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Leer para enseñar literatura LA PROGRAMACIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA EDUCACIÓN LITERARIA

Leer para enseñar literatura

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Leer

para enseñar

literatura

LA PROGRAMACIÓN DE LA

PRÁCTICA DE LA

EDUCACIÓN LITERARIA

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Consideraciones generalessobre la lectura en la Enseñanza Secundaria Obligatoria

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La lectura en las aulas

La lectura es un tema del que hablamos

mucho los profes de lengua y sobre el que,

a menudo, compartimos

recomendaciones por el tradicional

método del boca a boca: este libro

funciona muy bien, aquel les encanta…

Hoy, gracias a las nuevas tecnologías,

disponemos de nuevos recursos para este

tipo de recomendaciones.

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¿Clásicos o literatura juvenil? Los profesores estamos en esa encrucijada de elegir entre

lecturas juveniles blancas, con mucho desaguisado moral pero envueltas en apósitos de sensatez, novelas que parecen exempla para los libros de Educación para la ciudadanía, o novelas novelas, literatura sin cortapisas, donde los personajes son libres de matar o ser simplemente imbéciles sin que un demiurgo salido de los gabinetes psicopedagógicos venga a ponerlos en su sitio.

Es impensable fomentar la lectura de Literatura con mayúsculas si antes no hemos afianzado los hábitos lectores con novelas juveniles. Puede haber cinco o diez alumnos lo suficientemente maduros como para leer a Azorín y disfrutarlo sin haber pasado por Alfredo Gómez Cerdá o Fernando Lalana, por ejemplo. El resto sufrirá lo indecible para avanzar línea a línea entre palabras que desconoce en un cincuenta o sesenta por cien.

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Tipos de lecturasa) Las lecturas cuyo objetivo de enseñarles a leer, es decir, a

familiarizarse con los procedimientos literarios para construir el sentido de los textos. Estas lecturas, en su mayor parte -al menos en la ESO- han de corresponder al canon literario. Si no, ¿cuándo conocerán nuestros alumnos estos textos? ¿Y dónde mejor que en ellos se podrán observar y apreciar las convenciones de la tradición literaria?

b) Las lecturas cuya finalidad es el disfrute y el enriquecimiento personal. Estas lecturas no pueden ser obligatorias, sino de libre elección orientada por sugerencias: que los alumnos se inclinen a ellas dependerá del ambiente que se cree en los centros mediante proyectos de fomento de la lectura en los que las familias – ¿y las administraciones?- han de tener un papel importante.

(F. Zayas)

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Cómo NO fomentar la lectura«En su Historia de la literatura universal (Ed. Gredos), Martín de Riquer y José María Valverde califican el Kubla

Khan (de Coleridge) como un poema que "tiene más de curiosidad que de obra poética", […] Como lectura

obligada para su comentario y análisis es, cuando menos, una tortura incomprensible para nuestros alumnos. […]

Dejando a un lado la incoherencia que supone exigir el comentario convencional de textos no convencionales -sobre

la metodología de la enseñanza de la literatura en Secundaria y Bachillerato mejor hablamos otro día...-, resulta

incomprensible que las lecturas propuestas por la Universidad para una asignatura tan amplia -y, a priori, fascinante-

como Literatura Universal sean tan escasamente motivadoras. Ciñéndonos, por ejemplo, al XIX, ¿de todo el repertorio

-poético, teatral y novelístico- romántico no había otros autores que pudiéramos estudiar y analizar para que los

chicos disfrutaran con ello? […] Para qué bucear en el canon y molestarnos en buscar títulos que sí permitan un

acercamiento real de los alumnos no solo a la época literaria sino, sobre todo, al placer de la lectura. Para qué hacer

algo así, cuando podemos arruinar una asignatura como esta y convertirla en un infumable repertorio de obras y

autores que olvidarán tan pronto como los vomiten en un examen.

Por supuesto, la literatura de género -ciencia ficción, terror, novela negra...- está excluida del programa oficial,

obviando que autores como Orwell o Hammett son espléndidos y mucho más atractivos para nuestros bachilleres

que otros que nos empeñamos en hacerles leer una y otra vez. En cuanto a "la literatura actual", en literatura

española se nos aconseja que no trabajemos obras posteriores a 1970 (¡no había nacido ni yo!) y en literatura

universal el estudio de la novela se cierra ¡en la Generación Perdida! Obviar no ya el último tercio del siglo XX, sino

toda su segunda mitad para alumnos del siglo XXI es uno de esos anacronismos del que empiezo a dudar que

salgamos algún día... Y, por si alguien se lo está preguntando, las escritoras tampoco aparecen en el programa -en

literatura universal no se pide ni un solo texto escrito por una mujer-, lo que no deja de constituir un ejemplo de

contumaz misoginia cultural.

Después nos quejamos de que no se lee, de que no se valora la cultura, y nos enzarzamos en reproches,

recriminaciones y discusiones estériles. Pero lo cierto es que la asignatura de Lengua y Literatura, tal y como está

planteada en Secundaria y Bachillerato, no funciona ni cumple su objetivo».

http://esodelaeso.blogspot.com/2012/01/como-no-fomentar-la-lectura.html (extracto)

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Derechos del lectorDaniel Pennac

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Derechos del lector1) El derecho de no leer un libro.

2) El derecho de saltar las páginas.

3) El derecho de no terminar un libro.

4) El derecho de releer.

5) El derecho de leer lo que sea.

6) El derecho al Bovaryismo (enfermedad textual transmisible).

7) El derecho de leer donde sea.

8) El derecho de buscar libros, abrirlos en donde sea y leer un pedazo.

9) El derecho de leer en voz alta.

10) El derecho de callarse.

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Leer, sí, ¿pero qué?

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Leer, sí, ¿pero qué?«Nada hay más fácil que abrir un libro. Nada más difícil que elegir cuál. Sé que la cita no es exacta, pero oí repetir estas palabras a José Mª Valverde. Y pienso muchas veces en que debiera añadir una coletilla (Dios me libre de enmendar la plana al que fuera un gran erudito): Y nada más frustrante que ver cómo un libro no cumple con las expectativas depositadas en él.Me ha pasado muchas veces. Diría que en los últimos veranos he leído sacrificadamente libros de los llamados "imprescindibles", con sucesivos ataques de apnea, que me sumen en un estado de fastidio insoportable.Si a mí que me gusta leer, que, si pudiera, no haría otra cosa, me cuesta elegir. Si decido leer aquello que eligen otros por mí (críticos, amigos) y la lectura no me place, experimento frustración. Por el contrario, si elijo por mí misma y me equivoco, lo asumo sin enfado».

Lourdes Domenech http://apiedeaula.blogspot.com/2008/09/leer-s-pero-qu.html

Una gran dificultad es que pensamos en libros «adecuados para 2º de ESO» sin entender que, si para nosotros no funciona siempre leer lo que nos recomiendan, tampoco para ellos.

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Cómo reconocer los buenos

libros para niños y jóvenesEs el título de una publicación de la Fundación para el fomento de la lectura. Los criterios que se establecen son:

Historias cercanas a la vida cotidiana de los lectores. Historias sin pretensiones moralistas ni con una

enseñanza explícita.

Con personajes y escenarios afines al universo de la historia.

Con un lenguaje adecuado para la edad del lector.

Que traten diferentes temáticas, ofreciendo diferentes puntos de vista que inviten a la reflexión.

Que suscite emociones en el lector.

Con imágenes atractivas, con un lenguaje propio, que inviten a la exploración.

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Si lo hacemos bien…Este es el premio que se encontró Toni Solano: una reseña de una alumna de 4º de ESO sobre 97 formas de decir «Te quiero» de Jordi Serra i Fabra:

Empieza diciendo: «En una palabra, alucinante...» Y acaba con una declaración que nos debe hacer pensar en lo que sería capaz de leer ahora esta alumna si su afán lector hubiese empezado en 1º de la ESO: «Ha sido mi primer libro en toda mi vida que me ha gustado, ahora sé lo que es leerse un libro con ganas y sin pensar que te lo están obligando a leer. Me lo volvería a leer una y mil veces más».

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Dra. Mercedes Flores MartínDepartamento de Literatura Española

Universidad de Sevilla

[email protected]