LAS GREGUERIAS

Ramón Gómez de la Serna(1888-1963)

Greguería. ¿Qué son?

Es una sentencia ingeniosa y en general breve que surge de un choque casual entre el pensamiento y la realidad.

Humorismo+Metáfora greguería

Algunas greguerías:(Con carácter asturiano)

La sidra quisiera ser champán, pero no puede porque no ha viajado por el extranjero.

Nos falta promocionar nuestros productos. Ya llegaremos

Gregruería(Sobre el optimismos o el pesimismo)

A la media botella de vino, siempre le faltará la otra mitad.

Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que creen que todas las mujeres son diferentes.

Gregrería(Sobre violencia de género)

Los que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y matarla después.

Necesidad de desterrar la violencia de género en las sociedades modernas y avanzadas

Greguería(llamada al optimismo y a la esperanza)

La medicina ofrece curar dentro de cien años a los que se están muriendo ahora mismo.

La medicina no siempre tiene respuesta a nuestros problemas graves de salud

En cada día amanece todo el tiempo.

Greguería(“Vivimos muy estresados”)

Tan pequeño era el tiempo en su reloj de pulsera, que nunca tenía tiempo para nada.

El reloj es imprescindible en nuestra sociedad. A veces nos agobia.

Greguería(“Seguimos trabajando hasta casi morirnos”)

Era un pintor tan viejo, que se le habían quedado calvos los pinceles.

Greguería(¿Seguimos confiando en la predicción del tiempo?)

Meteorología: mentirología.

¿Confiamos en los metereólogos?

Greguería(¿Pensamos que somos más cultos si manejamos otro idioma o signos….?)

Los que fechan cualquier cosa con números romanos-MCMXXXV son unos MMMEMOS.

No olvidemos que los romanos eran los cultos cuando nos conquistaron. Nosotros eramos bárbaros….

Greguerías inventadas

Tenía tantas ideas que no le cabían en la cabeza.

Esa bella chica huele a dinero.

Estaba tan triste y solitario que no tenía nada más compañía que el dinero.

Era tan buena noticia que de tanto llamar a la gente para contarla el teléfono echaba chispas de alegría