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Las escuelas de Fredonia en el siglo XIX

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Page 1: Las escuelas de Fredonia en el siglo XIX

LAS ESCUELAS DE FREDONIA EN EL SIGLO XIX. UNA MIRADA DESDE LA

CORRESPONDENCIA OFICIAL

Por: Luis Fernando Sierra Muñoz Historiador y Docente Escuela Normal Superior Mariano Ospina Rodríguez

El 31 de agosto de 2016 el municipio de Fredonia conmemora con pompa el cumpleaños

número sesenta de su Escuela Normal Superior “Mariano Ospina Rodríguez”. Y hay muy

buenos motivos para celebrar: son sesenta años de formar maestros de preescolar y

primaria que han aportado inmensamente a la educación antioqueña y colombiana, en

especial en zonas rurales, en una labor reconocida socialmente: al día de hoy los

Normalistas Superiores graduados en Fredonia son muy valorados en el sector educativo

por sus cualidades personales y profesionales.

En el marco de esta celebración, los estudiantes y maestros de la Escuela Normal Superior

han organizado una serie de trabajos investigativos que pretenden indagar sobre su

propia historia y, como una parte de éstos, hemos puesto la mirada en la historia de la

educación en Fredonia desde su fundación en 1830 en la búsqueda de los antecedentes

de la institución antes de convertirse en Escuela Normal en 1956.

En este artículo mostraremos los orígenes y la evolución de las instituciones educativas en

Fredonia entre 1830 y 1895, basándonos en la correspondencia que sostenían los

encargados de la educación en Fredonia con las autoridades centrales en Medellín,

documentos que se encuentran en el fondo República del Archivo Histórico de Antioquia.

Es claro que la Escuela Normal tiene sesenta años de formar maestros, pero como

institución educativa es mucho más antigua, remitiéndose en su origen a la existencia de

la Escuela Elemental de Niñas de la zona urbana.

Las Escuelas de Primeras Letras

Desde la época de la fundación de Fredonia la educación de los niños ocupó un lugar

central. Luego de creada la parroquia en 1830, la obra pública que estaba más adelantada

era la del local de la escuela, incluso más que la iglesia y la cárcel. El local estaba en

disposición de usarse a finales de 1834 y en enero del año siguiente continuaron las clases

allí gracias a la contribución económica de los vecinos, quienes subvencionaron el sueldo

del maestro1.

Esta escuela, entre 1835 y 1860, tenía cupo para alrededor de sesenta varones entre los

siete y los catorce años, y eran formados en instrucción religiosa, lectura, escritura,

gramática, aritmética y dibujo bajo el método lancasteriano o de enseñanza mutua, que

1 Archivo Histórico de Antioquia (AHA), Fondo República, tomo 1062, documento 15342.

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consistía en que el maestro elegía algunos estudiantes destacados, y éstos apoyaban el

proceso a modo de monitores. La escuela en 1845 consistía en “una casa con pieza de

habitación para el preceptor, seis mesas largas para los niños y una pequeña para el

director con sus correspondientes bancas, una tabla rueda alfabética, seis catecismos de

Fleury, seis de gramática castellana, seis de aritmética, 49 cuadros de lectura con tres

marcos de tabla para fijarlos, un cuadro de tablas de cuentas y trece pizarras”2. Los niños

debían dar cuenta de su aprendizaje ante las autoridades políticas, eclesiásticas y la

comunidad en general del municipio en exámenes públicos que se celebraban los

primeros sábados de cada mes en el templo parroquial, por ser el espacio que más

personas podía albergar. Era una prueba muy difícil para los estudiantes por la presión

social que había, pues equivocarse ante toda la comunidad podría representar algo

humillante para la familia. En estos exámenes los alumnos recitaban de memoria las

lecciones de los catecismos de las diferentes materias, y prácticamente toda la formación

apuntaba a pasar la prueba3. Era una educación en que la evaluación no era un medio sino

el fin del proceso.

La Escuela Elemental de Niños fue la única institución de instrucción pública en Fredonia

hasta 1855, cuando se crea la Escuela Elemental de Niñas. Aunque no se encontró registro

explícito de ello en la correspondencia oficial, hay algunas referencias que hacen

sospechar la existencia de escuelas privadas en la localidad, regentadas especialmente por

mujeres con vocación de maestras que usaban alguna habitación de sus propias casas

como aula de clases.4

El inicio de la Escuela Elemental de Niñas de Fredonia no fue fácil. En abril de 1856, al año

siguiente de su creación (obligada por la ley, según el número de habitantes), el cabildo

municipal decidió clausurarla alegando falta de recursos. No obstante, el gobierno central

de Antioquia ordenó que se reabriera inmediatamente e impuso como castigo a los

corporados sacar de sus bolsillos los recursos necesarios para su funcionamiento, pues

consideró que obraron negligentemente al no crear las rentas públicas necesarias que

permitieran su existencia.

En sus primeros años, esta escuela educaba más de cincuenta niñas entre los seis y los

doce años que estudiaban lectura, escritura, aritmética, costura, moral y religión bajo el

método lancasteriano. Su formación era muy similar a la de los niños: basada en la

memorización de las lecciones contenidas en los catecismos de las diferentes materias,

con una dotación muy parecida, con la evaluación como el fin de todo el proceso, y con

sus respectivos exámenes públicos los primeros sábados de cada mes. Las diferencias

consistían en que las niñas estudiaban entre los seis y los doce años y los niños entre los

2 AHA, Fondo República, tomos 1110 y 1366, documentos 15888 y 17734.

3 AHA, Fondo República, tomos 1615, 1644 y 1819, documentos 1, 4 y 1.

4 AHA, Fondo República, tomo 1644, documento 5.

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siete y los catorce, en que los maestros de los niños siempre eran varones y los de las

niñas mujeres, y en que las niñas aprendían costura como materia adicional5.

En la década de 1870, en vista del crecimiento demográfico, ambas escuelas contaban con

más de cien estudiantes cada una, con director y subdirector que oficiaban como

maestros, con locales y dotación precarios para el número cada vez mayor de estudiantes.

Esta situación dio pie a que se abrieran algunas escuelas privadas llamadas “libres”. Para

1873 había en Fredonia tres escuelas “libres”, dos de niños y una de niñas, quienes debían

pagar una cuota de 40 pesos. No obstante, no era suficiente. En ese año, la población

escolar era de 113 niños y 109 niñas matriculados en las escuelas públicas, y 65 niños y 5

niñas matriculados en las escuelas “libres”, cuando la población total en edad escolar era

de 1022 niños y 707 niñas.6 Es decir, solo estaba escolarizado el 17% de los niños y el 16%

de las niñas.

Una de las razones de esta situación es que muchos niños vivían en zonas rurales alejadas

de la cabecera. Aunque desde 1856 se sugería la creación de escuelas rurales mixtas (con

niños y niñas juntos en clase) o alternadas (con los niños en la jornada de la mañana y las

niñas en la de la tarde) en las fracciones de El Cerro, La Quiebra y Llanogrande, sólo hasta

finales de la década de 1870 aparecen escuelas públicas rurales mixtas en La Arabia

(1879), donde asistían 76 niños, y en La Quiebra (1881), donde asistían 68.7 Más tarde, se

creó una escuela de alternada en Combia Grande (1889).

Educación secundaria

Según la correspondencia oficial, el proceso de educación secundaria en Fredonia inició a

mediados del año 1869 como una iniciativa privada. El presbítero Benito Jaramillo García,

cura de la parroquia de Fredonia, con los aportes de varios vecinos, fundó el Colegio de

San Mateo para varones y el Colegio de Santa Ana para señoritas. En estos colegios los

estudiantes hombres estudiaban idioma patrio, latín, aritmética, álgebra, geometría

elemental, trigonometría y derecho internacional, y las mujeres estudiaban idioma patrio,

aritmética, dibujo, religión y urbanidad. Los estudiantes pagaban 2 pesos mensuales, y

provenían de los distritos de Titiribí, Caldas, Santa Bárbara, Valparaíso, Nueva Caramanta,

Támesis, Andes, Jericó, Urrao, Frontino y, por supuesto, Fredonia. El colegio ofrecía dos

becas cada año a aspirantes destacados. No obstante, ambos colegios fueron cerrados por

falta de recursos tres años después de crearse.8

Habría que esperar hasta 1889 para que existiera enseñanza secundaria de carácter

público en Fredonia, con la creación de la Escuela Superior de Varones. Inició actividades

el primero de enero en jornada de la mañana y de la tarde con 40 alumnos. Sólo Fredonia

5 AHA, Fondo República, tomo 1806, documento 1.

6 AHA, Fondo República, tomo 2017, documento 5.

7 AHA, Fondo República, tomo 2151, documento 2.

8 AHA, Fondo República, tomos 1196, 1975, 1979, 1982 y 1990, documentos 17268, 1, 1, 5 y 1.

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y Jericó contaban en ese momento con Escuela Superior en la provincia del Suroeste y,

según los reportes, la de Fredonia estaba en un buen local de propiedad del distrito, y bien

surtida de muebles y útiles. Su Director, José María Echeverri, había estudiado en la

Universidad y en la Escuela Normal en Medellín y, a pesar de su mal carácter, se hablaba

muy bien de su desempeño.9

En 1892 ya estaba en funcionamiento la Escuela Superior de Señoritas de Fredonia,

convirtiéndose el municipio en el único de la provincia con dos Escuelas Superiores de

carácter público. En ésta estudiaban 43 alumnas, que se formaban en castellano,

urbanidad, ortografía, historia sagrada, historia patria, religión, geografía, geometría,

historia antigua y aritmética.10

Para el año de 1895 hubo cambios importantes. Existían en Fredonia dos escuelas urbanas

y dos rurales. Las urbanas eran la de varones y la de señoritas, y se dividían en tres

secciones: superior, media y elemental. Las rurales, que eran mixtas y privadas, quedaban

en Minas y en Combia. Las otras escuelas rurales oficiales fueron clausuradas en una de

las guerras civiles que afrontó el país en aquellos días.

El alcalde de Fredonia, en un informe de septiembre 26 de 1895, hacía el balance del

estado de la educación en el municipio en ese momento:

“Existen en el distrito las siguientes escuelas:

Urbanas: Una de varones con 130 alumnos matriculados, con una asistencia media de 120,

distribuidas así:

Sección Superior a cargo del señor José Ma. Echeverri V. Maestro graduado, con 32

alumnos matriculados y una asistencia diaria de 28.

Sección Media a cargo del señor Ricardo Velásquez, quien no tiene grado, con 40 alumnos

matriculados y una asistencia diaria de 36.

Sección Elemental a cargo del maestro graduado señor Lázaro Arango J. con 58 alumnos

matriculados y una asistencia diaria de 56.

Una de señoritas con 67 alumnas matriculadas y con una asistencia media de 137,

distribuidas así:

Sección Superior a cargo de la señorita Laura Montoya, maestra graduada, con 38 alumnas

matriculadas y una asistencia diaria de 28.

Sección Media a cargo de la señorita Magdalena Echeverri V. con 50 alumnas matriculadas

y una asistencia diaria de 40.

9 AHA, Fondo República, tomos 2227, 2235 y 2237 documentos 1, 6 y 2.

10 AHA, Fondo República, tomo 2255, documento 1.

Page 5: Las escuelas de Fredonia en el siglo XIX

Sección Elemental a cargo de la señorita Carolina Restrepo con 79 alumnas matriculadas y

una asistencia diría de 69.

Rurales

Una mixta (privada) en las “Minas” a cargo de la señora María Antonia Robledo de T. con

70 niños matriculados y una asistencia diaria de 60.

Una en Combia, mixta (privada) a cargo de la señora Soledad Upegui de U. con una

asistencia diaria de 20 alumnos y 30 matriculados.

Ni en la ciudad ni en las veredas hay otros establecimientos de educación primaria ni

secundaria”.11

Como puede apreciarse, la educación en Fredonia mostraba aún bajos índices de

escolarización en 1895, pero ya contaba con todos los niveles de educación primaria y

secundaria. Nótese, además, cómo la correspondencia oficial corrobora que la Santa Laura

Montoya estaba ese año a cargo de la Sección Superior de la Escuela de Señoritas,

antecedente en el siglo XIX de la Escuela Normal Superior de Fredonia.

11

AHA, Fondo República, tomo 2260, documento 4.