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Listo para colgar

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1.- PERDIDA DEL CONTROL DE LA SESIÓN2.-CUANDO LOS ASISTENTES SE SALEN DEL TEMA3.-CUANDO EL GRUPO NO PARTICIPA4.-CUANDO ALGUIEN RECHAZA NUESTRA REFLEXIÓN5.-CUANDO ALGUIEN SE OPONE A PARTICIPAR6.-CUANDO ALGUIEN LLORA7.-CUANDO ALGUIEN OBJETA HABITUALMENTE

- Si el control se pierde está en uso de la palabra, puede hacer una pausa prolongada para que con el silencio que se hace queden en evidencia los causantes de esta situación e inmediatamente continuar con la sesión.-     También puede dirigir la mirada en forma directa y prolongada a los mismos desatentos, procurando hacerlo con cordialidad y en cierta forma que los haga volver a la temática tratada.-     Dirigir una pregunta al participante que está distraído;  esto puede traer al orden nuevamente.-     Llamar al orden con certeza, pero con tacto. Si el desorden es muy grande, hacer un receso.

- Emplear las preguntas directas, cuestionando de que manera lo discutido se relaciona con el tema a tratar y dirigir nuevamente la conversación sobre la temática central.

-   Realizar un resumen y volver a centrar el tema principal, procurando destacar algún punto en particular.

- Dialogar con el grupo para conocer la causa de su rechazo a la sesión.

- Dirigir preguntas directas a varios miembro del grupo que conozcan la respuesta o hayan tenido experiencia en el tema cuestionado. 

- Detectar a los líderes y dialogar con ellos.

Iniciar la sesión hablando de algo que interese a los participantes y paulatinamente conducirlos al tema.

Dirigir una pregunta abierta de carácter general, preferentemente alguna que despierte al grupo.

Emplear dinámicas de animación que tengan mensaje.

Utilizar preguntas directas para que quien rechaza nuestra reflexión fundamente su punto de vista. Guiar de nuevo la discusión, proponiendo el mismo planteamiento pero con diferentes palabras.Solicitar al participante que comente primero las dinámicas y sobre esa base empezar la reflexión.Felicitarle por su actitud, ya que con eso se enriquece la sesión.Nombrarlo coordinador del grupo debido a su capacidad de crítica.

Asignarle funciones de monitor y dialogar con el participante al finalizar la sesión.Respetar su decisión e invitarlo a observar y opinar.En casos extremos invitarlo a que abandone la sesión.

Invitarlo a que exprese su problemática, brindándole palabras de apoyo.

Pedirle permiso para que el grupo le brinde palabras de aliento.

Abrazar al participante. Emplear técnicas derivadas

de la terapia gestáltica (Ej. Silla vacía).

Buscar cuales son las posibles razones  que lo hacen actuar de esa manera. Esto puede hacerse con preguntas de sondeo en forma abierta frente al grupo, o bien  en forma personal aprovechando los recesos. Si sus objeciones son dirigidas al grupo, rebotar su inconformidad al mismo grupo, dejando que este lo presione.

Usar preguntas de rebote, solicitándole que nos diga soluciones concretas a la problemática analizada. Hacer más evidente sus argumentos, resaltándolos con otras palabras y luego seguir adelante (no engancharse).