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LAS MISIONES
PEDAGÓGICAS
María Ramírez López1º Ed. Infantil – B
ÍNDICE
• Introducción.......................................................................................pág 3
• Principios pedagógicos...............................................................pág 3 – 4
• Misioneros/as – Población rural........................................................pág 4
• Sectores contrarios............................................................................pág 4
• Repercusión.................................................................................pág 4 – 5
• Conclusión...................................................................................pág 5 - 6
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• INTRODUCCIÓN
La época en la que se instauró la Segunda República en España, 1931-1939, supuso un momento de
regeneracionismo, los españoles toman conciencia del atraso del país y de la difícil situación por la que
atraviesa. Como bien es sabido, la población en este tiempo estaba, en su mayoría, asentada en núcleos
rurales. La vida de una persona en la ciudad y una persona en un contexto rural era totalmente distinta. Por
ello era necesario establecer puentes culturales entre ambos, de esta manera se enriquecería la sociedad en
diversos aspectos.
Fueron muchos los elementos propulsores de este progresismo que empezaba a emerger en la España de la
Segunda República, pero uno de los más importantes fue la ILE (Institución Libre de Enseñanza) cuyo
proyecto pedagógico ayudó a que las Misones Pedagógicas se llevaran a cabo. La ILE tenía carácter
educativo y laico, y fue fundada por Francisco Giner de los Ríos, cuyo discípulo, Manuel Bartolomé
Cossío, accedió a presidir dichas misiones, que repartían cultura por poblaciones rurales.
En un tiempo donde la educación era segregadora, ordenada y estática, y sólo para un grupo social, nacía
una propuesta de educación inclusiva, activa y participativa. Aceptaba a toda persona que quisiera saber,
que quisiera divertirse y que quisiera compartir sus conocimientos e ideas.
Hoy en día, que la educación es gratuita, que la cultura no solo se imparte en la escuela, hoy en día que el
arte y la comunicación emerge hallá donde vamos: lenguaje escrito, escenográfico, dramático, etc. En
definitiva, hoy que lo tenemos al alcance de la mano, nos causa más dificultad entender aquel momento,
seguro que no podemos llegar a concebir, en su totalidad, la repercusión que tuvo aquella labor en ese
tiempo. Las Misiones Pedagógicas supusieron un impulso de la clase campesina en el mundo rural.
Quizá podamos establecer paralelismos entre aquel tiempo y la situación actual, el sistema educativo
necesitaba un cambio, hoy en día también; la ciudadanía pasaba por una situación crítica, ahora también;
algunos sectores no estaban interesados en el desarrollo de determinados grupos/clases sociales,
actualmente, por desgracia, sigue ocurriendo. Se puede asegurar que en la mayoría de los casos la
conciencia social ya se tiene, pero necesita ejecución, dar un paso adelante.
• PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS
Fueron muchas las personas que apostaron por este proyecto, educadores, maestros, inspectores e
intelectuales famosos de la época, entre muchos otros. Los principios pedagógicos en los que se sustentaba
dicho proyecto, daban respuesta a la necesidad social del momento, otorgaban las condiciones esenciales
para la transformación de la práctica docente, para lograr la adquisición de aprendizajes por parte del
pueblo y sobre todo para obtener una mejora en la calidad educativa y en la calidad de vida en general.
- Generaban ambientes de aprendizaje: proyectaban películas al aire libre, improvisación de teatros donde
representaban obras previamente elaboradas, asambleas participativas donde leían cuentos o cantaban.
- Hacían hincapié en temas relacionados con su realidad social.
- Trabajaban conjuntamente, socializando, enseñaban en comunidad.
- Usaban materiales educativos que daban mucho de si, materiales divergentes que se adaptaban a las
distintas situaciones que encontraban en cada pueblo.
- Priorizaban los valores éticos.
Hoy en día no hemos alcanzado dichos principios pedagógicos, y es por eso que la duda está presente, si
todo este trabajo se realizó en una época donde la justicia social no imperaba, donde los valores culturales
eran inexistentes en la mayoría de la población, ¿quién dice que no es viable cambiar el sistema educativo
ahora?, trabajar por y para nuestro alumnado desde una perspectiva constructivista, socializadora y activa.
Ya que la sociedad sufría todo tipo de limitaciones, las misiones supusieron un soplo de aire fresco en las
zonas perdidas, estancadas y que empequeñecían progresivamente.
• MISIONEROS/AS – POBLACIÓN RURAL
Las personas comprometidas con este proyecto arriesgado, ilusionante e innovador, podían preveer lo que
encontrarían en su llegada a zonas rurales, pero la realidad fue muy distinta cuando llegaron allí. Los
residentes, viviendas, recursos, ideas, valores... todo era distinto a lo que frecuentaban en su día a día.
Aprendieron mucho de ellos, el objetivo era acercar el pueblo a la sabiduría, a una educación cívica, no
obstante, ellos también se enriquecieron con esta experiencia.
Los misioneros conocían gente y lugares nuevos y diversos. El campesinado los ilustraba, una cultura
distinta, atendían ideas que antes no se habían planteado, empezaron a ver la vida de una forma peculiar.
Su trato con esta gente les permitió entender la España de aquella época, esta nueva cultura podía ayudar a
hacer los cambios que el país precisaba
Los educadores/as podremos alcanzar la verdadera satisfacción de nuestra labor cuando se produzca esta
retroalimentación, cuando se establezca un clima y ambiente de creación y generación conjunta de
aprendizaje, en donde ambas figuras, tanto docente como alumno/a salgan fortalecidos de esta experiencia.
Alumnos/as que construyan aprendizajes a través de vivencias y sepan poner en juicio de valor sus propias
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hipótesis. Maestros/as que tengan vocación, y crean en lo que hacen poniendo especial interés en su
trabajo.
Las misiones crearon entusiasmo y estímulos allá donde iban, promovían ganas de aprender, aunque la
población no tenía unas condiciones del todo óptimas para percibir, aun así lograban muchos de sus
objetivos. De igual modo los/as docentes podemos suscitar interés de niños/as, generar conflictos en ellos,
inducir al aprendizaje y observar su desarrollo y evolución, aunque las condiciones no sean las mejores,
aunque la ley educativa no responda a las necesidades y aunque el sistema se mantenga estático.
• SECTORES CONTRARIOS
Mientras unos pensaban que la educación sería la base del éxito y soporte fundamental del proceso, otros
increpaban estos avances e intentaban abolir cualquier ápice de mejora y prosperidad. Este sector al que no
interesaba el adelanto de la clase campesina, estaba experimentando el miedo, miedo del que se habían
estado aprovechando anteriormente cuando la situación política era distinta, supersticiones y amenazas
regían las conductas del pueblo. Ese temor que padecía ahora el sector conservador y la Iglesia, entre otros,
tenía su origen en la creencia de que un pueblo que sabe leer cuentos, libros de ciencias y poesía, podía
llegar a entender también octavillas con ideas revolucionarias. De cualquier manera, la intención de
sectores de clase social alta, en su mayoría tradicionales, era parar el intento de cambio de las misiones.
Procuraban derogar las ideas progresistas, que bajo su punto de vista estaban enmarcadas en un contexto
comunista. Cierto es, que gracias a políticas socialistas y comunistas este proyecto pedagógico pudo
ponerse en marcha, así como las políticas extremas, radicales y conservaduristas acabaron eliminando el
mismo, en el Bienio Negro de la Segunda República, cuando éstas comenzaron su declive.
• REPERCUSIÓN
La implicación de los misioneros tuvo doble carácter, cultural como ya sabemos, y social. En algunas
zonas se debían cubrir las necesidades básicas sociales en primer lugar, para así ocasionar un ambiente en
el que proyectar el desarrollo cultural que se pretendía (como fue el caso de Sanabria).
Las misones hacian que la gente tuviera ganas de superarse y de incoporarse a un mundo que antes veían
inalcanzable. Se empezaba a vislumbrar cierto progresismo en técincas agrícolas, cultura y sociedad.
La tensión politica aumentaba en España a medida que la población adquiría conciencia social y cívica,
esto abriría los ojos ante un cambio más democrático.
Era un tiempo muy inestable políticamente hablando, la población tenía unas necesidades a las que se les
empezaba a dar respuesta. La clase social a la que no interesaba el progreso de la sociedad conjunta, sino
sólo de su entorno, era totalmente opuesta a este cambio, por ello debía tomar una determinación y actuar.
Pensaban que personas formadas, con espíritu crítico, estarían capacitados para salir de su situacion
precaria, y así no podrían alcanzar un ambiente rígido y de poder, una población vulnerable y manipulable.
En la sociedad actual encontramos continuo cambio en algunos aspectos, y estaticidad en muchos otros.
Nosotros podemos conseguir un cambio en la educación, es necesario promover una transformación y un
pacto por la misma. Objetivos estables y comunes a todos, pero de carácter flexible dependiendo del
desarrollo y potencialidades de las personas.
• CONCLUSIÓN
Si tuviera que realizar un esbozo de mi proyecto educativo en el ámbito de la educación infantil, para un
futuro o para su aplicación en la actualidad, lo enfocaría desde un aspecto innovador, creativo, inclusivo,
flexible y abierto a cambios. Teniendo en cuenta el contínuo crecimiento cultural, social y tecnológico, lo
más sensato es diseñarlo con un formato versátil. En este proyecto tendría cabida la participación de otros
agentes educativos, ya que esto es una gran comunidad, y trabajando conjuntamente se lograrían cubrir
necesidades y dar una respuesta educativa entre diversos puntos de vista. Así como hicieron en las
Misiones Pedagógicas, intelectuales, docentes, estudiantes, voluntarios, etc., que llevaron a cabo un
proyecto impensable en el contexto de aquella época. Dicen que varias cabezas piensan mejor que una, y si
esas cabezas están repletas de ideas y opiniones divergentes, estoy segura que los resultados serían
óptimos.
En el desarrollo de las Misiones Pedagógicas, los misioneros pudieron presenciar algunas escenas
emocionantes y llenas de valor, la exaltación de los niños/as y adultos ante algún hecho que jamás habían
presenciado anteriormente o algún objeto o técnica que desconocían. El sentimiento que mostraban cuando
disfrutaban, cuando necesitaban llegar más lejos, cuando aprendían.
Un educador/a puede percibir en su aula esta respuesta ante una actividad propuesta, y puede estar
satisfecho. Es lo más reconfortante a la hora de enseñar. Los educadores/as debemos mantener esta
necesidad por aprender vigente en el alumnado, debemos conseguir que esa llama no se apague y que no
pierdan interés por adquirir conocimientos nuevos. Alcanzar este objetivo no es fácil, o por lo menos no lo
es conseguirlo en su totalidad.
La Segunda República supuso un gran tiempo de cambio, pero sobre todo en el ámbito de educación. Se
necesitaba una modificación radical que ensalzara los valores éticos frente a valores religiosos. Como he
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comentado a lo largo del informe, la educación actualmente también necesita un cambio, en los últimos
años se han producido continuos vaivenes que dificultan su desarrollo e impide su estabilidad y
organización. La cual comparábamos un día en clase con "la interminable tela de Penélope" en la que se
tejen y destejen sin cesar las más diversas reformas educativas. La legislación educativa precisa
perdurabilidad y consistencia, de manera que los objetivos sean equilibrados y puedan llegar a todos/as.
Las Misiones Pedagógicas ejercieron una labor de divulgación cultural y educación social, paralela a la que
desarrollaban las instituciones escolares, en muchos casos llegaron a ser la única experiencia "escolar" de
sus participantes. Se puede observar como entraba en juego la educación no formal, relacionada con la
formal, en este caso la complementaba o incluso la sustituía, dependiendo de la situación. Aunque el
carácter formal de ese tiempo no abarca las premisas que hoy en día.
Por último me gustaría poner en valor el trabajo y dedicación de todas aquellas personas que diseñaron,
promovieron y llevaron a cabo este proyecto, porque supuso un momento muy importante en la historia de
nuestro país, en muchos sentidos, pero sobre todo a nivel educativo.