23
1 ORAR CON LA RESPIRACIÓN I Pretendemos en esta sección dar algunas orientaciones, sencillas, y sobre todo prácticas para acompasar nuestra vida con el Evangelio, a través de la oración. Dada la importancia que consideramos tiene la respiración, como oración en sí misma y como base para otras formas de oración, dedicaremos dos entregas a este tema. ¿Es fácil o difícil orar? Para acompasar mi vida con el Evangelio tengo que leerlo en clave de oración, no como un libro neutro, muerto… El Cardenal Martini dice en uno de sus escritos, que orar es fácil pues el salmo 8 proclama “de la boca de los niños de pecho has sacado Señor una alabanza” y el salmo 130: “como un niño en brazos de su madre… descansa Israel en el Señor” seguro que nos resulta una imagen familiar… un niño descansando en brazos de su madre… confiado, tranquilo. Es fácil pues, si para la Escritura “es cosa de niños…”. Pero hemos abandonado el alma de niño al hacernos adultos… así pues, puede ser difícil orar. ¿Qué tenemos que hacer para orar? ¿Para recobrar esa “facilidad”? Me apasiona cada vez más la contemplación de la naturaleza… su belleza, los colores, su grandeza, la vida que encierra, y sobre todo su ritmo. Muchas cosas en

Modos de orar

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Modos de orar

1

ORAR CON LA RESPIRACIÓN I

Pretendemos en esta sección dar algunas orientaciones, sencillas, y sobre todo prácticas para acompasar nuestra vida con el Evangelio, a través de la oración. Dada la importancia que consideramos tiene la respiración, como oración en sí misma y como base para otras formas de oración, dedicaremos dos entregas a este tema.

¿Es fácil o difícil orar? Para acompasar mi vida con el Evangelio tengo que leerlo en clave de oración, no como un libro neutro, muerto… El Cardenal Martini dice en uno de sus escritos, que orar es fácil pues el salmo 8 proclama “de la boca de los niños de pecho has sacado Señor una alabanza” y el salmo 130: “como un niño en brazos de su madre… descansa Israel en el Señor” seguro que nos resulta una imagen familiar… un niño descansando en brazos de su madre… confiado, tranquilo. Es fácil pues, si para la Escritura “es cosa de niños…”. Pero hemos abandonado el alma de niño al hacernos adultos… así pues, puede ser difícil orar.

 ¿Qué tenemos que hacer para orar? ¿Para recobrar esa “facilidad”? Me apasiona cada vez más la contemplación de la naturaleza… su belleza, los colores, su grandeza, la vida que encierra, y sobre todo su ritmo. Muchas cosas en la vida dependen de un buen ritmo… Si hacéis deporte sabréis de la importancia de un buen ritmo para aguantar tiempo, corriendo, nadando… con un buen ritmo para caminar, se pueden recorrer muchos kilómetros sin cansarse. También en el mundo musical sabemos de la importancia y necesidad del ritmo, del compás. Así también es importante en la oración un cierto ritmo físico, psíquico, interior, para perserverar. ¿En qué consiste este ritmo? El ritmo fundamental, esa música vital que llevamos dentro de nosotros es el latido del corazón y la respiración. Este es el ritmo fundamental de la vida, el que nos da el compás para vivir, el que sostiene el ritmo de todo lo demás que hacemos. Importa descubrir la importancia que tiene.

Page 2: Modos de orar

2

Conviene saber que, cuando nos disponemos a orar, lo fundamental es ser conscientes de que es el Espíritu quien ora en nosotros (Rom 8, 14-27). Por eso ¡es fácil orar! ¡lo hace él en nosotros! El espíritu ha sido derramado en toda carne (Hc 2, 17; Joel 2, 32) pero… no nos llega si no lo respiramos, si no nos los “apropiamos” dejando que entre, como en Pentecostés.

Aprender a orar es ponernos en condiciones de acoger, escuchar, dejar actuar el Espíritu dentro de cada uno y cada una.

 La tradición monástica de la Iglesia griega, la tradición oriental yoga y budista, le han dado un gran valor a las técnicas de la respiración; y llegaron a señalar muchos modos de hacer esta actividad consciente, asumirla y poderla controlar. La oración de Jesús es la oración más cercana a la tradición cristiana, por tanto, es la que más fácilmente podemos asimilar nosotros. Esta oración (cfr. Los “Relatos del peregrino ruso”y la Filocalia) consiste en una invocación repetida lentamente, a ritmo de respiración. Es una invocación llena de significado:

 “¡Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!” u otras variantes. Esta invocación debe pasar de la cabeza al corazón, entrar en el ritmo de la respiración, invadir y empapar toda la persona, como la invade el aire. Ciertamente nosotros, occidentales, podemos tachar esta práctica de rara y esotérica… pero en todo caso, créelo, existe una respiración de la oración, un ritmo que, una vez conseguido, nos permite perseverar en el diálogo con Dios, con alegría y gusto interior, colocándonos en la verdad de nosotros mismos, y de Dios.

 La respiración es vida. Con ella empieza el bebé su andadura, y cuando dejamos de respirar morimos. Eso es así de sencillo. Respirar es vivir. Morir es dejar de respirar, por los motivos que sean. Con su doble movimiento de inhalación-expiración, respirar es lo que permite fisiológicamente, junto con el entramado de la circulación, que la sangre se oxigene y transmita vida a todo el organismo, fuerza, calor. El aire nuevo que entra por la nariz pasa a los pulmones, y el oxígeno atraviesa las venas, se combina con las células y riega, con la sangre ya oxigenada, todos los diversos miembros que componen el cuerpo humano. Sanea el organismo. Le da vida, calor, fuerza. Si esta sangre no se oxigena suficientemente la calidad de vida resulta deficiente. No llega vida al cuerpo. De ahí la importancia de una buena respiración.

 Una respiración completa, amplia que llene a tope los pulmones. No entrecortada, superficial, a medio gas. Una respiración así es la que empieza siendo abdominal, pero va subiendo hasta la parte superior de los pulmones, que es casi siempre la única que solemos utilizar. Los cantantes, los deportistas, músicos… que necesitan del aire se entrenan en estas técnicas de optimización de la respiración.

 Pero me he preguntado muchas veces ¿la fuerza y la energía corporal nos viene solo del oxígeno químico que hay en el aire? Es verdad que hay procesos energéticos en el organismo de combustión que producen energía, pero siempre me ha parecido que debía haber algo más de dónde sacar energía vital, no sólo bioquímica… Esa energía es el Espíritu, o Prana como llaman los orientales a este principio de energía vital, que está en el aire, pero es más que el aire. ¡Es la VIDA!

Page 3: Modos de orar

3

La primera manifestación de Dios es como Espíritu creador, y Palabra (Gn 1, 1), que pone orden en el caos, da vida. Este espíritu de Dios es el que actúa a lo largo de toda la historia de salvación, a través de los patriarcas, los profetas, el que cubre a María al llegar la plenitud de los tiempos (Lc 1, 35; Gal 4,4), el que desciende sobre Jesús en su bautismo (Lc 3,22 y par) y le acompaña en todas sus acciones y palabras, el que invade a los apóstoles en forma de fuego, de viento, de palabra universal (Hc 2, 1-4), el que recibe cada cristiano en su bautismo… me parece increíble que por medio de algo tan sencillo como la respiración ¡ese mismo Espíritu llegue a mí! ¡el mismo! No es distinto, de peor calidad… no ha perdido fuerza… es el mismo que movió a Jesús, y que Jesús nos transmitió al morir, en su último anhelo.

 ¿Cómo se respira orando o se ora respirando? Continuará…

Pero para que vayáis practicando os dejo un adelanto:

Procuro concentrarme en el ritmo de mi respiración: inhalo aire desde mi abdomen, intentando llenar al máximo los pulmones… retengo por unos segundos ese aire y luego exhalo despacio… procuro coger práctica en esta respiración básica y saludable, que puede ser practicada en cualquier momento del día. Es más, la oración profunda completa debe ser practicada unas cuantas veces al día, cuantas más mejor.

 1. Lo primero será siempre pedir el don del Espíritu Santo. Hacerme consciente por la fe de su existencia. Pedirle que ore en mí.

2. Puedo también aprovechar el ritmo de la respiración para repetir una frase, como el peregrino ruso, “Señor Jesús ten compasión de mí”… una frase que me “diga” mucho… o una oración: el padrenuestro, el avemaría… es el tercer modo de orar que sugiere S. Ignacio en sus Ejercicios. La respiración ayuda a hacernos conscientes de lo que nuestros labios pronuncian, y a pasarlo al corazón. Como hacía María.

 Consuelo Ferrús

Page 4: Modos de orar

4

ORAR CON LA RESPIRACIÓN II

Lo primero es intentar dominar la técnica de una buena respiración honda, completa:

1. De pie o sentados, en posición vertical y respirando por las fosas nasales, se inhala firmemente, llenado primero la parte inferior de los pulmones, lo que se obtiene haciendo descender el diafragma, que ejerce así una leve presión sobre los órganos abdominales y empuja la pared frontal del abdomen, lo que llamamos hinchar el vientre, vaya.

 2. Se llena la región media de los pulmones, levantando las costillas inferiores, esternón y pecho.

 3. Se llena la parte alta de los pulmones, adelantando la superior del pecho, levantando éste con las costillas superiores. La parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente y prestará apoyo a los pulmones, así como también ayuda a llenar su parte superior.

4. Retener la respiración durante algunos segundos.

5. Exhalar el aire muy despacio, manteniendo el pecho en posición firme, entrando un poco el abdomen y elevándolo lentamente a medida que el aire sale de los pulmones. Una vez el aire completamente exhalado, se relajan el pecho y el abdomen.

Page 5: Modos de orar

5

 

Una vez dominada la técnica, puedo aprovechar la respiración para orar, de varias maneras:

1. Lo primero será siempre pedir el don del Espíritu Santo. Hacerme consciente por la fe de su existencia. Pedirle que ore en mí.

 2. Orar y respirar es en sí dar las gracias por la vida. Sentir al Espíritu respirando en mi organismo, entrando en él provoca sentimientos… los acojo, los dejo moverse en mi: sentirme criatura en manos de Dios… sentirme viva, llena de aire, de vida produce un sentimiento de gozo, bienaventuranza, felicidad, plenitud… pero es más: sentir que el Espíritu Santo me habita y acogerlo en plenitud va produciendo en mí sus mejores frutos: paz, bondad, magnanimidad, paciencia, alegría…

 3. Al compás de esta respiración profunda la meditación, como técnica milenaria, me permite prestar atención a mi momento presente: acojo mis sensaciones corporales, mis pensamientos, sentimientos… sin juzgar nada. Solo estoy. Tomando conciencia de ser y estar.

4. Si algo me agobia o me preocupa, respiro profundamente, me voy serenando y como un niño en brazos de su madre, lo deposito en el corazón de Dios, y espero… Él pronunciará su palabra.

Las posibilidades son muchas. En posteriores entregas iremos proponiendo diversas maneras de orar, pero partiremos siempre de la práctica de una buena respiración. Y a medida que vayas practicando la técnica de la respiración profunda, tú mismo/a descubrirás tu manera peculiar de orar… de acompasar la vida con el Evangelio a ritmo de respiración, lo más natural en la vida ¿no?… y tan naturalmente como respiras, orarás. Y si quieres nos lo cuentas, para bien de todos.

 

Consuelo Ferrús

Page 6: Modos de orar

6

ORAR CON LAS ESCRITURAS

El objetivo de la oración es que haya un encuentro de toda yo con Dios, espíritu y Espíritu, palabra y Palabra… cuando este encuentro ocurre, los medios utilizados desaparecen. Y, en principio, nos podemos valer de todo para llegar a ese encuentro dichoso, porque Dios está en todo… poco a poco iremos aprendiendo la manera más propia mía de orar en cada momento, siguiendo una especie de intuición y escucha atenta de mi ser.

-

Hoy aportamos una manera de orar muy querida para la familia Claretiana y es ORAR CON LAS ESCRITURAS, con la Biblia. Yo diría que es la fuente primaria de oración. En la Biblia queda recogida toda la HISTORIA DE SALVACIÓN, la BIBLIA ES VIDA, antes que palabra escrita. Claret decía que cuando oraba con la Biblia le parecía que oía una voz que le decía a él lo mismo que leía… y París que los Evangelios son como una carta personal que Dios escribe a cada uno…

Page 7: Modos de orar

7

-Inspiración (¿Será casualidad que se utilice la misma palabrita, INSPIRACIÓN, para hablar del carácter “revelado” de los textos bíblicos y de una parte de la respiración que me pone en contacto con la Ruah? Eso es!)

-El Espíritu estaba con los autores sagrados escribiendo a través de su experiencia traducida en lenguaje peculiar, personal, propio de cada uno… y ese mismo Espíritu está también actuando cuando leemos la Biblia y nos disponemos a orar con ella. De ahí la importancia de invocarle y orar en comunión con el Espíritu. Él nos recuerda y actualiza en nosotros lo mismo que pasó. Esas palabras escritas hace tiempo son luz en la oscuridad de mi yo interior con el fin de reconocer que la acción de Dios en épocas pasadas prosigue hoy en mí. Importa mucho creer esto, porque sin esta certeza el método no valdrá para nada. Es como sí la Biblia recogiera las experiencias básicas, las necesarias y suficientes por las que pasamos cualquier ser humano y nos sugiriera que todas ellas pueden ser historia de salvación, entonces y ahora. ¡Dios quiere seguir escribiendo salvación en mí y a través de mí!

Elige un pasaje que te atraiga de alguna manera. O también, ora con los textos que la Liturgia propone para la Eucaristía cada día. Siguiendo el método de la LECTIO DIVINA:

-

El primer paso para orar con ese texto es LEER, leer hasta que el texto te quede totalmente familiar, incluso puedes memorizarlo. Lee como si leyeras por primera vez, escuchando a Dios dirigiéndose a ti en este preciso momento, y no como si esas palabras vinieran de fuera, sino resonando desde tu mismo ser, pronunciadas en tus entrañas. Lee varias veces y quédate con aquella palabra o frase que sobresalga sobre las demás, luminosa, como si esa frase te hubiera elegido a ti especialmente.

-Saboréala como saboreas un caramelo y permanece con ella sin tratar de analizarla. Es la MEDITACIÓN. Nuestro cuestionamiento mental puede mantener a Dios alejado del corazón y de lo que se trata es de que penetre en nuestro corazón y sentimientos hasta transformarlos.

Page 8: Modos de orar

8

Si te viene algún pensamiento o distracción, permite que la luz que sale del texto planee sobre eso, y luego habla con Dios tan sencilla y sinceramente como puedas, sabiendo que Dios ama el caos que eres y que su Espíritu puede poner orden en ese caos, como lo hizo en la creación primera. Es la ORACIÓN, el tercer paso. El diálogo cordial con quien sabes te ama. El diálogo quizá se convierta en algún momento en puro silencio, paz, serenidad, gozo. Puede ser la CONTEMPLACIÓN, que no es solo cosa de místicos. Solo Dios tiene palabras de vida, y da gusto escucharle.

-

Deja que esa frase quede como un mantra, una jaculatoria sobre el resto del día, pasando a la ACCIÓN, a la práctica. No seamos como aquel que escucha y se olvida de lo que ha oído. Más bien como María guardemos la Palabra en el corazón, siempre. Su Palabra nunca vuelve a Él de vacío. Lleva el fruto de tus obras.

 .Consuelo Ferrús

Page 9: Modos de orar

9

ORAR – PEDIR (oración de petición)

Quizá tengamos la idea de que la oración de petición, al ser una forma “egoísta” de oración, es la menos excelente… pues no..¿Habéis observado que la oración que Jesús enseña a sus discípulos es toda ella una oración de petición? Padre… santificado sea tu Nombre… venga tu Reino… hágase tu voluntad… perdónanos… En Lc 11, 5-10 Jesús parece comentar el Padre nuestro y nos sorprende la fuerza y simplicidad de sus palabras: “todo el que pide recibe…” sin peros de ninguna clase… La oración de petición es la única forma de oración que Jesús enseñó a sus discípulos, aunque Él practicara también la oración de alabanza y otras. .Es ésta una enseñanza en todo el NT: la oración nos da cuanto necesitamos… y la oración es básicamente, oración de petición (Lc 18, 1-8; Mc 11,22-26; Mt 21, 20-22; Jn 14, 12-14; Jn 15, 7; Jn 16, 23-24; Sant 1, 5-8; 1Jn 3, 22; 1Jn 5, 14-15; Flp 4, 4-7; 1Tim 2,1ss) .¿Hace falta que le pidamos si Él ya sabe lo que necesitamos? Jesús dice que su Padre se ocupa de las aves del cielo y de los lirios del campo y no termina diciendo: “no pidáis”, sino “no os preocupéis”. Pidamos y dejemos todo el asunto en sus manos, confiando que Él se hará cargo de todo para que salga como es debido. No podemos sacar de este planteamiento una idea de que la oración nos dispensa de todo tipo de esfuerzo, una teología del perezoso. El secreto consiste en esforzarnos como si todo dependiera  de nosotros y confiar en Dios como si todo dependiera de Él….La oración de petición es la más connatural a los humanos porque nos hace ver nuestra condición de creaturas, la absoluta dependencia de Dios, nos enseña a confiar en él absolutamente, como un niño en brazos de su madre. Y eso es bueno para nosotros. Nos coloca en nuestro sitio. .

Page 10: Modos de orar

10

.Hay que tener en cuenta:..la motivación, el porqué pedimos: ¿Brota de nuestra conciencia de criaturas? ¿Qué cosas pedimos a Dios, en qué momentos, con qué actitud…? ¿Para quién o quiénes? ¿Y si no se nos concede lo que pedimos? ¿Cómo afecta la oración de petición a la imagen que tenemos de Dios?. Pedir en el nombre de Jesús significa que no hemos de pedir lo que Él jamás pediría a su Padre. Lo que se pide es el Espíritu, el de Jesús,  no cualquier otra cosa. Jesús nos dice que pidamos el pan de cada día, no cosas superfluas e innecesarias. La oración de Jesús en el huerto fue escuchada no porque Dios lo librara de la muerte sino porque le fue dado el Espíritu para cargar con la pasión. .La verdadera petición aviva siempre el interés por los demás. Quien espere de Dios que sea generoso en sus dones, debe él a su vez ser generoso con sus semejantes. Pedir a Dios con respeto, adoración y sobrecogimiento, pedir que se nos dé, no para quedárnoslo sino para trasmitir algo de Él a los demás..Orar con insistencia, no cansarnos de pedir porque no se nos conceda inmediatamente… Hay que insistir, como la viuda ante el juez… como la mujer cananea de fe grande, alabada por el mismo Jesús. .En la oración de petición  hay toda una forma de vida: vida de fe, de perdón al hermano como se me concede a mí, de generosidad, de absoluta dependencia y confianza en Dios...En nuestra vida deberíamos seguir una “dieta equilibrada” en la que tengan cabida distintas formas de oración: la adoración y la contemplación, la oración litúrgica y sacramental, la oración con la Palabra, oración de intercesión y perdón, de abandono, la petición. El Espíritu nos irá diciendo cuál y en qué momento, porque es él quien ora en nosotros si le dejamos y sabe pedir lo que conviene . Por eso es el don por excelencia que pedimos..No dejemos la oración de petición, pues cada día tendremos que pedir Padre venga tu Reino… danos pan, perdónanos, aumenta mi fe… ¡VEN SEÑOR JESÚS! Y va… y VIENE. Pero eso será otro capítulo: cómo orar cuando venga, pequeño, Dios encarnado. ..Consuelo Ferrús

Page 11: Modos de orar

11

ORAR – CONTEMPLAR (oración de contemplación o contemplativa)

En continuidad con la última entrega: orar con la Palabra, ofrecemos esta vez una modalidad muy apropiada para el tiempo de Navidad. Es la oración de contemplación o también llamada oración con la imaginación, y una variedad, la oración aplicando los sentidos. S. Ignacio lo incluye en sus Ejercicios a partir de la 2ª Semana, y muchos santos han gustado de esta manera de orar. La Navidad es tiempo propicio para poner “toda la carne en el asador” también en la oración, pues Dios mismo lo ha hecho al hacerse Niño..La contemplación es una forma de orar que ayuda a entrar de una manera intuitiva e imaginativa en un determinado texto, especialmente de los Evangelios. Nos ayuda a actualizar la Palabra de Dios como palabra viva que es, hacerla nuestra, adentrarnos en lo que contemplamos: después de leer el pasaje, imaginar la escena como si estuviera sucediendo en este momento y fuéramos participantes activos en la misma. Aplicar los 5 sentidos en la oración es una manera de meter a toda la persona en oración. No solo la mente. No solo el corazón, los afectos. TODO. .No es tan válido este modo en el caso de discursos, parábolas… Es mejor un texto de acción del Evangelio. Por ejemplo, un milagro, un diálogo… proponemos hoy los textos de los Evangelios de la Infancia, especialmente el NACIMIENTO DE JESÚS, al comienzo de Mateo o Lucas. Eliges el texto con el que vas a orar, quizá los textos propuestos por la Liturgia para este tiempo, e ir haciendo tu propio camino espiritual navideño..

Page 12: Modos de orar

12

1. Relajarse, tranquilizarse… adoptar una postura adecuada… Oración al Espíritu Santo: pedir el conocimiento profundo de Jesús. San Ignacio nos propone una oración que pide: “conocimiento interno de Jesús que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga”. Como conocer a un amigo. LEES CON TRANQUILIDAD.2. Imaginarse en el lugar donde se realiza la acción, con todo el detalle posible: los caminos por donde andaban María y José, los detalles geográficos o humanos, la gente, el establo de Belén… Como si estuvieras con ellos en todo momento. Allí en un rinconcito observando como espectador, “como un esclavito indigno” dice S.Ignacio..3. Ver a las personas, como si presente me hallase. Escuchar lo que dicen, mirar lo que hacen, oler los ambientes, gustar, preguntarse qué sabor de boca me va dejando el hecho de estar contemplando a Jesús..Tocar con las manos, abrazar, besar, los sitios que Jesús pisa y toca. A Jesús mismo o a alguno de los personajes. También ¡dejarme abrazar! ¡No imagináis lo que puede ocurrir!!!.Y siempre ir pensando qué relación tiene esto con mi vida. Contemplar y aplicar. .Terminar haciendo un diálogo, un coloquio, con el Padre, o con Jesús, o con el Espíritu Santo, o con María… ofreciéndome, hablando como con un amigo sobre lo contemplado, lo que debo hacer yo… ..

 

.

.

.Consuelo Ferrús

Page 13: Modos de orar

13

ORAR – (oración pacificadora o limpiadora)

 Hace un tiempo me llegó información de una oración peculiar, que yo he llamado oración PACIFICADORA *,  o limpiadora…  y que propongo para este tiempo lleno de invitaciones a la paz..Es una oración simple, que puede ser practicada desde cualquier credo religioso, y creo que tiene unas profundas resonancias bíblicas..A menudo, en la vida cotidiana, experimentamos situaciones conflictivas. Y lo más frecuente, es que echemos la culpa al otro como causa del conflicto… como si yo misma no tuviera nada que ver en ello… es por eso que esta oración me resulta sugerente y atractiva, porque supone que todos los que participamos de una relación tenemos el 100% de responsabilidad en ella y podemos sanar, colaborar en la resolución de una dificultad aceptando que Dios mismo ponga luz, armonía, repare el daño hecho… no hace falta entrar a buscar la motivación de esa situación… ni el reparto de responsabilidades… solo haz esto:.En el momento que notes dentro de ti algo incómodo en relación a una persona, lugar, acontecimiento o cosa, inicia el proceso de limpieza, pide a Dios:..“Señor Dios mío, limpia en mí lo que está contribuyendo a crear este problema.”. Entonces usa las frases de esta secuencia:.“Gracias. Te amo. Lo siento. Perdón.”Varias veces. Puedes destacar solo alguna de ellas que te llegue mas en aquél momento y repetirla. En el orden que tú quieras...

Page 14: Modos de orar

14

Cuando dices “Lo siento” reconoces que algo (no importa el qué) penetró en tu sistema cuerpo/mente y quieres el perdón interior por lo que te trajo aquello y trajo a otros..Al decir “Perdón” no estás pidiendo a Dios que te perdone, estás pidiendo a Dios que te ayude a perdonarte..“Te amo” transforma la energía bloqueada (es el problema) en energía fluyendo, te vuelve a unir con la fuente de Amor universal, Dios..“Gracias” es fe en que todo será resuelto para el bien de todos los involucrados...A partir de este momento lo que suceda después es determinado por la Divinidad, puedes ser inspirado a hacer alguna acción, o no. Si continuas dudando, persiste en el proceso de limpieza y después, cuando estés completamente limpio, obtendrás la respuesta..La Palabra de Dios dice que cuando vayamos a pedir lo hagamos con tal confianza que creamos que ya se nos concede lo que pedimos: por eso, GRACIAS. (Mt 11, 23-24).¿Habrá oración más bonita y más grata a Dios mismo que decirle que le AMAMOS? (Jn 21, 15-19).También se nos sugiere en la Escritura que antes de realizar nuestra ofrenda vayamos a reconciliarnos con el que hemos ofendido… (Mt 5, 23-24)..Y se nos invita repetidamente a la conversión, a dejarnos transformar por el Espíritu que hace nuevas todas las cosas… (Ez 36, 26)..Por eso decía que me parece ésta una modalidad de oración con raíces bíblicas y profundas cristianas, que favorece la humildad y el compromiso en mi sanación y en la de los que me rodean. Que puede hacer de mí un instrumento de paz...Consuelo Ferrús

Page 15: Modos de orar

16

ORAR LA VIDA

.Todo lo que acontece en la vida diaria puede ser motivo y lugar de encuentro con el Dios de la Vida. La oración no nos saca del espacio y tiempo en que vivimos nuestra condición humana, nos mete más a fondo. Basta que quiera. Puedo BUSCAR su Presencia en la creación, en las criaturas, acontecimientos que se vuelven Historia de salvación con Él… puedo intentar ESCUCHAR, dejarme SORPRENDER por la vida misma en actitud contemplativa en los rostros que me cruzo a diario, en los gestos que se me regalan sin esperarlo, en los  imprevistos que me fastidian… pero todo, con Él..

Quizá la actitud  más recomendable para orar la vida, y con la vida, es la de ACOGER lo que viene, sin manipular ni forzar para que la realidad no se salga de mis pretensiones… y para acoger así, yo misma debo vivirme libremente, con la mirada limpia para poder ver por dónde sí y por dónde no anda Dios. Orar la vida implica un ejercicio continuo de discernimiento para andar por buen camino, y dejarme llevar por Él si no quiero meterme en caminos sin salida, que lleven a la muerte y me alejen de la Vida. Y llevar conmigo a otros, quizá los que más quiero… orar así y para esto, es un ejercicio de rastrear el lenguaje de Dios, un ejercicio de lucidez en el trascurrir de mis días...Se puede orar la vida de muchas formas: CONVOCADOS HOY

Page 16: Modos de orar

16

. practicar la mirada contemplativa sobre las personas: no quedarme en las apariencias de lo que vivo en

cada encuentro o desencuentro, preguntarme por las motivaciones de fondo, comprender sus razones.

. ejercitar la esperanza: desde que nos levantamos mirar todas las posibilidades que encierra la realidad en

la que estoy inserta, y las personas. Dar oportunidades. Detectar BROTES DE VIDA, reflejo del misterio pascual de muerte y resurrección… ¿cuántas veces te has dejado sorprender en la vida al dar crédito a una persona?

. vivir desde la atención plena, practicarla en el trabajo, los viajes rutinarios, los tiempos perdidos, la

comida, el caminar… para no perder detalle, no perder vida.

. hacer míos los sentimientos de Jesús en la relación con las personas: bondad, paciencia, amabilidad,

ánimo y fuerza, confianza, alegría, cooperación… en vez de todo lo contrario. Ser nuevos Cristos donde nos movemos y estamos. Puedo meditar en un minuto para retomar la paz y la calma, la atención a todo…

.

.

Y será bueno, para crecer cada día en estas actitudes, orar evaluando cada noche cómo ha pasado  (o ha dejado de pasar) Dios por mi vida… Un día no evaluado es un día no vivido. Esta oración de “examen” es muy valiosa para repasar, re-cordar (pasar por el corazón) junto con Dios los rostros, las dificultades, los retos, las alegrías que la vida me ha ido regalando. Y… si poco fue el amor en nuestro empeño, de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño, tu gran amor que todo lo engrandece, como dice La liturgia de las Horas...Consuelo Ferrús

CONVOCADOS HOY