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María Borrallo Domínguez
La Cruz es la gran manifestación del pecado en el mundo, es la Cruz de todos los que sufren.
La Cruz de los jóvenes es la Cruz de Cristo, la que él ha llevado sobre los hombros, en la que Él ha sido clavado y en la que ha dado su vida por Amor.
Por lo tanto, cada cristiano está invitado a verse salvado por esa Cruz,
Y aliviar los sufrimientos que nos rodean, con la convicción de que en el dolor nos hermanamos.
una preciosa historia, desde aquel día de 1984.
Esta Cruz de los Jóvenes tiene
Juan Pablo II, quiso que las celebraciones del Año Santo de la Redención
estuvieran presididas por una gran Cruz de madera en la Basílica de San Pedro.
La entregó a los jóvenes para que la hicieran llegar a todos los lugares del mundo.
Signo del amor del Señor Jesús, y anuncio de la salvación en Cristo, eso es la Cruz, decía el Papa a los jóvenes.
Esa maravillosa Cruz llegó el pasado
29 de Enero a la diócesis de nuestra ciudad.
A pesar de la lluvia cientos de placentinos acompañaron a los chicos y chicas que se atrevieron a cargar la Cruz de los Jóvenes en su visita a Plasencia.
Partiendo desde la Torre Lucía se realizó un viacrucis que recorriendo diversos templos del centro histórico concluiría en la catedral. La tarde del sábado contó con un invitado que
no se esperaba, una climatología adversa que hizo que el programa original se viera alterado.
Debido al agua y el frío, el recorrido se hizo más rápido de lo previsto, sin que la procesión viese mermado el número de los participantes.
En el templo catedralicio el domingo se celebrarían varias misas, la principal fue retrasmitida por la 1 de televisión española, y posteriormente la Cruz de los Jóvenes se dirigiría hasta el Santuario de la Virgen del Puerto , última parada antes de salir en dirección a Béjar.
