 siglos aunque para el tiempo del descubrimiento ya estaba aislada

aunque de allí hubieran partido 2 grandes expediciones a la costa del noreste

de Norteamérica.

Con Américo Vespucio, Álvarez Cabral, Vicente Yáñez Pinzón nos vamos a

navegar el litoral mexicano desde el Golfo de Honduras hasta la Florida, y

luego por el litoral de Sudamérica vamos buscando en el mapa San Roque

para conocer Venezuela, Brasil, una tierra antártica y luego torcer al sur

hacia Guinea en la Costa Occidental de África.

Retrocedemos un poco en el tiempo para conocer los mapas de Herodoto del

año 450 a. de C y el de Ptolomeo del año 150 de nuestra Era e imaginar junto

con ellos la tierra de India que invadió Alejandro Magno en el año 331 a. de

c.

Esto de navegar por primera vez una inmensidad de mar que si bien tenían la

certeza existía Asia y deseaban llegar a ella se habían equivocado en calcular

la distancia pareciéndoles a los expertos imposible de alcanzarla, no al menos

con los exiguos recursos y las Carabelas por lo cual se negaron en un

principio a financiar el viaje.

Es por ello que cuando milagrosamente para Don Cristóbal se le presentó la

primera Antilia le llamó San Salvador santo que había ayudado a parar la

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invasión de los musulmanes en las puertas de Belgrado aunque ya habían

perdido todo el Imperio Romano de Oriente en Constantinopla.

Naturalmente que ahora queremos saber más de ellos, del llamado mundo

Antiguo. Alfonso Reyes está en Madrid escribiendo lo que consideró un

Presagio, todavía en esa época se queja el gran escritor de vaguedades,

divagación mística, de extravío histórico, pero logra encontrar con su gran

inteligencia los contactos de Colón, los secretos de la información obtenida

en los Centros de Poder, la infraestructura material y la planeación

intelectual, la Cartografía puesta al día con Toscanelli, y los acompañantes

mejor seleccionados para esta empresa de navegación comercial con la

decisión de los Reyes Católicos y el Papa de repartirse el mundo aún antes de

conocerlo.

No solamente recuperar territorios sino adueñarse de todas las riquezas de

los no Cristianos si no abjuraban de su propia religión. Por eso la cruel ley

para judíos y musulmanes a salir deportados de España en un plazo de 24

horas de no abrazar la nueva religión decretada por los Reyes Católicos. El

año 1492 coincidente con el descubrimiento de América es la etapa final de la

reconquista del territorio de España en Granada. Y de nuevas almas que

salvar en ese Nuevo Mundo, soñado, avizorado, colonizado, cristianizado

entre otras cosas.

Cipango y Catay eran los secretos de Colón y de Martín Alonso Pinzón en

el sentido de ser los primeros en llegar allá por una nueva ruta hacia el

occidente. Ya los Portugueses exploraban por la costa africana hacia el sur

hasta el cabo de Buena Esperanza una navegación costeando para llegar al

Asia.

Alfonso Reyes se da muy bien cuenta que la información que poseen no es

solo conseguida de oídas sino del Papa mismo de Roma.

El que hubiera negociado el título de Virrey de tierras nuevas o adquirido

credenciales para el Gran Kan en “Catay”nos da a saber 2 cosas. La primera

es que ya sabían de la existencia de tierra más allá de Las Canarias y las

Azores y segunda que las comunicaciones tan atrasadas e impenetrables entre

Imperios les había impedido enterarse que el Kublai Kan, nieto de Genghis

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Kan ya no reinaba en China sino que una nueva dinastía la Dinastía Ming

gobernaba desde el año 1368 . Por cierto Marco Polo sirvió para el Kublai

Kan durante 25 años escribiendo en el Libro de las Maravillas todo lo que a

Colón le interesaba conocer en su viaje a “las Indias”. Marco Polo viajó con

su Padre y sus tíos en el año de 1275.

El sentido que Alfonso Reyes le quiere dar a esta empresa es el que encuentra

al desbrozar los caminos terrestres, marítimos, universitarios, lo heredado del

pensamiento clásico, las mitologías, las profecías.

El pensamiento de Alfonso Reyes que nos deslumbra con su sapiencia dice

…unos soñaron el Nuevo Mundo, otros dieron con él, otros lo recorrieron y

trazaron, otros lo bautizaron ……………..Esperemos que otros lo hagan feliz.