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LAS ASOCIACIONES CIVILES DE EMPRESAS EN EL PERÚ
Por décadas muchos empresarios de la grande, mediana, pequeña y microempresa
por razones estratégicas unos y otros por razones fortuitas decidieron organizarse
institucionalmente como persona jurídica.
Entendiendo que los tres primeros tipos de empresa en mayoría tienen un concepto
claro, articulado e institucional de las implicancias que posee la cultura empresarial
y que les permite priorizar estrategias para fortalecer su crecimiento empresarial y al
estar organizados los asociados sectorialmente pueden asumir un comportamiento
gremial que les permita proponer, reclamar o difundir organizadamente las
desventajas e incoherencias que puede producir el Estado de manera que propicie
la menor afectación a su sector económico, claro son empresas formales y que
como sector económico saben de sus potencialidades y aportes tributarios al
Estado, una asociación civil principal y representativa genera un canal de
comunicación y acciones ante cualquier gobierno de turno por un lado y en otra
pueden incluso asumir la tarea sindical como empresarios ante cualquier
eventualidad gubernamental, lo cierto es que sus representantes en vigencia no
trasgreden su marco estatutario ni queman su batería institucional vigente, porque si
como ciudadanos pueden tener alguna pretensión política ajena a los fines que
cautela saben esperar el momento o simplemente suspenden su labor dirigencial así
ello no les genera susceptibilidad amical o rivalidad de poder, porque el objetivo
empresarial, organizacional y representativo es mayor y a largo plazo , todo ello se
subsume a los principios rectores que saben valorar, respetar y sobre todo
dinamizar como cultura empresarial.
Caso muy distinto es el de las organizaciones empresariales Mype que irrumpieron
como unidades económicas ante situaciones de crisis y desempleo para resolver los
problemas familiares o como en otros casos porque obedece a un concepto
emprendedor claro y planificado para hacer empresa, año a año se fue multiplicando
fue tal su magnitud para sobrevivir al margen de la poca importancia que les daba el
Estado que pasadas 5 décadas se incrementó la presencia de empresas informales
en un promedio del 63%, todo este fenómeno no se ha podido cuantificar
estadísticamente hasta la fecha, pero al agruparse en determinados territorios para
constituir mercados, paraditas o centros productivos o de servicios dio lugar a la
creación de hecho y otros de derecho de asociaciones civiles, cooperativas y hasta
los denominados parques industriales entre otros, por los años 90 se generó una
expectativa por las denominadas centrales empresariales pero que en un lustro
perdió presencia organizacional, todo ello se debe a que mucho de sus dirigentes de
estas instituciones de hecho o de derecho se constituyeron en el sueño de opio de
una clase política con disfraz empresarial que pretendidamente lo querían utilizar
como un ente sindical clasista o como en otros casos como un trampolín a la vida
política, lo cierto es que los asociados de esta diversidad institucional no han tenido
la oportunidad de ser informados o capacitados primero para respetar sus estatutos,
para trazar sus metas empresariales o para rotar la responsabilidad dirigencial y
principalmente proyectarse como entidad jurídica sea de hecho o de derecho y
aspirar a un crecimiento formal de sus negocios, es decir no han sido instruidos para
convivir dentro de una cultura empresarial porque se permitió por décadas y ahora
generaciones de vida y familias construidas marginalmente, gravísimo error desde
las esferas gubernamentales privilegiar la vida informal que ahora es una bomba de
tiempo en las ciudades por los efectos climáticos a que estamos expuestos, pero
sobre todo porque a pesar de que el sector empresarial Mype sería toda una
potencia institucional y representativa se hace difícil lograrlo, con la Ley Nª 28015 y
ahora con el D.L. Nª 1086 y su reglamento propusimos la creación de los
COREMYPE y del CODEMYPE, pero como está sujeto a la voluntad política tanto
de los Gobiernos Regionales como del Gobierno Central y las empresas y
asociaciones se atomizaron por no aterrizar en resultados evidentes y concretos o
porque quizá no se sienten atraídos para formalizarse, pero hasta la fecha todo
sigue como prospección piloto pero sin brújula.
Creo merece mencionar que la SUNARP debería contribuir en difundir el número de
asociaciones civiles sin fines de lucro del ámbito empresarial que existe en nuestro
país porque no hay un registro estadístico visible de ello que permita convocarlos,
las municipalidades tienen cierta información que debería compartir, pero no suelen
hacerlo.
En el caso de las cooperativas como asociación civil la SUNAT desde el 2015 tiene
registrado 3,557 de los cuales 2,088 estarían activas y de ellas 836 están en el
directorio de PRODUCE, se espera el resultado del último censo del 2016.
Por lo general las instituciones civiles de Mype a veces por desconocimiento no
registran a su institución o la renovación de junta directivas no son inscritas
oportunamente y se van convirtiendo a una vida institucional de hecho, y claro se
convierte en un negocio para los abogados, solo quiero dejar registrado un TIP que
utilice en una centenaria institución y que puede resolver muchos casos similares
sin necesidad de usar los servicios profesionales de un abogado.
Existe dos Resoluciones de la SUNARP, 202-2001-SUNARP-SN y Nª 038-2013-
SUNARP del 15 de Febrero del 2013 que mediante una asamblea general de
regularización les permite inscribir a la junta o consejo directivo no inscrito siempre
que su último presidente cumpla en concordancia a su estatuto y lo indicado por
estas resoluciones, esto aplica a cualquier modelo institucional no lucrativo, tal cual
lo fundamenta el art. 2 de nuestra constitución política.
Atentamente
Romulo G. Tineira Agurto